el sector productivo Las ciencias como soporte y sustento para un

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EL SECTOR PRODUCTIVO
Las ciencias como soporte y sustento para un crecimiento y desarrollo sostenido regional y nacional,
con impacto internacional.
Una Alma Máter seria y responsable tiene que ser prenda de garantía para un sector productivo próspero,
con la capacidad para liderar progreso y desarrollo cada vez más competitivo, para estar a la vanguardia
en procura de una sociedad progresista que siempre mire hacia el futuro con optimismo.
El pensamiento científico que se genera y madura en su hacer diario, no puede ser más letra muerta que
llene los anaqueles de las bibliotecas y sirva de comida a las hambrientas polillas; sino que en un
porcentaje cada vez mayor tiene que estar dirigido hacia las aplicaciones tecnológicas, que a través del
sector productivo se pueda traducir en productos cada vez más innovadores, con los que pueda aceptar el
reto de los nuevos mercados en un mundo cada vez más globalizado y por consiguiente más competitivo.
Con un Alma Máter cumpliendo plenamente su misión, el sector productivo como parte fundamental de
la sociedad, no puede sentirse huérfano y abandonado a su suerte en el mundo actual.
El sector productivo que se apoya en la ciencia y la tecnología siempre marcará la diferencia, dejando
cada vez más rezagados y en peligro de desaparecer, o de convertirse en sus consumidores a los que no la
tienen. Un sector productivo aliado fuertemente con su Alma Máter, constituye un actor de mucho
respeto en las sociedades actuales, y no tendrá peligro de ser aniquilado por la competencia, ni puede
temer al reto que plantean los nuevos mercados que llegan como consecuencia de las aperturas
económicas. Por el contrario serán recibidas con beneplácito, pues serán nuevas oportunidades para
mostrar sus fortalezas; puesto que, mientras no seamos exigidos, no tenemos idea de lo que podemos
producir.
La llave maestra de los nuevos mercados tiene que ser la calidad, y ésta se logra en virtud de la fortaleza
que se gana con la alianza entre el sector productivo y la Alma Máter. Aunque en principio nos
impresione la competencia, muy rápidamente nos daremos cuenta de los efectos positivos que representa
la autentica calidad e innovación con que la enfrentemos. Cuando en las sociedades se forma ese frente
común, en éstas, florecerá el progreso y el desarrollo, y los problemas sociales que identifican a las
sociedades subdesarrolladas o de tercer mundo, ceden inexorablemente, pues el nivel de vida sustentado
en fuentes de empleo y nuevas posibilidades de crecimiento, serán las que terminen por desterrarlos. Esa
es la esperanza más sentida de todos los pueblos que hoy los padecemos y que tratan equivocadamente de
resolverlos usando otros métodos, y a costos muy altos sin lograrlo.
Cuando se habla del sector productivo, se hace referencia a una connotación genérica que incluye a todos
los sectores que contribuyen directamente con la economía, prioritariamente de la región, pero también en
el contexto general del país. Nadie debe sentirse excluido de ella, todos serán tenidos en cuenta y serán
bienvenidos a su Alma Máter, ella está abierta a todos los sectores, ya que todos tienen problemas por
resolver, ideas para desarrollar, e inquietudes que deben ser escuchadas, y por lo tanto, serán tratados con
la consideración que le merecen. Para llevar adelante una verdadera alianza con él, se concertarán los
mecanismos y estrategias más idóneas de comunicación, que permitan alcanzar la mayor eficiencia y
confiabilidad, la que se debe medir por resultados tangibles no por documentos y estadísticas, que son
sólo eso, esto es tarea de los observadores y críticos, pues cada uno tiene que cumplir su rol.
El tiempo de pasividad que hemos dejado pasar, hoy representa un atraso que nos exige actuar
inmediatamente con diligencia y efectividad, en nuestro afán de emprender el camino que nos conduzca
hacia los logros que se traduzcan en progreso y desarrollo. Por las condiciones topográficas y geológicas
de la región, se nos plantean retos muy grandes, los que debemos enfrentar unidos como una fortaleza;
para que la adversidad natural, la que hasta ahora ha sido mirada con la óptica del pesimismo se convierta
en riqueza y prosperidad, al ser enfrentada con las herramientas propias del intelecto, el talento, la
ciencia, la tecnología y la fortaleza de la unión.
