Resolucion 55-Folio 157-Tomo 15 - Poder Judicial de la Provincia

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SALA CIVIL PRIMERA
Resolución N°: 55
Folio: 157
Tomo: 15
Santa Fe, 11
de Junio de 2014.-
Y VISTOS: Estos autos caratulados “GOROSITO, EXEQUIELA VDA. DE S/
USUCAPION” (Expte. Sala I N° 1 – Año 2013), originarios del Juzgado de Primera
Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 10ma. Nominación de Santa Fe, en virtud
del recurso de apelación interpuesto por el Defensor de Ausentes en fecha 29.08.2012 (ver
fs. 230) contra el resolutorio de fecha 24.08.2012 (v. fs. 229); y,
CONSIDERANDO:
1. Que mediante auto de fecha 24.08.2012, el A quo resolvió desestimar el planteo
de caducidad deducido por el Defensor de Ausentes, con costas.
Para así decidir expresó que “Siendo que el artículo 233 del Código Procesal Civil y
Comercial dispone que la perención debe articularse por las partes 'antes de consentir
ningún trámite del procedimiento', y resultando de las constancias del expediente que a fs.
205 se dictó la providencia de autos (notificada al defensor de ausentes a fs. 206, en fecha
29.III.2010) que se encuentra firme, deviene forzoso concluir en que el acuse de caducidad
no puede merecer favorable acogida”.
2. Que radicados los presentes en esta sede, el apelante funda su recurso sosteniendo
que se agravia “... en virtud de que el A quo invoca en su sentencia el Art. 233 del C.P.C.C.
en lo referido a que las partes deben articular la perención de instancia antes de consentir
ningún trámite del procedimiento; a mi modesto entender ello significaría que antes de
contestar la demanda, el suscripto tendría que haber interpuesto la caducidad. Este instituto
y lo dice el mismo artículo que invoca el Sentenciante, corre como obligación para el
Secretario quien debe dar cuenta al tribunal luego que transcurra el término señalado y,
previa vista al fiscal -cuyo dictamen obra en autos- tener por extinguido el proceso...
Alegada la caducidad y con dictamen fiscal favorable, ya no opera la norma en cuestión
porque el suscripto no ha consentido el procedimiento, máxime cuando los actuados
salieron de fallo -ver fs. 210 segundo cuerpo- por decreto del Inferior y en donde, desde el
mes de Junio del 2010 a la fecha de mi escrito de fs. 211 procedo a dejar constancias que,
desde el año 1999 los actuados se encontraban paralizados para no destruir... Se ha
producido la caducidad de instancia, atento a que el mero cumplimiento del plazo extingue
el proceso; además... me encuentro facultado como Defensor de Ausentes para solicitar la
declaración de caducidad, habida cuenta de que no existen 'los actos' a que refiere el A quo
que permitan suponer que he consentido el procedimiento, máxime cuando es evidente que,
detrás de este instituto, cobra vigencia la prescripción por parte de la actora y a cuyo
instituto recurriremos oportunamente. Encuadrando nuestra postura dentro de lo previsto
por los Arts. 344/346 y aplic. del C.P.C.C. insistimos en que en los actuados se ha
producido la caducidad de la instancia; máxime, itero, cuando no he consentido el
procedimiento... La tortugosa forma de llevar adelante el procedimiento, no solamente ha
provocado la caducidad de la instancia en esta oportunidad; mucho antes de ello los actos
impulsorios del proceso, se evidencian en la misma tramitación -véase que se ha iniciado en
Abril de 1989 y recién a fs. 204 y sin fecha se solicita el pase de los autos a resolución
(anteriormente y a fs. 203 en fecha 13/04/2009 se le exige la reposición a la actora y
supuestamente lo cumplimenta a fs. 204 con un depósito de fecha 17/09/2009); no puede
sostenerse que se ha impulsado el procedimiento, en tiempo y forma, ni que el suscripto
haya consentido la demora en la tramitación, atento a que, como Defensor de Ausentes o ad
litem resulta mandatario de la parte que represento y, en el ejercicio de esa representación la
ley no señala limitación ni distingo alguno... A mayor abundamiento, ha menester dejar
constancia de que, la acción es intentada por una Sra. Exequiela Viuda de Gorosito, de
apellido materno Espíndola; la nombrada al día de hoy y de acuerdo al testimonio de poder,
tendría aprox. 107 años; a fs. 59 se acompaña un supuesto testimonio, donde la actora cede
a terceros, no existiendo en los actuados, constancias de la inscripción del mismo, ni de los
derechos que, no reconocidos, decide transferir. Todo ello, no solamente significa que ha
caducado la actuación de la actora, sino que se ha nulificado el procedimiento -no se puede
transferir lo que no se tiene- y que ya no resulta tarea solamente del Defensor de Ausentes,
sino también al control jurisdiccional y que no se encuentra constreñido solamente a
considerar lo que ha sido motivo de agravios... Como consecuencia de lo expuesto
precedentemente, ha caducado el proceso por parte de la actora y, los actos posteriores de
terceros, no significan un impulso del procedimiento, sino simplemente adoptar una
supuesta participación no consentida por el suscripto... Entendiendo que existe un error en
el procedimiento y que provoca la caducidad -subsidiariamente la nulidad de la sentencia-,
debe anularse la misma, reenviándose la causa a la instancia Inferior y/o al subrogante legal
del A quo.
