CUARESMA

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2ª Lectura
Salmo 33
“Gusten y
vean que
bueno es el
Señor”
Evangelio: Lucas 15,1-3. 11-32. El Hijo Pródigo.
Esta parábola es uno de los textos más hermosos del Evangelio que refleja la
profundidad del alma de Jesús. Él tenía que revelarle al verdadero Dios a la gente
sencilla, y algo cabeza dura, de Galilea. Y podemos agregar, Él tenía y tiene que revelar
el verdadero rostro y el corazón de Dios a la gente sencilla de todos los tiempos.
Entre ellos estoy yo, estamos nosotros.
Esta Parábola nos revela que Dios es Padre, nuestro Padre, mi papá. Y no es un padre
como cualquiera: es un Padre de corazón misericordioso hasta el extremo. Un
Padre lleno de ternura. Nadie puede competir con su amor. Nadie puede compararse
con Él. Sólo podemos agradecerlo, dejarnos acoger por Él y tratar de emularlo en
nuestra vida.
Sabemos lo que pasa. El hijo se va lejos, muy lejos de su familia y de su Padre. Malgasta
el dinero, que no era poco, dándose a una vida licenciosa en todo tipo de placeres.
Ese era su sueño. Esa su pretendida libertad. Hasta que se queda sin un cinco y, como
hijo de papá… no se atreve a mendigar. Y entonces por necesidad más que por amor,
reaparece la imagen de los jornaleros de su Padre. Ni siquiera la imagen del amor de
su Padre. Es el principio de la conversión. Prepara su discurso y toma el camino de
regreso pero con la gran duda de qué sucederá en su casa. Y Aquí sucede lo increíble,
lo indescriptible.
En cuanto lo ve el Padre se desborda la ternura: es el quien corre a su encuentro, lo
abraza con todo su ser, y con lágrimas en sus ojos lo cubre de besos como una buena
madre. Y ni siquiera lo deja terminar su acusación. Para el hijo el anillo, las mejores ropas,
zapatos para calzar sus pies y una fiesta para celebrarlo. Lo importantes es el regreso,
la conversión, el amor mutuo. ¡Ya habrá tiempo para ocuparnos de los pecados!.
Actitud a Vivir: Dejarse abrazar por la ternura de Dios
¿Te sientes abrazado por su amor misericordioso? ¿A quién puedes
regalar esta ternura de Dios?
“Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo” (MV 6)
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13 de marzo
2ª Lectura - 2 Corintios 5, 17-21
“Dios nos reconcilió con Él por
medio de Cristo”
1ª Lectura - Is 43, 16-21
5° DOMINGO DE CUARESMA
4° DOMINGO DE CUARESMA
6 de marzo
1ª Lectura - Josué 4, 19; 5, 10-12
“después de atravesar el Jordán,
entraron en la tierra prometida”
Fil 3, 8-14
“olvidándome del
camino recorrido me
lanzo hacia adelante”
Evangelio: Juan 8, 1-11. La Adultera perdonada.
Hacia el corazón del Padre
Salmo 125: “El Señor ha
estado grande
con nosotros
y estamos
alegres”
Cuaresma
2016
Q
¿
uién es libre de pecado para tirar la primera piedra? En silencio se retiran los
bulliciosos de la ley y del precepto que tampoco faltan en la Iglesia. En la escena sólo
queda la mujer y Jesús, el único que no tiene pecado. Él podría tirar piedras. Sin embargo,
no lo hace. Él ha venido a superar la ley, a dar vuelta la manera como nosotros hacemos la
historia. En vez de tirar piedras Él regala perdones verdaderos, como el Padre Misericordioso
del domingo pasado. “¿Dónde están los que te condenaban? Yo tampoco te condeno.
Ándate en paz y no peques más”. Y no lo hagas por tu bien, por tu propia dignidad.
Eso es lo nuevo. Eso es lo novedoso, sobre todo en un mundo en que no se prodiga el
perdón y que, en público o en privado, nos dedicamos a apedrear a los pecadores. ¡Y
con qué cara! Son piedras que vienen de los mismos que antes o después son o serán
condenados. Lo nuevo, lo novedoso es la Misericordia y el perdón que el Padre Dios y
su Hijo Jesús nos ofrecen constantemente.
La justicia y la misericordia son dos componentes del juicio de Dios en que siempre triunfa
la misericordia. No se cierran los ojos al pecado. No se esconde el delito. Lo justo es justo
y hay que enfrentar las consecuencias, pero como alguien ha dicho, es mejor “la justicia
con clemencia” y mejor aún, como lo hace Dios, “la justicia con misericordia”. Bastante
sufre la persona que reconoce la profundidad de su pecado. Contribuir a lo nuevo de
Dios es descubrir y proponer el perdón: pedir perdón, otorgar perdón, recibir perdón.
Ese es el gran don.
Lo nuevo está en el amor. En el enamoramiento de Jesús por mí, por nosotros que nos
lleva a experimentar los sentimientos de Pablo. “Todo lo tengo por nada después de haber
conocido – experimentado – el amor de Jesús mi Señor”… Y por Él me tiro hacia delante,
hacia lo nuevo. Textualmente “descoyunto mis brazos para alcanzarlo a El y el poder de su
resurrección”. Ahí está lo nuevo. Vivamos la novedad del Amor.
