Revista del SEMINARIO de Cultura Mexicana

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Diciembre 2014
SEMINARIO
Revista del SEMINARIO de Cultura Mexicana
Presidente Masarik No. 526
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Primera época, Año 4. Núm. 7
Revista del SEMINARIO de Cultura Mexicana
Primera época, Año 4. Núm. 7, diciembre 2014
Hugo Hiriart •• Evodio
Evodio Escalante
Escalante •• Adolfo
Adolfo Castañón
Castañón •• Juan
Juan
Domingo Argüelles • Eduardo
Eduardo Lizalde
Lizalde •• Marco
Marco Antonio
Antonio Campos
Campos
• Clara
ClaraJusidman
Jusidman• Herminia
HerminiaPasantes • Arnoldo Kraus • Arnaldo
Arnaldo
Coen
Coen •• German
German Viveros • Silvia Molina
Molina • Omar
Omar Guerrero
19/01/15 14:23
RevistadelSeminario
Primera época, Año 4, Núm. 7, diciembre 2014
Sumario
• Editorial
• Ciudad y memoria
Hugo Hiriart
• El problema de la conciencia en Los errores de José Revueltas
Evodio Escalante
• Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
Adolfo Castañón
• Efraín Huerta, siempre joven
Juan Domingo Argüelles
• Un soneto (apócrifo) de la joven poeta Sor Juana a una joven parienta
Eduardo Lizalde
• Fraguas
Marco Antonio Campos
• La vida digna ¿quién se ocupa del bienestar de las personas?
Clara Jusidman
• De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
Herminia Pasantes
• Modernidad
Arnoldo Kraus
• Naturata, Graciela Iturbide
Arnaldo Coen
• Entrevista a Sergio García Ramírez
Silvia Molina
• Coloquio Guadalupano
German Viveros
• Charles-Jean Bonnin. Humanista y Científico Social
Omar Guerrero
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REVISTA DEL SEMINARIO, Primera época, Año 4, Núm. 7, diciembre 2014, es una publicación semestral editada por el Seminario de
Cultura Mexicana. Av. Presidente Masaryk 526, Col. Polanco, Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11560, México, D.F., Tel. 5280-5911,
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Loc. E., Col. Copilco el Bajo, C.P. 04340, Delegación Coyoacán, México, D.F., [email protected]. Este número se terminó
de imprimir en diciembre de 2014 con un tiraje de 500 ejemplares.
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.
Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del
Seminario de Cultura Mexicana.
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Editorial
E
ste número de la Revista del Seminario de Cultura Mexicana está ilustrado con obra de la
reconocida fotógrafa Graciela Iturbide, quien cuenta con reconocimientos nacionales
e internacionales, y quien acaba de entrar a la Academia Mexicana de Artes Plásticas,
por lo que incluimos también el texto de bienvenida que le ofreció Arnaldo Coen. Abrimos
con un texto de Hugo Hiriat, quien no suele ahondar en lo autobiográfico, pero que en esta
ocasión nos regala sus recuerdos de un barrio y de un tiempo, y en el que encontramos a un
observador del ser humano. Como este año celebramos el centenario del nacimiento de José
Revueltas, Octavio Paz y Efraín Huerta, el Seminario los recuerda con la participación de tres
especialistas en sus obras: Evodio Escalante nos habla sobre Los errores de Revueltas, Adolfo
Castañón estudia los espacios de convergencia entre Paz y Eulalio Ferrer y, Juan Domingo
Argüelles reflexiona sobre Huerta y su poesía. Eduardo Lizalde nos ha hecho entrega de Un
soneto (apócrifo) de la joven Sor Juana a una joven parienta; Marco Antonio Campos recuerda
la ciudad de Fraguas de Víctor Sandoval, una Aguascalientes que pertenece a los dos. Clara
Jusidman, en un ensayo novedoso por el tema, aborda el bienestar de las personas, el desarrollo humano, el progreso social y la felicidad: los aspectos, los objetivos y los requerimientos
para alcanzar una vida digna; por otro lado, Herminia Pasantes nos revela cómo se lleva a cabo
la comunicación entre las neuronas, las interacciones entre zonas distantes en el celebro, y
cómo la comunicación está relacionada con ciertas enfermedades como la esquizofrenia y el
autismo, con el aprendizaje y todas las funciones del cerebro, incluyendo los aspectos de la
conducta y el razonamiento intelectual. Arnoldo Kraus presenta un relato sobre la modernidad y lo agobiante que resulta para el ser humano. Incluimos una entrevista a Sergio García
Ramírez, quien nos habla de su larga trayectoria en la investigación, la docencia y el sector
público. Germán Viveros, nos presenta un largo ensayo inédito sobre la edición del Coloquio
de Nuestra Señora de Guadalupe del ochocientos: pieza dramatizable compuesta para conmemorar, difundir y arraigar en México el culto a la Virgen de Guadalupe y, transcribe para
nosotros tanto la versión en verso como la versión prosificada; cierra este número un ensayo
de Omar Guerrero que nos descubre a uno de los grandes científicos de la administración
pública moderna: Charles-Jean Bonnin y, da cuenta de sus aportaciones al derecho, la política,
la sociología y la economía misma.
Silvia Molina
Ciudad
y memoria
HUGO HIRIART
Miembro Titular
Todo recuerdo es un tesoro
Simone Weil
¿
Cómo nos apoderamos, hacemos nuestra la ciudad? Dotando de vida la materia yerta
de sus calles, plazas, parques, edificios, a través del recuerdo.
Los recuerdos son cronotópicos, es decir, a cada momento (cronos), le corresponde
un lugar (topos), de suerte que no hay momento sin el lugar donde le corresponda. A mi edad
se conservan muchos recuerdos y cada recuerdo tiene su lugar. Luego muchos lugares para mí
están llenos de vida. La cosa es seleccionar de “el vasto palacio de la memoria” (San Agustín).
Una primera memoria callejera consiste en un muro larguísimo de concreto, al parecer
extendido en la calle interminable, en cuya banqueta voy caminando, con ese paso vacilante e
ingrávido de los niños, de la mano de mi mamá. Dice también el recuerdo que tengo hambre,
esa hambre canina de los niños, todo se exorbita en la niñez. Mi mayor deseo es que mi madre
se detenga de paso en una miscelánea y me compre una naranja mandarina, de esas que se
exhiben en una canasta de mimbre, pero no estoy seguro de nada…
Ese modesto recuerdo marca un cuadrante del que quiero hablar.
Tiene lugar cerca del cruce de Baja California y Nuevo León, donde estaba, y está todavía,
el Club Junior. Por ahí quedaba el kínder al que asistía gozoso, nunca protesté por ir a la escuela. Denominaré el cuadrante, cuadrante cine de las Américas, en memoria de la sala, hoy
difunta, que se alzaba en el conjunto de ese nombre, situado en la esquina de Insurgentes y
Baja California.
La zona se anima inmediatamente: a unas cuadras, en Insurgentes y Aguascalientes, está
un lugar que me despierta cálida memoria, es el departamento, en un cuarto piso, donde viven
Manolo y Julio Estrada. Con qué alegría cruzaba, abría la pesada puerta del edificio y subía a
Cerca, en el parque México alquilamos bicicletas y nos echamos a deambular, a veces llegamos lejos, hasta Polanco. Me sé de memoria lo que se veía desde la ventana. A la izquierda
el conjunto Aristos, con su Sanborns y su galería de arte de la unam. En frente la escuela de
danza en cuya entrada hay un mínimo lugar que expende breves y deliciosas hamburguesas. A
la derecha el edificio que decían que era de Cantinflas y que se vino abajo con el temblor que
tumbó al Ángel. Si seguimos más allá llegamos a Sears, la tienda departamental que hizo época
por ser la primera que no se asentó en el Centro, la gente aseguraba que iba a fracasar, pero fue
un triunfo en toda la línea y, aportó en un aparador el ligeramente siniestro Santa Clos mecánico, de risa infernal. El paso del Centro a Sears es el paso de los Reyes Magos a Santa Clos, la
noche de Navidad. Ahora que desde arriba, desde la azotea del edificio de los Estrada, se veían,
en la ventana del edifico de junto, las preciosas muchachas que se vestían y desvestían y que
nosotros espiabamos con fruición. Por alguna locura del incansable Julio, nos descubrieron
las rutilantes, y vinieron a quejarse. Lolita, que les abrió la puerta, les contestó: “con cerrar las
persianas tienen”, y a nosotros no nos dijo nada.
El cuadrante era fino, delicioso, en la esquina de cine de las Américas se hallaba una Librería de Cristal, colmada de maravillas (those were the days, my friend) en la que me pasaba las
horas a la salida de las sesiones con mi primer psicoanalista, larga es la lista de mis terapeutas,
un frommiano. No muy lejos estaba el café Viena donde solía permanecer, hable y hable, con
una novia que entonces tenía. Quedaba en Plaza Popocatepetl, donde se alzaba también el restaurante Napoleón, caro, al que un día que fui con mi papá, ¿podrá ser, me es fiel la memoria?,
vi a Carlos Denegri (¿o es E?) hacer llorar a Gloria Marín.
El cuadrante se ha deteriorado (esa categoría estética, el deterioro, que Wittgenstein recomendaba estudiar) y lo que fue resplandeciente me aparece ahora, en su decadencia, con
esa emoción delicada que tenemos cuando descubrimos tras el rostro de una anciana el rastro
firme de la antigua belleza que “tantas almas entretuvo”.
Podría seguir. Unas calles más allá está otro cuadrante, el de Álvaro Obregón que incluye, entre otras cosas, la casa de mi abuelo y su peluquería, donde una mañana Enrique, su
peluquero por 20 o más años, mientras lo peluqueaba soltó un borbotón de sangre sobre el
blanco de tela que se ata al cuello del cliente y cayó muerto sobre mi abuelo, tan propio; el cine
Balmori de las matinés, de feliz memoria; Margolín la tienda de discos, de idem; el Parián; la
Casa del Poeta donde Sheridan y yo dispusimos el Museo Imaginario de López Velarde quien,
como se sabe, ahí ultimó sus días…
Podría seguir, no hay límite a la red de recuerdos. Pero la melancolía crece con la memoración y mejor es suspender aquí.
Ciudad y memoria
brincos las escaleras. Manolo, mi amigo inseparable desde el kínder hasta segundo de prepa
en San Ildelfonso (Ilde, no Idel), Julio que será gran músico, y ya era genialoide y único, Lolita
su mamá, guapa, sensible, el coronel Estrada (del ejército español, la familia es exiliada de la
Guerra Civil), irónico, culto, elegante, viven ahí, en el espacio que fue para mí un paraíso.
5
El problema
de la
conciencia
En Los errores de José Revueltas
EVODIO ESCALANTE*
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa
A
ntes que nada, habría que comenzar diciendo que Los errores es la gran novela de madurez que José Revueltas estaba destinado a escribir. Madurez ideológica, filosófica,
vital, pero antes que ello y sobre todo, la madurez de un escritor en pleno dominio
de su lenguaje y su universo narrativo. El eje de la novela, que se refleja en el título de la
misma, es de pleno derecho una tesis filosófica no exenta de complejidades. Al suscribirla,
el comunista que era entonces Revueltas introduce en el centro de su argumentación una
variante que lo convierte en un disidente no sólo del marxismo oficial, sino del marxismo a
secas. Tanto la fe dogmática como la verdad satisfecha de sí quedan excluidas, por principio,
de este discurso cuando Jacobo Ponce, el alter ego del autor en la novela, escribe: “El hombre
es un ser erróneo (…); un ser que nunca terminará por establecerse del todo en ninguna parte:
aquí radica precisamente su condición revolucionaria y trágica, inapacible.” El punto preciso
en que el hombre podrá realizarse por fin como especie dotada de razón implica saturar un
resquicio acaso milimétrico, como del grueso de un cabello, pero que por esto mismo se revela
como insaturable por definición, pues “dejará siempre sin cubrir la coincidencia máxima del
concepto con lo concebido, de la idea con su objeto: reducir el error al grueso de un cabello
constituye así, cuando mucho, la más alta victoria que puede obtener”. El grueso de un cabello se revela en realidad, dentro de las dimensiones cósmicas, como un abismo sin medida
que suscita en el personaje una suerte de delirio filosofante por el que llega a imaginar que
podríamos encontrarnos algún día con unos seres absolutamente racionales que nos estarían
esperando en el porvenir para que nos reconociéramos en ellos, como si la humanidad como
un todo trascendiera los remanentes de animalidad y accediera por fin al saber absoluto que
prefigura Hegel en su Fenomenología del espíritu. Lo más grave es que este error milimétrico,
* (Durango, Dgo., 1946) ensayista, poeta y crítico literario. Profesor de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, ha publicado diversos libros entre los que cabe mencionar Las metáforas de la
crítica; José Gorostiza, Entre la redención y la catástrofe y Elevación y caída del estridentismo.
“Metafísico estáis.” –“Es que soy hegeliano”, respondería Revueltas. La conciencia del
hombre, con la miseria o la grandeza que queramos atribuirle, queda así confrontada, no
importa que sólo de modo imaginario, y siempre dentro del ensayo que Ponce redacta en la
novela, con la conciencia de unos extraterrestres que el texto bautiza raciomorfos, encarnación
posible de una razón que se habría realizado plenamente como razón en algún punto hipotético de un porvenir que hoy por hoy la historia parece obturar de manera obstinada. Basta
empero con imaginar esta creatura raciomorfa para que el orgullo racional de los hombres que
todos somos quede humillado y sujeto a una suerte de bufonería histórica de carácter trascendental. Antídoto contra el dogmatismo y las certezas ideológicas, este conflicto irresoluble entre el hombre y la realidad lo elabora Revueltas, no a partir de Marx, por supuesto, ni siquiera
de Hegel mismo, de quien se declara admirador, sino de Alexandre Kojève. En alguna de sus
lecciones parisinas de los años treinta en torno a la Fenomenología del espíritu de Hegel, llegó
a sostener Kojève: “Esa oposición, ese conflicto entre el Hombre y lo Real dado, se manifiesta
en primer término por el carácter erróneo del discurso revelador humano, y es sólo al final de
los tiempos, al término de la Historia, cuando el Discurso del Sabio se une a la realidad.”2 Me
parece evidente que la idea del error constitutivo del hombre que sólo habría de curarse con
el supuesto advenimiento del saber absoluto lo ha tomado Revueltas de aquí.
Las complejidades y hasta las alucinaciones ideológicas de Jacobo Ponce, contenidas en el
capítulo VII de la novela, contrastan con la peculiar estrategia realista que impera en general
en la estructura de la novela. Más allá de que ésta funciona como un gran mural histórico que
retrata la vida en México en los años treinta del siglo pasado, a la vez que como una crítica de
las deformaciones que experimentan el socialismo y en general los militantes comunistas bajo
la tutela del régimen soviético durante la época de la dictadura estalinista; y más allá de que
quede vibrando en la lectura la gran pregunta, formulada de manera expresa por el narrador,
de si el siglo xx pasará a la historia como el siglo de la Revolución de Octubre, o como el de los
infames Procesos de Moscú, en los que decenas y decenas de altos cuadros del Partido fueron
acusados de ser espías de Hitler y de haberse puesto al servicio del enemigo burgués; más allá
de esto y de la innegable cuota de desencanto que esta visión implacable pudiera acarrear, Los
errores permanece para mí como la obra de arte más ambiciosa, y mejor lograda, que Revueltas llegó a escribir. Es su contribución al arte de la novela en nuestro país.
Los hábitos académicos y cierta inercia del pensamiento hasta cierto punto explicable
en un texto de esta naturaleza, nos obligan a ver Los errores como una suerte de manifiesto
ideológico de su autor. Lo que llevo expuesto parecería corroborar esta tendencia que, empero, le hace un flaco favor a la novela en tanto novela. Terminamos leyendo el texto como
si fuera un documento, o sea, como el vehículo de una información histórica e ideológica con
la que podemos estar o no de acuerdo, y se nos olvida que lo que Revueltas puso en nuestras
manos es antes que nada un monumento, quiero decir, un constructo semiótico que consta
de múltiples estratos y que no puede ser reducido tan sólo al de su mensaje más evidente.
1
2
José Revueltas, Los errores. México, Fondo de Cultura Económica, 1964 (Letras Mexicanas, 78), pp. 78-79
Alexandre Kojève, La idea de la muerte en Hegel. Trad. de Juan José Sebreli. Buenos Aires, Editorial Leviatán,
2006, p. 47. Subrayados en el original. (Las conferencias de Kojève sobre La fenomenología del espíritu de Hegel
tuvieron lugar en la Escuela de Altos Estudios de París entre 1933 y 1939) La declinación “hegeliana” del marxismo de Revueltas deriva, como lo ha mostrado Jorge Fuentes Morúa, de su descubrimiento en los años treinta
de los Manuscritos económico-filosóficos (1844) de Marx, texto muy cercano a la lectura de la Fenomenología, lo
que en buena medida explica que el concepto dominante en este texto de Marx sea el de la enajenación, no sólo
del trabajo, sino del hombre como ser genérico frente a la naturaleza y frente a sí mismo en tanto especie racional.
Véase Jorge Fuentes Morúa, José Revueltas. Una biografía intelectual. México, Miguel Ángel Porrúa-Universidad
Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, 2001.
El problema de la conciencia en Los errores de José Revueltas
según Jacobo Ponce, no sólo pervertiría la conciencia humana, excluida por ello para siempre
de la verdad, sino que contaminaría el espacio y la materia misma que nos constituye. Este
hueco imposible de calcular “es también el error de la materia, y por ende, ahí nacerán, de
modo inexorable, otros seres racionales de los que acaso lleguemos a saber algo, quién sabe
en qué remoto y desventurado día.”1
7
EVODIO ESCALANTE
8
Las complejidades arquitectónicas del monumento tendrían que ser incompatibles con una
lectura lineal del mismo.
Lo que hay que señalar es que la prosa de Los errores es una de las mejores prosas que uno
pueda encontrar en la narrativa mexicana del siglo xx. Los temas pueden haber envejecido,
la ciudad misma que se describe en ella ha cambiado de modo radical, pero mientras haya
alguien que aprecie el arte de la novela y sepa disfrutar del ritmo y de la densidad lo mismo
conceptual que afectiva de la prosa, Los errores seguirá teniendo lectores. El arte de la novela
remite no sólo a una fluidez de la acción y a una verosimilitud de lo relatado, tiene también
que ver con la estructura total del texto, con la forma de enlazar los episodios de la trama y
de interconectarlos entre sí, al grado que acaban fundiéndose. Como hace Faulkner en Las
palmeras salvajes, la novela alterna y entreteje dos historias que en apariencia no tendrían
nada que ver entre sí: la historia del robo del prestamista Victorino, en el barrio de la Merced,
tramado por un padrote a quien apodan El Muñeco y la del asalto al local de una organización
derechista que tiene su sede en el centro histórico de la ciudad, ejecutado por un comando
formado por integrantes del Partido Comunista. Esta duplicidad le permite dibujar, sobre el
El aspecto documental de la novela, quiero decir, su efectivo apego al referente histórico, nunca deja de estar en un primer plano.
Aunque de modo formal Los errores está dedicada “a Imre Nagy el gran luchador húngaro”, el verdadero “pivote” de la novela es la
“desaparición forzada” en la Unión Soviética
de los años de Stalin del militante comunista Evelio Badillo, amigo muy cercano de José
Revueltas con quien había compartido la cárcel en Las Islas Marías y que cayó en desgracia por motivos que se desconocen, acaso por
haber borroneado en algún baño público una
leyenda contra Stalin, en español, además,
pensando que nadie la entendería. Después
de años de confinamiento en Siberia, cuando
incluso había olvidado ya expresarse en su
lengua materna, Badillo logra escapar y se presenta en la Embajada de México para pedir su
repatriación. En la novela, este personaje que
muere poco después de regresar a México de
manera un tanto misteriosa lleva el nombre
de Emilio Padilla.
Después de esta digresión obligada, retomo lo que pretendo destacar. El carácter magistral que exhibe la prosa de Revueltas en esta
novela que hay que colocar en un sitio todavía
superior al que suelen otorgar los críticos a El
apando (1969). Se trata de una prosa densa y
nerviosa, demorada y envolvente pero fluida
a la vez, reiterativa en el sentido musical del
término, creadora de atmósferas así como plena de matices e inflexiones como lo exige la
naturaleza de la técnica narrativa que domina
en el texto: la narración omnisciente con focalización interna, la cual opera en lo básico
a partir de vivificar la conciencia de cada uno
de los personajes que van poblando el texto.
Esta focalización rigurosa, cuyos antecedentes
están lo mismo en Dostoyevski que en Proust,
es lo que hace que esta novela se convierta no
sólo en un lienzo social verosímil sino en una
muy precisa indagación de los abismos subje-
tivos en los que las conjeturas, los miedos, los
anhelos secretos y las prevenciones de la conciencia individual de cada uno llegan a ocupar
el primer plano al grado de funcionar como
pilares de la narración.
La técnica de la focalización interna resulta evidente desde el arranque mismo de
la narración. Uno puede pensar, si se queda
con las primeras líneas, que se trata de una
narración objetiva, que contempla la realidad
desde el exterior, sin involucrarse con ella,
pero pronto habrá de advertir que no es así.
Reproduzco el párrafo inicial para que se vea
lo que intento mostrar: “Ahí a sus espaldas,
visto en el cuadro del espejo, a unos cuantos
pasos, entre las cobijas del camastro, dormía
el pequeño cuerpo infantil, verdadero hasta
lo alucinante, hasta la saciedad. Dentro de
algunos minutos comenzarían todas las cosas, sin que ya nadie pudiera detenerlas, una
detrás de otra, sometidas a su destino propio,
extraordinarias y tangibles, más allá de esto,
en una especie de infinito. Un infinito concreto e irreal como una borrachera. Comenzarían cuando se aproximara a despertarlo,
esto era indudable. Cuando se aproximara a
sacudir con la mejor de sus rabias, con ese
odio, al pequeño cuerpo, para sacarlo de sus
puercos sueños, los sueños viciosos en que
estaría metido de la cabeza a los pies. El pequeño y sucio cuerpo de Elena”.
Es la conciencia de Mario Cobián, por
supuesto, la que asume la voz en este arranque de la novela. No estamos en aptitud de
saber, como lectores, ni más ni menos que lo
que conoce la conciencia del personaje, verdadera frontera y materia prima de lo que se
relata. La argucia narrativa de Revueltas, empero, funciona de tal modo que esta subjetivación extremosa también, como de rebote,
dice algo muy objetivo acerca de la novela:
que estamos en el incipit, que ésta está por
comenzar, que a partir de aquí la madeja se
irá desatando sin que nadie pueda ya detener el hilo de los acontecimientos. La novela
inicia pues con esta mirada que permite el
espejo en la habitación del hotelucho donde
Cobián, que se ha disfrazado de agente viajero para consumar el robo, se mira de modo
narcisista en el espejo. Lo que descubre su
mirada es el cuerpo dormido de su amigo y
cómplice, el enano de circo, un homosexual
que está enamorado de él, y a quien maliciosamente llama Elena, Elena-no.
El problema de la conciencia en Los errores de José Revueltas
fondo de claro-oscuro de la corrupción política y policiaca con que se gobierna este país,
un retrato del modo de vida en que discurren
los estratos lumpenizados de la sociedad al
mismo tiempo que teje un prodigioso retrato de la situación de los militantes oprimidos
por las estructuras dogmáticas de un partido maquiavélico que no duda en encarcelar,
“desaparecer” o liquidar físicamente a aquellos militantes que por una razón u otra se
han convertido en indeseables.
9
EVODIO ESCALANTE
10
La reflexividad y la subjetivación, propias no sólo de la consciencia en general sino de modo específico de la conciencia con
conciencia de sí, sientan sus reales en esta novela en la que Revueltas recoge las lecciones de los grandes maestros a la vez que incorpora lo que su instinto de narrador ha procesado en sus lecturas de
la Ciencia de la lógica y de la Fenomenología del espíritu de Hegel.
De este último libro, hasta donde alcanzo a ver, no le impresiona
tanto la famosa dialéctica del amo y del esclavo que Hegel plantea
como una lucha a muerte por el reconocimiento entre dos conciencias “enemigas”, sino este planteamiento previo acaso todavía
más fundamental: que una autoconciencia sólo puede satisfacerse
en otra autoconsciencia. Señala Hegel: “Con la autoconsciencia
entramos (…) en el reino propio de la verdad.” “De hecho –continúa Hegel--, la autoconsciencia es la reflexión, que desde el ser del
mundo sensible y percibido, es esencialmente el retorno desde el
ser otro”.3 La conciencia del otro se convierte, así, en el punto de
partida de la verdadera conciencia de sí que no puede constituirse
como tal sin este movimiento de regreso a partir de la conciencia
del otro. La negatividad del otro hay que recuperarla y trabajarla
en la conciencia de sí, como única forma de sobrevivencia. De aquí
concluye Hegel con este enunciado que no dejará nunca de ser inquietante: “La autoconsciencia sólo alcanza su satisfacción en otra
autoconsciencia”.4
Cuando Margarita García Flores, que lo entrevista en Lecumberri, le pregunta: “¿Ha caído en la tentación de la novela-buzo?”
Revueltas responde: “Me estoy aproximando a la concepción cabal
de la novela-buzo, que tendería a ver al hombre como interioridad
del ser humano. Esto es, a despecho de su existencia social, en
contraposición con ella, cualquiera que sea”.5 El acento lo pondría
yo en la palabra interioridad y en lo que esta interioridad implica
en el marco hegeliano de sus pesquisas: entre más se profundiza en
una conciencia más se encuentra en ella la presencia de la conciencia del otro, y ello por la simple razón de que ese es su verdadero
fundamento. Si le hacemos justicia a Los errores, tendríamos que
tachar la expresión “me estoy aproximando” y afirmar que ella ya
es un ejemplo logrado de esta novela-buzo por la que pregunta García Flores. Aunque por supuesto la acción narrativa propiamente
dicha es la que proporciona el armazón de la misma, pues es la
que constituye la trama, la sustanciosa “carne” del esqueleto la
proporciona el discurso del narrador que se sumerge como quien
nada en una piscina en las profundidades de la conciencia de sus
diversos personajes.
La conjetura de la conciencia del otro, he aquí una de las constantes de una novela que por otra parte insiste a cada momento en
los procedimientos del extrañamiento que ya propugnaban los formalistas rusos como recurso “desautomatizador” por excelencia.
Ilustro lo anterior con este pasaje tomado de las escenas del asalto
al cuartel de los fascistas. En medio de la acción el teléfono suena y
3
G. W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu. Trad. de Wenceslao Roces. México,
Fondo de Cultura Económica, 1966, pp. 107-08.
4 Ibid., p. 112.
5 Margarita García Flores, “La libertad como conocimiento y transformación”,
en Andrea Revueltas y Philippe Cheron (comps.), Conversaciones con José Revueltas. México, Ediciones Era, 2001, p. 80.
Inesperadamente, se escuchó el timbre de un teléfono, allá
abajo, en las oficinas de los fascistas. Un timbre tan vivo
y universal como esas llamadas confusas y distantes que
escuchan los mineros atrapados en el tiro de una mina
cuando se aproxima la patrulla de rescate, o a la inversa, pero
del mismo modo, cuando los tripulantes de un submarino
que ya no podrá volver a la superficie, reciben el mensaje
de que se ha hecho todo lo posible por salvarlos pero que
deben resignarse a morir en paz y con honor. Repicaba sin
cesar, una, dos, diez veces, apenas con una pausa anhelante
e intranquila: un sonido con autoconsciencia de su ser.
(Lo satisfactorio que hubiera sido tener un interlocutor
a la mano para decírselo y sonreír juntos: un sonido que
conocía la definición hecha de él por Hegel.) Parecía algo
mágico, el juego de los “encantados”…6
Más allá de esta curiosa referencia a Hegel, quizás debiera hablarse de un cripto-heideggerianismo de la narración. El concepto de Dasein, de “ser-ahí” en la traducción que se volvió
canónica de José Gaos, pero equivalente al être-là por el que
optaron los franceses, que enfatiza el ahí del ser, parece haber
sido recogido por Revueltas en varios pasajes de su novela.
Para empezar, y ya este dato me parece significativo, la novela arranca con la palabra “ahí”, como se vio antes: “Ahí a
sus espaldas…” La siguiente incursión, que transcribo, en la
conciencia de Elena cuando éste se encuentra aprisionado en
el interior de un veliz esperando el momento de salir en el despacho del viejo prestamista, puede corroborar mi sugerencia:
Se sentía seguro y feliz, un diminuto planeta en el espacio,
vigilado y atendido por la cuidadosa solicitud de Dios,
sometida a Él solo su abandonada voluntad. “Ahí lo vamos
a poner”. La voluptuosidad de no pertenecerse, de estar
entregado, de no responder de sí mismo, de dejarse llevar
de un lado al otro, a quién sabe dónde.
Ahí. ¿Qué podía significar esta palabra, ancha y abierta
como el infinito?7
Es lo que a mí mismo me gustaría preguntarme: ¿Qué significa la
atención al ahí del ser en esta novela que, aunque escrita por un
marxista, no puede escapar a los ecos del existencialismo heideggeriano entonces tan en voga?
6
7
José Revueltas, Los errores, p. 308.
Ibid., p. 43 Subrayado en el original.
El problema de la conciencia en Los errores de José Revueltas
Revueltas aprovecha el momento para evocar de modo irónico
sus lecturas de Hegel:
11
Octavio Paz y
Eulalio Ferrer
Espacios en convergencia
ADOLFO CASTAÑÓN*
O
ctavio Paz dedica a Eulalio Ferrer “La Dulcinea de Marcel Duchamp”, un soneto
incluido en Árbol adentro (1987), su último libro de poesía y, en cierto modo, su
testamento poético. En el poema conviven el “epitafio” y el “ejercicio preparatorio”,
preliminar de la muerte:
La Dulcinea de Marcel Duchamp
A Eulalio Ferrer
—Metafísica estáis.
—Hago strip-tease.
Ardua pero plausible, la pintura
cambia la blanca tela en pardo llano
y en dulcinea al polvo castellano,
torbellino resuelto en escultura.
Transeúnte de París, en su figura
—molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría— Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.
Mujer en rotación que se disgrega
y de surtidor de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste, más se niega.
* Ciudad de México, 1952. Su vocación literaria se ha declinado en la lírica (Tránsito de Octavio Paz y Recuerdos
de Coyoacán incluidos en La campana y el tiempo, Las tres mitades del corazón), la narrativa (A veces prosa), el
ensayo y la crítica literaria (Alfonso Reyes caballero de la voz errante, Por el país de Montaigne, la serie de Paseos,
Viaje a México), el aforismo (La belleza es lo esencial, Perfiles del camino), la traducción (de George Steiner, J.J.
Rousseau…); la gastronomía (Grano de sal y otros cristales). A ese oficio se añade un ejercicio práctico y reflexivo en el ámbito editorial: su trabajo en el Fondo de Cultura Económica durante varios lustros, su oficio como
editor de libros y revistas ha desembocado en obras como Trópicos de Gutenberg.
Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
13
La mente es una cámara de espejos;
invisibles en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.1
Al soneto “La Dulcinea de Marcel Duchamp” lo enmarca como una marialuisa una nota
“Retrato o dulcinea”:
En 1911 Marcel Duchamp vio una joven en una calle de Neuilly. No le dirigió la palabra pero
su imagen fue el modelo de un cuadro que llamó Retrato o Dulcinea. La joven está representada
cinco veces, desde ángulos diferentes; en cada una de ellas aparece más desvestida, hasta la
total desnudez. Un surtidor que se divide en cinco chorros. Ni exactamente cubista ni futurista
—aunque Duchamp se propuso como los pintores de esa tendencia, expresar distintos aspectos
y momentos de un objeto— este cuadro prefigura a la Novia desnudada por sus solteros, aún…
El retrato de esa Dulcinea, imaginaria como la de Don Quijote, es el momento inicial de la
larga anamorfosis que es toda la obra de Duchamp: de una muchacha desnuda (la Aparición) a
la Idea (la Aparición: la forma) a la muchacha otra vez (la presencia).2
1
Árbol adentro. Barcelona: Seix Barral, 1987, 208 p. / O. P.: “Árbol adentro” en Obra poética II, 1969-1998, Obras
completas, México, Círculo de Lectores, Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 146.
2 Idem, p. 194-195
ADOLFO CASTAÑÓN
La asociación entre Duchamp y Cervantes es
uno de esos saltos a que tiene acostumbrado al lector Octavio Paz, avatar de Hanuman
que brincaba de la India a Ceylán. Cabe observar también el juego en que se desdobla la
afirmación: “Metafísico estáis”, dice el burro
de Sancho a Rocinante, mientras que en el
epígrafe de Paz el no comer se resuelve en
desnudez y despojo, planteando así cómo en
el laboratorio de la analogía paciana las entidades se adelgazan en un segundo grado. En
el trasfondo del soneto resuena el tambor de
Francisco de Quevedo y del “Parnaso español” del cual Cervantes forma parte. Recordemos el soneto divulgado entre Babieca y
Rocinante:
—¿Cómo estás Rocinante, tan delgado?
—Porque nunca se come, y se trabaja.
—Pues ¿qué es de la cebada y de la paja?
—No me deja mi amo ni un bocado.
—Anda, señor que estáis muy mal
criado, pues vuestra lengua de asno al
amo ultraja.
—Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.
—¿Es necedad amar? —No es gran
prudencia.
—Metafísico estáis. —Es que no como.
—Quejaos del escudero. —No es
bastante. ¿Cómo me he de quejar en
mi dolencia, si el amo y escudero o
mayordomo son tan rocines como
Rocinante?
14
Francisco Rico, el estudioso de Cervantes,
aclara en una nota que este “metafísico” se
da: “en el sentido de muy delgado, por lo sutil de la metafísica y por comparación implícita con el adjetivo ético “moral” y también
“tuberculoso”.3
Don Quijote se pasea despreocupadamente por las páginas de “Árbol adentro”
cuya madera está impregnada de sabor cervantino. Sobra decir que la dura realidad de
las dulcineas de la calle que se ganan la vida
haciendo strip-tease las lleva a la esbeltez forzosa cuando no a la anorexia. La repugnancia
por la comida, el hartazgo se da, en el universo
sublimado de las artes, como una tendencia al
despojamiento y al minimalismo. Strip-tease,
anorexia y ocaso de las vanguardias riman en
el diccionario de la estructura de lo imagina3
Don Quijote de la Mancha, p. 87.
rio en Octavio Paz. De esa voluntad ascética
participa Marcel Duchamp y por ahí andan
los guiños que hace Octavio Paz a su amigo y
mecenas Eulalio Ferrer, fundador del Museo
Iconográfico del Quijote en Guanajuato.
En esa conjunción clarividente se engranan o relacionan dos espacios (Francia, la del
surrealismo y la vanguardia, España, la de los
Austrias y la de Don Quijote). El poema de
Paz sugiere, la velocidad dialéctica que podría darse como una corriente entre ambos
sobrevivientes de la larga noche de la historia
que les tocó vivir y compartir. No resulta sencillo precisar cuándo se conocieron Eulalio
Ferrer y Octavio Paz, ni cuando tuvo conocimiento por primera vez Octavio Paz de la
figura de Marcel Duchamp (probablemente
después de 1945, en París), aunque sí cabe
decir que la presencia de Cervantes en la vida
de ambos se remonta a sus respectivas mocedades y que, en particular, en el caso de
Ferrer, la lectura de la novela famosa de Cervantes Don Quijote de la Mancha, fue practicada en el campo de concentración de Argelès
en 1939, gracias al afortunado trueque de un
paquete de tabaco por la edición que Calleja
hizo de la novela en 1905. A Eulalio Ferrer
esa lectura le cambiaría la vida igual, por
cierto, que a León Felipe a quien también la
lectura de Don Quijote en la prisión le haría
ver en adelante los días y la noche de otro
modo. Octavio Paz y Eulalio Ferrer debieron
encontrarse en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial y a la derrota de la República Española en 1939. Paz ya había ido
al Congreso de Intelectuales en Valencia en
1937 a donde había sido invitado por Rafael
Alberti y Pablo Neruda y donde conocería a
Miguel Hernández, al cual dedica una inolvidable página “Recoged esa voz”, incluida en
Corriente alterna, Hernández es con Cernuda, una de las voces con las que Paz mayor
afinidad tiene; ya había colaborado en Laurel
con Xavier Villaurrutia y Juan Gil-Albert. Eulalio Ferrer de su lado había participado en
las juventudes socialistas, editado un periódico y sido confinado en el campo de concentración de Argelès. En Francia había estado
Entre alambradas en 1939 y si no es posible
precisar con exactitud cuándo se conocieron,
sí es, en cambio, posible determinar que Octavio Paz colaboró en el suplemento literario
del periódico taurino Claridades fundado por
Eulalio Ferrer con una sección “Andando el
tiempo” en la cual publicaría hacia 1965 al-
���
Octavio Paz escribió en 1989 sobre Eulalio
Ferrer el Prólogo a uno de sus libros: Trilogías: La influencia del tres en la vida mexicana,
(México, 1989). En esta página sale a flote y
descubre el diálogo erudito que ambos compartían: En ese diálogo, oímos a Paz preguntar sutilmente a Ferrer ¿por qué no fijarse en
la influencia del cuatro y del cinco tan importantes en la vida prehispánica? También asiste el lector al espectáculo de la inteligencia
cabalística y poética de Octavio Paz a quien
las cuestiones de la numerología aplicada y
especulativa no le podían ser ajenas como
tampoco lo podía ser para Eulalio Ferrer.
Del uno al dos al…
Tres es el principio de la perfección…
cuatro tiene cuatro facultades, como
los miembros del cuerpo; cinco está
protegido por Venus.
DE SENANCOUR
La prosa de Eulalio Ferrer es clara y
rápida. Avanza en frases cortas y netas,
evita los circunloquios, traspasa las
dudas, se atiene a los hechos y prefiere
mostrar a demostrar. Sin embargo, su
libro desemboca en una interrogación.
Empecé a leerlo con curiosidad; pronto
pasé de la curiosidad sonriente a la
sorpresa y de la sorpresa a la pregunta
azorada: ¿por qué? Sabía vagamente que
en él habla de los mexicanos abundan las
frases en el modo ternario pero ignoraba
que la denominación del tres fuese de
tal modo absoluta. En todas nuestras
expresiones, las habladas y las escritas,
las cultas y las populares, en la política
y en la literatura, en las canciones y en
la publicidad, aparecen con mareante
frecuencia las tríadas y las triparticiones,
los trinomios y los triángulos. A través
de la ventana del lenguaje, los hombres
ven al mundo y se ven a sí mismos.
Para los mexicanos esa ventana verbal
es triangular. Triplicamos todo lo que
vemos y decimos.
¿Somos los únicos en hablar y pensar
así? ¿Es un rasgo común a todos los que
hablamos en español? ¿Compartimos
esta curiosa propensión con los que
hablan las otras lenguas latinas? ¿O
estamos ante una característica de todos
los idiomas indoeuropeos? ¿Cada época
y cada civilización tienen su patrón
numérico? ¿Otras culturas ven al mundo
no por el vidrio del tres sino por la
claraboya del cuatro o por el tragaluz del
cinco? A medida que se reflexiona sobre
este tema, las preguntas se multiplican y
aparecen nuevos territorios por explorar:
el lenguaje y la historia, la geografía
humana y la antropología, la biología
genética y la estructura del cerebro, la
mitología y la religión, el inconsciente
colectivo y la publicidad. El libro de
Eulalio Ferrer nos pone a pensar.
Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
gunas páginas de su libro Corriente alterna.
Detrás de esa colaboración, corría, subterráneo, un torrente de simpatía, alimentado
por las afinidades libertarias y anarquistas de
uno, Paz, hacia el príncipe Piotr A. Kropotkin y Ricardo Flores Magón, del otro hacia
Buenaventura Durruti, por la admiración
compartida hacia Antonio Machado y los
valores de la España ilustrada y socialista de
Francisco Giner de los Ríos y Fernando de
los Ríos y por un dinamismo intelectual que
haría de Paz uno de los pivotes y albaceas de
la vanguardia y de Ferrer uno de los adelantados pioneros de los estudios de la comunicación y la publicidad en México; compartían
además la conciencia de estar viviendo o más
bien sobreviviendo en un mundo dominado
por la Guerra Fría o nuclear, civil, económica
y planetaria y de ser depositarios de un aliento libre y liberal que venía de muy atrás, de
Miguel de Cervantes, el creador soberano de
Dulcinea y de Michel de Montaigne, autores
cuya lectura y devoción ambos compartían.
