1 Actores externos en la mediación Dilemas y opciones para

Anuncio
Febrero de 2010
Actores externos en la mediación
Dilemas y opciones para mediadores
Mediación. Serie práctica
Teresa Whitfield
1
Contenidos
Prólogo - 3
1. Introducción - 3
2. ¿La mediación de quién?- 4
• Naciones Unidas
• Organizaciones regionales
• Estados individuales
• Mediadores privados
3. Identificación de los retos y las oportunidades - 6
• Actores regionales en conflictos complejos
• Vecinos importantes
• Socios distantes
• Otros mediadores
4. Opciones - 9
• Grupos de amigos
• Inclusión de la región
• Grupos de contactos
• Preferencia de apoyo flexible
• El mediador independiente
5. Sugerencias para mediadores - 12
• Desarrollar cierta comprensión de la interacción compleja entre partes en conflictos y actores
regionales u otros actores externos
• Invertir tiempo en crear y mantener apoyo internacional
• Estar alerta del riesgo de parcialidad o de su apariencia
Bibliografía adicional - 13
El Centro para el diálogo humanitario (HD Centre) es una organización de mediación independiente dedicada a
ayudar a mejorar la respuesta global a conflictos armados. Pretende lograrlo mediando entre partes en guerra y
ofreciendo apoyo a la comunidad de mediación más amplia.
© Copyright Henry Dunant, Centro para el Diálogo Humanitario, 2010
La reproducción total o parcial de esta publicación sólo se autorizará mediante consentimiento por escrito y
reconocimiento de la fuente.
La Serie Práctica de MEdiación es un proyecto del Centro para el Diálogo Humanitario (Centro HD). Valoramos
los comentarios de los practicantes de mediación y los investigadores sobre el formato y los contenidos de esta
publicación. Si tiene cualquier sugerencia de mejora, escriba a [email protected].
Actores externos en la mediación
2
Prólogo
comentarios en las primeras versiones de esta
publicación: Chester Crocker, Sherwin Das,
Malik Dechambenoit, Kristian Herbolzheimer,
Cynthia Petrigh y Francesc Vendrell.
Actores externos en la mediación
La Mediación Descripción general de la
Serie Práctica
Introducción
La Serie Práctica de Mediación (MPS) se
inició en 2008 como parte del esfuerzo del
Centro HD para apoyar a la amplia comunidad
de mediación. Esta serie se inspira en los
comentarios de los mediadores que nos
cuentan cómo ellos y sus equipos cuentan
con redes y medidas ad hoc para agrupar
recursos para apoyar a procesos cada vez
más complejos. Trabajan sobre la base de su
propia experiencia, pero les falta la percepción
de otros procesos de paz. Su personal, tanto
sobre el terreno como en las sedes centrales,
también se encuentra sin material de
referencia adecuado, lo que dificulta la mejora
de la práctica de la mediación.
Basándose en la opinión compartida de
que los mediadores a menudo se enfrentan
aparecidos dilemas, aunque la mediación
difiere ampliamente según los procesos de paz,
el centro HD ha decidido producir una serie
de herramientas de toma de decisiones que
se inspiran en la experiencia comparativa de
los procesos de mediación con representantes
gubernamentales.
Cada publicación de la serie dará a los lectores
una visión general concisa y fácil de utilizar
de temas relevantes, dilemas clave y retos a
los que se enfrentan los mediadores. También
ofrecerán ejemplos de cómo se trataron estos
dilemas para ayudar a otros a prepararse para
las demandas potenciales de los procesos de
mediación.
Aunque estas publicaciones no pueden
sustituir la experiencia práctica, nuestro deseo
es que puedan contribuir a un proceso de
aprendizaje más sistemático. Las próximas
publicaciones de esta serie estarán disponibles
de forma gratuita en el sitio web del centro
HD, y se difundirán a través de nuestra red
y la de nuestros socios. Cada publicación
está sujeta a una rigurosa revisión por parte
de practicantes y personal de apoyo con
experiencia en los temas relevantes. Actores
externos en la mediación es la primera
publicación de esta serie. Queremos agradecer
a la autora, Teresa Whitfield, así como a las
siguientes personas por sus sugerencias y
3
Varios actores externos, entendidos como
aquellos que son ajenos al escenario del
conflicto, tienen un papel central en el curso y
la conclusión de las negociaciones de paz. Los
recursos políticos, económicos y de otro tipo
que tienen a su disposición tienen el potencial
de ofrecer un refuerzo muy necesario a los
esfuerzos de los mediadores. Pero también
pueden socavar o confundir el proceso. En
otras instancias, los actores externos pueden
haber estado implicados en la avivación del
conflicto, o pueden apoyar a una o más de
las partes del conflicto. Otros actores más
distantes pueden enmarcar su implicación
en términos que reflejen un amplio apoyo de
la paz, aunque sus intereses - especialmente
si tienen la raíz en temas como el acceso
al comercio y los recursos - pueden ser
diferentes en relación con cuál debería ser
el resultado exacto. En todos los casos, lo
más probable es que un acuerdo duradero
dependa del hecho de conseguir una
implicación externa relativamente unificada
junto a una propiedad local por parte de at o
tres políticos y sociales relevantes.
Este documento explora varios medios
por medio de los cuales los mediadores
internacionales pueden implicar y relacionarse
a otros factores externos en un proceso de
paz. El desarrollo de estrategias implica la
consideración de: como hacer un mejor uso
de las influencias, los activos, el conocimiento
y el acceso que otros actores externos
pueden tener; como neutralizar o bloquear
interferencias externas; y como crear o
fomentar una amplia base de apoyo para
el acuerdo. Con un énfasis especial en el
compromiso de “primera vía” (interacción
formal entre líderes), el documento trata
el alcance hasta el cual la identidad de un
mediador puede modelar las relaciones con
actores externos; enfatiza la importancia
de una evaluación clara de los retos y las
oportunidades que pueden presentar; resalta
opciones prácticas de las que disponen
los mediadores, a la vez que reconoce las
circunstancias particulares de cada mediación;
y concluye con algunas sugerencias amplias.
¿La mediación de quién?
Los mediadores con más experiencia
elogian los beneficios de un liderazgo claro
en cualquier intento de mediación. Aún así,
la decisión de quien dirige la mediación no
suele tomarse mediante un proceso racional,
Sino que más bien es un resultado de una
combinación de las demandas de las partes
en conflicto, la oportunidad, las capacidades y
los recursos de los mediadores potenciales de
desarrollar y mantener un papel en un conflicto
concreto y su credibilidad con otros miembros
de la comunidad internacional.
