El Libro del profeta Jeremías El libro de Jeremías tiene el propósito de exhortar al pueblo de Dios a que se aparte de sus pecados y se vuelva a su creador. Además, es una colección extensa de los escritos proféticos. Que está dividida en tres secciones: la primera comprende del capitulo 1-25; la segunda, del 26-45, la tercera, del 46-51 y cierra con el capitulo 52, que es un epítome del relato de la caída de Jerusalén. Ahora la primera sección poética, en su mayor parte, corresponde a los dos primeros decenios del ministerio del profeta, quien dirige su predicación a Judá y especialmente a la ciudad de Jerusalén, a fin que sus habitantes tomen conciencia de sus propios pecados. Además, le propone al pueblo apartarse de la maldad de Israel (2:1-4:2), y lo exhorta a cambiar de conducta, (4:3-4), e insiste en denunciar la mentira, la violencia, la injusticia y la terquedad del corazón de la gente de Judá, males cuya raíz se halla en la infidelidad al Señor, por haberlo abandonado para ir tras dioses ajenos. (2:13, 19, 27; 3:1; 7:24; 9:3 11:9-13; 13:10; 16:11-12). Porque la infidelidad al pacto de Dios implicaba una inevitable consecuencia, y el juicio condenatorio contra Judá; por esto el profeta anuncia sin equívocos la inminencia del desastre, y se atreve a predecir abiertamente la destrucción del templo de Jerusalén, (7:14). Sobre todo, después de la muerte de Josías, por esto, las acusaciones y advertencias de Jeremías eran peores de día tras día. Pero hasta sus paisanos las rechazaban con creciente obstinación, y también rechazaban su presencia, (11:18-19). Y aquella terquedad lo afectaba dolorosamente, pues esto lo lleno de pesimismo: “ y dijo: este pueblo tiene un corazón falso y rebelde” (5:23); “porque el pecado de Judá está escrito con cincel de hierro y con punta de diamante”, (17:1); así que ni la cigüeña, la tórtola, la grulla y la golondrina conocerán el curso del tiempo, “pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová” (8:7), y así como el leopardo no puede cambiar su piel, por otras las manchas, tampoco la gente de Judá podrá cambiar lo bueno, por su habitual maldad, (13:23). Sin embargo, la expresión más conmovedora de estas dolorosas experiencias, se hallan en las llamadas “Confesiones de Jeremías”, contenidas en esta sección: 11:18-12:6; 15:10-21; 17:14-18; 18:18-23; 20:7-18. Pues la lectura de estos pasajes, son semejantes de alguna manera a los salmos de lamentación, (22, 32, 39, 143), que permiten descubrir la sinceridad y la hondura del diálogo, que el profeta mantuvo con el señor en los momentos de crisis. Por esto Jeremías, demuestra su decepción y amargura por los graves padecimientos que le sobre vinieron durante el cumplimiento de su misión profética; pero recibió la respuesta del Señor, que unas veces consisten en nuevas preguntas, y otras, para hacerle entender que las que le quedan, aún serán más duras. De este modo, el Señor le revela a Jeremías gradualmente, que sufrir por fidelidad a la palabra de Dios, es un elemento inseparable del ministerio profético. No obstante, en la segunda sección predomina el género narrativo; ya que ella está redactada en prosa. Es por esto, que el autor centra su atención en el relato de ciertos incidentes de su propia vida e introduce algunos resúmenes de sus mensajes proféticos. En los capítulos (26-45), describen los dramáticos ataques de Jeremías cuando fue hecho objeto de humillación, pero lo soportó sin claudicar en su misión. También contienen datos que permiten reconstruir el proceso de redacción del texto de Jeremías, (36:1-4, 27-32); además, hace referencia de Baruc hijo de Nerías, y compañero del profeta, quien escribió, “en un rollo en blanco... todas las palabras que Jehová le había hablado” (36:4). Lo