Sector productivo siéntase convidado permanentemente a atravesar la puerta abierta que les tiene su Alma
Máter, que con absoluta certeza y diligencia, allí encontrarán el apoyo que ella está en capacidad de darle.
Hay que mirar con especial atención aquellos sectores, que por nuestra posición geográfica tienen las
necesidades más sentidas, por ejemplo: el agrícola, el ganadero, el minero, etc, en sus diferentes frentes,
hay realmente en ellos verdaderos retos para estimular el crecimiento intelectual y personal de nuestro
potencial humano, y de paso un desarrollo institucional en favor de todos.
En el mundo actual de la globalización y la competitividad, las sociedades con su Alma Máter a la
cabeza, y en razón a que, en el uso de la inteligencia y el talento, por ser los dones innatos con que todo
ser racional normal ha sido dotado, deben ser los que determinen y marquen la diferencia frente a sus
similares, y bajo ningún pretexto pueden conformarse con ser simples gregarios. Hay la necesidad de
convencer a sus miembros, de que tenemos el potencial suficiente para crear las condiciones mínimas
necesarias, y estimular el despertar de una actitud agresiva, para empezar, así sea en la competencia a
nivel nacional, pero con el empuje suficiente para trascender las fronteras patrias.
Por lo que mi larga experiencia docente, investigativa y administrativa, pensando siempre en el potencial
humano con el que he tenido la oportunidad directa e indirectamente de interactuar, soy un convencido de
que tenemos todas las condiciones para que nuestra región y el país ocupen lugares de privilegio a nivel
nacional e internacional.
Nuestra comunidad es suficientemente inteligente, talentosa, aguerrida, creativa, y con ganas y decisión
para progresar, pero hay mucha indisciplina, desorden, y la motivación que los impulsa inicialmente a
alcanzar grandes metas, muy pronto se ven frustradas, por la falta de norte en nuestras instituciones
formadoras, o mejor canalizadoras de ese potencial humano. Si todo ese potencial lo logramos canalizar
adecuadamente pensando en un norte definido, por ejemplo la competencia en los mercados a los que nos
enfrenta la globalización, con toda seguridad el sector productivo en general miraría con mucho más
optimismo cualquier nueva posibilidad que se presente.
Hay que entender que las posibilidades tienen que ser generadas y fortalecidas cada vez más, desde una
fuente de la más alta confiabilidad, como lo debe ser la Alma Máter. Ella ha sido pensada por la sociedad
para cumplir eficazmente esa misión, pero lo que se puede apreciar en éste momento crítico de la
formación superior, es que en ella, los sectores económicos no se sienten respaldados para enfrentar con
éxito los retos de la globalización.
Las razones para ese estado actual de subdesarrollo, en realidad son muchas, pero la principal puede ser,
que se ha pretendido enfrentar sus problemas, sin un líder de plena confianza para todos, como debe ser la
Alma Máter fortalecida. Ella en realidad se ha mantenido por los gobiernos de turno sólo por cumplir con
un mandato constitucional, y cada vez se aprecia más la tendencia de que tenga vida independiente, se
privatice. Puede ser que hasta en eso se tenga mucha culpa, por la manera como en ella se quieren hacer
las cosas, para acompañar el caos en que cada vez cae más nuestra sociedad, y no para tomar el liderazgo
que en cumplimiento de su misión le corresponde, para liderar el progreso. Ese liderazgo es el único que
puede conducir la sociedad por el camino del desarrollo, pues tal protagonismo tiene su máxima
expresión en el uso de la ciencia y la tecnología de la más alta calidad como sus más eficientes
propulsores.
Este panorama requiere con máxima urgencia que nuestra Alma Máter tome la ruta adecuada, en
respuesta a los retos cada vez más exigentes que trae la modernidad y la competencia asociada a la
apertura de mercados. Con nuestro potencial humano, y la riqueza natural disponible, podemos alcanzar
lo que nuestra sufrida sociedad vive reclamando y esperando, progreso y desarrollo.
Para enfrentar la globalización, la apertura económica, los tratados de libre comercio, y en general el
desarrollo, exige la generación de alianzas efectivas inmediatas entre el sector académico y el productivo.
