Hermoso Pecho desarrollo, frmtuy recoBililucióa de los Pechos con l u Pilulcs Orientales ff Bienhechoras y reconstituyentes, uníversnln» ente em- \ picadas por Jas Señoras y las Jovencítas q u e U e a e a n L i ,' obtener, recobrar o conservar un pecho herjiKfso. (" \ y^ DcsnpereccQ los hoyos en las carnes. Belleza, y Jlrmeza I del petho, T r a t a m i e n t e inolonsivo a la salud, se sigue V ^ í á d l y discretamente. Resultados duraderos. Evítense \ ""^ las imitaciones. J. UATIÉ, yannactulico, 45, ruc df i'ÉeMquler, Parii. El froEco con foUeto. 9 pes^tns. Dvposilo General par» Espafin ; RAMÓN SALA, Ciillt [*uris, Yit, Rarc^lona. VonU ca Uaíirid • FnniiaciaE OAYÜSO y BOitilELL. — ¡iart-dloiia : SEIÍA1.A. Vicemt- KEHKER, Farmaciii CRUZ, PLIJül. v COl.LEl.L, Al.'iINA. ~ í/jíhmi - 1IAEIAND1AHAN. - Vah-nda : GAMIR, GüflOSTEtiLÜ. - Sevilla.Aniífl KEUHÉS. I--Brmnciu del GLOBO. - Zaragoza : lilVEi) v CHOUZ. CiirUiyna : ALVAREZ Hermont». — Ociitda : Drogutriu CENAL. — Miircla : CENTRO ¡•ARMACEUTICO. - Aifeütíft .• MATARKEüONA. - Simlanila-j Pi;rez Jul KiULINO, — V príneípales Eiirmaeia». ¡IlíclioKa nariz! F I J A D O R ¡Siempre roja y brillante! Y es q u e se congestiona con el frío y no h a y m a n e r a de tenerla presentable. Éso le ocurre a usted porque a ú n no h a usado J n g o dm L o t o e n b l a n c o . Ese feísimo defecto n o se disimula con empolvarse; en cambio, dándose J n f * d a L « t « tres veces al dia, se pone normal, blanca sin exageración y m a t e siempre, convirtiénd'JSf el defecto e n u n encanto m á s , DEPILATORIO OMEGA Extirpa el vello sfn molestias: 1,4a p t i s . CERA OMEGA Jiiyo fie L»to liitea p/yYuVAo PATENTE DE INVENCIÓN IZ5.3U NQ • e c e s l t a aeumrrit, n\ b e n c i n a . S e e m n l s l o n a sólo con acna y a s i s e aplica. Sin peligro de Incendins, sin olor y n a y eConómlG«. PjqDcte para doi Utroi—Z,00 ptstut. 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Va de Lins, su ciudad natal, fronteriza de Alemania, a Viena, la metrópoli del Imperio austríaco. Lleva un equipo de estudiante y algunos florines. Arde en la ilusión de ser un gran pintor, Pero a las primeras de cambio lo chafan, diciéndole que sus dibujos no sirven, y que debe buscar otro camino. El muchacho se desorienta. Pasan los días. Se agotan los florines. Apremiado por la patrona, que le exige el pago de la pensión, se echa a la calle. Va, viene, merodea. Al fin, pide trabajo en una obra. Y, como Mussolini, trabaja do peón de albañil. Este es su «bautismo de pueblo*. Convive con los proletarios. Penetra en la psicología de las masas. Controla ol alma de las calles. Y entre cubo y cubo de yeso ensaya la polémica. A' El cosco / la mochila Aquí caigo, allá me levanto, el «joven pobre» se defiende de la miseria que le amenaza. Es albañil, pintor de puertas, dibujante en periódicos inverosímiles, agente de negocios fantásticos. Y un buen día, harto de rodar, deja Viena y se planta en Munich, ¡Aquello es un pueblo, un Imperio! |No la Austria decadente y operetesca de Francisco José! Allí están, sólidas y firmes, todas las cualidades de la raza. No en el P*arlamento de Viena, con sus ministros cortesanos y sus magiares serviles. Aquello era una disciplina, una unidad, un sRoich». No la mi.'ítura austrohúngara, con sus polacos, con sus croatas, con sus eslovenos, cada cual por su lado, en una indisciplina de rencores. Y como acaba de estallar la guerra y todo el «Reich», unánime, frenético, se alista, e) austríaco alemán, henchido de racialismo, se alista en el ejército bávartfc Y con el casco y la mochila se dirige al frente, entonando el Deuischland, Deutschland über alies. Este es su «bautismo de patria* Convive con los soldados. Penet r a en la psicología militar. Controla el alma de las tropas, Y entro batalla y batalla, ensaya el arte de la disciplina. La revolución y sus enigmas Dos años en el frente.. Herido, hospitalizado, casi ciego, su cuer po es una clínica natural y su alma una clínica espiritual. Atraviesa una época confusa, incierta, atormentada, Al hospital llegan los rumores del frente. Unos, con victorias espléndidas. Otros, con derrotas irreparables. Hasta hay quien habla de armisticio. Y quien susurra de traición. De repente alguien irrumpe en la sala. Y suelta sobre los enfermos la bomba: —^Ha estallado la Revolución en toda Alemania. El líaiser, fugitivo, se ha refugiado en un pueblecillo holandés. El Gobierno provisional acepta el armisticio. Entre el revuelo de la sala, Hitler, casi ciefjO, avajiza a tientas. Pregunta sobre la Revolución. ¿Qué Revolución? ¿Quién la trae? ¿Qué se propone? Todos se aprestan a informarle; —Insurrección de los marinos en Schilling, manejos do los socia* listas, actuación de Ricardo Muller y los Sindicatos, maniobras de los espartaquistas de Liebknecht. Y Lubek, Hamburgo y Brema, las tres viejas ciudades svásticas, en franca y terrible anarquía. —¿Y en Berlín?.— inquiere el inválido. •—En Berlín, Ebert. amo del cotarro, tiene bajo su férula a Groener y a las pocas tropas leales. —;Y en Munich? —En Munich, Eisner, dueño del Gobierno, se presenta del brazo del ciego Gandolíer, líder de los aldeanos rebeldes, Y así en Colonia, en Francfort, on Stuttgart, en Magdeburgo, en Leipzig. El Reich arde por sus cuatro costados. Es la Revolución de la calle, do las turbas, de la anarquía, del Soviet. ]E1 fin de Alemania! Entonces su ideal germánico, imperialista, racista, se desata en cóleras. Grita, aulla, ruge su impotencia. Pero, rehecho y bien templado, se recoge en sí mismo a meditar. ¿Qué especie de Revolución es ésta? ¿Será profunda, nacional, irremediable? ¿Será, por el contrario, ocasional, momentánea, hija do lo fugaz y esporádico? Una pistola al pecho Ya es Hitler un sospechoso para los revolucionarios. Estamos enel Munich rojo de Tollor, ante el estruendo de los camiones con ban- deras, del Comité de Acción para proteger al Parlamento, de las manifestEiciones contra el militarismo, contra Prusia, contra Nosjo. Hitler oye en las escaleras ruido de botas de soldados. Se viste aprisa. Se prepara. Sabe que está fichado como sospechoso. Vienen, de seguro, por él. Empujan la puerta. Aparecen, fusil en mano, tres hombres, bajo sus capotes grises. — En nombre del Consejo Central...—comienza el jefe, Hitler, rápido, enérgico, !e pone la pistola al pecho. —[Fuera de aquí! ¡Pronto! ¡Enseguidal Sobrecogidos, aterrados, los tres hombres, ante la pistola de Hitíor, bajan las escaleras más que aprisa. Hitler sube corriendo, toma la gorra, el capote, la cartuchera, y sale por la puerta de escape. El poftido de los siete ''SfíT-.- Ya está a salto de mata, cauto y ágil, dando tiempo al tiempo hasta que so olvida el incidente, Y de pronto, en la orden del día loe con júbilo; «El oficial instructor Hitler es ascendido y destinado al regimiento de Cazado re número 41.* Su nuevo cargo le permite la catcquesis. Poco a poco infunde en los soldados su ideario do contrarrevolución, do ordenación, de renacimiento del Koich, Y los soldados, poco a poco, \'an respondiendo a este ideario. Un día se le zo nisiona para que informe sobre el nuevo Partido Obrero Alemán, que se reúne en cierto reservado del Stemeckerbrau, Y al oír un discurso contra el militarismo, contra Prusia, contra Berlin, no puede contenerse y pide la palabra. El propio Hitler, en su autobiografía Mein Kampf (Mi vida), reproduce la ardiente arenga, esbozo del futuro programa nazi: «Tan depravada parecía el alma alemana—escribe—, que debía iniciarse la lucha seguidamente por la unidad del Reich, como lo hicieron los garibaldinos por la unidad de Italia. Alemania había caído tan bajo, que el veneno roía los corazones. Los criminales de otra raza y un par de príncipes coronados—corenados por gracia de la «Ententeí—, a quienes pesaba más la pequeña corona que el eterno reino alemán, habían realizado un trabajo perfectamente inicuo.» Fué su discurso fulminante. Lejos de hallar contradictores, quedaron todos silenciosos, cabizbajos. Cuando, embozado en el capote militar, salió a la calle, alguien que le seguía los pasos le entregó un mazo de folletos: —Lea esto, señor Hitler. Lo leyó, ya en su casa, con curiosidad creciente. Se titulaba Mi despertar político. Era un programa nacionalista con reivindicaciones obreras, [Exactamente su prograraal Pensó que aquel ideal flotaba disperso por todo el país. Había que ordenarlo, que ejercitarlo para ponerlo en pie de guerra. Horas después, una postal le anunciaba que el Partido Obrero Alemán habíale admitido como asociado. «Le rogamos atenta y encarecidamente—añadía la postal—que comparezca el miércoles en e! hotel Altes Rosenbad (Herrenstrasse) para asistir a la sesión en que se ratificará el acuerdo.» Fué el miércoles. Penetró en el hotel. Empujó una puerta; nadie. Empujó otra; nadie. Por fin, dió en una habitación con gente. Cuatro hombres le. acogen con gran júbilo, A poco llegan otros dos, uno de ellos el presidente, Harrer, que abrió enseguida la sesión. Se hizo arqueo] en junto, siete marcos. Se leyó la lista de socios: otros siete, contando a Hitler^ Cincuenta contra ochocientos Munich, centro de operaciones. iTn mitin en ei Ebertbraukeller, otro enseguida en el Deutschen Reich, anuncios y convocatorias ©n el Observador de Munich. Y el partido do los siete crece que te crece, hasta llegar a los doscientos, a los trescientos. Todo ello en una semana. Todo ello arrastrando, ilusionando, fanatizando a la juventud, que estaba harta de rojos, de Sindicatos, de fusilamientos, de asaltos, de anarquía. «¿Repartir leña? ¿Arriar banderas? ¿Manejar pistolas? ¿Esgrimir porras do goma, como los rojos? Eso podemos hacerlo nosotros tan bien como ellos. Mejor que ellos—añadía Hitler—. Porque ellos, como internacionalistas, no tienen patria, y están obligados con otros pueblos; y tLosotros, nacionalsocialistas, tenemos una patria única y exclusiva. Una idea nacional no es un negocio. Ni tolera compromisos con otros pueblos. Una idea nacional puede ser movida únicamente por el fanatismo.» Dijo esto, y dió un programa a millones de hombres. Dijo esto, y dió a un ideario la plena realidad de la calle. Dijo esto, y puso on píe a una nación tirada por los suelos. Ya en Febrero de 1920, las gentes acudían ante los carteles del Partido Alemán Obrero Nacional Socialista, carteles decorados con a OTaí svástica, tmciáronse los primeros choques on las calles, en los ^ t r o s , ea las cervecerías, en los cines. Los nazis arreaban de firme. iiran mozos templados en el írente. Tanto y tan de firme arreaban, que los rojos, alarmadísimos, quistaron acabar con ellos de una vez. ¿Seguirían tolerando que trescientos o cuatrocientos «Oirtj tuviesen en jaque a trescientos mil o cuatrocientos mil rojos, al partido más fuerte de Baviera? Eso se acaba de una vez. No celebran ni un mitin más. Al primero que anuncien enviaremos quinientos o seiscientos reventadores. ^ a patadas salea de allí los nazis. Dicho y hecho. Cuando el salón del Hofbrauhaus se hallaba atestado y la gran mayoría del público lucía en las solapas distintivos c o m u i ^ t a s o socialdemócratas, Hitler, seguido de unos cuantos naw , atraviesa el salón. Perora uno de los suyos, y comienzan las inwrrupaones. Y cuando es mayor el estruendo, Hitler se alza ea pie. ^ Habla seguro, enérgico, contundente, tajante. De pronto, en un nncón se arma el escándalo. Pero iqué escándalo! Gritos, aullidos, a l e t a d a s , botellazos. Y de repente, cincuenta nazis, robustamente P evetddos, se levantan en diíorentes sitios, caen sobre los alborotatrn{^rf ^^ inmovilizan, los aterran. Entretanto, Hitler perora. El esendo délos aplausos hace retemblar las paredes, ¡Cincuenta nazis ^^ 'mpuoBto a ochocientos rojos! Milita rización de los "nazis" En ésta: "a autobiografía de Hitler, hay una frase substancial. Es Adon^^^A?'^^ '^^^ tenido siempre miedo a la estaca.» charangas *, , " ^ " ^ es el país de los uniformes, de las revistas, de las inüitarizar 1 ^^ideras, del militarismo. Hitler procede, pues, a ocasional % *^'is. Mas no con oí militarismo obrero del Sindicato, ricamentA^'^H-^ "Manifestación civil, sino con el auténticamente, históUn r ^ ' '^"^^'^*^' Profosionalmente militar. Un nazi e s ' ^"^^' ^^ *"**v'liza únicamente el día de la manifestación. pues.milit ""^ ^^'*iado perpetuo, de cada día, de cada hora. Hitler, *íe la C r u ^ c ^ , ^ ^." P^*^*i'^ con un rango de tradición—«losCabaÜeros corbata v *h -^^*'**^'—• con un uniforme moderno: camisa parda, nir ta ^ r>ches»; con un himno que enlaza la tradición y el porve' ^* '^•^"^ ^^istíca y oí trabajo: *fVir sind die Herrén vom Hackenkfem «s ist in rotem Felde ; ^ deutschen A rbeii wollen vñr finan Weg zur Freiheit bahnen.% (Somos los Caballeros de la Crus svástica sobre la bandera roja. Propugnamos el Trabajo alemán que conduzca a la Libertad. } De este modo Hitler arrebata a los rojos su propia simbólica bandera, sus dos grandes lemas populares—Trabajo y Libertad—, y une la tradición racial militarista al porvenir del proletariado alemán. Camino d e l Poder El (Nazional Sozialistische Deutsche Arbeiter Partei» (Partido Alemán Obrero Nacional Socialista) tiene, como los socialdemócratas, un programa obrero; como los comunistas, bandera roja, pero nacionalizada por la cruz racial, y ofrece a un pueblo aniquilado por la derrota, enloquecido por la anarquía, la esperanza del orden y del desquite. ¿Cómo un partido así, en circunstancias tales, no había de prender en un pueblo así? Bien pronto se'propaga por Alemania entera. De norte a sur, de este a oeste, crecen, como la espuma,, los Comités, las secciones de asalto, los mítines, las manifestaciones. La calle, que antes era de los rojos, es ahora de los nazis, que los desalojan a puñetazos, a patadas, a palos, a tiros. La Prensa, que antes silenciaba a Hitler, en adelante es su altavoz. Ya el partido tiene órganos propíos, pwpulares, de gran tirada; diarios como el Weslliscber Observer; semanarios como el Illustierte Observer. Ya el Estado Mayor, que antes se reducía a un vulgar consejero, tiene ahora políticos eminentes, como Gregor Strasser; que antes sólo contaba con obscuros maestros de escuela, cuenta ahora con profesores tan ilustres como el doctor Goebels; que antes, por toda gala militar, lucía algún sargento del frente, ahora se ufana con prestigios como el capitán Goeríng, electo presidente del Reichstag. La voz de la calle Hitler ha sido el brujo de la calle. Carece, ciertamente, de genio político; pero acertó en la interpretación de las ansias del pueblo. No creó una doctrina; mas supo reanimar a todo un país. No tiene un perfj] de Plutarco, ni siquiera de Emil Ludwig; mas si su parvedad intelocti^'a, en contraste con su opulencia enfática, hubiese removido a Heine, en cambio, ^n fervor, su frenesí racista, ondeado por sus banderas, clamado por sus regimientos de asalto, profesado por catorce millones do votos, hubiese merecido el aplauso de Schillery de la sjoven Alemania». CRISTÓBAL D E CASTKO «mo da las miticias hitlaríonax «n una damostradón rachia celebrodo en Barífn, cuando HiHer todavía no era Poder. CUENTO Por JOSÉ SANTUGíNl DE CARNAVAL Ihsfraciones de RIVERO G/í U N despacho. La pantalla de una lámpara deja en sombras la habitación y envuelve en luz a Marcelo, que, vestido de Arlequín, le^ sentado en una butaca de alto respaldo. Campanadas de un reloj. Disírazado con un mailloi negro, y oculto el rostro ).X)r un antifaz, un ladrón penetra sigilosamente, Al iniciar el primer paso resbalí en el entarimado, tropieza luego con la alfombra y, peso a todos sus esfuerzos por consorv'ar el equilibrio, va a caer junto al hombre ves. tido do Arlequín. Este reprime un grito de sorpresa y se apresura a levantarle, en tanto que dice: MARCELO.—-¿Qué t e ocurre, hombre? ¿Pero os que ya estás borracho? (El ladrón responde negativamente con un ligero movimiento de cabeza. } ¿To has hecho daño? (El ladrón sube y baja la cabeza varias veces. ) ¡Claro! jConio que ha sido un golpe terriblel ¿Una copita para que pase ol susto? (El ladrón repite la muda negativa. J Bien; no insisto, no vayan lueg'o a carjjarme a mí la culpa. ¿Puedes andar? fEi ladrón alza los hombros. Luego da unos pasos, apoyadas las tnanns sobre la cadera izquierda.) ¡Bah! Afortunadamente, eso no es nada. En cuanto que nos demos una vueltecita por el baile, ni el recuerdo del golpe. ¡Ya verá-s, ya verás! Creo que os rubia, alta, delgada, con unos ojos que no encontraba antiíaz que tuviera agujeros lo suficientamente grandes, y un cuerpo que es una maravilla. Se llama Flora, y tiene veinte años. ¿Qué t e parece? (El ladrón vuelve a encogerse de hombros. ) ¿Quieres decirme qué t e pasa esta noche? ¿Te has quedado mudo? E L LADRÓN (con voz muy aguda).