¡IlíclioKa nariz! - Hemeroteca Digital

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Ma d rl a
Una bella caída en unas
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Es una instanfánea de una carrera de caballos. [No de las ho"
bltuales, sino de "amateurs"}. "Ozakemyre", uno de los caballos, ha catdo; pero en su caída, gobernado cerferamenfe por
el "jockey", aun sabe hacer un esfuerzo para saltar y seguir
en (a lucha. Admirable acHtud — lleno de emoción y plasticidad—esa del caballo que cae y quiere, al mismo tiempo, rehacerse de la caída. Es un arte el de saber caer y saber, o la
vez, levantarse y desquitarse...
FOT. AOBNCrA ORIFICA
VIDAS FÉRTILES
DE ALBANIL A CANCILLER
Los cubos de yeso
DOLFO Hitler tiene quince Eiños. Sin
padre ni madre, solo en el mundo, emprende su «novela de joven
pobre». Va de Lins, su ciudad natal,
fronteriza de Alemania, a Viena, la metrópoli del Imperio austríaco.
Lleva un equipo de estudiante y algunos florines. Arde en la ilusión de ser
un gran pintor,
Pero a las primeras de cambio lo chafan, diciéndole que sus dibujos no sirven, y que debe buscar otro camino.
El muchacho se desorienta. Pasan los
días. Se agotan los florines.
Apremiado por la patrona, que le exige el pago de la pensión, se
echa a la calle. Va, viene, merodea. Al fin, pide trabajo en una obra.
Y, como Mussolini, trabaja do peón de albañil.
Este es su «bautismo de pueblo*. Convive con los proletarios.
Penetra en la psicología de las masas. Controla ol alma de las calles.
Y entre cubo y cubo de yeso ensaya la polémica.
A'
El cosco / la mochila
Aquí caigo, allá me levanto, el «joven pobre» se defiende de la
miseria que le amenaza. Es albañil, pintor de puertas, dibujante en
periódicos inverosímiles, agente de negocios fantásticos.
Y un buen día, harto de rodar, deja Viena y se planta en Munich, ¡Aquello es un pueblo, un Imperio! |No la Austria decadente y
operetesca de Francisco José! Allí están, sólidas y firmes, todas las
cualidades de la raza. No en el P*arlamento de Viena, con sus ministros cortesanos y sus magiares serviles. Aquello era una disciplina, una unidad, un sRoich». No la mi.'ítura austrohúngara, con
sus polacos, con sus croatas, con sus eslovenos, cada cual por su
lado, en una indisciplina de rencores.
Y como acaba de estallar la guerra y todo el «Reich», unánime,
frenético, se alista, e) austríaco alemán, henchido de racialismo, se
alista en el ejército bávartfc Y con el casco y la mochila se dirige al
frente, entonando el Deuischland, Deutschland über alies.
Este es su «bautismo de patria* Convive con los soldados. Penet r a en la psicología militar. Controla el alma de las tropas, Y entro
batalla y batalla, ensaya el arte de la disciplina.
La revolución y sus enigmas
Dos años en el frente.. Herido, hospitalizado, casi ciego, su cuer
po es una clínica natural y su alma una clínica espiritual. Atraviesa
una época confusa, incierta, atormentada, Al hospital llegan los rumores del frente. Unos, con victorias espléndidas. Otros, con derrotas irreparables. Hasta hay quien habla de armisticio. Y quien susurra de traición.
De repente alguien irrumpe en la sala. Y suelta sobre los enfermos la bomba:
—^Ha estallado la Revolución en toda Alemania. El líaiser, fugitivo, se ha refugiado en un pueblecillo holandés. El Gobierno provisional acepta el armisticio.
Entre el revuelo de la sala, Hitler, casi ciefjO, avajiza a tientas.
Pregunta sobre la Revolución. ¿Qué Revolución? ¿Quién la trae?
¿Qué se propone?
Todos se aprestan a informarle;
—Insurrección de los marinos en Schilling, manejos do los socia*
listas, actuación de Ricardo Muller y los Sindicatos, maniobras de
los espartaquistas de Liebknecht. Y Lubek, Hamburgo y Brema,
las tres viejas ciudades svásticas, en franca y terrible anarquía.
—¿Y en Berlín?.— inquiere el inválido.
•—En Berlín, Ebert. amo del cotarro, tiene bajo su férula a Groener y a las pocas tropas leales.
—;Y en Munich?
—En Munich, Eisner, dueño del Gobierno, se presenta del brazo
del ciego Gandolíer, líder de los aldeanos rebeldes,
Y así en Colonia, en Francfort, on Stuttgart, en Magdeburgo, en
Leipzig. El Reich arde por sus cuatro costados. Es la Revolución de
la calle, do las turbas, de la anarquía, del Soviet. ]E1 fin de Alemania!
Entonces su ideal germánico, imperialista, racista, se desata en
cóleras. Grita, aulla, ruge su impotencia. Pero, rehecho y bien templado, se recoge en sí mismo a meditar. ¿Qué especie de Revolución
es ésta? ¿Será profunda, nacional, irremediable? ¿Será, por el contrario, ocasional, momentánea, hija do lo fugaz y esporádico?
Una pistola al pecho
Ya es Hitler un sospechoso para los revolucionarios. Estamos enel Munich rojo de Tollor, ante el estruendo de los camiones con ban-
deras, del Comité de Acción para proteger al Parlamento, de las manifestEiciones contra el militarismo, contra Prusia, contra Nosjo.
Hitler oye en las escaleras ruido de botas de soldados. Se viste
aprisa. Se prepara. Sabe que está fichado como sospechoso. Vienen,
de seguro, por él.
Empujan la puerta. Aparecen, fusil en mano, tres hombres, bajo
sus capotes grises.
— En nombre del Consejo Central...—comienza el jefe,
Hitler, rápido, enérgico, !e pone la pistola al pecho.
—[Fuera de aquí! ¡Pronto! ¡Enseguidal
Sobrecogidos, aterrados, los tres hombres, ante la pistola de
Hitíor, bajan las escaleras más que aprisa. Hitler sube corriendo,
toma la gorra, el capote, la cartuchera, y sale por la puerta de escape.
El poftido de los siete
''SfíT-.-
Ya está a salto de mata, cauto y ágil, dando tiempo al tiempo
hasta que so olvida el incidente, Y de pronto, en la orden del día
loe con júbilo;
«El oficial instructor Hitler es ascendido y destinado al regimiento de Cazado re número 41.*
Su nuevo cargo le permite la catcquesis. Poco a poco infunde en
los soldados su ideario do contrarrevolución, do ordenación, de renacimiento del Koich, Y los soldados, poco a poco, \'an respondiendo a
este ideario.
Un día se le zo nisiona para que informe sobre el nuevo Partido
Obrero Alemán, que se reúne en cierto reservado del Stemeckerbrau,
Y al oír un discurso contra el militarismo, contra Prusia, contra Berlin, no puede contenerse y pide la palabra.
El propio Hitler, en su autobiografía Mein Kampf (Mi vida), reproduce la ardiente arenga, esbozo del futuro programa nazi:
«Tan depravada parecía el alma alemana—escribe—, que debía
iniciarse la lucha seguidamente por la unidad del Reich, como lo
hicieron los garibaldinos por la unidad de Italia.
Alemania había caído tan bajo, que el veneno roía los corazones.
Los criminales de otra raza y un par de príncipes coronados—corenados por gracia de la «Ententeí—, a quienes pesaba más la pequeña
corona que el eterno reino alemán, habían realizado un trabajo perfectamente inicuo.»
Fué su discurso fulminante. Lejos de hallar contradictores, quedaron todos silenciosos, cabizbajos. Cuando, embozado en el capote
militar, salió a la calle, alguien que le seguía los pasos le entregó un
mazo de folletos:
—Lea esto, señor Hitler.
Lo leyó, ya en su casa, con curiosidad creciente. Se titulaba Mi
despertar político. Era un programa nacionalista con reivindicaciones obreras, [Exactamente su prograraal Pensó que aquel ideal flotaba disperso por todo el país. Había que ordenarlo, que ejercitarlo
para ponerlo en pie de guerra. Horas después, una postal le anunciaba que el Partido Obrero Alemán habíale admitido como asociado.
«Le rogamos atenta y encarecidamente—añadía la postal—que
comparezca el miércoles en e! hotel Altes Rosenbad (Herrenstrasse)
para asistir a la sesión en que se ratificará el acuerdo.»
Fué el miércoles. Penetró en el hotel. Empujó una puerta; nadie.
Empujó otra; nadie. Por fin, dió en una habitación con gente. Cuatro
hombres le. acogen con gran júbilo, A poco llegan otros dos, uno de
ellos el presidente, Harrer, que abrió enseguida la sesión.
Se hizo arqueo] en junto, siete marcos. Se leyó la lista de socios:
otros siete, contando a Hitler^
Cincuenta contra ochocientos
Munich, centro de operaciones. iTn mitin en ei Ebertbraukeller,
otro enseguida en el Deutschen Reich, anuncios y convocatorias ©n
el Observador de Munich. Y el partido do los siete crece que te crece, hasta llegar a los doscientos, a los trescientos.
Todo ello en una semana. Todo ello arrastrando, ilusionando, fanatizando a la juventud, que estaba harta de rojos, de Sindicatos,
de fusilamientos, de asaltos, de anarquía.
«¿Repartir leña? ¿Arriar banderas? ¿Manejar pistolas? ¿Esgrimir
porras do goma, como los rojos? Eso podemos hacerlo nosotros tan
bien como ellos. Mejor que ellos—añadía Hitler—. Porque ellos, como
internacionalistas, no tienen patria, y están obligados con otros pueblos; y tLosotros, nacionalsocialistas, tenemos una patria única y exclusiva. Una idea nacional no es un negocio. Ni tolera compromisos
con otros pueblos. Una idea nacional puede ser movida únicamente
por el fanatismo.»
Dijo esto, y dió un programa a millones de hombres. Dijo esto, y
dió a un ideario la plena realidad de la calle. Dijo esto, y puso on
píe a una nación tirada por los suelos.
Ya en Febrero de 1920, las gentes acudían ante los carteles del
Partido Alemán Obrero Nacional Socialista, carteles decorados con
a OTaí svástica, tmciáronse los primeros choques on las calles, en los
^ t r o s , ea las cervecerías, en los cines. Los nazis arreaban de firme.
iiran mozos templados en el írente.
Tanto y tan de firme arreaban, que los rojos, alarmadísimos,
quistaron acabar con ellos de una vez. ¿Seguirían tolerando que trescientos o cuatrocientos «Oirtj tuviesen en jaque a trescientos mil o
cuatrocientos mil rojos, al partido más fuerte de Baviera?
Eso se acaba de una vez. No celebran ni un mitin más. Al primero que anuncien enviaremos quinientos o seiscientos reventadores.
^ a patadas salea de allí los nazis.
Dicho y hecho. Cuando el salón del Hofbrauhaus se hallaba atestado y la gran mayoría del público lucía en las solapas distintivos
c o m u i ^ t a s o socialdemócratas, Hitler, seguido de unos cuantos naw , atraviesa el salón. Perora uno de los suyos, y comienzan las inwrrupaones. Y cuando es mayor el estruendo, Hitler se alza
ea pie.
^
Habla seguro, enérgico, contundente, tajante. De pronto, en un
nncón se arma el escándalo. Pero iqué escándalo! Gritos, aullidos,
a l e t a d a s , botellazos. Y de repente, cincuenta nazis, robustamente
P evetddos, se levantan en diíorentes sitios, caen sobre los alborotatrn{^rf ^^ inmovilizan, los aterran. Entretanto, Hitler perora. El esendo délos aplausos hace retemblar las paredes, ¡Cincuenta nazis
^^ 'mpuoBto a ochocientos rojos!
Milita rización de los "nazis"
En
ésta: "a autobiografía de Hitler, hay una frase substancial. Es
Adon^^^A?'^^ '^^^ tenido siempre miedo a la estaca.»
charangas *, , " ^ " ^ es el país de los uniformes, de las revistas, de las
inüitarizar 1
^^ideras, del militarismo. Hitler procede, pues, a
ocasional %
*^'is. Mas no con oí militarismo obrero del Sindicato,
ricamentA^'^H-^ "Manifestación civil, sino con el auténticamente, históUn r ^ '
'^"^^'^*^' Profosionalmente militar.
Un nazi e s ' ^"^^' ^^ *"**v'liza únicamente el día de la manifestación.
pues.milit ""^ ^^'*iado perpetuo, de cada día, de cada hora. Hitler,
*íe la C r u ^ c ^ , ^ ^." P^*^*i'^ con un rango de tradición—«losCabaÜeros
corbata v *h -^^*'**^'—• con un uniforme moderno: camisa parda,
nir ta ^
r>ches»; con un himno que enlaza la tradición y el porve' ^* '^•^"^ ^^istíca y oí trabajo:
*fVir sind die Herrén vom Hackenkfem
«s ist in rotem Felde ;
^ deutschen A rbeii wollen vñr
finan Weg zur Freiheit bahnen.%
(Somos los Caballeros de la Crus svástica
sobre la bandera roja.
Propugnamos el Trabajo alemán
que conduzca a la Libertad. }
De este modo Hitler arrebata a los rojos su propia simbólica
bandera, sus dos grandes lemas populares—Trabajo y Libertad—, y
une la tradición racial militarista al porvenir del proletariado alemán.
Camino d e l Poder
El (Nazional Sozialistische Deutsche Arbeiter Partei» (Partido
Alemán Obrero Nacional Socialista) tiene, como los socialdemócratas,
un programa obrero; como los comunistas, bandera roja, pero nacionalizada por la cruz racial, y ofrece a un pueblo aniquilado por la
derrota, enloquecido por la anarquía, la esperanza del orden y del desquite.
¿Cómo un partido así, en circunstancias tales, no había de prender
en un pueblo así? Bien pronto se'propaga por Alemania entera. De
norte a sur, de este a oeste, crecen, como la espuma,, los Comités, las
secciones de asalto, los mítines, las manifestaciones.
La calle, que antes era de los rojos, es ahora de los nazis, que los
desalojan a puñetazos, a patadas, a palos, a tiros.
La Prensa, que antes silenciaba a Hitler, en adelante es su altavoz.
Ya el partido tiene órganos propíos, pwpulares, de gran tirada; diarios
como el Weslliscber Observer; semanarios como el Illustierte Observer.
Ya el Estado Mayor, que antes se reducía a un vulgar consejero, tiene
ahora políticos eminentes, como Gregor Strasser; que antes sólo contaba con obscuros maestros de escuela, cuenta ahora con profesores
tan ilustres como el doctor Goebels; que antes, por toda gala militar,
lucía algún sargento del frente, ahora se ufana con prestigios como el
capitán Goeríng, electo presidente del Reichstag.
La voz de la calle
Hitler ha sido el brujo de la calle. Carece, ciertamente, de genio político; pero acertó en la interpretación de las ansias del pueblo.
No creó una doctrina; mas supo reanimar a todo un país. No tiene
un perfj] de Plutarco, ni siquiera de Emil Ludwig; mas si su parvedad
intelocti^'a, en contraste con su opulencia enfática, hubiese removido
a Heine, en cambio, ^n fervor, su frenesí racista, ondeado por sus banderas, clamado por sus regimientos de asalto, profesado por catorce
millones do votos, hubiese merecido el aplauso de Schillery de la
sjoven Alemania».
CRISTÓBAL D E CASTKO
«mo da las miticias hitlaríonax «n una damostradón rachia celebrodo en Barífn, cuando HiHer todavía no era Poder.
CUENTO
Por JOSÉ SANTUGíNl
DE CARNAVAL
Ihsfraciones de RIVERO G/í
U
N despacho. La pantalla de una lámpara deja en sombras la habitación y envuelve en luz a Marcelo, que, vestido de Arlequín, le^
sentado en una butaca de alto respaldo.
Campanadas de un reloj.
Disírazado con un mailloi negro, y oculto el rostro ).X)r un antifaz, un ladrón penetra sigilosamente, Al iniciar el primer paso resbalí
en el entarimado, tropieza luego con la alfombra y, peso a todos sus esfuerzos por consorv'ar el equilibrio, va a caer junto al hombre ves.
tido do Arlequín. Este reprime un grito de sorpresa y se apresura a levantarle, en tanto que dice:
MARCELO.—-¿Qué t e ocurre, hombre? ¿Pero os que ya estás borracho? (El ladrón responde negativamente con un ligero movimiento de cabeza. } ¿To has hecho daño? (El ladrón sube y baja la cabeza varias veces. ) ¡Claro! jConio que ha sido un golpe terriblel ¿Una copita para
que pase ol susto? (El ladrón repite la muda negativa. J Bien; no insisto, no vayan lueg'o a carjjarme a mí la culpa. ¿Puedes andar? fEi
ladrón alza los hombros. Luego da unos pasos, apoyadas las tnanns sobre la cadera izquierda.) ¡Bah! Afortunadamente, eso no es nada. En
cuanto que nos demos una vueltecita por el baile, ni el recuerdo del golpe. ¡Ya verá-s, ya verás! Creo que os rubia, alta, delgada, con unos
ojos que no encontraba antiíaz que tuviera agujeros lo suficientamente grandes, y un cuerpo que es una maravilla. Se llama Flora, y tiene
veinte años. ¿Qué t e parece? (El ladrón vuelve a encogerse de hombros. ) ¿Quieres decirme qué t e pasa esta noche? ¿Te has quedado mudo?
E L LADRÓN (con voz muy
aguda).—No.
MAHCIÍLÜ.—Entonces, ¿por qué no hablas? (El ladrón no responde.) Oye, t e advierto que si vas a continuar así, más vale que lo dejemos. ¡A mí no me pones en ridículo ante osas muchachas con tus tonterías! ¿Sabes?
E L L.^iDRÓN.—Sí.
MARCELO.—Y hazme el favor de hablar con tu voz Guarda los grititos para luego.
E L LADHÓN.—^Mi voz. Mi voz es ésta. No tengo otra.
MARCKLO (después de. mirarle unos segundos con ira refrenada).—Si no t e conociera.,.
E L LADRÓN.—No; si no me conoces.
MARCELO.—¡Vaya!
E L LADSÓN.—No; no me conoces.
MARCELO.—'El que, por lo visto, no me conoces etos tú a mí.
E L LADRÓN.—^Tampoco.
MARCELO.—Si me conocieras, t e darías cuenta de que no tno hace, ninguna ¿íracia tu estupidez y el qiie t e estés ahí, como una estatua, sabiondo que hace hora y media que nos aguardan.
E L LADKÓN (con asombro).—¿Que nos aguardan?
MARCELO.—•¿Quieres no dar gritos?
E L LADRÓN.—Hablo siempre así. Hasta cuando sueño en voz alta, segi'm me dir-e mi mujer.
MARCELO,—Bueno: ¿vienes o t e quedas?
E L LADRÓN (luego de reflexionar un instante).—-Preferiría
quedarme,
MARCELO,—¿Y Flora?
E L LADRÓN,—¿Flora? Tampoco la conozco.