que indica, que Jeremías no solamente fue enviado para arrancar, destruir, arruinar y derribar, sino “para edificar y plantar” (1:10). Por eso, los capítulos 30-33, interrumpen la serie de relatos de carácter histórico, para dar lugar a diversas promesas de esperanza y salvación. Pues sus consoladores discursos, son emplazados junto a los relatos de la caída de Jerusalén y la descripción de los padecimientos de Jeremías, y tambien ponen de relieve la necesidad del pueblo, en medio de desdichadas circunstancias, pero mantiene firme su confianza en el Señor y en su misericordia. Por esto, sus promesas de salvación, destacan con luz propia, el anuncio que Dios restablecerá su relación con el pueblo de Israel, pues la había perdido a causa de sus infidelidades. Porque aquel antiguo pacto va ser sustituido por otro, por un pacto nuevo no grabado en tablas de piedra: porque Dios dijo: “Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (31:33). Así que el anuncio del nuevo pacto encuentra un eco preciso en las palabras que pronunció Jesús, la noche de “la última cena” (Mateo 26:27-29; Marcos 14:23-25; Lucas 22:20) y también en la epístola a los Hebreos (8:7-13). Y finalmente en la tercera parte del libro, en los (capítulos 46-51) está formada por un conjunto de mensajes contra las naciones paganas del entorno palestino, mencionadas esencialmente en el mismo orden de Egipto a Babilonia, que a manera de introducción aparecen en 25:15-38. Tambien incluyen los anuncios de salvación para algunas naciones, (46:26; 48:47; 49:6,39). Tambien es cierto que el profeta tenia una actividad diferente para Judá y Jerusalén, pues su compromiso, era predicar la realidad de los pueblos vecinos y el importante significado de su presencia en el transcurso de la historia de Israel, (27:1-3). Además, los mensajes que Jeremías les dirige, son el testimonio de su profunda convicción que lo animan a declarar que Jehová no es solo el Dios de Israel, sino de todo lo creado; no solo es el Señor de una historia particular, como la del pueblo elegido, sino que Él rige la historia de todas las naciones y de todo lo que es y existe. Por ello, escribió en el capitulo 52, una especie de apéndice histórico, que reproducen algunas variantes del relato de 2 Reyes 24:18-25; 30, sobre la caída de Jerusalén. Así que en esta narración, demuestra la autenticidad de su ministerio, confirmado por el Señor mediante los hechos que dieron pleno cumplimiento a su palabra, (Deuteronomio 18:21-22). El profeta elegido El profeta nació en el seno de una familia sacerdotal de Anatot, un pequeño lugar cercano a Jerusalén, éste niño, que más tarde sería conocido como el profeta Jeremías, (1:1), era muy joven (1.6), cuando el señor lo llamó a su servicio; aproximadamente en el año 626, decimotercero del reinado de Josías (1:2), un siglo después de la época, comenzó a vivir y ejercitar su ministerio con el profeta Isaías, (1:1). Así que los temas principales de jeremías eran la reincidencia de la esclavitud y la restauración de los judíos. Además, en aquel tiempo, probablemente entre los años 650 y 645, hacia mediados del s. VII a.C. el poderío asirio estaba tocando a su fin. El imperio neobabilónico había terminado por imponerse a la grandeza de Asiria, la nación que entre los s. X y VII a.C., había logrado ampliar sus límites invadiendo enormes espacios de Mesopotamia, Siria y Asia Menor. Pues la decadencia asiria fue muy rápida y el mismo s. VII, fue testigo de las glorias de aquel gran imperio, pero la pérdida de su hegemonía fue el final de su historia como estado independiente. En su lugar, se levantó Babilonia poderosa y renovada, entre el 610 y el 605 a.C. No obstante, la desaparición del invasor asirio representó un corto período de libertad