—No. MAHCIÍLÜ.—Entonces, ¿por qué no hablas? (El ladrón no responde.) Oye, t e advierto que si vas a continuar así, más vale que lo dejemos. ¡A mí no me pones en ridículo ante osas muchachas con tus tonterías! ¿Sabes? E L L.^iDRÓN.—Sí. MARCELO.—Y hazme el favor de hablar con tu voz Guarda los grititos para luego. E L LADHÓN.—^Mi voz. Mi voz es ésta. No tengo otra. MARCKLO (después de. mirarle unos segundos con ira refrenada).—Si no t e conociera.,. E L LADRÓN.—No; si no me conoces. MARCELO.—¡Vaya! E L LADSÓN.—No; no me conoces. MARCELO.—'El que, por lo visto, no me conoces etos tú a mí. E L LADRÓN.—^Tampoco. MARCELO.—Si me conocieras, t e darías cuenta de que no tno hace, ninguna ¿íracia tu estupidez y el qiie t e estés ahí, como una estatua, sabiondo que hace hora y media que nos aguardan. E L LADKÓN (con asombro).—¿Que nos aguardan? MARCELO.—•¿Quieres no dar gritos? E L LADRÓN.—Hablo siempre así. Hasta cuando sueño en voz alta, segi'm me dir-e mi mujer. MARCELO,—Bueno: ¿vienes o t e quedas? E L LADRÓN (luego de reflexionar un instante).—-Preferiría quedarme, MARCELO,—¿Y Flora? E L LADRÓN,—¿Flora? Tampoco la conozco. (Marcelo le mira fijamente, contraído el rostro po-r un gesto d: rabia El ladrón retrocede unos pasos. El gesto de rabia desatiarcc-s poco a poco,.y acaba por convertirse en una sonrisa comprensiva. ) MARCELO.—Has conseguido ponerme nervioso. Perdóname. Anda, apóyate en mi brazo y vamos a buscar a las chicas. (El ladrón duda uu momento, obedece al fin, y ambos salen de la estancia. } - -.': Ya en la calle, dentrc del automóvil, en tantc que Marcelo expone et programa que tiene proyect a d o , el l a d r ó n reflexiona. El ladrón fué siempre un hombre de morigeradas costumbres. Su padre le educó con mano férrea y gesto duro; supo apartarle de otros muchachos de su misma edad, *quo nunca llegarían a nada*, y conducirle, a través de la infancia, y más tarde de la juventud, con paso firmo, fija la atención en el trabajo y puestas todas las i l u s i o n e s en u n c o n t i nuo perfeccionamiento de éste. El ladrón resultó un gran discípulo, y hasta consiguió aventajar al autor de sus días. Las cajas de caudales, aun las más complicadas, dejábanse vencer por la caricia desús dedos I i jatlos, en tanto que su progenitor movía la cabeza ya encanecida, y junt o a las frases elogiosas por la maestría del hijo, confesaba su fracaso ante los modernos procedimientos de seguridad contra los A los veintidó^i a ladrones. Jamás habf f i ^ '^níaso en matrimonio a una joven humilde, buena y hacendosa, dica aún dosn ' ^ *^' ladrón a la fidelidad jurada. Su vida, que siempre se deslizó por cauces sencillos y rítmicos, se hizo más metópuestas por la • f "^^^''irnonio. El ladrón no durmió ni una noche bajo otro techo que el conyugal—salvo las forzadas excepciones imalgunos comTia-*^ ^^rxsigencias judiciales—, ni probó el alcohol, ni tuvo nunca la más inocente aventura amorosa. Rehuyó la amistad de Kra un wT K^^'' ^ rechazó las proposiciones de trabajar juntos hechas por otros, ÍÍARCELOZÍM^, ''^'^^"^^a intachable. (El iaiUo\ \i^^' ^ ^ ^^tán! (Y seiíala un mirador de cristales en el que se dibujan dos siluetas femeninas.) ^^ veneciana A 'yf *^"*' ^ ^ ^s pacos minutos se abren sus poriesuelas, para dejar paso a dos mujeres disfrazadas: una, de Colombina ; la oirá, 1»e suenen vna ^- ^^"*''''*" ^« ^^ coche alegremente, entre ima ola de perfumes y una algarabía de risas que cortan de vez en cuando para y ^ste, acobard j ^ " * ' * * ^ ^'^ ^'^ tardama de los hombres. Marcelo culpa de ella a Fernando—nombre con el que de repente designa al ladrón—, <^rosa a la mn^r rf'' f*"'^^ silencio y observa con atención me" «'' V le so»L^ <»^razada de veneciana, que se ha sentado junto El -utomóíi,\"i^„;',^«/'/-- ^ puerta de un teatr n '"^''cha. Se detiene al fin ante la "La compañera ^^^"«nílen sus cuatro ocupantes, que medie ni un c^al*' • ^ ^ " ^ ' ' d a d ha asignado al ladrón, sin =o de éste, l^nza "^^ ^ " ofrecimiento, se cuelga del bra^egura; " ^ <^arcajada sin justificación alguna, y I-* VENECIANA. — - r "oche! • t»-o que nos vamos a divertir esta '-'<5j teatro K ojos íifl K • ^ ^ " " ^ atmósfera pesada que haverde terciopek '^^- y apenas Í el murmuño"de"'í apenas tL Si ".^."^^^a sobre una de terciopelo la >rquesta as alfombra conversíiciones deja oír El ladrón tien, siente ajeno a la al"°^f ^^P'da mirada para el espectáculo. So 'a y grita. De im„r -^ ^^ ^^ muchedumbre que ante él baifo'^o una acusacfó '^^,°' ^^ '"«^««^do de la esposa le asalta las noches si:^ ^^f" i^ ^^re y santa mujer! Le espora todas rosas aventuras ^llf'I^^''J *'"^"^'* ¿^ ^í«ga y refiere las íatan un c u e n t o<^rridas X ' ! S ^ i ^^ estremece como un niño al que req^^^i «Ha, en s u l l ? ' ^ * ? ? ' ^ **^^^ «^^^'^^ P^^^ «' marido, a 3or ladrón del m u ñ i r " ^^ "'"^^' enamorada , cree el meE L LADRóíTü^NÍ'^t''^''^^ LA VKMTÍ^,.\_ LA VENECIANA " Í^^' - "no° r e / ladrón J t ^ '^' 'a. que se manifie^l ^'''^Í'''''' ^ % " ' ^ '^n cmndomuZ, " " '^«Mtó»).—iVamos a bailar! ne bailado bailado nunca, nunca. °^ importa! ]Vamos! ' ^ ^^"^ qué 1"-^ ¡"^PO'^ >' '^»«'«« ^*nido a ella con torpe''"• '"'^'"'»^'- ^'^^fiés v pisotones. E L LADRÓN K . """y ^'«'1' eirbustero ^ ^ VE.NECIA7A^M-^ burle de mí, Flora. ^« puso enferma ¿ s t a V J Í Í ^"'^^ " ' " ' ' ' 'l^"^^ ^^^^^- Flora ^an infantil... ^ ° " ^ ' J^'^^A. como yo tengo este c i á c t e r f Termina el tvalsx, y un afnx* deja oir los primeros compases. El ladrófi se siente empujado de nttevo. Y baila el efox*. que se repite; v después Un langa, que se repite también, y más tarde un *.blueso. La veneciana habla o ríe. aliernittivamenis, pero sin interrupción. Al final d¿l vbJites'i ''I ladrón se siente desfallecer. LA viíNi;:ciANA.,~iV.iin*)s al palco a tomar una copita! EL LADRÓN.—Yo no b(*bn. LA VENKCIANA.—¡Qné i^raciosti! , , ." , ' \-.i. r-ADKÓN.—No; ([ue nn bcíbo nunca; palabra. LA VENF-CI^NA. — PIHÍS esta iirx;he haces una <ixcepción por n\í. Verás: vamos a co^er una borrachera éntrelos dos... . . Ei, i.Ai>HÓN.—Es que vo no me be emborrachado nunca. '• La primera co¡xi es recibida por el peclio dnl ladróií con una tos bronca, ancf istiosa. La veneciana le golpea con el puño la espalda. y la tos termina, paní que se lias^a más sensible el dolor producido por los puñetazos, l ^ sotiunda copa la bebe el ladrón tumbado en ol .Suelo. En tanto qno la veiiociana le obliíja a abrir la boca, tañándole las narices, Maf'celo v la mujer disfrazada de Colombina le sujetan piernas y brazos, impidiéndole todo tnovimiento, MAHCELO.—jEs formidable! Esta noche lo ha dado por hablar con voz de mascara y por negarse a beber. _ . . IvA COLOMBINA.—¿Ah, sí? ¡Dadme la botella! E L ij,nRÓN,—¡No! ¡Basta! ¡¡Socorro!! " . ' '•• ' !•. • ' LA COLOMBINA,- ¡Sujetadle fuerte! ¡Ajajá! ' r , • MARCELO.—Dejadle respirar un poco; se está ahogando.. • . :' -. • . • LA VES'ECIAKA.—¡No importa! [Que beba más, a ver si se anima! • , LA COLOMUINA.—Esto que queda en la botella, y le dejamos. LA VENKCXANA,—Sí; no lo emborraches mucho, que tenemos que bailar. Una hora más tarde el ladrón se siente marir. Caído en una lilla del antepalco, finge escuchar a su compañera, que canta flamenco. Antes ha incitado, con extraña paríección, la voz do varios aciimalos; oí cordero, ol gato, el perro, ol burro... LA VENECIANA,—¿Te fausta? E L LADRÓN.—Estoy muy malo. ^ LA VENECIANA (con gran alegría).—¡Oh, pobrecito. que está malito el nene' (Y se sienta sobre las rodillas del ladrón. ) |Pobrecixo míci! fLa veneciana se quita el antifaz. El ladrón, al contemplar el rostro, dé una fealdad insuperable, abre ¡as rodillas instintivamente y la veneciana cae al suelo.) E L LAPRÓN.—jMe muero, ayl ¡Me muero! (I.a veneciana oculta con una risa histérica el dolor producido por ei golpe. Y se sienta otra vez sobre las piernas de su víctima, no sin tomar la precaución de rodearle ei cuello con'un brazo. LA VENECIANA,—-Eres muy simpático y te quiero mucho. A ver, cierra los ojos y abre la boca. . • (El ladrón obedece, y r^cibe un puTiado de «confetti» que le pone a des milímetros de la muerte por asfixia.} LA VENECIANA (riendo I.—iQu¿ graci<»so, cómo escupe! (Y cuando el ladrón se h a tranquilizado un poco.) ¡Anda, vamos a bailar! E L LAPRÓN.—¡No! ¡Déjame morir tranquilo! L.\ VENECIANA.— -Xnda^ guapo, Forcejean. El ladrón, viéndose perdido, grita, en tanto que ella ríe. Y de improviso el ladrón escapa; se ¡ama por el pasillo que pone en comunicación los palcos; desciende enloquecido por una escalera, y se detiene al final de ella, frente a dos guardias de Seguridad. E L LAniíóN (con vos entrecortada).—¡Daténgarxmo, por favor! ¡Sov un ladrón, un latlrón terrible, pero honradol ¡Llévenme a la Comisaría, a la cárcel! Estoy seguro de que este servicio les será premiado con un ascenso. ¡Deténganme! iSe lo pido, en nombre de mi santa esposa, por la felicidad de mi hogar! , •. ;.v;(Y cae al suelo desphimado, como un borracho o como un moribundo.). . . . . . . - _ , , i :é Pistoleros detenidos al intentar un atraco cerca de Manresa En la carretera particular que va d e Manresa ó las fdbricos de Jorba, fué colocado por cinco atracadores e s t e poste, para que no pudiese ovanzar el camión en que eran transportodos los ¡órnales de los obreros que frabojaban en oquellas f á bricas. Algunos campesinos que vieron el poste en la carretero, avisaron o los somotenistas y éstos se apostaron en las cercanías del lugar Al llegar el camión d e lo fábrica, varios individuos intentaron asaltarlo, entablándose entre ellos y los somotenistas un fuerte tiroteo. En la fotografía se ve a un somatenisto mostrando al Juzgado el sitio en que lograron ser detenidos los atracodores, después de haberse cruzado entre éstos y sus perseguidores más de cien disparos FOTS. CASAL5 r =••»..íiÍw.t^-V...'—>-g-wlR...^:->- ...i Carlos B a y ó n , Antonio Mas, Salvador Pérez Hernández, Cristóbal W i e fes y Ramón Rivos, sujetos sin trabajo que intentaron asoltor el camión de las fóbricos d e Jorba y que fueron detenidos por fuerzos del Someten, a las q u e se rindieron tros un nutrido tiroteo en la carretera de Manresa • .h-M-MI '¿f'-jCl SEMANA TEATRAL «Escuela de miflonarías» <¿Es usted capaz de quererme?> «los jardines del pecado» El magnífico cuadro final de <Lo5 ¡ordínes del pecado», opereta de A n t o t i o Paso y el maestro A l o n s o , estrenada c o n entusiástico éxito en al Teotro Marovillos Perlita Greco y Miguel Ligero, figuras centróles de la nueva obro de Maravillos cLos (ord i n e s d e l pecado», estrenoda la noche del sobado con éxito cauroso FOis, coRTés S ÜAREZ de Doza es un autor cómico que parece haber hecho voto de frivolidad, BuficientOTiiento conocido ya para que nadie busque en suS comedias más qu© un fondo de ironía ante el espectáculo de la vida y una (orina desenfadada que no se para en convencionalismos ni tiene para nada en cuenta el qué dirán. Si, además, como ha hecho ahora con la comedia Escuela de millO' narias, ostreniída en el Teatro Beatriz, califica una obra de «ligera», sería absurdo esperar de olla nada transcendentaí, y si algo hubiera, constituiría una nota disonante. También es el caso de Escuela de millonarias si atendemos a las reflexiones finales en que el 'autor nos expone, poniéiidose un poco en preceptor, la moraleja de la comedia. En obras de ese género el autor debe limitarse a exponer sus argumentos, y gui potes capare. El carácter principal de Escuela de millonarias es el de una mujer antojadiza y blase, como se decía antes, cansada de !a vida, y que, más o menos en serio, está a punto de suicid^irso; se hubiese prestado si Suárez de Deza fuera un observador y hubiese querido tomarse el trabajo de observar, a ser eje de una comedia de más enjundia y:más interesante desde muchos puntos do vista; pero Suárez de Deza, fiel a sus principios, no ha pretendido hacer tanto; ha limitado su ambición a distraer al público, y en Uigar de buscar el fondo de ese carácter, lia preferido, como siempre, no pasaj de la superficie de las cosas y acumular en torno de ese carácter escenas episódicas que si no han dado por consecuencia una comedia profunda, han servido para construir una comedia animada que si no emociona distrae, y quo. en definitiva, parece responder^ como otras del mismo autor—Mi distinguida familia, por ejemplo—, a una preocupación del autor ante el lamentable espectáculo de la mala educación de las muchachas modernas. Dejando la coihedia en esa aspiración de divertir a las gentes, sin más transcendencia que la de comedia para pasar el rato. Esátela de millonarias puede entrar en el repertorio con pleno derecho. Muchas han vivido en él con menos razón. Es lamentable, sin embargo, que el autor de Escuela de millonarias, que podía aspirar a mucho más, se conforme con tan poco, y no utilice sus indudables dotes de satírico para mostrar más firmemente plantados los tipos cómicos que la \ i d a ofrece a su sátira. Este, que en partOj al menos, ha inalog,rado ahoia, fundamentalmente cómico y puesteen un ambiente como el que sirve de fondo a la comedia, propicio a producir reacciones de mucha fuerza cómica, hubiera podido, lo repito, dar xina comedia muy superior a Escuela de millonarias. Pero tal vez piense Suárez de Deza que no vale la pena de esforzarse, ya que para la mayor parte de! público con eso basta, y con eso se logran éxitos excelentes como eJ conseguido por esta comedia estrenada ahora en el Beatriz. Josefina Díaz de Artigas hizo muy bien su papel, con un sentido d é l o cómico lleno de finura y elegancia. ' Luis do Vargas no ha logrado tampoco el éxito definitivo y perdurable que deseamos para la Comedia, menos afortunada este año de lo que merece. La razón de que así haya ocurrido es, a mi juicio, que Luis de Vargas se ha encerrado en una fórmula, consecuencia quizá de la constitución habitual de nuestras Compañías escénicas, y ha escrito su nueva comedia pensando sólo en una figura central y hasta, probablemente, en una determinada actriz para desempeñar ese papel. Es f i g u r a principal, que anoche interpretó con acierto. Milagros Leal; pero como quizá no fué Carmen Montano, notabilísima boilarina española que reside en París, y que ha obtenido recientemente grandes triunfos como estrella coreográfico en la PoromOUnt fOT. GALÁN C{)ncobida para ellii, resulta, como tantas veces ocurre en obras de obra estrenada ahora ese tipo, amenguada, preiíisamente porque todo lo que aparece en e.i Miravülas, señala i^orno Carece del relieve que haría más íuertb, aunquB otra cosa crean i^auces y orientaciones distintos a ios que haslos que hacen comedias de osa manera, ¡a íigura capital. La Compañía de la C3Tiedia ofrece posibilidades que Luis de ta hoy eran fórmula Vargas ha desaprovechado totalmente. Zorrilla, par ejemplo, hacía clásica de estas obras. por lo menos, tea el Niímero EspeEl jardín de los pecaUn papel in'ioloro; Somoza, un papel viejo y nada interesante; la cial que publicará M U N D O GRÁdos es una opereta con San Pedro, un calco de otras figuras demasiado manoseadas ya, y FICO próximamente, paro dur a coasi todos los demás, salvo María Mayor, que, aunque no mucho, sa- gotas de revista; una nocer a toao el mundo los ospecios mós brillontes de esfas famosas fieslió mejor librada en el reparto. Su personaje, el eterno personaje opereta limpia y gratas de primavera, deliciosa mezcla do mal genio y buen corazón, hizo el dúo al interpretado por Mila- ciosa, en la •.