Montaigne, por cierto, fue una de las lecturas
de cabecera de Salvador Dalí, el antípoda de
Marcel Duchamp, y dejó un suntuoso libro
ilustrado con los ensayos transfigurados a la
luz de la imaginación surrealista y renacentista tanto como a la luz de la emblemática
y de los tratados medievales de amor cortés.
Montaigne fue leído por Eulalio Ferrer, como
consta por el libro sobre los orígenes de la
publicidad y, desde luego, por Octavio Paz
quien lo cita desde sus escritos más tempranos hasta “Árbol adentro”. El diálogo de Duchamp y de Cervantes mediante el encuentro
de Octavio Paz y de Eulalio Ferrer está naturalmente inscrito en el horizonte de la crítica
a la civilización que les tocó vivir y desvivir y
heredar para nosotros.
15
ADOLFO CASTAÑÓN
16
Todos sabemos, aunque pocos hayan reflexionado sobre esto, que los hombres pensamos y
hablamos en porciones discretas que tienden a agruparse en frases y oraciones conforme a ciertas
afinidades y oposiciones, correspondencias y simetrías. ¿El orden que se asocian y dividen nuestros
pensamientos y nuestras palabras refleja al mundo que percibimos o es una proyección nuestra? Es
difícil responder a esta pregunta; no lo es decir que ese orden satisface tanto a nuestra razón como
a nuestra sensibilidad. La proporción es justa y es armoniosa; por lo primero responde a nuestras
exigencias intelectuales y morales, por lo segundo gratifica a nuestro sentido estético. Según los
pitagóricos, percibimos al mundo comenzando por las dualidades y las oposiciones: lo frío y lo
caliente, lo seco y lo húmedo, lo alto y lo bajo. Enseguida tendemos puentes entre la noche y el
día, el sí y el no, el esto y el aquello: pasamos del dos al tres. Proseguimos y encontramos al cuatro:
arquetipo de la semejanza, allí el dos se mira duplicado, como en un espejo… y así sucesivamente
hasta llegar a los números perfectos: el siete, que no es engendrado ni engendra, idéntico a sí mismo
siempre; el nueve, tres veces tres, número santo para los católicos y los hindúes; el diez, la suma
perfección, pues contiene al cuatro y, dos veces, al tres. O tres veces al tres más el uno, comienzo
de todos e idéntico a sí mismo.
Según la tradición, Pitágoras aprendió la ciencia de los números con los egipcios y los
caldeos. Algunos agregan, con una sonrisa, que también con los fenicios, grandes comerciantes
y maestros en el arte de restar, sumar y multiplicar. Los griegos convirtieron todos estos saberes
prácticos en pensamiento y teoría. Desde entonces las especulaciones sobre los números —
axiomas, certezas, delirios— han fascinado y desvelado a muchos y grandes espíritus. La idea
de que el universo es número sedujo a Demócrito y a Platón, a Spinoza y a Leibniz, a Descartes
y a Newton. Es imposible no percibir un eco pitagórico en las palabras de Galileo: la naturaleza
habla en lenguaje matemático. Las citas pueden multiplicarse. Ahora mismo, a pesar de que las
disciplinas más rigurosas, como la física, parecen inclinarse más y más hacia el probabilismo,
no podemos renunciar a la tradición pitagórica sin renunciar a la ciencia misma. Las nociones
de medida, cantidad, magnitud y proporción son la base de nuestras concepciones científicas
y filosóficas, el instrumento para penetrar en los fenómenos, medirlos, describirlos y, en la
medida de lo posible, encontrar las leyes o las tendencias que los rigen. Tal vez el universo
no es única o esencialmente número, tal vez ese número cambia perpetuamente, tal vez es
indecible, tal vez este mundo es un instante de un proceso combinatorio, tal vez los factores
de esa combinatoria son inmensurables, tal vez… pero ¿cómo decir todo esto sin números? Y
más, ¿cómo pensar sin números?
Para los artistas es natural sentir y crear conforme a número y proporción. La música y la
arquitectura son números, una en el tiempo y otra en el espacio. La poesía también es número.
Lo es por partida doble. Primero, por sus propiedades físicas: metros, acentos, combinaciones
de sonidos. Después, porque muchas veces la forma material del poema, su composición
y sus divisiones, obedece a una forma ideal concebida por el poeta en términos numéricos y
simbólicos. La Divina Comedia es, quizá, el ejemplo más alto. El poema está compuesto por
tres partes, cada una dividida en treinta y tres cantos más un canto aislado, el prólogo; o sea,
cien cantos, diez veces diez, el número de la totalidad de las totalidades. Cada una de las tres
partes reproduce la proporción: tres repetido once y sus múltiplos pero asimismo el cuatro: el
poema está escrito en tercetos que terminan en un cuarteto: cuatro repetido diez veces diez.
El número central, el eje que sustenta y mueve la numerología de Dante, es el tres, reflejo de
la Trinidad… Siglos más tarde, en un poema dedicado al joven Juan Ramón Jiménez (tenía
entonces apenas diecinueve años), Rubén Darío le dice:
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
...................................
Sigue, entonces, tu rumbo de amor: eres poeta.
No es necesario ser filósofo, músico, científico o poeta para pensar y hablar conforme a patrones
numéricos. Se trata, sin duda, de una tendencia natural de la mente humana como, en el caso
de los mexicanos, lo muestra Eulalio Ferrer con abundancia de ejemplos. Lo verdaderamente
curioso es nuestra tendencia a usar y abusar de las formas ternarias. ¿Herencia católica? No
es verosímil. George Dumézil ha mostrado, con impresionante saber e ingeniosos y profundos
México, a 31 de enero de 19894
La dedicatoria del poema “La Dulcinea de Marcel Duchamp” por parte de Octavio Paz a Eulalio Ferrer conlleva una intencionada alusión; un desnudamiento o “strip-tease”. La caracterización que ha hecho recientemente el francés Marc Fumaroli, quizá ayude a situar no sólo a
Duchamp y a Paz, sino a éste y a Ferrer. Dice Fumaroli:
La admiración por Duchamp
Siempre he atribuido a Duchamp la responsabilidad de ese hechizo al revés que
metamorfoseó, a escala mundial, las carrozas en calabazas y, de manera inversa, las latas de
sopa Campbell en obras maestras de museo y salsa de ventas, los ready made los inventó
el diablo. Pero el dandy Duchamp se guardó de sacar partido del hallazgo en inglés que le
valió la admiración de damas estadounidenses y coleccionistas neoyorquinos. Los verdaderos
beneficiarios de esa brillante idea fueron los machacones a escala industrial del pop art,
inventado en Londres y en Nueva York, los Lichtenstein y los Warhol, que pasaron de la idea
al acto. La sociedad de consumo, su producción en serie y sus consumidores son el Salón y la
Academia de la democracia estética contemporánea.
4
Octavio Paz, “Del uno al dos al…” en Obras completas t. 3 “Fundación y disidencia”, Fondo de Cultura Económica/Círculo de Lectores, primera edición (Círculo de Lectores), Barcelona, 1991, Segunda edición (Fondo de
Cultura Económica), 1993, Segunda reimpresión, 1997, pp. 385-388.
Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
análisis, que los pueblos europeos compartieron desde la más remota antigüedad una ideología
tripartita. Es una visión del mundo que se refleja tanto en la mitología y la religión como en sus
ideas sobre la sociedad humana. Abarca varios milenios y varios pueblos, de la India védica y el
Irán anterior a la reforma de Zoroastro a Roma, Germania, Escandinavia, el mundo celta. Las
ideas de Dumézil han tenido fortuna y los estudios sobre las “tres funciones” han proliferado
en los últimos veinte años. Entre nosotros el profesor cubano Adrián G. Montoro ha dedicado
un sugerente estudio al tema de las tres funciones —sacerdotes, guerreros, agricultores— en
el poema del Cid (El león y el azor). En Francia el historiador Georges Duby ha aplicado estas
ideas al campo de la historia propiamente dicha y no a los mitos y la poesía épica (Les Trois
ordres ou l’imaginaire du féodalisme, 1978). Duby ha encontrado la impronta de la antigua
ideología tripartita indoeuropea no sólo en las concepciones teológicas, jurídicas y políticas de
la monarquía capetiana sino en las costumbres mismas: entre 1186 y 1190 Andrés el Capellán
escribe su Tratado del amor cortés, gobernado por tríadas. Ese pequeño libro desencadenó una
revolución en el dominio de la sexualidad y los sentimientos.
Eulalio Ferrer no se aventura en hipótesis que pretendan explicar las causas de nuestra
afición a las tríadas. No fue su propósito; su mérito reside en el descubrimiento del fenómeno
y en su descripción. Tampoco Dumézil nos aclara el porqué de la ideología tripartita de los
indoeuropeos. Pero sus estudios nos abren una pista para futuras investigaciones y, en el caso
de México, para continuar la exploración de Eulalio Ferrer. Puesto que la ideología de las “tres
funciones” es un rasgo distintivo de los antiguos indoeuropeos, no es temerario deducir que
otros pueblos y civilizaciones han visto y han pensado al mundo desde otras perspectivas. A
mí me ha impresionado siempre la importancia del cuatro, lo mismo en el Extremo Oriente
que entre los indios americanos. Es una noción sobre todo espacial, íntimamente asociada a los
cuatro puntos cardinales. El universo se representa como un cuadrado dividido en cuatro zonas,
cada una con un color, un dios y una morada ultraterrestre. Las pagodas de China, Japón y
Corea combinan en sus formas las dos figuras sagradas: el círculo y el cuadrado; en Mesoamérica
predomina la pirámide trunca, cuya base es un cuadrado que se repite, reducido, en la cúspide. El
cuatro también es tiempo; como símbolo temporal, se transforma en el quincunce, un cuadrado
que representa las cuatro eras del pasado y en el centro la nueva edad, el Quinto Sol, cuyo
atributo es el movimiento. O si concebimos al universo como un cuerpo vivo: el ombligo solar…
Pues bien, en la mentalidad de los mexicanos modernos hay sin duda huellas y rastros de esas
antiguas creencias. El libro de Eulalio Ferrer nos invita a ir más allá. Alguien debería atreverse a
continuarlo, iniciar una arqueología de nuestras creencias, descender y buscar, abajo del tres, en
el subsuelo psíquico de México, las figuras del cuatro y el cinco.
17
ADOLFO CASTAÑÓN
El diablo Duchamp tenía ingenio, humos y una inteligencia aristocrática del tipo de Voltaire.
Es uno de los maestros del pensamiento más mordaces del modernismo, movimiento artístico
antidemocrático donde los haya. La Iglesia, enfrentada a la democracia, tuvo a sus sacerdotesobreros y sus teologías de la liberación. La República de las Letras y las Artes, enfrentada al mismo
fenómeno, buscó su salvación aristocrática en el esoterismo, la abstracción, la belleza singular,
irrespirable y desconcertante, todo lo que podía alejar a las letras y las artes del academicismo y
la retórica que las ponen al alcance del gran público, fácil de adular por los burgueses. Duchamp
jamás se desvió de esta ética del superhombre y de la estética rigurosa que exige, al margen del
mercado y del partido. Con Breton no buscó la seguridad más que entre sus admiradores y amigos.
La paradoja suprema de este aristocratismo moderno habría sido la posición señorial que
se arrogaron los Aragón, los Picasso, los Eluard, los Neruda, los Ehrenburg, los Sartre, los
Moravia, los Guttuso, que reinaban en la cumbre de la jerarquía comunista o progresista,
hagiografiados por la propaganda del partido y preservados de tener que comprometerse
demasiado con el mal gusto del populacho, beneficiando siempre el gusto de la clientela rica…
Octavio Paz admiró la especie de sacerdocio intelectual y libertino que ejerció Duchamp, no
sin oponer implícitamente su línea de conducta a la hipocresía de las estrellas internacionales
del modernismo estalinista”.5
La cita de Marc Fumaroli permite asomarse quizá a la entretela de las afinidades que une a
Eulalio Ferrer y a Octavio Paz; ambos escritores presas del desengaño ante la mercantilización
y el oportunismo de la hipocresía de los popes del estalinismo reciclado y del autoritarismo
comunista. Esta referencia impone, desde luego, la evocación de “Háblame en español”, donde Ferrer novela los avatares, historias y rumores de la Guerra Civil Española, la suerte del
anarquismo, la invasión del ejército alemán a Francia, la república de Vichy y la novela de
espionaje que fue la vida de la modista Coco Channel.(*)
18
Volviendo entonces los ojos a la conjuración hecha por Octavio Paz de Miguel de Cervantes y de Marcel Duchamp al dedicar a Eulalio Ferrer en el poema “La Dulcinea de Marcel
Duchamp”, resulta palpable e ineludible la amistad y complicidad que pudieron desarrollar
estas dos vigorosas personalidades. Al dedicado al fundador y mecenas del Museo Iconográfico del Quijote, el poema la “Dulcinea de Marcel Duchamp”, Paz establece con Eulalio Ferrer
un diálogo crítico alrededor del arte contemporáneo, del sentido y posibilidad de la obra de
arte en el mundo contemporáneo y sugiriéndole de paso al mecenas que fue Eulalio Ferrer lo
imposible: la adquisición de una incomparable __ __ máquina célebre de Marcel Ducahmp
llamada “La novia desnudada por sus solteros, incluso.6
���
Octavio Paz recibe el Premio Internacional Menéndez Pelayo otorgado por la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo cuyo presidente era Eulalio Ferrer. Mediante la Federación
Cervantina y con la colaboración del Fondo de Cultura Económica y la Facultad de Filosofía
y Letras, Eulalio Ferrer premió la “Cátedra Extraordinaria Octavio Paz” en la que participaron
Saúl Yurkiévich, Jacques Lafaye, Manuel Ulacia, George Steiner, etc.
5
6
Marc Fumaroli, “La obra de Paz está todavía sin descifrar”, Letras libres, marzo 2014, año XVI, pp. 38-40.
Conferencia dictada en el Museo Iconográfico de El Quijote en la ciudad de Guanajuato el 19 de marzo de 2014.
… por que es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que les envíe para quitar el hamago la
nausea que a causado otro don Quijote que con nombre de segunda parte fue disfrazado y comido por
el orbe. Y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua
chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome o, por mejor decir,
suplicándome se le enviase, por que quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana y
quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote.
Miguel de Cervantes Saavedra,
“Dedicatoria al conde de Lemos”, segunda parte
del ingenioso caballero de don Quijote de la Mancha.
Háblame en español7es la primera novela de Eulalio Ferrer Rodríguez (Santander 1920), trasterrado en México desde principios de los años cuarenta, prolífico autor de un caudal de
libros que combinan inventivamente el testimonio, la historia, la crónica y el ensayo sobre
cuestiones relacionadas con la comunicación. Autor de una Enciclopedia de la publicidad y de
diversas obras históricas sobre este tema, es, además, lector habitual e inveterado de la novela
de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Fundador de un Museo Iconográfico del Quijote,
creador del Centro de Estudios Cervantinos, bibliófilo y conocido hombre de empresa en
ambos lados del Atlántico, académico de la lengua, además de head-hunter, astuto cazador de
talentos como Mario Moreno Cantinflas y José Alfredo Jiménez. Como ha contado él mismo
en su libro testimonial Entre alambradas8 (1987), Ferrer descubrió a Don Quijote de la Mancha
durante su estancia como prisionero en el campo de Argelés-sur-mer al sur de Francia, y este
descubrimiento cambiaría su vida impregnándola de un horizonte legendario. Curiosamente,
otro escritor, León Felipe, quien vivió su adolescencia en la ciudad de Santander, también
descubriría su vocación leyendo la novela de Cervantes durante una temporada pasada en
la cárcel por asuntos administrativos. Ahora, Eulalio Ferrer, autor inclasificable e inquieto y
cuya compleja biografía no sería sencillo realizar, sorprende al público con una primera novela, alimentada por el drama de la Guerra Civil Española que él vivió desde la adolescencia y
la juventud. Pero, a diferencia de tantos escritores impulsivos, supo guardarse varias décadas
esta novela animada y tensa, que se inscribe en el paisaje de la narrativa española que trata
del exilio y que va de Benjamín Jarnés y Ramón J. Sender a Javier Cercas, pasando por Julián
Gorkin, Max Aub y Juan Goytisolo.
Háblame en español es un gran “cuento chino”, una fábula parabólica en la que se entreveran, galopantes, varias historias a partir de una leyenda central –la de la biografía de Margarita
Cugat de Lee o sea Ita, la madre adoptiva del presunto hijo del anarquista catalán Buenaventura Durruti, pues a Eulalio Ferrer la tradición ácrata no lo ha dejado indiferente.
Háblame en español es el título de la novela y el nombre del proyecto que Ita y su hijo Liber
le van a vender a Mao Tse Tung, ese nuevo emperador rojo que, al descubrirse a sí mismo,
supo despertar a China. La novela tiene aliento y truculencia, garra, voluntad y deseo de contar, ganas de narrar, en español, una singular historia de amor. Como dice una voz fáustica,
sólo cuentan los que tienen algo que contar y no están desprovistos de recursos.
La narración se plantea en dos registros: de un lado, la historia digamos actual, del millonario chino que aspira a salvar en su museo privado la pintura más significativa de los siglos
xix y xx y que, con sus grandes consorcios hoteleros –armados en compañía de sus hermanos–, levanta una fundación filantrópica para luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo. Esta historia es también y sobre todo la de su hijo adoptivo –Liber– en quien recae el peso
y la responsabilidad de dicha fundación. Esta narración se trenza en la leyenda de la mujer
que está alrededor y del otro lado: la vida de Margarita Cugat –apellido bien elegido por cierto
y de musical prosapia–: una niña bien, catalana, que pierde a sus padres en un bombardeo en
7
8
Eulalio Ferrer, Háblame en español, Editorial Océano, México, 2007, 350 p.
Eulalio Ferrer, Entre alambradas, Barcelona, Grijalbo, 1988.
Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
(*)Háblame en español de Eulalio Ferrer por Adolfo Castañón
19
ADOLFO CASTAÑÓN
Barcelona a principios de la Guerra Civil y adopta la causa de la República entregándose a ella
hasta el punto de participar en el desmantelamiento de una conspiración nazi-fascista y de
entregar su virginidad a un piloto aviador agonizante, hechos todos que, en cierto modo, preparan la adopción de un niño de dos o tres años a la que ella se siente interiormente obligada
en el curso de su precipitada huida a Francia.
Háblame en español cuenta la historia de amor de una madre y de un hijo adoptivo que se
encuentran entre las ruinas de la guerra que es como la gran madre de ambos y aun la de casi
todos los personajes que pueblan la novela.
Desde las primeras páginas se adivina que tanto el autor como los personajes principales
están fascinados por el poder, el lujo y el dinero. ¿No hay algo de asombroso en esta complacencia por los grandes números, los grandes nombres, las marcas, la relación con los afamados
y famosos. Pablo Picasso, Salvador Dalí, Aristóteles Onasis, Cocó Channel, Dolores del Río
son algunas de las fichas y figuras que alternan y se compaginan en este desfile de soledades y
solidaridades que rodean, alimentándolo, el tablero de esta historia que se lee como un juego
y se arriesga como una ceremonia secreta?
En el trasfondo paisaje, el gran personaje de esta novela rocambolesca, con final infeliz,
el protagonista último de esta historia es la lengua española que debe su grandeza a la demografía, a la cantidad de sus hablantes. Y este punto de la cantidad de hablantes, habladores,
agentes, lectores, espectadores y practicantes del idioma –del idioma en español en particular–
parece ser el imán que erotiza y magnetiza la narración. Hay detrás, por supuesto, una nostalgia ¿irracional? del imperialismo de la lengua española como una posibilidad mesiánica de
salvación de la especie humana en el orden moral y estético que resulta, en última instancia,
20
Parecería que Háblame en español se desarrolla como una novela sobre la familia. Resulta, sin embargo, un tanto enigmático que
Ita se case con el chino Lee y le haga adoptar
en el papel al niño que le dio la guerra, Liber, pero que no se lo lleve a vivir con ellos
a Hong-Kong y lo deje enterrado, encerrado,
primero en un internado en Ginebra, Suiza, y
luego, ya mayor, en una universidad usamericana. ¿Cuál es este amor apasionado de madre adoptiva que salva para abandonar? ¿No
hay entre este afecto paradójico y la entrega
amorosa, a un agonizante, una cierta simetría,
al menos en la perplejidad y discontinuidad?
Dije que Háblame en español es un gran
cuento chino; no dije que, dentro de la novela, el gran cuento chino es el dinero, el poder
del dinero, el falso interés que reviste la crematística por encima de la experiencia. Esto
resulta particularmente visible en el comportamiento de la narración hacia la pintura y
hacia los cuadros que ocupan dentro de ella
un lugar principal, ya que será el museo privado de Lee (en cierto modo uno de los dos
ombligos simbólicos de la novela el otro será
la lengua española) el que atraiga a Mao Tse
Tung a manifestarse en el relato: ese museo
es, a mi parecer, una suma de convencionalismos estéticos fraguados o refraguados al gusto de la época. El museo imaginario de Lee
está conformado fundamentalmente por las
obras del impresionismo..., pero no hay, entre
ellas, ninguna con la cual el personaje tenga
una relación personal profunda. Y esto hace
que el museo esté, en cierto modo, deshabitado por ese coleccionista o que sea como el
padre ausente que nunca está… Quien haya
leído el libro de Eulalio Ferrer sobre Da Vinci
y la Mona Lisa (1990, 2007) se quedará como
entreabriendo la boca por las preguntas…
Oliver, el huérfano, el supuesto hijo de
Durruti, encontrará en su profesor de español, en Harvard, a un padre adoptivo a su altura intelectual, ya que su verdadero padre
adoptivo, el chino Lee, no tiene ni el tiempo
ni las facultades para hacerlo. A su vez, el
profesor Roberto Mariscal –español exiliado
en Harvard– encuentra en George Santayana
un prototipo del escritor y del intelectual:
Pero, ¿qué significa, qué quiere decir que el
filósofo y español desterrado en Harvard y
que escribió fundamentalmente en inglés sea
como la figura inspiradora de la maquinación
fantástica –si no es que faústica– titulada Háblame en español que tiene como propósito
instaurar como segunda lengua al idioma
español en China para así neutralizar la avasalladora presencia del inglés como lengua
universal?
No significa, creo, nada, sino la voluntad
del autor y novelista de deslindarse, de descastarse o desmarcarse de su propia tradición,
dándole la espalda a Machado y a Unamuno,
a Menéndez y Pelayo y a Azorín y, más acá, a
Américo Castro y a Juan Goytisolo. Recuérdese, al margen, que uno de los libros de Eulalio Ferrer –Los lenguajes del color– ha sido
traducido al chino.
Háblame en español no es una novela histórica sino algo profética y acaso costumbrista,
descriptiva de los usos y costumbres de los millonarios, al estilo de ese escritor de best-seller
francés llamado Paul-Loup Sulitzer, autor de
Cash (1981) y Fortune (1982), suerte de westerns thrillers financieros. Ferrer, de hecho,
guardando las proporciones, sería una suerte
de Malraux, híbrido de Sulitzer.
Háblame en español es una novela política
pero no políglota. Su política es una política
del espíritu –o más bien de la lengua. Acaso su
público natural sea el de los interesados en el
exilio, los exiliados e hijos de exiliados, los profesores de español que viven su oficio como vocación y destino. ¿Cómo vacación y destierro?
Háblame en español es, como decía, un
gran cuento que se alarga hacia la novela y
sucumbe a la tentación de la grandeza. ¿Será
una obra llamada a dejar huella en la historia de las letras españolas relacionadas con
el exilio? ¿O será más bien ineludiblemente
un signo o síntoma, un ingrediente indispensable para redondear el perfil de este autor
inclasificable llamado Eulalio Ferrer? ¿Hasta qué punto está entreverada en esta obra la
biografía de Eulalio Ferrer? En lo real y lo
puntual, diríamos que hasta un punto esencialmente imaginario: no importa realmente
si Durruti tuvo o no un hijo. Lo esencial, para
el lector de la novela, es el interés, la tensión
afectiva hacia la figura del anarquista santificado por el sacrificio (tensamente plasmada
Octavio Paz y Eulalio Ferrer, espacios en convergencia
enigmática, porque no está muy claro qué es
lo que se estaría salvando con el idioma español: ¿la familia? ¿el honor? ¿la nobleza? ¿un
cierto modo de vivir hispánico?
21
ADOLFO CASTAÑÓN
en las páginas del Diario apócrifo de Ita Cugat) –y que la novela tiene buen cuidado de decirnos que murió no se sabe si por accidente
o bien auto-inmolado. Tampoco interesa mucho saber si Mao Tse
pensó alguna vez en la posibilidad de que el español fuese la segunda
lengua de China: lo que interesa es la fascinación de Eulalio Ferrer
por la oceánica China que es sinónimo de infinitud y la tentación
vertiginosa –que es en cierto modo ilusoria, como espejismo– de que
media humanidad llegue a hablar español. Por cierto, la fascinación
por China en las actuales letras hispánicas, me remite a citar el libro –
un singular diario redactado en China a lo largo de un año– del escritor venezolano Alfredo Briceño Guerrero titulado Para ti me cuento a
China, publicado con el seudónimo de Jonuel Brigue (Biblioteca J. M.
Briceño Guerrero, Edición Puerta del Sol, Mérida, Venezuela, 2007.)
Ilusoria porque una lengua es la expresión de un lugar…, la emanación de un ser-ahí determinado. Vertiginosa o hechicera porque el
hecho de que alguien hable a medias una lengua ¿no es equivalente a
que se esté-ahí sólo en parte…?
22
Háblame en español, la novela que Eulalio Ferrer publica a los
ochenta y siete años luego de haber dado a la estampa más de cuarenta
libros y de haber formado un museo iconográfico de El Quijote, puede ser leída como una recapitulación literaria y humana, un mapa del
tesoro oculto por el fantasma literario en tierras americanas, un documento en el cual se cifran los sueños y las fantasías que han vertebrado
y movido secretamente la vida del autor: el juego y el placer, el amor
al arte, la pasión por la historia, la obsesión por el poder y la riqueza
material, la admiración hacia quienes son capaces de la creación, el
conocimiento y la fascinación por un amor que es como un trueque
de adopciones, el orgullo de pertenecer a una raza y de hablar en su
idioma y, en fin, el gusto por crear mundos paralelos e inventar fábulas
ambiguas alimentadas por la historia.
El pliego literario que es Háblame en español encierra un mensaje
esperanzador: la Guerra Civil que rompió muchas vidas en la península
ibérica, al derramar por el mundo los nervios de una España peregrina,
ha hecho de la lengua castellana un vehículo idóneo para la transmisión de los valores de concordia, solidaridad y justicia que movieron
las armas republicanas. Aquí, un heraldo de esta utopía profética es
el empresario, comunicólogo, escritor, mecenas y ahora novelista que
lleva por nombre Eulalio Ferrer Rodríguez, un hombre cuya mente,
como dice el poema “La Dulcinea de Marcel Duchamp” que Octavio
Paz le dedicó, “es una cámara de espejos”:
–Metafísica estáis.
–Hago strip-tease.9
Ruta: Mis documentos/Adolfo Castañón/México/Octavio Paz/
Tránsito de Octavio Paz 2014/ Octavio Paz y Eulalio Ferrer.doc/4a.
versión lgr./ 14/03/2014
9
O. P.: “Árbol adentro” en Obra poética II, 1969-1998, Obras completas, México,
Círculo de Lectores, Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 146.
Efraín Huerta
siempre joven
JUAN DOMINGO ARGÜELLES*
E
n su poema a la memoria de Rubén Darío (“Responso por un poeta descuartizado”),
Efraín Huerta (1914-1982) escribió: “Claro está que murió —como deben morir los
poetas, maldiciendo, blasfemando, mentando madres, viendo apariciones, cobijado por
las pesadillas”.
Vale recordar el intenso inicio de este poema, porque es oportuno decir que la vida de
un poeta es sin duda importante, pero no lo es menos su muerte, es decir su actitud ante la
muerte. Hay poetas que viven bien y envejecen mal, y luego de ello mueren peor porque todo
cuanto escribieron queda contradicho con su vida y con su actitud ante la muerte. Hay poetas
cuya vida poco tiene que ver con lo que escriben, y hay incluso aquellos cuya existencia contradice notoriamente su escritura. Todo el sentido de la vida de un hombre está en su actitud,
se ha dicho, y es difícil rebatirlo.
Efraín Huerta fue congruente con su escritura a lo largo de toda su existencia. En la
obra poética huertiana hay una lírica dura, descarnada, potente, cívica y rebelde que se torna
inconfundible para sus lectores. Es cierto que Efraín Huerta no es únicamente el poeta de
“Avenida Juárez”, “Afrodita Morris”, “Declaración de odio”, “Juárez-Loreto” y “Los perros de
Dios, o las tribulaciones del Arzobispo”, sino que también lo es el de las delicadas albas, la fina
melancolía y las tibias canciones de sus primeros libros, pero si hay una poesía inolvidable de
Efraín Huerta es ésa en la que convoca a sus lectores a indignarse y a blasfemar.
* Poeta, ensayista, editor, divulgador y promotor de la lectura. Sus más recientes libros son: Lectoras (Ediciones B,
2012), La lectura: Elogio del libro y alabanza del placer de leer (Gobierno del Estado de México, 2012), Antología
general de la poesía mexicana (Océano/Sanborns, 2012), Edades (Parentalia, 2013), Final de diluvio (Hiperión/
Universidad Autónoma de Nuevo León, 2013), Ética y poética de la lectura: El derecho de leer, la libertad de saber
(Letra Uno Ediciones, 2013), ¿Es la lectura un derecho? (Ediciones del Ermitaño, 2013), Pelos en la lengua (Ediciones del Ermitaño, 2013) y Cuentos inolvidables para amar la lectura (Ediciones B, 2014).
Sólo/ A fuerza/ De Poesía/
Deja uno/ De ser/ Un
poeta/ A fuerza
El Efraín Huerta íntegro, elemental y
complejo a la vez, es el que alcanza la perfección de su poética en “El Tajín”, desde
el arranque mismo del poema (“Andar así
es andar a ciegas, andar inmóvil en el aire
inmóvil”) hasta el final prodigioso (“Tajín,
el trueno, el mito, el sacrificio./ Y después
nada”), pasando por los siguientes versos que
están sin duda entre los mejores, y los más
intensos, de la poesía mexicana de cualquier
época: “Oh Tajín, oh naufragio,/ tormenta
demolida,/ piedra bajo la piedra;/ cuando nadie sea nada y todo quede/ mutilado, cuando
ya nada sea/ y sólo quedes tú, impuro templo desolado,/ cuando el país-serpiente sea
la ruina y el polvo,/ la pequeña pirámide podrá cerrar los ojos/ para siempre, asfixiada,/
muerta en todas las muertes,/ ciega en todas
las vidas,/ bajo todo el silencio universal/ y en
todos los abismos”.
Hace dos décadas, el también poeta David
Huerta, hijo de Efraín, escribió lo siguiente
en el prefacio de una antología conmemorativa por los 80 años de su padre (Efraín
Huerta para universitarios): “Los primeros
libros poéticos de Efraín Huerta hablan del
alba y del amor con tonos de adelgazada y
tensa melancolía. En esos textos juveniles
no es fácil descubrir al poeta desenfadado y
de ácidas ironías de sus libros de madurez.
Estas afirmaciones permiten destacar la riqueza y la variedad de los diferentes registros
de la obra huertiana. No hay en ella ninguna
contradicción: Huerta es muchos poetas que
coexisten, sin discordia, en el mismo artista.
Efraín Huerta siempre joven
Hay también otro Efraín Huerta, pleno
de sus dominios poéticos, lleno de humor
y juego lírico: el de “Barbas para desatar la
lujuria”, el “Manifiesto nalgaísta” y los imperecederos poemínimos; poeta inolvidable
y también inconfundible en su voz. Es este
poeta de extraordinario humor y el poeta civil
de extraordinaria valentía los que continúan
más frescos en la memoria de los lectores.
Por ejemplo, el poeta y el ciudadano que
cuestiona la realidad de su país (“¡Mi país,
oh mi país!”): “Ardiente, amado, hambriento, desolado,/ bello como la dura, la sagrada
blasfemia,/ país de oro y limosna, país y paraíso,/ país-infierno, país de policías./ Largo
río de llanto, ancha mar dolorosa,/ república
de ángeles, patria perdida./ País mío, nuestro,
de todos y de nadie.”
25
JUAN DOMINGO ARGÜELLES
Efraín Huerta es el poeta civil, urbano, amoroso, alburero, indignado
y conmovedor de los años principales del siglo xx mexicano”.
En efecto, Efraín Huerta es un poeta de variados registros y de
múltiples recursos estéticos, pero es, sobre todo, el poeta que encarna
la indignación, la rebeldía y el amor: el amor no sólo carnal y espiritual
a la mujer amada, sino también el amor a su país, a la ciudad de México
y a los desheredados de la tierra. Es, sobre todo, entre lo demás (que
no es poco) el poeta que asume con fervor, con militante amor, con enfebrecida inconformidad, “la temerosa y vibrante/ llanura de sombras
que es/ nuestra patria” (Amor, patria mía).
El poeta civil más intenso que fue Efraín Huerta nos dejó, en su
obra, testimonios de amor patriótico del bueno (no de discurso de
político hipócrita), como en “Avenida Juárez”: “Todo parece morir,
agonizar,/ todo parece polvo mil veces pisado./ La patria es polvo y
carne viva, la patria/ debe ser, y no es, la patria/ se la arrancan a uno
del corazón/ y el corazón se lo pisan sin ninguna piedad”.
Si, en las primeras décadas del siglo xx, Ramón López Velarde
fue por excelencia el poeta mexicano del amor carnal y del amor a la
patria, en la segunda mitad de ese mismo siglo, Efraín Huerta sigue
su ruta y continúa los pasos del “joven abuelo”.
26
Al releer a Efraín Huerta podemos percatarnos cada vez más que
lo huertiano por excelencia tiene que ver con la juventud y con la
osadía, con la nobleza de espíritu y con el rabioso amor. Efraín Huerta es el poeta del erotismo y el humor (a un mismo tiempo) y de
la destrucción y reconstrucción del idioma, como pocos, sin miedo al qué dirán, con enorme temeridad, con valentía a toda prueba
ahí donde el poema canta lo que debe cantar sin esconder la mano.
Sus “Sílabas por el maxilar de Franz Kafka” constituyen un responso
cuya juventud lírica y cuyo atrevimiento estético todavía sorprenden
hoy y maravillan:
Oh vieja cosa dura, dura lanza, hueso impío, sombrío objeto/ de
árida y seca espuma; ola y nave, navío sin rumbo, derrumbado/ y
secreto como la fórmula del alquimista; velero sin piloto/ por un
mar de aguda soledad; barca para pasar al otro lado del mundo,/
enfilados hacia el cielo praguense y las callejuelas/ donde la muerte
pisa charcos de la cerveza que no bebió Neruda;/ hueso infinito para
ponerse verde de envidia,/ para no remediar nada —ni el silencio
ni las alas oscuras y obscenas de tus orejas;/ para no ver siquiera la
herida de tu boca.
Y ni qué decir de sus “Barbas para desatar la lujuria”, poema ejemplar de la destrucción-reconstrucción de la palabra, juego joyceano,
maravilla lúdica donde el poeta juega en serio y se divierte de lo lindo: “Vengo a ser la tortuga bicicleta copulosa/ fúnebre funeral (RIP
Riparto tam tam)/ muérete vívete escálala adelaida/ cuando Silva se
embriaga en los volcanes/ Vente baby a bailar el twist/ pies de fósforo
rebeliones/ Ahora corresponde/ saber de qué mueren los ardidos/ los
mentejotos los solapípedos/ alors el gran desfile con adolescentes/
cogiéndose de las azules manos/ camino al Centro Mecsicano de Escritores/ ponme al pie de la beca/ vaca vaca vaca sagrada Margaret/
danza de seda con sabrosos calzones humeantes/ humareda danzón
Dispense/ Usted/
Las molestias/ Que le/
Ocasiona/ Esta/ Obra/
Poética
JUAN DOMINGO ARGÜELLES
28
(¿ya cerraron El tranvía?)/ qué carajos hacemos aquí tragando barbas/ de petróleo barbas
de cuarto oscuro?”.
Todo este poema está lleno de referencias
cultas, de alusiones históricas, de juego verbal y parodia, de chistes privados y asuntos
públicos, de albures de la potentísima flexibilidad creativa del idioma, y los referentes
pueden ser la poesía y los poetas mismos,
desde José Gorostiza hasta Octavio Paz: “Entonces oh cordero sacrificio leña de barbas/
bas bas bas Universidad Universidad ra ra ra/
adorado cordero pájaro de arena/ costillar de
melancolía/ para de cabra conejo del alma/
noche teotihuacana paz octaviana pas pas
pas/ Atlante Atlante ra ra ra/ soy sigo aúllo
tras trasero tras tras/ por el adormecido culo
del alma ra ra ra”.
Efraín Huerta es, sobre todo, en la segunda mitad del siglo xx, un poeta urbano y
“latinoamericano” (lo que esto quiera decir).
Es un poeta que le declara su amor-odio a la
ciudad de México, que él vivió como pocos, y un poeta preocupado por el destino
social y político de México y de los demás
países de Latinoamérica. Se decía, entonces,
que era un poeta “comprometido”, pero lo
cierto es que el propio Efraín Huerta se encargaba, con eficaz humor, de rebatir el empleo de definiciones y epítetos demasiado
ostentosos en su seriedad. Y qué mejor vehículo que sus poemínimos para atropellar
y despanzurrar la solemne solemnidad de
las graves definiciones, como en “Pequeño
Larousse”: “‘Nació/ En Silao./ 1914./ Autor/
De versos/ De contenido/ Social’”./ Embustero/ Larousse./ Yo sólo/ Escribo/ Versos/ De
contenido/ Sexual”.
En otro de sus maravillosos poemínimos
(“D. D. F.”, es decir Departamento del Distrito Federal, cuando eso era) parodia: “Dispense/ Usted/ Las molestias/ Que le/ Ocasiona/
Esta/ Obra/ Poética”. De sus males mismos de
salud podía burlarse, que es el mejor síntoma
de salud espiritual. Así, en “Laringectomía”
escribe: “Lo mejor/ De todo/ Es que/ Ya nadie/
Puede dejarme/ Hablando/ Solo”.
Efraín Huerta fue un poeta con plena
conciencia del poder transformador de la
poesía; por ello no se andaba por las ramas
y, en 1967, sentenció: “Por la Poesía —y sólo
por ella— llegaremos a encontrar la paz, porque la Poesía, como escribiera Raúl González
Tuñón, ‘es el más maravilloso equilibrio entre
la armonía y el caos’”. En su “Maximínima”
resumió esta conciencia lírica de una manera magistral: “Sólo/ A fuerza/ De Poesía/ Deja
uno/ De ser/ Un poeta/ A fuerza”.
El humor y la humildad de Efraín Huerta
lo llevaron a escribir el siguiente chiste: “Primero/ Que nada:/ Me complace/ Enormísimamente/ Ser/ Un buen/ Poeta/ De segunda/
Del/ Tercer/ Mundo”. Pero la cosa no se quedó ahí. Escribió también: “Nomás/ Por joder/
Yo voy/ A resucitar/ De entre/ Los/ Vivos”.
Leer y releer a Efraín Huerta es un ejercicio que nos devuelve la alegría, el optimismo
y la confianza en la poesía y en la existencia.
Al cumplirse en 2014 el centenario de su natalicio, bien vale recordar lo que su compañero de generación, Octavio Paz (1914-1998)
dijo de él en ocasión de su fallecimiento: “A
mi generación, que fue la de Efraín Huerta,
le tocó vivir el crecimiento de nuestra ciudad
hasta, en menos de cuarenta años, verla convertida en lo que ahora es: una realidad que
desafía a la realidad... Con nosotros comienza, en México, la poesía de la ciudad moderna. En ese comienzo Efraín Huerta tuvo y
tiene un sitio central... La ciudad fue para él
historia, política, alabanza, imprecación, farsa, comedia, drama, picardía y otras muchas
cosas pero, sobre todo, fue el lugar del encuentro y el desencuentro”.
