Aprendizaje autónomo, identificación de ideas importantes en un texto

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Universidad Nacional
Autónoma de México
Secretaría de Desarrollo
Institucional
Dirección General de
Evaluación Educativa
APRENDIZAJE AUTÓNOMO
Identificación de ideas importantes
en un texto
Gilda Rojas Fernández
ISBN 970-32-2819-4
Objetivos
Al finalizar el estudio de este material:
1. Identificarás la estructura de los textos.
2. Localizarás las ideas importantes de los textos según su estructura.
Contenido
Introducción
1. Textos narrativos
2. Textos descriptivos
3. Textos explicativos
3.1 Explicativo declarativo
3.2 Explicativo procedimental
4. Textos argumentativos
Referencias bibliográficas
Introducción
Las estrategias de aprendizaje son las formas que cada individuo emplea para acercarse al
conocimiento, seleccionarlo, almacenarlo temporal o permanentemente y recuperarlo cuando
sus condiciones internas o externas se lo requieren. Mejores estrategias cognoscitivas conducen a una mejor selección de los estímulos del medio y a una mejor depuración de los mismos
para conseguir una estructura de conocimiento tanto coherente como organizada, útil para la
resolución de problemas y para la adquisición de nuevos conocimientos.
Una de las estrategias de aprendizaje es la identificación de las ideas importantes del texto,
cuyo medio de expresión es la palabra impresa, convertida en emisora de una situación
comunicativa. Esta identificación requiere dirigir la atención hacia puntos clave que contienen
la esencia de los mensajes vertidos a través de palabras; habilidad que puede aprenderse y
que se facilita si se distingue el tipo de texto que el estudiante utilizará para estudiar.
No obstante la aparición de tecnologías de vanguardia, la palabra escrita conserva un lugar
privilegiado en el proceso de enseñanza-aprendizaje, prueba de ello es el desarrollo del libro
de texto al libro electrónico. Además, durante todo el lapso de su educación escolarizada, el
estudiante tendrá contacto, en mayor o menor medida con textos, dependiendo del área en que
haya decidido formarse.
Los textos, conservas comunicacionales, como las llamó Moles son registro y vehículo de lo
que pretende comunicar quien escribe. Esta comunicación y su lenguaje adquirirá diferentes
formas, dependiendo del público al que se dirige el autor, de sus intenciones y de la naturaleza
del contenido. De acuerdo con esto, en el terreno educativo, una primera clasificación de los
textos podría dividirlos en didácticos y no didácticos. Consideramos los primeros como los que
se elaboraron específicamente para facilitar el aprendizaje, mientras que los segundos se crearon con otro fin; sin embargo, los estudiantes tendrán que aprender de ambos. El profesor debe
estar consciente de lo anterior y promover en sus alumnos el desarrollo de habilidades
específicamente relacionadas con la palabra escrita, independientemente de las características del texto. Una segunda clasificación, más propia del ámbito educativo diferencia entre
textos de contenido declarativo y textos de contenido procedimental. Los primeros abordan la
parte teórica del conocimiento, tal como la enunciación de teorías, explicaciones, leyes, teoremas, conceptos, es decir, el saber. Los segundos, enuncian la parte práctica del conocimiento,
la que se ocupa de los procesos y/o procedimientos que se han de realizar para obtener un
producto tangible directa o indirectamente: se refiere al saber hacer.
Como cualquier texto es un cuerpo de conocimientos organizado alrededor de algún asunto
central se puede analizar, primeramente, en términos de sus elementos y relaciones entre
ellos. Para esto, Mayer (citado en Good y Brophy, 1995) recomienda descubrir las señales que
evidencian las relaciones entre las partes que lo conforman, esto es, su estructura conceptual
o discursiva. Son cuatro los tipos de señales que se deberán buscar, primero, especificaciones
de la estructura de las relaciones, tales como enumeraciones y anuncios de lo que abarca el
texto, como: “los antecedentes fueron… el conflicto terminó cuando…”, segundo, anticipos de
información clave: “la teoría en la que nos apoyaremos es…”, tercero, declaraciones que enuncian una recapitulación o condensación de la información, como: “En resumen…” y cuarto,
palabras puntualizadoras que señalan el punto de vista del autor o la importancia de la información, como: “es ociosa la indicación…”, “afortunadamente…”.
Esta forma de analizar los textos queda en un nivel, podríamos decir, mecánico, concreto.
Pero, al estudiar y tratar de aprender, es necesario encontrar la esencia y el significado de lo
que se lee. Aprender de los textos se facilita si se distingue de qué tipo de texto se trata. Quien
lee puede descubrirlo con base en las preguntas que puede responder. Aunque existen diversas clasificaciones, para los fines de este escrito, es suficiente reconocer que en la escuela
frecuentemente nos hallaremos textos narrativos, descriptivos, explicativos y argumentativos,
De ellos vamos a hablar.