A lo largo de los últimos años se ha visto
tanto un enorme crecimiento en la mediación
como una diversidad sin precedentes de
mediadores internacionales (diferentes de
los mediadores nacionales, o “internos”, cuyo
trabajo en relación con actores externos va
más allá del alcance de este documento). Se
pueden discernir tres cambios distintos. Uno
es un alejamiento de las mediaciones dirigidas
exclusivamente por las Naciones Unidas hacia
los estados y las organizaciones regionales;
el segundo es la emergencia de una amplia
gama de nuevos acuerdos para la pacificación
y su apoyo, especialmente mini-coaliciones de
estados conocidos como “Amigos” o “Grupos
de contactos”; el tercero es un aumento de la
implicación de los mediadores internacionales
idependientes, entre los que se incluyen
organizaciones privadas (como el centro HD
o la Comunidad de San Egidio) y personas
prestigiosas, a veces encabezando sus propias
organizaciones (el antiguo Presidente de
Finlandia, Martti Ahtisaari, jefe de la Iniciativa
para la Gestión de Conflictos; el antiguo
presidente Jimmy Carter del Carter Center, el
antiguo Secretario General de las Naciones
Unidas Kofi Annan y su Fundación).
Estos cambios enfatizan la importancia de la
secuenciación en varios papeles diferentes,
puesto que en un proceso de paz concreto
pueden verse implicados varios mediadores
a lo largo de varios años. Estos cambios
también explican una mayor prevalencia de
las negociaciones híbridas, que implican
tanto órganos oficiales como las NU y la Unión
Africana (AU) como en Darfur, o acuerdos más
flexibles, como se ha visto en Kenia, donde
Kofi Annan dirigió un Panel de Personalidades
Eminentes Africanas encargado por la AU pero
trabajó con el apoyo de otros. Una estrategia
relacionada es la implicación de las NU de
una figura regional caudal - como se reflejó en
la asignación del antiguo Presidente Olusegun
Obasanjo de Nigeria como Enviado Especial
de las NU para la Región de los Grandes
Lagos - en su nombre.
Los mediadores de via uno se implican en
la base de diferentes niveles de visibilidad y
legitimidad. Con ellos llevan varias capacidades
para implicarse con las partes en conflicto,
especialmente los actores armados no estatales
que pueden ser etiquetados como “terroristas”
por estados individuales y/o organismos
multilaterales. Sus diferentes identidades
determinan también diferentes niveles de
influencia, además de relaciones distintas
con otros actores externos con intereses, o
influencias, en un conflicto concreto.
• Naciones Unidas: el Secretario
General de las Naciones Unidas y sus
representantes trabajan con las ventajas
de legitimidad de la organización global y
la amplitud operativa. Estas características
pueden hacer que la implicación de las
Naciones Unidas sea especialmente
atractiva - en particular para actores no
estatales entusiasmados por la legitimidad
quieren que les confiere - o bien que
sea una posibilidad a evitar (por estados
sensibles a los temas de soberanía y/o
precedentes). El apoyo explícito y tácito
de los estados miembros de las NU es un
elemento de gran importancia de la eficacia
de la organización como mediador, en
especial porque, sin él, la influencia y los
recursos de Secretario General se verían
limitados. Sin embargo, él y su personal
también están sujetos a presiones por parte
de estados miembros individuales en varios
temas, Por ejemplo cuando los estados
miembros son partes de un conflicto, o
bien actores externos con opiniones muy
fuertes sobre cómo se debería enfocar el
conflicto (como los Estados Unidos en el
Oriente Medio). En situaciones en las que la
mediación de las NU tiene un amplio apoyo,
sus representantes se encuentran una
buena posición para convenir y crear apoyo
de actores externos relevantes, así como
4
para ceder su puesto a las operaciones de
paz de las NU preparadas para contribuir en
la implementación.
Cuando la mediación de las NU tiene un amplio
apoyo, sus representantes se encuentran una
buena posición para convenir y crear apoyo de
actores externos relevantes
Kenia
Mediación híbrida en acción
La crisis que se desarrolló en quien ya a
principios del 2008, después del anuncio de
los resultados rebatidos de las elecciones
presidenciales, fue un shock para la
comunidad internacional. Tuvo escalada
rápida y violenta dio lugar a un conjunto de
llamamientos para la resolución por parte
de actores regionales y e internacionales. El
reconocimiento de la necesidad de un esfuerzo
unificado contribuyó al establecimiento, por
parte de la UA, de un Panel de Personalidades
Eminentes Africanas, compuesta por el antiguo
Secretario General de las NU Kofi Annan
como mediador en jefe, el antiguo presidente
Benjamin Mkapa de Tanzania y la Señora
Graça Machel, antigua primera dama tanto de
Mozambique como de Sudáfrica.
La mediación dirigida por Annan, quien
llegó a Kenia el 22 de enero de 2008 y
permaneció completamente comprometido
al esfuerzo hasta que se alcanzó un acuerdo
el 28 de febrero del 2008, acudió a un
consistente apoyo de actores externos. Ello
se vio facilitado por la fama excepcional de
Annan, pero también reflejó un esfuerzo
determinado por su parte. Se tomó el tiempo
necesario para comunicar a todos (incluidos
los Estados Unidos) de su opción era la vía
central para resolver la crisis y pidió que
nadie más no llevara a término ninguna
acción si ello no contribuía en su proceso.
La cohesión interna se consiguió gracias a
la dotación de personal de su equipo, con
funcionarios de la UA y las NU, así como del
centro HD; el respeto que compartían por
Annan contribuyó a una importante ausencia
de rivalidades institucionales encontradas en
otros esfuerzos híbridos. En algún momento,
las reuniones aparentemente conflictivas por
la IGAD y la Comunidad del África Oriental
llevaron a un elemento de tensión regional.
Sin embargo, la urgencia de la crisis fomentó
la unidad hacia el objetivo y contribuyó en
el apoyo robusto de Annan desde la región,
desde la Unión Africana y desde otros actores
internacionales, incluidos la Unión Europea, el
Reino Unido y los Estados Unidos.
• Organizaciones regionales: las
organizaciones y los estados regionales y
subregionales median con las ventajas de una
mayor proximidad al conflicto, conocimiento
de y a menudo influencias sobre las partes.
