responsabilidad penal adolescente

Anuncio
EDUCACIÓN A DISTANCIA
RESPONSABILIDAD PENAL
ADOLESCENTE
UNIDAD TEMÁTICA 1
La condición jurídica de niños, niñas y
adolescentes.
Objetivo de la Unidad Temática 1
Esta Unidad Temática oficia como etapa previa e imprescindible al análisis y
estudio de la temática del curso, dado que el concepto que se tenga de la
niñez y la adolescencia, así como de la ciudadanía, la democracia y los
derechos humanos, determinará el aprendizaje y las reflexiones de las otras
Unidades Temáticas del curso.
Para ello se dejarán sentados los cimientos sobre los que se ha fundado la
doctrina de la protección integral de la niñez y la adolescencia, inspirada en la
Convención sobre los Derechos del Niño.
La primera parte de la Unidad Temática
buscará un acercamiento a la
concepción y tratamiento de la infancia
y la adolescencia antes de la Convención
de los Derechos del Niño , con especial
énfasis en los sectores pobres, que
fueron quienes sufrieron las peores
consecuencias de la concepción tutelar
de la infancia.
La familia desde el antiguo régimen
monárquico y la concepción de la infancia
En las sociedades monárquicas no se daba la distinción entre lo privado y lo
público, que es fundamental en las sociedades liberales. En las sociedades
monárquicas la institución familiar tenía características de institución pública y
las relaciones de parentesco servían como modelo a las relaciones sociales y
políticas.
La autoridad de un rey sobre los súbditos y la de un padre sobre sus hijos eran
de la misma naturaleza. Ni una ni otra eran contractuales, sino que, por el
contrario, se consideraba a ambas como "naturales". De su gobierno, tanto el rey
como el padre sólo tenían que rendir cuentas a Dios. Uno y otro actuaban
normalmente en función del interés de su familia, aun cuando ello implicara la
peor desgracia para sus súbditos o sus hijos.
El análisis de la vida política, económica y social bajo el antiguo régimen exigiría
que se tomara en cuenta la estructura familiar y las relaciones de parentesco.
Pero ¿en qué se diferenciaban y en qué se parecían las familias de entonces a
las de hoy en día? ¿Qué es lo que se sabe con precisión de sus características
estructurales y de la actitud de los padres respecto de los hijos o sobre el papel
de la familia en la educación?
En los Siglos XVI a XVIII las "familias" francesas son reportadas a partir de las
actas de bautismo, de nacimientos y de sepultura, por lo que sólo se registra la
fecundidad de las parejas; pero no se dice nada acerca del tamaño del grupo
doméstico. Los ingleses por su parte, registran las “familias” en los censos casa
por casa, lo que da una “fotografía instantánea” de la ocupación de los
alojamientos de una localidad en un momento dado.
Por otro lado, documentos realizados por juristas y sociólogos dan una imagen
menos cuantitativa pero más ilustrativa de las familias.
Entre los siglos XVI y XVIII los diccionarios antiguos ingleses y franceses
revelaban que el concepto de familia estaba dividido entre la idea de co-residencia
y la idea de parentesco que aparecen soldadas en la definición actual de familia.
La palabra familia evocaba tanto a un conjunto de parientes que no tenían
residencia común, como a un conjunto de co-residentes que no estaban
necesariamente ligados por vínculos de sangre o de matrimonio.
En la “Enciclopedia de Jaucourt” Del siglo XVIII, se da dos sentidos a la palabra
familia: a) Está compuesta por el padre de familia; por la madre de familia, quien,
según la idea recibida casi en toda partes, pasa a la familia del marido y por los
hijos que, al estar formados de la sustancia del padre y de la madre, pertenecen
necesariamente a la familia; y b) la familia en sentido más amplio, incluye en ella
todos los parientes; pues aun cuando después de la muerte del padre, cada hijo
establezca una familia particular, a todos los que descienden de un mismo tronco
y que derivan por tanto de una misma sangre, se los considera como miembros
de una misma familia.
