UNIDAD 6 Poblamiento rural y poblamiento urbano

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Tema 13. Transformaciones económicas y sociales en el Siglo XIX.
APUNTES ESQUEMA
13.1 Proceso de desamortización y cambios agrarios. Las peculiaridades de la
incorporación de España a la revolución industrial. Modernización de las
infraestructuras. El impacto del Ferrocarril.
La economía española en el siglo XIX puede calificarse como dual, debido a la
persistencia de estructuras económicas arcaicas junto a focos aislados de
desarrollo. Aunque también en otros países europeos se da esta dualidad en los
comienzos de la industrialización, lo más característico del caso de España fue la
lentitud de los cambios.
Desamortización y cambios agrarios
La agricultura siguió siendo la actividad económica más importante; (unos dos tercios
de la población activa estaba empleada en ella) Pero la desigual distribución de la
tierra, la ausencia de innovaciones tecnológicas y los bajos rendimientos
agrícolas hacían necesario adoptar medidas en el sector agrícola.
Una de estas medidas será la desamortización:
La propiedad de la tierra en España estaba en gran medida en manos de la nobleza y
la Iglesia. La nobleza, gracias a la institución del mayorazgo no podía enajenar
(vender o transmitir) sus propiedades, ni dividirlas, sino que debía transmitirlas
íntegras al primogénito. Debido a esto, la tierra quedaba inmovilizada y convertida en
tierra de “manos muertas”. También los municipios eran propietarios de tierras que
tenían su origen en concesiones reales. Solían ser bosques o terrenos áridos que se
dividían en “tierras de aprovechamiento común” y en “tierras de propios” que eran
arrendadas a particulares. Como resultado de lo anterior la cantidad de tierra a la que
se podía acceder era escasa y cara.
principales compradores fueron las clases medias urbanas que se enriquecieron y
diversificaron sus patrimonios.
La roturación de la propiedad municipal empobreció a los ayuntamientos y asentó a
campesinos empobrecidos sobre tierras no aptas para el cultivo. En definitiva no
favoreció al campesino y creó una oligarquía agraria que ejercería el poder político y
económico durante largo tiempo
Por otro lado sólo a partir de los años 70 del siglo XIX se advierte un descendimiento
de la agricultura tradicional, representada en el trigo y el surgimiento de una
agricultura más moderna basada en el cultivo de frutales y productos de regadío en el
litoral mediterráneo.
Pero la agricultura seguía siendo un sector atrasado lo que le impidió desempeñar un
papel en la formación de capitales y por tanto en la industrialización.
La revolución industrial española.
La Revolución industrial española fue tardía e incompleta.
Se inició a partir de 1840, en el reinado de Isabel II, coincidiendo con una fase de
expansión de la economía mundial y con una relativa estabilidad política.
Además del escaso papel de la agricultura hay que señalar otros factores del retraso:
• La inexistencia de una burguesía financiera emprendedora .la burguesía prefería
inversiones a corto plazo o en sectores industriales que generen dinero rápido, como
el ferrocarril, antes que en sectores industriales básicos como la siderurgia.
• La dependencia técnica o financiera del exterior. El capital extranjero aprovechó la
buena coyuntura para invertir en España, primero el inversor franco-belga y después
el inglés.
• Escasez de carbón y materias primas.
Como solución a este problema surgieron las desamortizaciones: que consistían en la
expropiación, por parte del Estado de las tierras eclesiásticas y municipales para su
venta a particulares en subasta pública. En compensación por el patrimonio
confiscado a la Iglesia, el Estado se hacía cargo de los gastos del culto y el clero. Por
otro lado en 1836 se suprimieron los mayorazgos.
Aunque hubo algunos intentos de desamortización a fines del siglo XVIII, el verdadero
proceso de desamortización se desarrolló a partir de 1837, en dos fases, a cada una
de las cuales se las conoce por el nombre del ministro que la puso en marcha.
• La desamortización de Mendizábal (ley de 1837): Se inició debido a la crítica
situación del país. Fundamentalmente se buscaba sanear la Hacienda, financiar la
guerra civil y ganar adeptos para la causa liberal. Consistía en la venta por subasta de
las tierras expropiadas a la Iglesia, por lo que se la conoce también como
“desamortización eclesiástica”.
• La desamortización de Madoz (1855-1867): se inició durante el bienio progresista e
incluía las tierras de la Iglesia aún no vendidas y las propied municipal. La situación
fiscal y política no era tan grave, por lo que se pretendía no sólo reducir la deuda
pública, si no también crear infraestructuras para modernizar la economía, con los
ingresos obtenidos.