Sin embargo, esta fuerza también puede
ser la mayor debilidad de las organizaciones
regionales. Al igual que las organizaciones
multilaterales, las organizaciones regionales
y subregionales están abiertas a presiones
por parte de los estados miembro o, como
mínimo, son vulnerables a las diferencias
entre ellos. Esto es más obvio en regiones
altamente conflictivas como el Cuerno de
África, pero también sucede en Asia, donde la
Asociación de Naciones del Asia Sudoriental
(ASEAN) no ha sido capaz de desarrollar una
función eficaz en Myanmar y la unión europea
(EU), donde una falta de cohesión interna ha
creado un impacto negativo en la explicación
de la EU en conflictos tan variados como
Georgia y Mindanao. La mediación dirigida
por organizaciones regionales ha vivido
notables éxitos, de los que dan fe el largo
registro de la Comunidad Económica de los
Estados del África Occidental (ECOWAS) en
gestión de conflictos en el África occidental,
la mediación regional vista en Burundi, o
el proceso de paz dirigido por la Autoridad
Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD)
en el Sudán Meridional. Sin embargo, también
son susceptibles a la dominación por parte del
poder regional con claros objetivos políticos o
militares propios (evidente en algunas de las
participaciones de Nigeria en África occidental
a través de ECOWAS, o el papel de Siria en el
Líbano a través de la Liga Árabe).
• Estados individuales Muchos estados
individuales median desde posiciones de
poder relativo e influencían a las partes en
conflicto (los Estados Unidos en Dayton o
el Oriente Medio, Nigeria, Sudáfrica, Libia,
Egipto, la India y Malasia en sus respectivas
regiones). Cuando están completamente
implicados, estos mediadores tienen un
acceso considerable, e influencias sobre, las
partes implicadas. Su reputación dentro de
la comunidad internacional puede fomentar
el apoyo de otros actores externos que serán
necesarios para reforzar los esfuerzos en
un momento adecuado. Sin embargo, su
5
propio interés en el resultado de un conflicto
puede resultar problemático para algunos.
Los nuevos mediadores, como Turquía, Qatar,
Arabia Saudí, Indonesia y Brasil, comparten
cierta proximidad a las partes en conflicto con
negociadores regionales más tradicionales.
Algunos también cuentan con la ventaja de
las relaciones creíbles tanto con los Estados
Unidos, como con el mundo islámico. A
diferencia de Noruega y Suiza - facilitadores
consolidados que han ubicado la pacificación
en el centro de su política exterior basándose
en su imparcialidad en los conflictos en los
que se implican -, a veces sus actividades
pueden resultar difíciles de distinguir de la
diplomacia bilateral rutinaria.
• Mediadores privados: Como mediadores
débiles, los mediadores privados deben
apropiarse de la influencia de otros. Tanto si
se trata de organizaciones privadas como de
personas destacadas, los mediadores privados
tienen la ventaja poder implicarse temprano
y con discreción con las partes en conflicto
que pueden ser reticentes a implicarse con
actores oficiales, o que identifican como parias
(como demuestra la función del Centro HD
en Aceh, Nepal y Darfur). También pueden
mantener canales abiertos cuando los canales
oficiales se quedan inmovilizados, o bien
explorar nuevas opciones con discreción. Los
estados vecinos y los poderes más distantes
pueden sospechar de las iniciativas no
gubernamentales y, por lo tanto, ponerse
en contacto con actores externos puede ser
un tema delicado. Mientras tanto, aunque
las primeras etapas de una mediación
privada puede proseguir con cierto grado de
confidencialidad, el apoyo y la cooperación
de los actores oficiales serán necesarios para
alcanzar y mantener un acuerdo duradero.
Por lo tanto, la capacidad de los mediadores
privados de unir fuerzas con el poder y los
recursos del mundo oficial se convierte en un
elemento de gran importancia de su trabajo.
Identificación de los
retos y oportunidades
Sea cual sea su perfil institucional, el análisis
inicial de un mediador del escenario del
conflicto mostrará una variedad de actores
externos. Quienes fueron parte del problema
también deberán ser parte de la solución, o
como mínimo deberán aceptarla. A otros se
les deberá introducir para garantizar el apoyo
político, práctico y financiero necesario para
la implementación de cualquier acuerdo. En
cada conflicto, los actores externos aportan
una variedad de intereses, influencias
potenciales, logística y otros recursos en
juego. Generalmente éstos serán positivos,
y en tal caso coordinar las ofertas por el
interés de una estrategia coherente pasa a
ser la prioridad. También pueden intentar
complicar, o incluso estropear deliberadamente
el esfuerzo de mediación, haciendo que la
contención sea imperativa. Un mediador
puede elegir entre diferentes medios para
favorecer la coordinación Tal como se deriva
de las opciones que se encontrarán más
abajo, un tema central es si ello se consigue
mejor con una estructura de grupo o no.
También pueden intentar buscar la contención,
normalmente reuniendo apoyos de otras sedes
internacionales suficientes para deslegitimizar
y debilitar los esfuerzos de los obstruccionistas.
La única certeza es que no se pueden ignorar
los actores externos.
“Tenía que construir una telaraña para
mantenerlos dentro pero también fuera.”
– Lazaro Sumbeiywo, De los actores externos
implicados en las negociaciones del Sudán
meridional Serie práctica de mediación
Los mediadores serán conscientes de que
la capacidad y la disposición de las partes
en conflictos para implicarse con los actores
externos varía. En un sistema internacional
centrado en el estado, la mayoría de mediaciones
se producen en circunstancias de una propensión
al estado manifiesta. Algunas partes estatales en
el conflicto pueden impedir la internacionalización
de los esfuerzos a través de la implicación de
actores externos (como el recelo de Indonesia
sobre Aceh, Tailandia en el conflicto del sur y
España con el País Vasco). En estos casos, y en
otros, los actores no estatales con un sentido
claramente articulado de la rivalidad suelen
están más abiertos a la implicación internacional
porque lo ven como la legitimación de su lucha
(el Ejército de Liberación del Pueblo del Sudán
(SPLA) en el Sudán Meridional desarrolló
estrategias sofisticadas para implicarse
con actores externos, quienes ofrecieron un
importante apoyo para las negociaciones, tal
como se describe a continuación). Los grupos
armados no estatales con una coherencia
6
ideológica inferior y/o con acceso a sus propios
recursos (las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia o el Ejército de Resistencia del
Señor en el norte de Uganda, por ejemplo)
suelen presentar mayores retos para los
actores externos. Ello se debe al hecho de que
seguramente creen que no pueden obtener nada
de ellos. En estas circunstancias, los mediadores
pueden tener que luchar para encontrar medios
eficaces para mantener el compromiso.