Los hijos de las familias pobres
En los inicios Siglo XVII los niños de los pobres fueron vistos convenientemente
como diferentes a los otros niños. La infancia de los pobres en el siglo XVII y más
aún en el XVIII, fue percibida como un tiempo de adaptación a los hábitos de
trabajo y, en especial, a la función de preparar al niño para su predestinada vida
de trabajo futuro. Se asumía que los hijos de los pobres constituían un valor
económico (activo) para sus padres. Esta opinión permaneció incambiada hasta el
siglo XIX y sólo en el siglo XX se aceptó que los hijos de todas las clases son “más
un gasto más que una ventaja económica” para sus familias.
Consecuentemente con este cambio, distintos autores comienzan a argüir que los
hijos de los pobres tienen derecho a una experiencia de la infancia
“universalmente accesible”. Con ello, la infancia comienza a ser percibida como
una etapa determinada de la vida con su propia dinámica y su propia cultura y
posee el poder para moldear y determinar la vida del adulto.
Este nuevo papel privilegiado de la niñez implicó más que una separación
perceptible entre niños y adultos. Desde la época de los poetas románticos en
adelante, fue frecuente aceptar la infancia como un reservorio de herencias y
atributos que se perdían o entorpecían en la edad adulta.
Cuanto más la sociedad de los adultos se mostraba fría, urbanizada
y alienada, más la infancia era vista como un modo de vida que se
correspondía con la naturaleza y que preservaba las rudas virtudes
de los primeros períodos de la historia de la humanidad.
Pero ¿qué pasó con los "hijos de los pobres" cuando
tuvieron derecho a un tipo de niñez que había sido
construida para los de la clase media?
Eso no ocurrió de forma simple o lineal. Transcurrieron tres siglos
de discurso reformista y filantrópico, que indicaron siempre la
distancia de estos niños pobres y “los otros”. El cambio fue que esa
distancia empezó a ser incómoda. La invocación "los hijos de los
pobres" servía para incitar el miedo o la simpatía. El miedo residía
en que estos niños presentados como desordenados y sucios,
fueran una amenaza para el futuro de la raza si no se hacía algo
por ellos. La simpatía podía ser invocada si la condición de los
niños de los pobres era percibida como una negación de lo que se
pensaba que debía ser, propiamente, la niñez.
Hasta el siglo XVIII se creía con certeza que nada se podía hacer por
los hijos de los pobres. Estos, como grupo social identificable e
indiferenciado, recién comenzaron a ser considerados de modo
diferente a inicios del siglo XIX.
Hasta el siglo XVIII se reconocía que podían existir diferencias entre lo
rural y lo urbano, y entre la agricultura y la manufactura. Los niños
rurales y agricultores de los pobres constituían aún un problema, pero
concitaron menos atención que aquellos que vivían en un contexto
urbano e industrial.
Hasta más de la mitad del siglo XIX el discurso sobre los niños de los
pobres fue un discurso sobre los niños trabajadores, los
deshollinadores y los que trabajaban en talleres, fábricas y minas.
En estos ámbitos surgieron discusiones fundamentales acerca
de la naturaleza de la infancia y se comenzó a pensar que todos
los niños tenían ciertos derechos.
Fue en parte una extensión de este discurso, la que llevó la
atención, a mediados del siglo XIX, hacia otro segmento de los
niños de los pobres: "los niños de la calle". Niños que parecían
ganar su sustento, y quizás vivir, simplemente, en la calle. Estos
niños inicialmente fueron vistos como un peligro, como "salvajes"
que podían subvertir la estabilidad de la civilización de mediados de
la era victoriana. Pero también causaron lástima, fueron vistos
como "abandonados y perdidos" o "pillos" en necesidad de ser
rescatados para que pudieran vivir su infancia; poseyendo, al
mismo tiempo, la belleza, la fragilidad y la libertad frente a las
convenciones sociales que hicieron de ellos un pintoresco dibujo de
la escena urbana.
