GUIPUZCOANOS ILUSTRES. I. DON JUAN SEBASTIAN DE ELCANO. Este célebre marino digno de eterno nombre por la buena cuenta que dió de su persona en el viaje que hizo con Magallanes en descubrimiento de las islas de Poniente, fué natural de la villa de Guetaria en Guipúzcoa. Hallábase en Sevilla Elcano despues que habia estado mandando en los mares de Levante una nave, cuando Magallanes se disponía á pasar á las islas Molucas por opuesto rumbo al que los portugueses hacian. Aprovechó Elcano la ocasion que se le ofrecia de acometer empresa. tan útil para su pátria, y admitió el cargo de maestre de la nave Concepcion, una de las cinco que á tan arriesgada espedicion se destinaron. Esta pequeña escuadra salió de Sanlúcar de Barrameda el dia 20 de Setiembre de 1519. Perdióse la nave Santiago en la travesía del Atlántico, y las cuatro restantes se hallaron en las costas de la América meridional en Junio de 1520. Acercáronse á las naves algunos indios de mucha estatura y comieron con los españoles, de los que fueron apellidados Patagones porque tenian los piés grandes. Descubrieron en 21 de Octubre 1520 un cabo que denominaron de las Once mil Revista Euskara. —II. 23 —178— virgenes, y una bahia muy ancha que reconocida se encontró que era un estrecho; llamaronle de Todos los Santos, y al presente lleva el nombre de Magallanes. Atravesando dicho estrecho en Noviembre, entraron en el mayor de los mares al que los españoles titularon Pacífico, por el buen temporal que tuvieron al cruzarle. En Marzo de 1521 arribaron á las islas de los Ladrones, así dichas porque los isleños robaron varios efectos y un esquife. En 7 de Abril llegaron á Cebú, con estupenda admiracion de los naturales, que llevados de la novedad de ver tan grandes embarcaciones, se juntaron en gran multitud á ver en la playa cosa tan extraordinaria. Acudió de allí á poco rato á ver los nuevos huéspedes el Rey de Cebú, al cual supo con tan buen arte ganar la voluntad Magallanes, que dentro de pocos dias estaban tan bien hallados unos con otros, que no parecia sino que todos eran naturales de aquella isla. Recibió el bautismo el Rey y la Reina con otros muchos principales: hicieron el reconocimiento de vasallaje al Emperador Carlos V y en su nombre tomó posesion Magallanes de aquellas islas. En la isla de Mactan, una de las Filipinas, murió Magallanes en un combate el 27 Abril 1521. Dos solas naves existian de las cinco que salieron de España, estas salieron de Cebú para la isla de Borneo con objeto de ir en busca de las Molucas, donde despues de muchas aventuras fondearon en un puerto abandonado. Fué nombrado capitan Elcano y se encargó del mando de la Victoria; llegaron al fin en 8 de Noviembre á Tidor, una de las Molucas, objeto de tan larga y penosa navegacion; saludaron este arribo con salvas de artillería. Anclados en Tidor, fueron visitados por el soberano de ella, por el señor de Ternate, y por el rey de Gilolo, á quienes hicieron varios presentes: los tres príncipes por su parte les enviaron tambien sus regalos, acompañados de cartas que prometian no solo ser amigos del Rey de España, sino que se consideraban como vasallos de la Corona de España. Siendo ya tiempo de pensar en el regreso, y observando que la Trinidad hacia agua, resolvieron que re- —179— gresase solo la Victoria á España con sesenta hombres de tripulacion á las órdenes de Sebastian de Elcano. La Victoria se hizo á la vela á principios de 1522, surcó el mar de las Indias, dobló el cabo de Buena Esperanza y llegó á las islas de Cabo-verde, habiendo muerto veinte y ocho hombres en este penoso viaje, y con el objeto de comprar pan, carne y agua pasaron á Santiago trece españoles en el esquife, y tan luego como desembarcaron, los prendió el gobernador portugués. Elcano confiado al último esfuerzo del valor consiguió llegar á Sanlúcar de Barrameda, el 6 Setiembre 1522 á los tres años de su salida, habiendo