3. Que corrido el pertinente traslado, los agravios son contestados por la parte actora
incidentada en fecha 14.8.2013 (v. fs. 251/256).
4. Que así las cosas e ingresando al análisis de los agravios formulados por la
recurrente, echa de verse que no constituyen una crítica razonada y concreta respecto de
los ajustados fundamentos vertidos por el sentenciante de grado para declarar la caducidad
de la instancia.
4.1. En efecto, no se hace cargo de la argumentación del A quo con basamento en el
artículo 233 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia que, al regular el
instituto en danza, impone al litigante que podría beneficiarse con la declaración de
caducidad la carga de no consentir ningún trámite del procedimiento, so riesgo de no poder
acusarla eficazmente, aunque se hubiese configurado.
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Sobre el particular, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia ha delineado los
requisitos para que opere el instituto “... conocido en doctrina como 'convalidación' o
'purga' de la caducidad (Maurino, Alberto Luis, 'Perención de la instancia en el proceso
civil', Astrea, Buenos Aires, 1991, pág. 73; Falcón, Enrique M., 'Caducidad o perención de
instancia', Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1989, pág. 199), y también 'subsanación' de la
instancia en condiciones de decretarse su perención (Loutayf Ranea, Roberto y Ovejero
López, Julio, 'Caducidad de la instancia', Astrea, Buenos Aires, 1986, pág. 444)... Son ellos
(Loutayf Ranea, Roberto y Ovejero López, Julio, op. cit., págs. 444/454): el vencimiento
del plazo legal de caducidad, un acto de impulso procesal posterior al mismo, y el
consentimiento de la continuación de la instancia. El primero se cumple por el transcurso
del lapso fijado por la ley, sin la producción de actividad impulsoria alguna. En cuanto al
segundo, la doctrina admite que, en general, todos aquellos actos que, realizados durante el
curso del plazo, son idóneos para interrumpirlo, son también aptos -si se realizan luego de
su vencimiento- para, eventualmente, lograr la subsanación de la instancia (Loutayf Ranea,
Roberto y Ovejero López, Julio, op. cit., pág. 448). En consecuencia, devienen aplicables
todos los criterios acerca de los actos interruptivos. Respecto del último, sólo es necesario
cuando el acto impulsorio fue realizado por la parte afectada por la perención o por el
tribunal, caso en que debe prestarlo la parte que puede pedir su declaración... (Falcón,
Enrique M., op. cit., pág. 202).” (C.S.J.P. sentencia del 18.8.1992 en autos “Arenera del
Litoral S.R.L. c/ Municipalidad de Santa Fe s/ Recurso Contencioso Administrativo de
Plena Jurisdicción (Caducidad)”, A. y S., T. 95, págs. 232/234).
Abundando en relación al último requisito, en otra ocasión explicó que “Para que tal
consentimiento no se produzca, es menester que anoticiado del acto impulsorio, quien
invoca la perención se oponga a que la instancia continúe. El plazo para hacerlo es de tres
días... porque a falta de previsión legal expresa, cabe aplicar por analogía, el previsto en el
Código Procesal Civil y Comercial para que se subsanen nulidades (Loutayf Ranea y
Ovejero López, Caducidad de Instancia, Astrea 1986, pág. 451) -porque es la solución que
más se compadece con el criterio de que lo que debe objetarse no es un concreto acto sino
la continuación de la instancia” (C.S.J.P., sentencia del 12.9.1991 en autos “Vadelco
S.A.C.I.F.I. c/ Provincia de Santa Fe s/ Recurso Contencioso Administrativo de Plena
Jurisdicción y sus acumulados (Caducidad de instancia)”, A. y S., T. 89, págs. 490/496).
Ya más próximo en el tiempo, y en un caso de idénticas características al que nos
convoca, tuvo oportunidad de señalar que “En la causa 'Transporte Maxi S.A.' (A. y S., T.
