Servicio Cántabro de Salud Hospital Universitario Marqués de Valdecilla Servicio de Farmacología Clínica Avda. de Valdecilla s/n, 39008 Santander Tfno: 942 – 20 33 70 BOLETÍN DE TERAPÉUTICA Boletín 33: Septiembre 2007 Vol. 4– N º 6 SUMARIO 1. CONSULTAS TERAPEUTICAS. - ¿Hay hipersensibilidad cruzada entre ácido acetilsalicílico e hidrosmina ?: El E-110 - ¿Debe retirarse la terapia antiagregante en el periodo preoperatorio? ¿HAY HIPERSENSIBILIDAD CRUZADA ENTRE EL ÁCIDO ACETIL SALICÍCLICO Y LA HIDROSMINA? : El E-110. Consulta: Paciente de 41 años con historia de alergia a la aspirina. Tras el comienzo de un cuadro de insuficiencia venosa periférica se quiere iniciar tratamiento con hidrosmina. En el prospecto de la hidrosmina se advierte que está contraindicada en pacientes alérgicos a la aspirina. Se consulta sobre si existe hipersensibilidad cruzada entre hidrosmina y ácido acetilsalicílico. La hidrosmina es un flavonoide autorizado en ficha técnica para el “alivio a corto plazo del edema y síntomas relacionados con la insuficiencia venosa crónica”. Su mecanismo de acción no está claro, pero podría reducir la degradación de catecolaminas, a través de la inhibición de la catecol-O-metiltransferasa [1]. Entre las acciones farmacológicas que se atribuyen a la hidrosmina en su ficha técnica figuran [1]: 1. Reducción de la permeabilidad capilar inducida por diversos agentes como histamina o bradicinina. 2. Aumento de la deformidad de los hematíes y disminución la viscosidad de la sangre. 3. Inducción de la contracción de la musculatura lisa de la pared venosa de forma mantenida. 4. Dilatación de los colectores linfáticos y aumento de la velocidad de conducción linfática, mejorando el flujo linfático. Eficacia controvertida de la hidrosmina Una revisión sistemática de la Cochrane Library (última revisión de mayo 2005), analiza la eficacia de los flebotónicos tópicos y orales en la insuficiencia venosa crónica. Para ello seleccionaron ensayos clínicos randomizados, doble ciego y placebo-controlados que evaluaran la eficacia de rutósidos, hidrosmina, diosmina, dobesilato cálcico, centella asiática, extracto de semilla de uva y aminaftone en estos pacientes [2]. De los 59 ensayos encontrados con flebotónicos orales sólo 44 (4413 pacientes) tenían datos de calidad suficiente para el análisis de eficacia. Veintitrés ensayos con rutósidos, 10 con hidrosmina y diosmina, 6 con dobesilato cálcico, 2 con centella asiática, 1 con aminaftone, 1 con estracto de semilla de uva y 1 con extracto de corteza de pino marítimo francés. Ninguno de los estudios que evaluaban los flebotónicos tópicos reunió los criterios de inclusión [2]. Los criterios para evaluar la eficacia fueron los efectos sobre edemas, úlceras venosas, trastornos tróficos, síntomas subjetivos (calambres, dolor, pesadez, síndrome de piernas inquietas, sudoración y parestesias), medidas globales y efectos secundarios. Los resultados para la mayoría de las variables fueron heterogéneos. Los flebotónicos globalmente mostraron un beneficio en la reducción del edema (RR: 0,72, IC 95%: 0,65 – 0,81. Los demás criterios solo se pudieron analizar por grupo [2]. La conclusión de los autores es que no existe evidencia suficiente para apoyar globalmente la eficacia de los flebotónicos en la insuficiencia venosa crónica. Aunque la evidencia disponible sugiere algo de eficacia sobre el edema, la relevancia clínica de este efecto no está clara. Además, los autores advierten de la necesidad de más ensayos clínicos en los que se mejore la calidad metodológica de los mismos [2]. El excipiente E-110. CONCLUSIÓN: En la ficha técnica de todos los medicamentos disponibles en España que contienen hidrosmina figura en “ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES ESPECIALES DE EMPLEO”, la presencia del excipiente E110 [1]. Este excipiente es un colorante (amarillo ocaso) que se utiliza ampliamente no sólo en la industria farmacéutica sino también en alimentación (p. ej., en zumos de naranja). Se ha identificado como responsable de reacciones de tipo alérgico, incluyendo