Actitud a Vivir: Crecer en el amor
¿Con tus actitudes y palabras manifiestas la novedad del amor Dios?
AÑO DE LA MISERICORDIA
A r z o b i s pa d o
de Santiago
“El Señor no se cansa nunca de tener misericordia de nosotros, y quiere
ofrecernos todavía, una vez más, su perdón, invitándonos a volver a Él con un
corazón nuevo, purificado del mal, para tomar parte de su alegría"1
Esta misericordia del Padre es la que nos anima cada año a emprender la Cuaresma,
confiados en su paternal amor. Caminar de la Cuaresma a la Pascua “significa emprender
el camino de una conversión no superficial ni transitoria, sino más bien un itinerario
espiritual que atañe al lugar más íntimo de nuestra persona. El corazón, de hecho, la sede
de nuestros sentimientos, el centro en el que maduran nuestras decisiones, nuestras
actitudes.”2
La Cuaresma que iniciamos el Miércoles de Ceniza, nos encuentra a muchos en tiempo de
vacaciones y nos preguntamos ¿cómo acoger esta invitación del Señor en este contexto?
Este tiempo litúrgico nos invita a una relación cercana con el Señor y su Palabra, para ello
necesitamos de un “espacio” adecuado (en la biblia el desierto se identifica como lugar
de silencio), y un “tiempo” oportuno y concreto, para escuchar su voz. El Miércoles de
Ceniza nos invita sencillamente a convertirnos y creer en el evangelio.
Para ayudarnos en este recorrido hacia el corazón del Padre, nos dejamos acompañar por
Jesús, escuchando sus enseñanzas y, acogiendo su estilo de vida. Para ello te ofrecemos
estas sencillas pistas, desde la liturgia de cada domingo. Hagamos juntos este camino de
conversión del corazón que nos lleve a ser “Misericordiosos como el Padre” en cada uno
de los ambientes en que cotidianamente nos desenvolvemos.
1
2
“La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar
la misericordia no deje a ninguno indiferente” (MV 18)
Papa Francisco, Miércoles de Ceniza 2015.
Idem.
Para profundizar en este tiempo de Cuaresma, visita la página www.iglesiadesantiago.cl,
donde encontrarás este y otros recursos disponibles.
22-01-16 13:38
“El que cree en Él, no
quedará defraudado”
Meditemos por un instante en la Tentación vencida, como dice San Agustín. La
táctica del demonio es mostrarse sugerente, obviamente, “tentador”. De lo contrario
no tendría adeptos. ¿Y cómo lo hace? Lo hace maliciosamente citando las palabras
de la Escritura, provocando a Jesús para que, ante sus ojos pretensiosos, demuestre
su misión y su divinidad. “Si eres el Hijo de Dios”… Y peor, “todo esto será tuyo si te
postras delante de mí”… desgraciadamente demasiadas personas, cristianos incluso, se
han postrado ante el poder, ante el dinero (aún más que ante la riqueza), ante lo que el
Papa llama “la mundanidad”.
Si miramos a Jesús, Él no entra en diálogo. No negocia la tentación. Guiado por el
Espíritu Santo, hace un acto de fe, con tres frases definitivas:
no sólo de pan vive el hombre;
adorarás al Señor tu Dios y al él sólo servirás;
no tentarás al Señor tu Dios.
Pero, cuidado, el demonio volverá a la carga muchas veces en la vida de Jesús porque
no se retiró para siempre, sino “hasta que llegara su hora”. Y su hora será cada vez
que Jesús rechaza la espectacularidad, cada vez que Jesús es provocado para usar sus
poderes para sí mismo, cada vez que él pide silencio después de un milagro. Y por cierto,
su hora… cuando llega la pasión y tiene que volver a hacer estas mismas afirmaciones
ante Pilato y ante quienes lo llevan al patíbulo.
Y acuérdate, acordémonos, que también nosotros podemos retar al demonio con
la fuerza del Espíritu . Simplemente, porque debido a la Misericordia de Dios, yo
también soy su hijo, su hija, en quien Él tiene todas sus complacencias.
Actitud a Vivir: Fe total en Dios
Salmo 26
“El Señor es mi luz y salvación”
2ª Lectura
Flp 3, 17-4.1 “Perseveren firmes
en el Señor”
Evangelio: Lucas 9, 28b-36. La Transfiguración.
2° DOMINGO DE CUARESMA
1° DOMINGO DE CUARESMA
Evangelio: Lucas 4, 1-13 Las tentaciones.
“Abraham creyó en el
Señor”
En el centro del Evangelio de hoy está Jesús, con su rostro luminoso. Es el Rostro de la
Misericordia que nos lleva a decir, con el salmista “contempladlo y quedaréis radiantes”.
