Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I

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El Club de las Excomulgadas
Agradecimientos
Al Staff Excomulgado: Csanch, Dg Kaleigh,
Lolita_90, Ly_ayla, MCGtz, Nelly Vanessa y
Yanli por la Traducción, Marijf22 y Nelly
Vanessa por la Corrección de la Traducción,
Nuevo Laavic por la Diagramación, y Leluli por
la Lectura Final de este Proyecto para El Club De
Las Excomulgadas…
A las Chicas del Club de Las Excomulgadas, que
nos acompañaron en cada capítulo, y a Nuestras
Lectoras que nos acompañaron y nos acompañan
siempre. A Todas….
¡¡¡Gracias!!!
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Laavic, Leluli y Mokona por la Corrección, De
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El Club de las Excomulgadas
Argumento
En el siglo XXIII, cualquier persona puede saltar a través del tiempo a
voluntad. Pero los agentes de las fuerzas que regulan el tiempo, la Agencia de
Control Temporal, ha establecido un recinto en el tiempo.
Galar Arvid es un Señor de la Guerra genéticamente alterado y un ejecutor
que es enviado de nuevo al año 2008 para salvar a una bonita artista de Atlanta de
un viajero del tiempo Xeran quien la intenta matar con fines de lucro.
Pero, ¿un romance entre ellos funcionará? Un abismo de trescientos años los
separa, e incluso si se lanzaran a través del tiempo, todavía hay un asesino maníaco
tras ellos.
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Lo que Galar no sabe es que su poderoso deseo por Jessica Kelly lo excitará.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Uno
10 de julio 2008 en las afueras de Atlanta, Georgia
Galar Arvid odiaba viajar en el tiempo. Primero era un cosquilleo eléctrico
que crecía casi hasta convertirse en un dolor blanco1. Después del repugnante
Salto2, la nauseabunda sensación de ser desgarrado y vuelto a armar en un abrir y
cerrar de ojos. Sus oídos sonaron con el estampido sónico del aire desplazándose,
pero lo peor era la cegadora luz azul-blanca que lo dejaba incapacitado de ver
Galar se movió mucho antes de que su visión estuviera despejada, dejando
espacio entre él y el lugar donde se había materializado. Si el asesino abría fuego, al
menos no estaría de pie esperando recibir el disparo.
¿Alguna señal de los extraterrestres temporales?, preguntó.
Los implantes de sensores en todo su cuerpo habían hecho su trabajo,
procesando los resultados de la computadora que iban hasta su cerebro en tiras
finas no más gruesa que una molécula. La computadora le daba acceso a ráfagas de
gran fuerza, así como a los datos del sensor, toda la información que le importaba
saber, y una precisión asombrosa con las armas. “No hay indicación de extranjeros en
la zona”, le contestó.
Bien. Tal vez con el Salto habían hecho que el ladrón dejara la escena.
Con su vista finalmente limpiándose de las imágenes residuales de color
púrpura, Galar se volvió para mirar a sus compañeros responsables de las Fuerzas
de Ejecutores Temporales. Rápidamente vio a dos mientras se movían a la
seguridad que daba la oscuridad, al árbol de anillos de compensación. Su
1
Esta expresión se refiere a cuando pones hierro en el fuego y con el aumento de temperatura se
vuelve extremadamente caliente hasta que la punta del mismo se vuelve blanca, si eso toca la piel se
siente un dolor abrasador.
2
Salto (Jump): salto dentro del espacio y tiempo.
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durante unos cruciales segundos.
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El Club de las Excomulgadas
computadora transmitió su orden mental sobre el canal de comunicación TE3
mientras caminaba hacia ellos. —¡Informe!
—Odio viajar en el tiempo —dijo el lobo del bosque. Un centenar de kilos de
piel, colmillos, e inteligencia computarizada, la gran bestia peluda golpeó su trasero
sobre las hojas para rascarse con fuerza su collarín T4. Las luces Vocalizer5 brillaron
alrededor de su cuello a tiempo con sus palabras.
—Odias todo, Frieka —el Ejecutor6 Riane Arvid comentó—. Salvo quejarte.
—Bien,
me
parece
que
tengo
todas
mis
patas
—respondió
Frieka,
contemplándolas pensativo—. Y no quiero vomitar mi cena, lo que es una mejora real de
algunos saltos que he hecho—. Para Riane, añadió —¿Te conté alguna vez sobre cuando
tu padre y yo… ?
—Sí —lo interrumpió Riane—. Por lo menos seis docenas de veces—. Ella era
una mujer alta, vestida con una armadura temporal que se aferraba a su delgado y
musculoso cuerpo. El traje tenía pequeñas escamas marinas de color mate7 que la
hacían casi invisible, así como prácticamente invulnerable. Sólo su bonita cara se
mostraba claramente a la aguda visión nocturna de Galar: ojos grandes y oscuros,
una boca sensual, exuberante pelo rojo cayendo sobre sus hombros, una sola trenza
con joyas balanceándose al lado de su mejilla. Un tatuaje complejo que se
arremolinaba a un lado de su cara en tonos de rojo y azul. Al igual que Galar, ella
era una Guerrera Vardonese8 genéticamente diseñada, con computadora, sensores,
y fantástica fuerza.
Y, como Galar, estaba bien armada. Un cinturón tachonado con armas y
bolsas estaba sobre su estrecha cintura, incluyendo una pistola de fragmentación,
3
TE (Temporal Enforcers o Enforcement): Ejecutores Temporales o del tiempo. Agentes de las
fuerzas que regulaban el orden de los saltos temporales. Agencia de justicieros.
4
Collar para salto temporal.
5
Aparato vocalizador, que forma palabras de los sonidos
6
Ejecutor: justiciero, alguien que hace cumplir la ley o las ordenes de una fuerza de seguridad.
7
Es un color opaco, sin brillo
8
Nativa del Planeta Vardon.
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—Ese no era el informe que tenía en mente — dijo Galar secamente.
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varios cuchillos, esposas, un robot mensajero del tamaño de un puño y otros
equipamientos variados. Los Ejecutores Temporales tenían que estar listos para
cualquier cosa.
El lobo cyborg9 retrajo los labios mostrando los dientes, una muestra de
intimidación en una criatura del tamaño aproximado de un pony. —Tú, mocosa,
tienes un culo inteligente.
—Mejor que ser un idiota —replicó ella. A pesar de las palabras ácidas,
genuino afecto calentó la mirada que ambos compartieron.
una víctima de asesinato potencial a la cual salvar. Frieka, patrulla el perímetro y dale a la
zona una exploración a profundidad. Quiero saber si el ladrón del Salto ha estado aquí—.
Miró el grupo de árboles. Justo más allá, en un cuadrado bien recortado del jardín,
yacía una larga y estrecha casa de ladrillos, aparentemente en busca de paz en el
claro de luna—. Riane, toma la parte trasera de la casa de la víctima, yo iré por adelante.
Camuflaje completo. Los nativos no necesitan saber que estamos aquí.
La sonrisa desapareció de la cara de Riane, y se enderezó, casi dándole a
Galar un saludo antes de que su fría mirada se lo impidiera.
—No estás en el ejército ahora, —le recordó—. Los Ejecutores no saludamos—.
Riane estaba en las Fuerzas Temporales desde hacia menos de un año, después de
tres años con la Flota Espacial Vardonese. Los viejos hábitos no mueren
fácilmente.
Ella asintió bruscamente, giró con paso militar, y se alejó. La mirada de
Galar se quedó involuntariamente en su trasero balanceándose. Para su alivio,
Riane escogió ese momento para activar su traje camuflado y desapareció de la
vista.
9
Cyborg (del acrónimo en inglés cyborg: cyber (cibernético) + organism (organismo), (organismo
cibernético) se utiliza para designar una criatura compuesta de elementos orgánicos y
dispositivos cibernéticos, generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte
orgánica mediante el uso de tecnología.
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—No me gusta interrumpir sus habituales bromas, —gruñó Galar—. Pero tenemos
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Él frunció el ceño. La mirada instintiva a su trasero le decía que era hora de
encontrar a una mujer una vez que esa misión hubiera terminado. Sin embargo, no
sería Riane. No se involucraba con quienes trabajaba. Ni emocional, ni
sexualmente, ni de ninguna manera en absoluto. Nunca. Esa lección había quedado
grabada de forma indeleble en su cerebro desde hacia una década.
Galar dio la vuelta, con su mirada chocando con la decepcionada azul hielo
del lobo. —Ella puede ser un poco inmadura, pero es una buena chica, Maestro Ejecutor, —
le dijo secamente Frieka—. No tenías porqué tratarla así.
—Sí, es una buena chica. Es tan buena que si alguien muere porque ustedes dos están
evitar que eso suceda, lo haré. —Levantó una ceja—. Por cierto ¿No te acabo de dar una
orden?
El lobo movió una oreja y se marchó, con los pelos erizados de ira canina.
Galar lo vio alejarse. Bien, mi reputación como hijo de puta está asegurada.
Activó su propio traje de camuflaje y se dirigió a la casa. Era hora de hacer un
análisis de su estructura y averiguar qué diablos estaba pasando.
Su computadora le dijo que la construcción era un ejemplo del estilo del
siglo XXI llamado, casa de dos dormitorios. Estaba construida del ladrillo rojo que
era el favorito de los constructores de esa época, aunque su puerta y persianas eran
de madera blanca pintada. Vaporosas cortinas de encaje pendían sobre las
ventanas.
Por la mañana, la policía encontraría la casa salpicada con la sangre de
Jessica Kelly. Sin embargo, no había ninguna señal de violencia ahora. Parecía que
el equipo de Galar había conseguido sacar al asesino de la escena.
Su computadora neuronal confirmó eso, con su susurrante voz en su mente.
Los residentes se encuentran en buen estado de salud.
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ocupados bailando a su alrededor, nunca lo superará. Si tengo que ser duro con ella para
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El Club de las Excomulgadas
Algo se movió dentro de la casa, más allá de una cortina. Cuidadoso, en
alerta, Galar se acercó. A través de la ventana, vio a una mujer de pie ante un
caballete, con un pincel en la mano. Debía de ser Jessica Kelly, la víctima que había
venido a salvar.
Afirmativo, su equipo susurró en su mente.
¿Alguien más en la casa? Invisible, se acercó a la ventana para ver como
trabajaba ella.
¿Es ella una humana de esta época?
Afirmativo. Los sensores indican que no hay restos de sustancias químicas exóticas
presentes en su cuerpo. Las moléculas de los alimentos y de los materiales del futuro
no podían ser disfrazados.
Una nativa, entonces. Galar gruñó. Charlotte desaparecería, al mismo
tiempo que Jessica, aunque nada de su sangre sería encontrada. La policía nunca
estaría segura de si ella había sido la asesina u otra víctima. Los historiadores
discutirían el tema sin fin en los próximos siglos.
Haría todo lo posible para salvar a Charlotte si era otra víctima. Si ella era la
asesina de Jessica, bien, no podía hacer nada en absoluto, ni siquiera salvar a la
propia artista. A su equipo le estaba prohibido interferir en los delitos entre los
nativos temporales.
Mientras meditaba, Galar observó el trabajo de Jessica. Era alta para una
mujer del siglo XXI, con sus largas piernas enfundadas en unos vaqueros
manchados de pintura y con una camiseta. El pelo oscuro caía alrededor de sus
estrechos hombros, recto, grueso y brillante. Sus ojos eran de un azul ahumado,
intensos bajo unas angulares cejas oscuras, sus rasgos eran delicadamente
redondeados, sus labios carnosos, anchos y de color rojo, como pétalos de rosas.
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Charlotte Holt, su compañera de cuarto. Actualmente leyendo en su habitación.
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La sensualidad de su rostro estaba acompañada por un cuerpo exuberante, con
caderas curvilíneas y pechos que parecían deliciosos.
Ella dio un paso atrás desde el caballete de madera maciza, con el pincel
sostenido, preparado y listo en su mano derecha mientras miraba la pintura, con
una feroz expresión de concentración. Dientes pequeños y blancos mordían su
labio inferior, mientras comenzaba a caminar por el lugar. Su cuerpo parecía vibrar
con energía y pasión mientras se movía con pasos de gato desde un extremo de la
habitación al otro. Realmente le gustaban esas piernas.
Volviendo al caballete, ella comenzó a pintar de nuevo, utilizando el pincel
con movimientos delicados y cuidadosos. Sus ojos se estrecharon, y un rubor suave
subió a la curva de sus mejillas. Sus labios gruesos se separaron. La punta rosada de
su lengua se deslizó, moviéndose sobre la curva de su labio superior. La
sensualidad parecía irradiar de ella como de una estrella mientras trabajaba,
producto de una intensa energía interior.
Largos minutos pasaron antes de que se detuviera y cerrara los ojos, con
cansancio en su rostro. Arqueando la espalda, estiró los delgados brazos sobre la
cabeza, como si aliviara sus tensos músculos. El gesto empujó hacia delante sus
grandes pechos.
Galar quiso tomarlos, pasar su pulgar por los firmes pezones. Degustarlos.
Se endureció en un apuro largo y dulce, e hizo una mueca por esa hambre
inconveniente. Mantén tu mente en el trabajo, Arvid, no en su trasero.
Jessica volvió a su trabajo, con el rostro iluminado por esa intensidad
sensual. Galar comenzó a sentir como si estuviese interrumpiendo algo mucho más
íntimo que a una mujer trabajando en una pintura. Casi como si ella estuviera
desnuda, con una de esas lindas manos ocupadas entre sus muslos.
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Sí, definitivamente es el momento de encontrar a una mujer.
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En realidad, si la hubiera atrapado masturbándose, sospechaba que le habría
afectado con menos poder. Le encantaría ser el objeto de toda esa intensa pasión,
de esa feroz energía. La idea hizo que su pene se endureciera aún más.
¿Qué había sobre esa chica? Por lo general era mejor para controlar su
hambre que ahora. No era que alguna vez fuera precisamente fácil. Ser un Señor de
la Guerra significaba mucho más que fuerza genéticamente diseñada, más que
sensores e implantes de computadora. Los machos de su especie eran intensamente
sexuales, con un feroz instinto de proteger y defender a las mujeres en general. Y a
sus amantes en particular.
El estruendo de un coche que se acercaba lo sacó de su incómoda
preocupación. Él se dio la vuelta, tenso y listo, mientras un maltrecho Ford doblaba
la esquina y sonaba en la grava, a la vez que se dirigía a la casa por el camino corto.
Identificación, exigió él.
La hermana de Jessica, Ruby Kelly, respondió su computadora.
Otra sospechosa, y ésta, también, era sin duda de esa época. Galar fulminó
con la mirada a la rubia delgada mientras empujaba la puerta del coche y corría
hacia los escalones de ladrillo de la casa.
Dulce Diosa, realmente no quería tener que esperar y ver a Jessica Kelly
morir.
*****
Dentro de la casa, Jessica acarició el rojo cadmio a través del lienzo,
pintando rayos de energía en llamas retorciéndose alrededor de la figura femenina.
Recuerdos oscuros hervían a través de ella, saliendo de su pincel como un veneno
que se exprimía de la mordida de una serpiente. Ella sabía por experiencia que
cuando terminara, se sentiría ligera, sin espinas. En paz.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
A menos que me trataran de matar primero. . .
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El Club de las Excomulgadas
Paz que conocía en raras ocasiones, y necesitaba tanto.
—¡Hey!— unos nudillos sacudieron la puerta de malla—. ¿Estás ahí, Jess?
Jessica murmuró una suave maldición. Había estado lo suficientemente frío
esa noche de julio como para seducirla de que dejara la puerta del frente abierta.
Ahora pagaría por ello. —Estoy trabajando, Ruby.
—Sí, lo supe por el olor a pintura. —Su hermana abrió la puerta con el
hombro y se acercó al interior, con la culata de un cigarrillo colgando de su boca.
Como Jessica, ella era alta, pero el uso de las drogas había dejado su largo cuerpo
Confederación se extendía con orgullo sobre sus escasos pechos, y un par de
pantalones de mezclilla manchados se movían holgadamente alrededor de sus
piernas demasiado delgadas. Su cabello rubio colgaba lacio alrededor de una cara
marcada de moretones desvaneciéndose. Había pasado bastante tiempo, pero una
vida dura le había grabado líneas amargas alrededor de la boca y los ojos. Parecía
una década más vieja que Jessica con sus veinticinco años, a pesar de que en
realidad era un año menor.
Ruby dirigió una mirada aburrida al cuadro sobre el caballete. —Jesús, eso
es feo. ¿No piensas vender ese pedazo de mierda, verdad?
Jessica pudo sentir sus hombros tensarse, pero no quitó la mirada de su
trabajo. Tenía que terminar si quería llegar a su fecha límite. —Tengo una cita con
el propietario de una galería de Atlanta el sábado por la mañana.
Ruby soltó un bufido. —Siempre tienes una cita con un pequeño propietario
de alguna galería. Sólo que nunca compran tus pequeños cuadros, ¿no?
Una familiar e impotente ira chisporroteó a través de ella. No tenía sentido.
Su hermana era lo que era. —¿Qué quieres, Ruby?
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demacrado y su piel pálida. Una recortada camiseta con una bandera de la
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El Club de las Excomulgadas
Sus ojos azules inyectados de sangre parpadearon, y la lengua de la mujer
más joven se sacudió sobre los labios que se veían agrietados bajo una capa de lápiz
labial rojo brillante. —Necesito dinero.
Jessica echó el pincel en el frasco de vidrio con trementina. —Déjame ver si
lo entiendo. ¿Vienes a mi casa, insultas mi trabajo, y luego me pides dinero para
poder ir a comprar crack?
—No es una compra. Se los debo a Billy Dean. —Temor verdadero brilló en
los ojos de Ruby. Ella miró a su alrededor vagamente buscando un cenicero, hasta
encontrar uno en una mesita junto a un sillón, apagó la colilla manchada de lápiz
mierda sobre mí otra vez. Sabes que me dejó en el hospital la última vez.
—También sé que no te presentaste en la corte a testificar para que el juez
pudiera lanzar su trasero a la cárcel. —Con cansancio, Jessica se pasó los dedos por
el pelo, sabiendo perfectamente bien que estaba dejando rastros de pintura a través
de él—. Te matará uno de estos días.
—Tal vez esta noche. —Su hermana hurgó en su bolsillo por un paquete
maltrecho de Virginia Slims y una caja de fósforos. La caja resbaló de sus
temblorosos dedos cuando encendió el cigarrillo, pero por lo general, no se
molestaba en recogerlo—. Mira, sólo dame $ 200. Te juro, que permaneceré lejos
de él de aquí en adelante...
—¿Doscientos? ¿Qué demonios le compraste a Billy Dean que te costó
doscientos dólares? ¡Todavía tengo que pagar la mitad de la renta! ¡Si te los doy,
voy a quedar muy justa!
Ruby soltó una columna de humo. —Y si no me los das, estaré seriamente
muerta.
—Maldita sea, no puedes deberle a Billy Dean. Te mataría por una deuda de
doscientos dólares tan pronto como salivara. —Aunque sólo fuera para enviarles
una advertencia a sus otros clientes adictos al crack.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
labial y su delgada mano tembló—. Es un hijo de puta. Si no le pago, descargará su
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El Club de las Excomulgadas
—Sí, lo sé, fue una tontería, pero lo necesitaba muchísimo.
—Siempre lo necesitas muchísimo. ¿Por qué diablos te dio toda esa
sustancia para empezar?
Sus ojos con moretones parpadearon. —Él no me lo dio exactamente a mí.
Yo estaba en su casa anoche. Ya sabes. De fiesta. Él realmente se emborrachó. . .
—Y tú te fumaste todo su crack cuando se desmayó. —Jessica juró una
maldición—. Tienes suerte de que no te matara cuando volvió en sí.
—Mierda. —Su estómago se deslizó a una ansiosa caída. Ruby estaba bien.
Si su hermana no conseguía el dinero para cuando Billy Dean la localizara,
realmente la mataría.
Jessica atravesó la sala de estar hacia su bolso y hurgó buscando su billetera
con los dedos manchados de pintura. Sacó el rollo de billetes de sus propinas que
cuidadosamente había atesorado durante la semana pasada en su trabajo en el
restaurante. Tendría que encontrar alguna otra manera de compensar lo que le
faltaba para su mitad de la renta.
Tal vez ese comerciante de la galería comprara su pintura. . .
*****
Galar estaba envuelto en la oscuridad y en tensión mientras miraba la casa.
Se relajó ligeramente mientras Ruby abría la puerta, bajaba ruidosamente los
escalones de ladrillo, y saltaba de nuevo en su estropeado coche. Los neumáticos
lanzaron una honda de grava mientras se alejaba.
Más adelante ella les diría a los policías que
traficante de drogas.
¿Hora?
había ido a visitar a su
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ruby le dio una sonrisa forzada. —Yo no estaba allí cuando volvió en sí.
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El Club de las Excomulgadas
21:00 horas.
Nueve pm. Gruñó. De acuerdo con el informe de la policía que había visto,
el ataque vendría en algún momento alrededor de las 23, las once en punto. Esa
estimación podría variar por un par de horas, en cualquier dirección, y era la razón
por la que Galar y su equipo habían llegado tan temprano a revisar la escena. Si
tenían la intención de salvar la vida de Jessica Kelly, tenían que estar listos para
cualquier cosa, en cualquier momento.
La sangre que la policía encontraría salpicada en la mañana por toda la sala
de estar, se identificaría como la de Jessica, y el médico forense informaría que la
oficiales de policía a los historiadores de arte creerían que ella había terminado en
una tumba anónima.
El equipo de Galar era la única esperanza que tenía de sobrevivir,
suponiendo que el futuro asesino, fuera en verdad un viajero del tiempo. Si los
sensores indicaban que el asesino era un nativo de 2008, no había nada que
pudieran hacer. Les estaba prohibido interferir.
En realidad, si la policía ya hubiera encontrado el cuerpo de Jessica, a Galar
y a sus socios se les habría prohibido incluso hacer el intento de salvarla. Y si lo
hubieran intentado, habrían fallado. No podías cambiar la historia.
Sin embargo, él pensaba que había una posibilidad. Cuando había revisado
el informe de la policía de los registros históricos durante la exploración de
Avanzada, su instinto le había dicho que se trataba de un crimen temporal. Un
cobrador del siglo XXIII pagaría una gran cantidad de dinero por los originales de
las pinturas de Jessica Kelly. Lo cual era un infierno de motivo para un ladrón de
arte que saltaba en el tiempo con gusto por el asesinato. La Diosa sabía que había
un montón de ellos allí afuera, despiadados hombres y mujeres, capacitados en el
uso de armas primitivas que era todo lo que podían llevar en un Salto. Las
chaquetas de taquiones10 del siglo 23 tenían la fea costumbre de estallar si tratabas
10
Partícula hipotética que viaja más rápido que la luz.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mujer no había podido sobrevivir. Nunca la volverían a ver. Todos, desde los
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El Club de las Excomulgadas
de dar un Salto temporal con una. Eso hacía que solamente pudieran llevar navajas,
armas de proyectiles, o usar los puños.
Era el deber de Galar capturar a esos criminales. Fueran o no sus crímenes
parte de la historia, no podías simplemente dejar Saltar viajeros en el tiempo en
cualquier momento aprovechándose de los indefensos nativos. Si había alguna
posibilidad de que una víctima pudiera ser salvada, los Agentes Temporales del
Orden estaban moralmente obligados a hacer el intento.
Si el equipo de Galar lo lograba, a Jessica se le daría una nueva vida en el
Si lo lograban.
*****
Jessica se paró frente a la tela, con el pincel inerte en la mano. Toda la
energía creativa en ebullición de la que había disfrutado antes se había ido con la
visita de su hermana. Ahora no quedaba nada más que frustración impotente,
preocupación y enojo.
—¿Crees que te engañó?
Ella miró a su alrededor para encontrar a su compañera de piso inclinando
un hombro contra el marco de la puerta del dormitorio, mirándola con simpatía en
esos grandes ojos verdes. Charlotte Holt era una mujer menuda, su constitución
atractiva en vez de saludablemente musculosa. Su pelo era un revoltijo de rizos
rojos que la irritaban con su tendencia al frizz por la humedad de Georgia. Llevaba
una falda y un top negro y sedoso, como si estuviera lista para una noche en la
ciudad.
Jessica volvió a su lienzo. —Te pagaré mi porción de la renta, si eso es lo
que te preocupa.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
futuro.
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El Club de las Excomulgadas
—No me insultes. —Charlotte se acercó y le pasó un brazo alrededor de la
cintura en un medio abrazo—. Por supuesto que tenías que darle el dinero. No
podías dejar que mataran a tu hermana. Incluso aunque sea una idiota.
Jessica soltó un bufido y la abrazó también. —Lo que realmente necesito
hacer es dejar caer información sobre Billy Dean. Por desgracia, cada vez que la
policía lo atrapa, él no parece tener nada de droga. Ruby dice que tiene a los
policías corruptos en el bolsillo.
—Tal vez. —Charlotte inclinó la cabeza, considerando la pintura—. Esa
—¿De verdad lo crees?
Charlotte la miró a los ojos, con su mirada constante. —Este es el tipo de
pintura en la que encontrarás respuestas, cuando estés lista para buscarlas.
Jessica parpadeó. —Wow. Y yo que pensaba que era una foto de una mujer
desnuda.
Su amiga lanzó un bufido. —Tonta. Sabes que tienes el ego más pequeño
que cualquier genio que haya conocido.
—Genio, mi trasero. —Incómoda, se alejó de su amiga y empezó a tapar los
tubos de pintura—. De todos modos, si alguna vez hubiera incluso pensado en
desarrollar un ego, los golpes de mi madre me lo sacaron hace años. Ella y Ruby
nunca entendieron mis cosas—. Jessica tomó el frasco de esencia de trementina y
comenzó a limpiar sus pinceles—. La idea de mi mamá sobre el arte era Elvis en
terciopelo negro. Sabes, le di uno de esos cuando tenía diez años. Creo que fue lo
único que he pintado que a ella realmente le gustó.
—El hecho de que tu madre no lo captara, lo entiendo, pero eso no significa
que nadie más lo hará. —Charlotte se movió a la cama para abrir la carpeta que
Jessica había preparado para la próxima entrevista. Sus dedos diestros se volcaron
por los lienzos, deteniéndose de vez en cuando. Hábiles remolinos de pintura
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
chica es realmente una idiota. Esto es bueno. Increíble, de hecho.
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El Club de las Excomulgadas
mostraban a una niña sucia con los ojos hundidos, mirando con recelo desde un
charco de lodo. Después una prostituta, de pie con la cadera ladeada y desafiante
en sudadera y jeans rasgados, con el rostro duro y hambriento. Un borracho sin
hogar, con su rostro curtido por décadas de licor barato. Y mientras tanto, el
desnudo que Jessica había hecho para aclarar su estado de ánimo, se componía de
extremidades largas y limpias, surgiendo con energía—. Algo tan hermoso llamará
la atención.
—No sé acerca de eso. —Jessica agitó su pincel en la trementina, viendo
girar la pintura roja de las cerdas, como sangre. Sacó el cepillo de la jarra y lo
hecho todavía.
—Eso es, porque el arte verdadero no siempre es cómodo o bonito —dijo su
amiga en voz baja—. No es el tipo de cosa que escojas, porque coincide con el sofá.
Jessica suspiró y atornilló la tapa del frasco de esencia de trementina. —El
problema es que no es el tipo de cosas que paga el alquiler tampoco.
*****
¿Alguna señal del asesino? Riane le preguntó a Frieka por su frecuencia
privada. Ella había recorrido el bosque, luego vuelto sus sensores hacia la casa por
vigésima vez en las últimas tres horas.
Nop. Las pisadas del Lobo susurraron entre las hojas. Por otra parte, el suave
susurro podría haber sido el viento. Gracias a la ingeniería genética que había
extendido su vida, Frieka tenía casi treinta años de experiencia en combate,
muchos de ellos con su padre. Podía ser silencioso como un fantasma cuando
quería serlo.
—¿Crees que el ejecutor principal esté en lo correcto y el asesino sea un viajero del
tiempo?
—Probablemente. El hombre puede ser un patán, pero tiene una buena reputación.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
limpió con un trapo límpido, y luego lo dejó a un lado en el taburete—. Nadie lo ha
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El Club de las Excomulgadas
Riane resopló. —A excepción de la parte de él siendo un asesino.
—Todos somos asesinos, Riane.
—Sí, pero dicen que ella era su amante.
—Dicen todo tipo de basura. No se puede creer la mitad de eso.
A Riane no le preocupaba ser escuchada porque estaban usando el código
privado que empleaban desde que tenía dos años de edad y Frieka era su niñera
peluda. Incluso su padre no se las había podido arreglar para romperlo, aunque
comandantes, ni en la Militar Vardonese ni en la Unión Galáctica de Ejecutores
Temporales11.
Riane le dio a la casa otro análisis. Todavía nada. — ¿Crees que es cierto que el
traidor era en realidad su amante?
—¿Quieres decir hasta que ella intentó hacer estallar un agujero en mi pecho?
La pregunta de Galar hizo que Riane se congelara y sus mejillas se volvieran
carmesí. — ¡Maestro Ejecutor! No era mi intención…
—... ¿Ser escuchada? Sí, me he dado cuenta. Soy muy bueno en romper códigos. Es
posible que desees tener eso en mente.
*****
La mujer que se hacía llamar Charlotte Holt se sentó en la oscuridad de la
sala de estar, escuchando la respiración de su compañera de cuarto asentarse en el
sueño. Había disfrutado los últimos seis meses, llegando a conocer a Jessica Kelly,
con su apasionante talento no reconocido, con su oscuro pasado familiar, y con sus
inseguridades inculcadas. También, el respiro de la persecución había sido
bienvenido.
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Unión Galáctica de Ejecutores de varios planetas o naciones.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Baran Arvid era condenadamente bueno. Ninguno tenía una sucesión de
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El Club de las Excomulgadas
Sin embargo, el asesino Xeran12 haría su ataque en media hora. Tenía que
desaparecer antes de eso, y no había mucho que hacer en el ínterin. Sin perder
tiempo, Charlotte se levantó y se acercó a la ventana para empujar a un lado las
cortinas de encaje. Aunque no había nada visible más allá de la oscuridad y la luz
de la luna sobre los árboles, sus sentidos especiales detectaban a los Agentes
Temporales encargados de hacer cumplir la ley esperando con diversos grados de
paciencia alrededor de la casa. Bien. Las piezas estaban en su lugar, tal como ella lo
había previsto.
Moviéndose con precisión militar, entró en la pequeña cocina, donde había
sido negro azabache para su amiga, pero ella podía ver en el estante el cuchillo de
carnicero con claridad.
Atrajo la hoja que quería, con un suave siseo metálico, se dirigió a la puerta
de la habitación de su compañera y la empujó abriéndola tranquilamente.
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Nativo del Planeta Xer.
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compartido tantas comidas con Jessica. Charlotte sabía que la habitación habría
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Dos
Jessica yacía profundamente dormida, vestía una camisa de algodón bajo
una sábana cubierta de pequeñas rosas. Su oscuro cabello estaba extendido sobre su
almohada, brillando suavemente a la luz de la luna.
Charlotte se paró en la puerta y cerró los ojos, sintiendo las fuerzas
alienígenas reuniéndose dentro de ella con un cosquilleo eléctrico. Sacando una
bocanada de aire, envió la onda de energía a rodar sobre Jessica.
Silenciosa como un asesino, Charlotte se paró sobre la chica, levantó su
mano izquierda y rápidamente pasó la afilada hoja sobre la almohadilla de su
propio dedo índice. Ni siquiera se estremeció de dolor. Ladeando su mano, vio caer
gruesas gotas de sangre sobre la frente de su compañera de cuarto.
Mientras observaba, las gotas se encharcaron un momento y luego
lentamente desaparecieron, hundiéndose en la piel de Jessica. Sus oscuras cejas
bajaron como si estuviera incómoda y gimiera en sueños.
—Lo siento —le dijo Charlotte suavemente—. Es sólo que no tengo otra
opción.
Dándose la vuelta, se alejó del cuarto dando zancadas, moviéndose
rápidamente ahora, dejando a su antigua compañera de cuarto sola, dormida.
Y cambiando.
En la sala, Charlotte se paró para recoger la bolsa de piel que mantenía
empacada en caso de que tuviera que hace un Salto de emergencia. Se detuvo y
miro por la ventana. A pesar que no podía verlo, podía sentir al líder de los
Ejecutores esperando justo afuera, paciente como un centinela, invisible en la
oscuridad.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Listo. Ahora dormirá mientras lo hago.
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El Club de las Excomulgadas
Arrugo el ceño. Él y sus compañeros estaban cerca. Si intentaba hacer el
Salto ahora, se daría cuenta que era más que una nativa. Por otra parte, si intentaba
irse para encontrar otro lugar para hacer el Salto, alguno de ellos la seguiría. No
podía arriesgarse.
Y se estaba quedando sin tiempo. El asesino estaría pronto allí.
Cerrando los ojos, Charlotte se extendió buscando las tres mentes alrededor
de la casa; el del hombre, la de la mujer y la del lobo. Dejó que su poder se
reuniera, lo envió a rodar hacia ellos… Y los tres cayeron, aturdidos e
Charlotte se tambaleó contra la ventana por un momento, luego se sacudió
la momentánea debilidad y se fue por la puerta. Sus pisadas sonaron por las
escaleras, pasando el cuerpo inconsciente del agente masculino y cruzando el patio
delantero. Haría el Salto tan pronto como estuviera lo suficientemente lejos para no
dejar rastros sospechosos de energía que fuera detectada por los agentes.
Todavía no había alcanzado el camino cuando sintió el enturbiado campo
del Salto derramándose desde la casa. Charlotte se giró bruscamente con horror.
Un centello azul de luz iluminó la ventana de Jessica. La boca de Charlotte
hizo una silenciosa maldición. El asesino Xeran había llegado.
Dio una mirada desesperada a los agentes del TE, pero sabía que no se
atrevería a despertarlos todavía. Tenía que poner cierta distancia entre ella y la
casa antes de que pudiera liberarlos de su estado.
—Por Dios, Jess, lo siento.
Girándose bruscamente, Charlotte echo a correr rápidamente.
Jessica sobrevivirá, se dijo a sí misma desesperadamente. Jessica lo logrará. Sólo
un poco más lejos; entonces dejaré que la salven.
Un poco más lejos…
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
inconscientes, al piso.
21
El Club de las Excomulgadas
*****
—Levántate —una enorme mano agarró firmemente el cabello de Jess
sacándola fuera de la cama, una agonía blanca y caliente llameó por su cuero
cabelludo. Aturdida por ser despertada violentamente, ella gruñó y cogió el puño
enredado en su larga melena. A través de sus lágrimas de sorpresa y confusión, vio
al hombre cerniéndose sobre ella, con su silueta de inmensos hombros bloqueando
la poca luz que entraba por la ventana. Dientes brillando con un gruñido—.
¿Dónde está ella? ¿Dónde está la hereje?
La arrojó contra la pared tan fuerte, que ella sintió la tabla resquebrajarse.
—¿Qué…? —Jess gritó—. ¿Quién diablos e…?
—Cállate —el aliento caliente fluyó contra su piel cuando una cara se puso a
pulgadas de la suya. Algo frio pinchó su garganta cuando el enorme cuerpo le
acecho. Lo que sea que vestía se sentía raramente liso y escamoso, más como la piel
de una serpiente que como tela—. ¿Dónde está?
—¿Quién? —dijo ella dándole un puñetazo con toda la ferocidad aprendida
en su niñez en el parque de tráilers.
La luz llameó detrás de sus párpados otra vez. Probó la sangre y oyó un
resonar metálico. La había golpeado con el puño.
—Tu compañera de piso. ¿A dónde fue?
Como si le fuera a decir una maldita cosa. —¡Suéltame!
El pinchazo de frio y dolor se intensificó en su garganta. —¿Quieres morir?
—Él enseñó los dientes frente a su cara—. ¿Quieres que te rebane la garganta?
Porque a menos que me digas todo lo que sabes acerca de Charlotte Holt,
terminaras muerta.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Estrellas explotaron bajo sus parpados al tiempo que su cabeza golpeaba la pared.
22
El Club de las Excomulgadas
Un cuchillo. Él tenía un cuchillo. El frio pinchazo que sintió contra su cuello
era un cuchillo. Jess agarró su muñeca con ambas manos, tratando de forzar su
mano hacia atrás. Para el caso parecía que estaba empujando una grúa. — ¡No sé
nada! ¡Se fue! ¡No está aquí!— No tenía ni idea si acaso Charlotte aun estaba en
casa o no; para lo que le concernía, su compañera de piso estaría escondiéndose en
su closet. Pero si ese bastardo no sabía dónde estaba, Jessica no la delataría.
*****
Galar repentinamente despertó con su computadora aullándole una
advertencia en su cráneo. Victima bajo ataque. Se levantó de un salto del suelo lleno
La Warfem13 tenía la cara blanca y el lobo estaba gruñendo. —Qué en los
Siete Infiernos…
—¡Él la tiene! —Galar se abalanzó contra la puerta de enfrente—.
¡Andando, vamos, andando!
—¿Qué paso?, ¿cómo diablos nos noqueó sin que lo viéramos? —Riane
demandó al tiempo que corrían.
Galar no se molestó con una respuesta al pasar todos los peldaños en un solo
brinco. ¡Dame el riaat14! Le ordenó bruscamente a su computadora implantada.
El fuego fluyó por sus venas en una ola de euforia cuando la computadora
bombeó bioquímicos desde su reserva a su cuerpo, incrementando su ya
considerable fuerza por diez incluso haciéndolo casi impermeable al dolor.
Un empujón de su pie destruyó tanto la puerta de madera como la
contrapuerta de metal y vidrio más allá. Él ignoró los fragmentos rotos, aunque le
rasgaron su traje al tiempo que se abría paso por ellos.
13
14
Guerrera vardonese.
El riaat es un conjunto de sustancias bioquímicas que les ayudan a alcanzar un estado casi sin
dolor, con más fuerza y claridad para la batalla.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
de hojas al tiempo que Frieka y Riane rodaban sobre sus pies.
23
El Club de las Excomulgadas
¿Dónde? Preguntó bruscamente a su computadora.
Dormitorio de atrás. Por el pasillo, al fondo a la derecha.
Con sus labios contrayéndose sobre sus dientes, cargó a través de la sala y
por el corto corredor hacia el fondo.
Dulce Diosa, déjanos llegar a tiempo…
*****
Jessica luchó en vano al tiempo que el matón empujaba su cara más cerca.
podía identificar. ¿Y qué eran esas formas brillantes y protuberantes en su cabeza
rasurada? ¿Cuernos?
Él la olisqueó como si fuera un oso. —Sangre. Puedo oler su sangre en ti. —
¿Había miedo en sus ojos? —¡Te hizo como una de ellos!
El hombre alejó el cuchillo de su garganta, bajando su dirección. Tenía
intenciones de hundirlo en su abdomen. Jess gritó, rehuyendo inútilmente de su
agarre…
La madera se rompió con un estruendoso golpe en el cuarto de al lado. Unas
voces rugieron algo incomprensible. ¡La policía! El alivio la bañó como una marea
de tibio sol. Tal vez lograría salir de esa después que…
Su captor gruñó palabras que no comprendió y la empujó lejos
violentamente. Ella se tambaleó de lado, pegó contra la cama y cayó encima de ella
al tiempo que él la tomaba de la cintura.
Figuras sombrías surgieron dentro del cuarto para golpear a su atacante,
conduciéndolo hacia atrás contra la pared. Las voces aullaron en un lenguaje que
ella no comprendió.
Muy bien, parecía que este nuevo montón de sujetos no eran policías.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ella se echó hacia atrás. Su aliento olía raro. Un extraño hedor metálico que no
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El Club de las Excomulgadas
Tenía que escapar. Tenía salir de allí. Jessica trató de rodar lejos de la cama,
pero sus rodillas cedieron bajo ella. Se estrelló contra el piso a tiempo que el dolor
detonaba en sus entrañas.
Miró hacia abajo.
Oh, joder. Joder, joder, joder.
El cuchillo de él estaba enterrado en su abdomen.
¡Sácalo! Las palabras resonaron en su cabeza. Envolvió su mano alrededor
deslizó, soltándose de su carne de manera lenta e indiferente. La sangre fluyó
caliente hacia abajo por su abdomen, se derrumbó hacia atrás contra el lado de la
cama y se deslizó hacia abajo hasta que su trasero llegó al piso.
Su atacante estaba intercambiando fuertes golpes como de martillo con los
otros dos. Y… ¿un perro? Ella podía oír gruñidos, podía ver figuras sombrías
retorciéndose sobre el suelo, un enredo de piernas que pateaban y brazos que se
balanceaban.
Una ambulancia. Ayuda. Ella tenía que conseguir ayuda. El teléfono estaba
en la cocina. Llama al 91115.
Arrastrarse parecía la forma más segura. Se puso sobre sus manos y rodillas
y se dirigió hacia la puerta. El pie de alguien golpeó su pantorrilla y ella se mordió
el labio para no dejar salir un gemido.
No llames la atención. Aléjate.
Débil. Estaba tan débil…. Muriendo.
Diablos, no. ¡No voy a morir! La determinación se alzó en ella, con la misma
feroz negación a darse por vencida que la había llevado a pintar, cuando todos le
15
911: número telefónico de emergencias.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
de la empuñadura cuando una ola de fría náuseas rodó sobre ella. El cuchillo se
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El Club de las Excomulgadas
decían que era una basura blanca16, que nunca podría ser artista.
¡No voy a morir!
*****
Bueno esto era un maldito lio de proporciones galácticas.
Se suponía que el Saltador era un ladrón de arte, alguien que debía ser una
presa fácil para los tres, era en realidad un pesado cyborg Xeran. Fácilmente media
dos metros, con implantes cibernéticos que le daban mayor fuerza que incluso
Galar esquivó un puñetazo que le hubiera arrancado la cabeza y dirigió uno
propio al abdomen del robot. El impacto le sacudió los dientes. El traje T
17
del
bastardo estaba fuertemente armado, nada podía penetrarlo, ni siquiera las armas
de proyectil como las pistolas de fragmentos que los agentes llevaban. Peor aún, los
fragmentos probablemente rebotarían en él, poniendo en riesgo a Jessica. Su única
opción era pegarle al robot tan fuerte como pudiera desde tantas direcciones que la
protección de su traje se deshiciera bajo la acometida. Entonces Galar podría usar
una navaja y terminarlo.
Una patada borrosa apareció de ningún lado, acertándole en la mandíbula y
girándolo contra la pared. Gracias al riaat, no lo sintió; su estado berserker18
inducido por la computadora le daba una fuerza fantástica y lo hacía casi inmune al
dolor.
Al menos hasta después de la pelea.
16
Basura blanca: término que se da a las personas de bajos recursos y poca educación, similar a la
generalización que se les da a las minorías (latinos, negros, etc.) en Estados Unidos sobre su
forma de vida, alguien que no tiene un futuro prominente o categoría, son la basura de la
sociedad, pero de raza blanca.
17
TRAJE T: traje para salto temporal. Armadura de batalla reforzada.
18
Es un estado de frenesí en la lucha en el cual no se tiene conciencia o remordimiento, solo se tiene
en mente destruir todo a su paso. El riaat lo lleva a ese estado. Así se les decía a los guerreros
Highlanders que se volvían locos en las batallas, de hecho se creía que eran como seres
paranormales.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Galar con su riaat.
26
El Club de las Excomulgadas
Galar se giró de regreso a la batalla, hambriento por regresarle al bastardo
un golpe propio.
Riane había conectado con el Xeran, intercambiando con él puñetazos sin
tambalearse a pesar del hecho que le llevaba cien kilos de más. Frieka se lanzaba
alrededor del par, tratando de hincarle los colmillos a través del traje T del robot
para darle una buena mordida. Derrotado por la armadura, el lobo maldecía
constantemente con frustración.
Galar se metió y atacó. El golpe aterrizó respaldado con cada erg19 de su
Por un instante, el Xeran se acuclilló contra la pared y jadeó, observándolos
con un destello de desesperación en los ojos. —¡No saben en lo que se han
metiendo! —se quito la sangre de su labio, lamiéndola—. ¡Esa pequeña nativa es
peligrosa!
Galar le enseñó los dientes. —Claro, con sus sesenta kilos es un gran peligro.
¿Por qué no te rindes y nos lo explicas?
El cyborg hizo una maniobra anatómicamente imposible y se lanzó,
balanceando su cuchillo en un borroso arco. Galar se agachó y le dirigió un
puñetazo arriba, acertando en la muñeca del robot. El cuchillo se fue volado.
Viendo su oportunidad, Galar lo embistió, tratando de tirar al enorme
Xeran, Riane chocó contra los muslos del hombre, añadiendo su peso y con un
aullido de victoria, Frieka aseguró sus mandíbulas alrededor de uno de los tobillos
del borg de lucha.
El Xeran cayó contra su abdomen, con Galar dirigiéndolo hacia abajo.
Sacando un par de esposas de fuerza de su cinturón de armas, él se estiró para
agarrar el brazo izquierdo del robot y comenzó a forzarlo hacia atrás.
19
20
El erg son las unidades o sustancias que componen el riaat.
Borg: diminutivo de Cyborg.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
fuerza riaat, mandando al borg20 de lucha tambaleando hacia atrás.
27
El Club de las Excomulgadas
El cyborg pateó vigorosamente, mando volar al lobo contra la pared con un
gañido de dolor.
—¡Frieka! —Riane, ahora montada sobre el trasero del Xeran, se giró
bruscamente para mirar a su compañero herido.
Allí fue cuando el robot se retorció y hundió un cuchillo sangrante en el
muslo de ella, rebanando su traje T como si fuera de papel. Eso ni siquiera debió ser
posible.
¡Advertencia! La computadora de Galar dijo estridentemente. El arma penetró
la arteria femoral…
Dulce diosa, ¡Se desangrará en minutos!
Algo golpeó su cabeza, noqueándolo a un lado. El Xeran le pateó en la
panza para estar seguro y se escabulló.
Maldiciendo y mareado, Galar hizo lo único que podía, alcanzó a Riane y
sacó el cuchillo de su pierna, después atenazó su agarre sobre la herida. Necesitaba
mantener la presión hasta que los medibots21 de su sistema pudieran sellar la herida.
Computadora, ¿los medibots de Riane?
Respondiendo. Tres punto cuatro minutos para el cierre de la herida.
Jessica tal vez no tuviera tres minutos. Le echó una mirada desesperada a la
desmadejada y peluda figura contra la pared. ¿El estatus de Frieka?
Aturdido, replicó su computadora.
21
Los medibots son nanobots de asistencia médica, actúan dentro del cuerpo de la persona como un
agente regenerativo del tejido.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Riane gritó de dolor, agarrando desesperadamente el mango.
28
El Club de las Excomulgadas
—Maldito perro —nada haría que el lobo se levantara más rápido que el
odioso insulto de ser llamado perro—. ¡Levanta tu peludo trasero! ¡Necesito que
llegues a Jessica antes de que ese bastardo la mate!
Pero Frieka ni siquiera hizo un gesto.
Maldiciendo, Galar mantuvo su agarre en la herida con una mano mientras
alcanzaba su cinturón con la otra. Encontró uno de los saquitos, lo abrió, y sacó un
globo plateado del tamaño de un puño. Después de mandarle un rápido mensaje,
abrió los dedos. La pelota flotó de su palma hacia el techo. Un campo temporal se
construyó a su alrededor con un cosquilleo eléctrico, el mensajero brilló azul y
mensajes computarizados a través del tiempo por eso tenía que mandar un
mensajero.
Con sangre manando de la herida bajo su palma, Galar contó los segundos
hasta que pudiera salvar él mismo a la artista. —Solo mantente viva, Jessica.
Mantente viva un poco más de tiempo.
*****
Frio. Jessica sentía mucho frio. El pasillo se estrechaba enfrente de ella, un
corredor infinito en la oscuridad.
Se estaba deslizado a un estado de shock.
Apretó los dientes y siguió arrastrándose. Sus brazos temblaban, los
músculos en sus muslos brincaban. Jesús, era como estar desnuda en la nieve.
Olvida eso. Teléfono. ¡Llega hasta el maldito teléfono! 911, 911, 911… El
desesperado cántico mental la llevó hacia adelante.
Estaba en la sala ahora. El caballete estaba hacia su izquierda. Algo estaba
en un parche de luz de luna sobre el piso. Parpadeó para verlo, forzó a sus ojos que
se emborronaban, a enfocarse. La caja de cerillos que Ruby había dejado caer.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
desapareció para buscar ayuda del puesto de avanzada. No se podían enviar
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El Club de las Excomulgadas
Enciende un cerillo para ver el teléfono. Cerró su mano alrededor de la caja y siguió
arrastrándose.
—¿De verdad piensas que puedes escaparte de mí? —las feas palabras, y la
terrible risa, la hicieron mover la cabeza con terror. Una súbita oleada de
adrenalina la catapultó sobre sus pies, y se tambaleó.
Su atacante se reclinó contra la pared del pasillo, su cara estaba contraída en
un gruñido. Al tiempo que se doblaba hacia adelante otra vez, la sangre brillo
húmeda por su traje con escamas. —¡No dejaré que tu mancha errática se disemine
más lejos! —él bajó su cabeza cornuda y cargó como un toro contra ella, con la ira
Loco. Ese tipo estaba rematadamente loco.
Jess brincó hacia atrás y se golpeó contra el caballete. Se derrumbó con un
fuerte estrépito. Por puro instinto, agarró un tarro de su taburete artístico y lo
estrelló en su cabeza. Se rompió en el metal de las proyecciones protuberantes de su
cráneo, llenando el aire con un hediondo olor a aguarrás.
—¡Puta hereje! —él sacó un cuchillo de su cinturón. ¿Jesús, cuántos de esos
tenía?
Todo lo que ella tenía…
… eran cerillos.
Frenéticamente, Jessica buscó a tientas dentro de la caja, cogió un cerillo.
Lo restregó contra el lateral de la caja. Por la Gracia de Dios, se encendió con una
flama la primera vez que trató. —¡No te acerques! —seguramente el tonto bastardo
lo pensaría mejor antes de saltarle encima cuando estaba cubierto con aguarrás…
Él dio un bestial grito de batalla y cargó de cabeza contra ella.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
torciendo sus brutales facciones.
30
El Club de las Excomulgadas
Ella arrojó el cerillo. Le dio y él se encendió con un caliente sonido parecido
a un wush y dando un bramido sorprendido de dolor comenzó a darse palmadas en
las flamas.
Algo grande y oscuro cargó pasando junto a ella. Un hombre, tan
malditamente alto y musculoso como su corpulento atacante, gruñendo en un
extraño lenguaje. Su atacante bailó lejos, evadiendo por poco el ser tacleado al
tiempo que buscaba a ciegas en su cintura. Una luz abrasiva color azul explotó
frente a la vista de Jessica estrepitosamente, cegándola y ensordeciéndola. El olor
del ozono fluyó por el aire.
color purpura, su atacante había desaparecido. —¿Qué diablos? —ella cayó hacia
atrás, contra la pared que tenía a su espalda y se deslizó hacia abajo, mirando
fijamente al punto chamuscado en su alfombra. Sus oídos vibraban con el eco del
sonido—. ¿Se hizo explotar a sí mismo? ¿Por qué estamos aún vivos?
—No, solamente dio un Salto. —Era el hombretón el que hablaba. Estaba
usando su lenguaje ahora, no lo qué demonios fuera que había estado hablando
anteriormente. Caminó hacia ella y presionó el interruptor de la luz que estaba en
algún lugar sobre su cabeza.
Jessica parpadeó, apoyando su espalda contra la pared, giró la cabeza hacia
arriba con una sorprendida mirada exhaustiva. Él se acuclilló junto a ella, con un
ceño de preocupación en su cara. Una cara muy guapa.
Se quito sus guantes, que estaban cubiertos de sangre, y puso sus manos
sobre el estómago de Jess.
Ella sorbió un aliento de dolor. —¿Qué… estás haciendo?
—Poniendo presión sobre tu herida. —Su cara estaba sombría al inclinarse
hacia ella. Su agarre le arrancó un gemido de agonía de los labios—. Lo siento,
pero tengo que evitar que te desangres hasta morir. Hay un doctor que viene para
acá. Solo aguanta.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Cuando Jess parpadeó quitándose las imágenes impresas en su retina de
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El Club de las Excomulgadas
—¿Eres… policía? —hablar dolía. Todo dolía.
—Algo por el estilo. — Su cabello era corto y muy rubio, brillante bajo la luz
encima de ellos.
Se quedó mirando su cabello con embeleso, concentrándose en él y no en las
olas de dolor. Tonos de amarillo como la luz del sol, de ocre, de dorado. Me gustaría
pintar su cabello, pensó. Sus ojos revolotearon, tratando de cerrarse.
—¡Oye! — la voz de él se volvió cortante—. Quédate conmigo, Jessica.
—Lo sé, pero necesito que te mantengas despierta. No te dejes ir. La ayuda
casi está llegando. —Los ojos de él eran de un ambarino pálido, recordándole la
miel besada por el sol, cálida y sensual. Y estaban preocupados.
Podía sentirse yendo a la deriva, y sacudió la cabeza fuerte, luchando por
concentrarse. —Habla conmigo. Mantenme despierta. ¿Cuál es tu nombre?
—Galar. Galar Arvid.
—Galar. — Nombre raro. Nunca había escuchado alguno como ese—. No
eres de por aquí, ¿o sí?
—No realmente, no. —El vestía un oscuro traje azul de algún tipo, de una
sola pieza. Estaba hecho de pequeñas escamas y entubado en plata a lo largo de sus
brazos y a través de la anchura de su pecho. Tenía manchas de sangre,
presumiblemente suya. El traje, de lo que fuera, parecía duro, brillando
opacamente, más como una armadura que como tela. Le abrazaba cada poderosa
pulgada tan apretadamente, que ella podía adivinar la impresionante musculatura
que yacía debajo del ancho, musculoso pecho hasta sus poderosos muslos y
brillantes botas. Un cinturón de armas estaba en su estrecha cintura, con un arma
enfundada, un par de cuchillos y un hatillo de saquitos de diferentes tamaños.
Está bien, quizá fuera algún tipo de policía.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ella se humedeció sus labios secos. —Cansada.
32
El Club de las Excomulgadas
El cuarto giró lentamente hacia la izquierda. —¿Podría… pintarte, Galar?
Los ojos dorados se encontraron con los de ella, urgentes, demandantes. —
Estaría feliz de dejarte hacer lo que quieras. Solo quédate conmigo.
Ella luchó por concentrarse en esos sorprendentes ojos. El dolor se estaba
intensificando, y con él el frio, radiando desde su abdomen como si hubiera sido
apuñalada con un bloque de hielo. Apretó los dientes contra la necesidad de gritar.
—¡D…duele!
—Lo sé, pero estarán aquí en cualquier minuto. —Él sonrió, pero de una
Xeran. Toma coraje hacerlo.
— ¿Xeran? —su voz sonaba arrastrada—. ¿Qué diablos es un Xeran?
—Larga historia, —él levantó la cabeza en alerta—. Aquí vienen, Jessica.
Solo un poco más, y todo estará bien.
Ella olió el ozono, tenuemente sintió cada vello pararse en su cuerpo y
escucho un lejano tronido.
Un rayo pegó allí frente a ella con un ensordecedor sonido y un golpe de
pulsante estática. Ella gritó y trató de levantarse, pero Galar la sostuvo quieta
mientras el cuarto se llenaba de gente. Ellos sólo aparecieron allí como algo salido
de una película de ciencia ficción. Hombres, mujeres, todos en el mismo traje azul
oscuro que él vestía, excepto dos personas vestidas de rojo cereza.
La primera, una mujer, se apresuró hacia Jessica y Galar, llevando un
cilindro transparente del tamaño de un hombre. Una segunda persona vestida de
rojo, un hombre, se dirigió pasillo abajo llevando el otro cilindro. Ambos tubos
flotaban a unos 90 cmts. del piso, en el aire y sin ningún soporte visible.
A unos 90 imposibles centímetros en el aire.
¿Qué diablos?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
manera un poco tensa—. Sabes, fue muy astuta la forma en que te deshiciste del
33
El Club de las Excomulgadas
La mujer se acuclillo frente a ella, cambiando urgentes palabras con el
policía en ese extraño lenguaje.
Extraño, alienígena, pensó Jessica, aturdida al tiempo que las piezas caían en
su lugar con un casi audible clic. Son alienígenas.
La oscuridad la desbordo y se la llevó.
*****
El coronel Cyrek Marcin se materializó a un kilómetro de distancia, las
mientras luchaba por no gritar, la espuma se disparaba desde su traje, cubriendo su
cara, fría y relajada. Medibots en camino hacia las heridas, su computadora dijo en su
mente.
Las quemaduras serían un recuerdo distante en minutos. Había pasado por
peores cosas, pero nunca de una fuente tan humillante. Marcin no podía creer que
hubiera permitido a una primitiva22 herirlo de esa manera. Sentía la necesidad de
regresar y matarla por la mancha a su honor. Destriparla lentamente como un
sacrificio para el Víctor.
Marcin consideró la idea muy tentadora, después renuentemente se decidió
en contra. La primitiva era cuando menos una distracción de su objetivo real: la
hereje. Ella era la verdadera amenaza a la Fe. Tenía que ser detenida.
Tenía que morir.
Si, ella había infectado a la primitiva, lo que quería decir que Jessica Kelly,
también, tendría que ser eliminada. Desafortunadamente, Kelly estaba rodeada por
Ejecutores en el presente, lo que significaba que matarla era una misión de alto
riesgo. Había otros que podrían hacer ese trabajo, asesinos que sus protectores
nunca verían venir.
22
Por primitiva/o se entiende a los habitantes o personas de un tiempo anterior a los viajeros del
tiempo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
puntas de sus nervios chillaban de dolor. Podía oler su piel quemándose. Incluso
34
El Club de las Excomulgadas
Tenía que mantener su atención en su propio objetivo. la hereje. El primer
paso era encontrar a donde se había ido, lo que significaba que tendría que regresar
a la casa que compartía con la chica.
Cuidadosamente, muy cuidadosamente. El Ejecutor Temporal aun estaría
allí, y no necesitaba atraer su atención.
Marcin buscó en los alrededores, verificándolos. Su computadora había
escogido una pradera cercana para el Salto de emergencia. Levantó su escudo de
camuflaje y tomó su camino de regreso hacia la casa que las dos mujeres habían
¿Y de que se trataba todo eso?, ¿por qué la hereje había escogido vivir como
una primitiva ordinaria? De acuerdo con el sacerdote guerrero, podía Saltar en el
tiempo sin necesidad de usar un traje T. Y esa era la menor de sus mortíferas
habilidades.
Aun así, aparentemente había vivido con Kelly por meses. ¿Por qué?
Marcin frunció el seño, ¿había tenido la intención de infectar a la artista
desde el primer momento? Si era así, eso implicaba que todo esto era parte de un
plan más grande.
Lo que fuera, tenían que ponerle un alto rápidamente.
Alcanzó uno de los sacos de cuchillos en su cinturón y sacó una bola
plateada del tamaño de un puño. Sosteniéndola frente a sus ojos, compuso el
mensaje que quería mandar y lo envió a la bola, luego la aventó ligeramente al aire.
Observó como el mensajero robot volaba hacia el cielo, después se
iluminaba de azul y blanco y desaparecía. Llevaría su progreso a la Fortaleza
Catedral23.
23
Importante centro religioso en forma de fortaleza. Centro de actividades de los Xeran.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
compartido.
35
El Club de las Excomulgadas
O mejor dicho, su falta de progreso. Marcin se estremeció, imaginando la
reacción de Tarik ge Lothar. Tenía que encontrar endiabladamente rápido a la
hereje, si no quería enfrentarse a la ira de su líder.
Echándose a trotar, a un ritmo que podía mantener indefinidamente,
consumió la distancia de regreso al hogar de las mujeres, considerando estrategias
de caza al tiempo que iba en camino. Tenía que evadir a los Ejecutores si no quería
otro…
Un olor llego a él, mujer y sutilmente alienígena. Se detuvo, el latido de su
corazón se aceleró con emoción. Era la mujer que se hacía llamar Charlotte Holt.
Tomó un profundo aliento, probando el aire como un lobo al tiempo que su
computadora buscaba en los alrededores alguna pista de la hereje.
Allí.
Un tenue rastro de energía.
Maldijo calladamente, reconociendo los patrones de las fuerzas. Ella había
hecho el Salto.
Los labios de Marcin se contrajeron sobre sus dientes en una sonrisa feroz y
gruñó. Si la pequeña perra pensaba que se podía escapar de él, estaba tristemente
equivocada.
Buscó el rastro de energía y alimentó de información a su computadora. Era
posible tomar los remanentes de energía y calcular el destino del Salto.
Desafortunadamente, sólo te daba un aproximado de posibilidades, una serie de
tiempos y lugares donde tu objetivo podría estar. Para saberlo con certeza, tenía
que empezar una búsqueda. Y tener suerte.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ella había estado allí en la pasada media hora.
36
El Club de las Excomulgadas
Pero considerando los hechos, tenía que tratar. Matar a la hereje era todo lo
que importaba. Eso, y encontrar las Abominaciones antes de que su mancha se
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
diseminara.
37
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Tres
Sombríamente, Galar valoró el desastre. Un rastro de sangre serpenteaba por
el pasillo y por la mitad de la sala. El caballete de Jessica permanecía derrumbado
de lado y se veía una mancha negra chamuscada en la alfombra marcaba donde
había incendiado al battleborg24.
Dulce Diosa, ella tenía agallas. No sólo cuando había peleado contra el
Xeran, aunque había sido sufrientemente emprendedora, sino demostrando mucho
valor cuando él había tapado su herida. Sus sensores le habían dicho cuanto dolía,
Para el momento que los medtechs25 habían llegado, Galar estaba deseoso
de patear el trasero del Xeran. Tan pronto como Chogan tuvo a Jessica segura en el
regenerador, fue tras el battleborg. Usando sus sensores para recolectar
información, su computadora determinó una serie de destinos probables y comenzó
a hacer sus Saltos.
Galar encontró el primer punto de materialización fácilmente, ya que estaba
a poca distancia de la casa de Jessica. El siguiente destino del Xeran había sido un
sucio callejón, mientras el tercero era un valle montañés aislado arriba de las
Rocallosas Canadienses alrededor de 1923. Casi llega a atraparlo esa vez.
Después de que Galar trató en una villa de la China del siglo XIV, no hubo
señales de energía del Salto del Xeran. Su computadora trató otro cálculo
sugiriendo un pequeño pueblo de Alabama en 1953, pero el Xeran no había estado
allí.
Dos infructíferos Saltos más convencieron a Galar que había perdido su
rastro. No estaba realmente sorprendido. Rastrear a alguien en el tiempo era un
golpe de suerte como mucho.
24
Los battleborg son guerreros Xeran genéticamente diseñado con implantes cibernéticos para la
batalla.
25
Técnicos médicos, un tipo de paramédicos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pero ella no se había quejado.
38
El Club de las Excomulgadas
Frustrado, regresó a la casa de Jessica para ayudar a limpiar.
Ahora Galar observaba a la Dra. Chogan ocuparse alrededor del tubo
regenerador que contenía a la artista inconsciente. De acuerdo con sus sensores, su
herida se había cerrado y el volumen de su sangre se había incrementado a un ritmo
imposible si no fuera por la medicina del siglo XXIII.
Justo a tiempo también. Mucho más tiempo y ni el regenerador hubiera
podido reparar el daño cerebral causado por la pérdida de sangre.
Junto al pie calzado con botas de Galar un recolector se detuvo para agarrar
estaban ocupados, plagando la casa, juntando cada pedazo de evidencia que decía
que alguien del futuro había estado allí. No sería bueno dejarle al Departamento del
Sheriff del Condado de Claremont evidencia de viajeros del tiempo diseñados
genéticamente. Cuando los robots acabaron, sólo el rastro de sangre de la artista
quedaba atrás.
— ¡Maldición, déjenme salir de esta cosa! — Riane gruñó desde el cuarto de
al lado. Ella, también, estaba en un regenerador, pero por lo que se oía, su sanación
iba más adelantada que la de Jessica.
—¡Pon un pie fuera de ese tubo sin permiso del doctor y te morderé el
trasero! —Frieka le advirtió. Quien a pesar del golpe que se llevó, no estaba fuera
del juego.
Galar respiró profundamente un aliento purificador, cantando con alivio. Y
rápidamente frunció el ceño por la intensidad de su reacción. ¿Qué le pasaba
últimamente? Primero la chica le llegaba hondo y ahora estos dos.
Cierto, era su deber dirigir con seguridad a sus subordinados a través de sus
misiones. Y Riane tenía verdadero potencial como Ejecutora. Galar había estado
impresionado por su deseo de ponerse frente a frente con el Xeran, a pesar de que
este tenía más poder y mayor tamaño. Y habían estado los frenéticos esfuerzos de
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
una borra de pelos de lobo. Una docena de robots flotantes del tamaño de un puño
39
El Club de las Excomulgadas
Frieka por protegerla. La enrome bestia cyborg amaba a su compañera con una
intensidad que era más paternal que canina.
Cualquiera encontraría eso conmovedor. No quería decir que Galar
estuviera perdiendo su lado protector.
Él se paró más cerca del regenerador de Jessica y miró por la niebla rosada
de sanación que llenaba el tubo. Las facciones delicadas de la chica aun se veían
muy pálidas. La sangre manchaba su oscuro cabello y cubría su delgado cuerpo
desnudo, ya que la doctora le había quitado su camisa de dormir. Galar, que no era
Se veía muy frágil, pero en su caso, aparente era engañoso.
Una sonrisa torció sus labios al recordarse corriendo por el pasillo a tiempo
de verla tirar la jarra de aguarrás sobre el battleborg, seguido de un cerillo
encendido. Había más en la pequeña artista de que lo que el ojo podía ver.
—¿Cómo va, Doc? —preguntó.
La Dra. Sakari Chogan levantó su mirada del regenerador y empujó una
larga cinta de cabello verde iridiscente de su cara. Era una mujer adorable, pero su
aire de fragilidad era cortada por una feroz inteligencia y un ingenio sardónico. —
Nuestro asqueroso amigo Xeran le hizo mucho daño. Su cuchillo dejó un tajo de
tres centímetros en el intestino grueso, el cual sangró. Mucho. Debió haber dolido
como una mierda. — Volteó a echarle una ojeada al rastro de sangre—. Pero la
Señorita Kelly aparentemente no es del tipo de mujer que se deja caer sin luchar.
—¿Entonces ella se recuperará? —Su computadora había predicho el tanto,
pero quería confirmarlo.
—Oh, sí. Te he remendado de peores cosas. — Ella inspeccionó su cara—.
Hablando de eso, podrías hacer uso de una sesión en el tubo. Bonita colección de
moretones. ¿Tienes algo más interesante?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
un extraño a la desnudez, no dejó que su mirada vagara.
40
El Club de las Excomulgadas
Él se encogió de hombros. —Como dices son sólo moretones.
—Aun así, agenda una sesión en el tubo. —La voz que emitió esa orden era
profunda y de mando, retumbando con un poder natural que no permitía ninguna
desobediencia. Galar volteó a tiempo para ver al Jefe de los Ejecutores26, Alerio
Dyami caminar tranquilamente por el cuarto. El comandante del Outpost27 había
estado verificando a Riane y supervisando la limpieza del resto de la casa.
Siendo un Señor de la Guerra de clase Vikingo28, Dyami era más grande y
estaba más poderosamente constituido que Galar. Traía su largo cabello negro en el
estilo tradicional de los Señores de la Guerra, con relucientes condecoraciones de
de líneas verdes y doradas corría por el lado izquierdo de su rostro, el símbolo de la
Casa Dyami, que lo había diseñado genéticamente.
A diferencia de Galar, que no usaba ni tatuajes ni cuentas en el cabello. Ni
siquiera había adoptado el apellido de su Casa; había tomado el nombre de la Casa
de su padre en su lugar. No les debía nada a esos perros Kasi29 después de lo que le
habían hecho a él y a su familia.
—Bueno, le diste al clavo con ésta. —Dyami le dijo a Galar al momento que
se reunía con los dos junto al regenerador—. Dijiste que en el reporte policiaco se
veía como el trabajo de un Saltador y lo fue.
—Sí, pero creí que era un ladrón promedio y no lo era.
Los negros ojos del Jefe de los Ejecutores se estrecharon. —¿Pero por qué un
battleborg Xeran trató de asesinar a una artista del siglo XXI?, no era un ratero de
cuarta tratando de hacer dinero fácil.
Galar regresó una sombría mirada al tubo. —Esa es la pregunta ¿no?
26
Jefe, comandante de una unidad de justicieros.
Puesto de avanzada, cuartel de los Ejecutores en diferentes partes de la Unión galáctica. Una
combinación de recinto de policía, oficina de aduanas, hospital y centro comercial.
28
Especialización en batalla, en este caso de clase vikinga.
29
Kasi: su familia por parte de su madre.
27
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
batalla en una sola trenza que colgaba por un lado de su cara. Un tatuaje intrincado
41
El Club de las Excomulgadas
*****
Enero 3, 1824. Ciudad de Nueva York
Un estruendoso tronido y una llamarada de luz azul hizo que los caballos
del carruaje se sintieran intimidados y corcovearan. El conductor del coche de
alquiler maldijo y jaló las riendas, poniéndolos bajo control otra vez antes de que se
lanzaran a la carrera.