A través de mecanismos de comunicación fluido y permanente que se implementen, y la investigación
tanto básica como aplicada comience a ser orientada hacia la solución de problemas y aplicaciones, sobre
todo de la región, el mejor aprovechamiento del potencial humano de la Alma Máter, como primer paso
hacia el progreso y desarrollo, tendrá el protagonismo real que le corresponde dentro de la sociedad.
En la región y en particular la ciudad, el fuerte de la economía no es exactamente la industria pesada, y el
sector académico, científico y tecnológico están en capacidad de producir un volumen de profesionales
bien capacitados, pero que por lo limitado del mercado laboral, por obligación tienen que emigrar a otras
regiones a buscar opciones para desarrollarse profesionalmente. Frente a los retos implícitos en la carrera
hacia el desarrollo y la capacidad de producir potencial altamente calificado en las diferentes áreas del
conocimiento, es de gran importancia sobre todo en éste momento, cuando nos proponemos a iniciar un
resurgir de la Alma Máter, apostarle a liderar en la región la generación de un CENTRO DE ALTA
TECNOLOGÍA - CATEC, que nos permita, no sólo generar desarrollo, sino la capacidad para generar
empleo calificado con capacidad de absorber buena parte de los mejores profesionales que producimos.
La capacidad que tienen nuestras unidades académicas, como por ejemplo: Ingeniería Eléctrica,
Electrónica y Telecomunicaciones, Ingeniería Mecánica, Ingeniería de Sistemas y con la implementación
de CIMDELAC, que contribuirá positivamente en el desarrollo del talento humano de nuestros
estudiantes estimulando su creatividad y curiosidad científica, estaremos en capacidad de abordar retos
de cualquier complejidad tecnológica, para atender plenamente las exigencias de un centro de tal
naturaleza.
El crecimiento y desarrollo que la región ha estado esperando desde siempre, ahora debe empezar a tener
una respuesta y es en el resurgir de su Alma Máter donde está la oportunidad para empezar esa carrera
que genere las respuestas que la sociedad está esperando. La generación de empleo en consonancia con el
potencial humano que se ha ido formando, y que la región está en capacidad de producir a un nivel cada
vez mejor, puede garantizar y sustentar con suficiencia las exigencias que una industria de alta tecnología
necesita.
El liderazgo que la U I S puede ejercer a través de CINDELAC, propiciando el despertar del espíritu
creativo e ingenioso del que hace gala nuestro talento humano, producirá suficiente potencial para
alimentar industrias de alta tecnología, y con ello generar empleo y desarrollo. No es una aptitud
inteligente capacitar de la mejor manera nuestra comunidad con una revolución educativa de alto impacto,
para que tenga que salir de la región a buscar opciones de trabajo en otros sitios. Es válida la necesidad
de salir de su entorno a conocer, interactuar con otras culturas, adquirir nuevas experiencias, y tener
vivencias con otras culturas, pero no es menos cierto, que el mayor arraigo, compromiso y sentido de
pertenencia lo debe tener con su región. De igual manera, no es lo más sensato preparar al más alto nivel
nuestra comunidad, y de esa manera darles el pasaporte de viaje obligado para que busque ejercer en otras
latitudes, y contribuya a su progreso y desarrollo mientras la suya sigue sumida en el atraso y el
subdesarrollo. Así pues que es necesario ser consistentes y honestos con nuestra sociedad a la que nos
debemos, preparando de la mejor manera nuestra comunidad pero también preocupémonos por ofrecerles
las condiciones para que con su talento y creatividad contribuyan positivamente al progreso de la región.
El impacto de la verdadera revolución educativa también se tendrá sobre el sector productivo, ya que el
tener una población plenamente preparada para enfrentar cualquier reto, académico, científico y
tecnológico, garantiza un espectro de posibilidades de aprovechamiento, que tendrá que ser utilizado
adecuadamente para responder todas las iniciativas que se generen en el sector. Siendo conscientes del
potencial humano que tenemos, que es lo más importante, y más aún suficientemente preparado, el
subdesarrollo no puede tener más espacio entre nosotros. En tales circunstancias, sí ha sido para nosotros
una vergüenza el ser tratados como país de tercer mundo, no obstante la envidiable riqueza natural en que
estamos inmersos, será mayor la vergüenza si continuamos consintiéndola y creyéndonos incapaces de
salir de ella.
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