LAUDATIO PRONUNCIADA POR DON LUIS ROMÁN RODRÍGUEZ

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LAUDATIO PRONUNCIADA POR DON LUIS ROMÁN RODRÍGUEZ CANO CON
MOTIVO DE LA INVESTIDURA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA POR LA
ESCUELA POLITÉCNICA SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD DE BURGOS DE
DON FERNANDO TEJERINA GARCÍA
10 de mayo de 2001
Excelentísimo y Magnífico Señor Rector de la Universidad de Burgos
Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades
Claustro de la Universidad
Miembros de la Comunidad Universitaria
Señoras y Señores
Profesor Fernando Tejerina
La Universidad de Burgos otorga hoy el sumo grado de Doctor Honoris Causa al
Doctor Fernando Tejerina, representante de las más altas virtudes académicas,
científico eminente, maestro de científicos y brillante gestor, profundamente
comprometido con el desarrollo de la universidad española y su integración en el
marco europeo. Me cumple el alto honor de hacer la laudatio de este destacado
miembro de la comunidad universitaria, quien fuera nuestro Rector en el último
periodo del Campus de Burgos de la Universidad de Valladolid y bajo cuya égida
nació nuestra Universidad.
Si bien es cierto que para quien lo recibe este doctorado honorario es una alta
distinción, no lo es menos para la Institución que lo otorga, de tal manera que
ambos, Universidad e Investido, se convierten en el acto de investidura en
depositarios del prestigio del otro en una simbiosis de vieja raigambre académica.
La figura del Profesor Tejerina brilla con luz propia no sólo en los ámbitos de la
docencia y de la investigación, tareas inherentes a todo quehacer universitario, sino
también en el de la gestión, actividad a la que están llamados aquellos que, con
vocación de servicio y cualidades, se empeñan en la noble misión de elevar la cota
de la excelencia universitaria a su máximo nivel.
Con su permiso, haré una breve disertación de los aspectos a mi juicio más
relevantes del conjunto de actividades que han configurado la eminente carrera de
un hombre cuya amistad me honra.
Fernando Tejerina nace en Sorriba del Esla, provincia de León. Es Licenciado en
Ciencias Químicas por la Universidad de Valladolid y Doctor en Ciencias Físicas por
la Universidad de Valencia, estudios para los que merece becas de Colegio Mayor
en la licenciatura y de Formación del Personal Investigador en los de Doctorado y
realización de la Tesis Doctoral. Posteriormente realiza estancias de
perfeccionamiento en centros de investigación y diversas universidades de Francia
becado por la embajada de ese país. En esta fase de formación obtiene tan altos
resultados que, entre otros, se hace merecedor del Premio al Becario con mejores
calificaciones, del Premio Extraordinario de Licenciatura, del Premio Extraordinario
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de Doctorado y del Premio de Doctorado de la Fundación Cañada-Blanch. Estamos
pues ante un joven universitario que hace de la excelencia un leitmotiv en su trabajo.
Inicia su actividad docente e investigadora como Profesor en Formación en el
Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia, a
la vez que se incorpora al Instituto de Física Corpuscular de dicha Universidad. A
partir de ese momento se sumerge en una constante actividad docente e
investigadora que culmina en el acceso a Cátedras de Universidad, primero en
Valencia y posteriormente en la Autónoma de Barcelona, siendo en la actualidad
Catedrático de Termodinámica de la Universidad de Valladolid.
En su etapa como Profesor de la Universidad de Valencia es nombrado Secretario
de la Facultad de Ciencias y Subdirector del Instituto de Física Corpuscular. Desde
estos cargos vela sus primeras armas como gestor académico.
Ya en la Universidad de Valladolid es elegido Director del Departamento de
Termodinámica y seguidamente Decano de la Facultad de Ciencias. En el año 1984
es elegido Rector, cargo que ocupa durante un intervalo de diez años. No son pocos
los desafíos a los que se enfrenta desde su toma de posesión como Rector ni
escaso el calibre de los mismos. Su habilidad y capacidad para la gestión quedan
definitivamente contrastadas en este difícil reto. A lo largo del periodo 1984-1994, la
Universidad de Valladolid experimenta un crecimiento sin precedentes en la misma,
fruto del tesón y de la buena gestión de los sucesivos equipos rectorales,
encabezados por el Rector Tejerina.