[ue el desenfado no pasa nunca oe paganismo, religiosidad, riqueza, gros Leal: el oonsabidt} de muchacha madrileña que siente hondaolegrfa y orle. la línea del buen gusmente y se sacrifica en silencio por gratitud. to. Til maestrrj Alonso Por fortuna, al final, como era de suponer tratándose de una co- hacompuesto p a r a d l a ~ Si Ud. piensa ir media, y, por añadidura, de una comedia original de Luis de Vargas, una partitura modertodo se arregla sin necesidad de que el sacrificio se consume, Como se nísima, rica de me!f>= a Las Fallas de Valencia.. ve, todo es bastante, más que bastante, demasiado viejo en la nueva día y de ritmos, fácil, comedia. La única novedad que ha presentado ahora el autor ha sido elegante, Número hutambién necesitará leer esie Número Especial de M U N D O GRÁFICO, la de hacer a uno de sus personajes guardia de Asalto. No todo ha- bo—como el del íanpues será como un guia espiritual bía de ser de la mis- danguillo indio—que que le permitirá penetrar en lo se" " ma edad. Periita C/reco, P a c o creto significación histórica, humoLos actoreti sostu- Gallego y las segundas rística y moral d e los fallas de vieron la comedia de- tiples cantaron y baiValencia, en los que derrocho vomasiado endeble para laron hasta cuatro veluptuosamente su alegría, su dinero, su originalidad y su ingenio satirice que ese esfuerzo de ces. En l a presentala pujonte capital levantina. interpretación eficaz ción—^cuidada y fasno merezca ser aplau- tuosa—se destacan algunos cuadros—^1 de dido. EEÍ NUMERO ESPECIAL de los piratas, ol .ie la jiagoda-^, con magnificencia de escenario I E dedicado a Las Fallas de Valencia, Se advierte clara- intornacional, con ranDEZA go y lujo verdaderamente una evolución cpareceró próximamente, en edición Creación, notable de en el gusto del públi- m e n t e europeos. La limitada. Constará de 40 paginas, obra c o n s t i t u y ó un hermosamente ilustradas en huecoco do revistas. QuieEPITADIAZDE grabado, y se venderá a 40 céntiren ya los espectado- éxito caluroso y total, al que colaboraron efimos. Antes de que se agole la edires algo más que la ción, pido a nuestro corresponsal o cazmente Periita Gregraciosa arbitrariedad co—muy aplaudida al cts. a su quiosquero que le reserve un del género. Antonio ejemplar. Paso, autor de solera, ,. ._. ... . , _. . temple auténtico de presentarse de nuevo . . — hombre de teatro, ha ante el público—, Amacortado a recoger es- paro Taberner, Aurete nuevo rumbo de la lia Ballesta; Isabel Gisbert y Dorita del Monte, y Ligero, Gallegoy revista, y on El jar- Videgain. ALEJANDRp MIQUIS dín de los pecadas, su Sí Ud. no piensa ir a Las Fallas de Valencia... |MUNDO GRÁFICO UELADEMILLONARL 5UAREZ_DE ARTIGA I MANUELCOLIADO 40 Una escena de lo comedio de don José Moría do Acevedo, «Lo que fué de lo Dolores», esrrenada con buen éxiío en el Teotro Cómico por la Compañía d e que son primeros figuras Aniío Adomuz y Alfonso Muñoz «"OT. VJOEA Las peripecias dramáticas y las escenas de perfil sainetesco o que dan lugar muchos divorcios.—En los hombres es frecuente el a r r e p e n t i m i e n t o después de la ruptura.—La vida va uniendo al matrimonio con sus a l t e r n a t i v a s felices o desdichadas.—Las contiendas de los padres envenenan las vidas de los hijos.—Necesidad del Tribunal tutelar N o es cierto, como aíirma Chamíort, qun el amor sea el cambio de dos fantasías y el contacto de dos epidermis. Hay algo más profundo y misterioso en ese sentimiento, hecho de grandeza y de miseria, y del que pende la vida de la Humanidad. Pero hay que penetrar con cautela on esa zona obscura y peligrosa donde las quiebras sentimentales con\'1erten el blando y tierno sentimiento aíectivo en dureza, agresividad y venenoso encono. La espalda del amor es el odio, y así como del mejor vino sale el más excelente vinagre, así también el sentimiento amoroso, al pervertirse o trocarse efltre dos personas, doja—como hoguera inextinta—unos rescoldos de ferocidad que asustan. De aquí que la antesala de un abogado donde acuden las parejas a consultarle sus deseos de divorcio, tenga parael rep<írtero la misma categoría de una clínica. Aquí las heridas y los males son del espíritu; pero no por eso son menos graves y dolorosas que las de! cuerpo, Concha Peña, abogada ilustre, que ha forjado su relevante personalidad en las luchas del Foro y de la tribuna publica, me habla de las incidencias, peripecias dramáticas y las escenas de perfil sainetesco a que dan lugar muchos divorcios. "Todo mi esfuerzo es por apunfalar el hogar que se resquebraja", nos dice la ilustre abogada Concha Peña —Tengo en marcha actualmente setenta demandas de divorcio .—-nos dice Concha Peña—. Todo mi esfuerzo, cuando vienen a mí, es apuntalar el hogar que se resquebraja, tratar de unir a los dos seres que quieten ir por distinto camino en la vida después de haber andado juntos gran parte de la jornada. Sólo acudo a la ley cuando va he agotado mis resei\'as persuasivas. Mientras me queda un resquicio o ana pasibilidad de arreglo, trabajo ardorosamente por llevar la paz al hogar donde ost-i encendida la guerra. Porque a veces los motivos de dosuni<^n son pequeños, infantiles, sin consistencia para tomar tan grave resolución. Yo pregunto siempre a 61 o a ella: «¿Tiene usted hijos?* «Sí.» «Pues no se divorcie.» Me da mucha pena ver cómo en la lucha entre el hombre y la mujer son las criaturas las que sufren las consecuencias. Y llamo—a veces con fortuna—al corazón del matrimonio desavenido, pidiéndoles la reconciliación en nombre de los niños, de la orfandad y abandono en que quedaráxi por sus culpas. Hace poco vino a mi despacho una mujer. Quería divorciarse. Me contó su vida matrimonial, y yo le dijo, imperturbable: «Usted no puede dejar a su marido, que es un hombre bueno. Deje asted que transcurran unos días, los suficientes para que se le pase esa irritación. El momento de la ira no es bueno para el consejo.» Se enfureció 'Conmigo la señora. Se marchó do mi casa irritadísima. Pocos días después entró con su marido en mi despacho, y aquí se reconciliaron. A los que no les deja vivir el recuerdo de la mujer que amaron.—Se dívorcion, se arrepienten y se cosan —-E-n los hombres—ai^ade la señorita Peña—es frecuente el arrepentimiento después de la ruptura. Cuando ya se han divorciado y viven alejados de la mujer que amaron, no les deja vivir el recuerdo. Es lo que pasa con todo lo que se nos aleja. Distanciados, van haciendo examen menta! de las buenas cualidades de la compañera divorciada. La costumbre les había hecho fatigosa la vida en común, y la cercanía había borrado las magníficas cualidades de su mujer. Hasta que un día,.. Un señor vino hace algún tiempo a mi casa i>ara entablar la demanda de divori-io. Dijo que no quería a la que era su esposa, una mujer bellísima y de tipo elegante. Ella afirmó que tampoco amaba a su marido. Se divorciaron. Pasó algún tiempo, y un dfa un amigo, que no conoció al matrimonio, dijo al hombre: —]Chico, estoy en relaciones con una mujer guapísima! Y su belleza palidece ante sus buenas cualidarles. Yo, que he sido refractario al matrimonio, estoy ahora dispuesto a casarme. Después de hacer un elogio fervoroso de la «desconocida», añadió: —^Tienes que verla, para que te dé envidia. El domingo nos vas a esperar a la salida de la iglesia de San José, En efecto, allí aguardó el divorciado a la pareja; pero su asombro no tuvo límites al ver que la señorita que hablaba tiernamente con su amigo, aquella mujer espléndida y arrogante, era ]su mujer! El marido divorciado se fué a ellos con irreprimible impulso, gritando: —i Yo no puedo consentir estol ¡Esta es mi esposa! —¡Estamos divurciados!—exclamó ella. —I Pues nos casamos otra vez! Y, en efecto, se han vuelto a casar. Concha Peño, una de tos mtí* inleresantes figuras jóvenes de la abogacía, que hace en esto información decTaracíonea muy curiosas acerca de la oplicación en Madrid de to tey de Divorcio FOT. COBTÉS La ternura de los viejos.—E) Tribunal fomitíar y las t r i fulcas en los hogares proletarios.—El mantón de Manila —rjCuál es más difícil al convencimiento: el hombre o la mujer? —En los grandes problemas, el hombre es más difícil; pero en las pequeñas y menudas cosas, la mujer, —¿A qué edad es cuando se da con mayor frecuencia el divorcio? —Generalmente, abunda éste cuando la pareja lleva tres o cuatro años unida. Con, el tiempo los caracteres se hacen de uu «mismo cuñoa, la vida va uniendo al matrimonio con sus alternativas alegres o desdichadas, las pasiones (aniquiladoras on la juventud) van perdiendo su poderío y fortaleza, para dar paso a un sentimiento de ternura, de comprensión y de confianza que hace el hogar indestructible. Por eso los que llev-an muchos años de vida matrimonial no se divorcian. — ¿En qué clase social abunda más? —La que da más contingente es la clase baja, ¡Y si viera usted! Yo salgo de mi despacho muchos días con el alma oprimida, destrozada. En la pareja que quiere separarse, todo lo que era antes amor so convierte en odio, y los dos sacan a relucir cosas que sólo el oírlas hacen daño. Y luego que en tanto se establece el divorcio, la vida de los hijos se envenena con las contiendas do los padres, con sus luchas. Sobre el alma blanca de las criaturas caen las peltadEis del barro que se tiran los combatientes. Para evitar muchas tragedias familiares yo aspiro en todo momento a que se establezca el Tribunal familiar, do paz, de reconciliación. Muchas veces, la mujer proletaria riñe con su marido el sábado porque éste no le lleva el salario de la semana. Pelea, trifulca, juicio de faltas. Pasa el momento, y cuando ya pasó la hora mala, viene la celebración del juicio—al mes y medio—a recrudecer la lucha y a hurgar en la heridla que el tiempo iba cicatrizando. Esto podía evitarse con esos tribunales familiares que yo propugno. —'¿Quiénes de los dos sexos presenta más demandas de divorcio? —El hombre. Concha Peña me habla ahora de su estancia en París la pasada semana. Allí ha sido objeto de un cariñoso homenaje por parte de las abogadas parisienses María Veronne, OdetteSimont, Susana Grimberg, Andrea Lhomann, Borrell... —¿Hay, según sus compañeras, muchos divorcios en París? —'No, señor. Ellas tienen ahora pocos divorcios—me contesta mi ilustro compatriota—. Lo que más abunda allí son las quiebras y las suspensiones de pagos. La charla ha terminado. ITna criadita entrega a la abogada una tarjeta, Y ésta dice, doblando ¡a cartulina* —lista señora quiere divorciarse porque ha encontrado en los bolsillos de su marido un retrato de éste en el que está el hombre envuelto en un mantón do Manila,,. JULIO ROMANO Ifí^;:pru; Un aspecto exterior del magnífico Pclocio en que se ha instalado en Lisboa el Instituto Español, primer Centro d e esto clase q u e Espoña tiene en el Extranjero Lo que es y lo que quiere ser el Instituto Español creado en Lisboa Proceso de uno creación D i'SDt; osta mañana ilel i i de Tebrero. los nhitiuiJlos ospañolos que viven en Lisboa pueden asistir a las clases de un Instituto on el que hallarán el mismo réf^inmn, las mismas enseñaazas y la misma eficacia lojíal que en un Instituto de España, Es el primor establecimiento de esta clase que nuestro país tiene en el Extranjero, En él se podrán aeguir los estudios del bactíHcrato, exactamenite igual que si se tratase de un Instituto nuestro. Exámenes y títulos tendrán la misma validez que si hubieran sido colebriidos y expedidos en España, Razones de todo tjfénero aconsejaban la creación del Instituto, En la colonia española del^isboa alentaba ese deseo, mezclado con ei escepticismo de lo que no sesabesi se logrará algún día. Cuando \]cgó a Portugíil don Juan José Rocha, s i n t i ó y comprendió oso afán de nuestra colonia. Acertó a ver todo lo que en ese deseo había do emoción sentimental, de lazo rpio hará más amplia la cultura y más fuert e el i.dnculo entredós pneblos. Y a partir del primer momento, su esfuerzo m á x i m o se puso a) servicio de esa iniciativa. Trabajó, atendió, estimuló. Supo vencer dificultades, sortear jx^ligros, anuInrobstácrilos, Tjiidea, loja[):i atitn-i, entró en ..I cama;., .le I., real^ jj,J l u s t i t n t u Español sería pronto un hecho. Cada viaje a Matlrid del embajador apretaba más el cerco para el logro de. sus prop^isitos. Aldabonaí'os constantes a tos duros portones oficiales. Marcelino Domingo, entonces ministro de Instrucción Pública, tuvo para la iniciativa palabras y propósitos de apoyo. Sin embargo, la tiranía presupuestaria se impuso, y el Instituto no logró hallar cabida en las partidas de Instrucción PñWica. Pero ta idea estaba muy dentro del ánimo de Rocha para sor abandonada así, tan fácilmente. El embajador fué entonces al Ministerio de Estado, v en la Junta de Kolaciones Culturales halló el necesario apoyo. El Instituto está ya creado. Es obra personal de Rocha, que ha puesto on él su trabajo, su entusiasmo y'iu dinero. Es un gran orgullo para su gostióji do embajador de España en Portugal. Do esta creación admirable podría decirse lo que el buen Ií.ilt;'.L.,:r <lel AlcAzar dijo do 'ti vinillo en la Cénit famosa: *Solo se alaba;—no es menester a labal lo, > Uno de las aülos^-amplitüd, m O d e r n i d o d -d e l fnstítuto Espoñol, inouguradft en Lisbod OÍ 11 de Febrero Instaloción, eficacia / propósitos del Instiruto La callo del Salitre parte de la Avenida de la Libertatl, a la izquierda. En el númer<i uno de la calle está la Casa de España. {Está, im realidad, en la misma Avenida de ta Libertad). La Casa de España es un gian paInii'i en ol que se ha' ^ ^ " insíaUidn.s ol G m sulado, la Cámara de El Qcla de lo inauguración, ofrecida en homenaje a nuestro embajaüor por los presidentes do las entidades españolas de Lisboa, y la escribanía de plata, dedicada también a don Ji/an José Rocha por los alumnos del Centro Placa que los españoles residenlas en Lisboa dedican al señor Rocha en signo da gratitud por la creación del Instituto. Está colocada la placa en el vestíbulo del Centro, donde fué descubierta el día 11 de Febrero Comercio, las e s c u e l a s e s p a ñ o l a s . D e s d e hoy, t a m b i é n el I n s t i t u t o . L^s a u l a s s o n a m p l i a s y c l a r a s . Y d e u n m a t e r i a l escolar m o d e r a i s i m o q u e a h u y e n t a , p o r su gracia, p o r su n o v e d a d , t o d a i d e a d e latjor d a l o r o s a . d e esfuerzo o b s c u r o y raelaticaiico. (Aquellas viejas aulas d e los c a s e r o n e s d e n u e s t r o s I n s t i t u t o s , d e los c a s e r o n e s q u e fueron c o n v e n t o s y s o n . p a r a l a c h i q u i l l e r í a , cárceles.) b,l I n s t i t u t o n o se l l a m a de S e g u n d a E n s e ñ a n z a p o r q u e , p r o b a Diomeote. tendrá, m á s a d e l a n t e e s t u d i o s q u e n o sean d e l bachillerato, * t r o d e difusión d e n u e s t r a c u l t u r a , h o g a r e s p i r i t u a l , c a s a en q u e p u e d a n reflejarse los ecos de la Tíspaña q u e piensa y q u e s i e n t e . P a r a q u e e s t e a m p l i o y a l t o fin p u e d a s e r c u m p l i d o t o t a l m e n t e , el I n s t i t u t o n o se l i m i t a r á a d e s a r r o l l a r sus cursos d e Segunda E n s e ñ a n z a . OrganizaJá conferencias, darlas p o r n o m b r e s p r e s t i g i o s o s d e n u e s t r a ciencia y n u e s t r a s l e t r a s . Creará u n a biblioteca e s p a ñ o l a : n u e s t r o s libros y los l i b r o s que h a b l e n d e m o t i v o s e s p a ñ o l e s . El d i r e c t o r d e l C e n t r o es un c a t e d r á t i c o j o v e n , J o s é H e r n á n d e z A l m e n d r o s , q u e d u r a n t e cinco años h a e x p l i c a d o Ciencias en ol I n s t i t u t o - E s c u e l a . A l g o d e l e s p í r i t u y la eficacia d e e s t a organización q u i e r e él l l e v a r al I n s t i t u t o q u e n a v e g a h o y bajo su m a n d o . T o d a e s t a o b r a — s u s reaU.iades y sus p o s i b i l i d a d e s — s e debe a n u e s t r o e m b a j a d o r . E l ha s i d o a n i m a d o r — e s p í r i t u , v o l u n t a d , t r a bajo y d i n e r o — d e e s t a magnífica s e m i l l a p l a n t a d a h o y por E s p a ñ a en t i e r r a s d e P o r t u g a l . L a colonia e s p a ñ o l a alli r e s i d e n t e h a s a b i d o c o m o r e n d e r i o así, y h a t e n i d o pava d o n J u a n J o s é R o c h a las a d h e s i o n e s m á s fervorosas. Quiso hacerlo un g r a n h o m e n a j e , q u e él r e h u s ó . Mas a t r a v é s del t i e m p o , e s t e n u e v o h o g a r s e n t i m e n t a l d e E s p a ñ a q u e e s el I n s t i t u t o , s e r á e l h o m e n a j e m e j o r — m á s s o b r i o , m á s h o n d o y más eterno—a la obra de un hombre. E.ste año se d a r á n las a s i g n a t u r a s del p r i m e r c u r s o , y c a d a año sucesivo se a u m e n t a r á n las a s i g o a t u r a s d e l c u r s o s i g u i e n t e . A p a r t e d e los e s t u d i o s d e n u e s t r o bachillei-ato, so d a r á en el I n s t i t u t o u n a clase d e L e i ^ u a y L i t e r a t u r a p o r t u g u e s a . E l s o s t o n i r a i e n t o d e e s t a clase c o r r e r á a c a r ^ o d e d o n J u a n J o s é Rocha. E s e v i d e n t e la eficacia del I n s t i t u t o , L o s m u c h a c h o s q u e a n t e s q u e r í a n s e g u i r los e s t u d i o s del b a c h i l l e r a t o español h a b í a n d e venir a e x a m i n a r s e a Badajoz. H o y no t i e n e n n e c e s i d a d d e e l l o , p o r q u e los e x á m e n e s hechos en el I n s t i t u t o t i e n e n la validez d e los c e l e b r a dos en c u a l q u i e r o t r o I n s t i t u t o d e E s p a ñ a . T i e n e t a m b i é n e s t a creac.