Un destello de movimiento atrajo su atención y miró alrededor. Una mujer
salió por el callejón entre dos edificios, con la respiración agitada, con su cara
extrañamente; una escandalosa falda corta que desnudaba el largo de sus piernas
hasta arriba de la rodilla. Una extraña bolsa de piel colgaba de su brazo.
El ruletero30 parpadeó, sorprendido. Debía ser alguna clase de cortesana…
Ella encontró su mirada y así nada mas, estuvo apropiadamente ataviada
con un capa verde bosque de fino terciopelo, que hacía juego con el gorrito
emplumado enmarcando sus modestos caireles rojos. Se apresuró hacia el coche de
alquiler.
Automáticamente, el ruletero se bajó abrir la puerta para ella. Tan bien
vestida y próspera como esa dama estaba, obviamente tenía los fondos para
contratar un coche. Aunque se preguntaba que le había pasado a la doncella de la
dama quien debería estar escoltándola…
—Al Carlisle Arms, por favor —le dijo con una voz suave y culta al dejarla
pasar dentro del coche.
Él se tocó el ala del sombrero y asintió. —Sí, señorita —y cerró la puerta sin
ningún sonido.
30
Conductor de un carruaje de alquiler.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pálida y el cabello rojo enmarañado y salvaje. Por un momento parecía que vestía
42
El Club de las Excomulgadas
Charlotte se recostó contra los cojines de piel con un suspiro de
desasosegado alivio. Creía haber perdido a Marcin finalmente, aunque le había
costado cinco Saltos hacerlo. Estaba quedándose peligrosamente sin poder,
especialmente ahora que tenía que proyectar la ilusión de ser una dama de 1824.
Afortunadamente, había sabido de antemano que probablemente tendría que
hacer algunos Saltos cuando dejara la casa. Tenía monedas y dinero en papel para
distintos periodos de tiempo empacados en su bolso, junto con gemas que
fácilmente podía convertir en efectivo.
Ahora, si tan sólo Marcin la pudiera dejar en paz el tiempo suficiente para
Aun así, haría lo que tuviera que hacer. Todo lo que importaba era mantener
a Marcin lejos de ellos.
*****
—Dime que no es verdad.
—No es verdad. — Sus sensores detectaron el incremento de actividad cerebral en un
claro patrón al formular una mentira. Ni siquiera se molestó en ocultar la reacción.
Ella le sonrió, como un gato, con sus ojos riéndose. Riéndose de la credulidad de él, de
la forma en que lo engañó tan concienzudamente para obtener acceso a sus investigaciones del
complot Xeran. Ofreciéndole su ayuda, trabajándolo por semanas, después seduciéndolo,
lenta, cuidadosamente, distrayéndolo con su exuberante cuerpo y su adictiva sexualidad.
Nunca se le ocurrió que ella podía ser un doble agente, que se pudiera infiltrar en la
Inteligencia Militar Vardonesa con intención de traicionar y matar.
Él había creído cada mentira que había salido de su boca. Especialmente cuando le
dijo que lo amaba. La ira que sintió fue casi suficiente para ahogar el dolor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
descansar y recargar sus gastados poderes.
43
El Club de las Excomulgadas
—¿Sabes lo que has hecho? —A Vardon31. A la Unión Galáctica32.
A él.
—Oh, sí. — Ella se fue por la pistola tachyon33 enfundada en su cadera. Él fue por la
suya, pero el dolor lo hizo lento.
Un dolor indescriptible explotó en su pecho al abrasar ella su corazón con un rayo de
energía blanca y caliente. La última cosa que vio fue su provocativa sonrisa.
*****
Respirando trabajosamente, se dejó caer sobre sus codos hacia el montón de
almohadas.
El sueño. No lo había tenido en dos años. No estaba muy sorprendido de
tenerlo esta noche.
Desasosegado, rodó fuera de la cama y caminó descalzo y desnudo a la
oscurecida ventana que ocupaba la mayor parte de una pared. Desconectar
polarización. Le ordenó a la computadora del Outpost y la ventana se hizo totalmente
transparente.
La luz del sol naciente se derramó por lo que una vez se llamaron las
Montañas Blue Ridge de Georgia. La niebla ocultaba sus flancos cubiertos de
árboles, pintados ahora de rojos, naranjas y vívidos amarillos del otoño. Un halcón
hacía círculos, planeando sobre las corrientes termales, con sus grandes y oscuras
alas desplegadas.
La belleza de las montañas cumplía con su acostumbrado deber. Galar sintió
el furioso ritmo de su corazón aquietarse. Apoyó un desnudo hombro contra el frio
vidrio y se limpió el sudor de la frente con el reverso de su muñeca.
31
Planeta.
Unión galáctica de varios planetas y naciones.
33
Arma parecida a una pistola que emite un rayo de energía mortífera.
32
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Galar se levantó de un tirón con el eco de su propio grito ronco en sus oídos.
44
El Club de las Excomulgadas
Tlain Morey siempre lo mataba en el sueño. En la realidad, él había sido
más rápido, pero aun así había pasado un mes en regeneración, sanando el brazo
izquierdo que casi le había quemado totalmente.
Jessica Kelly debió llegarle más hondo de lo que pensaba, si estaba soñando
con Tlain otra vez.
Siempre sentía debilidad por las víctimas. Su vulnerabilidad y dolor nunca
fallaban en llegarle bajo la piel, sin importar cuánto se protegiera contra ello.
Enderezó los hombros. Bien, Kelly no sería un problema por mucho tiempo.
su distancia hasta entonces.
Sesión informativa matutina en sesenta y cinco minutos, su computadora
murmuró en su mente.
Galar suspiró y restregó su cara con sus manos. Sólo había dormido un par
de horas, pero tendría que ser suficiente. Se movió para hacer su desarreglada cama
con la precisión machacada desde la Academia Militar Vardonese años antes. Uno
de los robots del Outpost podría haber hecho el trabajo, pero él consideraba el
ordenar un ejercicio de disciplina personal.
Tlain le había enseñado que mantener la disciplina era la única manera de
eludir el dolor.
Hecho eso, le dio una rápida evaluación al cuarto. Una oscura y reluciente
repisa corría en la pared opuesta a la ventana, en concordancia con la pesada
cabecera y los paneles en la pared que contenían sus ropas y armas. Las repisas
contenían recuerdos de sus viajes temporales, algunos libros encuadernados en piel
de becerro, velas de cera de abeja en enormes candelabros dorados, un estoque con
una intrincada empuñadura de cesta. Trids35 con sus padres, uno de él parado con
ellos en la graduación de la Academia Vardonese. Baird, su padre, un Señor de la
34
35
Rehabilitación temporal es como un curso de adaptación a su nuevo tiempo, en el futuro.
Imágenes tridimensionales, pueden ser fotografías, posters o carteles.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La embarcarían hacia Rehabilitación Temporal34 en un día o dos. Solo mantendría
45
El Club de las Excomulgadas
Guerra de Clase Comanche36, alto, oscuro y enorme, con su tatuaje rojo y azul de
la Casa Arvid desplegándose por su rostro. Su madre, Alina, rubia y delgada, con la
estructura de las Señoras de la Guerra de clase Samurai37, con los colores de la Casa
Kasi marcados en su mejilla. Ambos lucían orgullosos.
Casi los había destruido a ambos. El hijo del vicealmirante de la Inteligencia
Militar Vardonese y uno de los oficiales de más alto rango, el más condecorado,
engañado como un tonto por una doble agente. Un escándalo como ese pudo haber
terminado las carreras de sus padres, así como la suya. Había sido algo bueno que
Galar pudiera dar vuelta a la situación antes de que explotara en sus caras.
Vardonese atrajo el interés de los superiores de Galar en inteligencia militar. Galar
había sido asignado a investigar si el hombre realmente había vendido información
sobre los movimientos de la nave a los Xerans.
La Agente Femenina de Alto Rango Tlain Morey prontamente se ofreció
como voluntaria para asistirle. Ya que Galar la conocía desde hacía años, habían
trabajado en la misma división de inteligencia, agradecido había aceptado. Durante
los meses que siguieron, él se embelesó con la sensualidad de la fémina, por su
belleza y por su inteligencia.
Afortunadamente ella no era tan lista como cualquiera de los dos creía.
Tres meses después, Galar tenía a la oficial bajo vigilancia, cuando el espía
se encontró con Tlain una oscura noche en un parque de la ciudad. Actuaron tan
transparentemente sospechosos, que Galar se encontró esperanzado de que sólo
tuvieran una relación. Después de todo, la fémina sabía que Galar estaba
observando al supuesto espía en una variedad de disfraces imagizer38. ¿Por qué sería
tan estúpida?
36
Especialización en batalla, en este caso de clase comanche.
Especialización en batalla, en este caso de clase samurais.
38
Tipo de traje que reproduce un holograma o ilusión óptica para parecer otra cosa.
37
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Todo empezó cuando un oficial de comunicaciones de la Flota Interestelar
46
El Club de las Excomulgadas
Con el tiempo se dio cuenta que Tlain simplemente disfrutaba el riesgo de
que la descubriera. Provocarlo era parte de la diversión.
Enfrentado a descubrir la verdad de una u otra manera, Galar había
pirateado la unidad computacional secreta de Talin, escondida en un brazalete de
diamante. Nunca olvidaría el frio horror que sintió al leer el desenfadado registro
de sus actividades de espionaje. Había estado trabajando para los Xerans por años
como líder del círculo de espías, el cual era más grande de lo que Galar y sus
superiores habían pensado.
Asqueado, había enviado el archivo a los cuarteles generales y la había
De ese modo, en lugar de ser castigado por su estupidez mucho más allá del
deber, recibió una recomendación.
Aun así Galar supo que ya no podía servir en la Inteligencia Militar
Vardonese. No podría arriesgarse a otro error que pudiera destruir las carreras de
sus padres, así que busco un puesto como Ejecutor en la Fuerza Temporal de la
Unión Galáctica. Había pasado la última década esforzándose por ascender de
rango.
Compensando su ingenuidad.
*****
Al mismo tiempo que caminaba tranquilamente por el laberinto de
corredores hacia el salón principal de conferencias, Galar bajó los resultados del
ADN del Xeran desde Outpost. Se esperaba que presentara un reporte de los eventos
de la noche y quería clarificar algunos otros detalles.
Un momento después, su corazón se hundió. Por los Siete Infiernos, era
peor de lo que había pensado.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
confrontado con la evidencia antes de matarla en una explosiva confrontación.
47
El Club de las Excomulgadas
Caminó dentro del salón principal de conferencias, con cinco minutos de
sobra. Después de ordenar una taza de stimchai39 desde el vendser40 en la pared,
Galar se dejó caer en uno de los asientos montados sobre las plataformas curvas
que rodeaban el escenario central. Los cojines azul oscuro se reformaron alrededor
de su cuerpo, ajustándose a su altura y peso hasta que la silla lo acunó con
comodidad. Él bebió su stimchai y rumió.
Cincuenta Ejecutores de varios rangos llenaban los asientos a su alrededor.
La mayoría eran ya sea humanos o lo suficientemente cerca de serlo como para
aparentarlo. Algunos, como Frieka, podían pasar como animales Terran41. Para
visiblemente alienígenas.
—¡Lo hice! Tengo al maldito asesino.
Galar volteó a ver como la Ejecutora Jiri Cadell medio bailaba por el pasillo
y se aventaba al asiento junto a él, con una amplia sonrisa en su larga y elegante
cara. El Ejecutor de Alto Rango Ando Cadell, viéndose tolerante, se sentó junto a
ella.
—Me tomó seis horas de interrogatorio, pero Usko Vappu finalmente
admitió que mató a esas mujeres. El muy imbécil. —Una expresión de satisfacción
felina iluminó sus rasgados ojos verdes.
—Será insufrible por al menos un mes. —Cadell rodó los ojos, pero había
amor en la sonrisa que le envió a su esposa. Era un gran cyborg de anchos hombros
y un paciente investigador que era más minucioso que brillante. El gris veteaba en
su corto cabello color cobalto, aunque a los setenta apenas estaba en la mediana
edad42.
39
Clase de té.
Robot expendedor de alimentos.
41
Animales terrestres.
42
Mediana edad, en nuestro caso comprende entre los treinta o cuarenta años. La plenitud de la
edad adulta. En este caso debido a la expectativa de vida parece que mediana edad es
considerada la etapa alrededor de los setenta años.
40
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
trabajar encubiertos como viajeros del tiempo en la vieja Tierra, escondiendo ser
48
El Club de las Excomulgadas
—Nah. —Jiri dobló sus brazos detrás de su cabeza—. Creo que esto bien
vale unos buenos dos meses de ser insufrible. Al menos—. Ella era quince años
menor que su esposo, delgada y fuertemente musculosa. No había gris en su larga
trenza de color negro.
—Muy bien chicos, silencio. —El Jefe Ejecutor Dyami se acercó al enorme
podio transparente—. Quiero comenzar esta sesión—. No podía haber dormido
mucho más que Galar, pero se veía tan fresco y despejado como un reclutador en
un trid.
Dyami revisó la agenda del día con su usual eficiencia. Outpost ocupaba gran
crímenes históricos para determinar cuáles eran los que probablemente habían sido
cometidos por viajeros del tiempo. Cada semana generaba una lista para la
consideración de Dyami. Él a su vez, usaba la sesión informativa diaria para
asignar los casos probables a varios Ejecutores, quienes investigarían más a fondo
para determinar si algún moralmente incapacitado Saltador había sido realmente
responsable. Si no, era problema de los oficiales de ese periodo de tiempo en
particular atrapar al perpetrador.
Después siguieron los reportes de los crímenes temporales confirmados. Jiri
se paró para informar al grupo sobre su investigación del asesino Saltador. Galar no
la podía culpar por el triunfo obvio en su voz. Había trabajado en el caso por casi
un año antes de que finalmente rastreara a Vappu.
El Itaran43, quien hacia documentales históricos, había confesado haber
matado a cincuenta y dos mujeres durante sus Saltos a través cuatro siglos y tres
continentes. Jiri contrajo su labio con disgusto al hacer el recuento del la presumida
descripción de los crímenes del enfermo bastardo.
—El Fiscal Temporal de la Unión Galáctica me dijo que Vappu pasará el
resto de su vida en la colonia penal en Gorgon. —Terminó con satisfacción
sombría—. Que se pudra ahí.
43
Nativo del Planeta Itar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
parte de su considerable poder computacional procesando información sobre
49
El Club de las Excomulgadas
Al sentarse Jiri, su esposo se levantó a hacer el recuento de su propio
progreso. Ando estaba trabajando en una serie de incendios que creía habían sido
provocados para encubrir a ladrones de joyas. —He encontrado rastros de
acelerantes del siglo XIII en cada escena —el Ejecutor de Alto Rango dijo con una
adusta sonrisa de satisfacción—. Cuando finalmente atrape al imbécil, no tendré
problema por obtener una rápida sentencia.
El Ejecutor Clar Vanda fue el siguiente, describiendo los quince asesinatos
de turistas temporales que habían ido a Filadelfia para la firma de la declaración de
la Independencia. Les habían disparado a los quince con un rifle de fragmentos, la
fuga después de saquear sus respectivas cuentas bancarias. Vanda estaba trabajando
en conjunto con la Unión Interestelar de Investigaciones Galácticas para rastrear a
la mujer.
Finalmente Dyami le dio a Galar un ligero asentimiento y él se paro para
hacer el reporte de su propio caso. Destacó los eventos de la noche anterior en
términos tersos, concisos y sin emotividad. Aun así, un murmullo enojado retumbó
por la muchedumbre de Ejecutores cuando describió al Xeran apuñalando a Riane.
Regeneración o no, nada enfurecía mas a los agentes TE como un ataque a
uno de los suyos. Una regla había permanecido intacta por siglos: no tocabas a los
guardianes de la ley. Si lo hacías, te cazarían como dragones soji detrás de un
snakebird44.
—La computadora del Outpost ha terminado el análisis del ADN del sujeto.
— Una imagen tridimensional del Xeran apareció en el centro del estrado, dos
veces más grande que el real, girando lentamente en el aire al tiempo que Galar
hablaba. Era un enorme bastardo, por supuesto, y era de suponerse. Tenía el tipo de
rostro agresivamente masculino que los ingenieros genéticos Xeran favorecían, todo
pómulos y barbilla; como si su gruesa cabeza se sentara sobre su grueso cuello
44
Pato aguja americano (Anhinga anhinga), también conocido como pájaro serpiente americano,
pájaro cuello de serpiente, marbella americana, huizote o acoyotl, es una especie de ave
suliforme3 de la familia Anhingidae propia de las regiones tropicales de América.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
cual no era un arma exactamente del siglo XIII. Su guía turístico se había dado a la
50
El Club de las Excomulgadas
como un bloque de piedra. Sus ojos eran de un rojo demoníaco, con pupilas de
reptil. Dos pares de implantes craneales salían de su calva cabeza, un par más
grande curvándose como los cuernos de un toro, dos más pequeños saliendo de su
frente. Ambos estaban pesadamente esculpidos con finos e intrincados diseños en
brillante rojo sangre.
Xeran tenían gusto por el melodrama.
—El Coronel Cyrek Marcin es un molesto combatiente battleborg de la
Inteligencia Interestelar Xeran —dijo Galar—. De acuerdo con nuestra Inteligencia
Galáctica Interestelar, se especializa en asesinatos de blancos políticos y militares.
Dyami arqueó una ceja. —Sin embargo tu pequeña artista lo detuvo. Chica
lista.
—Chica suertuda. Desafortunadamente ese tipo de suerte no dura. Y tengo
el presentimiento de que no está tras ella por sus caras y muy bonitas pinturas. Este
no es un simple robo de arte. Algo más pasa aquí.
La expresión del Jefe se torno sombría. —Sospecho que tienes razón, Jefe
Ejecutor.
La junta se terminó diez minutos después. Galar hizo señas para atraer la
atención de Dyami, después caminó para reunirse con él a un lado para tener una
conversación en voz baja.
—No podemos darnos el lujo de mandar a Kelly al Centro de Rehabilitación
—le dijo al comandante—. La seguridad en esa instalación no tiene oportunidad de
detener a Marcin si va por ella.
Dyami cruzó sus poderosos brazos y frunció el ceño. —Y él no es del tipo
que se da por vencido.
45
Inteligencia Interestelar de la Unión Galáctica.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La GUII45 ha mandado agentes tras él por años, pero él sigue matándolos.
51
El Club de las Excomulgadas
Galar asintió. —Encontrará mucho más difícil llegar a ella aquí, detrás de
los escudos del Outpost.
El Jefe le dio una mirada fría y aguda. —Esta no es una casa de paso, Jefe
Ejecutor. Tenemos que dejar esto al GUII. Déjalos que la protejan.
Un estremecimiento de puro y elemental miedo subió por la espina de
Galar, no por él sino por Jessica. Con esfuerzo, consiguió un tono frio. —Ellos han
perdido una docena de agentes contra Marcin, Jefe. Kelly estará muerta en una
semana.
Galar parpadeó. —¿Yo?
—No la podemos dejar suelta por cualquier lado. Y si tienes razón, Marcin
hará un movimiento contra ella.
Él se retorció incómodo. —Pensé que Dona Astryr e Ivar Terje podrían
echarle un ojo. Dado sus realces cibernéticos…
—Lo siento, Jefe Ejecutor, este es tu trabajo. —Dyami lo interrumpió—. Por
lo que vi en esa casa cuando fuimos anoche, ya tenías cierto acercamiento con la
chica. Ella necesitará una cara conocida para ayudarla a pasar esto con su cordura
intacta.
Cada instinto en Galar aullaba una advertencia, pero reconocía una orden
directa cuando la oía. —Sí, señor.
Dyami suspiró. —Eres un buen investigador, Galar. Equilibrado, con mente
fría, disciplinado. Y no hay otro oficial al que prefiriera dirigiendo a mi gente en
una situación de combate.
Las cejas de Galar volaron hacia arriba al fijar su vista en su comandante.
¿De dónde había salido ese cambio de tema? —Gracias, señor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿Piensas que lo puedes hacer mejor?
52
El Club de las Excomulgadas
—De cualquier manera, tienes una seria falla. Un buen líder se engancha
con la lealtad de su gente y tú no. De hecho, tienes una reputación de ser un
maldito témpano de hielo.
Él se puso rígido. —No estaba al tanto de que ganar los concursos de
popularidad fuera parte de mi trabajo.
—No, maldita sea. Pero tienes que abrirte lo suficiente hacia tu gente para
entender que los motiva. Tienes escudos emocionales de un metro de grosor y hasta
que no aprendas a dejarlos caer, serás la mitad del líder que puedes ser.
verdad. —¿Qué tiene que ver esto con resguardar a Jessica Kelly?
Dyami le dio una sonrisa ligera e invernal. —Ya lo entenderás. Ahora
sugiero que te dejes caer por la enfermería y revises a tu nuevo encargo.
Galar le dio un asentimiento rígido, se dio vuelta y salió a zancadas.
Justo lo que no necesitaba. Muchísimo tiempo con una mujer quien ya
estaba llegado muy lejos bajo su piel.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La declaración le ardió lo suficiente para demostrar que tenía un toque de
53
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Cuatro
A veces le gustaba entretenerse a sí mismo imaginando cómo reaccionarían todos si
supieran lo que era. Ese maldito y rígido Galar, por ejemplo, o el Jefe Ejecutor
Dyami.
Sólo podía imaginar la incrédula rabia, la furia por ser engañados tan
completamente durante tanto tiempo. Sólo pensarlo le ponía una sonrisa en el
rostro.
Sería paseado ante el público, marcado como un traidor y un espía. Eso, si,
sobrevivía para ir a juicio. Los Xer harían todo lo posible para verlo muerto en un
esfuerzo por protegerse a sí mismos y al anillo espía que tan laboriosamente habían
creado.
Su vida se balanceaba al filo de la navaja. Y le encantaba. La excitante
euforia del espionaje, de saber que podía ser descubierto en cualquier momento,
que su vida podía acabar si no era lo bastante rápido, lo suficientemente inteligente,
lo bastante fuerte... era mejor que cualquier droga.
Ellos asumían que era el dinero, las sumas verdaderamente indignantes que
los Xer canalizaban en sus cuidadosamente escondidas cuentas. Pero el dinero no
tenía nada que ver.
Así que cuando el bot46 mensajero apareció en la puerta de sus aposentos esa
tarde, saboreó el familiar golpe de emoción que irrumpía a través de su sangre.
Usando una expresión de leve interés, ordenó a la puerta abrirse y dejó que el
pequeño globo pasara dentro.
Sabía de quién era, por supuesto. Dada la reunión informativa de esa
mañana, lo había estado esperando.
46
Diminutivo de robot.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Lo destruirían si pudieran, lo arrestarían, lo culparían. Avergonzándolo.
54
El Club de las Excomulgadas
El mensajero era un pequeño dispositivo insignificante con solo el suficiente
poder para manejar un Salto de tiempo. Podría fácilmente haber estado portando
un mensaje de su madre.
Se detuvo frete a sus ojos y flotó allí mientras analizaba sus retinas y
confirmaba su identidad. Un momento después, una ranura se abrió en su vientre y
una diminuta cápsula cayó en su mano que esperaba abierta.
Él presionó la cápsula entre sus dedos índice y pulgar y lo restregó en su
frente, dejando una película de líquido fresco sobre su piel. En segundos, los
nanobots en el líquido le embebieron la piel y emprendieron el viaje a su cerebro.
nadie más.
Se movió a la cama y se acostó, anticipando la desorientación que el
mensaje le traería. Suave, sibilante, una voz comenzó a murmurar en su mente, era
su Maestro espía, alguien muy importante en los niveles superiores en la
Procuración de Justicia Temporal. No tenía idea de quién era, aunque pretendía
averiguarlo.
Podría utilizar el seguro si todo se iba al demonio.
Holt ha infectado a la primitiva Jessica Kelly, dijo la persona con esa voz mental
asexuada, inidentificable. Tienes que matarla ahora antes de que se active. Trata de no
descubrirte a ti mismo si puedes evitarlo, no obstante cuida de ella. Nuestros amigos Xeran lo
consideran una prioridad.
Él abrió los ojos alzando sus cejas con sorprendido interés. ¿Querían que
matara a la chica justo en las narices de Galar?
Una sonrisa lenta, mortal y de pura anticipación se extendió por su cara.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Los bots estaban codificados para su ADN; y no podrían mostrar su mensaje a
55
El Club de las Excomulgadas
La enfermería ocupaba un nivel completo de los cuarteles, y había
momentos en que se necesitaba cada centímetro del espacio. Las oficinas utilizadas
por los médicos y personal de enfermería rodeaban una elevada área central abierta,
tenuemente iluminada y con música suave y tranquilizadora. Cuando Galar entró,
contó quince globos brillantes dispuestos en el centro del área. Un número
inusualmente alto de pacientes, aunque habían sido más después de que ese grupo
turístico quedara atrapado en el terremoto.
Cada globo portaba una cama dentro de un campo estéril diseñado para
proteger a sus ocupantes de infecciones y mantener la privacidad. En el exterior de
los pacientes.
Encontró a Chogan parada en el centro del anillo de globos, bebiendo una
taza de stimchai con el deleite voraz de una mujer quien lo ha ansiado por mucho
tiempo.
—Parece que tienes casa llena.
Chogan levantó un delicado labio. —Dos diligencias llenas de turistas
chocaron mientras eran perseguidas por una partida de asaltantes Apaches. Ambas
volcaron. Apenas si pude enviar un equipo para traerlos antes de que todo el lote
colapsara. Es como siempre digo...
Galar sonrió y terminó la frase por ella. —. . .Viajar en el tiempo no es para
idiotas.
—Y sin embargo, siempre piensan que es algún tipo de condenado juego.
Sigo diciéndoles a las personas que los temporales no juegan. Y este grupo traía
niños. Pasé la mañana sacando una flecha de un niño de diez años.
Él parpadeó. —¡Ay!
—Sí. Ay. — Ella sacudió su cabeza con un suspiro de puro disgusto, luego
enderezó los hombros—. Pero estás aquí por tu víctima. Tomando en cuenta las
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
los globos, imágenes tridimensionales cambiantes mostraban los signos vitales de
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El Club de las Excomulgadas
aventuras de la mañana, no he tenido la oportunidad de solicitar su transferencia al
centro de rehabilitación, pero...
—No la enviaremos al centro, Doc. Un asesino militar Xeran está tras ella.
La mantendremos aquí.
Chogan se congeló con la taza a medio camino hacia su boca, mirando
fijamente sobre su borde. —No estoy capacitada para ofrecer rehabilitación
temporal a una nativa, Jefe Ejecutor. Además, tengo las manos llenas en este
momento.
mi trabajo.
—¿Tuyo? —Las cejas verdes iridiscentes de la Dra. Chogan se elevaron
evaluando a Galar con sorpresa—. ¿Tienes idea de lo delicado que es rehabilitar a
alguien quien ha sido temporalmente desplazado? Además, ya he comenzado el
IDE. Ella estará inconsciente hasta que termine—. Casi para sí misma, Chogan
agregó—: Mejor aún, la mantendré dormida hasta que la derivemos al centro.
Encontrará todo esto bastante traumático.
—Desafortunadamente, esa no es una opción —Galar pasó un dedo por su
labio inferior pensando. Los IDEs, implantes de datos educativos, eran impresos
directamente en la memoria de un usuario. Cuando el cerebro integraba la
información del IDE, podía usarlos como los conocimientos adquiridos por la
lectura o la experiencia personal. Galar podría descargar y utilizar los IDEs al
instante mediante su computadora, pero con los humanos como Jessica, los
nanobots tenían que hacer la impresión cerebral—. ¿Qué incluye el programa
educativo básico, de todos modos?
Chogan se encogió de hombros. —El Estándar Galáctico, conocimiento
elemental de ciencia y tecnología del siglo XXIII. Lo mismo que sabe cualquier
niño cuando tiene diez.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Nadie espera que la cuides. —Galar se contuvo para no gruñir—. Ese es
57
El Club de las Excomulgadas
—¿Puedes agregar una rutina de combate sin armas? Y uso de armas básicas
también. Tengo el presentimiento de que va a necesitarlas.
Chogan tragó un sorbo de stimchai y meditó sobre el sabor un momento. —
Bueno, sí, pero no va a poder usarlo a menos que alguien trabaje con ella para
lograr integrar esas habilidades. No tiene una computadora neuronet como ustedes,
los del tipo Ejecutor, para ayudarla a absorber lo que se le ha descargado. Alguien
tendrá que ayudarla. Para eso es la rehabilitación.
—Entonces yo la ayudaré.
Él frunció el entrecejo. — ¿A qué te refieres con ‘Eso’?
—Empatía y un pulso delicado son vitales en la rehabilitación de un nativo.
Ninguna de ellas es una frase que salte a mi mente cuando escucho la palabra
‘Guerrro’. Y tú... —Ella cerró la boca con un clic de dientes—. No importa.
Herido, la fulminó con la mirada. —Mira, no me gusta esto más que a ti,
pero el Jefe Ejecutor me dio una misión, y la llevaré a cabo. Instala esos datos de
combate y llámame cuando la despiertes.
Los ojos del Chogan se estrecharon. —¡No soy uno de tus subordinados,
Jefe Ejecutor!
Él tomó una profunda bocanada de aire y la liberó por entre sus dientes
silbando —Dra. Chogan, agrega el IDE de combate por favor. — Sin esperar para
ver si estaba de acuerdo, Galar se dio media vuelta y se marchó.
Y pretendió no escuchar que Chogan murmuró — Maldito.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Chogan lo miró. —Oh, sí. Eso funcionará.
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El Club de las Excomulgadas
El sueño era confuso, aterrador. Crudamente vívido. Un incomprensible balbuceo de
lenguaje extranjero que gradualmente se convirtió en entendible. Primero una palabra aquí,
después frases fluyendo a través de su conciencia en líquidas melodías musicales.
Después llegaron las imágenes. Formas extrañas brillando contra las estrellas, formas
de rara belleza que pronto identificó como naves. Gente con colores de piel que nunca antes
había visto: negro mate, oro metálico, un brillante verde esmeralda. Cabello como fuego,
plumas de pavo real o filamentos de plata y oropel. Muchos dedos en manos y pies. Colas.
Aliens que no eran humanos más sin duda eran inteligentes puesto que oprimían controles con
delicados y frondosos dedos, con sus ojos enormes opalescentes.
azotando.
El sueño se oscureció entonces. Una cara brutal, a pulgadas de la suya, con sus
pupilas abiertas y flagrantes, la luz de la Luna se reflejó en sus cuernos. — ¡Eres como ella
ahora!
El destello de una espada, una explosión de dolor…
Charlotte, de pie sobre ella con un cuchillo. Pinchando su dedo. Sangre chorreando,
una lenta y caliente gota a la vez…
Una forma gritándole a la curva de la Tierra, tan cegadoramente blanca, que sus ojos
dolían.
—¡Nooo! —los ojos de Jessica resplandecieron abriéndose cuando despertó
sobresaltada.
—Está bien, está bien. —La voz era profunda, tranquilizante—. Tuviste una
pesadilla.
Con cautela, ella giró su cabeza y encontró a un gran hombre rubio sentado
al lado de la cama. Después de un momento de desorientación, lo reconoció. El
policía que la había salvado. ¿Galen? No Galar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Los Dragones elevándose contra un amanecer doble, las largas colas de reptil
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El Club de las Excomulgadas
Su boca se sentía como arena. —¿Agua? —croó ella. La palabra sonó mal de
alguna manera, pero no sabía por qué.
—Por supuesto. —Él se paró, y ella parpadeó. No lo recordaba así de…
impresionante. Tenía que medir al menos dos metros, con la complexión esbelta y
poderosa de un atleta profesional. El traje de escamas que había vestido había sido
reemplazado con algo en una tela azul oscura, también cosido con plata. El color
claro llamaba la atención al destello brillante de su pelo rubio y del oro translúcido
de sus ojos. Su cara era justo igual de llamativa, estrecha y angular con una nariz
aquilina y un mentón firme y agresivo. Sus pómulos eran cincelados y elegantes,
decididamente.
Lo vio recurrir a una consola junto a la cama murmurándole algo y apareció
una taza a través de una pequeña puerta que él tomó para después entregársela.
Jess la tomó, mirando fijamente la consola frunciendo el ceño. Una palabra
vino a su boca, y la pronunció. —Vendser.
Galar le dio una ligera sonrisa. —Así es. Es un vendser de alimentos.
Pero las palabras todavía sonaban mal, compuestas de sílabas raras y
extraña gramática lírica. Jessica se congeló en el acto de levantar la taza a su boca.
—No estamos hablando español.
—No. —Él se sentó en la silla nuevamente y se inclinó hacia adelante,
apoyando sus codos sobre sus rodillas.
Un rayo de frío la apuñaló. —Pero no hablo otro idioma excepto español.
—Ahora lo haces.
Las palabras se agolparon en la punta de su lengua, pero no tenían ningún
sentido. Vació la taza en un largo, desesperado trago, esperando despejar su
aturdida mente.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
unas gruesas cejas rubias sobre sus inteligentes ojos que buscaban los de ella
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El Club de las Excomulgadas
—Estándar Galáctico. —Mantuvo ambas manos alrededor de la taza vacía
en su regazo—. Estamos hablando Estándar Galáctico—. El conocimiento de
pronto estaba allí, pero no tenía idea de lo que significaba. ¿Estándar Galáctico?
Sonaba como algo de una novela de ciencia ficción.
Él asintió. —Sí, así es.
El miedo se deslizo por la espalda de Jess con unas garras heladas. Destellos
de información llenaron su cabeza, cosas que casi podía entender. Cosas que no
tenían sentido, palabras sin marco de referencia.
repentinamente rebelde—. No sé qué diablos está pasando, pero ¡detenlo! —ella
arrojó las sábanas a un lado y salió de la cama.
La alarma amplió los notables ojos de Galar. Se levantó de su silla y fue a
bloquearla. —Jessica, cálmate. Todo está bien. Estás a salvo.
—¡Al diablo con eso! —Jess mostró sus dientes, respirando duro mientras
luchaba por controlar el pánico que amenazaba con enviarla en un vuelo sin
destino—. Hay cosas en mi cabeza que no pertenecen allí. ¿Tú me hiciste esto?
—Es simplemente un implante de datos educativos. Hay cosas que necesitas
saber si vas a…
—¡Sácalo! —Imágenes exóticas, edificios y extrañas palabras iban y venían
de su cabeza con un rugido cegador, incomprensible. El pánico se apoderó de
ella—. ¡Sácalo!
—Jessic…
Ella se tambaleó hacia adelante y lanzó un puñetazo a su cincelada
mandíbula.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Detenlo. —Jess no sabía si le estaba hablando a él o a su propio cerebro
61
El Club de las Excomulgadas
Galar bloqueó el puñetazo por puro reflejo, no era que le hubiera hecho
daño si lo hubiera conectado. No pudo evitar observar que lo había ejecutado
perfectamente. Aparentemente habían integrado el combate EDI, al menos si la
hacías enojar lo suficiente como para usarlo.
Sus labios se retrajeron sobre sus dientes, sacó las uñas y fue por sus ojos. Él
la agarró por ambas muñecas forzándola de nuevo sobre la cama, montándola con
su cuerpo, tratando de controlar sus salvajes movimientos defensivos, retorciéndose
contra su peso mayor. —¡Jessica, cálmate, demonios! ¡Estás bien! Es solo un IDE.
¡No va a lastimarte!
y la rabia ardían en los muy abiertos ojos azules—. ¡No tienes ningún derecho a
alterar mi cerebro!
Pasos apresurados se escucharon tras él —¡Muévete, Galar! —irrumpió la
Dra. Chogan.
Él se hizo a un lado. La doctora extendió una mano sobrepasándolo y la
puso contra la frente de Jessica. Galar percibió el fuerte olor medicinal de una
cápsula rompiéndose, derramando su cargamento terapéutico en la piel de la chica.
Un momento después, sus ojos se pusieron en blanco, y se aflojó debajo de él.
Él la soltó para encontrar a Chogan mirando sombríamente hacia ellos dos.
—Te lo advertí.
Galar se paso una mano a través del cabello. —Sí, lo hiciste.
Sintiéndose indefenso, miró hacia Jessica mientras estaba tendida
inconsciente en la cama.
Se veía delicada en el delgado traje de dormir de la enfermería,
particularmente comparada con la fuerza magra, musculosa de las Guerreras y los
Ejecutores a las que estaba acostumbrado. El recuerdo de su aterrorizada ira le
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¡No te pedí que pusieras eso en mi cabeza! ¡No lo quiero allí! —El miedo
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El Club de las Excomulgadas
ocasionó algo de dolor en el pecho. Ausente, frotó un círculo sobre su corazón. —
¿Por qué reaccionó así?
Chogan suspiró. —Todo esto es natural para ti y para mi, crecimos
absorbiendo conocimiento implantado. Pero para un nativo temporal, los implantes
de datos son una violación mental misteriosa. Algunos incluso pierden la razón.
Galar la miró fijamente, asqueado. —¿Por qué demonios lo hacemos,
entonces?
—Porque cuando tomas a alguien del pasado y lo traes al siglo XXIII,
explicó Chogan pacientemente. —Un buen especialista en rehabilitación puede
dosificar la integración gradualmente según lo vaya soportando. Por eso
necesitamos enviarla al Centro.
—No podemos hacer eso, Doctora. El Xeran la mataría, a la mitad del
personal y a cualquiera que se metiera en el camino. Es un cruel robot de combate.
No tiene compasión.
Ella frunció el ceño. —¿Por qué algo así anda tras esta pobre chica?
—Créeme, todos nos lo hemos preguntado. —Él se meció en sus talones y
deslizó un pulgar sobre su labio inferior, con su mente corriendo—. ¿Tenemos un
especialista rehabilitador IDE?
—Probablemente, pero me llevaría demasiado tiempo integrarlo y utilizarlo.
No tengo computadora de combate neuronet como otros.
—Yo sí.
Ella lo miró fijamente, visiblemente impactada —Realmente los dices en
serio, ¿no?
—Cuando me asignan una misión, la realizo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
rodeado de tecnología que nunca ha visto y que uno entiende, no lo toma bien, —
63
El Club de las Excomulgadas
—Guerreros. —Chogan se frotó el rostro con ambas manos—. Todos están
locos. Está bien, lo llamaré por ti.
Él la vio acercase a la consola principal y agacharse para murmurarle
instrucciones. Un momento después su computadora habló en su mente. La
computadora de enfermería ofrece un especialista en rehabilitación temporal IDE. Ningún
virus detectado.
Descárgalo. Él se abrazó a sí mismo.
La información se vació en su mente en un torrente de palabras, imágenes y
como un río de luz. Igual que tantas otras veces antes.
¿Cómo sería soportar ese flujo avanzando por primera vez?
Galar abrió los ojos para encontrar a Chogan viéndolo. —Pensándolo bien,
—dijo ella— me alegro de no tener una computadora neuronet. Por un minuto
pensé que estabas teniendo un ataque.
Él giró sus hombros, tratando de desvanecer los nudos que se habían
formado entre sus omóplatos durante la descarga. La boca le sabía ligeramente a
cobre y la cabeza le dolía violentamente, pero ignoró ambas sensaciones con la
facilidad que le daba la práctica.
Como siempre que Galar absorbía un IDE, todo parecía casi ridículamente
claro ahora. Ya no se sentía impotente al enfrentar la confusión, la ira y el dolor
de Jessica. No era que ayudarla a integrar sus nuevos conocimientos resultara
fácil, pero al menos existían técnicas comprobadas que podía utilizar, y entendía
los procesos psicológicos en juego.
No había nada que odiara tanto como sentirse indefenso e ignorante.
—Valió la pena. —Galar le sonrió a la doctora levemente—. Sé cómo
ayudarla ahora.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
conceptos. Él no luchó contra ello, sólo dejó que el flujo avanzara a través suyo
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El Club de las Excomulgadas
Chogan levantó una ceja. —¿Eh?
—Necesito llevármela lejos de aquí por unas horas. Darle una situación más
familiar con la cual tratar.
—¿Cómo cuál?
—Creo que la expresión es… una cita.
*****
Jessica despertó con el crepitar de un fuego y la calidez de los brazos de un
bailando en un círculo de piedras.
—¿Te sientes mejor? —el ruido en su oreja era profundo, calmante. Las
palabras eran en español.
Conocía esa voz. —¿Galar? —sentía la lengua gruesa.
—Sí, soy yo.
Ella frunció el seño, recordando que había estado realmente enojada con él.
¿Le había… pegado? Pero, ¿por qué? ¿Qué había…?
Como si esa cuestión hubiera roto una presa mental, conceptos y palabras
extrañas comenzaron a precipitarse en su mente, un torrente caótico, aterrador de
información que no recordaba haber adquirido. Jess se tensó, resollando como una
mujer ahogándose.
Los brazos se ciñeron alrededor suyo con el crujir tenue del cuero. —No
pienses en eso.
—¿Qué...? No eres... —las palabras se agolpaban de camino a su lengua
hasta que quedó reducida a balbucear indefensa, abrumada por las ideas exóticas,
por pensamientos que no tenían sentido.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
hombre. Abrió los soñolientos ojos para hallar el dorado brillo de una fogata
65
El Club de las Excomulgadas
Hombres del futuro. Naves espaciales. Mundos extraños. ¿Estaba perdiendo la razón?
—¿Qué me está sucediendo? —su voz tembló, aguda y sin aliento.
—No pienses. —La voz de Galar era tranquila, baja y profunda.
Calmante, como las grandes manos que frotaban lentamente sus hombros.
—Sólo respira conmigo. Dentro. Fuera.
Luchando contra el pánico irracional, Jess logró inhalar una vez, luego dos,
luego tres, respirando a la par del musculoso pecho que ascendía y descendía contra
—Sí —dijo él suavemente—. Piensa sólo en el ahora, en este momento.
Mira a tu alrededor. Huele el aire. Pruébalo. Mira los árboles, las montañas, el
cielo. Conoces estas cosas. Comprendes estas cosas. Estás segura aquí.
Obedeciéndolo, ella miró alrededor de la cámara. Estaban recostados sobre
una manta tibia en un lecho de crujientes hojas otoñales. Los árboles los rodeaban
en un medio círculo, ardiendo con los rojos brillantes, dorados y naranjas de
Octubre.
Justo más allá de las coloridas ramas había una pendiente pronunciada
dominando la falda al pie de una cordillera familiar. La Cumbre Azul. Estaban en
las montañas Cumbre Azul, no en algún mundo extraterrestre en algún tiempo
lejano.
A salvo.
Jess tomó otro aliento purificante y sintió que sus músculos llenos de pánico
se relajaban otro poco. El aire olía fresco y deliciosamente vigorizante perfumado
con humo de madera
No amenazante. No ajeno. Sino familiar.
—Eso es —murmuró él en su oído—. Así está mejor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
su espalda. Gradualmente su terror empezó a ceder.
66
El Club de las Excomulgadas
—Sí. —Abruptamente fue consciente de él medio recostado con ella
descansando contra su musculoso pecho.
Para ser un hombre que no conozco, he pasado mucho tiempo en sus brazos...
Y se sentía bien. Bien no luchar. Bien no tener miedo. Bien estar a salvo.
Jess tomó otra respiración profunda, ahora consciente de su olor, partes
iguales de masculinidad y cuero. Podía oír los fuertes latidos sordos de su corazón
mientras su cabeza descansaba contra su pecho.
ordinario que aparenta. Es otra cosa. Algo no muy humano.
Ella se tensó.
—Shhhhhhhhh —Galar respiró en su oído—. Nadie va a lastimarte.
Dios, necesitaba creer eso. Tenía que creer eso. Pensó que se volvería loca si
no lo hacía.
—Respira —insistió él suavemente—. No pienses. Respira.
Por un largo rato, se concentró en hacer precisamente eso, mirando a través
del fuego hacia las montañas a lo lejos. Hasta que final, dolorosamente, su miedo se
disolvió nuevamente.
Él no iba a lastimarla, sin importar lo que fuera realmente. La había salvado.
Se preocupaba. La sostuvo en sus brazos y trató de calmar sus temores. Aquellas no
eran las acciones de un tipo frío, extraterrestre.
—¿Tienes hambre? —preguntó él, su voz como un reconfortante ronroneo
en su pecho—. Hay comida—. Indicó, apuntando a una cesta que se encontraba en
una esquina de la manta. Los pliegues de la tela roja a cuadros sobresalían de su
tapa superior de mimbre y el vapor se levantaba suavemente, oliendo
deliciosamente a pollo frito.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Pero esto es una ilusión, advirtió el inoportuno conocimiento. No es el hombre
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El Club de las Excomulgadas
El estómago de Jess rugió; estaba famélica. Se encontró preguntándose
cuánto tiempo había pasado desde que había comido por última vez. —Eso huele
bien.
Él salió de detrás de ella, recostándola contra una gruesa pila de almohadas.
Se sentían cálidas, como si estuvieran calientes en el interior. Reconfortante. Ella se
acurrucó en ellas y observó a Galar moverse hacia la canasta y arrodillarse,
quitándole la cubierta.
Él estaba vestido con vaqueros y un suéter crema de estambre de tejido
desgastado bajo una chaqueta de cuero negro. Su cabello dorado refulgía a la luz de
apretándose sobre los músculos de sus muslos largos y poderosos. Hurgó dentro de
la cesta y sacó un par de platos, luego empezó a llenarlos con comida. Los cubiertos
tintinearon y el fragante vapor sopló en el aire.
Mirándose a sí misma, Jessica se percató de que también, estaba vestida con
pantalones de mezclilla, junto con una sudadera de felpa roja bajo una chaqueta de
mezclilla azul.
Galar se arrodilló junto a ella de nuevo dándole un plato y un tenedor,
pasándole enseguida una humeante taza de té. Ella contempló la comida algo
dudosa después se relajó. Pollo frito, ensalada de papa, un elote, un dorado
panecillo de mantequilla. Familiar y hogareño.
Jess tomó la pechuga de pollo y le dio una mordida. Crujió, llenándole la
boca de jugo y sabor a carne tierna. Luego probó el té tentativamente. Era
simplemente perfecto para su gusto de chica sureña, dulce y fuerte y
maravillosamente caliente.
Galar se sentó de piernas cruzadas junto a ella poniéndose su plato en el
regazo. Con recelo, tomó una pierna de pollo y la analizó como si nunca la hubiera
visto antes, entonces le dio un cauteloso mordisco. Parpadeó sorprendido lamiendo
una migaja de sus labios. —Sabe bien.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
la puesta del sol, y sus hombros parecían muy amplios. Los pantalones se estiraban
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El Club de las Excomulgadas
—Sí. —Masticando, miró lejos más allá de las montañas. Parecían olas
azules, en el resplandor naranja de la puesta del sol. La comida y el entorno
familiar le dieron valor para hacer las preguntas resonando que demandaba en su
cerebro—. ¿Por qué? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Qué eres?
Galar dejó de probar cautelosamente su ensalada de papa con el tenedor. —
Un hombre. —Le sonrió tenuemente—. Sólo un hombre.
—No, no eres sólo un hombre. Eres del futuro. —Ella lo sabía, aunque no
podía decir cómo—. Tú y aquellas otras personas que aparecieron en mi
Galar suspiró. —Sí. Somos del futuro.
Escuchar ese conocimiento imposible confirmado amenazó con poner a Jess
en pánico, pero luchó contra el miedo con dientes apretados. —No estoy loca.
—No. No estás loca. Te instalamos un implante de datos para ayudarte a
comprender nuestro lenguaje, nuestro tiempo, pero tienes algunos problemas para
procesarlo. Yo estoy intentando ayudarte.
—Este... implante de datos. ¿Es de donde todas esas curiosas imágenes y
palabras están saliendo?
—Exactamente.
—No lo quiero. —Su corazón comenzó a golpear nuevamente al sentir la
presión del conocimiento no deseado—. Sácalo.
—No puedo. Lo necesitas si vas a sobrevivir en nuestro tiempo.
—¡Pues ponme de vuelta de donde vine! —las palabras brotaron de ella,
sinceras y desesperadas.
—No puedo. El Xeran intentará matarte otra vez Y sin
protegerte lo logrará.
nosotros
para
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sala de estar. Y aquel... rufián. El de los cuernos, el que me apuñaló.
69
El Club de las Excomulgadas
Jess recordó la fría agonía del cuchillo del matón con cuernos.
Automáticamente, su mano se dirigió a su estómago, tirando del dobladillo de su
camisa. Su vientre estaba suave, sin marcas. —Él me apuñaló. ¿Dónde está la…?
—Nuestro médico te curó.
Jess frunció el seño, dándose cuenta que debió haber estado inconsciente
durante semanas, a juzgar por la ausencia de cualquier signo de lesión. —¿Cuánto
tiempo he estado inconsciente?
—¿Eso es todo? —Sorprendida, acarició su piel sin marcas con sus dedos.
Un nuevo pensamiento la hizo fruncir el ceño perpleja—. ¿Por qué me atacó?
Nunca le hice nada. ¿Estaba loco?
—No estaba loco. —Pero no tenemos idea de exactamente por qué te atacó
a ti—. Él ladeó la cabeza rubia, estudiando su rostro—. ¿Estás lista para hablar de
ello?
Ella consideró la pregunta cautelosamente. —Sí, necesito entender qué es lo
que está sucediendo.
—¿De qué te acuerdas?
Jess se encogió de hombros. —Estaba dormida. Lo siguiente que supe, es
que este tipo me agarró, me sacó de la cama y me golpeó contra la pared. Me
estranguló. —Se frotó los brazos, sintiendo nuevamente el eco del terror helado—.
El tipo... Cómo lo llamas, ¿Un... Xeran?
—Sí.
— ¿Es un... extraterrestre? —Se sentía ridícula por sólo hacer la pregunta,
pero Galar no se veía divertido.
—No. Debería haberse visto más raro que eso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Galar se encogió de hombros. —Un par de días.
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El Club de las Excomulgadas
Jessica inhaló. —Era bastante raro como lo vi. Grande. Realmente grande.
Más de dos metros quince de altura. —Cerró los ojos, haciendo memoria de su
rostro con la atención de un artista en el detalle—. Probablemente alrededor de 130
kilos más o menos. Tenía una especie de cuernos de metal sobresaliendo de su
cabeza...
—Implantes de cráneo. Los Xerans decoran sus cabezas con púas, cuernos y
aros.
—Suena como alguien compensando algo. —Ella le sonrió, sosteniendo sus
Galar sonrió también. —Podría ser.
—De todos modos, este tipo tenía una especie de rostro brutal, cuadrado.
Puedo dibujártelo, si eso te ayuda.
—No es necesario. Ya lo hemos identificado. ¿Qué otra cosa puedes
recordar? ¿Qué te dijo?
Él escuchó atentamente mientras ella refería todo lo que podía recordar. Los
ojos de él se entrecerraron cuando le contó que el Xeran estaba buscando a
Charlotte. Era obvio que no le gustaba esa idea en absoluto. Jess podía
comprenderlo; no estaba loca por esa idea tampoco.
¿Por qué querría un asesino alienígena a su compañera de cuarto, de todos
modos?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
dedos separados a corta distancia.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Cinco
—¿Estás segura que era a Charlotte a la que perseguía? —Galar frunció el
ceño, con sus doradas cejas descendiendo.
—Él seguía preguntando dónde estaba ella. —Jessica se encogió de
hombros—. Le dije que no sabía.
—¿A dónde fue ella? No estaba en la casa, la revisamos.
algo así. Aún estaba en casa cuando me fui a la cama.
Galar asintió, su expresión abstraída. —La vi entrar en la sala antes de
perder la conciencia. Cuando volví en mí, ella se había ido y el Xeran estaba en tu
recámara. — Él recorrió su pulgar pensativamente sobre su amplio labio inferior.
—Espera. — Jessica frunció el ceño, poniendo a un lado su plato—. ¿Qué?
¿Estuviste ahí antes del ataque?
—Estábamos vigilando la casa. —Le dijo con tono desenfadado, como si no
se le hubiera ocurrido que ella podría protestar.
—¿Por qué?
—Sabíamos que ibas a ser atacada.
Su mandíbula cayó con un enojo que se encendió por la incredulidad. —¿Y
no me lo advertiste?
Él encogió sus impresionantes hombros. —No sabíamos quién iba a ser el
atacante.
—¿Y?, ¿no pudiste haber llamado y dicho, oye, tal vez quieras salir de la maldita
casa antes de que un psicópata trate de matarte?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—No tengo idea. Pensaba que ella estaba escondiéndose en el armario o
72
El Club de las Excomulgadas
—No.
—¿Por qué diablos no?
—Porque esa no es la forma en que las cosas funcionan. —Su expresión era
paciente, razonable y, para Jessica, enfurecedora.
—¿Desde cuándo?
—Es complicado explicarlo.
—Todo este asunto es locamente complicado. No, simplemente es una
Él descansó sus antebrazos en sus rodillas y suspiró. —No tenemos
permitido ni siquiera tratar de cambiar la historia. Se suponía que te apuñalaría. No
había nada que pudiéramos hacer para prevenirlo.
Jess abrió la boca para balbucear algo de su ultraje, entonces lentamente la
cerró mientras más de ese conocimiento desasosegante irrumpía en su conciencia.
—No es sólo que no les es permitido cambiar la historia —dijo ella lentamente—.
Es que no lo pueden hacer, ¿o, si? Nada de ello. Nada puede ser cambiado—.
Sabía eso de la misma loca manera en que sabía que él era del futuro.
Él le dio una sonrisa aprobatoria, como un maestro cuyo estudiante había
hecho un gran descubrimiento. —Exactamente.
Por un momento ella casi entendió por qué, pero el conocimiento pareció
alejarse. Antes de que pudiera tratar de arrastrarlo cerca otra vez, Galar preguntó
—Mencionaste que el Xeran te dijo que podía oler la sangre de Charlotte en ti y
entonces te apuñaló. ¿Pero cuando se cortó ella misma?
Aun tratando de agarrarse a la comprensión, Jess balbuceó: —No tengo
idea.
—¿Recuerdas que algo que hiciera que fuera… inusual?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
locura. ¡Explícalo de todos modos!
73
El Club de las Excomulgadas
—No. Charlotte era una persona muy linda. Una escritora independiente. Y
mucho más exitosa en su arte que yo, hacia buen dinero. ¿Por qué un psicópata
viajando en el tiempo la querría matar?
—Él sabía algo. Algo acerca de Charlotte, algo acerca de ti. Dijo que eras
peligrosa.
Jessica parpadeó. —¿Yo? Soy una pintora. Soy tan peligrosa como una bolsa
de bombones.
Galar arqueó una rubia ceja. —¿No eres la misma mujer que le prendió
—¿Battleborg? —Un guerrero Xeran genéticamente diseñado con implantes
cibernéticos, su mente le indicó. Esta vez encontró la información implantada más
bienvenida que abrumadora—. Él es de un mundo llamado Xer, que es la capital de
un imperio interestelar de cierto tipo totalitarista. Un fanático-religioso. Un
enemigo de tu gobierno, la Unión Galáctica—. Pensativamente, Jess continuó—
pero, ambos, ustedes y los Xerans descienden de los humanos. ¿No es cierto?
Él le dio otra de esas sonrisas satisfechas. —Correcto.
Ella se meció hacia atrás, pensando. Había tantas cosas que casi entendía,
aun así había todos esos frustrantes huecos en su conocimiento. —¿Por qué me
salvaron?
Galar parpadeó. — ¿Por qué no lo haríamos?
—Yo pertenezco a… ¿cuánto?, ¿trescientos años en tu pasado?
Él se encogió de hombros. —Más o menos.
—¿Qué diferencia habría si yo muriera? ¿Por qué pasar por todo este
esfuerzo del Salto en el tiempo para no dejar que el Xeran me convirtiera en sushi?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
fuego a un battleborg Xeran?
74
El Club de las Excomulgadas
Él tomo un elote47 de su plato y lo mordió, sus dientes muy blancos se
cerraron sobre los dorados granos. Masticó, considerando visiblemente lo que iba a
decir, después tragó. —Soy un agente de la Fuerza Temporal. Mi trabajo es no
dejar que los viajeros como el Xeran cacen a gente como tú.
—En ese caso, gracias por salvar mi trasero.
—En realidad, tú te salvaste a ti misma con ese truco con el aguarrás.
—Excepto por todo el asunto de sangrar hasta la muerte, es lo que hubiera
Él inclinó la cabeza. —Bueno, sí. Aun así, que un humano logre tanto
contra un battleborg no es poca cosa.
Battleborgs. Gente del futuro. —No puedo creer que esté teniendo esta
conversación. —Jess observó su aliento convertirse en una nube blanca en el aire,
aunque su espalda se sentía muy caliente contra la pila de almohadas térmicas. Su
mirada se deslizó a Galar, desparramado en la cobija, apoyado en un codo, con sus
bíceps abultándose debajo de la manga de su abrigo de piel, con su cuerpo largo,
poderoso y aun más sabroso que el picnic.
Él volteó y la atrapó observándolo. Sus ojos dorados se arrugaron en las
esquinas, y sus dientes brillaron blancos contra su cara bronceada.
Un hombre del futuro que se veía endiabladamente parecido al hombre de
sus sueños…
*****
Estaba funcionando. Sacándola del ambiente alienígena del Outpost,
hablando en su propio idioma, alimentándola con comida familiar, la estaba
ayudando a procesar el flujo de extraño conocimiento. Añadiendo su inteligencia
47
Mazorca de maíz que todavía está en la planta que la produjo (tanto maduras como inmaduras), o
bien a la que fue recientemente cosechada y en la cual los granos todavía guardan la humedad
natural. Conocido también como choclo, jojoto.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pasado si no me hubieras llevado a un doctor.
75
El Club de las Excomulgadas
natural y su fuerte voluntad, ella había comenzado a procesar y a aceptar su
situación.
Lo cual era malditamente bueno, porque el desastre en que estaba era más
complicado de lo que Galar había pensado. Nunca había sido sobre Jessica. El
objetivo del Xeran había sido Charlotte Holt desde siempre. ¿Pero, por qué?
—Dijiste que sabias que este Xeran iba a venir tras de mí. —Jess levantó su
mirada de su plato—. ¿Cómo lo supiste?
—Reporte policial —Galar le dijo ausentemente—. Cualquier cosa que
particularmente cuando el cadáver no fue encontrado.
Ella sacudió la cabeza bruscamente, como si no creyera lo que oía. —Okey,
espera. ¿Artista famosa? ¿Qué? ¿Yo? ¿Desde cuándo? Y ¿asesinato? No estoy
muerta.
—Nosotros sabemos eso, pero la policía no. —Tensamente, él destacó las
conclusiones que el forense del Condado Claremont había trazado basado en la
cantidad de sangre en la escena.
—Así que piensan que estoy muerta. —us ojos se agrandaron en
comprensión—. ¡Ruby piensa que estoy muerta! —Se levantó—. Tengo que decirle
que estoy bien. ¿Cómo regreso?
Él suspiró. No le iba a gustar nada de eso. —No puedes.
Ella le frunció el seño. — ¿Qué quieres decir? Tú me trajiste aquí, puedes
llevarme de regreso.
—No, de hecho, no puedo. En lo que concierne a todos los de tu tiempo,
fuiste víctima de un asesinato. La historia nos dice que nunca más fuiste vista. Eso
significa que no puedes regresar. Nunca.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
involucre a una artista famosa y asesinatos, levanta banderas rojas para nosotros,
76
El Club de las Excomulgadas
—No lo entiendes. Ruby tiene antecedentes. Un par de cargos menores por
posesión, un DUI48. Y hubo una cabeza hueca con la que se peleó por un chico. La
tipa fue al hospital y mi hermana fue fichada por cargos de asalto agravado y
flagrancia49. Nada serio, pero sería suficiente para hacer que los policías se
pregunten si me mató. La familia siempre es la primera en donde buscan de todos
modos.
Él asintió. —Tienes razón. Ella y su proveedor de drogas fueron
sospechosos inicialmente. Afortunadamente para tu hermana, fue vista con él por
veinte personas en un bar en el mismo horario en que los policías determinaron que
Jessica se tambaleó con alivio. —Bien, eso es algo de todos modos. Pero,
Galar, no quiero que piense que estoy muerta. Nuestra madre murió hace un año y
le pegó realmente fuerte a Ruby. Si ella cree que fui apuñalada por algún asesino…
—sacudió su cabeza—. No sé qué hará.
Galar resopló. —No te preocupes por ella. Estará bien.
—No conoces a Ruby. Parece fuerte, pero…
—Jessica, gracias a ti y a tu arte, se volvió una mujer muy rica.
Los ojos azules ahumados parpadearon con sorpresa. — ¿Rica? ¿Ruby? Vive
en una casa rodante descompuesta.
—Seis meses después de tu muerte, venderá una de tus pinturas por
doscientos cincuenta mil dólares. Y los precios se elevaran de ahí en adelante.
Jessica abrió la boca. —¿Una de mis pinturas? Estas bromeando.
—Eres considerada una de las más grandes artistas del siglo XX.
Inicialmente fue por eso que pensamos que habías sido el objetivo. Si un ladrón de
48
49
Conducir bajo la influencia del alcohol o drogas.
El descubrimiento del delito al momento de su perpetración.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sucedió el ataque. Fueron exonerados.
77
El Club de las Excomulgadas
arte pudiera poner las manos en un histórico original desconocido de Jessica Kelly,
valdría millones de galactors50 para los coleccionistas sin escrúpulos.
—¿Millones? Vaya. Oh, vaya. —Ella se dejó caer contra los cojines. Él la
observó racionalizar eso—. ¿Piensas que los coleccionistas estarían interesados en
nuevas pinturas?
Sus labios se torcieron. —Ciertamente te lo puedo garantizar.
—Demontres51, no más sopas instantáneas de fideos. —Ella sonrió un
momento, gozosa, antes de que su sonrisa cayera—. ¿Pero no puedo dejarme caer
estoy muerta?
—No, porque francamente, dudo que tú hermana pueda mantener su boca
cerrada. Y otra cosa, ese Xeran sigue tras de ti. ¿De verdad quieres arriesgarte y
dirigirlo hacia ella?
—Pero él no me quiere a mí. Quiere a Charlotte.
—Sí, bueno, juzgando por el cuchillo que metió en tu abdomen, ahora te
quiere a ti también. —Él se inclinó y tomó su mano—. Y no quiero que él te atrape.
—Pero, ¿por qué? —demandó ella—. ¿Por qué esta cazándonos? ¿Qué
diablos está pasando?
—No tengo idea, pero maldición si no lo voy a averiguar.
Antes de que pudiera pensar en otra pregunta, Galar se levantó. —Te estás
enfriando. Entremos.
—¿Entrar, a dónde? —Jessica automáticamente comenzó a recoger su plato,
copa y cubiertos. Después de empacarlos en la cesta, lo ayudó a guardar el resto de
los artículos del picnic, después le dio la cesta.
50
51
Moneda de la Unión Galáctica.
Expresión que equivale a ¡Demonios!
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
un momento para ver como esta Ruby? ¿Sólo lo suficiente para que sepa que no
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El Club de las Excomulgadas
—De regreso al Outpost. —Galar se levantó, con la cesta meciéndose en su
mano al lanzar la cobija sobre su ancho hombro con la otra. Correctamente
interpretando su ceja levantada, él añadió—: Es nuestro cuartel. Es como una
combinación de recinto de policía, oficina de aduanas, hospital y centro comercial.
—Un paquete interesante. —Cargando las almohadas térmicas, Jess lo
siguió cuando él caminó tranquilamente sobre el lado de la colina con sus largas
piernas. La vista era increíble, y ella no estaba pensando en el paisaje. El hombre
tenía un gran trasero. Con pesar, arrastró su atención lejos de él—. ¿Dónde estamos
exactamente? ¿Cuándo exactamente?
Ridge de Georgia. En tanto a cuándo, hoy es 21 de Diciembre de 1532 D.C.
—¿Mil quinientos… treinta y dos? —Jess abrió la boca. Ella todavía no
habría nacido ni en unos quinientos años más—. ¿Por qué demonios construyeron
su cuartel aquí?
Él se encogió de hombros. —Es un punto central temporalmente hablando.
Y el área estará escasamente habitada por otro par de siglos. Los pocos residentes
que hay creen que esta montaña está dominada por espíritus malvados, así que la
evitan.
—No los culpo —murmuró Jess.
Caminaron por la cornisa hacia el desfiladero de granito puro, con algunos
arbustos. Ella los ojeó con duda, esperando no tener que escalarlos. Aunque estaba
en buena forma, no creía que tres veces a la semana en un Stair Master52 la calificara
para escalar rocas.
Galar caminó directo al acantilado y a través de él, deslizándose en la roca
sólida como un fantasma.
52
StairMaster es el nombre de una línea de máquinas de ejercicio.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Él echó un vistazo sobre su hombro. —Tú lo llamarías las Montañas Blue
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El Club de las Excomulgadas
Jess se paró en medio de su caminar para abrir la boca con sorpresa. Una
mano salió de la áspera cara rocosa, cerrándose alrededor de su muñeca y
atrayéndola hacia a él.
Ella miró bruscamente alrededor para encontrar un par de puertas
deslizantes cerrándose detrás de ellos. —Un campo de camuflaje tridimensional. —
Le explicó Galar y siguió por un corredor en curva, con sus pies calzados en botas
que eran silenciosas sobre la gruesa alfombra.
—Ah. Muy bien. —Jess lo siguió desasosegada, viendo fijamente a su
alrededor. Las paredes proyectaban una suave iluminación y una ligera y extraña
reproduciendo imágenes de instrumentos peculiares, frases que nunca antes había
escuchado.
Lamiendo sus labios, ella luchó por mantener el control de sus acelerados
pensamientos, su corazón latía con ansiedad. Cálmate, Jess se dijo con ferocidad.
Nadie va a lastimarte. Te acostumbrarás a esto.
—¿Estás bien? —Galar perdió el paso para mirarla con preocupación con
sus ricos y brillantes ojos.
Ella rodó sus hombros con una sacudida. —Sólo luchando con la sobrecarga
de información. Lo estoy manejando.
Él relució esa sonrisa de admiración que hacía calentarse algo en su pecho.
—Sí, lo estás haciendo. Considerando todo, lo estás haciendo endiabladamente
bien.
Ella exprimió una sonrisa para él a pesar de sus nervios alterados. —
Gracias.
Rodearon otra curva y vadearon otro corredor. Este estaba lleno de hombres
y mujeres uniformados de azul, deambulando con aire ocupado. Dos de ellos
mantenían un avivado argumento en Galáctico Estándar acerca del torneo de grav-
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
música se oía. Su mente le comenzó a susurrar palabras extrañas otra vez,
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El Club de las Excomulgadas
ball. La mente de Jess reprodujo imágenes de dos equipos de personas yendo y
viniendo sin gravedad, golpeando una bola luminiscente azul con guantes
acolchados.
La asociación con la gravedad cero disparó otra imagen mental: gente en
apretados trajes espaciales, trabajando alrededor de algún tipo de nave. Después un
tipo distinto de nave resplandeció contra las estrellas, con sus perfiles llameando en
brillante azul.
Las imágenes comenzaron a verterse en su mente más y más rápido. Caras
alienígenas, bocas moviéndose en un incomprensible rugido, con extraños paisajes,
confusa, cegándola, ensordeciéndola.
Jess se tambaleó, sacudiendo su cabeza fuertemente para recuperar el
control. Apretando los dientes, los cerró, tratando de bloquear el flujo de
sensaciones.
Escuchó a Galar murmurar una maldición, después la agarró por el brazo y
la jaló tras él. —Entremos aquí. Es más silencioso.
Una puerta siseó cerrándose al tiempo que poderosos brazos se envolvían
alrededor de ella, llevándola cerca contra un cuerpo grande y cálido. —Estas
experimentando una cascada de información. Es un efecto secundario del EDI.
Sólo aguanta y respira, como te enseñé antes. Todo está bien.
Jess lo agarró también y se sostuvo apretadamente, usándolo como ancla
contra el flujo de conocimientos. Apretando sus ojos gimió con horror.
—Respira conmigo —él le murmuró en el oído—. Dentro. Fuera.
Jess obedeció, concentrándose en el subir y bajar de su pecho, en el latir de
su corazón, en la calidez y fuerza de él. El espantoso flujo mental lentamente se
retiró.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
criaturas imposibles de existir. Cada sensación disparaba otras en una cascada
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El Club de las Excomulgadas
Ella presionó su cara contra la lana de su suéter, respirando su olor. Él se
sentía maravillosamente, todo fuerte, músculo, largo, delgado y poderoso. Su
cuerpo despertó, una reacción puramente femenina a su cruda masculinidad.
La creciente marea de deseo desvaneció las últimas imágenes alienígenas,
que se sumergieron en su inconsciente por fin. Después de varios respiros largos,
ella se atrevió a abrir sus ojos. El cuarto alrededor de ellos era pequeño, poco
iluminado y benditamente callado. Y vacío, además de las estanterías de barras de
metal adheridas a las paredes. —¿Dónde estamos?
—En el armario de equipamiento del gimnasio. Quería sacarte del flujo de
Jess suspiró y se arrebujó más cerca de su cálida fuerza. Él hizo un ligero
sonido, un suave gruñido masculino y atrajo su vista de vuelta a su rostro.
El calor en su mirada era tan inconfundible como la cresta de lujuria que
podía sentir creciendo bajo su piel.
*****
El archivo había mencionado que el contacto físico era la mejor manera de
centrar a alguien contra la cascada del EDI, un flujo de asociaciones mentales que
llegaban en cualquier momento, así que Galar la había tomado en sus brazos.
