BENEMÉRITA Y CENTENARIA ESCUELA NORMAL DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ LICENCIATURA EN EDUCACIÓN ESPECIAL ÁREA AUDITIVA Y DE LENGUAJE ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN BÁSICA IV SEMESTRE SINTESIS: “LA ENSEÑANZA DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS MATEMÁTICAS” Resnick, Lauren B. y Wendy W. Ford Referencia Bibliográfica: Resnick, Lauren B. y Wendy W. Ford (1986), “La enseñanza de las estructuras de las matemáticas”, en La enseñanza de las matemáticas y sus fundamentos psicológicos, Barcelona, Paidós (Temas de educación), pp. 127 – 156. Integrantes de Equipo: Cristina Martínez Camarillo Ana Laura Chavira Ojeda Ana Soto Limón Carolina Guadalupe Zamudio Lazarín Las matemáticas escolares desarrollan nuevos métodos de enseñanza que sirven para que el aprendizaje fuera significativo, es decir, que tuviera sentido. Los matemáticos en ese entonces ofrecieron la idea de que el aprendizaje significativo seria la consecuencia de enseñar a los niños el substrato matemático de los conceptos y de las habilidades, es decir, las estructuras de las matemáticas. La significatividad de la enseñanza no solo depende de la relevancia de las habilidades de cálculo en las tareas de la vida real, sino también de la medida en que se encuadra en la integridad del contenido de las matemáticas. Una profesora que quiera estar segura de que sus alumnos comprenden los principios básicos de la relación posicional les haría trabajar con montones de palillos o de bastoncillos, o con bloques especiales que representan as unidades, decenas y centenas, etcétera. Como parte de una sesión de enseñanza, la profesora pueden pedirles que formaran agrupaciones de bastoncitos que representen, por ejemplo, dos centenas, cuatro decenas y seis unidades, y los niños formarían unos grupos de palitos que representaran dichas cantidades. Después de haber hecho que los niños ordenaran grupos de bastoncitos muchas veces, la profesora empezaría a asociar las agrupaciones a cifras, por separado todavía las centenas, las decenas y las unidades. Por último, la profesora enseñaría a los niños a utilizar la “notación normal” y al leer de forma convencional las cifras que representan a los montones de bastoncitos. Esta secuencia de enseñanza va progresando desde una representación concreta a otra más simbólica, e intenta dar a los niños una comprensión intuitiva de las realidades matemáticas que pretenden representar la notación normal. El objeto de tal representación es conseguir que los niños se acostumbren a agrupar las cosas, no necesariamente en múltiplos de diez, sino también en múltiplos de otros números. Esto se debe a que la comprensión de los conceptos de agrupamiento en general tiene la posibilidad de facilitar la comprensión posterior de los sistemas de numeración en bases diferentes. Pero no todos están de acuerdo con esta idea algunos alucen que la introducción de sistemas de numeración en bases diferentes no sirve más que para distraer a los niños de su función fundamental que es aprender el sistema decimal, y que la enseñanza no de permitir tales confusiones. Los materiales Montessori para las matemáticas suponen un intento de enseñar los valores posicionales de forma concreta mediante el empleo sistemático de códigos de colores y mediante una secuencia cuidadosamente planeada de materiales manipulativos. Los materiales manipulativos consisten en diferentes configuraciones de cuentas pequeñas que representan agrupaciones de unidades, decenas y centenas. Analizar la transición de representar los grupos de unidades decenas y centenas mediante juegos de cuentas a representárselos por cifras, los niños trabajan con tarjetas que llevan códigos de colores para poner de manifiesto el valor posicional de las cifras. Las unidades se representan en verde, las decenas en azul y las centenas en rojo. Las tarjetas con código de color que representan a los agrupamientos están hechas de tal forma que se pueden superponer para generar una notación normal. Por tanto, en la enseñanza de la base del sistema de notación se hace uso tanto de la vista como del tacto. Un niño puede intentar resolver un problema de suma sencilla utilizando bastoncitos, palos, cuentas o cubos como los que se utilizaban para enseñar la numeración. Cuando se unen los dos conjuntos, es fácil descubrir que existen más de 10 unidades sueltas, por lo que se pueden juntar 10 de ellas formando un “paquete” de decena, que se añadiría a las demás decenas. Bruner y la representación cognoscitiva de los conceptos matemáticos Bruner describe tres modos de representación: Enactiva: Modo de representar eventos pasados mediante una respuesta motriz adecuada. Quizá sea este modo lo que vemos en los niños que resuelven los problemas