(Marcelo le mira fijamente, contraído el rostro po-r un gesto d: rabia El ladrón retrocede unos pasos. El gesto de rabia desatiarcc-s poco a
poco,.y acaba por convertirse en una sonrisa comprensiva. )
MARCELO.—Has conseguido ponerme nervioso. Perdóname. Anda, apóyate en mi brazo y vamos a buscar a las chicas.
(El ladrón duda uu momento, obedece al fin, y ambos salen de la estancia. }
- -.':
Ya en la calle, dentrc
del automóvil, en tantc
que Marcelo expone et programa que tiene proyect a d o , el l a d r ó n reflexiona.
El ladrón fué siempre
un hombre de morigeradas
costumbres. Su padre le
educó con mano férrea y
gesto duro; supo apartarle de otros muchachos de
su misma edad, *quo nunca llegarían a nada*, y conducirle, a través de la infancia, y más tarde de la
juventud, con paso firmo,
fija la atención en el trabajo y puestas todas las
i l u s i o n e s en u n c o n t i nuo perfeccionamiento de
éste.
El ladrón resultó un
gran discípulo, y hasta
consiguió aventajar al autor de sus días. Las cajas
de caudales, aun las más
complicadas, dejábanse
vencer por la caricia desús
dedos I i jatlos, en tanto que
su progenitor movía la cabeza ya encanecida, y junt o a las frases elogiosas
por la maestría del hijo,
confesaba su fracaso ante
los modernos procedimientos de seguridad contra los
A los veintidó^i a
ladrones.
Jamás habf f i ^
'^níaso en matrimonio a una joven humilde, buena y hacendosa,
dica aún dosn ' ^
*^' ladrón a la fidelidad jurada. Su vida, que siempre se deslizó por cauces sencillos y rítmicos, se hizo más metópuestas por la • f "^^^''irnonio. El ladrón no durmió ni una noche bajo otro techo que el conyugal—salvo las forzadas excepciones imalgunos comTia-*^ ^^rxsigencias judiciales—, ni probó el alcohol, ni tuvo nunca la más inocente aventura amorosa. Rehuyó la amistad de
Kra un wT K^^'' ^ rechazó las proposiciones de trabajar juntos hechas por otros,
ÍÍARCELOZÍM^,
''^'^^"^^a intachable.
(El iaiUo\ \i^^' ^ ^ ^^tán! (Y seiíala un mirador de cristales en el que se dibujan dos siluetas femeninas.)
^^ veneciana A 'yf *^"*' ^ ^ ^s pacos minutos se abren sus poriesuelas, para dejar paso a dos mujeres disfrazadas: una, de Colombina ; la oirá,
1»e suenen vna
^- ^^"*''''*" ^« ^^ coche alegremente, entre ima ola de perfumes y una algarabía de risas que cortan de vez en cuando para
y ^ste, acobard j ^ " * ' * * ^ ^'^ ^'^ tardama de los hombres. Marcelo culpa de ella a Fernando—nombre con el que de repente designa al ladrón—,
<^rosa a la mn^r rf'' f*"'^^ silencio y observa con atención me" «'' V le so»L^ <»^razada de veneciana, que se ha sentado junto
El -utomóíi,\"i^„;',^«/'/-- ^
puerta de un teatr n
'"^''cha. Se detiene al fin ante la
"La compañera
^^^"«nílen sus cuatro ocupantes,
que medie ni un c^al*' • ^ ^ " ^ ' ' d a d ha asignado al ladrón, sin
=o de éste, l^nza
"^^ ^ " ofrecimiento, se cuelga del bra^egura;
" ^ <^arcajada sin justificación alguna, y
I-*
VENECIANA. — - r
"oche!
•
t»-o que nos vamos a divertir esta
'-'<5j teatro K
ojos íifl K • ^ ^ " " ^ atmósfera pesada
que haverde
terciopek
'^^- y apenas
Í el murmuño"de"'í
apenas
tL Si
".^."^^^a sobre una
de terciopelo
la >rquesta
as alfombra
conversíiciones
deja oír
El ladrón tien,
siente ajeno a la al"°^f ^^P'da mirada para el espectáculo. So
'a y grita. De im„r -^ ^^ ^^ muchedumbre que ante él baifo'^o una acusacfó '^^,°' ^^ '"«^««^do de la esposa le asalta
las noches si:^ ^^f"
i^ ^^re y santa mujer! Le espora todas
rosas aventuras ^llf'I^^''J
*'"^"^'* ¿^ ^í«ga y refiere las
íatan un c u e n t o<^rridas
X ' ! S ^ i ^^ estremece como un niño al que req^^^i «Ha, en s u l l ? ' ^ * ? ? ' ^ **^^^ «^^^'^^ P^^^ «' marido, a
3or ladrón del m u ñ i r "
^^ "'"^^' enamorada , cree el meE L LADRóíTü^NÍ'^t''^''^^
LA VKMTÍ^,.\_
LA
VENECIANA " Í^^'
- "no°
r e / ladrón J t ^
'^'
'a. que se manifie^l ^'''^Í''''''
^ % " ' ^ '^n cmndomuZ,
" " '^«Mtó»).—iVamos a bailar!
ne bailado
bailado nunca,
nunca.
°^
importa! ]Vamos!
' ^ ^^"^ qué
1"-^ ¡"^PO'^
>' '^»«'«« ^*nido a ella con torpe''"• '"'^'"'»^'- ^'^^fiés v pisotones.
E L LADRÓN K
. """y ^'«'1' eirbustero
^ ^ VE.NECIA7A^M-^ burle de mí, Flora.
^« puso enferma ¿ s t a V J Í Í ^"'^^ " ' " ' ' ' 'l^"^^ ^^^^^- Flora
^an infantil... ^ °
" ^ ' J^'^^A. como yo tengo este c i á c t e r
f Termina el tvalsx, y un afnx* deja oir los primeros compases. El ladrófi se siente empujado de nttevo. Y baila el efox*. que se repite; v
después Un langa, que se repite también, y más tarde un *.blueso. La veneciana habla o ríe. aliernittivamenis, pero sin interrupción. Al final d¿l
vbJites'i ''I ladrón se siente desfallecer.
LA viíNi;:ciANA.,~iV.iin*)s al palco a tomar una copita!
EL LADRÓN.—Yo no b(*bn.
LA VENKCIANA.—¡Qné i^raciosti!
,
,
."
,
'
\-.i. r-ADKÓN.—No; ([ue nn bcíbo nunca; palabra.
LA VENF-CI^NA. — PIHÍS esta iirx;he haces una <ixcepción por n\í. Verás: vamos a co^er una borrachera éntrelos dos...
.
.
Ei, i.Ai>HÓN.—Es que vo no me be emborrachado nunca.
'•
La primera co¡xi es recibida por el peclio dnl ladróií con una tos bronca, ancf istiosa. La veneciana le golpea con el puño la espalda.
y la tos termina, paní que se lias^a más sensible el dolor producido por los puñetazos, l ^ sotiunda copa la bebe el ladrón tumbado en ol
.Suelo. En tanto qno la veiiociana le obliíja a abrir la boca, tañándole las narices, Maf'celo v la mujer disfrazada de Colombina le sujetan piernas y brazos, impidiéndole todo tnovimiento,
MAHCELO.—jEs formidable! Esta noche lo ha dado por hablar con voz de mascara y por negarse a beber.
_ . .
IvA COLOMBINA.—¿Ah, sí? ¡Dadme la botella!
E L ij,nRÓN,—¡No! ¡Basta! ¡¡Socorro!!
"
.
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LA COLOMBINA,- ¡Sujetadle fuerte! ¡Ajajá!
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MARCELO.—Dejadle respirar un poco; se está ahogando.. • .
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-. • . •
LA VES'ECIAKA.—¡No importa! [Que beba más, a ver si se anima!
• ,
LA COLOMUINA.—Esto que queda en la botella, y le dejamos.
LA VENKCXANA,—Sí; no lo emborraches mucho, que tenemos que bailar.
Una hora más tarde el ladrón se siente marir. Caído en una lilla del antepalco, finge escuchar a su compañera, que canta flamenco. Antes ha incitado, con extraña paríección, la voz do varios aciimalos; oí cordero, ol gato, el perro, ol burro...
LA VENECIANA,—¿Te fausta?
E L LADRÓN.—Estoy muy malo.
^
LA VENECIANA (con gran alegría).—¡Oh, pobrecito. que está malito el nene' (Y se sienta sobre las rodillas del ladrón. ) |Pobrecixo míci!
fLa veneciana se quita el antifaz. El ladrón, al contemplar el rostro, dé una fealdad insuperable, abre ¡as rodillas instintivamente y la veneciana cae al suelo.)
E L LAPRÓN.—jMe muero, ayl ¡Me muero!
(I.a veneciana oculta con una risa histérica el dolor producido por ei golpe. Y se sienta otra vez sobre las piernas de su víctima, no sin tomar la precaución de rodearle ei cuello con'un brazo.
LA VENECIANA,—-Eres muy simpático y te quiero mucho. A ver, cierra los ojos y abre la boca.
. •
(El ladrón obedece, y r^cibe un puTiado de «confetti» que le pone a des milímetros de la muerte por asfixia.}
LA VENECIANA (riendo I.—iQu¿ graci<»so, cómo escupe! (Y cuando el ladrón se h a tranquilizado un poco.) ¡Anda, vamos a bailar!
E L LAPRÓN.—¡No! ¡Déjame morir tranquilo!
L.\ VENECIANA.— -Xnda^ guapo,
Forcejean. El ladrón, viéndose perdido, grita, en tanto que ella ríe.
Y de improviso el ladrón escapa; se ¡ama por el pasillo que pone en comunicación los palcos; desciende enloquecido por una escalera, y se
detiene al final de ella, frente a dos guardias de Seguridad.
E L LAniíóN (con vos entrecortada).—¡Daténgarxmo, por favor! ¡Sov un ladrón, un latlrón terrible, pero honradol ¡Llévenme a la Comisaría, a la cárcel! Estoy seguro de que este servicio les será premiado con un ascenso. ¡Deténganme! iSe lo pido, en nombre de mi santa esposa, por la felicidad de mi hogar!
,
•. ;.v;(Y cae al suelo desphimado, como un borracho o como un moribundo.). . . . . . .
- _ ,
,
i
:é
Pistoleros detenidos al intentar un atraco cerca de Manresa
En la carretera particular
que va d e Manresa ó las
fdbricos de Jorba, fué colocado por cinco atracadores e s t e poste, para
que no pudiese ovanzar
el camión en que eran
transportodos los ¡órnales de los obreros que frabojaban en oquellas f á bricas. Algunos campesinos que vieron el poste
en la carretero, avisaron
o los somotenistas y éstos
se apostaron en las cercanías del lugar
Al llegar el camión d e lo
fábrica, varios individuos
intentaron asaltarlo, entablándose entre ellos y
los somotenistas un fuerte tiroteo. En la fotografía se ve a un somatenisto mostrando al Juzgado
el sitio en que lograron
ser detenidos los atracodores, después de haberse cruzado entre éstos y
sus perseguidores más de
cien disparos
FOTS. CASAL5
r =••»..íiÍw.t^-V...'—>-g-wlR...^:->- ...i
Carlos B a y ó n , Antonio
Mas, Salvador Pérez Hernández, Cristóbal W i e fes y Ramón Rivos, sujetos sin trabajo que intentaron asoltor el camión
de las fóbricos d e Jorba
y que fueron detenidos
por fuerzos del Someten,
a las q u e se rindieron
tros un nutrido tiroteo en
la carretera de Manresa
• .h-M-MI
'¿f'-jCl
SEMANA
TEATRAL
«Escuela
de miflonarías»
<¿Es usted capaz
de quererme?>
«los jardines
del pecado»
El magnífico cuadro final
de <Lo5 ¡ordínes del pecado», opereta de A n t o t i o Paso y el maestro
A l o n s o , estrenada c o n
entusiástico éxito en al
Teotro Marovillos
Perlita Greco y Miguel
Ligero, figuras centróles de la nueva obro
de Maravillos cLos (ord i n e s d e l pecado», estrenoda la noche del
sobado con éxito cauroso
FOis, coRTés
S
ÜAREZ de Doza es un autor cómico que parece haber hecho
voto de frivolidad, BuficientOTiiento conocido ya para que nadie busque en suS comedias más qu© un fondo de ironía ante
el espectáculo de la vida y una (orina desenfadada que no se para
en convencionalismos ni tiene para nada en cuenta el qué dirán.
Si, además, como ha hecho ahora con la comedia Escuela de millO'
narias, ostreniída en el Teatro Beatriz, califica una obra de «ligera»,
sería absurdo esperar de olla nada transcendentaí, y si algo hubiera,
constituiría una nota disonante. También es el caso de Escuela de
millonarias si atendemos a las reflexiones finales en que el 'autor
nos expone, poniéiidose un poco en preceptor, la moraleja de la comedia. En obras de ese género el autor debe limitarse a exponer sus
argumentos, y gui potes capare.
El carácter principal de Escuela de millonarias es el de una mujer
antojadiza y blase, como se decía antes, cansada de !a vida, y que,
más o menos en serio, está a punto de suicid^irso; se hubiese prestado si Suárez de Deza fuera un observador y hubiese querido tomarse el trabajo de observar, a ser eje de una comedia de más enjundia y:más interesante desde muchos puntos do vista; pero Suárez de Deza, fiel a sus principios, no ha pretendido hacer tanto; ha
limitado su ambición a distraer al público, y en Uigar de buscar el
fondo de ese carácter, lia preferido, como siempre, no pasaj de la superficie de las cosas y acumular en torno de ese carácter escenas
episódicas que si no han dado por consecuencia una comedia profunda, han servido para construir una comedia animada que si no
emociona distrae, y quo. en definitiva, parece responder^ como otras
del mismo autor—Mi distinguida familia, por ejemplo—, a una preocupación del autor ante el lamentable espectáculo de la mala educación de las muchachas modernas.
Dejando la coihedia en esa aspiración de divertir a las gentes,
sin más transcendencia que la de comedia para pasar el rato. Esátela de millonarias puede entrar en el repertorio con pleno derecho. Muchas han vivido en él con menos razón.
Es lamentable, sin embargo, que el autor de Escuela de millonarias, que podía aspirar a mucho más, se conforme con tan poco,
y no utilice sus indudables dotes de satírico para mostrar más firmemente plantados los tipos cómicos que la \ i d a ofrece a su sátira.
Este, que en partOj al menos, ha inalog,rado ahoia, fundamentalmente cómico y puesteen un ambiente como el que sirve de fondo a
la comedia, propicio a producir reacciones de mucha fuerza cómica,
hubiera podido, lo repito, dar xina comedia muy superior a Escuela
de millonarias.
Pero tal vez piense Suárez de Deza que no vale la pena de esforzarse, ya que para la mayor parte de! público con eso basta, y con
eso se logran éxitos excelentes como eJ conseguido por esta comedia
estrenada ahora en el Beatriz.
Josefina Díaz de Artigas hizo muy bien su papel, con un sentido
d é l o cómico lleno de finura y elegancia.
'
Luis do Vargas no ha
logrado tampoco el éxito
definitivo y perdurable
que deseamos para la Comedia, menos afortunada
este año de lo que merece. La razón de que así
haya ocurrido es, a mi
juicio, que Luis de Vargas se ha encerrado en
una fórmula, consecuencia quizá de la constitución habitual de nuestras
Compañías escénicas, y
ha escrito su nueva comedia pensando sólo en
una figura central y hasta, probablemente, en una
determinada actriz para
desempeñar ese papel.
Es f i g u r a principal,
que anoche interpretó con
acierto. Milagros Leal;
pero como quizá no fué
Carmen Montano, notabilísima boilarina
española que reside en París, y que ha
obtenido recientemente grandes triunfos
como estrella coreográfico en la PoromOUnt
fOT. GALÁN
C{)ncobida para ellii, resulta, como tantas veces ocurre en obras de obra estrenada ahora
ese tipo, amenguada, preiíisamente porque todo lo que aparece en e.i Miravülas, señala
i^orno Carece del relieve que haría más íuertb, aunquB otra cosa crean i^auces y orientaciones
distintos a ios que haslos que hacen comedias de osa manera, ¡a íigura capital.
La Compañía de la C3Tiedia ofrece posibilidades que Luis de ta hoy eran fórmula
Vargas ha desaprovechado totalmente. Zorrilla, par ejemplo, hacía clásica de estas obras.
por lo menos, tea el Niímero EspeEl jardín de los pecaUn papel in'ioloro; Somoza, un papel viejo y nada interesante; la
cial que publicará M U N D O GRÁdos
es
una
opereta
con
San Pedro, un calco de otras figuras demasiado manoseadas ya, y
FICO próximamente, paro dur a coasi todos los demás, salvo María Mayor, que, aunque no mucho, sa- gotas de revista; una
nocer a toao el mundo los ospecios
mós brillontes de esfas famosas fieslió mejor librada en el reparto. Su personaje, el eterno personaje opereta limpia y gratas de primavera, deliciosa mezcla
do mal genio y buen corazón, hizo el dúo al interpretado por Mila- ciosa, en la •.[ue el desenfado no pasa nunca
oe paganismo, religiosidad, riqueza,
gros Leal: el oonsabidt} de muchacha madrileña que siente hondaolegrfa y orle.
la
línea
del
buen
gusmente y se sacrifica en silencio por gratitud.
to. Til maestrrj Alonso
Por fortuna, al final, como era de suponer tratándose de una co- hacompuesto p a r a d l a
~ Si Ud. piensa ir
media, y, por añadidura, de una comedia original de Luis de Vargas, una partitura modertodo se arregla sin necesidad de que el sacrificio se consume, Como se nísima, rica de me!f>= a Las Fallas de Valencia..
ve, todo es bastante, más que bastante, demasiado viejo en la nueva día y de ritmos, fácil,
comedia. La única novedad que ha presentado ahora el autor ha sido elegante, Número hutambién necesitará leer esie Número
Especial de M U N D O GRÁFICO,
la de hacer a uno de sus personajes guardia de Asalto. No todo ha- bo—como el del íanpues será como un guia espiritual
bía de ser de la mis- danguillo indio—que
que le permitirá penetrar en lo se"
"
ma edad.
Periita C/reco, P a c o
creto significación histórica, humoLos actoreti sostu- Gallego y las segundas
rística y moral d e los fallas de
vieron la comedia de- tiples cantaron y baiValencia, en los que derrocho vomasiado endeble para laron hasta cuatro veluptuosamente su alegría, su dinero,
su originalidad y su ingenio satirice
que ese esfuerzo de ces. En l a presentala pujonte capital levantina.
interpretación eficaz ción—^cuidada y fasno merezca ser aplau- tuosa—se destacan algunos cuadros—^1 de
dido.
EEÍ NUMERO ESPECIAL de
los piratas, ol .ie la
jiagoda-^, con magnificencia de escenario
I E dedicado a Las Fallas de Valencia,
Se advierte clara- intornacional, con ranDEZA
go
y
lujo
verdaderamente una evolución
cpareceró próximamente, en edición
Creación, notable de
en el gusto del públi- m e n t e europeos. La
limitada. Constará de 40 paginas,
obra c o n s t i t u y ó un
hermosamente ilustradas en huecoco
do
revistas.