para los pueblos que habían estado sometidos, y cayendo paulatinamente bajo el dominio de los babilonios. Pero el rey Josías, aprovechando algunas circunstancias favorables, de Judá, comenzó a desarrollar una política de nación independiente y a promover la reforma religiosa que dio a su reinado un relieve especial, (2 Reyes 22:1-23:27; 2 Crónicas 34:1-35:19). Esto fue un brillante proceso de restauración, que quedó truncado en el 609 a.C., cuando Josías, a los 39 años de edad, cayó herido de muerte en Meguido, en la batalla sostenida contra el ejército del faraón Necao (2 Reyes 23:24-30; 2 Crónicas 35:20-27). Pero los monarcas ineptos sucesores de Josías, y sus consejeros faltos de prudencia, no supieron evitar la desintegración política y moral del reino de Judá, cuya degradación culminó en la destrucción de Jerusalén (586 a.C.) y la masiva deportación de sus habitantes a Babilonia. Así fue como Jeremías en tiempos de Josías, inició su ministerio y continuó desarrollando su actividad profética bajo los reinados de los últimos reyes de Judá: Joacaz (llamado Salum), Joacim (o Eliaquim), Joaquín (o Jeconías) y Sedequías (o Matanías). Pero los tiempos eran difíciles para el pueblo, cuyos dirigentes mantenían posiciones políticas enfrentadas: unos eran partidarios de someterse con serenidad y como mal menor al gobierno de Babilonia, en tanto que los otros abogaban por aliarse con Egipto en contra de ella. Entonces Jeremías, se vio obligado a tomar posición en el conflicto, y trató de convencer a Sedequías, para que hiciera una alianza con los egipcios y así acabaría en desastre, (27:6-8). Pero estos esfuerzos, le acarrearon mas sufrimientos al profeta, (38:1-13), y fueron totalmente inútiles, pues el rey, inclinándose a favor del consejo opuesto, decidió solicitar el apoyo del faraón Necao. Y éste resultado fue catastrófico para Judá, porque las fuerzas egipcias se hallaban en franca inferioridad respecto de las babilónicas, como ya se había visto en el 605 a.C., en la batalla de Carquemis, junto al Éufrates, “el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá”. Pues ese triunfo de Nabucodonosor había significado la consolidación de la supremacía de Babilonia, (46:2) y su dominio sobre los países invadidos. Su procedimiento histórico Cabe señalar, que el profeta Jeremías vivió un una época triste de la historia del pueblo hebreo. Cuando el pueblo del reino del sur, o Judá, fue llevado por Nabucodonosor en cautividad a Babilonia, pero Jeremías se quedó en Jerusalén, para escribir con autoridad sobre la seguridad del juicio de Dios, la grandeza del amor divino y el problema del pueblo pecaminoso. Método literario: es el género de literatura de un libro de profecía, no cronológica, (con una carta en una de sus partes) Su plan general: es la idea principal de un libro en desarrollo y el cumplimiento de varias profecías a Israel, y a las naciones vecinas. Donde describe la misericordia de Dios hacia Israel, sus justos juicios; y su plan de restauración. Aquí Dios muestra el ciclo de los acontecimientos de la historia; con el cumplimiento exacto de cada profecía, (tomando una idea telescópica). Sus palabras claves: Fueron muchas: pero aquí daremos las mas interesante, como son: escuchar (oír), volver (volverse, convertirse, arrepentirse), ramera, adulterios, maldad (malvado, iniquidad, pecado), corazón, abandonar, sanar (sanidad), pacto. Tambien tenemos los temas más importantes: El Juicio y la salvación, la caída de Jerusalén y la vida personal de Jeremías. Su énfasis:En primer lugar tenemos la infidelidad de Judá hacia Dios, que terminará en destrucción; si no cumple, las promesas de Deuteronomio, porque el señor tiene deparado un futuro radiante para su pueblo: un tiempo de restauración