Mi amigo el ladrón

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Mi amigo el ladrón
A young man breaks into a struggling sculptor's studio, intent on stealing whatever he can. Years later, the sculptor feels
grateful to his intruder. What strange twist of fate made the thief responsible for his victim's success?
Modismos
en el extranjero, abroad
entrevistarse con alguien, to interview someone
estar conforme, to agree
servir de, to serve as
tener afición a, to like
Vocabulario
alfarería, f, pottery
cárcel, f, jail
corresponsal, m & f,
correspondent
culpa, f, guilt
delito, m, crime
destacarse, to excel
escultor, m, sculptor
esfuerzo, m, effort
florecer, to flourish
ladrón, m, thief
Los mayas eran una de las tribus indias más
importantes de la América precolombina. Su civilización
florecía antes de la llegada de los españoles, y sabemos
que habían desarrollado un magnífico estilo de
arquitectura además de obras de escultura y alfarería que
eran de primera categoría. Tenían su propia lengua escrita
y literatura. Se destacaban también en las matemáticas y la
astronomía.
Los mayas vivían en la península de Yucatán y parte
de Centroamérica. Hoy se ven todavía rasgos de su cultura
en sitios como Chichén-Itzá, la antigua ciudad maya, y en
la vida y la artesanía de sus descendientes modernos.
Ricardo Díaz vive en la ciudad de Guatemala, capital
del país del mismo nombre. Es escultor de oficio, y sus
estatuas, inspiradas en las obras de sus antepasados mayas,
gozan de gran fama en el extranjero así como en su propio
país. Se exhiben en las galerías y los museos más
importantes. Ricardo es un hombre rico; tiene una casa
grande en la capital además de un apartamento en Nueva
York, adonde va cuando tiene ganas de visitar aquella
ciudad.
Un día, la corresponsal de una revista internacional
llamada Vida viene a su casa para entrevistarse con él.
Ella dice que quiere escribir un artículo sobre el famoso
artista, un artículo que va a ilustrarse con varias fotos de
sus obras.
La periodista le pregunta: -¿A qué debe Vd. su éxito
en el mundo artístico, Señor Díaz? -Pues, a mi talento ya
mi amigo el ladrón. -¿Su amigo el ladrón? No comprendo.
«-Voy a explicárselo -dice Ricardo Díaz con una sonrisa-. Hace cinco años era yo un artista desconocido. Vivía
en un barrio pobre de la ciudad, en una vieja casa. Mi
única habitación servía de dormitorio, cocina y taller. A
pesar de todos mis esfuerzos, muy pocos prestaban
atención a mis obras. Me llevaba bien con algunos turistas
que compraban una de mis esculturas de vez en cuando.
Así podía ganar bastante dinero para comer y comprar
periodista, m & I,
journalist
rasgo, m, feature,
characteristic
saltar, to jump
subyugar, to
overpower
taller, m, sculptor's
studio
valentía, I, bravery
materiales de artista, pero nada más. Francamente, me
encontraba muy desilusionado y al punto de abandonar el
arte completamente.
«Una noche, pocos minutos después de acostarme, oí
entrar a alguien en mi casa. En la oscuridad vi que era un
joven que metía algunas estatuas mías en un saco con el
propósito obvio de robármelas. Siendo una persona
bastante fuerte, salté de la cama y comencé a luchar con el
ladrón. Al mismo tiempo yo gritaba: -¡socorro! ¡Policía!
«Por buena suerte, en ese momento pasaba por allí un
policía. Él se acercó en seguida y me ayudó a subyugar al
ladrón. Naturalmente, el tumulto llamó la atención de
mucha gente en la vecindad, y entre los que venían
corriendo a mi casa había un periodista que visitaba a unos
amigos en el barrio. Él fue tan impresionado por la
valentía con que resistí al ladrón que regresó al día
siguiente para una entrevista, y también para sacar unas
fotos de mis estatuas.
--«Su artículo, que apareció poco después en el
periódico, despertó el interés del público en mi obraespecialmente el de las personas que se interesaban en el
arte. Con este ímpetu mi carrera comenzó a prosperar
rápidamente. Venían críticos y clientes ricos, y mi
progreso durante los últimos cinco años ya se sabe bien.
«Pero debo mencionar un detalle más. Sin duda, Vd.
querrá saber qué ha sido del ladrón, el joven a quien debo
mi éxito. Pues, le llevaron a la cárcel, pero a pesar de su
culpa, yo le tenía compasión. Investigué el caso y averigüé
que éste fue su único delito, que era de una familia pobre
y que en efecto tenía mucho interés en el arte.
« Hablé con las autoridades, y estuvieron conformes
en darle su libertad con tal que viviera bajo mi vigilancia.
Ya han pasado casi cinco años, y él está todavía conmigo.
Me ayuda, y algún día ganará su propia fama en el mundo
del arte. »
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