QuieEPITADIAZDE
grabado, y se venderá a 40 céntiren ya los espectado- éxito caluroso y total,
al que colaboraron efimos. Antes de que se agole la edires algo más que la
ción, pido a nuestro corresponsal o
cazmente Periita Gregraciosa arbitrariedad co—muy aplaudida al
cts. a su quiosquero que le reserve un
del género. Antonio
ejemplar.
Paso, autor de solera,
,. ._. ...
. ,
_. .
temple auténtico de presentarse de nuevo
. . —
hombre de teatro, ha ante el público—, Amacortado a recoger es- paro Taberner, Aurete nuevo rumbo de la lia Ballesta; Isabel Gisbert y Dorita del Monte, y Ligero, Gallegoy
revista, y on El jar- Videgain.
ALEJANDRp MIQUIS
dín de los pecadas, su
Sí Ud. no piensa ir a
Las Fallas de Valencia...
|MUNDO GRÁFICO
UELADEMILLONARL
5UAREZ_DE
ARTIGA
I MANUELCOLIADO
40
Una escena de lo comedio de don José Moría do Acevedo, «Lo que fué de lo Dolores», esrrenada con buen éxiío en el Teotro Cómico por la
Compañía d e que son primeros figuras Aniío Adomuz y Alfonso Muñoz
«"OT. VJOEA
Las peripecias dramáticas y las escenas de perfil
sainetesco o que dan lugar muchos divorcios.—En los
hombres es frecuente el a r r e p e n t i m i e n t o después
de la ruptura.—La vida va uniendo al matrimonio
con sus a l t e r n a t i v a s felices o desdichadas.—Las
contiendas de los padres envenenan las vidas de
los hijos.—Necesidad del Tribunal tutelar
N
o es cierto, como aíirma Chamíort, qun el amor sea el cambio
de dos fantasías y el contacto de dos epidermis. Hay algo más
profundo y misterioso en ese sentimiento, hecho de grandeza
y de miseria, y del que pende la vida de la Humanidad.
Pero hay que penetrar con cautela on esa zona obscura y peligrosa donde las quiebras sentimentales con\'1erten el blando y tierno sentimiento aíectivo en dureza, agresividad y venenoso encono.
La espalda del amor es el odio, y así como del mejor vino sale el más
excelente vinagre, así también el sentimiento amoroso, al pervertirse o trocarse efltre dos personas, doja—como hoguera inextinta—unos
rescoldos de ferocidad que asustan.
De aquí que la antesala de un abogado donde acuden las parejas
a consultarle sus deseos de divorcio, tenga parael rep<írtero la misma
categoría de una clínica. Aquí las heridas y los males son del espíritu; pero no por eso son menos graves y dolorosas que las de! cuerpo,
Concha Peña, abogada ilustre, que ha forjado su relevante personalidad en las luchas del Foro y de la tribuna publica, me habla
de las incidencias, peripecias dramáticas y las escenas de perfil sainetesco a que dan lugar muchos divorcios.
"Todo mi esfuerzo es por apunfalar el hogar que se resquebraja", nos dice la ilustre abogada Concha Peña
—Tengo en marcha actualmente setenta demandas de divorcio
.—-nos dice Concha Peña—. Todo mi esfuerzo, cuando vienen a mí, es
apuntalar el hogar que se resquebraja, tratar de unir a los dos seres
que quieten ir por distinto camino en la vida después de haber andado juntos gran parte de la jornada. Sólo acudo a la ley cuando va
he agotado mis resei\'as persuasivas. Mientras me queda un resquicio o ana pasibilidad de arreglo, trabajo ardorosamente por llevar la
paz al hogar donde ost-i encendida la guerra. Porque a veces los motivos de dosuni<^n son pequeños, infantiles, sin consistencia para tomar tan grave resolución. Yo pregunto siempre a 61 o a ella: «¿Tiene usted hijos?* «Sí.» «Pues no se divorcie.» Me da mucha pena ver
cómo en la lucha entre el hombre y la mujer son las criaturas las que
sufren las consecuencias. Y llamo—a veces con fortuna—al corazón
del matrimonio desavenido, pidiéndoles la reconciliación en nombre
de los niños, de la orfandad y abandono en que quedaráxi por sus
culpas.
Hace poco vino a mi despacho una mujer. Quería divorciarse. Me
contó su vida matrimonial, y yo le dijo, imperturbable: «Usted no
puede dejar a su marido, que es un hombre bueno. Deje asted que
transcurran unos días, los suficientes para que se le pase esa irritación. El momento de la ira no es bueno para el consejo.»
Se enfureció 'Conmigo la señora. Se marchó do mi casa irritadísima. Pocos días después entró con su marido en mi despacho, y aquí
se reconciliaron.
A los que no les deja vivir el recuerdo de la mujer que
amaron.—Se dívorcion, se arrepienten y se cosan
—-E-n los hombres—ai^ade la señorita Peña—es frecuente el arrepentimiento después de la ruptura. Cuando ya se han divorciado y
viven alejados de la mujer que amaron, no les deja vivir el recuerdo.
Es lo que pasa con todo lo que se nos aleja. Distanciados, van haciendo examen menta! de las buenas cualidades de la compañera divorciada. La costumbre les había hecho fatigosa la vida en común, y la
cercanía había borrado las magníficas cualidades de su mujer. Hasta
que un día,..
Un señor vino hace algún tiempo a mi casa i>ara entablar la demanda de divori-io. Dijo que no quería a la que era su esposa, una
mujer bellísima y de tipo elegante. Ella afirmó que tampoco amaba
a su marido. Se divorciaron.
Pasó algún tiempo, y un dfa un amigo, que no conoció al matrimonio, dijo al hombre:
—]Chico, estoy en relaciones con una mujer guapísima! Y su belleza palidece ante sus buenas cualidarles. Yo, que he sido refractario al matrimonio, estoy ahora dispuesto a casarme.
Después de hacer un elogio fervoroso de la «desconocida», añadió:
—^Tienes que verla, para que te dé envidia. El domingo nos vas a
esperar a la salida de la iglesia de San José,
En efecto, allí aguardó el divorciado a la pareja; pero su asombro no
tuvo límites al ver que la
señorita que hablaba tiernamente con su amigo,
aquella mujer espléndida
y arrogante, era ]su mujer! El marido divorciado
se fué a ellos con irreprimible impulso, gritando:
—i Yo no puedo consentir estol ¡Esta es mi
esposa!
—¡Estamos divurciados!—exclamó ella.
—I Pues nos casamos
otra vez!
Y, en efecto, se han
vuelto a casar.
Concha Peño, una de tos mtí* inleresantes figuras jóvenes de la abogacía, que
hace en esto información decTaracíonea
muy curiosas acerca de la oplicación en
Madrid de to tey de Divorcio
FOT. COBTÉS
La ternura de los viejos.—E) Tribunal fomitíar y las t r i fulcas en los hogares proletarios.—El mantón de Manila
—rjCuál es más difícil al convencimiento: el hombre o la mujer?
—En los grandes problemas, el hombre es más difícil; pero en las
pequeñas y menudas cosas, la mujer,
—¿A qué edad es cuando se da con mayor frecuencia el divorcio?
—Generalmente, abunda éste cuando la pareja lleva tres o cuatro
años unida. Con, el tiempo los caracteres se hacen de uu «mismo
cuñoa, la vida va uniendo al matrimonio con sus alternativas alegres
o desdichadas, las pasiones (aniquiladoras on la juventud) van perdiendo su poderío y fortaleza, para dar paso a un sentimiento de
ternura, de comprensión y de confianza que hace el hogar indestructible. Por eso los que llev-an muchos años de vida matrimonial no se
divorcian.
— ¿En qué clase social abunda más?
—La que da más contingente es la clase baja, ¡Y si viera usted!
Yo salgo de mi despacho muchos días con el alma oprimida, destrozada. En la pareja que quiere separarse, todo lo que era antes
amor so convierte en odio, y los dos sacan a relucir cosas que sólo
el oírlas hacen daño. Y luego que en tanto se establece el divorcio,
la vida de los hijos se envenena con las contiendas do los padres, con
sus luchas. Sobre el alma blanca de las criaturas caen las peltadEis del
barro que se tiran los combatientes.
Para evitar muchas tragedias familiares yo aspiro en todo momento a que se establezca el Tribunal familiar, do paz, de reconciliación. Muchas veces, la mujer proletaria riñe con su marido el sábado
porque éste no le lleva el salario de la semana. Pelea, trifulca, juicio
de faltas. Pasa el momento, y cuando ya pasó la hora mala, viene
la celebración del juicio—al mes y medio—a recrudecer la lucha y a
hurgar en la heridla que el tiempo iba cicatrizando. Esto podía evitarse
con esos tribunales familiares que yo propugno.
—'¿Quiénes de los dos sexos presenta más demandas de divorcio?
—El hombre.
Concha Peña me habla ahora de su estancia en París la pasada semana. Allí ha sido objeto de un cariñoso homenaje por parte de las
abogadas parisienses María Veronne, OdetteSimont, Susana Grimberg,
Andrea Lhomann, Borrell...
—¿Hay, según sus compañeras, muchos divorcios en París?
—'No, señor. Ellas tienen ahora pocos divorcios—me contesta mi
ilustro compatriota—. Lo que más abunda allí son las quiebras y las
suspensiones de pagos.
La charla ha terminado. ITna criadita entrega a la abogada una
tarjeta, Y ésta dice, doblando ¡a cartulina*
—lista señora quiere divorciarse porque ha encontrado en los bolsillos de su marido un retrato de éste en el que está el hombre envuelto
en un mantón do Manila,,.
JULIO ROMANO
Ifí^;:pru;
Un aspecto exterior del magnífico Pclocio en que se ha instalado en Lisboa el Instituto Español, primer Centro d e esto clase q u e Espoña
tiene en el Extranjero
Lo que es y lo que quiere ser el Instituto Español creado en Lisboa
Proceso de uno creación
D
i'SDt; osta mañana ilel i i de Tebrero. los nhitiuiJlos ospañolos que viven en Lisboa pueden asistir a las clases de un Instituto on el que hallarán el mismo réf^inmn, las mismas enseñaazas y la misma eficacia lojíal que en un Instituto de España,
Es el primor establecimiento de esta clase que nuestro país tiene en
el Extranjero, En él se podrán aeguir los estudios del bactíHcrato,
exactamenite igual que si se tratase de un Instituto nuestro. Exámenes y títulos tendrán la misma validez que si hubieran sido colebriidos y expedidos en España,
Razones de todo
tjfénero aconsejaban la
creación del Instituto,
En la colonia española
del^isboa alentaba ese
deseo, mezclado con
ei escepticismo de lo
que no sesabesi se logrará algún día. Cuando \]cgó a Portugíil
don Juan José Rocha,
s i n t i ó y comprendió
oso afán de nuestra colonia. Acertó a ver
todo lo que en ese deseo había do emoción
sentimental, de lazo
rpio hará más amplia
la cultura y más fuert e el i.dnculo entredós
pneblos. Y a partir del
primer momento, su
esfuerzo m á x i m o se
puso a) servicio de esa
iniciativa. Trabajó,
atendió, estimuló. Supo vencer dificultades,
sortear jx^ligros, anuInrobstácrilos, Tjiidea,
loja[):i atitn-i, entró en
..I cama;., .le I., real^
jj,J l u s t i t n t u Español
sería pronto un hecho. Cada viaje a Matlrid del embajador apretaba
más el cerco para el logro de. sus prop^isitos. Aldabonaí'os constantes a tos duros portones oficiales. Marcelino Domingo, entonces ministro de Instrucción Pública, tuvo para la iniciativa palabras y propósitos de apoyo. Sin embargo, la tiranía presupuestaria se impuso,
y el Instituto no logró hallar cabida en las partidas de Instrucción
PñWica. Pero ta idea estaba muy dentro del ánimo de Rocha para
sor abandonada así, tan fácilmente. El embajador fué entonces al
Ministerio de Estado, v en la Junta de Kolaciones Culturales halló
el necesario apoyo.
El Instituto está ya creado. Es obra personal de Rocha, que ha
puesto on él su trabajo, su entusiasmo y'iu
dinero. Es un gran orgullo para su gostióji
do embajador de España en Portugal. Do
esta creación admirable podría decirse lo
que el buen Ií.ilt;'.L.,:r
<lel AlcAzar dijo do 'ti
vinillo en la Cénit famosa: *Solo se alaba;—no es menester
a labal lo, >
Uno de las aülos^-amplitüd, m O d e r n i d o d -d e l fnstítuto Espoñol, inouguradft en Lisbod
OÍ 11 de Febrero
Instaloción, eficacia / propósitos
del Instiruto
La callo del Salitre
parte de la Avenida de
la Libertatl, a la izquierda. En el númer<i
uno de la calle está la
Casa de España. {Está,
im realidad, en la misma Avenida de ta Libertad). La Casa de
España es un gian paInii'i en ol que se ha' ^ ^ " insíaUidn.s ol G m sulado, la Cámara de
El Qcla de lo inauguración, ofrecida en homenaje a nuestro embajaüor por los presidentes do las entidades españolas de Lisboa, y la
escribanía de plata, dedicada también a don Ji/an José Rocha por los
alumnos del Centro
Placa que los españoles residenlas en Lisboa dedican al señor Rocha
en signo da gratitud por la creación del Instituto. Está colocada la
placa en el vestíbulo del Centro, donde fué descubierta el día 11
de Febrero
Comercio, las e s c u e l a s e s p a ñ o l a s . D e s d e hoy, t a m b i é n el I n s t i t u t o .
L^s a u l a s s o n a m p l i a s y c l a r a s . Y d e u n m a t e r i a l escolar m o d e r a i s i m o q u e a h u y e n t a , p o r su gracia, p o r su n o v e d a d , t o d a i d e a d e
latjor d a l o r o s a . d e esfuerzo o b s c u r o y raelaticaiico. (Aquellas viejas
aulas d e los c a s e r o n e s d e n u e s t r o s I n s t i t u t o s , d e los c a s e r o n e s q u e
fueron c o n v e n t o s y s o n . p a r a l a c h i q u i l l e r í a , cárceles.)
b,l I n s t i t u t o n o se l l a m a de S e g u n d a E n s e ñ a n z a p o r q u e , p r o b a Diomeote. tendrá, m á s a d e l a n t e e s t u d i o s q u e n o sean d e l bachillerato,
*
t r o d e difusión d e n u e s t r a c u l t u r a , h o g a r e s p i r i t u a l , c a s a en q u e p u e d a n reflejarse los ecos de la Tíspaña q u e piensa y q u e s i e n t e .
P a r a q u e e s t e a m p l i o y a l t o fin p u e d a s e r c u m p l i d o t o t a l m e n t e ,
el I n s t i t u t o n o se l i m i t a r á a d e s a r r o l l a r sus cursos d e Segunda E n s e ñ a n z a . OrganizaJá conferencias, darlas p o r n o m b r e s p r e s t i g i o s o s d e
n u e s t r a ciencia y n u e s t r a s l e t r a s . Creará u n a biblioteca e s p a ñ o l a :
n u e s t r o s libros y los l i b r o s que h a b l e n d e m o t i v o s e s p a ñ o l e s .
El d i r e c t o r d e l C e n t r o es un c a t e d r á t i c o j o v e n , J o s é H e r n á n d e z
A l m e n d r o s , q u e d u r a n t e cinco años h a e x p l i c a d o Ciencias en ol I n s t i t u t o - E s c u e l a . A l g o d e l e s p í r i t u y la eficacia d e e s t a organización
q u i e r e él l l e v a r al I n s t i t u t o q u e n a v e g a h o y bajo su m a n d o .
T o d a e s t a o b r a — s u s reaU.iades y sus p o s i b i l i d a d e s — s e debe a
n u e s t r o e m b a j a d o r . E l ha s i d o a n i m a d o r — e s p í r i t u , v o l u n t a d , t r a bajo y d i n e r o — d e e s t a magnífica s e m i l l a p l a n t a d a h o y por E s p a ñ a
en t i e r r a s d e P o r t u g a l . L a colonia e s p a ñ o l a alli r e s i d e n t e h a s a b i d o
c o m o r e n d e r i o así, y h a t e n i d o pava d o n J u a n J o s é R o c h a las a d h e s i o n e s m á s fervorosas. Quiso hacerlo un g r a n h o m e n a j e , q u e él r e h u s ó .
Mas a t r a v é s del t i e m p o , e s t e n u e v o h o g a r s e n t i m e n t a l d e E s p a ñ a
q u e e s el I n s t i t u t o , s e r á e l h o m e n a j e m e j o r — m á s s o b r i o , m á s h o n d o
y más eterno—a la obra de un hombre.
E.ste año se d a r á n las a s i g n a t u r a s del p r i m e r c u r s o , y c a d a año
sucesivo se a u m e n t a r á n las a s i g o a t u r a s d e l c u r s o s i g u i e n t e . A p a r t e
d e los e s t u d i o s d e n u e s t r o bachillei-ato, so d a r á en el I n s t i t u t o u n a
clase d e L e i ^ u a y L i t e r a t u r a p o r t u g u e s a . E l s o s t o n i r a i e n t o d e e s t a
clase c o r r e r á a c a r ^ o d e d o n J u a n J o s é Rocha.
E s e v i d e n t e la eficacia del I n s t i t u t o , L o s m u c h a c h o s q u e a n t e s
q u e r í a n s e g u i r los e s t u d i o s del b a c h i l l e r a t o español h a b í a n d e venir
a e x a m i n a r s e a Badajoz. H o y no t i e n e n n e c e s i d a d d e e l l o , p o r q u e
los e x á m e n e s hechos en el I n s t i t u t o t i e n e n la validez d e los c e l e b r a dos en c u a l q u i e r o t r o I n s t i t u t o d e E s p a ñ a . T i e n e t a m b i é n e s t a creac.ún el m é r i t o d e c o n t r i b u i r a la n o desespañolización do los chiquillos r e s i d e n t e s en Lisboa. Y a u n u n a t e r c e r a eficacia: la d e s e r Cen-
Lüboa, Febrero.
JosÉ M O N T C H O A L O N S O
Sentado», en «I centro, Irene de Vasconcelos, profesora del InitihjtO; nuestro emfaaíador Hnn !..«« i«
e» L
I •
- j «»-. J - In Junta
d . Relacione. Cu,..,a,=. don Blo. Cobrero, en [°» « J - o s . o . p . o í e . o r e . ° d ; i t r ° ^ ^ ^ ^
Ef, S'nS^i Z^^Z'lí'T'o'XT.
Moílinei López; en pie, nuestro componero José Montero Alonso
rw. « • « H A DA CUMHA
1.—Boina en ¡ertey
de sedo rojo vie¡o,
con moteado «beige> y cocardas y
lumas d e cofor
lonco y rojo viejo
g
2.—^Toquita en roso rugoso, de color
blanco, con un nud o sujeto por una
cinto de «gros
grain»
3.—Un vestido muy
nuevo y muy eleg a n t e , en angora
de color <betge>,
con b o c a m a n g a ,
cinturón y corbata
<de tubo»
4,—U n c o n j u n t o
muy b e l l o y muy
sencillo, en crespón
«georgette» c o l o r
freso, con uno corbato blanca y negro
magifui
5.—Un s o m b r e r o
de fino distinción:
es de una gran sencillez y va hecho en
lona «houvest»' y
fieltro «taupé» negro
tp^
M
I
.-^r:;^!