ún el m é r i t o d e c o n t r i b u i r a la n o desespañolización do los chiquillos r e s i d e n t e s en Lisboa. Y a u n u n a t e r c e r a eficacia: la d e s e r Cen- Lüboa, Febrero. JosÉ M O N T C H O A L O N S O Sentado», en «I centro, Irene de Vasconcelos, profesora del InitihjtO; nuestro emfaaíador Hnn !..«« i« e» L I • - j «»-. J - In Junta d . Relacione. Cu,..,a,=. don Blo. Cobrero, en [°» « J - o s . o . p . o í e . o r e . ° d ; i t r ° ^ ^ ^ ^ Ef, S'nS^i Z^^Z'lí'T'o'XT. Moílinei López; en pie, nuestro componero José Montero Alonso rw. « • « H A DA CUMHA 1.—Boina en ¡ertey de sedo rojo vie¡o, con moteado «beige> y cocardas y lumas d e cofor lonco y rojo viejo g 2.—^Toquita en roso rugoso, de color blanco, con un nud o sujeto por una cinto de «gros grain» 3.—Un vestido muy nuevo y muy eleg a n t e , en angora de color <betge>, con b o c a m a n g a , cinturón y corbata <de tubo» 4,—U n c o n j u n t o muy b e l l o y muy sencillo, en crespón «georgette» c o l o r freso, con uno corbato blanca y negro magifui 5.—Un s o m b r e r o de fino distinción: es de una gran sencillez y va hecho en lona «houvest»' y fieltro «taupé» negro tp^ M I .-^r:;^! 1 í;!ia-«£íi»í-í?ií llVi.L'.'-^-i'íí^ [.-^¿jnaiaxj^aaaiBíViSi^*'"'"T^" O FICIALMENTE—y realmente—es el ros y alegres, línea gra- invierno todavía, y, sin embargo, ciosa... La moda se en- tiene ya la modo femenina el gozo y el trega con todo su ímpe- desenfado de la primavera próxima. Los tu a la primavero, como sombreros, las telas, los modelos, pre- en un desquite de las sentan ante los ojos femeninos, en las pasadas <toÍlettes> in- más recientes exposiciones de las Casas vernales, de los abrigos de modas, la ligereza, la brillantez de pesados que quitaban color, la gracia nueva y luminosa que belleza y perfil a las si- tradicionalmente ha de ocompañar o la luetas femeninas. Nues- estación inmediato. Ya el espíritu innova- tra página dor de los modistos ha logrado las nue- unos modelos de som- vas creaciones, que muy pronto veremos brero y vestido, en los en ios calles, en los teatros, en los «dan- que triunfa plenamente *=iigs>, en las salas de té, en los hipódro- e! espíritu, claro y ale- rnos. Telas claras, diáfanas; vestidos lige- reproduce gre, de la primovera. . INGLATERRA NO ES YA LA REINA DE LOS MARES TUVO EN LAS AGUAS, DURANTE LA GUERRA MUNDIAL, 527 <DESTROYERS\ Y AHORA OCUPA EL QUINTO LUGAR ENTRE LAS POTENCIAS NAVALES I ' NC.LATiíRiíA no c|uiürií ])L>rdor c!e[iiiiti\-;(.n30nTe la suprí^niaciii on lus sus mariutíros: a'jtuitlni(.'nt)', 30,000 menos que Ins Estados Unidos, 7.0Ü0 menos que el Mikado. ¡Naturalmente! La reina ayer de ios mamares, qiui tantti tiempo ha gozado, y lia doL'.ididn n^joiistrLiir su Marina de guerra, «nunca tan <]cbi] romo ahora en niii|:;L'in poríodo res IV.) dispone de buqycs bastaiite.s para conservar en s'ervicíolas triUH los últimos citmto cñicuentá afKisn, dkon los osUulislay y los poli- pulacione.s <]uesostienün ías dos potencias niarítimas que más rivalizan con ella. La Gran Bretaña está gravemente amenazada en las aguas, ticos británicos. Ya so prepara a o1úf !a Gran Bretaña, po^^-^uc da por descontado ol fracaso de ía Conferencia doi Desarme, de Ginebra. ílna guerra le pfindria hoy en situación muy apurada. Desde t>i TraDesde iuetío, OKa ronnion internacional ha desechado todas, absolutii- tado de r^Jndr«!S <le K)30. "íejor aún, desda el de Washington de mente todas las proposiciones de 1922. arabos del imitación naval, restricción nava! hechas por los i~\'- • :'. -." Inglaterra ha descendido a rango da legados ir.g tesos. Erari las prinsecundario en elementos esenciacipales disniinnir et tamaño do les del poderío naval: tiene melos acorazados a 22.000 tonelanos cruceros que Norteamérica o das, con cañones de 11 pulgadas; que Japón, y ocupa el quinto ludisniimiir también Sos cruceros a gar en desiroyers modernos en es7.00Q toneladas; abolir completara proporción: Jap<jin, 97, con mente los submarinos. 112.000 toneladas; Francia, 59, con igual tonelaje que Japón, por^Cómo han respondido las ^xique sus buques de este tipo son tencias navales a estas propuesmayores; Estados Unidos, 78, con tas? Construyendo F r a n c i a el 06.000 toneladas; Italia, 57, con Dunkerque, acorazado de 26.500 76.000; Gran Bretaña, sólo 54 destoneladas, con cañones de 13 pultroycrs, con 74.000 toneladas. Vv. gadas, como ensayo para formar dato más en contra: los mejores una división de seis. o por lo raedesiroyers británicos son inferionos de cuatro baques iguales; res en dimensiones y armamento construyendo asirais]no Francia, a los que tienen las otras cuatro • Japón y los Estados Unidos crunaciones. Finalmente, Francia ceros qua rebasan con gran excedomina a todas las potencias en so las 7.000 toneladas; botando conductores d e flotilla, con 31 de al agua incesantemente las tres estos formidables destructores y nacioues citadas, y con ellas ItaLos buques ingleses <Lucía>, «Nelson», «Rodney», «Warspite», «Vaun total de toneladas 73,000, lia, submarinos de 1.500 tonela- liant>, «Hood», t(Malaya> y <Renowsj^ en el puerto de Gibroltar ¡contra siete cbn 11,000 toneladas , con radio de acción bastante das, de Inirlaterra! para cruzar el Atlántico. Además, ' t a b a , para responder al proptísiRecuerdan los técnicos navatü que envuelve la construcción les ingleses que durante la Gran por l-rancia del Dunfierque, está. Guerra los desir(tyers fueron los modísrnizando sus cuatro mejores primeros buques que se hicieron dmidnoii^hts: DuiUo. J)ora. Caa la mar y los últimos que regrevoitr y Cesare, construidos antes saron a las bases navales: contad é l a guurra mundial, de 2:;.000 ban los británicos nada menos toneladas cada uno, dándoles que 527, incluyendo los torpedeveintiséis nudos do andar por horos, y afirman que no eran basra, -jon 5f; cañones de 1-2 pulgadas tantes: 700 hubiera sido el niüentre todos. [Poderosa fuerza nameiro justo. \ es que la opinión val habrá de ser esta división naval considera el destróyer couio í<ei antídoto más eficaz»—así lo italiana! -r^ afirman—contra elsubmarino. E s o o extraordinaria la proporción en ¿Qué hará Inglaterra? Su Alque han aumentado los sumergimirantazgo no quiere ya quedarbles en los últimos diez años: 135 se rezagado. ReempUi^ará ense-. han construido entre Ital Ía y Franguida todos stis acorazados, que, cia, 52 entre Japón y los Estados excepto media docena, considera Unidos. [Apenas ha botado una anticuados, con nuevos buques docena al agua la Gran Bretaña! de combate de 25.000 toneladas Una división de submarinos ingiftseí anclado en lo bohío de Glbraltar o o y cañones de 13 pulgadas; aumen¿Temor británico ante el potará en la cuarta parte do su núderío naval ajeno? jX^uién dijo mero actual los cinceroa; cons«miedo» a los ini^leses! Precautruirá anualmente, durante siete ción, y también deseo de poseer años, do doce a dieciséis dcstroelementos imprescindibles para yers; al rnismo tiempo, construimantener la seguridad do las corá un número de superdeslroyers municaciones de 1 i mperio británique puedan oponerse con éxito a co: tales son los sentimientos que los mudernísiinos y rápidos «acoles hacen considerar necesario razados de bolsillo* que hacen volver a ser superiores en todos Francia, Alemania e Italia; elevalos océanos, reconquistar la surá su marinería on 10,000 liompremacía naval que han ido abanl>res, para llevarla a un total de donando, enmendar ei daño que 100,000, y aun asi tendrá 20,000 h a n ocasionado a su prestigio marineros menos que Norteamémarítimo Francia e í t a ü a , que en rica y sólo 3.000 más que Japón. los tres años de vdgencia que lle¡A lo que conduce la política va el Tratado de Londres han de economías! Tenia la Gran Breañadido éntrelas dos naciones 16 taña como norma de su flota de cruceros, 24 desiroyers. y 50 subguerra que fuera en todo momenmarinos a sus flotas de guerra, en to tan podorcraa como las Armatanto que Inglaterra los ha disdas juntas de las dos naciones minuido ella sola justamente en más Inertes en el mar, ¿Cuál es ese número. hoy su poderío marítimo?. Basta El submarino francas «Ondine», nautrogodo hoce unos años el dato apuntado dei número de OBSÉRVER a consecuencia de un choque con un barco griego • ^ ^ - _ -: v,jr-^,V=iiFr==;-- ? ^•V.^T-li-'-i^ . '-.-.r,- EL NO TIENE LA CULPA EL C O M B A T E T R Á G I C O DEL GIGANTE DE LOS PUÑOS DE HIERRO N o tiene él la culpa, l^as aatoriflades norteamericanas no podían hacer otra cosa sino ponerle en libertad' Es decir, tal vez su seriedad no habría paderido un punto, si el gigante no hubiera sido detenido esas horas durante las cuales la Justicia lo entretuvo entre sus redes. Porque el gigante es inocente de! crimen de que algunos han querido acusarlpí,llevados de un sentimentalismo más que estúpido, malvado. Y el crimen ha existido; pero los que ahora se conduelen de la terrible desgracia, forman en su mayoría en esas íilas de exaltados que piden golpes mAs duros, violencias atroces, sangre, en fín, cuando una pelea transcurre sin lo que ellos llaman «emoción». Emoción, que no es sino la hoja de parra de una pasión morbosa que nos ha legado la gran guerra como un poso trágico. Que tal vez antes do ' a g r a n guerra fuera como una tara ancestral para laque no hay medicación específica. Es que el no tnaütrás ha sido sustituido por un deseo inexpresado, pero vivo; repugnante, pero íntimo, a los que siguen una colección de temas espectaculares que el mundo bárbaramente aplaude, y de los que hasta surgen figuras convertidas en ídolos universales, O en mozos sacrificados on lallama de la tragedia, como ese Einie Schaaf, cuya humanidad se abatió sin que el afán de la muchedumbre que presenciaba el combate tuviera un gesto de dolor hondo, profundo. No tiene la culpa Primo Camera. Ni el boxeo, que es un «noble arte». Sino los que admiten que at^iiél pueda ser un boxeador y los combates un motivo de holgorio, un pretexto para que los más fuertes maten a los más débiles. Toda esa faramalla de Comités y Comisiones que amparan y viven al margen de ios espectáculos deportivos han de ser observados con cierto recoló, F-n el boxeo no hay que decir que si la vigilancia y la severidad no son absolutas, los riesgos, las lamentables consecuencias, aunque sólo sea en orden a la irregularidad de las decisiones, son, más qun posibles, fáciles. Del noble arte del pugilismo se ha hecho un espectáculo mortal ahora, sangriento con frecuencia, repugnante muchas veces, agradable casi nunca, porque el boxeo no debería ser considerado más que cijnio la ciencia do la dafoíisa personal. Como la lucha y como la esgrima. Pero tan pronto coran las gentes buscan y hallan satisfacción a sus pasiones en un combate de dos hombres que no tienen rencor ninguno por que psiearse, se aceptan todas las consecuencias del combate, en el que, lógicamente, ninguno quiere resultar vencido. Mas todavía resultaría im¡)osible catástrofe como la última del atleta de Boston, si los reglamentos y, por encima de ellos, el buen sentido fuesen norma imperante en ese mundillo de gentes insaciables que pululan alrededor del cuadrilátero. Porque el gigantesco italiano no tiene la culpa de haber alcanzado esa talla, de sostenerse sobre una armadura ósea de titán, de poseer esos brazos interminables, péndulos, rematados en manazas como ^ r r a s , para las que son menester guantes excepcionales. Pero los Comités, si fueran más humanos y algo clementes, aunque el italiano y su manager gritasen contra la supuesta injusticia, no habrían permitido al hércules que subiera un día y otro a los rings para destrozar con golpe cómico (en los caídos con suprema instantáttea de trs^edia) a los pobres muñecos que sucesivamente han oficiado de peleles ridículos, cuyo artilugio se ofrecía roto ante las mL radas insaciables de la multitud. Este último caído, tronchado hasta la eternidad, no servirá, a pesar de todo, de lección, irorque la materialidad cruel, después de guardar una prudente actitud por poco tiempo, reclamará de nuevo sus titulados derechos «deportivos». Hay más: mientras en Norteamérica se cierra momentáneamente el paso a la trágica desigualdad, en Inglaterra (¿qué habrá detrás de ello?) seafirma todavía que no hay motivo que justifique la sepaT^;ión de Carnera en nna categoría de boxeadores excepcionales. ¡Que no hay motivol Y acerca de tal falta de motivo (!) ge escribe y 3e argumenta deportivamente, cuando ya los empresarios están al habla con el pugilista tundecráneos, y a la misma hora en que ya se permite hacer declaraciones otra posible víctima propiciatoria—Larry Gains—que aspira, sin duda, al placer de la trepanación subsiguiente al combate con Carnera, en el que éate, por toda justificación — lógica — explica su... atentado victorioso; tEl me quería pegar; yo le tuve que tumbar > l.'*ecidi da m e n t e , él no tiene la culpa. SERGIO VALDES Lo última firma d e Emie Schaaf. Quince días antes del combote de Nueva Vork, el mozo de Boston, que aspiraba a i c r compeon del mundo, firmo el compromiso paro luchar con Primo Carnero, en presencia del empresario y el gigoníeíco luchador. Y et f o t ó g r a f o f i o t a r i o reaÍJtnS « t e instante, que fue el del úlHmo compromiso deportívo del desventurado Schaaf 3fbo/h^df í¿ 'dio por l<r¡ h tos salo*; ,.,, / ' A h o "• • eí voto éi dbs se md..., , >creto hasta id: i^d efe '• darlo á ;;c¿noG6r al públi-i veo. Obtuvo el títu-l po n a c i o n a l , por! r'mo'yoríq-.c3e -yo-| í í o s . Id s e ñ o r i t a ^ i.€miiia Docet, re--^preséntente de :Í<3aítcia en e! con|cyrso. Los votos de Mos jurados se reIpartieron del mokJo siguiente: ocho |pqra "Miss Galir-cia", cuatro pora |"Mtss Murcia", dos |pai'á"Mts5VasconIgadas". He a q u í pos bellísimas con[cursahtes, mpmen^tos dntés de pró- 'érse a \a lectu|el acta, en la he del mar p e pie,^ en prij ;íérmino, y de iz^, /'Miss Extremadu^ro", "Miss Vóscon^gddos"y "Miss V i - , igo'V "Miss Sala^---ícd","Missr ía";"Míss, Íés':y''Mi5S; ,!as"; d e t r ...íss M d d r i u , ^ ^"Mis 5 Murcio'',^ " M i s s Aragón",! ;"Míss A s í u r i a s " , j :?f'Miss Marruecos^ ^ í"Míss Sarttdn I,'. v-;ii->f r..x^-.(sr-vMíí.-ír,H-^ - - ; T Í - , J J . ; - . ^ I , . . _ •-.. i-.^.y -;• -.Tiíj-v -:. - v . i ^ . t : . . ' - - . - Sia™2 LA SOMBRA VAGANTE DE CHOPIN EN MALLORCA iHOPiN es en, estos días actualidad española. So está filmando una película Bobre fondos mallorquines que evoca Su exasperada estadía en la Cartuja de Valldemosa tronchado bajo el huracán viraguesco que era aquella terrible George Sand, Se disputan los propietarios de celdas distintas en la misma Cartuja la gloria productiva de ser la suya y no la otra la que cobijara la decadencia física, oí infortunio amoroso y los éxtasis líricos ,del autor de íos c DAlacro|Xf e! ¡noestro de la pintura fran- cese del siglo XfX, roolízó «n este retrato dfl Chopín una de su» obras culminantes Nocturno.