de suma dándose con los dedos en la barbilla o en la mesa, en lo que es evidentemente un movimiento de conteo. Icónica: Nos separa un paso de lo concreto y de lo físico para entrar en el campo de las imágenes mentales. Según Bruner, la representación icónica es lo que sucede cuando el niño se imagina. Simbólica: se posibilita sobre todo por la aparición de la competencia lingüística. Un símbolo es una palabra o marca que representa una cosa, pero que no tiene por qué parecerse a dicha cosa. Por ejemplo, la cifra 8 no se parece en absoluto a una formación de objetos que tengan dicha propiedad numérica ni tampoco lo hace la palabra ocho. Bruner, que se ha preocupado más directamente de las aplicaciones en el aula, ha afirmado lo contrario: “toda idea o problema o cuerpo de conocimientos se puede presentar de una forma lo suficientemente sencilla como para que cualquier estudiante determinado lo pueda comprender de forma reconocible”. Está claro que las acciones, las imágenes y los símbolos tienen niveles diferentes de dificultad y de utilidad para las personas de edades diferentes, entornos diferentes, de estilos diferentes. Además, seria difícil representarse un diagrama de un problema de derecho, mientras que un problema de geografía se prestaría más a la representación en imágenes. Existen muchos contenidos, como las matemáticas, que permiten modos alternativos de representación. La manipulación de bastoncitos, de cubos y de cuentas, permitía la representación enactiva de los conceptos numéricos. Los mismos materiales se podían recordar de forma icónica y, los códigos de color del valor posicional de las cifras servían para enriquecer las imágenes mentales. Los símbolos numéricos de la notación normal, de la manipulación de símbolos se lleva a cabo en el algoritmo “del llevarse” aparecían al final de la secuencia y se apoyaban en las experiencias precedentes. Las materializaciones de Dienes y la secuencia de la enseñanza Lo más característico del enfoque de Dienes de la enseñanza de las matemáticas era el empleo de materiales y juegos concretos, en secuencias de aprendizaje estructuradas cuidadosamente. Los materiales manipulativos Dienes cree que los niños son constructivistas por naturaleza, más que analíticos. Dienes propone que se creen materiales de enseñanza que materialicen estas estructuras, las acerquen al campo de la experiencia concreta. Dienes ha diseñado su propio juego de materiales matemáticos, que se llaman bloques aritméticos multibase (BAM) o simplemente, bloques de Dienes. El empleo de estos bloques se ha extendido en la enseñanza y en la investigación de las matemáticas, y los libros de texto modernos los suelen mostrar en los diagramas que ilustran manipulaciones concretas en base 10. Los BAM son bloques de madera, cada uno de los cuales representa un sistema de numeración con base diferente. Cada juego tiene bloques de varios tamaños que están divididos en segmentos para indicar cuantas unidades representa cada uno. Un ejemplo de materiales de enseñanza diseñados para materializar son los bloques de atributos, pueden ser triángulos, cuadrados, círculos y hexágonos de madera o de plástico de diferentes formas, tamaños y colores, tales que cada pieza tienen unos atributos únicos. Los bloques de atributos pueden servir para presentar los principios de clasificación, la teoría de conjuntos y la lógica. Dienes opina que para que los conceptos matemáticos se puedan abstraer debidamente de una serie de episodios de aprendizaje, los conceptos se deben presentar en materializaciones múltiples, es decir, los niños deben trabajar con materiales de tipos diferentes, cada uno de los cuales materialicen el concepto en cuestión. Según Dienes, las diversas materializaciones deben diferenciarse entre si, todo lo que sea posible (principio de la variabilidad perceptual), de forma que los niños sean capaces de “ver” la estructura desde varias perspectivas diferentes, y de construir su rico almacén de imágenes mentales que rodeen a cada concepto. Las materializaciones múltiples deben permitir también la manipulación de toda la gama de variables matemáticas que se asocian a un concepto: es el principio de Dienes de la variabilidad matemática. El empleo de símbolos debe ser informal al principio, dirigido a ayudar a los niños a recordar las formas y relaciones que han advertido. Los niños pueden, incluso, utilizar símbolos que hayan elegido ellos mismos. Se cree que esto es una manera de permitir que los niños participen en el proceso emocional del descubrimiento y la formalización por el que pasan los matemáticos. Al aplicarse los símbolos, las experiencias matemáticas se liberan de sus referentes concretos, y se convierten en herramientas que permiten nuevos tipos de manipulaciones mentales.