Este es el centro no sólo del Evangelio. Es el centro de la historia de la humanidad y de
cada uno de nosotros. Ahí está Jesús, el hijo de Dios resplandeciente, conversando con
Moisés y Elías. ¿Y de qué conversan? Conversan de lo más importante que ha sucedido
en la historia de la humanidad: conversan de la Pascua de Jesús, de la muerte que tendrá
que enfrentar para establecer la Vida para siempre. O sea, están hablando sobre la
locura de la misericordia de nuestro Dios que, para liberarnos, ha entregado a su Hijo. Es
como si se nos dijera: “¿entienden por qué el Padre es misericordioso y Jesús es el Rostro
de la Misericordia de Dios?”.
No distraigamos la mirada. Miremos a Aquel que con su Palabra creó el universo y nos
dio vida a cada uno de nosotros. Él es el testigo con mayúscula, nuestro Padre Dios, que
ahora da testimonio de su hijo: “Este es mi hijo amado, mi elegido. Escúchenlo”.
Escuchen sus labios, escuchen sus palabras, escuchen sus silencios, escuchen su rostro,
escuchen su mirada, escuchen su mensaje. Lo que dice es que la salvación y la luz de la
que nos ha hablado el salmo, sólo vendrán de la Pascua del Hijo del Hombre, del Hijo
de Dios. No hay otro camino para la salvación de la historia. Y quienes contemplamos
y escuchamos estamos llamados a recorrer el mismo camino, dando como Él la vida
por amor. Es el camino de la misericordia con los hambrientos, con los sedientos, con
los encarcelados, con los migrantes, con esa muchedumbre de hijos e hijas de Dios que
buscan la luz para sus días.
¡A vivir, entonces, como hijos y hermanos de la misericordia!
Actitud a Vivir: Escucha confiada
¿En qué Dios crees tú? ¿A quién le rindes culto?
¿En algún momento del día te detienes a “escuchar” lo que Dios te dice?
“¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para
dejarse tocar el corazón” (MV 19)
“Jesús de Nazaret, con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la
misericordia de Dios” (MV 1)
triptico cuaresma FINAL.indd 2
3° DOMINGO DE CUARESMA
2ª Lectura
28 de febrero
Gen 15, 5-12.17-18 Rom 10, 8-13
Salmo 90
“en el peligro, Señor, estás
conmigo”
1ª Lectura - Ex 3, 1-8a.10.13-15
“Aquí estoy”
1ª Lectura
21 de febrero
14 de febrero
1ª Lectura - Dt 26, 1-2. 4-10
“Clamé al Señor y escuchó
nuestra súplica”
2ª Lectura: Corintios 10,1-6.10-12
“el que se cree muy seguro,
¡cuídese de no caer”
Salmo 102: “El Señor es
compasivo y
misericordioso”
Evangelio: Lucas 13,1-9. La Higuera que no da frutos.
Nuestro Padre Dios no es indiferente. Jamás lo ha sido. Y no es tampoco indiferente
a una pobre higuera que lleva tres años sin dar fruto. Es lo que nos muestra la parábola
de hoy para explicar a gente dura de cabeza, y a veces, de corazón, como son esos que
piensan mal de Dios y de los hombres, y como lo somos nosotros que, se nos puede
comparar con esta higuera estéril. Ella vive, se dedica a lo suyo, ocupa un lugar en el
terreno, pero no da fruto. Es como un cristiano o una cristiana, que piensa en sí mismo
y no en los demás. Gente que no se preocupa de su misión que es ofrecer con su vida
un buen fruto que beneficie a los demás. Ellos, mis hermanos, son los que tienen
derecho a comer de los frutos de mi vida, como de esa higuera, que para eso me ha
creado nuestro Padre Dios.
Ante la infertilidad de tres años, el dueño del terreno piensa, con toda razón, que esa
higuera se secó. O que ya no vale su lugar ni justifica su existencia. Sin embargo, hay
uno que piensa diferente, uno que no es indiferente, uno que es lento en la ira y de
mucha misericordia y que en la parábola está representado en la persona del Viñador.
Este no sólo aboga por la higuera, sino que carga con ella, para soltar la tierra que la
circunda, para cuidarla y echarle buen abono, y esperar sus frutos. Es decir, para esperar
su conversión.
Es una invitación para volver a aprender lo que es la gracia del perdón misericordioso
de Dios que no tiene puesta su vista en nuestro pasado, sino en la nueva oportunidad
que el Viñador le ofrece a esta higuera seca.
El perdón y la conversión son siempre pasos de futuro. Una oportunidad bendita para
que nos encontremos todos y cada uno con el Señor que no es indiferente a nuestra
vida. El Señor que es compasivo y misericordioso. El que me espera y busca – a mí el
primero - para reiniciar nuestro camino a la tierra nueva, a los cielos nuevos, como lo
hizo con su pueblo al librarlo de la esclavitud.
Actitud a Vivir: Conversión a una vida que da frutos
¿Cuáles son los frutos que da tu vida ¿qué otros puedes dar?
“Paciente y misericordioso” esa es la naturaleza de Dios… su bondad prevalece por
encima del castigo y la destrucción” (MV 6)
22-01-16 13:38
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