Después ella se envolvió a su alrededor como una hiedra trepadora, con una pura y
cruda desesperación que lo conmovió.
Pobre pequeña primitiva, atrapada en un mundo que no entendía,
despojada de cada amigo que tenía. Presa de un asesino battleborg.
Pero incluso al alzarse su lástima, ella la transformaba en su cabeza. El
deseo había remplazado a la desesperación, tan feroz que había disparado su propio
deseo. Sin ningún esfuerzo, ella encendió un hambre que había estado hirviendo a
fuego lento desde el primer momento en que la había visto junto a su caballete.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
tráfico hasta que te estabilizaras.
82
El Club de las Excomulgadas
Ella se sentía tan malditamente bien recostada contra él, una mujer esbelta,
suave y deliciosa, ferozmente sensual. Mejor aún, no había ningún artificio en esos
ojos azules que lo miraban.
Ella simplemente lo deseaba.
Jessica no era para nada como Tlain. Por una vez, el corazón y la cabeza de
Galar estaban perfectamente de acuerdo. Además, estaba harto de vivir como un
desasosegado monje, encarcelado por sus propios votos y miedos.
Sesenta y dos días, seis horas, tres minutos, su computadora le susurró.
Carajo, pensó Galar. Con razón estoy perdiendo el control.
Así que bajó la cabeza y tomó sus labios. Dulce. Diosa Madre, ella sabía tan
dulce como se veía, tan pura como el agua de lluvia.
—Galar —ella gimió en su boca, su nombre era un superficial aliento
intoxicante en un pequeño sollozo que lo hizo ponerse incluso más duro.
Gruñó cuando una salvaje imprudencia rodó sobre él, impaciencia contra el
control de años de auto-negación y disciplina. No creía que jamás hubiera deseado
a una mujer de esta forma, con una ferocidad doliente y abierta.
El beso comenzó feroz, un exuberante asalto erótico de dientes, lengua y
labios. Jessica dio un brinco contra él, con una enorme sorpresa en sus ojos muy
abiertos. Él lo suavizo al instante, con la presión de su boca dulcificándose en una
caricia. Ella sostuvo su respiración, después la dejó escapar en un suspiro y dejó
que sus ojos se cerraran.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
¿Cuánto tiempo había pasado desde había estado con una mujer?
83
El Club de las Excomulgadas
Esto era una locura. Él era un hombre del futuro, un guerrero de un mundo
que ella no podía imaginar. Y aun así, sabia tan bien. Tan delicioso. Caliente y
masculino y demencialmente tentador.
Ella estaba pegada ahora contra él desde los hombros hasta los pies, hasta
que pareció que cada molécula de ella tocaba cada molécula de él. Sus sentidos
estaban abruptamente llenos hasta casi explotar por su cruda masculinidad de ese
alto, musculoso cuerpo, firme, fuerte y sólido contra la delicadeza de ella. Su olor,
intoxicante y masculino. Sus sabor, oscuro y delicioso, y solo un poco alienígena.
Sus pezones se endurecieron en una sofocante respuesta, el calor se deslizó
una oscura y hambrienta respuesta.
Y entonces, reluctantemente, Galar se hizo hacia atrás. —Tanto como me
encantaría continuar esto, no quiero que nuestra primera vez sea en un armario. —
Su sonrisa era deslumbrante, cautivadora.
A ella no se le ocurrió negar su suposición. —No. —Renuentemente, dejó
caer sus brazos de su cintura—. Supongo que no.
Jess lo siguió cuando él la guió fuera del armario y por el corredor. —
Podemos atajar por el gimnasio —le dijo, llevándola del codo con una mano
grande y caliente, hacia otra puerta—. Hay una puerta justo al otro lado de…
— ¡Muere, bastardo! —una voz aulló.
Jess dio un gritito asustado. Galar se volteó rápidamente y giró, poniéndose
entre ella y el cuarto que habían cruzado. Ella sostuvo su mano contra su ancha
espalda al oír el acero chocar contra el acero, voces gruñendo amenazas e insultos.
Sonaba como una pelea con cuchillos.
Con desazón, Jessica torció su cuello para ver alrededor de la amplitud de
los hombros de Galar. Estaban parados justo dentro del cuarto de prácticas, con el
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
en una bola endulzada en su abdomen. Ella gruño suavemente y lo oyó retumbar
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El Club de las Excomulgadas
techo tan alto que se sentía como en la cancha de basquetbol de la escuela. A
diferencia del gimnasio, las paredes brillaban en blanco, excepto por una que
parecía una placa de sólido vidrio. El Blue Ridge se veía más allá, con sombras
oscuras de la noche en índigo.
Otro aullido de furia. Una mujer voló por el aire en un salto súper-humano,
con un cuchillo brillando en cada mano. Con los labios contraídos hacia atrás, se
dirigió directo contra un enorme hombre pelirrojo que esperaba por ella con una
sonrisa lunática en su cara y con cuchillas en cada mano. Vestía lo que parecía unos
pantalones de ciclista de brillante verde y nada más. El sudor corría por su
La mujer aterrizó como una gimnasta de talla olímpica, sólida sin perder la
estabilidad. Al instante brincó, con su cuchillo brillando hacia la garganta de su
oponente al tiempo que vociferaba un escalofriante reto otra vez. Él se echó hacia
atrás, usando el suelo como trampolín, saltando. Sin amilanarse, la mujer cargó
contra él. Él pegó contra el suelo y giró para rodearla, con sus cuchillos chocando
con fricciones metálicas al gruñirse insultos uno al otro.
Olvidando su miedo, Jessica rodeó a Galar para tener una mejor vista. Su
velocidad era inhumana, un borroso intercambio de golpes que apenas podía
seguir. Toda la pelea se veía más como algo salido de una película de efectos
especiales marciales que cualquier cosa que hubiera visto en la vida real. Cada vez
que saltaban con esos sorprendentes brincos o giros imposibles, Jess buscaba a ver
si estaban sostenidos por cables.
Nadie puede brincar así. Su mandíbula cayó abierta sin vergüenza al ver una
pirueta de cuatro metros y medio de alto. Simplemente no es posible.
Aun estaba con la boca abierta cuando el pelirrojo saltó por el aire hacia la
mujer, con su pie prolongándose en una patada. Su blanco se agachó y el siguió su
movimiento.
Directo hacia Jess.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
musculoso y bronceado torso y brillaba con la luz artificial como si fuera aceite.
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El Club de las Excomulgadas
Oh, mierda… no había tiempo para agacharse, no había tiempo para…
Unos hombros anchos de repente bloquearon su vista. Jessica se tambaleó
hacia atrás cuando Galar atrapó al pelirrojo en pleno vuelo tan fácilmente como si
hubiera atrapado un balón de futbol americano. Ni siquiera se meció hacia atrás
sobre sus talones.
—Santa mierda —murmuró ella, viendo fijamente aturdida por la sorpresa a
los dos grandes hombres. El pelirrojo tenía que medir dos metros de sólido músculo
como un jugador de defensa de futbol americano. Fácilmente con ciento treinta
kilos de puro músculo. Aun así Galar lo había atrapado como si no pesara
Ahora estaba tirando al pelirrojo sobre sus pies. —¿Qué en los Siete
Infiernos estás haciendo? ¡Pudiste haberla matado, idiota!
—Lo siento, Maestro Ejecutor. —El pelirrojo se veía mortificado al retirarse
de la incandescente ira de Galar—. Solo nos dejamos llevar un poco.
—Sentirlo no es suficiente —gruñó Galar, picoteando con su índice el
musculoso pecho de su objetivo—. Ya sea que estén en combate o solo en práctica
de combate, deben mantener en todo momento la conciencia de todo lo que les
rodea. Por eso tienes una computadora para la batalla. ¡Úsala!
—No volverá a pasar, Maestro Ejecutor. —El hombre se veía avergonzado.
Su oponente femenina se apresuró a acercarse, con su expresión tan sentida como
él.
Carajo, Jessica comprendió tardíamente. Solo era alguna clase de sesión de
prácticas. Pensaba que estaban peleando a muerte.
—Lo siento —el pelirrojo le dijo a ella—. No me di cuenta que estabas
parada allí.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
absolutamente nada.
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El Club de las Excomulgadas
—Deberías de haberlo sabido —dijo Galar con el mismo tono helado.
Entornó su atención hacia la mujer—. Igual que tú.
—Tienes razón, por supuesto —dijo la mujer, entrelazando sus dedos con
los del pelirrojo. Igual que los dos hombres, ella era alta, más elegantemente esbelta
que enorme. También era pasmosamente hermosa, con una estructura ósea que
cualquier modelo envidiaría, deslumbrando con unos enormes ojos color violeta.
Usaba su negro cabello trenzado y recogido apretadamente. Vestía un traje de una
pieza, una camiseta sin mangas de tirantes, enfatizando la belleza de su cuerpo
mientras le recordaba a Jessica nuevamente a una gimnasta. Su traje era apretado y
iba de su seno izquierdo hasta su cadera. Metió esos aterradores cuchillos en las
fundas en sus muslos.
—Lo sentimos —la mujer le dijo a Jess sinceramente—. Qué suerte que el
Jefe Ejecutor Arvid tenga reflejos tan rápidos.
—¿Cómo hiciste eso? —Jess le pregunto maravillada—. ¿Acaso todos en el
siglo XXIII pueden brincar de edificios altos con una sola pirueta?
—Nop. —Sonriendo ligeramente, la mujer señalo a su gran acompañante
pelirrojo—. Somos cyborgs.
El EDI de Jessica escupió una definición que la dejó frunciendo el ceño
confundida. —¿Humanos con brazos y pernas mecánicos?
—¿Mecánicos como con poleas y tuercas? —resopló el pelirrojo—. A duras
penas. La tecnología es mucho más avanzada que eso.
—Gracias por la explicación. —Jess voletó hacia Galar—. ¿Así que también
eres un cyborg?
El sacudió la cabeza. —No, estoy genéticamente alterado. Pero también
tengo sensores y un implante computacional.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
con un corte alto en la pierna, la tela delgada y azul oscuro con un rectángulo que
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El Club de las Excomulgadas
—Muuuy bien. Sensores. Un ímplate computacional. —Ella pensó
detenidamente en la constante miniaturización de tamaño de las computadoras en
su propio tiempo y decidió que podía creerlo.
La mujer dio un paso al frente y le ofreció su mano. —Soy la Ejecutora
Dona Astryr. — Señaló al pelirrojo—. Él es el Ejecutor de Alto Rango Ivar Terje.
—Jessica Kelly. —Saludó a los dos agentes—. ¿La gente aun se da la mano?
—No. — Dona sonrío—. Pero tú aun lo haces.
Galar tomó su codo con una gran mano. —Vamos. —El mal genio aun
hacía de su voz un gruñido—. Necesito reunirme con el Jefe Ejecutor y contarle
acerca del Xeran y de Holt.
Ivar lo miró, interesado. —¿Qué es lo que pasa con el Xeran?
Galar lo fulminó con la mirada. —No necesitas saberlo.
Ivar parpadeó al tiempo que Jessica arqueaba una ceja por el tono brusco de
Galar. Galar ignoró su mirada fija, dirigiéndola lejos de los dos agentes.
—¿A qué vino eso? —demandó ella.
—No salvé tu trasero para que uno de mis propios hombres pudiera
romperte cada hueso de tu cuerpo con su torpeza —dijo él con los dientes
apretados.
¿Cuánto de todo ese enojo era pura frustración sexual? Jess se preguntó. Ese beso
había sido condenadamente caliente, después de todo. Consideró bromear con eso,
pero una mirada a su rígida espalda la hizo cerrar cuidadosamente la boca de
nuevo.
Mejor no.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Oh. Bueno, gracias.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Seis
Dona Astryr observó al Maestro Ejecutor salir con la primitiva, con pasos
largos y enojados, Jessica casi tenía que correr para mantener el paso. Suspiró. —
Creo que nunca lo había visto tan enojado. Pero creo que no lo merecíamos.
—¿Nosotros? —Ivar sacudió la cabeza, con expresión acongojada—. ¿No
quieres decir yo? Fue mi error. La pude haber matado. O al menos lastimarla
severamente.
demostraba una casi súper conciencia humana en combate; raramente colocaba un
pie erróneamente. Pero también era competitivo como el demonio y a veces su
necesidad por ganar lo llevaba a tomar muchos riesgos.
Conociendo que probablemente se flagelaría por ese error, Dona le dio a su
musculoso hombro una palmada. —Afortunadamente, la primitiva no está
lastimada. Y seremos mucho más cuidadosos la próxima vez.
—Trataré. —Los párpados de Ivar cayeron cuando le dieron una mirada
derretida. Una esquina de su hermosa boca se torció en una traviesa sonrisa—. Pero
puedes ser una gran distracción.
Su corazón dio un golpeteo deseoso mientras la atraía a sus brazos. Como
siempre, sus besos la chamuscaron directo hasta las suelas de sus botas. Dona
suspiró sin palabras en su boca y entrelazó sus brazos sobre su poderoso cuello.
Incluso mientras Ivar trabajaba la boca de Dona con habilidosa hambre,
consideraba las implicaciones de su pequeño experimento. No había esperado que
de verdad funcionara; había asumido que Galar lo bloquearía antes de hacer
cualquier daño interesante. Aunque si hubiera tenido suerte, a lo mucho le habría
roto uno o dos de los huesos a la pequeña perra. Regen53 se hubiera hecho cargo de
53 Equipamiento médico regenerador de lesiones.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Había sido una torpeza poco característica de él. Ivar normalmente
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El Club de las Excomulgadas
eso en un corto periodo de tiempo, aunque la reacción de todos a los que concernía
sería entretenida.
Y así lo fue, le dio un susto de muerte a Galar y a la primitiva sin levantar
las sospechas de nadie, un entretenido truco limpio y minucioso.
Además, la reacción del Maestro Ejecutor había sido muy interesante, como
mínimo. Se había puesto más enojado de lo que Ivar había esperado. Al Señor de
Hielo generalmente parecía que le importaba un comino casi cualquier cosa. Aun
así había estado considerablemente encabronado de lo cerca que había estado de la
Una emoción tan intensa sugería una debilidad que Ivar podía explotar, en
el momento correcto.
Ivar era muy, pero muy bueno buscando o creando buenas oportunidades.
*****
—Esta cosa del viaje en el tiempo me confunde —Jessica le dijo a Galar
mientras se dirigían por el corredor. Decidió que dado su enojo era un buen
momento para un cambio de tema—. Sé que no puedes cambiar la historia, pero no
entiendo porqué—. Pensativamente, Jess añadió —aunque creo que nadie se
arriesgaría si hubiera una posibilidad real de borrarse así mismo de la existencia.
—De hecho, en un momento, nos preocupamos por eso. Y mucho. Pero
descubrimos que no es la manera en la que funciona. —Algo pequeño y rojo
brillante emborronó el aire yendo hacia ellos. Galar extendió su mano y lo atrapó
como si nada, antes de que se alejara como un dardo.
—¡Libérame! —una pequeña voz chilló—. ¡No te pertenezco!
—Silencio — Galar le dijo.
—¿Qué es eso? —con curiosidad, Jessica torció su cabeza para mirar su
mano. El objeto era del tamaño de una pelota de beisbol, pero recubierta de pelaje
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
primitiva.
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El Club de las Excomulgadas
carmesí tan fino como para mecerse con las corrientes de aire. Grandes y saltones
ojos de caricatura daban vueltas con alarma. No tenía nariz visible o miembros,
pero su boca era ancha y rosada, recordándole vagamente a la rana René de los
Muppets.
—Es un robot, un juguete.
—¡Te morderé! —la cosa chilló.
—Yo no lo aconsejaría. — Dirigiéndose a Jessica, añadió—. La percepción
del tiempo en el siglo XXI está un poco errada. Lo imaginas como un río, algo que
Jess frunció el ceño, considerando las implicaciones a pesar del dolor de
cabeza que le empezaba a dar. —¿Así que todo está predestinado?
—No predestinado. Es lo que es. —Él sostuvo en alto el juguete—. Mira,
nuestro pequeño amigo aquí existe en tres dimensiones: ancho, alto y largo. Está
hecho de moléculas, átomos, electrones, protones, neutrones, quarks.
—Correcto. —Jessica asintió—. Sabemos eso incluso en nuestro siglo.
—Pero también tiene una cuarta dimensión, extendiéndose desde el
momento en que fue creado en una fábrica hasta el momento en que se
descomponga y se ponga en el reciclado…
—¡Yiiiip!
—…hecho por años, horas, minutos, segundos, milisegundos, cronos…
—¿Cronos?
—La partícula más pequeña de tiempo. De cualquier manera, tiene una
estructura temporal así como tiene una forma física.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
se mueve y cambia. Pero no lo es.
91
El Club de las Excomulgadas
—¿Pero qué si regresamos en el tiempo y lo pisoteamos? ¿No cambiaria eso
su estructura?
El juguete chilló, con un pitido agudo de alarma. —¡No me caes bien!
¡Aléjate de mí!
—Podrías hacerlo —le dijo Galar, ignorando los forcejeos del robot— pero
sería una pérdida de tiempo. Sabemos que aun está aquí—. Gesticuló hacia el
juguete—. Eso nos dice que fallaste al romperlo. Se escapó, fue reparado o alguien
te detuvo. Pero no puedes saber lo que pasó a menos que vayas de regreso y trates
Jessica se mordisqueó la uña del pulgar. —Podríamos preguntarle.
—Sí, pero tal vez mentiría. O incluso tal vez no lo sabría porque no vio que
fue lo que te detuvo. Eso es lo chistoso con la historia: no podrás saber nunca lo
que realmente pasó, salvo que haya algún tipo de registro, a menos que regreses y
lo experimentes por ti misma. Lo cual lo hace tu futuro y no tu pasado. El viaje en
el tiempo significa que todo lo que pasa sucede efectivamente ahora.
Ella hizo gestos de desagrado y se frotó las sienes. —Creo que me está
dando dolor de cabeza.
Galar asintió. —Sé lo que quieres decir. He sido un viajero en el tiempo por
diez años y algunas veces estas discusiones aun me siguen dando migrañas.
—¡Wulf! —el pequeño robot chilló de
repente, moviéndose tan
violentamente que Galar casi perdió el agarre que tenia sobre él—. ¡Wulf, sálvame!
—¿Flybot54? —La voz que contestó era tan profunda que Jessica la sintió en
sus huesos más que en sus oídos. Ella observó como una figura daba vuelta por el
corredor. Era un par de centímetros más bajo que ella, aun así era imposiblemente
ancho. No tenía ni una pizca de grasa en su enorme cuerpo. Y si la tuviera, ella lo
hubiera visto; vestía uno de esos trajes con escamas de una pieza color azul oscuro
54
Robot volador.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
de hacerlo.
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El Club de las Excomulgadas
que no tenia siquiera una arruga de tan apretado. Sus manos enguantadas eran tan
enormes, que hubiera podido agarrar su cabeza como si fuera una pelota de beisbol.
Sus pies calzados de botas eran aun más grandes.
A pesar de sus impresionantes proporciones, era sorprendentemente guapo,
aunque de una manera angular y crudamente masculina. Sus ojos tenían una forma
almendrada que sugerían una ascendencia Asiática, pero su color era de un pálido y
lindo turquesa. Su cabello caía alrededor de sus enormes hombros, lacio y
reluciente como un trozo de negra seda. —Maestro Ejecutor —el hombretón
retumbó con su saludo—. ¿Está el Flybot molestando?
—Galar liberó al pequeño juguete, que se dirigió rápidamente hacia su dueño con
un chillido.
Wulf lo atrapó con una enorme y sorprendente mano gentil e
instantáneamente comenzó a balbucear.
—¡Ella dijo que iba a regresar en el tiempo y a aplastarme! ¡Malvada,
malvada criatura! —Sus ojos saltones rodaron hacia ella y se estrecharon—.
¡Lastímala!
—Shhhh —dijo Wulf tranquilizándolo con caricias entre los ojos con un
grueso dedo—. Nadie te va a lastimar.
—¡Malvada!
—No deberías hablar de esa manera de nuestros huéspedes, Flybot. —El
gran hombre le disparó una mirada acerada—. No tienes intención de romperlo, ¿o,
sí?
Jessica tragó, echándole un ojo a esas manos. —Ni lo soñaría.
—Ahí lo tienes. ¿Lo ves? —Wulf salió dando zancadas, aun apapachando a
su mascota—. Estás completamente a salvo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Solamente ilustrando un punto acerca del viaje del tiempo para mi amiga.
93
El Club de las Excomulgadas
Galar lo observó alejarse, con sus labios torciéndose.
Jessica le echó una mirada. —Te estás muriendo por hacerle la vida pesada
mofándote de su juguete, ¿no es así?
—Sí, pero él me rompería en dos mitades. Ese hombre puede levantar un
tanque como ejercicio para sus pectorales. El mundo de donde viene tiene una
gravedad cinco veces más alta que la de la Tierra y fue modificado genéticamente
para ser poderoso incluso allí.
—¿Hay alguien en este lugar que sea un ser humano normal? —Jessica
—Solo tú.
—Sip —dijo ella—. Eso es más o menos lo que pensaba.
Como para ilustrar el punto una delgada joven caminó a grandes pasos por
el corredor hacia ellos con un enorme lobo gris trotando a su lado. Jess había visto
ponis de Shetland más pequeños.
—Ah, Riane y Frieka —Galar le dijo a los dos y les indicó que se
acercaran—. ¿Podrían echarme una mano con algo?
—Ciertamente, Maestro Ejecutor —dijo el lobo.
La mandíbula de Jessica cayó sin ningún reparo. —¿Él habla?
El lobo le dio una mirada desdeñosa,
después le dio un vistazo a su
acompañante. —Primitivos. Si me llama perro, la morderé.
Y dolería, decidió Jess, echándole un ojo a sus impresionantes colmillos. Y
mucho.
Galar le disparó al gran animal una mirada seca. —Mantén tus dientes lejos
de mi invitada, Frieka. —Se volvió hacia Jess y gesticuló en presentación—. Mis
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
preguntó con sequedad.
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El Club de las Excomulgadas
compañeros Ejecutores Riane Arvid y su socio, Frieka. Él es un cyborg lobo
genéticamente modificado, así que no lo llames perro. Es un poquito sensible.
—No soy más sensible sobre eso de lo que tú serías al ser llamado un simio
sobredesarrollado. —Frieka curvó un labio y otro de sus intimidantes colmillos
apareció.
Riane le dio un golpe en la punta de su cabeza y le sonrió dulcemente a
Galar. —¿Qué podemos hacer por ti, Maestro Ejecutor? —Así como Dona Astryr,
ella era más alta que Jess y con una constitución de delgados músculos. Se veía
como la clase de mujer que nunca se había preocupado por su peso en su vida.
lindo rostro en un vívido azul y rojo, con giros e intricadas líneas. Un mechón de su
largo cabello rojo estaba trenzado y entrelazado con gemas.
—Necesito encontrar al Jefe y hacer un reporte, pero no quiero dejar a
Jessica sola mientras lo hago —Galar les comentó—. ¿Podrían ustedes llevarla a
mis habitaciones y quedarse con ella hasta que yo regrese?
—¿A tus habitaciones? —Riane parpadeó con evidente sorpresa—. Sabes,
probablemente podríamos encontrarle otro…
—A mis habitaciones —Galar la amonestó con tono frio. Riane cerró la
boca con un movimiento brusco.
La mirada de Frieka se agudizó con repentino cálculo. —¿Piensas que el
Xeran vendrá tras ella, aquí?
—Déjenme plantearlo de esta manera; odiaría ser desagradablemente
sorprendido.
Riane se enderezó con atención, casi levantando su mano en un saludo
militar antes de dejarla caer con prisa. —Le proveeremos la asistencia que
podamos, por supuesto.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
También tenía un tatuaje verdaderamente impresionante recorriendo un lado de su
95
El Club de las Excomulgadas
Él le brindo una sonrisa que irradiaba calidez. —Gracias, Ejecutora Riane.
Jess parpadeó, sorprendida por su propia ola llena de celos. ¿De dónde había
venido eso?
*****
Con Jessica resguardada y segura, Galar caminó a zancadas por el corredor
hacia la junta que había programado con Dyami. Podían haberla tenido por el
canal de comunicación, pero sentía que necesitaba una discusión cara a cara.
si estaba cuidando a Jess. El Jefe tendría que asignar otro tipo de medida de
seguridad o mandar a alguien más para ir tras el Xeran.
Galar se sentía dividido. Quería hacer ambas cosas, pero obviamente esa no
era una opción.
Cuando era cuestión de mantener a salvo a Jess, confiaba en Frieka y Riane
más que en cualquiera en el Outpost, con excepción del mismo Dyami. Después de
todo, Riane era una Warfem y la lealtad era generada en los Soldados Vardonese
desde los mismos huesos y sangre.
Desde el punto de vista del poder puro, Wulf era otra posibilidad, como lo
eran Dona e Ivar. La pareja podía haber sido descuidada en la práctica de combate
más temprano, pero eran unos sólidos agentes. No eran Vardonese, por supuesto,
pero eran suficientemente confiables.
El recuerdo de la debacle en la práctica de combate le recordó el caliente
beso. Galar se encontró sonriendo con anticipación.
Estaba harto de negarse cosas a sí mismo. Si algo había aprendido hoy, era
que ignorar la atracción no era una estrategia efectiva. Había sido un tiempo
malditamente largo el que había pasado desde que había estado con una mujer y su
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La situación con el Xeran demandaba investigarse, pero no podría manejarla
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El Club de las Excomulgadas
deseo por Jess era irresistible. Estaría mejor dejándose llevar en vez de dejar que lo
distrajera en algún momento crucial.
Tal como cuando el Xeran se presentara.
Además con Jess no habría ninguna probabilidad de traición. Era muy
honesta, muy inocente a pesar de su candente sensualidad. En cualquier caso, ella
se iría en cuanto se hicieran cargo del Xeran, se dirigiría a su nueva vida como una
célebre artista.
Todo eso la hacía perfecta para sus considerables necesidades. La
De una manera u otra, ella estaría compartiendo su cama esa noche.
*****
—Tiene una ventana —dijo Riane Arvid con desnuda envidia cuando ella,
el lobo y Jessica entraron caminando en las habitaciones de Galar.
—Él es un oficial de alto rango —puntualizó Frieka, con una tira de luces
azules que brillaban alrededor de su cuello en su grueso pelaje gris. El conocimiento
implantado en Jessica le dijo que esas luces significaban algún tipo de vocalizador.
De otra manera no podría hablar, ya que la anatomía de su garganta, pecho y
hocico lleno de largos y afilados colmillos no eran apropiados para el habla.
A Jess le animaba que el flujo de nueva información apenas la desorientara
un poco. Además, estaba muy interesada en las habitaciones de Galar como para
preocuparse con ello.
Rondando la pared de repisas frente a su cama limpia y bien hecha, lista
para arrellanarse, Jess observó su colección de recuerdos. Un estoque con una
empuñadura enjoyada y con la hoja gravada, atrapó su fascinada atención al
principio y se encaminó para estudiar las gráciles y letales líneas.
Entonces se dio cuenta de los trids.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
anticipación bullía en él como una marea de sangre caliente.
97
El Club de las Excomulgadas
Obviamente eran el equivalente de las fotografías de donde venia, eran
imágenes que brillaban en tres dimensiones que le recordaban a los globos de
nieve55. En una, un muy joven y muy guapo Galar estaba de pie con una pareja
adulta, ambos tenían intrincados tatuajes faciales muy parecidos a los de Riane. El
hombre era de constitución robusta y poderosa como el mismo Galar, mientras que
la mujer era una rubia suavemente musculosa. Jess vio un definitivo parecido en la
línea de la mandíbula del hombre y en el color de los ojos de la mujer. —Estos
deben de ser sus padres.
—Probablemente —dijo Riane, deambulando alrededor para tener una
. Ella gesticuló hacia el negro uniforme de Galar—. Parece una toma de su
graduación—. Interpretando correctamente la confusión de Jess, explicó—: Vardon
es nuestro planeta de origen.
Jess se dio vuelta para estudiar a la otra mujer. Su tatuaje era del mismo
color que el del padre de Galar, una floritura de rojo y azul, intrincada y vagamente
Céltica en su diseño. —¿Están emparentados?
La muchacha parpadeó. —No. ¿Por qué pensarías eso?
—Tienen el mismo apellido.
—Oh. Arvid es solo nuestra Casa56, la compañía Femmat que genéticamente
nos modificó. La mayoría de los guerreros son criados en los orfelinatos de las
Casas y no con familias. Galar y yo somos algo desacostumbrado al tener padres
biológicos.
El propio padre de Jess se había ido cuando apenas tenía un par de años de
edad, pero al menos había tenido una madre. Incluso, siempre había sentido una
profunda envidia por aquellos que tenían ambos padres. ¿Cómo sería no tener a
nadie en absoluto? —¿Son todos en el futuro genéticamente modificados?
55
56
Los globos de nieve son bolas transparentes llenas de líquido que tiene dentro una maqueta en
miniatura y cuando las sacudes tienen polvo o partículas blancas que parecen nieve.
Casa se refiere la Compañía (parecido a un Clan) que modificaba, enseñaba y convertía a lo
humanos en guerreros.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mejor vista—. Esto fue tomado en la Academia Militar Vardonese. La reconozco—
98
El Club de las Excomulgadas
—No, los habitantes galácticos en general no lo son. Aunque los científicos
usan la modificación genética cuando tienen una buena razón, como adaptar a los
colonos para su nueva vida en un planeta donde la atmosfera o la gravedad serian
demasiados para un ser humano estándar.
—Entonces, ¿Vardon es así?
—Nop. Está dirigido por Femmats híper controladoras. —El lobo levantó su
mirada
de
donde
estaba
masticando
trabajosamente
su
propio
flanco.
Reaccionando a la mirada fija de Jess, añadió defensivamente— ¿Qué? Me da
comezón y a diferencia de ustedes monos sobre desarrollados, no tengo dedos con
Mientras que Jess arrugaba su nariz, Riane rodaba los ojos. —Eso no es
nada. También se lame sus genitales. — Se estremeció con un elaborado escalofrió.
El lobo dio un bufido por la nariz. —Solo está celosa.
—Nah —dijo Jess—. Es más divertido cuando alguien más lo hace—.
Mientras Riane se tragaba la risa, ella le preguntó al lobo—: ¿Qué es una Femmat?
—La aristocracia femenina de Vardon. — El lobo se sentó sobre sus cuartos
traseros y se rascó con su pata trasera—. La maldita comezón está viajando por
todos lados.
Sin que se lo pidiera, Riane se arrodilló en el piso junto a él y comenzó a
pasar sus uñas en su pelaje.
—Un poco más arriba —el lobo la instruyó—. A la derecha. . . . . . ¡Ahhh!
Acertaste. Bendita seas chiquilla.
Jess observó a los dos ausentemente, con su propia mente trabajando.
Parecía que a pesar de que su EDI era muy extenso, no incluida todo. Lo cual tenía
sentido, ya que había ciento tres mundos solamente en la Unión Galáctica.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
los cuales rascarme.
99
El Club de las Excomulgadas
Aunque el único que realmente le interesaba a ella era el planeta de origen
de Galar. —¿Las mujeres dirigen Vardon?
—Sip —Riane explicó, dando a las musculosas costillas de Frieka un golpe
efectivo mientras rodaba en el piso—. Un puñado de científicos tenían una utopía
hace un par de cientos de años. La teoría era que los hombres cometían la mayoría
de los crímenes y muchas de las injusticias sociales…
—Aparentemente nunca han ido a una preparatoria estadounidense —
murmuró Jess.
de la sicopatía, la ambición y la agresión.
Jess se sentó sobre la cama e inclinó la cabeza hacia un lado viéndolos. —
¿Por qué suena eso como mala idea para mí?
—De hecho, funcionó —dijo Riane—. La tasa criminal en Vardon es de las
más bajas en la Unión Galáctica. Dependiendo las leyes que obedezcan las
personas, puede ser una buena o mala idea.
—Como cuando los Xer invadieron hace cuarenta años —Frieka añadió—.
Ninguno de los ciudadanos se defendió. Los bastardos aun estarían dirigiendo
Vardon si no hubiera sido por nosotros.
—Sí, estaba pensado que ninguno de ustedes me daban la impresión de que
les falta agresividad.
—Exactamente —dijo Frieka—. Poco tiempo después de que empezaran su
pequeño experimento, las Femmats se dieron cuenta que aunque eran pacificas, sus
vecinos definitivamente no lo eran. Así que crearon una clase guerrera
genéticamente modificada—. Asintió hacia Riane—. Warlord y Warfems, los
llamaron, creados con fuerza y velocidad, con implantes computacionales de
batalla y sensores.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—… así que se pensaron en usar la manipulación genética para deshacerse
100
El Club de las Excomulgadas
—No se oyen como un grupo que tome una invasión sin hacer nada.
—Nop —le dijo Frieka—. De hecho, formaron una fuerza de resistencia
clandestina. Les tomó cinco años sacar a los Xer del planeta, pero eventualmente
tuvieron éxito.
Riane asintió con orgullo. —Mi padre fue uno de esos luchadores. Creo que
Galar dijo una vez que sus padres eran miembros de la resistencia también.
Jess la estudió con interés. —¿Y qué pasó con tu madre?
una nativa temporal de la Tierra, como tú. Mi padre fue enviado de regreso al 2004
para protegerla de un asesino Xer.
Jess parpadeó con sorpresa. —¿Tu madre era del pasado?
Riane asintió. —Antes de que yo naciera. Ella y papá mataron a Jack el
destripador.
— ¿El asesino en serie victoriano57?— La mandíbula de Jess cayó mientras
su interés se convertía en fascinación.
—Sí, sólo que no era realmente un victoriano. Era un asesino Xer del futuro.
—Maldición. Esos Xer realmente son unos bastardos, ¿o, no? ¿Y vino por tu
mamá? ¿Por qué asesinó a todas esas mujeres?
Riane se encogió de hombros. —Como dices, era un bastardo. Además,
encontró la manera de hacer dinero con los asesinatos. Grabó sus crímenes para un
puñado de otros sociópatas suscritos allá en Xer.
—Necesitaba ser cazado.
57
Gentilicio dado a los ingleses durante el gobierno de la Reina Victoria, que vivió durante la
independencia de las colonias americanas.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Oh, ella no es una Vardonese. —Riane meneó una mano en el aire—. Es
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El Club de las Excomulgadas
—Oh, sí, en muchos sentidos. Había sido parte de la fuerza de invasión Xer
años antes y le hizo algunas cosas asquerosas a mi papá que realmente lo dejaron
mal.
—Pero Jane, la madre de Riane, ayudó a Baran a sobreponerse —añadió
Frieka—. Entonces despacharon al hijo de perra.
—Y terminaron enamorándose —terminó Riane—. Todo fue algo
romántico.
Maldición, pensó Jess, deseaba poder hablar con la madre de Riane. ¿Cómo
de esos Warlords súper humanos?
Su mirada rastreó involuntariamente el trid de Galar y sus padres. Se veía
joven entonces, casi inocente, no como el guerrero duro que conocía. —Era tan
guapo en aquel entonces, que es casi ridículo. Pero saben, creo que es más sexy
ahora. Es más duro o algo así. Lo hace más interesante.
—¿El Maestro Ejecutor? —Riane se le quedo viendo fijamente en blanco—.
¿Sexy?
Jess alzo sus cejas. —¿Tú no crees que es sexy?
—Oh, no quiero decir que no es atractivo —la Warfem dijo con celeridad—
pero creo que no he pensado realmente en términos de dormir con él. Es un poco…
frío.
—¿Frio? ¿Galar? —Ella recordó como la había sostenido en sus brazos,
ayudándola a mantener el miedo y la confusión lejos—. Difícilmente.
Riane se enderezó, viéndose vagamente alarmada. —Te estás interesando en
él, ¿no es cierto?
—Riane. — El tono del lobo era de advertencia.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
se había adaptado a una vida en el fututo? ¿Cómo habría sido enamorarse de uno
102
El Club de las Excomulgadas
Ella le disparó una mirada defensiva. —Bueno, Jessica necesita saber.
—No, no lo necesita. No es de tu maldita incumbencia. Además, ¿te has
olvidado de la última vez que te amonestó sobre esto mismo? Odia ser tema de
chismes.
La expresión de Riane se volvió testaruda. —No me importa. Ella es una
buena persona y él…
—¿De qué están hablando? —demandó Jess exasperada por la críptica
—Llegar a involucrarse emocionalmente con el Maestro Ejecutor es una
verdadera mala idea. — Riane empinó su barbilla hacia arriba con rebelión hacia el
lobo. Él se arrellanó de regreso al piso con disgusto.
—¿Por qué?
—Él… tiene un pasado muy oscuro. Mira, se involucró con una espía
Femmat cuando estaba en la Inteligencia Militar.
—¿Con un espía? ¿Galar? —Jess parpadeó—. Y yo que creía que habías
dicho que los Vardonese no eran violentos y eran apegados a la ley. Eso no suena
como a ningún espía del que haya oído hablar.
—Así son el resto de los habitantes Vardonese —dijo Frieka, levantando la
cabeza—. Las Femmats se dieron cuenta que los buenos científicos y los oficiales
del gobierno de hecho necesitaban ambición y agresión, tal vez incluso ser un poco
despiadados. Así que mantuvieron esas características en la aristocracia.
—Desafortunadamente, eso significa que algunos ocasionalmente cometen
crímenes —explico Riane—. Particularmente los que admira a los Xer.
—¿Ellos admiran a la gente que los invadió? —recordando su propio ataque,
Jess torció el gesto—. ¿Están locos?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
conversación.
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El Club de las Excomulgadas
—Hay una facción que piensa que el partido gobernante ha ido muy lejos en
la eliminación de las cualidades negativas de la sociedad Vardonese. Piensan que
los habitantes planetarios se han vuelto muy suaves, muy sumisos —Riane le dijo—
. Quieren que los Xer regresen para que los Vardonese puedan aprender de nuevo
las tan aclamadas virtudes militares.
—Sí, asesinatos en serie suenan algo verdaderamente virtuoso. ¿Y Galar
estaba saliendo como alguien así?
—Oh, él no sabía que ella era una espía. Creyó que era una oficial de
inteligencia Femmat leal. Ella tenía un implante computacional, el cual usaba para
del tiempo.
El lobo torció una oreja. —No sé qué diablos estaba pensando,
enamorándose de una Femmat. No puedes confiar en esas perras. Si quieres saber
de alguien frío…
—Con el tiempo se dio cuenta de que ella estaba envuelta en el círculo de
espionaje Xeran que él estaba investigando. —Riane continuó, ignorando al lobo—
. La confrontó y ella trató de matarlo—. Se encogió de hombros—. Pero él disparó
primero. Aun así casi perdió un brazo.
Jess miró fijamente a la Warfem, con empatía. —¿En serio? Pero…
—Le creció de nuevo. Regeneración.
—Oh.
—El dilema es que él no confía más en las mujeres. —Riane le dijo
planamente—. De hecho, no confía en nadie. Es frio, como el hielo hasta los
huesos. Necesitas mantenerte lejos de él o saldrás lastimada. Muy lastimada.
Puesto de esa manera, Galar sonaba como una muy mala apuesta, pensó
Jess. La cosa era que no lo creía. —No creo que seas justa —dijo lentamente—. Él
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ocultar sus reacciones emocionales siempre que le mentía. Lo cual era la mayoría
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El Club de las Excomulgadas
ha sido muy amble conmigo. Este EDI que traigo… ha sido muy duro adaptarme a
él, pero él… —Recordando el calor del gran cuerpo de Galar, la tierna calidez de su
boca, sintió un sonrojo escalar a sus mejillas—… me ayudó.
—Sííí. — Riane levantó una ceja sabedora—. Apuesto que lo hizo.
—Riane, te voy a morder. —El gruñido retumbante desde el pecho de Frieka
sugería que decía en serio cada palabra.
Su socia lo ignoró, con una luz brillante en sus ojos. —Los Warlord pueden
ser muy seductores. Todos los Guerreros Vardonese están diseñados para tener
—¿Calientes? —Jess dijo secamente.
—Mucho. La cosa es que he estado aquí un año y nunca he sabido de Galar
metiéndose a la cama con alguien. Me dicen que tiene algo en contra de dormir con
la gente con la que trabaja. Pero ya que no trabaja contigo…
Frieka se levantó en sus cuatro patas, con su pelo levantándose, con sus
labios torciéndose hacia atrás exponiendo sus impresionantes colmillos mientras
acechaba rígidamente a su socia. —Riane. Cállate.
Jess jaló sus piernas sobre la cama lejos del avance amenazador del cyborg,
con sus ojos abriéndose.
Riane resopló y movió una mano restándole importancia. —Ignóralo. Es
todo ladridos y ninguna mordida.
—No apuestes a ello.
—Umm, está bien —Jess dijo rápidamente—. Entiendo el punto—. Mientras
no conozca de cerca a Frieka, pensó echándole un ojo a eso dientes. Y a los seis mil
dientes que tiene.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
fuertes emociones sexuales pero los machos son especialmente…
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El Club de las Excomulgadas
Pero los dos Ejecutores la ignoraron a favor de fulminarse el uno al otro
teniendo una discusión silenciosa y furiosa. Ella los observó, frunciendo el ceño.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
¿Estaría Riane en lo cierto? ¿Galar estaría manipulándola?
106
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Siete
Meditando sobre lo que había averiguado, Jess se levantó de la cama y
caminó por la habitación. Frieka y Riane todavía parecían estar teniendo esa
silenciosa y furiosa discusión, al menos a juzgar por las expresiones cambiantes de
la guerrera.
La atención de Jess cayó en lo que parecía una sola hoja de plástico blanco.
Una hoja de datos, su EDI susurró.
luz blanca tan pronto como ella la recogió. ¡Una biblioteca!
La hoja tenía cada libro que alguna vez se habían publicado, los datos
estaban densamente empaquetados en cada una de sus moléculas. —Muestra la
información de Jessica Kelly, la artista —le dijo a la misma. Su conocimiento podía
ser irregular en algunas cosas, pero sí incluía la forma de acceder a una hoja de
datos.
Una lista de títulos aparecieron en la hoja de la norma Galáctica: Jessica
Kelly, Genio y Tragedia, Sangre y Pintura, la historia de Jessica Kelly, Muerta
Demasiado Joven. . . La lista continuaba, libro tras libro.
Jessica miró hacia abajo a la hoja. —Presiento que hay mucho tema por
aquí.
Encogiéndose de hombros, ella se dejó caer sobre la cama y tocó uno de los
títulos al azar. El texto del libro apareció en la pantalla, y ella empezó a leer.
*****
La ventana tomaba una pared entera de la oficina de Dyami y mostraba un
barrido impresionante de estrellas que te quitaba el aliento, en el cielo nocturno. La
luna llena cabalgaba alta y llena entre ellas como una reina entre sus cortesanos,
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Maldita sea, pensó ella, abalanzándose. Esta comenzó a brillar en una ligera
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El Club de las Excomulgadas
derramando una luz brillante sobre las montañas ondulantes debajo. La luz
bordeaba a cada árbol oscuro que sobresalía de las altas laderas, como si las ramas
hubieran sido sumergidas en plata.
Con todo, era un infierno de vista, pero Galar sabía que uno de sus propios
cuartos estaría igual de bien. Quería hacerle el amor a Jess con la gloriosa luna
dejando un brillo nacarado sobre su piel.
Volvió su atención a Dyami, que estaba pasándole el informe a Dona
Astryr y a Ivar Terje. El jefe había llamado a los dos a su oficina tan pronto como
Galar le había dicho que el objetivo real del robot de batalla había sido Charlotte
—Obviamente el Maestro Ejecutor Arvid no pudo cuidar a Kelly e
investigar qué demonios está pasando —dijo el jefe mientras se paseaba
nerviosamente por su amplia oficina, bordeando el enorme escritorio negro que
traía a la mente de Galar un crucero de estrellas—. Ahí es donde ustedes dos
entran.
Galar, Dona, e Ivar se sentaron en el grupo informal de sillas bajas, bien
acolchadas al lado de la ventana. Los dos Ejecutores se habían cambiado su traje de
combate a sus uniformes color azul oscuro. Galar se sentía mal vestido en su ropa
del siglo XXI que había usado para su día de campo con Jess.
Dona, él se dio cuenta, estaba viendo el caminar de Dyami con reticente
fascinación. Ella seguía mirando a lo lejos, pero sus ojos siempre se deslizaban
hacia él un momento después.
Ivar estaba mirándola ver al jefe. A pesar de la atención educada en su
rostro, había una tensión marcada en sus enormes hombros.
Hmmmm.
Desde el desastre, con Tlain, Galar había caído en el hábito de observar a
sus compañeros de trabajo, verificando si había corrientes subterráneas de
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Holt.
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El Club de las Excomulgadas
emociones que fluyeran debajo de la superficie. Las corrientes turbulentas entre
estos tres levantarían todo tipo de preguntas. Dyami y Dona tenía la costumbre de
mirarse a escondidas cuando la atención del otro estaba en otra parte. Ivar se había
dado cuenta y obviamente, no le gustaba ni un poquito. Lo que probablemente
explicaba el filo que Galar siempre detectaba en el gran hombre.
—¿Crees que Marcin ha matado a la mujer Holt? —Ivar le preguntó al jefe
ahora, con su tono lleno de frialdad profesional—. Eso explicaría por qué
desapareció de los registros históricos después del asesinato de Kelly.
—Es ciertamente una posibilidad —dijo Dyami mientras caminaba junto a
Dona bajó la mirada a su trasero, y luego la quitó, sintiéndose culpable.
—Marcin dijo que Jessica era peligrosa, que no entendíamos en lo que nos
estábamos involucrando —dijo Galar—. Tal vez pensaba que Holt también era
peligrosa. Pero, ¿cómo dos mujeres del siglo XXI podían ser peligrosas para un
robot de batalla Xeran? Tan peligrosas, de hecho, que tuvo que saltar en el tiempo
para matarlas. No tiene ningún sentido.
—Algo más está pasando aquí —dijo Dona, moviendo un pulgar atrás y
adelante encima de su labio inferior. Dyami echó un vistazo a su boca mientras
volvía a pasearse en la otra dirección, y rápidamente desvió su mirada lejos—. Nos
falta información—, continuó—. Y apuesto a que Holt es la clave de todo esto.
Tenemos que enfocar nuestra investigación en ella.
—Pero Marcin es el robot de batalla —dijo Ivar, moviendo una pierna sobre
la otra, en un gesto brusco que sugería tensión más que ira—. Él es el asesino del
que hay que preocuparse.
—Sin embargo, Holt puede ser la motivación de sus crímenes —le dijo
Dyami—. Quiero saber todo lo que puedan encontrar de información sobre ella.
¿Quién es? ¿De dónde viene?
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él.
109
El Club de las Excomulgadas
—Ella ya ha sido investigada muy a fondo durante siglos —señaló Galar—.
Los biógrafos de Kelly siempre han considerado a Holt una figura bastante
sospechosa, ya que ninguno ha podido hurgar mucho acerca de sus antecedentes.
Ella apareció unos meses antes del asesinato y luego nunca más fue vista.
—¿Podría haber sido Holt un viajero del tiempo? —preguntó Dona.
Galar negó. —Me pregunté eso también, así que hice un escaneo de ella
cuando llegamos. No había ninguna señal de huellas moleculares en su cuerpo que
no pertenecieran al siglo XXI. Y el resultado fue completamente humana.
en su silla.
—Así que vamos a descubrirlo —ordenó Dyami, dándose la vuelta para
mirarlos—. Se pueden retirar.
Los dos Ejecutores asintieron y se levantaron de sus asientos. Dyami bajó la
mirada al trasero de Dona, mientras salían de la habitación. El Jefe rápidamente
apartó su mirada y captó a Galar observándolo. Él levantó una ceja oscura y fría.
—¿Alguna pregunta Maestro Ejecutor?
Galar miró fijamente hacia atrás. —No, señor.
—Entonces, vaya y mantenga un ojo en nuestra pequeña amiga.
—Sí, señor. —Le dio al Jefe un movimiento de cabeza, se levantó y salió de
la oficina, pensativo.
¿Estarían Dyami y Dona teniendo una aventura?, se preguntó mientras iba
por el pasillo. Considerando la cuestión, Galar decidió que no era probable.
Hacía conocido a Dyami durante años. El gran señor de la guerra lo había
entrenado cuando había llegado al puesto avanzado como agente novato una
década antes. El Maestro Ejecutor Dyami había sido un buen muy buen instructor,
inteligente, profundo, y paciente mientras le enseñaba a Galar los pormenores de la
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—Bien, sin duda hay algo que no sabemos sobre ella —dijo Dona, sentada
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El Club de las Excomulgadas
investigación de los delitos temporales. Se habían convertido en amigos íntimos,
tan cercanos que Galar estuvo tentado a preguntarle a Dyami qué diablos estaba
pasando entre él y Dona. Pero como era su oficial superior, no era realmente una
pregunta apropiada.
Además, a menos que perdiera su conjetura, no había nada más allá que una
atracción reticente. Dyami no era del tipo dado a tener un juego sexual con una
subordinada, en particular, no una que ya estaba en un romance con otro de sus
hombres.
Los ojos de Galar se redujeron con especulación. Ivar se había unido al
en una pareja. ¿Dona se habría involucrado con él para distraerse de su inapropiada
atracción por Dyami?
Si era así, no estaba funcionando.
Técnicamente, por supuesto, nada de eso era asunto de Galar. Pero había un
pequeño picor incómodo en la base de su cuello, que le decía que esa situación
tenía el potencial de una fuente de problemas. Sin duda, merecía su atención.
Mientras tanto, tenía un romance propio qué atender. Su EDI temporal de
rehabilitación le sugirió que la mejor manera de ayudar a una nativa a encontrar su
lugar era darle algo que hacer. En el caso de Jess, ese algo era evidente. Él decidió
pasar el próximo par de horas asegurándose de que ella tuviera lo que necesitaba.
Entonces, tal vez, ella estaría de humor para darle lo que él necesitaba.
A Jessica le encantará esto, Galar pensó con satisfacción mientras se dirigía
de regreso a su habitación un par de horas más tarde.
Entró para encontrar a Jess tendida sobre su vientre, con el mentón en su
puño, mirando sin ver toda la habitación.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
personal Externo sólo un año antes, y él y Dona se habían convertido rápidamente
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El Club de las Excomulgadas
Galar le lanzó una mirada de ojos entornados, y luego se volvió para
despedir a Riane y a Frieka. Ambos Ejecutores se escabulleron fuera. Él los vio irse,
preguntándose acerca de su aire de culpa colectiva.
Más interesado en lo que estaba molestando a Jessica, se acercó a la cama.
Ella ni siquiera miró hacia arriba.
Notando la hoja de datos a su lado, Galar se inclinó y la recogió. Sus cejas
se levantaron al leer el texto.
—Sabes —dijo Jess en un bajo, adolorido tono de voz— mi asesinato fue lo
mejor que le ha pasado a mi hermana.
Galar hizo una mueca de dolor. Ella tenía razón, pero él preguntó
cautelosamente: —¿Qué te hace pensar eso?
En lugar de contestar la pregunta directamente, ella se dio la vuelta sobre su
espalda y se quedó mirando el techo. —Ruby era adicta al crack. Vivió con una
sucesión de novios que, o bien la golpeaban o eran sus proveedores de drogas. O las
dos cosas.
No era nada más que la verdad. —He leído tu expediente.
—Sí. Supongo que lo has hecho. —Jess cruzó las manos bajo su cabeza y
frunció el ceño hacia el techo—. Tenías razón, por cierto. Ella se hizo rica con mi
arte.
La miseria era tan evidente en aquellos ojos azules, que Galar deseó poder
negarlo sin mentir. Porque no podía, sólo se limitó a suspirar. —Puede ser, pero de
acuerdo con lo que he leído, a ella también le dolió perderte. No creo que alguna
vez lo superara.
—Tal vez. —Ella se quedó en silencio durante un buen rato—. Es irónico,
de verdad. Ruby siempre pensó que mi trabajo apestaba.
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Ahhh.
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El Club de las Excomulgadas
—Bien, ella se deshizo de las drogas. Tal vez una vez que estuvo libre de
ellas, se dio cuenta de lo buena que eras.
Jess estaba obviamente hundiéndose demasiado profundamente en su dolor
para notar el intento de halago. —Lo que cambió todo fue cuando ella involucró a
David Sheraton. Era el dueño de la galería de Atlanta con buena reputación de
detectar talento. Me dijo que mi trabajo era brillante y comenzó a llevarse mis
pinturas. Empezaron a mandar grandes sumas de dinero. Los críticos empezaron a
escribir artículos donde me llamaban un genio trágico.
Él suspiró y se sentó en la cama junto a ella. —De alguna manera tengo la
Jessica soltó un bufido. —Tienes buenos instintos. Tuve una entrevista con
Sheraton hace tres semanas. Le mostré mi cartera. —Su mirada se encontró con la
melancólica de ella—. Dijo, y cito: no estoy viendo nada especial aquí.
Galar hizo una mueca de dolor. —Bastardo.
—Lo que nos lleva a la pregunta: ¿Por qué cambió su opinión en ciento
ochenta grados en tres semanas? Y entonces me di cuenta, yo estaba muerta. Era
una niña bonita que había sido misteriosa y horriblemente asesinada. Así que
primero está el factor de la curiosidad morbosa, que convirtió todas mis pinturas en
elementos coleccionables de inmediato. Sheraton miró mi cartera y pensó, ¡KaChing! —Su boca se curvó en una sonrisa amarga—. Al parecer, eso era especial.
Reconociendo las profundas heridas en esa sonrisa, Galar pensó, Bien, ¿qué
voy a hacer al respecto?
La mejor manera de lidiar con la dolorosa conciencia de Jessica, decidió, era
la honestidad. Suspiró y le tomó la mano. Sus dedos largos y delgados se sintieron
frescos y blandos en los suyos. —Desafortunadamente, esa no es una actitud
inusual. Otro artista fue blanco de un ladrón de arte asesinado el año pasado. Se
salvó, pero el asesino fue tras él por segunda vez y le cortó la garganta.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sensación de que esta historia es más complicada que eso.
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El Club de las Excomulgadas
Eso causó una reacción. Sus cejas se movieron hacia abajo. —¿Pero por
qué? ¿Cuál fue el objetivo de su muerte?
—De haber sobrevivido, el valor de su arte original habría disminuido
debido a que todavía podía producir un nuevo trabajo. Así que un coleccionista
contrató al asesino para terminarlo.
—¿Qué pasa con el arte que nunca se produjo? —Jessica se sentó y cruzó las
largas piernas debajo de ella, frunciendo el ceño—. ¿Qué pasa con las cosas que
podría haber hecho, la forma en que su talento podría haber crecido si se le hubiera
—No para a un hombre que acaba de gastar sesenta millones de galactors en
una pintura que de repente tiene un valor aproximado de la mitad.
—Dinero —gruñó Jessica—. Nunca fue acerca del arte. Todo es sobre el
dinero. Todo eso de mi talento en esos libros, todo era mentira. Mis pinturas no
eran realmente arte, eran coleccionables. Como las malditas tarjetas de béisbol.
Y allí estaba el corazón de su repentina depresión. —Eso podría explicar tu
popularidad inicial, pero te aseguro, que no hubiera importado después de los
primeros veinte años. —Él encontró sus ojos con los de ella, dispuesto a que le
creyera—. Los críticos han aclamado tu trabajo, porque es bueno. Tú eres buena.
Su boca se torció con amargura. —¿Lo soy?
—Sí, lo eres. Vamos. —Él salió de la cama, se agachó, y la atrajo hacia sus
pies—. Creo que es tiempo de que te recuerde cuan buena eras.
Jessica siguió a Galar fuera de la habitación por un pasillo a otro ascensor.
Después de un descenso rápido, suave, salieron a un pasillo. Deprimida como
estaba, no pudo evitar notar la anchura de sus atractivos hombros que contrastaban
perfectamente con su estrecha cintura y trasero apretado, musculoso. La vista fue
suficiente para levantarle el ánimo por sí misma.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
dado la oportunidad? ¿No importa eso?
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El Club de las Excomulgadas
Ella todavía lo admiraba, cuando Galar se detuvo y abrió una puerta. Dio
un paso atrás, haciendo un gesto para que ella pasara. Curiosa, Jessica entró.
Al estudio de sus sueños.
El techo era alto, bien ventilado, mientras el suelo bajo a sus pies estaba
hecho de algún tipo de madera brillante y pulida tan suave como el cristal. Toda
una pared tenía una ventana con otra vista impresionante de las montañas.
Daba al norte, dejando al descubierto un bello cielo estrellado y las
montañas bañadas por la luna. Durante siglos, los artistas habían favorecido a los
vista de esta proporcionaría un impresionante telón de fondo para su trabajo. Un
sofá largo y bajo, tapizado en color verde oscuro estaba en frente de la extensión de
vidrio, cubierto con un paño de color rojo oscuro.
Un caballete, estaba ante ella, de roble macizo y robusto, del tipo de Jess
siempre había soñado, pero nunca había podido pagar. Un enorme lienzo estaba
sobre él, estirado sobre un marco de madera, ya preparado con yeso.
Al lado del caballete había un taburete de madera maciza, arreglado con una
deslumbrante selección de pinturas de aceite y un conjunto de pinceles nuevos de
todos los tamaños y diseños. Dos latas de trementina y aceite de linaza estaban en
medio de los tubos de colores, sin abrir. Un montón de trapos limpios esperaba
junto a ellos.
Jessica escaneó el taburete con el deleite gozoso de una niña en la mañana
de Navidad. —¡Hay cientos de dólares en materiales de arte aquí! —Con
reverencia, examinó los preciosos tubos. Siempre había soñado con ser dueña de
aceites de tal calidad, pero nunca había tenido el dinero.
Con asombro, se volvió para mirar a Galar. Una sonrisa de placer curvaba
su hermosa boca con el placer de un hombre cuyo don había sido bien recibido. —
Tú hiciste esto para mí —dijo ella lentamente.
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estudios con ventanas al norte, como una fuente de perfecta luz plana. El punto de
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El Club de las Excomulgadas
No era exactamente el acto que realizaría un hijo de puta frío como Riane lo
había descrito.
—Estaremos aquí por un tiempo, y necesitas un lugar para pintar. ¿Está todo
de la forma en que lo necesitas? El equipo dijo que así era como los estudios de arte
debían ser arreglados, pero si no está bien...
El calor se extendió por su pecho, sintiéndose notablemente como un rayo
de sol. —Es perfecto.
—Es perfecto —lo interrumpió Jessica. En un impulso enorme, se acercó a
él y se puso de puntillas para besarlo en la mejilla. Era tan alto, que tuvo que poner
una mano en su hombro para mantener el equilibrio. Su mejilla estaba caliente
contra sus labios, angular y firme—. Gracias.
Ella se dejó caer de nuevo sobre sus talones y miró su cara. El calor
inundaba los ojos dorados con el deseo feroz de los hombres. Jessica se quedó sin
aliento. Tragó duro viendo esa mirada ardiente.
No, no había nada frío acerca de Galar Arvid.
Su corazón empezó a latir, y se encontró mirando a otro lado. Tenía la boca
seca mientras se las arreglaba para decir: —No sabes lo mucho que esto significa
para mí.
Para hacer algo con las manos, Jess se movió al taburete de arte y comenzó
a arreglar las pinturas en el orden en que ella siempre las usaba, con los tonos carne
en la parte superior, después con los tonos cálidos tierra, entonces los azules
profundos y después los tonos verdes. Finalmente, el enorme tubo de blanco
titanio.
—¿Qué te gustaría pintar primero? —preguntó Galar en esa grave, y
seductora voz estruendosa que tenia.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿Estás segura? Porque puedo…
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El Club de las Excomulgadas
Jessica se volvió para mirar los contornos angulares de su hermoso rostro,
las sombras tentadoras de su cabello rubio. La palabra fue mero impulso. —A ti.
Él inclinó la cabeza en una especie de cortés asentimiento. —Sería un honor.
¿Desnudo?
Jessica parpadeó. No había absolutamente ninguna insinuación en su tono,
pero sintió el calor derramarse en sus mejillas.
Galar sonrió levemente. —Mi pueblo no considera la desnudez como una
invitación automática a tener sexo. Y me he dado cuenta de que las piezas de tu
—Sí. —Jess maldijo mentalmente su rubor. ¿Cómo podía ser tan poco
profesional? Había pintado desnudos masculinos antes, después de todo. Aunque
ninguno se había parecido a Galar—. Y sí, me gustaría pintarte—. Sobre todo con
la noche iluminada por las estrellas como un perfecto telón de fondo para su rubia
masculinidad—. ¿Qué tal ahora? —Ella se dio cuenta de que probablemente sonaba
demasiado ansiosa, pero deseaba pintar.
Necesitaba eso. Anhelaba eso, de hecho. Desesperadamente. Perderse en la
pintura, en el olor de aceite de linaza y del lienzo, en la ráfaga dulce, embriagadora
de la creación. Quería olvidar lo que había perdido, olvidar el mundo aterrador,
extraño en donde tendría que hacerse de alguna manera un lugar para sí misma.
¿Cómo lo había sabido Galar? Apenas se conocían entre sí, pero de alguna
manera él había percibido cual sería la forma perfecta para sacarla de su depresión.
Había más en este hombre que los pómulos afilados como cuchillos y
hombros geniales, sin importar lo que Riane pensara.
Como Jess, Galar todavía llevaba su traje civil que había usado afuera.
Ahora él agarró el borde del suéter de punto y lo tiró por encima de su cabeza,
luego lo dobló y lo puso al lado del sofá. Jessica se quedó sin aliento ante la belleza
de su torso esculpido, después exhaló un suspiro mientras él se deslizaba fuera de
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
estudio son, por lo general, desnudos.
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El Club de las Excomulgadas
sus pantalones vaqueros. Sus piernas eran largas y musculosas, con grandes y bien
formados pies. A veces los hombres musculosos podían verse un poco cortos de
piernas, pero Galar era grande, con su cuerpo delgado en perfecta proporción.
Jess trató muy duro de no mirar entre sus poderosos muslos. Incluso
fláccido, su sexo era impresionante, un eje largo, veteado con una cabeza del
tamaño de una ciruela, con sus bolas pesadas cubiertas de nervudos rizos rubios.
—¿Cómo me quieres?
De cualquier forma en que pueda tenerte. De alguna manera se las arregló para
Un modelo profesional habría sabido cómo organizar su cuerpo. Galar, sin
embargo, no era un modelo profesional, y Jessica se encontró guiándolo en la pose
en que lo quería.
Su mentón cuadrado se sentía un poco duro con una barba incipiente
mientras ella ladeaba su cabeza hacia arriba. Le enseñó a doblar una rodilla hasta
que su muslo escondió su delicioso eje, ella sabía que no podría concentrarse con él
exhibiéndose. Jess colocó un poderoso brazo sobre su rodilla, y luego escapó de
vuelta a su caballete, con una sensación de alivio.
Tomando un lápiz de carbón para el boceto inicial, se metió felizmente en su
trabajo.
Galar tuvo que decirle a su computadora que suprimiera su erección.
De nuevo.
Había estado diciendo la verdad cuando había le dicho que su gente no
consideraba la desnudez como una invitación para el sexo. La privacidad era un
bien escaso en las condiciones de los cuarteles a bordo de los barcos, de las
estaciones espaciales, y de las instalaciones paramilitares en el puesto de avanzada.
Eran sólo buenos modales ignorar la piel desnuda que veías.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
evitar que las palabras salieran de su boca.
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El Club de las Excomulgadas
Pero no se había dado cuenta de cómo le afectaba tener a una mujer
mirándolo de la manera en que Jessica lo hacía. Esa mirada de ella pondría a su
Señor de la guerra hambriento y ardiendo como una antorcha.
La intensidad abrasadora que lo había atraído la primera vez hacia ella
estaba de vuelta, ardiendo en sus ojos, enrollándose por su delgado cuerpo. Ella
pintó en trazos largos y furiosos por más de media hora, sólo para detenerse
abruptamente.
La boca de Galar se secó mientras Jessica se dirigía hacia él con esas largas
piernas. Se agachó para mirar su cara, y luego estudió la línea de su cuerpo. Le
suave.
Justo cuando él estaba a punto de alcanzarla, Jess se levantó, se volvió con
un contoneo de su trasero hermoso, de regresó al atril. Él se las arregló para no
resoplar de frustración.
Galar inhaló, luchando por su autocontrol. El aliento traía el olor de ella,
riqueza femenina a pesar de la superposición de pintura. Él quería enterrar sus
manos en su pelo, sentir las largas hebras de seda oscura contra las palmas de sus
manos, en sus dedos. Quería sacudirle la sudadera roja y tomar esos redondos,
bonitos pechos, probar sus pezones. ¿Serían de color rosa?, se preguntó. ¿De un
rosa profundo? ¿De un suave, marrón polvoriento?
Quería llegar entre sus piernas y encontrar su suave carne, ponerla
resbaladiza y lista.
Sus labios se separaron, y la punta rosada de su lengua asomó entre sus
dientes.
Dulce Madre.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
tomó cada erg de su autocontrol evitar arrastrarla a su regazo y devorar esa boca
119
El Club de las Excomulgadas
Jess no había visto nunca nada parecido a los ojos de Galar. Primero habían
sido de un dorado brillante, como la miel bajo el sol, sombreados con
profundidades en color ámbar y ocre. Pero mientras lo pintaba comenzaron a arder,
primero con una sola mancha de color rojo, después con manchas de color carmesí
que se habían desarrollado hasta el momento en que sus pupilas eran de un
resplandor escarlata.
Y la expresión de su rostro, intencionada, casi depredadora. Mirando hacia
ella como un lobo hambriento en busca de un cordero que estaba fuera de su
alcance. Sus sensuales labios estaban ligeramente separados, un sonrojo erótico
Si algún otro hombre la hubiera mirado de esa manera, habría salido
corriendo de la habitación. Pero se trataba de Galar.
Y podía sentir que se estaba mojando.
Con cada respiración que tomaba, las copas de encaje de su suave sujetador
abrazaban sus pezones duros. Era increíble que todavía pudiera pintar. Increíble
que quisiera, cuando parte de ella dolía por tirar el pincel a un lado y unirse a él en
el sofá.
Pero el hecho era, que ella amaba demasiado lo que hacía para detenerse. El
calor placentero que sentía chisporroteaba sobre el lienzo como una descarga
eléctrica, energizando cada pincelada.
Sus ojos pintados la miraban desde el retrato con un hambre cruda,
masculina, que reflejaba una realidad impresionante. A pesar de que su gran cuerpo
yacía en una postura de relajación simulada, la necesidad que se enroscaba en él
estaba tan desnuda como lo estaba el Galar verdadero.
Jessica sospechaba que ese cuadro la haría sonrojar cuando tuviera ochenta.
También estaba bastante segura de que nunca estaría en la pared de nadie, excepto
en la suya.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
montando esos pómulos afilados.
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El Club de las Excomulgadas
Así que continuó pintando a pesar del dolor en los pezones, de la pesadez
entre sus muslos, del calor húmedo que crecía con cada pincelada.
A pesar de las llamas quemando de color rojo en sus ojos.
Se encontró deseando poner a prueba los límites de su control otra vez.
Colocando el pincel a un lado, Jess se movió hacia él mientras su corazón
latía con fuerza como un golpe de tambor de la selva. Él la vio venir como un
leopardo mirando a una gacela acercándose.
Ella se detuvo justo fuera de su alcance y bajó lentamente, con gracia, de
rodillas, moviéndose como una geisha en una danza. Fingió estudiar la larga,
poderosa línea de él que corría desde su pecho hasta la cintura y a la cadera. Evitó
sus ojos. De alguna manera intuía que si encontraba esa mirada roja de carbón, su
control se rompería y el juego habría terminado. Y no estaba preparada para que
terminara. Todavía no.
Ella se puso de pie y caminó de regreso a su caballete, sintiendo su mirada
ardiente en su trasero.
Cuando tomó el pincel, la mano le temblaba.
Jessica estudió la pequeña vibración lamentándose. Por mucho que le
gustara jugar con los dos, no quería arruinar el trabajo que había hecho. Era el
momento de parar.
Levantó la vista. Directamente a sus ojos. Él no sonrió, ni habló. Sólo rodó
sobre un pie en un poderoso, atlético movimiento. Se quedó al lado del sofá, con
sus grandes pies separados.
Su pene se levantó en completa erección, impresionante, con un rubor
oscuro, con su eje alargándose, grueso y espectacular, sus bolas estaban apretadas.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Esperando el momento de atacar.
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El Club de las Excomulgadas
Como si de alguna manera se liberaran de algún tipo de control sobrehumano que
había tenido sobre su cuerpo.
—Ven aquí. —Fue una orden gruñida, sin espacio para la desobediencia. Sin
esperar ninguna.
Jessica le hubiera dicho a cualquier otro hombre que se fuera directamente al
infierno.
Ella fue hacia Galar.
él elevándose sobre ella, se sintió como si su sexo estuviera lleno de miel caliente,
espesa y dulce. Sus fosas nasales se abrieron, oliéndola. Su sonrisa fue lenta,
hambrienta. Confiada. Su pene se sacudió hacia arriba, una caricia de calor contra
su vientre.
—Quiero tocarte. Quiero verte. —Galar llegó al dobladillo de su camiseta,
tirándola encima de su cabeza y arrojándola a un lado. Sus ojos brillaban mientras
estudiaba sus pechos, enmarcados en encaje y seda. Tragó y fue al cierre frontal de
su sujetador. Derramando sus curvas en sus manos cálidas—. Dulce Madre, eres
hermosa—. Parecía casi reverente.