1
í;!ia-«£íi»í-í?ií
llVi.L'.'-^-i'íí^
[.-^¿jnaiaxj^aaaiBíViSi^*'"'"T^"
O
FICIALMENTE—y realmente—es el
ros y alegres, línea gra-
invierno todavía, y, sin embargo,
ciosa... La moda se en-
tiene ya la modo femenina el gozo y el
trega con todo su ímpe-
desenfado de la primavera próxima. Los
tu a la primavero, como
sombreros, las telas, los modelos, pre-
en un desquite de las
sentan ante los ojos femeninos, en las
pasadas <toÍlettes> in-
más recientes exposiciones de las Casas
vernales, de los abrigos
de modas, la ligereza, la brillantez de
pesados que quitaban
color, la gracia nueva y luminosa que
belleza y perfil a las si-
tradicionalmente ha de ocompañar o la
luetas femeninas. Nues-
estación inmediato. Ya el espíritu innova-
tra página
dor de los modistos ha logrado las nue-
unos modelos de som-
vas creaciones, que muy pronto veremos
brero y vestido, en los
en ios calles, en los teatros, en los «dan-
que triunfa plenamente
*=iigs>, en las salas de té, en los hipódro-
e! espíritu, claro y ale-
rnos. Telas claras, diáfanas; vestidos lige-
reproduce
gre, de la primovera.
.
INGLATERRA NO ES YA LA REINA DE LOS MARES
TUVO EN LAS AGUAS, DURANTE LA GUERRA MUNDIAL, 527 <DESTROYERS\
Y AHORA OCUPA EL QUINTO LUGAR ENTRE LAS POTENCIAS NAVALES
I
'
NC.LATiíRiíA no c|uiürií ])L>rdor c!e[iiiiti\-;(.n30nTe la suprí^niaciii on lus sus mariutíros: a'jtuitlni(.'nt)', 30,000 menos que Ins Estados Unidos,
7.0Ü0 menos que el Mikado. ¡Naturalmente! La reina ayer de ios mamares, qiui tantti tiempo ha gozado, y lia doL'.ididn n^joiistrLiir su
Marina de guerra, «nunca tan <]cbi] romo ahora en niii|:;L'in poríodo res IV.) dispone de buqycs bastaiite.s para conservar en s'ervicíolas triUH los últimos citmto cñicuentá afKisn, dkon los osUulislay y los poli- pulacione.s <]uesostienün ías dos potencias niarítimas que más rivalizan
con ella. La Gran Bretaña está gravemente amenazada en las aguas,
ticos británicos. Ya so prepara a o1úf !a Gran Bretaña, po^^-^uc da por
descontado ol fracaso de ía Conferencia doi Desarme, de Ginebra. ílna guerra le pfindria hoy en situación muy apurada. Desde t>i TraDesde iuetío, OKa ronnion internacional ha desechado todas, absolutii- tado de r^Jndr«!S <le K)30. "íejor aún, desda el de Washington de
mente todas las proposiciones de
1922. arabos del imitación naval,
restricción nava! hechas por los i~\'- • :'. -."
Inglaterra ha descendido a rango
da legados ir.g tesos. Erari las prinsecundario en elementos esenciacipales disniinnir et tamaño do
les del poderío naval: tiene melos acorazados a 22.000 tonelanos cruceros que Norteamérica o
das, con cañones de 11 pulgadas;
que Japón, y ocupa el quinto ludisniimiir también Sos cruceros a
gar en desiroyers modernos en es7.00Q toneladas; abolir completara proporción: Jap<jin, 97, con
mente los submarinos.
112.000 toneladas; Francia, 59,
con igual tonelaje que Japón, por^Cómo han respondido las ^xique sus buques de este tipo son
tencias navales a estas propuesmayores; Estados Unidos, 78, con
tas? Construyendo F r a n c i a el
06.000 toneladas; Italia, 57, con
Dunkerque, acorazado de 26.500
76.000; Gran Bretaña, sólo 54 destoneladas, con cañones de 13 pultroycrs, con 74.000 toneladas. Vv.
gadas, como ensayo para formar
dato más en contra: los mejores
una división de seis. o por lo raedesiroyers británicos son inferionos de cuatro baques iguales;
res en dimensiones y armamento
construyendo asirais]no Francia,
a los que tienen las otras cuatro •
Japón y los Estados Unidos crunaciones. Finalmente, Francia
ceros qua rebasan con gran excedomina a todas las potencias en
so las 7.000 toneladas; botando
conductores d e flotilla, con 31 de
al agua incesantemente las tres
estos formidables destructores y
nacioues citadas, y con ellas ItaLos buques ingleses <Lucía>, «Nelson», «Rodney», «Warspite», «Vaun total de toneladas 73,000,
lia, submarinos de 1.500 tonela- liant>, «Hood», t(Malaya> y <Renowsj^ en el puerto de Gibroltar
¡contra siete cbn 11,000 toneladas , con radio de acción bastante
das, de Inirlaterra!
para cruzar el Atlántico. Además,
' t a b a , para responder al proptísiRecuerdan los técnicos navatü que envuelve la construcción
les ingleses que durante la Gran
por l-rancia del Dunfierque, está.
Guerra los desir(tyers fueron los
modísrnizando sus cuatro mejores
primeros buques que se hicieron
dmidnoii^hts: DuiUo. J)ora. Caa la mar y los últimos que regrevoitr y Cesare, construidos antes
saron a las bases navales: contad é l a guurra mundial, de 2:;.000
ban los británicos nada menos
toneladas cada uno, dándoles
que 527, incluyendo los torpedeveintiséis nudos do andar por horos, y afirman que no eran basra, -jon 5f; cañones de 1-2 pulgadas
tantes: 700 hubiera sido el niüentre todos. [Poderosa fuerza nameiro justo. \ es que la opinión
val habrá de ser esta división
naval considera el destróyer couio
í<ei antídoto más eficaz»—así lo
italiana!
-r^
afirman—contra elsubmarino. E s
o
o
extraordinaria la proporción en
¿Qué hará Inglaterra? Su Alque han aumentado los sumergimirantazgo no quiere ya quedarbles en los últimos diez años: 135
se rezagado. ReempUi^ará ense-.
han construido entre Ital Ía y Franguida todos stis acorazados, que,
cia, 52 entre Japón y los Estados
excepto media docena, considera
Unidos. [Apenas ha botado una
anticuados, con nuevos buques
docena al agua la Gran Bretaña!
de combate de 25.000 toneladas
Una división de submarinos ingiftseí anclado en lo bohío de Glbraltar
o
o
y cañones de 13 pulgadas; aumen¿Temor británico ante el potará en la cuarta parte do su núderío naval ajeno? jX^uién dijo
mero actual los cinceroa; cons«miedo» a los ini^leses! Precautruirá anualmente, durante siete
ción, y también deseo de poseer
años, do doce a dieciséis dcstroelementos imprescindibles para
yers; al rnismo tiempo, construimantener la seguridad do las corá un número de superdeslroyers
municaciones de 1 i mperio británique puedan oponerse con éxito a
co: tales son los sentimientos que
los mudernísiinos y rápidos «acoles hacen considerar necesario
razados de bolsillo* que hacen
volver a ser superiores en todos
Francia, Alemania e Italia; elevalos océanos, reconquistar la surá su marinería on 10,000 liompremacía naval que han ido abanl>res, para llevarla a un total de
donando, enmendar ei daño que
100,000, y aun asi tendrá 20,000
h a n ocasionado a su prestigio
marineros menos que Norteamémarítimo Francia e í t a ü a , que en
rica y sólo 3.000 más que Japón.
los tres años de vdgencia que lle¡A lo que conduce la política
va el Tratado de Londres han
de economías! Tenia la Gran Breañadido éntrelas dos naciones 16
taña como norma de su flota de
cruceros, 24 desiroyers. y 50 subguerra que fuera en todo momenmarinos a sus flotas de guerra, en
to tan podorcraa como las Armatanto que Inglaterra los ha disdas juntas de las dos naciones
minuido ella sola justamente en
más Inertes en el mar, ¿Cuál es
ese número.
hoy su poderío marítimo?. Basta
El submarino francas «Ondine», nautrogodo hoce unos años
el dato apuntado dei número de
OBSÉRVER
a consecuencia de un choque con un barco griego
•
^
^
-
_
-:
v,jr-^,V=iiFr==;--
? ^•V.^T-li-'-i^ .
'-.-.r,-
EL NO TIENE LA CULPA
EL C O M B A T E T R Á G I C O DEL
GIGANTE DE LOS PUÑOS DE HIERRO
N
o tiene él la culpa,
l^as aatoriflades norteamericanas no podían hacer otra
cosa sino ponerle en libertad' Es decir, tal vez su seriedad
no habría paderido un punto, si el gigante no hubiera sido detenido
esas horas durante las cuales la Justicia lo entretuvo entre sus
redes.
Porque el gigante es inocente de! crimen de que algunos han querido acusarlpí,llevados de un sentimentalismo más que estúpido, malvado.
Y el crimen ha existido; pero los que ahora se conduelen de
la terrible desgracia, forman en su mayoría en esas íilas de exaltados
que piden golpes mAs duros, violencias atroces, sangre, en fín, cuando una pelea transcurre sin lo que ellos llaman «emoción». Emoción,
que no es sino la hoja de parra de una pasión morbosa que nos ha
legado la gran guerra como un poso trágico. Que tal vez antes do
' a g r a n guerra fuera como una tara ancestral para laque no hay medicación específica. Es que el no tnaütrás ha sido sustituido por un
deseo inexpresado, pero vivo; repugnante, pero íntimo, a los que siguen una colección de temas espectaculares que el mundo bárbaramente aplaude, y de los que hasta surgen figuras convertidas en ídolos universales,
O en mozos sacrificados on lallama de la tragedia, como ese Einie
Schaaf, cuya humanidad se abatió sin que el afán de la muchedumbre que presenciaba el combate tuviera un gesto de dolor hondo,
profundo.
No tiene la culpa Primo Camera.
Ni el boxeo, que es un «noble arte».
Sino los que admiten que at^iiél pueda ser un boxeador y los combates un motivo de holgorio, un pretexto para que los más fuertes
maten a los más débiles.
Toda esa faramalla de Comités y Comisiones que amparan y viven al margen de ios espectáculos deportivos han de ser observados
con cierto recoló, F-n el boxeo no hay que decir que si la vigilancia
y la severidad no son absolutas, los riesgos, las lamentables consecuencias, aunque sólo sea en orden a la irregularidad de las decisiones, son, más qun posibles, fáciles.
Del noble arte del pugilismo se ha hecho un espectáculo mortal
ahora, sangriento con frecuencia, repugnante muchas veces, agradable casi nunca, porque el boxeo no debería ser considerado más
que cijnio la ciencia do la dafoíisa personal. Como la lucha y como
la esgrima.
Pero tan pronto coran las gentes buscan y hallan satisfacción a
sus pasiones en un combate de dos hombres que no tienen rencor
ninguno por que psiearse, se aceptan todas las consecuencias del
combate, en el que, lógicamente, ninguno quiere resultar vencido. Mas
todavía resultaría im¡)osible catástrofe como la última del atleta de
Boston, si los reglamentos y, por encima de ellos, el buen sentido
fuesen norma imperante en ese mundillo de gentes insaciables que
pululan alrededor del cuadrilátero.
Porque el gigantesco italiano no tiene la culpa de haber alcanzado esa talla, de sostenerse sobre una armadura ósea de titán, de
poseer esos brazos interminables, péndulos, rematados en manazas
como ^ r r a s , para las que son menester guantes excepcionales. Pero
los Comités, si fueran más humanos y algo clementes, aunque el
italiano y su manager gritasen contra la supuesta injusticia, no habrían permitido al hércules que subiera un día y otro a los rings
para destrozar con golpe cómico (en los caídos con suprema instantáttea de trs^edia) a los pobres muñecos que sucesivamente han oficiado de peleles ridículos, cuyo artilugio se ofrecía roto ante las mL
radas insaciables de la multitud.
Este último caído, tronchado hasta la eternidad,
no servirá, a pesar de todo, de lección, irorque la materialidad cruel, después de guardar una prudente actitud por poco tiempo, reclamará de nuevo sus titulados derechos «deportivos». Hay más: mientras en
Norteamérica se cierra momentáneamente el paso a la
trágica desigualdad, en Inglaterra (¿qué habrá detrás
de ello?) seafirma todavía que no hay motivo que justifique la sepaT^;ión de Carnera en nna categoría de
boxeadores excepcionales. ¡Que no hay motivol
Y acerca de tal falta de motivo (!) ge escribe y 3e
argumenta deportivamente, cuando ya los empresarios
están al habla con el pugilista tundecráneos, y a la misma hora en que ya
se permite hacer declaraciones otra
posible víctima propiciatoria—Larry
Gains—que aspira, sin duda, al placer
de la trepanación subsiguiente al combate con Carnera, en el que éate, por
toda justificación — lógica — explica
su... atentado victorioso; tEl me quería
pegar; yo le tuve que tumbar >
l.'*ecidi da m e n t e , él no tiene la
culpa.
SERGIO VALDES
Lo última firma d e Emie Schaaf.
Quince días antes del combote
de Nueva Vork, el mozo de Boston, que aspiraba a i c r compeon del mundo, firmo el compromiso paro luchar con Primo
Carnero, en presencia del empresario y el gigoníeíco luchador. Y et f o t ó g r a f o f i o t a r i o reaÍJtnS « t e instante, que fue el
del úlHmo compromiso deportívo del desventurado Schaaf
3fbo/h^df
í¿
'dio por l<r¡
h tos salo*;
,.,, / ' A h o "•
• eí voto éi
dbs se md...,
, >creto hasta id:
i^d efe '• darlo á
;;c¿noG6r al públi-i
veo. Obtuvo el títu-l
po n a c i o n a l , por!
r'mo'yoríq-.c3e -yo-|
í í o s . Id s e ñ o r i t a ^
i.€miiia Docet, re--^preséntente de
:Í<3aítcia en e! con|cyrso. Los votos de
Mos jurados se reIpartieron del mokJo siguiente: ocho
|pqra "Miss Galir-cia", cuatro pora
|"Mtss Murcia", dos
|pai'á"Mts5VasconIgadas". He a q u í
pos bellísimas con[cursahtes, mpmen^tos dntés de pró- 'érse a \a lectu|el acta, en la
he del mar
p e pie,^ en prij
;íérmino, y de iz^,
/'Miss Extremadu^ro", "Miss Vóscon^gddos"y "Miss V i - ,
igo'V "Miss Sala^---ícd","Missr
ía";"Míss,
Íés':y''Mi5S;
,!as"; d e t r
...íss M d d r i u , ^
^"Mis 5 Murcio'',^
" M i s s Aragón",!
;"Míss A s í u r i a s " , j
:?f'Miss Marruecos^ ^
í"Míss Sarttdn
I,'. v-;ii->f r..x^-.(sr-vMíí.-ír,H-^
- - ; T Í - , J J . ; - . ^ I , . . _ •-.. i-.^.y
-;• -.Tiíj-v
-:. - v . i ^ . t : . . ' - - . -
Sia™2 LA SOMBRA VAGANTE DE CHOPIN EN MALLORCA
iHOPiN es en, estos
días actualidad española. So está filmando una película Bobre
fondos mallorquines que
evoca Su exasperada estadía en la Cartuja de
Valldemosa tronchado
bajo el huracán viraguesco que era aquella terrible George Sand,
Se disputan los propietarios de celdas distintas en la misma Cartuja
la gloria productiva de
ser la suya y no la otra la
que cobijara la decadencia física, oí infortunio
amoroso y los éxtasis líricos ,del autor de íos
c
DAlacro|Xf e! ¡noestro de la pintura fran- cese del siglo XfX, roolízó «n este retrato
dfl Chopín una de su» obras culminantes
Nocturno.<!.
de Ecrü sur l'eau había algo más que un rasgo de humorismo; era el
reflejo de un latente y universal estado de opinión anfirromántica.
Claro es que tendría que empezar por destruirbe precisamente
gran número de franceses y venir a buscarles para imponerles el holocausto de sus vidas a la afable y luminosa tierra balear.
Porque es en la Isla de Oío donde se hallan ahora más que nunca
numerosos peregrinos estéticos que buscan las huellas de la remota
pasión del músico débil y la novelista arrogante.
Jorge Sand dejó en un libro inapreciable el relato de aquella
temporada invernal de 1^38-39 bajo el cielo benigno, pero también
bajo el signo fatal del maleficio erético que había de agotar a Chopin.
De padres a hijos se han transmitido las generaciones de payeses
el espanto de ver la mujerona vestida de hombre, fumando como un
hombre, enérgica y dura como un hombre, y a su lado el joven enfermizo, hermoso y débil como una mujer, desangrándose en vómitos,
destrozándose en polémicas íntimas y lanzando a la noche una música extraña ajena a la serena armonía de los nocturnos mallorquines.
(Entre las rocas y el mar—escribía Chopin a su amigo JuUo Fontana el 28 de Diciembre de 1928—, en un gran monasterio, a poca distancia de Palma, me tienes instalado. Las.puertas de mi celda son
más grandes que las puertas cocheras de París. Han desaparecido
mis guantes blancos, y no me rizo el pelo. Mi cuarto tiene la forma de
un ataúd enorme; la alta bóveda está cubierta de polvo, y desde mi
ventana veo naranjos, palmeras y cipreses. Mi cama se halla colocada
bajo una especie de artesonado árabe. La mesa de trabajo es vieja y
tosca; sobre ella reposa un antiguo candelero de plomo—¡gran lujol—
con una vela de i>eí»o. Las obras de Bach, mis manuscritos, mis notas
y otros papeles es todo lo que poseo.»
¿Cuál era esta celda y cuáles las de Jorge Sand y sus hijos Mauricio y Solange, que acompañaban al «querido cadáver*?
Hasta hace poco se creía saberlo con toda seguridad. Se mostraba a! culto de los visitantes y a la estólida vanidad de los turistas. Dibujos de Mauricio Sand y testimonios de su hija Aurora, nieta de la
gran novelista, v novelista ella también, ratificaban lo exacto de tal
creencia.
Sin embargo, liace poco tiempo surgió la duda y la competencia.
No lejos del afable y discreto lugar donde tantos años se consagró
a la memoria de Chopin nostálgicas añoranzas y se fué formando un
pequeño museo chopiniano, apareció el cartel que advierte a los ingleses y a los yanquis el interesado descubrimiento de la verdadera,
en un cartelón arrogante:
Todo nllo agita ecos
en torno del melancólico fantasma, y más vale así, porque se empieza a difuminar demasiado Chopin en los confines de lo remoto.
