español - Museo das Peregrinacións

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SALA I
LA PEREGRINACIÓN. UN CAMINO RITUAL
DE PURIFICACIÓN Y CONOCIMIENTO
Peregrinar se ha convertido para nosotros en una evocación
sentimental de los lugares que marcaron nuestra vida y
memoria. Pero esta peregrinación es así denominada por
analogía con un fenómeno que es, por excelencia, religioso.
Prácticamente, todas las formas de culto generaron esta forma
de mediación con lo sagrado. Existen indicios de peregrinaciones
prehistóricas; aparecen documentadas en las culturas
mesopotámicas, egipcia y griega. En la Edad Media cristiana y
musulmana alcanzan un auge que se prolonga hasta nuestros
días, al igual que los viajes a los lugares sagrados de la India o
China.
La peregrinación es un camino ritual emprendido individual o
colectivamente con la finalidad de buscar la purificación, la
perfección o la salvación.
En esta experiencia religiosa se establecen una serie de
vínculos: enlaza un lugar profano con el mundo superior, a un
caminante individual con una comunidad, y el peregrino de
carne y hueso con el que renace purificado por el cumplimiento
de su empeño. Estas relaciones son las que diferencian a la
peregrinación de cualquier otro recorrido o viaje. Para que exista
peregrinación son imprescindibles, por lo tanto, un lugar, un
recorrido que implica sacrificio y esfuerzo físico, y un objetivo
sagrado.
El lugar santo puede adoptar distintas formas: puede ser
árbol, fuente, montaña o cualquier ciudad o templo en el que
se veneran unas reliquias; una señal visible de contacto entre
lo humano y lo divino. Pero en el camino, metáfora de la vida
terrenal, se inicia ya una transformación personal visible a
través de una serie de ritos que culminan en el momento de
la llegada. Allí, alcanzada la meta, el peregrino renace
convirtiéndose en un hombre nuevo.
Este mapa es fruto de un trabajo de investigación continuo
iniciado en el año 2003 en el Museo de las Peregrinaciones.
Se trata de localizar las distintas peregrinaciones que existen en
el mundo: sus lugares y objetos de culto, sus fiestas, sus
rituales, su historia y todo lo que contribuya al conocimiento de
cada peregrinación, así como de la cultura que la generó.
De esta manera, se van a incluir progresivamente en el mapa
los nombres de los lugares de peregrinación que se vayan
documentando.
Los invitamos a participar en este proyecto con la aportación de
datos sobre peregrinaciones que no figuren actualmente en este
mapa. Con este fin encontrarán unos formularios a la salida del
museo.
Agradecemos su colaboración.
1
No soy capaz de caminar: 500 pares
de zapatos de vidrio en dirección a
Nidaros (selección)
Borgny Svalastog
Noruega, 2006
Vidrio soplado a molde
Donación de la autora
Los zapatos de vidrio simbolizan la meta del Camino, a través de siete
colores utilizados de un modo simbólico en relación con la
Universalidad de la Peregrinación. Esta selección formó parte de la
instalación titulada: No soy capaz de caminar: 500 pares de
zapatos de vidrio en dirección a Nidaros, incluida en la
exposición: 14+1 Estaciones. Experiencias de con:tacto.
Peregrinación en
Grabarka. “El
monte de las
6.000 cruces”
Cristina García
Rodero
1997-1998
Positivos en B/N
sobre papel
Donación de la
autora
Grabarka, “el monte de las 6.000 cruces”, es en la actualidad el centro
de peregrinación más importante de la Iglesia Ortodoxa Polaca,
aunque desde hace algunos años acuden también creyentes del culto
católico.
En el origen de la sacralización de este monte y de la fundación de
su santuario, confluyen dos tradiciones. La más antigua se remonta
al s. XIII, cuando la gente del lugar, aterrorizada por las invasiones
tártaras, esconde en él un icono de la Transfiguración de Cristo que
nunca llegó a ser encontrado. La otra tradición se origina en 1710,
durante la epidemia de cólera que azotó la zona. Entonces, un
aldeano tuvo un sueño, considerado una revelación divina, en el
que llevaba una cruz al alto del monte para salvarse. Desde
entonces, tanto ortodoxos como católicos peregrinan a Grabarka
para clavar sus cruces en el bosque y beber agua de la fuente
milagrosa. El tamaño de la cruz dependerá de la intensidad de la
ofrenda y de la penitencia.
Como muchos otros lugares de culto y peregrinación, Grabarka es
un cerro -lugar de revelación-, vinculado con el elemento natural
del agua -símbolo de la purificación de los pecados- y con la cruz símbolo cristiano de la Pasión de Jesús-.
Peregrinos en
Ajmer (India)
Nacho Castellanos
1995-1997
Positivos en B/N
Donación del autor
Ajmer, ciudad en el norte de la India en la región de Rajastán, fue
fundada en el s. XII. Constituye un lugar santo para 90 millones de
musulmanes sufistas del subcontinente asiático.
2
Más de 150.000 fieles procedentes de la India, Bangladesh, Pakistán y
Afganistán se encaminan anualmente hacia Ajmer, constituyendo la
mayor peregrinación musulmana de dicha zona geográfica.
Conmemoran el Urs, aniversario de la muerte de Khawaja Mo’inudin
Chisti (1139-1236), santo sufí precursor del Islam en la India. A su
llegada, los peregrinos posan sus manos, su frente y sus labios sobre
uno de los arcos de entrada al túmulo. Después, durante todo el día
escuchan la música mística de los Qawwali mientras se distribuyen
raciones de arroz y té entre todos los asistentes sea cual sea su
religión.
El sufismo es la corriente más abierta y tolerante del islamismo.
procesiones de fieles procedentes de cada una de las iglesias,
reuniéndose en la explanada central para, posteriormente, renovar
su bautismo en las piscinas llenas de agua del Jordán. La tradición
habla también de que en Lalibela se guarda el Arca de la Alianza.
Ante la ermita de Qoyllur
Rit’i. Perú
Christoph Lingg
Mayo de 2002
Fotografía en B/N
Peregrinación en Lalibela. Etiopía
Fernando Moleres
2001
Positivos en B/N
Donación del autor
Lalibela, pequeña localidad perdida en el corazón de Etiopía, fue
construida a imagen de Jerusalén: con un pequeño arroyo llamado el
Jordán y una colina denominada el Monte Tabor. Acoge también un
maravilloso conjunto de once iglesias y un monasterio excavados en la
roca en el s. XII.
El origen de este conjunto está en la muerte por envenenamiento del
monarca Lalibela tras la que un ángel llevó su alma al cielo donde
pudo observar unas construcciones maravillosas que Dios le ordenó
repetir en la tierra. Devuelta su alma al mundo terrenal, hombres y
ángeles construyeron Lalibela.
Cerca de 50.000 cristianos – de culto monofisista y copto – acuden a
ella para celebrar la Navidad, la Epifanía y la Pascua. Como hace ocho
siglos, cada año comienzan las celebraciones con las distintas
La peregrinación al santuario del Señor del Qoyllur Rit’i en Perú es
la fiesta indígena más multitudinaria de América y una de las
manifestaciones más profundas de la religiosidad andina. El ritual
consiste en una peregrinación de varios días durante la cual los
peregrinos ascienden hasta el límite de las nieves perpetuas para
llegar al corazón del santuario.
Una gran multitud de fieles llega al valle del Sinakara tres días
antes de la celebración del Corpus Christi. Los actos litúrgicos se
suceden acompañados del repique de campanas, fuegos artificiales,
bombas, danzas y cánticos populares; por las noches con el rezo
del rosario y durante el día con la celebración de misas. En el
llamado “Día Principal” pueden llegar hasta 70.000 peregrinos para
asistir a los actos religioso-festivos que allí acontecen: la procesión,
el desfile folklórico y, finalmente, la Bendición y Despedida.
3
El Camino
de Kumano.
Japón
1999
Positivos en
color sobre
papel
Donación del
Gobierno de
la Prefectura
de
Wakayama.
Japón
Originariamente, Kumano era una tierra sagrada en la que moraban
los dioses sintoístas de la originaria religión Shinto. Con la
propagación del Budismo, estos dioses fueron considerados al mismo
tiempo como la encarnación de Buda. El camino de Kumano se
convierte de esta forma en un ejemplo de sincretismo religioso y de
convivencia de dos religiones.
El itinerario del Camino Kumano parte de la ciudad de Kyoto y tiene
un recorrido de 370 Km. salpicado de pequeños santuarios y grandes
templos. Alcanzó su apogeo entre los siglos X y XII, participando en
esta peregrinación gente de todas las clases sociales, incluida la
familia imperial. Desde el s. XVII se inició un pequeño declive que se
está compensando en la actualidad con una nueva revitalización. A
este camino están asociadas cuatro fiestas en diferentes estaciones
del año, dos de ellas relacionadas con el fuego como elemento
purificador.
Las semejanzas y paralelismos en muchos rasgos históricos entre el
Camino de Kumano y el Camino de Santiago contribuyeron a que en
el año 1998 se firmase la Declaración Oficial de Amistad entre la
Comunidad Autónoma de Galicia y la Prefectura de Wakayama.
Peregrinos
en un ghat
en
Benarés
(India)
Luís Baylón
2001
Positivos en
B/N sobre
papel
Donación
del autor
Benarés o Vanarasi, es una de la ciudad de peregrinación más
emblemática del mundo. Siendo el hinduismo religión mayoritaria
en la India, la fuerza de su vivencia religiosa se hace totalmente
patente en esta ciudad bañada por el sacrosanto río Ganges. La
sacralidad de este río surge ya desde su nacimiento en el Himalaya
pero es en Benarés donde su veneración alcanza su más profundo
significado. Aunque en la India todos los ríos son sagrados porque
se identifican con la divinidad y conceden fertilidad física y
espiritual -regando los campos y purificando el alma-, el Ganges
sobresale entre ellos porque es considerado su origen. Es Ganga,
diosa del agua, la que regala la vida y, también, la que recibe las
cenizas de los muertos, conduciendo el alma del difunto hasta
Shiva (dios de la muerte) y posibilitando, al mismo tiempo, su
renacimiento. Los relatos sobre la peregrinación a Benarés parecen
remontarse al s. VII. Desde entonces, miles de hindúes peregrinan
hasta esta ciudad para purificarse en las aguas del río a través de
unas zonas escalonadas llamadas ghats, para realizar sus ofrendas,
escuchar a los guías espirituales, sadhus y gurús e, incluso, para
morir allí.
4
Lucernas
s. I d. de C.
Arcilla modelada
Posiblemente provenientes de
las catacumbas de San
Sebastián (Roma)
Las lucernas tuvieron entre otros usos el alumbrado de los recintos
funerarios. En las catacumbas, junto a los nichos de enterramiento,
existían otros pequeños huecos o repisas donde se colocaban. Se
componían de un encendedor – bico-rostrum – para la mecha –
ellychnium – que solía ser de estopa, cáñamo o fibras de ricino, papiro
u otros materiales, y un depósito para el combustible, generalmente
aceite.
Cruces relicario. Encolpia
ss. XII-XIII
Bronce y plata
El propio nombre griego de encolpion (“en el pecho”) nos sugiere la
utilización de estas cruces. Servían para introducir reliquias que con
frecuencia los peregrinos traían de los más importantes centros de
peregrinación cristianos del Mediterráneo Oriental (Siria, Palestina,
Egipto…), durante la Edad Media, siendo de uso frecuente desde el s.
IV hasta el XIII. Están formadas por dos piezas articuladas mediante
una bisagra de modo que en su interior pudiese guardar la reliquia
correspondiente. Una argolla facilitaba su suspensión de una cadena o
cordel sobre el pecho. En su decoración siempre aparecía Cristo
Crucificado, la Virgen e incluso los evangelistas. El encolpion era, al
mismo tiempo, un distintivo del creyente cristiano y un objeto
devocional. En la actualidad recibe ese nombre la cruz que portan
los obispos de la Iglesia católica.
Molinillo de oraciones. Khorten
Tibet, s. XIX
Madera, marfil, turquesas y coral.
El khorten, o molinillo de oraciones, es uno de los objetos más
utilizados por los creyentes budistas. Los hay de gran tamaño a la
entrada de los templos, pero los de mano son los utilizados de
modo especial por los peregrinos que los llevaban en su viaje. El
cuerpo cilíndrico está grabado con emblemas místicos u oraciones
en sánscrito y en su interior hay, a su vez, unos papelitos que
contienen textos o invocaciones sagradas (mantras). El cilindro gira
sobre el mango de forma que la persona que lo porta lo hace girar,
siempre en la dirección del sol, mientras camina o medita, de
forma que cada vuelta equivale a una múltiple recitación de las
oraciones que contienen. Este movimiento continuo produce un
suave y acompasado sonido que armoniza con el andar del
caminante.
En el budismo son principalmente cuatro los lugares de
peregrinación, asociados todos ellos a la vida de Buda en Nepal y
en la India: Lumbini, su lugar de nacimiento; Sarnath, donde
predicó su primer sermón; Bodh Gaya, donde alcanzó la
Iluminación; y Kushinagara, lugar donde murió.
5
El Libro del peregrino a la Meca
Ca. 1830
Manuscrito sobre papel de hilo encerado
Cubiertas en piel con repujados en oro
La peregrinación a la Meca, hayy, es para todo creyente musulmán
adulto y sano uno de los llamados “Cinco pilares del Islam”, según la
surah 3:93 del Corán. Siempre que las condiciones económicas no se
lo impidan y queden cubiertas todas las demás necesidades, es
obligatoria esta peregrinación por lo menos una vez en su vida.
Supone un gran perdón por lo que el creyente alcanza de este modo
la remisión de todos sus pecados anteriores. Una persona que hiciese
la peregrinación la puede volver a hacer en nombre de otra que esté
enferma y no la pueda realizar.
La Meca (Arabia Saudita) es la primera de las ciudades sagradas de
peregrinación del Islam. Las otras dos más importantes son Jerusalén
(Israel - Palestina) y Medina (Arabia Saudita), tumba del profeta
Mahoma.
Sandalias. Warayi
Japón, 1999
Fibra vegetal
Donación de José Isorna, OFM
Sandalias utilizadas comúnmente por monjes e incluso por peregrinos
budistas. En este caso fueron unas de las que usaron los monjes Zen,
Kakuju Matsubara, de Tokio y Hakuho Hanahoka del Monasterio de
Saitama - Ken para recorrer el Camino de Santiago durante el Año
Santo de 1999.
La peregrinación fue hecha en compañía de dos japoneses
cristianos, y juntos desarrollaron esta iniciativa con el propósito de
potenciar el ecumenismo entre las distintas religiones y la paz
entre todos los seres humanos tal y como consta en un escrito
entregado al Arzobispo de Santiago y al Prior del Convento de San
Francisco.
En Japón son muy numerosos los lugares de peregrinación, tanto
de la religión budista como de la sintoísta, siendo los más
importantes Ise, Nara o Kumano.
Por tierras
de
Portomarín.
Camiño de
Santiago
Luisa Rubines
2002-2004
Papel satinado
a color
Donación de
la autora
LAS ALEGORÍAS DE LA PEREGRINACIÓN
El concepto de peregrinación se utiliza en todas las culturas
de forma alegórica para expresar la similitud entre el viaje
físico del individuo para venerar un lugar sagrado y el viaje
espiritual que este debe seguir en su vida. La alegoría es
una manera de comunicación simbólica, en la que un hecho
real, una imagen visual o escrita es solamente aparente y
contiene otro significado de carácter diferente y oculto, a
veces comprensible para grupos reducidos de personas.
6
El viaje físico del peregrino supone, al mismo tiempo, un viaje
interno de carácter espiritual. El hecho físico del esfuerzo y de
los avatares para acercarse a la meta que supone la
peregrinación, es tomando como metáfora o ejemplo de lo que
debe de ser el viaje espiritual del ser humano en la tierra. El fin
de este viaje es alcanzar el más alto grado de Conocimiento, de
Sabiduría, la Renovación espiritual, la Gloria, el Paraíso o la
aproximación a Dios.
De este modo, a través de obras artísticas, literarias e incluso
lúdicas, se encuentran numerosos ejemplos de la idea alegórica
de la peregrinación. En la tradición cristiana, ya el viaje de los
apóstoles con el fin de difundir la doctrina de Jesucristo es
comparada con el viaje de los peregrinos, de los viajeros, por
tierras extrañas; incluso el nombre de Jehová significa Dios en
el Camino. El filósofo chino Lao Tzé (c. 570 - c. 490 a.C) dio
origen al pensamiento y religión taoístas a través de su libro Tao
Tê-King, refiriéndose al Tao como el camino hacia la Perfección.
Buda (c. 563 - c. 486 a.C) no sólo viajó por todo el valle del
Ganges para predicar sus enseñanzas, sino que hizo a la vez un
viaje interior con el fin de alcanzar el Nirvana o Iluminación. En
su doctrina, la vía para lograr la liberación espiritual del
individuo del mundo material se denominó la Óctuple Senda o
Camino de las Ocho Etapas.
Incluso la experiencia mística fue descrita metafóricamente
como un viaje hacia Dios. De este modo lo describen los
musulmanes de la corriente mística sufí o pensadores árabes
del s. XII como Avenpace (El régimen del solitario) o Ibn Tófail
(Hay ben Yaqdan). De forma idéntica lo expresó el místico
cristiano alemán del s. XIII Maestro Johannes Eckarht: “El
camino sin caminos, donde se pierden los hijos de Dios, y al
mismo tiempo, se encuentran”.
Paraphrasis in Novum Testamentum.
Peregrinatio...Petri et Pauli
Erasmo de Rótterdam
Lugduni [Lyon], Sébastien Gryphius, impresor (15421544)
Papel impreso, letra itálica, xilografías
A partir de 1522, Erasmo se embarcó en la difícil tarea de comentar
los textos evangélicos, concretamente, los Hechos de los Apóstoles,
acompañados de notas críticas que trataban de mostrar el poco
rigor de la versión latina de la Biblia Vulgata. La publicación la
dedicó a distintos estadistas y monarcas de la época, entre ellos, a
Carlos V, Enrique VIII y Francisco I, con el propósito de
encomendarle el buen gobierno del mundo y el cese de las luchas
que mantenían entre sus reinos.
En 1542 añadió la Peregrinatio...Petri et Pauli, expresada de forma
semejante a las Sagradas Escrituras como una alegoría del
transcurrir del ser humano a lo largo de su vida, estableciendo un
paralelismo con la tarea de los Apóstoles en su difusión de la
doctrina de Jesucristo recorriendo todos los caminos entonces
conocidos.
Por otra parte, mientras que Erasmo continuaba avalando esta
antigua comparación evangélica, no apoyaba, al igual que tantos
humanistas de la época, las prácticas religiosas de culto a las
reliquias y la peregrinación por considerarlas como rituales llenos
de rasgos de carácter supersticioso.
7
Mandala
Nepal, finales s. XX
Pintura sobre lienzo de tela
En el budismo tántrico, corriente practicada principalmente en el
Tíbet, uno de los elementos devocionales más utilizados son los
mandalas, representaciones personalizadas de los distintos aspectos
de Buda y de su doctrina. Un mandala es un esquema o diagrama
estructural que permite meditar “viajando” con la mente y con el
espíritu hasta el centro, es decir, hasta el Buda o la representación de
la Iluminación. Por medio de las técnicas de meditación, de los gestos
rituales para meditar y orar (mûdras) y de los mandalas, el iniciado va
meditando sobre los diversos aspectos de Buda hasta alcanzar un día
la unión con él, es decir, al nirvâna, o a la máxima sabiduría, la
Iluminación, por la liberación de todos los deseos y, en consecuencia,
de todos los sufrimientos.
Juego de la Oca
Interpretación basada en originales del s. XVII
Dibujo de Heliodoro Fernández Vitoria, Pos. Heraclio
Fournier, impresor
1960-70
Litografía
El tradicional Juego de la Oca tiene, como tantos otros juegos
habituales de entretenimiento, un origen antiguo con fuerte carácter
simbólico. En él se sigue un “itinerario” en espiral, de fuera hacia
dentro, a través de un recorrido, separado generalmente en tres
trechos por una especie de pared o cerca. En este camino se
encuentran toda suerte de situaciones adversas (pozo, laberinto,
cárcel, e incluso la muerte) y también beneficiosas (los puentes, los
dados o las ocas). Hay un inicio y un final, que no es la muerte, si
no la última casilla en la que aparece, generalmente, una doncella
y un cisne.
