La Paradoja de la Obesidad en la Insuficiencia Cardíaca Silvia Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 2 Agradecimientos A mi hermana la Dra. Neus Esteve por dedicarme tanto tiempo. A la Virgi, que entre sus idas i venidas tuvo un momento para mi. A mi cuñado el Dr. Rafa Morales por su estímulo desde el principio. Y a Jordi por estar siempre a mi lado, por su paciencia y comprensión. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 3 Índice Páginas Resumen 4 Abstract 6 Introducción 7 Objetivos 15 Metodología 16 Resultados 21 Discusión 25 Conclusiones 35 Bibliografía 36 Resumen Tablas / Figuras 43 S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 4 La Paradoja de la Obesidad en la Insuficiencia Cardíaca Resumen La paradoja de la obesidad en la Insuficiencia Cardíaca (IC), fue descrita inicialmente en 2001 por Horwich TB et al. En este estudio se relacionó por primera vez el incremento del Índice de Masa Corporal (IMC) con una mayor supervivencia en pacientes con IC. Desde entonces se han publicado varios estudios corroborando estos primeros resultados. Realizamos una revisión no sistemática de la literatura, sobre la paradoja de la obesidad en la Insuficiencia Cardíaca con el fin de analizar la evidencia científica actual que relaciona la obesidad con la supervivencia de los pacientes con IC. Se incluyeron en la búsqueda las siguientes bases de datos electrónicas: PubMed (2000 – octubre 2012), EMBASE (2000 – octubre 2012) y la biblioteca Cochrane. Se identificaron los estudios con grupos control (cohortes, casos-control o ensayos controlados aleatorizados), que examinaron el efecto de la obesidad en todas las posibles causas de mortalidad cardiovascular. En total se evaluaron 5 estudios observacionales y 1 meta- análisis. Los estudios demuestran que los pacientes obesos o con sobrepeso e IC presentan menos riesgo de mortalidad ajustada que los pacientes con IC y niveles normales de IMC. Esta “paradoja de la obesidad” se observó a pesar de que se ha demostrado que la obesidad es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica. Concluimos que los pacientes obesos o con sobrepeso e IC presentan una menor mortalidad que los pacientes con normopeso. En el otro extremo, los pacientes con IC, bajo peso y desnutrición son los que presentan peor pronóstico S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 5 Los pacientes obesos y no obesos con alteraciones metabólicas presentan mayor riesgo de mortalidad que los pacientes sin disfunción metabólica, independientemente de que sean obesos o no. Por tanto, la clasificación de los pacientes según el fenotipo metabólico, más allá del grado de adiposidad con el IMC, nos aportaría más información sobre los grupos de alto riesgo cardiovascular, en los que extremar los controles, el seguimiento y las medidas dietéticas y terapéuticas. Palabras clave: Obesidad. Insuficiencia Cardíaca. Índice de Masa Corporal. Mortalidad. Paradoja de la obesidad S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 6 Abstract The obesity paradox in patients with heart failure (HF) was first described by Horwich10 TB et al. in 2001. This study first linked the increase in the Body Mass Index (BMI) with an improved survival in patients with HF. Since then, several studies have confirmed these early results. We conducted a non-systematic review of the literature about the Obesity Paradox in Heart Failure, to analyze the actual scientific evidence linking obesity with survival in patients with HF. The following electronic databases were included in the research: PubMed (2000 - October 2012), EMBASE (2000 - October 2012) and the Cochrane Library. We identified studies with control groups (cohorts, case control or randomized controlled trials) wich examined the effect of obesity in all possible causes of cardiovascular mortality. A total of five observational studies and 1 meta-analysis were evaluated. Studies show that obese or overweight patients with HF have a lower riskadjusted mortality than patients with HF and normal levels of BMI. This "obesity paradox" was observed, although it has been demonstrated that obesity is a risk factor for cardiovascular and metabolic disease. We conclude that obese or overweight with IC, have a lower mortality that patients with normal weight. At the other end, patients