Para Paz, “en su último período, Efraín
Huerta volvió a encontrar la vena de su juventud”. Y así es. Efraín Huerta, joven para siempre, vive en su poesía que tiene la virtud de
hacernos sentir, también, siempre jóvenes.
Un soneto (apócrifo)
de la joven poeta Sor Juana a una joven parienta
EDUARDO LIZALDE
Si la vida que vivo, dulce hermana,
es muerte para ti, pronta amargura
contraria miel que el paladar tortura,
lejano acero que en herir se afana,
ya no puedo vivir vida tan vana.
Muerte fiera es mi vida, estrella oscura
me guió al nacer y son baja impostura
genio, razón y gentileza humana.
Si espejo de mi sangre es mi exixtencia,
testigo de mí misma son tus males
penoso autorretrato tu presencia.
Quéjome en verso, hermana, extraña ciencia,
mas son tus penas, ruido, abrojo, eriales
y redoble de fuego en mi conciencia
Fraguas
MARCO ANTONIO CAMPOS
H
acia 1985 escribí un poema, “La ciudad de mi madre”, que dediqué a Víctor Sandoval.
Quería con ello hacer un reconocimiento a un hombre que había nacido y vivido en
la ciudad de Aguascalientes, quien la ha amado, quien ha sido amigo de mi familia
materna y quien me ha privilegiado con su amistad a lo largo de los años. Aguascalientes ha
sido para él aire, sol y alma; en alguna dirección ha representado lo que Lagos para Francisco
González León, Jerez para Ramón López Velarde y Tabasco para Carlos Pellicer.
Prefiero la poesía directa en su estilo y compleja en sus contenidos; Fraguas lo es. En esta
pieza se conjuntan, en una sola gran imagen, mito, historia, política, poesía, sueño, la vida
diaria, trasposiciones de la realidad. Fraguas es Aguascalientes, pero también, en imágenes
simbólicas, los talleres del ferrocarril y el café de Andrea, el famoso café Fausto del Hotel
Francia, donde por decenios las generaciones de hombres y mujeres se han reunido para
imaginar y construir la ciudad. Pero Fraguas, es también la historia de un país, que puede
nombrarse México o llamarse como cualquier país latinoamericano, que viva amenazado o sea
invadido por los marines estadounidenses, padezca tiranías militares y sufra miseria y desolación. Como cualquier ciudad que haya sido o representado una viva llama histórica, fraguas
conoció el inexorable ciclo: alba, esplendor, decadencia, ruinas. En esta imagen o idea es quizá
donde se marque más la huella de T. S. Eliot, en especial la última sección de La tierra baldía.
Por demás Sandoval hace una clara mención de homenaje a Eliot en el poema.
De los puntos de vista, Sandoval ha elegido ante todo el diálogo, en este caso imaginario,
con el padre, quien habita el poema como una presencia abstracta y poderosa. De este modo
el padre se convierte, o es, el patriarca, el primer hombre, la primera piedra, y todos, usted
mismo, somos hijos de él, somos algo de él. Generosamente el padre predomina y domina.
Como en buena parte de su lírica, en esta pieza Sandoval da la mano a los amigos. Amistad
o fraternidad han sido en él realidades ardientes y no recurso baladí de discursos vacíos. De
la poesía que he leído sobre la ciudad de Aguascalientes, una ciudad que en cierta forma, por
herencia e imágenes íntimas de infancia, es la mía, ninguna me toca tanto como la de él. Me
hace ver de nuevo con nuevos ojos sus días de sol y lluvia y admirar sus plazas y mercados e
iglesias y casas antiguas y jardines con laureles de la India. Oigo los rumores de la calle, los
manantiales de pájaros, las voces de las hojas, las gotas de luz detenidas en las piedras, mucho
de lo cual se ha perdido y sólo por él vive. Y de toda esa poesía, y de toda su poesía, prefiero
Fraguas, su poema mayor, o mejor, un poema mayor de la lírica mexicana del siglo xx.
La vida digna
¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
CLARA JUSIDMAN
Miembro Titular
Discurso de ingreso
T
oda sociedad debería colocar en el centro de sus objetivos alcanzar el mayor bienestar
para las personas que la integran. El bienestar entendido como la posibilidad de las
personas de resolver satisfactoriamente y de manera equitativa los requerimientos para
alcanzar una vida digna, de acuerdo a los recursos y la cultura de la sociedad.
En los últimos quince años se han llevado a cabo varios esfuerzos para medir y comparar
entre países los logros en materia de desarrollo humano, de bienestar, de progreso social o de
felicidad.1 Estos esfuerzos parten del reconocimiento de que los avances logrados en materia de niveles de bienestar por las distintas sociedades no son reflejados en la evolución del
Producto Nacional Bruto (pnb), aun cuando éste sea calculado per cápita. Ello debido, entre
otras razones, a las desiguales distribuciones de ingreso y riqueza y al pobre reflejo del funcionamiento y de la complejidad de la vida humana en una medida económica tan sintética
como el pnb.
Los cálculos de los indicadores de bienestar o progreso social se han ido haciendo cada vez
más complejos en consonancia con el aumento de la disponibilidad de información, así como
de tecnologías para manejar grandes volúmenes de ésta. Sin embargo, la principal dificultad
que se encuentra actualmente consiste en “identificar de manera precisa cuáles son las dimensiones
humanas constitutivas del progreso social, así como también cómo y en qué medida deben
desarrollarse cada una de ellas” (Salvia, A, 2011).
1 El Índice de Desarrollo Humano (idh), el Índice de Progreso Social, el Índice de Bienestar Económico Sostenible
(ibes), Índice del Planeta Feliz, el Índice de Progreso Real, Índice de Felicidad, entre otros.
CLARA JUSIDMAN
El propósito final de estos esfuerzos es proporcionar a los gobiernos de los países orientación
sobre los efectos que su actuación está teniendo en el bienestar de sus poblaciones y, en su caso,
qué políticas públicas deben adoptar para mejorar ese bienestar. Calcular los diversos índices
para el mayor número de países posibles también tiene el objetivo de propiciar una competencia
entre ellos a fin de que mejoren sus índices y ganen posiciones en las escalas comparativas.
Como señala A. Salvia, las ciencias sociales han contribuido al desarrollo de listados de
recursos, necesidades y capacidades que formarían parte sustantiva del desarrollo humano,
pero pocos son los acuerdos dada la naturaleza muchas veces especulativa de tales formulaciones. Este autor considera posible que “la identificación de los componentes que formarían
parte del progreso de las sociedades pueden surgir de estudios científicos descriptivos más
que especulativos, a partir del conocimiento cada vez más profundo que vamos teniendo de la
vida social, sus condiciones de reproducción y la propia historia humana”.
El listado sobre las dimensiones y los componentes que formarían parte de una vida digna
tiene en cuenta varios aspectos que interesa destacar:
• Primero que se trata de un enfoque desde la perspectiva de las necesidades que tendrían las personas para alcanzar esa vida digna;
• Segundo que el listado de requerimientos para la vida con sus respectivos satisfactores y agentes proveedores corresponde a un territorio y tiempo específico y que éstos
pueden variar en el tiempo y en el espacio;
• Tercero que el enfoque que se adopta concibe a los seres humanos como integrantes
de una comunidad y que su desarrollo pleno se da como parte de ésta, por lo que las
relaciones sociales y la integración social son aspectos centrales, más que el desarrollo
de capacidades individuales.
32
• Cuarto que no se pretende establecer una jerarquía respecto de la importancia de unos
componentes sobre otros, como hace A. H. Maslow en su pirámide sobre la jerarquía
de las necesidades humanas,2 sino sólo visibilizar en la forma más comprensiva posible, qué dimensiones y dentro de ellas cuáles componentes son necesarios para lograr
una vida digna en la época actúal en México.
El objetivo del enfoque propuesto no es realizar una medición del nivel de bienestar sino
explicitar sus dimensiones y componentes en la actualidad. El propósito es que los agentes
sociales (persona, familias, Estado, mercado y comunidad) que cubren esas necesidades entiendan el papel que desempeñan en la consecución del bienestar de las personas y permitir
observar deficiencias u omisiones de atención que conducen a déficits graves como pobreza y
exclusión que derivan en problemas sociales como violencia social.
Otro objetivo de esta reflexión es que los gobiernos en sus tres niveles: federal, estatal y
municipal tengan claridad sobre para cuáles requerimientos para la vida digna tienen ellos
que proveer los bienes y servicios públicos, cuáles otros quedan bajo las responsabilidades de
las personas, de las familias y de la comunidad y cuáles se dejan a las empresas del mercado
total o parcialmente. Es decir, que se puedan contrastar y adecuar las políticas y los programas
2 Abraham H. Maslow en Una teoría sobre la motivación humana (A Theory of Human Motivation) de 1943, que
posteriormente amplió su teoría sobre una jerarquía de necesidades humanas, sostiene que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados. Organiza las
necesidades como una pirámide en cuya parte más baja se ubican las necesidades más prioritarias y en la superior las de menos prioridad.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos66/piramide-necesidades-maslow/piramide-necesidades-maslow.shtml#ixzz31zNVYjYU
Varios de los requerimientos considerados más adelante forman ya parte de los derechos humanos principalmente económicos,
sociales, culturales y ambientales y es obligación de los Estados que son parte de los
instrumentos internacionales en la materia,
el proveer o garantizar la realización de esos
derechos humanos para las personas que no
puedan hacerlo por sí mismas y de respetar a
aquellas que sí lo pueden hacer. También los
Estados tiene la obligación de proteger a las
personas cuando en la realización de los derechos humanos intervienen terceros como
serían las empresas, las organizaciones de la
comunidad o las familias.
Requerimientos para la vida digna,
satisfactores y agentes proveedores
incide Social realizó una consulta con inte-
grantes de una diversidad de organizaciones
civiles a lo largo de tres años. Esta consulta buscaba originalmente explicarles a los
asistentes de los talleres que impartía en qué
consistía el desarrollo social y hacia qué propósitos apuntaban las políticas sociales. La
idea era tratar de definir qué necesidades
subyacen en la consecución del bienestar de
las personas y hacer explícitas aquellas para
cuya satisfacción adecuada existe una política pública, así como aquellas otras que estaban siendo provistas total o parcialmente por
otros agentes sociales.
La consulta consistía en formar varios
grupos, asignarle a cada uno de ellos una figura de una niña o de un niño y pedirles que
en colectivo fueran definiendo qué requerían
éstos para poder desarrollarse en las distintas
etapas de su ciclo de vida. Como resultado
de esos ejercicios se integró una matriz de
requerimientos para la vida que convencionalmente dividimos en cuatro dimensiones:
•
•
•
•
Biológicos, físicos o materiales
Psicoafectivos
De seguridad
Culturales
Para cubrir esos requerimientos la humanidad tiene y desarrolla bienes, servicios y
actividades que son provistos por diferentes
actores sociales: las personas, las familias, las
organizaciones de la comunidad, el Estado y
el mercado.
Variaciones de los requerimientos,
los bienes, servicios y actividades
humanas y los agentes proveedores
Al examinar los requerimientos que integran
cada una de estas dimensiones se observa variaciones en los satisfactores que utilizan y
han utilizado los diferentes grupos humanos
y culturas a lo largo de la historia, así como
el papel diferenciado que han jugado los actores proveedores de acuerdo a los regímenes
sociales dominantes y los recursos y tecnología disponibles.
Las principales variaciones que se pueden
observar por el contexto de vida se refieren:
1. A lo largo de la historia ha variado
la naturaleza y la intensidad de los
satisfactores y los agentes proveedores así como la forma en que éstos se
combinan. En la Edad Media varios
de los requerimientos eran provistos
por las familias, los gremios o los
señores feudales. En otros momentos las iglesias y las organizaciones
de asistencia privada han atendido las necesidades de los grupos de
población más vulnerables. Las responsabilidades de las familias como
proveedoras de bienestar han variado desde ser las proveedoras directas
principales, a partir de actividades
de la producción agropecuaria para
el autoconsumo, hasta transformarse en las proveedoras de tiempo de
trabajo para generar ingresos que
permitan la compra de productos y
servicios en el mercado para proveer
de bienestar a sus miembros.
2. A la cultura de la sociedad. Por su
cultura, incluyendo las costumbres,
las tradiciones y las creencias, las
sociedades definen qué tipo de satisfactores son aceptables y cuáles no,
qué formas de cubrirlos son correctas
y cuáles no, qué agentes sociales son
aceptables que los cubran y cuáles
no. Por ejemplo las necesidades de
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
públicos a la luz de los requerimientos para
una vida digna.
33
CLARA JUSIDMAN
34
alimentación, las culturales y dentro
de ello las religiones, prescriben qué
alimentos se pueden comer y cuáles
no, como la vaca entre los hindús o el
cerdo entre los judíos; influyen también en la forma de prepararlos, combinarlos y el horario para ingerirlos.
3. El régimen social específico y las bases de la actividad económica que
sustentan la vida de las sociedades
(agricultura, industria, servicios)
también producen variaciones principalmente de los agentes sociales
que proveen total o parcialmente los
satisfactores que se requieren. En una
economía de mercado son las personas, las familias y las empresas del
mercado las que ofrecen los satisfactores necesarios para la vida; además
constantemente se amplía la variedad
de los que se ofrecen. En un régimen
socialista, son el Estado y las familias
los principales agentes proveedores y
la oferta de satisfactores se ve limitada a lo necesario y a lo que es posible
proveer para todos.
4. El nivel de desarrollo tecnológico y la
riqueza de recursos disponibles en las
diferentes sociedades generan una diversidad de opciones de satisfactores y
también va ampliándolos en el tiempo.
Desde lo individual las variaciones se originan:
6. El estrato socioeconómico en el que se ubican la persona y las familias genera variantes en el tipo de satisfactores y en los agentes sociales proveedores. Por ejemplo,
las familias de los estratos sociales pobres y medios en México dependen más de la
provisión de bienes y servicios públicos en tanto que los estratos ricos acuden a las
empresas del mercado nacional e incluso del internacional.
7. El lugar de residencia de las personas y las familias también genera variaciones en
la naturaleza y en la cantidad de los bienes y servicios necesarios para satisfacer los
requerimientos, así como de los agentes proveedores. Es muy distinto vivir en una
comunidad rural, en una ciudad pequeña, en una de tamaño medio o en una metrópoli o vivir en una ciudad de frontera o en la costa; en un clima cálido o en clima frío.
El lugar de residencia genera variaciones por ejemplo en los montos y naturaleza de
satisfactores de energía, de agua, de materiales y características de las viviendas. En
ciudades de frontera es posible acudir a mercados o a servicios públicos de otros países y obtener otra variedad ampliada de satisfactores.
Estas variaciones derivan de la creciente complejidad y diversidad social, así como del desarrollo cultural, tecnológico y político de las sociedades.
Manfred Max Neef, junto con A. Elizalde y M. Hoppenhayn sostienen que la persona
es un ser de necesidades múltiples e interdependientes y que deben entenderse como un
sistema en el que se interrelacionan e interactúan. “ Simultaneidades, complementariedades
y compensaciones son características propias del proceso de satisfacción de las necesidades.
Las necesidades humanas pueden dividirse conforme a múltiples criterios…”. Estos autores
adoptan dos: según categorías existenciales divididas en necesidades de ser, tener, hacer y estar y según categorías axiológicas divididas en necesidades de subsistencia, protección, afecto,
entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad.3
Los requerimientos en cuatro dimensiones
Los criterios para establecer las cuatro dimensiones y sus componentes, buscan ser de utilidad
para la definición de políticas públicas y acuerdos sociales entre los agentes proveedores en
un régimen social de economía de mercado con participación del Estado. Se basan fundamentalmente en la naturaleza de los satisfactores y en su calidad de tangibles o intangibles, así
como en los aspectos del desarrollo humano que van a atender. Es decir, se intenta en este
ejercicio facilitar a los tomadores de decisiones las responsabilidades que les corresponden en
el bienestar de las personas que integran sus sociedades, así como hacer explícito el daño que
sus intervenciones u omisiones causan en ese bienestar.
A continuación se enlistan los componentes que conforman las cuatro dimensiones de los
requerimientos para una vida digna y se incluye una breve reflexión sobre la participación de
las personas, las familias, las comunidades, el Estado y el mercado en la provisión de bienes,
servicios y actividades que contribuyen a su satisfacción, cobertura o realización. En los casos
3 Max-Neef, Manfred A. (1993) en colaboración con Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn, Desarrollo a escala
humana Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones, Editorial Nordan-Comunidad, Montevideo, Uruguay.
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
5. A lo largo del ciclo de vida de los seres humanos la intensidad, calidad y tipo de satisfactores y de los agentes proveedores varían. Hay etapas de ese ciclo donde la satisfacción de algunos requerimientos se vuelve fundamental para el desarrollo de las
personas y su carencia u omisión afecta de manera irreversible la condición humana.
En algunas etapas, como en la edad adulta plena, las personas son independientes y
capaces de allegarse los satisfactores necesarios; en otras, como en la infancia temprana y en la vejez, se depende total o parcialmente de que otros agentes sociales los
provean.
35
CLARA JUSIDMAN
donde se cuenta con información se aportan
algunos datos sobre las personas que presentan déficits o carencias en la satisfacción de
los requerimientos en México, así como situaciones que se están observando en otros
países en ese sentido.
Requerimientos biológicos,
físicos o materiales
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
36
Alimentación
Salud
Protección y abrigo:
Vestido y calzado
Vivienda
Infraestructura y servicios (agua,
energía, drenaje, basureros, etc.)
Comunicaciones (telefonía, correo,
carreteras)
Transporte y movilidad
Sexualidad
Descanso
Medio ambiente limpio
Se refieren a una serie de componentes de
tipo material y físico que las personas necesitan para proteger y desarrollar su cuerpo
como una entidad material y viva. Sin la cobertura de estos requerimientos esenciales las
personas enfrentan dificultades para subsistir
y protegerse. En caso de cubrirlos de forma
insuficiente o con baja calidad, éstas viven en
condiciones de miseria o carencia que impide
su desarrollo pleno como seres humanos.
En este sentido las personas requieren
alimentarse para poder realizar sus actividades; tomar agua, asearse, protegerse frente a
las inclemencias del tiempo, preparar sus alimentos, recibir atención cuando se enferman
o accidentan, tener acceso a la luz, al sol y al
aire limpio, dormir y descansar y realizar las
funciones fisiológicas y sexuales de manera
saludable y sin riesgos.
Varios de los requerimientos incluidos
en este grupo son los que más han sido atendidos por medio de las políticas sociales de
los Estados.
Existe particularmente en las economías
de mercado, una amplia diversidad de bienes
y servicios que cubren este tipo de requerimientos. La constante ampliación y diversi-
ficación de la oferta de ellos constituye uno
de los motores de las economías de consumo.
Son los bienes y servicios aquellos donde
las disparidades en sus niveles de satisfacción
entre las personas y las familias hacen evidente la profunda desigualdad socioeconómica. Las poblaciones en pobreza consumen
bienes y servicios en menores cantidades y
de mala calidad, de bajo precio o gratuitos y
tienen poca libertad para escoger. En cambio
la población de altos ingresos dispone de una
oferta diversificada de esos bienes y servicios,
llega a consumir con exceso y accede a satisfactores de mejor calidad. La segmentación
de los mercados de bienes y servicios para cubrir los requerimientos materiales se traduce
en desigualdades que se reflejan incluso en
años de esperanza de vida diferenciados entre
estratos socioeconómicos.
Un ejemplo son las grandes diferencias
en la calidad, tamaño y equipamiento de las
viviendas y otro son las enormes disparidades en la calidad y la tecnología en materia de
atención a la salud disponible para las poblaciones pobres en comparación con las ricas.
Los diversificados modelos de consumo
de los estratos altos de ingreso se convierten
en modelos aspiracionales para los estratos
bajos y medios y su imposición es apoyada
por la propaganda de los medios de comunicación masiva.
Por ello, no se trata sólo de que la sociedad tenga la capacidad de proveer lo necesario para cubrir estos requerimientos sino que
también se busque reducir las brechas en la
calidad y cantidad de bienes y servicios que
reciben los distintos grupos de población a
fin de disminuir la desigualdad. Esto es particularmente relevante para América Latina,
considerado el continente más desigual del
mundo.
En la cobertura de estos requerimientos
participan los cinco agentes proveedores y
dependiendo del régimen social, la participación del Estado será mayor o menor. En las
sociedades de Occidente la tendencia ha sido
el retiro paulatino del Estado en la provisión
directa de esos bienes y servicios públicos y
el traslado de su provisión a las familias, las
La figura 1 muestra los millones de mexicanos que sufren carencias en varios de los componentes de esta dimensión (educación, salud, vivienda, servicios básicos de la vivienda,
alimentación) y datos para componentes de la dimensión de seguridad (seguridad social e
ingresos).
Figura 1. Población con carencias en la cobertura de sus necesidades.
Estados Unidos Mexicanos, 2010-2012 (millones de personas)
Fuente: Consejo Nacional de Evaluación (coneval)
La figura 2 presenta el porcentaje del gasto que la población, dividida en deciles de ingreso,
destina a los diferentes rubros de bienes y servicios para la vida digna. Es decir, muestra en qué
se utiliza el trabajo de las personas y las familias, transformado en ingreso. Destaca el rubro de
alimentos al que el decil más pobre, el 1, destina 73.3% de su gasto en tanto que el decil más
rico, el 10, dedica sólo 42.9%. En cambio en transporte el decil más pobre gasta 6.5% de su
ingreso y el más rico 20.6% y en educación 2.6% contra 9.7%, respectivamente.
Figura 2. Distribución de gastos promedio por el decil de ingresos en 2012
Fuente: inegi, Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto, 2012
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
organizaciones y las empresas. Es la tendencia a la privatización del bienestar iniciada en la
década de los años ochenta del siglo pasado.
37
CLARA JUSIDMAN
En esta dimensión el Estado mexicano proporciona bienes y servicios públicos en materia
de salud, alimentación, vivienda y transporte. Por ejemplo, para 2012, 92.5% de los créditos
otorgados, tanto para construcción como para mejoramiento de la vivienda, provino de organismos públicos4. El porcentaje del gasto total en salud que representa el gasto público para
2012 que es de 51.8%, siendo la diferencia el gasto de bolsillo de las familias.5
En el área de comunicaciones y de infraestructura social hay una creciente participación
de las empresas del mercado.
Requerimientos psicoemocionales
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
38
Aceptación y reconocimiento
Afecto
Identidad y sentido de pertenencia (inclusión)
Independencia y libertad
Autonomía
Recreación y juego
Aspiraciones y expectativas
Sentido de logro y de realización personal
Reputación, estatus, dignidad
Creencias, espiritualidad
Confianza
Amistad
Participación
Se trata de la dimensión de requerimientos para la vida digna cuya trascendencia menos se
visibiliza y reconoce para el desarrollo de la inteligencia y la estabilidad emocional y por lo
tanto, para el desarrollo pleno de los seres humanos. La satisfacción de los requerimientos
psicoemocionales se obtiene mediante la interacción con otras personas: los progenitores, los
hermanos, los familiares cercanos, los maestros, la comunidad de pares y amigos, los compañeros de trabajo, los miembros de clubes y organizaciones religiosas, deportivas, recreativas
y sociales. Exige presencia y proximidad de personas y se relaciona con el proceso de socialización de los individuos para integrarse a su comunidad. Son requerimientos fundamentales
para la convivencia y la construcción de un tejido social.
Un primer aspecto para un desarrollo psicoafectivo sano de las personas es que sean aceptadas y reconocidas por sus familias y por otros seres humanos como personas únicas e irrepetibles, con sus cualidades y sus defectos; que sean tratadas con amor, respeto y tolerancia,
que se les genere seguridad y confianza y sean integradas y participen en sus comunidades.
La desconsideración pública de esta dimensión de las necesidades humanas se debe al
supuesto de que la misma será cubierta de manera automática por las familias en los procesos
de crianza y cuidado, reforzada en la escuela por la interacción con los maestros y los compañeros, así como por medio de las relaciones sociales que desarrollan las personas y de su
participación en organizaciones de la sociedad y que, por lo tanto, el Estado y el mercado poco
intervienen en su cobertura.
Sin embargo, en los últimos años se han hecho visibles conflictos psicoemocionales que se
expresan en violencia doméstica, bullying en las escuelas, conflictos en los barrios y violencia
social, así como la emergencia de cifras crecientes de suicidios de niños y jóvenes, adicciones,
depresión, desórdenes por ansiedad, psicosis, agresión, soledad y abandono, obesidad, buli-
4 5 Cálculo del Observatorio de Políticas Sociales y Derechos Humanos de incide Social.
Datos del Banco Mundial.
Paulatinamente las intervenciones en el campo de la política social pública han tenido
que irse ampliando para prevenir y atender ese tipo de problemáticas. Sin embargo aún no se
asume su atención como materia de necesaria intervención gubernamental, ni se reconoce que
el derecho humano a la salud incluye no sólo la salud física sino también la mental.
Incluso el Informe Mundial de Felicidad 2013 señala que algunos estudios demuestran
que la salud mental es el determinante individual más importante para que las personas sean
felices o no. Estima que cerca de 10% de la población mundial padece depresión clínica o problemas de ansiedad y son la causa individual más importante de discapacidad y ausentismo.
Sin embargo, aun en los países ricos menos de la tercera parte de las personas que padecen
alguna enfermedad mental reciben tratamiento, aún cuando se dispone de tratamientos efectivos “costeables” para atender la depresión, los desórdenes de ansiedad y las psicosis.6
Las transformaciones que experimentan las familias, los entornos escolares y el tejido social
comunitario, así como la acelerada y extensiva urbanización, la intensidad de las migraciones y
el desarrollo e ingreso de los medios de comunicación masiva en los ámbitos de la vida privada,
entre otros fenómenos sociales, están generando nuevos riesgos y ausencias graves en el desarrollo psicoemocional saludable de los seres humanos. Millones de niños y adolescentes están
creciendo solos, sin la presencia de adultos educadores que con frecuencia son sustituidos en
su imaginación, por los personajes reales y ficticios que proyectan los medios de comunicación
masiva y frente a los cuales se pasan largas horas.
En declaraciones recientes Antonio Rizzoli, jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Hospital Infantil Federico Gómez, sostuvo que alrededor de 25 % de los niños menores
de cinco años presentan algún tipo de retraso en hablar o en empezar a gatear o a caminar.7
“En las tres últimas décadas, la tasa de suicidios en México se cuadruplicó al pasar de dos
por cada 100 mil habitantes a 7.6, hasta el 2011, según las últimas cifras disponibles. 42% de los
casos de suicidio se registró en jóvenes entre 15 y 24 años de edad, seguido por el rango de edad
de 25 a 34 años. Cada 24 horas fallecen alrededor de 16 personas jóvenes por esta causa. Según
las estadísticas, en 2011 se registraron 5 mil 728 suicidios, la mayoría entre jóvenes de 15 a 24
años, seguido por los rangos de 25 a 34 años. El sector “más susceptible” de tomar esta decisión
son las mujeres que cursan el nivel secundaria”8.
Los espacios colectivos (familias, barrio, comunidad, organizaciones), constructores de
desarrollo y contención psicoemocional positiva de las personas dentro de los cuales lleva
tiempo el desarrollo de confianza y solidaridad, han experimentado cambios y rupturas muy
acelerados sin dar oportunidad y tiempo para la recreación de nuevos espacios colectivos. Predomina la volatilidad y fragilidad de las relaciones sociales, las relaciones virtuales a distancia
y por lo tanto, aumenta la soledad de las personas, los problemas de salud psicoemocional y
la vulnerabilidad frente a riesgos.
El Estado y el mercado no son buenos proveedores de servicios, actividades y opciones
para atender el desarrollo psicoafectivo; por el contrario sus intervenciones muchas veces
han contribuido a la destrucción de los colectivos que sí lo son. Por ejemplo, en México las
modalidades del crecimiento expansivo de las ciudades, propiciadas por los especuladores
de la tierra, las empresas inmobiliarias y los gobiernos, destruyen tejido social comunitario como los barrios; las crecientes distancias entre las viviendas en las urbes dificultan la
6 John Helliwell, Richard Layard and Jeffrey Sachs (Ed.) World Happiness Report 2013 http://unsdsn.org/wpcontent/uploads/2014/02/WorldHappinessReport2013_online.pdf
7 La Jornada: Con “algún tipo de retraso”, 25% de menores de cinco años en México. Mayo 15, 2014, p.42
8 Sin embargo. Mx Cada 24 horas se suicidan en México 16 jóvenes; en tres décadas se cuadruplica el número de
casos. Septiembre 8, 2013. http://www.sinembargo.mx/08-09-2013/746360
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
mia, anorexia, entre otros y que han pasado a ser considerados problemas públicos. Se trata
de problemas de salud psicoemocional o salud mental comunitaria.
39
Las intervenciones sociales en los espacios públicos, como política de prevención social de las violencias y la delincuencia, se fundamentan en la necesidad de recrear espacios colectivos de encuentro
que contribuyan a atender varios de los requerimientos psicoafectivos mencionados con miras a desarrollar sentido de pertenencia e
identidad y construir ciudadanía y comunidad: respeto y tolerancia,
confianza, solidaridad, entre otros valores.
Las intervenciones en la dimensión psicoemocional del bienestar humano requieren de personal calificado, sensible y empático,
permanentemente actualizado y deben ser sostenidas por periodos
largos. Los nuevos desarrollos inmobiliarios de viviendas deberían
ser construidos pensando en el bienestar y en la seguridad de las
personas que los van a utilizar, así como en la recreación de tejido
social, más que en la obtención de ganancias fáciles.9
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
interacción y el apoyo entre las familias; se construyen viviendas
hacinadas y de dimensiones tales que hacen casi imposible recrear
una vida familiar digna; no ha habido preocupación por generar
espacios públicos de encuentro y de construcción de comunidad
sino hasta fechas recientes en que finalmente el gobierno mexicano
reconoció la urgencia de desarrollar una política de prevención social de las violencias y la delincuencia.
Requerimientos de seguridad
• Empleo y condiciones de trabajo justas
• Seguridad en el ingreso
• Seguridad social (frente a desempleo, accidentes, enfermedad, vejez)
• Seguridad alimentaria
• Seguridad física y de tenencia en la vivienda
• Seguridad urbana (frente a accidentes)
• Seguridad en la familia (no violencia familiar)
• Seguridad pública y ciudadana (protección de la vida, de la
integridad física, de los bienes y activos)
• Seguridad de acceso a la justicia (debido proceso)
• Bioseguridad
Los requerimientos en materia de seguridad combinan aspectos de
percepción de riesgos vinculados a lo psicoemocional, con necesidades materiales de protección frente a la posibilidad de concreción de
esos riesgos.
Hacen relación a lograr la subsistencia, a poder superar y estar
protegidos frente a eventualidades o riesgos de distinto orden de manera que la vida, la integridad, los bienes, las familias y la comunidad
de las personas no se vean afectados o en su caso, los daños puedan
9 Véase Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (conavim) e incide Social A.C. (2011) Prevención de posibles efectos negativos de los proyectos de obras urbanas en la calidad de vida y en la seguridad de las
personas, en http://www.incidesocial.org/images/pdf/publicaciones/violencias/
prevencion_efectos_negativos_obras_urbanas.pdf
41
CLARA JUSIDMAN
ser superados mediante mecanismos que proporcionen una red de protección (safety net).
Muchos de estos requerimientos tienen
que ver con el derecho a vivir libres de todo
tipo de violencias y dependen de la relación
que se establece con terceros, desde personas,
pasando por las familias hasta instituciones
del Estado. También incluyen la seguridad
frente a los riesgos que se enfrentan por catástrofes ambientales y humanas (guerras,
inundaciones, huracanes, cambio climático,
crisis económicas y sociales, etc.).
En México, frente a esos riesgos para muchas personas la red principal de protección
proviene de sus familias. El mercado ofrece
una diversidad de sistemas de aseguramiento
privado (seguros médicos, de muerte, frente
accidentes, terremotos, robo, etc.) y en varios
países existen sistemas de aseguramiento comunitario como son las mutualidades y diversos mecanismos de ahorro.
42
Respecto de las posibles intervenciones
del Estado, la satisfacción de los requerimientos de seguridad tiene mucha relación
con acciones y programas de prevención para
impedir que ocurran los daños como serían:
la disponibilidad pública asegurada de alimentos para un periodo definido; un mantenimiento cuidadoso de la infraestructura
urbana por donde transita y vive la población; la regulación y vigilancia de los medios
de transporte y de los lugares de trabajo; impedir que las viviendas se construyan en terrenos riesgosos; la generación de fondos de
seguridad social suficientes y los programas
de prevención social de la delincuencia.
También significa el desarrollo de políticas de mitigación y reparación de daños
como es el caso de los fondos para víctimas
de la violencia, obras de infraestructura para
evitar la repetición de desastres o la ocurrencia de accidentes, mecanismos eficientes de
denuncia y acceso a la justicia, entre otros.
Una de las características de la vida en el
siglo xxi es el incremento de los riesgos debido
a los desarrollos tecnológicos, al crecimiento
de la población y de las ciudades y la difusión
de patrones de consumo, en paralelo con una
destrucción de las capacidades de los Estados
nacionales para proveer al menos seguridad y
protección a sus pueblos. Constantemente se
desarrolla nuevo armamento, nuevas sustancias, aumenta la demanda de materias primas
como minerales y energía y de bienes de consumo como productos animales y artefactos
de informática, comunicación y transporte. La
capacidad de absorción del planeta de la huella ecológica que esas actividades dejan está
agotada y como resultado se tiene el cambio
climático. Por ello, la relevancia que adquiere
el requerimiento de bioseguridad.
En la provisión de servicios para cubrir
varios componentes de la dimensión de seguridad humana, en el caso mexicano los gobiernos municipales tienen en la actualidad
mayores responsabilidades. Son quienes autorizan los nuevos desarrollos de vivienda y
de construcción de infraestructura, son responsables del mantenimiento de la infraestructura urbana y de proveer los servicios de
control del tránsito y de movilidad de personas y mercancías que se relacionan con el
aumento de los accidentes de tránsito como
causa de mortalidad; deben regular una serie
de servicios de alimentación, salud, disposición de deshechos y acceso a agua y energía
que constantemente ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de las personas.
En cuanto al requerimiento de seguridad
de los ingresos para 2012 se encuentra que por
el trabajo tanto subordinado como independiente las familias mexicanas obtienen cerca de
75% de sus ingresos de acuerdo a la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares de 2012.
Las transferencias que comprenden entre otros
rubros las aportaciones monetarias del Estado,
están aumentando hasta representar 16% en
promedio y en los estratos más pobres, alcanzan hasta 37% de los ingresos de las familias.
Es decir, el Estado está sustituyendo paulatinamente la prestación de servicios públicos por
transferencias monetarias para que las familias
compren los bienes y servicios que requieren
en el mercado. Las remesas enviadas por las
poblaciones mexicanas que emigran principalmente a Estados Unidos, también se integran
al ingreso por transferencias de las familias.
Por cuanto a la seguridad en el empleo,
la población en actividades informales representa actualmente 58.2 % de la población
ocupada total en México. Se trata de 28.7 mi-
Un dato que expresa la seguridad en materia urbana es la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito, que en México en 2011
se ubicaba en 17.5 muertes por cada 100,000
habitantes cuando el promedio de los países
de la ocde estaba en 7.6.
La tasa de homicidios se considera un
buen indicador sobre seguridad pública y en
México ascendió de 9 por 100,000 habitantes
en 2007 a 22 en 2012 de acuerdo a información
del inegi. Entre los países de la ocde sólo es
superada por India y Brasil.
Requerimientos culturales
• Saberes para la vida.
99Aprendizaje de la lengua
99Hábitos de alimentación
99Hábitos de aseo personal y de casa
99Hábitos de crianza
99Hábitos de cortejo
99Formas de relacionarse y solucionar conflictos
99Formas de expresar los sentimientos
99Formas de relacionarse con el medio ambiente
99Hábitos de consumo y ahorro
99Capacidad de resistencia a las amenazas (resiliencia)
99Respeto a la norma y la legalidad
• Acceso a información
99Educación:
99Escolarizada
• No escolarizada
• Acceso al conocimiento
• Acceso a tecnología
• Acceso a la cultura
Esta dimensión refiere a los componentes
del bienestar de las personas o del desarrollo humano que conducen a potenciar sus
capacidades y posibilidades de trabajo, comunicación, relacionarse, participación y
movilidad y sus cualidades de creación, invención y expresión.
10 inegi, Encuesta nacional de Ocupación y Empleo,
datos para el primer trimestre de 2014.
Son los requerimientos cuya satisfacción
permite a los individuos alcanzar su desarrollo
como seres humanos plenos e integrarse en su
contexto social al relacionarse con las personas y el medio ambiente, ser incluidos y participar y con ello poder aprovechar las ventajas
que les ofrece su entorno para ser felices.
Estos componentes del bienestar humano forman parte del proceso de socialización
de las personas. La provisión suficiente, adecuada y oportuna de los bienes, servicios y
actividades que permiten cubrirlos resulta
crucial en los primeros años de vida.
Es el caso de la transmisión de los saberes para la vida que son aquellas habilidades,
capacidades y conocimientos que se deben
adquirir para el cuidado, protección y desarrollo personal, para relacionarnos con otras
personas y con la naturaleza de manera que se
alcance una vida armónica y en paz. Se trata de
aprendizajes y conocimientos que se adquieren por la imitación e interacción con otros
seres humanos: los progenitores, hermanos y
familia ampliada; los maestros, los amigos, la
comunidad laboral y los medios de comunicación y más recientemente, las redes sociales.
Históricamente han sido las familias, y
dentro de ellas las mujeres, quienes se han
responsabilizado de la transmisión de los saberes para la vida y sientan las bases para el
desarrollo del potencial humano. El aporte
de esta inversión inicial en las personas es
poco valorado y reconocido. Algunas estimaciones de indicadores de bienestar y progreso
humano ya la han venido incorporando. Sin
embargo, el proveer el tiempo, las actividades
de trabajo y los recursos para llevarlo a cabo
en lo que ahora se denomina “economía del
cuidado” se sigue considerando una obligación no retribuida de los grupos familiares y
particularmente de las mujeres.
Las transformaciones de la estructura y
organización de las familias y el aumento del
tiempo que las personas permanecen frente
a los medios de comunicación masiva e interactuando en las redes sociales está modificando de manera profunda los contenidos,
las formas y el desarrollo de los saberes para
la vida. Más que contribuir a construir seres
humanos dignos y responsables, a los medios de comunicación les interesa desarrollar
clientes y consumidores por lo que inducen
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
llones de mexicanos10 para los que su trabajo
se caracteriza por la precariedad de las condiciones en que se realiza, destacando la inseguridad tanto del trabajo, como del ingreso
que se obtiene.
43
CLARA JUSIDMAN
44
modalidades de consumo y conductas que
conllevan efectos muchas veces perjudiciales
para la salud física y mental de las personas.
El Estado mexicano participa ampliamente en la provisión de servicios gratuitos
de educación formal en todos los niveles a
partir de la educación preescolar. En los últimos años ha aumentado la oferta de servicios
educativos del sector privado profundizándose una segmentación de las poblaciones
atendidas: las de menores ingresos acuden a
la educación pública en tanto que los estratos
medios y altos de ingreso utilizan servicios
privados. No obstante esta tendencia, el Estado mexicano aún provee educación a 9 de
cada 10 mexicanos.
Una proporción importante de los aprendizajes necesarios para poder realizar las actividades cotidianas y moverse en el entorno
de vida y para incorporarse a nuevos territorios, por ejemplo en el caso de los migrantes,
es adquirida mediante mecanismos no formales de educación. Por medio de la observación y la imitación, las personas aprenden
entre muchas otras cosas a usar y moverse en
la ciudad; a utilizar, protegerse y convivir con
la naturaleza; a usar una diversidad de aparatos y dispositivos útiles para la vida diaria o
a utilizar el dinero y distintos servicios. Las
empresas del mercado ofrecen información
útil para aprender el uso de los bienes y servicios que producen.