reacciones cutáneas y asma. La incidencia de estas reacciones es especialmente alta en pacientes alérgicos al ácido acetilsalicílico (puede llegar al 10%) [3,4]. En el año 2000 el comité de Seguridad de medicamentos británico avisó de la existencia de más de 190 especialidades autorizadas en su territorio que contenían E-110, y su base de datos de notificación de reacciones adversas a medicamentos (ADROIT) identificaba varias notificaciones asociadas al E-110 [4]. Nosotros no hemos encontrado ningún listado fácilmente accesible al médico, de todos los específicos comercializados que contengan este colorante en nuestro país. En la siguiente dirección, http://sefap.optyma.com se puede buscar con este criterio: “presencia de E-110 en su composición”, pero sólo entre los genéricos. Para descartar la presencia de este excipiente en cualquier especialidad farmacéutica habría que acudir a la ficha técnica de cada una. Así pues, no existe hipersensibilidad cruzada entre la hidrosmina y el ácido acetilsalicílico, pero si entre éste y el excipiente E-110 que está presente en todos los medicamentos que contienen hidrosmina en nuestro país, así como en otras especialidades farmacéuticas y en algunos alimentos. Dado que las reacciones alérgicas producidas por el E-110 son más frecuentes en los pacientes alérgicos al ácido acetilsalicílico, debe evitarse la prescripción de medicamentos que contengan entre sus excipientes el colorante E-110. También sería conveniente que, igual que en el caso de la tartrazina, otro colorante (el E-102) que produce reacciones alérgicas con más frecuencia en los pacientes alérgicos al ácido acetilsalicílico, se advierta a estos pacientes de ese riesgo para que tengan la precaución de mirar si los medicamentos o los alimentos contienen esos colorantes. Bibliografía 1. 2. 3. 4. Fichas técnicas de medicamentos autorizados. www.agemed.es Martinez MJ, Bonfill X, Moreno RM, et al. Phlebotonics for venous insufficiency. Cochrane Database of Systematic Reviews 2005; Issue 3. Art. Nº.: CD003229. The School of Food Biosciencies. Food addittives in the European Union. http://www.foodlaw.rdg.ac.uk/additive.htm Millar J. Excipient E110: a cause for complaint?. Br J General Practice 2000; 664. ¿DEBE RETIRARSE LA TERAPIA ANTIAGREGANTE EN EL PERIODO PREOPERATORIO? Consulta: Paciente de 64 años, con antecedente de infarto de miocardio, antiagregado en la actualidad con 100 mg /día de ácido acetilsalicílico (AAS). El paciente se va a someter a una cirugía programada por colelitiasis. Se consulta la necesidad de interrumpir el tratamiento antiagregante oral y el momento de hacerlo antes de la cirugía. La realización de un proceso quirúrgico en un paciente sometido a tratamiento antiplaquetario supone un dilema. ¿Qué es más seguro para el paciente, retirar el antiagregante y reducir el riesgo de complicaciones hemorrágicas o mantenerlo y reducir el riesgo de eventos trombóticos posteriores a la cirugía? [1]. Aunque no existe un consenso global sobre si se debe retirar o no el AAS perioperatoriamente, el tipo de cirugía que se va a realizar así como el riesgo cardiovascular basal del sujeto tienen un peso específico sobre la decisión [1-3]. Riesgos y beneficios de la retirada perioperatoria del AAS. La mayoría de la información disponible hasta ahora procede de estudios observacionales. Recientemente se han publicado dos revisiones sistemáticas/meta-análisis que analizan esta duda que se plantea cada vez con más frecuencia [2,3]. En la primera revisión sistemática no se encontró con su estrategia de búsqueda ningún ensayo clínico aleatorio, ni estudios observacionales retrospectivos o prospectivos, que compararan los riesgos cardiovasculares de retirar el AAS antes de la cirugía frente a los riesgos de mantenerlo. Sin embargo, encontraron tres estudios retrospectivos que analizaban la frecuencia en que la retirada del tratamiento crónico con AAS precedía a la aparición de un acontecimiento cardiovascular en series consecutivas de pacientes. El primero de los estudios, en 475 pacientes con infarto de miocardio, todos