Cierto que a su tumba del Pére Lachaise y que a loa morumentos
del Parque Monceau y del Jardín del Luxemburgo (lugares tan propicios al sentimentalismo mesocrático) no les suelen faltar cotidianas
ofrendas florales. Innegable que a los conciertos organizados por la
Société Frédéric Chopin acuden siempre auditorios fervorosos en los
que abundan las cabezas grises y los rostros arados por el tiempo.
Pero Chopin está cada día más distante de las muchedumbres
actuales. Incluso de las minorías selectas.
Se consideran un poco fanfarronas, de una fanfarronería que descubre demasiado el ritmo de las mazurcas, sus polonesas. ¡Aquellas
polonesas en las cuales el buen Franz Liszt creía ver los es^jesos brocados y los terciopelos venecianos, las cibelinas que serpenteaban
blandamente, los sables damasquinados, las amplias mangas abiertas,
las turquesas incrustadas de arabescos, las botas rojas de sangre o
amarillas de oro, los petos blancos y severos, las COIEIS rumorosas, las
plumas ondulantes, los tocados deslumbradores de rubíes y esmeraldasj los zapatos bordados de ámbar, los guantes perfumados con
aromas del serrallo!
Sus nocturnos y balEidas se desvanecen con la fantasmagoría lunar de un romanticismo recusado por las juventudes actuales.
• Chopin's cell
Sus valses, de una voluptuosidad doliente y vertiginosa, de una
Where íbe one and only autheniic
,
febril embriaguez que envueK'O de nubes la frente y derrama cálidas
Piano the great composer used this very cell.
pegimtosas gotas de llanto sobre el corazón, nada pueden sugerir ya
en el estrépito de las cenas americanas, délos coch-taÜs vesperales y
Importa, pues, resolver pronto este enojoso pleito paia que el
las cenas frfas al ritmo epiléptico de los jazys o junto a Ja candondía de mañana no sólo puedan volver tranquilos a su país los rebagueria plebeya de los tangos.
Cuando, hace poco más de un año, conmemoró Francia el aniver- ñiegos dovoradores de páginas del Baedeher y de billetes a forfait,
sario de la llegada de Chopin a París, creímos asistir a los funerales sino para estar seguros los devotos de Chopin del sitio exacto de su
de la muerte definitiva ochenta y dos años después de aquellos so- refugio sentimental al otro lado de las salas de concierto, repletas del
lemnes do 1849 ea la Magdalena, donde las almas de Mozart y de vulgo sumiso a las modas transitorias, y sentirse libres de que los caChopin—ambos elegidos de los dioses por el óbito prematuro—, va- cen los antichopinistas dispuestos a practicar el sacrificio h\imano .
gaban en ios acordes de la Mafdia fúnebre y del Reqtiinm famosos, y propuesto por Francis de Miomandre,
donde se vio junto al túmulo la figura erguida del genio de la
J O S É FRANCÉS
pintura francesa del siglo xix: Eugenio Delacroix.
Claro es que Chopin no morirá nunca del todo.
Hay miliares y millares de gentes esparcidas por el
.mundo que no se consideran ajenas ni rehuyen la
emoción infinita del lirismo emanado de su arte. Son.
por lo general, hombres y mujeres de «edad mediana»
y de sensibilidad no sometida a las brutales exigencias del materialismo contemporáneo,
Francis de Miomandre clasificó a esas gentes en
un delicioso y cruel artículo, de vieíllas detnoiselles
a cache-pot, de professeurs de tpiano, pleins de amesiwtte* ei d'adolescents ahuris».
Proponía, además, que, a semejanza de lo que se
hacía en otro tiempo ante las tumbas de los jefes indios ylos monarcas de los pueblos orientales, se realice también ahora el sacrificio humano de estos últimos amigos retrasados del chopinismo,
íDejo a los técnicos el procedimiento ejecutivo
^-añadía—. Me limito a sugerirla idea. Lo esencial es
que mueran. No hay otro medio de evitarnos su molestia. Porque no hay que pensar en encerrarlos en un
reformatorio. Son incorregibles.*
No sontfa usted, joven amigo deportista o vanIfl celda número 4 de la Cartuja de Volldemosa, donde se supone vivió Federico Choguardista; no se indigne usted, respetable amigo mío pin, y en la que figuro, entre muebles y grabados de la ép«co, el plano ^leyef del
melómano. En el fondo de aquella boittade del autor
gran músico, y en et que compuso gran porte de su obra admirable
TRES
El Presidente de la República inaugura
el n u e v o e d i f i c i o d e la
Escuela Central de. Anormales
RETRATOS
l\Aañ-So¡ ^
Hora suave de amor y de embeleso...
Un perfume de paz bono el o^b,en.e.
Jrir,.; risas la música de un beso
'/unos l o t o s más roios que el Pon,en,e.
Uno estrella de nítido bloncura
n r S d a sobre el roso del celo|e,
S todo la belleza del paisQie
íresoenl°°^*^'='^^'"P"P''°
••
FUAngelus.... La tarde se desmaya.
El so sobre los oíos de la p ayo
va escondiendo su aurífero tesoro...
Fn tus oíos el véspero se enciende
V ante tus pies de dioso, el mar se tiende
í o ^ i n Santo imperial de armino^y
Carmen
NO estés triste m^er, alza lo frenje.
Seco el llonto •^^1^'°^°°%^
Oriente
?ot7M."ord:----°'-cuando o mi odo
Lo fachoda del nuevo edificio en que se ha instalado la Escuela
Central de Anormoleí, en Madrid
l^^^^^^^
rirriFasíSsandaluzas.
L Presidente de la República inauguró recientemente el nu<íVO
edificio de la Escuela Central de Anormales, instalada antes
6n el Paseo de la Castellana y desde ahora en la calle del General Oráa. El establecimiento, por su eficacia pedagógica, por su
modernidad, por el acierto de su instalación, es un verdadero modelo
éntrelos de su género. Los doctores Juarros y Palancar, que llevan la
dirección médica de la Institución, han logrado hacer, inteligente y
entusiásticamente secundados por el personal restante, \ina Institución llena de sentido humano. En la visita acompañaron al señor
.Mcalá Zamora el ministro de Instrucción Pública, el director de Sanidad, el presidente de la Diputaciün y otras personalidades, íjue tuvieron para el espíritu y la organización de la Escuela los elogios más
calurosos.
E
Yo calmoré tu duelo con contaros
-oliófores de
«''f^¿°'°:%o.Ql irse desgranando en
olvido
• Estás lejos de mí, pero te siento
tan cerca de mi lado que podna
d e s c X de tu ritmo el movimiento,
y escuchor de tu voz la melodía...
Y dibuiar el rictus de tu boca
Quisiera conocerte, sin ornarte;
He tenerte que amar, no conocerte,
Jarrándote, por último, olvidarte...
-' ^e
es tan
|Mi pasión
es tnn
tan honda
nona yy ^^^^^^^^
• ^ \n dicha de adorarte
2 : % r dolor" nment^depe^derta,,..
Arturo PACHEC
El Presidente de la República, con el minislro de Instrucción P""*'^";
el direclor de Sanidad y los doctores Juarros y Palonear, ' n ° " 9 " r a " a o
el nuevo edificio en que se ha ¡nslolado la Escuela Centroi ae
CORTÉS
Anormales
CUATRO ESTAMPAS PE LA REMOTA CIVIUZACION INCAICA
L
AS civilizaciones decaen cuaado no pueden ir mes allá.» Y
quizá por no poder ir más allá—en sus medios limitatlos
do entonces—cayó la gran civilización incaica. Aun antes
de que llegaran los ooloniTatiores hispaans. A.un antes de sentir
sobre sí el empuje de otra más viril civilización. Docadonto yft,
la cultura incaica se encontraba en ese grado de dúctil maleabilidad que es preciso para lograr los grandes entronques
raciales.
Entronques. Injertos. He aquí unas palabras poco frecuentes
en la historia de las grandes fusiones de pueblos, y que, on el
caso concreto de España y América, tendrán que substituir a
los vocablos «conquista» y «guerra de colonización*. Porque antes que ima iconquista», y major todavía que (una guerra colonizadora», el formidable hecho histórico que se verificó en América a la llegada da los españoles fué eso: un entronque, un injerto de dos civilizaciones para rebrotar en una sola. Fué, si se
quiere, algo más también: una inyección de nueva vitalidad en
un organismo ya agotado y decadente.
Y el entronque, por esperado, por oportuno, fué perfecto y
aencillíaimo. Tuvo algo de esa doble naturalidad 'con que se produce un hecho político previamente madurado, un desenlace funesto ya provisto de antemano. I-a yedra trepadora de una civilización depauperada se abrazó, en natural e instintivo abrazo
fraterno, al vigoioso roble civilizador d e Castilla. Después de •
unas breves convulsiones aeíóntcas. Tras un pequeño escarceo de
lucha postuma. El vasto imperio del Sol fué el inmenso solar, cimentado en formidable piedra básica.
donde se asentó el edificio del gran entronque
histórico de dos razas y de dos civilizaciones. Calla* d e l Cuzco.
Parfach) «ntronqua
Hay muchas; pero entre íodiis las ciudades da d o i dvilizacioan ti qva loaudel Perú existe una que, de por sí, ostensible- na>
lódono y fo poitrzo
mente, nos da la clave de este gran aconte- >a aman y la conu n d a n . Pochodaí
cimiento histórico, obligándonos a proyectar ffncoko»,
da fuerla
los rayoj de nuestra meditariión hacia un baiamanto y ¡«nturat
fin
argomasa,
hecho de tanta transcendencia todaWa no es- eotai del mus puroy
tudiado. Esta ciudad es el Cuzco, antigua y le- attílocolonrot, rguagendaria sede del imperio incaico, y hoy mo- laf o los qu« púadan varta an cuatnumento d© primerisimo orden en el álbum quiar pueblacíto aipoñot. Al pía, una
do las grandes reconstrucciones históricas.
manado d a llamas
[El Cuzcol Como Roma, como Toledo, como da corso lustituyanboBiíg'dad, oí solo hechizo de esto nombre pró- ,da al coslallono
rrlquillo
Maravilld d« una catmdtal qu«
Hen« todo al recro sabor da un
Tolodo. de un Burgos o da un
L«ón, «n rudo controiFe con eila
«stampa*gl¿gica, d<B un paitar
jndi'gena oeruano santado a l
pia an \a Cruz cuidando da l u
reboño de llamoj
^
3- Sobre n u e s t r a i m a g i n a c i ó n l a l e g e n d a r i a p e l í c u l a d e u n a s p o é t i c a s
ocaciones q u e son c o m o b r i l l a n t e s c u e a t o s infantiles s a l p i c a d o s e n t r e
s secas lecciones d e la H i s t o r i a pau-a s u a v i z a r e n a l g o su a r i d e z , P e l í ^s legendarias q u e n o n o s i m p o r t a s a b e r si f u e r o n r e a l i d a d e n a l g u n a
V ^ ' " ^ ' p e r o q u e m u y bien p u d i e r a n h a b e r l o s i d o . C o r t e s f a s t u o s a s , e s P endorosos desfiles r e l i g i o s o m i l i t a r e s , a b i g a r r a d a s m u c h e d u m b r e s , p a l a los, t e m p l o s , o r o , p i e d r a s p r e c i o s a s . P a r a í s o s t e r r e n o s q u e l a p r o v i n c i a Jia imaginación d e unos h o m b r e s r ú s t i c o s y s e n c i l l o s tejió quizá en l a s o ^ d a d d e u n a m i s e r a a l d e h u e l a . Q u i m e r a s , y a c o n v e r t i d a s e n m ú s i c a poé^'^a, que l u e g o ía t r a d i c i ó n t r a j o h a s t a n o s o t r o s .
^ 6 r o , por hoy, d e j e m o s a u n lado e s t a s evocaciones q u i m é r i c a s p a r a
^ e r a la c i u d a d del Cuzco s o l a m e n t e bajo el a s p e c t o q u e n o s i n t e r e s a .
° e s , c o m o p u n t o d e c o n v e r g e n c i a d e d o s civilizaciones, Y bajo e s t e a s P ^ ' t o , no creo q u e p u e d a d a r s e c i u d a d p a r e n el m u n d o con la a n t i g u a y
^agrada c i u d a d d e l Sol. E s c r i t o s o b r e p i e d r a e s t á — a c t a n o t a r i a l la más
fehaciente—este d o c u m e n t o .,'••.
prueba d e g r a n i n j e r t o t o t a *«ario d e d o s c u l t u r a s cont r a p u e s t a s . Y así c o m o d e
\pledn p u d o decir el p o e t a :
*Cada p i e d r a es u n r e c u e r do», del Cuzco h a y q u e d e '^ q u e n o h a y c a l l o , q u e n o
^^y plaza o rincón o monum e n t o q u e n o sea u n a p e r ^ ^ t a soldadura de
u n a ci^'ilización con
o t r a civiliza^'ón, sin
acortar a señalar
dónde
empieza la una y
•iónde t e r m i n a l a o t r a , c u á l
^^ el o r i g i n a l y cuál la coP'a-. qué lo p u e s t o y q u é lo
^"Jperpuesto. F a c h a d a s autóctonamente incaicas, de
'uerte basamento y junturas
^^n a r g a m a s a , Be d a n l a m a no Con c a s a s del m á s p u r o
estilo colonial, d e n e t o c o r t e
c a s t e l l a n o , cbn s o l a n a s iguales a l a s q u e p u e d e n v e r s e
en c u a l q u i e r p u e b l e c i t o d e
•iantanderj y con a r c o s e n
herradura idénticos a los de
Cualquier c o n s t r u c c i ó n a r a °^goandaluza. F e r r a d o s port o n e s q u e s o n nJaravilla do
t r a b a j o s d e forja, y p u e r t a s
" a j a s , e s t r e c h a s y sin r e l i e v e
a l g u n o , d e la é p o c a incaica.
, - ' • > . -
Pero iobr« todoi eitoi docunanloi
pétreei, Mte lupramo iTmbolo d * |
formldoble l n ¡ e r l o hitlórico: lot
enormes mu roí del templo del Sol—
el fomoio Voticano incaico—lobre
loi que el cololícitmo erigió un convenio de dominicói
Pero mué mád Elle fraile cuxque*
ño, producto de un cruce cercano de
razas, 4no es acoto el nie¡or limbolo viviente del entroque de lo* doi
GUlhiroif
Y y a en u n o r d e n a r q u i ^ ^ W n i c o m á s e l e v a d o , el
s í m b o l o , el f o r m i d a b l e s í m enlo de] a m i s t o s o e n t r o n q u e
histórico. R e c o r t á n d o s e on
el c i e l o d e u n c r e p ú s c u l o ,
irente a frente y mirándose
^•n r e n c o r e s y a , las d o s sil u e t a s d o l o s g i g a n t e s q u e un
¡^'a p u d i e r o n merlirse con
'!í"aldad d e p o d e r í o : a u n
'ado, la bronca silueta d e la
c a t e d r a l ; al o t r o , la n o b l e
iigura guerrera de Atahualpa, el d e s g r a c i a d o ú l t i m o
e m p e r a d o r inca,
m^A'
P e r o t o d a v í a n o es. a q u i .
Con ser plono, d o n d e el s u p r e m o s í m b o l o del i n j e r t o d e d o s c u l t u r a s se r e a l i z a p l e n a m e n t e . E s u n poco
niás a l l á , s o b r e la e n o r m e m o l e d e u n a s p i e d r a s m i l e n a r i a s , d o n d e el m i l a g r o
d e l a conjunción d e l a s dos razas se \'erifica. L a e n o r m e m o l e del g r a n t e m p l o
del Sol, s a n t u a r i o el m á s g r a n d e del i m p e r i o incaico, se achica, cede su b a s a n i e n t o , y s o b r e él r e c i b e la a g i l i d a d d e l o s g r a c i o s o s a r c o s d e u n c o n v e n t o d e
d o m i n i c o s . L a p i q u e t a , t i l d a d a d e d e m o l e d o r a , d e l f a n a t i s m o católico, n o d e r r u y e los c i m i e n t o s d e l o t r o f a n a t i s m o . F r a t e r n a l m e n t e c r i s t i a n o , se s u e l d a
con é!, se i n j e r t a en él, y d o n d e a y e r oficiaba ol s u m o s a c e r d o t e d e l Sol y
Se e l e v a b a n l o s h i m n o s sacros y se h a c í a n los c r u e n t o s sacrificios, h o y o ' i c i a n
l o s s a c e r d o t e s católicos y se e l e v a el h u m o d e l incienso e n a z u l e s e s p i r a l e s y
'GSnena l a m í s t i c a voz del ó r g a n o . ¿ P e r o q u e m a s ? E s e fraile c u z q u e ñ o , m a n i f i e s t o p r o d u c t o d o u n cercano c r u c e d e d o s r a z a s , ¿no es a c a s o el mejor s í m r*olo v i v i e n t e d e l e n t r o n q u e d e d o s civilizaciones on
t o d o s Sus m á s e x a c t o s c o n t a c t o s éticosocialcientíficos?
Otro documento péFreo del
«Las civilizacionos s o n d e c a d e n t e s c u a n d o n o p u e d e n
ir m á s a l l á í , es v e r d a d ; p e r o pocas v e c e s l e s f a l t a —
Como a q u í — l a r a n u r a d e un á r b o l n u e v o e n el q u o
J a j e r t a r s e el a p o y o d e o t r a civilización on la q u e d e s cansar
ROSA ARCINIEGA
"^-
. i j . _ .•::r.;Jü
enlroquA de d o i civiliioclonsi: la mole d« lo cal«clral;
la ettotua de Atahuctipa, «1
ínforFunadD último ernperodor inca. Lat iilu«las de los
gigantet qtfeun día pudieron mirarte frent« a frente
con iguoldod de poderío
¿CUAL ES SU «HOBBY»?
«Hobby» es una palabra inglesa que se pronuncia «jobiw. Los yanquis dicen «jaobi»; pero ya es sabido que no se debe hacer mucho caso a los yant uis. En algunos diccionarios ingleses no figura esta palabra; en otros sí. Pero tampoco se debe hacer mucho caso de los diccionarios.
La traducción que dan de esta palabra es tan diversa y confusa, que no se entendería bien. Lo cierto es que, quienes la emplean, lo hacen en el
sentido de indicar con ella eso manía, mói o menoí prdcfico, que se realiza de un modo habitual, al margen de la profesión y por puro deleite.
Y a eso vamos. Todos tenemos nuestro «hobby». El «hobbys es al espíritu lo que la nariz al cuerpo. ¿Que hay chatos? También hay quien tiene un
«hobby» vulgarote y tontón. ¿Que hay narigudos? Pues también hay quien tiene un «hobby» estupendo, o varios «hobbysu muy buenos.