El acceso a la información y al conocimiento ha sido ampliamente facilitado
mediante las nuevas tecnologías de la información, algunas de las cuales son de acceso
libre y otras implican un costo a ser cubierto por las empresas proveedoras de los servicios. De acuerdo a información obtenida
por el inegi 43.5 % de la población mexicana mayor de seis años tiene acceso a internet equivalente a 46 millones de usuarios en
todo el país. De los hogares que tienen computadoras 17% dijo no tener acceso a internet
y de éstos poco más de 60% señaló la falta de
recursos económicos como principal limitación para contar con ese servicio.11
Esta es la dimensión del desarrollo humano donde mayores innovaciones están
11 El Universal, viernes 16 de mayo 2014, Sección B:
Internet, sólo en 3 de cada 10 hogares.
surgiendo y el espectro de posibilidades de
satisfactores y de acceso se está ampliando
aceleradamente. En sociedades altamente
desiguales como la mexicana se ha ampliado la brecha entre grupos socioeconómicos y
entre generaciones en el acceso a los componentes culturales del bienestar.
No obstante la velocidad y la amplia difusión de los desarrollos tecnológicos ofrece
ventanas de oportunidad para cerrar esas distancias, particularmente para las generaciones
jóvenes que de manera individual y en forma
libre tienen una disponibilidad de acceso a información y conocimientos de gran amplitud.
El gran aumento de las redes sociales
y de los tiempos que las personas especialmente los jóvenes, pasan frente a los diversos
dispositivos de comunicación e información
plantea retos serios para la socialización de
los seres humanos y su adecuada integración
a las sociedades nacionales o a la sociedad
global. Las personas somos interdependientes, compartimos un mismo planeta y requerimos de la interacción directa y física con
otros seres humanos.
El fenómeno de los “hikikomori” relatado
en varias novelas12 se refiere a jóvenes que en
Japón han optado por un aislamiento y confinamiento en sus habitaciones en casa de
sus padres, abandonando toda vida social; se
dedican a ver la televisión y usar sus computadoras. “La falta de contacto social de estas
personas y el aislamiento prolongado tienen
un gran efecto en la mentalidad, con pérdida
de habilidades sociales y los referentes morales necesarios. A menudo, el mundo de la
televisión o los videojuegos se convierten en
su marco de referencia” (Wikipedia. http://
es.wikipedia.org/wiki/Hikikomori).
Frente a esta evolución, el papel de las instituciones de mediación en la provisión de información y conocimiento como la escuela, los
medios de comunicación masiva, los medios
impresos, la radio e incluso la televisión, como
hasta ahora la conocemos, están perdiendo relevancia y cambiando aceleradamente.
12
Kevin Kuhn (2012). Hikikomori ; Bong Joon-ho
(2008). Tokyo! Fragmento “Tokyo Shaking”. Enrique Vila- Matas en Dietario Voluble, Ed Anagarama
(2008) menciona la existencia de cerca de un millón
de jóvenes japoneses que viven en esas condiciones.
El ámbito de la cultura y de la educación es la dimensión del bienestar humano donde
mayor intervención tienen actualmente las empresas del mercado con excepción del rol que
aún juegan las familias en la transmisión de saberes para la vida y el Estado en la provisión de
servicios educativos y de algunos servicios culturales.
A modo de conclusión
Una parte importante de los “requerimientos para alcanzar una vida digna” ha sido reconocida después de la Segunda Guerra Mundial, como derechos humanos económicos, sociales,
culturales, ambientales, civiles y políticos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos13 de 1948. Se prescribe además que son universales, inalienables, indivisibles, interdependientes, exigibles e irrenunciables entre otras características.
La comunidad internacional especializada en derechos humanos ha realizado un importante esfuerzo para definir el contenido de esos derechos de manera que pueda concretarse su
realización y darse seguimiento a su cumplimiento. Sin embargo, no todos los requerimientos para una vida digna considerados en esta ponencia han sido reconocidos como derechos
humanos en razón de que la incorporación de nuevos derechos en los instrumentos internacionales, deriva de una difícil construcción de consensos entre gobiernos que funcionan bajo
regímenes sociales y económicos diversos y responden a matrices culturales distintas.
La creciente complejidad social se expresa en las dimensiones y los componentes del
bienestar humano y en las interrelaciones entre los actores sociales que se ocupan de proveer
ese bienestar.
Varios de los componentes del bienestar humano se mantienen a lo largo de la historia dado
que se refieren a necesidades biológicas básicas para la subsistencia de las personas como seres
vivos o son centrales para su estabilidad emocional y para la convivencia social.
Sin embargo, a medida que avanza el conocimiento, las tecnologías y cambian las modalidades de poblamiento territorial, se amplían los componentes de las cuatro dimensiones
propuestas al diversificarse los bienes, servicios y actividades humanas que cubren los requerimientos y al transformarse los roles y responsabilidades de los agentes sociales proveedores.
Resulta difícil en contextos crecientemente complejos, asignar responsabilidades y funciones
explícitas a cada uno de los agentes sociales proveedores y llegar a balances que propicien
sociedades más iguales.
La dominancia del pensamiento neoliberal en los últimos 35 años conduce a asumir que
es responsabilidad de cada individuo hacerse cargo de su propio bienestar y que lo fundamental es su libertad y el desarrollo de sus capacidades para allegarse lo necesario siendo el mercado el principal proveedor. Desde esta mirada el trabajo remunerado se convierte en la llave
para acceder a una vida digna dado que es el principal recurso de la mayoría de las personas
y de las familias para obtener un ingreso que les permita participar en la compra de bienes y
servicios en el mercado. Sin embargo, la generación de empleos dignos, suficientes, no está
siendo un resultado del tipo de desarrollo tecnológico que el mundo está siguiendo. Durante
la segunda mitad del siglo xx y hasta ahora, se ha privilegiado el desarrollo de tecnologías
ahorradoras de mano de obra y altamente consumidoras de materias primas y energía, una
tendencia que altera profundamente las bases de sostenimiento de sociedades cohesionadas,
13
Naciones Unidas (1948) Declaración Universal de los Derechos Humanos
La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
Asimismo la provisión de bienes y servicios culturales y lo que ahora se denomina “economía naranja” está floreciendo como uno de los sectores de actividad de mayor expansión,
más diversificado y que ofrece amplias posibilidades de participación, trabajo e ingresos para
las personas.
45
CLARA JUSIDMAN
acrecienta la desigualdad y conlleva a la violencia y a los riesgos que en materia climática está
enfrentando la humanidad.
El pensamiento neoliberal ha llevado a reducir la presencia de los gobiernos como proveedores y operadores directos de bienes y servicios públicos que hacen al bienestar de las personas. Los gobiernos abandonan crecientemente su papel redistributivo consistente en proveer
de forma gratuita o subsidiada, bienes y servicios para el bienestar, aún cuando fuera sólo para
las poblaciones que no pueden acceder por sí mismas a esos bienes y servicios. Los gobiernos
han disminuido inclusive su papel de regulación y protección de la forma y la calidad de los
bienes y servicios privados que son entregados a las personas y familias, una obligación de los
Estados establecida en los instrumentos internacionales de derechos humanos.
Las empresas privadas se van haciendo cargo crecientemente de la provisión de los bienes
y servicios que atienden al bienestar material de las personas y que les ofrecen oportunidades
de negocios como son los servicios de infraestructura sanitaria, la provisión de energía, la
construcción de viviendas, las comunicaciones y el transporte, el aseguramiento frente a riesgos, el manejo de bienes culturales y de manera paulatina la provisión de servicios educativos
y de salud, entre otros. Las personas dejan de ser vistas como personas con derecho a una
vida digna y al bienestar y pasan a convertirse en clientes y consumidores. Aquellos que no
cuentan con los recursos económicos para acceder a la oferta del sector privado lucrativo, son
excluidos y la desigualdad social y económica se profundiza.
46
Además la irrupción violenta de empresas internacionales, como son las mineras y las de
energías alternativas, así como del crimen organizado en muchos territorios está provocando
desalojos de comunidades enteras de sus viviendas y despojo de sus recursos; genera violaciones a la libertad, a la integridad y a la vida de miles de personas y el surgimiento de miles de
víctimas en calidad de huérfanos, viudas, personas con discapacidad. Se calcula que al menos
250 mil personas tienen la calidad de desplazados en México. Varias regiones del país están
viviendo en condiciones de violencia crónica, totalmente contrarias al concepto de vida digna.
El sector privado no lucrativo, formado por una variedad de organizaciones sociales y
civiles, pasa a ocuparse de la atención a poblaciones excluidas, en riesgo y vulnerables cuya
protección es costosa y no deja ganancias. Los recursos para atenderlas provienen de las fundaciones privadas creadas por las empresas lucrativas para cubrir las apariencias de su responsabilidad social o por la subrogación de servicios de los gobiernos como sucede con las
estancias infantiles y guarderías, transfiriendo recursos públicos.
Finalmente, sobre las familias vuelven a recaer responsabilidades de provisión de bienestar, servicios y actividades a sus miembros. Por ejemplo, las tareas de cuidado de los miembros
vulnerables como los infantes, los adultos mayores y las personas con discapacidad, la seguridad y protección frente al desempleo, accidentes o enfermedades, entre otras. Este traslado de
responsabilidades recae nuevamente en las mujeres de las familias que se encuentran agobiadas porque ahora también tienen que contribuir al ingreso de sus grupos familiares.
Con las cargas de trabajo productivo y los bajos niveles salariales prevalecientes, el tiempo
destinado por las familias a la construcción de seres humanos, fundamentalmente a la provisión de saberes para la vida y al desarrollo psicoafectivo se va reduciendo sentando con ello
las bases para la creación de personas abandonadas, solitarias, infelices, enojadas y violentas.
El desbalance que existe en la actualidad entre los agentes proveedores del bienestar de las
personas, conlleva a la profundización de la desigualdad y del conflicto social, así como a una
depredación de los recursos del mundo en beneficio de unos pocos con un aumento sostenido
de catástrofes climáticas que perjudican a los más.
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La vida digna ¿Quién se ocupa del bienestar de las personas?
Referencias
47
De Cajal al
Proyecto del
Conectoma
Humano
HERMINIA PASANTES
Miembro Titular
L
as neuronas por medio de su interacción con otras neuronas, controlan la mayor parte
de las funciones de un individuo, desde las muy básicas como la respiración y el ritmo
cardíaco, hasta las más complejas como el razonamiento lógico, la capacidad de decisión, e inclusive las relacionadas con las emociones como la alegría, la tristeza, el enojo o el
placer. Las neuronas son células muy complejas. Su estructura básica comprende el cuerpo de
la neurona y dos tipos de prolongaciones, las dendritas y el axón (figura 1A). Hay una gran
variedad en el número y la forma de las dendritas, algunas son sencillas otras extremadamente
complicadas (figura 1B). El axón puede variar en tamaño pero termina en una zona especializada, el llamado botón presináptico, que forma parte de la unidad funcional de comunicación,
la sinapsis (figura 2). La sinapsis está formada por la terminación del axón de la neurona
emisora, el espacio entre la neurona emisora y la receptora, conocido como espacio sináptico
y, finalmente, la zona de contacto en la neurona receptora, la región postsináptica (figura 2).
Desde el tiempo de Cajal, se había sospechado que la conexión entre las neuronas no es por
un contacto físico directo, ya que el espacio sináptico es una clara separación física entre las
neuronas. Ahora se sabe que esta conexión se establece por medio de un mensajero químico,
el neurotransmisor. En general, cada neurona usa un solo tipo de neurotransmisor, y éste se
encuentra almacenado dentro de pequeñas vesículas, que cuando la neurona va a conectarse,
se abren y vierten su contenido en el espacio sináptico. El neurotransmisor entonces, se une
en forma específica a una molécula llamada receptor y de esta forma se establece la conexión
interneuronal (figura 2). Los neurotransmisores son moléculas pequeñas y no son muy numerosas. No más de unos 30 neurotransmisores llevan a cabo todas las funciones del cerebro.
Lo que determina la función es por una parte, la variedad de subtipos de receptores y por otra,
la localización dentro del cerebro del conjunto neurotransmisor-receptor. Por ejemplo, la
dopamina, que es un neurotransmisor, se relaciona con funciones emocionales en una región
del cerebro y con el control del movimiento en otra. La acetilcolina media la comunicación
entre neurona y músculo y participa en los mecanismos de la memoria en la corteza cerebral.
De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
Figura 1. A. Estructura básica de una neurona, con sus elementos principales:
cuerpo neuronal, dendritas y axón. B. Distintos tipos de neuronas que muestran las ramificaciones en las dendritas, a veces muy profusas, como en las
células de Purkinje del cerebelo (Tomado de H. Pasantes, 2013)
51
Figura 2. A. Organización columnar en el cerebro humano (Ramón y Cajal, 1899). B.
Distintos tipos de células de la corteza cerebral en una columna cortical en el mono.
Las neuronas en una columna cortical son de dos tipos principales, las neuronas con
cuerpos neuronales grandes y axones largos, que salen de la corteza para establecer conexiones en lugares relativamente distantes. Estas células, de las que las más
representativas son las grandes neuronas piramidales, tienen en su dendritas una
gran cantidad de protuberancias llamadas espinas dendríticas, que son otros tantos
lugares de conexión para recibir mensajes de otras neuronas. El otro tipo de neuronas son de proyección corta, se ramifican localmente y establecen circuitos locales
de modulación de la información vertical a cargo de las neuronas del primer tipo. Se
conocen como interneuronas.
HERMINIA PASANTES
52
La comunicación se facilita entre neuronas que están relativamente cercanas y que
se organizan de la manera más propicia para
completar una función. Un ejemplo es la estratificación de las neuronas en la corteza
cerebral para la percepción de los estímulos
sensoriales. Esta estructura fue identificada
por Cajal, desde el siglo xix, quien publicó
sus hallazgos en tres artículos en 1899 (figura 3A) (Ramón y Cajal, 1899). La corteza
cerebral es la zona más compleja del cerebro
en cuanto a su organización y citoarquitectura relacionada con la función. Muchos
años después de las observaciones de Cajal,
se pudo desentrañar un esquema de procesamiento modular de la información en los
sistemas sensoriales (Hubel y Wiesel, 1969;
Mountcastle, 1997). Estas investigaciones
mostraron inicialmente en la corteza visual,
la existencia de columnas de células que
tienen todas la misma función, pero que es
distinta en los diferentes tipos de columnas.
Así, en algunas columnas se encuentran neuronas que responden únicamente a cambios
de orientación del estímulo visual, otras lo
hacen a la angularidad del objeto, a su inclinación, otras a la visión de colores. Las columnas están conectadas entre sí y funcionan
como microunidades. Al integrarse el conjunto de información de las diferentes columnas se extrae la información global de lo
que se está viendo. Al parecer, toda la corteza
sensorial funciona por medio de este tipo de
patrones organizativos modulares, y los impulsos sensitivos o auditivos son integrados
a partir de la información de las distintas columnas, en las regiones corticales correspondientes. Es interesante señalar que este tipo
de organización no se observa tan claramente
en la corteza motora (figura 3A).Estos hallazgos fueron reconocidos con el Premio Nobel
en 1981.
Para profundizar en el conocimiento de
estos módulos de comunicación neuronal en
la corteza, se estableció el proyecto Cajal Blue
Brain (http://bluebrain.epfl.ch/). Se trata de
un proyecto interdisciplinario, que se origina en 2005, cuando en la Escuela Politécnica
Federal de Lausana, Suiza, se decide utilizar
la supercomputadora Blue Gene de ibm para
el propósito de descifrar la organización sináptica de una columna de la corteza cerebral. A esta iniciativa se suma la Universidad
Politécnica de Madrid y el Consejo Superior
de Investigaciones Científicas de España. Por
medio de abordajes de neurociencias y de
bioinformática, se ha desarrollado un análisis
microanatómico para el estudio de las neuronas corticales acoplado al desarrollo de una
plataforma de integración y análisis de datos,
aplicando herramientas estadístico-computacionales. Mediante la elaboración de modelos
probabilísticos gráficos, llamados redes bayesianas, se caracteriza matemáticamente la microanatomía de las células piramidales de la
corteza cerebral. Una pregunta clave surgida
de estos estudios es si esta organización con
unidades elementales de procesamiento era
un patrón restringido a las funciones sensoriales o si otras áreas de gran interés, como
las áreas de asociación, estaban organizadas
de la misma manera. La corteza de asociación
en el humano es notablemente más grande
que en las especies animales, incluyendo los
primates. En el hombre casi 80% de la corteza cerebral corresponde al área de asociación.
Los estudios dirigidos a conocer la organización y la citoarquitectura de estas áreas se han
llevado a cabo principalmente en la corteza
prefrontal de monos (macacos). Los resultados de estas investigaciones apuntan a que
la organización columnar no es tan evidente
como en las áreas somatosensoriales, aunque
sí pudo observarse un cierto agrupamiento
de cúmulos formados por neuronas que tienen una misma actividad. Por ejemplo, las
que responden a un cierto tipo de objetos que
se presentan como estímulos, como una cara,
tienden a estar agrupadas. Claramente la organización columnar tan definida como la
que se presenta en la corteza sensorial, no se
advierte en la corteza de asociación, al menos
con la definición de las técnicas hasta ahora
utilizadas.
Interacciones entre zonas distantes
en el cerebro
La organización columnar se puede considerar una matriz básica de la organización de
la corteza cerebral, en la que una columna,
completa en sí misma, establece interacciones con unidades similares, adyacentes o distantes, que potencian la complejidad de los
niveles de procesamiento de la información.
Un nivel de organización de mayor complejidad, que en cierta forma se superpone a
la de la organización modular de columnas
verticales es el que se refiere a las conexiones
De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
Figura 3. Elementos de la sinapsis. La sinapsis es la zona de comunicación entre
dos neuronas. En el extremo del axón se localiza la terminal sináptica, o botón
sináptico, a través del cual la neurona se va a comunicar con otra. En la terminal
sináptica se encuentran los neurotransmisores, almacenados en las vesículas
sinápticas. También se encuentran mitocondrias que proporcionan energía. El
espacio entre las dos neuronas es el espacio sináptico. La zona de contacto en la
neurona receptora es la postsinapsis. Contiene los receptores con los que interactúa el neurotransmisor (Tomado de www.biologiacelularb.com.ar).
53
entre zonas corticales que se encuentran distantes. Muchos de estos trabajos se llevaron a
cabo detectando la agrupación de los distintos tipos de neuronas en zonas muy estratificadas como las de la corteza. Sin embargo,
el advenimiento de técnicas que no revelan
la estructura, sino el funcionamiento de las
neuronas, permiten un análisis de mayor interés para el conocimiento de las funciones
del cerebro. Si a esto se suma el hecho de que
este tipo de análisis se puede hacer en el cerebro humano, se comprende lo que han significado para el avance en el conocimiento de
nuestro propio cerebro.
nancia magnética funcional es alta, pues en
un voxel caben cientos de miles de neuronas,
pero la resolución temporal es muy baja, de
aproximadamente un segundo, mientras que
las neuronas disparan en una escala de milisegundos. Las imágenes que se obtienen en un
estudio de resonancia magnética funcional
corresponden a la secuencia de adquisición
utilizada, la resolución espacial y el tiempo
de duración del análisis. Es un procedimiento complejo y especializado que incluye una
variedad de factores y numerosas variables
que deben ser cuidadosamente controladas
con el fin de obtener resultados confiables.
La resonancia magnética funcional es
una técnica no invasiva que detecta los cambios en el flujo sanguíneo y el grado de oxigenación de la sangre asociados a la actividad
neuronal. El consumo de oxígeno se mide
con una resolución de un voxel (voxel del inglés volumetric pixel) que es la unidad mínima procesable de una matriz tridimensional.
Es el equivalente del píxel en una imagen bidimensional. Para el análisis de la actividad
neuronal, la resolución espacial de la reso-
Mediante la resonancia magnética funcional ha sido posible localizar áreas de activación en respuesta a tareas específicas indicadas
a los sujetos bajo análisis. Así, se han podido
identificar las áreas del cerebro relacionadas
con el pensamiento matemático, o con un razonamiento lógico abstracto, identificando su
ubicación en el hemisferio derecho, en tanto
que para las áreas del lenguaje su ubicación
es preferentemente en el hemisferio izquierdo
(figura 4) (Aron et al., 2005).
HERMINIA PASANTES
La trascendencia de esta técnica para el conocimiento de la actividad cerebral es que, al ser
no invasiva, permite la observación de la actividad neuronal en el cerebro humano. Muchos
otros tipos de abordaje usados requieren la observación de la muestra una vez que se ha sacrificado al sujeto de estudio. Muchas de las investigaciones que llevaron al conocimiento de
los aspectos básicos de la comunicación neuronal se hicieron en animales de laboratorio. Por
ejemplo, las investigaciones sobre la activación de una neurona para comunicarse mediante
la propagación del llamado impulso nervioso, se hicieron en el axón gigante del calamar y
muchos de los otros procesos moleculares de la comunicación se han estudiado en ratas y
ratones. Si bien en muchos aspectos del funcionamiento básico de la comunicación neuronal,
como pueden ser los mecanismos de comunicación sináptica, los neurotransmisores involucrados, los procesos de liberación del neurotransmisor, son los mismos en el calamar, en la
rata y en el hombre, los alcances de la conectividad neuronal son infinitamente más complejos
en el humano que aún en las especies de primates que le son más cercanas. De ahí la importancia de poder observar la riqueza y complejidad de las interconexiones en el cerebro humano.
La resonancia magnética funcional y la conectividad cerebral
en estado de atención y en estado de reposo
54
Durante mucho tiempo, el uso de la resonancia magnética funcional se centró en la construcción de los mapas de activación del cerebro durante la ejecución de tareas definidas. Por
ejemplo, se buscó identificar las zonas cerebrales activadas en respuesta a una elaboración
matemática por el sujeto de observación, o por la lectura de un poema, o por un esfuerzo de
memoria, o aun por la evocación amorosa (figura 4) (Aron et al., 2005). Más adelante, algunos avances en la técnica abrieron una perspectiva de mayor interés en el conocimiento de la
conectividad cerebral, en una forma dinámica, revelando conexiones entre áreas distantes, organizadas como una multiplicidad de redes funcionales. Durante el estudio de estos patrones
de conectividad neuronal se reveló la existencia de correlaciones temporales en la actividad
Figura 4. Imágenes de resonancia magnética funcional en el cerebro de individuos
en respuesta a un estímulo del entorno. A. Actividad matemática en un individuo
con una capacidad matemática sobresaliente (fotografía del Prof. Philip Ward, nisad Cognitive Neuroscience Research Panel) B. Respuesta a estímulos que implican
el uso del lenguaje. Respuesta ante la evocación de un recuerdo o una imagen durante el enamoramiento (Aron et al., 2005)
De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
del cerebro durante registros en ausencia de tareas, es decir en un estado pasivo del sujeto
examinado. Esta actividad en reposo muestra que las regiones conectadas se encuentran activas aun cuando el registro se realice en ausencia de cualquier tipo de tarea (figura 5) (Heine
et al., 2012). Más interesante aún, se encontró que la actividad de estas redes neuronales en
ausencia de tareas se encuentra en sincronía con las redes que responden a los estímulos del
entorno, de forma tal que una se atenúa al activarse la otra. El estudio de las características
de esta conectividad funcional proporciona las bases para predecir, por ejemplo, la capacidad
de aprendizaje de un individuo. Asimismo, el conocimiento de los patrones de conectividad
funcional en reposo permite explorar alteraciones existentes en estas redes de conexión en
algunas enfermedades cerebrales neurodegenerativas y neuropsiquátricas. Existe evidencia
cada vez mayor, de que en la esquizofrenia y en el espectro autista, se presenta un alto grado
de alteración en el patrón de conectividad.
55
Figura 5. Actividad de la red de conectividad en
reposo en estados de vigilia, hipnosis y anestesia, evaluada por resonancia magnética funcional
(Heine et al., 2012).
Esquizofrenia
Es un trastorno neurológico complejo que conlleva alteraciones profundas en la actividad
cognoscitiva y emocional. Se piensa que es una enfermedad del neurodesarrollo en cuya génesis participan factores genéticos o alteraciones congénitas derivados de influencias lesivas
en el útero o durante el nacimiento, así como la exposición a circunstancias agresivas durante
la infancia.
El avance en el conocimiento de la conectividad neuronal, logrado en gran parte por el
advenimiento de las técnicas de resonancia magnética funcional, y el descubrimiento de la
red de conectividad en reposo, permitió identificar patrones de conectividad distintos en el
cerebro de individuos con esquizofrenia (figura 6) (Thermenos et al.,2013). Las alteraciones
se mostraron en la red de comunicación entre la corteza prefrontal media y otra zona de la corteza frontal, la corteza cingulada, que son las redes asociadas a la introspección y la percepción
individual. Los estudios han encontrado que en la esquizofrenia, estas áreas no sólo presentan
mayor número de conexiones sino que estas conexiones son funcionalmente más activas.
Otra observación interesante es que mientras que normalmente la red en reposo se atenúa
cuando se activa la red en respuesta a estímulos del entorno que demandan una tarea, el
HERMINIA PASANTES
Figura 6. A. Actividad reducida en funciones ejecutivas pacientes con esquizofrenia. Hiperactividad en zonas de los lóbulos temporal y occipital
en esquizofrenia (Thermenos et al., 2013). Resultados de estudios con resonancia magnética
funcional.
56
individuo con esquizofrenia parece refractario a esta sincronización de las redes en reposo
y en actividad. Esta deficiencia podría explicar en cierto modo, uno de los patrones conductuales más definidos en la esquizofrenia,
que es el de un desapego a las demandas del
entorno y una tendencia a la introspección.
La hiperfunción de estas redes de conexión
neuronal y la desorganización anatómica de
las vías asociativas podría relacionarse también con otros síntomas de la esquizofrenia
como los delirios y paranoias. Se ha podido
establecer una correlación entre una mayor
conectividad de la red en reposo y la severidad de algunos de los síntomas clínicos en la
esquizofrenia, tales como alucinaciones, delirios, falta de iniciativa y disfunción cognitiva.
Autismo
Es una patología muy compleja en la que
confluyen trastornos cognitivos y emocionales. Existe gran variabilidad en el grado de
trastorno funcional por lo que actualmente
se ha reemplazado el concepto de autismo
por el de espectro del trastorno autista (eta).
Una proporción elevada de los individuos
con el eta presenta deficiencia mental aunque un grupo dentro del eta, los que presentan el síndrome de Asperger, se caracteriza
por una capacidad intelectual superior a la
media. Una característica común en toda la
gama del eta es una incapacidad para desarrollar y mantener interacciones sociales, que
se muestra muy tempranamente en los niños,
que no muestran las manifestaciones habituales de apego a las personas que le son cercanas, como la madre. Los niños autistas son
generalmente niños aislados, desinteresados
por el entorno, con dificultad para hacer
contacto visual. Tienen dificultad para reconocer las expresiones faciales y carecen de
gestos expresivos. No tienen un juego simbólico, ni alternan fácilmente con otros niños.
Otras manifestaciones conductuales características del autismo son un bajo umbral de
frustración y una resistencia casi obsesiva a
la invariabilidad, tanto de objetos como de
circunstancias. En muchos casos se presenta
una alteración profunda en el lenguaje que
puede llegar a desaparecer por completo o
distorsionarse en un esquema de lenguaje limitado, con estereotipos de significado de repeticiones. Esta deficiencia no tiene su origen
en algún defecto auditivo sino en una menor
respuesta al lenguaje narrativo. Otro síntoma
común en los autistas es una hipersensibilidad sensorial, al ruido, por ejemplo, o al roce
de la tela en el cuerpo.
Las causas de esta neuropatología no se
conocen con detalle. Parece claro que tiene
un componente genético ya que existe una
El avance en el conocimiento de las redes de conectividad cerebral mediante la resonancia
magnética funcional ha aportado resultados importantes al conocimiento del eta. Estos estudios
mostraron que alguno patrones de conectividad están alterados en los individuos con eta, en quienes se observa un menor grado de funcionalidad que da como resultado un déficit en la integración
de la información cognitiva (figura 7) (Kaiser et al., 2010; Abrams et al., 2013). Esta deficiencia en
la función puede deberse ya sea a una menor conectividad, a una conectividad errónea o bien a una
hiperconectividad pero de elementos inhibitorios que al final, resultan en un déficit en la función.
De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
concordancia muy alta, de más de 60% en la presencia del trastorno en los gemelos homocigóticos o gemelos idénticos. Es decir que si uno de estos gemelos es autista, en 60% de los casos
el otro también lo es. Los gemelos homocigóticos son aquéllos que se desarrollan a partir de
un solo óvulo fecundado, que se va dividiendo progresivamente en 2,4, 8, 16 y así sucesivamente. Estas células con todas las posibilidades de generar un embrión, en estos momentos
muy tempranos del desarrollo se separan y dan nacimiento a dos individuos genéticamente
idénticos. Es muy interesante el hecho de que esta concordancia se observa también en este
tipo de gemelos, a pesar de que hayan sido separados al nacer o poco después, y que crecieron
en entornos distintos. Estas observaciones sustentan la propuesta de un origen genético de la
enfermedad. El tema se investiga muy ampliamente y ya se tienen identificados algunos genes
que pudieran estar relacionados con la aparición del trastorno. El hecho de que no es un solo
gen sino varios, apunta hacia la complejidad y variedad de las alteraciones presentes en el eta.
57
Figura 7. Actividad disminuida en ciertas áreas relacionadas con la emotividad en
el cerebro de niños autistas, medida por resonancia magnética funcional (Kaiser
et al., 2010; Abrams et al., 2013).
La causa de estas alteraciones en la conexión neuronal podría deberse a un defecto en
la eliminación de conexiones no funcionales. Este proceso ocurre normalmente durante el
desarrollo del cerebro, cuando las neuronas migran hacia su posición dentro de las distintas
regiones de la corteza cerebral siguiendo claves moleculares bien especificadas. Normalmente,
si estas neuronas no logran establecer una comunicación funcional, mueren mediante de un
mecanismo conocido como apoptosis o muerte celular programada. La posibilidad de que este
HERMINIA PASANTES
proceso no ocurra adecuadamente en el cerebro de los autistas se sugiere por el mayor tamaño
y peso del cerebro en comparación con controles de la misma edad, así como por la presencia
de conexiones aberrantes en distintas regiones cerebrales. Por el momento, aunque el estudio de
las redes de conectividad ha sido de enorme importancia para mostrar las alteraciones en la funcionalidad del cerebro autista, no permite avanzar mucho más en la corrección de las mismas.
Sin embargo, la identificación de los patrones alterados, y considerando el hecho de que las
anormalidades se observan en etapas muy tempranas en la infancia, en las que la plasticidad
cerebral es muy alta, indica que la intervención correctiva de las conductas anormales puede
modificarlas al menos hasta cierto punto. En este sentido es muy importante establecer los
tratamientos conductuales lo más tempranamente posible.
La conexión neuronal y el aprendizaje
El estudio del cerebro en estado de reposo supone una nueva metodología de exploración que
está revelando datos interesantes sobre la variabilidad individual existente en las conexiones
cerebrales y, más interesante aún, acerca de cómo la conectividad basal existente puede condicionar la capacidad de aprendizaje de las personas. La propuesta de un grupo de investigadores españoles (Ventura-Campos et al., 2013) es que mediante el estudio de la conectividad
y la sincronización de la actividad entre dos o más áreas cerebrales en estado de reposo, se
puede predecir la capacidad de aprendizaje del individuo. En el estudio se usó un modelo de
discriminación fonética junto con el análisis longitudinal de imágenes de resonancia magnética funcional en estado de reposo y durante la actividad de aprendizaje, en la conectividad de
áreas del lóbulo frontal y el parietal. Los resultados mostraron una concordancia muy alta entre la conectividad observada y la predicción en el desempeño en las pruebas de aprendizaje.
58
Otra conclusión muy interesante de este estudio es que el proceso de aprendizaje produce
a su vez, una modificación en las redes de conectividad cerebral asociadas a las áreas que han
intervenido en el aprendizaje. Estas observaciones permiten en principio, apreciar las posibilidades de aprendizaje individual y tienen el mayor interés para entender la evolución del deterioro cognoscitivo en el curso del envejecimiento y las posibilidades de retrasar su aparición.
La identificación estructural de conexiones distantes
Hasta ahora nos hemos referido a las conexiones funcionales entre distintas regiones del cerebro. Otro aspecto de interés es el de la integración de mapas estructurales, es decir, los que
muestran las vías de conexión entre las neuronas mediante sus axones. El mapa de conexiones
estructurales se ha establecido mediante la técnica de resonancia magnética de difusión. Esta
es una técnica de neuroimagen consistente en la aplicación de un campo magnético sobre el
cerebro, que hace que el fluido de los axones neuronales que conectan una neurona con otra,
circule en la misma dirección del campo. El agua en el citoplasma del axón se moverá en el
sentido de la conexión y no a la inversa, por lo que el desplazamiento del agua permite conocer hacia donde se dirige el axón. Aplicando el campo magnético en distintas direcciones y
observando hacia qué dirección se mueve el fluido axonal, se puede identificar la trayectoria
de los axones y establecer las conexiones estructurales entre regiones cerebrales distantes. De
esta forma puede establecerse un mapa de conexiones o Conectoma (figura 8). Este tipo de
técnicas permiten conocer no sólo la dirección sino la fuerza de la conexión en cada unidad
medible del cerebro. Es así como se han podido identificar algunas de las características de la
conectividad en la esquizofrenia y el autismo. El Proyecto Internacional del Conectoma Humano (http://www.humanconnectome.org/) reconoce la trascendencia de este conocimiento,
para el avance de la neurobiología así como para la neuropatología y la neuropsiquiatría. El
apoyo otorgado para este proyecto de naturaleza interdisciplinaria e internacional es de una
magnitud acorde con su importancia.
Figura 8. Imágenes del Conectoma
humano obtenidas mediante la técnica de resonancia magnética por difusión (http://www.humanconnectome.
org/).
Referencias
Abrams DA, et al., “Underconnectivity between voice-selective cortex and reward circuitry in children
with autism”.Proc Natl Acad Sci USA. 16,110,12060, 2013
Aron et al., Reward, motivation and emotion systems associated with early-stage romantic love. J. Neurophysiol., 9, 327, 2005.
Heine et al. “Resting state networks and consciousness. Alterations of multiple resting state network
connectivity in physiological, pharmacological and pathological consciousness states”. Front. Psychol., 27, 295, 2012.
Hubel DH, Wiesel TN. “Anatomical demonstration of columns in the monkey striate cortex”. Nature,
221,747, 1969.
Kaiser MD, et al., “Neural signatures of autism”. Proc Natl Acad Sci USA. 7, 21223, 2010.
Mountcastle V. “The columnar organization of the neocortex”. Brain, 120, 701, 1997.
Pasantes, H. De neuronas, emociones y motivaciones. Colección La Ciencia para Todos. Vol. 158, Cuarta
reimpresión 2013.
Santiago Ramón y Cajal, “Estudios sobre la corteza cerebral humana. I. Corteza visual. II”. Revista Trimestral Micrográfica, 4, 1899.
Thermenos, HW et al., “Altered language network activity in young people at familial high-risk for
schizophrenia”. Schizophr Res. 1-2, 229, 2013
Ventura-Campos N, Sanjuán A, González J, Palomar-García MÁ, Rodríguez-Pujadas A, Sebastián-Gallés N, Deco G, Ávila C. Spontaneous brain activity predicts learning ability of foreign sounds.J
Neurosci. 33,9295, 2013.
De Cajal al Proyecto del Conectoma Humano
Tomando en consideración que la conectividad entre las neuronas es la unidad operacional del cerebro para todas las funciones, desde las más sencillas hasta las más complejas, incluyendo los aspectos conductuales y de razonamiento intelectual, este abordaje es vital para
adentrarse en el conocimiento de las conductas humanas tanto a nivel individual como social.
59
Modernidad
ARNOLDO KRAUS
Miembro Titular
C
uando Antonio, mi amigo, falleció, supuse que la razón fue la enfermedad que padecía,
neurodermatitis. Le pregunté a Juan, mi amigo médico, “Juan, ¿la neurodermatitis
puede ser fatal?”, “No para nada. Es una enfermedad localizada en la piel. Casi siempre
hay estrés y ansiedad en el enfermo, pero, nunca es mortal”. Juan, amigo a la vez de Antonio,
caviló un momento y me dijo: “Antonio murió por otras razones. No sé bien cómo explicarlo.
Morir por hartazgo o por la imposibilidad de aceptar la realidad no es una entidad médica. No
sé como llenó el médico el certificado de defunción, ¿Síndrome de desadaptación?, ¿tristeza in
crescendo?, ¿disfunción social?, ¿síndrome de inmodernidad? De todo eso murió Antonio…”.
Su hartazgo por los sucesos en el mundo era inmenso. Amante del silencio, de la
conversación, de los libros y de la amistad, se sentía cada vez más aislado. “No hay remedio”,
decía, “el tiempo y el silencio han dejado de ser nuestros”.
La modernidad lo avasallaba, lo asfixiaba. Los espacios donde lo banal y lo simple
significaban el encuentro entre dos seres humanos se habían convertido en regla. El orden, el
orden frío de los tiempos modernos imperaba. “Me siento ajeno. Las personas son otras. No
ven, no tocan, no reparan, no hablan, no se dan”.
Fallecer por los estragos de la modernidad, pensé, podría ser en el futuro una epidemia, la
descomposición del planeta –basta radiografiar la Tierra–, las agresiones y transformaciones
que impone en el ser humano y, la creciente distancia entre las personas son inmensas.
"Lo de antaño ha sucumbido. Una epidemia sin remedio nos envuelve. En mi juventud la
vida era más fácil", me dijo Antonio, días antes de fallecer.
Modernidad
El tono de su voz era más lacónico que de costumbre. Hablaba sin cesar acerca de la
perversidad del ruido en cualquiera de sus formas. Vivía asfixiado por los nuevos modelos
impuestos a partir de las modas y las presiones ejercidas por los medios de comunicación,
uno más desagradable que otro. Él mismo intentaba sembrar, cambiar, adaptarse, buscar otros
derroteros. No lo lograba: la tristeza lo sofocaba y la no pertenencia lo limitaba. El ruido y las
nuevas pautas societarias lo agobiaban, lo excluían: “Me han robado. Me siento agraviado. He
perdido. No tengo paz”.
Los teléfonos celulares, las computadoras que se hacen viejas mientras viajan del almacén
a la casa, los I-phone, los I p-1, I p-2, I p-3, los I muchos, los neoamantes cuyo amor se consume
vía telefónica, las incontables invasiones en casa por medio del teléfono para vender tarjetas de
crédito, las parejas que interrumpen el coito cuando vibran su(s) celular(es), las promociones
de vacaciones, las ofertas políticas, una más estúpida que la siguiente pero siempre menos
estúpida que la venidera, los ofrecimientos de amor sin amor, así como las indagaciones por
llamadas extraviadas lo asfixiaban:
—Recibí una llamada de ese teléfono, ¿qué se le ofrece?,
—No señor, yo no marqué,
—En mi identificador aparece su número,
—Le repito que no fui yo,
—Los identificadores nunca fallan,
—No sé cómo explicarlo, yo no marqué.
Antonio también se sentía agraviado por algunos diagnósticos médicos instrumentados
gracias a la robótica, cuya virtud era ahorrar tiempo y borrar al médico, al ser humano. Una
noticia a ocho columnas en el periódico Post Mortem, lo tenía harto y angustiado. El rotativo
hablaba del último logro de la ciencia. Un logro largamente anunciado. A partir del año 2015,
junto con el acta de nacimiento, los pediatras entregarían, con una mínima variación en la
fecha, “entre dos y tres semanas a lo sumo”, el acta de la fecha probable de defunción del
recién nacido. La variación, explicaban orgullosos los galenos, se corregiría, seguramente, en
los próximos años. Faltaba decodificar el único gen que nos diferencia de los simios. En ese
gen, pensaban los investigadores, estaba la respuesta, no por nuestro ser simio, sino porque
años atrás se postuló que las enfermedades, y las causas de las muertes de nuestros primos,
radicaban en el único gen que nos distingue de ellos.
Mientras tanto, los médicos tendrían la obligación de advertir a los padres acerca de la
variación en la fecha de la muerte, “entre dos y tres semanas, no más”. Ya que algunos galenos
se sentían apenados por la falta de exactitud, mitigaban su vergüenza ofreciéndole a la familia
tres consultas gratuitas, y hasta diez, en caso de que la inexactitud en la muerte sobrepasase
el mes. Además, si los familiares no requerían recibo de honorarios y pagaban en dólares (o
en euros) podrían contar con un diez por ciento de descuento en las consultas venideras (si
pagaban en pesos el descuento sería de 8.5 por ciento).