Se habla de un origen griego y se atribuye al rey Palamedes
durante la guerra de Troya. Tanto la oca como el cisne tenían en el
mundo clásico una simbología relacionada con la Sabiduría, con el
adiestramiento de los que se iniciaban en cualquier disciplina y
también con la seguridad de las propiedades ya que alertaban de la
presencia de extraños con sus escandalosos graznidos.
Otros indicios apuntan a su relación con la Orden del Temple y la
salvaguarda de los caminos de peregrinación cristianos, como otras
órdenes de carácter religioso-militar. En este sentido, el Juego de la
Oca sería una versión alegórica y reducida del Camino de Santiago
con el ser humano como caminante. Las trece ocas serían las casas
del Temple, los lugares seguros (“de oca a oca...”) que coincidirían,
además, con las trece etapas que marcaba el Codex Calixtinus. La
Muerte sería el sepulcro del Apóstol Santiago en la casilla 58, y la
ciudad una oca (casilla 59), pero no el fin del Camino que sería la
casilla del Cisne, el verdadero final: físicamente, Finisterre (el Finis
Terrae de la Antigüedad), simbólicamente, la renovación del
espíritu, la Gloria, el Conocimiento Supremo, la Resurrección.
La identificación física del resto de las casillas, basándose -entre
otras pruebas-, en cálculos de la simbología numérica, ponen en
relación, por ejemplo, el primer puente con Puente la Reina, el
pozo con Castrojeriz o Carrión de los Condes, el laberinto en la
zona de León y las ocas con Jaca, Pamplona, Estela, Rabanal del
Camino o Triacastela y Santiago, entre otras.
8
Theatro Moral de la vida humana en cien
emblemas; con el Enchiridion de Epicteto.
Cebes, Epicteto Gentil, Enchiridion
Otto Van Veen (Vaenius), Paulus Pontius, grabador
Antwerp (Amberes), viuda de Henrico Verdussen
1733
Impresión sobre papel; encuadernación en piel del s.
XIX
El texto que contiene el diálogo filosófico-moral conocido como Tabula
Cebetis (Tabla de Cebes), se debe al filósofo Cebes que lo escribió en
el s. I d.C. La filosofía moral que contiene deriva del Estoicismo
grecolatino, valores que fueron aprovechados también por el
Cristianismo.
El diálogo presenta la vida del ser humano de forma alegórica de
modo que se muestra como una peregrinación en la tierra. En el
período del Humanismo renacentista, el texto del diálogo se completó
con una representación gráfica. A la alegoría se le da forma de un
recorrido por un camino ascendente, dividido en tres sectores por
paredes amuralladas, en el que el ser humano se enfrenta, desde su
infancia, a constantes elecciones, disfruta o sufre según las opciones
tomadas y los avatares de su vida y siempre se encuentra con el
dolor, con la purificación o el sufrimiento. Aquellos que eran capaces
de recorrer todo el camino (representados, de hecho, como
caminantes con el traje de los peregrinos de la época), llegan a una
construcción en forma de templo que puede simbolizar al mismo
tiempo, la Gloria, la Sabiduría y el Conocimiento.
Otra peculiaridad de representación gráfica de la Tabla de Cebes es su
posible relación con el Juego de la Oca, de origen antiguo o medieval,
y también de carácter simbólico que podría representar, asimismo, la
alegoría de la vida humana como peregrinación, con un inicio, un
recorrido amurallado en tres sectores, situaciones favorables y
desgraciadas, la muerte y una llegada al Paraíso o al Conocimiento.
9
SALA II
ORÍGENES DEL CULTO JACOBEO.
LA TRASLACIÓN DEL CUERPO DE
SANTIAGO
LA LEYENDA JACOBEA
La escasa información que sobre Santiago proporcionan los
textos canónicos motivó la aparición de numerosas tradiciones
que desarrollaban aspectos desconocidos de su vida. Entre estos
relatos figuran la predicación de Santiago en Occidente y las
circunstancias de su martirio. Mandado degollar por Herodes en
el año 44 d.C. y privado de sepultura, su cuerpo fue recogido
por sus discípulos y embarcado en una nave en el puerto de
Jaffa, iniciando una milagrosa navegación que, al cabo de siete
días, los llevó a Iria Flavia.
Tras el desembarco, los discípulos, que se encontraban en el
territorio de una reina llamada Lupa, se dirigieron a su palacio
de Castro Lupario para pedirle un lugar donde enterrar a
Santiago. Ésta los envía al legado romano, que ordena su
prisión, siendo posteriormente liberados por un ángel. La reina
intenta de nuevo engañarlos enviándolos al Monte Ilicino en
busca de bueyes -que en realidad eran toros bravos- para
trasladar el cuerpo del Apóstol. Milagrosamente, éstos son
amansados y se dejan uncir por lo que los discípulos consagran
el monte denominado, desde entonces, Pico Sacro. Lupa se
convierte al cristianismo y les cede el terreno de Libredón, al pie
de un pequeño castro, como lugar de enterramiento.
Hay toda una serie de factores que relacionan la aparición del
cuerpo de Santiago con este lugar: por un lado, la creencia de
la predicación de Santiago en España que, aunque gestada a
finales del s. VI, se difunde a partir del VIII, en un momento
en el que al emergente reino asturiano le interesaba resaltar
los lazos de unión con la figura apostólica, apoyada, además,
por la tradición -ilustrada en los textos de Beato de Liébana-,
de que los apóstoles estaban enterrados allí donde habían
predicado; por el otro, la consideración de Iria en esta
centuria -que ya había sido un floreciente enclave comercial
en la época imperial romana- como una de las sedes
episcopales más influyentes de la monarquía asturiana.
Será, por tanto, en la primera mitad del s. IX, y con este
contexto
político-religioso,
cuando
se
produzca
el
descubrimiento del sepulcro apostólico por el ermitaño Pelayo
que, alertado por unas milagrosas luces, dio aviso al obispo
Teodomiro de Iria. Éste, de inmediato identifica el lugar como
el sepulcro de Santiago y comunica la noticia al rey Alfonso
II.
EL APÓSTOL SANTIAGO
Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo y de Salomé y hermano
de San Juan evangelista, es uno de los apóstoles que
acompaña a Cristo en momentos importantes de su misión
como en la resurrección de la hija de Jairo, la curación de la
suegra de Simón Pedro, la Transfiguración en el Monte Tabor
o la oración en el Huerto de los olivos en Getsemaní. Pocas
son, pues, las noticias que conocemos acerca de su vida y
predicación a través de los textos bíblicos.
Según una antigua tradición, años después de la resurrección
de Cristo, los apóstoles se reúnen para distribuirse el mundo
10
a fin de difundir el mensaje evangélico. Santiago recibe la
misión de predicar en Hispania, donde organiza un escaso grupo
de discípulos, crea alguna comunidad y donde la Virgen se le
aparece en varias ocasiones para darle ánimos.
Una de las primeras representaciones plásticas de Santiago
como apóstol es la del Beato de Girona: viste túnica y manto y
lleva el libro de los evangelios como un apóstol más y sin
distintivos iconográficos propios.
Desde principios del s. XIV, Santiago Apóstol también se nos
muestra sedente, en majestad o en cátedra, vestido con túnica
y manto, descalzo, con el báculo en una mano y un rollo de
pergamino en la otra, informando de su misión evangelizadora:
Hic est corpus divi Jacobi apostoli et hispanorum patroni.
Santiago apóstol en el Beato de
Liébana. “Iacobus. Spania”
Facsímil del original del archivo de la
catedral de Girona
Explanatio in Apocalypsin
Atribuído a Beato de Liébana
Emeterio (esch.); Eude (ilum.)
970
Manuscrito, pergamino
Santiago apóstol sedente
Basado en los grabados de Melchor de Prado sobre la
escultura del Altar Mayor de la Catedral de Santiago de
Compostela
Anónimo
Finales s. XVIII
Dibujo coloreado con acuarela sobre pergamino
Donación familia Blanco-Cicerón
11
LA SANTA PARENTELA. La descendencia apostólica de Santa Ana
El Apóstol Santiago -Santiago el Mayor-, según la tradición y los escritos apócrifos, sería nieto de Santa Ana. Estos ilustran la leyenda
de los tres matrimonios de Ana de los que nacerán las tres Marías: la Virgen María, María Cleofás y María Salomé. María Salomé, a su
vez, casará con Zebedeo y tendrá dos hijos: Santiago el Mayor y Juan Evangelista.
Este tema genealógico de la Santa Parentela de Ana dará lugar a representaciones iconográficas donde aparece Santa Ana con sus
tres esposos y todos sus descendientes. Se difundirá especialmente a partir del siglo XV gracias a la propagación del culto a Santa
Ana en los Países Bajos y Alemania.
Posteriormente con el auge del culto a la Virgen María, desaparecen de esta iconografía de la Santa Parentela dos de los maridos de
Santa Ana, quedando únicamente San Joaquín, padre de la Virgen. Será con el Concilio de Trento cuando sea rechazada por la
autoridad eclesiástica tanto esta tradición del triple matrimonio de Santa Ana como la leyenda de las “Tres Marías” para acentuar la
pureza de la madre de la Virgen.
En el relieve de la Visitación, la Virgen María abraza a su prima Santa Isabel, -que está encinta de San Juan Bautista- para anunciarle
la buena noticia del futuro nacimiento de Cristo. La tercera figura femenina representada sería una de las dos hermanas de la Virgen:
María Cleofás o María Salomé, esta última madre de Santiago el Mayor.
SANTA ANA Y SUS TRES MATRIMONIOS Segun La tradición Y leyendas apócrifas
SANTA ANA–JOAQUÍN
SANTA ANA–CLEOFÁS
SANTA ANA–SALOMAS
VIRGEN MARÍA–JOSÉ
MARÍA CLEOFÁS–ALFEO
MARÍA SALOMÉ–ZEBEDEO
JESÚS
SANTIAGO MENOR / JOSÉ EL JUSTO / SIMÓN /
JUDAS
SANTIAGO MAYOR / JUÁN
EVANGELISTA
12
Santiago y San Juan Apóstoles
Maestro de Ventosilla
Primer tercio S. XVI
Óleo sobre tabla
Tierra de Campos, Valladolid
Relieve con la escena de la Visitación de
la Virgen a su prima Santa Isabel
Anónimo
1ª mitad s. XVII
Madera policromada, dorada y estufada
Depósito de la Catedral de Santiago de
Compostela
Santa Ana con la Virgen y el Niño
Escuela flamenca
Segunda mitad s. XV – 1ª mitad s. XVI
Madera policromada y dorada
San Andrés y San Pedro Apóstoles
Maestro de Ventosilla
Primer tercio S. XVI
Óleo sobre tabla
Tierra de Campos, Valladolid
La Santa Parentela. La familia de la
Virgen
Escuela flamenca
Ca. 1520
Óleo sobre tabla
San Juan Bautista
Ss. XIII-XIV
Madera tallada y policromada
Anónimo. Escuela catalana (?)
13
EL APÓSTOL SANTIAGO Y SU PREDICACIÓN EN
GALLAECIA
El Breviario de los Apóstoles de finales del s. VI define el
territorio de predicación de cada uno de los apóstoles y el lugar
de su sepultura. Es en este texto donde se atribuye por primera
vez a Santiago el Mayor la predicación en las regiones
occidentales de Hispania (“Hispaniae occidentalia loca”) y su
enterramiento en un lugar denominado Arca Marmarica.
Esta creencia, basada tal vez en una larga tradición oral,
comienza así a difundirse plenamente. Se verá reforzada, en
primer lugar, por la monarquía asturiana -que por motivos
político-religiosos establece una relación de patrocinio y
encomendación entre el apóstol Santiago y los reinos cristianos
del Norte peninsular-. En segundo lugar, por la tradición
ilustrada en los Comentarios al Apocalipsis atribuidos a Beato de
Liébana y redactados, ya en su integridad, en el año 786 en
territorio astur.
Los manuscritos conservados de los Comentarios de Beato
tienen o tuvieron un mapamundi ilustrando los campos de
predicación de los apóstoles, con variantes en su ejecución, pero
con una misma coincidencia: la presencia del nombre de
Gallaecia asociado al Apóstol Santiago.
Mapamundi con la misión apostólica
Facsímil del original del archivo de la catedral
de Girona
Explanatio in Apocalypsin
Atribuído a Beato de Liébana
Emeterio (esch.); Eude (ilum.)
970
Manuscrito, pergamino
Mapamundi con la misión apostólica
Facsímil del original del archivo de la
catedral del Burgo de Osma
Explanatio in Apocalypsin
Atribuído a Beato de Liébana
Emeterio (esch.); Eude (ilum.)
1086
Manuscrito, pergamino
LA TRASLACIÓN DEL CUERPO DEL APÓSTOL EN
LA TRADICIÓN
La identificación de Galicia como lugar de enterramiento de
Santiago motiva la aparición de numerosas tradiciones que
satisfacen la devoción popular y que tratan de explicar el
traslado del cuerpo del apóstol Santiago el Mayor desde
Jerusalén a Gallaecia.
Mandado degollar por Herodes hacia el año 44 d. C. y privado
de sepultura, el apóstol Santiago es traído a Gallaecia por sus
discípulos en una nave. Desde el puerto de Jaffa, y después
de siete días de milagrosa navegación, llegan hasta la
desembocadura de los ríos Ulla y Sar.
La moneda medieval de medio real de vellón con la
representación del traslado por mar del Apóstol y el grabado
de la obra del s. XVII de Castellá Ferrer, sintetizan algunas de
estas tradiciones cargadas de elementos mágicos.
Tras el desembarco, los discípulos se dirigen al palacio de la
reina Lupa en el Castro Lupario solicitando un lugar para
enterrar a Santiago. Lupa los envía al legado romano en la
localidad de Duio que ordena su prisión, siendo liberados
14
posteriormente por un ángel. La reina intenta engañarlos de
nuevo enviándolos al Monte Ilicino en busca de bueyes para
trasladar el cuerpo: bueyes que en realidad son toros bravos
pero que se amansan milagrosamente. Allí matan a un dragón y
consagran el monte que desde entonces se denomina Pico
Sacro. La reina se convierte y les cede un lugar al pie de un
pequeño castro denominado Libredón para su enterramiento.
Moneda de Fernando II con la
traslación del cuerpo del Apóstol
Santiago
Medio dinero de vellón
Ceca compostelana
1157-1188
Excavaciones de Adro Vello (San
Vicente do Grove)
Mapa con los lugares citados por la tradición en la
traslación del Apóstol
Historia del Apóstol de Iesu Christo Santiago Zebedeo,
Patrón y Capitán General de las Españas
Mauro Castellá Ferrer
Diego de Astor, grabador
Madrid, Alonso Martín de Balboa, impresor
1610
Impreso a molde sobre papel
Aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol
Fvndación milagrosa de la Capilla Angélica y Apostólica
de la madre de Dios del Pilar, y excellencias de la
imperial civdad de Çaragoza
Fr. Diego Murillo
Barcelona, Sebastián Matevad, impresor
1616
Impresión sobre papel, calcografía
Encuadernación en piel (s. XIX) con herrajes dorados
Grabado de Nuestra Señora de la Barca
RELACION VERIDICA Y AVTENTICADA POR
AUTORIDAD del Ordinario de la Ciudad, y
Arçobispado de Señor Santiago, vnico Patron de
España. De las maravillas, prodigios, y
Milagros, q02aa8*7e Nuestro Señor obra, y ha
obrado por medio de la Devotísima Imagen de
Nª.Sª.DE LA BARCA, colocada en sv capilla, qve
esta à la orilla del Mar, y distante como dos tiros
de mosquete de la Iglesia Parroquial de la Villa de
Mugìa, en el Reyno de Galicia, Arçobispado de
Santiago. La qval da a lvz vn devoto de la misma
Reyna de los Angeles, Madre de Dios, y de los
hombres, Maria Santíssima, para consuelo de sus
devotos, y mayor veneración de esta Soberana
Señora
Anónimo
José dos Santos Maragato, grabador
Madrid, Diego Martínez Abad, impresor
1719
Impresión tipográfica sobre papel, xilografía
Defensa de la venida y predicación de Santiago
Defensa de la venida, y predicación evangélica, de Santiago
en España
Diego del Castillo
Zaragoza, Lorenzo de Robles, impresor
1608
Impresión sobre papel, grabado a buril, xilografía
Defensa de la venida y predicación de Santiago
Historia del glorioso apostol Santiago, Patron de España: de
su venida a ella, y de las grandezas de su Iglesia, y Orden
militar
Hernando Oxea
Madrid, Luis Sánchez, impresor
1615
Pergamino, impresión sobre papel, xilografía
15
María Salomé pide al Señor un lugar
privilegiado en el Paraíso para sus hijos
Santiago y Juan Evangelista.
Leopoldo di ser Giovanni
1367-1371
Pistoia. Catedral, altar de Santiago
Decapitación de Santiago y de su
discípulo Josías
Leopoldo di ser Giovanni
1367-1371
Pistoia. Catedral, altar de Santiago
Traslación del cuerpo de Santiago de
Jerusalén a Galicia
Leopoldo di ser Giovanni
1367-1371
Pistoia. Catedral, altar de Santiago
La riqueza aurífera del noroeste constituye uno de los motivos
por los que Augusto decide la conquista y anexión de estos
territorios al Imperio Romano.
Como una de las consecuencias de la romanización
empezarán a formarse en Gallaecia los primeros núcleos
cristianizados. La tradición atribuye al apóstol Santiago el
Mayor la predicación en la Península. De cualquier modo, es
el inicio de una lenta cristianización que parte del sincretismo
de cultos indígenas y de los diversos credos aportados por los
romanos.
Torques del Castro de Bardaos
s. IV-I a. C.
Oro fundido, soldadura, incisión
Castro de Bardaos (Tordoia, A Coruña)
Hallazgo casual en 2004
ORFEBRERÍA CASTREÑA
El oro fue un metal muy apreciado desde la Prehistoria en el
noroeste peninsular para la producción de joyas. La orfebrería
de esta área experimenta un florecimiento singular en época
prerromana (cultura castreña), período al que pertenece este
conjunto áureo.
Del tesoro del Castro de Recouso se recuperaron 16 arracadas y
cuatro lingotes planoconvexos de aleación oro + plata, pero constaba
de más joyas que, por desgracia, fueron repartidas y en buena parte
fundidas. El conjunto sería un escondrijo de un orfebre. Del Castro de
Bardaos hay memoria del hallazgo de tres torques de oro de los que
sólo se conservan dos en la actualidad, uno de ellos depositado en
este museo.
Tesoro del Castro de Recouso
S. IV-I a.C.
Oro y aleación de oro y plata
Castro de Recouso (San Martiño de Marzoa, Oroso, A Coruña)
Hallazgo casual en 1921 realizando labores agrícolas
Depósito de Felipe R. Cordero Carrete
16
CASTRO LUPARIO
Alguno de los lugares citados por la tradición jacobea se identifican
con puntos geográficos concretos mientras que otros presentan una
localización más confusa. Éste es el caso del Castro Lupario, sobre el
que las fuentes tradicionales -desde el s. XVI, en el que aparecen las
primeras referencias al tema- sostienen que se corresponde con
Castro de Francos (Rois y Brión, A Coruña). Allí se hallaron restos de
una muralla y numerosos vestigios arqueológicos que van desde la
Edad de hierro hasta la Edad Media.
Sin embargo, teorías más actuales señalan la posibilidad de que éste
pueda corresponderse, por asimilación toponímica, con la fortaleza de
Castro de Lobeira, en la ría de Arousa, documentada al menos desde
el s. X.
Cabeza masculina castreña
Época galaico-romana
ss. I-II d.C.
Granito
Excavaciones en el Castro Lupario/de
Francos/del Faramello (Rois y Brión, A
Coruña)
IRIA FLAVIA
Iria Flavia, un importante centro de comercio marítimo y nudo
de varias vías terrestres, alcanzó en época romana una singular
importancia. De ello dan fe tanto su propio nombre -que nos
remite a su fundación en época de un emperador flavio,
probablemente, Vespasiano- como los abundantes restos
arqueológicos encontrados: monedas desde época republicana al
bajo Imperio, terra sigillata, sarcófagos paleocristianos y restos
de pavimento de mosaicos.