—Tú también. —Jessica dejó caer la cabeza hacia atrás con un gemido
impotente mientras sus gruesos dedos rodaban sobre las puntas adoloridas.
—Desnúdate para mí —dijo él en un murmullo.
—Oh, sí. —Tragando, ella llegó al botón de presión de sus pantalones
vaqueros con manos ansiosas y temblorosas. La cremallera sonó como un suspiro
de rendición. Jess empujó hacia abajo sus pantalones por encima de sus muslos,
dando un paso libre de ellos, pateándolos descuidadamente a un lado.
Galar dio un paso atrás para pasar una mirada ardiente sobre ella. Ella se
estremeció bajo sus ojos, sintiéndose pequeña y vulnerable. Y deliciosa.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Tenía la boca seca, sus pezones duros. Mientras se quedaba mirando hacia
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El Club de las Excomulgadas
Su mirada se posó en el duro e hinchado pectoral, en la parte sobresaliente
de un pequeño pezón marrón. Con dolor por tocarlo, ella extendió su mano. Su piel
se sentía caliente, dura y lisa. Sus manos dejaron una mancha de color carmesí a
través de él, como si fuera pintura de guerra.
—Será mejor que me lave las manos. —Sus rodillas temblaron cuando se
volvió hacia el taburete y encontró un tubo de limpiador. Ella apretó el gel espeso y
verde en la palma de su mano.
Unas manos grandes la tomaron de su desnuda cintura y se cerraron sobre
las de ella, acariciando el limpiador sobre su carne. Cualquiera que fuera el material
visto, y luego desapareció como el agua.
Galar le limpió bien las manos, lentamente, hasta que se estremecieron,
limpias de pintura y con dolor por la necesidad de tocarle de nuevo. Sus dedos se
sentían fuertes y cálidos. Sus pezones animados. Era difícil respirar.
—Tienes manos hermosas —murmuró él en su oído. El hambre en su voz la
hizo temblar—. Tan delgadas. Tan delicadas y pequeñas. Femeninas.
Ella tragó, mirando hacia abajo sus grandes manos masculinas, con sus
tendones rígidos y fuertes y sus venas. No había nada en absoluto delicado sobre él.
Nada femenino.
Galar le dio la vuelta en sus brazos, con sus poderosas palmas muy suaves
en sus hombros. Jessica miró sus facciones marcadamente guapas. De cerca, el
resplandor rojo de sus ojos no se veía humano.
—¿Por qué te brillan los ojos? —su voz sonaba de ensueño a sus propios
oídos.
—Lo hacen cuando estoy en riaat. —Sus párpados bajaron, ocultando el
brillo con sus rubias pestañas gruesas—. O excitado.
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del que estaba hecho, limpió la pintura mejor que cualquier cosa que nunca hubiera
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El Club de las Excomulgadas
Ella no tenía idea de lo que era riaat, y en ese momento, le importaba un
comino. Toda su atención se centraba en su boca, en el movimiento de sus labios,
en la curva llena y seductora de su labio inferior, en la línea más delgada del labio
superior con su pequeño arco de cupido en la cima.
Galar sonrió y bajó la cabeza. Leyendo su mente.
El beso fue lento, profundo y vertiginoso. Ella se inclinó hacia él con un
gemido impotente. Su lengua tocó la línea de sus labios en una solicitud delicada
para entrar, y ella se abrió con un suspiro. Él se deslizó en el interior con un
impulso delicioso de apareamiento. Ella hizo girar su lengua alrededor de la suya, y
arrastrándola contra él.
Grande. Caliente. Duro. Su pene estaba contra su vientre como un tubo de
plomo. Ella se estremeció.
En el momento en que él se echó hacia atrás, ambos se sacudieron por la
necesidad. Él se inclinó, poniendo un brazo detrás de sus rodillas y el otro
alrededor de sus hombros, y la levantó en brazos. Girándola fácilmente la puso en
el sofá.
El corazón de Jessica golpeaba con un ritmo dulce y loco mientras él se
enderezaba, pasando una mirada radiante encima de ella antes de deslizar una
rodilla en el colchón al lado de su cadera. Ella lo vio doblarse hacia la punta
adolorida de su pecho derecho. Su mano lo tomó, cálida y muy hábil, mientras su
lengua se arremolinaba alrededor de su pezón. Ella cerró los ojos ante la caliente
tormenta de sensaciones que arrastró cada golpecito húmedo y excitante. Sus
dientes se cerraron, acariciándola suavemente, sacando un grito de excitación de
sus labios. —¡Galar!
Él gruñó algo, profundo y salvaje. Jessica deslizó sus manos hacia arriba en
todo el ancho de sus poderosos hombros para encontrar la fría seda rubia de su
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
él gimió, un sonido áspero y gutural. Sus brazos se apretaron alrededor de ella,
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El Club de las Excomulgadas
cabello. Sus dedos pasaron por los rizos cortos recortados, amando la sensación de
ellos, el calor de él en su contra.
Lenta y gentilmente, Galar comenzó a mordisquear su camino por la línea
de su torso, deteniéndose en su ombligo para lamer la pequeña hendidura hasta que
ella se retorció y rió. Eso lo sintió sonreír contra su vientre, y luego continuar su
camino con esos pequeños pellizcos dulces y excitantes.
Él se levantó sobre las manos y rodillas, moviéndose sobre ella, con su
cabeza hacia abajo, mientras probaba su camino a lo largo. Su pene apuntó hacia
su cuerpo como una varita mágica. Incapaz de resistirse, ella cerró su mano
Su eje se sentía como seda caliente, venoso y duro. Ella lo acarició con aire
soñador. En lo profundo de su cuerpo algo se tensó y apretó.
Por fin su boca llegó a sus rizos suaves y húmedos. Él separó los pétalos de
su sexo con sus dedos y le dio una larga lamida. Ella se estremeció ante la
alucinante sensación, con una inundación de miel caliente.
Una gota de líquido pre-seminal se reunió en la punta de su pene. Jessica lo
miró con avidez, y luego comenzó a empujar su camino debajo de él.
Él la sentó a horcajadas amablemente, dejando que ella pusiera en ángulo su
grueso eje hacia abajo, hacia su boca.
Y entonces él empezó a darse un festín.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
alrededor de su gruesa longitud. Ahora le tocó jadear a él.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Ocho
Galar inhaló, respirando el almizcle embriagador de su piel húmeda. Separó
los pétalos brillantes y rosados, estudiando el brillo deslumbrante antes de
agacharse y deslizar su lengua entre ellos. Cerró los ojos ante el placer de su sabor.
Un poco astringente, un poco salado, pero Dulce Madre, no había nada tan
embriagador como el sabor del placer de una mujer.
A pesar de que la probó perezosamente, él sintió las manos suaves y
pequeñas de ella ocupadas en su cuerpo, una mano recorría su trasero, a lo largo de
La sensación de sus dedos largos y afilados cerrándose alrededor de su pene lo hizo
estremecerse de caliente deleite.
Su lengua toco la cabeza en un remolino largo y excitante. Él se estremeció.
Señora, ella era increíble. Tan delicada en comparación a las mujeres duras,
guerreras y musculosas a las que estaba acostumbrado, ella tenía piernas largas y
delgadas como un sauce. Sin embargo, había fuego en ella, una sexualidad muy
caliente, una dureza que se negaba a ceder, ni para asesinar, ni para desesperarse.
La inquietud aumentó en él de repente y se quedó inmóvil, con su lengua
deteniéndose, incluso enterrada como estaba en su deliciosa carne.
Ella era peligrosa. Podía llegar a él, trabajar su camino bajo su piel de una
manera en que ninguna de las otras había podido hacerlo. De alguna manera intuía
que nunca podría mantenerla a una distancia profesional como siempre había
podido hacerlo con sus amantes. Ella podría hacerlo vulnerable.
Pero mientras esa fría brisa soplaba sobre Galar, la caliente boca se envolvió
en su pene, deslizándolo hasta la mitad de la garganta. La lujuria y el placer lo
arañaron, ahogando la voz de precaución sin ningún esfuerzo en absoluto. Él gimió
contra su sexo mientras Jess sacudía su cabeza, deslizando su erección dentro y
fuera.
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sus muslos, bromeando y enloqueciéndolo, la otra lo acariciaba entre sus muslos.
126
El Club de las Excomulgadas
Se preocuparía por su vulnerabilidad más tarde. En este momento su cuerpo
de Señor de la Guerra le exigía que saciara su considerable hambre.
Con un gruñido de necesidad, él comenzó a morder, lamer y chupar.
La sensación embriagadora y deliciosa recorrió a Jess, los calientes y húmedos
golpecitos de su lengua, la calidez de sus grandes manos acariciando sus muslos y
su trasero. La textura de acero satinada de su pene, saborear su masculinidad, el
sabor algo salado y ligeramente amargo de su líquido pre-seminal. Ella enmarcó sus
pelotas en su mano, disfrutando de la sensación de su aterciopelada piel y de sus
rizos suaves y elásticos. Abriendo su mandíbula, ella tomó más de él dentro de su
Un largo dedo trazó la comisura entre sus labios internos, y luego encontró
su apertura resbaladiza y presionó hacia adentro. La sensación la hizo
estremecerse.
De pronto él se apartó de ella como si no pudiera soportarlo más y se volvió
para mirarla de frente, con las manos apoyadas en el sofá a ambos lados de su
cabeza.
Por un momento se miraron el uno al otro, respirando con dificultad por la
necesidad y el placer. Sus rasgos angulosos se veían apretados, su boca llena y
húmeda. Sus ojos brillaban como una antorcha.
Un poderoso muslo se deslizó entre sus piernas, y ella se abrió para él,
dejando que se acomodara en posición. Ella llevó una pierna arriba, disfrutando de
lo resbaladizo de su piel a lo largo de la suya.
—Me vuelves loco —dijo él con voz áspera.
Ella sonrió, pasando un dedo por la línea reforzada de su brazo, siguiendo la
onda de sus bíceps hasta los tendones de su muñeca. —Puedo decir lo mismo.
—Bien—. Sus párpados estaban notablemente velados, él bajó la cabeza mientras
se acomodaba sobre ella. Ella contuvo el aliento ante la sensación de su fuerza dura
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boca. Él la recompensó con un profundo gemido.
127
El Club de las Excomulgadas
presionando contra su cuerpo, no tan dura que no pudiera respirar, sino dejándole
sentir su sólido poder.
Entonces su boca encontró la de ella en un beso lento, probándola,
acariciándola de ida y vuelta, capturando su labio suavemente entre sus dientes,
dándole una probada del sabor de su lengua. Ella le devolvió el beso, saboreando su
sabor.
Sin embargo, aunque el beso comenzó flojo, como de cortejo, se calentó
como una olla comenzando a hervir. Él comenzó a morderla, deslizando su lengua
profundamente. Ella se estremeció y envolvió una pierna alrededor de la suya,
trasero, silenciosamente urgiéndolo a continuar. Él se echó hacia atrás con un
gruñido bajo y caliente, levantándose en una mano, y alcanzando abajo con la otra.
La envolvió en su pene, lo ángulo y se encontró con ella.
Ambos jadearon mientras él entraba, lento, implacable, un grueso
deslizamiento que jugaba con ella deliciosamente. Él echó hacia atrás la cabeza,
con la garganta tensa mientras luchaba por controlarse. Mordiéndose el labio, se
salió, después se impulsó una vez más profundamente. Jessica envolvió sus piernas
alrededor de su estrecho trasero, luego deslizó sus brazos alrededor de su enorme
pecho y se sostuvo como si estuviera salvando su vida cuando él empezó a
empujarse. Profundo. Controlado. Llenándola completamente, como ningún otro
hombre lo hubiera hecho. Perdido en su calor y en su hambre, Galar la montó,
mirando su exquisito rostro. Sus ojos azules brillaban, su pelo estaba derramado
alrededor de su cara en un montón de seda oscura. Su piel brillaba como porcelana,
lo
que
contrastaba
con
el
mohín
rojo
de
sus
labios
entreabiertos.
Cada embestida hacía bailar sus bonitos y llenos pechos con punta de color rosa e
imposiblemente tentadores. Sus largas piernas se sujetaban sobre su trasero
mientras ella se hundía hacia él, añadiendo la fuerza de su cuerpo esbelto al suyo.
El placer se derramó por él, enrollándose caliente alrededor de sus testículos,
apretándoselos, incitándolo a la dulce locura hasta que empezó a meterse en ella
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deslizándola a lo largo de su gran cuerpo hasta que pudo hundir un talón contra su
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El Club de las Excomulgadas
más rápido, más profundo y con estocadas más fuertes. Ella abrió la boca al tiempo
que surgía contra su cuerpo.
El clímax rugió de la nada, una fuente de fuego cegadora que arrastró su
cabeza hacia atrás. Él rugió, perdido en las llamas de miel, en las garras de su sexo
palpitante alrededor de su pene. La oyó gritar de crudo placer mientras lo seguía a
él.
Cuando los largos y deliciosos espasmos finalmente se apagaron, él se
desplomó sobre ella, sudando y jadeando. De alguna manera él poseía sólo el
ingenio suficiente como para darse la vuelta sobre su espalda y tirar de ella a sus
pecho.
—Dios —gimió Jessica—, eso fue increíble. Eso, decidió él, era quedarse
corto. Nunca había tenido sexo tan delicioso en su vida.
Con ese pensamiento, una pequeña serpiente de inquietud se deslizó por su
columna vertebral.
*****
21 de julio 2008 en Charleston, Carolina del Sur
La tienda de café era uno de esos lugares pintorescos que ayudaban a hacer
de Charleston algo amado por los turistas en todas partes. La calle estaba
empedrada, bajo la sombra de robles centenarios, mientras el edificio exterior
estaba pintado de un color rosa como el algodón de azúcar contrastando con el azul
victoriano de pan de jengibre. Un cartel decía “The Loving Cup” estaba colgado de
un par de ganchos pintados de dorado. Su corazón latió con fuerza, la mujer que se
llamaba a sí misma Charlotte Holt buscó en los alrededores con cautela, demasiado
cansada y asustada para notar su encanto.
Los cascos del caballo de un carro grande sonaron en el empedrado mientras
la bestia hacía su paso más allá de Landau. Un par de turistas de edad avanzada le
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
brazos. Ella cayó contra él, jadeante, inerte. Su corazón latía con fuerza contra su
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El Club de las Excomulgadas
sonrieron desde sus asientos de cuero rojo. Una agobiada madre se agachó a su
alrededor, jalando a un niño de tres años. La cara del niño estaba manchada con
los restos de un cono de helado de chocolate y tenía una expresión de inmensa
alegría.
Un campesino grande, sureño, con un sombrero llamó la temblorosa
atención de Charlotte, pero un rápido vistazo a su mente le demostró que era
exactamente lo que parecía ser. No, gracias a Dios, el asesino Xer que había estado
merodeando su pista como un fantasma de alguna película de terror en la búsqueda
de venganza sangrienta.
con cada paso, un doloroso recordatorio de la herida de Marcin que había recibido
dos
días
antes.
Si
no
fuera
por
sus
poderes,
estaría
muerta.
Mientras abría la puerta de entrada con el alegre tintineo de una campana, ricos
aromas la envolvieron. Granos caros de tierra, chocolate, caramelo, leche al vapor,
crema batida, el olor a levadura de panecillos horneados. Su estómago rugió. Trató
de recordar cuánto tiempo había pasado desde que había comido. ¿El desayuno de
ayer? ¿O había sido el del día anterior?
Pero más que la tentadora promesa de la comida para su hambriento
estómago, mucho más que eso, estaba la sensación de paz que colgaba en la tienda.
Ellos estaban aquí.
Todos los músculos anudados en su cuello y hombros se relajaron. Charlotte
suspiró mientras el miedo y la tensión salían rápidamente de ella como agua.
Ahora ansiosamente, se dirigió hacia el mostrador. Dos mujeres matronas
trabajaban detrás de él, moviéndose con el ritmo suave de una larga asociación
mientras esperaban a una adolescente inquieta que escuchaba un iPod de color
rosa. La más pesada de las dos dispensó una inundación de algo oscuro y humeante
en una taza de papel mientras su delgada compañera de trabajo cantaba la compra
de la chica.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Decidiendo que era seguro, entró cojeando a la cafetería. Su cadera ardía
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130
El Club de las Excomulgadas
La cara redonda de la primera mujer iba con su edad, y su cuerpo parecía
llevar medio centenar de libras que podría no haber tenido antes. Su pelo gris estaba
recogido en un moño en la parte superior de su cabeza, atado con una cinta
granate, que hacía juego con su delantal de color rojo oscuro. Su compañera era
más alta, más flaca que redonda, con el cabello de un tono negro que estaba un
poco demasiado oscuro, como si lo tiñera ella misma y lo hiciera mal.
Para los sentidos especiales de Charlotte, ambas mujeres parecían irradiar
tranquilidad, como un par de faros de luz vertiéndose en la brumosa oscuridad.
Vanja y Ethini.
jodidamente cerca de eso más de una vez. Charlotte miró a las dos con un temor y
anhelo que no se molestó en disimular. Vanja miró hacia arriba, dándole una
sonrisa lenta, serena, dulce e inocente como una niña. —Ahí estás.
¿Lo de
siempre?
—Sí —dijo Charlotte con gratitud, inclinándose con cansancio en el
mostrador mientras la mujer de más edad se movía con fuerza alrededor para verter
dos tazas grandes de té helado. Hacía demasiado calor para tomar un café.
De pronto, Charlotte se sintió exhausta. Una combinación de hambre,
insomnio y miedo, ella supuso. —Y un muffin también, por favor.
Necesitaba desesperadamente los carbohidratos. Vanja le entregó las tazas,
junto con un muffin de arándanos en un plato de papel y luego intercambió una
mirada silenciosa con Ethini. Las dos mujeres sonrieron como diciéndose algo que
Charlotte no podía escuchar. Probablemente sí podían hacerlo. Mientras Ethini
volvía al trabajo, Vanja se dirigió hacia la puerta trasera que daba a un patio de
ladrillos. Charlotte fue después de ella, luego hizo una pausa frunciendo el ceño.
Parecía que algo hacía vibrar el aire en sus pulmones, algo poderoso que no venía
de ninguna de las mujeres. Instintivamente buscó en la habitación hasta que sus
sentidos se concentraron en un estante cubierto de adornos, una colección de
globos de nieve, velas, y placas impresas con pinturas de puntos de referencia de
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Habría muerto por cualquiera de ellas sin dudarlo. Había estado
131
El Club de las Excomulgadas
Charleston. Del tipo que los turistas de todo el mundo amaban, todo con etiquetas
de precios colgando.
Uno de esos pequeños objetos de mal gusto era un infierno mucho más de lo
que parecía.
Charlotte disparó a Vanja una mirada incrédula. —¿Lo trajiste aquí? ¿Qué
pasa si los Xerans…?
La mujer se encogió de hombros con calma. —Incluso si lo hacen,
Ella le dio al estante otra mirada. —No, supongo que no lo harían.
Vanja entró por la puerta. Sacudiendo la cabeza, Charlotte la siguió.
El patio estaba vacío en ese momento, lo que no era sorprendente teniendo
en cuenta el calor sofocante del mediodía. Vanja no habría sugerido que hablaran
aquí de otra manera. Un viejo y enorme roble dominaba el espacio, el cual estaba
rodeado por una pared de ladrillo cubierto con una decoración de picos de hierro
forjado. Plantas de peonías de colores asentían en la suave brisa, mientras un
abejorro las rodeaba borracho. Agradecida, Charlotte se hundió en una silla de una
de las mesas de hierro forjado a la sombra de un gran paraguas granate y café.
Bebió un sorbo de su té, disfrutando de su dulzura reforzante y luego tomó un
bocado de su muffin y suspiró. Por una vez, no estaba huyendo, no se estaba
escondiendo.
No tenía miedo. Incluso el dolor de su herida se desvanecía en el fondo,
como nada más que un dolor persistente.
Vanja se acercó y apoyó una mano en la cadera lesionada de Charlotte.
Energía se vertió de sus gordos dedos, arrancando un suspiro suave de sus labios. El
dolor desapareció, desvaneciéndose mientras la profunda herida de cuchillo
comenzaba a sanar. Los ojos oscuros se reunieron con los de ella, amables y con
una profundidad infinita, mientras Vanja retiraba la mano.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
¿Realmente crees que lo reconocerán?
132
El Club de las Excomulgadas
—Pobre Char-lotte. —Había un indicio de un acento de alguna parte en su
suave voz, algo que podría haber sido confundido con un acento Charlestoniano.
Charlotte lo sabía mejor—. Has sacrificado mucho por nosotras.
Charlotte miró sus ojos insondables con avidez. —No fue un sacrificio. He
ganado mucho más de lo que he perdido.
Esa mirada compasiva se redujo a su cadera recién cicatrizada. —¿Él te
persigue todavía?
Charlotte se encogió de hombros. —El coronel Marcin no es del tipo que
un latido, creyó sentir piel debajo de la palma de su mano—. E incluso si lo
derroto, habrán otros. Los XER quieren matarte y robar el T’lir.
La boca de Vanja se curvó en una leve sonrisa. —No somos tan fáciles de
matar. Tampoco el T ‘lir es tan fácil de tomar.
—Pero son muy buenos para matar. —Ella tenía la boca apretada—. Y para
robar —. Habían robado su vida, ¿no? Vanja sólo se encogió de hombros.
Charlotte suspiró, con miedo por ella, pero sabiendo ahora que ni siquiera el
peligro podía perforar su suave serenidad. —¿Cómo está Jessica?
La mirada de Vanja se volvió distante, abstraída. —Su cuerpo cambiará con
el tiempo. Nuestros enemigos planean su asesinato. Pronto se enfrentará a su
prueba.
Las manos de Charlotte se retorcieron en su regazo. —¿Sabes… has visto...?
—Sabes que no te puedo decir eso, niña.
Sus hombros cayeron. —No. Supongo que no.
La prueba de Jessica era la suya. Así como la de Charlotte era la de ella.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
renuncia—. Se atrevió a estirarse y a tocar las manos de la otra mujer. Por tan sólo
133
El Club de las Excomulgadas
*****
Sintiéndose desenvuelta y relajada de esa manera que sólo gritaba, buen
sexo, Jess siguió a Galar de vuelta a sus habitaciones. Ni siquiera se molestó en
pedir una habitación para ella sola. Infiernos, después de probar su alucinante
pasión, no deseaba una. Hizo una pausa para mirarlo sin vergüenza mientras él se
desnudaba, disfrutando del cambio y del movimiento de sus poderosos músculos
mientras se movía, admirando la V perfecta de su torso, la longitud y el poder de
sus piernas.
Jess sonrió. —Absolutamente.
Galar cruzó los musculosos brazos, se balanceó sobre sus talones y la miró
con evidente desafío. Jess se rió suavemente y se pasó la sudadera sobre la cabeza.
Sus ojos dorados se encendieron con aprobación mientras sus pechos
desnudos rebotaban libres. Ella tomó la cintura de sus pantalones vaqueros y rodó
sus caderas en una maniobra juguetona mientras los empujaba hacia abajo. Ella le
sonrió. —¿Disfrutas de la vista?
Galar soltó una carcajada y se abalanzó sobre ella, tomándola en sus brazos
mientras su pene se sacudía hacia arriba en plena erección. —¿Qué piensas tú?
Jess pasó sus brazos alrededor de su cuello. —Creo que estoy impresionada.
—¿Eso crees? —ronroneó él— obviamente, tendré que trabajar más duro.
Una hora más tarde, deliciosamente exhausta, Jessica suspiró mientras Galar la
atraía contra él y curvaba su enorme y sudoroso cuerpo en torno al suyo. Ella
recostó la cabeza sobre su poderoso hombro, suspiró, y se deslizó rápidamente en
un sueño.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Él arqueó una ceja rubia hacia ella. —¿Disfrutas de la vista?
134
El Club de las Excomulgadas
Jess reconoció la Tierra. Azul, envuelta en nubes, las masas de tierra conocidas
pintadas en verde, marrón y ocre.
El barco llegó sonando, una forma intermitente sobre el fondo del espacio. Incluso con
sus nuevos conocimientos, parecía profundamente alienígena, todas las curvas y líneas de
barrido que se veían eran como si de alguna manera ninguna mano del hombre las hubiera
creado.
Se estrelló contra la atmósfera terrestre y siguió su camino mientras un escudo
protector estallaba brillante a su alrededor, resguardándolo de la fricción de entrada. A
medida que la gran nave se desplomaba hacia el mar, la cabeza de Jess se arrojaba contra la
ahogándose…
En cambio, la nave frenó bruscamente y se deslizó en el agua con apenas un toque. Se
deslizó hacia abajo por el frío azul, más y más profundo, hasta que finalmente se estabilizó en
el fondo del océano, con una nube de sedimentos en aumento a su alrededor.
La escena cambió. Un sonido de zumbido resonó a través del agua, extraño y hueco
para los oídos de Jess.
La fuente del zumbido finalmente apareció: un submarino nuclear, deslizándose a
través de las profundidades como un tiburón. Las luces destellaban desde el submarino,
bailando en la nave alienígena, trazando sus inhumanas líneas.
Maldita sea, es grande, pensó Jess, sorprendida. La nave era fácilmente cinco veces
el tamaño de los submarinos. Por fin, el submarino navegó alejándose, mucho más rápido de
lo que se había acercado. Jess casi pudo sentir el entusiasmo de su tripulación por informar lo
que habían encontrado.
Pero tan pronto se desvaneció poco a poco el barco fue volviéndose transparente y
desapareció. Una especie de campo de camuflaje, Jess se dio cuenta. Pero ¿por qué la
tripulación
no
la
había
activado
antes? Era
como
si
quisieran
ser
vistos.
La escena cambió de nuevo. Un equipo de buzos de aguas profundas apareció, sólo para nadar
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
almohada. Tsunamis, su mente le susurró, evocando imágenes de personas gritando,
135
El Club de las Excomulgadas
lejos decepcionados cuando no encontraron nada, excepto la fría, oscura y profunda agua
inmóvil.
Cambio. Ahora estaba en el interior del barco. Pequeñas formas curvas se alzaban a
su alrededor, sólo iluminadas por el resplandor ámbar suave de los instrumentos extranjeros.
Parecía que ella se deslizaba entre las filas y filas de huevos transparentes, brillando
dorados y suaves. De alguna manera sabía que cada uno era más grande que un hombre.
Mirando dentro, vio las formas, medio-vistas y sin duda con vida. Cada una tenía seis
miembros, estaban cubiertas de piel fina y cabezas alargadas en equilibrio sobre estrechos
Mientras miraba dentro en uno de esos huevos, los ojos de su ocupante se reunieron
con los suyos, oscuros, enormes, iluminados con una profunda inteligencia. Ojos amables, a
pesar de que eran alienígenas, irradiando dulzura y paz. Los santos cristianos podrían haber
tenido los ojos así.
Medio-hipnotizada, Jess flotó en la oscuridad, dejando que la serenidad de la criatura
alienígena la recorriera en ondas suaves. Hasta que la luz azul explotó en la oscuridad como
un rayo. Las figuras brillaron también entre los huevos, enormes, armados con picos
blindados, brillando desde cráneos afeitados.
Jess retrocedió con horror.
¡Xer!
Uno de los Xerans entró directamente en su vista. Una mujer, con delicados anillos
sobresaliendo de sus sienes. Después de un congelado instante de horror en blanco, Jess
reconoció los grandes ojos verdes y las facciones frágiles, a pesar de su expresión fría.
Charlotte Holt.
*****
Jess se irguió con un grito. El calor y un ligero estallido desde el centro de su
pecho iluminaron la habitación. En todo su alrededor vio danzar a los objetos con
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
cuellos de los cuales flotaba una nube de melenas de dientes de león.
136
El Club de las Excomulgadas
un estruendo y luego caer de los estantes, golpeando el piso alfombrado en un coro
de golpes.
—Jessica —brazos fuertes se cerraron alrededor de ella—. ¡Luces! —gritó
Galar. La sala se llenó con un resplandor suave y blanco, desterrando lo último de
la luz alienígena.
—¡El Xer! —Instintivamente Jess clavó las uñas en sus bíceps con una
fuerza nacida de la desesperación—. ¡Los matarán! ¡Robarán el T’lir!
—¡Hey! Oye, está bien —dijo él con dulzura—. Acabas de tener una
Ella recorrió la sala violentamente. Cada objeto que había tenido en sus
estantes yacía en el suelo ahora, como si hubiera sido tumbado por una tormenta de
energía. —¿Estás seguro de eso?
¿Y qué demonios era un T’lir?
—Debemos haber tenido un terremoto —le dijo Galar. Ella le contó el sueño
a medida que avanzaban en torno a la sala para recoger y guardar los trids caídos,
estatuas y armas.
Jess se detuvo en el acto al recoger la hoja de datos y lo miró fijamente. —
¿En Georgia?
Él se encogió de hombros. —Se sentía así para mí. La cama se sacudía tan
fuerte que casi me caí.
Jess abrió la boca, luego volvió a cerrarla. Si le decía que ella lo había hecho,
él pensaría que estaba loca. Sin embargo, mientras se sacudía despertándose, había
sentido algo salir corriendo de ella en una inundación de energía ardiente.
No, debe haber sido una pesadilla. Sólo. . . —¿Qué pasa con Charlotte?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pesadilla.
137
El Club de las Excomulgadas
Galar le lanzó una mirada mientras tomaba la espada y la ponía en su lugar
en el estante. —¿Crees que realmente sea Xer? Jessica fue sólo un sueño.
—Pero parecía tan real. Nunca había tenido uno tan vivo y he tenido
algunos sueños muy vívidos.
—Charlotte no es Xer, Jess. —Sacudiendo la cabeza, él se inclinó para
recoger un mundo Trid caído—. Yo la revisé. Ella era tan humana como tú.
—Los sensores pueden ser engañados. —O al menos eso decía su EDI, de
—En realidad no. Puedes protegerte contra ellos, pero no harás que no
pesquen nada en absoluto. Charlotte fue leída como completamente humana. Si se
hubiese estado protegiendo, lo habría sabido.
Ella frunció el ceño. —Pensé que los Xerans eran humanos.
—Vienen de una raíz humana, sí, pero eso fue antes de un par de cientos de
años de bricolaje genético. Existen diferencias importantes ahora. —Él se acercó
para descansar una mano en su hombro—. Tuviste una pesadilla, Jess. Eso fue todo
lo que sucedió.
Dios, pensó ella sombríamente, espero que tengas razón. Porque si no, algo
realmente aterrador sucederá.
*****
Jess miró a su oponente blandir un cuchillo, con una mueca de amenaza en
su rostro. Los músculos ondulaban de arriba hacia abajo de su poderoso pecho
desnudo mientras se movía. —Tienes que estar bromeando.
Galar bajó el cuchillo y suspiró. —Jess, ese EDI de combate no te hará
ningún bien si no prácticas.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
todos modos.
138
El Club de las Excomulgadas
—No sé cómo me haría algún bien en absoluto en contra de un robot de
batalla Xerans.
Él frunció el ceño. —Ahora esa es la actitud que simplemente garantizará
que te maten. ¿Te puedo recordar que incendiaste su trasero la última vez que
luchaste contra él?
Ella soltó un bufido. —La última vez que luché contra él, él me destruyó.
—Sí, pero luchaste contra él el tiempo suficiente para que nosotros
llegáramos a ti. —Galar hizo un gesto con el cuchillo—. Ese es el punto central de
cualquier lucha prolongada, te matará. Eso significa que tu trabajo es asegurarte de
que no entrar en una lucha prolongada con él. Tú te retiras y nos das la
oportunidad de salvarte.
—¿Cuándo estaré sola el tiempo suficiente para que venga por mí?
Galar encogió esos atrayentes hombros musculosos. —Si me mata, estarás
sola.
Jess lo miró, sus ojos se abrieron anchos mientras su estómago se retorcía.
—¿Qué?
Su constante y suave mirada ni siquiera vaciló. —Tienes que estar lista para
cualquier eventualidad, Jess.
—No quiero que mueras por mí, Galar.
—No estoy particularmente emocionado con la idea tampoco. —Él dio un
paso más cerca, con su mirada estrechándose feroz y exigente—. Pero si termino
muerto, no quiero que sea por nada. No dejes que te maten. Recuerda: el equipo de
Outpost te escuchará si gritas. Ni siquiera tienes que marcar el 911. Sólo grita para
pedir ayuda, y cada Ejecutor en esta instalación estará aquí dentro de dos minutos.
Pero tienes que mantenerte con vida durante esos dos minutos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
este pequeño ejercicio. Estás en lo correcto que en el combate uno-a-uno en
139
El Club de las Excomulgadas
Ella tragó. —Pero, ¿qué hay de ti?
Galar se encogió de hombros. —Con la regeneración, hay una buena
probabilidad de que me puedan ayudar, si llegan a mí a tiempo.
Jess enderezó los hombros y suspiró. —Está bien. ¿Qué debo hacer?
—Corre como el infierno en el instante en que aparezca.
—Pensé que iba a pelear.
—No, si puedo evitarlo. Si Marcin Salta en el Outpost, dialogaré con él. —
detengas a mirar o ayudar, vete lo más lejos posible.
—¿Quieres que te deje?
—Puedes apostar tu pequeño y delicioso trasero. Si tú no estás en la línea de
fuego, no tendré que preocuparme por mantenerte con vida. Además, cada
Ejecutor en el puesto de avanzada estará en camino. —Él sonrió ligeramente—. No
quiero que estés en el camino distrayéndolos de salvar mi vida.
A Jess no le gustaba la idea de abandonarlo, pero tenía que admitir que tenía
razón. —Correr como el infierno. Lo tengo.
—Pon barreras entre él y tú —continuó Galar—. Él es más rápido que tú,
por lo que necesitas ponerle un obstáculo que enfrentar. Cierra las puertas, tira
muebles en su camino. Detenlo de cualquier forma que puedas.
—¿Qué hago si me atrapa?
Él sonrió. —Aléjate.
—No me digas. ¿Tienes alguna sugerencia de cómo puedo hacer eso?
—Él esperará que pelees como un humano civil timido y poco eficaz. —
Galar hizo un puño y le enseñó los dientes—. Hay que hacer lo contrario. Cuando
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Su boca se volvió una línea sombría y dura—. Tú corres. No discutas, no te
140
El Club de las Excomulgadas
le pegues, dale todo lo que tengas. Trata de acomodar tu puño en su cráneo—. Dio
un golpe, demostrándoselo.
Jess soltó un bufido. — ¿Me veo como un guerrera para ti?
—Cuánta fuerza puedes realmente generar no viene al caso. Incluso si todo
lo que haces es asustarlo, esos podrían ser los dos segundos que necesites para salir
y seguir con vida. —Él le hizo un gesto con sus dedos para que fuera hacia él—,
pégame.
Esta es una pérdida de tiempo. Ella sabía que no debía decirle eso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Mordiéndose el labio caminó y dirigió su puño directo a su estómago desnudo.
141
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Nueve
El impacto la sacudió todo el camino hasta su hombro, como si hubiera
impulsado su puño en un bloque de hormigón. —¡Ay! —Ella sacudió su mano
punzante y parpadeó las lágrimas de sus ojos.
—No así. —Él ni siquiera se balanceó sobre sus talones, vio ella resentida.
Deslizando el cuchillo en la vaina de su cintura, Galar se volvió de perfil hacia
ella—. Necesitas impulsarte desde las caderas para poner todo tu cuerpo detrás del
golpe, no sólo los músculos de tu brazo—. Su ligera burla le dijo exactamente lo
alzó su brazo derecho y lo lanzó hacia adelante, girando sus caderas para agregar
impulso mientras lo hacía.
Jess estuvo de pronto muy contenta de no estar en el otro extremo de su
puñetazo.
—Ahora inténtalo tú. —Él se movió detrás de ella y puso sus manos en sus
caderas—. Todo viene de aquí. Pasa el pie derecho atrás.
Jess obedeció, sintiéndose más que un poco torpe, y completamente
demasiado consciente de su presencia a sus espaldas. Lanzó un puñetazo. —Bien,
eso apestó—. Ella hizo una mueca por su falta de fuerza.
—Trata de nuevo —dijo Galar con paciencia, sin un atisbo de frustración en
su voz.
Jess apretó los dientes y se acomodó, decidida a hacerlo bien esta vez. Le
dio todo lo que tenía, y estuvo condenadamente cerca de caerse sobre su rostro.
Para darle crédito, Galar ni siquiera suspiró. —Mejor, pero tienes que cuidar tu
equilibrio. Déjame ver tu puño. No, no así. Te romperás todos los huesos de la
mano—. Desenvolvió sus dedos y le mostró cómo hacer un puño adecuado.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
que pensaba de sus músculos en cuestión. Deslizó su pierna derecha hacia atrás,
142
El Club de las Excomulgadas
—Esto trae a mi mente las palabras favoritas de mi abuela —dijo Jess
secamente—. Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar. Te frustrarás y
molestarás a los cerdos.
—La vida del cerdo no depende de su habilidad para cantar un aria. —Él
frunció el ceño—. No entiendo esto. Chogan te dio un combate EDI, pero no
pareces estar accediendo a él en absoluto.
Ella hizo una mueca. —Ya me di cuenta.
Galar se frotó el mentón, contemplándola. —Estás sobre-pensando esto. Es
Jess ladeó la cabeza, considerándolo. —Cuando dejé de luchar contra él.
—Creo que estás haciendo lo mismo con el EDI de combate. Si podemos
lograr que comiences a reaccionar de forma automática, vendrá a ti.
Y sin advertencia, se giró a la derecha y le dio un golpe a la cabeza. El
brazo derecho de Jess se levantó, golpeando su muñeca hacia arriba, mientras ella
daba un paso atrás, girando cuidadosamente lejos. Se detuvo y parpadeó
asombrada. —Lo hice.
Galar le dio una sonrisa de satisfacción. —Por supuesto que sí.
—Es algo malditamente bueno o si no me habrías arrancado la cabeza.
Él soltó un bufido. —Por favor. Soy un señor de la guerra. Nunca doy un
puñetazo que no esté en completo control.
—Eso debe ser bueno —se quejó ella.
—Intentémoslo de nuevo. —Sus ojos se estrecharon con una expresión
calculadora.
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como el archivo de conocimientos básicos. ¿Cuándo dejó de inundarte?
143
El Club de las Excomulgadas
Fue una de las cosas que Jess pronto aprendió a temer. Él no le daba tregua
alguna, acechando como un tigre, lanzando puñetazos con patadas que ella habría
jurado eran pura
velocidad. Por suerte, no había bromeado sobre su control.
Incluso cuando ella fallaba un golpe, él nunca la golpeaba. Y al principio, falló una
gran cantidad de golpes. Pero él tenía razón. La lluvia de ataques no le daba tiempo
para pensar, obligándola puramente a reaccionar, dejándola sudando y respirando
duro con su corazón latiendo con fuerza.
—Galar —jadeó ella al fin—. Es suficiente. Necesito un descanso
Él movió sus labios detrás de sus dientes y le mostró el cuchillo que había
La ira se deslizó por ella, rápida y caliente. Había estado dándole todo lo
que tenía. Sus músculos se sentían como espaguetis y le dolía todo el cuerpo hasta
los huesos. Estaba cansada, maldita sea. Y de todos modos, si él tenía razón, no
habría lucha alguna con el Xeran excepto la de correr más de unos segundos de
todos modos. O ella se iba o moriría. —Tenemos palabras para gente como tú —
jadeó ella—. ¡Pendejo!
—Menos habla, más combate. —Él giró el cuchillo.
Ahora Furiosa, Jess dio un paso adelante, balanceó su brazo izquierdo para
bloquear
La
su
cabeza
ataque
de
y
Galar
movió
se
su
puño
sacudió
por
derecho
la
directo
fuerza
de
a
su
su
boca.
golpe.
El instante de triunfo de Jessica se convirtió en horror cuando Galar levantó sus
dedos y se limpió la sangre de sus labios. Le había partido el labio inferior. —Oh,
diablos, ¡Lo siento!
Él le sonrió, con una mancha de carmín en sus dientes. —Ahora eso era lo
que estaba esperando. Sabía que si te presionaba lo suficiente, lo lograrías.
—¿Querías que te golpeara? —Luego él se pasó una mano por la cara por
tan exitosa realización—. Por supuesto que sí, ese era el punto.
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sacado cuando ella había mejorado. —Marcin no te dará ningún descanso, Jess.
144
El Club de las Excomulgadas
Él asintió. —Incluso después de que empezaste a usar el EDI, has estado
totalmente a la defensiva. Y esa no es la manera de ganar una lucha contra un
Xeran. Esa no es incluso la manera de sobrevivir a una pelea con un Xeran.
Necesitarás agresión y ferocidad para seguir con vida en contra del hijo de puta.
—Buen punto. —Ella se pasó las manos por su pelo e hizo una mueca.
Estaba tan húmedo como si acabara de salir de un baño—. Probablemente huelo
como una cabra.
—No, sólo como una mujer un poco sudorosa. —Él dejó caer una gran
Jess se quejó en señal de gratitud. —Oh, Dios, sí.
*****
Ivar hacía tiempo que había perfeccionado el arte de ver y escuchar sin
parecer que estaba prestando atención en absoluto. Ese talento era una de las
muchas cosas que mezclada junto con su capacidad sociópata le había hecho un
espía de éxito.
Así que todo el tiempo que Galar le había estado dando a Jess su lección de
combate, él había estado trabajando con una barra de gravedad en una esquina del
gimnasio. Había tenido la barra en su configuración máxima de peso, pero era tal
su fuerza cyborg que podía saltar y dar vueltas y atraparla con sólo la mitad de su
mente en lo que estaba haciendo. El resto se centraba por completo en Galar y la
primitiva.
Había sido un golpe de suerte lo que lo había llevado al gimnasio en ese
momento en particular. Pero entonces, la suerte era otro ingrediente clave de su
éxito.
No era que necesitara mucha suerte para matar a Jessica. Sus habilidades de
combate eran de risa en el mejor de los casos. Había aprendido eso con sólo
mirarla. Sería tan simple como conseguir estar a solas con ella durante cinco
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mano en su hombro—. Vayamos a limpiarnos.
145
El Club de las Excomulgadas
segundos y romperle el pequeño y delicado cuello. El truco era no ser atrapado. El
puesto de avanzada del sistema de seguridad era formidable. En el momento en que
tratara de lanzar un ataque, sus sensores podrían detectar su agresiva intención, y
convocar a los otros Ejecutores. Su cubierta sería destruida, asumiendo incluso que
sobreviviera.
Sin embargo, imaginar la reacción de Galar al encontrar a la perra muerta,
estaba tentándolo en serio de todos modos. De alguna manera ella había
conseguido llegar bajo la piel del Señor de hielo, algo que Ivar siempre había
asumido como imposible. Galar ni siquiera parecía luchar contra el asalto de su
Sí, matar a la primitiva sería delicioso. Sobre todo si podía llegar a ver
después la reacción de Galar. Sólo tenía que asegurarse de no dejase atrapar.
Los ojos de Ivar se redujeron cuando comenzó a bombear otra serie de repeticiones
con la pesada barra. Tenía un esbozo de plan, pero necesitaba desarrollarlo más.
En primer lugar necesitaba cortar el sistema seguridad del puesto de
avanzada, lo que sería difícil. Sin embargo estaba seguro de que finalmente podía
llevarlo a cabo. Ivar nunca había encontrado un sistema que no pudiera penetrar si
ponía su mente en él.
Lo cual significaba que la primitiva estaba tan bien como muerta.
*****
Galar la condujo por un pasillo forrado con puertas. Jess lo siguió
mecánicamente con piernas que le temblaban un poco por el cansancio. —Y yo que
pensé que estaba en buena forma —gimió ella—. ¡Iba al gimnasio tres veces a la
semana!
Los ojos dorados cortaron en dirección a ella, pero amablemente Galar no
expresó su opinión de su programa de ejercicios. En su lugar, sólo dijo: —No
importa en cuan buena forma estás. El combate requiere una magnitud
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
corazón.
146
El Club de las Excomulgadas
completamente diferente de esfuerzo, tanto mental como física y emocional. —Se
giró abriendo una de las puertas, y abriéndose camino al interior.
A un oasis.
Jess se detuvo en el umbral para mirar. No había paredes ni techo, sólo un
bosque tropical lluvioso de selva verde brillante. Una piscina ovalada estaba en el
centro de un racimo de lirios y helechos de colores verde y un ligero esmeralda.
Un semicírculo de árboles se curvaban alrededor de la piscina, el agua sombreada
burbujeaba con un dosel de hojas. Una guacamaya roja la miró desde un extremo,
La ilusión era perfecta, pero definitivamente era una ilusión. El suelo bajo
sus pies era duro y liso, no de limo suave como el de la selva. —Maldita sea, Galar,
¿cómo haces esto?
Él se encogió de hombros y tomó la cintura de su ajustada prenda negra. —
La misma tecnología básica que la de los imagizers que utilizamos para los trids y
el camuflaje—. Antes de que pudiera absorber esa idea, él se bajó los pantalones
por sus largos y hermosamente musculosos muslos. Jess parpadeó ante la vista de
su trasero desnudo y de pronto se sintió mucho menos agotada. —Eh, ¿qué pasa si
alguien viene?
Galar salió de la prenda ajustada, gloriosamente desnudo. —Le dije a la
compañía que queremos privacidad. La puerta no se abrirá para nadie más—. Le
dio una sonrisa lenta y depredadora—. No tenemos que preocuparnos por ser
interrumpidos.
—Oh. —Ella tragó, con su mirada sobre su pene. Se elevaba en una erección
realmente impresionante—. Qué conveniente.
—Mucho. —Él levantó una ceja rubia—. ¿No tienes demasiada ropa?
Jess arrastró sus ojos lejos del eje impresionante de Galar. —Al parecer.
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con sus plumas gloriosamente brillantes como adornos de Navidad.
147
El Club de las Excomulgadas
Pero a medida que empezaba a tirar abajo sus propias prendas ajustadas, los
músculos de sus brazos y muslos se movieron dolorosamente. Ella se estremeció.
— ¡Owww! ¡Maldita sea, duele!
—Será mejor que te metas en el agua o no te podrás mover mañana. —Galar
frunció el ceño. Para su decepción ella vio su erección sumergirse—. De hecho,
creo que necesitas un masaje.
Jess vio su pene hundirse con pesar. —Yo también, pero no creo que vaya a
conseguir el que tengo en mente.
subestimes a un señor de la guerra, amor. Siempre podemos elevarnos, en cualquier
ocasión.
Ella gimió por su juego de palabras y tomó la mano que le extendió para
entrar en el estanque. El calor del agua que burbujeaba fue suficiente para hacerla
empezar a sudar mientras sus pies tocaban los escalones que llevaban abajo a la
gran bañera de mármol. Un banco acolchado sorprendentemente suave corría
alrededor de su pared exterior y ella se acomodó en él con un suspiro, hundiéndose
hasta los hombros en el vapor burbujeante.
—Muévete hacia adelante —le dijo Galar. Ella obedeció y él se deslizó del
borde de la piscina al banco detrás de ella, con las piernas a ambos lados de sus
caderas. Volvió la cabeza para observarlo poniendo un líquido de color azul
brillante de un contenedor en forma de bombilla en su palma—. Aceite Uetian de
hierbas—, le explicó él frotándose las manos—. Nada mejor para los músculos
doloridos.
Sus manos, fuertes y cálidas, encontraron sus hombros. Jess cerró los ojos y
ronroneó mientras sus largos dedos se hundían en ella descubriendo todos los
nudos de sus músculos con una precisión infalible. Ella dejó caer la cabeza hacia
adelante. Pulgares anchos hicieron un círculo en un lugar particularmente
desagradable,
masajeándolo
con
habilidad
hasta
que
se
desvaneció.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Su ceño se frunció transformándose en una sonrisa desenfadada. —Nunca
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El Club de las Excomulgadas
Maldita sea, esto era mejor que el sexo. Luego sonrió, recordando lo bueno que era
Galar haciendo el amor. Bueno, casi.
La piel de los hombros de Jessica se sentía de grano fino en sus manos,
caliente y resbaladiza por la combinación del aceite y del agua. Mirando por
encima del hombro, Galar vio sus bonitos pechos rebotar, enrojecidos por el calor.
Realmente quería probar sus pezones rosados, pero era un hombre paciente y ella
necesitaba el masaje.
Se lo había ganado también. Galar sonrió, recordando su intensa
concentración mientras luchaba para bloquear sus ataques. Para un hombre que
un poco torpe.
No estaba seguro de por qué la había encontrado tan entrañable.
Tal vez había sido su feroz determinación. Jess se mantenía presionando, lo seguía
intentando incluso cuando estaba casi acabada por la fatiga. Molestarla lo suficiente
para hacerla que le hiciera un swing le había tomado una cantidad sorprendente de
trabajo. Había estado tan concentrada en hacer las cosas bien, sin importar qué tan
deliberadamente irrazonables fueran sus demandas. Ella no podría ser un producto
de la ingeniería genética o de alguna cultura guerrera, pero era una luchadora todo
el camino hasta sus huesos. No era de extrañar que no pudiera resistirse a ella.
Galar frotó los círculos en el centro de la palma de su mano con su pulgar y luego
comenzó a trabajar su camino a lo largo de cada dedo largo y afilado. Le masajeó
la espalda y los brazos tan a fondo, que ella se quedó completamente relajada en su
contra, casi dormitando. —Mmmm —susurró Jess—. Eso se siente tan bien—.
Ella le dio un pequeño meneo sensual.
Él sonrió. —Estaba empezando a pensar que te habías dormido.
Jess volvió la cabeza para darle una sonrisa maliciosa. —No con esa
erección tuya presionando mi trasero.
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había pasado su vida luchando junto a los cyborgs y Warfems, ella parecía más que
149
El Club de las Excomulgadas
Él bajó la cabeza para darle un mordisco suave en la oreja. Ella se
estremeció deliciosamente. —¿Debo pedirte disculpas por no dejarte dormir?
—Sólo si intentas estar a la altura de mis expectativas.
Él le tomó el pecho con su mano libre, y luego comenzó a rodar
delicadamente el pezón entre sus resbalosos dedos con aceite. —Oh, no tienes que
preocuparte por eso.
Ella sonrió, cerrando los ojos con placer. —Alivias mi mente —. Él le soltó
la mano y comenzó a darle un masaje totalmente diferente entre sus largas piernas.
Dedos engrasados la acariciaron y jugaron primero con un duro pezón,
luego con el otro, hasta que ella se retorció con impotente necesidad. Él no tuvo
clemencia, jugueteando con sus pechos y sexo al mismo tiempo mientras ella
gemía.
Galar retumbó con placer por su reacción. Se sentía cómoda y deliciosa
alrededor de sus dedos manchados de aceite. Recordó cómo se había sentido
conducir su pene en ese canal dulce y firme. Su erección se sacudió, atrapada entre
su cuerpo y la cadera de ella.
Su risa de respuesta sonó claramente felina.
*****
Mientras los dedos de Galar jugaban con su pezón y sexo, el placer fluía por
el cuerpo de Jessica como una ola de miel caliente, brillante y dulce. Ella dejó que
su cabeza se recargara en su hombro. Después del masaje largo y delicioso, se
sentía como si no tuviera huesos, como un plato de pasta. Incluso su excitación era
lenta, calentándola suave y ascendentemente en lugar de la tormenta de urgencia de
lujuria que había experimentado el día anterior. Sin embargo, no era menos dulce,
ni menos embriagadora. Echándose hacia atrás a los fuertes brazos de Galar, Jess
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ella se arqueó y contuvo el aliento.
150
El Club de las Excomulgadas
se dejó disfrutar de sus juegos lentos y sensuales. Su pene se apretaba contra ella
como una malvada promesa y ella sonrió anticipando.
—¿Te gusta eso? —gruñó él en su oído, deslizando primero un dedo
profundamente, luego dos.
—Tú eres el hombre con los sensores. ¿Qué piensas?
—Creo que quiero follarte. —El áspero rugido de tigre envió un rayo de
pura lujuria a sacudirla. Antes de que pudiera moverse, él subió con ella, sacándola
Jess chilló, asustada, cuando él se volvió y la puso cruzando el lado de la
piscina sobre su vientre.
—¡Hey! —Ella comenzó a alzarse, pero él puso una gran mano en la parte
trasera de su cuello, manteniéndola suavemente en su lugar—. ¿Qué crees que estás
haciendo?
—Adivina. —La risa retumbó en su voz mientras pasaba la mano sobre la
curva de su trasero, y luego encontraba su apertura con dos dedos.
Ella abrió la boca mientras él le daba un bombeo lento y excitante. Para la
indignación de su sensibilidad feminista, la sensación de estar presionada
aumentaba su excitación. — ¡Suéltame!
—No, —dijo él pensativo—. No lo creo. Tengo planes para ti.
—¡Galar! —Su intento de tono severo de advertencia fue deficiente,
probablemente por la risa que no podía suprimir.
—Jessica, —ronroneó él de nuevo, cambiando su dominio al centro de su
espalda. El agua se derramó alrededor de sus rodillas mientras envolvía el otro
brazo alrededor de sus muslos.
Y enterraba su cara directamente en su vagina.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
del agua y metiéndola en sus brazos.
151
El Club de las Excomulgadas
—¡Oh! —Ella trató de protestar, sorprendida, pero la fuerza de su señor de
la guerra controlaba su cuerpo sin esfuerzo, manteniéndola en el lugar para la
húmeda lamida que le siguió —. ¡Gaaalaaarr!
Él hizo un ruido sordo y se puso a comérsela en serio, primero dando
vueltas con su lengua alrededor de su clítoris en una deliciosa y ardiente espiral,
después rodando por entre sus labios y finalmente empujándose profundamente en
su núcleo. Dentro y fuera, dentro y fuera, los vacilantes patrones calientes la
enloquecieron. En cuestión de segundos él la tenía contorsionándose, pero el
poderoso brazo alrededor de sus muslos la mantenía clavada y desamparada.
Él hizo una pausa en sus lamidas que la volvían loca para darle una serie de
pequeños mordiscos, presionando sus dientes suavemente en sus labios y sobre su
clítoris, con cuidado de utilizar sólo la fuerza suficiente para hacerla estremecer,
pero no más. Al mismo tiempo, la probó con su mano libre, bombeándola
enloquecedoramente profundo. Jugando con ella hasta que todo lo que podía hacer
era no aullar.
—¡Oh, Dios! —Jess movió la cabeza, jadeando. Cada golpe, cada mordisco,
cada lamida enviaba otra sacudida ardiente de placer por su sistema nervioso.
—Sabes bien —gruñó él, con un elemental estruendo de hombre—. Tan
jugosa, tan dulce. Y tan apretada también.
Ella cerró los ojos y suspiró. Estaba tan condenadamente cerca de venirse,
que podía sentir la aureola de fuego de su clímax temblando directo en el borde de
su conciencia. — ¡Fóllame! ¡Dios, por favor, fóllame!
Él le dio un empuje lento, atormentándola con sus grandes dedos. — ¿Estás
segura de que estás lista?
—¡Sí! —fue un grito de frustración pura.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Jess nunca había estado tan excitada y tan rápido, en toda su vida.
152
El Club de las Excomulgadas
—No. —Él bajó la cabeza y curvó el brazo más apretado alrededor de sus
muslos—. No creo que lo estés. No del todo.
—¡Tú bastardo! —Jess se resistió contra su abrazo enloqueciendo.
Él sólo se rió y volvió a usar esa cruel lengua de nuevo, ahora evitando su clítoris,
como si supiera que todo lo que necesitaba era una pequeña estocada para enviarla
por encima.
Aullando por la combinación de placer y frustración pura, ella se encogió y
trató de darle patadas, arañando el suelo alrededor de la bañera, sólo vagamente
consciente de que era un mosaico suave en lugar de arcilla cubierta de hierba. Por
embargo estaba demasiado absorta en el tormento oral como para registrar lo que
era o lo que la hacía volar. —¡Galar, maldita sea!
—Ahora —ronroneó él, enderezando su espalda y arrastrando sus piernas
abiertas con ambas manos—. ¡Ahora estás lista!
Condujo su pene en ella con un fuerte y despiadado impulso. Ella gimió al
placer perforante de estar tan completamente llena. Galar se sentía enorme, más
grueso que un puño, y bombeaba dentro y fuera de ella en excavaciones sin piedad
que la extendían deliciosamente. Casi demasiado, casi demasiado duro, pero no del
todo. La salvaje intensidad de su cabalgada era justo lo que ella necesitaba,
lanzándola arriba a la dulce y ardiente curva dulce del orgasmo.
Hasta que por fin - ¡por fin! - Jess se vino en ondas largas y ardientes tan
calientes, que literalmente vio estrellas.
Galar echó atrás la cabeza en deleite cuando sus músculos internos se
ajustaron para ordeñar su pene con ondas largas. Apretando los dientes, tratando
de aferrarse un poco más, él estrelló su cadera contra la de ella, trabajando el grueso
eje dentro y fuera una y otra vez. Cada estocada llena de miel lo hacía estremecerse
ante el placer primitivo de poseerla. En su vida nunca había experimentado nada
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
el rabillo de un ojo, vio una vela rebotando en la pared invisible de la cámara. Sin
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El Club de las Excomulgadas
tan caliente como jugar con Jessica en un frenesí sin sentido. Tenía toda la
intención de hacerlo de nuevo. Y de nuevo.
Y una vez más.
Imaginando el placer por venir, sintió el orgasmo inundándolo en una
explosión líquida y estremecedora que arrancó un bramido de placer de su
garganta.
*****
temblorosas, Galar encontró el bulbo de aceite de hierbas extendido marcando un
camino en la pared del fondo de la cámara. Frunció el ceño, preguntándose cómo
había llegado hasta allí.
No recordaba haberlo tirarlo y no recordaba que Jess tampoco lo hiciera.
Por otra parte, habían estado muy activos. ¿Quién sabía lo que habían hecho en el
calor del momento?
*****
Marcin deslizó la penitente túnica gris y áspera sobre sus hombros desnudos.
Las duras fibras de la tela pincharon en su piel como si fueran pequeñas garras.
Trabajó para abrazar la incomodidad, sabiendo que lo peor estaba por venir.
Expiarse por su fracaso en detener a los herejes requería sangre. Y una gran
cantidad de dolor.
La había perseguido durante la semana pasada sin fin, acercándose sólo para
fallar repetidamente mientras ella Saltaba una y otra vez hasta que él había perdido
su huella. Ella parecía poder sentir su presencia incluso cuando él estaba protegido
por completo, algo que debería haber sido imposible.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Más tarde, mientras se tambaleaba alrededor vistiéndose sobre piernas
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El Club de las Excomulgadas
Esos repetidos fracasos eran no sólo frustrantes, podrían costarle la vida. Su
estómago se retorció con miedo, pero él lo ignoró. El miedo era una emoción
indigna, se dijo, un obstáculo en el camino a la victoria.
Marcin caminaba por el suelo de quartzion, negro y frío, rechinando sus
talones a cada paso para que las piedras afiladas se hundieran aún más duro en sus
pies descalzos. Una picadura helada le dijo que había tenido éxito en su objetivo.
Cuando volvió a mirar, vio con satisfacción la huella izquierda de sangre brillando
en la piedra.
Tal
vez
ayudaría
a
aplacar
la
furia
del
sacerdote
guerrero.
también, era su deber. El fallar tenía un precio y un hombre honorable lo pagaba
sin escatimar. Caminó por los pasillos de piedra de la fortaleza de la Catedral,
pasando soldados, peregrinos, fieles y sacerdotes. Una mirada fría rechazó las
miradas curiosas que se detuvieron en sus penitentes ropas y en sus sangrientas
huellas.
La multitud se hizo menor rápidamente mientras él encontraba su camino al
ala de los sacerdotes. Los cuarteles de Tarik ge Lothar estaban en el fondo del
pasillo, en una posición privilegiada en la torre que daba al Gran Mar Interior.
Cuando Marcin atravesó la puerta abierta la vista de la enorme ventana le
quitó el aliento. El Mar Interior era una gran extensión azul sobre todo el camino
hasta el horizonte bajo el cielo violeta pálido, con sus olas azotando los acantilados
de piedra negra que formaban la base de la fortaleza de la Catedral.
Liderar un grupo de la Fe venía con otros beneficios. Aunque monjes de
menor rango, como Marcin podían tener celdas desnudas de piedra con sólo unos
pocos servicios, los cuartos del Sacerdote guerrero Tarik hablaban de batallas
ganadas y de recompensas de victoria.
Primero tenía la gran piel peluda que se extendía en el suelo de mármol liso,
más de trescientos cincuenta metros de longitud. La criatura de seis patas estaba
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Aunque incluso si no lo hacía, abrazaría cualquier castigo que le diera. Ese,
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El Club de las Excomulgadas
inclinada con garras como dagas. Su enorme cabeza, como de oso miraba a la sala
gruñendo, con sus colmillos del largo del antebrazo de un hombre, expuestos.
Los colonos en Cambria llamaban a las criaturas sepultureros por razones
obvias. Marcin habría odiado tomar una bestia de tal magnitud, incluso con
armadura completa y un proyector.
Tarik lo había acechado sin armadura, con nada más que un cuchillo,
aunque se decía que había pasado una semana completa en regeneración para la
curación de las heridas resultantes. Había sido una de las pruebas que habían
Dispuesto en los estantes negros de la brillante cabecera de su cama estaban
los trofeos de otras batallas: una exquisita mujer desnuda de bronce saqueada
durante la invasión de Vardon, una katana del Japón antiguo, un conjunto de
objetos de valor incalculable de arte y armas, todo en oro o mármol o con
incrustaciones de piedras preciosas.
Pero la verdadera pieza central de la habitación era el enorme armario que
ocupaba el lugar de honor al otro lado de la cama. Al igual que la cama del
sacerdote guerrero, había sido tallado en negro brillante con madera Xeran. Marcin
reconoció el estilo distintivo de la intrincada talla como el trabajo de los mejores
artesanos del Mundo del Padre. El sacerdote guerrero debió haber pagado mucho
por el gabinete.
Los cráneos se alineaban en las estanterías, tanto de humanos como de
alienígenas, cada uno pintado con la sangre seca y oscura de su dueño. Las
inscripciones Xeran describían el golpe de muerte que había matado a cada uno de
ellos, junto con palabras de elogio por su valentía y habilidades de combate. Ahí
estaban los enemigos más honrados de Tarik.
De ellos no pocos tenían implantes de cráneo Xeran.
A Marcin le hubiera gustado examinarlos más de cerca, pero no se hubiera
atrevido del todo. En su lugar, se movió al centro de la habitación, donde un
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
demostrado que era digno de liderar su cohorte.
156
El Club de las Excomulgadas
recipiente de fuego estaba en un trozo de seda carmesí Takega sin precio.
Dispuestas en la seda a un lado de la taza de plata había cinco cajas llenas de
hierbas. Frente a las cajas estaba colocada una tira de alambre brillante salpicada de
agudas protuberancias puntiagudas.
Marcin se arrodilló al lado de la tela ante el cable de espinas, admitiendo su
culpabilidad en silencio.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Expresando su disposición a pagar el precio.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Diez
Tan pronto como se sentó, Tarik entró en silencio con sus pies calzados con
zapatillas. Estaba vestido con una bata de seda negra y pantalones holgados, ambos
con bordados en hilo de plata con los símbolos de la fe a fin de que tuviera un brillo
sombrío.
La primera vez que Marcin se había reunido con Tarik, se había sorprendido
de encontrar que el sacerdote guerrero, era un hombre más bajo que él mismo, una
cabeza más bajo, construido con una gracia muscular más que con el poder
importado encontrarse con el sacerdote en batalla. Incluso sin los cuatro conjuntos
de cuernos que revelaban su rango, había una quietud en Tarik, una especie de
calma letal. Era la serenidad helada de un hombre que había estado aprendiendo
las habilidades del guerrero desde la época en que había podido caminar. Se veía
como lo que era: el líder de la cohorte más mortal en el sacerdocio Xeran.
Tarik lo estudió, la luz se reflejaba en los implantes de sus cuernos. Marcin
se inclinó desde la cintura, bajando la cabeza hasta la profundidad requerida para el
rango de Tarik y luego un poco más profundo, para manifestar su respeto personal.
Tarik inclinó levemente la cabeza a cambio. —Has dejado la sangre de tu
arrepentimiento en la piedra—. Su voz era hermosa, dándole a las palabras el toque
lírico de la lengua sacerdotal, una especie de música oscura.
—Todavía no he matado a la hereje. Mi fracaso me avergüenza. —Él
levantó la cabeza y se encontró en los ojos de Tarik con su mejor mirada calma—.
Pero tendré éxito.
—Así será. —Tarik se hundió graciosamente de rodillas al otro lado del
recipiente de fuego—. Hemos decidido que deseamos ejecutar a la apóstata
públicamente.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
absoluto de un toro o de un robot de combate. Sin embargo, no le hubiera
158
El Club de las Excomulgadas
Los músculos tensos en la espalda de Marcin se relajaron una fracción.
Podría salir de esta entrevista con vida, sin embargo sabía que no debía esperar no
sangrar. —Como lo desees—. Él inclinó la cabeza.
—De mayor importancia es la ubicación de las abominaciones, que puedan
ser destruidas y el T’lir recuperado. Esa debe ser tu prioridad. —Él comenzó a
tomar pizcas de hierbas de cada una de las cajas de plata, cada gesto serio, elegante,
un acto ritual—. Si la hereje no sobrevive a tus preguntas, no te concierne. Las
abominaciones deben ser eliminadas antes de esparcir su veneno. Y el T’lir es la
llave de la victoria de la Patria sobre nuestros enemigos—. Él levantó un chispero
lengua de fuego y una voluta de humo verde brillante.
Marcin cerró los ojos y respiró profundamente, aprovechando el humo en
sus pulmones. En cuestión de segundos, sintió nitidez en sus sentidos. Debajo de
las rodillas, el cosquilleo de su áspera túnica comenzó a sentirse como pequeños
fragmentos de vidrio que se clavaban en su piel. Se las arregló para no rechinar los
dientes o mover su peso.
Al abrir los ojos, se encontró con la fría mirada de Tarik. El dolor de las
fibras de la túnica se intensificó, pero él no se permitió ni parpadear. El sudor
rodaba por la parte baja de su espalda, un testimonio silencioso de su miseria. Soy el
amo de mi cuerpo, Marcin se cantó a sí mismo. Mi cuerpo no me domina.
Otro doloroso minuto pasó Luego dos. Después, tres. Entonces, diez, cada
segundo trayéndole más y más dolor mientras sus estimulados nervios
reaccionaban a la droga. Él no se movió.
Hasta que Tarik sacó el cuchillo de su manga y lo puso delante de él. Una
ligera sonrisa curvó la boca del sacerdote guerrero.
Marcin sabía que si no pasaba la prueba, Tarik le cortaría la garganta con la
cuchilla. No permitiría que su triunfo se mostrara en su sereno rostro.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
entonces, accionando el dispositivo de metal en el recipiente para producir una
159
El Club de las Excomulgadas
Tarik chasqueó los dedos. Un panel se abrió, y una bola de mensajería voló
a su mano. —Aquí están tus nuevas órdenes. Una trampa ha sido preparada para la
otra hereje, la primitiva Jessica Kelly. Les prestarás tu ayuda antes de volver a tu
búsqueda de la apóstata.
A pesar de que un millar de preguntas inundaron su mente, Marcin se limitó
a inclinar la cabeza. —Como sea tu voluntad.
Tarik se detuvo y levantó una ceja negra como el carbón. No dijo nada, pero
no lo necesitó tampoco. Marcin sabía lo que esperaba.
hilo de plata con espinas y comenzó a envolverlo alrededor de su pene mientras sus
nervios sensibilizados aullaban de dolor.
La aprobación se encendió en los helados ojos rojos de Tarik.
*****
La nave alienígena era oscura y extraña, un laberinto de pasillos serpenteantes, salas
de extrañas formas, y equipo extraño que obviamente no estaba diseñado para el uso de
cualquier persona con dos piernas y diez dedos.
La Primera Científica Chara va Hol se movió con cautela a uno de los pasillos oscuros
de la nave, fascinada y cautelosa mientras examinaba los curvadas mamparas. Era más como
caminar por el interior de un ser vivo que de un buque.
Lo que era en realidad una comparación acertada, ya que las lecturas del sensor
sugerían que el material a su alrededor era orgánico, similar a una computadora neuronal.
¿Sería éste buque una computadora?
Zumbando con interés, Chara contempló los datos de la pequeña flotilla de globos
sensores que orbitaban como manzanas de plata flotando. Su auricular proyectó la
información a su mente en una lluvia suave de datos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Él se abrió el manto, dejando al descubierto su entrepierna. Luego tomó el
160
El Club de las Excomulgadas
—¿Alguna señal del T'lir? —exigió el Guerrero Monje Decarro ge Ralit, con sus
botas blindadas raspando la cubierta mientras las arrastraba.
—No hasta ahora.
Él soltó un gruñido. Su cuerpo delgado y duro como una hoja de espada, sus facciones
estrechadas y fruncidas, Ralit le recordaba demasiado a su padre. Algo en sus ojos fanáticos
hacía que la carne le diera un tirón en los hombros con el recuerdo de los azotes de su
infancia. Luchó por ignorar la sensación. No podía permitirse la distracción.
Chara ya se había anotado un buen punto al ser la única en descubrir que la nave
Sela había Saltado a un pasado distante de la Tierra. Lo cual debería haber sido imposible.
Nadie había logrado nunca el desplazamiento de un barco entero.
