EStUdiOS SObRE lA viOlENciA MAScUliNA

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Rev. Casa de la Mujer ISSN 2215-2725. N°20 (2): 193-201, julio-diciembre 2011
Estudios sobre la violencia masculina
Coordinadores Roberto Garda Salas y Fernando Huerta Rojas:
Editado en la Ciudad de México por Hombres por la Equidad y el Instituto
Nacional de Desarrollo Social (no aparece año de su publicación)
Doris Fernández Carvajal
Académica e investigadora
Instituto de Estudios de la Mujer
Universidad Nacional
A continuación se hace una reseña comentada de los artículos
que integran el libro.
Primer artículo
Machismo
Gloria González López y Matthew C. Gsutmann
En este artículo el autor y la autora hacen una breve reseña sobre el
origen del concepto machismo. Plantean que su uso es relativamente
reciente, ya que viene de las últimas décadas del siglo XX. Inicialmente,
fue utilizado por sociólogos/as y antropólogos/as de la academia
norteamericana, para referirse al estudio de poblaciones marginadas u
oprimidas. Posteriormente, el surgimiento la segunda ola del feminismo
contribuyó a difundir su uso pero con el fin de referirse a rasgos culturales
identitarios naturalizados para hombres latinos en un régimen de opresión
por género. Con el tiempo su uso ha venido cambiando y hoy se ha venido
utilizando la categoría de sexismo como sinónimo como de machismo.
Segundo artículo
Un acercamiento al abordaje teórico/metodológico de la violencia
de género masculina
Fernando Huerta Rojas
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En este artículo, el autor hace una breve reseña de una serie
propuestas teóricas y metodológicas de autores y autoras de
distintas disciplinas, que pueden contribuir a la comprensión de
la violencia contra las mujeres por su condición de género. Entre
estos autores/as, se cita las siguientes, esbozando sus aportes. a)
Rossana Reguillo: en una propuesta para el estudio de la violencia,
considera que debe analizarse la cotidianidad, ya que este es
el escenario en el que se ubican las concepciones, creencias y
prácticas que legitiman la violencia. b) Celia Amorós: sostiene que
la violencia contra las mujeres debe entenderse dentro de un orden
estructural patriarcal, ya que a través de los “pactos patriarcales”
los hombres expresan, representan y demuestran los atributos
masculinos que conforman su condición genérica. c) Susana
Velásquez: considera que es muy importante conceptualizar las
diferentes formas en que se ejerce violencia contra las mujeres
(física, psicológica, verbal, económica, simbólica e invisible),
ya que eso implica definir una multiplicidad de actos, hechos
y omisiones que dañan y perjudican sus vidas y sus derechos
humanos. d) Juan Carlos Ramírez: dada la complejidad teórica y
metodológica, recomienda el abordaje de la violencia de manera
interdisciplinaria. Este autor agrega que la violencia debe ser
vista como un continuo y no como un episodio; en este sentido,
considera que la violencia tiene dos planos uno sincrónico, en
el cual la violencia no sólo se ejerce sobre la pareja, sino que
también sobre otras personas, y el plano diacrónico, que tiene
que ver con que la violencia cambia en el tiempo. Recomienda
también que en la atención de la violencia el foco debe dirigirse a
los hombres o sujetos que cometen los actos violentos y no a los
actos en sí. e) Marta Torres: sostiene que cualquier expresión de
violencia debe ubicarse en el contexto en el cual se produce. Para
ello, recomienda que las políticas de prevención de la violencia
deben tomar en cuenta el contexto político, social, económico,
cultural, local, nacional y mundial. f ) Gerard Imbert: considera
que el estudio de la violencia debe ser parte de lo que él denomina
contrato social contemporáneo. De ahí que proponga reconocer
tres tipos de violencia: real, representada y formal, las cuales a su
vez incluyen otras formas de violencia.
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Tercer artículo
La violencia masculina desde la perspectiva de género visibilizando
el género en la teoría social que reflexiona sobre la violencia
Roberto Garda Salas
En el primer apartado, el autor inicia haciendo una reflexión acerca
de cómo se ha entendido la violencia desde la perspectiva de género.
Para ello, ubica el comienzo del movimiento feminista, lo mismo que
las diferentes corrientes teóricas feministas que han existido y sus
posiciones tales como la de la igualdad, de la diferencia, la liberal, y la
socialista. Señala que los movimientos feministas han contribuido a
hacer visible las formas de opresión de las que son objeto las mujeres.