Antonio detestaba ese tipo de noticias. Desde hace muchos años hablaba de la pérdida
de la frescura, de la falta de espontaneidad, y de la intromisión de la tecnología y la ciencia
en la vida. “Pronto seremos seres programados; de no frenarse la tecnología, se convertirá en
un demonio y nos transformará: seremos una suerte de chatarra, no robots, pero sí chatarra
mal ensamblada. ¿Para qué saber cuándo moriremos?, ¿para qué saber sí tendremos o no
Alzheimer si nada puede hacerse al respecto?”. Para él, alegría y sencillez eran sinónimos, “Ya
no hay tiempo sin tiempo. Cada minuto, cada hora, una noticia. Cada noticia, un nuevo vía
crucis”.
�
61
ARNOLDO KRAUS
62
"Me siento excluido, me siento mucho más viejo de lo que soy", me comentó Antonio una
semana después del sepelio de su madre.
Antonio había volado a Washington. Su madre residía en Estados Unidos desde hacía veinte
años. La visitaba dos o tres veces al año. Justo en esos días habían empezado a realizarse, en
los aeropuertos, escáneres a los pasajeros, por “eso del terrorismo”.
La última vez que fui a Estados Unidos me enteré del nuevo procedimiento: “Los escáneres
no violarán la intimidad del sujeto. Buscan armas y drogas. Los principales beneficiados serán
los pasajeros. No morirán por actos terroristas”, rezaban los panfletos distribuidos en las
terminales de los aeropuertos.
—Tiene demasiadas obturaciones dentales.
¿Cuándo se las pusieron?, inquirió el escaneador.
—No recuerdo, seguramente hace muchos
años.
—Incluso los incisivos laterales tienen coronas.
Es muy infrecuente que esos dientes se piquen.
O usted de plano ha comido muchos dulces o
no se cepilla, o esconde algo entre el muñón y
la corona. Tell me, ¿de verdad no recuerda la
fecha de las obturaciones?
—No, I can´t remember, Sir.
—¿Cómo es posible Mr. que no recuerde la
fecha exacta? Los dentists son inolvidables:
sus procedimientos son muy molestos y sus
maniobras duelen por lo que cuestan. I think
that usted miente. Tendremos que solicitar la
cooperación de nuestro dentista experto en
bombas escondidas entre las obturaciones o
los puentes dentales. Además, un agente nos
informó lo que filmaron las cámaras.
—¿Me podría explicar?
—Mientras aguardaba en la fila usted leía un
libro de Ainstein.
—Admiro a Einstein, siempre lo he leído.
—No cualquier viajero lleva libros de
Ainstein. Además, la portada de su libro lleva
inscrito E=mc2. Cualquier persona sabe que
esa ecuación es sinónimo de Al-Qaeda. Do
you understand? No hay estadounidense, a
partir de Mr. Bush Jr, que no sepa eso. Mr.
Bush salvó a la humanidad. En cinco siglos
todos, incluso los bisnietos de los bisnietos
de los tataranietos de los presos de Abu
Grhaib erigirán monumentos con su rostro.
Do you understand?
—Le pido sea comprensivo. No soy terrorista.
Tengo mucha prisa. No puedo aguardar, en
unas horas será el sepelio de mi madre.
—I am sorry. Su madre tendrá que esperar.
Nada le cuesta, total, está muerta. Si algo le
sobra a los muertos es tiempo. Un muerto
siempre estará muerto. El tiempo deja de
pasar. La vida de los muertos es eterna, nunca
acaba. Así que no se aflija Mr., el sepelio
puede aguardar. Si acaso nos tardamos
le permitiremos localizar a sus familiares
para que cubran a su mamá con hielo seco.
Tenemos servicio de celular, one dollar per
minute. ¿Qué importa si la entierran unas
horas después? Prisa no tiene su madre.
Total, ya está muerta, puede esperar. Usted
tampoco debería tener prisa. Da igual si la ve
ahora o en unas horas. Total, ya está muerta.
No se enterará de la hora de su visita ni le
llamará la atención por llegar tarde.
Modernidad
En la aduana de Washington, Antonio
se convirtió en uno de los primeros clientes
del escáner. Fue desnudado de cabo a rabo.
Aunque no llevaba ni armas ni cocaína en el
estómago ni heroína en el recto ni pasaporte
diplomático mexicano o iraní, fue detenido
por un gorila disfrazado de persona con gorro
de policía e identificación de ser humano.
Mi obligación es guardar por la salud de los
estadounidenses. Nos han fucked demasiado.
No queremos más muertos. Ni en los aviones
ni en Irak y menos en los aeropuertos.
Just imagine! El escáner que desnuda ha
identificado dos pasajeros que llevaban
bombas en sus coronas dentales, para ser
exactos, en los terceros molares superiores
izquierdos. Da la casualidad que usted tiene
obturados los cuatro terceros molares. En un
momento llegará nuestro dentista experto en
obturaciones, quien tiene, además, la gracia
de ser lector furibundo de Agatha Christie.
Afortunadamente el dentista llegó pronto.
Por serendipia, o por piedad divina, era, al
igual, que mi amigo Antonio, hijo de madre
mexicana. En ningún país del mundo se
chinga tanto y se venera tanto a la progenitora,
como en México. Esa devoción y grosería, al
unísono, es una de las razones por las cuales
México sigue en pie.
Cuando el dentista se enteró de la
desgracia de su compatriota, procedió,
sin dilación, a revisarlo. Tras un examen
exhaustivo, utilizando una compleja
parafernalia antibombas, con luz infraroja,
con detectores de bomba milimétricos (para
introducirlos, si fuese necesario, por el recto),
concluyó que los cuatro terceros molares y
las cuatro coronas ahí colocadas tenían razón
de ser. Era evidente que Antonio no usaba
seda dental ni dentífrico anticaries factor
69. Ninguno de los escaneadores utilizados
por el dentista detectó napalm, pólvora, o
sodio metálico en las coronas. Tras abrazar
y eximir a su compatriota, procedió ante las
autoridades escaneadores. Después de las
explicaciones necesarias, les suplicó, a sus
colegas, “por humanidad”, que le permitiesen
a Antonio abandonar el aeropuerto pues las
exequias no podían aguardar.
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63
ARNOLDO KRAUS
A su regreso, con la depresión a cuestas por el fallecimiento de su madre y muy desmejorado
por el agravamiento de la neurodermatitis, Antonio me contó lo sucedido.
—A pesar de que nunca me trató mal la policía, me sentí vejado. Personas absolutamente
ajenas tienen la facultad de penetrarte y desnudarte. Es indignante. Esos escaneadores no
tienen razón de ser. ¿Tú crees que sirvan? Los aparatos y el exceso de ciencia enloquecerán al
ser humano. Imagina: actas de nacimiento y defunción al unísono, I pad para hacer el amor,
Facebook para que todos sepan todo sobre ti y tú sepas todo sobre todos, escaneadores para
desnudarte… No hay límites. Apenas conseguí llegar al sepelio. Fue un vía crucis. Algún día
te hablé de Heine, ¿lo recuerdas?
—No, ¿qué dijo?
—Una frase muy apropiada: “Todos estamos desnudos bajo nuestra ropa“. Apropiada y cierta.
La modernidad y la ciencia nos modificarán. No habrá espacio para secretos, ni lugar para el
silencio, ni tiempo para el tiempo, nada. La mirada y el tacto se transformarán. La piel dejará
de ser impermeable. Desde el nacimiento, todo estará predeterminado. La literatura de Heine
se ha transformado en realidad.
Con quien podía, Antonio hablaba de los escaneadores y de los científicos. No toleraba los
excesos, se le hacía absurdo e inútil predecir la muerte desde el nacimiento con exactitud casi
milimétrica. “La muerte de mi madre, y la sordera y soberbia de la tecnología, han agravado
mi neurodermatitis. Todo mi cuerpo está enfermo. No tengo remedio”.
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64
Antonio falleció dos semanas después de la muerte de su madre. Su médico consideró que el
deceso se debió a su tristeza. No sé si eso sea posible. Salvo en las novelas de Shakespeare,
y otras grandes obras del romanticismo tardío, eso es infrecuente. Ignoro porque murió. He
indagado y nadie me ha ofrecido una respuesta. Cuando pregunto acerca de la neurodermatitis,
o su hartazgo por los excesos de la tecnología, me responden que esas no son causas de
muerte. Nunca sabré las razones por las cuáles Toño murió. No importa. El dolor por su
pérdida no lo aminora ningún diagnóstico. Ya no indagaré. Sólo una nota más, una suerte de
carta post mortem para mi amigo.
La tecnología y las reglas de la modernidad son sordas. Ambas corren sin cesar, nunca
voltean hacia atrás. Atrapados entre ellos perviven, asfixiados, y sin remedio, muchos Toños.
Unos enferman de nostalgia, otros son víctimas de los excesos de la modernidad y algunos
sufren por la imposibilidad de ser como se quiere ser. Nadie sabe porqué murió Toño. Quizás
él sí supo. Tiempo atrás me dijo que se marcharía cuando no cupiese más en su propia casa y
cuando su cuerpo fuese incapaz de ceñirse a los dictados de la modernidad.
Naturata
Graciela Iturbide
Texas, Estados Unidos (1999)
R
econocida artista, fotógrafa poeta, con una espléndida trayectoria a nivel nacional e internacional.
Al adentrarme en su trabajo, en su entorno, descubriendo objetos, fotos, libros, obras
de otros artistas, plantas, semillas, muebles, fetiches, recovecos de profundo misterio, llenos de
vida de todas las épocas y lugares, en un tiempo sin tiempo, en su casa estudio, diseñada por su
hijo Mauricio quien la construyó bajo una sola instrucción suya, “tú sabes como soy”, también
recordando los eventos sonoros de Manuel, su otro hijo, ahí, expandió no solo la mirada, sino
todos los sentidos.
El nombre Graciela, deriva de gracia, encanto, influencia, amistad…
Graciela Iturbide es la proyección de su propio nombre.
Mozambique (2006)
A propósito del título de la obra que utiliza en su muestra más reciente, pienso en:
“Naturata”, como óptica poética, “Naturans”, naturaleza, esencia en sí,
Naturata esencia suprema, “Naturans - Naturata” esencia viva
Carretera 61 de Clarksdale, Mississipi a Memphis, Louisiana (1997)
Jardín botánico, Oaxaca, México (1998-1999)
Spinoza plantea la forma en que:
Natura naturans, como substancia y causa, y la Natura naturata, como
efecto y modo, se entrelazan en vínculos de mutua inmanencia; por
una parte, la causa permanece en sí misma, y por otra, el efecto o el
modo permanece en la causa.
Jardín botánico, Oaxaca, México (1998-1999)
Y pienso también en aquel aforismo medieval:
Natura maxime miranda in minimes
La naturaleza es sobre todo admirable en los detalles
El paisaje es el espacio en constante movimiento, que permite poner en escena todos o cualquier acontecimiento, tangible o intangible, con los recursos que posee la naturaleza, tanto como
las intervenciones que ha sobrepuesto en ella el hombre, creando eventos y acciones que se pueden captar o atrapar acompañando el ritual de los elementos consagrados: la fuerza planetaria,
la fuerza de los colores, la de las piedras, de la flora y de la fauna, la de los metales, los olores y
los sabores, la fuerza del viento, del rayo, del trueno, del agua, especialmente, la de los sonidos
como acordes musicales, en este caso, audibles a través de lo mirado, ajustados a pasos y danzas;
la fuerza del fuego, la luminar en sus dos acepciones, una: astro que despide luz intensa, la otra:
luminaria, persona de gran sabiduría.
Todo esto se convierte en auténtico vehículo de la voluntad de fuerzas mediadoras, entre ellas
mismas y nosotros los humanos.
Jardín botánico, Oaxaca, México (1998-1999)
Graciela Iturbide, como si viniera de un adiestramiento iniciático recorriendo varios territorios, captando en imágenes su “mística poética” memorias visuales que hacen “visible lo invisible”, lo instintivo, lo sensible; sembrando, por donde pasa, la armoniosa visión pura de la semilla
de sus múltiples señales, vivificándolas para dar fruto a visiones múltiples y plurales que revela
fuerzas sombrías invocadas por su acción alumbradora.
¡La luz que penetra por la lente de su cámara!
Carretera 308. De Golden Meadow a Grand Isle, Louisiana. (1997)
Su tónica es la belleza que imprime y que preside el arte de signos opuestos y complementarios, análogos o equidistantes, en posesión de su mensaje, así, en lo interno como en lo externo se
presenta como “fotógrafa poeta” que muestra visiones que parecieran haber estado dormidas. Su
principal objetivo, es recorrer los suelos que ha documentado, es despertar y seleccionar el empuje espiritual para consolidar ese elenco de esfuerzos y capacitadas percepciones para la realización
de la obra anunciada.
Nopales con cochinilla. Jardín botánico, Oaxaca, México (1998-1999)
Jardín botánico, Oaxaca, México (1998-1999)
Lo esencial es anteponerse con la energía que dimana: que tiene su origen en los valores primigenios, con otras energías que va venciendo en el decurso: sucesión o transcurso del tiempo,
de sus curiosas aventuras, que traduce en imágenes.
¡He aquí el ropaje exterior de símbolos claros y evidentes!
Graciela pulsa una cámara. Su mirada posee el poder de apaciguar los elementos, vencer al
movimiento, para dejar múltiples pruebas de marcado sabor y significado, que son en su conjunto
o cada una de ellas, “crónicas de un instante”. Consigue adormecer las imágenes para hacerlas
despertar en cada nueva y diferente mirada, sin pasado ni futuro, en un presente perpetuo.
Carretera 61 de Clarksdale, Mississipi a Memphis, Louisiana (1997)
Eunice, Louisiana (1998)
Ahora, nosotros, vamos recorriendo los lugares prefijados de antemano, descubriendo
un nuevo culto, vamos depositando, en sentido simbólico, cada interpretación de la devoción ritual, naciente de sus formas más puras, que se fueron estructurando, midiendo y
ordenando con sus puntuaciones, fechas, posiciones, hasta convertirse en valiosísimos hierogramas consultados, bajo diferentes interpretaciones, en los misterios de las revelaciones
de la misma esencia ocular de los acontecimientos, con su ejecutoria más limpia de perfeccionamiento, de purificación de los seres, los lugares, las cosas, imágenes que constituyen la
esencia viva de los misterios mayores.
El alma surge de nuevo a la luz, revelada en el laboratorio físico y poético de Graciela
Iturbide.
Arnaldo Coen
IMAGEN
TÍTULO
AÑO
Carretera 82 de Abbeyville
a Intracostal.
1997-1998
Perros perdidos, India.
1997
Radiografía de un pájaro. Oaxaca,
México.
1999
Estación de policía, México D.F.
2000
París, Francia
Noventas
Khajuraho, India
1998
Desierto de Sonora
1997
Pájaros, Delhi, India.
1998
Sin título, Alemania
1981
Pájaros en la Universidad
de Alemania
1981
Nayarit, México
1984
India
1997
Ritual, Benarés, India
1990
Territorio de los seminoles,
Florida, USA.
1995
Nayarit, México
1984
Nayarit, México
1984
New Castle, Inglaterra
1989
Dolores Hidalgo
1978
Jaipur, India
1999
México
1990
Pájaros en el poste, Guanajuato,
México
1990
El señor de los pájaros, Nayarit,
Sonora
1984
Entrevista a
Sergio García Ramírez
La investigación y la docencia las traigo
metidas en el corazón y en la mente
como los trabajos públicos
SILVIA MOLINA
Miembro Titular
D
octor en Derecho, investigador de tiempo completo y profesor de la Facultad de Derecho de la unam, Sergio García Ramírez, es un hombre tenaz, efusivo, vital y directo,
dueño, además, de un sentido del humor que sorprende. A lo largo de su vida ha tenido una trayectoria brillante tanto dentro de la Universidad, como en el sector público donde
ha tenido, entre otros, cargos: director del Centro Penitenciario y juez en el Consejo Tutelar
para Menores Infractores del Estado de México, director de la Cárcel Preventiva de la Ciudad
de México, presidente de la Comisión de Reclusorios del Distrito Federal, juez y presidente de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, presidente (fundador) del Tribunal Superior
Agrario, subsecretario en las Secretarías de Patrimonio Nacional, Gobernación, Educación Pública y Patrimonio y Fomento Industrial, así como procurador general de Justicia del Distrito
Federal, secretario del Trabajo y Previsión Social y procurador general de la República. Ha publicado más de cuarenta títulos de diversos temas relacionados con derecho, derechos humanos,
políticas públicas y, creación literaria. Su conversación es amable, viva, divertida.
Me gustaría comenzar por tu nacimiento ¿Fue en Guadalajara. ¿Tus padres eran tapatíos?
A mí también me gustaría volver a comenzar desde mi niñez, lamentablemente no va a ser
posible. Nací en Guadalajara, no de padres tapatíos. Mis padres estaban instalados temporalmente allí, por razón de trabajo de mi padre. Mi madre era muy jovencita. Siempre se me dijo,
y por supuesto creo en lo que se me dijo, que yo tenía ascendentes tapatíos: la familia Corona,
SILVIA MOLINA
de lo cual me siento orgulloso; pero fue poco
el tiempo que pasé allá. Mis estudios los hice,
todos ellos en la Ciudad de México. Los recuerdos que tengo del Jalisco de mi infancia
son escasos, quizá por eso viajo mucho a ese
lugar, para recuperarlo. Creo que era un niño
de dos o tres años cuando regresó mi familia
a residir en la Ciudad de México, a la casa de
mis abuelos.
¿Dónde hiciste tus estudios?
¿Cuales son los nombres de tus padres?
Me acuerdo con facilidad de las calles y los
números de aquel tiempo porque fue una
etapa muy grata. Fue un colegio muy amable
conmigo, la pasé bastante bien.
Mi padre, Alberto García Balda, y mi madre,
Italia Ramírez Corona. Él era de origen duranguense, y ella tiene raíces dobles: en Chiapas y en Tamaulipas.
¿Qué hacía tu padre en Guadalajara?
Estaba trabajando en la Secretaría de Fomento. Entiendo que era Agricultura y Fomento.
Él trabajaba en el ramo de fomento, era un
empleado público y estaba allí temporalmente.
¿Y tu madre?
82
Mi madre trabajaba duramente en el periodismo y mis abuelos eran muy dedicados a
sus nietos y particularmente a mí.
¿Era periodista?
Era periodista en El Universal. Nosotros
vivíamos a una cuadra del periódico que
está en Bucareli. Entonces corría bajo la
dirección de don Gregorio López y Fuentes, el novelista. Mi madre, muy jovencita,
era reportera y estudiaba. Había terminado preparatoria. Había ingresado junto con
mi padre a la carrera de economía, en la
Universidad Nacional, pero tenía necesidad
de trabajar. Cubría noticias de sociales, sobre todo: bodas, bautizos, defunciones, y
una página que se llamaba La Mujer, que
se publicaba semanalmente con temas propios de lo que se entendía era la misión
femenina del momento. Estuvo trabajando
así muchos años, yo iba de su mano a El
Universal: recuerdo el ruido de las máquinas. Allí me familiaricé con el periodismo.
Luego se hizo intérprete, de una manera un
tanto casual, por la falta de un intérprete en
un gran congreso de la UNESCO, aquí en
México. Ella hablaba muy buen inglés porque era casi su idioma materno, se había
educado con mis abuelos en Los Ángeles.
Los hice en el Colegio México, un colegio
marista que estaba entonces en Mérida 50,
donde había hecho sus estudios mi padre.
Estuve en primaria y en secundaria también,
en el edificio de Mérida 33.
¿Te acuerdas de los números…?
¿Eras buen alumno?
Era un alumno discreto, no muy aventajado,
pero estaba muy a gusto en la escuela que
además estaba cerca de mi casa. Vivía en la
casa de mis abuelos, como te he dicho, en
Donato Guerra 21, a un paso de Paseo de la
Reforma, así que podía ir fácilmente a mi colegio. Ya en la secundaria iba en bicicleta y
regresaba en bicicleta. En todo caso era otro
México y las condiciones de transporte eran
muy fáciles.
¿Por qué estudiaste Derecho?
En la familia de mi abuelo materno había
esa profesión, mi abuelo era abogado, mi
bisabuelo era abogado, los hermanos de mi
abuelo, que recuerdo, eran también abogados, se habían formado in illo tempore en
Chiapas, en una vieja institución, el Instituto que entonces funcionaba en San Cristóbal
de las Casas. Entonces, el primer contacto
con actividades profesionales tuvo que ver con
Derecho; pero no me quedaba muy claro que
eso era lo que me jalara. Más bien me atraía,
en una cierta etapa, el cultivo de las letras.
Me gustaba mucho leer, me esforzaba por
escribir. Mi abuelo era tanto abuelo como
maestro, me ayudaba, me leía. Me ayudaba a
escribir, me enseñaba cómo hacerlo del modo
menos malo posible y entonces creí que me
iba a ir por allí. Tampoco tenía la certeza absoluta. Alguna vez, inclusive, intenté obtener
la beca del Centro Mexicano de Escritores, y
quedé cerquita como la Selección Mexicana,
pero no llegué a la meta. Esto te lo refiero
para acentuar que era el camino que me parecía adecuado. Pero cuando llegó el momento
de elegir el área conveniente en la preparatoria, me pregunté a qué área inscribirme y
Entrevista a Sergio García Ramírez
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sin mucho pensar dije: “Derecho, Derecho que me abre un horizonte amplio”. No es que yo
quisiera ser juez, abogado, ministerio público, magistrado… No, pero me abría un horizonte amplio y por allí me podía internar. Me inscribí en Derecho en el Centro Universitario
México, con los maristas, y fue muy grato también. Ya para entonces era un alumno más
esforzado, más dedicado al estudio. Y me gustó lo que estaba estudiando, que por supuesto
no era Derecho. A ese nivel no se estudiaba Derecho propiamente, se estudiaba latín, griego,
francés, historia de México… en fin. Algún día llegaría el derecho, pero llegó hasta la Facultad
de Derecho a la cual ingresé absolutamente seguro aunque luego, en el curso de mi carrera,
hubo momentos de incertidumbre, de duda, a veces muy intensos; pero como estudiante me
fue muy bien, me incliné fuertemente por las materias jurídicas y seguí adelante hasta llegar a
este estado de avanzada existencia.
¿Por qué te encaminaste al Derecho penal?
Después de los primeros años de estar tocando distintas áreas del derecho, me pareció que el
penal —un derecho que tiene que ver mucho con dramas de la vida, con problemas graves de
personalidad, con dolores y con angustias— tenía más que ver que otras ramas del derecho
eran más compatibles con aquella que había sido mi primitiva vocación: las letras, el gusto por
el mundo, el arte. Es un modo de ver las cosas porque realmente no hay una conexión estricta
entre las letras y el derecho penal. Pero en fin, andando el tiempo, acercándome más y más
al derecho penal, y al procedimiento penal y a la justicia penal, empecé a trabajar gracias a la
benevolencia de algunos amigos y compañeros en la Penitenciaría del Distrito Federal. Estaba
haciendo mi tesis sobre otros temas, pero entré a trabajar en la Penitenciaría y me sedujo.
Hice contacto con ese mundo tan complejo, tan difícil, tan angustioso. Me resultó motivante
y allí di el viraje. Obviamente influyeron en mí algunos profesores, como suele ocurrir, que
cultivaban disciplinas penales que fueron profesores y amigos generosos.
SILVIA MOLINA
¿Cómo quién?
Había un gran maestro español, que recuerdo con emoción y gratitud, don Niceto AlcaláZamora, hijo del que había sido primer presidente de la República Española. Era profesor de
Derecho Procesal Penal en México. Él fue muy estimulante en su docencia conmigo. Había
otro famoso criminólogo, Alfonso Quiroz Cuarón, que también era muy prestigiado en el
campo de su disciplina, que fue igualmente un maestro generoso que me encaminó por las
disciplinas penales y, todo eso me resultó interesante y grato.
¿Sobre qué hiciste tu tesis?
Hice mi tesis después de haber contraído hepatitis por una inyección en la Penitenciaría del
Distrito Federal. Esa fue mi primera enfermedad profesional, porque me inyecté allí descuidadamente, cuando las reglas de higiene no eran muy buenas y menos en la Penitenciaría, Ya
me fui por el camino del Derecho Penal, después de tomar algunos trabajitos diversos porque
había que vivir.
¿Cómo cuáles?
Colaboraba con mi madre, por ejemplo, en algunas tareas de organización de congresos, colaborando en instituciones del sector privado como empleado de oficina, como encargado
de relaciones públicas o de difusión, de prensa... Y digo “trabajitos” no en forma desdeñosa
porque aprecio lo que he hecho y a quienes me brindaron la oportunidad de hacerlo. Digo eso
porque para mí eran trabajos circunstanciales, transitorios, mientras lograba encauzarme con
claridad y con suficiencia en lo que quería hacer.
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¿Cuándo fue eso?
Te diría que esto ocurrió cuando muy conscientes algunos de mis viejos maestros, que ya se
habían convertido en mis amigos, vieron que además de mi inclinación por el ámbito penal y
de que iba encaminando mi doctorado, mis estudios de posgrado en la misma Universidad por
esa disciplina, y que estaba trabajando en una tesis doctoral sobre la prisión, me allanaron el
camino para que pudiera hacerme cargo de una novísima –estaba apenas por estrenarse–, penitenciaría en el Estado de México, bajo el gobierno de un excelente político: Juan Fernández
Albarrán. Un hombre muy generoso que no me conocía pero que creía en quienes sí me conocían y me encomendó la dirección de esa institución que estaba por emprender su camino
y en la cual estuve trabajando como director tres años.
¿Qué fue para ti esa experiencia?
Magnífica, maravillosa, formativa. Muy traumática también porque la vida de la cárcel, la vida
de los encarcelados no es fácil. Tuve que ir al lugar donde se encontraba esta prisión en las
inmediaciones de Toluca. Viví en la cárcel: un director debe estar muy cerca de su institución,
la cual funciona veinticuatro horas al día. No cierra. No puede uno echar llave e irse a su casa
a dormir. Uno tiene que estar atento, pendiente. Viví en la cárcel la mayor parte del tiempo; y
además, se logró por la visión del gobernador y por su tarea de facilitar las cosas, emprender
nuevos derroteros en materia penitenciaria, que me abrieron –puedo decirlo con franqueza–,
el camino y que llamaron la atención y me permitieron los siguientes pasos de mi vida profesional ya en el ámbito federal.
¿Llegar a la Procuraduría?
Llegar primero a la Secretaría de Gobernación, cuando terminé mi etapa en el Estado de México porque terminó el gobierno y consideré que tres años habían sido suficientes: no es un
trabajo que se deba tener mucho tiempo, es duro, pesado, difícil. Vale la pena abrir paréntesis.
Vine a la Ciudad de México, me recibieron bien en la Secretaría de Gobernación porque tenía
Allí te acercaste de lleno a la política…
Allí me aproximé muchísimo al mundo de la
política, por supuesto, era un mundo que me
gustaba, me interesaba. No es que fuera ajeno
o reacio a ella, pero no era lo que estaba cultivando, la materia que estaba trabajando. Mis
publicaciones de entonces, las primeras, eran
sobre temas penitenciarios, pero estando en
Gobernación saqué un libro que se llamó La
ciudadanía de la juventud, que no tenía nada
que ver con cuestiones carcelarias o penales,
sino con los jóvenes ciudadanos. Se acababa de modificar la Constitución para darles
el voto a los 18 años, y los jóvenes ciudadanos ingresaban al espectro político nacional,
tema que también me atrajo.
Estuviste con los jóvenes también desde el
punto de vista carcelario.
Sí, porque en ese momento Gobernación tenía bajo su autoridad todas las instituciones
de tratamiento (hoy esa palabra no gusta mucho) o de readaptación social de adultos y de
menores que llamaban infractores. Tenía instituciones, la Escuela Correccional y luego la
Escuela de Orientación, aquí en Tlalpan, por
ejemplo, o en Avenida Universidad, otra de
niñas… Y lo mismo el Tribunal para Menores
que luego se llamó Consejo Tutelar. Así que sí
tenía que ver, por supuesto. Además cuando
estaba en la cárcel del Estado de México como
director de la Penitenciaría, tuve la función de
juez del Tribunal para Menores en el Estado
de México, cuando esos tribunales se integraban por un abogado, un médico y un sicólogo, y yo era el abogado. O sea que sí tenía que
ver con temas de juventud, con problemas de
desviación. Esto otro a lo que me refiero, ya
en Gobernación, ya como subsecretario, no
tenía que ver con ese sector de los jóvenes
sino con la juventud en general, con su ingreso a la política.
Entrevista a Sergio García Ramírez
el antecedente de la cárcel del Estado de México, y al poco tiempo me acercó a su equipo
de trabajo el entonces candidato a la presidencia de la República, Luis Echeverría, que
ya alguna vez me había invitado a las Islas
Marías, porque estaba consciente de lo que
estaba yo haciendo, de cuáles eran mis inquietudes humanas y profesionales. Trabajé
con él con alguna cercanía y después ya vino
la Procuraduría del Distrito Federal. Una institución interesante, importante. Entonces
dependía directamente del Presidente de la
República. No había gobierno del Distrito
Federal con la estructura que actualmente
tiene sino que era Departamento del Distrito Federal, bajo un regente, y el procurador
dependía del presidente. Estuve allí dos años
y medio, y luego pasé a otras dependencias
con el mismo rango o similar, en todo caso,
como subsecretario, en la subsecretaría de
Patrimonio Nacional, primero; y luego, en la
de Gobernación, para ver desde allí, de nueva
cuenta, el tema penitenciario, que entonces
estaba bajo la égida de esa dependencia. Eso
me permitió acercarme a otros temas. Los temas políticos, los temas electorales y otros
más propios de un ministerio del interior.
¿Y luego?
Estuve allí un tiempo, un par de años hasta
que terminó el mandato del presidente que
me había asignado: Luis Echeverría. Entonces el secretario de Gobernación era un buen
amigo. Me hice buen amigo de él en el curso
del trabajo, Mario Moya Palencia. Inteligente,
brillante, capaz; en una edad en que me permitía una comunicación más fácil. No era un
hombre mucho mayor que yo ni mucho menos. Terminada esa etapa, me dije, muy bien
regresaré a la docencia y a la investigación.
¿La Universidad?
Efectivamente, hemos dejado de lado, en nuestra plática, el otro sector de mi vida, la actividad
profesional que he compartido con la política
y con las ciencias penales aplicadas: la investigación y la docencia que traigo tan metidas
en el corazón y en la mente como los trabajos
públicos. Cuando me fui a Toluca ya era investigador por concurso en el Instituto de Derecho Comparado que ahora se llama Instituto
de Investigaciones Jurídicas. Entonces obtuve
una licencia, pero ya estaba metido en esas actividades y ya mis escritos tenían que ver con
la función pública y las ciencias penales. Era
un joven investigador, investigando cuestiones
penales, un joven abogado tratando de reorientar reclusorios. Tuve durante toda mi vida la
conexión entre la vida académica, que me fue
muy útil, y la vida pública, profesional.
¿En qué momento eres juez internacional?
Llegué a ser juez de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en 1998. Y lo que te
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SILVIA MOLINA
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estoy refiriendo es de finales de los años setenta. Después de que estuve en Gobernación y en
Patrimonio y Fomento Industrial.
¿Y en la Secretaría de Trabajo?
Sí después de esos dos trabajos. El último año o quizá un poco más del presidente López
Portillo fui Secretario de Trabajo. No había trabajado anteriormente en esa dependencia,
pero me resultaba –por razones de personalidad, de vocación no tanto profesional sino
de personalidad– muy atractivo: el conflicto laboral y el allanamiento laboral. A veces lo
conseguía, a veces no, pero es un mundo fascinante. Estuve allí un año, el año más difícil
que yo recuerde desde el punto de vista del gran esquema económico nacional. Fue un año
de desplome después de una cuesta ascendente, en la primera parte del gobierno de López
Portillo. Era un hombre muy brillante. Hubo una sacudida económica terrible en el último
momento de su mandato, y con eso el mundo de las relaciones laborales se volvió todavía
más complejo.
¿Entonces, cuándo fuiste Procurador?
Inmediatamente después, se me designó procurador general de la República. Esto en la presidencia del licenciado Miguel de la Madrid, a quien había conocido y tratado como compañe-
¿Cuál fue tu experiencia allí?
Magnífica, estupenda, interesante. Como
en los otros lugares, particularmente en las
áreas más críticas, en ocasiones muy difícil.
El mundo que maneja la Procuraduría es arduo, complejo, complicado. Los problemas
que tiene que atender son problemas severos.
En ocasiones la severidad llega a la sangre,
a extremos mayores. La relación complicada
con el gobierno norteamericano, que hay que
administrar del mejor modo posible pero al
mismo tiempo con cuidado y con dignidad,
es una relación difícil por el tema del narcotráfico. Esa relación corría por las venas de la
Procuraduría y era compleja. Luego, el otro
aspecto de la Procuraduría, el más interesante, grato para un abogado, era cuando al Procurador se le llamaba Abogado del Estado,
Abogado de la Nación, cuando era consejero
jurídico del Presidente de la República. Esa
función luego desapareció porque se modificó la legislación. Me resultaba muy interesante la función jurídica, la renovación legal,
las reformas legales y jurídicas. El primer
acto de gobierno de De la Madrid en ese ámbito fue ordenar una consulta nacional sobre
procuración de justicia y seguridad pública
que me permitió, como Procurador, visitar
todos los estados de la República y hacer la
consulta en todas las capitales y en algunas
otras ciudades; y después integrar un paquete, como suele llamarse, de reformas que lo
mismo tenían que ver con el amparo, que con
la justicia penal, que con la justicia agraria.
hasta donde tengo conocimiento, en que un
procurador comparecía ante el Senado, como
otros miembros del gabinete para someterse
a estas exposiciones y explicaciones, y preguntas y respuestas. Pero no fue sobre temas
específicos de carácter penal sino sobre la reforma legal, la estructura del Estado de derecho y el futuro de la justicia. Eso le daba
mucho aire a la Procuraduría de la República
en un ámbito, para mí, muy interesante.
¿Ya no eras investigador?
Obviamente no, era imposible. Tuve reingresos y salidas. Terminé esa etapa al acabar el gobierno del presidente De la Madrid,
y se me invitó a algunos otros puestos que
preferí no tomar inmediatamente. Me sentía
más inclinado a mi retorno a la Universidad;
pero entonces recibí una nueva invitación
para organizar otra rama de la justicia, que
fue la justicia agraria. No había tribunales
agrarios. En aquel entonces y durante toda
la etapa posterior a la Revolución mexicana
el Presidente de la República era la suprema autoridad agraria. La etapa del reparto
de tierras se hizo teniendo como eje al presidente, a los gobernadores, a la Secretaría
de la Reforma Agraria o al Departamento
de Asuntos Agrarios y Colonización, a las
agrupaciones campesinas. En fin, tenía una
estampa muy distinta. Se resolvió que habiendo casi concluido la época de reparto de
tierras, había llegado la etapa de la solución
de los conflictos desde una perspectiva no
sólo política sino jurídica. Para eso operarían tribunales y no serían las autoridades
ejecutivas las que dispusieran del reparto
de tierras si había elementos jurídicos para
ello, o los que dieran la negativa si no los
había y los que arreglarían otros muchos
conflictos del campo.
¿Cuántas reformas entrarían en vigor?
¿Eso desde dónde lo hiciste?
En ese primer año venían ya algunas propuestas, algunos proyectos producto de la
campaña de De la Madrid: Ley sobre la responsabilidad de funcionarios, reformas constitucionales sobre temas económicos, pero,
de las que fueron materia de mi propia participación fueron una decena de reformas y
otras tantas leyes de distinto tipo, todas vinculadas con justicia. Comparecí ante el Senado, fue la primera vez en que se hizo eso,
Desde el Tribunal Superior Agrario que se
creó con una reforma constitucional del año
de 1992, me dije: “Bueno, me atrae aceptar
esta invitación a ser magistrado del Tribunal
Agrario, porque es la creación de una rama
de la justicia. Algo totalmente nuevo. La ley
es distinta de la anterior; el ámbito, diferente; la autonomía, absoluta”. Así que opté por
permanecer un año en esa función mientras
se organizaba la justicia agraria. Sucedió que
Entrevista a Sergio García Ramírez
ros de docencia en la Universidad. Él era un
poco mayor que yo. No fuimos compañeros
de generación. Y luego lo traté en el servicio
público, teníamos carreras que nos permitían
acercarnos. Él me nombró procurador general de la República y allí estuve seis años.
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SILVIA MOLINA
permanecí más de un año, porque los conflictos del campo eran tan numerosos que
me pareció, sobre todo en la etapa de 1993
cuando lo de Chiapas, poco digno, poco adecuado decir con permiso, ya me voy a retirar, cuando había tanto por hacer. Permanecí
hasta el final de ese mandato: tres años y medio. Se creó la justicia agraria. Cuando dejé
ese proyecto tenía 34 tribunales regionales.
Ahora tiene 56 o 57 y el Tribunal Superior
y sigue trabajando. Cumplí en la forma más
razonable posible, te lo digo con estadísticas
a la mano.
¿Entonces sí volviste a la Universidad?
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Sí, volví a inmiscuirme en los asuntos de la
investigación, con los temas penal y constitucional y derechos humanos, que está, éste
último, muy vinculado al derecho penal. Los
derechos humanos abarcan todo el horizonte
y en el horizonte una de las porciones más
dramáticas es la penal: los derechos humanos
en la justicia penal, los derechos humanos en
la persecución policiaca, los derechos humanos en las cárceles, los derechos humanos en
los menores infractores, en las mujeres delincuentes... Todo eso siguió siendo mi tema,
fue entonces cuando recibí una nueva invitación, que agradezco, en la que tuvo mucho
que ver como buen amigo el profesor Héctor
Fix Zamudio.
¿La Corte Interamericana?
Efectivamente. Fix Zamudio había sido juez
de la Corte Interamericana y presidente de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Terminó su periodo y pensó que si habría
otro juez de nacionalidad mexicana, ese otro
juez podría ser yo. Alentó esa posibilidad. No
tenía facultades de nombramiento, pero alentó esa posibilidad ante el gobierno mexicano
y la Organización de los Estados Americanos.
Yo estaba instalado en la Universidad como
investigador y, bueno, sí, se me designó juez
de la Corte a partir de 1998.
¿Dónde vivías?
En México porque no era indispensable residir en San José, la sede de la Corte, que es un
tribunal permanente. Desde allí administra
justicia en materia de derechos humanos, el
ramo de su competencia. Iba a periodos de
sesiones, varios en el curso del año. Es un
Tribunal con un gran prestigio y una enorme
fuerza tomando en cuenta que no es un tribunal que disponga de una fuerza pública para
exponer sus decisiones sino con fuerza moral
y al mismo tiempo jurídica. Los Estados están obligados a atender las decisiones de la
Corte. Habrás oído hablar de grandes casos
concernientes a México, como el de Radilla
Pacheco y otros grandes casos que cambiaron
el rumbo de la ley o de la jurisprudencia de
un país a partir de las decisiones de la Corte
Interamericana. Empecé a despachar como
juez de la Corte Interamericana en ese año,
estuve seis años.
¿Sin dejar la Universidad?
Era compatible, porque además había otra
cosa que era algo perfectamente sabido y
entendido: la Corte, en esa etapa, no cubría
salarios, honorarios o sueldos a sus integrantes, siete magistrados de distintos países de América. Era un pago simbólico, una
pequeña cantidad para cubrir los gastos de
los días de estancia en San José y los gastos de transporte, pero nada más. Pero había
áreas prohibidas, como ser funcionario público. No se podía ser secretario de Estado
y al mismo tiempo juez de la Corte, pero sí
se podía ser, y varios lo eran, profesor o investigador universitario. Terminó mi etapa,
seis años, y fui reelecto por la Asamblea de
los Estados Americanos para otros seis años,
durante esa segunda etapa fui presidente de
la Corte durante cuatro años. Al presidente
de la Corte lo nombran los magistrados integrantes de la Corte, a los que se designa
como juez. Estuve en esta encomienda doce
años sin dejar de ser investigador universitario en ningún momento.
¿Cuándo entraste al Seminario de Cultura
Mexicana?