en tratamiento previo con AAS por enfermedad coronaria sintomática, encontró que el 2,3 % de estos infartos se habían precedido de una discontinuación muy reciente del tratamiento con AAS. El segundo estudio investigó 1.236 pacientes con síndromes coronarios agudos consecutivos, de los que 500 estaban en tratamiento crónico con AAS. El 4,1% de todos los pacientes y el 10,2% de los tratados crónicamente con AAS, presentaron un IAM tras la retirada de éste. El tercer estudio recogía una cohorte de 181 pacientes consecutivos con isquemia aguda de miembros inferiores, el 6,1% de estos pacientes habían discontinuado el tratamiento con AAS recientemente justo antes del episodio descrito [2]. Entre las causas más frecuentes de retirada del tratamiento con AAS figuraban: la realización de algún tipo de intervención quirúrgica o diagnóstica (59,1%), el incumplimiento terapéutico (31,2%) y las complicaciones hemorrágicas (6,5%). El tiempo medio transcurrido desde la retirada del AAS y el comienzo del episodio cardiovascular fue significativamente más largo para los pacientes que presentaron un evento vascular periférico (25,8 ± 18,1 días) que para los pacientes con síndromes coronarios agudos (8,5 ± 3,6 días; p < 0,02) [2]. Además, en el meta-análisis de esta primera revisión, con un total de 41 estudios y 49.590 pacientes (14.981 tratados crónicamente con AAS), la frecuencia de complicaciones hemorrágicas cuando se mantuvo el tratamiento con AAS durante la cirugía varió desde el 0% en la escisión de lesiones cutáneas o de cataratas hasta el 75% en la biopsia transrectal de próstata. El mantenimiento del tratamiento con AAS durante la cirugía incrementó en general el número de complicaciones hemorrágicas, pero no su severidad y mortalidad, salvo en el caso de la cirugía intracraneal o la prostactectomía transuretral [2]. En el segundo metaanálisis se incluyen los estudios previos y alguno más, encontrando que la retirada del tratamiento crónico con AAS aumenta más de tres veces el riesgo de presentar un episodio cardiovascular (OR: 3,1; IC 95%: 1,8-5,6). No obstante, este riesgo puede variar en función de que se trate de pacientes con enfermedad coronaria estable de base (OR: 1,8; IC 95%: 1,5-2,2), o de portadores de stents (OR: 89,8; IC 95%: 29,9-269,6) [3]. Los autores de estas revisiones recomiendan que en pacientes con riesgo moderado-alto cardiovascular, el tratamiento crónico con AAS sólo se interrumpa cuando el riesgo de hemorragia sobrepase claramente el de presentar una trombosis (Fig. 1). También están de acuerdo en la necesidad de que se realicen estudios clínicos controlados y aleatorios, para cuantificar de manera más precisa el riesgo cardiovascular tras la retirada del tratamiento antiagregante [2,3]. Historia, exploración física, evaluación del riesgo quirúrgico Cirugía menor CABG Cirugía mayor (Excluyendo CABG) Bajo riesgo de sangrado mayor Alto riesgo de sangrado mayor Sí Stent coronario reciente No Mantener AAS Mantener AAS + Tienopiridina o postponer* Suspender AAS durante 3 días Mantener AAS Fig. 1 Algoritmo sobre el mantenimiento del ácido acetilsalicílico (AAS) en cirugía [3]. CABG: injertos aorto-coronarios. En el caso de pacientes portadores de stents, son varios los estudios que han puesto de manifiesto el riesgo elevado de trombosis con la retirada prematura de la terapia antiagregantre [1,4]. La American Heart Association, el American College of Cardiology y otras asociaciones han publicado este año unas recomendaciones específicas para prevenir la discontinuación prematura de la terapia antiagregante en estos pacientes con stents coronarios. Sus recomendaciones en relación con la terapia antiagregante en pacientes que se van a someter a cirugía son claras [4]: • Ante procedimientos electivos con riesgo significativo de sangrado perioperatorio y postoperatorio, intentar postponerlo al menos hasta haber completado un curso apropiado con tienopiridinas (12 meses tras implantar un stent impregnado en fármacos y un mínimo de un mes con los metálicos). • En los pacientes con stents