navegado catorce mil leguas, siendo el primer hombre que rodeó la tierra; y el primero que trajo á España el clavo, la nuez moscada y otras especias. Decia un célebre escritor estranjero: El viaje hecho por los españoles en el espacio de tres años al rededor del mundo, es una de las cosas más grandes y maravillosas que se han ejecutado en nuestro tiempo, y ann de las empresas que sabemos de los antiguos. Llegados que fueron á Sevilla, Elcano y sus compañeros hicieron una procesion, en la que iban descalzos y en camisa y con velas encendidas, en accion de gracias por haber tenido feliz término tan arriesgada empresa; mostrando así su piedad los que con ánimo sereno habian arrostrado los mayores peligros en remotos y desconocidos mares. El inmortal Elcano fué ennoblecido por el Emperador, que le apellidó gran Cosmógrafo, dándole por escudo un globo con el lema: primus circumdedisti me: y agraciado con quinientos ducados de juro de por vida. En vista de los datos que alegó Elcano quedó resuelta la cuestion de la permanencia de las islas Molucas á favor del Rey de España. Animado el Emperador por el éxito de esta expedicion mandó preparar otra, y en Junio de 1524 se hizo á la vela en la Coruña á las órdenes de Juan J. Garcia Loaisa, compuesta de siete naves vascongadas y fué nombrado Elcano segundo jefe y guia con el mando de la nave Sancti Spíritus. Pasada la línea equinocial en la isla de San Mateo, una tormenta separó la —180— nave que mandaba Loaisa de las restantes, y el dia 14 de Enero llegó Elcano al estrecho de Magallanes y en el cabo de las Vírgenes que está á su entrada dió al través la nave Sancti Spiritus, por una tormenta que sobrevino en la noche del citado dia. Murieron nueve hombres de su tripulacion y los demás se salvaron milagrosamente. Los jefes guipuzcoanos Elcano y Urdaneta entraron en la nave Anunciada y juntáronse las naves en la bahía de la Victoria, donde vieron muchos patagones. Despues de pasar muchos trabajos y tormentas en el estrecho entraron en el grande Océano pacífico: lo que sufrieron en aquel inmenso mar es dificil referir. Una tempestad dispersó las naves, y los restos de la armada cortaron el Ecuador el 26 de Junio, y el 30 de Julio 1526 murió el General Loaisa. Leyóse la provision secreta del Emperador, y fué reconocido por Capitan General Juan Sebastian Elcano, y cuando volvieron con él á recobrar las perdidas esperanzas, dentro de cuatro dias murió tambien de un repentino accidente. Así acabaron los dias de este célebre guipuzcoano digno de eterna alabanza. Fué hombre muy piadoso y devoto. Si recordamos los medios con que surcó desconocidos mares con instrumentos los más imperfectos, y casi á ciegas los cortos auxilios que la ciencia podia suministrar en aquella época, hallaremos incomparable el mérito de Elcano. Pocos años hace se erigió en la villa de Guetaria un monumento (una magnífica estatua de bronce) á la ilustre memoria de Don Sebastian Elcano. Por tierra y por mar profundo Con iman y derrotero Un guipuzcoano el primero Dió la vuelta á todo el mundo. II. DON MIGUEL LOPEZ DE LEGAZPI. Fué natural de Zumárraga, descendiente de la casa y palacio de Legazpi, uno de los hijos legítimos de los Se- —181— ñores de la casa: y que habia estado muchos años en Méjico, donde fué escribano mayor de cabildo, y alcalde ordinario; y siempre muy estimado de todos por sus muchas prendas. Tratándose de la conquista de las Islas Filipinas, despachó Felipe II al Virey de Méjico una muy apretada cédula, para que dispusiese se enviasen navíos y gente á aquella conquista, y que señalase á su gusto General, capitanes y soldados que fuesen á esta empresa; y aunque el Sr. Legazpi era ya de cincuenta y nueve años, era hombre de muchos brios, por haber sido de grande valor y esfuerzo, y aun vivian las centellas de su ardiente juventud, acompañadas de la prudencia y madurez de sus años. Por estas