114, págs. 30/32), tras reconocer que efectivamente, tal como sucede en la especie, se
verificó en la causa el transcurso del tiempo necesario para la declaración de caducidad sin
que se registrara actividad impulsoria, expresó este Tribunal que 'Sin embargo, con
posterioridad al vencimiento del plazo legal, la actora realizó un acto de impulso procesal
que fue consentido por la parte beneficiada por la perención, y ello produjo la subsanación
o convalidación de la instancia, que impide la declaración de caducidad'. 'En efecto -se
dijo-, notificada la demandada del traslado de la demanda ...no se opuso temporáneamente
a que la instancia continuara. Si entendía que se había operado la caducidad, debió
manifestar su oposición en el término de tres días...' Se concluyó que 'Por tanto,
constituyendo el decreto que ordenó el traslado de la demanda un acto procesal idóneo
tendente a impulsar el procedimiento y habida cuenta el consentimiento de la demandada
con la continuación del trámite, el acuse de la caducidad formulado a los diecinueve días de
la notificación de aquella providencia... resulta extemporáneo por haberse saneado la
instancia que estaba afectada por el cumplimiento de la condiciones que hacían posible la
declaración de caducidad'” (C.S.J.P., sentencia del 8.9.1999 en autos “Nuñez, Felipe c/
Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez s/ Recurso Contencioso Administrativo de
Plena Jurisdicción (Caducidad de Instancia)” A. y S., T. 157, págs. 333/334).
Así las cosas, si bien podría pregonarse que entre el 18.5.1995 (en que se dictó la
providencia por la que se ordenó reponer el sellado faltante -ver fs. 188 vta.) y el acuse de
caducidad impetrado por el Defensor de Ausentes en fecha 14.9.2010 (v. fs. 211)
transcurrió con creces el plazo previsto en el artículo 232 del C.P.C.C., lo cierto es que
-ínterin- el procedimiento fue activado por la cesionaria de la actora dando lugar al dictado
de la providencia de fecha 18.9.2009 por la que se dispuso que “[p]asen los autos a
resolución” (v. fs. 205) -acto claramente impulsorio de la instancia- que fue notificada por
cédula al Defensor de Ausentes en fecha 29.3.2010 (v. fs. 206/vta.) sin que éste ejerza la
facultad de denunciar la perención sino hasta luego de transcurridos más de cinco meses, el
14.9.2010 (v. fs. 211/vta.).
De esta manera quedó purgada la caducidad cumplida, y precluyó para el hoy
recurrente la posibilidad de acusarla con éxito.
4.2. Los restantes argumentos no quitan ni ponen sobre la cuestión sub discussio.
En efecto, decir que el instituto corre como obligación para el Secretario importa
una referencia a lo normado en el primer párrafo del artículo 233 del código de rito, que
nada tiene que ver con lo resuelto en la causa con fundamento en el segundo párrafo del
mismo artículo que es claro en cuanto a que si son los litigantes quienes acusan la
caducidad, deben formular su petición “antes de consentir ningún trámite del proceso”.
Tampoco puede pregonarse -como pretende el quejoso- que el mero cumplimiento
del plazo extingue el proceso, ya que para que el procedimiento fenezca por este medio
anormal es necesaria la resolución judicial en ese sentido, lo que no puede acontecer -como
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ya se dijo- si cumplido el plazo previsto legalmente y verificado luego un acto impulsorio,
este último es consentido por quien podría beneficiarse con la declaración de caducidad.
4.3. Sin perjuicio de lo expuesto (que sella la suerte adversa de la pretensión
recursiva en esta instancia) igualmente debe señalarse que al ocurrir a esta sede el
recurrente ha “introducido” argumentaciones que no fueron objeto de “debate” (con la
contraria) y “decisión” (por el a quo) en la primera instancia y, por lo tanto, siendo esta
etapa de “revisión”, todo aquello que no fue debidamente postulado en la anterior etapa
procedimental no puede ser analizado “ex novo” aquí so riesgo de pretermisión de un
inicial e indispensable estadio con agravio al derecho constitucional de defensa de la parte
contraria.
Es así que la referencia que ahora se introduce respecto de la prescripción de la
acción -que, por lo demás, no tiene punto de contacto con la cuestión debatida- o a una
pretendida nulidad del procedimiento fundada en un cuestionamiento a la cesión plasmada
en autos, o a que no significan impulso del proceso actos de terceros -refiriendo al
cesionario de la actora-, al no haber sido materia de debate en la anterior instancia, tampoco
pueden ser tratados en ésta.
5. Por todo lo expuesto, cuanto corresponde es desestimar el recurso de apelación
bajo análisis, con expresa imposición de costas al recurrente (arg. art. 251 del CPCC).
Por ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO
CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Desestimar el recurso de
apelación bajo análisis, con expresa imposición de costas al recurrente (arg. art. 251 del
CPCC). 2) Los honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el
artículo 19 de la ley 6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá
vista a la Caja Forense.
Insértese, hágase saber, bajen.
VARGAS
DE CESARIS
DRAGO
(En abstención)
PENNA
(Secretaria)
ABSTENCION DEL DR. DRAGO:
Habiendo tomado conocimiento de estos autos y
existiendo votos totalmente concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la Ley
10.160 y a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me abstengo
de emitir opinión.
DRAGO
PENNA
(Secretaria)
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