Entré hace veinte años y nunca me he separado de él. Entré por la generosa invitación
de mis colegas, entonces impulsados por don
Raúl Cardiel Reyes, con quien, para decir
verdad, no tenía una gran amistad. Nos llevábamos con buen trato, por supuesto. Mayor
que yo, era un personaje interesante, importante en la Universidad y en el ámbito de la
educación pública, pero no tenía, digamos,
una fuerte amistad. Él consideró que podría
¿Qué es lo que más te gusta del Seminario?
Mira, me gusta el Seminario, lo que hace, la integración que tiene: esa composición plural,
heterogénea, en la que participan personas de distintas disciplinas, de distintas áreas y entonces te encuentras conviviendo con un astrónomo, un filósofo, un literato, un médico o un
historiador siendo abogado. Los otros a su vez supongo que tienen algún beneficio. Esto me
parece muy representativo del Seminario. El hecho de que el Seminario no sea tampoco una
institución abrumadora que requiera de sus integrantes una dedicación tan intensa que nos
impida vivir de nuestras propias profesiones, de nuestras propias actividades, nos permite desarrollarnos en ellas. Es muy interesante, también, este cometido característico del Seminario
distinto del que tienen otras instituciones igualmente respetables, de salir a hacer lo que se
llama con un lenguaje vasconceliano “misiones”. Es algo noble, es una idea bella. Ir como vamos, con la frecuencia en que podemos a todos estos lugares que hemos llegado a conocer y a
querer es algo también interesante. Y además siento que el Seminario ha tenido un desarrollo
ascendente bajo sus sucesivos presidentes, un buen desarrollo. Me gustaría que el gobierno
mexicano, el gobierno de la República con el que el Seminario tiene una buena relación, puesto que es un organismo descentralizado, viera más hacia el Seminario, que ponderara mejor
lo que es y las aportaciones que puede hacer. Creo que esto se irá logrando de una manera
paulatina. Este conjunto de factores me parece que son el conjunto que quiero, que pondero,
que estimo más en el Seminario, que, además, ahora tiene una integración más razonable porque hay un buen número de mujeres. Cuando entré no era el caso. He tenido la oportunidad
de participar en organismos plurales, judiciales, educativos, culturales integrados casi exclusivamente por varones y he podido ver cómo paulatinamente ingresan en ellos mujeres, con
la excelencia idéntica a la de los varones o mejor. Es interesante para el Seminario que ahora
una mujer lo presida porque es más representativo de la realidad de nuestro país y de lo que
queremos para él.
No hemos hablado de tus publicaciones, Sergio.
Soy un devoto escritor y un inquieto lector, y escribo más de lo que debiera. Probablemente
debiera escribir menos y seguramente lo haría mejor. Quizá si no escribiera nada, lo haría todavía mejor. Y, como tú sabes, me quedan todavía resabios de mi vieja afición literaria, como
lo que he escrito en estas obras Para las Navidades, pero en cuanto a publicaciones académicas, técnicas, profesionales tengo varias. Prácticamente por todos los ámbitos por los que he
ido pasando algo ha quedado, algunas publicaciones he dejado. De mi etapa de Procurador
escribí un libro sobre el proceso penal en México, un libro de texto que llegó hasta la quinta
edición, y un prontuario de la justicia penal que llegó hasta la décima y que algún día podré
actualizar, cuando termine la cascada de reformas que tenemos porque ahora no puede uno
hacer nada porque todo se está reformando todos los días. De la etapa de magistrado agrario
tengo la única obra que se ha publicado de derecho procesal agrario conforme a la legislación
de 1992. Sobre temas de derechos humanos y de mi estancia en el Tribunal Interamericano de
Derechos Humanos tengo varias.
Tampoco hemos hablado de tu candidatura presidencial.
Hace más de cuarenta, cuarenta y cinco años, me incorporé a un partido político en el que he militado toda mi vida, y en el que pretendo seguir militando el resto de mi vida que será larga. Estuve
cerca de ese partido y estoy cerca, aunque ya no en función muy activa, pero me he desempeñado en él. Dentro de ese partido nunca fui legislador, digamos, o pretendiente de algún cargo
de elección popular. Al final de la etapa del gobierno del licenciado De la Madrid, se ensayó
una novedad para elegir al candidato priísta a la presidencia de la República, cuando el ser
candidato priísta formal era realmente la antesala de la presidencia misma, porque no parecía
posible ni fácil que otros candidatos pudieran llegar. Se envió a esta tarea, a este frente de
Entrevista a Sergio García Ramírez
entrar. Fue en 1993, cosa que para mí es grata y pretendo permanecer otros cuarenta o cincuenta años, por lo menos.
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SILVIA MOLINA
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batalla a seis priístas, llamados entre comillas
“seis distinguidos priístas” para postularse y
competir. Fue una novedad interesante, una
novedad útil, digamos, que hacía de lado al
sistema aquel del tapado; un tapado que sólo
Dios sabía quién era, aunque Dios estaba perfectamente identificado para estos efectos. Se
diluía un poco el tapado entre varios tapados,
quizá no todos con la misma fuerza y fuimos
a esa palestra. Lo estimé delicado, lo pensé y
lo comenté, pero finalmente acepté participar
en un proceso con esas características siendo
Procurador de la República. Siendo alguna
otra cosa menos comprometida, menos inquietante, pero siendo Procurador de la República ser candidato o precandidato de un
partido me parecía delicado, pero nadie me
cuestionó. Nadie dijo cómo es posible que
quien procura la justicia pretenda al mismo
tiempo ser candidato. Quiero suponer que
había confianza en que había imparcialidad
y así fue. Finalmente hubo un día, una fecha,
un 4 de octubre en el que pareció que el fiel
de la balanza se inclinaba por tu amigo, el de
la voz. No fue así y, me siento tranquilo y satisfecho de mi comportamiento en ese momento y de que las cosas ocurrieran en santa
paz. Seguí las reglas del juego, eran reglas
que todos conocíamos y que de alguna manera regulaban nuestra conducta. No tiene
uno por qué enojarse o entristecerse porque
el juego no favoreciera. Juegas con esas reglas, si quieres otras reglas, te vas a otro juego.
Este fue el primer momento de mi aparición
en la escena.
María, la presidenta. Estuve allí poco menos
de un año, once meses, no pretendía convertirme en funcionario permanente del partido sino manejar o contribuir a manejar esa
circunstancia tan complicada, y hacerlo con
lealtad al organismo que alguna vez me había
planteado la posibilidad de ser candidato a la
presidencia. Participé, y terminado ese periodo en el que sentía, además, que la situación
ya se había estabilizado más o menos, regresé
nuevamente a la Universidad.
¿Fuiste presidente del partido, ¿verdad?
Recibí nuevamente una oferta de mi partido:
“Preside el partido”. Esto fue en la época en
que Montiel y Madrazo estaban a punto de
competir por la candidatura, fue gratificante que todas las corrientes de opinión dentro del partido me ofrecieran la presidencia
del partido. Eso sí lo decliné. No consideré
que fuera la persona adecuada ni la circunstancia propicia para generar ventajas, algo
mejor para el pri; por otra parte, acababa de
ser designado presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Entonces
sí, también me dije: “Esto es una cosa muy
delicada, tengo una responsabilidad internacional, me acaba de designar la Asamblea
General de la oea juez y luego presidente de
la Corte Interamericana y no quisiera, porque aquí sí se compromete hasta el nombre
de México, decir: “Ahora me voy a mi partido”. Me pareció que no se debía, lo decliné, y
el resto de la historia es bien conocida en lo
que respecta a mi partido.
¿El segundo fue tu participación en el
partido?
¿Y el ife?
Vino la derrota electoral de mi partido, una
incuestionable derrota electoral. Esto fue el
año 2000; en ese momento me invitaron a ser
Secretario General del pri, en el momento de
la derrota. Era presidenta una mujer distinguida, Dulce María Sauri, y me dije: “bueno,
mi partido está muy golpeado y en riesgo evidente de quebrantarse mucho más y quizá de
no perdurar porque es un partido construido
desde arriba, y careciendo de Presidente de
la República las cosas se van a poner difíciles y diferentes, y además hay una arremetida
fuerte contra el partido. Entonces, me parece
de buen gusto y de lealtad elemental, que estando el pri en esas condiciones asuma la Secretaría General”. Y la asumí al lado de Dulce
Luego vinieron otras elecciones, otros momentos, otras etapas y se desintegró parcialmente el Consejo General del ife, el Instituto
Federal Electoral. Había tenido cierta cercanía con los temas de la organización electoral cuando fui subsecretario de Gobernación,
porque entonces funcionaba la Comisión Federal Electoral y había un Registro Federal de
Electores. El subsecretario de Gobernación
no era ajeno a todo aquello. Algo se sabía,
algo se aprendía y algo se miraba de los temas
electorales. Se plantea esta cuestión del ife:
Debía tener nueve consejeros en ese momento –ahora son más, estamos hablando de hace
dos años–, y faltaban tres. Y durante catorce
meses, en un organismo de esas característi-
Los consejeros que había eran buenos y estaba caminando el organismo pero con un esfuerzo muy grande y no en las mejores condiciones. Los partidos, eso sí ya es la mecánica de
ellos, que son los que en la Cámara de Diputados tienen que establecer un acuerdo y elegir
a un consejero al menos por dos terceras partes de la votación –mayoría calificada–, llegaron
a la conclusión de qué personas podían ser consejeros del ife; me plantearon la posibilidad
de que aceptara ser consejero. Estaba en la Universidad y me dedicaba a otros temas. Nunca
había aspirado a ser consejero del ife.
Me plantearon esa posibilidad con argumentaciones propias de ese momento y de la benevolencia de los amigos. Me lo planteó quien entonces era presidente de la Junta de Coordinación Política que era el jefe de la bancada del prd, pero lo secundaron el pan y el pri. Y
les dije: “Señores, a ver, me están sugiriendo que asuma esta responsabilidad en función de
las circunstancias del país desde el punto de vista político electoral y por la inminencia de las
elecciones. Estamos en noviembre del año inmediato anterior a las elecciones y ha arrancado el proceso electoral. Entonces creo que hay una cierta obligación de decir que sí, meto el
hombro para llevar la carga; pero primero, ustedes conocen mi trayectoria y si no la conocen,
me extraña que me inviten. Ustedes conocen mi trayectoria, ¿no hay problema? Porque si hay
el mínimo problema de colores y cosas de ese tipo, lo declino. No quiero problemas o agravar
problemas ni asumir algunos. Si la confianza es total, no hay problema. Segundo: disculpen
que no participe en procesos de preselección, en mesas redondas y en cosas de esas porque no
soy aspirante, no soy candidato; si tampoco hay problema, platicamos”. Y me dijeron: “Mire,
la decisión es unánime. Usted y dos colegas más, muy competentes, muy calificados, Lorenzo
Córdoba y María Marván, van a ir en las mismas condiciones; es decir, con unanimidad. Estamos de acuerdo todos”. Di un paso más: “Voy a agregar algo a mi decisión con la cual cuentan
ustedes, desde luego. No pretendo convertirme en funcionario electoral tampoco de forma
definitiva ni estoy en las condiciones de hacerlo. Tengo cierta edad, que seguramente ustedes
no ignoran, y si la ignoran, mírenla. Mi afición, mi deseo, mi vocación en este momento es
otra, pero no quiero dejar de participar en esto. Entonces, voy por un tiempo. ¿Qué tiempo? El
tiempo de las elecciones que son muchos meses y un poco más, para que no sea algo así como
terminamos la comida y nos vamos. Un poco más. Eso lo manifiesto desde ahora”.
Y se lo manifesté a los tres partidos políticos con toda claridad y llaneza porque quería
que no hubiera después malos entendidos. “Bueno, es su decisión, no la objetamos”. Entonces
entré al ife como consejero electoral. Transitamos las elecciones como se transitan en México,
llenas de vicisitudes. La expresión sería: entre gritos y sombrerazos.
Hice muy buenos amigos entre mis compañeros consejeros y entre los representantes de
los partidos. Nunca me cuestionaron por antecedentes partidarios, cosas de ese tipo. Viví el
tiempo que viví en el ife con las tensiones propias de un proceso electoral complicadísimo.
Muy concurrido, con dimes y diretes. Luego me encomendaron que me hiciera cargo de una
comisión muy simpática, muy interesante que fue la del debate entre los candidatos, que
presidiera la Comisión de Debate entre los tres candidatos. “Bueno”, me dije, “si mi modo de
hacer las cosas es útil para los candidatos, vamos a entrarle a este otro desafío”. Lo hice y lo
hice con gusto. Y así llegamos al final del año antepasado, y entonces les recordé a los partidos.
“Bueno, señores, no lo voy a proclamar sino que lo voy a decir simplemente: recuerden. Ha terminado el proceso electoral, han transcurrido algunos meses y mantengo mi idea de entonces,
de ceder este asiento a otra persona que lo pueda ocupar con mayor acierto que yo”. Entonces
me dijeron: “Pero quédese hasta octubre cuando va a haber elecciones”. “Yo estoy en lo dicho y creo que ustedes también. Y se los anticipo porque ustedes tienen que hacer un juego muy
complicado en el cual ya no intervengo, para ver quién y cómo”. “Bueno, y a partir de cuándo,
en qué día, en qué fecha se formaliza su renuncia al cargo”. “En las que a ustedes les convenga.
No quiero crear problemas, en la que les convenga”. Mi respuesta fue: “No tengo urgencia, no
tengo prisa. Más bien la fecha que les convenga”. “No, no, es una decisión personal de usted”.
Entrevista a Sergio García Ramírez
cas, en vísperas de las elecciones nacionales, no hubo acuerdo para esos tres; por lo tanto, el
ife estaba insuficientemente integrado.
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SILVIA MOLINA
92
“Muy bien”, les dije, “entonces elijo el 1 de febrero de 2012, porque es el día en que cumplo
setenta y cinco años, y me parece muy lindo que al cumplir tres cuartos de siglo me retire de
este cargo y reanude otros desempeños”. Y efectivamente, cuando eso ocurrió, les dije muchas gracias, me levanté y me fui. Punto. “Oiga, pero venga usted a una sesión especial para
despedirlo”. “No no, no. A mí no se me dan las despedidas ni las sesiones especiales. Hemos
terminado y ahora es labor de ustedes buscar a un nuevo consejero”. Y para que no hubiera
tampoco dudas, aunque siempre las hay, siempre las habrá, y es natural que existan, todo esto
que te estoy diciendo lo escribí y lo publiqué en Voz y voto, la revista de Jorge Alcocer, que
tuvo el acierto de decirme: “Publica, porque luego la gente se hace malas ideas”; y también
en otra revista, El mundo del abogado. Ese fue mi paso por el Instituto Federal Electoral, hoy
Instituto Nacional de Elecciones.
Coloquio
Guadalupano
GERMAN VIVEROS
Miembro Titular
Nota preliminar
E
l editor del Coloquio pensó fundamentalmente en contribuir a la mayor difusión de un texto mexicano del ochocientos, escenificable a partir de las llamadas apariciones de la Virgen
de Guadalupe, y considerado desde la perspectiva del teatro evangelizador franciscano
del siglo xvi, del que es heredero. Se ha vislumbrado también a un posible destinatario: el
lector culto aunque no especializado en asuntos filológicos, sí interesado en conocer y comprender aspectos de literatura dramática novohispana y mexicana, manifestados en textos
inéditos o escasamente conocidos en versión impresa. Para lograr esto, se ofrece la edición del
manuscrito consultado y aprovechado, acompañada de una prosificación que ha pretendido
facilitar la lectura comprensiva y fluida del texto que se publica, evitándole al lector la remisión a numerosas notas de pie de página, dejando sólo las indispensables para la finalidad aquí
propuesta. Así, el lector encontrará enseguida una presentación que contiene información
acerca del manuscrito del Coloquio, su identidad como heredero del teatro evangelizador novohispano del quinientos, su finalidad, las escasas peculiaridades dramáticas que ofrece, las
ediciones de que ha sido objeto y los criterios empleados en ésta; además, encontrará el texto
‘original’ en verso y la prosificación anunciada.
GERMAN VIVEROS
94
Presentación
I. El Coloquio del ochocientos editado es una pieza dramatizable compuesta para conmemorar,
difundir y arraigar en México el culto a la Virgen de Guadalupe. Puede considerarse etapa evolutiva del teatro evangelizador franciscano escrito en náhuatl y practicado en Nueva España
entre los años 1530 a 1580. Esta modalidad teatral surgió del afán de enseñar a indígenas monolingües de náhuatl aspectos considerados esenciales del cristianismo, tales como la asunción de la Virgen María, la eucaristía, la muerte y resurrección de Jesucristo, o bien la noción de
la Trinidad; además, con finalidad edificante se comentaban pasajes del Nuevo Testamento:
el juicio final, la Pasión de Jesucristo, o el sermón de la montaña. Era una modalidad teatral
destinada exclusivamente para la población autóctona, escenificada por los indígenas bajo la
supervisión de los frailes.
Con posterioridad al año 1580 y hasta la vida independiente del país, surgió el teatro de
tema guadalupano, concebido para inculcar el concepto de las apariciones de la Virgen en el
cerro del Tepeyac, para lo cual, la perspectiva teatral era sólo medio de transmisión de un pensamiento, quedando en segundo término la esencial finalidad espectacular, considerada como
reelaboración de aspectos de la realidad constatable. Además, el público destinatario dejó de
ser sólo el de indígenas monolingües, a fin de incluir a toda la población, sin distinción alguna. Así, el teatro guadalupano asumió idiosincrasia propia respecto al evangelizador, aunque
éste le haya heredado parte de su patrimonio, como fue el caso del espacio de representación
en sitios venerandos: templos y atrios católicos, o bien el recinto sagrado de Tonantzin en el
Tepeyac. La temática exclusivamente religiosa es otra peculiaridad compartida por la dramaturgia promovida por franciscanos en el siglo xvi y por los coloquios y comedias en los que la
figura guadalupana es imprescindible. Situación equiparable es la que ofrece, en ambas modalidades teatrales, la no cabal definición de los caracteres humanos presentes en los textos, en
aras de la esencial finalidad religiosa de las piezas. Otro tanto puede decirse del lenguaje coloquial cotidiano presente en ambas facetas de este teatro devoto, modo de expresión debido
a la exigencia de comprensión por parte de un auditorio sencillo y poco cultivado. Más aún,
el tono coloquial pretendía muchas veces relacionar a personajes de ficción con espectadores,
facilitando así el resultado didáctico. Todo esto es lo que hace creíble considerar al teatro guadalupano como heredero del realizado por franciscanos varias generaciones antes.
II. El manuscrito en el que se basa esta edición se conserva en la Biblioteca Nacional de
España con la clasificación 3167 y la clave Mss.Micro/3520 en su versión digitalizada, hojas
42r a 52v. Es un texto compuesto, probablemente, hacia fines del siglo xviii o en los inicios
del ochocientos, pues se tienen noticias de su representación en 1807. 1
El manuscrito editado tiene la rúbrica de un bachiller novohispano de nombre José Protasio Beltrán, de quien se sabe que ejerció alguna función administrativa durante el virreinato,
además de atribuírsele la autoría de obras de carácter edificante, adicionales posiblemente al
Coloquio de Nuestra Señora de Guadalupe.2 No se tiene certeza de que Beltrán haya sido el autor de esta pieza, particularmente por el hecho de la prolongada tradición existente del tema
de las apariciones de la guadalupana a lo largo del virreinato novohispano, que parte desde el
tiempo de composición del documento anónimo titulado Nican Mopohua, en el que también
se describen las apariciones de la Virgen e incidentes concomitantes por medio de sus diálogos con el indio Juan Diego. Se constata así que la temática de nuestro Coloquio surgió desde
el último tercio del quinientos y fue asumida, descrita y parafraseada por más de un escritor,
uno de los cuales pudo ser José Protasio Beltrán, narrador del asunto guadalupano, sobre
1
Hay datos que conciernen a las versiones manuscritas de este Coloquio, a partir de la de 1596 –esta última de imposible ubicación hoy en día. Algunas de esas informaciones se hallan en las publicaciones siguientes: a) A. Lorente Medina: “Un nuevo
hallazgo guadalupano: el Coloquio de Nuestra Señora de Guadalupe”, en: Studi di letterature iberiche e ibero-americane offerti a
Giuseppe Bellini.- Roma, Bulzoni Editore, 1993, p.591-611; b) X. Escalada: Enciclopedia guadalupana.- México, 1995, t.II,
p.237-238; c) L. Brunori: “Coloquio de Nuestra Señora de Guadalupe (1807)”, en: C. Fiallega (coordinadora): Historia del
teatro guadalupano a través de sus textos.- México, Universidad Veracruzana, 2012, p. 271-299; d) A.R.Valero de García Lascuráin: “Coloquio de María Santísima de Guadalupe, cuando se le apareció al dichosos Juan Diego (1596)”.- Ibidem, p. 49-71.
Hay una breve descripción de estas ediciones en el apartado número III.
2 De todo esto informa detalladamente L. Brunori en su edición mencionada en la nota 1.
III. Ediciones del Coloquio publicadas en años recientes son las citadas en la nota 1 precedente. La de Antonio Lorente (1993) contiene un preámbulo erudito que, entre otras informaciones accesorias, menciona posibles antecedentes textuales del Coloquio, entre los que
considera especialmente el debido a José Joaquín Fernández de Lizardi: Auto mariano para
recordar la milagrosa aparición de Nuestra Madre y Señora de Guadalupe. El autor no se refiere
al antecedente más remoto que se halla en el Nican Mopohua. El preámbulo de Lorente apunta
también al lenguaje “aindiado del personaje”, debido –según el editor– a “conseguir la hilaridad de los espectadores”. Hay mención rápida a peculiaridades del protagonista Juan Diego,
definido como humilde y candoroso. De la versificación se dice que es “casi exclusivamente
octosilábica”, con “algún verso de distinta medida”, además de “cuatro cuartetas heptasilábicas”,
entonadas por Música. Se encuentra asimismo un resumen de contenido de la pieza que precede
a los “criterios de edición” empleados, en donde se dice que se ha “respetado el texto original
con sus peculiaridades lingüísticas y ortográficas”, pero que se ha modernizado la acentuación
y eliminado abreviaturas, “para una lectura más fácil”. Se advierte también que se han aplicado
“mínimas modificaciones”, indicadas mediante corchetes. Viene finalmente la edición numerada de los versos que constituyen el Coloquio, acompañada de abundantes notas explicativas.
El jesuita Xavier Escalada publicó en 1995 una versión abreviada de lo que llamó “Coloquio
1596”. De éste reprodujo fotográficamente su portada, que de modo manuscrito dice Coloquio de
Ntra Sra / Ma Sma. De Guadalupe / Escrito en el año del Señor de / 1596. El editor no mencionó su
ubicación. Aclara que él aprovechó una copia datable en 1846, en forma de cuadernillo “escrito
a mano, con bastante buena caligrafía”. Define la pieza como propia de teatro popular y destinada a su representación en atrios de iglesias, en ocasión de festividades religiosas. Señala el coloquialismo que la caracteriza, propio de un pueblo “no muy hábil para expresarse en español”.
Afirma el editor que transcribió el Coloquio “conservando la grafía original, tal como se halla en
este interesante manuscrito cuyo original es de 1596”. Sigue a continuación el texto editado, que
abarca solamente los versos 1 a 184 de esta última edición hasta ahora.
Livia Brunori publicó en 2012 el “Coloquio de Nuestra Señora de Guadalupe (1807)”. Se
trata del texto rubricado por José Protasio Beltrán, del que refiere minuciosamente su larga tradición manuscrita y editorial, partiendo del Nican Mopohua, con el que compara al Coloquio de
Beltrán, destacando paralelismos y posibles influencias, no obstante los dos modos distintos de
composición observables en una y otra versión. La editora se detiene brevemente en la caracterización del lenguaje de los protagonistas: popular, simple e imperfecto por influjo del náhuatl
en el caso de Juan Diego, y “un castellano perfecto” en el de la Virgen y “los cultos sacerdotes”
que intervienen en la pieza. Todos ellos –nos dice la editora– se expresan “en su mayor parte”
mediante “octosílabos en rima asonante en los pares, pocos endecasílabos, algunos heptasílabos […] y pocos versos de pie quebrado”. En su conjunto, sin embargo, prevalece “la frescura
lingüística y […] la espontaneidad de los diálogos”. La profesora Brunori considera que la finalidad del Nican Mopohua –antecedente remoto del Coloquio– fue la de “atestiguar los hechos
extraordinarios” de las apariciones guadalupanas, y pareciera que la editora la asigna también
al texto de Beltrán. Ella se refiere, por otra parte, a un par de aspectos de índole dramatúrgica
que percibe en el Coloquio: la mención de las unidades de tiempo y de lugar, detectables en el
señalamiento del único día en el que se desarrolla la acción total de la pieza y los tres precisos
lugares en que ocurre; además, nos ofrece detalles caracterizadores de los personajes, particularmente Juan Diego, a quien ve miedoso y apocado, pero no por ello carente del todo de ingenio y
3
Según José Mariano Beristáin de Souza, José Protasio Beltrán escribió: a) Las vidas de S. Pagnucio y de Judith; b) Vida de la
M.R.M. Mariana Veitia. Fundadora y abadesa de las Capuchinas del Santuario de Guadalupe; c) Apología de Sta. Teresa de Jesús;
d) Devocionario a honra de Dios, admirable en el bienaventurado Francisco de Jerónimo, de la Compañía de Jesús.- (Biblioteca
hispanoamericana septentrional, tomo I).- México, unam, 1980, p. 171-172.
Coloquio Guadalupano
todo si se considera que ese bachiller tuvo la sensibilidad para componer, al menos, dos obras
biográficas, una apologética y otra más que es un devocionario.3 Por su formación religiosa
y acaso universitaria, Beltrán puede ser considerado buen intérprete literario de la tradición
de las apariciones guadalupanas, más que un parafraseador. Las peculiaridades expresivas del
texto del Coloquio respaldarían esa condición personal de Beltrán.
95
GERMAN VIVEROS
de sutil gracia. De los otros personajes, la editora dice que la Virgen es presentada como madre
protectora y compasiva; el arzobispo “positivo” y el Padre portero “desagradable”; al personaje
Música no lo singulariza. Al término de los comentarios preliminares, la profesora Brunori anota
sus criterios de “transcripción”, entre los que destaca la “conservación de la ortografía original”,
aunque con modificaciones e incluso “una lectura parafrástica del verso”. La edición del texto
fue numerada en su versificación y acompañada de notas de pie de página.
La doctora Ana Rita Valero de García Lascuráin publicó en 2012 un Coloquio de María
Santísima de Guadalupe, cuando se le apareció a el dichoso Juan Diego 1596. Es un texto anónimo que, para la editora, se conservó gracias a la labor de un copista decimonónico llamado
Apolonio Santos. Considero mixta esta edición del Coloquio, porque está integrada por partes incluidas en la versión de Escalada y en la de José Protasio Beltrán, además de la propia
interpretación del propio Santos. La suma de estos elementos ha resultado un texto nuevo o
diferente, aunque no original. La presentación del texto preparado por Valero discurre, entre
otras cosas, en torno a la anónima autoría y a su probable finalidad moralizadora. Del lenguaje
del Coloquio se dice que “está en rima, armado ex profeso con una voluntad de ritmo”. En
realidad está prosificado, aunque son distinguibles los versos de las interpretaciones que sirvieron de modelo a ésta. En cuanto a criterios de edición, se advierte al lector que se presenta
“la obra transcrita de letra a letra, […] de la misma manera en la que aparece en el documento,
sin modificar la ortografía original”; sin embargo, esto no ocurre invariablemente, pero se advierte en notas de pie de página, es el caso de la puntuación, acentuación y principales rasgos
sintácticos, además de la “secuencia lógica”, que ha separado “las partes de los protagonistas
que en el original muchas veces aparecen en la misma línea”.
96
IV. La edición presente, pretende destacar rasgos de interés en este coloquio guadalupano,
que es una especie de guión representable, escrito –como ya se dijo– para contribuir al arraigo
de la fe guadalupana. Así, no ha de esperarse una obra dramática en sentido estricto, aunque
sí alguna peculiaridad de índole propiamente teatral, como la discreta espectacularidad perceptible en las apariciones de la Virgen (v. 48-51, por ejemplo), o en la exposición de la tilma
de Juan Diego (v. 443-450); a esto es de añadirse también el mesurado gracejo de Juan Diego
(v. 33-37, o 65-70), que intenta provocar una sonrisa en los espectadores; no obstante esto, la
pieza carece de sólida estructura interna, para quedar en simple sucesión de hechos significativos para el autor. Mención aparte merece el lenguaje del Coloquio, por su natural expresión,
propia de un indígena nahuatlato que chapurrea el castellano, tanto oralmente como por escrito. Esto hace del texto, además de doctrinador, un buen testimonio de realidad lingüística
novohispana apenas consumada la conquista.
Ha de tomarse en cuenta, por otra parte, la habilidad para confeccionar la estructura de la
métrica del texto, en el que prevalece claramente el romance de rima vocálica o asonante en
–e– en los versos pares, sin embargo son detectables algunas innovaciones: la falta de estrofas
que es sustituida por cuartetas, la combinación de versos diferentes al octosílabo, o bien la
rima asonante en versos impares, hecho inusual este último; véanse, por ejemplo, las cuartetas
incluidas en los versos 13-16, 17-20, 21-24, 45-48, 49-52, 53-56, 57-60. Hay además variedad
métrica importante, común en el romance; a modo de ejemplo menciono algunos tetrasílabos
(285, 292, 300), pentasílabos (288, 294), hexasílabos (432, 436), eneasílabos (109, 143), decasílabos (325, 346, 353) y endecasílabos (41, 293). Se encuentra también una serie de versos
blancos (153-156, 169-172), o libres (201-205) y alguna quintilla (383-387); son destacables
las endechas o romancillos incluidos en los versos 385-404.
Los atributos señalados constituyen –a mi juicio– el mérito mayor de la obra. Hay que
decir, sin embargo, que sus cualidades extrínsecas se ven opacadas por el tema de las apariciones, que fue la intención primordial del autor –realizada exitosamente–, no la de crear una
pieza de índole artística-literaria.
Los criterios que han regulado esta edición son los siguientes: 1) el texto se presenta
como en el manuscrito, excepto los versos 192, 229 y 439, que en el original aparecen como
Coloquio de Ntrã
Señora de Guadalupe*1
Juan…
5
10
15
20
25
30
Parece qe se lo pagan
este mi tio tan enfermo,
que antes qe Dios lomanesca
quiere on totachi trayendo.
Bien lo sabes to mi Dios
que lo está tan gueno el sueño,
que mas qe todo totachi
me lo quagra mas me cuero.
Porque lo impongria mi Dios
que lo hayga tan gran Infierno,
para los que no confiesa,
mi tio Juan losta temiendo.
Pucha pucha lo mas fiero
que á tamaño cocoliscle
ne borraxa ne mastuerzo,
ne me polque ne sempola,
so ningono otro remedio
lo quiera qe se lo quite,
ygora lo ba Juan Diego
a Santiago Tlatelolco
á trer on Pagre, buen cuento.
¿Pero para que me para?
si siempre lo he dir corriendo;?
mas que hayi sos borros beo,
no, lo mejor es ir los pie
que lo yegare mas presto
sin que me los de on caida
al ir sobiendo la cerro.
Voy, pues, pero voy pensando
que lo digo quando yego
hablar con este totachi
que lo es tan inrracionero.
97
*1 Este
título aparece registrado de manera distinta en la edición parcial publicada por Xavier Escalada en su Enciclopedia Guadalupana (II, 237-238); aquí se asienta: Coloquio de Ma. Santícima de Guadalupe, cuando se le apareció a el Dichoso Juan Diego.
Después de este título, X. Escalada transcribe unas líneas que no están en el manuscrito aprovechado aquí, esas líneas son las
siguientes:
“A el peso de media nochi se emfermo Juan Bernardino, tio de Juan Diego
pr. disposeción Divina, y estando dicho Juan Diego, Recojido, le ablan pa. qe
se levante a traer un padre pa. qe. se confiese dicho Juan Bernardino, y antes de levantarse dicho Juan Diego, ciendo lla a la madrugada, dice a sí Coloquio Guadalupano
uno más (193, 230, 440, respectivamente), los dos versos 422-423 se ofrecen en el original
como uno solo (422); no hay modificación alguna adicional a éstas; 2) se ha incorporado una
prosificación del texto, en la que se incluyen, entre corchetes, algunas acotaciones y las cifras
correspondientes a versos del manuscrito, el cual carece de ellas; 3) hay notas explicativas a
pie de página en el caso del texto editado.
.
mismo, de esta manera:”
Inmediatamente después del texto precedente entrecomillado, X. Escalada transcribió solamente la parte que corresponde a los
versos 1 a 184 de la edición presente.
1 pagan: equivale a apaciguan (del latín pacare < pax).
4 totachi: nahuatlismo correspondiente al castellano sacerdote.
13 pucha: interjección de uso coloquial equivalente a ¡vaya!
14 cocoliscle: es nahuatlismo que define una enfermedad gastrointestinal que algunos identifican como fiebre amarilla, o bien
tifoidea.
16 sempola: es nahuatlismo en lugar de cempoal = cempasúchil: planta y flor.
GERMAN VIVEROS
98
Si lo digo tio esta enfermo,
ya parece que los veo
35
como lo garra so cuerda
y que me los dá on consejo
que lo yebo en las espaldas
entonces lo tengo miedo
quando me da on cocoliscle.
40
Si lo digo tio se muere
me dira, con eso andarán bebiendo,
esa fue algona trancada
que se dio; ya tengo miedo
para que el virgen me yode
45
lo rezaré so Salterio
no me lo salga algon cosa
al ir sobiendo la cerro.
Pues Dios te Salve Maria
ya croque bamaneciendo
50
porque yi lo anda ona luz
muy pelegrino muy beyo,
este lo es algon portento
ó quizá es algon pasiado
que se lo biene a Mexico.
55 Yo de yegar saludarle,
tente quineque mi Señora,
dime que lo andas haciendo
tan temprano neste monte
lo tienes algon paseo,
60
ó lo bas por algon Pagre.
Ntrã Srã. Parate hijo Juan Diego
á ti te busco atiende.
Juan.
Pues yo lo busco una Pagre
me lo confiesa on enfermo.
65 Ntrã Srã. Parate escucha mis voces
que á solicitarte vengo
quiero valerme de ti,
para un arduo y grave empeño.
Juan … Pues despues te lo valdrás
70
que voy apriesa ya vengo.
Ntrã Srã. Oye, no seas presuroso,
quiero contarte Juan Diego,
mis fabores é intencion.
Juan … Como no sea largo el cuento
75
yo te lo escocharé on rato;
si quieres vamos siguiendo
iras diciendo y andando.
Ntrã Srã. Solo hacerte saber quiero
que soy la Madre de Dios,
80
soy Maria Reyna del Cielo.
Juan….. Tambie te lo hago saber
que lo tengo mi tio enfermo
32 inrracionero: el contexto siguiente evidencia que este vocablo no deriva del sustantivo racionero, sino de razón.
42 trancada: mexicanismo equivalente a borrachera.
53 pasiado = paseado < pasear: es como paseante. Esto se confirma por el sentido del verso 55.
56 quineque = quinequi: es nahuatlismo equivalente a la frase
verbal si lo quieres. Prosódicamente hay que leer quinque.
y lo voy á trer on Pagre
porque selostá moriendo.
85 Ntrã Srã. Aguarda sencillo Neofito:
no tengas cuidado de eso
que tu tio Juan Bernardino
está enteramente bueno.
Anda hijo para la Corte
90
y di al que es Prelado vuestro
que la Santisima Virgen
Madre del Divino Verbo
Señora de Guadalupe,
ha desendido del Cielo
95
para ser vuestra abogada,
en aqueste indiano Reyno;
y quiero que me fabriquen
en este lugar un Templo.
Juan…. Alabado sea Señora
100
¿por qué cosa tan buena?
¿que quieres venir vivir
aqueneste probe cerro?
Ntrã Srã. Porque ésta es propia morada
de los indios, y yo quiero
105
vivir en compañía vuestra.
Juan…. Quan mocho te lo gradezco
pero yo Señora sientto
que no te puedo servir
porque barzobispo me dirá
110
que soy chizero, me dirá
que soy mentira, que no
lo ande yo con cuento
por que me pongra picota
y me dará los dociento.
115 Ntrã Srã. Anda hijo que yo te embio.
y he de ser amparo vuestro;
¿si ami tienes que te falta?
Juan…On Pagre para mi enfermo.
Pero Señora ona duda
120
entre cuidado la tengo,
y te quiero pregontar
¿por qe dexates la Cielo?
¿que lo benites boscar?
Ntrã Srã. Por ti lo dexé Juan Diego;
125
á buscar bengo á los indios
y quiero quedarme entre ellos,
hasta que con todos suba
á aquel mi Divino asiento
de mi Corte Celestial.
130 Juan… Quanto me quagra, está gueno:
mira, tu lo andas volando
y lo has de yegar mas presto
á ber Señor Barzobispo
100 buena: prosódicamente hay que leer büena.
107 sientto: esta forma verbal aparece escrita con doble tt en el
manuscrito.
112 cuento: prosódicamente hay que leer cüento.
145 espines < espinar: en la acepción de ‘estar resentido’ (Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española).
159 chico: aquí se refiere a persona de jerarquía menor.
185 Padre… Bamos Juan, ¿que andas haciendo
Juan… Lo mesmo que pensé,
bie ¿como le bá esta bueno?
Padre.. Di pronto, ¿qué se te ofrece.?
Juan..
Y se lo dixe al virgen
190
que habia de perder la tiempo,
y no me lo habian de crer.
Padre... ¿Qué Virgen?
Juan..
¿La de la cerro;
ona que vi esta mañana
mas hermosa que on Locero,
195
me dixo que se venia
á vivir entre nosotro.
Padre.. Quitate de mi presencia
indio brujo ó hechizero
que virgen habia de hablarte
200
á ti, perron embustero.
Juan. Miroste se lo joraré por vida de
Dios.
Padre… ¿Qué es juramento?
Juan… De mi Pagre, de mi Magre,
de mi tio Juan, de mis aguelo,
205
y de mis hermanito.
Padre… Ya te puedes ir mudando
con tus soflamas y cuentos
porque si mi amo lo sabe,
te mandará dar docientos.
210 Juan… Ya yo tenia ese noticia
desde haya desde la cerro;
poro antes que mi los dé
voy á mi casa rebuelto.
La mano Paternidá
215
me alegro que estoste bueno.
Padre… Voy a darle quenta á mi amo
del chisme de aqueste meco.
Ylustrisimo Señor:
ha venido hay un Juan Diego
220 indio, que es el mas sencillo
de todos los de este suelo,
el qual me ha hecho narración,
que en aqueste bruto cerro
de tepeyac, una Virgen
225
le habló al ir amaneciendo,
él dice que ella lo embió
aqueste Palacio vuestro.
S.Y.
Donde está ese indio decidle
que entre.
Padre.. Señor se fué,
192 El editor ha considerado que es un solo verso octosílabo
los que en el manuscrito aparecen como dos, pronunciados
por los interlocutores Padre y Juan; cf. V.439.
217 meco: vulgarismo con el que se califica a una persona sin
educación, o indecente.
228 El editor ha considerado que este verso concluye en el
verbo decidle, y que el verso 229 se inicia en la frase verbal que
entre, para terminar con el parlamento de Padre: Señor se fue.
Coloquio Guadalupano
yo verda lo tengo miedo.
135 Ntrã Srã. Anda hijo que con mi auxilio
en todo tendras acierto,
vé, y quenta lo que te pasa,
y vuelve que aqui te espero.
Juan… ¿Con que ya sanó mi tio?
140
¿ya lo sanó, ya está bueno?
Ntrã. Srã.Si hijo no tengas cuidado.
Juan… Voy, pues, camino corriendo;
mira, hay te queda el mosicado
estatelo divirtiendo
145
pon cuidado no te espines,
quedate hasta logo.
Ntrã Srã. Mi hijo te quie, y te ampare.
Juan… ¡Qué cosas de nana Virgen!
¿cómo quedrá que en la cerro
150
lo fabriquen on Capia?
y no es eso lo mas pior
¿como quedrá que me crean
siendolo yo on probe indio?
si lombiara on Cachopin
155
ese si era bueno empeño.