Cuatro conjuntos distintos de actores externos
ofrecen cuatro tipos diferentes de retos y
oportunidades, cada uno de los cuales variará
de acuerdo con las circunstancias específicas
de una mediación concreta:
• Actores regionales en conflictos complejos:
Los estados contiguos o bien implicados
de alguna forma en conflictos regionales
complejos como los centrados en la República
Democrática del Congo, Sudán, Afganistán o
en Oriente Medio presentan serios retos para
cualquier mediación. Pueden ofrecer armas
y apoyo político a los grupos rebeldes o a
gobiernos represivos o impopulares, alojarlos
en su territorio, extraer recursos para su propio
beneficio o intentar socavar deliberadamente
un esfuerzo de paz utilizando otros medios.
Crear una paz regional duradera - como
demuestran los esfuerzos en los Grandes
Lagos de África, en Sudán y en Somalia, o la
complejidad del Oriente Medio - será lento13 y
complicado, pero no se puede llevar a término
sin trabajar hacia un marco completo para
el acuerdo en conflictos entrelazados o para
garantizar una interfaz coherente con otros
procesos de negociación en la región.
Sudán y Darfur
Mediación en medio de rivalidades y
complejidades regionales
Las negociaciones sobre el Sudán
Meridional se vieron frustradas durante
largo tiempo por cambios de alianzas entre
el gobierno y el Ejército de Liberación del
Pueblo del Sudán (SPLA), con los estados
regionales profundamente divididos sobre
los temas fundamentales de la religión y la
autodeterminación del sur. Varias iniciativas
de paz regionales opuestas - una de ellas
dirigida por la IGAD en general favorable
al sur, y la otra, una iniciativa conjunta de
Egipto y Libia que apoyaba la unidad del
Sudán - luchaban para avanzar. Los progresos
empezaron puesto que el apoyo del proceso
de la IGAD, dirigido por le General Lazaro
Sumbeiywo de Kenia, ayudaba a contener
los esfuerzos rivales. Un elemento de gran
importancia fue la emergencia de una “Troika”
informal de Noruega, el Reino Unido y los
Estados Unidos, desarrollada por personas
con un gran conocimiento del Sudán. Con
los Estados Unidos ejerciendo una especial
presión en las partes, la Troika trabajó para
reforzar el proceso de la IGAD y mantuvo
otros mediadores potenciales acorralados.
Algunos representantes de la UA, las NU e Italia
se unieron como “observadores” formales
del proceso a medida que avanzaba hacia
el Acuerdo General de Paz (CPA) firmado a
principios de 2005.
La eficacia del apoyo externo para el CPA
contrastaba con la incoherencia del último
esfuerzo en Darfur y, en particular, con las
negociaciones dirigidas por la Unión Africana
que tuvieron lugar en Abuja en 2006. En ellas
asistieron representantes de las NU y la UE,
Nigeria, el Chad, Libia y Eritrea (los tres últimos
con intereses propios en juego) además
de, en momentos diferentes, de Canadá,
Francia, los Países Bajos, Noruega, el Reino
Unido y los EE.UU. La mediación de la UA no
pudo afirmarse y establecer una unidad de
esfuerzo entre los actores externos. Los niveles
opuestos de interés y compromiso llevaron
a una mezcla de mensajes y contribuyeron
a la intransigencia de las partes. Aunque
algunos actores ayudaron a forzar un acuerdo,
pronto fracasó. Los esfuerzos conjuntos
de la UA y las NU, y más tarde de Qatar, se
han visto complicadas desde entonces por
la fragmentación de las partes de Darfur,
la mayor implicación del Chad, Eritrea,
Libia y diferencias persistentes entre los
actores externos, incluso en temas como el
despliegue de los pacificadores de las NU y el
procesamiento del Presidente Omar al-Bashir
por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI).
• Vecinos importantes: Los vecinos
importantes de estados con conflictos internos
presentan diferentes retos, pero también
oportunidades. Tanto si el estado en cuestión
es Rusia, Méjico, India como Etiopía, no es
probable que se encuentre una solución
duradera para los conflictos en el Cáucaso,
América Central, Nepal y Sri Lanka o Somania
que no sea aceptable como mínimo para ellos.
En caso de que estos vecinos den la bienvenida
7
- o toleren - la mediación o la facilitación por
parte de otros, la relación con ellos debe ser una
alta prioridad (tal como reconoció Noruega en
su mediación del conflicto en Sri Lanka). Cuando
el momento se han oportuno, el apoyo de estos
vecinos respaldará el resultado de un proceso
de paz: México se encontraba entre los socios
más cercanos a las Naciones Unidas en su
mediación de los conflictos en América Central;
el proceso de paz de Nepal no habría avanzado
como lo hizo después de que el rei llegara al
poder del 2005 sin el respaldo de la India.
• Socios distantes: Un mediador también
tendrá en cuenta las contribuciones que
realicen los socios distantes, tanto si se trata
de estados que se encuentran en el Consejo de
Seguridad de las NU, de donantes o de otros
con intereses e influencias en un conflicto,
como instituciones financieras internacionales
o compañías multinacionales. A veces, estos
actores pueden tener posiciones firmes propias
que impiden que se progrese hacia el acuerdo
(el firme apoyo de Francia a Marruecos en el
conflicto del Sáhara Occidental, por ejemplo).
Pero su implicación puede tomarse con mayor
frecuencia par un uso positivo. El modo y el
momento de implicarlos se equilibrará según
temas de confidencialidad, pero también según
el sentido del mediador de la progresión del
proceso que se está tratando. Cuando sea
posible, un informe temprano pero frecuente
de los socios potencials puede ayudar a
construir un apoyo internacional para el
esfuerzo. Entre algunos ejemplos se incluyen
la temprana interacción del Secretariado de las
NU con miembros del Consejo de Seguridad
sobre el Tema de Timor Oriental, que ayudó
a prepararse para responder con rapidez a
la crisis de seguridad que surgió en 1999,
así como el trabajo preliminar de la Troika en
el Sudán Meridional, que ayudó a facilitar la
reunión del Consejo de Seguridad a finales
de 2004 para apoyar al esfuerzo de paz
liderado por la IGAD. En los casos en los que
los donantes implicados financian un proceso
de paz (como en las conversaciones de Abuja
sobre Darfur), un mediador puede enfrentarse
a cierta presión inoportuna para priorizar un
acuerdo rápido por encima de un proceso más
largo que pueda ofrecer mayores posibilidades
de un acuerdo duradero.