En la Inglaterra de esta época, el Estado no podía ser indiferente
ante estos niños y, por ello, pasaron a ser “los niños del Estado”.
De ellos se encargó la Ley de Pobres, que incluía a todos aquellos
niños cuyas vidas el Estado, en cierta forma controlaba: los niños
que trabajan, los niños que bajo la última legislación del siglo XIX
asistían compulsivamente a la escuela y los niños en cuyo nombre
la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad con los
Niños, promovía una legislación para prevenir la crueldad y el
abandono en el hogar.
La construcción de la infancia es, por
supuesto, un proceso continuo: el concepto
"infancia" no es fijo y constante. Pero entre
las postrimerías del siglo XVII y la mitad del
siglo XX ocurrieron los mayores y más
irreversibles cambios en la imagen de la
infancia, en el sentido de que todos los niños
del mundo son ahora pensados como
acreedores a ciertos principios y derechos
comunes a la infancia.
Segunda parte: La Convención de los
Derechos del Niño (CDN)
• En el análisis de la CDN se espera conceptualizar cabalmente la
expresión “niño/a y adolescente sujeto de derecho”, la que
muchas veces es empleada vacía de su contenido. Las lecturas
recomendadas para ello son: “Infancia y Democracia” de
Alessandro Baratta e “Infancia, Autonomía y Derechos: una
cuestión de principios” de Miguel Cillero.
• El concepto de niño/a, adolescente sujeto de derechos, debe
necesariamente entroncarse con una nueva concepción de
ciudadanía, de democracia y de Estado de Derecho a la luz de la
evolución histórica del reconocimiento de los derechos humanos y,
en especial, de la Convención de los Derechos del Niño.
La Convención sobre los Derechos del Niño provocó un cambio paradigmático
y revolucionario al aportar la noción de que niños, niñas y adolescentes son
sujetos de derecho. Ello permitió superar la concepción tradicional del niño/a
como objeto de protección, como persona incapaz, dependiente y excluida de
la ciudadanía, concepción llamada hoy por la doctrina como “la doctrina
tutelar” . Con ello puso en tela de juicio las legislaciones imperantes en la
época de su aprobación (1989) así como las prácticas institucionales y
sociales que se llevaban adelante en relación a la infancia.
Como expresa Thomas Kuhn al hablar de la estructura de las revoluciones
científicas (1971), (…) “estos cambios generan tensiones entre paradigmas
reinantes y paradigmas emergentes, a las que se responde a través de
‘ajustes’ dentro de la teoría vigente, con lo que el nuevo modelo permanece
teñido de la influencia del anterior”.
Esto es trasladable a cada actor social en el área de la niñez y la
adolescencia, en sus análisis e intervenciones individuales o grupales cuando
ocurren cambios drásticos como los mencionados. En tales situaciones es
común actuar de forma “hibrida”, dado que es muy difícil despegarse
totalmente de las concepciones – y prejuicios - que prevalecieron en el o los
paradigmas superados, sobre los que no se ejerció prácticamente ningún
cuestionamiento durante décadas. Esta dificultad ha quedado evidenciada
en América Latina a la hora de hacer efectivos los cambios de la normativa y
también de las prácticas sobre niñez y adolescencia.
Sujetos de Derechos
• Ser sujeto de derechos significa, para niños/as y adolescentes: ser
titulares de los mismos derechos de que gozan todas las personas,
más un plus de derechos específicos que se justifica por su
condición de personas en crecimiento.
• En palabras de Mary Beloff *: Ni media persona, ni persona
incompleta, ni incapaz; simplemente una persona en las
circunstancias de estar creciendo. Las personas son completas en
cada momento de su crecimiento. Implica reconocer a los niños,
niñas y adolescentes los derechos propios de la ciudadanía derecho a la opinión, a la participación, a la vida privada, etc. –
* En Responsabilidad penal juvenil y derechos humanos. Revista Justicia y Derechos del Niño.No 2, Buenos Aires,
2000
Uno de los principales aportes de la CDN es la
llamada “Doctrina de la protección integral”
Esta doctrina parte del reconocimiento de
que:
– Los niños son sujetos de derechos y
responsabilidades.