Poro yo balgame Dios:
quando he de ser cosa bueno.
Pongo el caso que ya yego;
y lo digo al Pagre chico,
160
que lo tiene de portero,
¿estan casa Solostrisima?
él me dira, ¿qué anda haciendo?
yo le dire vengo ber
que si me lo hace on Capia
165
para el Virgen que me habló
hay tepeyaque sobiendo;
él me dirá, ¿como lo es?
le diré como una Cielo;
tiene el Sol, tiene la Lona,
170
y on mochachito con alas
lo tiene en que pies poniendo.
Poro quando me crerán,
dirán que lostoy mintiendo;
pior de que diga que está
175
hayi sobida la cerro,
me dirá es algon Pastor
que me lo quita hayi logo.
E, Virgen, ya boy yegando
te rezaré on Pagre nuestro
180
porque mi saca con bie
de este so Pagre portero.
Aquí empieza el carabana;
que los tengoste muy bueno
los mano so Reverencia.
99
GERMAN VIVEROS
100
230
yo le despedi temiendo
molestase á su Yllmã
por lo rustico y grocero de sus voces.
S.Y.
Padre á mi mas me molesta
que no me abisase de ello,
235
para haberle dado entrada
y haber oydo por extenso
lo que trahe en su embaxada
pero id pronto, buscadle presto.
Padre… Buscaréle con empeño.
240 Juan… Voy otro vez por mi Pagre
y quitome de estos cuento
porque apenas Barzobispo
me escapé de los dociento;
poro por donde me iré
245
que con el Virge no encuentro,
él dice que halli me espera
yo por aqui voy juyendo
masque yi otro vez venir
ese Virge Soverano;
250
ayi está, le blaré al Virge.
Ntrã. Srã.Como te fué hijo Juan Diego?
Juan..
Lo mesmo que me pinsé
me lo dixeron chizero,
no me dexaro ver Solostrisima,
255
y me escape los dociento.
Mira Señora es mejor
que lo ajosta on mensagero
on cachopin y no yo,
y anda tu porque con eso
260
beran lo bonito que eres,
y que te lo van creyendo.
Ntrã. Srã.Tu hijo eres el que ha de ser
en este asunto mi empeño
vuelve y no tengas cuidado.
265 Juan…. O virgen no digas eso
si ya ona vez me escapé.
Ntrã Srã. Camina no tengas miedo.
Juan… Dejuerza lo de tener
que no soy gran Caballero.
270 Ntrã. Srã. Pero ya en Palacio os buscan:
vuelve hijo que habras de entrar
á hablar con el Arzobispo.
Juan..
Hora lo yevo mas miedo
porque dira el Pagre chico
275
que lo soy un indio necio,
que ya una vez me lo dixo
no lo anduviera con cuento.
E virgen ya voy yegando:
te rezaré on Pagre nuestro
280
porque mi saca con bie,
231 Yllma (=Ilustrísima): ha de leerse ilustrísima, por síncopa
en el octosílabo; cf. v. 452.
248 masque: conjunción de uso popular, equivalente a aunque,
no obstante.
259 Hay una grafía confusa al inicio de este verso, que aquí ha sido
interpretada como y, lo cual contribuye a un octosílabo cabal.
Padre…
285 Juan…
Padre..
Juan..
290
Padre..
S.Y.
295 Padre..
Juan…
300 S. Y.
Juan…
305
310
315
320
S.Y.
325
330
de este so Pagre portero.
Que los tengoste muy bueno
los mano Sorreverencia.
Vamos Juan ¿adonde andabas.?
Yo en la cerro,
fi contarle nana Virgen
me lo dixites chizero.
¿La volviste á vér?
Lo vi lo mesmo que ona Cielo,
y me lo volvio correr
que volviera con empeño.
Pues aguarda.
Yllmo Señor, hay está el indio.
Decidle que entre
Entra Juan Diego.
Despues de oste.
Alabo Christo mi Pagre
buenos dia te lo de Dios
Lostrisimo Reverendo.
Dios te guarde:
Qué embaxada trahes que cuento?
No es cuento, es ona prodigio
que me socedió en la cerro.
Has de saber Solostrisima
como yo lo iba corriendo
á pedir on confesio
hay tepeyaque sobiendo,
hoy que me lo dixo on voz
parate, escocha Juan Diego:
volvi, lo vide on moger
muy bonito unque trigueño
con todo so mosicado
y mocho de locimiento,
y me dixo has de saber
que soy el Reyna del Cielo
y quiero que vayas tu
a vér los Prelado vuestro
porque me hagan on Capia
aqui neste logar mesmo;
bine verte, y ese Pagre
no me dexaron hacerlo:
volvi, se lo dixe al Virge
y me volvio embiar corriendo.
Hombre, como no sean cuentos
vuelve y di á esa Divina Sa.
que lleno de mil afectos
le daré mi corazón
con humilde rendimiento;
pero como yo me juzgo
indigno, y todo mi Reyno
de tan singular fabor
dudoso estoy de si es cierto,
y de ser cierto el milagro
me embie unas señas, y luego
312 mosicado < musicado: en el lenguaje popular se emplea musicar para referirse a ‘música celestial´, o bien fabulosa y fantástica.
saldré pronto á recibirle
con todo este pobre Reyno.
No sé si tendrá que embiarte
porque está solo en la cerro;
si no te embia ona nopale
no hay otra cosa mejor.
Anda hombre que ya deseo
ver la respuesta que trahes.
No te amuines voy corriendo.
(Deprecacion)
Soverana Emperatriz:
345
Reyna del Cielo y la tierra,
si lo que Juan Diego dice, es verdad,
con qué amor, con qué dulzura,
con qué ternura de afectos,
saldrá á vér vuestra hermosura,
350
este indigno ciervo vuestro.
Pero vaya que á los indios
visitaste, ¡ó que portento
de vuestra Misericordia inmensa!
Juan..
Voy otro vez por mi Pagre
355
y quitome de estos cuento
porque en tanto ir y benir
ya guarachi ba rompiendo;
pero por donde me iré
que con el Virge no encuentro,
360
él dice que yi me espera
yo por quí voy joyendo,
mas que ya otro vez venir
ese Virgen Soverano,
y este hermoso locero.
365
Hay está le blaré al Virgen.
Ntrã Srã. Como te fue hijo Juan Diego.?
Juan… Bie, y á ti Virge como te ido?
Señora ya tuve el dicha
de hablar con el Barzopispo
370
pero no me lo creyeron,
quieren me des unas señas,
¿qué dices donde las coges?
Ntrã Srã. En la cumbre de aquel cerro
hallarás unas flores
375
hermosas, como del Cielo,
vé y corta unas pocas de ellas.
Juan..
Aqui lo gastado el tiempo
y no lo hay mas que nopale
porque aqui me lo hecho viejo.
380 Ntrã Srã. Anda, allí las hallarás
porque milagro las ha hecho.
Juan… Solomente así lo creo
343 amuines < amuinarse < muina = ‘enojo’, ‘disgusto’; es mexicanismo.
344-353 Deprecación: esta invocación es presumiblemente
pronunciada por el arzobispo.
354-365 Estos versos reproducen casi exactamente lo dicho en
240-250.
porqué las pusites arriba
y non poco mas abaxo
385
ya bes que ora voy sobiendo.
Ntrã Srã. Ten paciencia hijo que ya
pronto acabaras tu empeño.
Juan..
Voy cortarlas y ya bengo.
Musica.
Mira con que donayre
390
anda el indio Juan Diego,
cortando aquellas flores
que son flores del Cielo.
¡O! que admirable hermosura!
¡o! que olor tan exelso!
395
que subiendo produce;
¡o! dichoso Juan Diego!
Al descansar Maria
desde el Empireo Cielo,
al mismo tiempo que baxa
400
se mudaron los tiempos.
En un florido Mayo
se vió el Diciembre
pues las que piedras eran
en flores se convierten.
405 Juan… Aqui los traigo onos poco
quien sabe si lostá bueno.
Ntrã Srã. Llevalas al Arzobispo
con eso logra sus dichas,
y yo lograré mi empeño.
410 Juan..
A Dios mi Señora Magre
ya yo me voy moy gostoso
con to bendicio contento.
Ntrã Srã. Mi hijo te guie y te ampare.
Juan..
¡O que mocho bas goliendo!
415
antes que yego a Palacio
ya me lo ban conociendo,
porque ora no lo hay on rosa
y yo solito la tengo;
quanto me mira ese Pagre
420
me ha de dicir ¿que trayendo?
yo le diré de nada, de nada,
á Solostrisima si,
logo voy desemvolvien[do.]
E virgen ya voy yegando
425
te rezaré on Pagre nuestro
porque mi saca con bie,
389-404 Estos versos constituyen una serie de romancillos o endechas, resaltados por su forma de presentación en el manuscrito.
397 descansar: el contexto inmediato siguiente hace esperar,
más bien: descender.
404 Hay en el manuscrito una línea trazada al término de este
verso, al parecer para hacer más evidente la conclusión del
parlamento de Música.
422-423 El original manuscrito considera un solo verso los
que aquí se presentan como dos, éstos hacen así dos octosílabos; el v. 422 es heptasílabo oxítono. La sílaba final del gerundio desemvolviendo aparece casi ilegible en el manuscrito, por
la costura de los folios.
Coloquio Guadalupano
335
Juan..
340
S.Y.
Juan..
101
GERMAN VIVEROS
430
Padre…
Juan..
435 Padre..
Juan..
Padre.
Juan..
440 Padre..
Juan..
S.Y.
Juan..
445
S.Y.
deste so Pagre portero.
Aqui empieza el carabana,
que los tengoste moy bueno
los mano so Reverencia.
Dime Juan que señas te dio
De nada, de nada,
digame si puedo entrar
á ber Señor Barzobispo.
Enseñamelas Juan Diego.
No, si soy chizero,
que si chizero no soy
ya no me dan los dociento.
Pues entra.
Despues de osté
Pues ven con migo.
Alabado Christo mi Pagre;
Solostrisima ya vine.
Hijo qué señas trahes?
Onas rosita de la cerro
que bienen golendo mocho.
Haber, las veremos hombre.
Desenvuelve y se incan.
102
S.Y.
¡Qué hermosura!
Padre. ¡Qué Misterio!
S.Y…. ¡Qué primor!
450 Juan..
¡Que cholada!
S.Y…
Presta Juan Diego esa tilma.
Juan… El tilma es mio Solostrisima.
S.Y…. Es para llevarla al Templo.
Juan… Yo lo yebare mi casa.
455 Padre.. Aque esta tilma sin duda,
los Angeles la texieron.
Juan.
No, si lo texio mi moger
desde que mi casamiento.
S.Y.
Bamos. Sa. á tu Templo
460 donde estarás hasta en tanto
permita lograr el tiempo
de fabricar el que quieres
en vuestro lugar electo,
vamos dichoso Juan Diego.
465 Juan.
Solostrisima bamos,
vamos rezando el salterio
para que el Virgen Sta.
nos conceda buen soceso.
Finis coronat opus
Por José Protasio Beltran
[Rúbrica]
424-427 Estos versos reproducen lo dicho en 278-281.
436-450 Es una serie de versos predominantemente octosílabos, combinados con un hexasílabo melódico (436), con un pentasílabo
heroico (440) y con dos eneasílabos melódicos (441, 444). La serie se cierra con cuatro tetrasílabos (447-450). Por otra parte, el
original manuscrito presenta como dos versos el que aquí ha sido considerado un solo octosílabo (439).
451 tilma: es nahuatlismo.
JUAN
[Hablando consigo]
Parece que apacigua a mi tío tan enfermo el que, antes de amanecer, se le traiga un sacerdote. [5] Bien
sabes tú, Dios mío, que mi sueño es tan sabroso, que más que cualquier sacerdote, me gusta más complacer a mi cuerpo. Pues si mi Dios impuso [10] que haya infierno tan grande para los que no se confiesan,
mi tío Juan está temiéndolo. ¡Vaya, vaya! Lo más grave es que, para tal cocoliscle, [15] no hay borraja, ni
mastuerzo, ni pulque, ni cempasúchil ni ningún otro remedio que pudiera quitárselo. Ahora Juan Diego
se va [20] a Santiago Tlatelolco para traer a un sacerdote. ¡Vaya cuento! ¿Pero para qué me detengo, si
siempre he de ir corriendo? Además, allí veo sus burros. [25] No, lo mejor es ir a pie, así llegaré más
pronto, sin caerme al ir subiendo el cerro. Voy, pues, pero ya estoy pensando [30] en qué le diré cuando
llegue a hablar con él, ya que no es muy razonable. Si le digo que mi tío está enfermo, ya casi veo [35]
que agarra su cuerda y que me da un consejo que cargo en mi espalda, así que me da miedo que me dé un
cocoliscle. [40] Si le digo que mi tío se muere, me dirá: “andarán bebiendo, ésa fue una borrachera que se
puso”. Ya tengo miedo. Para que la Virgen me ayude, [45] le rezaré su salterio, no sea que se me presente
algo malo al subir el cerro. Así pues, Dios te salve, María. Creo que ya está amaneciendo, [50] porque allí
se ve una luz muy extraña y muy bella. Esto es algún prodigio, o quizá un paseante que viene a México.
[55] Iré a saludarla. [Dirigiéndose a la Virgen] Detente si lo quieres, mi Señora, dime qué andas haciendo
tan temprano en este monte. ¿Vienes por paseo [60] o vas por algún Padre?
Coloquio Guadalupano
Coloquio de Nuestra Señora de Guadalupe*2
NUESTRA SEÑORA
Detente, hijo Juan Diego. A ti te busco, atiéndeme.
JUAN
Pues yo busco a un Padre para que me confiese a un enfermo.
NUESTRA SEÑORA
[65] Detente, escucha mis palabras, vengo a pedirte algo, quiero servirme de ti para un arduo y grave
empeño.
JUAN
Pues te servirás después, [70] porque voy de prisa. Regreso luego.
NUESTRA SEÑORA
Oye, no seas presuroso; quiero hablarte, Juan Diego, de mis favores e intención.
JUAN
Como no sea largo el cuento, [75] yo te escucharé un rato. Si quieres, vamos avanzando, tú irás hablando y andando.
NUESTRA SEÑORA
Sólo quiero hacerte saber que soy la madre de Dios, [80] soy María, reina del cielo.
*2 Versión
prosificada e interpretativa en la que se registra entre corchetes la numeración asignada a los versos del texto manuscrito consultado. Conviene decir aquí, por otra parte, que el estilo predominante en el Coloquio es, además de conversacional,
escueto y propenso a pasar rápidamente de una idea a otra sin vínculo alguno. En esta prosificación se ha procurado conservar
estas peculiaridades.
103
GERMAN VIVEROS
JUAN
También yo te hago saber que tengo a mi tío enfermo y voy a traerle un Padre, porque está muriéndose.
NUESTRA SEÑORA
[85] Aguarda, sencillo neófito, no tengas cuidado de eso, porque tu tío Juan Bernardino está enteramente sano. Anda, hijo, para la Corte [90] y di al que es prelado vuestro que la santísima Virgen, madre
del divino Verbo, señora de Guadalupe, ha descendido del cielo [95] para ser vuestra abogada en este
indiano reino, y que quiero que me fabriquen un templo en este lugar.
JUAN
Alabado sea, señora. [100] ¿Por qué cosa tan buena? ¿Que tú quieres venir a vivir en este pobre cerro?
NUESTRA SEÑORA
Porque ésta es morada propia de los indios y yo quiero [105] vivir en compañía vuestra.
JUAN
Cuánto te lo agradezco, pero yo, señora, siento que no puedo servirte porque el arzobispo me dirá [110]
que soy hechicero, me dirá que soy mentiroso, que no ande yo con cuentos, porque me pondrá en la
picota y me dará doscientos azotes.
NUESTRA SEÑORA
104
[115] Anda, hijo, porque yo te envío y he de ser amparo vuestro. Si me tienes a mí, ¿qué te falta?
JUAN
Un Padre para mi enfermo. Pero señora, tengo una duda [120] en medio de mi preocupación, y por eso
quiero preguntarte ¿por qué dejaste el cielo? ¿Qué viniste a buscar?
NUESTRA SEÑORA
Por ti lo dejé, Juan Diego, [125] vengo a buscar a los indios, y quiero quedarme entre ellos hasta que
con todos suba al divino asiento de mi corte celestial.
JUAN
[130] Cuánto me agrada eso, está bien. Mira, tú andas volando y llegarás más pronto a ver al señor
arzobispo. Yo, la verdad, le tengo miedo.
NUESTRA SEÑORA
[135] Anda, hijo, porque con mi auxilio acertarás en todo. Ve y dile lo que te pasa y regresa porque
aquí te espero.
JUAN
¿Así que ya sanó mi tío? [140] ¿Ya sanó? ¿Ya está bien?
NUESTRA SEÑORA
Sí, hijo, no tengas cuidado.
Voy, pues, en camino y corriendo. Mira, quedas con la música, diviértete. [145] Presta atención, no
guardes resentimiento. Quédate aquí. Hasta luego.
NUESTRA SEÑORA
Mi hijo te guíe y te ampare.
Coloquio Guadalupano
JUAN
JUAN
[Hablando consigo]
¡Qué cosas de la Virgen madre! ¿Cómo quiere que en el cerro [150] le fabriquen una capilla? Y eso no
es lo peor. ¿Cómo quiere que me crean, siendo yo un pobre indio? Si enviara a un gachupín, [155] ése
sí sería buen empeño. Pero yo, ¡válgame Dios! ¿Cuándo he de ser cosa buena? Pongo el caso: llego y
le digo al Padre auxiliar [160] que está como portero: “¿está en casa su ilustrísima?” Él me dirá “¿qué
andas haciendo?” Yo le diré que vengo a ver si hace una capilla [165] para la Virgen que me habló por
allá, subiendo al Tepeyac. Él me dirá “¿cómo es ella?” Le diré que como el cielo, que tiene el sol y tiene
la luna [170] y a un muchachito con alas sobre el que pone sus pies. Pero ¿cuándo van a creerme? Dirán
que estoy mintiendo, peor si digo que está [175] por allí en la subida hacia el cerro. Me dirá que es una
pastora, que la deje allí enseguida. ¡Eh, Virgen! Ya voy llegando. Te rezaré un Padre Nuestro [180] para
que me apartes con bien de este Padre portero. Ahora empiezan las caravanas. [En voz alta] Que tenga
usted muy buenos días, beso la mano de su reverencia.
PADRE
[185] Vamos, Juan, ¿qué andas haciendo?
JUAN
[Hablando consigo] Lo mismo que pensé. [En voz alta] Bien. ¿Cómo le va a usted? ¿Está bien?
PADRE
Di pronto, ¿qué se te ofrece?
JUAN
Le dije a la Virgen [190] que yo perdería el tiempo y que no me creerían.
PADRE
¿Qué Virgen?
JUAN
La del cerro, una que vi esta mañana, más hermosa que un lucero. [195] Me dijo que ella venía a vivir
entre nosotros.
PADRE
Quítate de mi presencia, indio brujo o hechicero. ¿Qué Virgen había de hablarte [200] a ti, perro embustero?
JUAN
Mire usted, se lo juro por vida de Dios.
105
GERMAN VIVEROS
PADRE
¿Cuál es tu juramento?
JUAN
Por mi padre, por mi madre, por mi tío Juan, por mis abuelos [205] y mis hermanitos.
PADRE
Ya puedes irte con tus engaños y cuentos, porque si mi amo lo sabe ordenará que te den doscientos azotes.
JUAN
[210] Ya lo sabía yo desde allá en el cerro, pero antes de que me los den me voy de vuelta a mi casa.
Beso su mano, paternidad. [215] Me alegro de que esté usted bien.
PADRE
[Hablando consigo]
Voy a dar cuenta a mi amo del chisme de este patán. [Al arzobispo] Ilustrísimo señor, ha venido aquí
un indio Juan Diego, [220] que es el más sencillo de todos los de este suelo, quien me ha contado que
en este abrupto cerro del Tepeyac una Virgen [225] le habló cuando amanecía. Él dice que ella lo envió
a este palacio vuestro.
SU ILUSTRÍSIMA
106
¿Dónde está ese indio? Decidle que entre.
PADRE
Señor, se fue. [230] Yo lo despedí temiendo que molestara a su ilustrísima, por lo rústico y falto de
delicadeza en sus palabras.
SU ILUSTRÍSIMA
Padre, a mí me molesta más que no me avisara de eso, [235] para permitirle la entrada y oír por extenso
el mensaje que trae. Pero id pronto y buscadlo cuanto antes.
PADRE
Lo buscaré con empeño.
JUAN
[Hablando consigo]
[240] Voy otra vez adonde mi padre y me libro de estos cuentos, porque apenas me escapé de los doscientos azotes del arzobispo. Pero por dónde me iré [245] para no encontrarme con la Virgen. Ella dice
que por allí me espera, yo por aquí me escapo, aunque veo que allá viene otra vez esa Virgen soberana.
[250] Allí está, le hablaré a la Virgen.
NUESTRA SEÑORA
¿Cómo te fue, hijo Juan Diego?
Igual que como pensé: me dijeron hechicero, no me dejaron ver a su ilustrísima, [255] y me escapé de
los doscientos azotes. Mira, Señora, es mejor que lo haga un mensajero, un gachupín y no yo, y ve tú,
porque así [260] verán lo bonito que eres, y van a creértelo.
NUESTRA SEÑORA
Coloquio Guadalupano
JUAN
Tú, hijo, eres el que ha de ser mi empeño en este asunto. Regresa y no tengas cuidado.
JUAN
[265] ¡Ay, Virgen! No digas eso. Ya me salvé una vez.
NUESTRA SEÑORA
Camina, no tengas miedo.
JUAN
Por fuerza lo tengo, ya que no soy gran caballero.
NUESTRA SEÑORA
[270] Pero ya os buscan en palacio. Regresa, hijo, porque entrarás para hablar con el arzobispo.
JUAN
[Hablando consigo]
Ahora tengo más miedo, porque el Padre auxiliar dirá [275] que soy un indio necio, que ya una vez me
dijo que no anduviera con cuentos. Y bien, Virgen, ya voy llegando. Te rezaré un Padre Nuestro, [280]
para que me libre con bien de este Padre portero. [Dirigiéndose a éste] Que tenga usted muy buenos
días. Beso la mano de su reverencia.
PADRE
Vamos, Juan, ¿dónde andabas?
JUAN
[285] Yo, en el cerro. Fui a contarle a nana Virgen que me dijiste hechicero.
PADRE
¿Volviste a verla?
JUAN
La vi igual que un cielo, [290] y volvió a urgirme que regresara aquí con empeño.
PADRE
Pues aguarda. [Entra en el palacio para hablar con el arzobispo] Ilustrísimo señor, allí está el indio.
107
GERMAN VIVEROS
SU ILUSTRÍSIMA
Decidle que entre.
PADRE
[Sale del palacio]
[295] Entra, Juan Diego.
JUAN
Después de usted. [Al arzobispo] Alabado sea Cristo, padre mío. Buenos días te dé Dios, ilustrísimo
reverendo.
SU ILUSTRÍSIMA
[300] Dios te guarde. ¿Qué mensaje traes, qué cuento?
JUAN
No es cuento, es un prodigio que me sucedió en el cerro. Ha de saber, su ilustrísima, [305] que yo iba corriendo a solicitar una confesión; allí, subiendo al Tepeyac, oí que una voz me dijo: “detente Juan Diego,
escucha”; [310] volteé, vi a una mujer muy bonita, aunque trigueña, con todo y música celestial y mucho
lucimiento. Y ella me dijo: “haz de saber [315] que soy la reina del cielo, y quiero que tú vayas a ver a
vuestro prelado, para que me haga una capilla aquí, en este preciso lugar”. [320] Vine a verte y ese Padre
no me permitió entrar. Regresé al cerro, se lo dije a la Virgen y ella volvió a enviarme corriendo.
108
SU ILUSTRÍSIMA
Hombre, como no sean cuentos, [325] vuelve allá y di a esa divina señora que, lleno de mil afectos, le
daré mi corazón con humilde rendimiento, pero como [330] yo y todo mi reino nos consideramos indignos de tan singular favor, estoy dudoso de que eso sea cierto; de ser cierto el milagro, que me envíe
algún indicio, y luego [335] saldré rápidamente a recibirlo con todo este pobre reino.
JUAN
No sé si tendrá algo para enviarte, porque está sola en el cerro; si no te envía un nopal, [340] no hay
otra cosa mejor.
SU ILUSTRÍSIMA
Anda, hombre, porque ya deseo ver la respuesta que traes.
JUAN
No te amuines, voy corriendo.
DEPRECACIÓN
Soberana emperatriz, [345] reina del cielo y la tierra, si lo que Juan Diego dice es verdad, con qué amor,
con qué dulzura, con qué ternura de afectos saldrá a ver vuestra hermosura [350] este indigno siervo
vuestro. ¡Pero vaya que a los indios visitaste! ¡Oh, qué portento de vuestra misericordia inmensa!
JUAN
[Hablando consigo]
NUESTRA SEÑORA
¿Cómo te fue, hijo Juan Diego?
Coloquio Guadalupano
Voy otra vez adonde mi padre [355] y me libro de estos cuentos, porque de tanto ir y venir mi huarache
está rompiéndose. Pero por dónde me iré para no encontrarme con la Virgen. [360] Ella dice que por
allí me espera, yo por aquí me escapo, aunque veo que allá viene otra vez esa Virgen soberana y ese
hermoso lucero. [365] Allí está, le hablaré a la Virgen.
JUAN
Bien. Y a ti, Virgen, ¿cómo te ha ido? Señora, ya tuve la dicha de hablar con el arzobispo, [370] pero no
me creyeron, quieren que me des un indicio. ¿Qué dices? ¿De dónde lo coges?
NUESTRA SEÑORA
En la cumbre de aquel cerro hallarás unas flores [375] hermosas, como del cielo. Ve y corta unas pocas
de ellas.
JUAN
He aquí el tiempo perdido. Allí no hay más que nopal. Lo sé porque aquí me he hecho viejo.
NUESTRA SEÑORA
[380] Anda, allí las hallarás, porque un milagro las ha hecho.
JUAN
Solamente así lo creo, porque las pusiste arriba y no poco más abajo. [385] Ya ves que ahora voy subiendo.
NUESTRA SEÑORA
Ten paciencia, hijo, que ya pronto acabarás tu empeño.
JUAN
Voy a cortarlas y regreso.
MÚSICA
Mira con qué donaire [390] anda el indio Juan Diego cortando aquellas flores, que son flores del cielo.
¡Oh, qué admirable hermosura! ¡Oh, qué olor tan excelso [395] el que producen al subir! ¡Oh, dichoso
Juan Diego! Al descender María desde el empíreo cielo, al mismo tiempo que baja [400] se mudaron
los tiempos. En diciembre se vio un florido mayo, pues las que piedras eran en flores se convierten.
JUAN
[A Nuestra Señora] [405] Aquí traigo un poco de flores, no sé si está bien.
NUESTRA SEÑORA
Llévalas al arzobispo, con eso él logra sus deseos y yo lograré mi empeño.
109
GERMAN VIVEROS
JUAN
[410] Adiós, mi señora madre, me voy ya muy gustoso y contento con tu bendición.
NUESTRA SEÑORA
Mi hijo te guíe y te ampare.
JUAN
[Hablando consigo]
¡Ah, cuánto voy oliendo [415] antes de llegar yo a palacio! Ya me van dando a conocer las rosas, porque
ahora no hay una sola y yo solito las tengo. [Viendo al Padre auxiliar] Cuánto me mira ese Padre. [420]
Va a decirme: “¿qué traes?” Yo le diré que nada, nada. A su ilustrísima sí voy a mostrárselas luego. Y
bien, Virgen, ya voy llegando. [425] Te rezaré un Padre Nuestro para que me libres con bien de este Padre portero. Aquí empiezan las caravanas. [Dirigiéndose a él] Que tenga usted muy buenos días. [430]
Beso la mano de su reverencia.
PADRE
Dime, Juan, ¿qué indicios te dio la Virgen?
JUAN
Nada, nada. Dígame si puedo entrar a ver al señor arzobispo.
110
PADRE
[435] Muéstrame los indicios, Juan Diego.
JUAN
No, aunque yo sea hechicero (que hechicero no soy), ya no me darán los doscientos azotes.
PADRE
Pues entra.
JUAN
Después de usted.
PADRE
[440] Pues ven conmigo.
JUAN
[Al arzobispo]
Alabado sea Cristo, padre mío. Ya vine, su ilustrísima.
SU ILUSTRÍSIMA
Hijo, ¿qué indicios me traes?
Unas rositas del cerro, [445] que vienen oliendo mucho.
SU ILUSTRÍSIMA
A ver, las veremos, hombre. [Juan las muestra, y se hincan] ¡Qué hermosura!
Coloquio Guadalupano
JUAN
PADRE
¡Qué misterio!
SU ILUSTRÍSIMA
¡Qué primor!
JUAN
[450] ¿Qué chulada!
SU ILUSTRÍSIMA
Presta, Juan Diego, esa tilma.
JUAN
La tilma es mía, su ilustrísima.
SU ILUSTRÍSIMA
Es para llevarla al templo.
JUAN
Yo la llevaré a mi casa.
PADRE
[455] Esta tilma sin duda la tejieron los ángeles.
JUAN
No, la tejió mi mujer para nuestro casamiento.
SU ILUSTRÍSIMA
[A la Virgen estampada en la tilma]
Vamos, Señora, al templo en [460] donde estarás hasta en tanto el tiempo permita fabricar el que quieres en el lugar elegido por ti. Vamos, dichoso Juan Diego.
JUAN
Vamos, su ilustrísima, vamos rezando el salterio, para que la Virgen santa nos conceda buen suceso.
Finis coronat opus
Texto rubricado por José Protasio Beltrán.
111
Charles-Jean
Bonnin
Humanista y científico social
OMAR GUERRERO
Miembro Titular
Discurso de ingreso
C
harles-Jean Baptiste Bonnin es uno de los más grandes científicos de la administración
pública moderna. Sin embargo, también realizó aportaciones relevantes a la política, el
derecho administrativo y la sociología. No trató mucho de economía, pero no dejó de
referirse a esa materia cuando en sus escritos hubo lugar. Fue, pues, un tratadista universal de
las humanidades y las ciencias sociales.
La época en la cual vivió Bonnin (1772-1846) coincide con la actividad científica de grandes pensadores sociales: Henri de Saint-Simon y Johan Gottlieb Fichte nacieron antes que
Bonnin. Al igual que Robert Malthus, Jean-Baptiste Say, Wilhelm von Humboldt, Benjamín
Constant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Robert Owen. Justamente en el año de su natalicio también nacieron David Ricardo, Charles Fourier y Joseph-Marie de Gerando. En tanto que Gian Carlo Leonardo Simonde de Sismondi, Louis Marie Cormenin y Louis Antoine
Macarel nacieron después. Bonnin forma parte, entonces, de una generación de hombres de
gran sabiduría, muy representativos de esa época, de cuyas plumas la humanidad heredó el
conjunto de las ciencias sociales.
Aportación al estudio del Derecho
Bonnin desarrolló su obra administrativa en dos planos. Uno es de carácter aplicado porque impacta directamente sobre el acontecer administrativo de su tiempo. El segundo es
teórico porque establece a la ciencia de la administración pública con alcances universales.
Sin embargo, como ambos están ensamblados, en un mismo libro tenemos ante nosotros
OMAR GUERRERO
114
la abstracción de un fenómeno, junto con
su examen concreto y puntual. Esto es emblemáticamente visible en el tratamiento del
código administrativo.
Lo que Bonnin entendió y retrató con
toda claridad a partir de 1808, fue la ancestral existencia de la constitución administrativa de Francia donde se hallan conviviendo
elementos del pasado remoto, del pretérito
inmediato y del presente, y que evidencia
una administración pública aún en maduración porque padece un desajuste entre sus
principios y su contexto.1 Es decir, siendo
por sus principios una administración orientada a la ciudadanía, pues ella consiste en
una mediación entre la sociedad y los individuos que la integran, las normas que regulan esa relación conservan leyes del antiguo
régimen; toda vez que a estas últimas se han
añadido nuevas reglamentaciones por medio de un mero procedimiento agregativo.
Debido a que la administración pública es
un proceso vital del Estado y de la sociedad,
es decir, una parte de su entramado organizativo existencial, de sus relaciones y de
sus costumbres, requiere para su operación
normas consecuentes consigo, depuradas
de reglamentaciones antiguas; así como una
composición sistemática para su aplicación.
Requiere de un código administrativo.
El código administrativo
Tal es el sentido por el cual Bonnin entiende, que luego de haber transcurrido los días
convulsivos de la Revolución, el orden establecido debe sentar nuevas bases para la
administración pública.2 Sin embargo, más
bien, a las disposiciones jurídicas expedidas
por los regímenes revolucionarios se sumaron la legislación consular e imperial, y asimismo se apilaron junto las leyes emitidas
con anterioridad. Como de este agregado
1
Bonnin, Charles-Jean, De l’Importance et de la Nécessité
d’un Code Administratif, Paris, Garnery, Libraire, 1808.
2 Como lo explicó Berthélemy, el nuevo régimen surgido de la Revolución fue sustentado por bases diversas al sistema precedente, toda vez que el tránsito del
Estado de policía al Estado de derecho fue súbito,
radical y completo. Paralelamente, fueron abolidos
los antiguos organismos de la administración, junto
con sus fórmulas y rituales. Berthélemy, H., Préface.
Mayer, Otto, Le Droit Administratif Allemand, Paris,
V. Giard & E. Brière, 1903, cuatro tomos (Édition
Française par l’autor), pp. II y V.
legislativo emanó el caudal de confusiones
reinantes, así como patentes deficiencias administrativas, Bonnin deduce la necesidad de
un código administrativo que fusione en su
cuerpo ese vasto manantial de leyes y establezca reglas fijas que conduzcan la marcha
de la administración pública.3 Dicho código
tendría principalmente un efecto social fructuoso, pues señalará al ciudadano sus relaciones con la administración y será la base
de la enseñanza de las leyes administrativas
en las escuelas de derecho. Será también un
instrumento de utilidad para el poder judicial, especialmente con relación a los actos
administrativos.
A partir de la existencia perene de la ancestral constitución administrativa de Francia, Bonnin se propone darle las prendas
propias de la modernidad con un régimen
formal que fije su organización y funcionamiento. Este régimen anuncia el nacimiento del Estado de derecho,4 voz no usada por
Bonnin, pero entendido como tal porque reposa en un código administrativo formulado
como conjunto de leyes que se estatuyen en
provecho de los ciudadanos en lo referente a sus asuntos comunes, la propiedad de
todos y la riqueza pública, así como sobre
sus acciones interesantes al orden público.5
Consiste en un cosmos jurídico que ordena
sobre las personas, los bienes y las acciones,
es decir, sobre las personas y las propiedades. Esto explica por qué son materia de las
leyes administrativas los actos del estado civil como los impuestos, el servicio militar y
las obras públicas, así como la agricultura,
el comercio y la industria, que son giros de
la vida social y económica signadas por la
individualidad y la privacidad.
El código administrativo ideado por Bonnin es un cosmos jurídico de garantías para el
3
Bonnin, De l’Importance et de la Nécessité d’un Code
Administratif, pp. 1-2.
4 La voz Estado de derecho se define, en sustancia, por el
hecho de que en todo lugar y en todo tiempo donde
su actividad produzca efectos en otras personas, sus
súbditos, debe existir un orden regulado conforme el
derecho. Naturalmente, esta exigencia se demanda
directa e inmediatamente a la administración pública, más que a ningún otro ente estatal. Mayer, Otto,
Le Droit Administratif Allemand, Paris, V. Giard & E.
Brière, 1903, cuatro tomos (Édition Française par
l’autor), p. 76.
5 Bonnin, De l’Importance et de la Nécessité d’un Code
Administratif, pp. 6-7.
CHARLES-JEAN BONNIN
ciudadano ante la administración pública, que contribuirá directamente a que dicha administración se deseche de los rastros del método administrativo absolutista. Será principalmente
una garantía de legalidad en todo acto administrativo, pues debido a que la administración
pública es obrar y movimiento continuo, ya no debe seguir dominada por la arbitrariedad
que impera desde antaño y todavía señorea en la Francia de Bonnin.6 Asimismo anota que la
administración pública no es un poder arbitrario, sino una autoridad legal que junto con la
justicia debe velar por los ciudadanos y sus propiedades, porque las leyes administrativas que
conservan el orden público son al mismo tiempo la garantía de la probidad y entendimiento
del administrador.7 Por este motivo aconseja a Napoleón, quién mediante el código civil dio
arreglo a los asuntos sociales, que expida un código administrativo que dé orden a las relaciones entre el Estado y los ciudadanos, así como a los recursos interpuestos contra la autoridad.
Estado de derecho
Efectivamente, la administración pública no es un poder arbitrario, sino una autoridad legal
que en forma similar a la justicia salvaguarda a los ciudadanos y sus propiedades. La administración pública así concebida patentiza la vigencia del Estado de derecho, pues son de índole
administrativa las leyes que protegen a los ciudadanos y conservan el orden público, y garantizan la probidad y los conocimientos del administrador público.8 Como el administrador tiene
a su cargo el cuidado de la sociedad, cabe preguntarse: ¿quién lo dirigirá en sus funciones?,
respondiendo Bonnin que es la ley como garante de los ciudadanos, del mismo modo como el
administrador lo es de la ley. Ello forma al hombre público, lo guía en sus funciones y lo hace
ser ante los ciudadanos la prenda de su honradez. Y enfatiza que “es pues de la ley misma de
la que se debe esperar todo el bien que puede prometerse de la administración, ya que es el
regulador de los ciudadanos, como lo es de los encargados del poder”.9
Además de los inconvenientes obvios de la convivencia de leyes emitidas en tiempos diversos, que perturba la buena marcha de los asuntos públicos, este mismo hecho lesiona la posibilidad de que los ciudadanos conozcan las reglas públicas que norman la vida de su país, “y
ser como extranjeros” en su suelo natal. De aquí el problema existente en las relaciones entre
la administración y los administrados.10 Un código, por lo tanto, tiene la utilidad de establecer
principios estables a las leyes administrativas, guiar al gobierno e instruir al ciudadano sobre
sus derechos y obligaciones públicos. No debemos olvidar que la administración pública es la
que ejecuta las leyes que reglan las relaciones públicas y civiles de los administrados dentro
del interés común de la sociedad.
La versión completa del código que Bonnin anexó a la edición de los Principes de 1909,
con la calificación muy modesta de “proyecto”, consiste en ese instrumento que la administración
pública francesa requería para trabajar con apego al derecho y como fundamento del quehacer
del administrador.11 Pocos años después perfeccionó su proyecto como un “plan” de código
que llena la mayor parte del tomo iii de la impresión de 1812.12 Su diseño, más compacto y
6
Berthélemy apunta que el carácter distintivo de la administración monárquica fue la arbitrariedad, es decir, la
ausencia de reglas jurídicas motivo por el cual entonces no se podía hablar de “derecho administrativo”. Berthélemy, op. cit., p. I.
7 Bonnin, Charles-Jean, Principes d’Administration Publique, por Servir a l’Études des Lois Administratives, et Considérations sur l’Importance et la Nécessité d’un Code Administratif, Suvies du Project de ce Code. Obvrage Utile Aux Préfets,
Sous-préfets, Maires et Adjounts, aux Membres des Conseils Généraux de Départaments, de Préfectures, d’Arrondissemenns,
Communaux et Municipaux, Paris, Clement Fréres, Libraires, 1809, seconde édition, pp. 109-110.
8 Mayer apunta que lo ocurrido luego de la Revolución consiste en la emergencia del derecho público administrativo que se aplica a la administración, junto con el derecho que se aplica a las relaciones civiles. Ello obedece a
que, en el nuevo régimen, lo más importante es la soberanía de la ley, porque la ley está por encima de todas y
cada una de las actividades del Estado sin excepción. Mayer, op. cit., pp. 65 y 70.
9 Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1809, pp. 107-108 y 115
10 Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1812, tomo III, pp. 1-5.
11 Ibid, pp. 153-291.
12 Bonnin, Charles-Jean, Principes d’Administration Publique, Paris, Renaudiere Imprimeur-Libraire, 1812, troisième édition, tres tomos.
115
OMAR GUERRERO
sistemático que la versión de 1809, deja claro hasta donde una administración reglada bajo el
derecho era distinta a la precedente, la absolutista.