Durante su mandato como Rector la encrucijada histórica coloca a Fernando
Tejerina ante la noble tarea de posibilitar que el Campus de Burgos se convierta en
Universidad. Aborda la obra con el entusiasmo que le caracteriza y tras complejas
negociaciones, pues eran arduas las dificultades a solventar y muchas las
voluntades que concitar, la empresa culmina con éxito. Según la ley 12/1994 de 26
de mayo, nace a la luz la Universidad de Burgos, siendo Rector de la Universidad
madre el Excelentísimo y Magnífico Señor Don Fernando Tejerina, quien desde ese
momento y para siempre queda incorporado a la historia de la Universidad de
Burgos y de nuestra Ciudad. A tenor de los resultados, cabe pensar que la creación
de la Universidad de Burgos es sin duda una de las más hermosas y apasionantes
tareas en las que el Profesor Tejerina ha dejado su impronta a lo largo de su intensa
vida profesional.
Recién incorporado de nuevo a la plenitud de su Cátedra es llamado en1996 para
ocupar la Secretaría de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo, donde
deja su sello de bien hacer durante un periodo muy intenso de actividad en el
Ministerio. En esta nueva responsabilidad, el Secretario de Estado Fernando
Tejerina muestra la firmeza con que defiende su concepción universitaria de la
investigación y el desarrollo como fuentes de prosperidad para toda la sociedad.
Además de luchar contra las fallas estructurales del sistema de investigación y
desarrollo español, aborda con coraje la coyuntura polémica según la cual algunos
de los universitarios españoles más brillantes, una vez completada su formación en
centros extranjeros, carecen casi por completo de posibilidades de acceso a plazas
en España. Tratando de paliar esta situación propone planes para absorber a la
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mayoría de los becados en el extranjero mediante ayudas que permitan a los
directores de grupos de investigación contratar en sus proyectos a estos
investigadores. En el presente curso académico se ha puesto en marcha el
Programa Ramón y Cajal, trasunto de aquellos de la época Tejerina, que incorporará
a su finalización hasta 2.000 nuevos Doctores en los centros españoles de
investigación y desarrollo tecnológico, posibilitando su integración en el sistema
español de ciencia. Sus ideas, al igual que el agua de algunos manantiales, han
brotado al cabo de unos años.
En las actas del Congreso y del Senado queda constancia del buen hacer y del
talante negociador del Secretario de Estado Fernando Tejerina. En su
comparecencia ante la Comisión de Educación del Congreso para hablar del sistema
universitario español y exponer las propuestas de actuación en asuntos de tanta
envergadura y tan controvertidos como el eurocrédito académico, el distrito
universitario europeo único, la homologación de planes de estudio en el seno de la
Unión o la compatibilidad europea de las becas, entre otros, recibe comentarios
elogiosos de todos los portavoces de los Grupos parlamentarios. Lo mismo cabe
decir de su comparecencia ante la Comisión mixta Congreso-Senado para exponer
el programa de la Secretaría de Estado sobre investigación, desarrollo e innovación.
Las actuaciones y propuestas del Secretario de Estado Fernando Tejerina
trascienden el ámbito nacional, como queda reflejado no sólo en la prensa
extranjera, sino también en revistas científicas del prestigio de Nature.
Su dilatada e intensa tarea de gestión no impide al Profesor Tejerina desarrollar una
fecunda actividad docente e investigadora. Respecto de la primera, me permito citar
al Profesor Carles Solá quien en 1997, siendo Presidente de la Conferencia de
Rectores afirma “ los alumnos de Física elegían a Fernando Tejerina el mejor
profesor de la Facultad año tras año”. Aunque este testimonio se refiere a su época
como Profesor de la Autónoma de Barcelona, cabe pensar que ésta o parecidas
valoraciones sigan siendo el resultado de su exquisita disposición hacia los alumnos.
Sus aportaciones a la docencia incluyen entre otras tres importantes textos de
Termodinámica, que han resultado fundamentales en la formación de licenciados e
ingenieros en esta disciplina generación tras generación, por lo que resulta sencillo
seguir la huella del Profesor Tejerina en la universidad española. También ha
extendido su experiencia docente a otros niveles de la educación, coordinando los
textos de Física para los Cursos de Orientación Universitaria y de Bachillerato.