with heart failure, low weight and malnutrition are those with the worst prognosis. The obese and non obese patients with metabolic disorders have a higher risk of mortality than patients without metabolic dysfunction, independently that they are obese or not. Therefore, the classification of patients according to metabolic phenotype, beyond the degree of adiposity with BMI, may bring more information on the groups of patients with high cardiovascular risk, on which maximize the monitoring, surveillance and dietary and therapeutic measures. Keywords: Obesity. Heart Failure. Body Mass Index. Mortality. Obesity paradox S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 7 Introducción La prevalencia e incidencia de la obesidad se ha ido incrementado ostensiblemente en los últimos años, tanto en la población pediátrica como en la adulta, con importantes consecuencias en el incremento de las enfermedades asociadas y en el impacto económico sobre los presupuestos sanitarios de las diversas comunidades¹. En 2008, la OMS (Organización Mundial de la Salud: www.who.int/es) informó que el exceso de peso, quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo, afectaba a 1.500 millones de individuos mayores de 20 años en todo el mundo, de los cuales 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres presentaban obesidad. En general, más de una de cada 10 personas de la población adulta mundial eran obesas. El 65% de la humanidad habita en los países donde el sobrepeso y obesidad se cobran más vidas que la insuficiencia ponderal. En 2010, alrededor de 43 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Sobre estas estadísticas la OMS afirma que la obesidad es la epidemia del siglo XXI, configurando el primer caso en que una enfermedad crónica no transmisible posee características epidémicas². En España la obesidad está alcanzando cada vez cifras más preocupantes, y en estudios comparativos con otros países europeos de nuestro entorno se nos sitúa a la cabeza³, con cifras de prevalencia de alrededor del 25%. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)⁴ sobre la situación de la obesidad en Europa, (Figura 1), describe que la tasa de obesidad para los adultos españoles es mayor que la media de la OCDE y la tasa para niños también es de las más altas. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 8 Figura 1. Tasas de sobrepeso en algunos países de la OCDE. Tendencias pasadas y proyecciones En España, dos de cada tres hombres tienen sobrepeso y una de cada seis personas padece obesidad. Uno de cada tres niños de edades comprendidas entre los 13 y 14 años tiene sobrepeso. Las diferencias sociales con respecto a la obesidad afectan de manera importante a las mujeres. Las mujeres con un nivel cultural bajo tienen una probabilidad 3,5 veces mayor de tener sobrepeso que aquellas mujeres con un nivel cultural más elevado⁴. La OCDE prevé que la proporción de adultos con sobrepeso en España aumente un 10% más en los próximos 10 años. Más de la mitad de la población española de 18 y más años está por encima del peso considerado normal. Este problema afecta en mayor medida a los hombres (62,8%) que a las mujeres (44,6%). El porcentaje de personas con Obesidad alcanza el 16% y el Sobrepeso el 37%. La obesidad aumenta con la edad en ambos sexos (afecta al 22% de hombres y al 23% S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 9 de las mujeres mayores de 54 años) y es más frecuente en hombres que en mujeres, salvo en los mayores de 65 años⁵. Ante esta situación, e independientemente de medidas institucionales de salud pública, los profesionales sanitarios tenemos la responsabilidad de implementar medidas para la prevención de la obesidad y tratar a las personas que ya presentan el problema. La OMS define a la obesidad como “un exceso de grasa corporal que pone en riesgo la salud”². Una definición más específica la considera una enfermedad sistémica, multiorgánica, metabólica-inflamatoria crónica, determinada por la interrelación entre los factores genéticos y ambientales, fenotípicamente expresada por un exceso de grasa corporal, que conlleva mayor riesgo de morbimortalidad⁶. En la tabla 1, mostramos la definición de Obesidad según el porcentaje de grasa corporal. % Grasa Corporal Hombres Mujeres Normopeso 12-20% 20-30% Limite 