Georgia/Abkhazia
Mediación y el poder a la puerta de al lado
La mediación del conflicto entre Georgia
y la república secesionista de Abkhazia
hace tiempo que se ve complicada por su
contexto regional. El Secretario General
de las NU tuvo un papel pacificador desde
el principio, junto con un papel formal de
Rusia como “facilitador”. La facilitación rusa
se vio socavada por el hecho de que las
fuerzas de Abkhazia habían encontrado el
refuerzo militar de “soldados irregulares”
rusos, que no tenían ningún deseo de ver
una derrota abkhaza, así como por una
amplia reticencia en Rusia de permitir una
pérdida de influencia en su “extranjero
cercano”. Sin embargo, Rusia asumió un
papel de pacificador al frente de una fuerza
nominalmente de la Comunidad de Estados
Independientes, aunque su claro apoyo para
Abkhazia representaba un contrapeso para
un esfuerzo de mediación ampliamente
torcido a favor de Georgia. Por debajo de
un conflicto aparentemente congelado, las
corrientes de la hostilidad son profundas.
En 1993, algunos estados (Francia, Alemania,
el Reino Unido y los Estados Unidos, además
de Rusia) crearon un Grupo de Amigos de
Georgia con posturas claramente opuestas
sobre el conflicto, además de diferentes liveles
de interés en su resultado. Una sucesión de
mediadores de las NU trabajó con un grupo
renombrado en 1997 como Amigos del
“Secretario General de las NU”, pero nunca
pudieron superar dos defectos fundamentales.
El primero fue la importancia duradera de
Georgia para Rusia y la importancia de
Abkhazia en las relaciones entre las dos. El
segundo fue que las diferencias entre los
actores externos principales se ensancharon.
Para la frustración evidente de Rusia, los
“Amigos occidentales” (durante mucho tiempo
percibidos como parciales por Abkhazia por
su robusta defensa de la soberanía territorial
de Georgia) animaron a Georgia en sus
aspiraciones, que incluían llegar algun día a
formar parte de la OTAN. No se pudo crear
confianza en ninguna solución negociada y
una compleja espiral de acontecimientos llevó
hacia el conflicto abierto entre Georgia y Rusia
en agosto de 2008.
• Otros mediadores: La pacificación
competitiva, o la apariencia de pacificación
8
competitiva, es una realidad desagradable en
el abarrotado campo de la mediación actual.
Desde Darfur hasta Nepal y Zimbabwe, los
mediadores se han encontrado actuando en
paralelo o a contracorriente de otros actores
estatales, no estatales y multilaterales
luchando por la participación en el esfuerzo
de pacificación. Con un liderazgo claramente
identificado frecuentemente elusivo, los
mediadores y los aspirantes a mediadores
repiten el mantra de la coordinación,
pero lo han puesto en práctica con varios
grados de credibilidad. Además de la
duplicación innecesaria de recursos, entre
las consecuencias negativas se incluyen el
fomento de una tendencia de compra de foros
entre las partes en conflicto. El problema es
especialmente agudo en el período previo a
que tengan lugar las conversaciones formales,
cuando puede parecer que varios aspirantes
a mediadores pretenden implicarse en un
proceso de paz. La creación de la impresión de
que la resolución de conflictos está impulsado
por la oferta -y no por la demanda- no hace
ningún beneficio a los mismos mediadores,
las partes en conflicto o, lo que es más
lamentable, a las víctimas del conflicto.
Opciones
Los mediadores buscan fomentar una unidad
de esfuerzo, maximizar la influencia y la
asistencia a las partes en conflicto y crear
un apoyo que se mantenga a lo largo de la
implementación y la pacificación que sigue
cualquier acuerdo negociado. La mayoría
evita la idea de la mediación colectiva, pero
buscan actores externos preparados para
seguir su liderazgo, abiertos a la posibilidad
de desarrollar iniciativas complementarias
y/o preparadas para realizar una contribución
sustancial al esfuerzo de pacificación. Lo
que esto implica variará de acuerdo con las
capacidades y los recursos de los actores
externos, así como de las características y los
requisitos de la mediación específica. Pero es
probable que incluya alguna combinación de
apoyo logístico, sustantivo y financiero para
la propia mediación, asistencia a, estímulo
de y/o presión de una o más de las partes
en conflicto, apoyo público del proceso y
cualquier acuerdo que resulte de él par
construir credibilidad y mejorar la legitimidad
y las garantías económicas y quizás incluso de
seguridad para el proceso de implementación.
Los mediadores disponen de varias estrategias
cuando se implican con actores externos. Los
últimos años, la creación de algún tipo de
estructura de grupo se ha convertido en una
práctica cada vez más común. Existen ventajas
y desventajas de este enfoque. Los beneficios
potenciales de agrupar los actores externos
de algún modo - incluyendo la mejora de las
influencias del mediador, elevando la visibilidad
del proceso de paz, adelantándose a las
iniciativas de mediación rivales y preparándose
por un apoyo sostenido de implementación pueden resultar atractivos. Sin embargo, los
grupos también tienen desventajas, ya sea por
auto-selección o por creación del mediador,
no deberían iniciarse si no es después de
considerarlo cuidadosamente. La cuestión de
la composición será sensible, puesto que los
grupos pequeños, aunque sin duda son más
efectivos, tienen el riesgo de la exclusión y, por
lo tanto, de la ofensa de socios potenciales
significativos. Si los miembros de un grupo
no tienen de ideas afines en el enfoque de
un conflicto, las dinámicas de grupo pueden
convertirse en negociaciones complejas
por sí mismas. Entretanto, un grupo fuerte
y cohesionado puede abrumar al mediador
y la mediación si no está satisfecho con la
dirección tomada. Un sentido claro de lo que
cada actor externo puede ofrecer a toda la
estrategia de mediación debería informar de su
implicación desde el principio.
Un grupo fuerte y cohesionado puede
abrumar al mediador y la mediación si no está
satisfecho con la dirección tomada.
• Grupos de amigos Cuando los mediadores
tienen una dirección reconocida del proceso,
a veces han considerado útil contar con un
pequeño grupo de estados reunidos como
“Amigos”. Muchos de los beneficios específicos
que un grupo puede aportar se hicieron
evidentes en el primero de estos mecanismos,
los Amigos del Secretario General de las
NU para El Salvador. Ello aportó influencias,
información y ayuda práctica al mediador (el
Representante Personal del Secretario General
Alvaro de Soto), legitimidad e influencia a los
estados del grupo (Colombia, México, España
y Venezuela), cierto nivel de equilibio así
como asistencia técnica y de otros tipos a las
partes del conflicto (el gobierno de El Salvador
y las Guerrillas del Frente Farabundo Martí
9
de Liberación Nacional, FMLN) y atención,
recursos y coordinación estratégica al proceso
de paz como un todo.