Esta importancia se reafirma con la cristianización y su
erección como obispado. Desde el s. VI se conocen los
nombres de los obispos de esta sede que, con posterioridad a
la invasión musulmana, será una de las más importantes del
reino asturiano. A partir del s. IX, tras el hallazgo del sepulcro
de Santiago en Compostela, en época del obispo Teodomiro,
los obispos de Iria añaden a su título el de regentes o
guardianes de la Sede Apostólica, comenzando así una
progresiva pérdida de importancia de la sede iriense que
culminará a finales del s. XI cuando el obispo Dalmacio firme
ya como obispo de Santiago.
RESTOS DE LAS EXCAVACIONES EN LA IGLESIA Y ENTORNO DE
SANTA MARÍA DE IRIA FLAVIA (PADRÓN, A CORUÑA).
Fusayola con decoración incisa
Época romana
Bronce
Fusayola
Época romana
Vidrio
Fragmento
Terra sigillata
Época romana
Fragmento con decoración
figurada
Terra sigillata
Época romana
17
Pesa de telar
Época romana
Granito
Cuentas de vidrio
Época romana
Vidrio
Torito de Iria Flavia
Nivel tardorromano
S. IV-V
Bronce fundido
Moneda
Segunda metade do S.III
Bronce
Moneda de época de
Marco Aurelio
Sestercio
Roma, 177-178 d.C.
Bronce
Chifre
Época romana
Barro cocido
PEDRÓN
Bajo el altar de la iglesia de Santiago, en Padrón, se conserva
una piedra con una inscripción que por su uso trascendente dio
nombre a esta villa. La inscripción, incompleta, fue interpretada
como un ara dedicada a Neptuno. Sobre la inscripción romana
se grabó, posteriormente, el anagrama de Cristo –IHS-.
Dos tradiciones que se refieren a dos momentos de la
estancia de Santiago en Hispania,
nos dan versiones
diferentes del origen del “pedrón”. En una aparece
identificado con la piedra que Santiago utilizó en su misión
evangélica para desplazarse, sentado sobre ella, desde
Palestina a España. Según la otra, se trataría del pedestal que
sirvió para amarrar la barca con la que se trasladaron los
restos del Apóstol hasta Galicia.
PICO SACRO
La devoción que los montes despertaban en la población de la
Galicia antigua y de la que se hacen eco numerosas leyendas
populares, explica que el Pico Sacro fuese reconocido por la
tradición jacobea como el monte Ilicino (monte de las
encinas) al que, engañosamente, la reina Lupa envió a los
discípulos del Apóstol en busca de bueyes.
La asimilación de estas tradiciones por la iglesia
compostelana motivó que, a comienzos del s. IX, el obispo
Sisnando I edificase en la falda NE un monasterio bajo la
advocación de san Sebastián, del que sólo se conserva una
ermita reedificada en los ss. XI-XII. De la otra ermita
dedicada a Santiago, erigida en la cumbre en el s. XI, no se
conserva nada al haber sido demolida conjuntamente con
una torre que allí se levantaba en el s. XV -de esta se pueden
ver sus cimientos y el aljibe-.
Tampoco faltan indicios de una actividad anterior en el
monte, confirmada por la existencia de fragmentos de
ladrillos y cerámicas de construcciones romanas, así como
minas de explotación de metales que desde aquí y por el río
Ulla se llevaban al puerto exterior de Iria. Además, en este
18
lugar, como en Castro Lupario, una vía romana pasaba por las
proximidades, acreditada por el hallazgo de un miliario del año
40 d.C. en Aixón-Sergude (Boqueixón, A Coruña).
DESEMBOCADURA DEL ULLA.
Puerto Fluvial Romano
Durante la época romana, la intensificación del tráfico marítimo
propició el desarrollo de las vías de comunicación naturales. En la
desembocadura del Ulla, uno de los principales accesos a la Galicia
interior, surgen asentamientos para atender las funciones portuarias y
de intercambio de mercancías, y de los que aún quedan vestigios
arqueológicos.
Con esta actividad portuaria están directamente relacionados dos
yacimientos: as Torres de Oeste (Catoira, Pontevedra), donde se
localizan muros de modestas edificaciones y fragmentos de ánforas
romanas, y otro en los alrededores de Porto-Pontecesures, en la
confluencia del Sar y del Ulla. Quizás alguno de ellos sea el enclave de
las Turris Augusti que citan los clásicos.
El flujo que generan estos enclaves, favorecido por el paso en sus
inmediaciones de las vías que unen Bracara, Brigantium y Lucus,
propiciaría el desarrollo de otros asentamientos en la zona.
19
SALA III
SANTIAGO: CATEDRAL Y CIUDAD. EL
SEPULCRO DEL APÓSTOL COMO
GENERADOR DE LA URBE COMPOSTELANA
LOCUS SANCTI IACOBI (EN TORNO A LOS AÑOS
830– 880)
Diversos restos arqueológicos confirman la existencia de un
castro en el lugar donde apareció el sepulcro de Santiago. A
este castro, radicado en el eje de una red viaria, pertenecería la
necrópolis donde apareció el sepulcro apostólico, y en él se
documenta una población desde época prerromana hasta la Alta
Edad Media. Sin embargo, en el s. IX, momento del
descubrimiento del cuerpo del Apóstol, el asentamiento estaba
abandonado.
El obispo de Iria Teodomiro y el rey asturiano Alfonso II dotan al
lugar de una estructura jurídica y desarrollan una actividad
constructiva que conformará el locus Sancti Iacobi. Este recinto,
de unas tres hectáreas, se aísla física y espiritualmente del
mundo exterior mediante una cerca defensiva. En su interior se
distinguen dos conjuntos de edificios: el complejo episcopal y el
monacal.
El primero comprendería la iglesia de Santiago, probablemente,
de una sola nave, adosada al edículo sepulcral que actuaba
como ábside y con un único altar, el de Santiago. En su entorno
existía un cementerio en uso hasta el s. XI. Debemos
imaginar esta iglesia como una obra de albañilería
rudimentaria por la mención que de ella se hace en el acta de
consagración de la posterior basílica de Alfonso III, que la
describe como ex petra et luto opere parvo. Al norte de esta
edificación y cerca de ella se erguía un baptisterio dedicado a
san Juan Bautista.
En la zona suroeste del locus se construye una residencia
para los obispos de la sede iriense que, a partir del
descubrimiento del mausoleo, se trasladan a Compostela.
Los responsables del culto apostólico eran los monjes de
Antealtares. El complejo monacal se levantaba hacia
naciente, prácticamente lindando con la iglesia de Santiago y
separado, quizás, por una cerca. Por su posición respecto a
las iglesias de Santiago y San Juan, el monasterio fue
denominado de Antealtares. Este conjunto constaba de una
iglesia dedicada al Salvador –posiblemente, con tres altares
consagrados al Salvador, San Pedro y San Juan Evangelista–
y de unas oficinas monásticas.
EL SEPULCRO APOSTÓLICO
Cuando en 1879 se redescubrieron los restos del edículo
sepulcral, oculto desde el s. XVI, se encontró un recinto
compuesto por dos compartimentos comunicados entre si.
Los escasos datos que se pueden extraer de esta estructura cimientos de un mausoleo con sillares romanos o de tradición
romana- dieron lugar a diferentes hipótesis sobre su aspecto
original. Los estudios más recientes consideran el edículo
primitivo como una arquitectura modesta, de una sola cámara
en altura, con un altar sobre la tumba del apóstol y con
20
acceso oeste-este. Es posible que su interior estuviera
abovedado y decorado con mármoles, facilitando la asimilación
del mausoleo con los topónimos Arce Marmarica y Arca
Marmarica con los que se menciona en los textos más antiguos
el lugar donde yacía el cuerpo de Santiago.
Lauda sepulcral del obispo
Teodomiro de Iria (+847)
Santiago de Compostela, catedral
Alfonso II el Casto
Tumbo A de la catedral de Santiago
1129 á 1255
Santiago de Compostela, Archivo de la
catedral
Mausoleo del Apóstol. Reconstrucción
Juan M. Muñoz Gambero
1976
Madera y yeso
VILLA SANCTI IACOBI (EN TORNO A LOS AÑOS
900-1040)
El principal factor que explica la transformación urbana del
pequeño locus en una villa burgensis es su función como centro
eclesiástico.
Así, en época del rey Alfonso III y del obispo Sisnando I, se
efectuó una remodelación en los edificios del locus, tratando de
potenciar su sacralidad y categoría apostólica. Por esto se
construyó una nueva iglesia de Santiago, consagrada en el año
899, en la que se emplearon mármoles traídos de Al-Andalus, al
tiempo que se renovaron las iglesias de Antealtares y San Juan.
También se crea una nueva comunidad de monjes para la que
se construye, en un reducido espacio, la iglesia de Santa
María de la Corticela y diversas dependencias.
La construcción de la villa fue la respuesta a una expansión
fuera de la cerca del primitivo recinto. Con anterioridad al año
915 comienzan a instalarse viviendas privadas extramuros
como consecuencia de la saturación del espacio interior.
Siguiendo los ejes de acceso al antiguo castro, surgen varios
suburbios que condicionan el crecimiento de la villa medieval:
Pinario, ampliación necesaria al pequeño espacio intramuros
de la Corticela, Lovio, donde se instala el primer hospital para
peregrinos, Vilar, Preconitorium, Forum y quizás el Vicus
Francorum; topónimos que han llegado hasta nosotros.
El segundo hito en la evolución del marco urbano nos lleva a
la década de 960. Ante la amenaza de un ataque normando,
Sisnando II reconstruye con mayor solidez por su antiguo
trazado la primitiva cerca, y erige un segundo anillo de
protección para toda la población suburbial, formado por
cercado y foso exterior. Más tarde, y debido a las desastrosas
consecuencias de la expedición militar de Almanzor en el año
997 –que debieron frenar momentáneamente el desarrollo de
la ciudad–, el obispo Cresconio reconstruye la muralla de
Sisnando II y erige otra nueva para reforzar el foso exterior.
Alfonso III el Magno
Tumbo A de la catedral de Santiago
1129 á 1255
Santiago de Compostela, Archivo de la catedral
21
Revestimiento mural del conjunto
constructivo del Mausoleo Apostólico.
Fragmentos
2ª mitad s. IV (?)
Pórfido verde
Intervención al sur del mausoleo del apóstol
Santiago de Compostela, catedral
Materiales procedentes de construcciones romanas, importados,
probablemente, de Alejandría, y que formarían parte del conjunto de
materiales romanos traídos para su reutilización en la Basílica
Compostelana construida por el monarca Alfonso III.
Basílica prerrománica de Alfonso III.
Reconstrucción
Escala E 1:50
A Coruña, 27-xuño-1997
Alabastro
CIVITAS SANCTI IACOBI (ca. 1150)
A partir del año 1000, los efectos de la afluencia masiva de
peregrinos se reflejan en dos ámbitos. Uno de ellos será la
construcción de la gran basílica románica; el otro,
estrechamente ligado al anterior, será el desarrollo de una
organización urbana de Santiago.
La forma y dimensiones de la nueva iglesia, comenzada en el
año 1075, fueron ya evaluadas por el obispo Diego Peláez, que
debía instalar una basílica en los solares de otros edificios:
Corticela, Antealtares - donde se urbanizó el contorno con la
construcción de la vía Sacra-, palacio episcopal, cementerio y
murallas del locus. El proyecto de la nueva catedral
comprendía cuatro bloques relativamente independientes:
cabecera, transepto, nave y pórtico occidental.
Cuando el obispo Diego Gelmírez se hace cargo de las obras,
proyectará, además, la construcción de una canónica y un
claustro, al tiempo que derriba la basílica prerrománica para
agrandar la cabecera y la nave de la Catedral.
Las destrucciones causadas por la revuelta de 1117, obligaron
a Gelmírez a construir un nuevo palacio episcopal donde
terminaba el Camino Francés, al tiempo que se urbanizaba el
entorno con la construcción de una plaza, el Paraíso, la actual
Acibechería. En sus laterales se instalaron los comerciantes y
cambistas y en el centro había una gran fuente, muestra de la
canalización de aguas en la ciudad. Desde allí se accedía
también al Hospital y a la Casa de la Moneda.
Desde el s. IX hasta comienzos del XIII la ciudad multiplicó
casi por seis su superficie, y especialmente en la primera
mitad del s. XII se aceleró este proceso debido a una serie de
privilegios y exenciones de tipo económico, social y jurídico
que atrajeron a la población de su entorno rural.
La red viaria de la ciudad se articulaba a través de dos calles;
una en la zona nordeste, la rúa Francígena, y la otra en la
zona sur, la del Vilar, ambas eran zonas de localización
preferente de actividades comerciales y artesanales. El marco
plenamente urbano de 30 hectáreas amuralladas se vio
desbordado desde fines del s. XI con una serie de suburbios
como San Pedro de Fóra, Santa Susana y Sar.
22
Moneda de Fernando II
Dinero de vellón
Ceca de Santiago de Compostela
1157-1188
Anverso: busto del Apóstol Santiago con la
leyenda “IACOBI”
Reverso: “REX”
No faltan símbolos distintivos como la vieira en la variada producción
numismática salida de la ceca compostelana. Ésta acuñaba, desde
época de Alfonso VI, monetario real en el que se empleaban los
mismos tipos que en el resto del territorio leonés aunque
particularizados por motivos decorativos puramente jacobeos en la
producción reservada a la catedral, dado que constituían un elemento
propagandístico de primer orden para difundir la importancia del culto
al Apóstol y de la propia ciudad como meta de peregrinación.
Moneda de Fernando II
Dinero de vellón
Ceca de Santiago de Compostela
1157-1188
Anverso: “REX LEO”
Reverso: “FERNANDUS”
Se trata de una moneda rarísima que presenta en el anverso el busto
del monarca Fernando II asentado sobre un extraño motivo
longitudinal que algunos investigadores quieren interpretar como la
representación esquemática del Camino de Santiago. De esta manera,
con la figuración de la “civitas Sancti Iacobi” como meta del camino
representada debajo del busto regio, se estaría exhibiendo a Fernando
II como “señor del Camino Jacobeo”, lo que no deja de ser una
interesante hipótesis de trabajo. La vinculación de Fernando II tanto
con el Camino como con la ciudad compostelana fue muy estrecha y la
producción numismática de la ceca de Santiago, que empezara a
producir a partes iguales moneda real y eclesiástica alrededor de
1100, fue muy interesante bajo su mandato.
Moneda. Dinero de vellón tornés
Ceca de la abadía de San Martín de Tours
s. XII.
Excavación arqueológica en la Rúa do
Vilar (Santiago de Compostela).
La moneda tornesa (acuñada en Tours) aparece citada con frecuencia
en la documentación medieval de Santiago de Compostela, ciudad a la
que llega a través del Camino de Santiago como consecuencia de la
peregrinación jacobea, utilizándose como un medio de pago muy
frecuente en las transacciones comerciales realizadas, sobre todo,
entre los s.s XII y XIV. La abundancia de moneda extranjera en
Compostela en estos momentos de la Edad Media es un indicio claro
de la importancia que las relaciones con el exterior adquieren en un
centro de peregrinación al que acuden gentes de todas partes del
mundo conocido, movidas tanto por cuestiones exclusivamente
religiosas como también por asuntos de índole comercial.
Copa de farmacia
Probablemente realizada en Talavera de la
Reina (Toledo)
Finales s. XVIII - principios s. XIX
Loza policromada y esmaltada; moldeado a
torno.
El escudo arzobispal del monasterio de San Martín Pinario muestra un
pino central flanqueado por dos vieiras cimado, a su vez, por un
capelo correspondiente a una dignidad obispal o abacial. El origen del
monasterio data del s. X cuando el obispo Sisnando construye la
capillita de san Martín cerca de un lugar llamado Pignario. Se edificó
una nueva iglesia en el siguiente siglo para más tarde, en el s. XVI,
levantar la construcción actual. Distintas tradiciones relacionan su
nombre con la antigua existencia de un gran pino en ese lugar al que,
algunos, añaden un milagro de San Martín en el que el santo defiende
la fe de Dios delante de este árbol dedicado al diablo. También se
relaciona el topónimo con la existencia de un peñascal en la zona
derivando de ahí, entonces, la denominación de Pignario.
23
Bote de farmacia
Finales s. XVII
Loza policromada y esmaltada; moldeada a
torno
Talavera de la Reina (Toledo)
El escudo azul cobalto compuesto de doble armillado circular con la
cruz potenzada en el centro y cimado en su exterior por un capelo
correspondiente a la dignidad arzobispal, determina la pertenencia de
esta pieza al botamen del Hospital Real de Santiago. Esta nueva
institución hospitalaria en Santiago fue fundada en 1492 por los Reyes
Católicos, en agradecimiento por la ayuda prestada por Santiago,
como Santo Patrón de las Españas, en la conquista de Granada. El
objetivo principal de su creación fue mejorar la atención a los
peregrinos, enfermos, pobres y mendigos que se congregaban en la
ciudad, centralizando los esfuerzos de acogida y salud que se
otorgaban en otros hospitales ya existentes en ésta.
Sepulcro con el escudo de los
Moscoso. Fragmentos
Mediados s. XV
Granito policromado
Santiago de Compostela, iglesia de Santa
María del Camino (?)
CATEDRAL Y CIUDAD DESDE LA BAJA EDAD
MEDIA
Catedral y ciudad tuvieron un crecimiento paralelo entre los ss.
XIII y XVI. La edificación de capillas en las naves y en la
cabecera, así como de diversas construcciones de carácter
defensivo, modificó sustancialmente el aspecto de la basílica
románica. En el s. XVI se edificó un nuevo claustro sobre el
anterior.
En la ciudad, fuera del recinto amurallado al que se accedía
por siete puertas, van surgiendo distintas construcciones: los
conventos mendicantes de santo Domingo de Bonaval y san
Francisco y los núcleos de población de las calles de san
Pedro y Huertas.
Del aspecto que presentaba la Catedral antes de 1658, nos
informan los dibujos de Vega y Verdugo. En uno de ellos
aparece el Obradoiro, con la primitiva fachada contemporánea del Pórtico de la Gloria-, las nuevas
escalinatas, la fachada clasicista del claustro y la fachada del
palacio de Gelmírez. La vista desde la Quintana muestra el
aspecto irregular que la adición de capillas dio a la cabecera.
No obstante, es entre los ss. XVII y XVIII cuando la catedral y
la ciudad adquieren su aspecto definitivo. Factores
determinantes de esta radical transformación son el
incremento de las rentas de la iglesia compostelana y de las
grandes instituciones monásticas, las continuas ofrendas y el
resurgimiento de la devoción al Apóstol. Las grandes
reformas acometidas desde mediados del XVII -Torre del
Reloj, baldaquino del altar mayor, fachada del Obradoirodieron a la Catedral un aspecto barroco que enmascara, casi
por completo, la estructura románica.
La ciudad, con su trazado típicamente medieval, está
organizada por dos grandes ejes. Por un lado, la calle que
desde la Porta do Camiño atraviesa la Praza do Campo –hoy
de Cervantes- y paralela a la Catedral llega al Obradoiro. Por
24
otro, la calle que desde la Porta da Mámoa sube por el
Preguntoiro, se cruza con la anterior en la Praza do Campo y
termina en San Roque. Este esquema fue utilizado por los
arquitectos barrocos que, jugando con la estrechez de las calles,
crearon espacios más o menos amplios ante los principales
edificios, dando lugar a espectaculares efectos teatrales típicos
del urbanismo barroco.
En los ss. XVIII y XIX se llevaron a cabo reformas que
destruyeron abundantes elementos medievales, como los
soportales, al mismo tiempo que se levantaron una serie de
edificios -Ayuntamiento, Universidad, Mercado- que conforman
el aspecto actual de la ciudad.