tan relevantes prendas le pareció al Virey no dudaria aceptar el cargo que le queria conferir por ser tan en honra y gloria de Dios, y servicio de su Magestad; pues por los demás títulos de honor é intereses, antes lo repugnarian por no desear los unos, ni necesitar de los otros. Nombróle pues el Virey al Sr. Legazpi Gobernador y Capitan General de mar y tierra, dándole el baston y la conducta de la empresa. Comenzó desde luego el Sr. Legazpi á entender en lo que le pareció conveniente para la jornada, dando muestras de su buena disposicion, y del acierto de la eleccion hecha en su persona. Era hombre de pundonor en todos los negocios que corrian por su mano, y así conociendo que habia de ser este el postrero que habia de tratar en toda su vida, procuraba por todos caminos ganar la buena fama y nombre, que en todos los demás cargos habia adquirido, proponiendo hacer en todo, lo más conveniente á la honra y servicio de Dios, y entrar en las conquistas no como capitan arrebatado, sino como predicador apostólico, segun lo ejercitó en todas las ocasiones que pudo: y así con este intento comenzó á disponer de su hacienda, que era cuantiosa, comprando los aderezos necesarios. Socorrió á muchos soldados pobres, en lo cual gastó la mayor parte de su hacienda; procurando hacerse más respetable por este camino, que por el mando para ser —182— más amado que temido. Lo cual supo conservar con tal primor, que con justa razon se puede contar entre los capitanes más ilustres del Orbe; pues á su buena industria y sagacidad se deben los buenos efectos que se experimentaron en la conquista de estas Islas, que en tan poco tiempo, y tan á poca costa dejó en estado, que causa admiracion y sin haber usado de los rompimientos que en las demás conquistas de las Indias han sido forzosos, por haber sabido madurar las materias con tan prudente reposo. Cinco buques montados por cuatrocientos hombres se hicieron á la vela en el puerto de Navidad el 21 de Noviembre de 1564. Legazpi habia recibido con el título de Adelantado los poderes mas amplios: llevaba consigo al P. Urdaneta con otros cinco religiosos Agustinos. En 9 de Enero del 1565 descubrieron una isla que denominaron de los Barbados, á causa de que sus habitantes llevaban barba; llegaron en breve á las Marianas, donde hicieron aguada y adquirieron viveres, en cambio de clavos y hierro: el 13 de Febrero descubrieron las Islas Filipinas, dando nombre de Buen señal á la islita que aun lo conserva. Se navegó mucho tiempo entre islas, rocas y escollos que la vigilancia del comandante supo evitar, y la espedicion fondeó en Tandaya y Abuyo. Los indios se asustaban al ver buques tan grandes; mas pronto se decidieron á subir á bordo: el General ordenó que se les acogiese con bondad, y se les dieron algunos granos de vidrio que admiraron mucho, y se les invitó á comer, lo que pareció gustarles mas que otra cosa. Despues de haber pasado peligros sin cuento, la espedicion fondeó el 27 de Abril de 1565 en la rada de Cebú. Se entablaron relaciones muy amistosas entre españoles é indios: al poco tiempo fué notable el hallazgo de una imágen del niño Jesús; se construyó una capilla donde fué depositada con gran pompa. Ocupándose Legazpi en nuevas escursiones descubrió la Isla de Panay, y concibió la idea de fundar allí un establecimiento duradero. Hizose á la vela, dejando en esta isla, —183— lo mismo que en Cebú, algunos Religiosos Agustinos, que desde luego se iban dedicando á la conquista espiritual. Descubrió por fin, despues de haber sostenido todos los peligros que aun hoy ofrece esta navegacion peligrosísima, la gran Luzon. Mas tarde la espedicion se refugió en Cavite y luego en Panay. En 23 de Junio de 1569 una expedicion procedente de Cadiz trajo despachos del Rey para el Gobernador General; en ellos se le mandaba tomar posesion de las Islas Filipinas, en nombre de la Corona de España. Inmediatamente