y un nuevo pacto; que es el corazón de Jehová, revelado a su pueblo por medio del corazón de Jeremías. Su organización: En ella se encuentra en su versículo clave 1:10, que dice: “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”, por está razón, Éste profeta fue identificado con el corazón de Dios” Autor y fecha Bien se puede observar, que Jeremías fue quien sirvió como sacerdote y profeta, porque era el hijo de un sacerdote llamado Hilcías (no el sumo sacerdote de 2 R 22:8, quien descubrió el libro de la Ley). Porque éste era de la pequeña villa de Anatot, (1:1), hoy día llamada Anata, ubicada a unos 4,8 km al NE de Jerusalén en la porción de tierra que heredo la tribu de Benjamín, cómo una lección visual a Judá. Tambien vemos que Jeremías permaneció soltero (16:1-4) y fue asistido en el ministerio por un escriba llamado Baruc, a quien Jeremías dictaba y él copiaba, pues tenía custodia sobre los escritos compilados de los mensajes del profeta, (36:4, 32; 45:1). Por él, Jeremías fue conocido como “el profeta que lloraba” (9:1; 13:17; 14:17), porque vivía una vida de conflicto debido a sus predicciones de juicio por parte de los babilonios invasores. También fue amenazado, juzgado, colocado en un cepo, forzado a huir de Joacín, públicamente humillado por un falso profeta y arrojado a una cisterna. Sin embargo, Jeremías tuvo un ministerio que dirigió a su propio pueblo en Judá, pero en ocasiones lo expandió a otras naciones, para que se arrepintieran y evitaran el juicio de Dios, por medio de un invasor (capítulos 7 y 26). Una vez que la invasión se hizo realidad, Judá rehusó arrepentirse, y él les rogó que se resistieran al conquistador babilonio para prevenir la destrucción total (cap. 27). También llamó a los delegados de otras naciones a que dieran oído a su consejo y se sometieran a Babilonia (cap. 27) y predijo juicios de Dios sobre varias naciones (25:12-38, caps 46-51). Ahora veamos la fecha de su ministerio, el cual cubrió cinco décadas, desde el año 13 del rey de Judá, Josías, notado en el 1:2 (627 a.C.), hasta más allá de la caída de Jerusalén en manos de Babilonia en el 586 a.C. (39, 40, 52). Después del 586 a.C., Jeremías fue forzado a ir con un remanente que huía de Judá a Egipto (Jeremías 43, 44). Posiblemente estuvo ministrando en el 570 a.C. (44:30). Una nota rabínica dice que cuando Babilonia invadió Egipto en el 568-67 a.C. Jeremías fue llevado cautivo a Babilonia. Él pudo haber vivido hasta el punto de escribir la escena de conclusión del libro alrededor del 561 a.C. en Babilonia, cuando el rey de Judá Joaquín, cautivo en Babilonia desde 597 a.C., se le permitió la libertad en sus últimos días (52:31-34). Para ese entonces, aun Jeremías estaba vivo pues tenía entre 85 a 90 años de edad. Su argumento fiel Los detalles del contexto en los tiempos de Jeremías son mostrados en 2 Reyes 22-25 y 2 Crónicas 34-36. Los mensajes que muestra son: 1) El pecado de su pueblo. 2) El invasor que Dios enviará. 3) Los rigores del sitio. 4) Las calamidades de destrucción. Así que el mensaje de Jeremías, es de un juicio inevitable por la idolatría y los otros pecados, esto fue predicado en un período de cuarenta años, (alrededor del 627-586 a.C. y más allá de esa fecha). Su profecía se llevó a cabo durante los reinados de los últimos cinco reyes de Judá (Josías 640-609 a.C., Joacaz 609 a.C., Joacín 609-598 a.C., Joaquín 598-597 a.C. y Sedequías 597-586 a.C.) Porque la condición espiritual de Judá, era la adoración abierta a los ídolos, (capitulo 2). Entonces el rey Acaz, precedido por su hijo Ezequías, gobernó mucho antes de Jeremías y en los días de Isaías, estableció un sistema de sacrificios de niños al “dios Moloc” en el Valle de Hinom a fuera de Jerusalén (735-715 a.C.). Por