Nadie debe avergonzarse de confesar su «hobby», como tampoco sucede que, quien por ser demasiado chato, o tener la nariz muy larga o deíorme,
la lleve oculta tras una careta. Cada cual es como es. (Sócrates, o así.) Hay «hobbys» ingenuos, sencillos, y «hobbys» complicados, difíciles. Unos son
deliciosamente inútiles, y otros hábilmente prácticos. Pero, en todos los casos, el «hobby» tiene encantos de intimidad, de consuelo, de distracción, de
refugio, de descanso... El «hobby» es nuestro tirano. Es frecuente que se tome más en serio el «hobby» que la profesión: recordemos el curioso caso del
famoso pintor inglés, cuyo «hobby» era tocar el víolín y que, si admitía crítica para sus cuadros, no toleraba la menor censura o duda, en su habilidad
con el víolín..., que tocaba bastante mal, por cierto, según dicen sus biógrafos. Convencidos de que el «hobby» tiene gran importancia como dato psicológico, como punto de referencia, como simple curiosidad y hasta como argumento de disculpa para ciertas irregularidades de conducta, vamos a traer
a estas páginas el «hobby» de las personalidades más destacadas y populares en los diversos matices, ramos, profesiones y ambientes que integran la
vida social. Y que la suerte nos acompañe para que se nos nieguen pocos personajes a revelarnos su tdiobby».
El de don Pedro Rico es |inconfesable!
V
El de Amparifo Miguel Á n gel es pictórico
AMOS, parece mentira, ¿eh?
¿Quién iba a suponer que esa
Nuestro alcalde, |nada mepersonificación de la frivolidad
nos que nuestro abundante
que es Amparito Miguel Ángel
alcalde!, tiene un hobby inconfesacultivase no un hobby, sino t r e s ,
ble. El primer ciudadano madriley a cual más serio y romántico?
ño practica con frecuencia ciertas
Sin embargo, así es, sí, señor:
costumbres que no se pueden
tres hobbys txne la criatura. Van
transcribir a la letra impresa.
ustedes a ver qué bien los explica la deliciosa vedette.
Bueno: la cosa es que, como
poder, sí que se puede, Pero no
—Lo que más me gusta hase debe. No es que sean inmoracer cuando no trabajo es cantar
les ni punibles. E^ que son eso:
en serio trozos de música clásica.
¡inconfesablesj
Falla me entusiasma.
Da rabia que don Pedro Rico
—Bueno, Amparito, no siga
sea tan campechanote, tan buepor ahí. Eso, en usted, no es hobnazo, tan cordial, tan abierto a
by. Otra cosa.
la amistad, porque con eso le ata
—Pues no sé si esto otro será
a uno las manos y le arranca de
hobby ; -peto mi mayor afición fuelos puntos de la pluma ciertas rera del trabaja son las vacas,
velaciones indiscretas que regoci—¡Cómol ¿Las vacas? ¿Torear
jan a quien las lee, pero fastidian
vacas, o comer filetes de vaca?
a quien se refieren.
—No; torear, no. Me gustan ias
«Yo no tengo fiempo de tener «hobby»... Trabajo mucho, trabajo
Si este que ahora disfrutamos siempre, y no me queda tiempo nt para odelgozar...»—dice don Pedro vacas vivas; soy feliz ordeñando
fuera un alcalde de otra casta, |ya
Rico o Santiago de la Cruz...
FOT. conrés a u n a vaca, Y t a n t o las quiero,
les diría yo a ustedes cuatro coque, cuando veo una mujer guapa,
sas divertidas! Pero don Pedro le compra a uno con unas sonrisas, el mejor comentario que puedo hacerla es exclamar: «¡Qué ojos tieunos apretones de mano y una confianza y camaradería en el t r a t o , ne esa mujer; parece una vacáis Y ante un precioso nene chiquitín,
que anula y transforma en incondicional al más reacio.
mi más tierno elogio es: *¡Mira qué monada!.jParece una vaqnital»
—Esa afición a las vacas, ¿la ha tenido siempre?
Cuando—después de los trabajitos que yo me sé—pude hablar
—Sí; desde que era así me obsesionan las vacas. Hasta el p u n t o '
con él en su despacho y le pregunté cuál es su hobby, me dijo:.
de que las personas de mi intimidad me llaman «la vaquita*, y yo
—[Si yo no tengo de eso, querido!
no me enfado.
—¡Vamos, don Pedro, que sí!
—¡Que no! Le aseguro que no. Yo no tengo tiempo de tener hobby.
Ya me disponía a dar por terminada la entrevista cuando Amparito
Trabajo mucho, trabajo siempre, y no me queda tiempo ¡ni para me dice, ruborizándose:
adelgazar!
—¿Sabe usted lo que de verdad, de verdad, es mi pasión continua
—En fin, don Pedro, alguna ocasión tendrá usted de hacer algo que e incurable?
no le produzca ganancia material,
—[Cualquiera adivina!—resdinero, sino recreo espiritual.
pondo, lógicamente despistado,
—¡Anda; eso sí! ¿Cosas que no
después délo délas vaquitas, Peme produzcan dinero? ¡Muchas!
ro ella, en el colmo del rubor,
—Casi--ninguna-de mis ocupaciones.
asegura:
• "-•me da dinero.
—La pintura. ¡Pintar es mi
h-^,^^-- "-i_No; no es eso. Por éj«át-^^
mayor deleite! ¡lío hay nada tan
í.^'- pío," vera'...iisted;. báblemos' .dCV. '
sugestivo como pintar!
; [Aquí unas palabras mías que tie—¡Muy bien! Me gustaría ver
nen la virtud de sobresaltarle).
algún cuadro suyo.
—[De eso, ni hablar, querido!
—No; si cuadros no pinto; eso
Y, además, eso no es u n hobby,
no me gusta. Lo que yo pinto
—Sí lo es, don Pedro, Y tamson muebles, cacharros, muñecos.
bién lo de... {Otras palabras que
Vaya mañana a casa y verá. Toproducen el mismo efecto alai*dos mis muebles los he pintado
man.te,)
yo. Mañana le espero, y verá mia
obras.
—jTampoco, caramba! No hablemos de eso tampoco, ¿Esas deFui, claro está, al día siguienbilidades se llaman ahora hobby?
te, con elfotógrafo. Y vi, en efecBueno: pues entonces diga usted
t o , que todos, sus muebles están
que yo no tengo hobby.
bella y originalmente' pintados.
Y me da nn cigarrillo, y me
Se dispuso a fotografiarse pintanecha el brazo sobre los hombros.
do un perro de Xaudaró.
Y me acompaña casi hasta la ca—Es lo que estoy pintando^
lle, rogándome discreción. ¿Quién
ahora-^me dijo.
sé resiste? Yo rae declaro venMiré al muñeco y vi con asomUnü de lot chobbys» tíe Amporiio Miguel Angftl es la pinturo. Élld
cido.
pinta Bui muebles, $ut cacharros, sus muñecos», FOT. VIPBA bro que estaba hecho una binia:
un
un OJO más garande que el otro.
iodo embadurnado, ihorrible, va•Oos! Y me vino a sacar de dudas
"II pajarito, que me dijo al ¿ído:
—Ella pinta los muebles y los
cacharros, sí, ios pinta. Y hiego
tiene que venir un pintor de verdad a arreglar lo que ella estropea, pííro usted hí^a como que
no sabe nada, que la daría mucha
rabia.
—No; si inmorales no son; eso
no. PerOj vamos, usted comprenderá que no se puede decir que
en mi imaginación guardo un archivo completo en el que tengo
catalogado a qué animal se parecen todos mis amigos y amigas y
las personas 'de cierta popularidad.
—]No se puede decir, claro!—
le concedo, muerto de risa, y le
pido: dígame algunos, a ver.
—No, no, que a lo mejor se
El del doctor Huertas (hijo)
enteran y se ofenden. ¡Es curioso
es viajar... en mapa
que la gente se moleste si le comparan con un bicho, cuando, en
Todas las amistades del docmuchos casos, el que tiene motitor Huertas (hijo)—lo que equivos para indignarse es el pobre
vale a decir utodas las personas
animal, que sale perdiendol
•i^e una vez han estrecliado su
niano y le han sido gratas»—saben
No necesito jurarles que me
*lue eselcandidato más apropiado
mostré conforme con su afirma'Para figurar en esta Sección.
ción, ¿Verdad?
¡Nadie puede tener mayor nü—^Mi hobby más arraigado y
'"^ro de íiobbvs ni más curiosos
constante son los viajes fantástique él!
cos. Pero como no puedo realizar•Mi vhobby> mós a r r a i g a d o y constante—dice el ilustre doctor Huer,. . ^ es que el doctor Huertas tas—son los viojes fantásticos. Pero como no puedo reolízarlos d e ver- los de verdad, me conformo con
(mjo) es un espíritu infantil. Co- d a d , me conformo con hacerlos en el mapa. Tengo una de los mejores hacerlos en el mapa. Tengo una
colecciones de mapas que pueda existir...»
FOT. COKT&S de las mejores colecciones de ma^a naturalfsima y de clara explipas de todo el mundo que pueda
cación. A pesar de su reconocida
- "Jívencia científica y de ser mayor de edad (i), no es todavía—] y que
existir. Y sentado en mi despacho geográfico, rodeado de libros, con
arde muchos años en serlol—el doctor Huertas del todo, sino el doc- un lápiz en una mano y un compás en la otra, sigo y estudio las rutor Huertas (hijo).
tas de los grandes navegantes, y he ido por el mundo con MagallaEl paréntesis que indefectiblemente ha de acompañar a su ape- nes, con Vasco de Gama, con La Palisse, y he compartido las proeWo como un titulo más, complementario del de doctor, es, sin duda, zas de Yerges Khan y de Aníbal, y he triunfado, sufrido y luchado
que le presta ese gracioso desenfado, esa amable y legítima irres- con los conquistadores españoles en tierras de América. ¡He recorrido
ponsabilidad infantil, tan simpática y singular, que caracteriza y el globo en todos los sentidos sin moverme de mi sillón!
^ o ^ n a al insigne psiquiatra.
El doctor Huertas (hijo) termina así sus confidencias;
—A veces, para dar más realidad y emoción a mis aventuras de
¡Anda, lo que es de eso, tengo un rato largo]—me dijo, como
y^ esperaba, al preguntarle por su hobby. Y añadió, cauteloso; —Lo viaje, organizo grandes batallas con una estupenda colección de solHUe pasa es que no todos se pueden decir; alguuos son inconfesables. dados de plomo que tengo, Pero, bueno: esto tampoco se piiede decir.
Bueno, doctor, dígame los que quiera; [no me voy a ruborizarl
SANTIAGO D E LA CRUZ
^ j No digamos que mny mayor, may mayor..., pero si algo mayor, vanioa.
N U E S T R O S
Ha
P O E T A S
Primavera sin amor
vuelto
¡Ha vuelto ya! Y el Sol
y nada siente mi alegría
el mar, el monte, el llano
todo es inconmovible cual
brilla lo mismo
loca:
y el abismo...
la roca.
Los Jilgueros no entonan con más bríos;
el ruiseñor no aumenta sus cantares;
no es más pulido el lecho de los ríos
ni más blanca la espuma de los mares.
Va viene la primavera
ya viene la primavera,
madre de miles de
de su aroma y su color;
que sonríen
orgullosos
ya vistieron
los almendros
ya entonan
los pajarillos
ya viene la primavera...
¿Quién ha hablado de dichas
ignoradas?
¿Quién dijo del placer y la alegría?
Nada sabe de cosas
extremadas
guien no ha gozado esta alegría mía.
i Todo está igual! Pero
la vida se desborda; ya
¿Que el Sol no alumbra
¡llevo toda su luz dentro
como un torrente
no hay calma.
más?
Naturalmente^
del alma!...
sus tules de
y las palabras
los suspiros
/y yo no tengo un
amor!
saturada
de
más que canto es
belleza;
se evaporan
con el aire
sonidos,
confundidos,
se lo cuenta al corazón:
tan de prisa, corazón,
salirte del pecho? ¿Quieres
Son tan fuertes
reza,
oración;
en un mundo de
y el alma con gran tristeza
¿Quieres
desposada;
alborada;
se pierden
No palpites
flores
de la vida y no lo canta, lo
pues su dulce melodía
tus latidos,
ten más
romper
que ahogan,
tu
envoltura?
causan
fruto
dolor...
que la rama muestre el
¿ Qué te importa
que el Sol brille, que el aire esté
si no tienes un
.
cordura.
¿Qué te importa
ni que venga Primavera,
*
sus notas en la
Vibra el alma estremecida,
siente el Himno
Adornando
el jardín con su presencia,
impávido el clavel se yergue
esbelto;
las rosas no nos dan mejor esencia;
todo está igual... y^ sin embargo, ¡ha vuelto!
con su manto de colores;
sazonado?
perfumado,
amor?
Aurelia
RAMOS
LAS MUJERES
...,.^^..^^,^..^;^j^.,,,.,.,^.,,,,^
.'.''"•^'^J^'^^^f^^-'', rc-^-1':-."^y."-^
•••..-'--^.•.i~-..Tr-Z'^ír--m?:
EN LA SILLA
ELÉCTRICA
H
ARÁ d o s años escasos q u e R u t h B r o w n
S n y d e r y su a m a n t e , H e n r y Y u d d
G r a y , s o b r e q u i e n e s se babla conceiit r a d o t o d a ' a c u r i o s i d a d del p u e b l o neoyorq u i n o , se s e n t a r o n en la silla eléctrica. L a
enorme ciudad hallábase dominada por una
especie d e v é r t i g o . D e h o r a en hora, las gentes, á v i d a s de n o t i c i a s sensacionales, e r a n inf o r m a d a s p o r ediciones e x t r a o r d i n a r i a s acerca d e los menores incidentes d e s a r r o l l a d o s en
la fatídica p r i s i ó n q u e se eleva e n t r e el río
H u d s o n y la i m p o r t a n t e red de la línea cent r a l d e N u e v a Y o r k . N a d a menos q u e ciento
veinticinco p e r i o d i s t a s h a b í a n solicitado autorización jiara a s i s t i r al suplicio de los condenados.
E l q u e u n suceso de s e m e j a n t e n a t u r a l e za hubiese d e s p e r t a d o e s t e i n t e r é s , obedecía
a q u e i b a a ejecutarse a u n a mujer, E s , en
efecto, r a r o en e x t r e m o q u e u n a mujer sea
c o n d e n a d a a l a s i l l a e l é c t i i c a , a u n q u e es e s t a
clase d e suplicio !a m á s e x t e n d i d a en la A m é rica del N o r t e , p u e s t o q u e la h a n a d o p t a d o
v e i n t i t r é s E s t a d o s de la Confederación. Diez
y seis d e ellos a u n m a n t i e n e n la horca, y e¡
Vista exterior de ta Cárcel Modelo de Chicago, llamada p o r los profesionales del delito
d e N e v a d a , p o r excepción, e m p l e a los gases
lo <Pen$ión de familia del Tío Sam>
t ó x i c o s . E n siete E s t a d o s e s t á a b o l i d a l a pena capital.
Su m a r i d o d u r a n t e u n a c e n a c e l e b r a d a c o a v a r i o s a m i g o s , h a b í a s e
H a s t a el presente, sólo h a n p e r e c i d o en la silla eléctrica t r e s m u a p r o v e c h a d o d e la b o r r a c h e r a p a r a e j e c u t a r el siniestro p r o p ó s i t o q u e
jeres, n o o b s t a n t e aplicarse ese s i s t e m a en N u e v a Y o r k desde iSgr».
le Sugiriera el a m a n t e .
E n los r e a t a n t e s E s t a d o s , y desde comienzos de la p a s a d a c e n t u r i a ,
N o bien se d i c t ó la t e r r i b l e s e n t e n c i a p o r el T r i b u n a l de J u s t i c i a
n o h a n s u b i d o al c a d a l s o m á s q u e n u e v e mujeres. L a p r i m e r a fué Mary les fué c o m u n i c a d a , los d o s asesinos hicieron t e s t a m e n t o . L a celda
g a r i t a H ü u g h t e l i n , c o n d e n a d a a m u e r t e p o r infanticidio en 1817, y
de R u t h en l a p r i s i ó n de S m g - S i n g se h a l l a b a a unos c i n c u e n t a meque h a s t a m o m e n t o s a n t e s de ser a h o r c a d a hizo r e p e t i d a s p r o t e s t a s d e
t r o s d e l a Deaih Chainhe-r ( C á m a r a d e l a M u e r t e ) . R u t h n o p e r d i ó u n
su inocencia. L a int'eliz n o m e n t í a , p u e s a l g u n o s a ñ o s mí'is t a r d e u n a
m o m e n t o su entereza. P o c a s horas a n t e s de la ejecución se b a ñ ó y acim u j e r r e v e l a b a en su lecho de m u e r t e hal>er e s t r a n g u l a d o al pequecaló c o m o p a r a ir ai t e a t r o A las siete y m e d i a d e la m a ñ a n a consuñ u e l o en u n acceso de celos. E n 1819, la n e g r a R o s a B u t l e r . condenam i ó con excelente a p e t i t o su ú l t i m a c o m i d a : u n a t o r t i l l a con j a m ó n
d a por liaber incendiado p a r t e de un b a r r i o de N u e v a Y o r k , fué a h o r y u n p l a t o de p a t a t a s fritas. A la.^ diez se despidió de su m a d r e , con
c a d a en presencia d e diez m i l espectadores. L a m i s m a p e n a sufrieron
la q u e se hizo im r e t r a t o , a! q u e puso e s t a detUcatoria: Heart brokcn
m á s t a r d e t r e s mujeres que habían e n v e n e n a d o a sus m a r i d o s . L a ú l (Con el corazón d e s t r o z a d o ) , y que a l g u n a s h o r a s después a p a r e c í a
t i m a esposa h o m i c i d a c o n d e n a d a a la h o r c a p a g ó su d e l i t o en 1884,
en t o d o s los periódicos gráficos en l u g a r preferente.