En algunos casos, los amigos o grupos
relacionados han sido formados por el mediador
(como en El Salvador, o el grupo central de
las NU en Timor Oriental), mientras que en
otras instancias (incluidos los Grupos de
Amigos de Georgia y del Sáhara Occidental
creados a principios de los 90, además de los
Amigos del Proceso de Paz Guatemalteco y
grupos posteriores como la Troika en el Sudán
Meridional o el Grupo Central en Uganda),
se ha tratado de mediadores líderes en
auto-selección para adaptar sus estrategias
de acorde. En algunos de estos casos, los
miembros de los grupos tienen ideas afines en
su enfoque del conflicto y los mediadores han
logrado crear asociaciones eficaces con ellos.
En otros, las diferencias fundamentales dentro
de los grupos (destacan Georgia y el Sáhara
Occidental) reflejan la dificultad subyacente
del conflicto. A veces los mediadores pueden
trabajar con eficacia con el grupo para prevenir
la deterioración del conflicto o tratar otras crisis
que puedan surgir. Sin embargo, es improbable
que puedan alterar sus dinámicas subyacentes.
“Los amigos del mediador pueden resultar un
dispositivo útil, pero ello debe estar precedido
de una clarificación de la regla primordial, que
es un compromiso de trabajar sólo - o como
mínimo principalmente - a petición de quien
sea responsable del esfuerzo de mediación.”
–Alvaro de Soto
• Inclusión de la región: Los mediadores
regionales en África, Asia y América Latina
(donde los conflictos tienden a manifestarse
como crisis políticas internas, como las
observadas en Bolivia en 2008 y en Honduras
en 2009) obtienen legitimidad y apoyo del
respaldo de las organizaciones regionales
o subregionales relevantes. A veces, los
agrupamientos específicos de mediación como la gama de estructuras desarrolladas
en ECOWAS, la Troika de la UA en Comoros o
los Amigos de Bolivia de la Organización de
los Estados Americanos (OEA) - han ofrecido
un mayor refuerzo al esfuerzo de mediación.
Con menos frecuencia, se han formado
estructuras de mediación como el Equipo de
Mediación Conjunta en Madagascar (de la UA,
Comunidad de Desarrollo del África Meridional
(SADC), las NU y la Organización Internacional
de la Francofonía). Sin embargo, la relativa
debilidad de algunas estructuras subregionales
(iniciativas rivales entre la IGAD y Egipto/Libia
en las negociaciones de Sudán, o la posterior
implicación del Chad, Eritrea y Libia en Darfur,
el eterno problema que plantea Somalia a la
IGAD o la ineficacia del SADC en Zimbawe)
han expuesto la vulnerabilidad a los intereses
de algunos de los estados implicados. Los
mediadores más lejanos no tienen más opción
que la de intentar complementar sus esfuerzos
con los esos actores regionales vitales, pero
trabajar con la base de que su capacidad para
hacerlo puede verse limitada.
• Grupos de contactos: Como vehículos para
la diplomacia de directa de poderes mayores,
los Grupos de Contactos pueden tener sus
pros y sus contras. Generalmente, alcanzar un
acuerdo en ellos supondrá un requisito previo
para avanzar hacia una solución del conflicto
en cuestión, pero es improbable ajustarse a
las competencias de un mediador externo.
El primer Grupo de Contactos apareció en
Namibia, y redactó el plan que se convirtió en
la base para el acuerdo namibio. El Grupo de
Contactos de la antigua Iugoslavia fue creado
en 1994, en parte para evitar las Naciones
Unidas, y ha permanecido como un medio para
que los estados con intereses obvios en la
estabilidad regional (Francia, Alemania, Italia,
Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos)
negocien sus diferencias no sin esfuerzos.
Las prolongadas discusiones sobre el estado
final de Kosovo manifestaron las posibilidades
abiertas para un mediador experimentado
(el antiguo Presidente Ahtisaari) al implicarse
en un Grupo de Contactos, pero también sus
límites. Se reunió regularmente tanto con
las partes en conflicto como con el Grupo de
contactos y, basándose en ello, desarrolló un
plan para el acuerdo del estatus de Kosovo.
Sin embargo, no fue aceptado por Servia ni,
dentro del Grupo de Contactos, por Rusia,
punto en el que fracasó su esfuerzo. El caso
contrasta con el de Liberia, donde el Grupo de
Contactos dirigido por el ECOWAS/UE descrito a
continuación ofreció un refuerzo esencial para
el esfuerzo de mediación.
Liberia
Apoyo regional e internacional, por fin
Los analistas no se ponen de acuerdo en si el
Acuerdo General de Paz firmado en Ghana el
2003 era el decimocuarto o el decimoquinto
10
acuerdo de paz para Liberia desde que
empezara la guerra en 1989. Los anteriores
acuerdos, alcanzados entre 1989 y 1995,
se habían realizado principalmente bajo el
liderazgo de la organización subregional
ECOWAS y habían tenido lugar en paralelo con el
sucesivo despliegue de las tropas del ECOWAS
con el fuerte respaldo de Nigeria. Un acuerdo
alcanzado por varias partes en 1995 llevó a las
elecciones de 1997 que ganó Charles Taylor. Su
represión de los opositores políticos en la patria
y la continua desestabilización de la vecina
Sierra Leone exacerbaron la inestabilidad en la
región. Durante el 2002, la presión para llevar
a término conversaciones de paz provino de la
sociedad civil cada vez más activa de Liberia
y también cada vez más del exterior. A finales
de año se estableció un Grupo de Contactos
Internacional sobre Liberia (ICGL), dirigido
conjuntamente por el ECOWAS y la UE. Sirvió
para demostrar la existencia de un medio eficaz
para aumentar la concienciación de la crisis en
Liberia, ejercer presión a Taylor y aprovechar el
apoyo regional e internacional para el cambio.
La elección del General Abdulsalami Abubakar,
el antiguo presidente de Nigeria, como
mediador jefe surgió de las discusiones
entre el presidente de ECOWAS y el propio
Taylor. El rango de Abubakar contribuyó en
las conversaciones que tuvieron lugar bajo
una intensa presión internacional. Tanto los
Estados Unidos como la Unión Europea/
Comisión Europea ofrecieron un refuerzo activo
de sus esfuerzos. A veces, ello se manifestaba
por su expresión de frustración por el lento
ritmo de progreso por motivos políticos y
financieros, pero también se incluía la presión
ejercida a las partes, la redacción de algunos
elementos del acuerdo (el cual no fue aceptado
por completo por el ECOWAS) y el compromiso
de recursos para su implementación. Las
conversaciones concluyeron con éxito en un
Acuerdo General de Paz en agosto de 2003,
y la paz que ha reinado en Liberia desde
entonces, lo cual representa un ejemplo
notable de coherencia en los esfuerzos locales,
regionales e internacionales para lograr una
paz que había esquivado durante demasiado
tiempo la población de Liberia y su sufrimiento.
