Los Posgrados PNPC en la BUAP

Anuncio
“LOS POSGRADOS PNPC EN LA BUAP”
Nombre: Víctor M. Figueras Zanabria, Instituto de Ciencias de Gobierno y
Desarrollo Estratégico (ICGDE-BUAP)
(se agradecen las discusiones con colegas del ICGDE: Directivos, Coordinadores de
Centro, Coordinadores de Programa y Representantes de Cuerpos Académicos)
Categoría: Participante
Puesto: Coordinador del Doctorado en Ciencias de Gobierno y Política
El Doctorado a mi cargo pertenece al PNPC-Conacyt en la categoría de "reciente
creación" y a la fecha cuenta con dos generaciones (2013, 2014) de doce
estudiantes cada una. A continuación expongo algunos de los principales
problemas que enfrenta el programa.
I. De los Estudiantes
Existen dos marcos institucionales distintos que generan tensión con respecto a la
población que atiende el programa. El primero responde a una clara directriz de la
BUAP de profesionalizar a los miembros de su comunidad académica y para ello
existen diversos esquemas que les permiten realizar posgrados con una reducción
de sus cargas laborales y/o permisos o licencias por parte de sus unidades
académicas. Estos incentivos parecen no coincidir con el otro marco, que es el
diseño de los apoyos a programas de excelencia del Conacyt. Éste requiere
estudiantes de tiempo completo y para lograr esto se les otorgan becas de
manutención; lo que es más, las instituciones con programas de este tipo
1
usualmente otorgan apoyos adicionales como el no cobrar cuotas o colegiaturas,
dar apoyo de comedor e incluso incentivos al desempeño académico.
La lógica del diseño es clara: quien ingresa a un programa de posgrado de
excelencia debe tener como única ocupación, preocupación y actividad el tener un
desempeño académico sobresaliente.
En un programa de doctorado esto se traduce la posibilidad de desarrollar una
investigación independiente de alta calidad en un plazo de alrededor de cuatro
años, cuando en programas similares alrededor del mundo el tiempo para hacer
esto se toman al menos un par de años más. La contraparte de este argumento es
que al tener en programas PNPC estudiantes que no pueden dedicarse de tiempo
completo, como es el caso de trabajadores de la BUAP con descarga parcial,
difícilmente podrán tener un desempeño como el esperado, incluso con estándares
mínimos de cumplimiento en cuanto a asistencias, tareas, reportes y avances de
investigación, especialmente en cuanto a progreso y calidad de esta última.
De lo anterior, requiere reflexionarse cómo empatar las iniciativas institucionales
de elevar la calidad del posgrado, que se traduce parcialmente en el aumento
constante de posgrados con acreditación PNPC, y beneficiar con ello a sus propios
académicos permitiéndoles acceder a esos programas para profesionalizarse, pero
en las condiciones que el propio Conacyt preveé. Esta posibilidad se complica
adicionalmente considerando que los incentivos al desempeño de los docentes de
la universidad requieren algún tipo de presencia y actividad de los mismos
(teniendo que constatar la impartición de cierto número de horas clase, por
ejemplo) por lo que dejarlos dedicarse de tiempo completo a un posgrado PNPC,
con descarga completa y sin goce de sueldo para poder ser becarios Conacyt, es
una opción que racionalmente no tomarían pues significaría una afectación a su
ingreso.
Un punto adicional sobre el problema del trabajador universitario que desea
ingresar a un posgrado PNPC es considerar que estos programas usualmente
2
requieren el manejo de un segundo idioma como requisito de ingreso, de egreso o
de ambos. El tener estudiantes así habilitados multiplica las posibilidades de
movilidad académica del programa docente y ello, a su vez, permite apoyar
procesos de internacionalización, que es también un tema relevante en la
planeación estratégica de la universidad. Mi experiencia sobre este tema indica que
los perfiles actuales no cumplen este requisito por lo que al aceptarlos el programa
docente adquiere una responsabilidad adicional para formarlos en un área
(idiomas) que no es responsabilidad del programa. El no manejo de un segundo
idioma también limita las posibilidades de formación al no poder accederse a
literatura de vanguardia y pertinente en otros idiomas, y al no poder establecer
vínculos de movilidad con países de no habla hispana.
Aunque aquí me he referido exclusivamente a la debilidad de formación en idiomas
este argumento puede también extrapolarse a la formación deficiente en otras
áreas clave para un estudiante de posgrado en Ciencias Sociales: la cuantitativabásica (matemáticas, estadística) y de expresión escrita (ortografía, redacción,
redacción y escritura argumentativa). El problema central aquí es que el programa
que recibe alumnos con estas carencias se enfrenta a presiones para cumplir su
programa de formación académica y al mismo tiempo dedicar buena parte de su
tiempo y recursos a ser remedial en las áreas señaladas.