impregnados en fármacos que tienen que someterse a procedimientos que obligan a discontinuar la tienopiridina, deberían continuar con el AAS y reanudar la tienopiridina lo antes posible tras el procedimiento para evitar la trombosis tardía del stent. Periodo óptimo para retirar el antiagregante También este tema es controvertido, por lo limitado de la información disponible. Los resultados de dos ensayos clínicos en voluntarios sanos muestran que el tiempo de sangrado y la agregación plaquetaria se normalizan en 2-4 días, tras suprimir un tratamiento continuado a dosis bajas o moderadas (de 75 mg a 325 mg) de AAS; y la totalidad de las funciones plaquetarias en 5-6 días [5,6]. Así las recomendaciones difieren según los autores entre los 5 días de suspensión para realizar la intervención al 6º, o la recomendación de sólo 3 días, con restitución no más lejos de 2-3 días tras la intervención [2,3]. En lo que si parece haber coincidencia es en que el periodo de 7-10 días de retirada previo a la intervención podría ser excesivo y peligroso [1]. En cuanto al resto de antiagregantes la información aún es más limitada. Las recomendaciones del American College of Cardiology y la American Heart Association aconsejan la retirada del clopidogrel por lo menos 5 días antes de la cirugía de implantación de injertos aorto-coronarios en pacientes con síndrome coronario agudo tratados con ambos antiagregantes [7]. En el resto de indicaciones no existe información disponible sobre como actuar en tratamientos crónicos con clopidogrel. aumentar su grado de severidad ni de mortalidad (salvo en cirugías concretas). Se recomienda que se retire la terapia antiagregante con AAS, solo en situaciones en las que las complicaciones hemorrágicas superen en riesgo (mortalidad y/o secuelas) al de las complicaciones trombóticas que podrían aparecer por la retirada del AAS. Bibliografía 1. 2. 3. 4. CONCLUSIONES Los datos disponibles parecen indicar que la retirada del tratamiento crónico con AAS aumenta el riesgo de complicaciones trombóticas en los pacientes con riesgo cardiovascular de moderado a grave. El mantenimiento del tratamiento con AAS durante la cirugía incrementa la frecuencia de complicaciones hemorrágicas si bien no parece 5. 6. 7. Agustí A, López F. Antiagregantes orales en el periodo perioperatorio, ¿mantener o retirar el tratamiento?. Med Clin 2007; 128: 674-5. Burger W, Chemnitius JM, Kneissl GD, et al. Low-dose aspirin for secondary cardiovascular preventioncardiovascular risk after its perioperative withdrawal versus risks with its continuation-review and metaanalysis. J Intern Med 2005; 257:399-414. Biondi-Zoccai GG, Lotrionte M, Agostoni P, et al. A systematic review and meta-analysis on the hazards of discontinuing or not adhering to aspirin among 50 279 patients at risk for coronary artery disease. Eur Heart J 2006; 27:2667-74. AHA/ACC/SCAI/ACS/ADA SCIENCE ADVISORY. Grines CL, Bonow RO, Casey DE, et al. Prevention of premature discontinuation of dual antiplatelet therapy in patients with coronary artery stents. J Am Coll Cardiol 2007; 49:734-9. Cahill RA, McGreal GT, Crowe BH, et al. Duration of increased bleeding tendency after cessation of aspirin therapy. J Am Coll Surg 2005; 200:564-73. Coleman JL, Alberts MJ. Effect of aspirin dose, preparation, and withdrawal on platelet response in normal volunteers. Am J Cardiol 2006; 98:838-41. Eagle KA, Guyton RA, Davidoff R, et al. ACC/AHA 2004 guideline update for coronary artery bypass graft surgery: a report of the American College of Cardiology7American Heart Association Task Force on practice Guidelines. Circulation 2004;110:e340-437. Consultas terapéuticas: Servicio de Farmacología Clínica (Urgentes en el teléfono 942 – 20 33 73 ó 73 373. No urgentes a través del sistema de pases de interconsultas electrónicas) Coordinadora del Boletín: Dra. Blanca Sánchez (Tel: 73 373, e-mail: [email protected]) Comité de Redacción del Boletín: Dr: Javier Adín, Dr. Juan A. Armijo, Dra. Mª Angeles de Cos, Dra. Africa Mediavilla y Dra. Blanca Sánchez del Servicio de Farmacología Clínica.