TEXTO EXPLICATIVO La explicación nace de la necesidad de resolver un problema, de responder a una pregunta. De esta forma, explicar es desarrollar un tema, indicar las causas de un acontecimiento, aclarar una idea o un texto que resulta complejo, enseñar un procedimiento. La función de un texto explicativo es que su receptor adquiera un saber que aún no tiene. De esta forma, para que el texto logre su objetivo es necesario saber a ciencia cierta cuál es el grado de conocimiento inicial que posee el receptor sobre el tema a tratar. Para que la explicación sea exitosa debe ser clara y ordenada. Un texto explicativo responde a preguntas genéricas tales como: ¿cómo...?, ¿por qué...?, ¿dónde...?. En algunos caso el problema a resolver o la pregunta a responder nace del mismo emisor, pensando qué pregunta haría un hipotético receptor frente al tema, hablamos así de preguntas autoformuladas. En aquellos casos en los que el emisor responde en su explicación a una pregunta formulada por un interlocutor válido (real), hablamos de preguntas heteroformuladas. En el caso de textos escritos, donde el receptor no se encuentra presente para indicar qué datos le resultan difíciles de interpretar, el emisor se vale de una serie de procedimientos que lo ayudan a producir una explicación entendible. Entre los procedimientos explicativos más importantes, encontramos: la reformulación, la definición, la ejemplificación y la analogía. Reformulación: en el caso de que el emisor suponga que la idea desarrollada puede ser difícil de entender, puede reformularla, es decir, presentarla de un modo que resulte más sencillo. Los marcadores textuales de reformulación son expresiones tales como: “es decir”, “en otras palabras”, “dicho de otro modo”, “o sea”, etc. Definición: se le proporciona al receptor el significado de un término o una expresión. Para definir un concepto se puede recurrir a distintos métodos, entre ellos: equivalencia de significado, descripción de características distintivas del objeto que se designa, indicación de la función del objeto a definir, presentación del término técnico o científico que se utiliza para denominar el objeto. Ejemplificación: se introducen en el texto ejemplos concretos que se suponen conocidos por el receptor o de fácil comprensión. Analogía: se presenta un caso similar al que se está explicando, de manera tal que por comparación el receptor pueda acceder al nuevo conocimiento. La estructura de un texto explicativo sigue un orden lógico y claro. En el título y/o los primeros párrafos se presenta el tema, a continuación se expone la información y finalmente, se sintetiza lo expuesto. Los textos explicativos suelen utilizar diferentes procedimientos para facilitar la comprensión y guiar el reconocimiento de sus partes. Así encontramos: - Conectores que organizan la información: “por una parte”,. “por otra parte”, “ a su vez”, “además”, etc. - Conectores que indican un cambio de orientación o punto de vista: “en cambio”, “por el contrario”, etc. - Frases que explicitan la organización textual: “como ya hemos dicho”, “a continuación”, etc. - Marcas gráficas o tipográficas que permiten visualizar la jerarquización de la información: bastardilla, negrita, subrayado, letras o números (a,b,c... 1. 1.1. 1.2. 2....) - Elementos paratextuales: disposición del texto, títulos, subtítulos, fotografías, cuadros, ilustraciones, esquemas, mapas, columnas laterales, etc.