F u é el s u y o un c r i m e n c i e r t a m e n t e m o n s t r u o s o . N o d á n d o s e por saL a d o b l e ejecución se efectuó a Ia3 once de la noche. E l v e r d u g o
t i s f e c h a c o n h a b e r a c r i b i l l a d o a t i r o s a su cónyuge hizo pedazos el
íué R o b e r t E U i o t . e l m i s m o q u e r e c i e n t e m e n t e ajustició a los a n a r q u i s c a d á v e r , a r r o j á n d o l o s a los c e i d o s .
t a s Sacco y V a n z e t t i . P r e s e n c i a r o n la t e r r i b l e escena v e i n t e periodisL a si Ha eléctrica fué a p l i c a d a por p r i m e r a vez a u n a mujer e n iSg^.
t a s , varios médicos, seis e m p l e a d o s y el d i r e c t o r d e l a prisión d e
E s t a ejecución o i i g m ó generales p r o t e s t a s por p a r t e , p r i n c i p a l m e n t e ,
Sing-Sing, L e w i s L a w e s , que', p o r cierto, es a d v e r s a r i o furibundo de
de las mujeres n o r t e a m e r i c a n a s , si bien h a y q u e confesar q u e la senl a p e n a de m u e r t e .
t e n c i a d a h a b í a hecho m é r i t o s s o b r a d o s p a r a ajusticiarla. E n efecto,
U n f3tógrafo de la Ckicago Tribune. no o b s t a n t e la prohibición
M a r t a P l a c e , que así se l l a m a b a , h a b í a asesinado a su hija p o l í t i c a e
a b s o l u t a d e t o m a r íotografías de la ejecución, se c o m p r o m e t i ó a o b i n t e n t a d o hacer la m i s m a operación con el p r o p i o m a r i d o . T a n espant e n e r , p o r lo m e n o s , la d e R u t h Snyder, A ese efecto, llevó o c u l t o en
t o s a s fueron las c i r c u n s t a n c i a s del c r i m e n , q u e Tcx)doro R o o s c v e l t ,
el pecho, debajo d e la c a m i s a , u n a c á m a r a en m i n i a t u r a , que hizo
entonces g o b e r n a d o r del E s t a d o de N u e v a Y o r k , se negó a conceder
funcionar c o n e x t r e m a habilidad en el preciso m o m e n t o d e a t r a v e s a r
el i n d u l t o . Diez a ñ o s después m u r i ó en la s i l l a e l é c t r i c a la mujer
la c o r r i e n t e e l é c t r i c a el c u e r p o de la uxoricida. L a m a y o r í a de los ped e un colono q u e h a b í a asesinado a u n a vecina p a r a p r o c u r a r ciertos
riódicos c o n d e n a r o n éste reportaje m a c a b r o ; pero, en c a m b i o , o t r o s se
p r o v e c h o s a su h i j o ,
d i s p u t a r o n la fotografía a peso de o r o . Y d o s h o r a s m á s t a r d e t o d o s
R u t h Snyder es h a s t a el p r e s e n t e la ú l t i m a d e su sexo que h a sido
l o s v e n d e d o r e s de d i a r i o s g r i t a b a n a p l e n o p u l m ó n en B r o a d w a y : «[El
e l e c t r o c u t a d a . H e a q u í su delito. U n a noche, e n c o m p l i c i d a d c o n su
ú n i c o r e t r a t o a u t é n t i c o d e R u t h en la silla eléctrica! o
a m a n t e , dio u m e r t e a su esposo m i e n t r a s d o r m í a . C o m e t i d o el criE l ejecutor d e a l t a s o b r a s del E s t a d o de N u e v a Y o r k c o b r a ciento
m e n , se \\\v.o ligar p o r su c ó m p l i c e a los pies de u n a c a m a , a fin d e
c i n c u e n t a d ó l a r e s p o r c a d a v i d a h u m a n a que s u p r i m e . E l procedimiens i m u l a r que la c a s a h a b í a sido a s a l t a d a p o r unos b a n d i d o s , y q u e
t o d e la silla e l é c t r i c a 'e e v i t a p o n e r s e en c o n t a c t o con el reo. A c t ú a
é s t o s e r a n los v e r d a d e r o s a u t o r e s del asesinato. Sus declaraciones en
desde u n a c á m a r a p r ó x i m a , desde la q u e hace p a s a r la c o r r i e n t e u n a
este sentido a n t e la Policía fueron t e r m i n a n t e s . Mas c o m o luego se
vez q u e los a y u d a n t e s le a v i s a n p o r medio de u n t i m b r e q u e el reo
a d v i r t i e r a n cu ellas numifiestas contradicciones, u n c a r e o e n t i e R u t h
e s t á en disposición de r e c i b i r la t e r r i b l e descarga. C u m p l i d a su t r i s t e
y su a m a n t e d i o la c l a v e d e l suceso, q u e d a n d o a m b o s g r a v e m e n t e
misión, c o m p r u e b a d e s d e un v e n t a n i l l o l a eficacia d e la operación,
c o m p r o m e t i d o s . A c a b a r o n -^n confesarlo t o d o ; pero en el c u r s o de s u s
y si, por desgracia p a r a l a v í c t i m a , é s t a n o h a m u e r t o de la p r i m e r a
declaraciones ia p a s i ó n a r d i e n t e q u e se h a b í a n profesado, y q u e h u b o
descarga, hace p a s a r o t r a c o r r i e n t e a m a y o r v o l t a j e .
d e l l e v a r l o s al c r i m e n , fué poco a poco t r a n s f o r m á n d o s e e n o d i o feroz. E n vez d e e x c u l p a r s e r e c í p r o c a m e n t e , se a c u s a b a n c o n v e r d a d e r a
Saña d e a u t o r e s e instigadores del asesinato, en el que h a b í a n c o n c u r r i MARÍ.\ LUISA
ANDERSEN
d o todiis las c i r c u n s t a n c i a s a g r a v a n t e s . R u t h , d e s p u é s de e m b r i a g a r a
(Copyright por )a «Agence Llttéraire Intematioaale». Exclusiva para Prensa Gráfica.)
FOTOGRAMAS
DE LA ACTUALIDAD
N
UESTRA actitud, un poco estóptica,
ante la intógnita de la cinematofíratía iíispana, se desvanece por realida• que convierten las interrogaciones en
^ J p u e s t a categórica: Madrid. la ciudad abiera todos los rumbos espirituales, cuenta
Qe ']^'^ o^íudios emplazados en Ciudeid LiJ- . primer puntal de nuestra industria ci^ 'V^^°gi"áíica. organizada por la CHA, que
L.^^^
'Comenzará la filmación de pelícu'ds Bapañolas.
de 'f^ ^^g"'í'can para España la creación
^^astos estudios? La palabra crear, de este
„i^
^P^icada, sólo podría significar orga>•. .pero en este caso concreto es arran-
»T»!S%'
, r#^ B
> ' f, " !
Charies B o y e
i o reí le
" film in^uíclanti.., realiata,
(le íuerte ciuotiviaau.
Oé
*^"no programa garantizaJo
car, agrupar valoracinn*^!^ y vnluntarlps, iniciar o impulsar la industria nacional, l'ln una
palabra, salvar nuestro patrimonio riuomatügráfico de la situación servil sometido por
la producción extranjera.
Todas las naciones del mundo implantaron la editación de películas como un signo
de evolución que marcara en el intercambio
mundial su potencialidad espiritual,
Sólo España permanecía indiferente a este
problema, que afectaba a su propia econo-
Anna M a X ; ^ o n g , la famosa y exótíco actriz
china, en un momento escénico de lo producción «Hoi-Tang», el extraordinario éxito
. del Cine de la Prensa
mía. Hoy merced al.esfuerzo realizado por
los oleineiitos que integran la Sociedad Cinematografía Española Americana, cuenta
con estudios que la reíntegrará-n al ritmO;
evolutivo que denandaba su rango artístico.
No ha sido tarea fácil llegar a que cristalizaran en un hecho real las múltiples iniciativas para la creación de nuestra industria
cinematográfica.
Por tanto, Espaíia entera debe secundar,
moral y materialmente, la labor de esta Em-
René Claír, el genial director francés,
duronte la filmación de uno escena de
la extraprdinoria película «14 de Ju>
lio», que en breve presenlorá Selecciones Filmófono
presa, cuyo fin caastituye una aspínicióti
nacional.
Todos los úit» la divertida camedia
parisién, llena de ¿ r a d a y picardía,
SE FUE MI MUJER
Rene Clair acaba de estrenar en París,
con éxito excepcional, su última realizar-ión
titulada 14 de Julio, film que marca una técnica progresivamente innovadora de las nuevas posibilidades del cinema.
Seloccinnes Filmófono, que no regatea esfuerzo alguno por servir al público y de colocar el espectáculo cinematográfico español al nivel del europeo, ha adquirido la cinta en un precio exorbitante, con el fin de que
sea proyectada en ¡Madrid con escasos días
do diferencia que en París, Berlín y Londres.
Un alarde que sabrá agradecer el público,
y que dice mucho en favor de don Ricardo
tJrgoiti, cuyas actividades cinematográficas
prestigian el desenvolvimiento espectacular
de nuestros cinemas.
PRENSA
"Hai-Tang"
Todo nuevo rol de Anna May Wong acusa siempre exquisitas sensibilidades artísti-
por Menry Garat y Meg. Lemonníer
EN EL
CINEMA
BILBAO
La cámara, en un sentido cortero de \'isiún cinegráfica, v a tejiendo plano a
plano la historia del film, vigorosamente
trabada, de la aventura de una bailarina
china, localizada en un departamento de
1 a Rusia asiática antes de la revolución soviética. Los personajes, actores chinos y rusos,
responden al ambiente inquietante y exótico, de fuerte perfil dramático.
La obra, realizada con grandes aciertos do
dirección y de un ritmo y una técnica admirables, la complementa una partitura musical de dulces melodías chinorrusas.
Robert Arnoux y Claro Tombour en una esceno de «Tumultos», la gran reolización de
Eríc Pommer, que triunfa plenamente en el
Cine de la Opero
desarrollada con aciertos escénicos y de técnica insuperable.
La interpretación responde a las grandes
figuras que integran los personajes de esta
obra, resuelta con gran pspectacularidad y
visión cine^áfica.
Es un film de categoría, que acrecienta la
fama de la firma editora, y un motivo de orgullo para la Empresa SAGE. que patrocinó su presentación.
Perspectiva de tos estudios cinematográficos
da la CEA, en Ciudad Lineal, que estarán
totalmente equipados en breve
cas. La extraordinaria actriz china so adent r a en la psicología del personaje que representa, y vive su vida en la emoción del momento, matizando su verismo. Su ficción es
realidad, realidad saturada de vida misma.
En el papel de Hai-Tang afianza su prestigio ascendente de estrella de primera magnitud en una interpretación maravillosa, que
da gran relieve a osta película apasionante
en Su intriga, mantenida con acierto durante
toda la proyección.
F Í G A R O
El titm de aviacián más divertido
U eapaciacular.
Una película de calidad que satisfizo a!
piiblico en tcxlos sus aspectos.
PALACIO DE LA MÚSICA
"Grand Hoteí"
Una realización de Edmuiid Goulding. de
gran envergadura y amplia representación,
integríida por Greta Garbo, Joan Grawford,
John Barrymore.Wallaco Beery, Lionel Barrymore, Lowis Stone y Jean Harsholt, desarrollada en el escenario emotivo de la gran
novela de Vi-ki Baum, donde los personajes, como en la vida misma, luchan, aman,
desaparecen en ol ambiente luminoso de un
gran hotel de Berlín.
Los tipos están trazados con rasgos firnes y seguros, resjwndiendo a la psicología
del momento en un ritmo acompasado a la
atmósfera en que se desenvuelve la acción,
DIABLOS CELESTIALES
porSPENCER TRACY, WILLIAM
BOYD Y ANN
DVORAK
U D film A j r t u t a a A«acÍada«
William Boyd y Ann Dvorak en uno
escena de lo película cómica <Diablos
celestiales», el regocijante éxito del
Cine Fígaro
^Ikdzar
Cuarta
Semana
*^e éxiío
i k
crecieníe
SAOl
iiDyiii[ii
EN liSPAÑOL
i ULTIMO f
VARÓN) /OBRE S
liza-ión se aínian en los cómicos, engendrando una cinta linJca en su clase,
t i público celebró el estreno hasta desternillarse de risa. Es éste el mejor elogio que
puede hacerse a una película de su género,
BKRNABE DE ARAGÓN
FÍGARO
"Oiablos celestiales"
11 tema do guerra aérea tratado con un
^ iciosD humorismo y una comíci(.l<id a toda
P ueba, llena de situaciones regocjiantes que
^^ocu en cada escena la tranca carcajada.
Uis peripecias dolos personajes que ÍnterPretau Spencer Tiacy, Georgo Cooper, Wilori • .^^^ y •^'"•^ Dvorak acusan una f-ran
^^"^'^dad úc graciosos efectos que mantie^ al público en continua carcajada,
p
^ de ley, tejido de buen bumor, nos
^1 V^ ^^ guerra en el aire n;\ un supremo
CÍO
^'''"^ico, lleno de acrobacias y situao s (!e irresistible graciosidad.
•vulores técnicos que juegan en su reaY , . ^°*tÍBff, BeHy Compson y Genevleve
^ n un momento escénico de cAmor
Pict ^
'®"^'°''' producción RKO Radío
**» que presentará próximamente
SICE
1
Todos los dfas, t a r d e y
noche, e n el Cine de la
PRENSA
Anna May Wong
en el {ílm exótico^
cntotívo y cautivante»
HAI - TANG
lEX ntisferío a p a s i o n a d o
y k e r o í c o d e l a l m a cKína
Una escena de «El marido de mi nDvia>> film
interpretado por Mary Glory, estrenado con
gron éxíto en Asteria
Ecos cinematográficos
Se ha acabado de filmar The Match King
(El rey de las cerillas), inspirada en la vida
de Kreuger. Los Warners Brothers habían
solicitado de Greta Garbo que crease el principal personaje femenino; pero ante su negativa, según se dice, por razones muy digníis
de respeto, se encargó del papel Lily Damita.
Esta película se proyectará primeramente
en la capital de Suecia y enseguida en los
Estados Unidos.—L. D, A.
En Madrid se van a hacer pronto pelfcutas
E
L material y la tó^^nica de cinematografía que España importa, representa
más de cien millones de pesetas, sin
boneíicio apreciable para el Estado y nulo
para el obrero español. Ahora se van a producir películas en Madrid. La Sociedad
Cinematograíía Española Americana, ya
conocida por C. E. A., ha adquirido los edi.ficios del parque de atracciones de la Ciudad
f.ineal (frontón, teatro, café, cocina, restaurante V otros) y terrenos contiguos para ampliación. En aquéllos se están construyendo
estudios cinematográficos, utilizando la moderna técnica y el material aislante que exige esta clase de edificios, salón de proyecciones, catuerinos, comedor para los artistas y Cuanto requiere un estudio cinematogrüfico, Afinos de Marzo estarán terniinadas
las obras y se podrá.n obtener jwtículas sonoras en nuestro idioma—cuéntanse 125 mjr
Uones de habitantes de habla española—,
cuyos argumentos están ideados por excelentes autores españoles, como son los Quintero, Arniches, Benavente, Fernández Ardavín, Linares Rivas, Luca de Tena, Marquina, Muñoz Seca y otros. Las ilustraciones
musicales están hechas por los maestros
Alonso y Guerrero.
Es, realmente, digno de confesar el esfuerzo que hacen los elementáis que han constituido la Sociedad Cinematografía Española
Americana, cuyos trabajos producirán beneficio económico a nuestro país e ilustiación
en España y en la América latma, al propagar en nuestro idioma las costumbres y el
modo intelectual de nuestro pueblo y nuestros autores.
Los parlamentarios en Casas Viejas
'tiJS
^
,9^
V.9iÉ^'''''
Hal olor de boea3|u¡:.:
B diputado radical señor Rodríguez Pinero,
explicando o sus compañeros d e Comisión
ot sitio en que fueron
hollados los cadáveres en lo cosa en ruinas de <Setsdedos>
^•^••^••^•••••••^•^^^^•••'
En poco
tíflmpopuedeVd.teniír el atiutito perfumadlo y agradable eni|tleandoia panta deiitífrica„C b I o r o d o u 1^^
et VMxir j los cepillos de fabrtoani6n espeoial
"Chlorodont". Tulw gr Ptas 2'45, peq. Ptas. r 4 0 .
Cepillo doro o eiiave Ptaa. 2'90, para niñiia TSO.
El frasco de Elíxir gr. Ptas. 6'50, peq. Ptas 3'75.
Der». Qen. A. K.laebiseh, Barceloos, Apartado 858.
Recomendamos, en todo caso, visitar dos veces
al año a su dentista.
CREMA DE NOCHE
Este sensacional descubrimiento del famoso
dermatólogo norteamericano Dr. Kleitzmann
( E L M A G O DE LA B E L L E Z A , como Ic llaman en Hollywood) está causando la admiración y el aplauso de todas las mujeres del
Mundo.
Fttnu sonoros en lodos los bu«mes d d Uoyd Norte Alemán
Hace yíL u!i año que comenzaron a proyectarse en los tres ¡grandes colosos del LLOYD
NORTE ALEMÁN, íBREMEN*, «EUROPA*
y * C 0 L U M B U S » , películas sonoras. Tan considerable fué el éxito de estas experiencias
que la Compañía decidió dotar a todos sus
buques de equipos cinematográficos sonoros. Durante el año de 1932 fueron proyectados en el transatlántico * B R E M E N É nada munos qu'-í cien films sonoros, alemanes
en su mayoría. La instalación de cinematograíía sonora en los buques del LLOYD
NORTE ALEMÁN coincide con el décimo
aniversario de lá instalación del primer cinema mudo en un vapor de dicha Compañía,
en el < : 0 L U M B U S * .
Lúi diputado* d e d i i tlnlas fracciones políticos señores Algora,
Soriano, Cordero Beil,
Fan¡ul y Muñoz Martínez, durante su visita
a to coso tristemente
popular de «SeJsdedos>, en el pueblo g a ditano de Cosas Viejas
rOTS.
SHBUANO
1^^
ív
La C R E M A " D I S L E R " DE N O C H E , aplicada antes de acostarse, trabaja
activamente
durante c! sueño, nutriendo las f i bras de los tejidos relajados, y refresca,
astring^e
y
rejuvenece
el
culis.
Cada despertar de un nuevo día es
una nueva sensación de juventud y
belleza para la mui'er que usa la
C R E M A DE N O C H E
"RISLER"
-^
^^^'Ci-^ - - ^
CpbAM
le- Hlí'f.l 1. -
ilntfWj
nc^i/roRK • PA61
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GRAN ESFUERZO EDITORIAL!!
u
Obras como las que se venden a 5 ptas. por (2á)
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F-ACILITA L A A D Q U I S I C I Ó N
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QUE
QUE
LITERARIO
SON
INDIS-
QI'IEKAN
<'iii<trii KruniijiiN sin l a r l i » , p o r O. K. C h e s t e r t o n
•'^úm. i¡. -Kl Koirilhi, pov C h a r l e s AHhleiyh
f^'Vi til. 3. S^iniitii <li' tíHtio, por Ríimón <icl Vixlk'-Infliin
^'úm.
Niitn.
Ni'itti.
Niitn,
HK-
ACTUAL
2 plus.
2
2
4. --Mario y rí pnrimlailor, poi- T h o m a s Miinn
i
5.. - K n n i n t o «li' iiniur, por Míiiirlce Bftz,.
Ü
6. U n r n l n i í l o un Uulrñn, por FfrruiriLltJK-PIórcx.
'J
7, A'iiclii iiiM-dirnii (Prf^mio F é n i i n a 19311, por Anltiine
(if íJt. Kxupiíry
^^^'^^
MAESTRAS
Í>KL G E N E R O
POLItüACO
O
DETfXTI
^E^í'^*" « " V E L A S M O D E R N A S D E MISTEUIO V A \ E N T I : K A S
DE GRAN EMOCIÓN K INTRIGA. DE I N T E R É S TAN C R E C I E N T E . ílVí:
VW
V E Z E M P E Z A D A SIT L E C T U R A S E H A C E D l r i t J L DICIARLAS SIN H A K E R L A S T E R M I N A D O
Níim.
Nfim.
Núm.
Ni'im.
ííiim.
Núin.
NÚni.