Legazpi partió para Cebú, allí fundó una ciudad, se le puso por nombre la ciudad del Santo nombre de Dios: volvió á la isla de Panay, tocando en las islas de Mindoro, á cuyos habitantes impuso un tributo que se tituló Real. Finalmente llegó á Luzon y con una sabia conducta y admirable prudencia hizo que reconociesen por soberano al Rey de España, lo que fué un gran paso para la conquista de aquel país. Fundó la ciudad de Manila, se edificó una iglesia y convento para los Religiosos. El 19 de Mayo de 1571 día de Santa Potenciana tomó solemnemente posesion de la ciudad de Manila, y se celebró una misa en honor de la santa del dia, que se reconoció por patrona. El Rey de Tondo y las demás poblaciones reconocieron la soberanía del Rey de España: así fué que por una sábia y justa contemporizacion de rigor y clemencia llegó Legazpi á estender su dominacion, y esta conducta le grangeó no solo la simpatia de los indios, sino una fuerza moral irresistible sobre su tropa, que no se entregó á esceso alguno, tan frecuente en otras conquistas. Legazpi notició al gobierno de España los estraordinarios resultados obtenidos, y la admiracion de la metrópoli fué grande. Este era el estado de los negocios, cuando el 20 de Agosto de 1572, murió Miguel Legazpi: cinco dias antes habia hecho confesion general y recibido la Comunion: se hizo el entierro con toda pompa y solemnidad: el Padre Rada hizo la oracion fúnebre y trató de las virtudes y excelencias de este famoso Capitan, digno de ser alabado —184— y puesto entre los mayores que ha conocido el mundo por su valor, piedad y prudencia: á él es deudora la España de la bella y rica joya de las Filipinas. III. DON COSME DE CHURRUCA. Este insigne marino, cuyo nombre ha resonado repetidas veces en Europa, nació en la villa de Motrico. Reunió á los más profundos conocimientos de su árdua carrera una erudicion vasta, el perfecto conocimiento de las lenguas inglesa, italiana y francesa, un valor heróico y todas las virtudes que inmortalizan la memoria de los hombres. Hizo muchos y grandes servicios; publicó diferentes obras y muchos trabajos científicos muy apreciables sobre las matemáticas, astronomía, navegacion, punterías navales, instruccion militar y marinera y disciplina naval, y entre los papeles que dejó á su muerte se encontraron borradores suyos muy estensos de observaciones y cálculos sobre la célebre obra de D. Jorge Juan y de su comentador Mr. L’Evegue, notas sobre L’Abbé de la CailIe y otros sábios, y fragmentos de discusiones sobre la historia natural; y otros trabajos muy importantes sobre la táctica de las marinas de España y Francia, y sobre la parte histórica de sus viajes hidrográficos, particularmente al estrecho de Magallanes, á las Antillas, y al Seno mejicano. Cuando en 1799 se hallaba la escuadra española en Brest, el marino Churruca mandaba el navío Conquistador, y en virtud de las órdenes que recibió del Gobierno pasó á París â examinar el observatorio astronómico, el depósito hidrográfico y otros establecimientos científicos. Entonces conoció y trató á los sábios mas dístinguidos de aquella ciudad, de quienes recibió los testimonios mas apreciables de consideracion; y entonces fué —185— tambien, cuando el primer Cónsul Napoleon le regaló la magnífica armadura completa, que se conserva en Motrico. Siendo Brigadier de la armada, y mandando el navío San Juan, pereció gloriosamente en el combate de Trafalgar, coronando su brillante carrera con la accion mas grande que han visto los mares. Durante aquel terrible combate estuvo batiéndose constantemente con cinco y con seis navíos ingleses de una vez; y desplegando su denuedo y talentos en proporcion de los riesgos, dirigiendo las maniobras y punterias por sí mismo, y haciendo el uso mas acertado de sus altos conocimientos tuvo siempre en respeto á fuerzas tan enormemente superiores, sin que se atrevieran los ingleses