II. De los profesores
Los programas de doctorado PNPC están generalmente arropados por un cuerpo
académico de investigadores pertenecientes al SNI; este supuesto no siempre se
cumple y ello complica el funcionamiento del programa al tener profesores
carentes de experiencia suficiente que, en general, generan en los alumnos una
percepción de calidad deficiente del programa tanto en clases como en
seguimiento de los proyectos de investigación.
3
Por otra parte tener profesores SNI supone uno de los elementos principales de
calidad del programa al contarse con docentes y asesores de tesis con un perfil
sólido de investigación. Sin embargo, parece suceder que a mayor acreditación en
el área de investigación, menores son los incentivos para los investigadores para
participar en el programa. Parecido a lo comentado en la sección anterior, parece
ser que los esquemas de incentivos institucionales, en este caso de acreditación y
reconocimiento a la actividad académica de investigación, imponen a los
investigadores una carga fuerte de trabajo administrativo que, al ser un esquema
de suma-cero, se traduce en menos tiempo para preparar clases y asesorar a los
alumnos, afectando de esta forma al programa negativamente. El balancear mejor
las cargas de los profesores y revisar los procesos y formatos para el cumplimiento
del desempeño académico serían temas importantes a considerar para mejorar las
condiciones de funcionamiento de los posgrados, especialmente los pertenecientes
al PNPC.
III. Del diseño: asesorías y seguimiento de avances
Las asesorías en posgrado, específicamente en doctorado, contemplan comités
tutoriales numerosos y puede intuirse que este diseño busca promover el diálogo
entre pares, la mutua observancia y múltiples recomendaciones para mejorar los
proyectos de investigación de los alumnos. Sin embargo en términos prácticos la
operación de los comités se complica al tener que conciliar agendas de varios
investigadores, para lograr que todos cumplan con las revisiones y demás
actividades relacionadas con el seguimiento de los proyectos.
Un tema de mayor preocupación es los alumnos tienen incentivos para incorporar
las voces de todos sus revisores, y ello complica el mantenimiento y desarrollo de
un hilo conductor consistente y, eventualmente, puede ser contraproducente en
términos de avance de la investigación.
Desde otra perspectiva, la participación de muchos investigadores en muchos
comités resulta para ellos en un aumento considerable de actividades,
4
cumplimiento de compromisos y trámites, lo que aumenta mucho el tiempo que
deben dedicar a esto en detrimento de sus propias actividades de investigación.
La consideración en este sentido sería buscar diseñar comités sólidos pero
pequeños, con el Asesor de Tesis y un Lector, que estén muy alineados con el
tema y perspectiva de la investigación y que permita avances substanciales, sobre
todo en los programas PNPC que tienen como horizonte temporal sólo cuatro años.
Este mismo argumento valdría para la conformación de Jurados para examen de
grado, que en el reglamento vigente contempla que sean cinco miembros.
Considérese, por ejemplo, que en el modelo inglés el examen de grado para
doctorado se presenta en privado y sólo ante dos sinodales, ninguno de ellos el
asesor o lector, siendo uno de ellos externo.
En cuanto al seguimiento de avances he apreciado una tendencia a la
sobrerregulación que parece partir de un supuesto de desconfianza en el trabajo
de los asesores de tesis. Con la intención de garantizar el buen seguimiento de
proyectos y el avance de las investigaciones se establece la obligatoriedad de
celebrar reuniones entre asesores (y lectores y tutores) frecuentemente y llenar y
firmar actas donde conste que la actividad se realizó y cuáles fueron sus
resultados. Como en otros esquemas sujetos a regulación intensa. Uno de los
posibles resultados es la simulación; en otras palabras, el generar evidencia de
reuniones de seguimiento no significa que haya en la realidad avances
substanciales del proyecto. Una propuesta en este sentido es solicitar constancia
de evaluaciones semestrales de avance, con consecuencias por incumplimiento
para el alumno y también para el profesor que asesora. La actividad intermedia de
asesoría sería un simple acuerdo entre asesor y alumno, lo que permitiría ambos
decidir de la mejor manera cómo conciliar sus actividades y cómo ir verificando
avances. La apuesta es que en el mediano plazo a ninguno de los dos conviene
incumplir; el alumno pondría en riesgo su permanencia en el programa y el asesor
sería sujeto de sanciones por incumplimiento de sus obligaciones académicas.
5
Descargar