<!. de Ecrü sur l'eau había algo más que un rasgo de humorismo; era el reflejo de un latente y universal estado de opinión anfirromántica. Claro es que tendría que empezar por destruirbe precisamente gran número de franceses y venir a buscarles para imponerles el holocausto de sus vidas a la afable y luminosa tierra balear. Porque es en la Isla de Oío donde se hallan ahora más que nunca numerosos peregrinos estéticos que buscan las huellas de la remota pasión del músico débil y la novelista arrogante. Jorge Sand dejó en un libro inapreciable el relato de aquella temporada invernal de 1^38-39 bajo el cielo benigno, pero también bajo el signo fatal del maleficio erético que había de agotar a Chopin. De padres a hijos se han transmitido las generaciones de payeses el espanto de ver la mujerona vestida de hombre, fumando como un hombre, enérgica y dura como un hombre, y a su lado el joven enfermizo, hermoso y débil como una mujer, desangrándose en vómitos, destrozándose en polémicas íntimas y lanzando a la noche una música extraña ajena a la serena armonía de los nocturnos mallorquines. (Entre las rocas y el mar—escribía Chopin a su amigo JuUo Fontana el 28 de Diciembre de 1928—, en un gran monasterio, a poca distancia de Palma, me tienes instalado. Las.puertas de mi celda son más grandes que las puertas cocheras de París. Han desaparecido mis guantes blancos, y no me rizo el pelo. Mi cuarto tiene la forma de un ataúd enorme; la alta bóveda está cubierta de polvo, y desde mi ventana veo naranjos, palmeras y cipreses. Mi cama se halla colocada bajo una especie de artesonado árabe. La mesa de trabajo es vieja y tosca; sobre ella reposa un antiguo candelero de plomo—¡gran lujol— con una vela de i>eí»o. Las obras de Bach, mis manuscritos, mis notas y otros papeles es todo lo que poseo.» ¿Cuál era esta celda y cuáles las de Jorge Sand y sus hijos Mauricio y Solange, que acompañaban al «querido cadáver*? Hasta hace poco se creía saberlo con toda seguridad. Se mostraba a! culto de los visitantes y a la estólida vanidad de los turistas. Dibujos de Mauricio Sand y testimonios de su hija Aurora, nieta de la gran novelista, v novelista ella también, ratificaban lo exacto de tal creencia. Sin embargo, liace poco tiempo surgió la duda y la competencia. No lejos del afable y discreto lugar donde tantos años se consagró a la memoria de Chopin nostálgicas añoranzas y se fué formando un pequeño museo chopiniano, apareció el cartel que advierte a los ingleses y a los yanquis el interesado descubrimiento de la verdadera, en un cartelón arrogante: Todo nllo agita ecos en torno del melancólico fantasma, y más vale así, porque se empieza a difuminar demasiado Chopin en los confines de lo remoto. Cierto que a su tumba del Pére Lachaise y que a loa morumentos del Parque Monceau y del Jardín del Luxemburgo (lugares tan propicios al sentimentalismo mesocrático) no les suelen faltar cotidianas ofrendas florales. Innegable que a los conciertos organizados por la Société Frédéric Chopin acuden siempre auditorios fervorosos en los que abundan las cabezas grises y los rostros arados por el tiempo. Pero Chopin está cada día más distante de las muchedumbres actuales. Incluso de las minorías selectas. Se consideran un poco fanfarronas, de una fanfarronería que descubre demasiado el ritmo de las mazurcas, sus polonesas. ¡Aquellas polonesas en las cuales el buen Franz Liszt creía ver los es^jesos brocados y los terciopelos venecianos, las cibelinas que serpenteaban blandamente, los sables damasquinados, las amplias mangas abiertas, las turquesas incrustadas de arabescos, las botas rojas de sangre o amarillas de oro, los petos blancos y severos, las COIEIS rumorosas, las plumas ondulantes, los tocados deslumbradores de rubíes y esmeraldasj los zapatos bordados de ámbar, los guantes perfumados con aromas del serrallo! Sus nocturnos y balEidas se desvanecen con la fantasmagoría lunar de un romanticismo recusado por las juventudes actuales. • Chopin's cell Sus valses, de una voluptuosidad doliente y vertiginosa, de una Where íbe one and only autheniic , febril embriaguez que envueK'O de nubes la frente y derrama cálidas Piano the great composer used this very cell. pegimtosas gotas de llanto sobre el corazón, nada pueden sugerir ya en el estrépito de las cenas americanas, délos coch-taÜs vesperales y Importa, pues, resolver pronto este enojoso pleito paia que el las cenas frfas al ritmo epiléptico de los jazys o junto a Ja candondía de mañana no sólo puedan volver tranquilos a su país los rebagueria plebeya de los tangos. Cuando, hace poco más de un año, conmemoró Francia el aniver- ñiegos dovoradores de páginas del Baedeher y de billetes a forfait, sario de la llegada de Chopin a París, creímos asistir a los funerales sino para estar seguros los devotos de Chopin del sitio exacto de su de la muerte definitiva ochenta y dos años después de aquellos so- refugio sentimental al otro lado de las salas de concierto, repletas del lemnes do 1849 ea la Magdalena, donde las almas de Mozart y de vulgo sumiso a las modas transitorias, y sentirse libres de que los caChopin—ambos elegidos de los dioses por el óbito prematuro—, va- cen los antichopinistas dispuestos a practicar el sacrificio h\imano . gaban en ios acordes de la Mafdia fúnebre y del Reqtiinm famosos, y propuesto por Francis de Miomandre, donde se vio junto al túmulo la figura erguida del genio de la J O S É FRANCÉS pintura francesa del siglo xix: Eugenio Delacroix. Claro es que Chopin no morirá nunca del todo. Hay miliares y millares de gentes esparcidas por el .mundo que no se consideran ajenas ni rehuyen la emoción infinita del lirismo emanado de su arte. Son. por lo general, hombres y mujeres de «edad mediana» y de sensibilidad no sometida a las brutales exigencias del materialismo contemporáneo, Francis de Miomandre clasificó a esas gentes en un delicioso y cruel artículo, de vieíllas detnoiselles a cache-pot, de professeurs de tpiano, pleins de amesiwtte* ei d'adolescents ahuris». Proponía, además, que, a semejanza de lo que se hacía en otro tiempo ante las tumbas de los jefes indios ylos monarcas de los pueblos orientales, se realice también ahora el sacrificio humano de estos últimos amigos retrasados del chopinismo, íDejo a los técnicos el procedimiento ejecutivo ^-añadía—. Me limito a sugerirla idea. Lo esencial es que mueran. No hay otro medio de evitarnos su molestia. Porque no hay que pensar en encerrarlos en un reformatorio. Son incorregibles.* No sontfa usted, joven amigo deportista o vanIfl celda número 4 de la Cartuja de Volldemosa, donde se supone vivió Federico Choguardista; no se indigne usted, respetable amigo mío pin, y en la que figuro, entre muebles y grabados de la ép«co, el plano ^leyef del melómano. En el fondo de aquella boittade del autor gran músico, y en et que compuso gran porte de su obra admirable TRES El Presidente de la República inaugura el n u e v o e d i f i c i o d e la Escuela Central de. Anormales RETRATOS l\Aañ-So¡ ^ Hora suave de amor y de embeleso... Un perfume de paz bono el o^b,en.e. Jrir,.; risas la música de un beso '/unos l o t o s más roios que el Pon,en,e. Uno estrella de nítido bloncura n r S d a sobre el roso del celo|e, S todo la belleza del paisQie íresoenl°°^*^'='^^'"P"P''° •• FUAngelus.... La tarde se desmaya. El so sobre los oíos de la p ayo va escondiendo su aurífero tesoro... Fn tus oíos el véspero se enciende V ante tus pies de dioso, el mar se tiende í o ^ i n Santo imperial de armino^y Carmen NO estés triste m^er, alza lo frenje. Seco el llonto •^^1^'°^°°%^ Oriente ?ot7M."ord:----°'-cuando o mi odo Lo fachoda del nuevo edificio en que se ha instalado la Escuela Central de Anormoleí, en Madrid l^^^^^^^ rirriFasíSsandaluzas. L Presidente de la República inauguró recientemente el nu<íVO edificio de la Escuela Central de Anormales, instalada antes 6n el Paseo de la Castellana y desde ahora en la calle del General Oráa. El establecimiento, por su eficacia pedagógica, por su modernidad, por el acierto de su instalación, es un verdadero modelo éntrelos de su género. Los doctores Juarros y Palancar, que llevan la dirección médica de la Institución, han logrado hacer, inteligente y entusiásticamente secundados por el personal restante, \ina Institución llena de sentido humano. En la visita acompañaron al señor .Mcalá Zamora el ministro de Instrucción Pública, el director de Sanidad, el presidente de la Diputaciün y otras personalidades, íjue tuvieron para el espíritu y la organización de la Escuela los elogios más calurosos. E Yo calmoré tu duelo con contaros -oliófores de «''f^¿°'°:%o.Ql irse desgranando en olvido • Estás lejos de mí, pero te siento tan cerca de mi lado que podna d e s c X de tu ritmo el movimiento, y escuchor de tu voz la melodía... Y dibuiar el rictus de tu boca Quisiera conocerte, sin ornarte; He tenerte que amar, no conocerte, Jarrándote, por último, olvidarte... -' ^e es tan |Mi pasión es tnn tan honda nona yy ^^^^^^^^ • ^ \n dicha de adorarte 2 : % r dolor" nment^depe^derta,,.. Arturo PACHEC El Presidente de la República, con el minislro de Instrucción P""*'^"; el direclor de Sanidad y los doctores Juarros y Palonear, ' n ° " 9 " r a " a o el nuevo edificio en que se ha ¡nslolado la Escuela Centroi ae CORTÉS Anormales CUATRO ESTAMPAS PE LA REMOTA CIVIUZACION INCAICA L AS civilizaciones decaen cuaado no pueden ir mes allá.» Y quizá por no poder ir más allá—en sus medios limitatlos do entonces—cayó la gran civilización incaica. Aun antes de que llegaran los ooloniTatiores hispaans. A.un antes de sentir sobre sí el empuje de otra más viril civilización. Docadonto yft, la cultura incaica se encontraba en ese grado de dúctil maleabilidad que es preciso para lograr los grandes entronques raciales. Entronques. Injertos. He aquí unas palabras poco frecuentes en la historia de las grandes fusiones de pueblos, y que, on el caso concreto de España y América, tendrán que substituir a los vocablos «conquista» y «guerra de colonización*. Porque antes que ima iconquista», y major todavía que (una guerra colonizadora», el formidable hecho histórico que se verificó en América a la llegada da los españoles fué eso: un entronque, un injerto de dos civilizaciones para rebrotar en una sola. Fué, si se quiere, algo más también: una inyección de nueva vitalidad en un organismo ya agotado y decadente. Y el entronque, por esperado, por oportuno, fué perfecto y aencillíaimo. Tuvo algo de esa doble naturalidad 'con que se produce un hecho político previamente madurado, un desenlace funesto ya provisto de antemano. I-a yedra trepadora de una civilización depauperada se abrazó, en natural e instintivo abrazo fraterno, al vigoioso roble civilizador d e Castilla. Después de • unas breves convulsiones aeíóntcas. Tras un pequeño escarceo de lucha postuma. El vasto imperio del Sol fué el inmenso solar, cimentado en formidable piedra básica. donde se asentó el edificio del gran entronque histórico de dos razas y de dos civilizaciones. Calla* d e l Cuzco. Parfach) «ntronqua Hay muchas; pero entre íodiis las ciudades da d o i dvilizacioan ti qva loaudel Perú existe una que, de por sí, ostensible- na> lódono y fo poitrzo mente, nos da la clave de este gran aconte- >a aman y la conu n d a n . Pochodaí cimiento histórico, obligándonos a proyectar ffncoko», da fuerla los rayoj de nuestra meditariión hacia un baiamanto y ¡«nturat fin argomasa, hecho de tanta transcendencia todaWa no es- eotai del mus puroy tudiado. Esta ciudad es el Cuzco, antigua y le- attílocolonrot, rguagendaria sede del imperio incaico, y hoy mo- laf o los qu« púadan varta an cuatnumento d© primerisimo orden en el álbum quiar pueblacíto aipoñot. Al pía, una do las grandes reconstrucciones históricas. manado d a llamas [El Cuzcol Como Roma, como Toledo, como da corso lustituyanboBiíg'dad, oí solo hechizo de esto nombre pró- ,da al coslallono rrlquillo Maravilld d« una catmdtal qu« Hen« todo al recro sabor da un Tolodo. de un Burgos o da un L«ón, «n rudo controiFe con eila «stampa*gl¿gica, d<B un paitar jndi'gena oeruano santado a l pia an \a Cruz cuidando da l u reboño de llamoj ^ 3- Sobre n u e s t r a i m a g i n a c i ó n l a l e g e n d a r i a p e l í c u l a d e u n a s p o é t i c a s ocaciones q u e son c o m o b r i l l a n t e s c u e a t o s infantiles s a l p i c a d o s e n t r e s secas lecciones d e la H i s t o r i a pau-a s u a v i z a r e n a l g o su a r i d e z , P e l í ^s legendarias q u e n o n o s i m p o r t a s a b e r si f u e r o n r e a l i d a d e n a l g u n a V ^ ' " ^ ' p e r o q u e m u y bien p u d i e r a n h a b e r l o s i d o . C o r t e s f a s t u o s a s , e s P endorosos desfiles r e l i g i o s o m i l i t a r e s , a b i g a r r a d a s m u c h e d u m b r e s , p a l a los, t e m p l o s , o r o , p i e d r a s p r e c i o s a s . P a r a í s o s t e r r e n o s q u e l a p r o v i n c i a Jia imaginación d e unos h o m b r e s r ú s t i c o s y s e n c i l l o s tejió quizá en l a s o ^ d a d d e u n a m i s e r a a l d e h u e l a . Q u i m e r a s , y a c o n v e r t i d a s e n m ú s i c a poé^'^a, que l u e g o ía t r a d i c i ó n t r a j o h a s t a n o s o t r o s . ^ 6 r o , por hoy, d e j e m o s a u n lado e s t a s evocaciones q u i m é r i c a s p a r a ^ e r a la c i u d a d del Cuzco s o l a m e n t e bajo el a s p e c t o q u e n o s i n t e r e s a . ° e s , c o m o p u n t o d e c o n v e r g e n c i a d e d o s civilizaciones, Y bajo e s t e a s P ^ ' t o , no creo q u e p u e d a d a r s e c i u d a d p a r e n el m u n d o con la a n t i g u a y ^agrada c i u d a d d e l Sol. E s c r i t o s o b r e p i e d r a e s t á — a c t a n o t a r i a l la más fehaciente—este d o c u m e n t o .,'••. prueba d e g r a n i n j e r t o t o t a *«ario d e d o s c u l t u r a s cont r a p u e s t a s . Y así c o m o d e \pledn p u d o decir el p o e t a : *Cada p i e d r a es u n r e c u e r do», del Cuzco h a y q u e d e '^ q u e n o h a y c a l l o , q u e n o ^^y plaza o rincón o monum e n t o q u e n o sea u n a p e r ^ ^ t a soldadura de u n a ci^'ilización con o t r a civiliza^'ón, sin acortar a señalar dónde empieza la una y •iónde t e r m i n a l a o t r a , c u á l ^^ el o r i g i n a l y cuál la coP'a-. qué lo p u e s t o y q u é lo ^"Jperpuesto. F a c h a d a s autóctonamente incaicas, de 'uerte basamento y junturas ^^n a r g a m a s a , Be d a n l a m a no Con c a s a s del m á s p u r o estilo colonial, d e n e t o c o r t e c a s t e l l a n o , cbn s o l a n a s iguales a l a s q u e p u e d e n v e r s e en c u a l q u i e r p u e b l e c i t o d e •iantanderj y con a r c o s e n herradura idénticos a los de Cualquier c o n s t r u c c i ó n a r a °^goandaluza. F e r r a d o s port o n e s q u e s o n nJaravilla do t r a b a j o s d e forja, y p u e r t a s " a j a s , e s t r e c h a s y sin r e l i e v e a l g u n o , d e la é p o c a incaica. , - ' • > . - Pero iobr« todoi eitoi docunanloi pétreei, Mte lupramo iTmbolo d * | formldoble l n ¡ e r l o hitlórico: lot enormes mu roí del templo del Sol— el fomoio Voticano incaico—lobre loi que el cololícitmo erigió un convenio de dominicói Pero mué mád Elle fraile cuxque* ño, producto de un cruce cercano de razas, 4no es acoto el nie¡or limbolo viviente del entroque de lo* doi GUlhiroif Y y a en u n o r d e n a r q u i ^ ^ W n i c o m á s e l e v a d o , el s í m b o l o , el f o r m i d a b l e s í m enlo de] a m i s t o s o e n t r o n q u e histórico. R e c o r t á n d o s e on el c i e l o d e u n c r e p ú s c u l o , irente a frente y mirándose ^•n r e n c o r e s y a , las d o s sil u e t a s d o l o s g i g a n t e s q u e un ¡^'a p u d i e r o n merlirse con '!í"aldad d e p o d e r í o : a u n 'ado, la bronca silueta d e la c a t e d r a l ; al o t r o , la n o b l e iigura guerrera de Atahualpa, el d e s g r a c i a d o ú l t i m o e m p e r a d o r inca, m^A' P e r o t o d a v í a n o es. a q u i . Con ser plono, d o n d e el s u p r e m o s í m b o l o del i n j e r t o d e d o s c u l t u r a s se r e a l i z a p l e n a m e n t e . E s u n poco niás a l l á , s o b r e la e n o r m e m o l e d e u n a s p i e d r a s m i l e n a r i a s , d o n d e el m i l a g r o d e l a conjunción d e l a s dos razas se \'erifica. L a e n o r m e m o l e del g r a n t e m p l o del Sol, s a n t u a r i o el m á s g r a n d e del i m p e r i o incaico, se achica, cede su b a s a n i e n t o , y s o b r e él r e c i b e la a g i l i d a d d e l o s g r a c i o s o s a r c o s d e u n c o n v e n t o d e d o m i n i c o s . L a p i q u e t a , t i l d a d a d e d e m o l e d o r a , d e l f a n a t i s m o católico, n o d e r r u y e los c i m i e n t o s d e l o t r o f a n a t i s m o . F r a t e r n a l m e n t e c r i s t i a n o , se s u e l d a con é!, se i n j e r t a en él, y d o n d e a y e r oficiaba ol s u m o s a c e r d o t e d e l Sol y Se e l e v a b a n l o s h i m n o s sacros y se h a c í a n los c r u e n t o s sacrificios, h o y o ' i c i a n l o s s a c e r d o t e s católicos y se e l e v a el h u m o d e l incienso e n a z u l e s e s p i r a l e s y 'GSnena l a m í s t i c a voz del ó r g a n o . ¿ P e r o q u e m a s ? E s e fraile c u z q u e ñ o , m a n i f i e s t o p r o d u c t o d o u n cercano c r u c e d e d o s r a z a s , ¿no es a c a s o el mejor s í m r*olo v i v i e n t e d e l e n t r o n q u e d e d o s civilizaciones on t o d o s Sus m á s e x a c t o s c o n t a c t o s éticosocialcientíficos? Otro documento péFreo del «Las civilizacionos s o n d e c a d e n t e s c u a n d o n o p u e d e n ir m á s a l l á í , es v e r d a d ; p e r o pocas v e c e s l e s f a l t a — Como a q u í — l a r a n u r a d e un á r b o l n u e v o e n el q u o J a j e r t a r s e el a p o y o d e o t r a civilización on la q u e d e s cansar ROSA ARCINIEGA "^- . i j . _ .