¿Cómo lo había hecho el Sela? El Imperio daría mucho por esa tecnología.
Si Chara se topaba con el descubrimiento sería la primera en saber dónde habían escondido el
T'lir los alienígenas, su futuro como antropóloga temporal estaría asegurado.
Por desgracia, había otros diez equipos en busca de la nave alienígena.
Vencerlos en la batalla por el premio no sería fácil, pero la victoria valdría más que la
pena por el esfuerzo.
Animada por esa atractiva visión, Chara volvió a dictar notas en su diario de
auriculares. —Este barco es muy antiguo. Por lo menos de mil años de antigüedad, de
acuerdo a mi análisis. Si el Sela era capaz de tan avanzada tecnología, hace mil años, ¿por
qué estaban viviendo como primitivos agrarios cuando los descubrí el año pasado?
—Porque son abominaciones —gruñó Ralit en la lengua sacerdotal—. Y están locos.
Ten cuidado con que su herejía no te infecte como lo hizo con la fuerza expedicionaria—. Su
mano cayó a la pistola de fragmentación en su cadera, acariciando la culata de plata.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Tenía que sacar el máximo provecho de esta oportunidad.
161
El Club de las Excomulgadas
Sus hombros temblaron otra vez, pero ella no respondió. Ralit no le había dado la
bienvenida al comentario, aunque era de la misma secta que su padre. Él también creía que
las mujeres eran débiles y carentes de virtudes guerreras por naturaleza.
A pesar de que Javor va Hol había hecho todo lo posible por anotar las virtudes en la
carne de Chara con el látigo y el alambre. . . .
Chara se detuvo abruptamente, con su atención captada por una discrepancia en los
datos. —Ajá.
Ella levantó una mano enguantada para pasarla a través de la pared a su izquierda.
Los globos de sensores en órbita giraban más rápido, como si estuvieran emocionados. —
Según mis sensores, esta sección de cierre es de quinientos metros de espesor.
— ¿Blindaje para el T'lir? —preguntó Ralit antes de fruncir el ceño con impaciencia
y con un malestar repentino—. ¿O de algún arma?
Chara resopló. —Lo dudo. La gente lo suficientemente avanzada como para hacer
Saltar un barco entero de trescientos años en el pasado tendría mejores medios de proteger que
una simple masa. No, creo que estas lecturas son una ilusión. Según los archivos de la fuerza
expedicionaria, el Sela es ciertamente capaz de tal cosa.
Él retrocedió, sus ojos carmesí se habían dilatado con horror. —¿Interfieren con
nuestras mentes?
Ella no respondió, muy ocupada trabajando con sus manos sobre las crestas y
remolinos de la mampara. Justo antes de esta misión, Chara había descargado un IDE que
contenía todos los bits de datos que la fuerza expedicionaria malograda había recogido en el
Sela, antes de ser sobornados a la herejía.
—Creo reconocer este patrón de hendiduras —le dijo ella al monje mientras apretaba
sus dedos en ellas. Dos de las marcas, sin embargo, permanecían fuera de su alcance. Ella
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
— ¿Qué pasa? —preguntó el monje.
162
El Club de las Excomulgadas
gruñó con frustración—. Malditos sean, su anatomía es muy diferente, no puedo activarla
por mí misma. Ralit, pon tus dedos allí y allí.
A regañadientes, el monje colocó el pulgar y el meñique en donde le indicó y las
presionó.
El cierre se deslizó a un lado, dejando al descubierto un vasto espacio lleno de filas y
filas de brillantes huevos dorados, cada uno más grande que un hombre. Chara sonrió con
satisfacción. —La tripulación.
Por un momento, la música pareció llenar el aire, el oído, no tanto el oído, sino el
respiró con asombro puro.
Entonces la música se fue. ¿O la había imaginado?
Al parecer, no. La mano de Ralit cayó a su pistola de fragmentación de nuevo, con
profundo temor en sus ojos. —¡Antinatural! — murmuró entre dientes.
Chara avanzó hacia el más cercano de los huevos, seguido por su enjambre de globos
sensores. A través de su carcasa transparente pudo ver a su ocupante, de seis patas y de rico
pelaje, descansando en un ovillo, quieto. Ella contempló los datos. —Parecen estar en una
especie de sueño de viaje.
—Haz que uno de ellos te diga dónde está el T'lir —el monje gruñó, siguiéndola a
una distancia prudente—. Después volaremos esta maldita nave y todo en ella.
Chara reprimió una protesta instintiva. Para Ralit, el Sela no era una nave con seres
muy avanzados, sino un peligro comprobado para los fieles. ¿No habían seducido a una
fuerza expedicionaria entera para darle la espalda a Victor? Si no fuera por las tentadoras
posibilidades que ofrecía el T'lir, la Fortaleza de la Catedral habría ordenado al mundo que la
casa de Sela se incendiara hasta ser una roca desnuda.
Chara se encogió de hombros. Bien, desperdicio o no, ella tenía un trabajo que hacer.
El
Víctor
sabía
que
no
era
la
primera
misión
que
le
daba
disgusto.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
corazón, en el bombeo misma de la sangre. El aria propia del cielo; dulce, lenta y suave. Ella
163
El Club de las Excomulgadas
Ella contempló el huevo, tratando de encontrar la manera de abrirlo. Después de un
momento, encontró la posición correcta de sus dedos en las hendiduras, y toda la cosa se abrió
como una almeja suspirando en voz baja.
El alien dentro se agitó y levantó la sedosa cabeza. Enormes ojos parpadearon
abriéndose y se encontraron con los de ella. Chara respiró hondo. Nunca se había encontrado
tal mirada en su vida, tan sabia, tan compasiva. Había tristeza allí, y comprensión, y
¿Perdón?
—Utiliza la sonda en él —le espetó Ralit—. El dolor lo hará revelar sus secretos con
Chara le lanzó una mirada de rebelión. Él ni siquiera estaba mirándola, su mirada se
había concentrado en el extraterrestre, con su labio superior levantado en una expresión que
era mitad de sonrisa mitad mueca. Una emoción oscura y horrible llenaba sus ojos, casi
sexual por su anticipación.
Realmente le recordaba a su padre.
¿Qué estoy haciendo? El pensamiento apuñaló el corazón de Chara como una
navaja. Tenía la fuerza bruta de una pregunta que ella había escondido de sí misma durante
años. Décadas. ¿Por qué estoy jugando algún papel en esta perversión?
Volvió a mirar al extraterrestre. Él se encontraba en su huevo, mirándola en silencio,
como esperando su decisión.
—La sonda —exigió Ralit de nuevo, lamiéndose los labios—. Usa la sonda.
Quieres torturarlo, lo torturarás. Las palabras se cernieron sobre la punta de su
lengua, pero ella no se molestó en decirlas. Ralit tendría miedo de tocar al alien por temor a la
herejía, a contaminarse.
Y porque no tenía la confianza de Chara, de la mujer débil que era, por lo que carecía
de las virtudes del guerrero. ¿Qué haría ella mientras él se encontraba… distraído?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
la suficiente rapidez.
164
El Club de las Excomulgadas
—Ah, niña —dijo una voz en sus pensamientos. Para su sorpresa, sonaba femenina,
aunque el poder sonaba en cada sílaba mental—. ¿Qué te ha hecho tu pueblo?
—Me han roto en pedazos. — El pensamiento brilló a través de ella, más un producto
del corazón que de la mente. Y con mayor razón para ello.
—Sí —respondió la voz—. Ya lo veo.
Chara se vio llegar a la boca del extraterrestre, impulsada por descubrir si su piel era
tan suave como se veía.
herejía!
Demasiado tarde. Sus dedos ya habían encontrado piel como miel dorada, gruesa e
imposiblemente suave. Pero había algo más en ese instante de contacto, tanto más que la
mente de Chara vibró como una campanilla de plata.
Había poder.
Ella contuvo la respiración mientras la conciencia de la criatura la inundaba. Su
mente era increíblemente antigua, irradiando paz y entendimiento. No había juicio de
pensamientos del SELA, ninguna condena por los fallos de Chara, no tenía sentido que su
suavidad la hiciera indigna de la vida.
Vanja, Chara pensó con asombro. Ella se hace llamar Vanja.
Y en un momento, Ralit obligaría a Chara a sacar la sonda de su cinturón y
enterrarla en esa suave piel exquisita. Ella tendría que ver al Sela gritar y retorcerse mientras
el aire se llenaba con el olor de la carne quemada. Hasta que Vanja se rompiera bajo el dolor y
traicionara a su pueblo, y a ella misma, y le diera el mayor secreto del Sela al Imperio Xeran.
Que lo utilizarían para hundir la galaxia en la guerra.
Pero si Chara no hacía esas cosas... —Tu pueblo te matará si tratas de salvarnos —le
advirtió Vanja con esa voz suave y mental.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¡No! —Ralit ladró—. ¡No lo toques! ¡Contaminarás tus pensamientos con la
165
El Club de las Excomulgadas
—No te lo diré otra vez, Chara, saca tu sonda. —Ralit se acercó, con sus ojos fríos,
exigentes, con su mano en la pistola de fragmentos enfundada—. Y haz tu trabajo.
El miedo se disparó por Chara bajo su mirada gélida. Su padre la había mirado de la
misma manera antes de cada sesión de “instrucción”. Ella llegó a la sonda.
En cambio, su mano encontró la pistola de fragmentos al lado. En un movimiento
suave, sacó el arma y le disparó en el pecho a Ralit. El spray de los fragmentos de metal le dio
de lleno, haciéndose eco a la inversa por un chorro de sangre del corazón de Bright. Por un
instante se sorprendió cuando cayó a la cubierta, a Chara le recordó una flor carmesí.
el asesinato de su superior, sin duda.
Fríamente, Chara se volvió y les disparó en el aire. Ellos golpearon la cubierta con un
coro pequeño de silbidos de bala. Ella se volvió hacia el monje.
Mirando hacia abajo a su asombro, la sangre salpicando su cara, ella se dio cuenta de
que nunca se le había ocurrido que encontraría el coraje para matarlo.
—Oh, niña —dijo Vanja en voz baja—. ¿Qué has hecho?
—Algo que he necesitado hacer por un tiempo muy largo. — Arma en mano, con una
determinación fría y letal en su corazón, Chara fue a buscar el resto del equipo de abordaje.
El entrenamiento de su padre la había hecho una asesina muy eficiente.
*****
Jess se sacudió despertándose y mirando el techo, con su corazón latiendo
con fuerza en duros y desesperados golpes. Temblando por la reacción, salió de la
amplia y escalonada litera de Galar por la puerta que daba al cuarto de baño.
A medida que se salpicaba un poco de agua en la cara, Galar entró por la
puerta. —¿Estás bien? —Apoyó un hombro contra el marco de la puerta,
estudiándola con preocupación—. ¿Otra pesadilla?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Sus globos de sensores se esparcieron como pájaros asustados. No pondría en el reporte
166
El Club de las Excomulgadas
—Sí. —Ella se enderezó y pasó las manos húmedas sobre su rostro—. Pero
no pareció como un sueño. Era más… lógico. Más real. Como un recuerdo. El
recuerdo de Chara.
—¿Chara?
—Charlotte. Chara va Hol es su nombre Xeran. —Jess hizo una mueca—. O
por lo menos, lo era en mi sueño.
—Cuéntamelo.
Jess le preguntó, mientras se ponía una túnica con mallas, lo cual se sentía satinado
contra su piel. El rico tejido de color azul real brillaba como una piedra preciosa
que estaba en la cama para tirar de sus botas a juego.
Galar frunció el ceño mientras se sentaba a su lado. —Supongo que es
posible. Podría ser que ella se haya deslizado en tus recuerdos.
Esto, le dijo el EDI de Jess, era una cápsula de drogas nanobot que mantenía
un registro de los recuerdos de alguien más. Se unta sobre la piel, tanto como lo
hace un IDE.
—No recuerdo que ella me haya tocado de esa forma. —Jess lo reconsideró,
encogiéndose de hombros—. Aunque supongo que podría haberlo hecho cuando
estaba dormida.
—Pero eso todavía no cuenta para mis lecturas —señaló Galar—. Charlotte
la escaneó como completamente humana. No veo cómo pudo haber fingido eso.
—Probablemente fue una pesadilla.
—Probablemente
Ella sólo deseaba poder creerlo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Mientras se vestían, ella lo hizo. —¿Crees que hay algo de cierto en eso? —
167
El Club de las Excomulgadas
*****
Galar se quedó tendido en el sofá en su gloriosa desnudez, posando para que
Jess pusiera los toques finales a su pintura.
La puerta se abrió detrás de ella y una voz fuerte llamó —¡Hola, maestro
Ejecutor!
Jess maldijo a su pincel deslizándose, dejando una raya roja a través del
lienzo. Se volvió para mirar mientras la gran Ejecutora pelirroja se paseaba en la
Un varón del siglo XXI habría corrido para cubrirse. Galar sólo miró a su
alrededor con calma, completamente a gusto en su desnudez. —¿Sí?
—Dona y yo hemos estado trabajando en el caso de Marcin —le dijo Ivar
mientras Jess trabajaba de reparar el daño en su pintura—. Estábamos haciendo un
análisis en los informes de incidentes cuando nos encontramos una pista
interesante. Creemos saber dónde encontrarlo.
Irritada, Jessica se preguntó por qué estaban metiendo sus colectivas narices
en los casos de Galar, entonces se acordó que Dyami los había asignado a los dos a
encontrar al asesino.
La pelirroja le lanzó una sonrisa. —Me preguntaba si querías estar en el
arresto.
Galar consideró la idea, obviamente tentadora, y luego negó. —No puedo
dejar a Jessica sin protección.
—Entonces que otra persona la proteja durante un par de horas. Realmente
podríamos utilizarte en el equipo.
Él dudó un buen rato. —Supongo que podría pedírselo a Wulf. Estaba
pensando en pedirle que le diera una lección de combate mano a mano de todos
modos. Es un buen maestro. Y es el único Ejecutor que conozco que sin ayuda
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
habitación.
168
El Club de las Excomulgadas
podría limpiar el piso con un robot de batalla—. Galar volvió su atención a Ivar—.
Dime lo que están planeando para el Xeran.
Jessica escuchaba distraídamente mientras ponía los toques finales al fondo
de la pintura. Mientras Ivar hablaba, ella comenzó a fruncir el ceño. Parecía que el
Ejecutor había encontrado un informe de la policía de un hombre calvo con
cuernos de acero sobresaliendo de su cabeza, corriendo por una calle residencial. El
policía, obviamente, pensaba que el borracho que había hecho la denuncia no era
una fuente fiable, pero los Ejecutores sabían algo diferente.
—Ese suena como Marcin. —Galar, también frunció el ceño, obviamente,
sin siquiera usar un campo de camuflaje? Tendría que saber que era una buena
oportunidad de que algún nativo lo viera y dejara un informe para que pudiéramos
encontrarlo.
Jessica miró a su alrededor el borde de la lona. —Eso es una trampa.
—Obviamente. —Ivar le dirigió una sonrisa salvaje—. Así que iremos a
atrapar a los cazadores con el mejor equipo que podamos juntar—. Él asintió hacia
Galar—. Es por eso que estaba esperando que pudieras unirte a nosotros. Eres muy
bueno en una pelea.
—Gracias. —Galar le dirigió una mirada seca, y luego negó—. Sin embargo,
no estoy seguro de que me guste este plan tuyo. Hay demasiadas incógnitas. Todos
podemos terminar disparando directamente en los Siete Infiernos.
—Soy muy consciente de eso, y no me gusta tampoco. —El gran hombre
extendió sus manos del tamaño de un jamón—. Por desgracia, también puede ser la
mejor oportunidad de que consigamos atrapar y derribar a Marcin.
—Sería mucho más feliz con ese robot de batalla fuera de foco.
—Pero incluso si no lo consiguiéramos, ¿que evitaría que enviaran a otro
asesino? —preguntó Jess.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
tan incómodo con el escenario como ella—. ¿Pero por qué iba a correr en público,
169
El Club de las Excomulgadas
—Nada. —Galar se encogió de hombros—. Sin embargo, Marcin es uno de
los agentes más peligrosos que hemos tenido. Las probabilidades son, que su
reemplazo no sea tan mortal como él.
—Eso es asumiendo que los militares Xeran estén involucrados, lo que no se
ha establecido —señaló Ivar—. Él podría estar haciendo esto por su propia cuenta
por lo que sabemos.
—Es posible, pero me inclino a dudarlo. —Él pasó el pulgar sobre su labio
inferior—. Por otra parte, si capturamos a Marcin, tendremos una mejor
oportunidad de descubrir qué diablos está pasando—.Lo considero bajo su juicio
has convencido. Estoy dentro.
Jessica frunció el ceño ante su lienzo, preguntándose por qué sus instintos
clamaban una advertencia.
*****
Debido a que Galar no tenía ninguna intención de permitir que Jess saliera
de su vista, ella se encontró sentada en la sesión de planeamiento de la misión de
Marcin.
Ivar había reunido un equipo de diez Ejecutores responsables en la enorme
mesa brillante de conferencias. Además de él, Dona Astryr y de Galar, el resto del
equipo estaba integrado por Riane, Frieka; una pareja casada, Jiri y Cadell Ando;
un agente fornido de rostro sombrío y negro llamado Peter Brannon y Tonn “El
oso” el humano más grande que Jess hubiera visto nunca.
Oso medía más de dos metros quince, un rubio descomunal que tuvo que
agacharse para entrar a la sala. Se habría visto intimidante si no fuera por la sonrisa
constante que llevaba, como si siempre estuviera pensando en su siguiente broma.
Todos escucharon atentamente mientras Ivar explicaba las bases de su plan
y el informe del avistamiento de Marcin. Apenas había terminado de describir el
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
durante un buen rato y luego dio una palmada en la espalda a Ivar—. Está bien, me
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El Club de las Excomulgadas
incidente cuando las mandíbulas de Frieka se abrieron en una sonrisa lupina desde
su asiento al lado de su compañero humano. —Está bien, gente, todos juntos
ahora. Uno, dos, tres...
— ¡Es una trampa! —Dijeron a coro los Ejecutores, y se echaron a reír.
Ivar les disparó una mirada—. Es curioso. Sí, sabemos que es una trampa. Pero no
tenemos intención de ser capturados.
—Bien, qué alivio —bromeó Jiri Cadell, poniendo los ojos en blanco. Su
marido le dio un codazo. Ella sonrió y lo empujó hacia atrás.
somos estos Xerans?
—Lo suficientemente estúpidos como para enviar a sólo tres o cuatro
agentes para arrestar a Marcin, en lugar de a los diez que en realidad enviaremos —
le dijo Galar.
Jess frunció el ceño, expresando la idea que la había estado molestando
desde que había entrado en la sala. — ¿Diez serán suficientes?
—Si tratamos de enviar más que eso, produciríamos un gran aumento de
energía temporal que los Xerans podrían detectar y usar como camino hasta el
presente —explicó Galar—. Pero lo contrario también es cierto. Nuestros sensores
no han detectado ningún aumento en las energías del Salto Xeran en esas
coordenadas temporales lo que sugiere que no tienen a un gran grupo allí.
Jess frunció el ceño. — ¿Pero y si Saltaron en varios grupos de diez antes y
están esperándolos para una emboscada?
—Enviaremos un correo al Outpost y daremos un grito bien fuerte en busca
de ayuda —dijo Galar.
—En ese momento Dyami, estará esperando con un equipo de refuerzo,
quienes Saltarán y salvarán sus colectivos traseros —agregó Ivar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Peter Brannon frunció el ceño con fiereza. —¿Cuán estúpidos creen que
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El Club de las Excomulgadas
—¿Qué pasa con los policías locales? —preguntó Jess mientras una nueva
idea se le ocurría—. Todas esas personas Saltando sonará como la Tercera Guerra
Mundial. Estarán rodeados de agentes de la ley.
Galar negó. —No, porque los modernos trajes T generan un campo mojado
más allá de un cierto radio. Nadie puede ver o escuchar un Salto más allá de veinte
metros más o menos.
—¿Por qué no se deshacen del boom y de la luz por completo? —preguntó
Jess interesada.
un montón de energía liberada en un Salto. Descubrieron que si trataban de
eliminar por completo los efectos, las fuerzas se reflejarían en el campo de la
represión y aplastarían al que Salta como a un insecto.
Jess arrugó la nariz. —Hmm.
—Hablando de matar gente, ¿cómo vamos a tomar a Marcin? —Ando
Cadell preguntó.
Galar hizo un gesto, llamando a una imagen Tridimensional de lo que
parecía ser un barrio perfectamente normal del siglo XXI, lleno de estrechas casas
de ladrillo y pequeños apartamentos de dos dormitorios, con casas de marco de
madera. —He utilizado fotos de la época en cuestión para crear esta Trid.
Una imagen generada por computadora de Marcin apareció, corriendo por
la calle. Parecía tan real como las casas fotografiadas.
—Este es el camino que creen que el robot de batalla siguió, basado en el
informe del incidente —continuó Galar—. Entraremos con cinco equipos de dos
personas con el fin de crear un perímetro y derribarlo. Ando y Jiri, los quiero a
ustedes dos aquí—. Movió la mano, y la imagen cambió a una vista aérea. Un
segundo gesto creó un punto rojo en el lugar señalado. Uno por uno, les dio a los
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Los ingenieros intentaron eso —dijo Galar—. Desafortunadamente, hay
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El Club de las Excomulgadas
equipos sus tareas, asegurándose que estuvieran listos para cualquier trampa que los
Xerans intentaran.
Mientras Jess los veía, los Ejecutores establecieron el plan en serio. Y ella se
encontró relajada. Ciertamente parecía que Galar tenía las cosas bajo control.
*****
Una hora después la reunión se disolvió, Ivar inclinó un hombro contra la
pared del gimnasio para ver a Wulf pelear con el Combot. Normalmente, el gran
hombre luchaba en un borrón de movimiento y energía, usando toda esa fuerza de
movimientos lentos y deliberadamente torpes.
—¿Qué en los Siete Infiernos estás haciendo? —le gritó Ivar, aunque lo sabía
perfectamente bien.
Wulf eludió la maniobra de retorno del Combot y le disparó una mirada. —
Galar me pidió que le diera sus clases de combate a la primitiva mientras juego a su
guardaespaldas. Estoy tratando de asegurarme de que este maldito Combot no la
mate.
Era una preocupación legítima. El robot que Wulf había escogido había sido
construido a lo largo de las dimensiones típicas de un robot de batalla. Con dos
metros de altura, se veía como una enorme forma de musculatura humana y estaba
programado para responder como uno cuando lo golpeaban. Ivar había discutido
con él un par de veces, tenía un golpe como la patada de un dragón soji. Si se
soltaba contra la primitiva con toda su fuerza, la mataría.
El robot dio otro giro hacia Wulf, una fracción muy fuerte, una fracción
muy rápida. Él se agachó. —¡Détente!
Él se congeló a medio movimiento. Wulf se enderezó y lo miró en silencio
durante un buen rato. Probablemente debería usar su computadora para reajustar
su programación.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
un gran toro nativo. Hoy había abierto sólo una fracción de ese poder, con sus
173
El Club de las Excomulgadas
—Una vez más —ordenó el gran hombre al final.
El Combot se balanceó. Se agachó, asintiendo en aprobación. —Mucho
mejor.
Ivar se volvió, silbando por lo bajo y se alejó. Era algo bueno que Wulf no
hubiese podido ver su sonrisa.
*****
Debido a que Galar era el oficial de alto rango en el equipo de ataque, pasó
varias ocasiones con sus Ejecutores, así como con Dyami mismo, tratando de
resolver cualquier contingencia.
Jess encontró el proceso como una experiencia fascinante. Galar era un
hombre completamente diferente cuando estaba en su modo oficial, un estratega
helado que consideraba cada detalle, por pequeño que fuera. Cuando veía lo que él
consideraba una debilidad en el plan, trabajaba en ella sin descanso hasta que
encontraba una solución.
Pero a medida que la planeación continuaba, Jessica sintió que una
premonición comenzaba a crecer de nuevo. Algo saldría muy mal, ella podía
sentirlo en cada célula.
Sin embargo, no tenía ninguna razón lógica para creer que Galar se dirigía al
problema. El plan de batalla que habían ideado estaba previsto para cualquier
contingencia, incluyendo a cincuenta infantes de marina Xeran que se mostraran en
lugar de los diez que esperaban.
La lógica no parecía importar. La premonición raspó su conciencia como un
suéter hecho de papel de lija, desollando sus nervios hasta que ella quiso gritar.
Dos horas antes de que él partiera para la misión, lo espetó.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
los siguientes dos días trabajando en el plan para capturar a Marcin. Se reunió en
174
El Club de las Excomulgadas
Jess estaba acurrucada en la cama mientras Galar limpiaba su armadura y
armas en preparación para la misión. Él sostenía su casco sobre su regazo,
sujetándolo con una mano mientras usaba un paño de pulido para limpiar el frente
de cualquier atisbo de aceite o suciedad. Estaba sin camisa, vistiendo sólo un par de
prendas ajustadas que se aferraban a sus caderas. Cada movimiento que hacía
enviaba sus músculos a ondular en sus brazos y torso. Su expresión era de
intención, su perfil afilado mientras miraba hacia abajo al casco. Un mechón de
cabello rubio caía sobre sus ojos dorados. Sus dedos se morían de ganas de acariciar
su espalda.
los hombros como un caballo desbocado. —No quiero que vayas—. Las palabras
salieron de ella sin consciente intención. —Quédate en casa conmigo.
Galar levantó la vista del casco, elevando una ceja. —Lo sabes mejor que
eso. He organizado esta misión. Tengo que liderarla.
Jess se levantó, incapaz de contener la necesidad de avanzar. —Algo saldrá
mal. Alguien saldrá lastimado. Mucho.
Él frunció el ceño, viéndola caminar. —¿Qué te hace decir eso? Si sabes de
algo que yo no, me gustaría escucharlo.
Por lo menos no despachaba sus preocupaciones con las manos. —No sé
cuál es el problema, Galar. Lo único que sé es que existe.
Él puso el casco a un lado y recogió la placa de su pecho con expresión
pensativa. —Hemos hecho todo lo posible por minimizar el peligro.
—Ya lo sé.
—¿Por qué sigues estando asustada?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Jessica lo vio, luchando por contener su melancólica inquietud. Ella sacudió
175
El Club de las Excomulgadas
—Que me aspen si lo sé. —Ella frunció el ceño, frotando su mano sobre la
nuca que le hormigueaba mientras caminaba de una pared a otra—. Sólo tengo este
presentimiento.
Galar la miró, después, puso la placa de pecho a un lado y se levantó al paso
detrás de ella. La tomó suavemente por un brazo, deteniendo su inquieto paseo,
después le dio la vuelta y la llevó en sus brazos. —Todo estará bien, Jessica. He
estado entrando en este tipo de situaciones desde hace años, y siempre he llegado a
la cima. Incluso cuando las probabilidades eran mucho peores que uno a uno.
Por un momento ella se dejó descansar en el cálido refugio de sus brazos. Se
músculos. Cada suspiro le llevaba su aroma, especiado y masculino, con un dejo de
almizcle extraterrestre. Ella suspiró y pasó los brazos alrededor de su cuello, con
sus
manos
enhebradas
en
la
seda
fría
y
rubia
de
su
cabello.
Él podría morir hoy.
El pensamiento acechó en su mente con pies fríos, esqueléticos, y ella se
estremeció, apretando su agarre alrededor de su cuello.
Trató de desterrarlos, pero sabía que a pesar de su fuerza y ciencia, él no era
más que un mortal.
Él puede morir hoy.
Una imagen escalofriante cruzó por su mente: La cara de Galar rugiendo de
ira, con un chorro de sangre pintando su piel. No era sólo su imaginación tampoco,
ella, literalmente lo podía ver, oler la sangre, escuchar su bramido de dolor,
desesperación y furia.
Eso sucederá. Ella lo sabía, podía sentir la verdad más allá de cualquier
esperanza de negación. Si él se iba hoy, sufriría por ello. Sufriría tratando de
protegerla.
Él puede morir hoy. Por mí. ¡No!
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sentía tan condenadamente bien en su contra, sólido y fuerte, duro con todos sus
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El Club de las Excomulgadas
La parte inferior de su corazón retiró una redada repugnante de dolor. No
importaba que lo hubiera conocido hacía unos días. La idea de no tocarlo de
nuevo, de no sentir su fuerza caliente contra su cuerpo, de nunca escuchar su
rugido profundo de voz o experimentar la ferocidad de su amor, todo la llenaba con
una amarga sensación de pérdida.
—¡No me dejes! —Sus dedos se hicieron un puño en su pelo mientras ella
cerraba los ojos contra el aumento de sus lágrimas—. ¡No vayas!
Sus brazos se apretaron alrededor de ella. —Será sólo por algunas horas
—No estoy preocupada por mí, maldita sea. De hecho, llévate a Wulf
contigo. Me sentiré mucho mejor si está vigilando tu espalda en lugar de la mía.
—Pero yo no. —Él apretó los brazos alrededor de ella—. Quiero saber que
estás a salvo, incluso si todo se va al infierno y Dyami tiene que Saltar con
refuerzos. Wulf puede manejar casi cualquier cosa. Por lo menos, puede hacerte
Saltar a la seguridad.
Pero, ¿qué hay de ti? Sus ojos se cerraron con un deseo furioso de que ella
pudiera hacer que se quedara fuera de peligro. Recordó esos momentos feroces
cuando él había hecho el amor con ella y se lo imaginó deseándola tan
desesperadamente que no pudiera soportar irse. No podía soportar que fuera hacia
la gente que tenía la intención de matarlo.
En lo profundo, un núcleo de energía ardiente comenzó a girar y se hinchó,
fortaleciéndose a sí misma con su miedo y del amor que aún tenía que reconocer.
Volviéndose más caliente y más intenso con cada latido de su corazón.
Hasta que se precipitó hacia el exterior en una explosión de furia repentina.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
como máximo. Wulf se asegurará de que no te pase nada mientras yo no esté.
177
El Club de las Excomulgadas
Galar la sostenía en sus brazos, sorprendido por el tierno terciopelo que lo
llenó. Ella se sentía tan delicada, tan frágil y aun así lo abrazaba con sorprendente
fuerza, como si lo protegiera de cualquier cosa a la que le temiera.
Él casi podía imaginar que ella lo amaba…
Algo está saliendo de ella. Él sintió la tormenta, moviéndose, quemando,
saliendo de su pecho al suyo, robándole el aliento, congelando su corazón.
Un instante después su corazón comenzó a latir de nuevo, con un ritmo
furioso, como si fuera más fuerte. Su pene se levantó y llenó con sangre caliente,
Su último pensamiento racional fue ¿Qué está pasando…?
Y después hasta eso se fue, con su precaución flotando con ella. El olor de
su piel, las suaves curvas presionadas contra su abruptamente excitado cuerpo.
Ella se alejó, con sus ojos azules ahumados encontrando los de él, con
miedo por él, y con una gran necesidad también.
Galar gruñó y tomó su boca.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sus bolas se pusieron tensas mientras él sólo tragaba con erótica sorpresa.
178
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Once
Jess se abrió hacia Galar, besándolo de nuevo con sus labios como pétalos
de rosa caldeados por el sol. Él metió la lengua en el refugio húmedo de su boca,
gimiendo con la desesperación de su excitación. Ella sabía increíblemente dulce, sin
embargo, tan embriagadora que la cabeza le dio vueltas. Tenía que tener más de
ella. Tenía que tocarla.
Tomando el dobladillo de su túnica, Galar se la pasó sobre la cabeza. Jess le
sonrió con un hambre tímida, allí de pie vestida sólo con pantalones finos, fluidos y
sus pechos.
Incapaz de resistirse, pasó las puntas de sus dedos sobre la piel elevada por
encima de los bordes ondulados del sujetador. —Dulce Madre —suspiró—. Te
sientes como seda.
La bonita boca de Jess se arqueó mientras ella se apretaba, tocándolo con
una mano. —Y tú te sientes como granito—. Delgados dedos exploraron la forma
de su erección por la fina tela, trazando la vena de su pene hasta el centro de la
cabeza gruesa y redondeada. Su pulgar se movió a través de la sensible piel y él se
estremeció de necesidad. Al ver su cara Jess se lamió los labios, sus ojos azules
estaban oscuros y ahumados. Ella respiraba rápido y su corazón latía con fuerza
contra la punta de sus dedos.
Con un gemido, él se inclinó y tomó su boca de nuevo, besándola larga y
profundamente, con sus dedos acariciando sus pezones, mientras se elevaban como
tiendas de campaña en las copas. Él podría emborracharse con el sabor de sus
labios por sí solos. La pequeña lengua deslizándose en su boca hizo que un gruñido
animal diera un estruendo con hambre en su pecho. Él se moría por probar sus
pezones duros, quería sentirla enrollarse contra él como un gato mimado.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
un pequeño sujetador en encaje color crema que cubría los bonitos hemisferios de
179
El Club de las Excomulgadas
Respirando con dificultad, ella dio un paso atrás y alcanzó entre el oleaje de
sus pechos para abrir el broche de su sujetador. Las copas de encaje se movieron
aparte. Ella los tomó en sus manos, apenas manteniendo la delicada carne velada.
Un movimiento juguetón de sus hombros hizo que las correas se derramaran por
sus brazos, pero sus largos dedos todavía ocultaban lo que él ardía en deseos de ver.
Galar se acercó y le tomó las manos, alejándoselas para poder tirar del
sujetador. El trozo de encaje y seda cayó pasando desapercibido de su mano
mientras él la miraba. Eran unos montículos dulces y pálidos con su punta de color
rosa, pequeños puntos que subían y bajaban con cada ansiosa respiración. Él
un festín con sus ojos sobre ella. —Dulce Madre, eres hermosa —. Su voz sonaba
ronca a sus propios oídos.
Su sonrisa brilló. —Tú no estás tan mal tampoco.
—Me alegro de que me apruebes. —Él se inclinó para darle una lamida a un
pezón, en el proceso deslizando una mano por la cintura de sus pantalones y ropa
interior. Su vientre atrajo sus dedos hacia abajo causándole un poco de cosquillas y
sonrió alrededor del pezón que estaba mordisqueando. Él pasó un dedo juguetón
alrededor de su ombligo para escuchar su risa.
Sonriendo, Galar deslizó su mano hacia abajo más lejos, tomando su suave
montículo, deslizando un dedo entre sus labios. Ya estaba resbaladiza allí, soltando
su rica crema. Él acarició su clítoris y la escuchó suspirar.
—Oh, sí —suspiró ella—. Definitivamente te apruebo.
—Entonces no te importa si te digo que estás usando demasiada ropa. —Él
sacó su mano de entre sus muslos, atrapando sus pantalones y bragas, deslizándolas
por sus piernas largas y suaves.
—No soy la única. —Jess dio un paso fuera de ellos y los pateó a un lado
antes de llegar a la cintura de sus pantalones. Se arrodilló para quitárselos, viendo
su pene saltar libre, duro y deseoso—. Sí, así está mucho mejor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
respiró hondo, bebiendo el delicado almizcle de la mujer excitada mientras se daba
180
El Club de las Excomulgadas
Dándole una malvada sonrisa, ella cerró sus fríos dedos en torno al amplio
eje. Inclinándose hacia delante tomó su enrojecida cabeza en su boca para mamarlo
profunda y duramente, lo que hizo que sus ojos se volvieran hacia atrás en su
cabeza. Su inteligente lengua se arremolinó en círculos calientes por encima de la
punta, enviando un látigo de crudo deleite primitivo a bailar por su columna. Una
palma pequeña y suave tomó sus bolas, rodándolas suavemente, jugando
dulcemente con ellas.
Si no fuera por el control que su ordenador le daba, se habría venido en el
lugar. No tenía la intención de permitirse terminar con tanta rapidez, él controló su
Medio hipnotizado, vio deslizarse su pene dentro y fuera de la boca de color rosa
de Jess. Vio el modo en que ella ladeaba la cabeza para tomarlo más profundo
mientras sus oscuras pestañas revoloteaban hacia abajo. Nunca había visto nada
tan erótico en su vida.
Poco a poco, ella echó hacia atrás la cabeza hasta que el eje salió de sus
labios. Su respiración se volvió más áspera cuando extendió su lengua para una
serie de lentas lamidas, como saboreando un exótico dulce.
¿Qué pasaba con ella? Él había tenido a otras amantes, los Warlords nunca
tenían pérdida de compañeros, pero ninguna jamás lo había afectado de esta forma.
Algunas podrían haber sido más hábiles, una o dos podrían haber sido más bonitas,
pero Jess era todavía... más.
Era como si esas manos pequeñas y delicadas tocaran más de su cuerpo.
Como si llegaran a algo enterrado profundamente dentro de él, a algo quieto, frío y
solitario.
Algo que se agitaba y se calentaba un poco más cada vez que ella le daba un
beso.
Era el tipo de realización que lo habría asustado como el infierno unos días
antes. Ahora lo único que quería era… más.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
reacción y le acarició el pelo. Se sentía como seda entre sus dedos.
181
El Club de las Excomulgadas
Jess nunca había disfrutado tanto mamándosela a alguien, en especial no al
bien dotado compañero anterior que había tenido. Ella siempre había considerado
el acto un poco aburrido y desagradable, especialmente teniendo en cuenta su fuerte
reflejo de náuseas. De hecho, a menudo se encontraba deseando que su pareja se
diera prisa. ¡Vamos, ya!
Con Galar era diferente.
Le fascinaba: las texturas de su pene en su boca, su eje suave y caliente, el
terciopelo de su punta en forma de corazón, sus testículos suavemente en puño
Sus reacciones eran igualmente deliciosas. Le encantaba la forma en que su
enorme cuerpo se ponía rígido, con sus músculos sacudiéndose con cada
lengüetazo y mamada. La sensación de poder erótico era embriagadora. Y
tremendamente excitante.
Soñadora, Jess se apoyó en él mientras lo chupaba, pasando su mano libre a
lo largo de sus muslos, trazando las formas elegantes de sus músculos. Con sus
sentidos de artista adoraban su cuerpo: sus texturas, sus olores, sus sabores. Las
nubes suaves de pelo en su pecho e ingle, cada uno estrechando la pequeña pista de
tesoro que tenía entre ellos.
También amaba sus manos grandes, tan amplias y cuadradas, con sus largos
dedos afilados ahora enredados en su pelo. Manos duras, callosas y capaces. Y tan
malvadamente habilidosas, igual que su boca sorprendentemente tierna y su afilada
lengua.
Con mucho entusiasmo ella podría pasar horas explorando a Galar,
llegando a conocer cada centímetro de su cuerpo de superhombre y de su mente
perversamente inteligente. El descubrimiento la hizo gemir, tensarse y venirse, lo
que la hizo echar hacia atrás su hermosa cabeza con su garganta tensa por su
trabajo, mientras él gritaba su placer.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
como ciruelas gordas.
182
El Club de las Excomulgadas
Pero ella no tenía horas. Pronto, condenadamente pronto él se iría,
dejándola para entrar al peligro. Esos hijos de puta Xeran tratarían de matarlo hoy.
Y no había nada en absoluto que ella pudiera hacer para protegerlo.
En un desesperado lamento, ella respiró fuerte y profundo, obligando a su
eje largo a entrar en la medida en que su garganta pudiera recibirlo. Tratando de
perderse en él, de ahogar sus temores en su deleite.
De olvidar. Olvidar y construir un recuerdo que estaría con ella hasta el final
de sus días.
Agarrándola por los hombros la levantó, atrapándola por la espalda y levantándola
en sus brazos, como si no pesara más que como un gatito.
—¡Galar! —Jess se agarró a sus hombros con una pequeña sonrisa
sorprendida.
La risa se convirtió en un gemido cuando él se inclinó hacia atrás. Su boca
se fijó sobre un pezón como si se estuviera muriendo de hambre y ella fuera su
única fuente de alimento.
Y luego empezó a jugar con él. Con rasguños suaves de sus dientes, con
lamidas arremolinadas y largas succiones y mamadas que disparaban pequeños y
dulces dardos de placer a lo largo de sus nervios.
Gimiendo de placer, ella se aferró a él, perdiéndose en la sensación. Sus
hombros se sentían calientes y suaves bajo sus manos, sus flancos con firmeza
contra sus musculosas pantorrillas mientras ella envolvía sus piernas alrededor de
su trasero.
Él no pareció sentir su peso en absoluto. Su pene sobresalía entre sus
cuerpos como una promesa, duro, caliente y suave como el raso. Jess no podía
esperar para sentirlo conduciéndose en su interior. Su centro ardía en deseos de ser
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¡Suficiente! —exclamó él de repente, con la voz entrecortada.
183
El Club de las Excomulgadas
llenado, con su carne pegajosa apretada e hinchada. Enloquecida, ella giró sus
caderas, jugando con el roce de su sexo contra el suyo.
Él gruñó algo, con su voz retumbando mientras lamía lentos círculos
alrededor de cada pezón, haciendo una pausa para repartir pequeños y malvados
pellizcos y caricias, jugando con sus dientes. Ella gimió sin poder hacer nada y dejó
que su cabeza se moviera hacia atrás mientras cerraba su boca sobre el otro para
mamárselo de forma hambrienta. El placer la provocó a lo largo de sus nervios,
como puntos de luz brillante bailando justo debajo de su piel.
—Ahora —jadeó ella, rodando sus caderas de nuevo, muriéndose de hambre
previos!
—Sí, maldita sea —Galar dijo en respuesta—. ¡Los necesitas! —Cerró su
boca sobre un pezón con una ferocidad tan deliciosa que ella sólo pudo retorcerse.
El movimiento llevó su pene debajo de su cuerpo por lo que presionó la unión de
sus labios inferiores, atormentándola con imágenes de su eje penetrándola.
Enloquecida, Jess se echó hacia atrás y buscó inclinarlo hacia su entrada.
—No —gruñó él, apretando el agarre en su trasero, impidiendo que tuviera
la distancia que necesitaba para empalarse.
—¡Galar, por favor! —se quejó ella, retorciéndose.
—¡Todavía no!
Con astucia, Jess alcanzó entre sus muslos, tocando su propio húmedo
calor, pasando sus dedos brillantes por sus labios. —¡Ahora! —exigió ella en un
susurro caliente.
Él gimió, gruñó y la levantó encima de su pene en una ráfaga dura e
implacable. Ambos gritaron de placer con la súbita penetración.
—Dios —se quejó Jess sin poder hacer nada— me llenas tanto…
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
por su entrada, un ansia deliciosamente punzante—. ¡No necesito más juegos
184
El Club de las Excomulgadas
—Simplemente espera —gruñó él y comenzó a rodar sus estrechas caderas,
trabajando su pene dentro y fuera de su puño apretado de humedad.
Jessica se estremeció y se inclinó hacia atrás en el apoyo de su agarre,
girando duro para reunirse con él. Aferrada a sus bíceps lo observó en una bruma
de furiosa necesidad. Los tendones de su cuello se pusieron en duro relieve y su
torso gloriosamente poderoso rodó mientras la follaba con esos despiadados
empujes.
Cada largo bombeo la quemaba, acariciando su deliciosa carne interna,
enviando su placer a conducirse por ella en picos de calor. Pero aún más gloriosa
con el orgasmo construyéndose.
Su propio clímax se estremeció fuera de su alcance, estimulándola para ir
hacia adelante. Moviéndose, Jess azotó su cuerpo en sus brazos, empalándose a sí
misma, buscando el último grado perfecto de presión que...
Ella gritó mientras un golpe de diluvio ardiente la ahogaba con luz y fuego.
Él se puso rígido, echando hacia atrás la cabeza con un crudo rugido animal.
Sin embargo, aunque el dulce placer irrumpió a través de ella, Jess estuvo al
tanto de un susurro oscuro de terror.
Los Xerans tratarán de matarlo hoy. Finalmente, los últimos impulsos ardientes
se desvanecieron, dejándola pegada a él, jadeando y sudando mientras escuchaba
su ritmo cardíaco más lento.
—Siete Infiernos —se quejó él por fin, poco a poco tirando de su ahora
flácido y pegajoso pene—. Eso fue increíble. Y yo llegaré tarde—. La sentó con
ternura en la cama.
¿Te vas? De alguna manera ella mordió las palabras de nuevo mientras lo
veía girar y caminar al cuarto de baño. Dirigiéndose sin duda, para una necesaria
ducha. Por supuesto que se iría. El pensamiento le dejó un rastro de amargura. Galar
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
era la expresión de su rostro, el éxtasis medio ciego, la mueca de esfuerzo mezclado
185
El Club de las Excomulgadas
Arvid no era, después de todo, el tipo de hombre que dejaría que un ataque de buen
sexo le impidiera cumplir con su deber.
Por lo menos sus rodillas temblaban visiblemente mientras él entraba al
baño. Eso era algo.
Jess pensó en unirse a él y decidió no hacerlo. Sólo le rogaría de nuevo y ella
lo sabía mejor. Por lo menos, su mente consciente lo sabía mejor. Otra parte de ella
no era tan inteligente.
Apartó las mantas y se deslizó debajo de ellas para sentarse, con las rodillas
había ocurrido, de todos modos? Un minuto ella había estado haciendo el tonto, y
al siguiente… Algo había salido de su pecho hacia el de él, y entonces él le estaba
follándole hasta los sesos.
Ella había hecho eso. De alguna manera. Así como había golpeado todo lo
de sus estantes la última vez.
Pero, ¿cómo?
*****
Galar se dirigió por el pasillo hacia el encuentro con el resto del equipo de
ataque. Sólo los tacones de las botas de Jessica hacían clic sobre el suelo, él se
movía con un silencio absoluto en su armadura. Él lo sabía condenadamente bien.
La había aceitado y ajustado casi por una hora la noche anterior y no se había
rendido hasta que nada había crujido.
Galar le dio una mirada a Jess. Ella parecía aún más pequeña de lo normal
junto a él con armadura, más muñeca que mujer. Sin embargo no había nada de
muñeca en sus ojos tristes. Ella aún creía que él se dirigía al desastre, a pesar de que
sabía que no lo diría ahora. No con él a punto de Saltar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
apretadas contra su pecho, con el ceño fruncido y melancólico en su rostro. ¿Qué
186
El Club de las Excomulgadas
Él suspiró. —Jessica, los humanos no tienen la capacidad de ver el futuro.
Algunas especies pueden hacerlo pero nosotros no. Nuestros científicos han hecho
experimento tras experimento, pero nadie ha demostrado nunca una huella de
verdadera clarividencia. Las historias que dicen lo contrario no son más que
coincidencias y mucha imaginación.
—Así como no somos telequinéticos. —Su voz era monótona—. ¿Le
preguntaste al Outpost si realmente hubo un terremoto el otro día?
La inquietud se deslizó a través de él con frialdad. —Hubo una especie de
Los ojos azules destellaron para encontrarse con los suyos. —Muy
localizada, quiere decir que se limitó a tu habitación.
— Hablé de esto con Dyami. Creemos que debe haber sido algún tipo de
ataque fallido Xeran, pero el escudo del Outpost lo venció.
—Eso tiene sentido. —Pero ella no dijo si le creía. Él no estaba seguro de
haberlo hecho bien, pero ¿qué otra explicación tenía? ¿Qué ella de alguna manera
había desarrollado poderes imposibles que ningún otro humano había tenido
nunca? La idea Xeran era mucho más creíble.
—Estaré bien, Jess —Galar le dijo en voz baja.
Ella forzó una sonrisa y deslizó la mano por el hueco de su brazo. —Por
supuesto.
En realidad, había algo cálido acerca de su preocupación. Su preocupación
era más intensa, más personal que la mostrada por los responsables de sus
compañeros Ejecutores cuando él estaba en peligro. Casi como si ella lo amara.
Y qué idea tan embriagadora.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
temblor, pero fue localizado en un extremo.
187
El Club de las Excomulgadas
Él, por otro lado… no estaba seguro de cómo se sentía. Sí, había una
intensidad de emociones que nunca había experimentado antes, ni siquiera cuando
había pensado que estaba enamorado de Tlain.
Por otra parte, él había matado a Tlain.
Era cierto que ella necesitaba morir. Había sido una espía, una traidora,
mientras él apostaría su último Galactor que Jess no tenía ni un hueso engañoso en
todo su cuerpo.
Jessica Kelly era, sin duda, la mujer más digna de confianza que alguna vez
Si lo hacía.
*****
Entraron en el gimnasio para encontrar al equipo de desmontaje de Galar
esperando, todos vestidos con armaduras de combate. Probablemente parecía no
haber mucho más que diez Ejecutores pero ella sabía que en realidad existían.
Jessica se sentía como una niña entre una multitud de adultos, y no era
exactamente
baja,
por
lo
menos
para
las
normas
del
siglo
XXI.
Al otro lado de la habitación, vio a Jiri y a Ando Cadell. El gran hombre Ejecutor
de repente tomó a su esposa por la cintura y tiró de ella para un sonoro y gran beso.
Luego le puso el casco y se lo bajó. Ella le acarició la mejilla con una mano
enguantada.
Él
le
sonrió
y
se
volvió
a
ponerse
su
propio
casco.
—Recuerda —Frieka le decía a Riane mientras la Warfem comprobaba su pistola
de fragmentos—, yo estoy a cargo de nuestro equipo. Irán cuando les dé la orden,
no antes. ¿Lo entienden?
—Sí, Madre.
— ¿Quieres que te muerda?
—No sería la primera vez… ¡Hey! —gritó ella y saltó atrás de sus fauces.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
había conocido. Si alguna vez se enamorara de nuevo, él podía hacerlo peor.
188
El Club de las Excomulgadas
La puerta del pasillo se abrió y entró Wulf, con sus hombros casi tan anchos
como los de los otros, incluso sin armadura. Intercambió un saludo con Galar,
quien empujó con suavidad a Jess hacia él. —Mantén un ojo en ella por mí, Wulf.
El gran hombre le dio una sonrisa torcida y puso una enorme mano sobre su
hombro. —No te preocupes. La mantendré fuera de problemas.
Jess levantó una ceja hacia él y le dijo dulcemente: —Muchas gracias, Wulf.
Él se volvió sonriéndole, al parecer incólume ante el sarcasmo.
Galar bajó la cabeza y le susurró al oído: —Regresaré —. Alejándose, alzó
vuelta con vida.
A Jessica se le hizo un nudo en la garganta cuando vio que el equipo se
movía en sorprendente silencio, incluso con sus botas susurrando en la cubierta.
—Vamos, Jessica —dijo Wulf, llevándola en dirección a la puerta y saliendo al
pasillo. Aún mientras la cerraba detrás de ellos, el suelo temblaba bajo sus pies con
el estampido sónico del Salto en masa.
Jess bajó la cabeza, preguntándose si alguna vez vería a Galar nuevo.
*****
Marcin se agolpó en la noche, con sus botas blindadas sonando en el
primitivo pavimento y con una loca mueca pegada a la cara. Sus sensores se
encontraban en un recorrido completo, buscando en la oscuridad al borracho que lo
detectaría.
Y a los Ejecutores que deberían ser atraídos en respuesta. Hasta el momento
no había visto a nadie en absoluto. El barrio que recorría era rural, con casas
alejadas una de la otra, los ocupantes dormían a esa hora. No había farolas, no
había pasos de peatones. Nada más en esa carretera vacía, serpenteante y con
árboles de tierra enormes que estaban a ambos lados.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
la voz—. Muy bien, amigos, vámonos. Tenemos a un robot de batalla para traer de
189
El Club de las Excomulgadas
Algún tipo de animal, su computadora lo identificaba como perro, estalló con
una cacofonía de sonido furioso. Él le lanzó una mirada mientras corría y vio que
estaba poniendo a prueba el extremo de una cadena atada a una estaca.
Corrió, disfrutando con furia de la picazón de adrenalina por su cuerpo.
Alimentando su energía con la batalla por venir.
Finalmente, una pelea. Un descanso de su caza frustrante y agotadora por
esa tres veces maldito hereje difícil de alcanzar, Chara va Hol, y las abominaciones
que ella protegía y del T’lir que el sacerdote guerrero tanto deseaba. Una
oportunidad de derramar sangre en nombre del Victor y demostrar que era digno de
lógico en su camino a la gloria. Pero no sería fácil. Sólo la élite de la élite era
elegida para unirse a la Orden profundamente secreta de Víctor, El arma definitiva
de Xer contra aquellos que intentaban desafiar al Padre del Mundo y evitarle a su
pueblo su glorioso destino. Si eras juzgado indigno de unirte, las cohortes bien
podrían matarte por tu temeridad incluso al solicitarlo.
Marcin, sin embargo, hasta la fecha había sido juzgado como digno.
Aunque si no podía contra el hereje…
Bien.
Vio a un hombre que caminaba por la oscura acera, el primitivo estaba en
estado de ebriedad, él era quien se suponía debía informar de su presencia a la
policía, dejando un registro para que los Ejecutores los encontraran. —¡Tú! —rugió
Marcin en Inglés.
Un rostro blanco se alzó hacia él mientras cargaba gritando hacia el hombre.
El borracho se volvió y se tambaleó tan rápido como sus piernas temblorosas se lo
permitieron.
Marcin se rió suavemente. Eso debería bastar. Corrió tras el idiota por un
par de cuadras, sólo para asegurarse de que el primitivo se dirigiera directamente a
la policía.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ser miembro de la cohorte de Tarik. Eso era, después de todo, el siguiente paso
190
El Club de las Excomulgadas
Finalmente, decidió que había asustado al borracho lo suficiente, se volvió y
corrió lejos en la noche. En cualquier momento...
—¡Detente y suelta tus armas! —gruñó una voz desde la oscuridad. Un
hombre vestido con armadura azul de Ejecutor temporal se materializó en su
camino, al parecer había dejado caer el campo de camuflaje. Marcin se volvió, sólo
para ver a dos Ejecutores más corriendo hacia él. Sus labios se curvaron con una
mueca de satisfacción.
Habían mordido el anzuelo.
sensores identificaron como el rubio grande con el que había luchado en la casa de
la hereje. Aún mejor, el hombre era un Warold, a pesar de la falta de un tatuaje
facial.
Matar a uno de los odiados guerreros de Vardon era un acto santo, un
sacrificio apropiado para el vencedor. Marcin tenía toda la intención de añadir la
cabeza del Warold a su colección.
*****
Jess estaba congelada en el pasillo afuera del gimnasio. El estampido sónico
del Salto de Galar aún parecía resonar en sus huesos.
Parpadeó con fuerza. No iba a llorar delante de Wulf, maldita sea.
Una enorme mano cayó sobre su hombro y ella dio un salto, mirando a su
alrededor salvajemente.
—Basta de angustiarte —le dijo Wulf, aunque su mirada azul turquesa
brillante era simpática—. Es tiempo para la lección de combate.
Jess nunca se había sentido más baja de ánimo para una lección que ahora,
mucho más si era de combate. Su estómago se había atado a un conjunto de nudos
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Él se volvió con un rugido y se abalanzó sobre el primer agente, a quien sus
191
El Club de las Excomulgadas
finos con escalofríos. Estuvo tentada seriamente a vomitar en las grandes botas del
Ejecutor.
Por desgracia, si se quedaba a esperar a que Galar volviera, perdería la
cabeza. Una lucha de práctica sería lo menos que le facilitaría una distracción de
todo ese miedo helado. —Muy bien —suspiró—. Acabemos con esto de una vez.
Él le dirigió una amplia y blanca sonrisa, luego se volvió hacia la puerta del
pasillo. El cartel decía “Práctica de combate sin armas”. —Esa es mi niña. Por
aquí.
suspiró. Él se apartó de ella y ella se quedó inmóvil de horror.
Marcin estaba esperando en la habitación vacía, quieto, impasible, con la
brillante luz del techo reflejándose en sus dos juegos de cuernos. Sus botas estaban
bien separadas en el suelo acolchado, sus enormes manos vacías colgaban a su
lado. Su armadura negra a escala lo hacía parecer como una serpiente bípeda, un
efecto realzado por sus pupilas rojo escarlata. En todo caso, parecía aún más
grande y más amenazador de lo que recordaba.
Ella retrocedió. —¡Jesús!
Wulf le enganchó un brazo antes de que pudiera girar y salir corriendo de la
habitación. —Oye, no es real. Es sólo un Combot. ¿Ves?
Marcin pareció fundirse, dejando a un hombre grande en forma permanente
desnuda ante el espejo de la pared. Su cuerpo era suave, sin género, muy alto, le
recordó a un maniquí de una tienda por departamentos. Suponiendo que el modelo
hubiera sido un Arnold Schwarzenegger en sus años de Terminator. Su piel era de
un tipo de hielo blanco, y sus iris como los de un muñeco eran negros y vítreos.
Y más que un poco espeluznante.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
A regañadientes, Jess siguió su ancha espalda mientras la puerta se abría y
192
El Club de las Excomulgadas
Un momento después, Marcin estaba de vuelta, con cuernos, ojos rojos y
expresión escalofriante. Ella se dio cuenta de que el Combot debía proyectar la
imagen de Xeran sobre sí mismo.
—¿Es realmente necesario? —Temblando, Jess se frotó los brazos con piel
de gallina mirando al gran androide. Parecía un Marcin realmente convincente.
Wulf se encogió de hombros. —Es mejor enfrentarte a tus miedos ahora.
Será más fácil si alguna vez tienes que luchar contra Marcin en la realidad.
—De alguna manera dudo de que las palabras “más fácil “ y “Marcin”
*****
Pero Jess pronto se dio cuenta que el Ejecutor tenía un punto. El
intercambio de golpes lentos con el Marcin-robot, parándose periódicamente
mientras Wulf la criticaba, era a la vez agotador y un poco aburrido. Tanto así que
la expresión de frialdad en los ojos del “robot” dejaron de molestarla bastante.
Jadeante, con el sudor escurriendo por su cuerpo, regresó una pierna para plantarle
una patada al Marcin-robot en el vientre cuando Wulf alzó las manos. —¡Alto!
Ella bajó la pierna y le dio al Ejecutor una mirada inquisitiva. —¿Qué?
El gran hombre puso los ojos en blanco. —El Jefe Ejecutor Dyami. Me
acaba de llamar a la sala principal, donde tiene al equipo de respaldo.
Alarmada, Jess preguntó —¿Hay algún problema? ¿Tendrán que Saltar?
—No lo creo. —Wulf se rascó la barbilla, viéndose preocupado—. También
me dijo que les permita a ustedes dos mantenerse en combate—. En cuanto al
Combot, añadió —Mantén un ojo en ella, mientras no esté. Dyami dijo que esto no
me tomará mucho tiempo.
—Afirmativo —dijo el Combot, sin ninguna inflexión en su voz, aunque
todavía sonaba demasiado parecido a Marcin.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pertenezcan a la misma frase —se quejó ella.
193
El Club de las Excomulgadas
Jadeante, Jess apoyó las manos sobre las rodillas y vio que Wulf salía de la
habitación, dejándola sola con el Marcin-robot. Se preguntó si la cosa le permitía
tomar un descanso. Probablemente no, teniendo en cuenta las órdenes del Ejecutor.
—Está bien —suspiró ella—. Intentemos esa patada de nuevo—. Moviendo la
pierna hacia arriba, se preparó para conducir su pie hacia el duro abdomen del
Marcin-robot.
*****
Antes de que pudiera lanzar la patada, el Combot se volvió borroso en
Potentes dedos la sujetaron alrededor de la garganta hundiéndose
cruelmente en su piel. Ella luchó y trató de golpear su mano lejos, pero él sólo tensó
su agarre.
—¡Hey! —jadeó ella—. ¡Ese
no es el movimiento que se supone que
estamos practicando!
—Lo sé—. Los ojos rojos del Marcin-robot ni siquiera parpadearon. Las
manchas comenzaron a bailar ante sus ojos mientras sus dedos se cerraban en su
tráquea, levantándola agonizante sobre sus pies.
—¡Detente! —susurró ella, apenas capaz de forzar las palabras más allá de
su agarre estrangulándola—. ¡No puedo… respirar!
—Esa —dijo él— es la idea.
*****
Galar enseñó los dientes y esperó a que Marcin corriera hacia él, con la
determinación letal entrecerrándose en los ojos rojos. Mientras corría, el battleborg
blandió una Xer Sevik, uno de los cuchillos largos y afilados letalmente utilizados
por los bastardos. Llevaba una armadura temporal completa, lo que significaba que
la pistola de fragmentación de Galar sería inútil.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
movimiento.
194
El Club de las Excomulgadas
Galar sacó su propia espada, un machete Vardonese de la longitud de su
antebrazo. Lanzando el arma a su mano, pensó en la armadura del hijo de puta.
Para conseguir que una navaja atravesara el material flexible y resistente tendría
que batirse el tiempo suficiente para romper su cohesión molecular con impactos
repetidos. Lo que significaba que iba a ser una lucha larga y dura.
Lo cual estaba muy bien con Galar. Estaba de humor para una pelea. Rugió
su grito de guerra y fue a la carga de Marcin.
Se encontraron en un shock que sacudió al acero, cuchillo contra cuchillo,
con el impacto enviándolos a girar otra vez como una pareja de bailarines. Galar se
cantando su canción letal en su sangre. Volvió el machete a la garganta del Xeran,
pero Marcin se sacudió, después lo golpeó como una serpiente. El punto mortal del
Xer Sevik raspó el pecho de Galar, pasando sin peligro la armadura de escamas
manchadas de azul. Galar respondió con un golpe corto y brutal que espetó la
cabeza del Xeran hacia atrás y lo envió dando tumbos. Galar se abalanzó,
embistiendo su machete sobre el vientre del Guerrero con tal fuerza que los pies de
Marcin despegaron de la tierra. Sólo su armadura lo salvó de ser destruido.
El Xeran chocó el suelo de espaldas, girando como un acróbata y
levantándose de un tirón furioso. Su bota blindada se estrelló contra el costado del
casco de Galar, haciéndolo girar a la arenosa acera.
Aunque aturdido, maldita sea, el cyborg lo había pateado, Galar se las
arregló para convertir su caída en un rollo. Se deslizó hasta detenerse en su espalda
para ver a Marcin caer hacia él como una roca. El Xeran aterrizó a horcajadas
sobre su pecho, sacando el aire de sus pulmones mientras se preparaba para
conducir su Sevik a la parte inferior de la mandíbula de Galar. Luchando por jalar
aire, el Warlord cerró su muñeca contra la de Marcin, golpeando la navaja y
alejándola.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
volvió hacia Marcin, con los labios despegándose de sus dientes, con el riaat
195
El Club de las Excomulgadas
Sin inmutarse, el Xeran estrelló su puño izquierdo blindado en el casco de
Galar una vez, dos veces, una vez más. La visera dura crujió y crujió, amenazando
con hacerse añicos bajo la fuerza inhumana del cyborg.
—¡Salte… de arriba! —Galar agarró a Marcin por un cuerno y lo sacó de
arriba de él sobre su cabeza. El Xeran golpeó el suelo con un gruñido. Galar se
torció alrededor, todavía manteniendo su control sobre ese cuerno que sobresalía y
tratando de apoderarse de su gemelo con su mano libre, planeando romper el cuello
del Xeran. Marcin blandió su cuchillo y su punta se atascó en un manojo de nervios
en el antebrazo de Galar. La navaja no rompió la armadura, pero su brazo se
desde
el
hombro.
Perdió
el
control
y
Marcin
se
liberó.
Los dos hombres se pusieron de pie con su respiración jadeante, ahora bien
enojados y listos para cometer un asesinato. Por el rabillo de un ojo, Galar vio a Jiri
y a Ando Cadell mirando con sus propias espadas levantándose mientras esperaban
una apertura para unirse a la lucha. ¡Galar les hizo un gesto con la mano izquierda
de que no necesitaba ayuda! Mientras Marcin lo circulaba. La inquietud parpadeó
en su mente. ¿Dónde diablos estaba el Xeran de apoyo de Marcin? Los hijos de
puta debieron haber hecho surgir su trampa para ese momento. Los equipos de
Ejecutores de Galar que quedaban seguían manteniendo su posición, camuflados e
invisibles, a la espera de que los pequeños amigos desagradables de Marcin hicieran
su movimiento.
—Pareces distraído. —Marcin le enseñó los dientes—. ¿Esperando algo?
Galar le dio una sonrisa cruel. —Sólo estoy un poco aburrido—. Se
abalanzó sobre él, con su cuchillo raspando al Xeran Sevik con un sonido metálico.
Pero antes que Galar pudiera hacer otro ataque, un escalofriante aullido ululante
hizo
añicos
la
noche.
Incluso
Marcin
sacudió
la
cabeza
al
oírlo.
El hombre gritando apareció en la armadura temporal de Xeran, derritiéndose en la
noche en la espalda de Jiri, como un fantasma con escamas negras. Ella se giró
instintivamente moviendo su espada aun cuando su esposo saltó para bloquear el
ataque.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
adormeció
196
El Club de las Excomulgadas
Ambos lo hicieron demasiado tarde. Aun aullando, el Xeran blandió la
espada que tenía en ambas manos. La cabeza de Jiri giró lejos, con casco y todo, la
sangre volando en un spray de color carmesí. —¡Jiri! ¡nooooo! —el grito de
desesperación y rabia de Ando era la destilación escalofriante de la muerte de su
alma. Él se abalanzó sobre el Xeran con el cuchillo levantado.
Fríamente, el hombre se volvió y cortó, tomando al Ejecutor por la muñeca.
Ando volvió a gritar mientras caía hacia atrás, agarrándose el muñón con la mano
restante. El empuje siguiente del Xeran se condujo derecho al centro de su pecho
penetrando en la armadura y en su caja torácica por igual, como si fueran
El agente había muerto incluso antes de caer al suelo.
¡Mierda! ¡Mierda, mierda, mierda! Galar bloqueó a Marcin antes que cortara su
cabeza por simple reflejo, dando marcha atrás con furia. ¡Ejecutores! Envió la
emisión de timbre a lo largo de su canal compartido. ¡Agentes caídos!
Los otros ya estaban apareciendo, dejando caer sus campos de camuflaje, con gritos
de batalla rugiendo. A pesar que se cerraron en el Xeran y en su imposible espada,
otros cuatro guerreros enemigos se materializaron en la noche circundante. Sus
espadas hicieron un extraño, alto y agudo sonido de timbre, frío y ajeno, mientras
corrían hacia los Ejecutores.
¿Qué diablos eran esas cosas? ¿Cómo habían cortado la armadura temporal
completa
como
si
fuera
papel
de
arroz?
Ni
siquiera
era
posible.
Y sin embargo demasiado obvio, lo había sido. Los Xerans lo estaban haciendo.
Bloqueando otra agresión con arma blanca de Marcin, Galar sintió que la
sangre se le volvía hielo. A menos que hiciera algo ahora, él y sus agentes se
dirigían directamente hacia una masacre.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mantequilla caliente.
197
El Club de las Excomulgadas
Chispas negras brillaron frente a los ojos de Jess mientras luchaba por jalar
aire. Agarró la gruesa muñeca del Marcin-robot con ambas manos, tratando de
aliviar la feroz presión en su garganta. —¡Déjame… ir!
Los ojos rojos ni siquiera parpadearon. —No.
—¡Basta! —Ella movió un pie desesperado hacia el vientre de la cosa, pero
él ni se inmutó.
—No.
condenadamente real. La cabeza le daba vueltas, su visión era gris alrededor de los
bordes. —¿Qué diablos… estás tratando de hacer?
—Te estoy matando. —Su voz era completamente tranquila.
La había levantado hasta que los dedos de sus pies ya no tocaban el suelo.
Ella levantó las dos piernas y las estrelló en el pecho del robot con cada onza de su
fuerza, pero su agarre no se aflojó. Joder, Jess se dio cuenta con la mirada nublada,
es Marcin. ¡Debió haberlo programado para matarme! Chupando una bocanada
desesperada de aire, jadeó — ¡Outpost! ¡Ayuda! ¡Ayúda... me!
No hubo respuesta. No hubo sirenas, ni ruido de pies corriendo al rescate, ni
nada.
Algo no iba bien. Oh, Dios santo, pensó, mirando con ojos saltones la cara sin
piedad del Marcin-robot. Él había llegado a la computadora principal también. El
Outpost ha sido hackeado. Y estoy jodida. ¿Dyami habría pedido la presencia de Wulf o
era sólo una distracción para llamar a su gran protector lejos?
Jess intentó patear al Combot de nuevo, pero no pudo ni siquiera levantar
las piernas. Débil. Demasiado malditamente débil.
Los puntos negros que bailaban ante sus ojos eran cada vez más gruesos, la
luz cada más tenue. Ya no podía ver ni la cara del Combot, incluso apenas podía
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Si se trataba de algún tipo de prueba, se sentía total y demasiado
198
El Club de las Excomulgadas
sentir los gruesos dedos apretando más y más fuerte alrededor de su cuello. La
asfixia era tan brutal, tan lenta, girando su sufrimiento en lugar de romperle el
cuello.
Una imagen de repente floreció ante sus ojos. Galar salpicado de sangre,
luchando contra Marcin, sus navajas sonando una contra la otra. Sus ojos ardían
con riaat , y algo más: un dolor negro y horrible.
Incluso mientras luchaba con el gran robot de batalla, otro Xeran cargó
hacia él por la espalda, levantando una espada que sonó como una campana de
El maldito cobarde mataría a Galar.
Incluso medio asfixiada como estaba, una ola de furia aumentó en Jess,
cortando a través del hielo de la proximidad de la muerte. —No —jadeó—. Maldita
sea… ¡No!
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
plata.
199
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Doce
Aun cuando el cuerpo de Jessica se quedó lacio por el agarre del nanobot
Marcin, burbujas de calor e ira se expandían sobre su pecho, un ardor más caliente
y más brillante. Creciendo en una llama de energía que explotó fuera de ella en un
único y abrasador fogonazo.