Finaliza definiendo lo que se entiende por violencia de género, referida
a aquellas violencias que se ejercen contra las mujeres solo por ser
mujeres, tales como la violación, el abuso, acoso sexual, la tortura,
la mutilación, el maltrato físico y emocional, entre algunas. También
define el feminicidio como el asesinato de mujeres en manos de
hombres, debido a su condición de mujer.
En el segundo apartado, incluye una serie de consideraciones
teóricas acerca de cómo algunos sociólogos clásicos (Durkeim, Marx
y Weber) abordan lo relacionado con la opresión y la violencia. Al
respecto, señala que estos tres autores hacen alusión a una violencia
ejercida por hombres contra los mismos hombres y dentro del marco
de las instituciones en las que se encuentran. Dado el momento
histórico que les tocó vivir a estos autores ven la sociología como si
fuese “neutral”, ya que los sujetos de opresión y los que oprimen son
hombres, pero nunca es mencionada en su dimensión genérica.
Seguidamente, analiza las posiciones de sociólogos contemporáneos tales como Foucault, Bourdieu y Giddens, quienes ya si mencionan
a los hombres cuando hacen alusión a las problemáticas de opresión y
violencia que ocurren en la sociedad. Por ejemplo, Giddens plantea que
en las sociedades contemporáneas se ha dado un hecho muy importante y es un cambio en las relaciones entre mujeres y hombres que a su
vez ha impactado las relaciones de pareja y una lucha de las mujeres
por su autonomía, en todos los espacios públicos. Este investigador dice
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además, que en tiempos modernos los hombres aparecen con capacitad
de “oprimir” pero también de “reflexionar”. Como puede observarse, ya
encontramos en este planteamiento la referencia a los hombres, en su
condición de género.
Para Bourdieu, la “violencia simbólica” constituye el principal
mecanismo a través del cual se da la reproducción social, es el medio
más potente para mantener el orden y comprenderse la relación
entre dominantes y dominados/as. En el caso particular reconoce
que entre los sexos existe una relación de dominación masculina
dirigida hacia las mujeres.
En el planteamiento de Foucault, la dualidad entre el cuerpo y el
poder son centrales. Históricamente, el cuerpo ha sido disciplinado
a través de técnicas de poder y del control. De esta manera, los
cuerpos de hombres como sujetos genéricos han sido disciplinados
para que ejerzan que el género impone y son castigados cuando hay
“desviaciones” a lo socialmente establecido.
Cuarto artículo
Masculinidades y violencia conyugal en zonas populares de las
ciudades de Lima y Cusco
Miguel Angel Ramos Padilla
Este artículo es el resultado de un trabajo de investigación
realizado con tres grupos de hombres: a) que han ejercido violencia
física y sexual contra sus parejas, b) que ejercen violencia emocional
pero no física contra sus parejas y c) que no ejercen violencia contra
sus parejas. La labor fue realizada en un distrito de la ciudades de
Lima y Cusco en Perú.
Algunas conclusiones señalan que el ejercicio de la violencia si bien
produce secuelas en la vida de las mujeres y niños/as forma parte también
de un proceso doloroso que toca igualmente la vida de los/as agresores/as.
Para los hombres que ejercen violencia, es natural que las
mujeres adivinen las necesidades masculinas, ya que esta forma de
pensar es congruente con la construcción de una cultura patriarcal
hegemónica. La violencia física y sexual ejercida hacia las mujeres
constituye un recurso de los hombres, en su desesperación por
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mantener la autoridad sobre ellas. La resistencia de las mujeres a
la violencia produce un gran malestar, pues quiebra la base en las
que se funda el único modelo masculino que ha sido internalizado
desde la niñez. Los hombres que violentan a las mujeres muestran
incapacidad de percibir los sentimientos de dolor y tristeza que
causan a sus parejas ya que a ellos mismos les resulta difícil
identificarlos. Los sentimientos de malestar que experimentan los
hombres violentos no solo son consecuencia de la resistencia de
las mujeres, sino que actúan como un disparador de experiencias
violentas y dolor sufridas en su infancia.
En el caso de los hombres que no ejercen violencia, muestra que
es posible la existencia de otro modelo de ser hombre, a pesar de que
las estructuras sociales empujen hacia la violencia. Las relaciones en el
contexto de la familia libre de violencia han jugado un papel importante
en la formación de una manera diferente de ser hombre. En la búsqueda
de un modelo de relación democrático e igualitarios no es suficiente
el intento de una de las partes, es necesario que ambas personas
compartan objetivos semejantes o convergentes como pareja.