A consecuencias de las desamortizaciones se pusieron en cultivo grandes
extensiones de tierra, aunque esta expansión de superficie estuvo acompañada de un
aumento de la desforestación. Pero las familias más poderosas conservaron intactos
sus patrimonios. Aunque hubo pequeños y medianos compradores locales, los
• Falta de coherencia en las políticas económicas de los partidos políticos.
A pesar de estos factores se intentó transformar las viejas estructuras económicas en
otras nuevas basadas en el desarrollo del comercio y la industria, pero los resultados
no se correspondieron con los objetivos.
Cataluña fue la única zona donde la industrialización se originó a partir de capitales
autóctonos, aunque predominó la empresa de tamaño mediano. El sector algodonero
fue el más dinámico. La protección arancelaria la puso a salvo de la competencia
inglesa y le permitió, tras la pérdida del mercado colonial, orientar su producción al
mercado nacional.
La inexistencia de buen carbón y de demanda suficiente explica el desarrollo
dificultoso de la industria siderúrgica cuya localización fue cambiado a lo largo del
siglo XIX:
Primero se desarrollo la industria en torno a Málaga, sobre todo en el apogeo de las
guerras carlistas que impedían la explotación de las minas del norte. Se basaba en la
explotación del hierro.
Después entre los años 60 y 80 se dio la etapa asturiana, basada en la riqueza de
carbón de la zona, aunque no era de gran calidad.
Pero el verdadero despegue de la siderurgia se inició a finales de siglo en torno a
Bilbao. Bilbao exportaba hierro y compraba carbón galés, más caro, pero de mejor
calidad y más rentable.
En cuanto a la minería alcanzó su apogeo en el último cuarto de siglo. España era rica
en reservas de hierro, plomo, cobre, cinc y mercurio. Aunque fueron sobre todo
compañías extranjeras las que se hicieron cargo de la explotación minera. Es
importante en este desarrollo la “ley de bases sobre minas de 1868”.
En cuanto al comercio, aumento considerablemente en volumen a lo largo del siglo
XIX. La política proteccionista se mantuvo con altibajos durante todo el siglo.
Exceptuando durante el sexenio democrático con el Arancel Figuerola. Hay que
destacar también la reforma de la Hacienda pública de Mon-Santillán en 1845 y la
implantación de la peseta como moneda oficial en 1868.
La revolución de los transportes llegó con el Ferrocarril.
La primera línea se construyó en 1848: Barcelona-Mataró, pero la fiebre constructora
se desencadenó a partir de la ley general de Ferrocarriles de 1855. Las causas hay
que atribuirlas al apoyo estatal, al flujo masivo de capital y tecnología extranjeros,
sobre todo franceses y a la aportación de capitales nacionales, especialmente en
Cataluña, País Vasco y Valencia. En 1868 se habían construido 4 803 kilómetros y
fijado el trazado de las grandes líneas nacionales. Entre las compañías ferroviarias las
más importantes eran la de Madrid-Zaragoza (M.Z.A) y la del Ferrocarril del Norte.
El ferrocarril abrió el camino a la integración real del mercado español, permitiendo un
u intenso tráfico de ideas, viajeros y mercancías. El ferrocarril actuó como una
poderosa palanca de desarrollo económico.
Tema 13.1
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente mapa sobre la
industrialización española, indicando características generales y
centrándose en el desarrollo y evolución de los distintos núcleos de la
industria siderúrgica.
Fuente histórica: Realice un comentario de la siguiente gráfica
indicando el concepto, las características, causas y consecuencias
económicas y sociales de las desamortizaciones de Mendizábal y
Madoz.
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente mapa sobre el
desarrollo del ferrocarril en la España del Siglo XIX
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente mapa sobre la
explotación minera en la España del Siglo XIX y su relación con la
industrialización del país.
Tema 13.2
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente mapa sobre la
génesis del movimiento obrero en España, centrándose en la
implantación, apoyos y desarrollo del anarquismo y del socialismo.
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente gráfico sobre la
composición de la sociedad española del Siglo XIX.
Fuente histórica: Realice un comentario del siguiente mapa sobre el
desarrollo urbano de España en el Siglo XIX.
Fuente histórica: Realice un comentario de la siguiente gráfica sobre
la evolución demográfica de España en el S.XIX.
13.2. Transformaciones sociales. Crecimiento demográfico. De la sociedad
estamental a la sociedad de clases. Génesis y desarrollo del movimiento obrero
en España.