Plano de Santiago
1595
Archivo General de Simancas
(Valladolid)
Dibujo de la fachada oeste de la
Catedral
José Vega y Verdugo
Ca. 1658
Santiago de Compostela, Archivo de la
catedral
Dibujo de la
fachada este de
la catedral
José Vega y
Verdugo
Ca. 1658
Santiago de
Compostela,
Archivo de la
catedral
Vista de Santiago
Relazione uffíciale
Lorenzo Megalotti
Pier Maria Baldi
1669
Florencia, Biblioteca
Laurenziana
Vista de Santiago
Ramón Gil Rey
1832
Santiago de
Compostela, Museo
Municipal
Plano de Santiago
Enrique Mayer
1886
Santiago de
Compostela,
Instituto de
Estudios Galegos
Padre Sarmiento
25
PANEL: ASÍ SE CONSTRUIU A CATEDRAL
Vista xeral da comarca de Compostela.
Descubrimento do mausoleo romano por Teodomiro.
Basílica de Afonso II.
Consagración da Basílica de Afonso III.
Destrucción da Basílica de Afonso III por Almanzor no ano
997.
Basílica de Afonso III seccionada con vistas do interior.
Basílica de Afonso III reconstruida e primeira fase da
catedral románica
Segunda fase na construcción da catedral románica.
Visita ás obras do bispo Diego Xelmírez.
Terceira fase constructiva da catedral románica.
Proporcións entre a sección das naves, o pórtico e o
rosetón.
Catedral románica rematada.
CORO PÉTREO
Este coro, fechado hacia 1200, es una de las obras más
significativas del taller del Maestro Mateo. Los avatares del destino
hicieron que en 1604 fuese desmontado para construir otro de
madera en consonancia con la época. Algunas de las piezas de este
primitivo coro fueron reutilizadas en diversos lugares de la
Catedral, bien como elementos decorativos -las figuras de los
apóstoles, evangelistas y profetas de la Porta Santa- o como
elementos constructivos, entre otros destinos.
Fueron varios los intentos de reconstrucción del coro, siendo cuatro
las hipótesis existentes hasta el momento:
1.- 1953 - José Manuel Pita Andrade
2.- 1961 - Manuel Chamoso Lamas
3.- 1970 - Manuel Chamoso Lamas y José Manuel Pita Andrade
4.- 1985 - Ramón Otero Túñez y Ramón Yzquierdo Perrín
Fragmento del coro pétreo del Maestro
Mateo
s. XII
Granito
Catedral de Santiago de Compostela
Fragmento del coro pétreo del Maestro
Mateo
s. XII
Granito
Catedral de Santiago de Compostela
Vista de Santiago
Relazione uffíciale
Lorenzo Megalotti
Pier María Balde
1669
Florencia, Biblioteca Laurenziana
Maqueta con la sección de la nave
mayor de la catedral
Juan Manuel Muñoz Gambero, Alfonso
Moreno Mora.
1976-1981
Yeso y madera
Maqueta de la cabecera y transepto de
la catedral
Juan Manuel Muñoz Gambero, Alfonso
Moreno Mora
1976-1981
Yeso y madera
26
CABECERA GÓTICA
A mediados del s. XIII, bajo el arzobispado de Juan Arias se
proyectó una ampliación de la cabecera de la Catedral que
armonizaría plenamente con la obra románica existente.
Esta ambiciosa obra se inició en el año 1258 siguiendo las
tendencias arquitectónicas que estaban desarrollándose en el
norte de Francia, aunque la catedral de León parece haber sido
el referente más directo. Sin embargo, este proyectó se
abandonó tras la muerte de su promotor, acaecida en 1266,
coincidiendo con un deterioro de las relaciones entre el rey
Alfonso X el Sabio y el señorío eclesiástico compostelano.
Modillón con
decoración vegetal
Ca. 1200
Granito
Santiago de
Compostela,
catedral (?)
Modillón de rollos
Comienzos s. XII
Granito
Santiago de Compostela,
catedral (?)
Capitel de esquina
Taller del Maestro Mateo
1ª mitad s. XIII
Granito
Santiago de Compostela,
primitivo claustro de la catedral
Capiteles con decoración vegetal
3º cuarto s. XIII
Granito
Santiago de Compostela, cabecera
gótica inconclusa de la catedral
Cimacio. Fragmento
Taller del Maestro Mateo
1º cuarto s. XIII
Granito
Santiago de Compostela,
primitivo claustro de la catedral
Capitel figurado
1º cuarto s. XIII. Granito
Santiago de Compostela, capilla (?)
del primitivo claustro de la catedral
Capitel con decoración
vegetal y de entrelazos
Primer tercio s. XII
Granito
Santiago de Compostela,
catedral
Tapa de sepulcro. Fragmento
Principios s. XII
Granito
Excavaciones de las plazas de
Platerías y Quintana (Santiago de
Compostela)
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Función de una piedra clave de bóveda
La clave es la pieza central y más elevada en la que convergen los
empujes laterales de la bóveda. En la arquitectura medieval se
utilizaba, además, como elemento decorativo.
“Rueda de la fortuna”. Fragmento
s. XIII
Granito
Escavaciones en la Rúa da Acibechería
Santiago de Compostela, catedral (?)
Clave con decoración vegetal y figurada
1ª mitad s. XIII
Granito
Santiago de Compostela, primitivo claustro de la
catedral
Clave con decoración figurada
1ª mitad s. XIII
Granito
Santiago de Compostela, primitivo claustro de la
catedral
Arco. Reconstrucción
1ª mitad s. XIII
Granito con restos de policromía
Santiago de Compostela, primitivo
claustro de la catedral
Clave con decoración vegetal y figurada
1ª mitad s. XIII
Granito
Santiago de Compostela, primitivo claustro de la
catedral
Capitel geminado
s. XIV (?)
Granito
Procedente de una casa-torre o casa
grande de la zona de la Algalia
(Santiago de Compostela)
28
SALA IV
PEREGRINOS A SANTIAGO. CAMINOS Y
RITOS
Caminos de Santiago en Europa
Basado en el mapa del Consejo de Europa
Una vieira de peregrino del s. XII y un mapa de Europa con los
distintos caminos que conducen a Compostela nos adentran en
el complejo universo de la peregrinación jacobea, eje temático
substancial que vertebra esta sala. La vieira es el atributo
jacobeo por excelencia, documento que testimonia la
peregrinación realizada que se recibía al llegar a Santiago: como
un certificado de haber hecho el Camino y una garantía para
obtener ayudas y privilegios.
Cuando el peregrino a Compostela regresaba a su tierra de
origen procuraba colgar de su cuello o prender en sus ropas una
concha de vieira comprada en la Plaza del Paraíso de Santiago, a
las puertas de la catedral (no sólo conchas marinas sino también
conchas realizadas en metal -plomo, estaño y, para los más
adinerados en metales nobles-).
Así, paulatinamente fue desarrollándose todo un mercado de
objetos de diversa índole que el peregrino podía adquirir en la
ciudad, que se podrían denominar recuerdos piadosos, en los
cuales la vieira se constituyó como principal emblema
iconográfico.
La vieira se convertirá así en un símbolo universal y será
también utilizada en otras peregrinaciones (insignias,
ampollas para llevar aguas sagradas...).
Sagrarios, arcones, elementos de cerámica como
cantimploras, azulejos o utensilios de cocina como los
almireces son ejemplos de esta producción de objetos ligada
a la tradición jacobea.
A frecha amarela
José Antonio Robés
2001
B/N y color. Leica M6
Película Ilford 100 e 400
Donación do autor
Peregrinos llegando a
la plaza del Obradoiro
Jacobo Remuñán
2003
Color. Nikon S90X. 35-70
mm. F2’8
Película: Fuji Superia 100
Donación del autor
Vieira de peregrino (Pectem maximus)
Antes de 1120
Concha natural
Catedral de Santiago de Compostela
29
Arca de tapa convexa con
decoración de vieiras
Finais S. XV- principios S. XVI
Madeira de piñeiro, veludo e ferro
forxado
Talla, repuxado
Obradoiro castelán
Tirador de arca con vieira
Ca. S. XVII
Ferro forjado
Santiago de Compostela
Ampolla de peregrino
Plomo
Fundición a molde
S. XV
Sagrario
2º tercio s. XVI
Madera tallada y policromada
Triacastela (Lugo)
Cantimplora de peregrino en forma de concha
Ss. XVII-XVIII
Loza esmaltada
Cerámica de Alcora?
Azulejos
S. XVI (?)
Cerámica vidriada
Alfares de Triana (Sevilla)
Mortero con vieiras
S.XVI
Bronce fundido
Escuela compostelana
Daga de misericordia
S. XVI
Acero
Taller español
30
EL CAMINO Y LAS INFRAESTRUCTURAS
A raíz del inicio de la peregrinación a Compostela comienza a
fijarse la ruta de viaje. Ésta irá variando a causa de distintos
motivos como circunstancias políticas, aparición de nuevos
núcleos de población, construcción de puentes y calzadas,
establecimiento de hospitales y hospederías, de forma que llega
a fijarse un trazado clásico que se mantendrá por espacio de
siglos. Este es el trazado que en el s. XII nos relata el Liber
Sancti Iacobi en su libro V, más conocido como “La guía del
peregrino”, documento de inestimable valor para conocer el
viaje de los peregrinos que, partiendo de Tours, Vezelay y Le
Puy, entraban en la Península Ibérica por Roncesvalles, y el que,
saliendo de Saint Gilles, llegaba al puerto de Somport,
juntándose todos en Puente la Reina para continuar, ya en una
sola ruta, hasta Compostela.
----Divide el Liber el viaje en trece jornadas desiguales y
desmesuradas algunas de ellas, incluso para recorrer a caballo.
Habla también de los nombres de las villas, de los grandes
hospitales, de las tierras, de las gentes y de sus costumbres. Es,
en resumen, una guía descriptiva y práctica, llena de consejos
útiles para ayudar al peregrino y facilitar su viaje.
Los dos caminos pirenaicos discurren separadamente hasta
llegar a la zona de Óbanos-Puente la Reina donde confluyen,
saliendo de esa localidad por la ruta que marca el puente
románico sobre el río Arga.
la peregrinación jacobea, con un desarrollo urbanístico
típicamente lineal marcado por una calle central, la Calle
Mayor o de los Romeros.
Puente de Puente la Reina (Navarra)
----Uno de los capítulos de este Libro V trata de los nombres de
las tierras y de las cualidades de las gentes que se
encuentran en el Camino de Santiago. Tras hablar duramente
de vascos y navarros, pasa a describir las tierras de Castilla y
Galicia:
“... una vez pasados los Montes de Oca, hacia Burgos, sigue
la tierra de los españoles, a saber Castilla y Campos. Esta
tierra está llena de tesoros, abunda en oro y plata, telas y
fortísimos caballos, y es fértil en pan, vino, carne, pescados, leche
y miel. Sin embargo carece de árboles... Después, pasada la
tierra de León y los puertos del monte Irago y el monte
Cebreiro se encuentra la tierra de los gallegos. Abunda en
bosques, y es agradable por sus ríos, sus prados y riquísimos
manzanales, sus buenas frutas y sus clarísimas fuentes, es
rara en ciudades, villas y sembrados. Escasea en trigo y vino,
abunda en centeno y sidra, en ganados y caballerías, en leche
y miel y en grandísimos y pequeños peces de mar, y es rica
en oro y plata y en tejidos y pieles silvestres y en otras
riquezas, sobre todo en tesoros sarracenos”.
La entrada del camino en Galicia desde el Cebreiro
-----
Puente la Reina, Ponte Regina en la documentación medieval,
es una de las poblaciones creadas por decisión real para apoyar
31
Habla ya el Códice Calixtino de las dos posibles entradas en la
Península Ibérica a través de los Pirineos: Portus Cisere o Port
de Cize que comunica con el Roncesvalles navarro y el Summo
Portu, o Somport aragonés. En cada uno de estos lugares, dos
importantes hospitales, el de Santa María y el de Santa Cristina,
acogían a los peregrinos, ofreciéndoles el necesario descanso y
cuidado tras la dura etapa de viaje que suponía cruzar los
Pirineos. Hoy, el hospital de Santa Cristina desapareció por
competo, pero el de Roncesvalles sigue prestando ayuda a los
viajeros con la misma dedicación que en tiempos pasados.
Galicia, donde se citan las puertas de la ciudad y sus iglesias,
y se describe con gran detalle la catedral con sus medidas, el
número de ventanas, los pórticos, las torres, el altar y las
lámparas, y se aportan datos sobre los canteros que
intervinieron en su fábrica, así como las fechas de inicio y
remate de la obra. Es este texto de una importancia
extraordinaria para el conocimiento de la Catedral y su
entorno, de aspectos que con el tiempo variaron o
desaparecieron.
Puerta de Mazarelos (Santiago de Compostela)
Puerto de Somport en el Pirineo (Huesca)
----La bebida era una de las necesidades primordiales de los
peregrinos. Era fundamental porque las condiciones de higiene
hacían muy peligroso el consumo indiscriminado de cualquier
agua. Esta lógica importancia la vemos confirmada en el Códice
Calixtino que dedica un capítulo a enumerar los buenos y malos
ríos que se encuentran en el Camino de Santiago. Entre otras
corrientes malsanas, habla del río Salado, en Navarra, del que
dice “allí guárdate de beber ni tú ni tu caballo, pues el río es
mortífero”. Entre otras corrientes potables cita los ríos Pisuerga,
Carrión, Esla, Valcarce, Sil, Miño y Sar.
Puente sobre el Río Salado en las proximidades de Lorca
(Navarra)
----Acaba esta guía del peregrino con una detallada descripción de
la calidad de la ciudad y basílica de Santiago, Apóstol de
Bula del Papa Gregorio XIII por la
que se les concede indulgencia
plenaria in articulo mortis a los
enfermos, peregrinos y demás
miembros del Hospital del Rey de
Burgos fundado por Alfonso VIII
Roma, 1574, febreiro, 13
Original con sello de plomo colgado
Pergamino, manuscrito
El propio camino hizo surgir a lo largo de su trazado núcleos
de población con una característica disposición lineal. La
Calle Real o Calle Mayor de tantos pueblos y villas no es más
que el viejo camino a lo largo del cual fue creciendo la
población. Pero frente a estos núcleos de nacimiento y
desarrollo, más o menos espontáneos, hubo poblaciones de
nueva creación, favorecidas por decisiones reales, debido a su
directa vinculación con el Camino Jacobeo. Como se puede
observar en los mapas, la ruta de peregrinación ha dejado
una amplia resonancia en la toponimia.
Los puentes adquieren una importancia extraordinaria a
partir del s. XI como elementos indispensables en la
32
infraestructura del camino. Los peregrinos estaban exentos de
pagar el derecho de pontazgo, aunque en muchas ocasiones la
avaricia y la astucia convertían en teoría este privilegio. En la
historia de la peregrinación figuran con nombre propio
“puenteadores” como Petrus Peregrini, Santo Domingo de la
Calzada, San Juan de Ortega e incluso el Maestro Mateo.
Castrillo de los Polvazares (León)
Puente Romano de Leboreiro (A Coruña)
----Las cruces y cruceiros son elementos integrantes del Camino
que, en madera o piedra, surgen como instrumentos piadosos,
cumplimiento de un voto o imploración de gracias. Con el
avance de la peregrinación se convierten en hitos que marcan la
ruta y, a la vez, en puntos de descanso.
motivación espiritual que le hiciera emprender la marcha.
Esto explica también que con frecuencia se desviaran de las
rutas principales para visitar otros lugares donde se
veneraban reliquias o se celebraban acontecimientos
religiosos.
Ligado a esto están las advocaciones de los centros surgidos
al amparo de la peregrinación, no sólo en los lugares de culto
dedicados a Santiago, sino también a la Virgen del Camino o
de la Rúa, a la Virgen Peregrina, San Roque, San Miguel y a
la Virgen de Rocamador, culto muy difundido por los
peregrinos franceses.
Iglesia de San Miguel. Corullón (León)
-----
-----
Los orígenes del culto a Santiago en Portugal se remontan a
una época anterior a la propia formación de la nación en
1143. Desde fechas muy tempranas se generó un flujo de
peregrinos hacia Compostela. La red viaria utilizada constaba
de, al menos, siete vías, con una densa trama de caminos
intermedios que en sentido sur-norte conducían hasta la
frontera gallega. Los peregrinos se concentraban sobre todo
en la región de Entre-Douro y Minho, con Ponte da Lima como
principal nudo de comunicación, y en las ciudades portuarias
de Viana y Porto debido a la importancia que también tenía la
vía marítima que se iniciaba en Lisboa.
Formando parte del camino, como un servicio más de ayuda al
peregrino, la arquitectura religiosa fue la parcela más cuidada
y privilegiada. Al final de la jornada, el caminante necesitaba un
lugar donde descansar, y al mismo tiempo acrecentar la
De la importancia de esta vía marítima da fe el milagro en el
que se narra como, cuando se festejaba en Bouças la boda de
un joven señor de la zona, pasaba a lo largo de la costa de
Portucale el barco que llevaba a Galicia el cuerpo del Apóstol.
De manera inesperada un caballo desbocado entró en el mar
Los milladoiros son montones de pequeñas piedras formados a
partir del antiguo rito, posteriormente cristianizado, de invocar a
las divinidades protectoras de los caminantes tirando una piedra
en ciertos lugares. Hoy subsisten muy pocos relacionados con el
Camino: el de Foncebadón, restos cubiertos por la vegetación en
el Monte do Gozo, y la huella toponímica del que hubo en el
lugar de Milladoiro, en las inmediaciones de Santiago.
Cruceiro de Lameiros (Lugo)
33
con su jinete y cuando todos desesperaban ya de que saliese
con vida, el caballero y su montura salieron del agua con el
cuerpo cubierto de vieiras, que desde entonces se convirtieron
en el símbolo de Santiago.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici,
Coimbra
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici, Lisboa
y Oporto
----Varios factores condicionan la elección de un camino:
geográficos, cuando, para evitar un puerto de montaña o el paso
de un río, se elige una ruta más fácil aunque haya que dar un
rodeo; políticos, como problemas internos o enfrentamientos
entre países, que cortan el fluir de peregrinos por ciertas zonas;
religiosos, como la visita en tránsito a una iglesia. La densidad
de centros hospitalarios y la protección jurídica y física que se
ofrecía al viajero también acrecentaba la importancia de ciertas
rutas. Aún así, el camino por excelencia es el llamado “Camino
Francés”. Su tradición nunca se perdió, como vemos en los
viajes de fecha más tardía, en las que se mantienen las mismas
etapas que por primera vez marcó el Liber Sancti Iacobi.
----Los establecimientos de albergue y ayuda del peregrino
constituyen la infraestructura fundamental del camino. Desde el
principio, el ejercicio de la hospitalidad fue asumido por los
monasterios, pero a la vez se crearon hospitales a cargo de
otras instituciones eclesiásticas, laicas o particulares.
Los primeros hospitales se fundaron en lugares de paso muy
difícil, como los puertos de montaña: Somport, Roncesvalles
y O Cebreiro. Después, la ruta jacobea fue ampliando y
mejorando sus establecimientos de albergue, de forma que
una tupida red de hospitales, posadas y mesones acogían a
los peregrinos.
Otro aspecto importante fue la defensa y protección del
peregrino. Además del volumen de medidas jurídicas
encaminadas a este fin, tuvo un gran valor la defensa física
que ofrecían los castillos, torres y fortalezas a lo largo del
camino. Ésta fue también la finalidad principal que tuvieron
las Órdenes Militares.
Hospital de la Reina, Villafranca de Montes de Oca
(Burgos)
Puerta del Patio de los Romeros. Hospital del Rey
(Burgos)
----RUTAS MARÍTIMAS
Tan frecuente como las terrestres fueron las rutas marítimas
para los peregrinos que desde la Europa nórdica, los Países
Bajos y las Islas Británicas viajaban a Compostela. Las
peregrinaciones inglesas por mar son las mejor
documentadas y por ellas sabemos detalles y circunstancias
del viaje. Se conoce la organización, los permisos de flete, las
naves y el salvoconducto colectivo que se extendía a nombre
del armador del buque, los nombres y condición social de los
peregrinos que embarcaban y también los nombres de
algunas naves que hicieron el viaje en los ss. XIV y XV:
34
Gracedieu de Bristol, Trinitate de Falmouth. Conocemos también
los principales puertos de embarque y desembarque.
Los peregrinos ingleses podían hacer el viaje en travesía directa
aprovechando la proximidad del puerto de La Coruña y de otras
villas marineras de Galicia y del Cantábrico, o cruzando el Canal
de la Mancha hasta Burdeos. Esta última debió ser la ruta más
frecuente hasta finales del s. XIV, en el que los avatares
políticos impidieron el paso por Francia.