La lucha por erradicar la violencia contra las mujeres requiere
una estrategia integral que apunte a desmontar el sistema patriarcal,
que incluya al Estado y a las instituciones, que lo reproducen,
incluyendo a hombres y mujeres.
Quinto artículo
El proceso de socialización de internalización cultural de la
violencia de género entre hombres del Municipio de Cuetzalan,
Puebla
Fernando Huerta Rojas
Este artículo presenta los resultados de un trabajo que se ha
venido realizando con hombres que forman parte de la Asociación
Masculina de Asesoría y Capacitación (AMAC), en el Municipio de
Cuetzalan del Estado de Puebla, en México.
Estos hombres asisten al Programa Hombres Renunciando a
su Violencia, la mayoría de ellos referidos por el Ministerio Público
debido a denuncias por violencia. En dicho municipio la población
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es indígena de extracción nahua y de otras etnias que viven en
condiciones de pobreza. Los hombres se dedican al trabajo de
jornaleros albañiles, mientras que las mujeres al trabajo doméstico,
a la producción de artesanía y a la siembra y cosecha del café.
En las entrevistas a profundidad, se abordaron aspectos relativos
a la organización y composición de las relaciones en el grupo familiar,
enfatizando la relación con los padres en otro apartado, las relaciones
que se establecieron con las mujeres desde la infancia, adolescencia
y juventud. Finalmente, se pregunta por la experiencia relaciones de
intimidad con sus parejas, incluyendo el afecto y las emociones.
Algunas conclusiones del estudio fueron:
• En los hombres estudiados, el consumo de alcohol es un elemento constitutivo de la subjetividad e identidad como hombres, por ende este es un problema ya que mayoría de los actos violencia son cometidos bajo estado de ebriedad.
• En esta comunidad impera el sistema de la patrilocalidad, ya
que las mujeres van a vivir a la casa de sus esposos y pasan a
integrar parte del grupo doméstico masculino; esto permite
a los hombres de la familia tener mayor poder de dominio
hacia las mujeres.
• En el caso de las mujeres es frecuente el conflicto entre suegras, cuñadas y hermanas, ya que éstas se encargan de informarle al esposo si su esposa ha salido sin autorización, o no
ha cumplido adecuadamente con los trabajos domésticos,
motivo por el cual se ejerce violencia al no cumplir con los
mandatos genéricos.
• En esos hombres investigados, el ejercicio de la violencia es
uno de los ejes estructurantes de género, en su concepción de
mundo, en sus relaciones con otros hombres y otras mujeres.
• Aquí los hombres aparecen como los dueños de las mujeres
de su cuerpo, de su sexualidad.
• Los golpes son la forma de violencia más recurrente o usual
en las relaciones de pareja motivados por incumplimiento de
las tareas domésticas, impuntualidad en la comida, por vestir
de cierta manera, controlan el dinero cuando ellas trabajan o
cuando ellos son los proveedores económicos.
• La violencia se acrecienta cuando se ha ingerido alcohol.
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Sexto artículo
El proceso grupal para detener y de articular la violencia
doméstica: tres experiencias de hombre y algo más
Fernando Bolaños Ceballos
Este artículo recoge los resultados del proceso grupal que
han llevado tres hombres, residentes en la ciudad de México, del
Programa Hombres Renunciando a la Violencia, con la finalidad de
determinar los factores que pudieran estar afectando los procesos
de desarticulación de la violencia de ellos.
Es importante mencionar que el programa atiende a hombres
agresores y su terapia está estructurada en tres niveles, el primero de ellos
se identifican las señales de riesgo, eso implica ubicar los pensamientos,
sensaciones corporales y emocionales previas a la conducta de la violencia, y
proceder al retiro, es decir, alejarse del lugar del conflicto. En el segundo nivel
se identifica el sentimiento fundamental en la experiencia de la violencia,
se busca el momento de aprendizaje de la violencia relacionada con éste,
y se intenta darle un nuevo significado a esta experiencia. Finalmente, en
el tercer nivel se busca identificar el conflicto y que el agresor aprenda a
escuchar y a negociar desde la equidad y, a ceder el poder.
Los resultados de este trabajo señalan que, en el proceso se
identifican factores externos e internos que facilitan y otros que lo
dificultan. Entre los factores que facilitan se menciona la importancia
de que el facilitador tenga experiencia y conozca bien el manejo de
las técnicas. Es considerado como positivo que el agresor reciba
reconocimiento de familiares y amistades, de los cambios que se van
observando, de igual manera, recomienda que el agresor lleve un
proceso terapéutico paralelo al proceso con este programa. Entre los
factores internos que facilitan el proceso, se citó el hecho de que los
hombres agresores encuentran en su grupo de apoyo identificación
y contención a su violencia.