Paralelamente a la actividad docente desarrolla una importante actividad
investigadora. La inicia en Física Nuclear de altas energías, estudiando procesos de
fragmentación nuclear en los que, por ejemplo, supo analizar e interpretar sucesos
extraños de agregados nucleares, como los hiperfragmentos dobles, así como
mostrar la evidencia experimental del núcleo exótico 8He, que tuvo una amplia
repercusión internacional, o estudiar las interacciones de protones de altas energías
con los núcleos de una emulsión fotográfica en colaboración internacional con
laboratorios de Francia, Italia, Suecia, Canadá y Estados Unidos. Sin abandonar el
campo de la Física nuclear, inicia una nueva línea de investigación en el ámbito de la
Termodinámica de los procesos irreversibles, concretamente en el estudio de los
fenómenos de transporte a través de membranas pasivas, donde ha creado un
grupo de trabajo consolidado con proyección internacional. Fruto de esta labor es,
además de la paternidad de numerosos proyectos de investigación, la publicación en
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revistas de reconocido prestigio de más de un centenar de trabajos de investigación
y de varias monografías científicas, bien en solitario, bien en compañía de sus
colaboradores, todo lo cual da fe de la capacidad de trabajo y de la entrega del
Profesor Tejerina al mundo de la ciencia.
Su elevado prestigio le llevó a ser una pieza importante en la elaboración del Informe
Universidad 2000 o Informe Bricall. Participa en la primera versión del mismo
elaborando el capítulo de investigación que, junto con otras once contribuciones,
convenientemente integradas y debatidas, han dado lugar a este informe que intenta
garantizar las condiciones necesarias para un debate sobre el futuro de la
Universidad en una sociedad cada vez mas cambiante y compleja.
La personalidad del profesor Tejerina es reconocida en todos los ámbitos donde se
manifiesta. Así, está en posesión del Víctor de Bronce al Mérito Profesional, de las
Medallas de Física de la Real Sociedad Española de Física y Química, de la
Universidad de Valladolid y de la Asociación Internacional de Presidentes de
Universidad, y ha sido nombrado Miembro del Consejo Rector del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas y Académico de Honor de la Real Academia de
Medicina de Valladolid. Así mismo es Miembro de varias sociedades científicas y de
los Patronatos de Fundaciones relacionadas con el mundo de la Universidad y de la
Cultura, como la Fundación Santa María la Real, la Fundación General de la
Universidad de Valladolid o la Fundación de la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, así como Miembro del Consejo de la Fundación Duques de Soria.
Cabe concluir esta somera exposición de los méritos del Profesor Tejerina
destacando que ha sido honrado también fuera de nuestras fronteras al ser
nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Guadalajara en
Méjico y por la Universidad de Palermo en Argentina.
Así como la dimensión profesional del Profesor Tejerina es la que corresponde a un
gran universitario, la humana es la que corresponde a un gran hombre. Muchos
hemos aprendido de él que la firmeza en las convicciones no está reñida con la
suavidad en las formas, que el conocimiento implica humildad y que la tolerancia y la
paciencia son cualidades que deben adornar a todo aquel que tenga la inmensa
honra de dedicar su vida a la formación de los jóvenes.
La trayectoria personal y profesional de Fernando Tejerina muestra cómo la
preparación mediante el estudio, el trabajo constante, serio y riguroso y una
generosa disposición a participar en la gestión pública contribuyen al avance de la
ciencia y a mejorar el difícil entorno universitario. Por todo ello esta investidura, lejos
de ser sólo un premio a la labor bien cumplida, puede entenderse además como un
acicate a la que le queda por cumplir, para el bien de todos los miembros de nuestra
sociedad, pues todavía son muchos los beneficios que seguiremos obteniendo de su
trabajo y generosidad.
Claustrales, Doctores
Desde hoy contaréis entre vosotros, si así lo consideráis, al Profesor Tejerina. Y con
él, toda una forma de entender la causa universitaria. Apoyadlo, defendedla. Que
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con vuestro quehacer diario el nuevo Doctor sienta en el ejercicio cotidiano de su
responsabilidad que tiene tras de sí el impulso de esta Universidad, que es la suya.
Así pues, considerados y expuestos todos estos hechos, Dignísimas Autoridades y
Claustrales, solicito con toda consideración y encarecidamente ruego que se otorgue
y confiera al Excelentísimo Señor Don Fernando Tejerina García el supremo grado
de Doctor “Honoris Causa” por la Escuela Politécnica Superior.
Muchas Gracias.
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