– Se debe prohibir y sancionar el abuso de poder
en su contra.
– Se debe proteger su diferencia.
– Se debe dejar de considerarlos menores.
Doctrina Tutelar (pre- Convención de
los Derechos del Niño)
La carencia temporal de habilidades para la
supervivencia se tradujo en incapacidad
jurídica
• Diferencia
• Dependen de adultos para
sobrevivir
• Requieren de apoyo de
adultos para sobrevivir
•
•
•
•
Desigualdad
No son capaces jurídicamente
No son sujetos de derechos
Requieren
– Tutela familiar
– Protección estatal
Doctrina de la protección
integral
• Reconoce que los niños son personas
con derechos propios, sujetos de
derechos.
• Concluye que diferencia y dignidad no
son opuestas
• Propone la protección integral de sus
derechos humanos
Principios básicos de protección
integral de derechos humanos de
niños y adolescentes
• Principio del Interés Superior del Niño
• Principio de autonomía progresiva en el
ejercicio de sus derechos
• Principio de igualdad ante la ley
Principio del interés superior
– Este es un principio que tiene su origen en la doctrina tutelar. Esta
doctrina nunca puso en tela de juicio que las personas adultas
debían considerar primordiales los intereses de los niños.
– La diferencia entre el contenido de este principio según la doctrina
tutelar o la de la protección integral es que en la primera el interés
superior es un concepto subjetivo, cada adulto/a puede tener una
concepción diferente de cual es el mejor interés para cada niño.
Según la doctrina de la protección integral el interés superior de los
niños, niñas y adolescentes no puede ser otro que la plena vigencia
y efectividad de sus derechos humanos.
– El principal valor de este principio es que ante la contraposición de
derechos de igual jerarquía entre personas de distinta edad,
debemos priorizar los de la infancia y la adolescencia.
Principio de la autonomía
progresiva
• Este principio es clave para interpretar la Convención de los
Derechos del Niño desde la doctrina de la protección integral.
• Implica reconocer que todas las personas somos titulares y
ejercemos plenamente todos los derechos durante todas las etapas
de la vida. Los niños y niñas también.
• Los niños y niñas, en tanto personas que están creciendo, ejercen
sus derechos con mayor o menor dependencia según la etapa de
vida que transcurren.
• A medida que maduran, será mayor la autonomía y menor la
dependencia. Este proceso no es lineal, dependerá de cada niño,
niña o adolescente.
• El lugar del adulto/a no es sustituir a los niños, niñas y adolescentes
en el ejercicio de derechos sino guiarlos para que con su apoyo
puedan ejercer los derechos por sí mismos (art. 5 de la CDN)
Principio de igualdad ante la ley
• Nacemos igualmente dignos
• Tenemos los mismos derechos
• Los niños los ejercen de manera diferente:
con mayor o menor dependencia de otras
personas.
• Por ello a partir de la Convención de los Derechos del
Niño los niños, niñas y adolescentes son titulares de un
plus de derechos respecto de las demás personas: los
derechos de la protección
Tercera Parte:
La especificidad de la etapa
adolescente.
Vulnerabilidad y ciudadanía
Vivimos en una era decadente.
Los jóvenes ya no respetan a
sus padres, son descorteses e
impacientes.
Pasan el tiempo en las
tabernas y no poseen dominio
de si mismos.
Inscripción en túmulo egipcio hace 6000 años
ETIMOLOGÍA DE ADOLESCENCIA
PUBERTAD:
“pubertas” que significa
“EDAD VIRIL”
ADOLESCENTE: 1.ª mitad siglo XV. Tom. del lat.