1. Textos narrativos
Estaremos ante un texto narrativo cuando se enuncian sucesos acontecidos durante un periodo determinado. Un texto histórico, por ejemplo, presenta lo sucedido y registrado en crónicas
u otras fuentes de información. Una novela narra con lujo de detalle lo ocurrido entre sujetos
que se encuentran relacionados voluntaria o involuntariamente, cuyas vidas se ven afectadas
por esa relación. Una breve muestra de texto narrativo es la siguiente:
Todo el mundo, de seguro, alguna vez se ha sentido “herido” por una observación malintencionada
o por alguna expresión agresiva. ¿Ese dolor es sólo metafórico? Freud nos cuenta de una mujer
que sufría de intensa neuralgia facial. Durante el tratamiento, le pidió que recordara un periodo en
que hubiera sentido gran irritación contra su marido.
Continúa Freud: “Me describió […] una observación que le había parecido un amargo insulto. De
súbito se llevó la mano a la mejilla, gritó con fuerza, de dolor, y me dijo: “Fue como si me golpeara
en la cara”. Con ello cesaron su dolor y su ataque de nervios”. (Morris, 1996).
Después de leer el texto, quien estudia puede responder la pregunta general: ¿qué sucedió?
Y otras más puntuales como:
• ¿Qué personaje(s) interviene(n) en la acción? Implícitos o explícitos.
• ¿Cómo son los personajes de la narración?
• ¿En dónde y cómo es el lugar en que se desarrolla la acción?
• ¿Cómo resumirás los sucesos o argumentos que se narran?
2. Textos descriptivos
Estamos ante un texto descriptivo si éste informa acerca de las características de objetos,
personas, ambientes físicos o atmósferas sociales. Es eminente denotativo si consigna explícitamente lo que necesita decir para transmitir lo que pretende, ni más, ni menos. Y así se debe
interpretar. Un ejemplo de texto descriptivo es el siguiente:
Dentro de las características más importantes de la pareja podemos distinguir dos: a) la edad de
los cónyuges al momento de contraer matrimonio y b) su escolaridad en el mismo momento. Estas
características serán determinantes en la constitución familiar, en el ciclo de vida familiar, y en los
cursos de vida de cada uno de los individuos que constituyen una familia sean padres o hijos.
De la relación de la pareja dependerá también la toma de decisiones sobre: anticoncepción, participación económica de la mujer, educación de los hijos y las relaciones de poder y autoridad que
se establecen, y los valores que los hijos hacen suyos durante el proceso de socialización. (Mejía
Modesto, Alfonso 1996).
Después de leer un texto descriptivo el estudiante puede responder a la pregunta general:
¿qué? Más específicamente:
• ¿Qué cosa(s), personaje(s) o entorno(s) se describen y cómo son?
• ¿Cuál sería la característica definitoria de cada una de las cosas, personajes o entornos
que se describen?
3. Textos explicativos
Como, aparentemente, los textos explicativos son los más abundantes en la escuela, es importante que el estudiante distinga entre textos explicativos de contenido declarativo y textos explicativos de contenido procedimental. Después de una primera lectura debe contestar preguntas
como:
• ¿Qué partes del texto son explicativas?
• ¿Qué párrafos del texto son explicativo-declarativos y cuáles explicativoprocedimentales?
Se debe tener claro que nos encontramos frente a un texto explicativo-declarativo cuando
quien escribe pretende definir, mostrar o demostrar qué y cómo son las cosas, personas o
ambientes. Esto es, qué características poseen, cómo se comportan, por qué reglas se rigen,
etcétera.
El siguiente es un fragmento de texto explicativo-declarativo.
A través de las membranas de casi todas las células del organismo existen potenciales eléctricos.
Además, algunas células, como las nerviosas y musculares, son “excitables”, es decir, capaces de
autogenerar impulsos electroquímicos en sus membranas. En la mayoría de los casos, estos
impulsos se pueden utilizar para trasmitir señales a lo largo de las membranas. En otros tipos de
células glandulares, macrófagos y células ciliadas, otros tipos de cambios en los potenciales de
las membrana probablemente representan papeles importantes en el control de muchas de las
funciones celulares. El presente comentario se refiere a los potenciales de membrana generados
tanto en reposo como durante la acción por las células nerviosas y musculares. (Guyton y Hall,
1996).
Después de leer un texto explicativo-declarativo quien estudia debe ser capaz de responder
preguntas generales como la siguiente:
• ¿Cómo es?, ¿por qué es así?
Y preguntas específicas como:
• ¿Cuáles conceptos, reglas o principios se incluyen?
• ¿Cómo se resumen los conceptos, explicaciones o reglas que aparecen?