Carraca portando peregrinos del norte de Europa.
(Hans Burkmair. 1511)
VIAJEROS Y SUS CRÓNICAS
NOPAR, SEÑOR DE CAUMONT
Nopar, señor de Caumont, realiza su peregrinación a
Compostela en 1417. Su relato no es más que un itinerario en el
que sólo se detiene en la narración del Milagro del Ahorcado,
localizado en Santo Domingo de la Calzada.
Saliendo de la tierra de su señorío, sigue al detalle la guía del
Liber Sancti Iacobi, citando numerosas localidades y la distancia
en leguas entre ellas. Tiene el interés de contarnos su viaje a
Fisterra enumerando algunos de los lugares por los que pasa.
Nos confirma así la importancia que esta visita tenía para los
peregrinos, que continuaban el viaje para conocer también
aquellos parajes que las leyendas hicieron famosos por su
relación con el Apóstol Santiago.
Cementerio de Santa María de Noya (A Coruña)
Camino e iglesia de Santa María (León)
Muralla de Mansilla de las Mulas (León)
HERMAN KÜNIG VON VACH
Herman Künig von Vach, monje de la zona de Estrasburgo,
redactó a finales del s. XV una guía en verso para los
peregrinos alemanes, que debió de tener un gran éxito a
juzgar por las numerosas ediciones que de ella se hicieron.
En su viaje sigue caminos diferentes a la ida y a la vuelta. El
de ida, la Obere Strasse, comienza en el santuario suizo de
Einseindeln, cruza los Alpes y, a través de la “vía tolosana”,
entra en la Península por Roncesvalles. A partir de aquí, sigue
las etapas de la guía del Liber Sancti Iacobi, citando pocos
lugares y con algunas variantes como es el dar un rodeo por
Lugo para evitar la dura subida al Cebreiro o llegar a
Ponferrada por el Puerto del Manzanal, evitando el difícil paso
del alto de Foncebadón. En León indica también el camino
que lleva a San Salvador de Oviedo.
El viaje de vuelta, la Nieder Strasse, lo hace igual hasta
Burgos, pero allí cambia de ruta y se desvía hasta Irún,
recorre el oeste de Francia y los Países Bajos hasta llegar a
Aquisgrán, donde finaliza su relato, aunque señala también
en este tramo varios desvíos.
Vista del Cabo Fisterra (A Coruña)
El sentido práctico de esta guía se nota en el afán por citar las
distancias, las diferentes monedas, los hospitales, los
albergues y demás necesidades del viajero, sin detenerse en
descripciones ni recrearse en narraciones.
Lauda gremial con vieira y tijera.
Capilla de Santiago, Roncesvalles (Navarra)
35
Vista general desde la subida a la Laguna de Castilla, La
Faba (León)
COSME III DE MÉDICI
Con el fin de la Edad Media, las transformaciones de los modos
de vida y pensamiento se reflejan en un cambio de sentido de la
peregrinación. El mayor afán de conocimiento provoca la
llamada “peregrinación caballeresca”, en la que el principal
objetivo no es la meta final sino una etapa más de un amplio
viaje al que bien podemos denominar “ruta turístico-religiosa”.
En estos casos, el itinerario no es el tradicional.
Cosme III de Médici, movido por cuestiones personales y
también por una gran religiosidad, emprende a finales de 1668
un largo viaje en el que, partiendo de Florencia y recorriendo
gran parte de la Península Ibérica, pasará por Santiago para
embarcar en A Coruña hacia las Islas Británicas. Le acompaña
una pequeña corte de unas 40 personas, entre las que se
encuentra Lorenzo Megalotti, que será el encargado de realizar
el relato oficial, y Pier María Baldi, que lo ilustrará con acuarelas.
Con este viaje podemos reconstruir las costumbres, la cultura y
el arte de la España del s. XVII, bajo la dura crítica del cronista
oficial, que hace una detallada descripción de la ciudad de
Santiago, dejándonos testimonio escrito de la intensa lluvia
compostelana.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici.
Pontevedra. Padrón.
Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici.
Puerto de A Coruña.
DOMENICO LAFFI
Aunque contemporáneo de Cosme III de Médici, Domenico
Laffi, sacerdote de Bolonia, realizó el viaje a Compostela con
fines y medios muy diferentes. A pie, vestido de peregrino y
con el devoto fin de visitar la tumba del Apóstol, parte en
1670 de su ciudad natal siguiendo la ruta de los peregrinos
italianos y recorriendo el Camino Francés tradicional.
Continúa hasta Fisterra, citando ciertos topónimos de difícil
identificación.
Por su relato sabemos que en estas fechas las dificultades y
los peligros que acosaban a los peregrinos seguían siendo los
mismos que en la Edad Media: el alojamiento, la comida, los
bandidos, las enfermedades y el paso de los ríos. Pero
también se hace evidente la decadencia de la peregrinación
cuando cuenta que los peregrinos eran escasos y mirados con
admiración.
Puente sobre el Tambre (A Coruña)
GUILLERMO MANIER
En el s. XVII aparecen medidas favorecedoras del auténtico
peregrino pero, a la vez, dificultan el viaje y provocarán la
decadencia de la peregrinación. En esa época, los peregrinos
eran, fundamentalmente, artesanos y labradores y, en
ocasiones, la piedad se mezclaba con el ansia de aventura,
como sucede con el sastre francés Guillermo Manier, vecino
de Carlepont, que viaja a Compostela en 1726. Curioso,
relata todo lo que considera interesante, describiendo las
tierras que atraviesa, las comidas, la belleza de las mujeres y
su manera de vestir.
36
Acompañado de tres amigos, entra por Irún y sigue luego el
Camino Francés desde Santo Domingo de la Calzada. Es el
primero en ver la Catedral desde San Marcos por lo que lo
nombran “Rey” sus compañeros. Describe con detalle la ciudad
de Santiago y, sobre todo, el menú con que cada convento
obsequiaba a los peregrinos. Compra recuerdos y recorre los
mesones. En su viaje de regreso sigue otra ruta para poder
visitar San Salvador de Oviedo.
Puente sobre el Hormazuela (Hornillos del Camino,
Burgos)
Cruz de madera de Foncebadón (León)
NICOLA ALBANI
El relato dejado por Nicola Albani de su viaje desde Nápoles
hasta Compostela a mediados de 1743 y su estancia en Lisboa
hasta 1745 es una prueba de la transformación que sufrió la
peregrinación en el paso del tiempo, en franca decadencia a
mediados del s. XVIII. A menudo, el aventurero y el pícaro se
mezclan en el camino con el verdadero peregrino.
Nicola Albani, después de su estancia en la ciudad apostólica, se
traslada a Lisboa donde trabaja con un comerciante de vinos,
volviendo de nuevo a Compostela para el Año Santo de 1745 y
retornar posteriormente a su ciudad natal de Melfi.
En sus dos tomos, que constituyen su curiosa narración
(Verídica Historia ó sia Viaggio da Napoli a San Giacomo…), deja
recogida una visión muy animada de sus profundos
convencimientos personales y de sus aventuras entre las que
destaca la lucha con un bandido sostenida cerca de Ponte de
Lima. El manuscrito conservado se ilustra con una importante
documentación gráfica donde se aprecian vistas de grandes
ciudades, santuarios marianos
aventuras más destacadas.
y acuarelas relativas a sus
Nicola Albani en Nápoles
Aventura de Nicola Albani cerca de Ponte de Limia
RITUALES DE PEREGRINACIÓN
A partir del s. XV, los peregrinos que llegaban a Santiago
recibían como certificado de su peregrinación la
“Compostela”. Este documento confirmaba la peregrinación al
sepulcro del Apóstol, al tiempo que servía de justificante para
recibir las ayudas necesarias durante el viaje y, de esta
manera, evitar que fueran disfrutadas por falsos peregrinos.
Los peregrinos que llegaban a Santiago a lo largo del año en
el que la fiesta del Apóstol coincidía en domingo, obtenían el
“jubileo”, es decir, una indulgencia plenaria para todos los
pecados.
Los peregrinos, además de visitar el cuerpo de Santiago,
podían venerar las reliquias de otros santos. Con la idea de
reunir estas reliquias y facilitar su exposición, se encargó la
construcción de un retablo con gran número de nichos.
Bernardo Cabrera, como ensamblador, y Gregorio Español,
como escultor, lo realizaron entre los años 1625 y 1630
habilitando el Panteón Real como Capilla de las Reliquias.
Desafortunadamente, este retablo fue destruido por un
incendio a comienzos del s. XX.
El grabado con la procesión de peregrinos en Compostela, es
una de las excepcionales ilustraciones sobre los rituales de
peregrinación en la propia ciudad de Santiago. Aunque se le
da el título de Procesión de Peregrinos, se trata, más bien, de
37
una de las celebraciones litúrgicas más importantes del año,
posiblemente la fiesta de Santiago.
“Compostela”
Santiago de Compostela, Melchor de Prado
1820
Papel, grabado a buril
Tirada de taco original
Iubileo Plenísimo en la Santa y Apostólica iglesia de
Santiago de Galicia
1666
Tirada de taco original
Relación de las Sagradas Reliquias que
se veneran en su Capilla de la Santa
Apostólica Metropolitana Basílica Mayor
de Santiago de Compostela
Santiago, J. Soto
1898
Litografía.
Procesión de peregrinos en Compostela
Les delices de l’Espagne et du Portugal,I
Juan Álvarez de Colmenar
Leiden, Pierre Boudewyn van der Aa,
grabador y editor
1707
Impreso
RECUERDOS DE LA PEREGRINACIÓN
Aparte de los beneficios espirituales que comportaba la
peregrinación, los peregrinos podían llevar como recuerdo de
la misma una serie de souvenirs que servirían para recordar
su estancia en Compostela.
Entre estos objetos, los más característicos fueron los
trabajados en azabache, aunque también se hacían en otros
materiales no tan costosos. En cuanto a su procedencia, no
siempre fue Compostela, ya que muchas de estas piezas con
iconografía jacobea se realizaban en otros lugares.
Los motivos más frecuentes eran diversas iconografías de
Santiago, la vieira y la representación de peregrinos. Los
objetos eran también variados: medallas, insignias,
calabazas, campanitas, etc.
Fuente con vista de Santiago
Pickman y Cía.
2ª mitad s. XIX
Loza estampada
Plato con vista de Santiago
Real Fábrica de Sargadelos
1845-1862
Santiago Peregrino
s. XX
Azabache
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LIBROS DE VIAJE
Medallón con la imagen de Santiago Matamoros
Realizado en Filipinas o Tierra Santa
Finales s. XVIII-principios s. XIX
Nácar
Campanita con Santiago Matamoros
s. XX
Bronce
Santiago
s. XIX
Diente de cachalote
El Códice Calixtino conservado en el archivo de la Catedral de
Santiago constituye el primer ejemplar del Liber Sancti
Jacobi, gran compilación anónima que recoge, en cinco libros,
diversos textos referentes al Apóstol: textos litúrgicos,
milagros, las hazañas de Carlomagno en España,
composiciones musicales y, en el libro quinto, la Guía del
Peregrino. La compilación, atribuida al papa Calixto II, está
dedicada a Gelmírez y al patriarca de Jerusalén, uniendo, de
este modo simbólico, los tres grandes centros de
peregrinación. Como dato curioso destaca el hecho de que en
un texto intercalado en el Códice en el s. XV, se hace la
primera mención del botafumeiro.
La copia del Códice de la Universidad de Salamanca es
probablemente derivación de un gemelo del ejemplar
compostelano. Consta, igualmente, de cinco libros aunque
carece de la escritura musical y apéndices del original,
además de otras diferencias.
Medallas
conmemorativa
s de años
santos
s. XIX y XX
Plata y bronce
El libro Die Walfart und Strass zu Sant Jacob de Hermann
Künig von Vach es la única guía de peregrinación en sentido
estricto, ya que las demás obras alemanas, más o menos
contemporáneas, son relatos del viaje. Las sucesivas
reediciones de la obra tienen pequeñas variantes según el
lugar de impresión ya que, al tener un uso eminentemente
práctico, los intereses de los peregrinos eran, lógicamente,
distintos. Por otra parte, su inspiración en obras de carácter
popular se confirma por el hecho de que algunos pasajes se
encuentran en el cantar de peregrinos Wer das elend bauwen
Hill, así como por el estilo de sus grabados.
39
Códice Calixtino
Facsímil del original del archivo de
la catedral de Santiago
Scriptorium compostelano
ca. 1160
Manuscrito miniado, pergamino
El Códice Calixtino reúne en cinco libros un conjunto singular de
textos sobre el apóstol (textos litúrgicos, milagros, translatio, hazañas
de Carlomagno, música…). El libro V, conocido como “Guía del
Peregrino” se atribuye a Aymerico Picaud de Parthenay y recoge la
primera descripción del Camino de Santiago. Es de interés la
información sobre lugares, las gentes, las costumbres y la tradición de
los parajes por los que discurre desde Francia.
“El Camino de Santiago en
España realizado en los años
1983-1984. 1986”
Ikeda Munehiro
Papel japonés, tinta, acuarela
1983-1986
El artista japonés Munehiro Ikeda plasma, atendiendo a su concepción
oriental, una curiosa visión del recorrido del Camino de Santiago en su
tramo español elaborando una sorprendente y exhaustiva “Guía del
Peregrino”. Representa uno de los últimos testimonios del género
iniciado en el s. XII con el Liber Sancti Iacobi (Códice Calixtino).
Puede
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localidades
o
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iglesias,
monasterios, conventos, escultura, cruceiros, fuentes… del
Camino de Santiago.
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INDUMENTARIA DEL PEREGRINO
La indumentaria de los peregrinos consistía en sombrero de
ala ancha, capa, cayado o báculo, zurrón y una calabaza para
guardar la bebida. Esta indumentaria, una vez rematada la
peregrinación, era reutilizada por los peregrinos en
procesiones o era donada a algún monasterio. Algunos
peregrinos se hacían enterrar con ella simbolizando su acceso
a la otra vida.
CARTELA pantalla
Cuando los peregrinos llegaban a Santiago, recibían una
vieira que llevaban de vuelta a su lugar de origen. Hasta el s.
XIV las fijaban casi siempre en sus zurrones, más tarde en el
sombrero o en el abrigo. Serviría como certificado de la
peregrinación rematada y como garantía de ayudas y
privilegios.
EL CAMINO DE SANTIAGO EN ESPAÑA. 1983-1986
IKEDA MUNEHIRO
Instrucciones de uso
En la Edad Media tardía, la vieira se convirtió en un atributo
genérico del peregrino, manteniéndose como distintivo del
peregrino a Santiago.
40
INDULGENCIAS A LA COFRADÍA DEL HOSPITAL
REAL DE SANTIAGO
Las gracias espirituales concedidas por los Sumos Pontífices a
las instituciones que realizan obras asistenciales están
consignadas en bulas.
En el año 1499, el papa Alejandro VI promulga una bula por
la que se concede licencia a los Reyes Católicos para la
construcción de un hospital que albergue a los peregrinos y a
la institución de la Cofradía del Apóstol Santiago.
El conjunto de indulgencias y gracias espirituales otorgadas al
Hospital Real de Santiago, se administran a través de su
Cofradía. Estas gracias se daban a conocer a los fieles
mediante su predicación, y se publicaba un sumario de sus
beneficios espirituales.
Indulgencia et Cofradía del Hospital de
Señor Santiago
Valladolid, 1504
Xilografía
Tirada del taco original
Sumario y Recopilación de las Gracias, e
Indulgencias concedidas por diferentes
Sumos Pontífices a la Casa y Real Hospital de
Santiago de Galicia, y a los Cofrades de la
Cofradía, teniendo la bula de la Santa
Cruzada, de la Publicación y Predicación e
cada año.
Escuela compostelana
1755, setiembre, 1
Tirada del taco original
41
DOCUMENTOS
SANTIAGO
Y
LIBROS
RELATIVOS
A
LA
ORDEN
DE
Regla y constituciones de las
Comendadoras de Santiago
1615
Pergamino y papel
Una de las más importantes obras recopilatorias sobre la Orden de
Santiago, destinada a recoger la historia, la regla y los
establecimientos santiaguistas. Se elaboró por orden de Felipe II con
la intención de compilar en ella todos los establecimientos espirituales
no incluidos en libros anteriores, es decir, todas las normas religiosas
antiguas y nuevas que afectaban a sus frailes y caballeros. Otro dato
de interés de esta obra es que, como muchas otras de esta época
sobre la Orden de Santiago, está escrita en castellano y ya no en latín
con el fin de que su contenido fuera ampliamente comprendido por
todos los santiaguistas y la sociedad letrada en general.
Testimonio de cómo se armó Cavallero de la Orden
de Santiago y se dio el avito ynsignias della a Don
Luís Montilla y Mendoza
Madrid
1675
Papel, manuscrito, sello de cuarto de 10 maravedíes
Documento manuscrito en el que se describe pormenorizadamente el
ritual empleado para armar a un caballero de la Orden de Santiago,
con la entrega de las correspondientes insignias. En él se enumeran
también a las personas presentes en ese acto.
Apología por el hábito del Santo Domingo en le
Orden de Santiago, y Alegación a favor de la
Orden de Santiago, por su Santo Domingo de
Guzmán, patriarcha, fundador de la de
Predicadores
José López Agurleta
Alcalá de Henares, Manuel de Moya, impresor
1725
Impresión tipográfica en papel, pergamino
Obra que trata de la relación entre la Orden de Santiago y la Orden
religiosa de Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán.
Este santo parece que entró a formar parte de la Orden de
Santiago, según la historia, a partir de los catorce o quince años ya
que guardaba cierto parentesco con el Primer Maestre de ésta.
Laurea legalis decana salmantina de jure quatuor
ordinum militarum Divi Jacobi, Calatravae,
Alcantarae et Montesae
Bernardino Antonio Franco Valdés
Salamanca, Antonio Villarroel y Torres, impresor
1740-1744
Impreso, grabado a buril
III vols.
Obra magna acerca de los derechos, privilegios, exenciones,
jurisdicción espiritual y gobierno temporal de las órdenes militares
de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Se presenta la obra
como utilísima para discernir los privilegios de estas y conducir con
acierto sus causas judiciales. De esta manera, en sus diversos
capítulos se tratan temas como la fundación y organización interna
de las órdenes religiosas de carácter militar, la potestad de sus
maestres y los deberes y los derechos de los diferentes miembros;
la jurisdicción eclesiástica de las órdenes en sus pueblos e iglesias
y los ejercicios correspondientes a los frailes, sacerdotes y a las
monjas de Santiago y Calatrava.
42
SANTOS PEREGRINOS
Dentro del capítulo de los santos peregrinos, san Roque,
invocado, sobre todo, contra la peste, gozó de gran
predicamento en Galicia y de modo particular en Santiago. Así,
en Compostela, a raíz de la terrible peste de 1517 y por decisión
del Ayuntamiento y del Cabildo, quedó instituida la Cofradía de
San Roque, debiendo guardarse desde ese momento en la
ciudad su día como festivo.
El culto a la Virgen Peregrina surge en sus orígenes como
advocación a la Virgen del Camino. Aparecen ejemplos dispersos
en Alemania y Francia, y arraiga en focos aislados de La Rioja y
León. En Galicia, se venera, sobre todo, en Pontevedra, donde
es Patrona de la ciudad.
La doble acepción que la palabra peregrino tuvo antiguamente –
extranjero y caminante– llevó en la Edad Media a representar a
Cristo y a la Virgen como peregrinos. Una de las imágenes más
tempranas de esta interpretación la tenemos en el claustro de
Santo Domingo de Silos, donde se representa en el episodio de
Emaús a Cristo y sus discípulos con la vestimenta de peregrino.