•::r.;Jü enlroquA de d o i civiliioclonsi: la mole d« lo cal«clral; la ettotua de Atahuctipa, «1 ínforFunadD último ernperodor inca. Lat iilu«las de los gigantet qtfeun día pudieron mirarte frent« a frente con iguoldod de poderío ¿CUAL ES SU «HOBBY»? «Hobby» es una palabra inglesa que se pronuncia «jobiw. Los yanquis dicen «jaobi»; pero ya es sabido que no se debe hacer mucho caso a los yant uis. En algunos diccionarios ingleses no figura esta palabra; en otros sí. Pero tampoco se debe hacer mucho caso de los diccionarios. La traducción que dan de esta palabra es tan diversa y confusa, que no se entendería bien. Lo cierto es que, quienes la emplean, lo hacen en el sentido de indicar con ella eso manía, mói o menoí prdcfico, que se realiza de un modo habitual, al margen de la profesión y por puro deleite. Y a eso vamos. Todos tenemos nuestro «hobby». El «hobbys es al espíritu lo que la nariz al cuerpo. ¿Que hay chatos? También hay quien tiene un «hobby» vulgarote y tontón. ¿Que hay narigudos? Pues también hay quien tiene un «hobby» estupendo, o varios «hobbysu muy buenos. Nadie debe avergonzarse de confesar su «hobby», como tampoco sucede que, quien por ser demasiado chato, o tener la nariz muy larga o deíorme, la lleve oculta tras una careta. Cada cual es como es. (Sócrates, o así.) Hay «hobbys» ingenuos, sencillos, y «hobbys» complicados, difíciles. Unos son deliciosamente inútiles, y otros hábilmente prácticos. Pero, en todos los casos, el «hobby» tiene encantos de intimidad, de consuelo, de distracción, de refugio, de descanso... El «hobby» es nuestro tirano. Es frecuente que se tome más en serio el «hobby» que la profesión: recordemos el curioso caso del famoso pintor inglés, cuyo «hobby» era tocar el víolín y que, si admitía crítica para sus cuadros, no toleraba la menor censura o duda, en su habilidad con el víolín..., que tocaba bastante mal, por cierto, según dicen sus biógrafos. Convencidos de que el «hobby» tiene gran importancia como dato psicológico, como punto de referencia, como simple curiosidad y hasta como argumento de disculpa para ciertas irregularidades de conducta, vamos a traer a estas páginas el «hobby» de las personalidades más destacadas y populares en los diversos matices, ramos, profesiones y ambientes que integran la vida social. Y que la suerte nos acompañe para que se nos nieguen pocos personajes a revelarnos su tdiobby». El de don Pedro Rico es |inconfesable! V El de Amparifo Miguel Á n gel es pictórico AMOS, parece mentira, ¿eh? ¿Quién iba a suponer que esa Nuestro alcalde, |nada mepersonificación de la frivolidad nos que nuestro abundante que es Amparito Miguel Ángel alcalde!, tiene un hobby inconfesacultivase no un hobby, sino t r e s , ble. El primer ciudadano madriley a cual más serio y romántico? ño practica con frecuencia ciertas Sin embargo, así es, sí, señor: costumbres que no se pueden tres hobbys txne la criatura. Van transcribir a la letra impresa. ustedes a ver qué bien los explica la deliciosa vedette. Bueno: la cosa es que, como poder, sí que se puede, Pero no —Lo que más me gusta hase debe. No es que sean inmoracer cuando no trabajo es cantar les ni punibles. E^ que son eso: en serio trozos de música clásica. ¡inconfesablesj Falla me entusiasma. Da rabia que don Pedro Rico —Bueno, Amparito, no siga sea tan campechanote, tan buepor ahí. Eso, en usted, no es hobnazo, tan cordial, tan abierto a by. Otra cosa. la amistad, porque con eso le ata —Pues no sé si esto otro será a uno las manos y le arranca de hobby ; -peto mi mayor afición fuelos puntos de la pluma ciertas rera del trabaja son las vacas, velaciones indiscretas que regoci—¡Cómol ¿Las vacas? ¿Torear jan a quien las lee, pero fastidian vacas, o comer filetes de vaca? a quien se refieren. —No; torear, no. Me gustan ias «Yo no tengo fiempo de tener «hobby»... Trabajo mucho, trabajo Si este que ahora disfrutamos siempre, y no me queda tiempo nt para odelgozar...»—dice don Pedro vacas vivas; soy feliz ordeñando fuera un alcalde de otra casta, |ya Rico o Santiago de la Cruz... FOT. conrés a u n a vaca, Y t a n t o las quiero, les diría yo a ustedes cuatro coque, cuando veo una mujer guapa, sas divertidas! Pero don Pedro le compra a uno con unas sonrisas, el mejor comentario que puedo hacerla es exclamar: «¡Qué ojos tieunos apretones de mano y una confianza y camaradería en el t r a t o , ne esa mujer; parece una vacáis Y ante un precioso nene chiquitín, que anula y transforma en incondicional al más reacio. mi más tierno elogio es: *¡Mira qué monada!.jParece una vaqnital» —Esa afición a las vacas, ¿la ha tenido siempre? Cuando—después de los trabajitos que yo me sé—pude hablar —Sí; desde que era así me obsesionan las vacas. Hasta el p u n t o ' con él en su despacho y le pregunté cuál es su hobby, me dijo:. de que las personas de mi intimidad me llaman «la vaquita*, y yo —[Si yo no tengo de eso, querido! no me enfado. —¡Vamos, don Pedro, que sí! —¡Que no! Le aseguro que no. Yo no tengo tiempo de tener hobby. Ya me disponía a dar por terminada la entrevista cuando Amparito Trabajo mucho, trabajo siempre, y no me queda tiempo ¡ni para me dice, ruborizándose: adelgazar! —¿Sabe usted lo que de verdad, de verdad, es mi pasión continua —En fin, don Pedro, alguna ocasión tendrá usted de hacer algo que e incurable? no le produzca ganancia material, —[Cualquiera adivina!—resdinero, sino recreo espiritual. pondo, lógicamente despistado, —¡Anda; eso sí! ¿Cosas que no después délo délas vaquitas, Peme produzcan dinero? ¡Muchas! ro ella, en el colmo del rubor, —Casi--ninguna-de mis ocupaciones. asegura: • "-•me da dinero. —La pintura. ¡Pintar es mi h-^,^^-- "-i_No; no es eso. Por éj«át-^^ mayor deleite! ¡lío hay nada tan í.^'- pío," vera'...iisted;. báblemos' .dCV. ' sugestivo como pintar! ; [Aquí unas palabras mías que tie—¡Muy bien! Me gustaría ver nen la virtud de sobresaltarle). algún cuadro suyo. —[De eso, ni hablar, querido! —No; si cuadros no pinto; eso Y, además, eso no es u n hobby, no me gusta. Lo que yo pinto —Sí lo es, don Pedro, Y tamson muebles, cacharros, muñecos. bién lo de... {Otras palabras que Vaya mañana a casa y verá. Toproducen el mismo efecto alai*dos mis muebles los he pintado man.te,) yo. Mañana le espero, y verá mia obras. —jTampoco, caramba! No hablemos de eso tampoco, ¿Esas deFui, claro está, al día siguienbilidades se llaman ahora hobby? te, con elfotógrafo. Y vi, en efecBueno: pues entonces diga usted t o , que todos, sus muebles están que yo no tengo hobby. bella y originalmente' pintados. Y me da nn cigarrillo, y me Se dispuso a fotografiarse pintanecha el brazo sobre los hombros. do un perro de Xaudaró. Y me acompaña casi hasta la ca—Es lo que estoy pintando^ lle, rogándome discreción. ¿Quién ahora-^me dijo. sé resiste? Yo rae declaro venMiré al muñeco y vi con asomUnü de lot chobbys» tíe Amporiio Miguel Angftl es la pinturo. Élld cido. pinta Bui muebles, $ut cacharros, sus muñecos», FOT. VIPBA bro que estaba hecho una binia: un un OJO más garande que el otro. iodo embadurnado, ihorrible, va•Oos! Y me vino a sacar de dudas "II pajarito, que me dijo al ¿ído: —Ella pinta los muebles y los cacharros, sí, ios pinta. Y hiego tiene que venir un pintor de verdad a arreglar lo que ella estropea, pííro usted hí^a como que no sabe nada, que la daría mucha rabia. —No; si inmorales no son; eso no. PerOj vamos, usted comprenderá que no se puede decir que en mi imaginación guardo un archivo completo en el que tengo catalogado a qué animal se parecen todos mis amigos y amigas y las personas 'de cierta popularidad. —]No se puede decir, claro!— le concedo, muerto de risa, y le pido: dígame algunos, a ver. —No, no, que a lo mejor se El del doctor Huertas (hijo) enteran y se ofenden. ¡Es curioso es viajar... en mapa que la gente se moleste si le comparan con un bicho, cuando, en Todas las amistades del docmuchos casos, el que tiene motitor Huertas (hijo)—lo que equivos para indignarse es el pobre vale a decir utodas las personas animal, que sale perdiendol •i^e una vez han estrecliado su niano y le han sido gratas»—saben No necesito jurarles que me *lue eselcandidato más apropiado mostré conforme con su afirma'Para figurar en esta Sección. ción, ¿Verdad? ¡Nadie puede tener mayor nü—^Mi hobby más arraigado y '"^ro de íiobbvs ni más curiosos constante son los viajes fantástique él! cos. Pero como no puedo realizar•Mi vhobby> mós a r r a i g a d o y constante—dice el ilustre doctor Huer,. . ^ es que el doctor Huertas tas—son los viojes fantásticos. Pero como no puedo reolízarlos d e ver- los de verdad, me conformo con (mjo) es un espíritu infantil. Co- d a d , me conformo con hacerlos en el mapa. Tengo una de los mejores hacerlos en el mapa. Tengo una colecciones de mapas que pueda existir...» FOT. COKT&S de las mejores colecciones de ma^a naturalfsima y de clara explipas de todo el mundo que pueda cación. A pesar de su reconocida - "Jívencia científica y de ser mayor de edad (i), no es todavía—] y que existir. Y sentado en mi despacho geográfico, rodeado de libros, con arde muchos años en serlol—el doctor Huertas del todo, sino el doc- un lápiz en una mano y un compás en la otra, sigo y estudio las rutor Huertas (hijo). tas de los grandes navegantes, y he ido por el mundo con MagallaEl paréntesis que indefectiblemente ha de acompañar a su ape- nes, con Vasco de Gama, con La Palisse, y he compartido las proeWo como un titulo más, complementario del de doctor, es, sin duda, zas de Yerges Khan y de Aníbal, y he triunfado, sufrido y luchado que le presta ese gracioso desenfado, esa amable y legítima irres- con los conquistadores españoles en tierras de América. ¡He recorrido ponsabilidad infantil, tan simpática y singular, que caracteriza y el globo en todos los sentidos sin moverme de mi sillón! ^ o ^ n a al insigne psiquiatra. El doctor Huertas (hijo) termina así sus confidencias; —A veces, para dar más realidad y emoción a mis aventuras de ¡Anda, lo que es de eso, tengo un rato largo]—me dijo, como y^ esperaba, al preguntarle por su hobby. Y añadió, cauteloso; —Lo viaje, organizo grandes batallas con una estupenda colección de solHUe pasa es que no todos se pueden decir; alguuos son inconfesables. dados de plomo que tengo, Pero, bueno: esto tampoco se piiede decir. Bueno, doctor, dígame los que quiera; [no me voy a ruborizarl SANTIAGO D E LA CRUZ ^ j No digamos que mny mayor, may mayor..., pero si algo mayor, vanioa. N U E S T R O S Ha P O E T A S Primavera sin amor vuelto ¡Ha vuelto ya! Y el Sol y nada siente mi alegría el mar, el monte, el llano todo es inconmovible cual brilla lo mismo loca: y el abismo... la roca. Los Jilgueros no entonan con más bríos; el ruiseñor no aumenta sus cantares; no es más pulido el lecho de los ríos ni más blanca la espuma de los mares. Va viene la primavera ya viene la primavera, madre de miles de de su aroma y su color; que sonríen orgullosos ya vistieron los almendros ya entonan los pajarillos ya viene la primavera... ¿Quién ha hablado de dichas ignoradas? ¿Quién dijo del placer y la alegría? Nada sabe de cosas extremadas guien no ha gozado esta alegría mía. i Todo está igual! Pero la vida se desborda; ya ¿Que el Sol no alumbra ¡llevo toda su luz dentro como un torrente no hay calma. más? Naturalmente^ del alma!... sus tules de y las palabras los suspiros /y yo no tengo un amor! saturada de más que canto es belleza; se evaporan con el aire sonidos, confundidos, se lo cuenta al corazón: tan de prisa, corazón, salirte del pecho? ¿Quieres Son tan fuertes reza, oración; en un mundo de y el alma con gran tristeza ¿Quieres desposada; alborada; se pierden No palpites flores de la vida y no lo canta, lo pues su dulce melodía tus latidos, ten más romper que ahogan, tu envoltura? causan fruto dolor... que la rama muestre el ¿ Qué te importa que el Sol brille, que el aire esté si no tienes un . cordura. ¿Qué te importa ni que venga Primavera, * sus notas en la Vibra el alma estremecida, siente el Himno Adornando el jardín con su presencia, impávido el clavel se yergue esbelto; las rosas no nos dan mejor esencia; todo está igual... y^ sin embargo, ¡ha vuelto! con su manto de colores; sazonado? perfumado, amor? Aurelia RAMOS LAS MUJERES ...,.^^..^^,^..^;^j^.,,,.,.,^.,,,,^ .'.''"•^'^J^'^^^f^^-'', rc-^-1':-."^y."-^ •••..-'--^.•.i~-..Tr-Z'^ír--m?: EN LA SILLA ELÉCTRICA H ARÁ d o s años escasos q u e R u t h B r o w n S n y d e r y su a m a n t e , H e n r y Y u d d G r a y , s o b r e q u i e n e s se babla conceiit r a d o t o d a ' a c u r i o s i d a d del p u e b l o neoyorq u i n o , se s e n t a r o n en la silla eléctrica. L a enorme ciudad hallábase dominada por una especie d e v é r t i g o . D e h o r a en hora, las gentes, á v i d a s de n o t i c i a s sensacionales, e r a n inf o r m a d a s p o r ediciones e x t r a o r d i n a r i a s acerca d e los menores incidentes d e s a r r o l l a d o s en la fatídica p r i s i ó n q u e se eleva e n t r e el río H u d s o n y la i m p o r t a n t e red de la línea cent r a l d e N u e v a Y o r k . N a d a menos q u e ciento veinticinco p e r i o d i s t a s h a b í a n solicitado autorización jiara a s i s t i r al suplicio de los condenados. E l q u e u n suceso de s e m e j a n t e n a t u r a l e za hubiese d e s p e r t a d o e s t e i n t e r é s , obedecía a q u e i b a a ejecutarse a u n a mujer, E s , en efecto, r a r o en e x t r e m o q u e u n a mujer sea c o n d e n a d a a l a s i l l a e l é c t i i c a , a u n q u e es e s t a clase d e suplicio !a m á s e x t e n d i d a en la A m é rica del N o r t e , p u e s t o q u e la h a n a d o p t a d o v e i n t i t r é s E s t a d o s de la Confederación. Diez y seis d e ellos a u n m a n t i e n e n la horca, y e¡ Vista exterior de ta Cárcel Modelo de Chicago, llamada p o r los profesionales del delito d e N e v a d a , p o r excepción, e m p l e a los gases lo <Pen$ión de familia del Tío Sam> t ó x i c o s . E n siete E s t a d o s e s t á a b o l i d a l a pena capital. Su m a r i d o d u r a n t e u n a c e n a c e l e b r a d a c o a v a r i o s a m i g o s , h a b í a s e H a s t a el presente, sólo h a n p e r e c i d o en la silla eléctrica t r e s m u a p r o v e c h a d o d e la b o r r a c h e r a p a r a e j e c u t a r el siniestro p r o p ó s i t o q u e jeres, n o o b s t a n t e aplicarse ese s i s t e m a en N u e v a Y o r k desde iSgr». le Sugiriera el a m a n t e . E n los r e a t a n t e s E s t a d o s , y desde comienzos de la p a s a d a c e n t u r i a , N o bien se d i c t ó la t e r r i b l e s e n t e n c i a p o r el T r i b u n a l de J u s t i c i a n o h a n s u b i d o al c a d a l s o m á s q u e n u e v e mujeres. L a p r i m e r a fué Mary les fué c o m u n i c a d a , los d o s asesinos hicieron t e s t a m e n t o . L a celda g a r i t a H ü u g h t e l i n , c o n d e n a d a a m u e r t e p o r infanticidio en 1817, y de R u t h en l a p r i s i ó n de S m g - S i n g se h a l l a b a a unos c i n c u e n t a meque h a s t a m o m e n t o s a n t e s de ser a h o r c a d a hizo r e p e t i d a s p r o t e s t a s d e t r o s d e l a Deaih Chainhe-r ( C á m a r a d e l a M u e r t e ) . R u t h n o p e r d i ó u n su inocencia. L a int'eliz n o m e n t í a , p u e s a l g u n o s a ñ o s mí'is t a r d e u n a m o m e n t o su entereza. P o c a s horas a n t e s de la ejecución se b a ñ ó y acim u j e r r e v e l a b a en su lecho de m u e r t e hal>er e s t r a n g u l a d o al pequecaló c o m o p a r a ir ai t e a t r o A las siete y m e d i a d e la m a ñ a n a consuñ u e l o en u n acceso de celos. E n 1819, la n e g r a R o s a B u t l e r . condenam i ó con excelente a p e t i t o su ú l t i m a c o m i d a : u n a t o r t i l l a con j a m ó n d a por liaber incendiado p a r t e de un b a r r i o de N u e v a Y o r k , fué a h o r y u n p l a t o de p a t a t a s fritas. A la.