á intentar el abordaje. Mas á las cuatro horas de combate le alcanzó una bala de cañon, que llevándole la pierna derecha hasta mas arriba del muslo le derribó. Cayó el héroe sin turbarse, y mandando clavar la bandera y que no se rindiera el buque mientras él viviese, espiró con la serenidad mas heróica casi á las tres horas de haber recibido el balazo; á los cuarenta y cuatro años de edad y veinte y nueve de servicio. Los ingleses se apoderaron de sus interesantes manuscritos y papeles; y á pesar de lo avaros que son en reconocer el mérito de los hombres célebres que no pertenecen á su nacion, admiraron de tal manera el valor estraordinario de Churruca, que á fin de honrar su memoria conservaron en la bahia de Gibraltar el casco del navío San Juan con su cámara cerrada y una lápida sobre la puerta con el nombre de Churruca en letras de oro: y si alguna vez se abria aquella cámara para satisfacer la curiosidad de alguna persona de distincion, prevenian siempre que entrase en ella descubierto con la mayor compostura. testimonio brillante del eminente mérito que los ingleses reconocian en el ínclito Churruca. Cuando falleció, le declaró S. M. Teniente General, y su esposa que era sobrina carnal del conde del Venadito, Capitan General de la Armada, gozó de esta viudedad con calidad de pension vitalicia. Siendo Capitan General de Galicia el Teniente General D. Francisco Javier Abadía, Revista Euskara. —II. 24 —186— se erigió en 1822 en la plaza nueva del Ferrol un monumento piramidal, dedicado esclusivamente al marino Churruca, con inscripciones alusivas á las virtudes y gloria inmortal del héroe: y las Cortes Constituyentes de Cádiz deseando tributar á tan insigne marino un testimonio solemne de aprecio y gratitud nacional, decretaron en su sesion pública de 14 Abril de 1814, que á uno de los dos navíos de línea que á la sazon se construian en el Ferrol se le diese el nombre de Churruca, y que siempre hubiese en la Armada naval un navío que llevase este ilustre nombre. IV. DON ESTEBAN DE GARIBAY ZAMALLOA. Nació en la villa de Mondragon en el año 1525. Era uno de los más instruidos de España, poseia el griego y el latin; además era muy versado en la historia de su país. Desde su juventud tuvo una inclinacion grande al noble y apacible estudio de la Historia. Fué algunos años Bibliotecario del Rey Felipe II, el cual le nombró historiador del Reino en 1563. Entónces Garibay, dedicado enteramente á los deberes de su oficio, pensó escribir una Crónica general: con este objeto visitó gran parte de España, deteniéndose en todos los conventos y bibliotecas que contenian algun manuscrito útil é importante. Despues de haber viajado por dos años y recogido grandísimo número de materiales se puso á trabajar, y empleó seis años enteros: presentó su manuscrito al Rey D. Felipe II, y habiendo merecido su aprobacion, publicó la Obra con el título de Compendio Historial de las Crónicas, y Universal Historia de todos los Reinos de España. La tal historia no es de poco mérito, y al infatigable celo del autor se le debe la Crónica mas completa que —187— apareciese hasta entonces; la cual suministró desde luego muchísimas luces á los escritores que le sucedieron: algunos años despues escribió otras obras. Murió en Valladolid en 1593. ESCRIBIÓ: Los cuarenta Libros del Compendio Historial de las Crónicas y universal Historia de todos los Reinos de España etc. compuestos por D. Estéban de Garibay Zamalloa, vecino de la villa de Mondragon. Imp. en Amberes 1571. 4 tomos en fólio. Ilustraciones Genealógicas de los Católicos Reyes de las Españas y de los Cristianísimos de Francia y de los Emperadores de Constantinopla hasta el Rey D. Felipe II. Madrid 1596 en fólio, por Luis Sanchez. Del Origen y discursos é ilustraciones de las Dignidades seglares de España. Letreros de las insignias y Armas reales de los Reyes de Oviedo, Leon y Castilla, en fólio.