En cuanto a los factores externos e internos que dificultan el
proceso, se señala una serie de elementos que no se mencionan,
porque son más bien importantes en un proceso de revisión para la
propia organización. No obstante, hay un elemento en particular que
llama la atención y es el hecho de que el proceso esté estructurado
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en niveles. Se vio que los hombres están más preocupados por
el ascenso, o sea por pasar de un nivel a otro que por realizar un
trabajo personal profundo y serio de revisión de su propia violencia.
Para algunos hombres, el ascenso es visto como un logro masculino,
ya que les da prestigio en el mismo grupo con familiares y amigos.
Sétimo artículo:
La violencia masculina en la relación de pareja en la ciudad
de México. Análisis desde la perspectiva de género y de la
estructuración
Roberto Garda Salas
En este artículo, el autor hace una reflexión acerca de la
masculinidad y señala que la sociología y la perspectiva de género
son las corrientes que más han contribuido, sin negar el aporte de
otras disciplinas como la antropología, la psicología y la historia.
El autor señala que en América Latina, en las décadas de los ochenta
y noventa comienzan a producirse las primeras reflexiones sobre
masculinidad. Pero es más recientemente, cuando esas reflexiones
ofrecen un mayor rigor teórico y metodológico, e intentan comprender
la violencia en el contexto latinoamericano donde la violencia masculina
ocurre en un marco de diversidad cultural y de desigualdad social.
Para el autor, el proceso de la construcción de la hegemonía de
los hombres se da en dos niveles: el de las instituciones y el de la
subjetividad en los cuerpos de los hombres. En relación con el primero,
Garda plantea que es el espacio de lo público donde los hombres
adquieren mayor reconocimiento y prestigio social; por ende, este
es un espacio masculinizado. Caso contrario sucede con el espacio
de lo privado ocupado por las mujeres, es el espacio feminizado y
socialmente desvalorizado y es ahí donde se internalizan los valores
de la jerarquía. De esta manera, tanto los mandatos como las normas
de poder y jerarquía se reproducen al interior de la familia y esto
genera desigualdad y relaciones asimétricas en las que alguien
manda y alguien obedece.
En el siguiente apartado, Garda señala que la teoría de la
estructuración, que surge en los años noventa, busca problematizar
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acerca de la forma compleja en la que se articulan la estructura y
las instituciones sociales. Autores como Ulrick Bech y Anthony
Giddens señalas que las instituciones pueden llegar a reproducir
mandatos sociales, pero también pueden resistirse a ellos, negarse
a ellos y generar nuevas alternativas (que denominan agencia). En
la misma línea hace referencia a Michael Kimmel, quien señala que
los roles de género crean y recrean las instituciones en la sociedad.
Concretamente se refiere a la familia, la escuela, la religión y el
Estado. Para él, el género se reproduce en un continuo ya que en
la interacción entre las personas y las instituciones va haciendo el
género y este proceso está lleno de violencia, ya que es la expresión
de relaciones jerarquizadas y desiguales entre los géneros.
Posteriormente, tomando como referencia las experiencias de
vida de cuatro hombres que han pasado por el Programa Hombres
Renunciando a su Violencia, Garda profundiza en el análisis de
algunas variables, tratando de indagar cómo transcurrió su primera
socialización, o sea, sus experiencias en la infancia y la adolescencia, la
socialización con otros hombres adultos, la socialización con el padre,
la socialización con la madre, la relación de noviazgo, la intimidad en
la relación de pareja y, violencia masculina en la relación de pareja.
El autor concluye que las instituciones patriarcales tiene un
peso sumamente importante en la socialización de los hombres
con sus actos violentos. Considera a la familia y la escuela como
dos instituciones que contribuyen en la construcción social de la
violencia. Añade que la comprensión de la violencia masculina no
ha de pensarse de una manera lineal o casual sino que es producto
de un proceso complejo en donde se relacionan diversas variables.
Por eso es importante tomar en cuenta las formas de actuar de los
hombres, los significados que le dan a sus acciones y los contextos
en los cuales desarrollan esas acciones.
Se recomienda la lectura de este libro, que puede ser leído
por partes o en capítulos. Este aportará conocimiento teórico y
metodológico que ayudará al estudio y a la comprensión de la
violencia de género, en particular a la violencia ejercida hacia las
mujeres, problemática social todavía muy arraigada en nuestro
medio y que enfrenta el reto de construir alternativas para su
prevención y eliminación.
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