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E-mail: [email protected] Aceptado: 20.11.12. Cómo citar este artículo: Ribosa-Nogué R, Gironell A. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? [carta]. Rev Neurol 2013; 56: 351. © 2013 Revista de Neurología Hemos leído con interés el artículo de revisión de Labiano-Fontcuberta y Benito-León publicado recientemente en Revista de Neurología [1]. En él, los autores sugieren una potencial asociación entre el temblor esencial y la enfermedad de Parkinson (EP) y defienden la entidad ‘síndrome mixto temblor esencial-EP’. Sin embargo, la asociación entre ambas patologías sigue siendo controvertida. Los autores resaltan la dificultad del diagnóstico diferencial entre ambas enfermedades en las fases iniciales. Así, es conocido que el temblor de acción, tan característico del temblor esencial, está presente en alrededor del 90% de los pacientes con EP [2]. Además, algunos pacientes con EP (se desconoce el porcentaje con exactitud) pueden incluso comenzar clínicamente con un temblor de acción meses o años antes de desarrollar el resto de las manifestaciones parkinsonianas [3,4], dando la impresión de un temblor esencial que acaba convertido en EP. Existen pocos estudios que analicen el temblor de acción como forma de presentación de la EP [3,4]. Por este motivo, creemos de interés aportar nuestra experiencia. Analizamos la pre- www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (6) valencia y características clínicas de los pacientes que consultaron por temblor de acción y fueron diagnosticados finalmente de EP durante el seguimiento. En nuestro estudio se recogieron de manera prospectiva y consecutiva las características demográficas y clínicas de las primeras visitas realizadas durante el año 2010 en nuestra Unidad de Trastornos del Movimiento, así como la revisión diagnóstica de éstas al año [5]. Del total de 423 pacientes que consultaron por primera vez, el 21% de ellos lo hicieron por temblor de acción aislado. Los pacientes fueron examinados por un neurólogo experto en trastornos del movimiento, quien determinó la presencia de temblor de acción en todos ellos, definido como un temblor antigravitatorio de las extremidades superiores sin latencia. De estos pacientes, 5 (5,5%) fueron diagnosticados finalmente de EP, lo que supone el 4% del total de pacientes diagnosticados de EP en nuestra muestra. Este grupo de pacientes tenía una media de edad de 72,0 ± 8,3 años, había tres mujeres y dos hombres, y en ningún caso existían antecedentes familiares de temblor. El temblor de acción afectaba en todos ellos a ambas extremidades superiores (en tres casos era asimétrico), no se acompañaba de temblor de reposo y el tiempo medio de evolución era de 14,4 ± 6,8 meses. Un paciente refería sintomatología no motora florida en forma de trastorno de conducta del sueño REM, hiposmia y alucinaciones visuales de pasaje; otro refería solamente trastorno de conducta del sueño REM, y los demás tenían únicamente quejas subjetivas de memoria. En la primera visita, tres pacientes fueron diagnosticados de temblor esencial, mientras que los otros dos recibieron el diagnóstico de EP por presentar ya parkinsonismo unilateral. El tiempo medio de seguimiento para llegar al diagnóstico definitivo de EP fue de 4,0 ± 3,7 meses. Cuando se instauró tratamiento dopaminérgico, hubo mejoría clínica de todos los síntomas parkinsonianos, incluido el temblor. En definitiva, el temblor de acción puede ser el primer síntoma de la EP, como refleja el 4% de pacientes de nuestra serie. Hay que tener en cuenta este diagnóstico, especialmente ante un temblor de acción de poco tiempo de evolución y sin antecedentes familiares. Esta forma de presentación poco frecuente de la EP puede conllevar diagnósticos erróneos y una sobreestimación de la asociación entre el temblor esencial y la EP. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. Labiano-Fontcuberta A, Benito-León J. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? Rev Neurol 2012; 55: 479-89. Louis ED, Levy G, Cote LJ, Mejía H, Fahn S, Marder K. Clinical correlates of action tremor in Parkinson disease. Arch Neurol 2001; 58: 1630-4. Jain S, Lo SE, Louis ED. Common misdiagnosis of a common neurological disorder: how are we misdiagnosing essential tremor? Arch Neurol 2006; 63: 1100-4. Chaudhuri KR, Buxton-Thomas M, Dhawan V, Peng R, Meilak C, Brooks DJ. Long duration asymmetrical postural tremor is likely to predict development of Parkinson’s disease and not essential tremor: clinical follow up study of 13 cases. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2005; 76: 115-7. Ribosa-Nogué R, Gironell A, Pagonabarraga J, Villa-Bonomo C, Pascual-Sedano B, Kulisevsky J. Análisis descriptivo de la actividad de una unidad de trastornos del movimiento en un hospital terciario de Cataluña. Rev Neurol 2012; 55: 330-6. Réplica Andrés Labiano-Fontcuberta a,b, Julián Benito-León a,b,c a Servicio de Neurología. Hospital Universitario 12 de Octubre. b Departamento de Medicina. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid. c Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED). Madrid, España. Correspondencia: Dr. Julián Benito León. Avda. Constitución 73, portal 3, 7.º izq. E-28821 Coslada (Madrid). E-mail: [email protected] Aceptado: 02.01.13. Cómo citar este artículo: Labiano-Fontcuberta A, BenitoLeón J. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? [réplica]. Rev Neurol 2013; 56: 351-2. © 2013 Revista de Neurología Agradecemos la carta enviada por Golimstok et al, que enfatiza los aspectos más controvertidos de la posible asociación entre temblor esencial y enfermedad de Parkinson (EP). Independientemente del discutible grado de asociación de ambas entidades, de lo expuesto en nuestro artículo de revisión resulta claro que numerosos datos apoyan que el temblor esencial presenta un espectro clínico heterogéneo asociado [1,2]. Aunque el temblor es el dato definitorio del temblor esencial, en los últimos años se ha constatado un espectro clínico heterogéneo asociado al temblor, constituido por manifestaciones motoras (imposibilidad de realizar marcha en tándem, disdiadococinesia o ataxia), alteraciones oculomotoras, cognitivas (alteración 351 cartas al director en el nivel de atención, función ejecutiva, memoria o fluencia verbal), conductuales (alteraciones de la personalidad, síntomas depresivos, ansiedad) o sensoriales (hipoacusia) [2-11]. Esta heterogeneidad clínica descrita ha modificado en la última década el concepto de temblor esencial, considerado clásicamente como un trastorno benigno monosintomático [2]. La constatación de que el espectro clínico del temblor esencial es mucho más amplio de lo que se esperaba ha posibilitado superar esta exangüe definición del mismo y ha permitido establecer un nexo clínico con entidades tradicionalmente difíciles de relacionar, no sólo con la EP, sino además con la demencia por cuerpos de Lewy [12]. Esta heterogeneidad clínica implica un nuevo concepto del temblor esencial pero, a su vez, implica que en la actualidad todavía no se esté en condiciones de poder esclarecer su verdadera naturaleza subyacente, lo que conlleva indefectiblemente un debate médico entre dos posturas bastante antagónicas: el concepto ‘clásico’ frente a la visión ‘alternativa’ del temblor esencial. Respecto a la crítica sobre el trabajo de Benito-León et al [13] basado en la cohorte poblacional NEDICES [14-16], debe precisarse que el objetivo de los investigadores fue cuantificar el riesgo de desarrollar EP y otros parkinsonismos en una muestra poblacional de sujetos sin y con temblor esencial. Por otra parte, el sustrato neuropatológico del temblor esencial, que debería constituir el pilar que ayude a caracterizar mejor esta enfermedad, ofrece todavía muchos interrogantes. Por ese motivo, es la característica a la cual menor extensión hemos dedicado en nuestro trabajo. Efectivamente, consideramos que el hallazgo de cuerpos de Lewy en el locus coeruleus descrito por Louis et al [17] debe interpretarse con cautela y amerita mayor estudio antes de poder establecer conclusiones firmes. Aunque aceptamos las limitaciones metodológicas recogidas por Golimstok et al, queremos matizar que la cantidad numérica y el patrón topográfico específico de los cuerpos de Lewy descritos por Louis et al [17] no suceden de igual manera que en el envejecimiento, en donde se descri- 352 ben cuerpos de Lewy en menor número y en distintas localizaciones cerebrales [18], ni en etapas presintomáticas de la EP, en donde es conocido que los cuerpos de Lewy aparecen primero en otras estructuras, como el núcleo dorsal motor del nervio vago [19]. También agradecemos la carta enviada por Ribosa-Nogué y Gironell en la que aportan su experiencia clínica en una unidad de trastornos del movimiento. En su trabajo concluyen que hasta un 4% de los pacientes que acudieron con un temblor de acción presentaban una enfermedad de Parkinson en fases iniciales [20]. Efectivamente, los estudios epidemiológicos que analizan la asociación entre ambas entidades incluyen esta posibilidad clínica [13]. Con el objetivo de evitar una posible sobreestimación de dicha asociación, los estudios epidemiológicos deben ser longitudinales, y el tiempo de seguimiento, de varios años. Concretamente, en el estudio NEDICES [13] se constató que la duración media entre el inicio del temblor y la aparición de manifestaciones parkinsonianas floridas fue de 8,7 años. Finalmente, decir que tanto la patogénesis del temblor esencial como su relación con otras enfermedades neurodegenerativas están aún lejos de ser esclarecidas por la comunidad científica. Sin embargo, parafraseando a Churchill, creemos que los recientes descubrimientos llevados a cabo en tan enigmática entidad no son el principio del fin, pero sí el fin del principio de un proceso que, a largo plazo, puede ayudar a comprender mejor su sustrato fisiopatológico. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. Labiano-Fontcuberta A, Benito-León J. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? Rev Neurol 2012; 55: 479-89. Benito-León J. 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