San Alexo
Primer 1/3 S. XVII
Madera tallada y
policromada
Santa Isabel de Portugal
1º tercio s. XVIII (¿)
Madera policromada y dorada
Inscripción: “Sta YSABEL Ra DE PORTUGAL
ARAGONESA”
Tobías y el arcángel San Rafael
Primera mitad S. XVIII
Escuela española
Óleo sobre lienzo
La Divina Peregrina, Nª Sª del Refugio que se
venera en su capilla extramuros de la villa
Pontevedra, cuya congregación la dedica con
humilde sentimiento a su amabilísimo prelado, el
Exmo. Señor D.n Fr. Sebastián Malvar y Pinto,
Caballero prelado, Gran Cruz de la R.l distinguida Orn.
de Carlos III. Arzobispo y Señor de Santiago &.ª
Santiago de Compostela, Luís Fernández Piedra
Antonio Rodríguez, dibujante
1778
Tirada de la plancha original
Frontal de altar con escenas de la vida
de San Martín
Escuela leridana
Último cuarto s. XIII
Pintura al temple sobre tabla
Lérida, Santa María de Palau de Rialb
43
Apoteósis jesuítica
S. XVIII
Óleo sobre lienzo
Crucifixión con Gloria, santos y ángeles
Francisco Antonio Vallejo
1778
Óleo sobre lienzo
San Julián el Hospitalario
1ª mitad s. XVIII
Pintura al agua sobre cristal
San Roque
1º tercio s. XVIII
Madera tallada
Depósito J. Varela Villamor
Retrato de Cosme III de Médici (1642-1723)
Escuela florentina. Anónimo
1º decenio s. XVIII
Óleo sobre lienzo
Donación de Alberto Bruschi (Anticuario de Florencia)
En los días posteriores al nacimiento en Florencia del gran duque
de Toscana, Cosme III de Médici, se representa en la cámara de su
madre Vittoria Della Róvere una obra músico-teatral que se
repetirá en cada aniversario de la feliz fecha, y que se titularía Il
Pellegrino. En el futuro, esta casualidad llevaría a Cosme III a ser
no sólo el Médici que más viajó, sino a actuar como un verdadero
peregrino que visitó docenas de centros de peregrinación, entre
ellos, Compostela. En su gobierno, tuvo un afán reformador
esforzándose por mejorar la iglesia local y los sistemas judicial y
financiero. También continuó fiel a la tradición familiar de fomento
de la creatividad, coleccionismo y mecenazgo de las artes del
estado florentino. Este retrato, probablemente destinado a una de
las muchas oficinas ducales dispersas por la Toscana, es una
variante de un lienzo atribuido al afamado pintor Giuseppe Maria
Crespi. En él, Cosme III, hombre poco agraciado pero de gran
dignidad y consideración social, es retratado en un ambiente de
efectos tenebrosos, con una vestimenta negra de estilo indefinido
sobre la que resalta la cruz roja de la Orden de los Caballeros de
San Esteban.
San Roque
1º tercio s. XVIII
Madera tallada
Depósito J. Varela Villamor
44
SALA VI
GREMIOS Y TRADICIONES ARTESANALES
EN COMPOSTELA
LOS GREMIOS COMPOSTELANOS
El auge de la peregrinación a Compostela a lo largo de los siglos
provocó la aparición progresiva de numerosos y variados
oficios dedicados a cubrir las diferentes y numerosas
necesidades de los peregrinos y también de las
instituciones vinculadas tanto con el culto como con la
atención de aquéllos.
De este modo, desde el s. XII, numerosas personas trabajan
como albergueros o taberneros y también como cambistas,
dedicados al necesario cambio de la moneda de los llegados de
lugares dispares de Europa. Otros se entregaban a las labores
de carácter más artesanal, como los zapateros, encargados de
una tarea tan necesaria como la realización y reparación de
calzado, o los cinturoneros, fabricantes de aquellos objetos tan
imprescindibles también para los peregrinos como los
cinturones, los zurrones o bolsos.
Los concheros surgieron para atender la creciente petición de
las insignias o “reallia” que, con el motivo de la concha, se
convirtió en el símbolo que confirmaba la visita al santuario
compostelano. También se demandaban objetos de recuerdo de
la peregrinación como figuras del Apóstol, de santos o rosarios y
otros de carácter suntuario que los peregrinos de marcada
posición social ofrecían a la basílica. Además, eran necesarios
diversos útiles litúrgicos para el desarrollo del culto en las
numerosas
iglesias
compostelanas:
cálices,
cruces,
custodias,… Un buen número de estos objetos se elaboraban,
fundamentalmente, en azabache y en plata y sus artífices se
agrupaban en los gremios de los azabacheros y de los
plateros.
Asimismo, la difusión y promoción de la peregrinación por
parte del cabildo compostelano hizo que aumentase la
producción de distintos documentos relativos a la misma indulgencias, “compostelas”, imágenes devocionales…- ; lo
que provocó la importancia del trabajo de los grabadores en
la ciudad.
Lógicamente, estos objetos tuvieron una amplia difusión en
todo el territorio europeo, dada la variada procedencia de los
peregrinos, encontrándose muchos de ellos en los países
escandinavos, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia.
Los artesanos y artífices se agrupan en Santiago en gremios
y cofradías desde el s. XIII y la actividad de estos
trabajadores se desarrolla a lo largo del tiempo en cientos de
talleres que surgen por la ciudad quedando, aún en la
actualidad, como notable testimonio de esto, la configuración
de las tiendas en torno a la catedral, precisamente, en la
plaza de Praterías y en la de Acibechería y en los nombres de
las calles, como la de Concheiros, ubicada a la entrada del
Camino Francés.
Aunque en el transcurso del tiempo algunos de estos oficios
desaparecieron o disminuyeron su presencia, otros perviven
hoy en día, atendiendo al mismo origen y a las mismas
necesidades.
45
brazaletes o collares junto con diferentes amuletos. Constituyen
una tipología muy importante de la joyería tradicional gallega.
Collares de azabache
Los collares formaban parte de los adornos tradicionales de las
mujeres y constituyen una parte muy importante de la joyería
tradicional gallega. Frecuentemente en la Edad Moderna este tipo de
piezas no sólo tenían una función de estética o de adorno, sino que
también contaban con un carácter profiláctico o apotropaico de ahí
que frecuentemente se acompañen de amuletos como las higas o
medallones con elementos religiosos o crucifijos
Esculturas de Santiago peregrino y portapaz
Este grupo de piezas resulta de especial interés por su valor
histórico; responden a un tipo de produción muy importante en los
talleres compostelanos entre los siglos XV-XVI y suponen una
buena muestra de la producción artesanal que se desarrolló en la
ciudad alrededor de la peregrinación; se trata de pequeñas
esculturas con la imagen del apóstol Santiago o portapaces de
azabache que eran hechos con la finalidad de ser vendidos a los
peregrinos.
Martirio de San Sebastián
Taller del sur de Alemania (?)
1º cuarto s. XVIII
Talla en marfil y piedra, posiblemente, jaspe
Conjunto de medallones de azabache
Los medallones de azabache fueron, entre los siglos XVII y XVIII, uno
de los elementos que más abundaron de este material, derivado del
hecho que su uso creció enormemente en esta época añadiendo a su
carácter profiláctico el de protección derivada de la imagen
representada, en un momento en que las incertezas religiosas
derivadas de las convulsiones del período de la Contrarreforma
hicieron aumentar los peligros y las amenazas heréticas. Por esta
razón estes medallones se llevaban sujetos a la ropa o colgando de
San Sebastián fue nombrado patrón de los azabacheros en 1410,
fecha de la creación de su cofradía en Compostela. Desde la Edad
Media, fue un santo reconocido como intercesor ante las epidemias
de peste porque, a pesar de las numerosas heridas causadas por
las flechas recibidas en su martirio, y de los dolores enviados por
Dios, no murió. Sin embargo, como protector de la peste, fue
46
sustituido en épocas posteriores por otros santos como san Adrián,
san Antonio y san Roque. Precisamente, la cofradía de los
azabacheros fue fundada con motivo de la propagación de una de las
numerosas plagas de peste que asolaban a las poblaciones europeas
en esas épocas y que en Galicia produjeron fuertes episodios de
morbilidad y mortalidad. Las celebraciones de la cofradía en honor al
santo tuvieron lugar, casi siempre, en la Capilla del Espíritu Santo de
la catedral compostelana
Anillo
Ss. XVI-XVIII
Torneado, pulido
Taller compostelano
Procedente de las excavaciones en la rúa Acibechería
Paternoster de San Olav
Finales del S. XV - principios S. XVI
Azabache
Copenhague, Nationalmuseet
Rosario de azabache compuesto por cincuenta cuentas labradas en forma
de vieira. En el cierre hay tres estatuilllas del Apóstol Santiago, una de
cuerpo entero y las otras dos de busto. Este rosario –que fuera adquirido
en España por un peregrino noruegués- era conocido hasta hace poco en
Dinamarca como el “Paternoster de San Olav”, porque pertenecía a la
misma colección que un relicario y otros objetos relacionados con este
santo noruegués. Se trata de una pieza única que reúne las producciones
típicas desde la Baja Edad Media de la azabachería compostelana, como
las vieiras o las representaciones del apóstol. Este rosario, además, es fiel
reflejo de la importancia que por esos momentos adquirieran las
peregrinaciones a Santiago en el ámbito nórdico.
Cuentas de rosario
Conjunto de cuentas de rosario de azabache talladas y con
perforaciones en los laterales para ser colgadas que, por su
composición guardan un parecido al Rosario de San Olav del Museo
Nacional de Copenhague; tres representan la figura de Santiago,
en su condición de peregrino y de apóstol, mientras que la otra,
está tallada con forma de vieira.
Cruz de altar
S. XVII
Azabache
Taller compostelano
Cruz de la Inquisición
S. XVII
Azabache y plata
Talla, fundido, engastado, esmaltado
47
RECUERDOS DE LA PEREGRINACIÓN.
Paneles 1 y 2, piezas 15 y 16.
Desde el s. XIV fue abundante la elaboración de pequeñas esculturas
devocionales que los peregrinos llevaban de vuelta a su casa como
recuerdo de la peregrinación. Lo más demandado en todas las épocas
son siempre las imágenes de Santiago en sus variedades
iconográficas: apóstol, peregrino, “Matamoros”… [panel 1]. También
se hacían toda clase de imágenes sagradas y objetos religiosos para
satisfacer las devociones de los que visitaban la ciudad.
Eran frecuentes las cruces [9], las imágenes de la Inmaculada [10], la
Quinta Angustia [15] y diferentes santos, siendo uno de los más
solicitados San Antonio [8].
Asimismo, el rosario fue un objeto muy demandado, especialmente,
los llamados “de bolsillo” [1], más cortos, de cuentas sencillas y
apenas sin tallas. Temáticamente, el tipo de producción sigue
atendiendo hoy en día a las mismas demandas.
OBJETOS DE USO ECLESIÁSTICO Y LITÚRGICO.
Panel 4, piezas 17 y 18
Se elaboraron objetos destinados a los ámbitos eclesiásticos, bien de
carácter ritual, litúrgico o emblemático. Como ejemplos, la pila de
agua bendita [17] adornada con vieiras es un ejemplar de los pocos
que se conservan de este tipo, y el portapaz [18], utensilio que se
daba a besar a los fieles en la celebración de la Misa, y que en este
caso representa a la Virgen del Pilar entre ángeles, tema de tradición
jacobea. Por otra parte, la realización de collares fue abundante entre
los ss. XVII y XVIII. Los collares llamados “de abadesa” [19 y 20] eran
de uso restringido al ámbito conventual femenino, utilizándose como
signo de distinción del rango. Collares semejantes fueron empleados,
asimismo, por las viudas y por las aldeanas acomodadas del Noroeste
de España [quizás el 20]. El uso del azabache en objetos superpuestos
a los adornos se incrementó considerablemente en el s. XVI, cuando
pudo aumentar la creencia sobre su carácter protector.
“MANOS DE AZABACHE” O FIGAS. Panel 3.
Se llama “figa” en España a partir del s. XVI, a un objeto en forma
de mano cerrada con el dedo pulgar entre el índice y el medio,
considerado gesto de menosprecio, pero también amuleto de
carácter curativo y protector contra las murmuraciones y los
maleficios. Talismanes semejantes ya aparecen en el Antiguo
Egipto y Fenicia, y fueron muy utilizados en el mundo romano.
Posteriormente, los árabes de la Península emplean, desde el s. XI,
amuletos colgantes de azabache de diferentes formas, incluyendo
la mano, relacionados con la creencia en el mal de ojo, muy
arraigada en las tradiciones árabes. El hábito de llevar amuletos de
azabache se extiende por los territorios cristianos durante toda la
Edad Media. La forma de mano o “figa” aparece de forma más
frecuente en el s. XVI [21]. A partir del s. XVII, las figas se decoran
con muchos elementos simbólicos y talismánicos, como corazones
y lunas, y adoptan una forma tan esquemática que las hace, a
veces, irreconocibles, seguramente, a causa de la prohibición de su
uso por la Inquisición en 1526 [23 y 24]. Hasta el s. XIX no se
vuelven a representar de manera naturalista [25] aunque su uso ya
está entonces en retroceso.
Las figas, junto con otros amuletos, protegían especialmente a los
niños, por considerarse los más débiles frente al mal de ojo. Éstos
las llevaban colgadas de cinturones y collares.
Incluso en el ámbito cortesano de los ss. XVI y XVII, esta
costumbre era frecuente, tal y como se puede ver en muchos
retratos de la época, como los de la infanta Ana, de Pantoja de la
Cruz, o en el retrato de Felipe Próspero, de Velázquez.
1.- Rosario
Taller compostelano
Finales s. XIX – principios s. XX
Azabache y adornos en filigrana de plata
48
2.- Posible cuenta de rosario de
peregrino o de collar de abadesa con
Santiago peregrino
Taller compostelano (?)
ss. XVII-XVIII
6.- Santiago sedente del Pórtico de la
Gloria
Pena
s. XX
3.- Medallón con representación de
Santiago en la batalla de Clavijo
Taller compostelano (?)
Finales s. XVII – principios s. XVIII
Guarnición de plata con anagrama de la
Virgen María en el reverso
7.- Busto de Santiago peregrino
Ramón Requeixo Rebón
1960-1968
Santiago de Compostela
4.- Santiago peregrino
Ramón Requeixo Rebón
Decenio de 1960
Santiago de Compostela
8.- Remate de figa con representación
de San Antonio de Padua
ss. XVI-XVII
5.- Santiago sedente
Manuel Moratalla
1960-1970
Santiago de Compostela
9.- Cruz doble
s. XIII
Excavaciones en la zona de la Rúa de
Acibechería
10.- Posible Avemaría de rosario
Ss. XVII-XVIII
49
11.- Cristo Crucificado
Manuel Moratalla
Alrededor 1968
Santiago de Compostela
16.- Descendimiento
Ramón Requeixo Rebón
Alrededor 1970
Santiago de Compostela
12.- Relieve de Santa Face
Isidro Nieto
S. XX
Salamanca
17.- Pila de agua bendita
s. XVII
Santiago de Compostela
13.- Cristo Crucificado
Arturo Brea Pasín
s. XX
14.- Cabeza masculina
s. XX
15.- Piedad
Manuel Moratalla
1960-1970
Santiago de Compostela
18.- Portapaz con la Aparición de la
Virgen del Pilar
Taller compostelano
Principios S. XVI
Plata sobredorada y azabache
19.- Collar de abadesa
Ss. XVII-XVIII
Cuentas, pasadores y “libricos
20.- Collar. Posiblemente, de abadesa
Escuela compostelana
ss. XVII – XVIII
50
LA AZABACHERÍA
21.- Figas de mano izquierda
Taller compostelano
Finales s. XVI - Principios s. XVII
22.- Figa de mano izquierda con corazón
grabado
Último tercio s. XVII
Santiago de Compostela
23.- Figa de mano izquierda con
decoración geométrico-simbólica y
corazón en la palma
Azabache y plata
Último tercio S. XVII
Santiago de Compostela
24.- Figa de mano izquierda con
decoraciones simbólicas de corazón en
la palma y de luna en el “puño de
manga”
Último tercio S. XVII
Santiago de Compostela
25.- Figa de mano izquierda
Taller compostelano
Probablemente, s. XIX
Azabache y plata
El azabache es una sustancia fósil, un carbono purificado que
por su constitución y textura se considera una variedad del
lignito, de gran dureza pero extrema fragilidad. El término
con el que se conoce hoy en día deriva del empleado por los
árabes az-zabach. La creencia en las virtudes mágicas y
curativas del azabache se remonta a tiempos prehistóricos y
continúa a través de diversas culturas (Egipto, India, Asia
Menor, Roma o Grecia) como demuestran, entre otros, los
textos de Aristóteles, Plinio o San Isidoro. En la Edad
Media, la producción de objetos hechos en este
material floreció en relación con una moda impuesta
por los peregrinos a Santiago de Compostela. La
demanda de estas piezas creció al mezclarse su carácter
devocional con el supersticioso que ya tenía por tradición y
que lo consideraba como eficaz preventivo del mal de ojo.
Los primeros trabajos en azabache realizados en
Santiago están datados en el s. XIII y el material
empleado venía de Asturias por carecer Galicia de depósitos.
Los talleres azabacheros compostelanos se crearon a
partir del gremio de los concheiros que tenían en
exclusiva la venta de las conchas naturales o “vieiras”,
insignia simbólica de la peregrinación y que más tarde se
elaboraron en materiales como el azabache o el plomo. En el
s. XIV, los azabacheros forman gremio aparte del de los
concheiros y a partir del s. XV se constituyen como una de las
cofradías más importantes e influyentes de la ciudad, bajo la
protección de san Sebastián. Hasta el s. XVII, el trabajo de
los azabacheros fue el de mayor actividad, dejando en la
toponimia de la ciudad de Compostela claros testimonios. En
el s. XVIII comienza un período de decadencia sin llegar, por
51
ello, a desaparecer el oficio, gozando de nuevo hoy en día de un
gran prestigio y notable demanda.
En la producción de objetos de azabache se pueden distinguir,
en general, tres tipos de usos:
A/ Los objetos que eran demandados como recuerdos de la
peregrinación, de pequeño tamaño, fundamentalmente, de
carácter religioso y con una factura, en ocasiones, poco cuidada:
conchas, imágenes de Santiago, de la Virgen, de santos,
rosarios…
B/ Objetos de carácter litúrgico y devocional hechos para el
ámbito eclesiástico, fruto de un trabajo más elaborado:
portapaces, cruces o collares de abadesa.
C/ Objetos de uso profano y personal: figas, collares,
medallones, abalorios, adornos para los tocados femeninos, etc.
Santiago Peregrino
Castor Lata Montoiro
ca. 1960
Azabache
Inscripción: “CASTOR LATA”
Santiago de Compostela
Santiago Peregrino
Castor Lata Montoiro
ca. 1960
Azabache
Inscripción: “C. LATA”
Santiago de Compostela
San Eloy
Depositado por la “Asociación del Gremio de
Joyería, Orfebrería y Azabachería de Santiago”
R. Rivas Mejuto, S. Mayer Garea, Julio
Lado Martínez, J. Eloy Gesto Ferreiro, R.
Rivas Casal, E. Fink Fernández, Artesanía
Pampín, L. Gesto Beiroa y M. Vilas Novas.
2000
Plata, marfil, madera de castaño, azabache, oro,
amatistas, circonitas
Inscripción:“ESTE SAN ELOY FUE REALIZADO/BAJOL OS
AUSPICIOS DE LA/ASOCIACIÓN DE ORFEBRES DE
SANTIAGO/EN EL AÑO 2000 SIENDO PRESIDENTE/D.
ELOY GESTO FERREIRO/SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1
DE DICIEMBRE DE 2000”
Depositado por la “Asociación del Gremio de Joyería,
Orfebrería y Azabachería de Santiago”
Esta imagen de San Eloy es un buen ejemplo de la continuidad de
los gremios dedicados a la realización de obras en plata, oro y
marfil en Santiago desde el s. XI.
San Eloy está representado con los atributos que caracterizaron su
patronato sobre el gremio de los orfebres, plateros y herreros,
fundamentalmente, la zafra y el martillo.
Nacido en Francia, en la zona de Limousin, hacia el año 558, desde
joven fue aprendiz de un orfebre de Limoges para pasar más tarde
a París a ocupar el cargo de tesorero del rey Clotario II. Años más
tarde se hizo sacerdote y llegó al final de su vida a ser nombrado
obispo. Utilizó sus bienes para ayudar a los pobres y en el rescate
de cautivos y fue un incansable predicador, especialmente, por la
zona de Flandes. Murió el 1 de diciembre de 660, por lo que se
adoptó esta fecha como la de su festividad.