La mano alrededor de su cuello simplemente desapareció.
Jessica cayó de espaldas. Los dedos que rodeaban su garganta ya no estaban,
comenzaba a tornarse negra.
Sofocante...
Súbitamente su diafragma se contrajo y ella respiró profundamente el
maravilloso aire fresco. Rodó sobre su lado, respiró débilmente y concentrándose
en el aire que entraba y salía de su maltratada y dañada garganta.
¿Dónde demonios estaba el combot? Parecía haber desapare...
No, espera, pensó de forma confusa. ¿Es esa una mano? Luchando por enfocar
la visión, vio que había, de hecho, un brazo yaciendo en el suelo a centímetros de
su nariz. Mirando alrededor, no vio, gracias a Dios, sangre. No obstante, algún tipo
de sustancia aceitosa azul cubría las paredes, el suelo y a la propia Jess, y había
varias... partes yaciendo aquí y allí, en todos lados. Algunos de los cuales parecían
enteramente humanos.
La puerta se abrió. — ¿Qué infiernos?
Jess miró hacia arriba para encontrar a Wulf cruzando rápidamente la
habitación hacia ella, con una expresión horrorosa de asombro sobre su amplio y
rostro hermoso.
—Ya era hora de que llegaras —le dijo ella y vomitó sobre sus botas.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pero su pecho se sentía congelado, con los músculos paralizados. Su visión grisácea
200
El Club de las Excomulgadas
*****
El bastardo había asesinado a Jiri y a Ando.
No, pensó Galar, rechazando el golpe de Marcin en su cabeza. Él había
conseguido que los asesinaran. Se había preparado para todo excepto para las
espadas que podían atravesar las armaduras de combate como cuchillas en un
huevo cocido.
Y si no sacaba la cabeza de su culo ahora, perdería al resto de su equipo
también. Incluso si pudiera conducir un poco de riaat en el rostro de Marcin, sus
Oso, Peter Brannon, Ivar, Dona, Riane y Frieka estaban intentando repeler
a cinco Xerans armados con esas imposibles espadas. Uno de los espadachines
descendió sobre Oso, quien instintivamente intentó rechazarlo con su gran espada
Bowie.
La espada partió en dos el cuchillo. Sólo con un movimiento instintivo hacia
atrás salvó su mano de ser separada de su muñeca. El gran hombre se retiró
rápidamente mientras el espadachín le acechaba.
—Has perdido —le bufó Marcin a Galar, con su sonrisa sanguinaria y
brillante—. ¡Conseguiré tu cabeza y ganaré un lugar en el cohorte! Y las calaveras
de todos tus preciosos Ejecutores decorarán nuestras vitrinas de trofeos...
—No has ganado todavía, bastardo —gruñó Galar, esquivando la patada
que el otro dirigió hacia su pecho.
¡Ataca por detrás! Su comunicador sonó estridentemente. Un sensor de
imagen cruzó su cerebro; una de los espadachines de los Xer, giró de repente hacia
Riane y Frieka, bajando su espada en una fuerte diagonal apuntando contra la
espalda de Galar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sensores informarían de la desesperada batalla que se centraba a su alrededor.
201
El Club de las Excomulgadas
Galar cayó sobre una rodilla. La sangre salía a chorros de su visera. Miró
hacia arriba.
Marcin miró fijamente su propio torso, con una expresión visible de
asombroso y horror en su rostro. La espada de Xeran estaba alojada en su cadera
derecha. Había entrado por su hombro izquierdo.
Él cayó. Separado en dos piezas.
Galar gruñó, se desdobló de su posición arrodillada, colocando su espada
frente al hombre que intentó apuñalarle por detrás. Atravesó la parte inferior de la
armadura corporal. El espadachín emitió un gorgoteo cuando el cuchillo separó su
cerebro. Galar se giró hacia el segundo oponente caído. Agarró la espada de la
mano del hombre antes incluso de que golpeara el suelo.
—Por los Siete Infiernos —gritó Frieka—. Recuérdame que no te cabreé.
—¡Fuera de mi camino! —gruñó Galar, cargando entre el lobo y Riane. Oso
estaba dando marcha atrás por la hoja de la centelleante espada que el musculoso
Xeran esgrimía con intención de matar. Galar caminó entre ellos y los eludió. Las
dos espadas repicaron como campanas, un extraño sonido puro.
Recuperemos a nuestros muertos y preparémonos para Saltar, dio la orden por el
canal de comunicación que lo unía al cuerpo de Ejecutores. No les dejaré a esos
bastardos ningún trofeo.
—¡Quita las manos de esa espada! —gruñó el Xeran con indignación en su
voz. Bramó con fuerza— no eres digno de tocarla.
En ese momento, la defensa de Galar fue una fracción demasiado despacio.
Pese a que ladeó con un golpe la espada del Xeran, la gran espada todavía se
deslizaba hacia la cadera derecha de Galar. Sintió como hacía daño en su hueso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mandíbula del Xeran en el sitio que no estaba protegido por su casco ni por la
202
El Club de las Excomulgadas
La gran mano de Oso se cerró en torno a su hombro y tiró bruscamente. La
espada robada cayó de su mano. El Xeran se abalanzó hacia ella.
Galar se tambaleó. Tenían que Saltar. Ahora. Antes de que perdieran a
alguien más. Vio algo redondo y oscuro, lo agarró.
Era el casco de Jiri. Que no estaba vacío. Con los dientes apretados por el
dolor, miró alrededor. Peter Brannon tenía el cuerpo de Ando Cadell echado al
hombro, mientras Ivar sostenía los restos de Jiri. Riane, Frieka y Dona cubrían la
retaguardia.
Forzadamente, cojeó hasta la enfermería pasando los dos tubos de cuerpos y
los tres regeneradores. Oso tenía una fea herida en los intestinos y una de las
espadas de Xeran había alcanzado a Dona en el pecho, pasando muy cerca de su
corazón.
Galar todavía sostenía la cabeza de Jiri dentro de su casco, aunque podía
haberlo colocado dentro del tubo de cuerpos con el resto de ella. Su muerte era
responsabilidad suya después de todo. Le había fallado. A todos. Había sido su
obligación guiarlos con seguridad, pero los Xerans habían sido mejores estrategas
que él. La culpa recorría su consciencia con un dolor que empequeñecía la herida
de su cadera.
—Galar. —Chogan se encontró con ellos en el pasillo de la sala. La
compasión brillaba en sus ojos mientras le tendía las manos—. Dámela, Maestro
Ejecutor. Cuidaré de ella.
Sintiéndose entumecido, él le tendió el casco con la cabeza en su interior.
Ella lo tomó tiernamente y la llevó detrás de los tubos flotantes.
Él miró hacia abajo a su propio cuerpo. Estaba cubierto de sangre; de Jiri, de
Ando, de Marcin y la suya propia. Y, probablemente de la del Xeran que había
asesinado.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¡Salten! —gritó Galar, y presionó el botón de su cinturón.
203
El Club de las Excomulgadas
Deseó haber podido sostener esa maldita espada el tiempo suficiente para
analizar e invertir la ingeniería. Lo que era sin duda la razón por la que el Xeran
había tratado por todo los medios de mantenerla lejos de él.
Galar se masajeó su dolorosa zona sangrante. Probablemente debería
limpiarse toda esa sangre. ¿Antes o después de darle su informe a Dyami?
—¿Galar? —Él se giró para encontrarse con la horrorizada mirada de Dyami
mientras el gran Mago entraba por las puertas dobles de la sala—. ¿Qué demonios
ha ocurrido Maestro Ejecutor?
cansada derrota—. Tienen algún tipo de nueva espada que se desliza por las
armaduras. Sólo eran cinco y Marcin, pero no pudimos hacer nada contra esas
espadas. Perdimos a Jiri y a Ando Cadell. Dona y Oso se encuentran en
regeneración, pero mi comunicador dice que no están gravemente heridos.
Dyami lo examinó de una forma tan penetrante que Galar lo asoció con los
sensores de escáner. —¿Por qué demonios no estás con ellos en regeneración?
—No estoy tan mal.
—Y una mierda que no. —Dyami lo agarró por el hombro y lo condujo por
el pasillo—. ¡Necesito un tubo de regeneración aquí!
Galar apretó los dientes cuando dio un paso de forma imprudente y envió
lanzas de dolor a través de su cuerpo. —Necesito terminar mi informe.
—El informe para luego. Ahora, a regeneración. —El tono de Dyami no
admitía discusión.
—¡Galar! —Jessica entró de sopetón a través de la pared de una de las
estancias privadas de la sala. Su expresión se transformó a una de completo terror
cuando se dio cuenta de la sangre brillando sobre su armadura—. ¡Estás herido!
—No es tan grave como parece.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Los subestimé —dijo él miserablemente. Sacudiendo la cabeza con
204
El Club de las Excomulgadas
—Sí, claro —gruñó Dyami—. ¡Paramédicos!
Galar lo ignoró, frunciendo el ceño mientras una pregunta surcaba su mente.
—¿Qué estás haciendo en la enfermería, Jess?
—Casi hace que la mate el jodido combot, eso es lo que pasó. —Wulf la
siguió desde la estancia privada—. Acaba de salir de regeneración. Jess, ve a
acostarte. Chogan no ha terminado los escáneres.
¿Escáneres? Gallar se soltó de los paramédicos que estaban intentando
—Revisar algunas lecturas extrañas. —Wulf frunció el ceño, su mirada se
dirigió con inquietud hacia Jessica—. Te lo explicaré más tarde.
Jess le ignoró, y en su lugar se acercó a Galar mientras le examinaba
ansiosamente. Estás pálido como la leche. —¿Dónde te golpearon? Estás cubierto
con mucha sangre...
Él comenzó a tocar su hombro, luego vaciló mientras se percataba del
oscuro carmesí que cubría sus dedos. Bajó la mano. —La mayor parte no es mía.
—Demasiado lo es —dijo el paramédico, frunciendo el ceño de su precioso
rostro—. Entra en el regenerador, por favor, Maestro Ejecutor.
—Vamos, Galar. —Jess cogió su brazo, ignorando la sangre que lo cubría
cuando le giró hacia el tubo—. Me preocupas.
Incluso cansado y desanimado como estaba, él sintió la calidez en la
preocupación que vio en sus ojos. Esbozó una sonrisa para ella mientras los
paramédicos deslizaban la tapa del tubo. —Bien.
Jess se puso de puntillas y le dio un cálido beso en su sangrienta mejilla. —
Gracias.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
empujarle hacia el regenerador al que le guiaban otra vez. —¿Para qué?
205
El Club de las Excomulgadas
Mientras él se giraba dolorosamente para subir al tubo, su mirada se fijó en
el rostro de Dyami. Galar arrugó el ceño, percatándose del malestar en los ojos del
gran hombre mientas observaba a Jessica.
¿Qué habría hecho Jess para preocupar a Dyami?
*****
Jess yacía en una cama de la estancia privada, mirando con tristeza al techo.
Quería desesperadamente levantarse y encontrar a Galar para asegurarse de que
—¿Está todavía en regeneración? —dijo bruscamente. Y si lo estaba, ¿no decía
mucho sobre lo mal herido que estaba?
—No, está fuera. —Dijo Wulf sin ningún matiz. La estaba observando con
una intensidad que la hizo sentir algo más que intranquila. Había dicho que estaría
con ella para protegerla contra otro intento de asesinato. Viendo lo que había
ocurrido con el combot, ciertamente no podía discutir eso. Así que, ¿por qué tenía
la escalofriante sensación de que estaba actuando menos como guardaespaldas y
más como un carcelero?
—¿Cómo están los otros agentes? —ella se puso en pie impacientemente.
—¿Por qué quieres saberlo?
Jess levantó la cabeza para mirarle, sorprendida por su tono de sospecha. —
Porque fueron heridos intentando asegurarse que no me asesinaran. Algunos dieron
sus vidas tratando de asegurarse que no me asesinaran. ¿Por qué crees que no me
importaría?
—Definitivamente estoy de acuerdo en que debería importante .—Pero su
mirada escéptica parecía sugerir que dudaba que lo hiciera.
Herida, ella se incorporó y movió las piernas a un lado de la cama para
mirarle.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
estaba bien, pero sabía que Wulf no tenía intención de dejarla ir.
206
El Club de las Excomulgadas
—¿Cuál es tu problema? ¿O has olvidado que casi muero en ese gimnasio?
—Mientras estabas fuera cazando gansos salvajes.
Como Jess había sospechado, quien fuera que saboteó el combot había
falsificado la llamada de Dyani para apartar a Wulf.
Ella frunció el ceño. Wulf se había aparecido y le había pedido disculpas,
tan preocupado cuando la encontró después del ataque. Sin embargo, su
comportamiento se había ido enfriando constantemente desde entonces. ¿Por qué?
¿Qué estaba ocurriendo allí que no sabía? ¿Tendría algo que ver con todo los
—¿Qué ocurrió en ese gimnasio, Jessica? —sus ojos eran fríos, vigilantes.
Ella pensó seriamente en arrojarle el cobertor de la cama.
—Exactamente lo que dije que ocurrió. Exactamente lo que las grabaciones
dicen que ocurrió. Viste los tridimensionales. Ese combot se quedó a dos segundos
de aplastar mi tráquea.
—Hasta que usaste algún tipo de poder mental para apartarlo y hacerlo
estallar.
Jess apretó los dientes ante el escepticismo de su voz.— Bueno, seguro como
el infierno que algo lo hizo estallar.
—Sí, algo lo hizo.
—¿Estás diciendo que estoy mintiendo?
—¿Lo estás? —Su voz era profunda, aterciopelada y demoledora. Jess se
giró conforme Galar entraba en la estancia. Se había limpiado la sangre, parecía en
forma y guapo con su uniforme azul oscuro. Ella le dedicó una radiante sonrisa,
demasiado aliviada como para preocuparse por sus extrañas preguntas. — Tienes
aspecto de sentirte mejor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
escáners médicos que Chogan había estado llevando a cabo?
207
El Club de las Excomulgadas
—Un poco.
Jess frunció el ceño, un escalofrío se deslizó por ella. Él estaba estudiándola
con la misma cautelosa expresión que Wulf tenía. Como si fuera una extraña, como
si nunca se hubieran tocado, ni besado ni hecho el amor de forma dulce y
abrumadora.
Dyami, el jefe de los Ejecutores entró tras él, con los ojos entrecerrados y
escépticos. El corazón de Jessica comenzó a latir, su estómago se encogió
haciéndose un nudo helado. —¿Qué está pasando?
emociones, pero el infierno ardía en sus ojos. Estaban literalmente brillando, un
resplandor rojo como el carbón prendido enhebraba sus iris.
—¿Notar qué? ¿Qué coño está pasando? ¡Yo soy la que casi muere!
—Jiri y Cadell murieron. —El rojo abrasador incluso más brillante que su
helada expresión se prendió en una maraña de furia—. ¿Qué les dijiste a los Xerans,
Jess?
Jess parpadeó. —¿Decirle a los...? ¡Los Xeran están intentando asesinarme!
¿Por qué hablaría con ellos? Demonios, ¿cómo hablaría con ellos?
—Esa es la cuestión —Dyami levantó una oscura ceja—. No tienes ningún
comunicador implantado y ningún nanobot mensajero ha venido a ti. No has usado
la
unidad
de
comunicación
que
hemos
podido
establecer
y
tenemos
tridimensionales de cada movimiento que has hecho desde que llegaste.
—¿Me tienen bajo vigilancia? —lo miró horrorizado, escandalizada.
—En realidad, no. Son los registros de Outpost de todo lo que ocurre aquí,
por lo general no podemos acceder a esa información sin una razón legal.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿Creíste que no lo notaríamos? —El tono de Galar estaba exento de
208
El Club de las Excomulgadas
—Así que, ¿por qué no hicieron nada cuando el combot estaba
estrangulándome? —sus manos se cerraron formando los puños—. ¡Grité por ayuda,
maldita sea!
—Lo sé. —Su expresión no cambió—. Descubrimos que un pirata
informático alteró el programa de Outpost para evitar que enviáramos agentes a
rescatarte.
—¿Estás sugiriendo que lo pirateé? ¿Algún tipo de elaborado intento de
suicidio, quizá? —ella frunció los labios con furia sarcástica.
que eres un blanco de asesinato indefenso.
Jess colocó los puños de ambas manos en su cabello y tiró por pura
frustración
—¿Por qué demonios piensas eso? Soy del siglo XXI, maldita sea. No habría
sabido como piratear un ordenador en mi época, ¡mucho menos en ésta! —Señaló
con una temblorosa mano al ordenador al lado de la cama—. ¡Apenas sé cómo
programar ese vendser!
—¿No?
Sin
embargo,
tienes
material
genético
en
tus
células.
Específicamente en tu cerebro. —Galar caminó hacia el sensor del panel de control
a los pies de la cama de Jess y agitó la mano sobre el dispositivo. Apareció una
imagen tridimensional de un cerebro humano, girando lentamente—. Este es el
primer escáner que Chogan te hizo justo cuando llegaste. Todo es justo como
esperaríamos en un humano del siglo XXI—. Volvió a gesticular, una segunda
imagen apareció al lado de la primera, mostrando una extensa zona azul brillante
en la parte de la corteza frontal—. Este es el escáner que Chogan acaba de hacerte
—. Señaló el área azul—. Las neuronas en esta parte del cerebro muestran señales
de una profunda mutación, acompañados de una explosión de nuevas conexiones
sinópticas entre las células.
Jessica miró al escáner, su estómago se heló. —¿Es... cáncer?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—O —dijo Galar con frialdad—, una especie de intento de hacernos creer
209
El Club de las Excomulgadas
Las cejas rubias de Galar se levantaron.
—¿Cáncer?
De repente, ella se lamió los secos labios y consiguió asentir.
—Parece algo que pudiera matarme.
Su expresión pareció suavizarse antes de endurecerse otra vez.
—No es cáncer, Jess. E incluso si lo fuera, probablemente no te mataría. El
Ella respiró profundamente, desplomándose. —Oh, hombre. Bueno —.
Luego frunció el ceño—. Si no es algún tipo de cáncer, ¿qué es?
—Chogan cree que tiene algo que ver con el ADN de Xeran en las células
mutantes.
—Charlotte —dijo Jess forzadamente—. Charlotte hizo esto. Marcin dijo
que olía a su sangre. Debe tener algo que ver con esto.
—El escáner de Charlotte fue humano.
—Sí, bueno, hace unos días, mi escáner era humano. Ahora estás diciendo
que soy algún tipo de espía Xeran. —Ella levantó una ceja amargamente—.
Obviamente, no sabes qué coño está pasando.
*****
—El derecho del primitivo — dijo Dyami en tono grave—. No sabemos qué
está pasando. Y eso, simplemente, no es aceptable.
—Sé una cosa. —Galar restregó ambas manos sobre su rostro de manera
cansada—. No estaba mintiendo—. Sus sensores le habían dicho que ella se estaba
sintiéndose ultrajada, herida y atemorizada, pero no había habido ningún signo
revelador de decepción.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
cáncer rara vez es mortal en el siglo XXIII. Al menos no si es detectado a tiempo.
210
El Club de las Excomulgadas
Además, su corazón insistía en que ella no podía ser una espía Xeran.
Desafortunadamente, su corazón había estado equivocado antes.
—No es tan difícil engañar a los sensores —señaló Ivar.
—Sólo si tienes un ordenador implantado capaz de controlar tu involuntario
sistema nervioso—. Replicó Galar—. Jess no lo tiene.
Ivar levantó una roja ceja. —Considerando que acaba de hacer pedazos a un
combo, no tenemos idea de lo que tu pequeña amiga puede hacer.
mesa. Entre los heridos y los muertos tenía las manos llenas.
—¿Tus sensores recogieron algunos picos de energía inexplicable? —Tal
pico podría indicar que Jess estaba ejerciendo influencia en los cerebros de los
Ejecutores.
Chogan sacudió la cabeza, su cabello verde se deslizó sobre sus hombros. —
Nada. Ciertamente nada como el pico de energía cuando voló al combot. Lo que
me recuerda—. Giró su silla hacia Dyami—. Jefe, he estado pensando.
Inclinó la cabeza, las cuentas de sus trenzas sonaron.
— ¿Sí?
—Si ella pudo generar una explosión como esa, ¿por qué esperó tanto? Viste
las tridimensionales. Había dejado de luchar. Se había debilitado. Realmente pensé
que estaba muerta. Luego...
Galar se estremeció, recordando la grabación que lo había dejado perplejo
media docena de veces.
Los ojos de Jess habían brillado ampliamente en su oscuro rostro, y su boca
había gritado una palabra que no había tenido la capacidad de reproducir.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Dyami se giró hacia Chogan, que yacía cansadamente al otro extremo de la
211
El Club de las Excomulgadas
El nombre de Galar.
Luego, los sensores de Outpost habían detectado una ola de choque que se
había originado en un punto a seis centímetros de su frente. La onda expansiva se
había extendido por el aire como un fuerte y focalizado rayo que se había hecho
pedazos como una granada sónica. Ningún humano había sido grabado haciendo
algo así.
Al principio, pensaron que el combot simplemente había sido programado
para explotar, pero si fuera así, la onda expansiva debería haber matado a Jess aun
cuando demoliera al nanobot. Las simulaciones de ordenador habían mostrado que
—Vayamos al grano —dijo Dyami rigurosamente
—¿Por qué esperar? Especialmente considerando la manera tan desesperada
con que luchó contra esa cosa.
Galar se movió en su asiento, recordando sus frenéticas coces y puñetazos,
el terror indefenso en sus ojos, sus llamadas de súplica al ordenador Outpost que
había jurado la protegería.
Nunca había visto nada tan doloroso como Jessica luchando por su vida
mientras él se encontraba cinco siglos atrás, haciendo que le dieran una paliza.
—Tal vez lo fingió —sugirió Ivar—. Si es parte de algún tipo de timo
elaborado para hacernos pensar que los Xerans la tienen como objetivo...
—No estaba fingiendo, —gruñó Galar—. Viste esos escáneres de vida. Su
corazón se paró justo antes de la onda expansiva.
Ivar se echó hacia atrás y extendió sus grandes manos para protegerse de la
mirada de Galar. —Eh, sólo estoy jugando al abogado del diablo.
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la onda expansiva la habría alcanzado inequívocamente.
212
El Club de las Excomulgadas
—Búscate otro diablo. —No importaba que se preguntara lo mismo. ¿Su
experiencia con Tlain lo habría hecho demasiado paranoico o se estaba dejando
embaucar por otra cara bonita?
—Realmente no creo que sepa que puede hacerlo —dijo Chogan
pensativamente en el tenso silencio—. ¿Y si fuera algún tipo de desesperado y
último instinto?
—Outpost —dijo Galar de repente, recordando un incidente similar—.
Repite el posible evento sísmico por el que te pregunté antes.
—Oh sí, recuerdo ese. Decidimos que era algún tipo de asalto frustrado de
los Xeran, derrotado por los escudos.
Una imagen tridimensional apareció mostrando parte de Galar, con Jessica
acurrucada contra él bajo la colcha. Bajo su silenciosa orden, el comunicador realzó
su rostro de modo que apareció aumentado. Ella estaba frunciendo el ceño en
sueños, moviendo los ojos una y otra vez detrás de sus párpados. Una expresión de
horror cruzó su delicado rostro.
Bruscamente, se irguió. —¡Charlotte!
Todos los objetos de las estanterías de Galar bailaron hacia atrás, golpeando
la pared, rebotando y cayendo sobre el escritorio con estrépitos de fusil.
—Al principio, creí que tenía que ser algún tipo de terremoto, pero el
Outpost dijo que fuera lo que fuese ocurrió sólo en mi habitación. —Dijo Galar a
los otros Ejecutores—. Pero, ¿y si lo hizo Jess?
—A la luz de lo que ocurrió con el combot, ciertamente parece que fue eso
lo que ocurrió. —Dyami pasó sus nudillos sobre su mandíbula—. Estoy
comenzando a pensar que he sido criminalmente estúpido en todo esto.
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Dyami explicó. — Ese es el incidente que discutimos la semana pasada.
213
El Club de las Excomulgadas
—Para ser justos, —señaló Chogan—. El cerebro humano se supone que no
es capaz de producir ese tipo de energías. Los Xerans se supone que no podrían
crear esas energías.
Ella dudó, frunciendo el ceño, perdida en sus pensamientos. — Sabes, creo
que quiero echar otro vistazo a esos escáners que hice. Ese ADN extraño puede ser
en gran medida Xeran, pero hay trazas de material genético completamente no
humano también. ¿Y si las trazas de extraterrestres fueron las que causaron el
desarrollo de esas nuevas habilidades?
—Realiza algunas simulaciones y mira lo que encuentras —le dijo Dyami—.
—Por supuesto.
—Entonces, ¿Qué vamos a hacer con Jessica? —preguntó Galar—.
¿Asumimos que es un espía Xeran o una víctima inocente de algún tipo de trama
Xeran inusualmente impenetrable?
El jefe de los Ejecutores se reclinó en su asiento, frunciendo el ceño en su
hermoso rostro. —Bueno, ha sido el objetivo de al menos, dos intentos de asesinato
que han estado malditamente cerca de tener éxito. Tenemos que asumir que volverá
a ser un objetivo —. Dudó durante un largo rato—. No me inclino a creer que sea
un espía, pero por otro lado, tampoco no estoy cómodo descartando por completo
la idea—. Se levantó de su asiento y comenzó sin pausa, a pasear por la habitación.
—Así que la arrestaremos. Eso generará presión sobre ella, tal vez le demos algo de
ventaja para obtener la verdad si estuviera mintiendo.
— ¿Pero y si no miente? —el estómago de Galar se hizo un nudo.
Dyami le miró, con expresión férrea. —El calabozo es el lugar más seguro
en Outpost. La tendremos vigilada las veinticuatro horas para asegurarnos que no
hay más intentos de asesinato. No la dejaremos sola.
Chogan negó con la cabeza. —A ella no le va a gustar Jefe.
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Y mantenme informado sobre tus conclusiones.
214
El Club de las Excomulgadas
—No. —. Dijo Dyami.
—Pero estará viva. —Galar se puso en pie—. Yo lo haré.
El jefe se quedó perplejo. —Eso no es necesario. Ivar puede...
—Ella es mi responsabilidad. —Dijo Galar sin emoción alguna, a pesar de
las náuseas que ya revolvían su estómago—. Yo lo haré.
*****
Jess se sentó en absoluto silencio, ignorando a Wulf, que estaba sentado a su
Una cansada ira tensaba su vientre y golpeaba su cuello. Ellos pensaban que
era un espía Xeran. Después de todo por lo que había pasado; incluso cuando casi
había sido asesinada, no una sino dos veces por esos bastardos, los Ejecutores
realmente pensaban que era uno de ellos.
Galar pensaba que era uno de ellos. Eso era lo que la lastimaba. Él había
hecho el amor con ella, tocándola más profundamente de lo que ningún hombre la
había tocado y sin embargo, todavía creía que estaba trabajando para los Xerans. Y
si eso era verdad ella los había traicionado a todos, consiguiendo que asesinaran a
Ando y a Jiri y los otros habían resultado gravemente heridos. Incluyendo al mismo
Galar.
¿No había escuchado cuando ella le advirtió que iba directo a una trampa?
Incluso lo había seducido en un fútil e instintivo esfuerzo de mantenerlo en casa.
Un verdadero agente Xeran habría llevado su culo fuera de la puerta.
Maldita sea, pensó ella, apretando los dientes. No lloraré en frente de Wulf.
Pero Dios, dolía
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lado como un monolito de piedra.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Trece
La cabeza de Wulf se levantó, alertando a Jess. Miró alrededor justo cuando
Galar entró dando zancadas por la pared de la habitación. Parecía grande y
fríamente inexpresivo. Sólo sus ojos mostraban calor, brillando con algún feroz
sentimiento, como un par de carbones. Se detuvo justo dentro con los pies
ampliamente separados y la expresión vigilante.
—Jessica Kelly, estás bajo arresto por los cargos de espionaje. Ven conmigo,
De alguna forma, ella había esperado esto. Entonces, ¿por qué se sentía
sobresaltada? Se las arregló para respirar hondo contra el dolor.
—¿Tengo un abogado?
—No, de momento. —Su hermoso rostro se vio como si hubiera sido tallado
en un sólido bloque de hielo.
¿Cuáles eran sus derechos legales allí? No tenía idea, pero sería mejor que lo
averiguara.
—Quiero un abogado.
—Tendrás uno después de ser transportada al siglo XXIII.
—¿Cuándo será eso?
—No estoy seguro, pero se te notificará. Acompáñame.
Ella parpadeó ante el fuerte escozor de sus ojos, resuelta a no llorar. Estaba
condenada si le daba esa satisfacción. —¿A dónde?
—Al calabozo. —Él ni siquiera parpadeó.
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por favor.
216
El Club de las Excomulgadas
—¡Maldito seas, no soy una espía! —las palabras salieron de dentro de ella,
inútiles pero incontrolables—. ¡No he hecho nada! ¡Soy la víctima aquí! ¡Soy a la
que Marcin intentó asesinar!
—Marcin está muerto. —Galar pronunció las palabras como si estuviera
anunciando el informe del tiempo—. Lo asesiné con un poco de ayuda Xeran
cuando intento apuñalarme por la espalda.
Un débil alivio atravesó su indignación y miedo. —Bueno, eso es algo, de
todos modos. —Desafortunadamente, eso no significaba que los Xerans no
estuvieran todavía detrás de ella. Ignorando el chorro de pánico que ese
rodillas. Alzando los hombros y pasó a su lado—. Vamos.
Jessica caminó delante de Galar como una reina, con su delicada espalda
recta, con sus pasos resueltos incluso cuando la dirigió hacia el ala que contenía los
calabozos.
Cada instinto que tenía bramaba una protesta conforme bajaban por el
pasillo entre las celdas. Ella no ha hecho nada para merecer esto. No es una espía.
Pero, ¿podía confiar en ese sentimiento interior? ¿Y si estaba equivocado
otra vez? Ando y Jiri ya habían pagado por sus errores con sus vidas esa noche. No
podía permitirse otro fatal error de juicio.
Además. Dyami estaba en lo cierto, Jess estaría segura allí, en especial si
estaba observándola. Entre eso y la muerte de Marcin, los Xerans deberían tener
más dificultad para llegar a ella. Asumiendo que realmente fuera su objetivo.
Sus instintos aseguraban que ella estaba en serio peligro y no se inclinaba a
dudar de ellos. Los intentos de asesinato de los Xerans habían sido demasiado
reales para subestimarlos.
Luego, estaba la cuestión de quién había pirateado tanto el ordenador del
Outpost como el combot. No había sido Marcin; las defensas cibernéticas del
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pensamiento le inspiraba, Jess se levantó de la cama y preparó sus temblorosas
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El Club de las Excomulgadas
Outpost eran demasiado fuertes como para ser vencidas a distancia. Tenías que
estar en el Outpost para hacerlo.
Desafortunadamente, había más de mil personas en el Outpost cuando el
ataque había tenido lugar y cualquiera de ellas habría podido ser el pirata
informático. Además de los Ejecutores mismos, estaban los empleados de soporte
técnico de las instalaciones, sin mencionar a todos los turistas y comerciantes. A
pesar de que muchos estaban básicamente confinados al nivel de la planta baja, no
era completamente imposible que uno de ellos fuera el culpable.
Preferiría eso a la alternativa; que uno de sus compañeros Ejecutores fuera el
los conocimientos internos de cómo funcionaba el Outpost para apagarlo.
Pero si un Ejecutor estaba detrás del ataque, eso significaba que uno de sus
propios compañeros estaba trabajando para los Xerans. Y eso, a su vez, significaba
que Jessica no era el único objetivo posible.
Todos lo eran.
*****
Ivar volvió a su habitación, manteniendo cuidadosamente la misma
expresión lúgubre que había visto en los rostros de Dona Astyr y el resto de sus
compañeros Ejecutores. Pero por dentro, detrás de su cuidadoso escudo mental,
estaba sonriendo por el triunfo.
Era verdad que Jessica había sobrevivido a su intento de asesinato y
destruido al combot asesino. Por otro lado, dos de los Ejecutores habían muerto en
la batalla con los cohort, así que no era una pérdida total. Lo más delicioso de todo,
era que Jessica estaba ahora bajo sospecha por todos los actos de espionaje que Ivar
había cometido. Y el engreído bastardo de Galar caminaba alrededor como si
tuviera un agujero en el pecho. Era un gran esfuerzo lo que Ivar había tenido que
hacer para no reír ante su cara de angustia.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
espía. Ciertamente, tenían las habilidades técnicas para hacer el trabajo, además de
218
El Club de las Excomulgadas
Chúpate esa, hijo de puta. Dos Ejecutores muertos, tu novia en el calabozo y
un espía trabajando bajo tus narices.
La única cosa que lo habría hecho más delicioso sería si, realmente hubiese
conseguido matar a la primitiva.
No, pensándolo bien, colocarla bajo una nube de sospecha era más glorioso.
Aunque suponía que todavía podía arreglar su muerte...
No. Demasiado peligroso. Galar y Dyami no eran estúpidos después de
todo. Tenían que darse cuenta que el pirateo del ordenador del Outpost había sido
matarla, las posibilidades de ser cogido eran inaceptablemente altas.
Simplemente tenía que estar contento con el conocimiento de que la chica
estaba en el calabozo y Galar estaba devorándose su propio corazón mientras
dudaba de sí mismo y de sus coetáneos. Dios, eso era glorioso.
¿Ejecutor Superior? El ordenador Outpost dijo en su mente. Un mensajero ha
venido a verte.
Ivar se puso tenso, sintiendo la adrenalina clavándose por todo su cuerpo en
un cóctel químico delicioso de excitación y miedo. Probablemente era su jefe de
espías. Había tenido la oportunidad de enviarle al hombre un informe cuando
habían regresado de la misión.
Él abrió la puerta y caminó dentro del recibidor, esperando impacientemente
mientras el mensajero verificaba su identidad y le entregaba la información.
Escapándose a su habitación, rompió el receptáculo entre sus dedos y dispuso el
nanobot sobre su frente.
—¡Idiota! —susurró el jefe de los espías en su mente—. ¡El objetivo de toda esta
trampa es matar a la primitiva! El fracaso no es aceptable. ¡Mátala, mátala ahora o los
Xerans vendrán detrás de nosotros la próxima vez!
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un trabajo desde dentro. Si lo intentaba de nuevo para conseguir llegar a la chica y
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El Club de las Excomulgadas
En silencio y con crueldad, Ivar comenzó a maldecir, sabiendo que el jefe de
espías tenía razón. A pesar del riesgo, algo tenía que hacerse respecto a Jessica.
*****
Jess se sentó en la estrecha cama, su mejilla descansaba sobre sus rodillas.
Sus ojos le dolían, hinchados por el llanto que finalmente había dejado salir una vez
le dieron cierto grado de privacidad.
En la celda, estaba relativamente cómoda. Había un vendser colocado en la
pared, programado para proveerle comida y bebidas sólo bajo un rígido calendario.
puerta, la abertura enmarcaba un claro soleadode, un bosque que supo era
tridimensional. En realidad, una pareja de Ejecutores estaban estacionados justo
afuera en el pasillo más allá de la barrera de contención. Una barrera, de la que
había sido advertida, le daría una descarga eléctrica dolorosa si la atravesaba. Sin
ánimo para sacudidas, se mantuvo a distancia.
Al menos los guardias podían verla. Aunque lo tridimensional evitaba que
ella los viera. Cuando la imagen bloqueó su visión, ella se acercó con cuidado a la
puerta y llamó para estar segura de que los Ejecutores estaban allí todavía. Se había
sentido aliviada cuando habían respondido. No le importaba la falta de privacidad
o el hecho que se suponía ellos estaban allí para mantenerla dentro. Simplemente
no quería estar sola si otro asesino aparecía.
Aunque se había salvado a sí misma la última vez...
Desafortunadamente, Jess no tenía una idea certera de cómo lo había hecho.
Meditando, dejó que su cabeza se apoyara contra la pared de atrás y miró al techo.
¿Qué ocurriría si hacía un agujero en él?
Los Ejecutores probablemente se enojarían... Pero necesitaba encontrar
cómo usar sus poderes de forma deliberada. La próxima vez podía no tener tiempo
para enfadarse lo suficiente y crear una explosión antes de que algún matón le
rompiera el cuello.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
No había barrotes visibles en la puerta. De hecho, ni siquiera parecía que fuera una
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El Club de las Excomulgadas
¿Qué había hecho la última vez? Cerró los ojos, intentando evocar en su
memoria los suficientes detalles para poder recrear sus movimientos. Los dedos de
acero del Marcin-bot estaban enganchados alrededor de su garganta, apretándosela
con lenta y brutal fuerza. Puntos negros habían inundado su visión, bailando e
hinchándose hasta que no pudo ver el rostro inexpresivo del androide.
Y luego, tuvo la visión, Galar, cubierto de sangre y un armado Xeran
corriendo hacia su espalda con esa extraña y sonora espada levantada en ambas
manos...
El terror y la ira habían inundado su agonizante cerebro, con un temor no
caliente burbuja hasta que explotó fuera de ella y voló en pedazos al combot.
Ahora intentaba recrear ese sentimiento, esa ardiente burbuja de fuerza.
No ocurrió nada.
Jess apretó los dientes y miró fijamente la mancha sobre su cabeza,
luchando por crear la cálida explosión. Haz un agujero, canturreó mentalmente.
¡Haz un agujero!
Nada.
La cosa era, se dio cuenta, que toda esa energía desesperada parecía estar
lejos de ella ahora, sumergida en la oscuridad como lo estaba ella. Galar le había
dado la espalda, la había dejado encerrada, indefensa.
Galar, el hombre al que amaba.
Ella apretó los ojos ante el escozor que la revelación le causó. Sí, lo amo. No
me dolería tan condenadamente tanto si no lo amara.
Jess recordó la advertencia de Riane sobre la desconfianza de Galar hacia las
mujeres debido a Tlain, la Femmat que le había traicionado y disparado. Él la
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
por ella, sino por Galar. La energía había crecido en su pecho en una enorme y
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El Club de las Excomulgadas
había matado, pero aun así, había pasado semanas en regeneración para que le
volviera a crecer el brazo que ella le había arrancado.
Ahora él estaba convencido que Jess era una espía Xeran también. Y estaba
atrapada en un mundo del que no sabía nada, donde no conocía a nadie, habiendo
perdido a la única familia que le quedaba, sólo Dios sabía lo que le dolía. Si era
culpable de espionaje ¿cuál sería el castigo? Históricamente hablando, los espías
eran a menudo ejecutados.
—¿Jessica?
conforme Galar entraba en la celda. ¿Habría descubierto que era inocente?
Dyami le siguió. Ambos hombres iban vestidos con uniformes azul oscuro
para los Saltos de los Ejecutores. Ambos parecían grandes, poderosos y casi
abrumadoramente masculinos. Y ambos tenían la misma expresión profesional fría
y distante.
El corazón de Jessica se hundió. Curvó un labio, surgiendo ira por ella. —
Tengo entendido que sigues pensando que soy la Mata Hari de los Outpost.
—Tenemos unas cuantas preguntas —le dijo Galar.
—¿Para qué molestarse? De todas formas, no creerás nada de lo que diga.
Dyami levantó una ceja oscura. —Prueba y veremos.
Ella suspiró. —No soy Xeran. No trabajo para los Xerans. Los Xerans han
intentado matarme dos veces. Creo que eso resume bastante bien todo.
Galar cruzó sus poderosos brazos. —Entonces, ¿por qué hay material
genético de los Xerans en tus células?
—No tengo idea. Nací en 1983, y estoy bastante segura de que ninguno de
mis padres era Xeran.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Sus ojos se abrieron brillando con una especie de esperanza desesperada
222
El Club de las Excomulgadas
Galar se inclinó hacia delante y le fijó su firme y categórica mirada. — ¿Le
contaste a los Xerans nuestros planes de combate?
Jess mantuvo su mirada sin pestañear. —No.
Él levantó una ceja. —¿Eso es todo? ¿Sólo no?
—Bueno, puedo señalar que no tengo manera de contactar a los Xerans,
incluso si no estuvieran tratando de matarme, e incluso si no creyera que todos son
una panda de psicópatas. También podría añadir que te advertí que la misión de
ayer sería un sangriento desastre y me ignoraste. —Jess cerró su boca para detener
Teniendo en cuenta que actualmente estaba en una celda con una diana
pintada en la espalda, no se podía permitir dar rienda suelta a su dolida furia.
Él le devolvió la mirada. —Dijiste que tenías un 'presentimiento'
—Te lo dije —gruñó ella—. Te vi cubierto de sangre. Te lo supliqué.
Demonios, incluso te seduje para intentar que te quedaras conmigo. Y todo lo que
dijiste fue que los humanos no eran clarividentes.
—No lo son. —Sus dorados ojos se achicaron—. Pero tal vez lo sabías. Tal
vez lo supiste porque los Xerans te lo dijeron.
—¿Realmente piensas eso? —ella sintió que su barbilla comenzaba a temblar
y luchó por mantenerla firme mientras le miraba a los irritados ojos—. ¿Realmente
piensas que puedo traicionarte a ti y a tu gente y dejarte caminar hacia una sierra
circular como esa? ¿Piensas que podría saber que tu gente iba a morir y no hacer
nada? ¿Qué tipo de monstruo crees que soy?
—Jessica... —comenzó a decir Dyami con tono conciliador y ojos inquietos.
Ella le ignoró, demasiado enfadada y herida como para preocuparse de lo
que revelaba. —Hice el amor contigo, Galar. ¡No sé qué significa eso para tu gente,
pero sé lo que significa para mí!
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
el torrente de enojadas palabras.
223
El Club de las Excomulgadas
—¿Qué significa para ti, Jessica? Tlain y yo hicimos el amor docenas de
veces y aun así intentó matarme.
—¡No soy Tlain! Tlain era una puta sociópata y se merecía lo que obtuvo.
—De acuerdo, suficiente —gruñó Dyami, alejándose de la pared con una
expresión de desagrado—. Esto no es un interrogatorio; es una pelea de amantes.
—Para tener una pelea de amantes —gruñó Jessica amargamente sin apartar
la mirada de la ardiente de Galar— él tendría que importarme algo.
Dyami agarró el hombro de Galar y le arrastró hacia la puerta. —Dije
suficiente.
Maldita sea, pensó Jessica mientras los dos hombres se desvanecían por el
campo tridimensional. No voy a llorar. No se lo merece. No se lo merece y no voy a hacerlo.
Pero él le importaba y ella lo sabía.
Dyami arrastró a Galar por el pasillo ante la atónita mirada de los dos
guardias Ejecutores de Jess. —Retírense —espetó él, empujando a Galar contra la
pared.
Los hombres se giraron y huyeron, aparentemente reconociendo la peligrosa
expresión del jefe.
Instintivamente, Galar se preparó para atender militarmente la mirada de su
comandante. El calor inundó sus mejillas. Elimina eso, ordenó su ordenador. Su
rostro se enfrió otra vez, pese a que la vergüenza hervía en sus pensamientos.
—He cambiado de idea —dijo Dyami, con una ligera sonrisa de sorpresa—.
Quiero que mi helado Galar regrese.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Tal vez si a ti te hubiera importado, Jiri y Ando no estarían muertos.
224
El Club de las Excomulgadas
Ignorando esa misión, Galar se obligó a sí mismo a encontrarse con la
mirada del gran hombre. —Ella no lo hizo. No es un espía. Viste su reacción a lo
que dije.
—Sí —suspiró Dyami—. No puedes falsear sensores de lectura como esos.
Así que, ¿por qué la incitas?
—Quiero eliminar cualquier posibilidad de lo que pudiera estar ocultando.
—Bueno, lo hiciste. —El Jefe Ejecutor lo estudió—. Has establecido su
inocencia para mi satisfacción y presumiblemente la tuya propia. Especialmente
ADN extraño es más extraterrestre que Xeran. Así que ¿y ahora?
—Eso depende de ti. ¿Vas a dejarla salir?
—¿Y qué hago con ella? Es condenadamente seguro que no va a querer
regresar a los cuarteles contigo.
Galar se estremeció ligeramente, sabiendo que su comandante tenía razón.
Había herido gravemente a Jess. Podría ser que nunca le perdonara el trabajo de esa
noche. —Hay otros cuartos además del mío.
—Pero probablemente estará más segura en el que se encuentra.
—Seguro, pero ¿queremos dejar que piense que todavía enfrenta a cargos de
espionaje? —Galar odiaba el pensamiento de ella pasando la noche luchando con
ese miedo en particular, especialmente por encima de todos los demás con los que
había estado lidiando. Recordaba la amarga traición en sus ojos y se sintió enfermo.
—Buen argumento. —Frunciendo el ceño, le dio un tirón ausente a su
enjoyada trenza, mirando a Galar—. De acuerdo, voy a soltarla y a asignarla a un
par de guardaespaldas para la noche. Mientras tanto, ve a dormir algo. Tienes muy
mal aspecto.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
dado que Chogan está convencido ahora de que esa parte físicamente activa en su
225
El Club de las Excomulgadas
Galar dudó, luego asintió débilmente. Quería disculparse con ella, pero
sabía que probablemente sería mejor darle algo de tiempo para que se calmara. —
Gracias, Jefe Ejecutor.
Dyami se despidió con un ademán. —Ve. Duerme. Y dale un descanso a tu
culpabilidad. Resolveremos todo este lío y haremos que esos bastardos paguen.
Él se las arregló para saludarle con la cabeza y se giró, sabiendo conforme
recorría el pasillo que no podría dormir esta noche.
Ella miró hacia arriba con cautela mientras Dyami entraba en la celda. En
tensión, esperaba que Galar lo siguiera.
Los perceptivos ojos negros del jefe la estudiaron. —Lo envié de vuelta a su
cuarto. No tenía buen aspecto.
Jess se desplomó con alivio. Al menos, no tendría que lidiar con otro baño
de ácido verbal de su ex amante.
—Se lo debes, lo sabes.
Su cabeza se levantó de golpe mientras miraba a Dyami atónita. —¿Por qué?
—¿Por arrancarme el corazón del pecho?
—Por convencerme de que no eres una espía Xeran, con o sin ADN. —Él
apoyó un musculoso hombro contra la pared—. Ese es el punto principal de este
pequeño y feo espectáculo suyo, por cierto. Sabía que si te presionaba lo suficiente,
demostrarías tu honestidad indignada más allá incluso de mi capacidad de duda.
—Espera; ¿estás diciendo que realmente no pensaba esas cosas? —la helada
aguja de dolor que se depositó en su pecho comenzó a disolverse—. ¿No crees que
soy una espía?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿Jessica?
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El Club de las Excomulgadas
Dyami se encogió de hombros. —No estoy diciendo que no tuviera sus
dudas. Pero él se dio cuenta de que si te enojaba lo suficiente, nos mostrarías la
verdad. Y lo hiciste. —Sacudió la cabeza—. Además, la explicación Xeran nunca
me pareció demasiado veraz de todos modos. Especialmente debido a que Chogan
piensa ahora que tu ADN extraño no es exactamente Xeran.
Sus tensos músculos comenzaron a relajarse mientras el alivio la inundaba.
—Así que, ¿ya no estoy detenida?
¡Y Galar no cree que soy un espía!
enviaré con ellos. —Él buscó su rostro—. ¿Te gustaría que te escoltaran hasta el
cuarto de Galar?
Ella tragó, contemplando el sutil hilo de esperanza creciendo en su corazón.
Sí, la había herido, había dicho cosas que tardaría mucho tiempo en olvidar. Pero si
había estado motivado por un deseo de probar su inocencia, podía entenderlo un
poco mejor. —Déjame pensarlo.
—Es un buen hombre. —Dijo Dyami suavemente—. Un hombre duro en
algunos asuntos. Ciertamente duro consigo mismo. Pero lo considero alguien con
quien pudo contar. Creo que puedes contar con él también.
—Creo... —ella tomó una lenta y profunda bocanada de aire—. Creo que tal
vez tengas razón.
—¿Jefe Ejecutor? —La suave voz de contralto sonó mientras Dona Astryr
entraba en la celda—. Presente para el servicio, señor.
—Ah, aquí estás. —Dyami movió la cabeza hacia Jessica—. Por favor,
escolta a la señorita Kelly a donde sea que quiera ir.
Ella se puso en pie. —Creo que quiero ir al cuarto del Maestro Ejecutor
Galar, por favor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—No, eres libre. Tan pronto como tus guardaespaldas lleguen aquí. Te
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El Club de las Excomulgadas
—Por supuesto —asintió Dona.
Su gran compañero pelirrojo entró en la celda, cubriendo su espalda. —Será
un placer —le dijo Ivar Terje con una amplia y encantadora sonrisa.
Jessica, sintiéndose casi mareada ahora, giró su barbilla. Caminó entre los
dos agentes y se movió por el pasillo con entusiasmo.
Galar y ella tenían mucho de qué hablar.
Jess caminó a lo largo de la entrada, apenas consciente de que los Ejecutores
La verdadera llave de todo eso era Charlotte. Charlotte, quien Jess sabía era
una Xeran, a pesar del sensor de lecturas de Galar. Había sido Charlotte quien
había planteado que había material genético Xeran en sus células, Charlotte quien
había sido el primer objetivo de Marcin.
—Sangre; puedo oler su sangre sobre ti —había gruñido el Xeran justo antes de
apuñalarla—. Ella te hizo uno de ellos.
Sangre. De ahí era de donde proviene el material genético Xeran. Pero,
¿cómo le había pasado Charlotte el material genético? Y ¿cuál era la conexión con
las nuevas habilidades de Jessica?
Galar había dicho que los Xerans no tenían tales poderes más que los
humanos. Y en verdad, Jess nunca había visto ninguna evidencia de que Charlotte
los tuviera. Siempre le había parecido una persona perfectamente normal.
Sin embargo, Marcin había llamado a Charlotte una hereje peligrosa. Le
había temido, aunque presumiblemente podría haberla partido en dos, al menos
físicamente.
Preguntas, pensó Jess frustrada. Todo lo que tengo son preguntas.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
la seguían.
228
El Club de las Excomulgadas
Preguntas. Charlotte había dicho algo sobre preguntas una vez. ¿Qué había
sido? Jess frunció el ceño, luchando por recordar. Habían estado mirando el cuadro
en el que estaba trabajando. Charlotte se había girado y la había mirado de una
forma extraña y penetrante.
—Este es el tipo de cuadro en el que encuentras respuestas, cuando estás lista para
buscarlas.
Ella se quedó inmóvil conforme su corazón comenzaba a palpitar. No había
sido un comentario casual. Charlotte lo decía literalmente.
Modos de los que Charlotte, como Xeran, sería plenamente consciente.
Jess necesitaba poner las manos en esa pintura. Literalmente. Incluso si eso
significaba tener que viajar en el tiempo para hacerlo.
*****
Dona Astryr frunció el ceño con inquietud mientras seguía a la primitiva. La
mujer parecía perdida en sus pensamiento, menos alerta a lo que le rodeaba de lo
que Dona hubiera estado en sus zapatos. ¿Había olvidado que los Xerans la querían
muerta?
Pero si Jessica se estaba tomando la amenaza a la ligera, Ivar
definitivamente no lo estaba haciendo. Dona dirigió una mirada sesgada a su
amante. El gran hombre caminaba a su lado, con rostro impasible. Pero sus
sensores le decían que estaba tenso como un arco bajo una fachada profesional.
Había luchado junto a él lo suficiente como para saber que estaba preparado para
un ataque.
¿Qué pasa?, le preguntó por comunicador. ¿Has visto algo?
¿Qué?, él le dirigió una mirada. No, nada de eso. Sólo me aseguraba de estar listo
si una amenaza se materializa.
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Había muchos modos de guardar un mensaje en un cuadro del siglo XXIII.
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Dona exhaló un suspiro de alivio. Bien. Se giró para comprobar el
acercamiento a la unión de pasillos.
Ivar la golpeó sin piedad. Un enorme puño golpeó el lado de su cabeza,
detonando una explosión de luz y dolor. Dona voló, golpeándose la cabeza en la
pared con otra explosión de estrellas agonizantes. Golpeó el suelo con un ruido que
apenas sintió.
Sus botas blindadas sonaron en el suelo conforme él caminaba hacia ella.
¡Levántate, Levántate, Levántate! Las lágrimas del impacto y el dolor punzaban en
Ivar la agarró por el cuello, tomándola con la otra mano de su cinturón de
armas, levantándola, girándola y estrellando su cabeza contra la pared opuesta.
Todo se volvió negro.
Jess permaneció paralizada por la impresión mientras Ivar tiraba el cuerpo
de su amante al suelo. De repente, todo lo que ocurría fue horriblemente claro.
—Eras tú —espetó ella—. ¡Tú eres el espía! Tú pirateaste el Outpost y el
combot.
Él le mostró los dientes en un espeluznante gesto salvaje y dobló sus grandes
manos.
—Oh, sí. He estado trabajando para los Xerans durante años.
—¡Hijo de puta, mataste a esos Ejecutores! —sus labios se encogieron de sus
dientes por la pura y vigorizante ira que perforo su parálisis. Sus manos se cerraron
en sus puños—. ¡Vendiste a Galar!
—Y voy a matarte. —Él se lanzó hacia ella.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sus ojos. Dona luchó desesperadamente por escaparse.
230
El Club de las Excomulgadas
Jess intentó esquivarlo, pero fue condenadamente rápido para ella. La
golpeó como a un mosquito, enviándola rodando por el suelo aturdida. La sangre
manó caliente de su nariz y boca. Su mandíbula se entumeció.
—¡Galar! —gritó ella, rugiendo su nombre en su mente, un desesperado y
terrorífico alarido.
—Lo siento, cariño, no puede salvarte. —Ivar alzó una enorme bota—.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Estás muerta.
231
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Catorce
Jess observaba ese baúl enorme oscilando en su cabeza y supo que haría
añicos su cráneo. Se lanzó en un rollo y alzó su mano, centrando su furia, su
desesperación.
¡Crack!
La explosión golpeó a Ivar tropezando hacia atrás para caer sobre su
Ella se puso de pie y se alejó de inmediato. Su cabeza le daba vueltas.
—Perra. —Él se tambaleó levantándose, con la sangre cubriendo su rostro
hermoso. Bien—. Vas a pagar por eso.
Él dio un paso amenazante hacia ella....
Dona agarró sus piernas, envolviéndose a sí misma desesperadamente
alrededor de sus tobillos. Él cayó de nuevo con un aullido de furia.
—Corre. —La mujer gritó, luchando a horcajadas sobre él para apuntar un
furioso puñetazo a su rostro—. Ponte a salvo.
A salvo. ¿Era seguro algún lugar del Outpost? Lo que necesitaba era esa
maldita pintura....
El destello de luz blanca caliente llenó sus ojos con un crack atronador. Oh,
mierda, pensó Jessica, con naciente comprensión. Acabo de...
*****
¡Galar! El terror crudo en el grito mental congeló a Galar en su camino.
Luego se dio media vuelta y comenzó a correr, yendo por el pasillo hacia el
calabozo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
espalda.
232
El Club de las Excomulgadas
Había sido la voz de Jessica en su mente. Jessica, quien no tenía un implante
comunicacional, sin embargo, había tocado sus pensamientos con ese aullido
mental.
Galar ni siquiera se molestó pensando que la telepatía simplemente no era
posible. Ya se había dado cuenta de que términos como “imposible” no se
aplicaban a Jessica Kelly. Suponiendo que siguiera viva, ya que sonó como que
alguien estaba tratando de matarla. Una vez más.
Él dobló la esquina para encontrar dos figuras uniformadas retorciéndose en
¿Ivar y Dona? ¿Qué diablos? ¿Y dónde estaba Jess?
—Galar. —Gritó Dona, su voz se ahogó—. Ivar es el espía.
—No, es Dona. —El puño de Ivar tomó su rostro con tal violencia, que su
cabeza golpeó el suelo con un batacazo que se hizo eco en el pasillo. La Ejecutora
femenina quedó inerte bajo el cuerpo grande de su compañero—. Ella trató de
matar a la primitiva.
Ivar salió de ella, jadeante. El sensor de Galar le dijo que ella estaría
noqueada por ese último impacto doble del puño y el suelo.
—¿Dónde está Jess? —le espetó él.
Ivar encogió sus masivos hombros.
—Corrió, supongo.
Galar lanzó una despiadada patada giratoria que golpeó la mandíbula de
Ivar. El pelirrojo cayó como un buey derribado. Antes de que pudiera recuperarse,
Galar lo arrastró del suelo por su collar, retirando su puño.
—Joder. —El gran hombre escupió sangre, mirándolo fijamente, aturdido—.
¿Como supiste que era yo?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
el suelo, con puños y pies oscilantes mientras luchaban en medio del corredor.
233
El Club de las Excomulgadas
—No lo sabía. —Galar golpeó su puño en su rostro una vez más—. Pero lo
sé ahora.
—¿Cómo lo supiste? —preguntó Dona mientras esperaban por los medtechs.
Galar se encogió de hombros, agitando sus manos hormigueantes mientras
se sentaba a horcajadas sobre el cuerpo inconsciente del gran hombre. Sólo había
sacado un poco de su frustración en la cabeza de roca dura de Ivar.
—Pensé que uno o el otro era el espía. Ya que estabas inconsciente, decidí
—Despiadado. —Gruñó ella, tocando su rostro hinchado con delicadeza—.
Pero efectivo.
Él extrajo un juego de cables de fuerza de su cinturón y comenzó a atar las
muñecas gruesas de Ivar juntas.
—¿Viste a dónde se fue Jess?
—Creo que tal vez Saltó. —La Ejecutora se encogió, viéndose intranquila.
—¿Qué? —Galar la miró fijamente—. ¿Dónde obtendría el traje T?
—No tenía uno. —Dona se encogió de hombros—. Lo último que recuerdo,
es que Ivar estaba a punto de golpearla. Tropecé con él y le grité que corriera. Hubo
un flash y una explosión sónica, y se había ido.
—Eso es... —cerró los dientes a la palabra —imposible.
—No importa, estamos hablando de Jess. Al parecer todo es posible en lo
que a ella se refiere.
La pregunta era, ¿a dónde infiernos se había ido?
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
noquear a Ivar dejándolo fuera, resolviendo quien era más tarde.
234
El Club de las Excomulgadas
Las piernas de Jess se torcieron mientras se materializaba, y se derrumbaba,
con sus rodillas golpeando el piso alfombrado finamente con un estallido de
lágrimas inducidas.
—Jesús Cristo. —Una voz femenina gritó, pero Jess por el contrario estaba
ocupada con las violentas náuseas y el atronador dolor de cabeza que actualmente
estaban compitiendo por dominarla. Apretando los ojos, se concentró en respirar.
—¿Jess?— la voz de Ruby tembló con crudo terror y naciente esperanza.
Su hermana estaba mirándola fijamente a lo ancho del remolque sencillo,
medio encogida contra los paneles de madera de la pared. Ruby estaba pálida como
la leche descremada, con sus amplios ojos bordeados de rojo, con su boca sangrante
mordisqueada en shock. Su cuerpo delgado temblaba dolorosamente. Por una vez,
Jess no creyó que estuviera drogada.
—No soy un fantasma. —Jess carraspeó—. Si eso es lo que te está
preocupando.
— ¿Donde...? —Rubí sufrió de tartamudez—. ¿Cómo...? Hubo relámpagos.
En mi casa.
Ah, sí. No era sólo la cosa del fantasma. Ruby sólo acababa de conseguir su
primer y personal sabor de un salto temporal. Entre la explosión sónica y el
espectáculo de luz, era una maravilla que no hubiera corrido gritando desde el
tráiler.
Esto iba a ser una putada para explicar.
Jess se aclaró la garganta.
—Lo siento acerca de eso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Tragando duro para contener su estómago rebelde, Jess abrió los ojos.
235
El Club de las Excomulgadas
Ruby tomó un cauteloso paso, con sus músculos en tensión, como si
estuviera lista para salir corriendo.
—Jess, los policías dijeron... dijeron que estabas muerta.
—Estaban equivocados. —Decidiendo que su estómago iba a permanecer
entero después de todo, Jess se levantó cansadamente sobre sus pies.
Su hermana extendió una prudente mano y rozó su brazo con agitados
dedos.
—Bueno, sí, yo . . .
Para el gran asombro de Jess, su hermana la tiró a un abrazo fuerte, feroz.
—¡Nunca pensé en verte de nuevo! Pensé que ese bastardo de Billy Dean te
había matado.
Sorprendida, emocionada, Jess acarició a su hermana en su delgada espalda.
—Billy Dean no tuvo nada que ver con ello. Fue... alguien más.
Ruby se retiro, con mirada feroz y estrecha.
—¿Quién? ¿Quién te hizo esto? ¡Necesitamos encerrar al bastardo! Tienes
que hablar con los policías.
—Uh, los policías no pueden hacer nada acerca de este tipo. Además, está
muerto.
La frente de Ruby salió disparada y parpadeó asombrada.
—¿Tú lo mataste?
—No, mi... eh... amante lo hizo.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Eres real.
236
El Club de las Excomulgadas
—¿Conseguiste un amante? ¡Bromeas! ¿Desde cuándo? —Los ojos azules se
redujeron—. ¿Es lo que has estado haciendo mientras yo estaba encerrada? Ellos
pensaban que te había matado, por cierto.
—Sí, lo oí. Lo siento. Hubiera llegado antes, pero... no pude escapar.
—¿No pudiste escapar? ¡Pensé que estabas muerta, Jess! ¿Cómo pudiste...?
—Ellos no me dejaban ir. —Notando el sillón de terciopelo manchado con
impresos de casas de pájaros permanentes en la esquina, Jess se tambaleó y se
—¿Quién no te dejaba ir? No entiendo nada de esto. —Ruby vagó al sofá a
juego y cayó sobre él. Con manos temblorosas, buscó por las latas de cerveza y
agarró los arrugados pañuelos en la mesa maltratada de café. Finalmente encontró
un paquete de cigarrillos Virginia Slims y un paquete de cerillas.
El ritual familiar de iluminación del cigarrillo pareció calmarla. Tomó su
primera calada profunda, mirando a Jess a través del humo.
—Tu sangre estaba por todo el apartamento. —Sonaba como que estaba
empezando a pensar de nuevo. Que, conociendo a Ruby, podría no ser
necesariamente una cosa buena.
—Sí, me apuñalaron. Pero luego mejoré.
Jess se frotó su frente dolorida. Su EDI le había advertido que Saltar sin un
traje T era desagradable en extremo. No era broma.
—¿Dónde demonios has estado? —Los ojos de Ruby recorrieron la ropa de
Jess, viendo la tela verde esmeralda que caía suavemente sobre su cuerpo. Seguro
que no era poliéster—. ¿Y de dónde vienes?
Jess hizo una
mueca, anticipando la
reacción de
Lamentablemente, no creía poder dar rodeos para decirle la verdad.
su hermana.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
derrumbó con un gemido cansado.
237
El Club de las Excomulgadas
—Del futuro.
—Sí. Ya. —Ella inhaló una calada de humo—. En serio, ¿Dónde has
estado?
—¿Hola? ¿Recuerdas al Sr. relámpago? —Jess exigió secamente—. ¿Cómo
crees que emitiría un haz de luz como el capitán Kirk? No oculto exactamente a
David Copperfield en mi manga.
Ruby se quedó mirándola fijamente durante un largo rato. Poco a poco, su
—Hablas en serio.
—Como un ataque al corazón. —Jess suspiró—. Mira, esto va a ser difícil de
creer, pero dame el beneficio de la duda—. Quizás debería echar un vistazo a la
pintura primero, sin embargo, sólo lo haría en caso de que Ruby decidiera ponerse
difícil—. ¿Donde pusiste mis cuadros?
—¿Tus cuadros? —ella unió sus cejas depiladas—. Yo no tengo tus pinturas.
Los policías se llevaron todo.
—Maldición. —Su corazón se hundió. ¿Cómo iba a echarle un vistazo a esa
pieza si estaba bajo custodia policial?
—Mira, ¿qué es toda esta mierda acerca de ti en el futuro? ¿Podrías por favor
decirme qué está pasando?
—Vas a pensar que estoy loca.
Los labios de Ruby se contrajeron.
—Siempre he pensado que estás loca.
—Sí, lo sé. —Dijo Jess secamente.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
quijada cayó y comenzó a volverse pálida.
238
El Club de las Excomulgadas
Su hermana suspiró y tomó otra larga calada de su cigarrillo, ojeándola a
través del humo.
—Deja caer la rivalidad entre hermanas durante un minuto, ¿vale? Sólo
dime quien intentó matarte y donde has estado. ¿Y qué pasa con el rayo?
Así que Jess tomó una respiración profunda y le contó todo. Tardó más de
una hora. Una hora de mirar los ojos de su hermana y ver la incredulidad y la
maravilla pelearse allí.
—Santa mierda. —Ruby respiró cuando ella terminó.
—Eso es decir poca cosa. —Jess se inclinó y puso sus codos sobre sus
rodillas, mirando fijamente la cara sorprendida de Ruby—. Escucha, no puedes
decirle a nadie que me viste. Ni siquiera a la policía. Tienen que creer que estoy
muerta.
Ruby frunció el ceño.
—¿Por qué?
—Porque... —Oh, joder, eso era demasiado complicado de explicarlo. Ruby
aún no había pasado su clase de biología de secundaria. Seguro como el infierno no
había tenido ni una lección de física temporal del siglo XXIII—. Porque si
descubren que estoy todavía viva, se cambiará el futuro—. No importaba que en
realidad no se pudiera cambiar la historia. Jess había aprendido hace años que si
quería la cooperación de Ruby en cualquier cosa, tenía que hacerlo sobre Ruby—.
Tu futuro podría será cambiado.
—¿Mi futuro? ¿Qué consigo hacer con eso?
—En realidad, es sobre mis pinturas. Tienes que recuperarlas Ruby. Valdrán
mucho dinero.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La maravilla finalmente ganó.
239
El Club de las Excomulgadas
—Pero...
—Sí, sé que nadie estaba interesado en ellas antes. —Jess la interrumpió—.
Pero eso fue antes de que fuera asesinada. Ahora son coleccionadas. Como objetos.
O lo serán. En seis meses, venderás una de ellas por doscientos cincuenta mil
dólares.
La mandíbula de Ruby cayó.
—¿Doscientos... mil?
subirá a partir de ahí. Serás rica.
—¿Yo? ¡Pero son tus pinturas!
Jess sacudió su cabeza.
—Te lo dije, nena. En cuanto al mundo, estoy muerta. Las pinturas son
tuyas ahora, y por lo tanto lo es el dinero.
—Dinero. —Su expresión fue aturdida, Ruby miró alrededor del remolque
de una sola habitación con su cutre mobiliario, con los marcados paneles de
madera de la época de los 70 y desgastadas alfombras—. Dios sabe que me
encantaría ser rica. Me encantaría salir de este agujero de ratas. Me encantaría no
ser... —Se interrumpió, pero Jess sabía el resto de todos modos. No me encantaría ser
una adicta al crack y una prostituta. Sus labios quebradizos se apretaron—. Pero no es
correcto. ¿Qué vas a hacer?
—Construir una nueva vida en el futuro. Es a donde pertenezco ahora.
Jess dudó y luego, dijo suavemente. —Allí está un chico.
—¿El mismo chico que mató a quien te apuñaló? ¿Tu amante?
—Sí. Su nombre es Galar Arvid... Es increíble.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Doscientos cincuenta mil. Un cuarto de millón de dólares. Y el precio
240
El Club de las Excomulgadas
La mirada de Ruby se suavizó.
—No es sólo una amante, ¿verdad? Lo amas.
—Sí. —Jess dijo simplemente—. Lo amo.
*****
—Ivar siempre decía que podría hackear cualquier equipo. —Dijo Dona—.
Al parecer no era un alarde vacío.
—Al parecer no. —Dyami gruño, mirando a la Ejecutora. La ira parecía
Ella se encontró con su mirada sin inmutarse, su rostro era inexpresivo,
aunque Galar podía sentir su miseria.
Dyami le había ordenado unirse a él y a Galar en su oficina tan pronto como
Chogan la hubiera liberado de regeneración. Ella había pasado una hora en el tubo
de curación por la fractura de cráneo que Ivar le había regalado.
—El maldito hijo de puta casi la mató. —Chogan le había gruñido a Dyami.
El jefe realmente había palidecido ante la noticia, con sus ojos tomando un
frío brillo asesino.
Galar sospechaba que Ivar había tenido suerte de estar a salvo en el
calabozo, con cargos de espionaje o no.
Ahora Dyami estudiaba a Dona como si apenas la conociera en absoluto.
Galar le daría una cosa: el hombre sabía actuar.
—Así que ¿cuándo te diste cuenta que Ivar estaba sucio?
—Cuando su puño golpeó la parte trasera de mi cabeza. —Sus labios se
crisparon en una sonrisa amarga.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
chisporrotear de él en olas de calor.
241
El Club de las Excomulgadas
Galar se recostó en su asiento, mirando a los dos con simpatía. Incluso
ahora, algo de la tensión entre ellos tenía un borde claramente sexual.
Era particularmente fácil de detectar en el caso de Dona, ya que no estaba
haciendo ningún esfuerzo para controlar sus reacciones emocionales. Podía incluso
desactivar su implante de equipo. Sin él, cualquier intento de mentir iluminaría su
cerebro como una consola com.
Dona al parecer quería dejar muy en claro a todos que estaba diciendo la
completa verdad.
enojo parecían dominar sus pensamientos. Junto con otra emoción.