Un texto explicativo procedimental comunica al lector de qué manera suceden los acontecimientos, las condiciones en que se dan o deberían darse, la forma en que se hacen o deberían
de hacerse las cosas y con qué elementos o instrumentos. Se explican formas de proceder,
técnicas o métodos de trabajo. Su característica fundamental es que muestra o demuestra una
serie de etapas que llevan a la consecución de un fin o la obtención de un producto. Un claro
ejemplo de un texto explicativo procedimental es el que aparece a continuación:
El método para determinar el potencial de membrana es simple en teoría, pero a menudo difícil en
la práctica, debido al pequeño tamaño de la mayor parte de las fibras. En la figura 5-2 se muestra
una pequeña pipeta llena de una solución electrolítica fuerte (KCI) que es impulsada a través de la
membrana celular hasta el interior de la fibra. A continuación se cola otro electrodo, denominado
“electrodo indiferente”, en el líquido extracelular, y se determina la diferencia de potencial entre el
interior y el exterior de la fibra mediante un voltímetro adecuado […] Para registrar los rápidos
cambios en el potencial de membrana durante trasmisión de los impulsos nerviosos, el
microelectrodo está conectado a un osciloscopio (Guyton Hall, 1996).
Después de estudiar un texto explicativo procedimental, el estudiante debe estar en posibilidad de contestar preguntas generales como las siguientes:
• ¿Cómo sucede?, ¿por qué sucede así?
Y preguntas específicas como:
• ¿Es posible identificar claramente las etapas del procedimiento enunciado?
• ¿Cómo se resume el procedimiento explicado?
4. Textos argumentativos
Sabemos que un texto es argumentativo cuando en él se aborda una situación controversial
respecto a un tema o asunto. Quien escribe adopta una posición y al defenderla trata de convencer a quien lee de la validez de sus razones. Éstas pueden ser de naturaleza cognoscitiva o
afectiva, pero siempre se esgrimirán con la intención de persuadir al lector en cierto sentido. En
un texto argumentativo, la posición del autor puede ser totalmente explícita y es posible deducirla de sus propias afirmaciones, aunque en ocasiones no es explícita y debe inferirse de las
razones que utiliza para apoyar o refutar el pensamiento del otro. Un típico texto argumentativo
es el artículo editorial de cualquier periódico:
Tras la colisión aérea entre un caza chino y un avión espía estadounidense el domingo pasado, las
relaciones entre China y Estados Unidos, de antaño complejas, se encuentran en un punto de
extrema tensión diplomática y militar. Si ambos países no logran distender la situación en los
próximos días podríamos estar en la antesala de un conflicto exterior de mayores consecuencias
[…]
El país asiático ha solicitado que Washington asuma toda la responsabilidad del accidente, que
cobró la vida de un piloto chino [sic], y que pida disculpas por el daño causado.
La Casa Blanca rechazó la petición con el argumento de no encontrar razones para disculparse,
pues se trata de un “trágico accidente” que se produjo cuando el avión espía realizaba un vuelo de
rutina por espacio aéreo internacional y no en el espacio aéreo chino como afirma Pekín. La
guerra de acusaciones ha enfriado aún más la relación, no obstante que se hayan dado ya algunos encuentros diplomáticos. Pero, sólo imaginemos ¿cuál sería la reacción de Washington si el
accidente hubiera sido entre un avión espía chino y uno de la fuerza aérea estadunidense, en
espacio aéreo de Estados Unidos?
Editorial. La Jornada, 5 de abril de 2001.
Después de estudiar un texto argumentativo, el lector puede responder preguntas como las
siguientes:
• ¿Qué párrafos del texto presentan argumentos?
• ¿Los argumentos que se esgrimen están a favor, son neutrales o están en contra del
fenómeno del que se habla?
• ¿Los argumentos son denotativos, explícitos o connotativos e inferibles?
• ¿Cómo resumirás los argumentos que se incluyen?
La mayoría de los libros contienen diferentes tipos de texto. Sin embargo hay en ellos algún
o algunos tipos que predominan, lo cual permitirá colocarlos en una categoría y no en otra. Lo
verdaderamente importante es que los estudiantes realicen repetidamente ejercicios de interpretación de textos, para contestarse preguntas que pueden ir de lo más concreto (que requieren procesos de pensamiento simples) hasta lo más abstracto (que demandan un análisis más
profundo en la interpretación de señales poco evidentes y que sólo un estudiante experto puede interpretar).
5. Referencias bibliográficas
GUYTON, A. C. y HALL, J. E. (1996). Tratado de fisiología médica. México: Interamericana.
McGraw Hill.
MEJÍA, Modesto Alfonso (1996). “¿Con quién contraer matrimonio? Noviazgo: Génesis de la
familia”, en Raúl Jiménez Guillén, comp., ¿Grupo doméstico, hogar o familia? México: Universidad Autónoma de Tlaxcala.
MORRIS, David (1996). La cultura del dolor. Chile: Andrés Bello.
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