52
EL GREMIO DE LOS PLATEROS
La gran importancia que fue adquiriendo la peregrinación
jacobea desde la Edad Media convirtió a Santiago de Compostela
en uno de los centros religiosos más importantes de orbe
cristiano. En consecuencia, la construcción y renovación de
monasterios, iglesias y capillas se incrementó no sólo en
el área compostelana sino en toda Galicia y, en
correspondencia, la demanda de objetos de plata fue cada
vez mayor, tanto para el culto litúrgico como para las
ofrendas y donaciones, por parte de particulares, peregrinos,
cofradías y otras instituciones.
De esta manera, fueron apareciendo con el tiempo
numerosos
talleres
de
plateros
u
orfebres
documentándose, ya en el s. XI, su trabajo en la catedral.
Los plateros, junto con el potente gremio de los cambistas, se
encargaban, asimismo, en Compostela de la fijación del valor de
la moneda y del intenso comercio de los objetos hechos en
metales preciosos. La influencia de la que gozaban los hizo
dignos de unos privilegios entre los que se puede citar la
exención del servicio militar -incluso en tiempos de guerra- o la
prohibición para el rey, el arzobispo y los funcionarios de entrar
en sus casas.
Las tiendas de los plateros se situaron siempre muy cerca de
la catedral, desde los muros de la Plaza de la Quintana hasta la
puerta sur que, aún hoy, conserva el nombre de Praterías.
La notoriedad del trabajo de los talleres de plata compostelanos
desde la Edad Media hizo que éstos recibiesen encargos de otras
partes de Europa. También se acercaron a la ciudad, a lo largo
de los siglos, plateros procedentes de otros territorios de la
Península e, incluso, de otros países. Por otra parte, muchas de
las ofrendas y donaciones hechas por peregrinos o
instituciones hacen que haya un gran número de objetos
procedentes de talleres de otros lugares. Junto con estas
obras, llegaban las nuevas modas artísticas y las
innovaciones técnicas surgidas en este campo.
En el s. XVII comienza otro período de esplendor de la
platería compostelana que sigue desarrollándose a lo largo
del s. XVIII, época en la que florece también el grabado, de
manera que algunas de las familias más notables de
grabadores – los Piedra, los Romay o Melchor de Prado –
ejercen a un tiempo las dos profesiones. Se incrementa, de
igual modo, la elaboración de piezas de carácter civil, aunque
sigue primando la demanda de la producción religiosa.
El s. XIX se inicia con la Guerra de Independencia y el
consecuente expolio de una buena parte del patrimonio
artístico y la pérdida de muchas obras de orfebrería por la
fundición de las mismas para la obtención de moneda. Sin
embargo, el trabajo de los plateros siguió siendo uno de los
oficios más relevantes de la ciudad perviviendo, aún hoy en
día, con pujanza y desarrollando formas tradicionales junto
con creaciones de diseño.
LOS OBJETOS LITÚRGICOS EN LA PLATERÍA COMPOSTELANA
Al amparo del impulso de la peregrinación, los talleres artesanales
surgen por toda Galicia para responder a la incesante demanda de
ajuar litúrgico de las iglesias y monasterios, especialmente, de
aquellos más relacionados con los caminos jacobeos. Los tipos de
objetos necesarios eran numerosos. En la vitrina pueden verse
algunos de ellos como los cálices, entre los que debe señalarse el
cáliz limosnero (4) como ejemplo de encargo para donación por
parte de un arzobispo a una parroquia con el fin de incrementar sus
bienes. La cruz procesional (6) y los portapaces (5) son ejemplo
53
de los encargos de los monasterios, en este caso, del importante de
Santo Domingo de Bonaval en esta misma ciudad. Las cruces son
importantes no sólo en el ámbito litúrgico y devocional sino también
social, porque representan a la parroquia, comunidad tan importante
en el ámbito gallego. La cruz de guión (7) procede, con seguridad,
de una parroquia cerca de Santiago, bien bajo la advocación del
Apóstol o situada en el Camino de Santiago. La proliferación y la
diversidad de las formas que los relicarios (8) presentaron a partir
del s. XVI, fue consecuencia del reforzamiento por parte de la iglesia
católica del papel de los santos frente al rechazo de la Iglesia
protestante. La posesión de reliquias se convirtió en una obligación de
iglesias y monasterios. Esta misma causa hizo también aumentar la
demanda de esculturas (10) representando a los diversos personajes
santificados.
LA COFRADÍA DE LOS PLATEROS Y EL MARCADO DE LA PLATA EN
SANTIAGO DE COMPOSTELA
Parece que en el s. XI los orfebres ya formaban parte del Colegio que
agrupaba a todos aquellos artífices de distintas profesiones que
trabajaban en la construcción
de la catedral. Las primeras
ordenanzas que regulan la actividad en Santiago fueron aprobadas
para los plateros en 1431 y no son reformadas hasta 1786. La
cofradía que los agrupaba se creó a mediados del s. XVI. Los actos
religiosos del gremio los celebraban en la capilla de la Blanca de la
catedral y tenían derecho a ser enterrados en la Quintana de Muertos.
Las primeras marcas para garantizar la plata aparecen en Santiago
en el s. XIV. En el s. XVI la marca de localidad representa a Santiago
como peregrino. En el s. XVIII es el Arca Apostólica pero hacia finales
del mismo siglo y, en relación con el cambio del escudo de la ciudad,
aparece la marca del Cáliz con la Sagrada Forma y una cruz inscrita
(1). Ahora también aparecerá, como en otras regiones, el marcado
triple (punzón del artífice o platero, el del ensayador o contraste y el
de localidad).
LA NUMEROSA PRESENCIA DE OBJETOS NO COMPOSTELANOS
Los ss. XVII y XVIII son los de mayor apogeo de la platería
compostelana, como lo demuestra el aumento del número de
plateros con taller propio en la ciudad, pasando de un siglo al
otro de 57 a 137. A éstos se les añaden aquellos plateros de
otras regiones de España y procedentes del extranjero
(Italia, Francia, Portugal…) que trabajan temporalmente en
Compostela para la realización de piezas concretas, atraídos por la
euforia reformista y artística que se desarrolla en la ciudad y en la
catedral. Algunos se instalan definitivamente en Santiago, como es
el caso del francés Claudio Pecul. Su hijo, Jacobo Pecul, llegó a ser
uno de los plateros compostelanos más destacados del s. XVIII.
Ejemplo de su trabajo es la cruz procesional expuesta en la vitrina
(6). Por otra parte, los objetos donados por el alto clero y la
nobleza a las iglesias y monasterios son encargados, en muchas
ocasiones, a plateros de otras ciudades (2-3-4-9) como los cálices
limosneros hechos por el platero madrileño Lucas de Toro en la
primera mitad del s. XIX (4).
Imagen de un santo
Ss. XVIII-XIX
Plata y plata sobredorada
Madrid
Copón
1ª mitad S. XIX (?)
Plata sobredorada
Barcelona
54
Cruz procesional con la Representación del
Crucificado y la entrega del Santo Rosario a Santo
Domingo
Jacobo Pecul Montenegro Crespo, platero Sánchez,
marcador Santiago de Compostela, 1794.
Plata sobredorada
Procede del convento de Santo Domingo de Bonaval
(Santiago de Compostela)
Cáliz limosnero
Lucas de Toro, platero
1820
Plata y plata sobredorada
Madrid
Relicario
Finales s. XVIII
Plata fundida y repujada
Madrid
Cáliz con escenas de la vida de Jesucristo
José Casas, platero
1ª mitad s. XIX
Plata y plata sobredorada
Barcelona
Cáliz
Ricardo Martínez Costoya,
Platero M. Aller, ensayador
Santiago de Compostela, finales s. XIX – principios s. XX
Plata sobredorada, repujada y grabada
Cáliz con símbolos de la Pasión de Jesucristo
Narcís Rosell (?), platero o ensayador
1ª mitad s. XIX
Plata sobredorada
Barcelona
Cáliz
Bermúdez (platero?)
M. Aller (ensayador)
Finales s. XVIII - mdiados s. XIX
Plata y plata sobredorada
Fundido, labrado y repujado
Santiago de Compostela
Cruz de guión con la representación de la
Inmaculada Concepción y de Santiago peregrino
Juan Montes, platero
Santiago de Compostela (?), 1671
Plata fundida y repujada
Marca: MON/TES
Cruz de altar
Taller gallego
Último tercio s. XVI (cruz); 1738 (pie)
Plata fundida, cincelada, grabada y relevada
55
Medallón devocional
Finales S. XVIII- principios S. XIX
Plata, piel y seda
Fundido, cincelado, curtido y repujado
Escuela compostelana
Portapaces con la representación de
Santo Domingo recibiendo el Santo
Rosario de la Virgen
J. Seijo, platero
Último tercio S. XVIII
Plata y plata sobredorada, fundida,
cincelada, grabada y relevada
Marca: “J/SEIJO”
Procede del convento de Santo Domingo
de Bonaval (Santiago de Compostela)
Escribanía
Antonio García Candal
Segunda mitad S. XIX
Plata
Fundido, cincelado, calado, burilado
Santiago de Compostela
EL GRABADO
Acetre
Ricardo Martínez Costoya
Finales S.XIX
Cincelado, burilado, repujado
Santiago de Compostela
Placa con Santiago Matamouros
Primera mitad S. XIX
Plata, plata sobredorada, madera y
terciopelo
Cincelado, repujado, grabada
Escuela compostelana
El mayor florecimiento del grabado en Galicia tiene lugar en
Santiago de Compostela en el s. XVIII en relación con la
tradición de la peregrinación a la tumba de Apóstol, por ser
precisa la difusión del culto y la consiguiente utilización de
temas jacobeos para ilustrar el gran número de documentos
que se necesitaban, tales como las Compostelas, o
certificados que acreditaban el cumplimiento de la
peregrinación, los Sumarios de indulgencias por los que los
Papas concedían determinados privilegios a los que
contribuían con entidades de carácter benéfico-religioso, las
relaciones de reliquias, los itinerarios de caminos y las
estampas devocionales.
Constituyen, precisamente, las estampas devocionales,
dotadas de un importante valor propagandístico, uno de los
tipos más abundantes. Mediante ellas se contribuía al
56
fomento del culto en los ámbitos más populares. A causa de su
bajo precio, eran compradas frecuentemente por peregrinos y
llevadas a sus países de procedencia. Además de las diversas
tipologías iconográficas de Santiago (apóstol, peregrino,
caballero…), se reproducían otras imágenes relacionadas con la
temática jacobea como San Roque, la Virgen peregrina, la
Virgen del Pilar y un amplio elenco escogido del santoral.
El grabado aparece vinculado a autores que pertenecen al
gremio de los plateros, como es el caso de la familia Piedra, e
incluso a arquitectos y escultores como Melchor de Prado y
Miguel de Romay, lo que proporciona diversidad y perfección en
el diseño de motivos ornamentales (orlas, iniciales, viñetas y
colofones) que decoran muchos impresos.
Precisamente, atribuida a Jacobo de la Piedra aparece, alrededor
de 1730, en Santiago una importante innovación técnica: el “boj
de pie”, también conocido como “grabado en testa”, por lo que,
usando el taco de madera a contrafibra, se consigue una gran
nitidez y una mayor producción. Es utilizada, preferentemente,
en la realización de los elementos decorativos.
El desarrollo de los trabajos de los grabados en Compostela va
unido a la producción del libro y repercutió en la proliferación de
otros documentos no religiosos. La Universidad, el Santo
Tribunal de la Inquisición y otras instituciones solicitan hojas de
grado, temas heráldicos, retratos de personajes ilustres… Se
realizaban, también, láminas de temática científico-técnica, así
como naipes, de gran consumo en la vida cotidiana y grabados
con vistas de la ciudad y sus monumentos. Este último aspecto
atrae también a muchos artistas foráneos.
Instrumentos de
grabador (lima y
buriles)
Primera mitad siglo XIX
Acero fundido y modelado
Plancha calcográfica
Luís Antonio Piedra Crespo
(1776-1825)
Primer cuarto S. XIX
Cobre
Santiago de Compostela
Clichés de imprenta de
“El Eco Franciscano”
Último cuarto S. XIXPrimer cuarto S. XX
Madera de boj, cobre,
bronce
Talla a contrafibra o “bujo
de pie”
Vaciado a la cera perdida
57
“SANTIAGO APOSTOL, PATRON DE
ESPAÑA./ El Quadro original / existe en
el Real Palacio de Madrid”
Juan Antonio Salvador Carmona,
grabador
Escudo del Vizconde de Pegullal
Diego de Romay Junqueras, grabador
(+1694)
Grabado sobre plancha de cobre
Alrededor de 1770
Grabado a buril
Iubileo
Pleníssimo
de
la
Santa
Apostólica Metropolitana Iglesia del
Señor Santiago de Galicia, Vnico, y
Singular Patrón, Tutelar, y Protector de
España, por todo el año presente de
1717”
Santiago de Compostela, Antonio de
Aldemunde, impresor
1717
Grabado, calcografía
Nuestra Señora de la Peregrina
Enrique Mayer, grabador
Santiago de Compostela, finales s. XIX
Xilografía
San Roque
2º terzo s. XIX
Gravado
Santiago de Compostela
Iglesia de Pontedeume
Santiago de Compostela,
grabador
2ª mitad s. XVIII
Orlas ornamentales
Atribuidas a Jacobo de la Piedra, grabador
Entre 1750 e 1788
Escudo de D. Jorge Cisneros o de la
familia de los Condes de Ximonde
Atribuido a Melchor de Prado y Mariño
Alrededor de 1799
Plano de la ciudad de Santiago, primera
de las siete que componen el Reyno de
Galicia
Manuel Salvador Carmona, grabador
Plano del arquitecto Juan López
Freire el Menor
1796
Ángel
Piedra,
Inscripción: “Al gran Santiago, que como Tutelar de la
ilustre Villa de Pontedeume se venera en su principal
Iglesia, que para su mayor culto y gloria reedificó, dotó
y consagró su Illmo. Prelado el Sr. don Bartholomé de
Rajoy y Lossada, Arzobispo y Sr. de Santiago en
memoria de haber sido bautizado en ella. Año de 1768”.
Grabado a buril
Selección de naipes de una baraja
1818
Xilografía
Inscripción en el as de Oros: “Fábrica/de
Compostela”
58
SALA VII
ICONOGRAFÍA DE SANTIAGO: LA IMAGEN
DE SANTIAGO EN LA HISTORIA
La representación del Apóstol Santiago el Mayor ha sido desde la
Edad Media una de las más diversas de la iconografía cristiana.
La amplia extensión de su culto por toda la geografía europea y,
desde el s. XVI, americana, dio lugar a lo largo de los siglos a
que su imagen no sólo adoptase diferentes actitudes según las
necesidades devocionales y políticas de cada momento
(combinando los aspectos de apóstol, caballero, peregrino…)
sino también a que fuera reflejando la diversidad de usos y
modas en la vestimenta según las épocas y las zonas
geográficas donde las imágenes fuesen elaboradas.
Santiago es el único de los apóstoles que muestra esta variedad
iconográfica. En las primeras y más antiguas imágenes se le
representa con los atributos comunes a todos los demás
apóstoles: túnica y manto, el libro sagrado, los pies descalzos y
una filacteria o rótulo donde se hacían constar los nombres de
cada uno de ellos o frases alusivas a textos sagrados. Así
aparece en las primeras esculturas destacables en la misma
Catedral de Santiago, el conocido como “Santiago entre
cipreses” en la Portada de Platerías (hacia 1111-1116) y la
escultura del parteluz del Pórtico de la Gloria, obra del Maestro
Mateo, realizada hacia 1188. Como Apóstol que bendice aparece
entre 1135 y 1140 en el Capítulo I del Liber Sancti Iacobi del
Códice Calixtino.
Santiago es, asimismo, Peregrino, porque enviado por Jesús,
emprendió un largo viaje para evangelizar Hispania y por ello,
en algunas de estas primeras representaciones, porta
también el báculo o cayado. La difusión de su culto y, en
consecuencia, la influencia de la peregrinación a su tumba da
lugar a la peculiar identificación de este con aquellos
fervientes devotos que emprendían el viaje. El Santiago
sedente o en majestad potencia aún más la misión
evangelizadora y el Santiago como Soldado de Cristo o
caballero se utilizará frecuentemente como símbolo de la
defensa de la Fe Cristiana. La diversidad en las
representaciones se irá enriqueciendo paulatinamente con el
papel de Santiago como intercesor, teniendo a la Virgen María
como principal mediadora.
SANTIAGO EN MAJESTAD
La imagen de Santiago sedente, en majestad o in cátedra,
aparece por vez primera en la catedral compostelana en la
escultura creada por el Maestro Mateo para el parteluz del
Pórtico de la Gloria (hacia 1188). Sin embargo, este tipo
iconográfico no será muy frecuente. Santiago se presenta
como apóstol (túnica y manto, pies desnudos y filacteria o
libro sagrado) pero sentado en una suntuosa silla o trono. En
la filacteria aparece, generalmente, un texto alusivo a su
misión evangelizadora, así en la imagen del Pórtico de la
Gloria la frase Misit me Dominus (“Me envió el Señor”). El
báculo con el puño en “Tau” que sostiene en una de sus
manos era la forma tradicional de los báculos ceremoniales
que portaban los arzobispos y recordaba el cayado del que se
valían los apóstoles en su caminar para difundir las
enseñanzas de Cristo. Así, el báculo potenciaba la idea de la
misión apostólica encargada directamente por Jesús a
59
Santiago y, al mismo tiempo, servía para intensificar la
importancia de Compostela como sede episcopal.
Años más tarde, en 1211, se realiza la escultura de Santiago
sedente para el Altar Mayor de la Catedral que, aunque muy
modificada en el s. XVII, se puede ver hoy en día. En su
filacteria aparece el texto Hic est Corpus Divi Iacobi Apostoli et
Hispanorum Patroni (“Aquí se encuentra el Cuerpo del Divino
Apóstol Santiago Patrón de los Reinos Hispanos”). Con
posterioridad, hacia 1250 y para una capilla de la misma
catedral, se talla otra escultura en piedra con la misma imagen,
pero esta vez coronada, simbolizando al Apóstol que reina. En
este modelo iconográfico se dota a Santiago con algunos de los
elementos identificadores de los peregrinos: la escarcela, la
calabaza, la esclavina o el sombrero.
Las representaciones de Santiago sedente no se extienden más
allá del s. XV. Fuera de la zona de influencia galaica se
encuentran escasos ejemplos en Francia, fundamentalmente, en
la zona de Bretaña, quizás por la intensidad de las
peregrinaciones marítimas desde esa región. En el s. XVIII se
vuelve a utilizar con frecuencia la imagen estampada del
Santiago sedente del Altar Mayor de la catedral para decorar
documentos relativos a la peregrinación y piezas de oración que
destacan el aspecto de Santiago como Patrón de España.
Cruz Procesional
Aplique en el cuadrón
central con Santiago en
Majestad
Taller hispano
2º tercio s. XVI
Estilo plateresco
Plata. Sobredorado,
calado, cincelado, picado
de lustre y relevado.
SANTIAGO PEREGRINO
En el s. XII, la peregrinación al santuario compostelano es un
rito muy extendido por el occidente europeo. Al mismo
tiempo, la Iglesia compostelana posee todo el apoyo del
papado como uno de los centros más importantes de la
Cristiandad. El culto al Apóstol crece intensamente y son
numerosas las iglesias que se le dedican en todos los reinos
cristianos. A partir de este momento, comienza a
desarrollarse una variada imaginería artística en la
representación del Apóstol Santiago.
El rasgo de peregrino se subraya desde un primer momento
en la misma basílica compostelana, cuando se le otorga a las
imágenes del Apóstol el báculo. Pronto aparecerá, también,
provisto del morral. Ambos accesorios son elementos
fundamentales de todos los caminantes. El bordón o el
cayado sirve como defensa contra los animales y contra
otros peligros que puedan acechar y el morral o escarcela
es un bolso de piel para guardar los alimentos. Pero para la
Iglesia y para los peregrinos tienen también un matiz
simbólico porque significan el largo camino de la penitencia.