—Te sientes bastante culpable. —Galar observó—. ¿Por qué?
—Debí haber comprendido lo que estaba sucediendo. —Dona inclinó su
mentón y lo miró a los ojos—. Sabía que Ivar mantenía su implante de equipo
activado casi todo el tiempo, pero no se me ocurrió que era porque cada maldita
palabra que salía de su boca era una mentira. En su lugar, le creí cuando dijo... —
no dejó caer su mirada, aunque el color se derramó sobre sus pómulos— le creí
cuando dijo que me amaba. Pero un hombre que te ama no te golpea casi hasta la
muerte para matar a una mujer inocente—. Sus ojos eran sombríos—. Mi
credulidad le costó a Jiri y a Ando sus vidas, y estuvo malditamente cerca de
conseguir matarnos a Jessica y a mí.
Dyami suspiró, sus amplios hombros se hundieron, la hostilidad se drenó de
su rostro.
—Tú no eres la única a la que engañó, Ejecutora. Pensé que era agresivo,
competitivo e inteligente, pero habría jurado que era honesto. Y, sin duda, leal a la
Unión Galáctica. —Su voz tomó una nota helada—. En cambio, es un sociópata
que no es leal a nadie ni a nada.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Evidentemente la verdad no era bonita, sin embargo, porque la vergüenza y
242
El Club de las Excomulgadas
—Es seguro decir que todos compramos su actuación. —Convino Galar—.
Es bueno.
Malditamente bueno, en cualquier número de habilidades poco viciosas. No
sólo Ivar había saboteado la avanzada computadora durante el ataque del combot a
Jess junto con el propio combot. También había hackeado el ordenador
nuevamente cuando había sido enviado como su guardaespaldas. Por eso el
Destacamento había ignorado el asalto a Jess y a Dona.
Galar y Dyami, mediante sus respectivos implantes comp, habían
determinado la forma de cómo había sacado esa pequeña cosa conectada a los
tampoco lo haría ninguna otra potencial mole Xeran.
Otra cuestión preocupante es el mensajero. Los robots que visitaban a Ivar
tan a menudo. No había manera de saber lo que esos mensajeros le habían dicho...
o lo que él les habría dicho. Los robots eran supuestamente de fuentes legítimas:
miembros de la familia, funcionarios con Ejecución Temporal, pero los ejecutores
tendrían que retroceder para averiguar si esas personas realmente los habían
enviado. Galar tenía la sensación de que descubrirían lo contrario.
Por el momento, sin embargo, él estaba mucho más interesado en otra
pregunta: ¿A dónde había ido Jessica?
¿Y estaría siendo cazada ahí también?
*****
Ivar se sentó en su celda, abriendo y cerrando sus grandes puños. Ellos
deshabilitarían su implante computarizado y lo dejarían solo con suficiente
potencia en sus extremidades cyborg para hacerle caminar y alimentarse a sí
mismo. Dudaba que pudiera ganar una pelea con un gatito recién nacido ahora
mismo.
Bastardos. No merecían ganar. Él era más rápido, mejor, más inteligente.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
agujeros de seguridad de la unidad principal en el Outpost. No lo haría de nuevo y
243
El Club de las Excomulgadas
Si pudiera conseguir sus manos sobre esa puta de Dona, estaría muerta. La
mataría por haberlo traicionado de esa manera. Disparándole. Impidiéndole hacer
su trabajo matando a esa estúpida primitiva.
Había puesto a Dona a prueba, y ella le había fallado. Tanto por sus
reclamos de amor inmortal. Cuando la ofensiva llegó para empujarlo, ella habría
elegido su carrera sobre él. Infiernos, probablemente estaría jodiendo al jefe a sus
espaldas también, la pequeña puta.
Le haría pagar por ello. De alguna manera.
atractivo de venganza. Ellos habían robado su poder.
El ensordecedor sonido de la grieta del aire desplazándose atrajo su cabeza
con una sacudida. Voces masculinas le rugieron a sus guardias, pidiéndole ayuda
del Destacamento de Seguridad. Ambos hombres se cortaron en mitad del grito. La
advertencia Klaxons comenzó a aullar.
Logró tambalearse sobre sus pies justo cuando el campo trid desapareció de
la puerta de la celda. Un descomunal battlebot había atascado su cabeza gris,
vagamente humanoide brillante a través de la apertura.
—Vamos.
Ivar sonrió, vicioso y triunfante. Parecía que no se había terminado.
*****
Galar corrió por el pasillo hacia el calabozo con Dyami y Dona Astryr en
sus talones. Había ido a la Riaat, y el estado Berserker era una tormenta bioquímica
como una canción caliente, ardiente en su sangre.
Gritos sonaron, junto con un gruñido familiar y ladridos viciosos. Frieka
estaba en la escena, dificultándoles la vida a los chicos malos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Por desgracia, no tenía ni idea de cómo iba a hacer ese pequeño pedacito
244
El Club de las Excomulgadas
Ellos rodearon la esquina para encontrar un nudo de Ejecutores luchando
contra una unidad de battlebots. Un recuento rápido de cabezas le dijo a Galar que
había quince de los corpulentos androides a medio soldar gris brillante con un
número igual de su propio pueblo. En algún lugar en medio del grupo, sus sensores
le dijeron, que Ivar y otro de los robots estaban luchando con Frieka y Riane.
—Puedes estar malditamente seguro de que el bot tiene una unidad de Salto.
—Dyami le dijo a los dos Ejecutores a través de sus implantes—. Tenemos que
llegar a ellos antes que transporten fuera a Ivar. No quiero que ese hijo de puta se
escape.
—Sobre mi cadáver.
El más cercano de los robots se giró hacia Galar, balanceando un fragmento
desvalijado. Galar se lanzó rodando hacia adelante mientras Dyami se agachaba a
un lado. El aluvión de fragmentos de metal chirrió sobrecargado como una lluvia
mortal. El robot bailó hacia atrás, suavemente cambiando su objetivo de seguir a
Galar rodando. Pateó, atrapando el androide con sus muslos, y él cayó. El arma
golpeó la cubierta y se deslizó directa a la mano en espera de Galar.
Él recogió el fusil, rodando a sus pies y disparó contra la cabeza del robot. El
robot dio un tirón, trató de levantarse, y él disparó otra vez. La segunda explosión
se llevó lo que quedaba de su sistema de comando. Cayó hacia atrás, con su cráneo
echando chispas y humo azul.
Galar se volvió para ver a Dyami levantando uno de los robots sobre su
cabeza, rugiendo un grito de batalla y arrojándoselo al otro. Los androides
colisionaron con un crujido ensordecedor y una ráfaga de chispas.
Nunca molestes a un Señor de la Guerra en completo Riaat, Galar pensó con
sombría satisfacción.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Desde la esquina del ojo, vio a Dona gruñir.
245
El Club de las Excomulgadas
Detectando a otro robot sobre la cabeza oscura de Dyami con un rifle de
fragmentos, Galar disparo con su propia arma, enviando al androide
tambaleándose hacia abajo en una lluvia de fragmentos.
Mientras su oponente caía, Galar se volvió para ver a Dona forzando su
camino a través de la multitud, tratando de llegar a Ivar. El traidor tenía ambas
manos bloqueadas alrededor de la garganta peluda de Frieka en un esfuerzo por
mantener los dientes del lobo fuera de su yugular.
Más allá de ellos, Riane, también en Riaat, intercambiaba golpes con otro de
los robots. Riane golpeó sus pies en un charco de sangre y derrapó debajo de ella.
hacia atrás. Aterrizó duramente en el suelo y no se movió.
Galar maldijo y levantó su fusil, pero otro Ejecutor se tambaleo entre él y el
oponente Warfem victorioso. Él rugió al hombre para hacerse a un lado.
Demasiado tarde. El robot agarró a Frieka por el cogote, lo quitó de Ivar, y
lo lanzó a través del corredor como un juguete de peluche. El lobo soltó un aullido
corto cuando golpeó la dura pared. El robot sacudió a Ivar a sus pies.
—Sácame de aquí —gritó el traidor.
Galar maldijo y ajustó su objetivo, tratando de conseguir un tiro claro a la
cabeza de Ivar.
¡BOOM! La cegadora luz y el trueno del Salto sacudieron la cubierta debajo
de Galar. Cuando su visión se aclaró, tanto Ivar como los robots habían
desaparecido.
—Siete infiernos —rezongó Galar.
El Combot más cercano se volvió hacia él y le dijo, en un tono extrañamente
cortés:
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Cuando cayó en una rodilla, el robot condujo una patada a su rostro, mandándola
246
El Club de las Excomulgadas
—Estoy programado para advertirle que ahora me autodestruiré. Tiene
treinta segundos para limpiar la zona. Veintinueve...
—Veintiocho —dijo otro robot.
—Joder —rugió Dyami. —Retirada.
Ignorándolo, Galar corrió pasando a los robots para agarrar a Frieka por el
desaliñado cuello. Acarreando a la bestia en sus brazos, se volvió para encontrar a
Dona Astryr cargando a un inconsciente Riane sobre su hombro.
talones.
Echando un vistazo atrás, Galar vio a Dyami corriendo el camino opuesto,
llevando a un Ejecutor herido como si no pesara más que una almohada. Los otros
agentes corrieron tras él.
—Cinco...
—Cuatro...
—Tres...
—Ahí. —Galar le rugió a Dona, y se zabulló con ella, con Frieka metido
debajo del brazo. Su arremetida los llevó a los cuatro a una celda abierta. Con un
poco de suerte, los muros reforzados harían...
Los battlebots comenzaron a detonar con rugidos atronadores que hicieron
temblar el suelo debajo de ellos. Galar, Dona, Frieka y Riane cayeron en un
montón de pieles y carnes uniformadas. Galar cubrió a los demás con su cuerpo y
cubrió su cabeza con los brazos.
Las
explosiones
parecían
no
tener
fin,
explosión
tras
explosión
ensordecedora. Hasta que por fin se hizo el silencio, roto sólo por el silbido de la
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Por aquí. —Él giró y galopeó hasta el corredor con las mujeres en sus
247
El Club de las Excomulgadas
bocina y el zumbido de la espuma mientras el sistema de extinción de incendios del
Outpost se activaba.
—Infierno sangriento —dijo Galar, apenas pudiendo oír sus propias palabras
por los zumbidos en sus oídos.
—Sí —Dona dijo amargamente. —Eso lo resume todo.
*****
Jessica se paseaba por la sala en mal estado, masticando la uña de su dedo
—Necesito esa pintura.
—¿Por qué? —le preguntó su hermana, observándola desde el sofá—. ¿De
qué te servirá?
—Charlotte me dijo que tiene las respuestas que estoy buscando. Apuesto
que si sólo puedo tocarla... —se volvió hacia Ruby—. ¿Crees que puedas pedirle a
los policías que te dejen verlo? —Entonces hizo una mueca y agitó una mano,
rechazando la idea—. No importa. Te dirían que no y volverían a sospechar de ti.
¿Dónde diablos la tendrán?
—Probablemente en la sala de pruebas. —Al ver su mirada de asombro,
Ruby se encogió de hombros—. Billy Dean siempre estaba hablando de esa fantasía
que tiene de irrumpir en la sala de pruebas del condado. Es donde tienen todas las
drogas.
—Probablemente cada traficante de drogas en el condado tenga la misma
fantasía. —Jess gruñó—. Junto con cada asesino, violador y pedófilo que quiera
destruir las pruebas contra él.
Lo que implicaba que la habitación estaría fuertemente custodiada y
equipada con un sistema de seguridad formidable. No el tipo de lugar en el que
quería intentar entrar, incluso con sus nuevos poderes. Sobre todo porque no estaba
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
pulgar.
248
El Club de las Excomulgadas
segura de que pudiera realmente controlarlos. Por lo que la sala de pruebas estaba
descartada. Supuso que podría saltar a la época cuando los policías le devolvían las
pinturas a Ruby. Salvo que no tenía idea de cuándo sería.
Sus ojos se redujeron cuidadosamente. O podría ir por otro camino y llegar a
la pintura antes de que incluso se produjera el ataque del Xeran. No, mejor no.
¿Qué pasaría si se encontraba con ella misma?
Excepto que no. Sin duda recordaría haberse reunido con alguna imagen de
espejo de sí misma balbuceando sobre hombres del futuro.
en la pintura sin ser capturada. Excepto que ¿y si llegaba a la pintura antes de que
Charlotte dejara su mensaje en ella?
O... podía saltar al período después de que los Ejecutores la dejaban con su
propio pasado, pero antes de que los policías se presentaran. Probablemente tendría
un par de horas para todo lo que necesitaba hacer. Sí. Funcionaría.
—Me tengo que ir —dijo Jess, balanceándose hacia Ruby—. Recuerda lo
que te dije. Cuando te devuelvan las pinturas, ve con David Sheraton en la Galería
Sheraton en Atlanta. Él pondrá todo en movimiento.
—No voy a verte de nuevo, ¿no? —el labio inferior de Ruby tembló.
—No. —A Jess le picaron sus propios ojos—. Tengo que estar muerta de
ahora en adelante.
—He sido una perra contigo. Después de que me dijeron que... moriste, eso
fue todo lo que pude pensar. Cómo de perra había sido. —Sus hombros se
sacudieron.
—No eres una perra. —No era estrictamente cierto. Ruby había sido
condenadamente bastante desagradable en varias ocasiones, especialmente desde la
adquisición de ese hábito del crack. Pero aún así, cuando las chicas habían sido
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Eso podría significar que iría con éxito hacia atrás y podría meter las manos
249
El Club de las Excomulgadas
más jóvenes, habían estado muy unidas—. Te quiero, hermanita. Las otras
cosas...Eso no importa. Ya no.
Su hermana se arrojó del sofá y le agarró en un abrazo fuerte, feroz.
—Te quiero, también, Jess. Deseo...
—Simplemente deja las drogas, nena. —Ella envolvió ambos brazos más
estrechamente alrededor de su hermana—. Haz eso por mí, ¿escuchas? Una vez que
te quites el crack, estarás bien.
sus ojos con lágrimas—. Pero ¿qué pasa si no puedo hacerlo? Lo he intentado
tantas veces....
Jess le agarró por los delgados hombros y se reunió con sus ojos ferozmente.
—Puedes hacerlo. Lo harás. Tienes la fuerza, ¿me oyes? —En algún lugar
dentro de ella, una burbuja de calor comenzó a expandirse. Ella contuvo el aliento,
sintiéndola de repente liberándose y el flash de su cuerpo con el de Ruby. Los ojos
de la joven mujer se ampliaron mientras ella bruscamente se ponía rígida.
—Oooh. —Ruby respiró, con el sonido largo, como un suspiro
desvaneciéndose. Una sonrisa de repente brilló en toda su cara bañada de lágrimas,
blancas, de confianza—. Tienes razón. Puedo hacerlo, ¿no?
—Puedes hacer cualquier cosa. —Jessica le dijo fieramente—. Todo lo que
tienes que hacer es desearlo.
—Sí. —La sonrisa de Ruby se convirtió en una sonrisa abierta—. Y quiero
esto. Toda la mierda que he hecho, quiero hacerla bien. Quiero que estés orgullosa
de mí.
—Estoy orgullosa de ti. —Jess le dijo con un nudo en la garganta—. Porque
serás increíble. Y tu hijo será un gran artista.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Voy a tratar. —Ella dio un paso atrás, con el dolor y la culpa inundando
250
El Club de las Excomulgadas
Los ojos de Rubí se abrieron.
—¿Voy a tener un hijo? —la interrumpió, frunciendo el ceño—. Espera,
¿cómo sabes eso?
Jess le dio una sonrisa que rápidamente fue un poco aguada.
—Leí algunas de mis propias biografías. Hablaban sobre ti. —Ella tuvo que
tragarse el nudo en su garganta antes de poder continuar—. Conocerás a un buen
hombre, Ruby y te enamorarás. Tendrás un hijo, y será un gran artista por derecho
propio. Tendrás nietos y bisnietos. Y serás feliz—. Las lágrimas le nadaron en sus
personas que entrarían en la vida de su hermana. Ni al marido guapo, ni al hijo
artista.
Porque nunca vería a Ruby nuevamente.
Su hermana se acercó y le tomó la mejilla.
—Pero nunca te olvidaré.
Jess se atragantó y la arrastró a otro abrazo duro, feroz. Por un largo
momento se encontraron envueltas alrededor de sí, sabiendo que sería la última
vez.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ojos mientras se daba cuenta de que nunca llegaría a conocer a ninguna de las
251
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Quince
Galar salió de debajo de la pila de pieles y carne que eran Dona Astryr,
Riane, y Frieka, suprimiendo una maldición por el vicioso dolor en su cabeza. El
lobo lloriqueaba, y una de las mujeres gemía.
Comp, escanea a los Ejecutores por lesiones.
Los sensores indican que Riane ha sufrido una conmoción cerebral, mientras Frieka
tiene
fracturada una de sus patas delanteras. Las lesiones de Dona son de menor
¿Alguna vida amenazada?
Negativo.
Bien, eso era algo, en cualquier caso.
—Hey, Dona, ¿Estás consiente?
—Sí, sí. ¿Alguien alguna vez te ha dicho que pesas una tonelada?
Él sonrió.
—Lo siento. Normalmente mantengo mi peso sobre mis codos.
Dona resopló, reconociendo el doble sentido, y se sentó.
—Hey, Riane. —Doblándose, quitó el pelo de la cara de la Warfem. La
chica la miró, un poco aturdida—. Arriba chica.
—¡Frieka! —ella se irguió, luego se balanceó vertiginosamente. Obviamente
haciendo caso omiso de sus propias lesiones, Riane alcanzo a su compañero
peludo—. Estas herido.
—Solo mi pata delantera —gritó—. No la toques.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
importancia.
252
El Club de las Excomulgadas
—No estoy tocándola. Sólo estoy escaneándote. Cálmate, gran cachorro.
—Te morderé. — El lobo la consideró con ojos llenos de dolor—. O lo haría
si no te hubieras puesto una abolladura del tamaño de un mono en el cráneo. ¿Te
das cuenta que necesitas una regeneración más que yo?
—Estoy bien.
—No estás bien. ¿Podrías acostarte antes de que te caigas y te hagas otra
grieta en la cabeza?
Galar volvió su atención a su comp.
¿Cuál es el estado de los incendios?
Extinguidos.
Mejor que mejor. Se acercó cojeando a la puerta, sacó la cabeza, e hizo una
mueca por lo que vio. El sistema de ventilación del Outpost estaba trabajando duro
para eliminar el manto de humo azul que aún se arremolinaba en el aire del pasillo.
El suelo estaba cubierto de espuma, con varias jorobas gruesas de lo que
aparentemente eran los restos de los robots. Todo lo que no cubría la espuma
blanca estaba negro carbonizado por las múltiples explosiones. Había varias áreas
irregulares mostrándose por la espuma donde las explosiones habían dañado las
paredes y el suelo.
¿Perdimos a alguien? le preguntó a la comp.
Negativo. El comp del Outpost reporta que los medtechs están en camino para los
heridos.
Bien. Diles que tenemos a un par de ellos aquí.
En proceso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Dado que todo el mundo estaba lo suficientemente sano como para reñir,
253
El Club de las Excomulgadas
Él vio una figura alta alrededor de la curva del pasillo y cojeó hacia ella. Era
Dyami, con un hilillo de sangre chorreándole por la cara de un corte en la frente,
con el rojo oscureciendo el verde y dorado de su traje. El gran hombre tenía una
expresión sombría mientras inspeccionaba los daños.
—Mataré a ese hijo de puta de Ivar. —Gruño mientras se acercaba lo
suficiente—. Y al que envió a ese equipo de robots para que explotaran, cuando
consiga saber quien fue.
—Por lo menos nos advirtieron que se autodestruirían —suspiró Galar—.
—Desafortunadamente, hay una fea consecuencia de la alerta —dijo Dyami
con gravedad.
—¿Sí? —preguntó a pesar de que tenía el mal presentimiento de que ya sabía
lo que Dyami iba a decir.
—Por ley, los robots fabricados por la Unión Galáctica tienen que advertir
que van a auto-destruirse, incluso los modelos de combate. Los Xeran no lo hacen.
¿Recuerdas los aullidos indignados de los militares cuando el Consejo de
Legisladores llegó con la pequeña joya? Pero nos salvaron el culo esta vez.
—Y también significa que alguien de la UG58 envió ese equipo. —Galar
pasó la mano por su cara—. Tenemos a otro topo. Es por eso que se autodestruyeron. Pensó que podríamos ser capaces de rastrear su identidad en caso de
que capturáramos a uno de los robots intactos.
—¿Dona?
Él consideró la cuestión, luego finalmente sacudió la cabeza.
—No lo creo. A juzgar por mis lecturas de los sensores, ella estuvo tan
desagradablemente sorprendida por la auto-destrucción como yo.
58
Unión Galáctica.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Habríamos tenido muchos más muertos si no lo hubieran hecho.
254
El Club de las Excomulgadas
—Que al menos la aclara, si no otra cosa. —Dyami empuñó sus manos en
sus caderas—. Por desgracia, eso aun me deja con casi todos los demás Ejecutores
en el Outpost como sospechosos.
Galar levantó una ceja.
—¿Incluyéndome a mí?
—Joder, no. Jessica estaría muerta ahora si tú fueras el topo. Eres
malditamente bueno para estrujar algo como eso.
Dyami le dedicó una amplia sonrisa.
—De nada.
—Sólo deseo compartir tu confianza. Si fuera tan bueno, sabría donde Jess
habría… —se interrumpió, con su comprensión naciendo—. Oh, mierda.
El Ejecutor en jefe levantó sus oscuras cejas.
—Me figuro que acabas de caer en la cuenta.
—Su hermana. Jess estuvo devastada cuando le dije que no podría decirle a
Ruby que estaba viva. Si de pronto descubre la manera de transportarse a sí misma,
puedes apostar a que iría directamente por su hermana pequeña.
—Esa es la drogadicta, ¿cierto? —Dyami suspiró—. Perfecto. Ve por ella
antes de que alguien realmente la mate.
Galar asintió y se volvió a medio galope por el pasillo, pasando a Chogan, a
sus medtechs, y a una procesión de tubos regeneradores. Necesitaría su traje T para
eso.
*****
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Gracias. —Dijo Galar con elaborado sarcasmo.
255
El Club de las Excomulgadas
Ruby se sentó en el sofá donde había estado cuando todo esto había
empezado, desgarrada entre la alegría y la tristeza. Alegría por no haber conseguido
que mataran a su hermana después de todo... sólo había sabido que Billy Dean
había ordenado la muerte de Jess para vengarse de ella.
Pero, sin embargo, casi tan fuerte como la alegría estaba la pena por no
volver a ver a Jess de nuevo. Seguía pensando en todas las horribles cosas que
alguna vez le había dicho, en todos los comentarios poco corteses nacidos de los
celos de su brillante hermana. La hermana que nunca había sido una adicta, que
nunca había sido un saco de boxeo para cada hijo de puta del condado. Que nunca
Bien. Se dijo así misma. Nunca volveré a hacerlo tampoco.
No era la primera vez que se prometía así misma acabar con su autodestrucción. Demonios, había habido veces que había hecho esa promesa cada día.
Esta es la última vez. Mañana empezaré de nuevo.
Ahora realmente le creía.
El ruido de aire desplazándose y el destello de luz segador le arrancó un
grito asustado de su garganta. Saltó del sofá, con su corazón latiendo horrorizado
mientras parpadeaba lejos de los destellos de color purpura de su visión. ¡Jess está de
vuelta!
Pero la figura que estaba de pie buscando cautelosamente en la sala de estar
en mal estado no era una mujer. Era alto, rubio, de anchos hombros y tan guapo
como cualquier actor de cine que hubiera visto.
Ruby le echó una mirada y pensó, el poli de Jess.
Él le frunció el ceño.
—¿Dónde está Jessica?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
se había prostituido por dinero para comprar drogas.
256
El Club de las Excomulgadas
Ruby tragó. Maldición, él era una preciosidad. No era de extrañar que su
hermana mayor estuviera dispuesta a darle la espalda a su carrera y a todo ese
dinero por estar con él.
—Ella... acaba de salir.
Él frunció el ceño, estudiándola con atención.
—¿Dijo a donde iba?
Ruby titubeó nerviosa. ¿Qué tal si ese no era el poli? ¿Y si era el hombre que
—Mira, está en peligro. —Impacientemente dijo el gran hombre—. Hay
asesinos tras ella. Necesito encontrarla antes que consiga herirse.
Ruby tenía sus defectos, pero también tenía un buen desarrollado sentido
para las personas. Este hombre, ella sabía, decía exactamente lo que quería.
—Regresó a su apartamento al momento justo en que fue... atacada.
—¿Qué? —Él la miro—. ¿Por qué?
—Dijo que necesitaba la pintura que dejó allí. Yo no la tengo, así que pues...
—ella se encogió de hombros.
Él frunció el ceño. Hasta eso lucía bien en su rostro anguloso.
—¿Para qué necesitaba la pintura?
—Piensa que su compañera de piso le dejó un mensaje en ella.
—¿En la pintura? —Él inclinó la cabeza, considerando la idea—. Sí,
supongo que es posible, gracias—. Vaciló, dándole una mirada con ojos
entornados.
Ruby sabía lo que quería. Suspiró.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
había intentado matarla? Jess había dicho que el poli lo había matado, pero...
257
El Club de las Excomulgadas
—No le diré a nadie tampoco que has estado aquí.
Una sonrisa brilló en su rostro, una tan deslumbrante que ella se encontró
mirándolo fijamente.
—Gracias.
El estampido sónico sacudió todos los platos de su armario. Cuando Ruby
parpadeó por los flashes de luz púrpura, él se había ido.
—Diablos, Jess —murmuró—. Algunas chicas tienen toda la suerte.
Con ambas palmas de sus manos apoyadas en el piso alfombrado Jessica
parpadeó ante las imágenes púrpura y peleó con su amotinado estómago. Sentía
como si se hubiera vuelto del revés.
Cuando identificó la sustancia húmeda saturando la alfombra bajo sus
manos, estuvo condenadamente cerca de perder la batalla. Con un grito de asco, se
echó hacia atrás sobre sus rodillas, con la mirada fija en la sangre.
En su sangre.
Con las tripas revolviéndose, Jess miro a su alrededor las ruinas de su
antiguo recibidor. Los Ejecutores habían evidentemente dejado las luces encendidas
después de que la habían rescatado. El caballete yacía recostado al lado de la
pintura en la que había estado trabajando. Los tubos de pintura estaban esparcidos
a su alrededor, junto con la lata de trementina que le había vaciado al Xeran. La
marca de la quemadura en donde lo había abrasado había desaparecido, al parecer
porque los amigos de Galar la habían limpiado. Probablemente con el fin de no
dejar evidencia que no fuera parte del registro histórico.
Ella
volvió
su
atención
cautelosamente sobre sus pies.
a
la
pintura
nuevamente,
levantándose
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
*****
258
El Club de las Excomulgadas
¿Qué pasaba si estaba equivocada? ¿Qué si Charlotte no le había dejado un
mensaje en la pintura? O si lo había hecho, ¿eso demostraba ser algo que Jess no
quería saber?
Bueno, quiera o no quiera, necesito saber.
Ignorando su corazón palpitante, ella recorrió la sala de estar, se inclinó, y
recogió la pintura. No parecía diferente de la última vez que había trabajado en
ella, hacía una subjetiva eternidad.
Una rara comprensión penetró en su conciencia: la pintura aun estaba
par de horas desde que ella había dejado de trabajar. Sin importar que, para ella,
hubieran sido días.
Pensamiento vertiginoso ese.
Jess dio un profundo respiro, acomodó su coraje, y tocó la todavía pegajosa
pintura con el dedo. Y esperó.
Nada pasó. Ella luchó con su impaciencia volviendo bajo control. Esperó un
poco más.
Nada. La nevera zumbó en la habitación de al lado, un sonido familiar,
extrañamente acogedor en una habitación que olía tan alarmantemente a sangre
fresca.
—Sabía que vendrías. —Charlotte susurró.
Jess dejó caer la pintura con un ruido sordo y se volteó.
Su amiga estaba detrás de ella, luciendo tan sólida y real como lo había
hecho la noche en que había desaparecido.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mojada. Por supuesto. Desde el punto de vista de la pintura, habían pasado solo un
259
El Club de las Excomulgadas
Con un pensamiento a medio formar de mantenerla alejada, Jess cogió su
brazo, pero sus dedos volaron directo traspasando la muñeca de Charlotte como si
fuera un fantasma.
—¿Que infiernos?
—Esto es una grabación, Jess. No estoy realmente aquí.
—Entiendo. —Se quejó ella, con una mano contra el latido atronado de su
corazón en el pecho.
que te causé. Lo siento por arrastrarte dentro de mi guerra con mis antiguos
superiores...
—Así que tenía razón...eres una Xer.
—Siento que vayas a ser lastimada por Marcin. —La imagen continuó.
—¿Sabias lo que iba a suceder? —Demandó Jess con vehemencia. — ¿Por
qué diablos no me avisaste?
—Probablemente te estés preguntando por qué no te lo advertí, pero no
podía. Hay cosas cociéndose que no puedo explicar. Las dos tuvimos nuestra
prueba, y esta es parte de la mía. Tenemos que demostrar que somos dignas.
—¿Qué prueba? —Jess murmuró con frustración, sabiéndolo incluso
mientras le preguntaba a la grabación que no le respondería—. ¿Dignas de qué? Y
¿A quién tenemos que demostrárselo?
—Sé que tienes muchas preguntas. Si pasas la prueba, obtendrás las
respuestas que estás buscando. Si no lo haces... —una expresión de angustia cruzó
el rostro delicado de Charlotte— ...bien, no las necesitarás. Por ahora, estas aquí, y
eso significa que has llegado lo suficientemente lejos como para recibir este
próximo regalo. Buena suerte Jess.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—A estas alturas ya sabes lo que te hice. Quiero decirte que siento el dolor
260
El Club de las Excomulgadas
Una explosión de arcoíris estalló detrás de los ojos de Jess, con el
conocimiento estrellándose dentro de su mente tan rápido y duro, que no había
forma de procesarlo todo. Imágenes, sonidos, color... todo mezclado en una
hirviente explosión mental. El cerebro de Jess pareció latir bajo el bombardeo.
¡Demasiado! ¡ Demasiado! ¡¡Deténte!
Pero no se detuvo. Siguió y siguió, quemando, cegando. Hasta que, en pura
defensa propia, su mente quedó a oscuras.
Galar negó duro con la cabeza, tratando de aclarar su visión deslumbrada y
los oídos que todavía resonaban por el estampido sónico de su Salto. Cuando pudo
ver otra vez, registró la carnicería sangrienta de la sala de estar de Jess, con el
mobiliario caído, las pinturas, y el caballete.
Le tomó un momento darse cuenta que el fardo de tela azul en el piso era un
cuerpo. Jessica, yaciendo tirada y quieta.
—¡Jess! —el corazón de Galar empujó su camino hacia su garganta mientras
caía de rodillas, escaneándola frenéticamente.
No había heridas evidentes, ni sangre, pero eso no significaba nada. Una
lesión en la cabeza...
¿Ella está bien?
Inconsciente, su comp replicó. Parece estar en alguna clase de shock.
¿Alguna razón por la que no deba moverla?
Negativo.
No había tiempo qué perder. Galar la levanto entre sus brazos, abrazándola
cerca, y Saltó.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
*****
261
El Club de las Excomulgadas
Había querido transportarse directamente a la enfermería. Pero el delicado
equipo allí no tomaría muy bien el estampido sónico. En su lugar, se materializó en
la cámara de Salto insonorizada y blindada para contener la radiación temporal
más cercana. Mientras llevaba a Jess atravesando la puerta, envió un mensaje a la
enfermería.
Jessica ha sido herida.
¿Cuánto? la voz de Chogan exigió.
Tráela.
Mientras se dirigía hacia la enfermería, la doctora se reunió con él y apuntó
hacia un regenerador abierto y esperando.
—¿Qué pasó? —exigió ella.
—No lo sé. —Galar bajó a Jess cuidadosamente en el tubo transparente—.
Conseguí una pista de que había regresado a la escena del ataque, en algún
momento inmediatamente después de la primera vez que salimos con ella. Estaba
en el piso de la sala de estar, inconsciente. No había señales de ningún atacante—.
Él dio un paso atrás mientras Chogan cerraba la tapa del tubo y comenzaba el
programa. El aparato comenzó a inundarse con niebla color rosa de curación
mientras la doctora estudiada las lecturas y empujando botones.
—Hmm.
—¿Qué? —Galar exigió, frustrado.
—No hay ningún signo de daño físico en absoluto. Pero... —su ceño pareció
problemático.
—¿Pero…?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
No puedo decírtelo. Esta inconsciente, en shock.
262
El Club de las Excomulgadas
—Los cambios cerebrales que vimos anteriormente se han intensificado. —
Hizo un gesto, acercándose al trids de tres escáneres cerebrales.
—Siete infiernos. —Respiró Galar. El análisis con la fecha de hoy era casi
azul sólido con el crecimiento de nuevas sinapsis.
—Además, la proporción material extraterrestre está aumentando. —
Chogan le dijo—. Es como si el ADN Xeran actuara como una base dándole
establecimiento al material extraterrestre—. Ella se mordisqueó la uña del pulgar,
con sus cejas hacia abajo con preocupación—. No me importa decirte esto, Maestro
—¿Qué está haciendo con ella? —un escalofrío se extendió en él—. ¿Crees
que va a... lastimarla?
—No tengo ni idea. —Dijo Chogan sin rodeos—. Por suerte su sistema
autoinmune no parece estar atacando al nuevo material, no tenemos que
preocuparnos por su cuerpo matando a su propio sistema nervioso—. Volvió su
atención a las lecturas del tubo, frunciendo el ceño y apretando botones.
Galar esperó, controlando su impaciencia hasta que ella finalmente dio un
paso atrás del tubo. ¿Era su imaginación, o había aligerado su expresión con alivio?
—¿Bien? —demandó él.
—Físicamente, Jessica parece perfectamente sana. Agotada, que no es
sorprendente considerando lo que ha pasado en los últimos días. Necesita también
un par de buenas comidas. El azúcar en su sangre es demasiado bajo para mi gusto.
Aparte de eso, sin embargo, todo está bien.
Él dejó escapar un suspiro de alivio.
—¿Por qué esta inconsciente?
—Buena pregunta. Pensando en ello, estas lecturas... —los ojos de Chogan
se redujeron—. En realidad, parece más bien una reacción del EDI. He visto este
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ejecutor. No me gusta esto en absoluto.
263
El Club de las Excomulgadas
tipo de cosas antes con pacientes después de una descarga particularmente
traumática. Déjame ver si puedo sacarla de ahí.... —Delicados dedos bailaron sobre
los controles del tubo. La niebla se agitó, luego comenzó lentamente a adelgazarse.
Chogan quitó la tapa—. ¿Jessica? ¡Despierta, Jess!
Los ojos azules de Jess se abrieron, y comenzó a toser.
—¿Qué... sucede? —su voz era firme mientras su mirada comenzaba a
afilarse con su inteligencia habitual—. ¿Dra. Chogan? ¿Galar? ¿Dónde...?
—Ruby me dijo que habías regresado a tu casa. —Galar tomó su mano y la
Jess tosió nuevamente y apoyó ambos codos en los bordes del tubo, viéndose
un poco mareada.
—Recuerdo que Charlotte dijo algo acerca de uno de mis cuadros con las
respuestas que necesitaba. Así que volví a comprobarlo. Por supuesto, ella había
dejado algún tipo de mensaje de nanobots en la pintura.
Chogan le disparó a Galar una mirada.
—Me pregunto si eso fue todo lo que estaba en esa pintura.
—¿Piensas que Charlotte deslizó algo que aceleró los cambios neuronales?
—Podría ser.
Jess les frunció el ceño a ambos.
—¿De qué diablos estan hablando?
Chogan le mostró los escáneres cerebrales a ella. Galar la vio palidecer con
alarma.
—Santa mierda.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ayudó a sentarse—. Fui tras de ti y te encontré en el suelo, fría. ¿Qué pasó?
264
El Club de las Excomulgadas
—Eso lo resume todo. —La doctora acordó, luego pasó a explicar sus
hallazgos con más detalle—. La buena noticia es... —concluyó —que aparte de eso
pareces saludable. Hasta ahora no estás sufriendo los efectos nocivos, pero quiero
mantenerme informada sobre cualquier cosa, y me refiero a cualquier cosa, que te
parezca raro.
Jess le dio una sonrisa seca.
—¿Cómo explotar robots con el poder de mi mente?
Ella soltó un bufido.
—Créeme, que serás la primera en saberlo.
Galar se rascó la barbilla pensativamente.
—¿Qué dijo Charlotte realmente en su mensaje?
Jess se encogió los hombros.
—Que lo sentía por lo que me hizo, pero que teníamos pruebas que pasar.
Que teníamos que probarnos a nosotras mismas.
—¿Demostrar qué? ¿A quién?
—Exactamente lo que pensé. Desafortunadamente, no lo dijo. Luego
originó esto... desencadenó el bombardeo psíquico. Era como el EDI, pero peor.
Me noqueó completamente.
—¿Te acuerdas de algo al respecto?
Las líneas profundas entre las cejas de Jessica se acentuaron mientras
parecía luchar por recordar, luego sacudió la cabeza con frustración.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Sí. Como eso.
265
El Club de las Excomulgadas
—Nada que pueda tener ningún sentido. Simplemente... esta confusión
salvaje de colores y olores y sonidos.
—Si es algo como una EDI regular, tu cerebro tendrá que incorporar la
información que descargó. —Le dijo Chogan—. Dale tiempo, y empezará a surgir
mientras lo integras.
—Asumiendo que tuviéramos tiempo. —Jess se mordió suavemente un
nudillo—. Tengo una fea sensación de que todo se está preparando para irse directo
al infierno.
—¿Quieres decir que no estás ya allí?
—Sí, el concepto de esto es cada vez peor rondando en mi mente,
demasiado, pero esa fue la pequeña implicación candy gram psíquica de Charlotte.
—Candy ¿qué? —Chogan se vio perpleja.
Jess suspiró.
—No importa. —Se volvió a Galar mientras se le ocurría un nuevo
pensamiento—. Por favor, dime que has descubierto que Ivar era tu topo. ¿Y Dona
está bien?
—Ella está bien. Y sí, lo hicimos. Desafortunadamente, apenas pusimos a
Ivar en el calabozo alguien envió un equipo de battlebots explosivos a irrumpir para
sacarlo.
Ella parpadeó hacia él.
—¿Battlebots explosivos? Eso no suena... bueno.
—Eso es decir poco. Ahora tenemos cráteres en el calabozo.
—¿Alguien murió?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Galar resopló.
266
El Club de las Excomulgadas
—No, pero Ivar escapó. Dyami ha enviado a cada Ejecutor disponible para
rastrearlo. Casi me da lástima por el bastardo cuando el jefe ponga sus manos sobre
él.
—No me importaría rajarlo yo misma.
Galar frunció su labio en acuerdo.
—Ajustaré cuentas con él por Jiri y Ando. —Algo peligroso destelló en sus
ojos mientras su voz bajaba a un gruñido amenazador—. Y por ti.
—Esa es una buena pregunta. —Chogan se echo hacia atrás sobre sus
talones, ojeando a Jess—. Puedo mantenerte aquí para observación, pero creo que
lo que realmente necesitas es algo de comida y una buena noche de sueño. Sería
más probable que el EDI de Charlotte surja si te damos algo de paz y tranquilidad...
que no recibirás en una cama de la enfermería con varias cosas sonando toda la
noche.
Jess hizo una mueca.
—Es una apuesta bastante segura.
Chogan le dirigió una severa mirada a Galar.
—Eso va para ti, también, Maestro Ejecutor. ¿Cuánto tiempo ha pasado
desde que dormiste?
Él parpadeo.
—Bueno...
—Vete. A. La. Cama.
—Sí, señora. —Dijo él con sospechosa apacibilidad.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Así que ¿qué hacemos ahora?
267
El Club de las Excomulgadas
—¿Qué esperan? Salgan de mi enfermería.
—Sí, señora. —Jess y Galar dijeron a coro mientras él le ayudaba a salir del
tubo. Juntos, hicieron un escape rápido mientras Chogan sacudía la cabeza e iba en
busca de Dyami para hacer su informe. Sabía que el gran Señor de la Guerra no iba
a estar feliz sobre esa situación.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
En lo absoluto.
268
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Dieciséis
La cafetería del Outpost estaba desierta a esa hora, ya que era entre la cena
de la guardia nocturna y la comida de la madrugada de la guardia tardía. Galar y
Jess tenían el comedor para ellos solos, así que encontraron una mesa al lado de la
enorme ventana que ocupaba la mayor parte de la pared trasera de la habitación.
Sofocando un bostezo, Jess miró las montañas iluminadas por la luna,
escuchando ausentemente cómo Galar ordenaba al vendser de la mesa. Cinco
minutos después, un panel se abrió deslizándose y aparecieron dos platos calientes,
se acomodaron para comer.
Jess se detuvo, con el tenedor levantado, mientras miraba el plato
dubitativamente. No podía identificar ninguna sustancia en él, aunque creía que la
cosa púrpura con hojas era algún tipo de vegetal.
—Es seguro para comer. —Le dijo Galar, deteniéndose con el tenedor a
medio camino a su boca—. Te prometo que ni siquiera te devolverá el mordisco.
Ella pinchó una sustancia marrón oscura.
—¿Estás seguro? ¿Qué es esto?
—Keflir vardonés. Mi comida favorita cuando era niño. El keflir de mi padre
era increíble. —Le dio una mordida, masticando cuidadosamente, y tragó—. Este
no es tan bueno, pero no está mal.
Ella recelosamente lo cortó con el tenedor y lo mordió. Estaba cubierto con
algo que tenía un molido como de almendras. La carne dentro inundó su boca con
un jugo delicado y un sabor que le recordó al cordero.
—Es bueno.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
acompañados por los cubiertos apropiados y un par de vasos. Galar dividió todo y
269
El Club de las Excomulgadas
Envalentonada, probó la cosa púrpura. No se parecía mucho a ningún
vegetal que hubiera probado, pero decidió que igual le gustaba. Volvió su atención
a una esponjosa pila verde con pequeños trozos rojos diseminados dentro.
—Muy viscoso. —Dijo Jess después de darle un mordisco—. Me recuerda al
quingombó59 hervido. Aunque puedes freírlo… Pensándolo bien, los sureños
pueden hacer cualquier cosa comestible poniéndosela al pan y cubriéndola con
kétchup—. Pinchó con el tenedor otro pedazo de hoja púrpura.
—A mí nunca me gustó el gedira, tampoco. —Admitió Galar—. Pero es
Ella resopló.
—Seguro.
Comieron en un silencio amigable por varios minutos antes de que Galar
volviera a hablar.
—Me quería disculpar por lo que te hice. —Enterró su tenedor en lo que
presumiblemente era algún tipo de vegetal, con expresión melancólica—. Esas
cosas que dije. Sé que te herí.
Jess levantó la mirada de cortar otro trozo de keflir.
—Dyami me dijo que estabas tratando de salvarme.
—Sí. —Un músculo se contrajo en su mandíbula—. Pero hay más que eso.
Tlain… ¿Quién te contó sobre ella, a propósito? Sé que alguien lo hizo, porque me
arrojaste su nombre a la cara.
—Ahhh… —Atrapada, lo miró, recordando que había jurado no acusar a
Riane. Pero si mentía, él lo sabría—. Prometí no decírtelo.
Un extremo de la boca de él se curvó hacia arriba.
59
Hierba que tiene varios nombres, como Yerba de culebra o Ají turco.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
bueno para ti.
270
El Club de las Excomulgadas
—No importa. Creo que puedo adivinarlo. Con razón Riane y Frieka
parecían tan culpables cuando escaparon de mis habitaciones el día en que les pedí
que te vigilaran.
—No tengo idea de qué estás hablando. —Dijo Jess con dignidad.
Él resopló.
—Por favor.
Ella se rindió y sonrió.
hombre con sensores. Sin pequeñas mentiras blancas60.
—Eso nunca detuvo a Tlain. Pensándolo bien, las grandes mentiras negras61
tampoco la detuvieron.
El dolor crudo y rabioso en sus ojos hizo que ella inhalara agudamente.
—Realmente la amabas.
—Lo pensé en su momento. —Galar encogió sus amplios hombros, luego le
brindó una leve sonrisa—. Últimamente he tenido una perspectiva diferente con
respecto a eso.
El corazón de ella saltó. ¿Qué quería decir con eso? No preguntes, maldita sea.
—Ría...mi fuente dice que hizo una gran actuación para ti.
—Podrías decir eso. —Su mirada se volvió introspectiva—. Tenía un
implante computacional, así que tenía un muy buen control sobre su propia función
cerebral. Le dio el truco de los sociópatas de creer sus propias mentiras.
—Ivar debe haber hecho lo mismo.
60
61
Mentiras buenas, piadosas.
Las mentiras malas, las que hacen daño.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Definitivamente hay un lado negativo al... —amar—....salir con un
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El Club de las Excomulgadas
—Oh sí. De otro modo habríamos tropezado con lo que estaba haciendo
apenas hubiera llegado al Outpost meses atrás. Dona dijo que notó que usaba su
implante constantemente, incluso en conversaciones casuales, lo cual debió ser una
gran bandera roja de advertencia. Pero no puedo culparla por ver sólo lo que quería
ver. Yo cometí el mismo pecado.
—No crees que Dona estuviera conspirando con él, ¿verdad? —preguntó
Jess, alarmada—. Galar, ella no dudó en saltar sobre él en el minuto en que se dio
cuenta que estaba tratando de matarme.
—Lo sé. Fue muy golpeada por sus molestias. Ivar era mucho más fuerte
—El imbécil.
—Pero yo... —dijo él sedosamente— ...soy mucho más fuerte que Ivar, por
lo menos en Riaat.
—Patea su trasero cuando lo atrapes.
—Oh, lo haré. Si Dyami me deja algo para patear. Creo que tiene planes
más que violentos para el bastardo.
—No me importaría darle yo misma un poco de lo que le di a ese robot.
Excepto que no puedo. —Se quedó en silencio cuando el descubrimiento la golpeó,
con sus ojos abriéndose más.
— ¿Qué? ¿Por qué no?
—Ese EDI que me dio Charlotte me acaba de decir que no puedo usar mis
poderes para matar personas. Para huir, sí. Para destruir propiedad, también. Y sí le
di a Ivar un buen puñetazo en la boca, pero eso es lo más lejos que puedo llegar.
Galar se quedó muy quieto, aparentemente dándose cuenta de que ella
estaba tratando de exprimir más información de su recalcitrante cerebro.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
que ella.
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El Club de las Excomulgadas
—¿Por qué?
Jess parpadeó.
—Porque no son mis poderes. Ellos vienen del T’lir, y el T’lir no permite el
uso de fuerza letal. Por eso el Sela tuvo que huir. —Ella se sentó hacia atrás con
disgusto mientras la información volvía a agotarse—. ¿Huir a dónde? ¿De quién?
—¿Quién...o qué...son los Sela? —su tono era cuidadosamente falto de
urgencia.
Xerans los llaman Abominaciones, y quieren matarlos a todos.
—Tal vez los Sela están huyendo de los Xerans —sugirió Galar.
—Sí. —Ella sonó casi distraída hasta a sus propios oídos—. Sí, eso es. Son
los Xerans. Ellos quieren al T’lir, y los Sela no pueden permitir que lo tengan.
Todos estaríamos perdidos entonces. Las Personas sólo serían las primeras en
morir.
—¿Y qué es el T’lir? —su voz era muy gentil.
—Un reloj de arena. —Dijo ella, sintiéndose como si flotara—. Todo pasa a
través de él. Todos—. Jess se rió, repentinamente mareada—. “Como arena a
través de un reloj de arena, así son los días de nuestras vidas.” —Su consciencia la
golpeó y la hizo volver a concentrarse, y enterró su frustrado rostro entre sus
manos—. Joder. Me perdí en la introducción de una de las viejas telenovelas de mi
madre.
—¿De qué estás hablando? —demandó Galar, con su tono afilándose
mientras se daba cuenta de que evidentemente ella había dejado de buscar en el
EDI.
—De las teleseries —explicó Jess. —Series dramáticas de televisión que
daban a diario. Había una que le encantaba a mi madre cuando yo era niña que se
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—La gente peluda en los huevos. Las que vi en ese sueño que te conté. Los
273
El Club de las Excomulgadas
llamaba Los Días de Nuestras Vidas. Esa línea acerca de la arena a través del reloj de
arena era parte de la introducción —se detuvo—. Y significa algo, pero maldita sea
si lo sé.
—No trates de forzarlo —le advirtió Galar—. Sólo lo estás llevando más
profundo a tu subconsciente. Volverá a salir cuando tengas otra asociación.
Probablemente por accidente.
—Genial. —Gruñó ella—. Estamos a merced de las canciones publicitarias
de la televisión.
tiempo de que vayamos a la cama—. Se detuvo, con un rastro de... ¿eso era dolor?...
en sus ojos—. Te puedo encontrar otras habitaciones si lo prefieres.
Jess puso una mano sobre la de él. Se sentía cálida y fuerte debajo de su
palma.
—Quiero dormir contigo. —Hizo una mueca—. Aunque no garantizo que
vayamos a hacer mucho más que dormir. Estoy abatida.
Él le brindó una sonrisa que hizo su hermoso rostro incluso más llamativo.
—Estaría encantado de simplemente dormir contigo.
Arrojaron los platos en el reciclador del vendser... Jess notó con
desconcierto que ausentemente había vaciado su plato, incluyendo los viscosos
vegetales parecidos al quingombó.
—Debo haber estado más hambrienta de lo que pensaba.
Otro destello de esa sonrisa que quitaba el aliento.
—Y ni siquiera tuviste que freír nada ni cubrirlo con ketchup.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Y con eso... —dijo él, empujando a un lado su plato vacío—creo que es
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El Club de las Excomulgadas
—Oye... no te burles del ketchup. Es uno de los grupos de alimentos de los
sureños. Junto con la sémola, la grasa, las coles verdes, y las patas de cerdo.
—¿Patas de cerdo? — Él le tomó la mano mientras miraban el desorden—.
Realmente eres muy rara.
—Oye, no dije que yo las comiera. Aunque si las cubres con ketchup…
—¿Patas de cerdo? —su tono de completo horror la hizo reír.
*****
poco desconcertada, mientras él caminaba alrededor encendiendo las velas de cera
de abeja que había adquirido una vez con el vago pensamiento de usarlas durante
alguna futura seducción especial.
Y si una seducción había necesitado alguna vez ser especial, Galar decidió
que esta era la ocasión.
Él se volvió luego de encender la última vela para verla deslizarse por la
cabeza su flojo top verde bosque. Galar tragó, repentinamente con la boca seca,
mientras ella se sacaba el pantalón, luego se detenía, audaz, dulcemente desnuda.
—Diosa, eres hermosa. —Se las arregló para decir, con su voz ronca,
mientras miraba sus bonitos senos de puntas inclinadas con sus dulces pezones,
duros y pequeños.
Ella le dio una pequeña sonrisa engreída, aunque un rubor sonrosó sus
mejillas.
—Tú tampoco estás tan mal. —El suave delta entre sus muslos era todo
sombras misteriosas en la danzante luz dorada de las velas. Sus ojos le recordaban a
reflejos de pequeñas llamas, medio escondidos detrás de la caída de su pelo largo y
liso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Jess y Galar por fin volvieron a sus habitaciones. Ella lo miró, viéndose un
275
El Club de las Excomulgadas
Galar sospechaba que sus propios ojos brillaban como carbones con la
fuerza de su deseo. Sabía que su pene sobresalía contra el pantalón de su uniforme,
urgente y demandante.
Le dolía mostrarle lo que había tratado y fallado en expresarle en la cena. Su
arrepentimiento había parecido demasiado inmenso, demasiado complicado para
ponerlo en palabras. En su lugar se dejó distraer por trivialidad de... Ivar, los Sela,
este T’lir de ella.
O por lo menos, se sentían triviales al enfrentar esa hinchazón en su pecho.
Una distracción de lo que su rombo encéfalo le insistía que era realmente
Este no era momento para la razón.
Tendría que lidiar con el resto... preguntas respondidas, problemas resueltos.
Pero no ahora. Ahora tenía que reparar el abismo que había creado entre él mismo
y Jess.
Ella se balanceó hacia atrás sobre un talón desnudo y elevó una ceja.
—Esa cosa que dije sobre ti no estando tan mal. Era una insinuación.
De algún modo había perdido el hilo de la conversación.
—¿Una insinuación?
Pronunciando muy lentamente las palabras, Jess explicó.
—Estás. Usando. Demasiada. Ropa. —Luego sonrió malvadamente. —
Desnúdate.
Él le devolvió la sonrisa.
—Oh. —Lentamente, él empezó a tirar de la túnica de su uniforme. Tal vez
un seductor striptease…
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
importante, sin importar lo que dijera la razón.
276
El Club de las Excomulgadas
—Te estás tomando demasiado maldito tiempo. —Jess le agarró el borde de
la túnica y se la tiró por la cabeza—. Ahora así es como se supone que tienes que
sacarte la ropa para mí. Con rapidez. Como si estuvieras desenvolviendo un regalo
de cumpleaños. Un regalo de cumpleaños realmente grande.
Inclinándose hacia adelante, ella encontró sus pezones duros y planos con
su suave boca.
La primera pasada de su lengua lo hizo jadear.
—Jess… —su voz sonaba áspera, suplicante. Se suponía que esto era para
Los ojos de ella destellaron en su dirección.
—Shhh. —Un giro de su lengua, mojada y le quitó el aliento.
—Pero yo…
—No. —Sus dedos revolotearon bajando por su pecho, trazando los relieves
e hinchazones de sus músculos, acariciando el vello de su pecho, sumergiéndose
dentro de su ombligo—. Este momento es mío.
Él tragó.
—Eso es justo.
Los ojos de ella brillaron.
—No me importa si es justo o no. Me lo debes, hombre.
¿Y cómo pretendía cobrarse? Qué intrigante pensamiento…
Galan lo descubrió cuando una suave mano se deslizó debajo de la pretina
de su pantalón, entre el calzoncillo y su piel, y encontró su gruesa erección. La piel
de ella se sentía fresca contra el enfebrecido calor de la suya. Unas uñas romas lo
recorrieron gentilmente, y su pene saltó con una excitación feroz.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ella, su disculpa por su ceguera, su arraigada desconfianza.
277
El Club de las Excomulgadas
—Mmm —ronroneó ella—. ¿Qué tenemos aquí?
Él sonrió con suficiencia.
—Si no lo sabes, he estado haciendo algo mal.
—Listillo. —Su brillante mirada se concentró en el urgente relieve de su
erección. Él vio que sus ojos se abrían más cuando revolotearon sobre una de las
bolsas que colgaban de su cinturón de armas—. Ahhh. Creo que sé cómo quitarle el
viento a tus velas.
Ella resopló y sacó la mano exploradora de su pantalón para pasar un dedo
por encima del hambriento relieve.
—No mientras tengas este remo.
Su risa se cortó mientras ella abría la bolsa de su cinturón y sacaba un largo
cable de restricción.
—¿Ahora qué... —dijo él, con su boca secándose— ...intentas hacer con eso?
—¿Qué crees tú? —lo desenredó con un movimiento de muñeca y una
sonrisa de sensual anticipación.
—Usualmente yo hago lo de atar.
—Entonces te hará bien estar en el extremo del que recibe. De espaldas,
policía. —Ella plantó una palma en el centro de su pecho y le dio un bromista
empujón hacia atrás. Galar se dejó ir, sabiendo que la cama estaba directamente
detrás de él.
Con los pies separados, el cable colgando de una mano, ella lo miró con
toda la arrogancia de una reina conquistadora. Su pene se sacudió bajo su mirada.
—Asume la posición.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿No es eso contraproducente?
278
El Club de las Excomulgadas
Lentamente, él estiró los brazos por encima de su cabeza, presionando
juntas sus muñecas. Y le brindó una sonrisa deliberadamente burlona.
—¿Ahora qué?
La respuesta de Jess fue una sonrisa tan feroz como la suya. Se abalanzó
como un gato, aterrizando ligeramente a horcajadas sobre sus muslos, luego puso el
cable entre sus dientes y empezó a gatear hacia arriba a lo largo de su cuerpo. La
mirada de él revoloteó desde sus senos bamboleantes y tentadores hasta sus ojos
malvados, oscuros y misteriosos a la luz de las velas. Al fin se detuvo, montando su
—Manos. —Le brindó un imperioso ondeo diciendo dame.
Galar levantó sus muñecas cruzadas, y ella las rodeó con el cable de
restricción. El dorado rollo tocó su piel y se apretó rápidamente mientras ella lo
enrollaba alrededor.
—Un poco ajustado ahí. —Dijo él. No era así, no realmente, pero igual lo
sujetaría, incluso en Riaat.
Ella sonrió.
—Qué bien. No querría que te soltaras.
Él levantó una ceja hacia ella.
—Entonces ahora que me tienes, ¿qué vas a hacer conmigo?
Jess se balanceó de vuelta a sus talones y lo revisó, su bonita boca formó una
curva deliciosamente malvada.
—Estoy segura de que pensaré en algo. —Contempló su cinturón, luego
alcanzó la hebilla—. Soy muy creativa. No debería tomarme mucho tiempo decidir
un castigo adecuado.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
amplio pecho.
279
El Club de las Excomulgadas
—¿Castigo? —Ambas de sus cejas se levantaron.
—Sí. Has sido malo, Galar. Muy, muy malo. —Lentamente, le sacó el
cinturón.
—Confío en que tus planes no involucren eso. —Él bajó la voz hasta un
amenazante gruñido.
—Oh, no. —El cinturón voló a través de la habitación y aterrizó con un
tintineo y un repiqueteo. Él se estremeció ante el sonido de su enfundada pistola de
fragmentos cuando hizo un ruido sordo contra la pared. —Aunque unas nalgadas
Él entrecerró los ojos.
—No lo recomendaría.
—Estoy segura de que no, pero me encantaría tener ese magnífico culo
cubriendo mi regazo.
—Podría decir lo mismo. Y sospecho que puedo dar nalgadas con más
fuerza que tú.
Ella le dio una mirada de burla.
—No debería amenazar a la Señora, Maestro Amenazador. —Inclinándose
hacia abajo, pasó sus uñas bajando por sus costillas. Él inspiró y se retorció.
Los ojos de ella se abrieron ampliamente.
—¿Tienes cosquillas?
Él frunció el ceño.
—Ni siquiera lo pienses.
Ella se rió.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
te harían muy bien.
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El Club de las Excomulgadas
—Mi grande, rudo y cosquilloso Señor de la Guerra. —Empezó a dirigirse a
sus costillas otra vez.
En un suave movimiento, Galar levantó las piernas, le rodeó la cintura, y la
rodó debajo de él mientras quedaba a horcajadas encima de ella. Empezó a bajar
sus manos atadas a su pequeño y plano vientre para una buena cosquilla…
—¡Ah, ah!— Ella le dio a su culo una palmada punzante—. ¡Fuera! Yo
estoy a cargo esta vez, ¿recuerdas?
Sus ojos se entrecerraron amenazantes.
—Sabes... —ronroneó— ...creo que estoy empezando a sentirme
adormilada. Demasiado adormilada para el sexo.
—Apuesto a que podría despertarte. —Él meneó los dedos.
—¡Fuera!
Era tentador demostrarle la idea Warlord de la dominación sexual, pero
supuso que ella tenía derecho a obtener un poco de revancha.
—Está bien. —Galar se arrojó sobre la cama—. Pero no te sorprendas
cuando tome mi turno.
—Sé que no estabas amenazando a la Señora Jessica. Otra vez. —Ella se
pasó la lengua por encima de los dientes—. Porque habrían consecuencias en
serio—. Delgadas manos se curvaron alrededor de la vara gruesa y ruborizada de su
pene. Su sonrisa envió un temblor de anticipación a través de él.
*****
Galar yacía mirándola con ansias y reto en los ojos. Sus poderosas muñecas
estaban envueltas en ese resistente cable, con sus manos como garras sobre su
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—¿Estás segura de eso?
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El Club de las Excomulgadas
pecho, pero su erección dura como una roca no sugería sumisión de ningún tipo
mientras apuntaba hacia su barbilla. Los ojos de artista de ella admiraron la belleza
de su cuerpo largo, poderoso y gracioso. Su cuerpo de mujer se calentó en
respuesta. Y su corazón…
Dio la vuelta en su pecho.
Ella se inclinó sobre él, queriendo tocar, acariciar, besar toda esa
magnificencia masculina. Subiendo a horcajadas sobre sus muslos, recorrió hacia
abajo el cuerpo de él con ambas manos, trazando las ondas y relieves de músculos,
disfrutando de la textura de la suave piel y el suave vello de su pecho. Los párpados
Aquí y allá ella se detuvo para acariciarle un pezón con el pulgar o tomar el
peso de sus bolas, absorta en él, en su cuerpo, en el modo que reaccionaba hacia
ella. La piel se le puso tensa, oscureciéndose con el aumento de la sangre, con el
rápido palpitar de su corazón debajo de la palma de ella.
Una gota de pre semen se formó en la punta de su pene como una lágrima.
Ella inclinó la cabeza y la quitó de una lamida, escuchando cómo él inspiraba con
fuerza.
—Jess… — Gruñe él, sonando estrangulado. Sus manos estaban atadas
enredadas en el pelo de ella, y su espalda se arqueó—. Dulce Madre, Jessica…
Girando los ojos hasta su cara, Jessica lo vio temblar mientras le daba otra
lamida girando la lengua. Había pura intoxicación en la idea de que pudiera afectar
a ese fuerte hombre con tal poder. Se sentía caliente por dentro, todo crema y miel.
Estaba tentada a volver a hacerle sexo oral.
Pero no. Él realmente se lo debía por dejar que Dyami la encerrara en esa
celda. Y mientras miraba su expresión hambrienta, decidió que sabía exactamente
cómo se lo iba a cobrar.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
de él cayeron como si disfrutara su toque como gato siendo acariciado.
282
El Club de las Excomulgadas
Lentamente, jugando, Jess levantó la cabeza, dejando que su pene se
deslizara lentamente fuera de su boca con un mojado pop. Él parpadeó hacia ella,
jadeando.
—Ahora... —anunció ella, gateando hacia arriba por su torso— ...es tu
turno.
Las rubias cejas de él se elevaron mientras ella se arrodillaba a horcajadas
sobre su cabeza, soportando cuidadosamente su peso sobre sus rodillas.
—En la universidad... —dijo ella— ...llamábamos a esto el rodeo del bigote.
—Pero no tengo bigote. —Galar pestañeó con inocencia—. Y... ¿Rodeo?
¿Ocho segundos? No tengo idea de lo que estás hablando.
—Adivina. —Gruñó ella.
—Mmm. —Él pretendió pensar, luego extendió la lengua curvada—. ¿Tal
vez… esto?
Jess jadeó mientras giraba la lengua alrededor de su clítoris con una
habilidad malvada y seductora.
—Sí. Lo has entendido.
Los ojos de él brillaron con una sonrisa malvada.
—Qué bien. —Ronroneó, y empezó a lamerla en serio.
Maldición, él era bueno con su boca. Usaba sus dientes y labios así como esa
increíble lengua, mordisqueando su clítoris con cuidadosa delicadeza, tirando de la
piel tierna aquí, lamiendo allá. En segundos, tenía a sus nervios destellando, a los
músculos de sus muslos contrayéndose.
62
Hace referencia a que los jinetes de rodeo deben durar más de ocho segundos sobre los toros, en
este caso sobre su boca.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Excepto que tengo la intención de durar el infierno más que ocho segundos62.
283
El Club de las Excomulgadas
Jadeando, bajó la mirada hasta la mitad superior de la cara de él... todo lo
que podía ver con su boca entre sus muslos. Los dorados ojos brillaron, mirando su
cara con absorta atención. Dos puntos calientes de Riaat rojos ardieron en sus
pupilas.
Ella se estremeció ante el lento y seductor deslizamiento de su lengua a lo
largo de la hendidura de su sexo. Él se detuvo para girar la lengua sobre un nudo
especialmente sensible de nervios que ella ni siquiera sabía que tenía.
Las manos atadas le tocaron la parte trasera, acariciándola gentilmente.
Gimiendo, repentinamente hambrienta por ser penetrada, ella se levantó a sí misma
su sexo, acariciándola gentilmente mientras le lamía el clítoris. Jess gruñó ante el
extravagante placer.
Entonces el dedo índice de su otra mano encontró una segunda entrada. La
rodeó con flojera.
Jess nunca había probado esa variante en particular, y sus ojos se abrieron
con alarma.
—Uh, Galar…
El dedo se deslizó profundamente. Un placer exótico danzó a lo largo de sus
nervios, sacudiéndola directamente hasta su buena y pequeña alma de chica sureña.
—¡Galar! —chilló ella. Él sólo retumbó como un gran gato disfrutando de
una comida particularmente sabrosa.
Ohhh, se sentía bien. Su lengua girando, un dedo en su sexo, el otro en su
culo… ¡Oh, maldición!
Su orgasmo detonó en un destello dulce y cegador, con el líquido pulsando y
disparándose a través de su cuerpo con cada lamida y embestida que él hacía.
Hasta que finalmente él levantó la cabeza y encontró sus ojos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sólo lo suficiente y rodó las caderas invitándole. Un dedo se deslizó hacia arriba por
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El Club de las Excomulgadas
—¡Jódeme! —Los de él ardieron como una antorcha.
Mareada, caliente, ella se levantó de él con piernas doloridas y se las arregló
para hacer su camino de vuelta hacia abajo por su cuerpo hasta su pene
sobresaliente e impresionante. Con manos temblorosas, colocó la vara hacia su
núcleo apretado e hinchado. Y se hundió, empalándose a sí misma deliciosamente.
Galar hizo un sonido ahogado, un estrangulado medio grito de excitación.
—Libera mis manos. —Jadeó.
la cabeza hacia abajo para encontrar un beso devorador.
Siguió y siguió, ese beso, con la lengua de él ahondando casi tan
profundamente como su pene. Él sabía a keflir y a condimentos alienígenas,
intoxicante y delicioso y enloquecedor.
Lenta, casi inconscientemente, él empezó a mecer sus caderas hacia arriba
hacia ella, embistiendo dentro y fuera. Jess gimió dentro de su boca, sobrepasada
por la sensación de su anchura, de su longitud, del delicioso empujar - tirar del pene
en su vagina.
Y las manos de Galar, explorando y acariciando, tocando justo los lugares
correctos para calentar aún más su deseo líquido. La boca de Galar, haciéndole el
amor a la suya con lentas embestidas de su lengua, gentiles mordiscos en su labio
inferior, probando, arrojando un lento y delicioso embrujo de necesidad.
El deseo revoloteó por ella, tan caliente y brillante que no pudo resistir más.
Con un jadeo, se alejó de él, se inclinó hacia atrás y se agarró los tobillos. Feroz en
su necesidad, empezó a moverse arriba y abajo sobre su pene en una caliente
persecución de más estimulación. De más placer. De más Galar.
Él deslizó una hábil mano debajo del sexo de ella entre un empuje y el
siguiente, tocando justo el punto correcto, y empujando hacia arriba. Una vez,
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ella lo agarró de las muñecas y desenredó el cable. Él inmediatamente le tiró
285
El Club de las Excomulgadas
luego otra, luego otra, en empujes precisamente calculados que le sacudieron la
cabeza sobre su cuello.
Y encendió una oleada de llamas que se arrojaron a través de su cuerpo
hambriento. Ella se corrió con un grito, perdida y cegada, abrumada.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Incluso mientras él rugía su propio clímax.
286
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Diecisiete
Los tres hombres que quedaban de la cohorte miraron la oscilante erección
de Tarik ge Lothar con una especie de horror fascinado mientras él se paseaba por
la habitación.
Lo cual era, por supuesto, precisamente la reacción que Tarik había estado
buscando cuando lo había envuelto en la Trenza del Penitente como un sacrificio al
Víctor por el fallo de su misión. Las tres extensiones de alambre formaban una
intrincada y sangrienta jaula, con las espinas enterrándose salvajemente en su
través de él. El hebeer que había bebido lo mantenía totalmente erecto a pesar del
dolor. Usaba la mezcla de agonía y excitación para agudizar su ira, su
determinación de que esta falla sería la última.
La visión de los restos de su cohorte intensificaban su rabia. Ahora sólo
quedaban Yunti, Ket, y Wevino. Jebat y Marcin se habían perdido a manos de ese
maldecido Warlord. El pensamiento de que uno de los despreciados Vardoneses
hubiera matado a sus hombres lo enojaba más allá de todo nivel.
Para poner un tope final y mortificante a la ira de Tarik, ese tonto espía
incluso había fracasado en matar a la primitiva. Y el herético, las Abominaciones, y
el T’lir lo seguían eludiendo. Tal fracaso negro y completo no complacería a Víctor.
Sin duda, estaría peligrosamente cerca de barrer la cuerda de éxitos que Tarik había
dejado a los pies del dios.
Quería aullar de frustrante furia.
—La gente se ha alejado del Camino del Víctor. —Gruñó Tarik mientras la
sangre de su abusado pene goteaba sobre sus pies—. Olvidaron que el placer es
insignificante sin disciplina. ¿Qué vale el deleite si uno no ha conocido nunca el
dolor?