Adolescens - tis, (también
adulescens), “HOMBRE JOVEN”.
Diccionario de la Lengua Española:
de “adolescere”
1. “crecer”
2. “dolor, padecimiento,
enfermedad”
Naturaleza y significado
La adolescencia es un periodo de transición en el
desarrollo entre la niñez y la edad adulta.
Por lo general, se considera que comienza alrededor de
los 12 ó13 años y termina hacia los 19 ó 20.
La adolescencia comienza con la pubertad, que es el
proceso que conduce a la madurez sexual, es decir
cuando una persona puede engendrar.
Es un proceso que no sólo presenta cambios físicos sino
sociales y emocionales que no dependen únicamente de
la edad cronológica.
Durante esta etapa se produce tanto el desarrollo físico y
fisiológico, como el desarrollo intelectual basado en el acceso al
pensamiento formal abstracto.
También se puede hablar de un “desarrollo moral”, por medio del
cual los adolescentes han internalizado los valores y estándares
de la familia y de los pares significativos y se ajustan o no a las
convenciones sociales, apoyan o no el statu quo y piensan en
términos de hacer o no hacer lo correcto para complacer a otros
o para cumplir o no cumplir la ley.
Asimismo se produce el llamado “desarrollo escolar y vocacional”
La atmósfera familiar, el interés de los padres y las relaciones
familiares parece tener una influencia mayor en los resultados
escolares de los adolescentes que el estatus socioeconómico.
Diversos factores intervienen a la hora de elegir una carrera
entre ellos son: la habilidad individual y personalidad, educación,
antecedentes socioeconómicos, raciales o étnicos, valores
sociales y los accidentes de las experiencias particulares en la
vida
El aspecto principal de la adolescencia
es la búsqueda de la identidad.
Según la teoria de Erik Erikson, la principal tarea de esta etapa de la
vida es resolver el conflicto de la identidad versus la confusión de la
identidad para poder convertirse en un adulto que pueda cumplir un
rol en la vida.
Para construirla, el yo organiza las habilidades, las necesidades y los
deseos de las persona para adaptarlos a las exigencias de la sociedad.
Implica identificarse con una serie de valores, ideología, una religión,
un movimiento político o un grupo étnico.
El amor forma parte importante en el camino hacia la identidad ya
que permite que el adolescente exponga su propia tentativa de
identidad que se ve reflejada en el ser amado y le ayuda a clarificar el
yo.
Esta etapa de búsqueda de identidad, de crecimiento y de cambio, es
una etapa de crisis entre lo que se era cuando niño y lo que se será de
adulto.
Crisis implica la presencia de acontecimientos decisivos que impactarán
en el futuro.
Por tanto, el o la adolescente, en esta crisis natural, pasa por una etapa
de “natural vulnerabilidad”, más allá de su posición social y económica.
En esta vulnerabilidad, el o la adolescente tiende a asumir una identidad
por “pertenencia”, en la que se pierde autonomía y falta de claridad
entre “ser” y “pertenecer”. De ahí la importancia que adquieren los
grupos de pares a los que “pertenence”, así como sus normas y valores.
Las normas del grupo son sus normas.
Esto lleva a jerarquizar algunos elementos del entorno que operan como
“apoyaturas” y contribuyen a un buen tránsito hacia la adultez. Entre
ellas:
Las redes sociales
La pertenencia a una tradición sociocultural
La inclusión en el sistema educativo y productivo
La participación y el ejercicio de la ciudadanía
Es por todo lo expuesto que la
especificidad de la etapa adolescente, sus
peculiaridades y dificultades propias,
deben destacarse y diferenciarse de las de
la infancia, la juventud y la adultez, porque
a ella se dirigen mayoritariamente los
sistemas de justicia penal para personas
menores de edad.
Si ya realizó las lecturas que acompañan
a la guía de la Unidad Temática 1, por
favor realice la evaluación que el
docente le indique.
Gracias y buena suerte!
Descargar