• Preferencia de apoyo flexible: Algunos
mediadores prefieren tener más flexibilidad
en su interacción con actores externos y
evitan deliberadamente las estructuras
formales (ya sea por motivos de tiempo y
conveniencia, como en el caso de Kenia, o
como consecuencia de temas relacionados
con la composición, como en Sri Lanka).
Tanto la negociación de Lakhdar Brahimi
de los acuerdos de Bonn sobre Afganistán,
por ejemplo, como los varios esfuerzos
de mediación de las NU de Chipre desde
1999 (dirigidos por Alvaro de Soto hasta
2004 y por Alexander Downer desde 2008),
dependieron de la implicación direta de
los vecinos con intereses personales y
cercanas asociaciones con otros varios
actores externos. En cada caso, la creación
de una estructura de grupo habría implicado
decisiones complicadas en relación con qué
estados incluir y cuáles no. La función de los
Estados Unidos en Afganistán tras los ataques
del septiembre de 2001 fue determinante,
aunque estuvo suplementada necesariamente
por otros actores prominentes (incluidos
Rusia, Alemania e Italia, así como actores
regionales). Eb Chipre, las NU trabajaron
muy de cerca con los Estados Unidos y el
Reino Unido, así como con la Unión Europea,
además de Grecia y Turquía, a la vez que se
implicaron con otros estados interesados.
• El mediador independiente: El campo de la
mediación privada ha crecido, al igual que la
comprensión de que su éxito dependerá de una
capacidad de llegar hasta los actores oficiales
e implicarlos. Esto se demostró ábilmente en
la implicación de la Comunidad de San Egidio
de estados interesados (Francia, Portugal, el
Reino Unido y los Estados Unidos) y, luego,
las Naciones Unidas, en su negociación
para un acuerdo para Mozambique, primero
informalmente y luego como “observadores”
de las conversaciones de Roma que codirigió
con Italia. Estos cinco estados Interesados y
Alemania formaron más adelante un Grupo
Central para apoyar la implementación del
acuerdo bajo los auspicios de las Naciones
Unidas. Esos mediadores independientes
que son prominentes en su propio derecho
tienen ciertas ventajas al alinearse con
actores oficiales. Sin embargo, a partir de
su implicación en Aceh, la trayectoria del
Centro HD también ha ilustrado una creciente
capacidad para crear redes (incluso a través
de su celebración anual, en Noruega, del Foro
de Mediadores de Oslo) y comprometerse
11
con actores externos relevantes en fases
tempranas. La presidencia de HD del comité
preparatorio para el diálogo interno en la
República Centroafricana, por ejemplo, se llevó
a término bajo la solicitud de las NU. Implicó
negociar de cerca con Francia, así como con
actores regionales como el difunto Presidente
Omar Bongo de Gabón.
Sugerencias para
mediadores
La mediación es un arte delicado, así como
un esfuerzo profesional cada vez mayor. Su
complejidad está arraigada a la multitud de
factores que impactarán en el resultado de
un proceso. Esto dificulta el establecimiento
de una relación causal directa entre
elementos particulares de una mediación y
su éxito o fracaso, pero no debería impedir el
desarrollo de un órganismo de conocimiento
derivado de las experiencias y las buenas
prácticas. La mayoría de mediadores son
conscientes de la importancia de los actores
externos para el resultado de sus esfuerzos.
Aún así son múltiples las demandas de su
tiempo y capacidades, y normalmente son
complicadas por el rápido e impredecible
desarrollo de los eventos. Cuando los
mediadores enfoquen esta desfiante área de
su trabajo, deberían priorizar un enfoque a
las influencias externas imaginativo, flexible y
específico según el caso en lugar de basarse
en un enfoque formulario. Se pueden
identificar tres sugerencias específicas:
Indonesia/Aceh
Los pacificadores privados tienden la mano
El deseo de Indonesia de no
“internacionalizar” el conflicto precipitado por
la lucha independentista en Aceh le llevó a
buscar mediadores no-gubernamentales. El
primer paquete de negociaciones, mediadas
por el Centro HD entre 2000 y 2003,
fracasó cinco meses después de la firma
de un Acuerdo de Ceses de las Hostilidades
(COHA) en diciembre de 2002. El segundo
recibió el ímpetu de las primeras elecciones
presidenciales directas de Indonesia en
2004 y el devastador tsunami que golpeó
en diciembre de aquél año. Mediadas por
el antiguo Presidente Martti Ahtisaari y su
Iniciativa de Gestión de Crisis, con la que
habían entrado en contacto ambas partes
antes del tsunami, las conversaciones
llevadas a término en Helsinki concluyeron
con un acuerdo en agosto de 2005.
Consciente de su falta de influencia en Aceh,
el Centro HD había consultado de cerca a
actores externos interesados, especialmente
los Estados Unidos. A medida que crecía la
confianza de las partes en la implicación
del HD, fue posible ampliar la función de los
actores internacionales, buscando apoyo por
sus esfuerzos desde un grupo informal de
antiguos hombres de estado de varios países
(los “Sabios”) y desde donantes influyentes
(la Unión Europea, Japón, los Estados Unidos
y el Banco Mundial) unidos en un “Grupo
de Cuatro”. Los sabios asistieron a las
conversaciones y viajaron a Jakarta y Aceh
en nombre del HD. Los donantes usaron las
influencias que podían traer a Indonesia y
ofrecieron varios apoyos logísticos y políticos.
El rango de Ahtisaari como antiguo jefe de
estado fue un elemento claro de su atractivo
para las partes de Aceh e Indonesia. Cuando
las conversaciones reanudaron bajo sus
auspicios a principios de 2005, todo avanzó
con rapidez. La UE asumió un papel de
respaldo desde el principio; de hecho, un red
de especialistas de la UE ayudó a recopilar
ideas que reflejaran opiniones sobre el terreno
en Aceh. Creyendo que las ONG no deberían
supervisar los acuerdos de paz, Ahtisaari
se dirigió a la UE y a ASEAN (un contrapeso
regional importante a la UE) para garantizar
el acuerdo de lanzar una misión conjunta de
supervisión para controlar la implementación
del acuerdo de agosto de 2005.
• Desarrollar cierta comprensión de la
interacción compleja entre partes en
conflictos y actores regionales u otros
actores externos.