—Es un polvo. —Dijo a coro la cohorte.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
órgano. La sangre goteaba a cada paso, con el ritmo del feroz dolor crispándose a
287
El Club de las Excomulgadas
—Pero nosotros los de la Fortaleza Catedral todavía recordamos el camino.
—Tarik entrecerró los ojos, dejando que las antiguas palabras rodaran fuera de su
boca—Nosotros somos fieles.
—Nosotros somos fieles. —Respondieron sus hombres, con sus voces
mezclándose en un canto masculino—. Somos disciplinados. Somos fuertes.
Dejaremos nuestros triunfos a los pies del Víctor para su exaltación.
Tarik estaba complacido por la sombría luz de fanatismo que ardía en sus
rostros. Había pasado años construyendo a su cohorte hombre por hombre,
eligiendo cada nuevo guerrero con cuidado, nutriéndolo y entrenándolo hasta que
afinada para complacer incluso la mano del Víctor.
O lo habían sido. La pérdida de la constante fuerza de Jebat había sido
terrible. Y había tenido tantas esperanzas en Marcin.
El Warlord pagaría por eso.
Tarik detuvo su intranquilo paseo y se volvió para enfrentarlos mientras se
arrodillaban. Zarcillos de un rico y fragante humo se elevó alrededor de ellos,
diseñado para afilar su concentración hasta un borde fino y frío. Él inspiró
profundamente, bebiendo el drogado humo como vino, aunque elevaba la
consciencia de su dolor.
—El Padre-Mundo empezó su largo deslizamiento hace treinta años cuando
fuimos traídos desde Vardon. El Víctor estaba disgustado por nuestro fracaso,
nuestra debilidad. Nos ha permitido luchar en la oscuridad para forzarnos a volver
al Camino. Pero ahora, por su amabilidad, nos ha dado un arma... si podemos
siquiera poner las manos sobre ella. El T’lir nos proveerá los medios para traer una
vez más a Vardon bajo el control del Padre-Mundo. Y luego de eso, el resto de… —
curvó los labios— ...la Unión Galáctica. Sus mundos nos cederán sus riquezas, a
sus legítimos conquistadores, y ellos llegarán a conocer la disciplina del Víctor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
se había convertido en la perfecta encarnación de su voluntad, en un arma bien
288
El Club de las Excomulgadas
Miró a sus hombres levantar la vista hacia él, con sus ojos brillando con el
poder de la visión que había creado en sus mentes.
—Y seremos vengados. —Cantaron.
A pesar del dolor, Tarik sonrió.
Unas uñas rasgaron suavemente las puertas de sus habitaciones.
—¿Guerrero Sacerdote Tarik? Tengo noticias. —Dijo el monje a través de la
puerta.
—Entra.
El monje entró con pies silenciosos e hizo una reverencia baja. Sus negras
vestiduras susurraron en el piso de mármol.
—El Equipo de Scan Temporal ha hablado de la herética. Ya que ella no usa
tecnología estándar para Saltar, hemos podido aislar los patrones de energía de sus
saltos. Hemos determinado que ha ido tres veces a la misma locación.
Los labios de Tarik descubrieron sus dientes.
—La tenemos.
*****
Charlotte se aproximó a la cafetería con pasos ligeros. La calle alrededor de
ella estaba iluminada por farolas y aromatizada por el hedor de la gasolina, aun así
pensó que nunca había lucido tan hermosa o acogedora. Había visto la muerte de
Marcin en una visión, y la había llenado de un terrible alivio. Era un pecado
encontrar gozo en el destino del asesino, aun así saber que finalmente había
escapado de él la hacía querer bailar. Ahora, al fin, era seguro volver y deleitarse en
la dulce paz de la presencia de Sela.
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Los músculos de Tarik se tensaron de anticipación.
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El Club de las Excomulgadas
Tal vez Vanja finalmente le diría que había pasado la última de sus pruebas.
Sería tan dulce bajar sus cargas y simplemente descansar.
Las campanas tintinearon animadamente mientras Charlotte abría la puerta
de la cafetería, sin seguro a pesar del letrero de “CERRADO” en la ventana. Sabía
que así estaría. Podía sentir a las dos Selas esperando más allá. Vanja y Ethini
sabrían que vendría.
Primero oyó el terrible sonido de la hoja cuántica. Por un instante pensó que
—Da un paso, herética. —Gruñó una profunda voz en el lenguaje antiguo—
. Y perderás la cabeza.
Horrorizada, Charlotte miró más allá del hombro del guerrero sacerdote.
Dos sacerdotes incluso más grandes sujetaban a Vanja y a Ethini con sujeciones
crueles y asfixiantes. Las dos Selas, aún con sus apariencias de mujeres humanas,
tenían expresiones de horror en sus arrugados rostros. Charlotte miró alrededor
salvajemente, sólo para ver a siete sacerdotes más fuertemente blindados, todos con
espadas, todos mirándola con malévola intensidad. Once para ellas tres. Malas
posibilidades. Muy malas posibilidades.
Dedos brutalmente fuertes se cerraron alrededor de su brazo y la arrastraron
al frente de las dos mujeres.
—Me diran dónde está el T’lir... —demandó el sacerdote con un fuerte
acento inglés— ...o partiré a esta en dos.
Charlotte cerró los ojos apretadamente con helada anticipación. Vanja y
Ethini no entregarían el T’lir a esos monstruos, y ella no quería que lo hicieran.
Siempre había sabido que podría tener que renunciar a su vida por las Selas.
Parecía que ahora había llegado el momento.
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estaba muerta, pero el sonido se detuvo a corta distancia de su garganta.
290
El Club de las Excomulgadas
Pero Dios y Diosas, no quería morir sabiendo que las dos Selas también
pagarían el precio.
*****
—¡Charlotte! —Jessica saltó en la cama, con su llanto de horror haciéndose
eco en la oscura habitación.
Una poderosa forma masculina golpeó el suelo a lado de ella en posición de
combate. Aterrorizada, ella se disparó hasta el otro lado de la cama con un grito de
—¡Luces! —gritó Galar. El temor de Jessica se desvaneció cuando
destellaron—. Todo está bien—. Le dijo calmadamente, moviéndose alrededor de
la cama para tomarla entre sus brazos. Ella tenía un sollozo amortiguado, tomando
consuelo en su cálida fuerza—. Fue sólo un sueño.
—No —ella tragó con fuerza—. No. No esta vez. Fue otra visión. La
cohorte ha capturado a Charlotte y a las dos Selas—. Dando un paso atrás, Jessica
le relató lo que había visto: la cafetería, a Charlotte entrando para encontrar a la
cohorte manteniendo de rehenes a las dos mujeres. —Las torturarán para forzarlas
a entregar el T’lir.
Jess esperó tensa, buscado su mirada para ver cómo reaccionaría. Antes, él
había negado la realidad de sus visiones. ¿Qué diría esta vez?
Galar frunció el ceño con preocupación.
—¿Qué quieres hacer?
Ella parpadeó.
—¿Me crees?
—He jurado dejar de ser incrédulo contigo. Sin importar si puedo explicar lo
que haces, no puedo negar que lo haces.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
terror agudo.
291
El Club de las Excomulgadas
Jess respiró profundamente.
—Gracias por eso.
—¿Sabes dónde está esta cafetería?
Ella consideró la pregunta. Parecía haber un tirón débil y frío muy profundo
dentro de su pecho.
—No estoy segura, pero creo que puedo encontrarla.
—Bien. —Él frunció el ceño—. Después de lo que pasó la última vez que
solos. Tendremos que hablar con Dyami.
—Estamos a mitad de la noche. —Señaló Jess.
Galar se encogió de hombros.
—Es policía. No será la primera vez que tenga que despertarlo.
—Pero dado que estamos hablando de viajar en el tiempo, ¿importa a dónde
vamos?
—Es viajar en el tiempo mientras esos bastardos las mantienen cautivas en el
pasado. En el minuto que las traigan de vuelta a nuestro tiempo, se cerrarán todas
las apuestas. No quiero dejar a esas mujeres languideciendo en manos de sus
torturadores más tiempo del necesario.
Ella frunció el ceño, confundida.
—Pero, ¿no podríamos llegar a tu futuro al mismo tiempo que ellos, antes de
que tengan la oportunidad de herir a las Selas o a Charlotte?
—Si supiéramos cuándo sería eso, sí. Pero si llegamos ahí demasiado
tarde… —se encogió de hombros—. No puedes cambiar la historia. Si matan a tus
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fuimos contra esos bastardos Xeran, no estoy inclinado a encargarnos de ellos
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El Club de las Excomulgadas
amigas extraterrestres antes de que lleguemos a ellas, estarán muertas. Si los Xeran
les hacen algo horroroso, estará hecho. ¿Realmente quieres correr el riesgo?
Jess se estremeció.
—Despertemos a Dyami.
*****
Jess se sentó tensa junto a Galar en la oficina de las habitaciones de Dyami,
lado a lado en un par de sillas curvas tapizadas de azul oscuro. Se encontró a si
cómodos pantalones negros, se paseaba por la habitación, con sus músculos
doblándose y trabajando a lo largo de la longitud de su gran cuerpo.
Puede que Jess estuviera enamorada, pero no estaba ciega. Y Dyami lucía
demasiado sexy, con su largo pelo negro flotando alrededor de sus hombros y el
colorido tatuaje pintando a un lado de su cara. Ella arrastró lejos sus ojos y se
enfocó en los dedos largos y fuertes de Galar, entrelazados con los de ella. Su
agarre se tensó en un apretón. Ella levantó la mirada para que sus ojos se torcieran
en una media sonrisa. Él se inclinó y ronroneó en voz baja:
—No hago tríos.
Ella se sintió escarlata y sofocada.
—¡Yo tampoco!
—Y ciertamente yo tampoco —dijo Dyami secamente.
—Audición Warlord —dijo Galar a modo de explicación.
Jess enterró la cara en su mano.
—Sólo mátame ahora.
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misma deseando que el jefe se hubiera puesto camisa. Vestido sólo con un par de
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El Club de las Excomulgadas
—Sucede que eso es lo que estoy tratando de evitar —dijo Dyami—. Estoy
de acuerdo con que no podemos arriesgarnos a dejar a esas mujeres, o lo que sean
en realidad, en manos de los Xerans. Es posible que sólo estuvieras soñando, pero
dadas las demostraciones de tus habilidades, no quiero arriesgarme. ¿Puedes darnos
un día y una hora para este ataque? ¿O alguna localización?
Ella frunció el ceño con ansiedad.
—No, pero sé dónde es. Puedo Saltar ahí. Yo… lo siento. Creo que puedo
llevar a algunos de ustedes conmigo.
ambas manos en el aire.
—Con todo respeto, no quiero confiar la vida de mis agentes a capacidades
psíquicas que ni siquiera entiendo. Quiero que hagamos el Salto usando nuestra
propia tecnología.
—Bien, ¿pueden simplemente seguirme, entonces? —preguntó Jess—
¿rastrear la energía de mi Salto?
—Eso no debería ser un problema, particularmente debido a que no estás
tratando de perdernos. —Él frunció fuertemente el ceño—. Sin embargo, hay otro
problema muy grande con ese plan. Eres una civil, y estoy menos que emocionado
con la idea de llevar a una civil a un posible tiroteo con fanáticos Xerans que ya han
matado a dos de mis agentes.
—Ella siempre puede hacer un Salto de vuelta una vez que nos haya guiado
ahí —señaló Galar.
—Pero la seguiremos, es probable que haya unos pocos segundos en que ella
esté a solas con los Xerans —dijo Dyami. —No quiero darles otro rehén.
—No tengo problema con dejar que use sus habilidades para transportarme.
Su comandante buscó en su cara.
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Los bíceps se amontonaron de manera distraída mientras Dyami alzaba
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El Club de las Excomulgadas
—¿Estás seguro de eso?
La mirada dorada de Galar se endureció.
—No la dejaré sola con esos bastardos, Jefe. Ni siquiera por unos segundos.
Dyami se frotó las manos en la cara como si forzara a la sangre a volver a su
cansado cráneo.
—Realmente no me gusta esto. —Sus manos cayeron—. Pero está bien.
Reuniré un equipo. Galar, consíguele un traje T incluso si no lo usa, no hay razón
—¿Blindado?— preguntó Galar, poniéndose de pie.
—Definitivamente. — La expresión del Jefe se volvió sonriente.
*****
Menos de una hora después, Jess esperaba al resto del equipo con Galar y
Dyami, pasando los nerviosos dedos sobre las escamas de su nuevo traje. Era de un
suave gris paloma, a diferencia del uniforme blindado azul y plateado de los
agentes Temporales. Galar hasta le había dado una pistola de fragmentos y la había
instruido en su uso hasta estar seguro de que podría dispararle a lo que estuviera
apuntando. Gracias al EDI de combate que había hecho que Chogan le diera, era
una tiradora bastante buena.
Frieka y Riane fueron los siguientes en entrar al gimnasio. La Warfem lucía
alerta y dispuesta, toda acorazada, casi balanceándose en su impaciencia. El lobo,
por otro lado, se desplomó en el suelo y le disparó a Jess una mirada que era casi
humana en su malhumorada somnolencia.
—Esta fue tu idea, ¿no es así? —dio un gran bostezo—. Te mordería si no
fueran las cuatro de la mañana.
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para que soporte el malestar del Salto.
295
El Club de las Excomulgadas
Wulf entró después, acompañado por el altísimo cyborg Enforcer Tonn
“Oso” Eso, y Peter Brannon, el agente de cara sonriente y piel oscura que también
había estado en la última lucha con los Xerans.
Dona Astryr entró última, con sus ojos rodeados de desvelo y una sonrisa
resuelta.
Jess dejó el lado de Galar para hablarle.
—¿Cómo estás?
—Seguimos tratando de rastrear a Ivar y a quienquiera que haya mandado al
equipo battle borg que lo sacó de la prisión de la nave. El Cuartel General de TE ha
enviado a un equipo interno de seguridad a investigar. Pasé la mañana teniendo un
mal rato por culpa de dos tipos duros que pensaban que cada palabra que salía de
mi boca era una mentira.
Jess hizo un gesto de dolor.
—Lo siento tanto, Dona.
Dona extendió sus esbeltas manos.
—No es tu culpa, chica. Yo soy la que fui demasiado tonta para darme
cuenta de que estaba jodiendo con un espía y un mentiroso. Tengo suerte de que
Dyami me dejara ir en esta misión. —Se rió con un ladrido corto y feo—. Supongo
que decidió que mejor me daría la oportunidad de patear algunos traseros Xerans
antes de que golpeara en los dientes a alguno de esos imbéciles del IST.
Antes de que Jess pudiera pensar en algo consolador para decirle, Dyami
levantó la voz.
—Está bien, gente, fórmense. He tenido a los técnicos trabajando horas
extras en un nuevo equipo. Parece que ya lo tienen listo.
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Ella se encogió de hombros.
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El Club de las Excomulgadas
Con seguridad, entró un hombre bostezando en ropa de civil, tirando de una
camilla anti gravedad detrás de él llena de equipo apilado. Visiblemente intrigados,
los agentes se formaron mientras él empezaba a repartirlo.
—¿Escudos y hachas? —preguntó Wulf aceptando de cada uno—. Pensé que
nos estábamos dirigiendo al siglo XXI, no al XI.
—Hicimos un análisis del sensor de datos que recolectó el primer equipo
cuando lucharon con los Xerans. —Explicó el técnico, sosteniendo uno de los
escudos redondos—. Las espadas que usaban generaban campos cuánticos. La
física sería una perra de explicar, pero en resumen estas unidades generan un
Lo demostró con un torpe balanceo—. Evitará que las espadas lo atraviesen.
—Eso será útil. —Observó Dona, sacando uno de los escudos de la camilla y
examinándolo.
—Las hachas han estado en desarrollo en los Cuarteles Generales por algún
tiempo. —Continuó el técnico, levantando una de las grandes armas con
dificultad—. Otra vez, éstas generan un campo diseñado para romper los lazos
moleculares de la coraza corporal. Requiere más energía de la que tiene la mayoría
de los humanos, pero eso no es un problema para ustedes chicos.
—Agradable. —Wolf le dio a su hacha un balanceo de prueba, luego rotó la
muñeca para darle al arma un borroso giro plateado—. Buen balance.
Los agentes tomaron sus nuevas armas y pasaron varios caóticos minutos
practicando, acostumbrándose a ellas. Las hachas y los escudos producían un
sonido tintineante, extraño y musical que Jess encontraba más bien escalofriante.
Así como el grito de ánimo sediento de sangre para ir a la batalla de los Ejecutores.
¿Qué infiernos estoy haciendo aquí? Ella miró a Galar y a Dyami circulando,
enfrentándose el uno al otro. Sólo soy una artista. No sé una maldita cosa sobre combate.
Su estómago se enrolló a sí mismo en un nudo ciego. Un pensamiento incluso más
desalentador la hizo enfriarse hasta la médula. ¿Y si hago que maten a esta gente?
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campo bloqueador. Aprietas el interruptor con el pulgar aquí mientras bloqueas—.
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El Club de las Excomulgadas
Al fin Galar y Dyami se separaron, y el jefe levantó la voz hasta un grito.
—Basta de tontear, niños y niñas. Hagamos esto. Júntense y escuchen.
Obedientemente Jess se acercó con los otros y escuchó mientras Dyami
repasaba las instrucciones de combate.
—Si Jess está en lo correcto, ellos tienen al menos a tres rehenes, todos los
cuales parecerán ser humanos. Ella piensa que dos de ellos son realmente
extraterrestres llamados Selas.
—¿Cómo sabemos que no estaba teniendo sólo una pesadilla?
—No lo sabemos. —Dijo Dyami con rapidez—. Pero ya que voló fuera del
infierno a un battle borg sólo con su mente, y tuvo una visión sobre el desastre con
los Xerans que pudo haber salvado vidas si sólo la hubiéramos escuchado… Bien,
sólo digamos que estoy inclinado a tomarla en serio. ¿Otras preguntas?
Hubo un par, precisas y profesionales, hechas en términos técnicos que Jess
ni siquiera entendía. Después de responderlas, Dyami se volvió y les dio a ella y a
Galar un asentimiento.
—Hagan el Salto. Estaremos justo tras sus talones.
Galar levantó su hacha y su escudo.
—Listo. —Le dijo concisamente a Jess.
Ante esas palabras, su ansiedad se apretó aún más. Ella empuñó las manos
para ocultar su temblor.
Galar inclinó la cabeza y susurró:
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Brannon habló.
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El Club de las Excomulgadas
—Puedes hacer esto, Jess. —Su mirada encontró la suya, tan cálida con
confianza y seguridad que sus ojos le escocieron de pura gratitud. Se dolía por
volver a probar esa hermosa boca, pero no era el momento o el…
—Oh, qué demonios. —Dijo Galar, y se sumergió por un beso que se las
arregló para curvarle los dedos de los pies, con una audiencia interesada o no.
—¡Consigan una habitación! —Gritó Frieka, gatillando una oleada de risas
y bondadosos silbidos. Galar levantó la mano en un gesto obsceno y siguió
besándola.
estallando de placer en vez de terror. Ella se las arregló para poner una sonrisa de
suficiencia.
—Vayamos a patear algunos traseros.
Él le destelló una sonrisa de aprobación.
—Esa es mi chica.
Jess respiró profundamente, descansó una mano sobre su musculoso
hombro, y buscó el frío punto de energía extraterrestre profundamente dentro de su
pecho. Concentrándose, evocó el recuerdo del sueño... Charlotte, las Selas, todos
esos Xerans.
El poder detonó en un arcoíris de luz y la atronadora fuerza de un tsunami,
casi arrancando a Galar de su agarre. Frenéticamente, Jess lo buscó, y el poder
obedientemente atrapó al Warlord y lo tomó en su estela.
Giraron juntos inútilmente como hojas de otoño en un tornado, y
aterrorizante en un remolino de luz y fuerza y sonido. Jess ni siquiera pudo tomar
aire para gritar.
De pronto volvió a haber suelo bajo sus pies, y ella se tambaleó. Sus oídos
timbraban con el estruendo del sonido desplazándose mientras las náuseas
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Para el momento en que se echó para atrás, el corazón de ella estaba
299
El Club de las Excomulgadas
volcaban su estómago despiadadamente. Parpadeando, media ciega, se aferró a sí
misma contra algo recto y fuerte y cálido. Galar, acostumbrado a viajar en el
tiempo, estaba de pie detrás de ella como un roble.
Una furiosa voz masculina rugió —¡Warlord! —Algo se apuró hacia ellos, a
medio ver debido a la ventisca de chispas púrpuras que llenaban su visión por el
Salto. Jess reconoció el mortalmente musical tintineo de una espada cuántica…
Galar la empujó detrás de él y levantó su escudo. El tintineo de la espada
zumbó con un discordante raspado mientras el arma se balanceaba contra el escudo
Desesperados parpadeos aclararon las manchas de su visión, y Jess pudo ver
otra vez.
Galar y el guerrero se rodearon, con sus armas listas, acechándose el uno al
otro como algo salido de Gladiador. Aunque en lugar del Coliseo Romano, estaban
rodeados por las mesas y sillas de una cafetería sorpresivamente muy grande.
Un gran mostrador de mármol rojo corría a través de la parte trasera de la
tienda, con dos altas máquinas de café en cada extremo. Debajo del mostrador
había una caja de pastelería de vidrio lleno de muffins, galletas, y pasteles recién
horneados. Le daban al aire un olor dulce y hogareño que de algún modo era
escalofriante, dadas las tres mujeres aterrorizadas que se arrimaban contra la caja
como sobrevivientes de un huracán aferradas a la cima de un techo.
Charlotte Holt estaba arrodillada con los brazos protectoramente curvados
alrededor de dos ancianas en vestidos blancos y delantal rojo. Una era rellenita y
como matrona, la otra delgada y enjuta. Los sentidos especiales de Jess le dijeron
que ninguna de ellas era humana.
Las Selas.
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bloqueador. El espadachín Xeran maldijo.
300
El Club de las Excomulgadas
Un grupo de Xerans las rodeaban, espadas en mano, con un odio fanático
contrayendo sus rostros mientras miraban desde sus cautivas a Jess y a Galar.
Obviamente no sólo listos para matar, sino ansiosos de ver sangre.
Seis Xerans más acechaban a través de la habitación hacia Jess, Galar, y el
hombre con el que estaba luchando. Todos los guerreros usaban la misma
armadura con escamas negras que tenía Marcin. Y todos usaban espadas cuánticas.
—Maldita sea, Jess, ¿Por qué sigues aquí? —le rugió Galar, bloqueando un
golpe de espada dirigido a su cabeza. —¡Salta tu pequeño y bonito trasero de vuelta
Antes de poder objetar, la habitación se meció mientras llegaba el resto de
los Ejecutores Temporales. El trueno del Salto masivo fue ensordecedor. Jess se
agachó, cerrando los ojos apretadamente contra el resplandor.
Era una cosa malditamente buena que esos trajes T absorbieran las bombas sónicas,
pensó ella, parpadeando para alejar las manchas de sus ojos, o cada policía y bombero
en Charleston estaría corriendo esta dirección para averiguar qué había explotado.
Los Ejecutores no perdieron el tiempo. Con gritos y rugidos de batalla,
cargaron contra los Xerans, quienes chillaron y corrieron para encontrarlos.
Espadas y hachas tintinearon con un repique de violencia mientras las dos fuerzas
colisionaban.
Debería hacer algo, pensó Jess, mirando con aturdida fascinación. No debería
simplemente quedarme sentada aquí con los pulgares metidos en el culo.
A pesar de lo que pensara Galar, ella sabía pelear. Se había metido en más
de una pelea con el paso de los años, defendiendo a su madre de algún novio
molesto, o a su hermana de campesinos borrachos, novias celosas, o cobradores de
traficantes de drogas. Puede que no fuera una Warfem, pero podía agarrar la botella
de cerveza más cercana y balancearla sobre alguna cabeza que se lo mereciera.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
al Outpost!
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El Club de las Excomulgadas
Pero esto era diferente. Estas personas se movían como si la gravedad fuera
una sugerencia más que una ley de la Física. Girando, saltando, con sus cuerpos
moviéndose a una imposible velocidad y agilidad mientras esquivaban golpes o
lanzaban ataques. Bien podía ser que esas hachas de nueve kilos estuvieran hechas
de madera ligera por el modo en que los Ejecutores las arrojaban de una mano a la
otra o las enviaban volando a través del aire. Y los Xerans eran igual de poderosos,
igual de insanamente hábiles con sus tintineantes espadas cuánticas.
Jess no era una cobarde, pero tampoco estaba loca. Esta no era una pelea en
la que un humano tuviera algo que hacer tratando de unirse.
terror y desnuda desesperación.
Una silla salió volando por la patada de alguien, golpeando el hombro de
Dyami. Él la bateó a un lado como si fuera una mosca y continuó atacando a su
oponente.
Un chorro de sangre se arqueó en una parábola púrpura. Por un instante,
pareció colgar en el aire como si estuviera congelada. Luego golpeó el suelo y
salpicó, dejando una rociada estilo Jackson Pollock sobre las baldosas blancas y
negras.
Wulf saltó sobre uno de los Xerans con un gozoso grito de berserker,
aplastando al hombre contra la mesa de atrás. Esta se rompió debido al impacto,
tirándolos a ambos al suelo. Sin inmutarse, los dos hombres se fueron sacudiendo el
uno al otro con puños, pies, y hojas, una imagen borrosa de movimientos letales.
Riane y su compañero peludo hostigaban a un Xeran. Aparentemente Frieka
le había enseñado a la Warfem a pelear como lobo, porque danzaba dentro y fuera
como uno, con su hacha describiendo mortales arcos plateados.
El Xeran rugía de frustración. Cada vez que trataba de acercarse a ella,
Frieka empezaba a morder y a golpear. Finalmente el pie del hombre distraído se
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Luego de eso, sus percepciones parecieron disolverse en caóticos destellos de
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El Club de las Excomulgadas
resbaló en un charco de sangre, y cayó sobre una rodilla. Las dos Ejecutores se
abalanzaron. Jess alejó la mirada, estremeciéndose.
Pero era Galar el que seguía atrayendo sus ojos al caos, un imán para su
acero.
Ella lo había visto como un tierno amante, como un paciente profesor, como
un líder de ojos fríos. Pero Galar en batalla era un hombre completamente distinto,
con su cara concentrada, casi sin expresión, en total contraste con la llama roja
Riaat de sus ojos que le daban un aire levemente demoníaco. Su gran cuerpo no era
que se moviera tanto sino que fluía a través de los patrones de ataque y defensa,
Su ojo artístico estaba fascinado por la masa y juego de músculos debajo de
la armadura pegada a su piel mientras él y el Xeran peleaban. Había algo casi
erótico acerca de la batalla, acerca de los dos hombres tan completamente
enfocados uno en el otro, acerca del tintineo del metal y de los gruñidos de
esfuerzo.
Uno de ellos moriría hoy. Y a menos que Galar fuera tan suertudo como
bueno, podría ser simplemente el hombre que amaba. Un estremecimiento giró
sobre ella, y miró a otro lado.
Justo a la mirada desesperada y suplicante de Charlotte Holt. ¡Ayúdanos! La
voz mental de la mujer sonó en su mente, nacida en una ola de poder del T’lir.
Jess prestó atención mientras absorbía la situación. Frieka y Riane, habiendo
despachado a su primer oponente, estaban tratando de rescatar a las tres mujeres.
Ahora sólo dos hombres cuidaban a las cautivas; los otros Xerans se habían unido a
la batalla con los Ejecutores.
Ahora el lobo estaba tratando de atraer lejos al par para que Riane pudiera
conducir a las mujeres a la seguridad.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
aparentemente sin ningún esfuerzo.
303
El Club de las Excomulgadas
Los ojos de Jess se entrecerraron. Tal vez había algo que podría hacer
después de todo…
*****
EL Riaat ardía en las venas de Galar, una tormenta caliente y furiosa de
poder e ira. Se dolía por la revancha... por Jiri, por Ando, y más que nada, por Jess.
El Xeran giró, balanceando la espada cuántica justo hacia la cara de Galar
con feroz velocidad. Galar empujó su escudo en el camino de la hoja, desviándola,
mientras venía con su propia hacha. El Xeran saltó hacia atrás, con un gruñido
—¡Esta vez tú mueres, perro Warlord! —escupió él.
Galar ignoró el insulto mientras buscaba una abertura, sin humor para
intercambiar palabras con el bastardo. Sospechaba que éste era el mismo hombre
que le había quitado la espada cuántica antes, el que parecía ser el líder de este
grupo.
Lo cual transformaba al Xeran en una muy buena opción de blanco, sin
duda.
Con los ojos entrecerrados, Galar hizo un círculo con el guerrero,
probándolo en el curso de ataque y contraataque, en la danza mortal y circular de
hacha, espada, y escudo. El bastardo era bueno, Galar tenía que concederle eso.
Puede que fuera más bajo, menos poderoso, pero era rápido y ágil, así como
asombrosamente hábil.
Tal vez incluso mejor con una espada que el mismo Galar.
Los sentidos del Warlord se agudizaron mientras el tiempo parecía
ralentizarse hasta arrastrase como miel. Era consciente en un modo distante de los
otros Ejecutores luchando con los Xerans: del tintineante timbre de hojas cuánticas,
del golpe más pesado de las hachas, de los jadeos y gruñidos de esfuerzo y dolor.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
estallando débilmente a través del visor de su máscara negra.
304
El Club de las Excomulgadas
Una vez miró a las rehenes, acurrucadas en un nudo aterrorizado al lado del
mostrador trasero. Un Xeran con una espada tenía un puño enredado en el pelo de
la más vieja, la más rellenita de las tres. Estaba tratando de forzara a Riane y a
Frieka a mantener la distancia, pero las dos seguían tratando de eludir su guardia.
Una hizo un amague hacia él mientras la otra trataba de sacar a las rehenes hacia la
seguridad. El guerrero levantó su espada amenazantemente sobre la cabeza de la
mujer, y los dos Ejecutores retrocedieron con reticencia.
Pero la visión que hizo que la sangre de Galar se enfriara fue Jessica,
bordeando a lo largo de la pared hacia la espalda del Xeran, con una expresión
¿Qué jodida cosa estaba tratando de hacer? ¡Le había dicho que hiciera el
Salto a casa en el momento en que los guiara hasta ahí!
Siete Infiernos en llamas, ella lograría que la mataran tratando de salvar a
esas malditas extraterrestres peludas suyas…
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
mezcla de terror y determinación en su cara.
305
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Dieciocho
Jess se lamió los labios mientras bordeaba a lo largo de la pared hacia el
Xeran que mantenía el pelo de Vanja en su mano. La mujer, eso era lo que parecía
ser, de cualquier modo, estaba arrodillada en el suelo, con una mano envuelta
alrededor de la gruesa muñeca del guerrero mientras trataba de aliviar la presión
sobre su pelo. Charlotte y Ethini se cernían cerca, incapaces de arrancar a su líder
en peligro.
¡Maldita sea, no te quedes simplemente ahí parada!, pensó Jess furiosamente,
La mirada de Charlotte revoloteó hasta la de ella. Podía sentir su enojo, la
impotente frustración bullendo desde la otra mujer.
No hay nada que pueda hacer.
¿Por qué jodidamente no?
Charlotte levantó un hombro en un encogimiento pequeño e impotente. Jess
gruñó.
Está bien, maldita sea, entonces yo haré algo. No tengo idea de qué, pero no me
quedaré simplemente alrededor y esperaré a que alguien te mate.
No estaba segura, pero pensó que Charlotte había hecho una mueca de
dolor.
Jess observó a las tres rehenes, con sus ojos entrecerrados y adustos. Si sólo
pudiera poner sus manos sobre ellas, podría Saltar con las tres hasta la seguridad.
...¿Y por qué infiernos Cahrlotte y las Selas no habían hecho eso ya? Eran tan
capaces de Saltar como ella. ¿Qué estaba pasando con ellas, de cualquier modo?
¿Los Xerans les habían bloqueado sus poderes de algún modo?
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
¡Haz algo!
306
El Club de las Excomulgadas
Sin tener rehenes de los qué preocuparse, Galar y sus Ejecutores podrían
eliminar a los Xerans.
Tenía muchas ganas de simplemente hacer estallar a los bastardos Xerans
del mismo modo que había hecho con ese battleborg, pero el T’lir no permitiría que
su poder fuera usado para tomar una vida. Lo cual era muy estúpido.
Por otro lado, podría usar el poder indirectamente.
Jess miró alrededor por algo que pudiera usar como arma. Sus ojos cayeron
en una repisa justo encima de su cabeza. Esferas de nieve antiguas estaban puestas
tienda vendía basura para turistas junto con dosis de cafeína.
Jess tomó una de las esferas de la repisa, buscó dentro del núcleo de energía
que zumbaba en su mente, y la disparó dentro del globo. Luego la dio vuelta como
un lanzador tiraría una bola recta y envió al pequeño orbe a navegar hacia la
cabeza doblada del Xeran.
El estallido de poder detonó mientras lo golpeaba, rompiendo su casco y
golpeándolo de costado. Él perdió su sujeción sobre Vanja, y Riane y Frieka
saltaron sobre él. El hacha de la Warfem subió y cayó.
Jess se disparó por la habitación y agarró la muñeca de Charlotte. Vanja se
revolvió para soltar su mano. Jess se volvió hacia Ethini, pero en lugar de unirse a
ellas, la enjuta Sela corrió pasándola.
Confundida, Jessica se volvió. La mujer corrió hacia la repisa con esferas de
nieve.
—¡Ethini! —gritó Vanja. Su amiga la ignoró, alcanzando una de las esferas.
Desde un extremo de su ojo, Jessica vio a un guerrero Xeran cargando
contra ellas, con Galar en sus tobillos. Con un aumento de esfuerzo, Galar lo
empujó a un lado y se interpuso entre él y las mujeres. Pero incluso aunque el
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ahí en línea, cada una con una etiqueta de precio colgando. Aparentemente la
307
El Club de las Excomulgadas
Warlord lanzó su escudo para protegerlas, el Xeran se giró como un torero, se
deslizó hacia adelante, y balanceó su espada.
Y cortó a Ethini en dos.
Ella se partió en dos por la mitad, con la sangre volando como una lluvia
oscura, mojando las paredes, a su asesino, y al mismo Galar. La mitad de su torso
golpeó contra la repisa, la cual se soltó de sus sujeciones, enviando a las esferas a
chocar contra el suelo.
El pecho de la extraterrestre aterrizó sobre el enredo sin vida de su mitad de
con la ilusión de su humanidad hecha trizas. Más sangre manó de las mitades
escindidas, no era roja, sino de algún tipo de azul oscuro que le recordaba
vagamente al jarabe de arándano.
Vanja dio un alarido. Fue un sonido agudamente alto y profundamente
alienígena, oído no tanto con sus oídos como con su alma. Un llanto psíquico
demoledor que despellejaba el espíritu, que hacía contener el aliento, que hacía
llorar los ojos.
Entre un parpadeo y el siguiente, la forma humana de Vanja se desvaneció,
remplazada por algo oscuro y rápido que se deslizó sobre el suelo para agacharse
sobre el pequeño y lamentable cadáver de su amiga. Los sonidos que hacía
rasguñaban la mente de Jessica con garras de dolor puro y desgarrador.
Y Jess se encontró a si misma de pie sobre el cuerpo de su madre mientras
yacía gastado y pequeño en la cama de hospital, boquiabierta, con la mirada fija,
con la piel estirada, delgada sobre sus huesos desnudos. La pena explotó por ella,
tan fresca como si hubiera sido el día en que el cáncer se había llevado a Tina Kelly
un año atrás. Una pena no sólo por su madre, sino por la cercanía que nunca
habían tenido. Una pena ante el amargo reconocimiento de que su madre nunca la
había amado realmente.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
abajo con demasiadas piernas, una criatura pequeña y profundamente alienígena,
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El Club de las Excomulgadas
Jess se inclinó mientras caía de rodillas, con el sonido haciéndose eco del
grito de Vanja.
Y el dolor se puso peor. Y peor. Y peor. Creciendo a cada instante,
aumentando hasta una aplastante presión espiritual, insoportable y negra.
Distantemente, escuchó otras voces gritando, algunas profundas y
masculinas, algunas femeninas, todas tañidas con ese terrible dolor. Incluso el lobo
aulló.
Sobre los llantos, sobre la angustia, escuchó la risa del Xeran.
—Débiles —dijo con desprecio.
¿Qué está pasando? Preguntó Jess con desesperación. Con esfuerzo, volvió la
cabeza para mirar a Charlotte. Charlotte conocía mejor que nadie a la Sela. Ella lo
sabría.
Retroalimentación… psíquica, le dijo Charlotte, mente a mente. Las Selas están
mentalmente unidas. La muerte de una… devasta a la otra. Y a cualquiera al alcance. El
dolor de una alimenta el dolor de las otras, así que crece. Se detuvo para jadear, con sus
ojos vidriosos.
Oh, dulce Cristo, pensó Jess con horror. Se iba a poner peor, el dolor y la
angustia aumentaban con cada segundo que pasaba como un micrófono
retroalimentando un chillido. Tan intenso, tan severo, que ni siquiera los
endurecidos guerreros como los Ejecutores lo podrían resistir.
Los Xerans se movieron entre sus oponentes caídos, arrogantes mientras los
miraban hacia abajo con desprecio.
¿Por qué esos bastardos son inmunes? Preguntó repentinamente Jess.
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—¡No! —bramó Galar, la angustia en su voz enfrió a Jess hasta la médula.
309
El Club de las Excomulgadas
Sus cascos bloquean el llanto de Vanja, explicó Charlotte. Nos tomó… meses
desarrollar la tecnología. La primera vez que uno de los sacerdotes mató a uno de los Sela, el
efecto casi lo mata.
El líder Sela lo sabía, se dio cuenta Jess. Sabía lo que le haría a Vanja si mataba a
Ethini. Tenía la intención de dejarnos indefensos.
El asesino se movió para pararse sobre Jess y Charlote, que aún agarraban
su mano. Levantó su espada sobre sus cabezas.
—Dime donde está el T’lir, y te mataré ahora, limpiamente... —le dijo a
Pero no terminaría. Jess sabía eso. Sólo seguiría haciéndose más grande y
oscuro y consumidor, alimentándose de la horrible pena de Vanja y de los que la
rodeaban.
—Vanja. —Graznó Jess en voz alta con desesperación— ¡Deténte!
Pero no parecía que la Sela escuchara el ruego sobre su propio dolor. Cada
alarido que se elevaba pasaba por la cabeza de Jess como un pincho.
Indefensos. Estaban indefensos, entregados en las manos de los Xerans, que
los matarían a todos y tomarían el T’lir, y con él, el secreto del poder de los Sela.
A menos que…
Emoción. La clave era la emoción.
Con un vasto esfuerzo, Jess volvió la cabeza. Galar yacía al lado de ella,
cortado donde había tratado de escudarlas del Xeran. Sus ojos estaban perdidos,
muy abiertos mientras liberaban cual fuera el horror que los poderes de Vanja
hubieran hecho chocar sobre él.
Jess se lamió los labios secos y arrastró los dedos hacia la cara de él. Su
mano se sentía como un pedazo de plomo sólido, pero de algún modo la forzó a
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Charlotte— ...y el dolor terminará.
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El Club de las Excomulgadas
atravesar las pulgadas que los separaban. Le tocó la mejilla. Él se sacudió,
parpadeó, pareciendo salir de una pesadilla. Su mirada desamparada encontró la
suya.
—Emoción. —Dijo ella con voz rasposa. —Usa tu computador. Detén la...
emoción.
*****
Los ojos de Galar se abrieron más mientras captaba inmediatamente lo que
ella quería decir. Todos se estaban ahogando en la derrota y la desesperación y la
reacciones emocionales.
Instantáneamente, una bendita frialdad entumecedora se extendió sobre él
mientras se desvanecía el espantoso dolor. ¡Son las emociones! Transmitió a través de
la frecuencia de comunicación de los Ejecutores. ¡Apáguenlas!
La mano de Galar se cerró con fuerza alrededor del hacha que seguía
sosteniendo. Sus ojos entrecerrados miraron al Xeran que se agachaba sobre
Charlotte Holt, forzándola a entregar la localización del T’lir.
Silenciosamente, Galar rodó sobre sus pies, tomó una respiración profunda
y dura, y giró, balanceando el hacha con ambas manos. La sacudida del impacto
subió por sus brazos.
Y la cabeza del Xeran voló a través de la habitación.
El cuerpo del bastardo colapsó en una extensión deshuesada de brazos y
piernas, con la sangre encharcándose desde su severo cuello. Igual que la pobre
Sela que había matado.
Un Xeran gritó impactado e iracundo. Galar se volvió para ver al hombre
corriendo hacia él, con la espada levantada. Dona se levantó detrás del Xeran como
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pena sofocante. Pero no tenían que hacerlo. Computador, haz desaparecer todas las
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El Club de las Excomulgadas
un fantasma, dio un paso adelante, y partió en dos tanto su casco como su cabeza.
No hubo ninguna expresión en su cara mientras lo miraba caer.
Los otros Ejecutores también se levantaron, saltando sobre sus enemigos con
implacable ferocidad. Sin sentir nada, Galar dio unas zancadas a través de la
habitación para unírseles
*****
Mareada, Jess miró cómo los Ejecutores caían sobre los Xerans con fría
ferocidad. Dos de los enemigos cayeron en ese primer ataque duro, pero los otros se
Galar luchaba en una neblina de poder masculino y fuerza abrumadora, su
hacha destellaba alrededor de él, su escudo bloqueaba las espadas de los Xerans.
Detrás de él, un Xeran se movió, vio que estaba de espaldas, y atacó, con sus
labios echados hacia atrás en un mudo gruñido. Enredado en otra pelea, él no
pareció ver que se acercaba el hombre.
Jess rodó y buscó entre los vidrios rotos de la repisa caída, encontró una
esfera de nieve intacta, y empezó a enviar poder dentro de ella.
Y se congeló, mirándola impactada. La cara con nariz roja de Santa le
devolvió la sonrisa a través del vidrio.
¡Era el T’lir!
¡Esto era lo que Ethini estaba tratando de conseguir!
Ella podía sentir el poder de la esfera surgiendo desde su interior como un
sol en miniatura. Y supo exactamente qué hacer con él. Tocó el punto frío y
brillante dentro de su propio pecho…
Y el poder se volvió una llama viniendo de las profundidades de la esfera de
vidrio, fiero, estimulante, lavando su pena, su inseguridad, los restos de culpa por la
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
recuperaron rápidamente.
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El Club de las Excomulgadas
muerte de su madre. Con una salvaje sonrisa, Jess envió esa energía lanzándola a
través de la habitación.
Dondequiera que tocaba, los cascos de los Xerans ardían, estallando como
ampolletas, aunque dejando a los hombres sin daño.
Y desprotegidos del chillido psíquico de Vanja.
Cayeron aullando como animales para retorcerse en el suelo, ahogándose en
la pena de la Sela.
hachas se balancearon con brutal eficiencia... y una total falta de emoción.
Jessica cuidadosamente no miró la carnicería.
En su lugar, se volvió y caminó por la habitación para descansar una mano
sobre la cabeza peluda y con forma extraña. Cerrando los ojos, envió energía
tranquilizadora a rodar sobre la Sela. El chillido se detuvo.
—La podrías haber salvado. —Dijo Jess suavemente, sabiendo que era
cierto—. Tenías el poder. ¿Por qué no lo hiciste?
La Sela levantó la mirada hacia ella, con una tristeza infinita en sus
inmensos ojos líquidos. Su cara era casi como la de un gato, casi humana, pero
tampoco tanto. —Era tu prueba, mi querida. Ella dio su vida para administrarla.
¿Qué podía hacer excepto honrar su sacrificio?
—¿Sabías que iba a morir? ¿Ella sabía que iba a morir?
Vanja inclinó su peluda cabeza en un gesto que recordaba un encogimiento
de hombros.
—De otro modo no habría habido una prueba.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Galar y sus Ejecutores no les dieron la oportunidad de recuperarse. Las
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El Club de las Excomulgadas
Jess le lanzó una mirada a Charlotte. La mujer estaba sentada, limpiándose
las lágrimas. Sus hombros caídos por la cansada pena.
—Por eso Charlotte tampoco hizo nada. Le dijiste que no lo hiciera.
—Sí.
—¿Qué clase de prueba? —demandó Galar, sacudiendo sangre de su hacha
mientras caminaba hacia ellas. Su expresión era fría—. ¿Estás diciendo que podrías
haber prevenido todo esto?
—¿Puede ser cambiada la historia, Señor Ejecutor?
Él abrió la boca, luego la volvió a cerrar, luciendo disgustado. Luego de un
momento volvió a tratar.
—¿Cuál es el propósito de esta prueba? ¿Qué están tratando de aprender? ¿Y
por qué nos prueban a nosotros y no a los Xerans?
—Sí probamos a los Xerans —dijo Vanja, levantándose en sus seis patas— y
fallaron. En cuanto a tus otras preguntas... bien, aprender esas respuestas es una
prueba para otro día.
Dyami se asomó sobre su hombro, frunciendo el ceño a la pequeña
extraterrestre.
—¿Qué les da el derecho de probarnos a todos nosotros?
Vanja ladeó la cabeza.
—Lo descubrirás... o tal vez no. —Se volvió y tomó el T’lir de los dedos
sumisos de Jess.
Sosteniendo la esfera sobre el cuerpo de Ethini, la extraterrestre cerró sus
enormes ojos. La nieve se levantó girando dentro de la esfera, estallando desde ahí
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Vanja levantó la mirada hacia él, con sus ojos líquidos y sabios.
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El Club de las Excomulgadas
en una lluvia de chispas doradas que vagaron por el pequeño cuerpo. Su pelaje
empezó a brillar con una soleada luz, cada suave pelo brillando más y más, hasta
que el cuerpo fulguró como una estrella y desapareció. No quedó nada excepto
unas pocas motas brillantes a la deriva y el olor a canela.
Los ojos de Jess picaron. Inspiró y alejó las lágrimas con sus nudillos.
Vanja se hundió en sus seis piernas por un momento, luego suspiró con un
sonido suave y musical, antes de volverse hacia Charlotte. Estiró una mano peluda
y de largos dedos.
Charlotte asintió y se levantó sobre sus piernas visiblemente inestables para
tomar la mano ofrecida.
—Quiero ir a casa. —Dijo ella, con el anhelo y la pena sofocando su voz.
—Lo sé, querida. Pero aún tienes más que hacer. Hay otra prueba.
—Esperen. —Empezó Jess—. ¿Qué están…?
Una luz se prendió como una llama en una muda explosión. Cuando Jess
parpadeó para alejar las imágenes residuales, Charlotte y Vanja se habían
desvanecido.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Ven, mi querida.
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El Club de las Excomulgadas
Capítulo Diecinueve
El Blue Ridge estaba en el apogeo de su belleza otoñal, con sus montañas
ondulantes vestidas en tonos de fuego bajo el sol de la tarde.
Una sonrisa jugó alrededor de su boca, cuando Jess vio una pareja de águilas
orbitar entre sí en una corriente ascendente como patinadores en una competición
de parejas. El sol brillaba caliente en sus pechos desnudos, y ella inclinó la cabeza
hacia atrás, tomando sol. Por todos los derechos debería haber tenido demasiado
frío para estar desnuda en las montañas, pero Galar habían producido alguna
pies descalzos en el tejido de color púrpura brillante.
—Maldita sea, nadie está tratando de matarme. —Dijo, mientras la feliz
realización entraba en ella—. Casi se me olvida lo que era eso.
Se dio la vuelta para encontrar a Galar, tan desnudo como ella, haciendo
algo con el recipiente tapado que era al parecer una versión Vardonese de una
canasta de picnic. Había pensado que él estaría ocupado con reuniones de
información durante toda la mañana mientras ella tomaba la siesta que había
necesitado desesperadamente, pero al parecer había tenido tiempo para arreglar
otra adorable comida.
De la cual él era parte. Ella lo vio de reojo feliz. Había doblado su uniforme
con su pulcritud habitual y lo había apilado al lado de sus propias cosas, con sus
botas blindadas alineadas con sus propios zapatos suaves y flexibles.
Se había sentado en la manta a la moda preparando su comida campestre,
con una expresión de intensa concentración en su rostro que parecía un poco
exagerada, considerando su tarea. Su cuerpo bronceado parecía brillar dorado en el
sol de la tarde, todo poder musculoso y crestas largas y elegantes de músculo.
Bíceps gruesos se hincharon mientras él sacaba cuatro grandes bandejas del
recipiente de plata, cada una con forma de rebanada de pastel y cubiertos con
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
manta del siglo XXIII que generaba un campo de calor. Ella apretó los dedos de los
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El Club de las Excomulgadas
pequeñas golosinas del tamaño de un bocado. Al lado del contenedor había una
especie de cubo de hielo que contenía tres botellas de vino.
—¿Por qué, Maestro Ejecutor... —dijo Jess, y se sentó a su lado en la
manta— ...está planeando mamarme?
Él inclinó la cabeza mientras servía una de las botellas en una frágil copa
curva.
—¿Es un eufemismo del sexo del siglo XXI?
—Pues no. —Su sonrisa fue francamente mala mientras le entregaba el
vino—. De hecho, te quiero plenamente consciente y agradecida por todo lo que te
haga.
—Eres un hombre malo, malo, Galar Arvid. —Ella tomó un sorbo de vino.
Parecía a punto de estallar en su lengua en un torbellino de burbujas que le
recordaron más a las manzanas que a la uva—. Oh, ¡esto es agradable!
Él se aclaró la garganta, de repente viéndose un poco incómodo mientras
anunciaba:
—Es tan dulce y embriagador, que me recuerda a ti.
Jess le dio un parpadeo desconcertado.
—Uh, gracias.
Galar metió la mano en una de las bandejas y sacó un trozo de carne de una
brocheta pequeña. Él se lo presentó en su boca, pero la apartó cuando ella alcanzó
la brocheta por sí misma.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Nop. Eso significa emborracharse.
317
El Club de las Excomulgadas
—Se supone que debo alimentarte. —Jess dejó caer la mano a toda prisa y
dejó que él pusiera el trozo entre sus dientes para que ella pudiera morder la
brocheta—. Como tú —dijo él— esto es tierno y caliente.
Jess masticó, considerándolo. La carne estaba tan delicada y jugosa como él
decía, con un sabor exótico, y descubrió que le gustaba.
—Es deliciosa.
Él suspiró.
—No, no. —En realidad, su torpeza era dulce, sobre todo en un hombre
implacablemente competente—. Me pregunto lo que estamos haciendo. No
parezco tener una copia del guión.
—Es el banquete de un... ah, amante Vardonese. El macho se supone que
compra los más deliciosos bocados exóticos que puede encontrar. Luego se los da
de comer a su amante, mientras le dice cómo cada uno se compara con su belleza,
ingenio e inteligencia. —Él negó con la cabeza—. Por desgracia, no parezco tener
talento para el requerido lirismo.
—Bueno, eso es un alivio.
—¿Ah, sí?
Jess sonrió y tomó otro sorbo de su vino.
—Ya casi eres ridículamente talentoso en todo lo demás.
—Ahí, ¿lo ves? —Galar sacudió la cabeza con admiración—. Tú serías muy
buena para dar una comida—. Metió la mano en la bandeja y optó por un trozo
pálido y delicado. Se inclinó y lo llevó a sus dientes—. Ahora este —dijo él— es
suave y cremoso…
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Sueno como un idiota, ¿no?
318
El Club de las Excomulgadas
—¿Igual que yo? —sonriendo, Jess masticó —¿qué es esto, queso?
Él asintió. —Elaborado con leche getcari. Lo compré en una de las tiendas
más exclusivas en la explanada de Outpost.
Jess saboreó su bocado. —¿Sí? Pensé que todo esto había salido de un
vendser.
Galar se puso rígido y ofendido. —Nunca le daría a una amante una comida
vendser. Sería un insulto para nosotros.
siento.
Jess miró las bandejas con un nuevo respeto como si quisiera algo colorido
de una de ellas. Carnes, quesos, frutas, pequeños pasteles... ¿cuánto había invertido
en esa comida él, de todos modos? Definitivamente sería de mal gusto preguntar,
pero todo parecía caro.
Él extendió un brillante pequeño globo de color rojo y se aclaró la garganta.
—Esta fruta llamada carita es muy jugosa, de sabor dulce y delicado.
No me reiré. No me reiré. Jess se inclinó hacia delante y lamió la fruta de sus
dedos para darle a su boca otra cosa que hacer.
Galar la miró con severidad. —Volverás a reírte de mí.
Con la boca llena, ella negó desesperadamente, abriendo mucho los ojos.
—Diosa, te ves como una ardilla. —Él echó la cabeza hacia atrás y soltó una
carcajada. La risa amenazó con estallar de la boca de Jess, y casi se ahoga con su
carita.
Cuando la risa finalmente murió, Galar, dijo: —Tengo suerte de ser bueno
en la cama, ya que no tengo talento para el romance.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Lamentablemente. Ella acababa de acusarlo de tener mal gusto. —Oh. Lo
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El Club de las Excomulgadas
Jess gritó con esa pequeña arrogancia inconsciente de sí, después sujetó con
ambas manos su boca. Después de un momento, se las arregló para respirar con
dificultad.
—Sí, eres bueno en la cama, muy bueno —ella se aclaró la garganta— muy
bueno, mucho —ella tosió.
Él se quedó inmóvil, con los ojos muy abiertos con la duda repentina
lastimándolo.
—Oh, corta eso —dijo Jess con aspereza— ¿cuántos orgasmos gritones me
Galar se relajó. —Bueno, eso es cierto.
Cuando ella empezó a chillar de nuevo, él tomó otra carita y se la lanzó.
Aterrizó en un pecho con un plop húmedo. Galar se abalanzó, lanzándose sobre el
revés de la manta, y mordió la fruta de su piel. Mientras ella se reía, golpeándolo, él
tomó un puñado de platos con sabor a fruta y los untó por todo su cuerpo,
pintándola con su jugo y con sus formas brillantes y coloridas.
—Oye, ¡pensé que se suponía que me darías de comer! —Jess protestó
mientras él trabajaba en lamer y mordisquear la masa pegajosa.
Galar la miró, con llamas Riaat ardiendo en sus ojos.
—Pero tengo hambre.
El aliento de Jess se atoró. De repente ya no estuvo de humor para reír.
Él volvió su atención hacia su manchado cuerpo frutado, lamiéndolo
lentamente, deteniéndose aquí y allá para girar los dedos en el jugo y extenderlo
sobre sus pezones o clítoris.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
has dado?
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El Club de las Excomulgadas
Cada pocos minutos se detenía en sus lamidas para darle de comer un
bocado de una de las bandejas. Con ojos agitados con deleite, Jess se relajó en la
cálida manta, disfrutando de sus atenciones.
El placer se extendía por su cuerpo como una orquídea exótica, temblando y
suave. Sus manos eran cálidas, su boca deliciosamente perversa, su cuerpo un festín
de músculos duros y fuertes. Y cada bocado que le daba de comer parecía inundar
su boca con un sabor nuevo, con una nueva sensación. Ella gimió suavemente y se
dejó flotar.
Galar la miraba mientras ella se extendía bajo sus pies como una reina que
oscuro se extendía en la manta, el sol lo pintaba con reflejos brillantes. Sus ojos
azules brillaban tras sus gruesas pestañas a medio cerrar como piedras preciosas
escondidas en plumas. Su boca se curvó en una sonrisa perezosa.
Diosa Madre, la amo tanto que me duele el corazón.
Él se quedó paralizado a media lamida mientras su mente registraba la
verdad de ese descubrimiento. Por un momento, esperó entrar en pánico, pero
luego se dio cuenta de que no tenía miedo en absoluto.
Jess, la hermosa, valiente Jess, mantendría su corazón a salvo.
A pesar de que mantenerlo a salvo sería un trabajo de tiempo completo. La
próxima vez que Charlotte o sus amigos Sela le pidieran ayuda, Galar sabía que
Jess estaría lista para saltar al rescate de nuevo. Y la diosa le ayudara si se atrevía a
protestar.
Ella había estado tan cerca de morir hoy, que se le hacía un nudo de miedo
en el estómago con el pensamiento. Tampoco el peligro había terminado. Ese idiota
de Ivar todavía estaba allí en alguna parte con sus compañeros espías,
probablemente todavía conspirando para matarla. Y aunque los Ejecutores le
habían dado muerte a un cultivo de fanáticos Xeran, quedaba un planeta entero de
ellos. Galar tendría las manos llenas manteniéndolos a todos en la bahía.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
permitía a un suplicante pagar un justo homenaje a su belleza. Su cabello largo y
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El Club de las Excomulgadas
Por suerte, estaba más que preparado para la tarea.
—Ellos no tocarán ni un pelo de tu preciosa cabeza. —Le gruñó a ella.
Jess parpadeó. —¿Quiénes?
Galar no respondió. De repente estaba en las garras de una feroz necesidad
de tomarla. Quería rodearla, poseerla, sentir su sexo agarrando el suyo, su pequeño
cuerpo sedoso contra el de él más fuerte, más grande.
Con un gruñido suave, él se puso de rodillas, tomando su pequeño trasero en
estocada cruel, atragantándose con su aliento, mientras su apretada y deliciosa
carne se agarraba de él.
—¡Galar! —exclamó Jess, con sus adorables ojos ensanchándose, con sus
labios de color rosa separados.
Con un gemido, él se acomodó sobre ella y tomó esa linda boca con la suya.
Sin dejar de besarla, comenzó a bombear, acomodando su pene hasta las bolas con
cada golpe.
Jess se aferró a los hombros poderosos de Galar, aturdida por la ferocidad de
su abrupta entrada. Ella estaba más que lista, esa boca malvada se había ocupado
de ello. Pero pensaba que él insistiría en volverla loca por lo menos durante una
hora o más.
En cambio, vio su cuerpo y se encontró con su mirada, y una expresión que
ella nunca había visto antes brilló por encima de su cara. La mitad era de
extrañeza, la mitad de terror absoluto, seguido por determinación con sus ojos
entornados.
Y luego él rodó sobre ella como una tormenta, todo deseo feroz y cruda
demanda masculina.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
sus manos, y colocando su pene en su apertura. Se condujo en el interior con una
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El Club de las Excomulgadas
Ahora trabajó su gran eje dentro de ella mientras la besaba, con su lengua
entrando y saliendo con sus empujes reflejándose en su pene. Cada trazo de ese
grueso órgano estiraba sus paredes interiores con una fricción exuberante, dulce.
Ella podía sentir su orgasmo ganando fuerza. Gimiendo, le clavó las uñas en su
ancha espalda y dobló las piernas alrededor de su cintura, sosteniéndose a él con
una desesperación salvaje.
De repente él se liberó de su beso para mirar su cara. El Riaat había envuelto
sus ojos en una sólida capa de llamas. Ella nunca había visto un resplandor rojo tan
intenso.
metía más rápido, más duro, más profundo.
—¡Galar! —El orgasmo explotó con mayor velocidad y fuerza de lo que
alguna vez ella había conocido, una tormenta de placer ardiente que sintió en cada
encendido nervio—. ¡Te amo!
—Jesssicaaaaa... —Él se convulsionó contra ella, con su rostro anguloso
gloriosamente perdido.
Y el fuego los arrasó a ambos llevándolos lejos.
Se quedaron en un montón aturdido y jadeante. Galar respiraba como un
semental que había corrido hasta el final de su resistencia, con el sudor resbalando
en su piel. Junto con eso, Jess notó, tenía persistentes manchas pegajosas de fruta.
Ella sonrió en su hombro.
—Necesitaremos un baño.
—Te mentí.
Ella se puso rígida con pánico y repentino dolor y se encontró con su
mirada.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
—Te amo —gruñó él—. Te amo. ¡Te amo, te amo! —con cada canto, se
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El Club de las Excomulgadas
—No, ¡no acerca de amarte! —dijo Galar, alarmado, evidentemente leyendo
su mente—. Quiero decir sobre que la comida es llamada como el banquete de un
amante.
—Oh. —Ella movió sus cejas hacia abajo. Y pensaste que necesitabas asustarme
estúpidamente acerca de esto, ¿por qué?
Él se apartó de ella con cierta dificultad... ellos realmente necesitaban ese
baño, y jugueteó con su contenedor Vardonese de nuevo.
—No tengo realmente hamb... —Jess comenzó, mientras él se volvía hacia
Tenía una pequeña caja de terciopelo azul en la mano.
—En realidad, lo llaman banquete de esponsales.
—Oh. —No pudo pensar en otra cosa que decir.
Galar se humedeció los labios.
—He descargado un EDI de tus costumbres de matrimonio. Dice que el
hombre de tu tiempo le da a la mujer un anillo. —Con un movimiento de su pulgar
abrió la caja, revelando un rubí rodeado de gloriosos diamantes enclaustrados en
una banda de plata—. Así que fui al siglo XXI, a Nueva York, a la tienda que
llaman Tiffany, y te compré esto.
Jess se quedó mirando el anillo, sin palabras.
—Lo tenía todo planeado. —Le dijo Galar. ¿Había nerviosismo en su rostro? —
Te sorprendería con mi elocuencia y te cortejaría adecuadamente con mis
selecciones de comida—. Encogió esos impresionantes hombros—. Tanto por ese
era el plan. Creo que el romance no es mí...
Ella se lanzó contra él, pasando sus dos brazos alrededor de su cuello
mientras se abalanzaba para darle un beso.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
ella. Ella se interrumpió.
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El Club de las Excomulgadas
—Oh, el anillo es hermoso. Y la cena fue deliciosa, y... —las lágrimas
picaron sus ojos— te amaré hasta el día que me muera.
Él le tomó el rostro con su mano libre.
—Cásate conmigo.
—¡Dios, sí! —Ella se sumergió en un beso, riendo, llorando.
Pasó algún tiempo antes de que llegaran a tomar aire y Galar lograra
deslizar el anillo en su dedo.
los diamantes y el fuego se encendía en el corazón del rubí.
—Dios, es glorioso.
Él asintió.
—Casi tan bonito como tú.
Jess lo miró.
—Y dices que no eres romántico.
La boca de Galar se curvó en una sonrisa mientras tomaba la mano en la
suya y comenzaba a tocarla con los dedos. La sonrisa se fue.
—¿Sabes lo que vi cuando Vanja nos pilló en ese bucle de retroalimentación
psíquico?
Jess parpadeó con el inesperado cambio de tema. Se encogió de hombros.
—Me imaginé que era, probablemente, el momento en que el T’lain te
disparaba.
Él negó.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Jess le tendió la mano, admirando la forma en que el sol lanzaba destellos en
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El Club de las Excomulgadas
—Ni siquiera cerca. Fue la expresión de tu cara cuando te arrestaron. Por
primera vez, me di cuenta de lo mucho que te había lastimado. —Galar levantó la
vista de sus dedos, con expresión intensa y exigente—. Y me pregunté: ¿Cómo
pudiste perdonarme de la manera en que lo hiciste?
—¿Tal vez porque, no lo sé, te amo? —resopló Jess. —Pregunta tonta,
amigo.
—Sin embargo, Jess, yo sabía que eras inocente. —Le dijo con seriedad—.
En mi alma, lo sabía. Pero estaba tan decidido a nunca dejar que me engañaran de
nuevo, que no me dejé a mi mismo creer en tu inocencia. Fue orgullo primitivo.
Ella parpadeó.
—Yo... —y se detuvo mientras la comprensión repentina la llenaba. Basura
blanca—. Porque no creía que me merecía algo mejor.
Él le tomó la barbilla, inclinándosela hacia arriba.
—Pero lo haces. Te mereces todo el amor que te puedan dar —entornó los
ojos dorados—, y pasaré el resto de mi vida demostrándotelo, hasta que lo creas. Te
mostraré lo mucho que significas para mí, lo mucho que eres para mí. Hasta que lo
veas, lo sientas, lo pruebes—. Una sonrisa brilló en su rostro, blanca y ancha—.
Hasta que me pegues en el trasero cada vez que me salga de la línea.
Una sonrisa se extendió lentamente por su cara.
—Bien, me convenciste. —Ella se inclinó hacia su boca—. La parte de
degustación suena especialmente bien.
El beso siguió por un largo, largo tiempo.
Fin
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
Ego. ¿Por qué me perdonaste?
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El Club de las Excomulgadas
Glosario
Batteborg: robot para la batalla o lucha, un guerrero.
Berserker: es como un estado de frenesí en la lucha en el cual no se tiene
conciencia o remordimiento, solo se tiene en mente destruir todo a su paso.
El riaat lo lleva a ese estado aumentando su fuerza y bloqueando el dolor y
las emociones. Así se les decía a los guerreros Highlanders que se volvían
locos en las batallas, de hecho se creía que eran como seres paranormales.
Clase: Cada guerrero es adiestrado según su peso y habilidades: Los Señores
resistentes
y
veloces,
mientras
los
Samuráis
son
generalmente
guardaespaldas, que se especializan en el cuerpo a cuerpo. Los Cruzados
son buenos con las armas y forman parte de la infantería y los Vikingos son
especialistas en asesinar.
Casas: lugares donde se diseñan, crían y entrenan los niños guerreros hasta
que son entregados al servicio militar para su entrenamiento.
Cuentas en el pelo de los Señores de la Guerra Clase Vikingo: Muestran el
grado en el combate y condecoraciones. También designan su condición
como asesino militar.
Enforcer: justiciero, alguien que hace cumplir la ley o las ordenes de una
fuerza de seguridad.
Erg: las unidades o sustancias que componen al riaat.
Femmat: Clase gobernante del planeta Vardon, mujeres científicas que
diseñaron a los Señores de la Guerra para protección y lograr la paz de su
planeta.
Flybot: robot volador.
Fortaleza Catedral: importante centro religioso de los Xeran.
Imagizer: holograma o ilusión óptica para parecer otra cosa.
Inteligencia interestelar de la Unión Galáctica o GUII: Organización de
Inteligencia militar interestelar de la Unión Galáctica
Investigación interestelar de la Unión Galáctica: Organización de
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de la Guerra de Clase Comanche, son exploradores, creados para ser
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Investigación militar interestelar de la Unión Galáctica
Jefe Justiciero: jefe, comandante de una unidad de justicieros.
Mainframe: es el término técnico que se le da a la computadora central que
tiene toda la información concerniente de un sitio o una empresa.
Marcin: Coronel robótico Xer, es un battleborg
Maestro ejecutor: Categoría de Justiciero. Capitán de cuadrilla.
Medibots: nanobots de asistencia médica, actúan dentro del cuerpo de la
persona, como las células del sistema inmune, pero como un agente
Meditechs: técnicos médicos, algo así como paramédicos.
Outpost: puesto de avanzada. Un cuartel no central sino de un lugar en
especifico fuera del territorio de donde pertenecen.
Primitivo (a): habitantes o personas de un tiempo anterior a los viajeros del
tiempo.
Rehabilitación temporal, como un curso de adaptación a su nuevo tiempo,
en el futuro.
Riaat: conjunto de sustancias bioquímicas que les ayudan a alcanzar un
estado sin dolor, con más fuerza y claridad para la batalla.
Salto: acción de viajar dentro del espacio y tiempo.
Saltador: viajero del tiempo y espacio, el que podía realizar el salto.
Sela: Seres alienígenas más grandes que los hombres, cubiertos con piel fina,
tienen 6 extremidades, un cuello estrecho y cabeza alargada. El cabello es
como una melena de dientes de león. Poseen ojos oscuros, enormes,
iluminados con una profunda inteligencia.
Stimchai: clase de té.
TE (Temporal enforcers o enforcement): justicieros temporales o del
tiempo. Agentes de las fuerzas que regulaban el orden de los saltos
temporales. Agencia de justicieros.
Terran: es un planeta.
Trid: imágenes tridimensionales como fotografías, posters o carteles.
T-Suit (Traje T): traje para salto temporal. Armadura de batalla reforzada.
Unión galáctica: Unión de varios mundos o naciones.
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regenerativo.
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Vardon: pueblo, país o nación.
Victoriano: es un gentilicio dado a los ingleses durante el gobierno de la
Reina Victoria, que vivió durante la independencia de las colonias
americanas.
Warfem: femenino de Señor de la Guerra (Warlord)
Xer – Xerans: Vienen de una raíz humana pero con el paso de los años las
diferencias entre Xerans y humanos se hicieron más notorias. Los Xerans
son detectables mediante sensores. Se rapan la cabeza y odian a los Sela a
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quienes tratan de destruir.
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Serie Cazadores del Tiempo
00 - El Señor de la Guerra de Jane
El siguiente objetivo de un asesino que viaja en el
tiempo.
01 - Guerrero
En el siglo XXIII, cualquier persona puede saltar a través
del tiempo a voluntad. Pero los agentes de las fuerzas
que regulan el tiempo, la Agencia de Control Temporal,
ha establecido un recinto en el tiempo.
Galar Arvid es un Señor de la Guerra genéticamente
alterado y un ejecutor que es enviado de nuevo al año
2008 para salvar a una bonita artista de Atlanta de un
viajero del tiempo Xeran quien la intenta matar con fines
de lucro.
Lo que Galar no sabe es que su poderoso deseo por
Jessica Kelly lo excitará. Pero, ¿un romance entre ellos
funcionará? Un abismo de trescientos años los separa, e
incluso si se lanzaran a través del tiempo, todavía hay un
asesino maníaco tras ellos.
Angela Knight - Guerrero - Serie Cazadores del Tiempo I
La periodista de crímenes Jane Colby se encuentra en
manos de un Señor de la Guerra del futuro enviado para
protegerla, y en sus manos es justo donde quiere estar.
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Guardián
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