esto, Ezequías guió reformas de limpieza, (Isaías 36:7), pero su hijo Manasés continuó promoviendo el sacrificio de niños junto con la idolatría abierta, la cual continuó hasta el tiempo de Jeremías, (7:31; 19:5; 32:35). También muchos adoraban a la “reina del cielo” (7:18; 44:19). Y las reformas de Josías llegaron a su punto culminante en el 622 a.C., y forzaron una reprensión de las peores prácticas de una manera externa, pero el cáncer mortal del pecado, era profundo y se volvió a florecer rápidamente, después de un avivamiento superficial. Porque la falta de sinceridad religiosa, la deshonestidad, el adulterio, la injusticia, la tiranía en contra de los necesitados y la calumnia prevaleciente, era como una norma sin excepción. Sin embargo, varios acontecimientos políticos e importantes ocurrieron en los días de Jeremías. Y Asiria vio desvanecer su poder gradualmente; después Asurbanipal murió en el 626 a.C. y Asiria se volvió tan débil que en el 612 a.C. su aparente capital invencible, luego Nínive, fue destruida por (Nahúm). En el Imperio de Neobabilónico bajo Nabopolasar entre (625-605 a.C.) y se convirtió en la potencia militar con mas victorias sobre Asiria (612 a.C.), que dividió a Egipto (609-605 a.C.), e Israel en tres fases (605 a.C., como en Daniel 1; en 597 a.C., como en 2 Reyes 24:10-16; y 586 a.C., o como en Jeremías 39, 40, 52). Lo mismo que habían profetizado Joel y Miqueas, antes del juicio de Judá, y durante el reinado de Josías, esto indica, que los principales profetas de Dios fueron Jeremías, Habacuc, y Sofonías. Pero más adelante, los contemporáneos de Jeremías, Ezequiel y Daniel, jugaron papales proféticos y prominentes. Su escenario Primero tenemos cuatro faces importantes: 1). Dios hace un esfuerzo final para salvar a Jerusalén. 2). Jeremías vivió unos 100 años después de Isaías. 3). Isaías había salvado a Jerusalén de Asiria. 4). Jeremías quiso salvarla de Babilonia, pero no puedo. Pero lo mas importante, es que Jeremías fue llamado al oficio profético en 626 a.C. cuando Jerusalén fue parcialmente destruida, en 606 a.C. y nuevamente en 597 a.C.; luego incendiada y asolada definitivamente, en 586 a.C. en ese entonces, Jeremías vivió durante 40 años terribles, el “ocaso de la monarquía” y “estertores de muerte de la nación”; una figura solitaria, patética, y el ultimo mensajero de Dios, para la Ciudad Santa, ya incurable y fanáticamente apegada a los ídolos, estaba clamando sin cesar, ¡si ella se arrepiente! ¡Dios la salvaría de Babilonia! Su ambiente interno: El reino del norte había caído, y gran parte de Judá. Sufre una derrota tras otra, y solamente quedaba Jerusalén, que persistía en ignorar las repetidas amonestaciones de los profetas, y se endurecía en su idolatría y en su maldad. Pero ya estaba a punto de darse la hora del juicio. Pues querían disputarse la supremacía mundial, de Asiria, Babilonia y Egipto. Porque Asiria, poseía un valle superior en Éufrates, desde hacía 300 años, y ha Nínive por capital, que regio el mundo, pero ahora se debilitaba. Tambien tenia a Babilonia, en el sur del mismo valle, como fortaleza de Egipto, que estaba a unos 500 Km. al suroeste, sobre el valle del Nilo, y mil años antes había sido potencia mundial, pero luego se decayó, pero quería volver de nuevo a su ambicioso poder. Además, a mediados del ministerio de Jeremías, Babilonia triunfó. Y se quebranto el poderío de Asiria en 607 a.C., y dos años después aplastó a Egipto en la batalla de “Carquemis”, 605 a.C. así rigió al mundo durante 70 años, los mismos 70 del cautiverio de los judíos. El encargo del profeta Jeremías durante 20 años insistió incesantemente, para que Babilonia no triunfara. Pero a pesar de la maldad de Judá, sus quejas amargas e incesantes, llegaban a su