1. —Tras de psa c o r t i n a , jior Eurl l í c r r Bijjfíer.s
2 pía.';,
2.--I.ii banda «If Tedni "Kl Li-liin", piir Gt<irj,'C Slmenou... 2
3--- H^l sci-rt'di ilr Harily StriM'l. 'AT, pni' UUIIÍTI J . Caney... '¿
4. ¿i'i>r 4lóitili- Wc^it la miHTt*-';, por Geiirnt; Liinneliti.-i... 2
5.- l'idi«'iaH y ladroiicN, ¡>iir J o h n Kimsell
. 'i
11. r^l lilnino nilnli-rluHo, pul' [jL'iirf;e A. Biriningham...... 2 7. Ocií, saiii^rr: y a / a r , por Dunv AhíM'n
•
j,
•,..•..,•2,.-
BIBLIOTECA PRISMA
2 —
'¿ • ~-
A M E N Í S I M O S L I B R O S DE tlARACTKB BIOGRÁFICO. DE EXPIXJRACION V VIAJE,, DE E N S A V O V M O N O G R A E I A . ((liE
INSTRUYEN Y DELEITAN
- M I coraKón y mi ü u r n e , p o r Sllzafacth M a d o x R o b e r t »
2
-
Nvini.
^ ü m . 11,, -VA mihii^ro «leí l'Hdrp MIIIR<|IIÍIIH, p o r B r u c e U a n h a l l
^ ú m . 12.. -Un v.arn.7.án ¡iiirliitlnr, por Albertu Jii.súa
_
^'^rn. 13,. - O m n i l Uotel, por V i d í i B a u m
2
—
^Ütn.
Müm.
-Kl tiiilrñn ilp nmjpreH. p o r F i e r r e . Frondiiif
y., I-;! iM'CHrtu de S:in .ICKIIHÍIO ( P r e m i o Cii'culri BoUa.'i Arle.si. p(kr F r a n c i s c o Cftmba
14 _. - \ n r h e k u r d a , por J e a n R i c h a r d Eloch
2
2
--
2
—
2
—
CULTURA POLÍTICA
^OTABILISIM.A SELECCIÓN D E LIBROS SOBRE
**MT1C0S,
SOCIALES
V
ECONÓMICOS,
QUE
PROBLEMAS
COLMAN
AVIDEZ D E LOS J.ECTOBES, AirN DE LOS MENOS
PADOS POR ESTAS
Núin.
Nüm.
Nóni.
Ni'im.
LA
De venta en todas
PREOCI'-
dédalo.
CUESTIONES
f]Rtado. p o r Friedricli Enpelfi
''•~-M Plan ((iilni|Li4-iiii] iHunfit. por V, Moloiow
.,
.3 y 4,—iji rrlitlK ct^oiHimJcu n i u n d h t l , por K a r l S t e i i e r m a n n
Nüm,
N'ilm.
^'—IntrodurclAn al matnrlaHíiniti dialéctica, por A.
heLmer
Para pedirlas
A- —•
Thal—
6—.Socialización de la afrriBiiltun», p o r K a r l K a u t s k y
'¿
7.
2
-
2
-
El d e s p e r t a r de Chhiii. p o r K a r l A u g u s t Wittfogel...
• ^ ^ a i i q n l a y rusoH ( P r e m i o S t r a a s b u r g e r , de l o s . E s t a das U n i d o s ) , p o r P h i l i p p e Sou|>aiilt
N-i,
2 ptas.
lí —
2
''•—¿A d ó n d e va P1 üifilo?, por Teófilo Ortega.....,....-.:
'fn. 10—Nnrlnnalsnelali Mno, por Oda Olberjí
2 pLarr*.
2
2
2
2 —
POR LA MÓDICA CANTIDAD DE DOS P E S E T A S PODRA ADQUIRIR EL LECTOR, E N ESTAS COLECCIONES, OBRAS DEL
T I P O D E L A S Q U E S E I T G N D E N C X ) R R I E N T E M E N T E A ClINCO
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í — O r i g e n di? l a familia, «le 1» proplptlnd p r i v a d a y del •
Nüni.
1, —NI RorduN ni f l a r o - i r L a 4|tie i*e d e b e c o m e r , p o r el
dcHaor Carra.Hcu C a d e n a s
;
2.—Tres* ine>4e<< eu el Infierno Vrrde, por Juliíin Duguid...
3.—Mnn-Vat-Hen, p o r Jorjíe SoullA de' M o r a n t
•!,—I.» vida de I.enln, Lihro a t r i b u i d o a T r o t s k y . . . .
b.— Kn lan co^taK del m a r r i l , p o r E t h e l r e d a Lewia
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Envíenme l o s \
$. Literaria.
s i g u i e n t e s •; N ú m e r o s 1, 2, í - l , 5 / 6 , 7, 8, 9 y 10 d e C . P o l í t i c a .
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J N ú m e r o s I, 2, 3 , 4, 5, 6 y 7 d e S . P o l i c i a c a .
\ N ú m e r o s I, 2, 3 , 4 y 5 d e B . P r i s m a ^
que p a g a r é m e d i a n t e r e e m b o l s o . {Táchense l o s n ú m e r o s q u e no se deseen.)
D.
en ,
que
, calle
de
número
Nuf-MO NtuNDÜ
vive
PERSPECTIVAS
DRAMÁTICAS DE LA CATÁSTROFE EN EL PUEBLO ALEMÁN
DE NEUNKIRCHEN
Vigas retorcidas, chimeneas rotas, esqueleto de hierro de tos edificios destruidos. Es lo perspectiva trágica d e
después d e la catástrofe».
Dasde «I aire, el espectáculo de las ruinas es aún más
dramático. Esta folografia
e» exadamente uno de las
que en loi anos de la Gran
Guerro ponían ante los «.
De una cosa no quedo sino este montón informe de escombros, bajo los que todo una familia fué
(epultado. Los sanitarios se entregan a la macabra tarea de buscar las víctimas d e ía horrorosa catástrofe
En el pueblo que la explosión
d e l gasómetro dejó en ruinas,
se temen nuevos siniestros. Y en
Las c a l l e s en r u i n a s
evocan los escenarios
de l a G r a n
*
ojos «ipantodos del
mundo todo «i dolor de lo
lucha. iOuién no diría qu«
sobra ettos »tcombroi d«
Nvunkirchen p o s a r o n los
cuatro jinoUs apocalEpticosI
previsión de que osí ocurra, los
que se salvaron de lo catástrofe
evacúan h4eunkirchen
Guerra
Las escenas dolorosos que siguen ol
siniestro. La rebusca de los cadáveres
carbonizados entre los restos de (as
edificaciones destruidos.»
Entre tos moníones de piedra y hierro, resto de los hogares ya en dromálico s ' ' « " ¿ ' ^ ' J j * ' ^ ° ; ^ ' ' ^ ' ' * '
buscón los cüdóveres de las víctimas de esta catástrofe que ha enlutado a Neunkircnen
FOTS. AOtKCIA GBÁPICA
D£ AYER A HOY
El tosco hortera de antes es
ahora un pulcro y versallesco diplomático del mostrador
P
AULATINAMENTE, tan pTOiito se geacralizó la locomotora—no
tanto que nos remontemos al 1814, con !a primitiva de Stephenson—, tan pronto empezaron a surcar los campos las interminables vigas del «monstruo de acero», Maílrid fué desmadrileñizándose como por un fenómeno de osmosis. No es sólo que Madrid, además de haber ¡do perdiendo su «color»; sus costumbres,
haya perdido su «sabor», sus encantos; es que se ha desnaturalizado
como injerto en la savia de toda España.
Madrid necesitaba serenos, camareros, guardias de Orden público, y se los facilitó Galicia.
Aquí el principio del fin. Políticos, tenderos, novelistas, provincianos intrusos, fueron descubriendo y apoderándose de la Corte,
que al cabo de unos lustros quedaba nativamente representada por
unas castizas peinadoras y cigarreras, unos centenares de albañiles,
que injerían su araarilUto cocido a ras de los escombros, y una privilegiada legión de empleaditos ministeriales, seguro remEUiso de la juventud sin alas ni ánimos.
Entonces, unos rapaces, sumisos y sedientos de todas las ambiciones y despiertos a todos los vellocinos, iban llegando—preferidamente—^por la Estación del Norte,
para apoderarse del comercio matritense.
Sobrevenía un aprendizaje hosco y judaico, ex-puesto a los engaños y picardías de los compañeros y a cuarteleras violencias de los su••-•psriores.
•—[Esa caja, chicol ¿Pero a t i
no te entra la tabla {el
mostrador) sin
bofetadas?
Habían de sufrir las inclemenSobrevenía un a p r e n diza¡e hosco y judaicias del tiempo, las parvedades
co»., hobfan de sufrir
del yantar, las intemperancias de
ios inclemencias del
los jefes. Y pasar por unos curtiempo...
sos de sabañones hasta llegar a
la codiciada plaza de «medio espada*.
Más adelante, y siempre tal vez, el ahorro con todos los
renunciamientos y los amoríos sin ilusión.
Pero más adelante, el crédito y la estimación mercantiles,
la firma comercial, el tenducho, la tienda, el almacén, el
abarcador poderío de las transacciones.
Entonces el comercio se desenvolvía con chalanees de
feria y cazurras desconfianzas.
Los horteras tenían su argot y sus timos para sojuzgar a
la parroquia, y ésta sus normas para prevenirse a las engañifas de mostrador.
—Esto, señora, es muy rico. No pierde; resiste; se le hará
eterno. Es marrolobis de lo jorme. Y por supuesto, no lo ha de
encontrar usted mejor.
—¿Y cuánto,..?
Aquí una pausa evaluaDtjérase q u e nuestro codora, «muy mercantil», con
mercio se ha unido al
un gesto del que desiste de
ritmo y al gesto de sus
antemano lucrarse en lo que
mayores en la Q u i n expende.
ta A v e n i d a , en
—Pues... p a r a que se
Picodilly, en los
híiga usted parroquiana, y
- \
grandes buporque me ha sido usted
\
levares p o r i X
L
finof«.
_^^_^^^ simpática...
llao, han esfumado de nuestros horteras aquel
aire tosco, entre rural y usurario, con que se escudaban tras e] mostrador. Hoy, el hortera es
dueño del gesto y de todos los g-iros que una correcta distinción presta al lenguaje: es atento, paciente, elegante y hasta fotogénico. Claro es que ya
no se desenvuelve en aquellos tenduchos lóbregos
y sobre aquellas tablas Ixirnizadas por la mugre
de mercenarias y premiosas transacciones.
Ya eT mostrador suele ser la cubierta de una
nítida vitrina o !a plancha exproíeso de cristal
que amuralla a la dependencia de la clientela
como en un torneo de transparencias.
En cuanto a! marco, el campo de operaciones—digámoslo asi—de los pulcros y versallescos
diplomáticos del mostrador, muchos semejan iluminados recodos de teatrales laboratorios, fumaderos de ensueño a flor de sol. o nos traen a la
imaginación perspectivas de alegres quirófanos o
de amables rincones de gar^onviers que nos acogen blandamente del torbellino de la calle.
Dijérase que nuestro comercio se ha unido al
ritmo y al gesto de sus mayores en la Quinta Avenida, en Picadilly, en los grandes bulevares parisinos; rótulos de luz sobre signos insumisos, casi
ilegibles en las portadas de un gusto convencional, audaces decorados en
los interiores y una de•*—... muchos semejan
iluminados recodos de
pendencia de entrambos
teatrales laboratorios,
sexos, gentil y como imamables rincones de
pulsada por un aire de
<garíonniers» o persfox en sus transacciones.
pectivas de a l e g r e s
quirófonos...
FOTS. CO&TáS
-MUÍ
-jy agradecida, joven, a ese
- — ..^^^ut^iiio
B^neroso
descuento.
„ , — N o hay de qué Lo merece la
^«ñora
í>
J vov a ponérsel
A 1
1^
* uca
t . / 5^^y
^ - ^"«5
voy a ponérselo
a usde
a-rrcgladito.
Precio último,
'«cite», y no gano tina peseta. ¿Le
t^rece a u s t e d bien quince pe-
Hoy, el hortera es dueño
cJel gesto y de todos los
S!r« P."« " " ° correcta
distinción presto al len-
guoje: es atento, pacien^.^^
^_, ^ y hasta fotote, elegante
génico
—>
^.. —]Ni mucho menos! ;Qué ha de parecerme bien? jDigo! Y esto
'^^ndole simpática.
"^-Muchísimo, señora.
^^ ~~iy^s porque usted también a mi me es simpático, voy a ofreY^ diez y ocho reales. Y ya digo: eso porque me es usted simpati^ S e estima, señora. Pero no se puede. Créame.
cié t "^^^^ " " ^ mueca que pudiera traducirse por el dolor de un re^}^ sablazo o la que originaría un fulminante ardor de estómago.
después estas palabras:
de ^f
^^ importa perder dinero con tal de hacerla parroquiana
^"^a casa. Vamos a partir la diferencia.
por ^ ' "^ucho tiempo, entre camelos y patéticas exclamaciones
Píjrte del dependiente y muy justificados recelos de la contraria,
'niuri ^^ PO'=as veces, cuando, perdida la paciencia, la insolencia
se ]j *J^^ del hortera y la correspondiente de la compradora, que no
*lueah ^^ nienos en reticencias de plazuela, o la alegría de la mujer
ga p
"^""^ «^l comercio con la convicción de haber mercado una gantera T^^^ ^^^ ^^'"^ ^^ ]jrincipal. cuando, no única misión del buen horla bat if^'^'^' ^^^^^ ^"^ '^' ánimo d é l a parroquiana que le había ganado
tarifj^! • ^"^^ íe había hecho ceder un género a mitafl de precio, con
^ a^ saldo.
o
o
P'caro '^^' '^^ comercio no es el ügora mezquino y cicatero, sórdido y
' ^^'^ se abandera en el engaño.
en ) P^'^l'cidad. el precio fijo, insobornable al regateo, el horario
^ ^ n i B r T ^ <le his prisas de la urbe y una evolución progresiva del
^^^ c
^J"si^adoa las normas de una ciudad nueva, electn' '^"fno nacida en torno al obelisco de la antigua Plaza del Ca-
LoRi-NZO RODERO
CONCURSO DE PASATIEMPOS
Núm, 2l
Según eso, er«s un ladrón
Niim. 23
POR ENRIQUE MARIN
¿Heredaste tú solo?
Núm. 25
¿Quién va en ese auto?
Núm. 26
¿Te has emborrachado muchas veces?
m"S
Cuarta. Los cupones numerados que en las planas van
apareciendo, serán cuidadosamente recortados por los concursantes para, en su día, remitirlos acompañando las soluciones.
Quinta. Los premios que se conceden en este concurso
son los siguientes: Primero: Un neceser o estuche de viaje, con.
doce piezas, que lo mismo puede servir para señora que para
caballero. - Segando: Un precioso reloj de pulsera para señora,
de bella caia y estupenda máquina. - Tercero: Un elegante estuche de perlumefiai adquirido, como el primer, premio en la
Períumeria de Príncipe, 16.— C'uarfo.- Una suscripción, por un
año, a nuesira revista NUEVO
MUNDO.-Quinio:
Un
año de suscripción a Mando Gráíico.-Hexto:
Una suscripcióni también por un año, a Crónica.
Sexta. A su tiempo daremos detalles sobre la Eorma y plazo de envió de lai soluciones, así como otros datos que consideremos oportunos.
Concursa-Campeor ato
de
Pasatiempos
1933
Núm. 4
NUEVO MUNDO
fEBüEIMtllZD-lliBIL
Núm. 22
Charada
— A u n no he vendido
([qué mala fortuna!}
tres un
tres prima
una-cuarta
dos-una.
(Esto me lo dice
en carta TOTAL,
mi a m i g o Felipe
desde C i u d a d Real).
Yo, mucho lamento
su escaso negocio
p o r q u e soy, y lo siento,
su amigo y su socio.
Mas hay que aguantarse
y tener prudencio,
hay q u e resignarse...
[tengamos paciencia!
Núm. 24
¿Has visto alguna vez volar en Cuatro Vientos?
Correspondencia
Emilia y Cancha, de
Barcelona: No puedo decirle si ia solución que
da al núm. I del concurso es o no la verdadera.
Eio equiv^dría a una
aclaración, y el secreto
del concurso lo impide.
El núm. 5 está perfecto.
Si no lleva guión es porque no debe llevarlo.
Admiro su talento. Espero concurrirá esta vez.
D. P. S-, de Murcia: Hice la gestión que me pedía cerca de la Administración de Prensa Gráfic a . - L . M. de T., de
Madrid: Fíjese bien y lea
con calma; no puede ser
más claro. - R. T., de
Melilla: Ahora empieza,
no sea impaciente.—
C. S., de Madrid: Yo no
lo conozco ñi personalm<;nte ni de nombre.
E.M.
K
^^STA 10 PALABRAS:
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Un año
16.—
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9.—
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5—
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A p a r e c e todos los v i e í n e i
M o d r i d , Provinciot
V Posesional E i p o ñ o l o s :
Un año
15.—
N
I
Tres
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Para loi d a m ú i P a i i e c
Un año
S d s meses
Tres
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C
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12.50
7.I J N Tratamiento d e Belleza ultramoderno,
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científíco y reolmente eficaz, p o r a conservar e l rostro hermoso y ¡oven duronte
toda l o vida.
Los cuatro p r e p o r o d o s q u e componen e l
Trolamíento d e Belleza CARPE N.° 1 h a n
sido descubiertos p o r eminentes m¿dícoi,
especioltstos d e la piel, que deseaban disjoner d e fórmulas eficaces p o r o atender
os necesidades d e su profesión.
Usando a diario estos cuatro p r e p a r a d o s
conservará su culis siempre limpio, suave,
terso y fino, sin gronos, barros, e i p i n i l l a s
ni orrugos, a p a r e n t o n d o menos arios d e to«
q u e tiene y l l a m a n d o l a atencíán por su
belleza natural.
C a d a frasco o torro tievo. u n boletín d *
gorantía.
30.—
16.—
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A p a r e c e todos los domingos
M a d r i d , Provincias
y Potatlones E s p a ñ o l a n
Un ano
12.—
Seis meses
6 JO
Tres
4._
>
f
A m ó r i c o , Filipinos y P o r l u g a l i
Un año
13.—
Seis meses
Tres
>
Francia y A l a m a n i a c
Un ano
7.—
4.50
20.-
Seis meses
Tres
.
ti.—
6.—
Para los d e m á s Países:
Un a ñ o .
Seis meses
Tres •
28.—
15,—
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Paro i'nT n l " ^ ' ' " especial p a r a Francia y A l e m a n i a es a p l i c a b l e t a m b i é n
B'**'H)n(i * " * * * *igw>enle»! Bélgico, H o l a n d a , H u n g r í a , A r g e l i a , M o r r u e S^'Jíiiin c
" " " i ' A f í ' r i a , E t i o p i a , Cosía d e M o r f l l , M a j í i l o n i a , N í g e r ,
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-¿Me permile usted ijue le haga una .lemo-Miaclón de mi aparato de
tinipiar alfombras? Es algo verdaderamente maravilloso.
- N o , muchas gracias. El que tengo desde hace a r o s eslá aun en buen
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^Dc «London Opinión-]
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