La Conciencia y la Objeción Dr. Enrique Domville* Gandhi: “Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”, si nosotros hablamos de objeción de conciencia, tenemos que hacer referencia a la parte histórica de aquellos que contra una autoridad establecida se negaron a efectuar hechos que a su juicio estaban fuera de sus valores, en esta historia mencionamos en primer lugar un hecho conocido que es el suicidio de Sócrates, quien por no estar de acuerdo le fue impuesta la sentencia y optó por tomar cicuta y no cumplir con el ordenamiento, se menciona en la antigüedad también Antígona de Sófocles quien se niega a obedecer al rey Creonte, dado a que la ley escrita es superior a la voluntad del rey, y así como esto tenemos una serie de eventos que podríamos considerar como precursores de la objeción de conciencia, en esto están todas las persecuciones religiosas en donde las ideas no van de acuerdo a las creencias, como en la época de César en la cual se obligaba a los cristianos a rendirle culto y a participar en la guerra, dentro de la historia tenemos personas como Tomás Moro un filósofo escritor y estadista que se opone a Enrique VIII por considerar que el actuar de este rey iba contra sus creencias y por lo cual fue decapitado, podemos encontrar muchas historias aisladas en relación a la objeción de conciencia pero en donde se oficializa y tiene eco a nivel mundial es en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en el cual se reconoce la libertad de conciencia en su artículo 18. En la historia moderna hemos visto contraposiciones de personajes contra leyes establecidas, como en el caso del boxeador que primeramente se llama Cassius Clay y debido a su condición religiosa cambió su nombre a Mohamed Alí y por lo tanto en su creencia se negó a hacer el servicio militar por lo que fue despojado de su título de campeón del mundo de los pesos pesados, vemos que en los diferentes aspectos sociales la conciencia, tiene imperativos por lo cual cada uno de acuerdo a sus ideas podrá aceptar o no un mandato, una ley o una instrucción, lo que si es cierto es que la valentía que se requiere para aceptar la decisión de no hacer lo ordenado no puede pasar desapercibida ya que de inmediato aparecen las posibilidades de castigo, esto desde el principio de autonomía de Kant nos habla que debemos tratar a nuestros semejantes como nos gustaría nos trataran a nosotros, y otro de los principios es la honestidad consigo mismo y que los fines sean compatibles con nuestro pensamiento racional, J. Rawls menciona que se trata de una desobediencia, un mandato legislativo más o menos directo o a una orden administrativa(más adelante ejemplos en la práctica), a diferencia de Kant sus pensamientos están ligados a la justicia y garantizar la libertad de las personas, en esta justicia deberán incluirse las posibles soluciones en una sociedad ordenada a quienes disienten de los mandatos y tienen el derecho de expresar su opinión ya que todos los hombres somos iguales, en estos países armamentistas tienen contraposición con su legislación y la obligación del ciudadano al servicio militar como una posibilidad de entrenamiento para matar en lugar de considerar la posibilidad como un instrumento de justicia social y ayuda. Otro argumento a favor es el de Dworkin el cual dice que el hombre puede disentir cuando se discuten los derechos morales y pueden los individuos desobedecer la ley, por lo que considera una gran contradicción entre obligaciones y derechos de libertad que están plasmados, y el propio estado impone situaciones y conflictos en los cuales debería adoptar una postura de intermediario, debemos de considerar que en la vida diaria existen profesiones en las cuales los principios y la responsabilidad tienen que tener coherencia, en circunstancias especiales la ley no puede dar mandatos a personas morales para actuar contra terceros, como en el caso de la eutanasia, el suicidio asistido o bien el aborto, por lo que la dignidad de la persona humana le permite el derecho moral a la objeción de conciencia, a la profesión médica, en algunos países se le han impuesto obligaciones como en Holanda, Luxemburgo, Bélgica, en el cual se le quita a la ley la palabra asesinato y se convierte en un ritual de muerte ordenado al médico quien puede o no aceptar el encargo. Continuará. *Comisionado Estatal de Bioética de Oaxaca. Emilio Carranza 1221 Col. Reforma, Tel. (951) 50 26588, Email: [email protected]