mente estas ideas: ¿Será que, “la Babilonia victoriosa” podrá destruir a Judá? ¿Será que, si Judá se aparta de su maldad, y Dios la salvará de Babilonia? ¿Y si, más adelante, cuando ya no haya esperanza del arrepentimiento de Babilonia, Judá se salvara de ser destruida? ¿Se recuperará Judá y seguirá a Dios? ¿O será siempre Babilonia la destrucción de Judá, y jamás se levantara? La audacia del profeta: fue cuando aconsejó a Jerusalén a rendirse ante el rey de Babilonia; tanto, que sus enemigos le acusaban de ser traidor. Y por esto, Nabucodonosor quiso premiarlo, por haber aconsejado a su pueblo; y no solamente le perdono su vida, sino también le ofreció el honor que quisiera aceptar, aun un puesto honroso en la corte de Babilonia (39:12). Sin embargo Jeremías clamaba una y otra vez, que al destruir al pueblo de Dios el rey de Babilonia cometía un crimen nefando por lo que después Babilonia sería asolada para siempre (capítulos. 50- 51). Una prueba asombrosa Sucedió cuando el Museo Británico anunció el descubrimiento de una extraordinaria y significativa inscripción cuneiforme, que posee una gran colección de tablillas mesopotámicas. Por ello, muchos analistas bíblicos dicen que este hallazgo es otra asombrosa prueba de la veracidad del Antiguo Testamento. No obstante, entre los documentos babilónicos, de Michael Jursa, un profesor visitante de Viena, se topó con el nombre de un funcionario de la corte del rey Nabucodonosor de Babilonia. Y éste nombre figura en el libro de Jeremías como un oficial del rey. Pero está tablilla, de más de 2500 años de antigüedad, estuvo en la colección del museo desde 1920, pero se ignoraba su importancia. Ahora se sabe que identifica a “Nabu-sharrussuukin” como el jefe eunuco de Nabucodonosor. Esto corresponde al nombre hebreo Nebo Sarsequín, mencionado en Jeremías 39:3, (Nueva Versión Internacional). En realidad, esta nueva información, ayuda a resolver un problema en la traducción del versículo. Porque la mayoría de las Biblias, no contienen este nombre de manera explícita. Por ejemplo, la versión Reina-Valera menciona estos nombres en Jeremías 39:3, como “Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag” Pero aquí Samgar, es identificado como el nombre de un lugar relacionado con Nergal-sarezer, en vez de formar parte de un nombre compuesto con Nebo, que lo sigue en esta versión. Pero en algunas traducciones más actuales, el nombre aparece como Nebo Sarsequín. Y de hecho este nuevo descubrimiento confirma que efectivamente es el nombre correcto de un oficial principal del rey Nabucodonosor. Por esto el creyente estudioso de la biblia, se alega por el libro de Jeremías, pues en su relato escrito siglos después del período babilonio, se pueden explicar con exactitud los nombres de las personas extranjeras, ya que son muy importantes. Ahora la conclusión lógica, es que indudablemente este libro fue escrito por Jeremías, en tiempos de la conquista de Judá, por parte de los babilonios, que estaba bajo Nabucodonosor. Así que éste descubrimiento, es el hallazgo arqueológico más reciente, que confirma la exactitud del libro de Jeremías. Tambien en Jerusalén se descubrió una bula, (un grabado en arcilla endurecida), con la impresión del sello que lleva el nombre de Jucal hijo de Selemías, hijo de Sevi. Esta persona, era un funcionario de la corte del rey Sedequías, que se menciona en Jeremías 37:3 y 38:1-4. Pero mas tarde, a corta distancia se encontró otra bula, con el nombre gravado de Gemarías hijo de Safán, el escriba real (36:10). Y luego se encontraron dos bulas mas con el nombre del escriba de Jeremías, Baruc hijo de Nerías. Todas estas razones, atestiguan que los hechos de jeremías existieron. Y que su relato e historia es verdadera, al igual que toda