^ diez se despidió de su m a d r e , con c a d a en presencia d e diez m i l espectadores. L a m i s m a p e n a sufrieron la q u e se hizo im r e t r a t o , a! q u e puso e s t a detUcatoria: Heart brokcn m á s t a r d e t r e s mujeres que habían e n v e n e n a d o a sus m a r i d o s . L a ú l (Con el corazón d e s t r o z a d o ) , y que a l g u n a s h o r a s después a p a r e c í a t i m a esposa h o m i c i d a c o n d e n a d a a la h o r c a p a g ó su d e l i t o en 1884, en t o d o s los periódicos gráficos en l u g a r preferente. F u é el s u y o un c r i m e n c i e r t a m e n t e m o n s t r u o s o . N o d á n d o s e por saL a d o b l e ejecución se efectuó a Ia3 once de la noche. E l v e r d u g o t i s f e c h a c o n h a b e r a c r i b i l l a d o a t i r o s a su cónyuge hizo pedazos el íué R o b e r t E U i o t . e l m i s m o q u e r e c i e n t e m e n t e ajustició a los a n a r q u i s c a d á v e r , a r r o j á n d o l o s a los c e i d o s . t a s Sacco y V a n z e t t i . P r e s e n c i a r o n la t e r r i b l e escena v e i n t e periodisL a si Ha eléctrica fué a p l i c a d a por p r i m e r a vez a u n a mujer e n iSg^. t a s , varios médicos, seis e m p l e a d o s y el d i r e c t o r d e l a prisión d e E s t a ejecución o i i g m ó generales p r o t e s t a s por p a r t e , p r i n c i p a l m e n t e , Sing-Sing, L e w i s L a w e s , que', p o r cierto, es a d v e r s a r i o furibundo de de las mujeres n o r t e a m e r i c a n a s , si bien h a y q u e confesar q u e la senl a p e n a de m u e r t e . t e n c i a d a h a b í a hecho m é r i t o s s o b r a d o s p a r a ajusticiarla. E n efecto, U n f3tógrafo de la Ckicago Tribune. no o b s t a n t e la prohibición M a r t a P l a c e , que así se l l a m a b a , h a b í a asesinado a su hija p o l í t i c a e a b s o l u t a d e t o m a r íotografías de la ejecución, se c o m p r o m e t i ó a o b i n t e n t a d o hacer la m i s m a operación con el p r o p i o m a r i d o . T a n espant e n e r , p o r lo m e n o s , la d e R u t h Snyder, A ese efecto, llevó o c u l t o en t o s a s fueron las c i r c u n s t a n c i a s del c r i m e n , q u e Tcx)doro R o o s c v e l t , el pecho, debajo d e la c a m i s a , u n a c á m a r a en m i n i a t u r a , que hizo entonces g o b e r n a d o r del E s t a d o de N u e v a Y o r k , se negó a conceder funcionar c o n e x t r e m a habilidad en el preciso m o m e n t o d e a t r a v e s a r el i n d u l t o . Diez a ñ o s después m u r i ó en la s i l l a e l é c t r i c a la mujer la c o r r i e n t e e l é c t r i c a el c u e r p o de la uxoricida. L a m a y o r í a de los ped e un colono q u e h a b í a asesinado a u n a vecina p a r a p r o c u r a r ciertos riódicos c o n d e n a r o n éste reportaje m a c a b r o ; pero, en c a m b i o , o t r o s se p r o v e c h o s a su h i j o , d i s p u t a r o n la fotografía a peso de o r o . Y d o s h o r a s m á s t a r d e t o d o s R u t h Snyder es h a s t a el p r e s e n t e la ú l t i m a d e su sexo que h a sido l o s v e n d e d o r e s de d i a r i o s g r i t a b a n a p l e n o p u l m ó n en B r o a d w a y : «[El e l e c t r o c u t a d a . H e a q u í su delito. U n a noche, e n c o m p l i c i d a d c o n su ú n i c o r e t r a t o a u t é n t i c o d e R u t h en la silla eléctrica! o a m a n t e , dio u m e r t e a su esposo m i e n t r a s d o r m í a . C o m e t i d o el criE l ejecutor d e a l t a s o b r a s del E s t a d o de N u e v a Y o r k c o b r a ciento m e n , se \\\v.o ligar p o r su c ó m p l i c e a los pies de u n a c a m a , a fin d e c i n c u e n t a d ó l a r e s p o r c a d a v i d a h u m a n a que s u p r i m e . E l procedimiens i m u l a r que la c a s a h a b í a sido a s a l t a d a p o r unos b a n d i d o s , y q u e t o d e la silla e l é c t r i c a 'e e v i t a p o n e r s e en c o n t a c t o con el reo. A c t ú a é s t o s e r a n los v e r d a d e r o s a u t o r e s del asesinato. Sus declaraciones en desde u n a c á m a r a p r ó x i m a , desde la q u e hace p a s a r la c o r r i e n t e u n a este sentido a n t e la Policía fueron t e r m i n a n t e s . Mas c o m o luego se vez q u e los a y u d a n t e s le a v i s a n p o r medio de u n t i m b r e q u e el reo a d v i r t i e r a n cu ellas numifiestas contradicciones, u n c a r e o e n t i e R u t h e s t á en disposición de r e c i b i r la t e r r i b l e descarga. C u m p l i d a su t r i s t e y su a m a n t e d i o la c l a v e d e l suceso, q u e d a n d o a m b o s g r a v e m e n t e misión, c o m p r u e b a d e s d e un v e n t a n i l l o l a eficacia d e la operación, c o m p r o m e t i d o s . A c a b a r o n -^n confesarlo t o d o ; pero en el c u r s o de s u s y si, por desgracia p a r a l a v í c t i m a , é s t a n o h a m u e r t o de la p r i m e r a declaraciones ia p a s i ó n a r d i e n t e q u e se h a b í a n profesado, y q u e h u b o descarga, hace p a s a r o t r a c o r r i e n t e a m a y o r v o l t a j e . d e l l e v a r l o s al c r i m e n , fué poco a poco t r a n s f o r m á n d o s e e n o d i o feroz. E n vez d e e x c u l p a r s e r e c í p r o c a m e n t e , se a c u s a b a n c o n v e r d a d e r a Saña d e a u t o r e s e instigadores del asesinato, en el que h a b í a n c o n c u r r i MARÍ.\ LUISA ANDERSEN d o todiis las c i r c u n s t a n c i a s a g r a v a n t e s . R u t h , d e s p u é s de e m b r i a g a r a (Copyright por )a «Agence Llttéraire Intematioaale». Exclusiva para Prensa Gráfica.) FOTOGRAMAS DE LA ACTUALIDAD N UESTRA actitud, un poco estóptica, ante la intógnita de la cinematofíratía iíispana, se desvanece por realida• que convierten las interrogaciones en ^ J p u e s t a categórica: Madrid. la ciudad abiera todos los rumbos espirituales, cuenta Qe ']^'^ o^íudios emplazados en Ciudeid LiJ- . primer puntal de nuestra industria ci^ 'V^^°gi"áíica. organizada por la CHA, que L.^^^ 'Comenzará la filmación de pelícu'ds Bapañolas. de 'f^ ^^g"'í'can para España la creación ^^astos estudios? La palabra crear, de este „i^ ^P^icada, sólo podría significar orga>•. .pero en este caso concreto es arran- »T»!S%' , r#^ B > ' f, " ! Charies B o y e i o reí le " film in^uíclanti.., realiata, (le íuerte ciuotiviaau. Oé *^"no programa garantizaJo car, agrupar valoracinn*^!^ y vnluntarlps, iniciar o impulsar la industria nacional, l'ln una palabra, salvar nuestro patrimonio riuomatügráfico de la situación servil sometido por la producción extranjera. Todas las naciones del mundo implantaron la editación de películas como un signo de evolución que marcara en el intercambio mundial su potencialidad espiritual, Sólo España permanecía indiferente a este problema, que afectaba a su propia econo- Anna M a X ; ^ o n g , la famosa y exótíco actriz china, en un momento escénico de lo producción «Hoi-Tang», el extraordinario éxito . del Cine de la Prensa mía. Hoy merced al.esfuerzo realizado por los oleineiitos que integran la Sociedad Cinematografía Española Americana, cuenta con estudios que la reíntegrará-n al ritmO; evolutivo que denandaba su rango artístico. No ha sido tarea fácil llegar a que cristalizaran en un hecho real las múltiples iniciativas para la creación de nuestra industria cinematográfica. Por tanto, Espaíia entera debe secundar, moral y materialmente, la labor de esta Em- René Claír, el genial director francés, duronte la filmación de uno escena de la extraprdinoria película «14 de Ju> lio», que en breve presenlorá Selecciones Filmófono presa, cuyo fin caastituye una aspínicióti nacional. Todos los úit» la divertida camedia parisién, llena de ¿ r a d a y picardía, SE FUE MI MUJER Rene Clair acaba de estrenar en París, con éxito excepcional, su última realizar-ión titulada 14 de Julio, film que marca una técnica progresivamente innovadora de las nuevas posibilidades del cinema. Seloccinnes Filmófono, que no regatea esfuerzo alguno por servir al público y de colocar el espectáculo cinematográfico español al nivel del europeo, ha adquirido la cinta en un precio exorbitante, con el fin de que sea proyectada en ¡Madrid con escasos días do diferencia que en París, Berlín y Londres. Un alarde que sabrá agradecer el público, y que dice mucho en favor de don Ricardo tJrgoiti, cuyas actividades cinematográficas prestigian el desenvolvimiento espectacular de nuestros cinemas. PRENSA "Hai-Tang" Todo nuevo rol de Anna May Wong acusa siempre exquisitas sensibilidades artísti- por Menry Garat y Meg. Lemonníer EN EL CINEMA BILBAO La cámara, en un sentido cortero de \'isiún cinegráfica, v a tejiendo plano a plano la historia del film, vigorosamente trabada, de la aventura de una bailarina china, localizada en un departamento de 1 a Rusia asiática antes de la revolución soviética. Los personajes, actores chinos y rusos, responden al ambiente inquietante y exótico, de fuerte perfil dramático. La obra, realizada con grandes aciertos do dirección y de un ritmo y una técnica admirables, la complementa una partitura musical de dulces melodías chinorrusas. Robert Arnoux y Claro Tombour en una esceno de «Tumultos», la gran reolización de Eríc Pommer, que triunfa plenamente en el Cine de la Opero desarrollada con aciertos escénicos y de técnica insuperable. La interpretación responde a las grandes figuras que integran los personajes de esta obra, resuelta con gran pspectacularidad y visión cine^áfica. Es un film de categoría, que acrecienta la fama de la firma editora, y un motivo de orgullo para la Empresa SAGE. que patrocinó su presentación. Perspectiva de tos estudios cinematográficos da la CEA, en Ciudad Lineal, que estarán totalmente equipados en breve cas. La extraordinaria actriz china so adent r a en la psicología del personaje que representa, y vive su vida en la emoción del momento, matizando su verismo. Su ficción es realidad, realidad saturada de vida misma. En el papel de Hai-Tang afianza su prestigio ascendente de estrella de primera magnitud en una interpretación maravillosa, que da gran relieve a osta película apasionante en Su intriga, mantenida con acierto durante toda la proyección. F Í G A R O El titm de aviacián más divertido U eapaciacular. Una película de calidad que satisfizo a! piiblico en tcxlos sus aspectos. PALACIO DE LA MÚSICA "Grand Hoteí" Una realización de Edmuiid Goulding. de gran envergadura y amplia representación, integríida por Greta Garbo, Joan Grawford, John Barrymore.Wallaco Beery, Lionel Barrymore, Lowis Stone y Jean Harsholt, desarrollada en el escenario emotivo de la gran novela de Vi-ki Baum, donde los personajes, como en la vida misma, luchan, aman, desaparecen en ol ambiente luminoso de un gran hotel de Berlín. Los tipos están trazados con rasgos firnes y seguros, resjwndiendo a la psicología del momento en un ritmo acompasado a la atmósfera en que se desenvuelve la acción, DIABLOS CELESTIALES porSPENCER TRACY, WILLIAM BOYD Y ANN DVORAK U D film A j r t u t a a A«acÍada« William Boyd y Ann Dvorak en uno escena de lo película cómica <Diablos celestiales», el regocijante éxito del Cine Fígaro ^Ikdzar Cuarta Semana *^e éxiío i k crecieníe SAOl iiDyiii[ii EN liSPAÑOL i ULTIMO f VARÓN) /OBRE S liza-ión se aínian en los cómicos, engendrando una cinta linJca en su clase, t i público celebró el estreno hasta desternillarse de risa. Es éste el mejor elogio que puede hacerse a una película de su género, BKRNABE DE ARAGÓN FÍGARO "Oiablos celestiales" 11 tema do guerra aérea tratado con un ^ iciosD humorismo y una comíci(.l<id a toda P ueba, llena de situaciones regocjiantes que ^^ocu en cada escena la tranca carcajada. Uis peripecias dolos personajes que ÍnterPretau Spencer Tiacy, Georgo Cooper, Wilori • .^^^ y •^'"•^ Dvorak acusan una f-ran ^^"^'^dad úc graciosos efectos que mantie^ al público en continua carcajada, p ^ de ley, tejido de buen bumor, nos ^1 V^ ^^ guerra en el aire n;\ un supremo CÍO ^'''"^ico, lleno de acrobacias y situao s (!e irresistible graciosidad. •vulores técnicos que juegan en su reaY , . ^°*tÍBff, BeHy Compson y Genevleve ^ n un momento escénico de cAmor Pict ^ '®"^'°''' producción RKO Radío **» que presentará próximamente SICE 1 Todos los dfas, t a r d e y noche, e n el Cine de la PRENSA Anna May Wong en el {ílm exótico^ cntotívo y cautivante» HAI - TANG lEX ntisferío a p a s i o n a d o y k e r o í c o d e l a l m a cKína Una escena de «El marido de mi nDvia>> film interpretado por Mary Glory, estrenado con gron éxíto en Asteria Ecos cinematográficos Se ha acabado de filmar The Match King (El rey de las cerillas), inspirada en la vida de Kreuger. Los Warners Brothers habían solicitado de Greta Garbo que crease el principal personaje femenino; pero ante su negativa, según se dice, por razones muy digníis de respeto, se encargó del papel Lily Damita. Esta película se proyectará primeramente en la capital de Suecia y enseguida en los Estados Unidos.—L. D, A. En Madrid se van a hacer pronto pelfcutas E L material y la tó^^nica de cinematografía que España importa, representa más de cien millones de pesetas, sin boneíicio apreciable para el Estado y nulo para el obrero español. Ahora se van a producir películas en Madrid. La Sociedad Cinematograíía Española Americana, ya conocida por C. E. A., ha adquirido los edi.ficios del parque de atracciones de la Ciudad f.ineal (frontón, teatro, café, cocina, restaurante V otros) y terrenos contiguos para ampliación. En aquéllos se están construyendo estudios cinematográficos, utilizando la moderna técnica y el material aislante que exige esta clase de edificios, salón de proyecciones, catuerinos, comedor para los artistas y Cuanto requiere un estudio cinematogrüfico, Afinos de Marzo estarán terniinadas las obras y se podrá.n obtener jwtículas sonoras en nuestro idioma—cuéntanse 125 mjr Uones de habitantes de habla española—, cuyos argumentos están ideados por excelentes autores españoles, como son los Quintero, Arniches, Benavente, Fernández Ardavín, Linares Rivas, Luca de Tena, Marquina, Muñoz Seca y otros. Las ilustraciones musicales están hechas por los maestros Alonso y Guerrero. Es, realmente, digno de confesar el esfuerzo que hacen los elementáis que han constituido la Sociedad Cinematografía Española Americana, cuyos trabajos producirán beneficio económico a nuestro país e ilustiación en España y en la América latma, al propagar en nuestro idioma las costumbres y el modo intelectual de nuestro pueblo y nuestros autores. Los parlamentarios en Casas Viejas 'tiJS ^ ,9^ V.9iÉ^''''' Hal olor de boea3|u¡:.: B diputado radical señor Rodríguez Pinero, explicando o sus compañeros d e Comisión ot sitio en que fueron hollados los cadáveres en lo cosa en ruinas de <Setsdedos> ^•^••^••^•••••••^•^^^^•••' En poco tíflmpopuedeVd.teniír el atiutito perfumadlo y agradable eni|tleandoia panta deiitífrica„C b I o r o d o u 1^^ et VMxir j los cepillos de fabrtoani6n espeoial "Chlorodont". Tulw gr Ptas 2'45, peq. Ptas. r 4 0 . Cepillo doro o eiiave Ptaa. 2'90, para niñiia TSO. El frasco de Elíxir gr. Ptas. 6'50, peq. Ptas 3'75. Der». Qen. A. K.laebiseh, Barceloos, Apartado 858. Recomendamos, en todo caso, visitar dos veces al año a su dentista. CREMA DE NOCHE Este sensacional descubrimiento del famoso dermatólogo norteamericano Dr. Kleitzmann ( E L M A G O DE LA B E L L E Z A , como Ic llaman en Hollywood) está causando la admiración y el aplauso de todas las mujeres del Mundo. Fttnu sonoros en lodos los bu«mes d d Uoyd Norte Alemán Hace yíL u!i año que comenzaron a proyectarse en los tres ¡grandes colosos del LLOYD NORTE ALEMÁN, íBREMEN*, «EUROPA* y * C 0 L U M B U S » , películas sonoras. Tan considerable fué el éxito de estas experiencias que la Compañía decidió dotar a todos sus buques de equipos cinematográficos sonoros. Durante el año de 1932 fueron proyectados en el transatlántico * B R E M E N É nada munos qu'-í cien films sonoros, alemanes en su mayoría. La instalación de cinematograíía sonora en los buques del LLOYD NORTE ALEMÁN coincide con el décimo aniversario de lá instalación del primer cinema mudo en un vapor de dicha Compañía, en el < : 0 L U M B U S * . Lúi diputado* d e d i i tlnlas fracciones políticos señores Algora, Soriano, Cordero Beil, Fan¡ul y Muñoz Martínez, durante su visita a to coso tristemente popular de «SeJsdedos>, en el pueblo g a ditano de Cosas Viejas rOTS. SHBUANO 1^^ ív La C R E M A " D I S L E R " DE N O C H E , aplicada antes de acostarse, trabaja activamente durante c! sueño, nutriendo las f i bras de los tejidos relajados, y refresca, astring^e y rejuvenece el culis. Cada despertar de un nuevo día es una nueva sensación de juventud y belleza para la mui'er que usa la C R E M A DE N O C H E "RISLER" -^ ^^^'Ci-^ - - ^ CpbAM le- Hlí'f.l 1. - ilntfWj nc^i/roRK • PA61 IlUN GRAN ESFUERZO EDITORIAL!! u Obras como las que se venden a 5 ptas. por (2á) SELECCIÓN UTERARIA F-ACILITA L A A D Q U I S I C I Ó N GRANDES [>K M A G N I F I C A S N O V E L A S D E AlITOIEES C O N T E M P O R Á N E O S . ^•ENSABLES PARA GIIIR TODOS SELECCIÓN POLICÍACA AQUELLOS EL MOVIMIENTO QUE QUE LITERARIO SON INDIS- QI'IEKAN <'iii<trii KruniijiiN sin l a r l i » , p o r O. K. C h e s t e r t o n •'^úm. i¡. -Kl Koirilhi, pov C h a r l e s AHhleiyh f^'Vi til. 3. S^iniitii <li' tíHtio, por Ríimón <icl Vixlk'-Infliin ^'úm. Niitn. Ni'itti. Niitn, HK- ACTUAL 2 plus. 2 2 4. --Mario y rí pnrimlailor, poi- T h o m a s Miinn i 5.. - K n n i n t o «li' iiniur, por Míiiirlce Bftz,. Ü 6. U n r n l n i í l o un Uulrñn, por FfrruiriLltJK-PIórcx. 