60
El bordón representa la defensa de la Fe contra las tentaciones y
el morral la mortificación del cuerpo y la generosidad de las
limosnas. De este modo y, por lo menos, desde el s. IX, la
Iglesia tenía establecida una ceremonia de bendición para
aquellos que emprendían un viaje peregrinatorio otorgándoles
simbólicamente estos dos elementos.
Otros accesorios útiles para el viajero eran la calabaza, para
transportar la bebida y el sombrero que, según las estaciones
del año o los países, se hacían de unos u otros materiales o
formas diferentes de modo que también variaban según las
modas de cada época. La esclavina es un pequeño manto,
generalmente de cuero, para cubrir los hombros, protegiendo el
tórax del frío y de la lluvia. Generalmente, se decoraban con
pequeñas conchas y bordones hechos de materiales diversos.
A partir del s. XI, la utilización de la vieira como símbolo de la
peregrinación jacobea es cada vez más frecuente. En el sermón
Veneranda Dies del Liber Sancti Iacobi (1135-1140) se intenta
justificar simbólicamente como emblema de la caridad
comparando sus costillas con los dedos de una mano. Al
principio, las conchas, naturales o hechas en metal o azabache,
se compraban en los alrededores de la catedral para llevar en el
viaje de vuelta como insignia que certificaba el cumplimiento de
la peregrinación.
Todos estos elementos aparecen indistintamente en las
imágenes de Santiago en mayor o menor número. La
indumentaria y los accesorios de las imágenes del Apóstol
reflejan, casi siempre, la moda de cada época o de cada país. El
libro aparece siempre, cerrado o abierto, recordando la misión
apostólica. Las primeras representaciones de Santiago con los
aditamentos de los viajeros parecen surgir en el s. XII a lo largo
de la ruta principal del Camino.
LAS
TRANSFORMACIONES DE LA INDUMENTARIA Y SU REFLEJO EN LA
ICONOGRAFÍA DEL
APÓSTOL SANTIAGO
A través de las imágenes que representan al Apóstol Santiago
se puede observar la transformación constante de la
indumentaria en cada época, no sólo en cuanto a los
complementos propios de los peregrinos o viajeros en
general, sino la de todos aquellos complementos que se
utilizaban en el vestuario de uso común. Además, las ropas
diferían según la climatología propia de cada lugar - por
ejemplo, el abrigado sombrero de piel de marta con que se
toca el Santiago Peregrino de Juan de Flandes era más propio
del Centro de Europa -. Aunque predomina la túnica y el
manto como vestuario del Apóstol, estas prendas van
adaptándose a las innovaciones de cada momento y, de esta
manera, van apareciendo puños vueltos, cuellos, casacas,
cinturones, broches y distintos tipos de calzado, y toda una
diversidad de elementos procedentes tanto de la
indumentaria suntuaria como de la más popular. Sin duda
alguna, la mayor variación la ofrecen los sombreros de los
que se puede ver la evolución desde los de tipo bonete del
medievo hasta los característicos de alas dobladas del s.
XVIII.
Una muestra singular de esta adaptación de la indumentaria
de las imágenes del Apóstol a la moda del momento, la
ofrecen las dos esculturas de madera datadas alrededor del s.
XV. Ambas presentan ropajes semejantes, un jubón o túnica
larga que desciende hasta los pies y una prenda superior
denominada ropilla, túnica más corta de mangas asimismo
más cortas y escotadas. La utilización combinada de estas
dos prendas fue la moda que surgió en el s. XIV entre los
burgueses de París y que pronto se extendió por el centro y
61
norte de Europa, difundiéndose las imágenes de Santiago así
vestidas incluso en Escandinavia, Inglaterra y España. Sin
embargo, difieren estas esculturas en el modelo de sombrero;
el de tipo bonete de ala plegada era de uso más popular y muy
utilizado por toda Europa mientras que el de alas laterales
dobladas y rematado en pico era de origen inglés.
Santiago peregrino
Taller castellano. Estilo hispano-flamenco
Finales s. XV – principios do s. XVI
Madera tallada, policromada y dorada
Depósito de J. Varela Villamor
Santiago peregrino
Juan de Flandes (Ca. 1465-1519)
1505-1519
Óleo sobre tabla
Probablemente realizado para el retablo de la
Capilla Universitaria de la Universidad de
Salamanca
Depósito del Museo del Prado
Santiago peregrino
Escuela hispano-flamenca
Finales s. XV – principios s. XVI
Madera tallada y policromada
Santiago peregrino
Taller castellano (?)
2ª mitad s. XV
Madera de pino castellano
Santiago peregrino
Posiblemente, taller gallego
Ultimo cuarto s. XIV – principios s. XV
Madera de castaño policromada
Santiago peregrino
Taller gallego
Ss. XIV-XV
Granito policromado
Santiago peregrino
Taller burgalés
ca. 1500
Madera de roble policromada y con restos de
dorado
Santiago peregrino
Escuela española. Estilo hispano-borgoñón
2º tercio s. XV
Alabastro tallado, dorado y policromado
62
Santiago peregrino
Juan de Juanes (principios s. XVI – 1579)
1560-1570
Óleo sobre tabla
Realizado para la iglesia del Convento de la
Corona de Jesús de los Religiosos de San
Francisco de Valencia
Santiago peregrino
1601-1625
Madera de nogal tallada
Taller aragonés
Santiago peregrino
Taller castellano. Estilo romanista
2º tercio s. XVI
Madera dorada y policromada
Depósito de J. Varela Villamor
Santiago peregrino
s. XVI
Madera tallada
Santiago Peregrino
Probablemente, taller portugués
Último tercio s. XVI
Alabastro tallado
Santiago Peregrino
2º tercio s. XVI
Madera con restos de dorado
Depósito de J. Varela Villamor
Santiago Peregrino
Finales s. XVII – principios s. XVIII
Madera tallada, dorada y estufada
Altorrelieve de Santiago peregrino
Taller gallego
s. XVI
Granito tallado y policromado
Procede del entorno de Padrón
63
Santiago Peregrino
Bernardo Lorente Germán
1ª mitad s. XVIII
Óleo sobre lienzo
La representación de este Santiago peregrino de medio cuerpo responde
a las características estilísticas y técnicas de la pintura religiosa de
carácter devocional de finales del s. XVII y principios del s. XVIII en
España. A estos criterios, entre otros, responden la composición en
escorzo con la mirada hacia el espectador que evoluciona desde un tipo
iconográfico que se utiliza progresivamente entre los siglos XVI y XVIII,
especialmente, en las series de apostolados. Pero los rasgos más propios
de esta época son el naturalismo de las representaciones y la profusión
de los fondos e los tonos más oscuros de la paleta pictórica que
proporcionan a las obras un aire de recogimiento devocional
especialmente propiciado por la Iglesia en la plenitud de la controversia
contrarreformista.
Bernardo Lorente Germán (1680-1759) fue un pintor sevillano que se
formó bajo la influencia del más sobresaliente pintor de la misma ciudad,
Bartolomé Esteban Murillo, aunque la pintura de Lorente tiene más fuerza
expresiva. Por la calidad de sus obras, estuvo muy vinculado a los
pintores que trabajaron para el rey Felipe V durante su estancia en
Sevilla, para quien hizo un retrato del Infante Felipe. Propuesto para el
cargo de Pintor del Rey, lo rechazó por su carácter reservado y por el
apego a su tierra. No obstante, no declinó en 1756 el nombramiento de
miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
Santiago peregrino
s. XVIII
Madera tallada y policromada
Santiago Peregrino
Taller gallego
2º tercio s. XIX
Madera policromada
Depósito de J. Varela Villamor
SANTIAGO CABALLERO
La primera mención explícita al Apóstol Santiago como
caballero intercediendo por las tropas cristianas frente a los
musulmanes, aparece en dos textos de la primera mitad del
s. XII. La Historia Silense y el Liber Sancti Iacobi del Códice
Calixtino narran la conquista milagrosa de la ciudad de
Coimbra en 1064 por Fernando I gracias a la ayuda del
Apóstol. Aparece la función guerrera de Santiago como
Soldado de Cristo -miles Christi-. Según la tradición, Santiago
ya habría colaborado con los cristianos en el año 895 en la
conquista de la misma ciudad. Más tarde, en 1125, se redacta
el Privilegio de los Votos, falso documento en el que se relata
la intervención del Apóstol en favor de Ramiro I en la batalla
contra los musulmanes, supuestamente librada en Clavijo en
el 859. El objetivo que se pretende es la implantación del
64
Voto de Santiago o la donación obligatoria de cereales y vino a
la Iglesia de Compostela por parte de los campesinos en pago
por la ayuda recibida.
La justificación de Santiago como caballero de Dios se
manifiesta ya en el s. VIII en un himno litúrgico del Comentario
al Apocalipsis del monje Beato de Liébana. En él se nombra a
Santiago como protector del reino hispánico frente a las
calamidades y a los infieles conquistadores. Desde el s. X, los
monarcas fomentan el Patronato de Santiago sobre los reinos
hispánicos. Este patronato, de carácter político y tradición
milagrosa, se promueve como beneficioso para el conjunto de la
sociedad que está así protegida por el Apóstol. Los monarcas
invocaban su ayuda no solo para favorecer las luchas contra los
musulmanes sino contra toda clase de enemigos, incluidos los
existentes en el mismo reino. La propia Orden de Santiago fue
fundada en 1170 por Fernando II como institución emblemática
de la confrontación contra los ejércitos mahometanos.
La que se considera primera representación escultórica de
Santiago como caballero (hacia 1220) aparece en un tímpano de
la catedral compostelana. Hay que tener en cuenta que el
caballero es un rango social que adquiere gran importancia en la
Edad Media, época de conflictos territoriales y religiosos, por lo
que es una figura habitual y cotidiana. La asociación de santos
con la condición de caballeros o soldados de Cristo (San
Demetrio, San Jorge, San Millán…) era un hecho común desde
los primeros tiempos del cristianismo, formando -como ya
expresa Beato de Liébana- los Ejércitos del Cielo. Los caballos
siempre son blancos, simbolizando la pureza, el cuerpo de
Cristo; el jinete y el Señor en Majestad. Luchan para liberar a la
Humanidad de la maldad, función que ya se encuentra en la
mitología de la Antigüedad Clásica. Idéntico papel se le
adjudica a Mahoma entre los musulmanes.
La imagen guerrera de Santiago se va transformando con el
paso del tiempo según van cambiando las causas a defender.
En los primeros momentos, excepto en algunos documentos,
la representación de Santiago como Soldado de Cristo es poco
frecuente. A partir del s. XIV, se extiende la imagen de
Santiago Matamoros, identificando claramente a los
soldados musulmanes bajo el caballo. Aunque la Reconquista
terminó en España, la presión de los turcos contra los
territorios europeos será intensa en los siglos siguientes, por
lo que esta representación adquiere nuevo sentido. Desde el
reinado de Carlos V, la iconografía de Santiago Matamoros se
incorpora a los programas de exaltación bélica y triunfal de la
monarquía española en el momento de máximo poder del
imperio y también será potenciada por la Iglesia
compostelana como emblema de la defensa de sus privilegios.
Se consolida así, definitivamente, la asociación del poder
político y del religioso en uno de los momentos, además, de
fuerte controversia con los protestantes. La imagen de
Santiago, Patrón de España, será emblema de legitimación
del poder incluso hasta el s. XX.
Santiago en la batalla de Clavijo
Anónimo
Ss. XVII – XVIII
Óleo sobre tabla
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Relicario
Medallón central con Santiago en la batalla de Clavijo
S. XVIII
Madera de pino castellano, policromada y dorada, y cobre
esmaltado
Santiago en la batalla de Clavijo
Anónimo
ss. XVII-XVIII
Óleo sobre lienzo
Santiago en la batalla de Clavijo
Escuela madrileña
2ª mitad s. XVII
Óleo sobre lienzo
Inscripción en el escudo de Álava del reverso del
lienzo: “JUSTICIA CONTRA MALHECHORES”
Aparición de la Virgen del Pilar a
Santiago
Andrés de Riola, grabador (+1744)
Dibujo de Domingo de Andrade, arquitecto
(1639-1712)
Tirada de plancha original sobre cobre de
1949
Inscripción: " El Yllmo Sr. Dn Joseph de Yermo
Arbpo y Sr deSto côcede 80 dias de Yndulga a
quien rezare una Ave Mª delte deestaSª
Ymagen de NS del Pilar". (El Ilustrísimo Señor
D. José de Yermo Arzobispo y Señor de
Santiago concede 80 días de Indulgencia a
quien rezare una Ave María delante de esta
Santa Imagen de Nuestra Señora del Pilar).
La asociación de Santiago con la Virgen es más estrecha y
temprana que con otros apóstoles. Así, en el momento de la
evangelización de Santiago en Hispania, la Virgen se le apareció
con ánimo de confortarlo en su difícil misión. Abundan otras
tradiciones marianas que ningún otro apóstol tuvo en el Occidente
(apariciones en Muxía y en Iria Flavia). La tradición mariana estuvo
siempre presente en el mundo jacobeo y así fueron recogidas por
Gonzalo de Berceo (1198?-1264?) en Los Milagros de Nuestra
Señora, por Alfonso X el Sabio (1252-1284) en las Cantigas, y en el
Libro II del Códice Calixtino. Eran también frecuentes, en los
caminos a Compostela, las iglesias dedicadas a las distintas
advocaciones marianas: Rocamador, Virgen del Camino, Pastoriza,
Peregrina, etc.
Se divide esta escena en dos registros: el inferior representa el
ámbito terrenal donde aparece Santiago con sus discípulos con la
indumentaria de peregrinos postrándose ante la Virgen; en el fondo
una ciudad, supuestamente, Zaragoza. El registro superior es el
ámbito celestial. En él aparece la Virgen en el cielo entre ángeles
que sostienen la columna en la que, según la tradición, la Virgen
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colocaría una imagen de ella en el lugar en el que debería levantarse
un templo en su honor.
La representación iconográfica de la Virgen del Pilar es frecuente en
España. En el s. XVIII, el tema adquiere un carácter aún más
apoteósico siguiendo la descripción de Sor María de Ágreda en su
Mystica Ciudad de Dios de 1701 que se hizo muy popular. Esta
estampa es ejemplo singular de este nuevo tratamiento del tema en el
ámbito compostelano.
Santiago como protector e
intercesor ante la Virgen
Escuela española
s. XVII
Óleo sobre lienzo
La composición de este cuadro se divide en tres registros horizontales.
El inferior representa el espacio terrenal, en el que aparece en el
centro un moribundo al que asisten un sacerdote y un sacristán.
Interrelacionándose con el ámbito del mundo están, asimismo, los
representantes del ámbito infernal: los demonios y los protectores del
ámbito celestial, San Miguel y Santiago, indicándose para este en una
inscripción su función: “PROTECTOR”. En el registro intermedio
aparece la Virgen en la Gloria del Cielo flanqueada de ángeles y de
santos entre los que sobresalen San Pedro, San Pablo, San Jerónimo,
San Pedro Mártir y San Esteban. En el registro superior ocupa el
centro Dios Padre, a su derecha se presenta Cristo y a su izquierda el
Espíritu Santo, formando la Trinidad.
Es una escena de antigua tradición en las representaciones de
carácter funerario donde el moribundo ha de “rendir cuentas” ante los
dioses. Por eso, las patas del lecho donde reposa representan las
virtudes cardinales y las almohadas las teologales, junto a las buenas
obras, pensamientos y pecados. Es una representación de carácter
moralista y didáctica, hecha para enseñar, de ahí las numerosas
inscripciones y rótulos. Actúa como una suerte de recordatorio
sobre la vida y el devenir de la muerte quizás encargada por algún
devoto de Santiago.
La función de Santiago como intercesor ante la Virgen aparece aquí
de forma singular siguiendo una tradición que pervive desde los
primeros momentos de su culto y que ya aparece en algunos
milagros del Códice Calixtino (s. XII). Siempre fue un intercesor
excepcional porque no recibía súplicas sobre males concretos como
los otros santos sino sobre todo, y especialmente, para prevenir la
muerte y la condenación eterna arrancando al creyente de las
zarpas del demonio.
Santiago entre cipreses
Respaldo de sillería de coro
Anónimo
En torno a 1500
Madera, bajorrelieve
La representación de Santiago flanqueado por dos árboles aparece
ya en la Portada de Platerías de la Catedral compostelana (en torno
al 1111-1116). En el Liber Sancti Iacobi esos árboles aparecen
identificados como cipreses, aunque recuerden más a palmeras.
Hoy aislado de su primitivo contexto, este bajorrelieve formaba
parte en su origen de una representación general de la
Transfiguración de Cristo. Allí, en el monte Tabor, Jesús convoca
nuevamente a San Pedro, San Juan y Santiago y el Padre confirma
a su Hijo como el Mesías y afirma que morirá por los hombres y
luego resucitará de entre los muertos. A menudo, muchas
representaciones de la Transfiguración de Cristo se desenvuelven
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en paisajes de palmeras y cipreses aludiendo a las tierras palestinas.
A diferencia de la imagen de Platerías, aparece Santiago en esta obra
con todos los elementos propios de un peregrino: la calabaza, el
morral, el sombrero y el bordón. Y como siempre, sujeta el libro
sagrado. A ambos lados aparecen sendos árboles con frutos, de difícil
identificación.
En la tradición de la imaginería y literatura medievales, los cipreses y
las palmeras eran árboles con significado sagrado. En un sermón
incluido en el propio Codex Calixtinus se compara a Santiago con la
palmera. Esta planta tuvo un carácter simbólico desde la antigüedad,
recordando las ricas y fecundas tierras de Mesopotamia. Las palmeras
significaban, en el mundo pagano, la vida, la fertilidad, la inmortalidad
y la victoria, simbología que fue asimilada por la religión cristiana
como representación del triunfo del mártir sobre la muerte, la
resurrección de Cristo, la inmortalidad del alma, la salvación y, sobre
todo, como símbolo del Paraíso Celestial. Por otro lado, el ciprés, árbol
también emblemático de la inmortalidad desde épocas clásicas, por el
constante verdor que presenta y por la incorruptibilidad de su madera,
fue asociado en la iconografía cristiana a la resurrección y al Paraíso.
Santiago “mataespañoles”
Talleres de Cuzco (Perú)
2º tercio s. XIX
Plata cincelada y grabada
En el s. XVI, inmediatamente después de finalizada la confrontación
de los reinos cristianos contra los musulmanes en la llamada
Reconquista, los españoles inician el descubrimiento y colonización del
Nuevo Mundo. El apóstol Santiago, advocación superior y emblemática
para los ejércitos españoles, es invocado ahora también como
auxiliador en la lucha contra los indígenas americanos. De hecho,
se originan leyendas de apariciones de Santiago Caballero en
algunas batallas, sobre todo, en los primeros momentos de la
conquista y colonización. Pero en América se produce una
transformación iconográfica compleja sobre el tipo de Santiago
Caballero como consecuencia de la mezcla de la religión cristiana
con las creencias de las poblaciones autóctonas.
Para los españoles, el “Santiago matamoros” se convirtió en
“Santiago mataindios” pero, al mismo tiempo, los pueblos indios
dominados por los grandes imperios, como los aztecas y los incas,
asimilaron a Santiago Caballero con sus dioses guerreros. Por
ejemplo, en la región andina con el dios Illapa -el Rayo-,
estableciendo la identificación con Santiago como el Hijo del Trueno
de los textos sagrados. La difusión de la figura de Santiago fue de
esta manera aún más vertiginosa entre la población indígena, lo
que dio como resultado la existencia de numerosas iglesias
dedicadas al Apóstol y de poblaciones que llevan su nombre Santiago de Querétaro, Santiago de Chile, Santiago de Cuba,
Santiago de Guayaquil…
A partir del s. XVII, una vez asentadas las posesiones americanas,
el “Santiago mataindios” se volvió a transformar en “matamoros”
con la intención de huir de una iconografía ultrajante para los
pobladores autóctonos. Con posterioridad, en el momento de las
aspiraciones independentistas de las colonias en el s. XIX, el
arraigo popular de Santiago es tan intenso que es convertido en
“Santiago mataespañoles” o “Illapa libertador”, considerándose un
auténtico protector de los indios y surgiendo ahora, otra vez,
leyendas de apariciones auxiliadoras, en esta ocasión, a favor de
los conquistados frente a los conquistadores.
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