la Biblia. Sus características Cabe destacar, que Jeremías es el autor del libro más largo de la Biblia, pues está pieza literaria contiene más palabras, en sus escritos en prosas (capítulos). Y la gran mayoría de su obra es poética y de alta calidad, según Luis Alfonso Schokel. Además, hay muchos pasajes que son imposibles de reproducir (ejemplo: 2:13, 26-28; 7:4, 11, 34; 8:20, 22; 9:23-24; 10:6-7, 10, 12-13; 13:23; 15:20;17:5-9; 20:13; 30:7, 22; 31:3; 15, 29-34; 33:3; 51:10). Pero la repetición poética fue utilizada por Jeremías con gran destreza (4:23-26; 51:20-23). Ya que combinaba la poesía con fragmentos largos de narrativa descriptiva y autobiografía. También utilizó los criptogramas (25:26; 51:1, 41), así que las interpolaciones y las citas textuales, son típicas del estilo de Jeremías. Hasta el mismo contemporáneo Ezequiel los utilizo, para comunicar su mensaje de símbolos, como el caso del cinturón inservible (13:1-11); la vasija de barro maltratada, (19:1-12); el yugo destruido, (capitulo27); las grandes rocas (43:8-13). Pues le dio un valor didáctico a los símbolos, y, a través de ellos, el Señor le ordeno a Jeremías, que se abstuviese de casarse y tener hijos (16:1-4); ni que entrara a la casa donde había un funeral o un festín, (16:5-9), ni que comprara un terreno en el pueblo natal de Anatot (32:6-15). Así fue como el Señor utilizó esas ayudas visuales para que Jeremías recibiera el mensaje claro: (ejemplo: la arcilla (18:1-10); y las dos canastas de higos (cap. 24). Sus retos Aquí surgen varias preguntas: 1). Cómo explicar que Dios prohíba la oración de los judíos (7:16) o la mediación de Moisés y Samuel no podrían evitar su juicio (15:1). 2). Jeremías llevó a cabo un viaje de varios cientos de kilómetros al río Éufrates o enterró su cinto cerca (13:47). 3). Cómo pudo jeremías pronunciar cosas tan severas, como anunciar el nacimiento del hombre, (20:14-18). 4). Cómo se relaciona la maldición sobre la línea real de Jeconías y Cristo (22:30). 5). Cómo interpretar las promesas del regreso de Israel a su antigua tierra (caps.30-33). 6). Cómo cumplirá Dios el nuevo pacto con relación a Israel y la iglesia (31:31-34). Para entender estos mensajes, es necesario conocer el tiempo correcto y cronológico, ya que su orden es cambiante, pues se mueve de atrás para adelante y viceversa, solo así, se podrá tener un efecto temático. Por ello Ezequiel, coloco su material en orden cronológico. Un contenido teológico Es importante destacar, que el tema principal de Jeremías fue el juicio sobre Judá (capítulos 1-29) con la restauración del reino mesiánico futuro, (23:3-8; 30-33). Mientras que Isaías enfocó muchos capítulos a la futura gloria de Israel, (Isaías. 40-66), así que Jeremías dio mucho menos espacio a este tema. Debido a que el juicio de Dios era inminente, pero él se concentró en los problemas de la actualidad, y no buscó volver a la nación, sino que llego al punto donde ya no podía regresar. Porque confiaba en la disposición de Dios para liberar y bendecir a la nación, ¡claro! si el pueblo se arrepentía. Aunque este énfasis es frecuente, mostro la forma en que vivían en la casa del alfarero, (18:1-11). Éste fue otro enfoque del plan de Dios sobre la vida de Jeremías, tanto en la proclamación del mensaje de Dios, como en su compromiso para cumplir su voluntad (1:5-19; 15:19-21). Pero después se incluyeron otros temas como: 1). El anhelo de Dios es que Israel fuera para Él, como en los días del primer amor, (2:1-3). 2). Porque el siervo de Jeremías, lo llamaba "el profeta que lloraba" (9:1; 14:17). 3). Porque Dios quería mantener una relación con Israel (13:11). 4). Porque el sufrimiento, era la prueba para Jeremías (11:18-23; 20:1-18) si Dios era suficiente en todo problema (20:11-13) 5). Porque era vital para predicar la Palabra de Dios durante toda su vida (15:16). 