'J 7, A'iiclii iiiM-dirnii (Prf^mio F é n i i n a 19311, por Anltiine (if íJt. Kxupiíry ^^^'^^ MAESTRAS Í>KL G E N E R O POLItüACO O DETfXTI ^E^í'^*" « " V E L A S M O D E R N A S D E MISTEUIO V A \ E N T I : K A S DE GRAN EMOCIÓN K INTRIGA. DE I N T E R É S TAN C R E C I E N T E . ílVí: VW V E Z E M P E Z A D A SIT L E C T U R A S E H A C E D l r i t J L DICIARLAS SIN H A K E R L A S T E R M I N A D O Níim. Nfim. Núm. Ni'im. ííiim. Núin. NÚni. 1. —Tras de psa c o r t i n a , jior Eurl l í c r r Bijjfíer.s 2 pía.';, 2.--I.ii banda «If Tedni "Kl Li-liin", piir Gt<irj,'C Slmenou... 2 3--- H^l sci-rt'di ilr Harily StriM'l. 'AT, pni' UUIIÍTI J . Caney... '¿ 4. ¿i'i>r 4lóitili- Wc^it la miHTt*-';, por Geiirnt; Liinneliti.-i... 2 5.- l'idi«'iaH y ladroiicN, ¡>iir J o h n Kimsell . 'i 11. r^l lilnino nilnli-rluHo, pul' [jL'iirf;e A. Biriningham...... 2 7. Ocií, saiii^rr: y a / a r , por Dunv AhíM'n • j, •,..•..,•2,.- BIBLIOTECA PRISMA 2 — '¿ • ~- A M E N Í S I M O S L I B R O S DE tlARACTKB BIOGRÁFICO. DE EXPIXJRACION V VIAJE,, DE E N S A V O V M O N O G R A E I A . ((liE INSTRUYEN Y DELEITAN - M I coraKón y mi ü u r n e , p o r Sllzafacth M a d o x R o b e r t » 2 - Nvini. ^ ü m . 11,, -VA mihii^ro «leí l'Hdrp MIIIR<|IIÍIIH, p o r B r u c e U a n h a l l ^ ú m . 12.. -Un v.arn.7.án ¡iiirliitlnr, por Albertu Jii.súa _ ^'^rn. 13,. - O m n i l Uotel, por V i d í i B a u m 2 — ^Ütn. Müm. -Kl tiiilrñn ilp nmjpreH. p o r F i e r r e . Frondiiif y., I-;! iM'CHrtu de S:in .ICKIIHÍIO ( P r e m i o Cii'culri BoUa.'i Arle.si. p(kr F r a n c i s c o Cftmba 14 _. - \ n r h e k u r d a , por J e a n R i c h a r d Eloch 2 2 -- 2 — 2 — CULTURA POLÍTICA ^OTABILISIM.A SELECCIÓN D E LIBROS SOBRE **MT1C0S, SOCIALES V ECONÓMICOS, QUE PROBLEMAS COLMAN AVIDEZ D E LOS J.ECTOBES, AirN DE LOS MENOS PADOS POR ESTAS Núin. Nüm. Nóni. Ni'im. LA De venta en todas PREOCI'- dédalo. CUESTIONES f]Rtado. p o r Friedricli Enpelfi ''•~-M Plan ((iilni|Li4-iiii] iHunfit. por V, Moloiow ., .3 y 4,—iji rrlitlK ct^oiHimJcu n i u n d h t l , por K a r l S t e i i e r m a n n Nüm, N'ilm. ^'—IntrodurclAn al matnrlaHíiniti dialéctica, por A. heLmer Para pedirlas A- —• Thal— 6—.Socialización de la afrriBiiltun», p o r K a r l K a u t s k y '¿ 7. 2 - 2 - El d e s p e r t a r de Chhiii. p o r K a r l A u g u s t Wittfogel... • ^ ^ a i i q n l a y rusoH ( P r e m i o S t r a a s b u r g e r , de l o s . E s t a das U n i d o s ) , p o r P h i l i p p e Sou|>aiilt N-i, 2 ptas. lí — 2 ''•—¿A d ó n d e va P1 üifilo?, por Teófilo Ortega.....,....-.: 'fn. 10—Nnrlnnalsnelali Mno, por Oda Olberjí 2 pLarr*. 2 2 2 2 — POR LA MÓDICA CANTIDAD DE DOS P E S E T A S PODRA ADQUIRIR EL LECTOR, E N ESTAS COLECCIONES, OBRAS DEL T I P O D E L A S Q U E S E I T G N D E N C X ) R R I E N T E M E N T E A ClINCO Y MAS PESETAS í — O r i g e n di? l a familia, «le 1» proplptlnd p r i v a d a y del • Nüni. 1, —NI RorduN ni f l a r o - i r L a 4|tie i*e d e b e c o m e r , p o r el dcHaor Carra.Hcu C a d e n a s ; 2.—Tres* ine>4e<< eu el Infierno Vrrde, por Juliíin Duguid... 3.—Mnn-Vat-Hen, p o r Jorjíe SoullA de' M o r a n t •!,—I.» vida de I.enln, Lihro a t r i b u i d o a T r o t s k y . . . . b.— Kn lan co^taK del m a r r i l , p o r E t h e l r e d a Lewia 2 — 2 — ¡as librerías y Apartado S11 n o tienen más que cubrir y enviar en -MADRID el adjunto capón. 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Los sanitarios se entregan a la macabra tarea de buscar las víctimas d e ía horrorosa catástrofe En el pueblo que la explosión d e l gasómetro dejó en ruinas, se temen nuevos siniestros. Y en Las c a l l e s en r u i n a s evocan los escenarios de l a G r a n * ojos «ipantodos del mundo todo «i dolor de lo lucha. iOuién no diría qu« sobra ettos »tcombroi d« Nvunkirchen p o s a r o n los cuatro jinoUs apocalEpticosI previsión de que osí ocurra, los que se salvaron de lo catástrofe evacúan h4eunkirchen Guerra Las escenas dolorosos que siguen ol siniestro. La rebusca de los cadáveres carbonizados entre los restos de (as edificaciones destruidos.» Entre tos moníones de piedra y hierro, resto de los hogares ya en dromálico s ' ' « " ¿ ' ^ ' J j * ' ^ ° ; ^ ' ' ^ ' ' * ' buscón los cüdóveres de las víctimas de esta catástrofe que ha enlutado a Neunkircnen FOTS. AOtKCIA GBÁPICA D£ AYER A HOY El tosco hortera de antes es ahora un pulcro y versallesco diplomático del mostrador P AULATINAMENTE, tan pTOiito se geacralizó la locomotora—no tanto que nos remontemos al 1814, con !a primitiva de Stephenson—, tan pronto empezaron a surcar los campos las interminables vigas del «monstruo de acero», Maílrid fué desmadrileñizándose como por un fenómeno de osmosis. No es sólo que Madrid, además de haber ¡do perdiendo su «color»; sus costumbres, haya perdido su «sabor», sus encantos; es que se ha desnaturalizado como injerto en la savia de toda España. Madrid necesitaba serenos, camareros, guardias de Orden público, y se los facilitó Galicia. Aquí el principio del fin. Políticos, tenderos, novelistas, provincianos intrusos, fueron descubriendo y apoderándose de la Corte, que al cabo de unos lustros quedaba nativamente representada por unas castizas peinadoras y cigarreras, unos centenares de albañiles, que injerían su araarilUto cocido a ras de los escombros, y una privilegiada legión de empleaditos ministeriales, seguro remEUiso de la juventud sin alas ni ánimos. Entonces, unos rapaces, sumisos y sedientos de todas las ambiciones y despiertos a todos los vellocinos, iban llegando—preferidamente—^por la Estación del Norte, para apoderarse del comercio matritense. Sobrevenía un aprendizaje hosco y judaico, ex-puesto a los engaños y picardías de los compañeros y a cuarteleras violencias de los su••-•psriores. •—[Esa caja, chicol ¿Pero a t i no te entra la tabla {el mostrador) sin bofetadas? Habían de sufrir las inclemenSobrevenía un a p r e n diza¡e hosco y judaicias del tiempo, las parvedades co»., hobfan de sufrir del yantar, las intemperancias de ios inclemencias del los jefes. Y pasar por unos curtiempo... sos de sabañones hasta llegar a la codiciada plaza de «medio espada*. Más adelante, y siempre tal vez, el ahorro con todos los renunciamientos y los amoríos sin ilusión. Pero más adelante, el crédito y la estimación mercantiles, la firma comercial, el tenducho, la tienda, el almacén, el abarcador poderío de las transacciones. Entonces el comercio se desenvolvía con chalanees de feria y cazurras desconfianzas. Los horteras tenían su argot y sus timos para sojuzgar a la parroquia, y ésta sus normas para prevenirse a las engañifas de mostrador. —Esto, señora, es muy rico. No pierde; resiste; se le hará eterno. Es marrolobis de lo jorme. Y por supuesto, no lo ha de encontrar usted mejor. —¿Y cuánto,..? Aquí una pausa evaluaDtjérase q u e nuestro codora, «muy mercantil», con mercio se ha unido al un gesto del que desiste de ritmo y al gesto de sus antemano lucrarse en lo que mayores en la Q u i n expende. ta A v e n i d a , en —Pues... p a r a que se Picodilly, en los híiga usted parroquiana, y - \ grandes buporque me ha sido usted \ levares p o r i X L finof«. _^^_^^^ simpática... llao, han esfumado de nuestros horteras aquel aire tosco, entre rural y usurario, con que se escudaban tras e] mostrador. Hoy, el hortera es dueño del gesto y de todos los g-iros que una correcta distinción presta al lenguaje: es atento, paciente, elegante y hasta fotogénico. Claro es que ya no se desenvuelve en aquellos tenduchos lóbregos y sobre aquellas tablas Ixirnizadas por la mugre de mercenarias y premiosas transacciones. Ya eT mostrador suele ser la cubierta de una nítida vitrina o !a plancha exproíeso de cristal que amuralla a la dependencia de la clientela como en un torneo de transparencias. En cuanto a! marco, el campo de operaciones—digámoslo asi—de los pulcros y versallescos diplomáticos del mostrador, muchos semejan iluminados recodos de teatrales laboratorios, fumaderos de ensueño a flor de sol. o nos traen a la imaginación perspectivas de alegres quirófanos o de amables rincones de gar^onviers que nos acogen blandamente del torbellino de la calle. Dijérase que nuestro comercio se ha unido al ritmo y al gesto de sus mayores en la Quinta Avenida, en Picadilly, en los grandes bulevares parisinos; rótulos de luz sobre signos insumisos, casi ilegibles en las portadas de un gusto convencional, audaces decorados en los interiores y una de•*—... muchos semejan iluminados recodos de pendencia de entrambos teatrales laboratorios, sexos, gentil y como imamables rincones de pulsada por un aire de <garíonniers» o persfox en sus transacciones. pectivas de a l e g r e s quirófonos... FOTS. CO&TáS -MUÍ -jy agradecida, joven, a ese - — ..^^^ut^iiio B^neroso descuento. „ , — N o hay de qué Lo merece la ^«ñora í> J vov a ponérsel A 1 1^ * uca t . / 5^^y ^ - ^"«5 voy a ponérselo a usde a-rrcgladito. Precio último, '«cite», y no gano tina peseta. ¿Le t^rece a u s t e d bien quince pe- Hoy, el hortera es dueño cJel gesto y de todos los S!r« P."« " " ° correcta distinción presto al len- guoje: es atento, pacien^.^^ ^_, ^ y hasta fotote, elegante génico —> ^.. —]Ni mucho menos! ;Qué ha de parecerme bien? jDigo! Y esto '^^ndole simpática. "^-Muchísimo, señora. ^^ ~~iy^s porque usted también a mi me es simpático, voy a ofreY^ diez y ocho reales. Y ya digo: eso porque me es usted simpati^ S e estima, señora. Pero no se puede. Créame. cié t "^^^^ " " ^ mueca que pudiera traducirse por el dolor de un re^}^ sablazo o la que originaría un fulminante ardor de estómago. después estas palabras: de ^f ^^ importa perder dinero con tal de hacerla parroquiana ^"^a casa. Vamos a partir la diferencia. por ^ ' "^ucho tiempo, entre camelos y patéticas exclamaciones Píjrte del dependiente y muy justificados recelos de la contraria, 'niuri ^^ PO'=as veces, cuando, perdida la paciencia, la insolencia se ]j *J^^ del hortera y la correspondiente de la compradora, que no *lueah ^^ nienos en reticencias de plazuela, o la alegría de la mujer ga p "^""^ «^l comercio con la convicción de haber mercado una gantera T^^^ ^^^ ^^'"^ ^^ ]jrincipal. cuando, no única misión del buen horla bat if^'^'^' ^^^^^ ^"^ '^' ánimo d é l a parroquiana que le había ganado tarifj^! • ^"^^ íe había hecho ceder un género a mitafl de precio, con ^ a^ saldo. o o P'caro '^^' '^^ comercio no es el ügora mezquino y cicatero, sórdido y ' ^^'^ se abandera en el engaño. en ) P^'^l'cidad. el precio fijo, insobornable al regateo, el horario ^ ^ n i B r T ^ <le his prisas de la urbe y una evolución progresiva del ^^^ c ^J"si^adoa las normas de una ciudad nueva, electn' '^"fno nacida en torno al obelisco de la antigua Plaza del Ca- LoRi-NZO RODERO CONCURSO DE PASATIEMPOS Núm, 2l Según eso, er«s un ladrón Niim. 23 POR ENRIQUE MARIN ¿Heredaste tú solo? Núm. 25 ¿Quién va en ese auto? Núm. 26 ¿Te has emborrachado muchas veces? m"S Cuarta. Los cupones numerados que en las planas van apareciendo, serán cuidadosamente recortados por los concursantes para, en su día, remitirlos acompañando las soluciones. Quinta. Los premios que se conceden en este concurso son los siguientes: Primero: Un neceser o estuche de viaje, con. doce piezas, que lo mismo puede servir para señora que para caballero. - Segando: Un precioso reloj de pulsera para señora, de bella caia y estupenda máquina. - Tercero: Un elegante estuche de perlumefiai adquirido, como el primer, premio en la Períumeria de Príncipe, 16.— C'uarfo.- Una suscripción, por un año, a nuesira revista NUEVO MUNDO.-Quinio: Un año de suscripción a Mando Gráíico.-Hexto: Una suscripcióni también por un año, a Crónica. Sexta. A su tiempo daremos detalles sobre la Eorma y plazo de envió de lai soluciones, así como otros datos que consideremos oportunos. Concursa-Campeor ato de Pasatiempos 1933 Núm. 4 NUEVO MUNDO fEBüEIMtllZD-lliBIL Núm. 22 Charada — A u n no he vendido ([qué mala fortuna!} tres un tres prima una-cuarta dos-una. (Esto me lo dice en carta TOTAL, mi a m i g o Felipe desde C i u d a d Real). Yo, mucho lamento su escaso negocio p o r q u e soy, y lo siento, su amigo y su socio. Mas hay que aguantarse y tener prudencio, hay q u e resignarse... [tengamos paciencia! Núm. 24 ¿Has visto alguna vez volar en Cuatro Vientos? Correspondencia Emilia y Cancha, de Barcelona: No puedo decirle si ia solución que da al núm. I del concurso es o no la verdadera. Eio equiv^dría a una aclaración, y el secreto del concurso lo impide. El núm. 5 está perfecto. Si no lleva guión es porque no debe llevarlo. Admiro su talento. Espero concurrirá esta vez. D. P. S-, de Murcia: Hice la gestión que me pedía cerca de la Administración de Prensa Gráfic a . - L . M. de T., de Madrid: Fíjese bien y lea con calma; no puede ser más claro. - R. T., de Melilla: Ahora empieza, no sea impaciente.— C. S., de Madrid: Yo no lo conozco ñi personalm<;nte ni de nombre. E.M. K ^^STA 10 PALABRAS: ^ J S E T A S 3,1S CADA MLABRA MÁS: s H 30 pABKlCACIÓMdenuevk bebida. Puede u ^ Ublecer&e en todas partes. M uy lucrativa. Concédensc exclusivas. Maquinaria completa, desde 8cM] pesetas, MattliH. Gniber, Bilbao. tftííApí'^N cítirpación radical por elecSubdiri.'^'*' único eficaz « inofensivo. Doctor J ^ J ^ I ^ M o n U r » , 5,. Madrid. t ÍJ.f'» l-A PUBLICIDAD « e ! primer roción *** Granail* J «' ¿o rafe circula- Gomas, «TIÍCUIDS higiene. CaH OMBRES: Ulogo gratis. Casa Neverrip. Teluin, Í J . CÉNTIMOS UOMBRKfí decaídos: vuestra salvaciún es el ' ' CLnIurón EJcclríct^Galvani. IJbros s n t l s . Rambla de] Centro, r i , pral.. Barcelona. D a r á anunciar en esta sección dir^ase a *l>u' blicitasi, Avenida de P> 5 Margal], 9, «ntresuelo. RÓSTALES: Marca propiedad. Brillo, Relie' TCk, Fanlasias. Fabricación única. Dümmatzen, Barcelona. 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C A 23.— 12.50 7.I J N Tratamiento d e Belleza ultramoderno, ^^ científíco y reolmente eficaz, p o r a conservar e l rostro hermoso y ¡oven duronte toda l o vida. Los cuatro p r e p o r o d o s q u e componen e l Trolamíento d e Belleza CARPE N.° 1 h a n sido descubiertos p o r eminentes m¿dícoi, especioltstos d e la piel, que deseaban disjoner d e fórmulas eficaces p o r o atender os necesidades d e su profesión. Usando a diario estos cuatro p r e p a r a d o s conservará su culis siempre limpio, suave, terso y fino, sin gronos, barros, e i p i n i l l a s ni orrugos, a p a r e n t o n d o menos arios d e to« q u e tiene y l l a m a n d o l a atencíán por su belleza natural. C a d a frasco o torro tievo. u n boletín d * gorantía. 30.— 16.— 8.50 A p a r e c e todos los domingos M a d r i d , Provincias y Potatlones E s p a ñ o l a n Un ano 12.— Seis meses 6 JO Tres 4._ > f A m ó r i c o , Filipinos y P o r l u g a l i Un año 13.— Seis meses Tres > Francia y A l a m a n i a c Un ano 7.— 4.50 20.- Seis meses Tres . ti.— 6.— Para los d e m á s Países: Un a ñ o . Seis meses Tres • 28.— 15,— 8.— Paro i'nT n l " ^ ' ' " especial p a r a Francia y A l e m a n i a es a p l i c a b l e t a m b i é n B'**'H)n(i * " * * * *igw>enle»! Bélgico, H o l a n d a , H u n g r í a , A r g e l i a , M o r r u e S^'Jíiiin c " " " i ' A f í ' r i a , E t i o p i a , Cosía d e M o r f l l , M a j í i l o n i a , N í g e r , ' ° i i o s P ' ' " ^ * ' ' ' * ' " * ^ " ' G ' e c i a , Letonia, L u x e m b u f g o , Persia, P o l o n i a , r o r l u g u e í a i ^ R u m a n i a , T e r r a n o v a , f u g a e s l a v i a , Checoeslovoq i f i a . Tunee y Rusia. 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