El crecimiento demográfico y el desarrollo urbano en el Siglo XIX
 La población casi se duplicó (de 10 a 20 millones de españoles) durante el siglo
XIX, pero a un ritmo muy inferior al de los países occidentales (en Gran Bretaña
la población se multiplicó por 4).
 España se mantuvo demográficamente como un país atrasado, dentro del régimen
demográfico antiguo, con tasas de mortalidad y mortalidad infantil de las más altas
de Europa, sólo superada por Rusia), sobretodo infantil.
 El exceso de la población no pudo ser absorbido por el escaso desarrollo del país y
provocó a finales del siglo XIX una emigración masiva hacia América.
 Se produjo un modesto crecimiento urbano gracias al inicio del éxodo rural
(migraciones desde el campo donde sobra mano de obra a las ciudades donde hay
más posibilidades de trabajo).
 Este crecimiento urbano dio lugar a transformaciones urbanísticas en grandes
ciudades como Madrid y Barcelona: se derribaron sus murallas y surgieron nuevos
barrios burgueses (los ensanches de Cerdá y el Plan Castro) y obreros.
 A pesar de todo lo anterior, a principios del siglo XX la población española seguía
siendo mayoritariamente rural (51%).
De la sociedad estamental a la sociedad de clases.
 El liberalismo acabó con la sociedad estamental y creó una nueva sociedad, la
sociedad de clases.
 En ella las diferencias sociales se establecen según la riqueza. Nobleza y el clero
perdieron sus privilegios. El clero regular (órdenes religiosas) disminuyó debido a
la desamortización y el descenso de las vocaciones; pero la alta nobleza entró a
formar parte de la elite dirigente.
LA SOCIEDAD DE CLASES
 Las elites: Representan el 3% de la población pero detentan el poder económico
y político. Podemos distinguir:
1. La alta burguesía de los negocios (banqueros, altos cargos del ejército y del estado,
grandes comerciantes e industriales, propietarios de tierras o inmuebles urbanos,
especuladores de bolsa o dueños de títulos de deuda pública) que se unió a la vieja
aristocracia mediante matrimonios. Eran más rentistas que empresarios capitalistas
y vivían en las grandes ciudades y, sobretodo en Madrid.
2. La burguesía regional -periférica que era más modesta pero contribuyó al
desarrollo industrial y comercial del país. A este grupo se unieron los indianos
(personas enriquecidas con los negocios en las colonias que volvían a su patria).
 Las clases medias. Es un grupo social poco numeroso que irá creciendo conforme
avance el siglo. Solían desempeñar alguna actividad profesional o empleo público en
la administración, la cultura, la prensa y la enseñanza.
 Las clases trabajadoras son el grueso de la población, gentes humildes en su
mayoría analfabetos y no tenían derecho al voto.
1. El grupo mayoritario eran los campesinos (propietarios y principalmente jornaleros).
A) Los propietarios eran numerosos, sobretodo en la mitad norte, pero la
mayoría lo eran de pequeños minifundios que no producían lo suficiente.
B) Los jornaleros son el grupo más numeroso del campo español,
especialmente en la España latifundista del sur donde eran el 75% de los
trabajadores del campo. Su número aumentó con la desamortización y sus
condiciones de vida empeoraron lo que explica su aspiración a un reparto de
tierras. Sufrían duras condiciones laborales y su trabajo era itinerante.
2. El número de obreros industriales (proletariado) era escaso, pero fue en aumento
conforme avanzó el siglo. El grupo más numeroso estaba en Cataluña y el País
Vasco.
 El estado liberal no se preocupó por la “cuestión social” ya que los principios del
liberalismo económico rechazaban todo intervencionismo. Por ello, todos los
trabajadores tenían motivos de malestar comunes: bajos jornales, trabajos precarios
de niños y mujeres, jornadas laborales de sol a sol, malas condiciones de trabajo,
ausencia de seguros de enfermedad o accidente, barrios insalubres donde se
propagaban las enfermedades, etc. Todo esto favoreció la aparición y desarrollo
del movimiento obrero.
Génesis y desarrollo del movimiento obrero en España.
 La formación de las organizaciones obreras en España es más tardía que en el
resto de Europa occidental. Durante el reinado de Isabel II, el asociacionismo
obrero era ilegal.
 En 1864, se fundó en Londres la 1ª Internacional (AIT) –impulsada por obreros
británicos y franceses- En la AIT convivieron enfrentados los seguidores de Marx
(marxistas o socialistas) y los seguidores de Bakunin (anarquistas).