6). Porque, quien espera la restauración de Dios nada le es difícil (Capitulo 32, especialmente los versos 17 y 27). 7). Porque la oración bien coordinada, es la voluntad de Dios para restaurar la tierra de Israel (33:3, 6-18). Su aspecto Primeramente tenemos que el nombre de Jeremías, significa “el Señor levanta,” tambien que fue llamado el profeta del Nuevo Pacto (30:1–33:25). Porque en el tiempo de Dios este pacto se cumplía a favor de Israel. Y seria escrito en su corazón (31:33), es decir, donde la persona toma las decisiones. Jeremías, como el único escritor del libro (1:1), durante su ministerio hizo un glorioso futuro para Israel y su desobediencia. Porque él vio en el florecer de un almendro los planes de Dios para la nación, (1:1112), en una olla hirviente (1:13-16), en un alfarero a su rueda (18:1-4) y en una cisterna (38:6-13). Esto, impacto sus sermones y los fue demostrando con ejemplo, como era ponerse un cinturón arruinado (13:1-11), el romper vasijas (19:10-11) y el uso de un yugo (27:1-22). En su “sermón del templo” (7:1-8:3y 26:1-24), en el indicó que la fe sólo debe ponerse en Dios y no en los objetos externos, ni siquiera en el templo mismo. De hecho, de los profetas del Antiguo Testamento, Jeremías es quien da más detalles personales y comparte sus pensamientos y emociones mas profundas. Así que en los capítulos 1-25, relatan sus primeras profecías contra Judá; del 26-45 son biográficas. Y los capítulos 46-51, muestran los oráculos contra los gentiles; el 52 proporciona información adicional (2 Reyes 24:18-25:30) es el momento histórico de Jeremías. La siguiente gráfica presenta unos reyes y la fecha de sus mandatos. Pero citando con frecuencia el Nuevo Testamento (31:15; Mateo 2:17; 7:11; 31:31-34; 21:13; Marcos 11:17; Lucas 19:46; romanos 11:27; Hechos 8:8-13). Allí, Jeremías advierte que el pecado trae juicio. Y es conocido como el “profeta llorón.” Sus predicciones Comienza presentando la profecía de la venida del Mesías, (Jesucristo) 23:5-6. Y lo describe como un renuevo de la casa de David (v.5; Mateo 1), como el Rey que reinaría en sabiduría y justicia (v.5, Apocalipsis 11:15). Y finalmente será reconocido por Israel como su Mesías verdadero, el Cristo, que proporcionará la salvación para sus escogidos. (v.6; romanos 11:26). Su categoría Su mayor aporte teológico fue su concepto del nuevo → PACTO (31:31-34). Pues era necesario un nuevo pacto entre Dios y su pueblo, porque este último había violado el anterior. Y se necesitaba un pacto nuevo, un pacto de gracia y perdón, escrito en el corazón humano, más que un pacto legal grabado en una piedra. Así era como el profeta veía el amanecer, la gracia en la persona de Jesucristo. Desde ese día “no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (31:34). Es por esto, que los escritos de Jeremías son tan importantes 31:31-34, en la teología bíblica, pues sus pasajes se citan nuevamente en el Nuevo Testamento (Hebreos 8:8-12). Finalmente tienes custro puntos para examinar: 1). El mensaje contra Judá y Jerusalén (1:1-25:38). 2). Los relatos autobiográficos y el anuncio sobre la salvación del creyente, (26:1-45:5). 3). Los mensajes contra las naciones paganas, (46:1-51:64). 4). El apéndice: de la caída de Jerusalén, (52:1-34). Ahora esperamos que está herramienta le ayude edificar su ministerio y su vida personal. Recuerda: que el libro de Jeremías es un constante recordatorio de la fidelidad para con Dios, porque si sus elegidos sufren la maldición del exilio por su infidelidad, más tarde serán restaurados con la esperanza del nuevo pacto, el cual fue cumplido por medio de Jesucristo, el “Retoño justo” de David (Jeremías 23:5).