La administración pública desempeña funciones detalladas y minuciosas que son las primeras y más importantes en las labores del gobierno. Ella es una magistratura popular responsable ante la confianza de los ciudadanos y ante la nación. Incluso está más próxima a los
individuos que al gobierno mismo, pues consiste en un órgano intermediario de la voluntad
del legislador, que es el garante de su comportamiento. Tal es el motivo por el cual el código
administrativo debe ser la reunión, en un sistema legislativo, de todos los principios fundamentales en materia de administración pública.13 Debe ser una pieza integrada por normas
constitutivas e invariables, así como de disposiciones fundamentales que dirijan a la administración pública y al ciudadano, pero que puedan variar según condiciones de importancia general en forma de reglamentos y disposiciones secundarias. En efecto, como lo define Bonnin,
“un código administrativo debe ser la reunión dentro de un sistema legislativo, de todos los
principios fundamentales en materia de administración pública”.14 Pero no se deben confundir las leyes fundamentales que el código debe contener, con disposiciones secundarias que
tocan temas puntuales, pues son las primeras, por cuanto leyes públicas, su materia.15
El código administrativo no vio la luz en la época de Bonnin, sino más bien ciclópeas
compilaciones de leyes y disposiciones que comenzarían a abrir una brecha disciplinaria con
la cual se desarrolló el derecho administrativo. Los dos vastos tomos que integran el Droit Administratif de Cormenin,16 patentizan no sólo la diferencia existente entre ese derecho emergente y la idea del código de Bonnin, sino también el paso progresivo y divergente entre el
derecho administrativo que dominará al país, y la ciencia administrativa abandonada luego de
la publicación del libro de Vivien.17
116
Aportes a la política
Bonnin preparó trabajos propiamente políticos, como su escrito sobre la revolución europea,
un ensayo ligero y descriptivo que traza a grandes rasgos la evolución del continente como un
proceso civilizatorio ascendente que culmina con la Revolución de 1789. Caracterizó a la revolución europea como un avance continuo representado por un conocimiento acumulativo del
ser humano, en el cual el desarrollo tecnológico juega un papel principal, así como una organización social que requiere una administración eficaz que procure su bienestar.18
Fue más profundo su examen sobre las constituciones, a las que trata mediante de consideraciones políticas y morales. Ciertamente, las reglas fundamentales de un Estado, que son
las primeras normas sin las cuales los pueblos constituyen solamente una multitud sin nexo
social y carecen de voluntad como nación, son el pacto mismo de la sociedad como tal. De
existir ese pacto, Bonnin apunta que el contrato debe estar escrito porque de este modo la
13
Ibid, tomo I, p. 425.
Ibid, tomo III, p. 6.
15 Esta advertencia sobre el riesgo de confundir ambos tipos de leyes, hizo pensar que no era posible codificar el
derecho administrativo. Según Jules Chevillard, un antiguo prefecto, el que ese derecho regule las relaciones
políticas de los ciudadanos y el Estado, así como con los intereses generales de la sociedad, es la doble causa de
su fragilidad. Es decir, en ello medra no sólo que la política liga al derecho administrativo con las pasiones de los
hombres, sino que el avance científico y tecnológico con su poderío innovador (el vapor y la electricidad), puede producir cambios en la sociedad que modifiquen el ámbito de ese derecho. Chevillard, Jules, De la Centralisation. Études d’Administration. Paris, Durand, Libraire-Éditeur, dos tomos, 1862, tomo I, p. 247. Rafael Bielsa
tiene una opinión semejante. Vid: Bielsa, Rafael, Principios de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Ediciones
Depalma, 1963, p. 5.
16 Cormenin, Louis-Marie de, Droit Administratif, Paris, Pagnerre Éditeur, 1840, cinquième edition, dos tomos.
Edición facsímil: Elibron Classics, Adamat Media, 2007.
17 Vivien, Alexandre, Études Administratives, Paris, Libraire de Gillaumin & Cie, 1852, dos volúmenes. Primera
edición, 1845.
18 Bonnin, Charles-Jean, De la Révolution Européenne, a Paris, chez A. Eymery, Libraire, 1815, pp. 25-27.
14
OMAR GUERRERO
118
nación y el gobierno conocen sus derechos y
sus deberes recíprocos. En efecto, “todo Estado sin constitución no está constituido”.19
Bonnin concibió a las leyes políticas
como las primeras por significar los derechos
políticos de la nación y su gobierno, toda
vez que de ellas emanan las leyes administrativas y judiciales. Luego de las leyes políticas, las otras no son sino los resortes de sus
movimientos porque de aquéllas derivan los
principios constitutivos de la organización
interior, el espíritu general de las instituciones, las reglas fundamentales del gobierno, los elementos de la administración y las
máximas por las que se dirige a las autoridades.20 De manera que, consideradas de un
modo especial, las leyes políticas son asimismo las primeras leyes administrativas de la
nación. La ley política es la ley fundamental
del Estado, así como la primera disposición
que emana de la legislación, toda vez que regla las bases de la organización social. Es, en
fin, la ley constitutiva del Estado y el espíritu
de la que emanan todas las demás.
A lo largo de su trabajo también es patente la configuración gradual del Estado de
derecho, como es observable en su estudio
del ciudadano, al que concibe como persona
que se define por su relación con el Estado,
y de tal modo esa vinculación es diversa de
todas las demás. Porque el “derecho de ciudad” (droit de cité) convierte al ciudadano en
miembro colectivo del Estado.21 Como actor
principal, el ciudadano está dotado de derechos y sujeto a deberes, del mismo modo que
asegurado como miembro de la comunidad
por medio de la “garantía social”. Por cuanto
fundamental, la ley constitucional del Estado ofrece al ciudadano la garantía social, que
implica la responsabilidad de las autoridades
orientadas a salvaguardar la libertad individual. Esa garantía debe establecer el modo
por el cual las autoridades son responsables,
así como los efectos de esa responsabilidad.
La ciencia de la legislación
En su juventud, Bonnin escribió un opúsculo esplendido sobre Montesquieu, que
corrobora sus dotes de ensayista y su buena
comprensión del tiempo. En el escrito, Bonnin observa la emergencia de nuevos campos
del conocimiento relativos a la legislación y
la política, y particularmente en la obra de
Montesquieu sobre el espíritu de las leyes; al
que juzga como el desarrollo de un gran estudio comparado sobre la legislación de muchos países, en diferentes épocas, donde se
aborda su cultura y sus costumbres. Es más,
en ese libro monumental surge la “ciencia de
la legislación”,22 toda vez que Montesquieu
establece las bases de una nueva disciplina
a la que Bonnin prodiga el alto estatuto de
ciencia y de filosofía a la vez, en tanto que
Francia es juzgada como el suelo progenitor
de donde emanó.
Las leyes, que en sí mismas implican justicia, equidad y moderación, se caracterizan
por su sabiduría porque “no son puros actos
de poder, sino de razón. Su acción sobre las
cosas del Estado produce el equilibrio entre la libertad y la autoridad. De modo que
el hacedor de leyes que no hace de ellas “la
religión del Estado”, no es legislador. En forma similar a la moral, los fundamentos de la
legislación pueden someterse al análisis riguroso, y sus principios son susceptibles de
demostración “matemática” porque son universales. Estos principios fundamentales son
reglas para la administración de los negocios
públicos, así como de la conducta privada, y
una medida adecuada para juzgar la bondad
de las leyes y su espíritu en general. Las leyes
se aplican por igual a la política y la moral,
que junto con la legislación constituyen la
“ciencia social”.23
Su trabajo sobre Montesquieu, preparado
en 1795 –y desde entonces inédito–, fue enriquecido en 1820 con un análisis más general de la Ilustración –y dado a la imprenta–.
En sus páginas, Bonnin establece el sitial de
Montesquieu entre los filósofos de entonces,
pues el siglo xviii que cubre ese tiempo fue
encabezado por quien considera el “legislador de las naciones”. Su obra, así como la literatura producida por los “filósofos” cruzan
el pragmatismo imperante en la política y la
19
Bonnin, C.J.B., Considérations Politiques et Morales
sur les Constitutions, Paris, Libraire d’Éducation et de
Jurisprudence, 1815, p. 11.
20 Ibid, pp. 15-16 y 23.
21 Ibid, pp. 35 y 75-76.
22
Bonnin, C.J.B., Reflexions sur Montesquieu, Paris, Keffler, 1821 (1795), pp. 164-165.
23 Bonnin, C.J.B., Doctrine Sociale, A Paris, chez Keffler,
1921 (1820), pp. 41-47.
CHARLES-JEAN BONNIN
elevan a la condición de disciplina, como “ciencia política”.24 Ella trata de las reglas positivas
de la convivencia entre los hombres y las naciones, tal como son deducidas de la naturaleza, de sus beneficios y de sus relaciones. Bonnin define la política con precisión, la concibe
propiamente como “la moral aplicada al hombre individual y a los hombres en sociedad”.25
Hasta hace poco estuvo reservada sólo a los reyes, y por lo tanto se mantenía cubierta por el
misterio para alejarla de la mente del hombre común. Era, pues, “una ciencia misteriosa”. A
partir de la Revolución la ciencia política fue situada dentro de las verdades morales, que son
las primeras y supremas entre todas las verdades. En tanto las verdades físicas son relativas al
conocimiento positivo de los hechos constantes de la naturaleza, las verdades morales son el
conocimiento de sí mismo.
Bonnin suscribe que “el siglo de Montesquieu fue el siglo de los filósofos”, entre quienes cita a Voltaire, Rousseau, D’Alambert y Diderot. De Rousseau dice que escribe “con sus
pasiones” y está dotado con colorida elocuencia, en tanto que Voltaire escribe “con pasión”,
es natural y uniforme.26 Diderot está dominado por el fuego del pensamiento, mientras que
D’Alambert es frío y metódico. Cada filósofo tiene, pues, un estilo definido: en Mably domina
la razón, en Condillac el razonamiento, en D’Alambert el juicio, en Rousseau la imaginación,
en Voltaire la flexibilidad del espíritu y en Diderot la concepción. Pero fue Montesquieu quien
preparó el advenimiento del “gran siglo de la razón y las revoluciones políticas”.
Aforismos políticos
En las páginas de su texto Bonnin se propuso recopilar principios fundamentales de la convivencia social, haciendo del mismo “el libro del ciudadano y de los pueblos”.27 Catálogo de
civicidad, el libro de la ciudadanía fue desarrollado mediante de una exposición inequívoca de
los principios fundamentales de la vida política, utilizando al efecto los aforismos retóricos.28
De los 91 aforismos formulados en sus páginas escogimos los que tratan directamente la relación de la ciudadanía y la autoridad.
Uno de los aforismos más relevante, (ii) proclama que el pueblo tiene el derecho indisputable, innegable e imprescindible de instituir su gobierno, así como reformarlo, corregirlo o
cambiarlo íntegramente, cuando lo exija su protección, seguridad, propiedad o felicidad. Hay
que destacar singularmente, entre otros derechos naturales e imprescriptibles del hombre
viviendo en sociedad –además de la igualdad y la libertad–, (v) que tiene el derecho a resistir
la opresión.29 En efecto, (xxiii) la resistencia a la opresión es la consecuencia de otros derechos del hombre, porque hay opresión contra la sociedad cuando uno solo de sus miembros
es oprimido; hay opresión contra cada uno de sus miembros cuando la sociedad entera es
oprimida.
El ciudadano, asimismo, (xviii) tiene el derecho de presentar peticiones a los depositarios
de la autoridad pública, y esto no se puede prohibir, suspender ni limitar. Existe, pues, (xix)
la garantía social que consiste en la acción de todos los miembros de la sociedad para asegurar
a cada uno de ellos el goce y conservación de sus derechos. Pero ella sólo existe cuando hay
división de poderes, los límites de las funciones públicas están claramente acotados por la ley
y se decreta la responsabilidad de los funcionarios.30
24
Bonnin, Reflexions sur Montesquieu, pp. 169-170.
Bonnin, Doctrine Sociale, pp. 1 y 4.
26 Ibid, pp. 174-175 y 179-180.
27 Bonnin, Doctrine Sociale, p. 85.
28 Bonnin escogió el aforismo porque su exposición sustenta el método de la gravedad implícita en los principios
fundamentales, cuando adoptan la forma de una máxima, axioma, precepto o sentencia. Prefiere, pues, una exposición de juicios en que cada uno, independiente del precedente o sucesivo, es un todo en sí mismo. Ibid, pp. 84-85.
29 Ibid, p. 126, 131.
30 Ibid, p. 30.
25
119
OMAR GUERRERO
El poder público ya no navega en las aguas espaciosas de la arbitrariedad. Ciertamente,
(xxxv) como todo poder reside en el pueblo y de él emana, todo magistrado o empleado de
cualquiera de los tres poderes son sus delegados y agentes, y son por lo tanto responsables
en todo tiempo ante el pueblo mismo. Esto explica por qué el ejercicio de la autoridad y el
desempeño de una función pública, sólo puede hacerse mediante delegación legal. De aquí
que las funciones públicas son esencialmente temporales, y sólo deberes, no distinciones ni
recompensas ni propiedad de quienes las desempeñan. La sociedad exige la rendición de
cuentas a todos sus agentes por el ejercicio de su administración, toda vez que los delitos de
los funcionarios no deben quedar impunes jamás.
En fin, (xxxvi) para impedir la opresión de sus mandatarios, el pueblo tiene el derecho a
despedirlos de sus puestos y hacerlos regresar a la vida privada, reemplazándolos con personas idóneas. Esto obedece a que, principalmente, (xxxvii) todo ciudadano tiene el derecho
de elegir a sus mandatarios y nombrar a sus funcionarios.31 Al mismo tiempo, (xxxvii) como
todos los ciudadanos son iguales ante la ley, ellos son elegibles a los empleos públicos de
acuerdo con su capacidad, mediando sus virtudes y talentos.
Politólogo respetable, Bonnin comprende muy bien los temas relativos al poder y la libertad, y las mejores formas por las cuales la autoridad es fuerte, pero responsable, y el ciudadano
libre pero con sentido de comunidad.
La obra administrativa de Bonnin también fue desarrollada estrechamente ligada con los
temas políticos, relación de la cual emanaron destacadas contribuciones. Estas aportaciones
se refieren al estudio del código político y el Estado.
120
Bonnin trata con frecuencia al código político dentro de su obra administrativa, al que juzga como base de todas las leyes del Estado, y comprende los principios generales de las leyes
que de él derivan.32 Además, en su seno yacen los preceptos de equidad, orden social, división
territorial, colegios electorales, derechos políticos, cuerpos legislativos, gobierno y consejo
de Estado. Dentro de ese código, el código administrativo se ciñe a los detalles y casos particulares, de modo que a él corresponde el ministerio por ser propio del orden administrativo.
El estudio del código político traslada a Bonnin al examen del Estado, o más precisamente, al Estado de derecho. Partiendo de la premisa de una sociedad formada por hombres,
apunta que el Estado no podría subsistir sin los individuos, es decir, sin el concurso de las
personas y la contribución de sus bienes, del mismo modo que aquéllos no podrían existir en
una sociedad sin las relaciones públicas que unen a unos con los otros. Esta reciprocidad de
intereses y relaciones entre los individuos y el Estado, así como entre unos y otros, forman
propiamente una cadena social y son el sustento de la actividad de la administración pública
sobre esos individuos. Las leyes que reglamentan las relaciones públicas son propiamente la
materia del código administrativo. Esas leyes incumben no sólo a los individuos, sino también
a sus bienes, más no por cuanto propiedad, sino en interés del orden y la riqueza pública. En
efecto, existen principios iguales en lo tocante a las propiedades pública, comunal y privada,
por cuanto que el gobierno, la administración y la justicia, se establecieron para su protección
contra la amenaza interna o externa.33 Sin embargo, todo interés privado debe estar sometido
al interés público, porque de otro modo no se podrían realizar las obras públicas, ni desempeñar los servicios públicos.
Bonnin hace patente que, como cualquier disciplina, la ciencia de la administración pública debe identificar su fundamento existencial, un principio primitivo del cual fluyan los principios secundarios que le dan vida. Bonnin explica que tal principio reposa en las relaciones
sociales que han surgido del derecho natural, fuente de todas las leyes, derecho inherente al
31
Ibid, pp. 135-136.
Bonnin, De l’Importance et de la Nécessité d’un Code Administratif, p. 24.
33 Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1809, pp. 50-51.
32
CHARLES-JEAN BONNIN
hombre, y origen y objeto de la legislación en general y de las leyes administrativas. Secundariamente, el principio primitivo ha producido la existencia de principios sucedáneos de
donde brotó el gobierno como elemento y motor de la administración pública. Los afluentes
mediato e inmediato de la administración pública son la sociedad y el gobierno, pero más allá
se debe “señalar el objeto de su institución dentro de la organización del Estado” (...) “me
he consagrado particularmente a demostrar que la administración pública es el principio de
todo orden en el Estado”.34 Bonnin apunta que, como la administración pública emerge de la
sociabilidad humana y su función consiste en perpetuar las relaciones públicas en que se sustenta, la administración misma constituye un ingrediente esencial de la estatalidad moderna.
En efecto, el Estado constituye una emanación de la sociedad, es “la organización política
del pueblo” en donde se plasma la nueva publicidad ciudadana. La sociedad tiene como finalidad asociar a los hombres; el interés público representa esta asociación. De la institución
de la sociedad brota el gobierno y del gobierno nace la administración. Por consiguiente, “la
administración no puede ser considerada como una institución distinta del Estado,35 aunque
tampoco identificarse con él. Bonnin formuló un concepto digno de mención: cité, ciudad,
definida como la reunión de los publícolas (ciudadanos) que la integran, y de las leyes que dan
base a su unión y dirigen todas sus acciones hacia un objeto común. La trascendencia de esta
categoría es la recuperación del concepto “Estado” como reunión de ciudadanos, de la ciudad
como el espacio propio de aquellos seres comunes que se llaman publícolas.
Su concepto administración pública, estuvo fuertemente influenciado por la emergencia
avasalladora de lo público. Bonnin definió con precisión al interés público, al que concibió
como permanente por ser el conjunto donde se disuelven los intereses particulares que no cesan jamás. El interés público es “el lazo que agrega a los individuos, pues por interés público
debe entenderse la reunión de aquellas necesidades y relaciones naturales y universales, cuya
expresión son las leyes, y el poder de éstas el regulador”.36 Por lo tanto, en el interés público
descansa el elemento de la asociación, que no es otro que la institución de la administración
pública como su gobierno natural, pues la conservación de cada uno de los individuos es el
objeto de la unión social. Esta conservación es la causa de la administración pública y de las
leyes que mantienen y garantizan las relaciones sociales. La interacción de los individuos crea
la asociación, que se plasma en el interés público, cuya conservación requiere de un gobierno
natural que toma cuerpo en la administración; teniendo ésta el natural cometido de conservar
a los individuos, sus relaciones y la asociación en que se arreglan estas relaciones individuales.
Contribuciones a la Economía
Bonnin estaba al día de los progresos de la economía, de modo que reconoce el gran valor
del libro de Adam Smith, particularmente en materia de impuestos.37 Sin embargo, juzga
superior la obra de J. B. Say,38 por cuanto método y profundidad.39 Hay que destacar que
Bonnin acredita el establecimiento de la economía política a Quesnay y Turgot, tocando a
este último formular científicamente sus principios, de modo que Adam Smith no fue sino
un personaje formado con los conocimientos de ambos economistas franceses, que se apropió de esa disciplina y la ha presentado como nacida de su mano.40 También conocía de aritmética política, a la que define como el conocimiento sobre las consecuencias y exactitud de
los cálculos, para obtener resultados satisfactorios.
34
Bonnin, Charles-Jean, Principes d’Administration Publique, Paris, Renaudiere Imprimeur-Libraire, 1812, troisième édition, tres tomos, tomo i, p. xxxiii.
35 Ibid, pp. 30 y 54.
36 Bonnin, Abrégé des Principes d’Administration, p. 3.
37 Smith, Adam, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of the Nations, Chicago, Encyclopedia Britannica, Inc., 1952 (1776).
38 Say, Jean-Baptista, Traité d’Economie Politique, Paris, Guillaumin, Libraire, 1841, Sixième edition.
39 Bonnin, De l’Importance et de la Nécessité d’un Code Administratif, pp. 37-38.
40 Bonnin, Abrégé des Principes d’Administration, p. 236.
121
Una vez que Bonnin relató la forma como
la administración es ocupada por los seres
humanos, pasa al examen de su acción sobre
las cosas, a las cuales Bonnin también llamó
“propiedades”, y son de tres tipos. La propiedad que tiene un carácter público es perteneciente al Estado en cada departamento,
que incluye el tesoro público, los impuestos
y otros ingresos, y se extiende a la posesión
de hoteles de prefectura, casas comunales,
caminos, canales, bosques, minas, hospicios,
hospitales, liceos, templos y otros establecimientos similares. La propiedad comunal es
la que está situada en cada partido comunal
(arrondissement), que pertenece a sus habitantes y que la disfrutan como uso o como
ingreso.41 La propiedad privada, que es la
perteneciente a los particulares, está regulada
por el derecho civil y el derecho penal, según
sea para su mantenimiento o para prevenir la
usurpación.
Bonnin aborda la propiedad individual
de manera cuidadosa, pues se trata de un derecho del hombre, dividiéndola en propiedad
material y propiedad industrial. Esta propiedad interesa a la administración solamente en
lo relativo a su uso, contribución y empleo
de utilidad común. La acción administrativa concierne a las cosas privadas “porque la
propiedad es de tal modo inherente al hombre, que política y legislativamente no pue-
de prescindir de ella, hablando del hombre
social”.42 La relación entre la comunidad y
la propiedad radica en el uso que se hace de
la segunda, y de su contribución al sostenimiento de las cargas públicas. En fin, la administración pública se relaciona con el hombre
por cuanto su conexión con la comunidad,
y con la propiedad en lo relativo a su uso en
correspondencia con la misma.
CHARLES-JEAN BONNIN
Esas lecturas seguramente ayudaron al
desarrollo de sus ideas acerca de la ciencia
de la administración pública, como un campo del saber que trata con los seres humanos, así como con las cosas necesarias para
su desarrollo. De tal modo, para entender
cómo la administración pública se relaciona
con las cosas, primero es necesario explicar
la acción de la administración pública en sus
cinco rubros. El primero se refiere a la agricultura, la industria y el comercio; el segundo
a la instrucción, que a su vez comprende la
educación primaria y las escuelas especiales
de servicio público; el tercero a los socorros
públicos (un complejo sistema de actividades relacionadas con niños abandonados,
mujeres encinta sin protección, indigentes
y enfermos, inválidos incurables, dementes y
mendigos); el cuarto a las cárceles, y el quinto al culto religioso.
Asimismo, desarrolla la categoría “dominio de la administración” para referirse a su
acción sobre los hombres y las cosas, que refleja con nitidez la publicidad administrativa
por cuanto ámbito del pueblo. Tal dominio
está determinado por un elemento primordial que define a la administración pública:
el interés general. Como el propio Bonnin lo
explicó, la acción de la administración pública se ejerce en forma legal y directa sobre
las personas y las cosas, dentro de sus relaciones con el interés general.43 Consiste en
un espacio público configurado por un conjunto de relaciones personales determinadas
por el interés general, interés que inspira la
acción administrativa y pone en movimiento a la administración pública misma, pues
el administrado es considerado dentro de sus
relaciones forzadas y necesarias, y se trata de
la acción de la sociedad sobre él.
123
Aunque Bonnin separó la acción de la
administración pública sobre las personas y
las cosas, la primera determina a la segunda.
De modo que las cosas son apreciadas como
propiedad pública o privada en función del
interés general. Incluso, la propiedad es
concebida como una materia relativa al contenido de la ciencia de la administración
pública.44 No debe extrañarnos que Bonnin
diga que es materia inmensa la que constituye propiamente a la administración pública.
Hasta aquí hemos acompañado a la administración actuando directamente sobre
las personas y las cosas, pues con la policía
administrativa culmina esta forma de acción.
Ahora la acción de la administración pública se torna indirecta, actúa por medio de las
obras públicas, los suministros y la contabilidad, que son las “materias mixtas de la administración”. Bonnin también es el primer
42
Ibid, p. 50.
Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1812,
tomo i, p. xxv.
44 Ibid.
43
41
Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1809,
pp. 52-53.
OMAR GUERRERO
124
tratadista que aborda la gestión interior de
la administración pública, a la que divide
en despensas y contabilidad administrativa.
Estudia su naturaleza, las vías y medios por
los que se ejecutan, las competencias de los
consejos con relación a la contabilidad, y finalmente la contabilidad prefectural. He aquí
lo que hoy en día se llama manejo (management, en inglés).
En la medida en que es concebida como
responsabilidad pública de la administración,
la propiedad se convierte en su objeto pero
bajo ciertas condiciones. Hay que resaltar que
siendo Bonnin un pensador de convicciones
republicanas y liberales, no le tiembla el pulso
para escribir sobre las relaciones activas de la
administración que denomina economía pública. Bonnin indica que es equívoco el término “economía política” porque no se trata del
establecimiento político de las naciones, sino
de la aplicación de las facultades humanas al
trabajo para producir cosas o apropiárselas.
La economía pública no es más que la economía doméstica aplicada a la comunidad.45 Ella
sienta la base para el trabajo, a la cual concibe
como la relación entre el hombre y las cosas, y
de las cosas con su valor.
Como la administración pública es activa
por naturaleza, su acción no se detiene en la
frontera de la economía como lo desean los
liberales, sino que se adentra en su seno para
velar por su progreso. Bonnin cree que debe
ser objeto constante de las investigaciones
de la administración pública, todo cuanto
tiende a garantizar este desahogo individual,
facilitar los medios de cubrir las primeras necesidades de la vida, mejorar el alimento de
los hombres y proporcionarles el trabajo asegurado para criar a su familia; así como prevenir los peligros y enfermedades que nacen
de la insalubridad del aire, aguas y lugares,
facilitar la comunicación y transporte de bastimentos, así como cuidar de la salubridad de
las ciudades y campos.46 Ella puede incluso
uniformar condiciones desiguales de la producción agrícola creadas por la naturaleza de
los climas y suelos, porque el genio humano
está por encima de cualquier condición natural. La administración pública debe velar
por la buena marcha de la agricultura, ya que
45
Bonnin, Abrégé des Principes d’Administration, pp.
119 y 236-237.
46 Ibid.
alimenta a los hombres, y vigilar la incorporación de buenos métodos de cultivo que la incrementen y mejoren. El cultivador interesa
a la administración no sólo como individuo,
sino como productor de alimentos para la sociedad en sus relaciones como miembro de
la comunidad. Ella actúa de manera idéntica
sobre la industria, a la cual vigila y fomenta,
lo mismo que el comercio. Su posición, por
consiguiente, es que la legislación debe dejar
en gran libertad a la industria y el comercio,
pero sin que la administración pública omita
brindarles protección. Es decir, debe existir
un equilibrio entre la libertad económica y la
sabiduría de los reglamentos que la protegen,
según el principio del dejar hacer, dejar pasar
que Bonnin acredita a Turgot.47
Bonnin independizó en gran medida a la
administración pública, de las antiguas ciencias camerales, no sólo porque representan al
absolutismo, sino porque estaban dominadas
por la economía. Tal fue el motivo por lo cual
explicó que a mediados del siglo xviii, cuando los economistas llamaron la atención pública sobre las materias prácticas de gobierno
y administración, este impulso hacia las cosas
útiles produjo muchos escritos sobre esas materias. Aunque sus obras estuvieron dominadas por un espíritu sistemático, sus escritos
sólo trataron algunas partes de las cosas administrativas y puntos aislados de la ciencia
que no formaban parte de un orden general de
economía social.48 Pero estalló la Revolución
y con ella la disipación del prestigio que hasta entonces habían gozado los “economistas”.
Fue de tal modo que se evaporaron antiguos
errores, gracias a que hombres talentosos no
47
Todo apunta, sin embargo, a que el creador del término burocracia (bureaucratie) es Vincent de Gournay, quien lo habría formulado en 1745 para referir el
“gobierno de las oficinas”. Jean-Claude-Marie Vincent, seigneur de Gournay (1712-1759), fue un personaje muy conocido en su tiempo. Incluso Turgot le
dedicó un escrito apologético sobre su personalidad
y trascendencia, de suyo muy ilustrativo. Anne-Robert-Jacques Turgot, Éloge de Gournay. L. Robineau,
Turgot: Administration et Oeuvres Économiques, Paris,
Guillaumin, sin año, pp. 1-45.
48 Vid Bonnin, C.J.B., Abrégé des Principes d’Administration,
p. xix. parece que Bonnin se refiere los trabajos cameralistas alemanes por señalar mediados del siglo
xviii, época de oro de su desarrollo. Esto, que no deja
de ser una conjetura, sería probable con la publicación francesa de von Justi quien precisamente produjo sus mejores trabajos hacia mediados de ese siglo.
La publicación referida es: Justi, Jean Henri Gottlobs
de, Élemens Généraux de Police, París, chez Rozet, Libraire, 1769.
Colaboración a la Sociología
El estudio sobre la legislación da pie al desarrollo de la ciencia social, a la que Bonnin concibe
de un modo tan elevado que la juzga como la principal por su naturaleza, su importancia y su
utilidad. Además de brindar la idea del orden social, esa disciplina tiene una aplicación directa
a los seres humanos, horizonte que no alcanza la ciencia física. La ciencia social se ocupa del
hombre en sus relaciones naturales y necesarias, así como de su conservación.49 Busca la naturaleza misma del hombre, y se afana por deducir las relaciones de los hombres en sociedad
para conocer las leyes esenciales y constantes relativas a éstas.
Sin embargo, quizá sus análisis sociológicos más extensos se encuentren en su libro principal, esencialmente en la versión de 1829. Desde las primeras páginas de la última edición de sus
Principes, Bonnin desarrolla un pasaje muy lúcido sobre el principio primitivo de lo social: “la
administración es una consecuencia natural del estado social, como este lo es de la sociabilidad
natural del hombre: su naturaleza es un resultado de la comunidad, pues desde el momento en
que existe pacto social, hay administración. Así es que siempre encontramos a la naturaleza,
hasta en el despotismo. Es pues evidente que la administración no toma su principio en los
convenios humanos, sino que es un fenómeno precedente de la existencia misma de la sociedad, sin que los convenios o leyes sirvan más que para organizarla, es decir, para determinar
su modo de existir, pues su existencia procede de los mismos principios que los de la comunidad. Efectivamente, las leyes no instituyen a la administración, ni tampoco a la asociación;
lo que hacen es modificar su organización, porque la existencia la deben a la tendencia social,
sin que las leyes hagan más que darles el impulso vital en tal o cual dirección”.50 Bonnin descubrió que la administración pública es una consecuencia directa e inmediata de la asociación,
como esta misma lo es del espíritu de sociabilidad inherente a la especie humana.
Relaciones públicas y relaciones civiles
Las contribuciones de Bonnin a la sociología deben ser consideradas como relevantes porque
trata tempranamente a la sociedad, a la que concibe como producto de las relaciones humanas.
Ella entraña el ser social, al hombre en relación plena con otros hombres, cooperando en sus
nexos al interés común y al mantenimiento de la vida asociada.51 Es este orden social el que
explica la existencia de la administración, pues las personas sólo pueden ser consideradas administrativamente cuando forman parte de la sociedad, sea dentro de las relaciones administrativas
públicas o las relaciones administrativas civiles. No está de más recordar que las primeras son
los vínculos que unen a los administrados entre sí y como totalidad con el Estado, y que sin ellas
la sociedad no puede existir porque conservan física y moralmente a los hombres que la forman.
Por su parte, las relaciones administrativas civiles suponen al administrado de manera personal,
pero sujeto a la acción de la administración pública y al interés de la sociedad.52
La interacción entre los intereses público y privado produce el doble deber de la administración pública, por el cual se vincula con el hombre como miembro de la comunidad y como
individuo. Este doble nexo establece las relaciones públicas de la administración con la comunidad y relaciones civiles con los individuos. Ambas formas de relación aunque existen por
sí mismas, están preñadas con administración pública porque de suyo constituyen relaciones
49
Bonnin, Doctrine Sociale, pp. 27 y 39-40.
Bonnin, Abrégé des Principes d’administration, pp. 365-391.
51 Bonnin, Charles-Jean, Principes d’Administration Publique, a Paris, chez Renaudiere Imprimeur-Libraire, 1812,
troisième édition, tres tomos, tomo i, p. xxvi.
52 Ibid.
50
CHARLES-JEAN BONNIN
contaminados con las ciencias antiguas, que investigaron la verdad sin dejarse dominar por
sistemas ingeniosos y nombres célebres. Los acontecimientos de la Revolución sirvieron para
juzgar las obras políticas de los tiempos anteriores, y situarlas donde se merecen.
125
OMAR GUERRERO
administrativas. Dicho de otro modo, la emergencia de la sociedad como totalidad implica el
nacimiento de otras relaciones sociales, las cuales, emanadas de ella, son asimismo vínculos
sociales específicos dentro del proceso por ella también producido. De aquí la explicación de
Bonnin acerca de la sociedad como un agregado consciente de seres humanos, que constituye
inherentemente un conjunto de relaciones, pero que esas relaciones por cuanto la comprenden como totalidad, incluyen un tipo específico de relaciones administrativas.
Las relaciones administrativas civiles, por cuanto tocan al individuo, comprenden los actos
del estado civil relativos al nacimiento, matrimonio, decesos, legalización de infantes y otros
similares, los cuales, siendo directamente interesantes a la familia, también lo son para la administración pública. Es así porque incumben al orden público y porque, siendo asuntos familiares, las familias son parte del ente social al que el Estado procura. Todas ellas constituyen una
relación social, y toda relación social forma la acción de la administración, “especial, esencial
y exclusivamente”.53 Por lo tanto, estos actos interesan a la administración pública no porque
conciban al hombre en sus normas civiles, sino en sus relaciones civiles con el Estado.54
126
Paralelamente, la administración trata con las personas dentro de sus relaciones públicas,
es decir, concibiendo al hombre como miembro del Estado, relaciones que incluyen no sólo
su persona, sino sus bienes. Las relaciones públicas son aquellas en las cuales los individuos
son concebidos funcionalmente como conscriptos, propietarios, contribuyentes, agricultores,
fabricantes, comerciantes, artistas o médicos.55 Estas relaciones son las que dan sentido a la
existencia del Estado, pues los miembros que lo integran deben estar unidos por relaciones de
interés general. Sin esas relaciones son inconcebibles sin el orden público, que es el objeto de
la existencia del Estado.56 De aquí emanan también los derechos naturales como base común
de todas las leyes, por ser inherentes al hombre, y el ser humano la causa y objeto de la legislación. En consecuencia, las relaciones sociales son el primer elemento de la administración
pública. Dedúcese, pues, que es de las relaciones sociales de donde emana la administración
pública, pues de ellas nace el principio administrativo.
Las necesidades sociales
El ser humano vive en sociedad gracias a la contribución de sus congéneres, colaboración que
entraña las relaciones sociales como nexos que nacen de las necesidades de cada cual, por motivo de la ley natural de la sociabilidad. Esas relaciones sociales son inherentes a la especie
humana como una consecuencia de la organización del hombre, aunque es su voluntad la que
suministra la dirección.57 Pero existe un proceso acumulativo de las relaciones sociales del cual
brotan necesidades de las necesidades mismas, pues de las apetencias naturales nacen las apetencias comunales que son las propias de la asociación. Estas últimas engendran una dirección
general que es movida por el interés público, cuya misión es reunir las necesidades sociales en
un cuerpo único y conducir su acción, estableciéndose de tal modo la institución social.
La ciencia de la administración pública, entonces, es la primera ciencia social forjada
conforme a los principios del iluminismo y la razón. Bonnin no encuentra diferencias sustanciales en la composición del orden natural y el orden social, por cuanto a la forma en que se
integran; pues “en el orden social, lo mismo que en el físico, esta relación es natural, y de ella
depende que exista en la sociedad política la misma armonía que en el universo”.58 Pero no
hay nada absoluto por su naturaleza, porque todo procede de las leyes generales que gobiernan a cada especie de seres o de cosas y sus efectos son sólo dependencias de estas “leyes o
causas primeras”.
53
Bonnin, Abrégé des Principes d’Administration, p. 55.
Bonnin, Principes d’Administration Publique, 1809, p. 46.
55 Ibid, p. 8.
56 Ibid, pp. 48-49.
57 Ibid, p. 9.
58 Bonnin, Abrégé des Principes d’Administration, p. 1.
54
CHARLES-JEAN BONNIN
127
Bonnin considera que el mundo social,
así como el mundo físico, es una correlación
analógica forzosa sin la cual no pueden subsistir el uno y el otro. Constituye una continuación de hechos encadenados entre sí,
de manera que descompuesto uno de los
eslabones, se interrumpen las causas y sus
efectos.59 Por lo tanto, los mismos principios
constitutivos rigen tanto al universo físico,
como a la sociedad; leyes equivalentes a las
leyes eternas que rigen al universo, gobiernan a la sociedad.
La doctrina social
ciología. Publicó en 1820 su Doctrina Sociale.
La obra constituye un manifiesto de la existencia autónoma de la sociedad y tiene como
consigna el alumbramiento de la ciencia social, como la llama, y a la que anuncia de la
siguiente manera: “de todo lo que el hombre
debe a su inteligencia, la ciencia social es la
primera por su naturaleza, su importancia y
su utilidad; ella tiene una aplicación más personal a los hombres que las ciencias físicas,
porque ordena la sociedad misma”.60 Como
es el hombre de quien se ocupa, son sus relaciones naturales y necesarias las que arregla,
sus acciones las que dirige su conservación la
que asegura.
En la época en la cual Henri de Saint-Simón
produjo su obra El Sistema Industrial, Bonnin
hizo una breve y fructífera incursión, única
por cierto, en el emergente campo de la so-
En efecto, visualiza a la ciencia social
como una disciplina aplicada que instruye al
hombre y regula sus derechos.
59
60
Ibid.
Bonnin, Doctrine Sociale, pp. 39-41.
OMAR GUERRERO
Referencias
Obras de Bonnin consultadas
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Principes d’Administration Publique, por Servir a l’Études des Lois Administratives, et Considérations sur
l’Importance et la Nécessité d’un Code Administratif, Suvies du Project de ce Code. Obvrage Utile Aux
Préfets, Sous-préfets, Maires et Adjounts, aux Membres des Conseils Généraux de Départaments, de
Préfectures, d’Arrondissemenns, Communaux et Municipaux, Paris, Clement Fréres, Libraires, 1809,
seconde édition.
Principes d’Administration Publique, Paris, Renaudiere Imprimeur-Libraire, 1812, troisième édition, tres
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De la Révolution Européenne, Paris, A. Eymery, Libraire, 1815.
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1815.
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Doctrine Sociale, Paris, Keffler, 1921 (1820).
Abrégé des Principes d’Administration, Paris, Amable Costes, Libraire-Editeur, 1829.
Otros trabajos consultados
128
Bielsa, Rafael, Principios de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1963.
Berthélemy, H., Préface. Mayer, Otto, Le Droit Administratif Allemand, Paris, V. Giard & E. Brière, 1903,
cuatro tomos (Édition Française par l’autor).
Cormenin, Louis-Marie de, Droit Administratif, Paris, Pagnerre Éditeur, 1840, cinquième edition, dos
tomos. Edición facsímil: Elibron Classics, Adamat Media, 2007.
Chevillard, Jules, De la Centralisation, Études d’Administration, Paris, Durand, Libraire-Éditeur, 1862,
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Justi, Jean Henri Gottlobs de, Élemens Généraux de Police, Paris, Rozet, Libraire, 1769.
Mayer, Otto, Le Droit Administratif Allemand, Paris, V. Giard & E. Brière, 1903, cuatro tomos (Édition
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Say, Jean-Baptista, Traité d’Economie Politique, Paris, Guillaumin, Libraire, 1841, Sixième edition.
Smith, Adam, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of the Nations, Chicago, Encyclopaedia
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Turgot, Anne-Robert-Jacques, Éloge de Gournay. L. Robineau, Turgot: Administration et Oeuvres Économiques, Paris, Guillaumin, sin año,
Vivien, Alexandre, Études Administratives, Paris, Libraire de Gillaumin & Cie, 1852, dos volúmenes.
Primera edición, 1845.
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