ANARQUISMO
 Los anarquistas rechazaban toda intervención en la vida política y cualquier tipo
de organización jerárquica. En España hubo un claro predominio de la ideología
anarquista. Las nuevas libertades traídas por el Sexenio permitieron la creación
de la FRE (Federación Regional Española), de corte anarquista. Su área de
influencia se repartía entre los obreros catalanes y los jornaleros andaluces.
 El anarquismo utilizó como forma de lucha la acción directa ("propaganda del
hecho") contra los empresarios (huelgas o sabotajes) o propietarios de tierras
(ocupación de fincas y reparto de tierras). También destacaron por el uso de la
violencia y el terrorismo (asesinato de Cánovas, atentados...) para asustar a las
autoridades y a los patronos.
 Con la Restauración el anarquismo continuó siendo mayoritario, aunque la FRE pasó
a la clandestinidad, y tuvo que esperar a que el gobierno liberal de Sagasta aprobara
la Ley de Asociaciones (1887).
 En 1881, la FRE resurgió con el nombre de Federación de Trabajadores de la
Región Española (FTRE). En Andalucía aparecieron sociedades anarquistas
secretas, como la Mano Negra (sociedad de pobres contra ladrones y verdugos) que
cometieron atentados y acciones criminales contra los patronos. La represión
gubernamental fue muy fuerte y, junto a la división interna, daría lugar a la crisis
de la FTRE que se disolvió en 1888. Pero, el anarquismo se mantuvo vivo y daría
lugar en el siglo XX a la creación de la CNT.
SOCIALISMO
 La corriente marxista fue liderada por el tipógrafo Pablo Iglesias, que fundaría el
PSOE y el sindicato UGT. El socialismo fue en todo el siglo XIX minoritario. Su
dirección era más centralizada que la anarquista y sus tácticas eran mucho más
moderadas: combinaban la acción directa (huelgas) con la acción política
(peticiones a las autoridades, mítines y manifestaciones, participación en las
elecciones).
CATOLICISMO OBRERO
 La Iglesia católica promovió la creación de los primeros círculos de obreros
católicos (que defendían el entendimiento entre el patrono y el trabajador) para
frenar el acercamiento obrero a las doctrinas anarquistas y marxistas, Este
movimiento se fundamentaba en la doctrina social formulada en la encíclica Rerum
novarum (León XIII, 1891) que denunciaba los excesos del capitalismo.
13.3. Transformaciones culturales en el Siglo XIX. Cambio en las mentalidades.
La educación y la prensa.
El romanticismo, que fue el movimiento cultural más importante de las primeras
décadas del siglo XIX europeo.
Se introdujo en España a través de literatos españoles exiliados, como Martínez de la
Rosa, Espronceda o el Duque de Rivas y se desarrolla tras la muerte de Fernando VII
cuando la censura dio paso a la libertad de expresión.
Se caracteriza por la defensa de la libertad creadora, por la intuición, la pasión y el
sentimiento. En Cataluña y Galicia, el movimiento romántico tuvo relación con la
Renaixenca cultural.
La mentalidad positivista favoreció la evolución hacia el costumbrismo y el realismo,
que se inspiró en el análisis directo del mundo burgués, e introdujo la preocupación
por los problemas sociales. A finales del reinado de Isabel II, se produce el influjo del
socialismo utópico francés y después la influencia alemana con el krausismo, cuyo
principal propagador fue Sanz del Rio desde su cátedra de la Universidad de Madrid.
La educación siguió siendo un privilegio de la oligarquía y la clase media; las clases
populares raramente iban a la escuela o la abandonaban pronto. Por ello, la pobreza
cultural del país con un70% de la población de analfabetos en 1870 hacía imposible
todo cambio político y dificultaba el progreso económico. Se hacía imprescindible la
intervención del estado para elevar el nivel cultural
Los liberales del S. XIX heredaron la preocupación por la educación de los ilustrados y
la idea de que el Estado debía asumir la función docente monopolizada hasta
entonces por la Iglesia y crear una enseñanza pública, gratuita y libre e impartida en
castellano. Sin embargo, las realizaciones de los diversos gobiernos liberales fueron
escasas en el terreno de la educación por los problemas presupuestarios y por la
mentalidad atrasada y tradicional de las clases dirigentes del país.
