La Educación que necesitamos para el país que queremos El país que queremos Queremos un país en donde haya vida digna; libre y plena para todos y todas las y los ciudadanos desde el momento de su nacimiento y a lo largo de la vida. Queremos un país en el que convivamos en paz y en solidaridad, celebrando nuestra diversidad, logrando un enriquecimiento personal y social desde y para la interculturalidad. Queremos un país en el que se respeten y garanticen plenamente los derechos humanos y en el que las prácticas de exclusión y discriminación por motivos de género, cultura, religión, o preferencia sexual sean parte de nuestro pasado. Queremos un país en el que la sociedad tenga un estilo de vida democrático y participe más intensamente en la toma de decisiones públicas con leyes que lo garanticen. Queremos un país realmente descentralizado, que ofrezca los recursos y oportunidades necesarios para que todos sus habitantes satisfagan sus necesidades básicas y tengan las condiciones para el desarrollo pleno de sus capacidades, a través de un modelo económico de desarrollo sustentable que garantice un desarrollo productivo, justamente distribuido y socialmente responsable y que proteja los recursos y el medio ambiente. Queremos un país que construya las condiciones para participar en el entorno internacional sin menoscabo de su soberanía riqueza y diversidad cultural y que pugne por una globalización que reconozca las asimetrías y sea incluyente. Queremos un país que se proponga construir un orden mundial centrado en el desarrollo humano y dotado de instituciones democráticas e igualitarias, donde impere la resolución pacífica de los conflictos y donde el intercambio económico, social y político sean factores de equilibrio, respeto por las formas de producción y la solidaridad. Queremos un país en donde la educación se reconozca como un bien público, un derecho humano esencial inalienable y un proceso integral a lo largo de toda la vida.1 Queremos un país en donde sea responsabilidad 1 Es un precepto establecido por la UNESCO en el año 2000 que supone “ofrecer múltiples y variadas oportunidades con diferentes finalidades: acceder y complementar estudios en cualquier nivel educativo, 1 primera e insustituible del Estado el garantizar su disfrute pleno y responsabilidad de toda la sociedad participar en su definición, implementación y evaluación para preservarla, exigirla y cultivarla. Queremos un país en el que haya una visión de Estado a favor de la educación, implementando políticas que trasciendan las administraciones de los diversos gobiernos y que cultiven el desarrollo humano y el ejercicio de los derechos y responsabilidades ciudadanas. Queremos un país en el que el Estado impulse y reconozca las iniciativas ciudadanas que pretenden atender necesidades educativas específicas. La educación que necesitamos Necesitamos una educación para la justicia, la equidad y la inclusión social; una educación para la democracia y para la producción sustentable, una educación para la construcción de conocimiento que genere ciencia y tecnología propias, con desarrollo sostenible y sustentable en nuestra diversidad y riqueza cultural y que favorezca la construcción colectiva e incluyente. Necesitamos una educación, que como marca el artículo tercero de nuestra constitución sea gratuita, obligatoria y laica. Necesitamos una educación de calidad que ofrezca condiciones y apoyos diversos para la producción de conocimientos, desarrollo de habilidades, actitudes y que se oriente a la sociedad y al mundo. Que promueva una formación política en donde el diálogo y debate continuo permitan la reflexión de la sociedad, de la propia existencia y de la historia. Según los términos de la UNESCO QUE cumpla con los atributos de: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia en términos de la propia cultura e identidad. Que fortalezca e impulse la auto-organización de los procesos de aprendizaje, fomente la autonomía y la autorresponsabilidad y la capacidad de actuar de las personas. Que promueva, conforme al Informe Delors, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, y aprender a ser. 2 Además aprender a sentir y a decidir. Necesitamos educadores comprometidos con su vocación de educar, que disfruten lo que hacen y que amen su trabajo Desestimamos la herencia de plazas del desinteresados y apáticos hacia la educación. Necesitamos funcionarios y servidores públicos en educación, que sean formados profesionalmente, como una carrera de vida, que comprendan la permanente actualización y superación profesional como parte de su vida y la magisterio hacia hijos incluida la educación superior, proporcionando distintas modalidades y posibilidades de ingreso o reingreso; facilitar el perfeccionamiento y la formación técnica vinculada al trabajo, la conversión laboral y la promoción profesional, incrementando los vínculos entre la educación y el mundo del trabajo. Significa también facilitar diferentes itinerarios formativos y el establecimiento de puentes entre ellos, posibilitando que cada persona construya su propio proyecto formativo orientado a su enriquecimiento personal y profesional (UNESCO/OREALC 2002, en Educación de Calidad para Todos. Un asunto de Derechos Humanos Pág. 28). 2 Informe Delors, 1993, UNESCO 2 recepción de estímulos y recompensas con base en resultados y aportaciones significativas y relevantes a la educación. Necesitamos servidores públicos en Educación que se formen y actualicen para hacer del servicio civil de carrera en el campo un ejercicio responsable y a largo plazo más que un pretexto para colocar recomendaciones de distinta índole. 3