Los mediadores pueden beneficiarse de la
consulta, en una oportunidad temprana y
a lo largo de la mediación, a aquellos con
conocimientos detallados del conflicto y de
sus dinámicas regionales e internacionales.
Además de las fuentes de información
públicas (como la que ofrece el Grupo de Crisis
Internacional), los mediadores se beneficiarán
del cultivo de varias fuentes (académicos,
periodistas, diplomáticos locales, ONG
locales e internacionales, redes informales)
ubicadas dentro o cerca del escenario del
conflicto y lejos de él. Aunque los temas
de confidencialidad pueden resultar una
12
preocupación, se puede aprender mucho de
dichas fuentes sin divulgar detalles delicados
de la propia mediación, cuyos interlocutores
comprenderán - o deberían comprender - que
permanezcan en la esfera del mediador.
• Invertir tiempo en crear y mantener apoyo
internacional
. La paciencia es uno de los principales
requisitos de cualquier mediador. Como virtud,
probablemente deberá ponerse a prueba tanto
en las interacciones de un mediador con sus
socios e interlocutores internacionales como
en las relaciones con las partes del conflicto.
La creación y el mantenimiento de apoyo sólo
se pueden lograr en la base de una atención
cuidadosa y repetida a los actores regionales
e internacionales, incluidos, cuando procede,
los miembros del Consejo de Seguridad.
En estas interacciones, los mediadores no
deberían subestimar la necesidad de informar
a varios representantes de un solo estado
u organización (en el campo, en capitales
o en las Naciones Unidas), puesto que la
coherencia en el enfoque de un actor nacional
o institucional puede ser difícil de conseguir.
“Un negociador honesto puede ser también
un negociador irrelevante si no gestiona con
cuidado sus relaciones con los miembros
relevantes de la comunidad internacional.”
– Lakhdar Brahimi y Salman Ahmed, “The
Seven Deadly Sins of Mediation”
• Estar alerta del riesgo de parcialidad o de
su apariencia.
Los mediadores pueden estar sujetos a niveles
de presión extraordinarios por parte de actores
externos que pretenden influenciar en el
proceso de acuerdo con sus propios intereses
en el resultado. Teniendo en cuenta que la
utilidad de su función como pacificador se
mantendrá o caerá según el mantenimiento
de la credibilidad con las partes del conflicto,
los mediadores deberían ir con cuidado de no
cortar demasiado corto, o de parecerlo, en
posturas o acciones que se puedan identificar
rápidamente con un actor externo, o un
grupo de actores externos, que socaven su
imparcialidad y causen un impacto negativo
en el proceso. Claramente, establecer un
equilibrio entre la construcción de apoyos
coherentes para sus esfuerzos entre los socios
internacionales, y mantenerse independiente
respecto a ellos a ojos de las partes del
conflicto es una empresa complicada.
Kofi Annan and Martin Griffiths, The Prisoner
of peace, an interview with Kofi Annan
(Ginebra, Centro para el Diálogo Humanitario
y Fundación Kofi Annan, 2009) Lakhdar
Brahimi y Salman Ahmed, “In Pursuit of
Sustainable Peace : The Seven Deadly Sins
of Mediation”, en Annual Review of Global
Peace Operations 2008, Un proyecto del
Centro Internacional de Cooperación (Boulder
y Londres: Lynne Rienner Publishers, 2008)
Chester A. Crocker, “Peacemaking and
Mediation: Dynamics of a Changing Field”,
Coping with Crisis Working Paper Series
(Nueva York: International Peace Academy,
2007) Chester A. Crocker, Fen Osler Hampson
y Pamela Aall, Taming Intractable Conflict:
Mediation in the Hardest Cases (Washington
DC: United States Institute of Peace Press,
2004) Vicenç Fisas, 2009 Yearbook on Peace
Processes (Barcelona: Icaria Editorial, Escola
de Cultura de Pau, 2009) Aaron Griffiths con
Catherine Barnes, Eds., “Powers of persuasion
: Incentives, sanctions and conditionalities in
peacemaking”, Accord, Issue 19 (Conciliation
Resources, Londres, 2008)
Bibliografía adicional
Martin Griffiths, “Talking Peace in a Time
of Terror : United Nations, Mediation and
Collective Security” (Centro para el Diálogo
Humanitario, Ginebra, 2005)
Priscilla Hayner, Negotiating peace in Liberia :
Preserving the possibility for Justice (Ginebra,
Centro para el Diálogo Humanitario y Centro
Internacional para la Justicia Transicional,
2007 )
Naciones Unidas, Report of the SecretaryGeneral on Enhancing Mediation and its
Support Activities, 8 de abril de 2009,
S/2009/189
Instituto Internacional pro Paz, “Mediation and
Peace Processes”, IPI Blue Paper No. 8, Task
Forces on Strengthening Multilateral Security,
Nueva York, 2009
Teresa Whitfield, Friends Indeed ? The United
Nations, Groups of Friends, and the Resolution
of Conflict (Washington DC: United States
Institute of Peace Press, 2007)
Teresa Whitfield, “Working with Groups of
Friends”, Peacemaker’s Toolkit (Washington
DC: United States Institute of Peace Press, de
próxima publicación el 2010)
13
Teresa Whitfield
Asesora del Centro HD y coordinación de las
Naciones Unidas en Nueva York; Colaboradora
principal y Asesora de Estrategia de las NU
en el Centro de Cooperación Internacional
(CIC), Universidad de Nueva York; Miembro
del Consejo de Patronato, Recursos de
conciliación; Miembro del Comité Consultivo,
Foro para la Prevención de Conflictos y para
la Paz; Directora del Foro para la Prevención
de Conflictos y para la Paz, Consejo de
investigación en ciencias sociales, ayudando
a los funcionarios de las NU a acceder a
conocimientos sobre países en conflicto o en
crisis, 2005-2008; Departamento de asuntos
políticos de las NU, 1995-2000. La Sra.
Whitfield ha publicado ampliamente sobre
pacificación y mediación. Su libro más reciente
es Friends Indeed ? The United Nations, Groups
of Friends and the Resolution of Conflict, United
States Institute of Peace Press, 2007.
Contacto
114, rue de lausanne
CH – 1202 Ginebra, Suiza
Teléfono +41 ( 0 )22 908 11 30
Fax +41 ( 0 )22 908 11 40
[email protected]
“Es inherente a la buena mediación que
debería haber un agente indiscutiblemente e
inequívocamente encargado.” –Alvaro de Soto
Serie práctica de mediación
14
Descargar