El sistema educativo estuvo regulado desde el reinado de Isabel II por la Ley de
Instrucción Pública (Ley Moyano, 1957) que establecía el control de la enseñanza
(planes de estudio, titulaciones) por el Estado. La enseñanza quedó dividida en tres
niveles:
a) Enseñanza primaria, dividida en elemental y superior. La elemental –de 6 a 9
años- era obligatoria y gratuita para los más pobres. La financiaban los ayuntamientos.
Aunque la escolarización fuera obligatoria, en 1900 el 50% de los niños entre 6 y 12
años no estaban escolarizados. La no asistencia se multaba (entre 0,5 y 5 pts.) pero
la escolarización era imposible porque el Estado apenas invirtió en este tipo de
educación por lo que en muchos pueblos no había escuela ni maestro. El bajo nivel de
vida de la población hacía que los niños abandonaran pronto la escuela para ayudar a
sus familias. La enseñanza era deficiente ya que los maestros estaban mal pagados y
debían desempeñar otro oficio.
Sueldo de los maestros
“Actualmente la mitad de los maestros de escuela no ganan lo que un jornalero; 908
tienen un sueldo inferior a 145 pts. (unos 34 céntimos al día), 1900 ganan 220
pts.(0,68 céntimos al día) y 11.130 han de conformarse con 1,20 pts.” Conde de
Romanones, “Diario del Congreso”, 16-12-1901.
b) Enseñanza media o secundaria o Bachillerato. En 1900 sólo había en España 50
institutos públicos, uno en cada capital de provincia o ciudad importante y dos en
Madrid. A ellos sólo accedían los hijos de las familias más ricas ya que había que
pagar.
c) Enseñanza universitaria. El Estado tenía el monopolio y a ella dedicaba casi todos
sus recursos aunque sólo fuera a la Universidad una minoría de las elites del país
(15.000 alumnos en 1900). La Universidad tenía un sistema uniforme y centralista. La
Universidad Central de Madrid era la única que impartía todas las licenciaturas y
concedía el grado de doctor. El rey nombraba a los rectores y decanos de todas las
universidades.
Los profesores universitarios carecían de libertad de cátedra durante el régimen de
Isabel II y hubo conflictos y protestas. En el Sexenio existió una amplia libertad pero la
Restauración significó el establecimiento de una rígida censura sobre cualquier
manifestación contraria la monarquía y al dogma católico. El choque con parte del
profesorado fue inmediato, algunos dimitieron de sus cargos, otros fueron cesados
(Castelar, Salmerón, Montero Ríos y Azárate) en 1875.
Estos hechos reflejan el choque entre una mentalidad conservadora y otra forma de
pensar que se había extendido entre los intelectuales más liberales: el krausismo4,
una filosofía que propugnaba la tolerancia, la responsabilidad y la dignidad de la
persona y que trataba de influir en la regeneración del país a través de la educación.
Estos intelectuales defendían nuevas teorías como el positivismo y el darwinismo
rechazadas por la Iglesia.
4 Krausismo: corriente de pensamiento que se introdujo en España a mediados del
S. XIX. Su nombre se debe al filósofo alemán Friedrich Krause, que defendía la
libertad, una religiosidad personal alejada del catolicismo que ponía en armonía el ser
humano con el Universo y con Dios y creía en la capacidad de perfección del ser
humano a través del conocimiento racional y de una adecuada labor educativa. La
doctrina la introduce Sanz del Río, que había ampliado sus estudios en Alemania, y
ejerció gran influencia en un grupo de intelectuales españoles. El afán de control
ideológico de las Universidades por parte de las autoridades políticas chocó con el
afán de libertad de los profesores krausistas que tuvieron que abandonar las cátedras.
Uno de ellos creó la Institución Libre de Enseñanza.
La despreocupación del Estado por la enseñanza primaria y secundaria hizo
que ésta recayera en gran parte en manos privadas, sobretodo de instituciones
religiosas (más de 50.000 religiosos se dedicaban a la enseñanza). En la
enseñanza primaria, círculos demócratas, escuelas obreras y, sobretodo
instituciones religiosas, crearon una red educativa que incluía escuelas para
adultos en horario nocturno o días festivos. En la enseñanza secundaria, la
presencia privada era mayor aún (sólo 1/3 de los jóvenes estaba en centros
públicos) tanto de la congregaciones religiosas como de otras asociaciones
privadas.
ANALFABETISMO: % sobre el total de la población.
Años
España
Francia
90%
45,6%
1845
37,3%
1850
75%
32%
1860
72%
16,1%
1880
67%
5,6%
1895
1902
63,2%
4,3%
59,2%
4,3%
1909
52%
4,1%
1920
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