21-25% 31-33% >25% >33% Obesidad Tabla 1. Definición de Obesidad según el porcentaje de grasa corporal Sin embargo es difícil de medir la grasa corporal de forma precisa⁷. Existen diversas técnicas para ello: la pesada de personas bajo el agua (procedimiento limitado a laboratorios con equipo específico), el método de los pliegues cutáneos (en el cual un pellizco de piel es medido exactamente para determinar el grosor de la capa de grasa subcutánea), el análisis de impedancia bioeléctrica (usualmente llevado a cabo por especialistas clínicos), la tomografía computarizada, la resonancia S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 10 magnética y la absorbencia de rayos x de energía dual, pero dichas técnicas resultan muy complejas y costosas para su uso rutinario. En la obesidad, no es sólo importante conocer la cantidad de grasa corporal sino también la distribución que esta grasa adopta en el organismo⁷. Tradicionalmente se han descrito dos patrones de distribución adiposa en donde nos encontramos que según el fenotipo pueden ser: - Troncular, central, abdominal o androide (por ser típicamente más frecuente en varones): acumulación de grasa alrededor de la cintura. Está compuesta por grasa subcutánea y grasa perivisceral, siendo ésta última la que tiene una mayor trascendencia pronóstica. Se asocia a un mayor riesgo de dislipemia, diabetes, enfermedad cardiovascular y de mortalidad en general. - Gluteofemoral, periférica o ginoide (por ser típicamente más frecuente en las mujeres): acumulación de grasa a nivel de las caderas y muslos. Se relaciona principalmente con problemas de retorno venoso en las extremidades inferiores y con artrosis de rodilla⁷. Una manera sencilla de evaluar la distribución adiposa es emplear el índice Cintura-Cadera. Se ha observado que el acumulo de grasa de la parte superior del cuerpo implica un riesgo mayor para la salud que la obesidad de la parte inferior del cuerpo. Teniendo en cuenta esto, al ser el índice cintura-cadera una medida antropométrica específica para detectar la acumulación de grasa intrabdominal, podría ser un mejor predictor de riesgo cardiovascular que las medidas antropométricas globales que no discriminan la distribución de la grasa como el índice de masa corporal (IMC)⁷. El índice cintura-cadera resulta de la relación entre el perímetro de la cintura y el perímetro de la cadera y se considera un buen indicador de de la obesidad central aunque no permite diferenciar entre acumulación de grasa perivisceral y subcutánea. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 11 En la actualidad se prefiere emplear el perímetro de cintura que parece tener una mejor correlación con la grasa perivisceral⁷. En función de estos índices la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO 2000)⁸, clasifican el riesgo cardiovascular según la distribución de la adiposidad. Mostramos en la tabla 2 los valores del índice Cintura-Cadera y perímetro de cintura a partir de los cuales se establece el riesgo elevado cardiovascular. Varones Mujeres Índice Cintura-Cadera >1 > 0,90 Perímetro de la cintura > 102cm > 88cm Tabla 2. Valores de riesgo elevado cardiovascular según la distribución de grasa corporal Aunque estos son parámetros muy variables de unas poblaciones a otras y no existe un consenso generalizado sobre los valores a partir de los cuales se observa un mayor riesgo cardiovascular. Dada la complejidad del análisis de la composición corporal, en la práctica clínica, se viene utilizando el IMC como indicador indirecto de la cantidad de grasa corporal, facilitando la clasificación y comparación de los pacientes⁹. El IMC fue introducido por Quetelet¹⁰ en el siglo XIX. Constituye uno de los índices antropométricos más utilizados para relacionar el desarrollo de un individuo (forma o estructura) con su nivel de salud. Su problema principal es que se basa en la hipótesis de que: “Todo el peso que exceda de los valores determinados por las tablas talla-peso corresponderá a la masa grasa” y esto no es del todo cierto, puesto que dicho sobrepeso puede estar debido al aumento de la masa ósea o a la masa muscular¹¹. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 12 El IMC se define como el peso corporal en kilogramos dividido por el cuadrado de la estatura en metros, (IMC= kg·m2)) La obesidad se ha definido, según la OMS, como un IMC>30 kg·m2, y la obesidad mórbida como un IMC > 40 kg·m2 o > 35 kg·m2 con comorbilidad⁹. (Tabla 3) Normopeso 18,5-24,5 Sobrepeso 25-29,9 Obesidad Grado I 30-34,9 Obesidad Grado II 35-39,9 Obesidad Grado III ≥ 40 Tabla 3. Definición de Obesidad según la OMS En España, la SEEDO⁸ (Sociedad Española para el estudio de la obesidad), ha propuesto algunas modificaciones que resumimos en la tabla 4. Clasificación IMC Normopeso 18,5-24,9 Sobrepeso Grado I 25 - 26,9 Sobrepeso Grado II 27 - 29.9 Obesidad Tipo I 30 - 34,9 Obesidad Tipo II 35 - 39,9 Obesidad Tipo III (mórbida) 40 - 49,9 Obesidad Tipo IV (extrema) ≥ 50 Tabla 4.Definición de obesidad según la Sociedad Española para el estudio de la obesidad (SEEDO 2000) S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 13 Pero el IMC aislado no es un buen predictor de la distribución del exceso de grasa. La obesidad central con elevados niveles de grasa visceral, se asocia con un mayor impacto metabólico que la extensión de grasa subcutánea¹². El IMC puede resultar engañoso en pacientes con un volumen muscular significativo. Por ello es muy importante señalar que un paciente puede tener un elevado contenido graso corporal a pesar de un IMC normal, es la llamada “obesidad con peso normal”, que puede tener un impacto metabólico y cardiovascular importante¹³. Numerosos trabajos científicos han demostrado que el exceso de peso se asocia con mayor morbimortalidad, especialmente la cardiovascular, debido a su vinculación con diversas patologías, siendo la obesidad generadora o agravante de muchas de ellas¹⁴. Uno de los primeros y más representativos estudios que examinó la influencia del peso sobre el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares (ECV) fue el Framingham Heart Study, que demostró la obesidad como un factor predictivo significativo e independiente, y en especial para el desarrollo de Insuficiencia Cardiaca (IC)¹⁵. Desde entonces hasta la fecha se han efectuado innumerables ensayos para corroborar este concepto1⁶. Incluso, en algunas series, la obesidad y las ECV han evidenciado una mortalidad en forma de U, es decir, que los índices de masa corporal (IMC) extremos son los más perjudicados¹⁷. La fisiopatología de la IC asociada a la obesidad se basa en una remodelación de las fibras miocárdicas relacionada con los elevados niveles de leptina y aldosterona observados en la obesidad. Se producen cambios estructurales hipertróficos que desembocan en la disfunción sistólica y diastólica de la obesidad severa. La cardiomiopatía de la obesidad severa cursa con disfunción sistólica importante, aún en ausencia de enfermedad coronaria. En los obesos pueden detectarse grados subclínicos de disfunción diastólica, con anormalidades de la relajación miocárdica asintomáticas¹⁸. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 14 La paradoja de la obesidad en la IC fue descrita inicialmente en 2001 por Horwich¹⁹ TB et al. En este estudio se relacionó por primera vez el incremento de IMC con una mayor supervivencia en pacientes con IC. Desde entonces se han publicado numerosos estudios corroborando estos primeros resultados. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 15 Objetivos Realizar una revisión no sistemática de la literatura, sobre la paradoja de la obesidad en la Insuficiencia Cardíaca (IC) con el fin de analizar la evidencia científica que relaciona la obesidad con la supervivencia de los pacientes con IC. Se evalúan los distintos factores propuestos para explicar el papel protector de la obesidad en la IC. Se analizan los resultados y las conclusiones de los diversos estudios, desde el punto de vista de su potencial impacto en la práctica clínica, considerando hasta qué punto pueden provocar cambios en los abordajes diagnósticos y terapéuticos de los pacientes. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 16 Metodología Se incluyeron en la búsqueda las siguientes bases de datos electrónicas: PubMed (2000 – octubre 2012), EMBASE (2000 – octubre 2012) y la biblioteca Cochrane. Se identificaron los estudios con grupos control (cohortes, casos-control o ensayos controlados aleatorizados), que examinaron el efecto de la obesidad en todas las posibles causas de mortalidad cardiovascular. Se utilizaron las siguientes palabras clave: Paradoja de la Obesidad (Obesity Paradox), Obesidad (Obesity), Insuficiencia Cardíaca (Heart Failure), Mortalidad (Mortality), Enfermedad Cardiovascular (Cardiovascular Disease). De los 80 artículos registrados por la búsqueda con las palabras clave, se seleccionaron los seis estudios clínicos cuyo objetivo fue relacionar la supervivencia en la IC con el grado de obesidad. De ellos, cuatro son retrospectivos, uno es prospectivo sobre una base de datos nacional y el último, un meta-análisis sobre 9 estudios retrospectivos. El nivel de evidencia es III para los cuatro estudios retrospectivos y para el meta-análisis sobre 9 estudios retrospectivos, y IV para el estudio prospectivo sobre una base de datos, aplicando los niveles de evidencia de la US Agency for Health Research and Quality (AHRQ), Agencia de EE.UU. para la Investigación y la Calidad de la Salud. (Tabla 5). El grado de recomendación (Tabla 6), correspondería a C, recomendación favorable pero no concluyente y D, sin evidencia adecuada. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 17 Nivel de evidencia Ia La evidencia proviene de metaanálisis de ensayos clínicos controlados y aleatorizados Ib La evidencia proviene de, al menos, un ensayo clínico controlado y aleatorizado IIa La evidencia proviene de, al menos, un ensayo prospectivo controlado no aleatorizado IIb La evidencia proviene de, al menos, un estudio no completamente experimental, bien diseñado, como los estudios de cohortes III La evidencia proviene de estudios retrospectivos controlados no aleatorizados con controles históricos o estudios de casos y controles IV La evidencia proviene de documentos u opiniones de comités de expertos o experiencias clínicas de autoridades de prestigio o los estudios de series de casos, encuestas, registros y bases de datos Tabla 5. Niveles de evidencia Fuente: US Agency for Health Research and Quality (AHRQ). Agencia de EE.UU. para la Investigación y la Calidad de la Salud. Disponible en http://www.ahrq.gov S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 18 Grados de Recomendación A Basada en nivel de evidencia I. Extremadamente recomendable B Basada en nivel de evidencia II. Recomendación favorable C Basada en nivel de evidencia III. Recomendación favorable pero no concluyente D Basada en nivel de evidencia IV. Consenso de expertos, sin evidencia adecuada de investigación Tabla 6. Niveles de evidencia Fuente: US Agency for Health Research and Quality (AHRQ). Agencia de EE.UU. para la Investigación y la Calidad de la Salud. Disponible en http://www.ahrq.gov Se excluyeron los estudios que relacionaban la obesidad y el riesgo de mortalidad con otras enfermedades o intervenciones quirúrgicas. También fueron excluidos los estudios que relacionaron la obesidad y la IC con otros resultados distintos de la mortalidad. Finalmente se excluyeron las revisiones, las editoriales y los artículos sobre las potenciales causas de la paradoja de la obesidad. Estos últimos, así como las referencias relevantes en los artículos identificados, fueron revisados y han servido de base en la discusión y han sido incluidos en las referencias bibliográficas de este trabajo. Mostramos un diagrama de flujo de la selección de los estudios clínicos. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 19 Referencias iniciales (n=80) Referencias excluidas por relacionar la PO con otras patologías (n=22) Estudios que relacionan la PO con la supervivencia en la IC (n=58) Referencias excluidas por relacionar la PO en la IC con otros resultados (n=19) Referencias excluidas por ser revisiones o editoriales sobre la PO y la supervivencia en la IC (n=42) Estudios clínicos que relacionan la PO con la supervivencia en la IC (n=15) 5 estudios observacionales 1 meta-análisis (9 estudios observacionales) (n=15) Figura 2. Diagrama de flujo de la selección de los estudios clínicos PO: Paradoja de la Obesidad S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 20 Mostramos la serie de estudios revisados en la tabla 7. Primer autor Año Nº Pacientes Diseño T seguimiento Horwich19 TB 2001 1203 (R) Programa grave Curtis20 JP 2005 7767 (R) IC estable 37 meses Gustafsson21 F 2005 4700 (R) Función Ventricular 5- 8 años Oreopoulos22 A 2008 28209 Metaanálisis: 9 EO 2.7 años Trullas23 JC 2011 712 Zapatero24 A 2012 41127 control IC ----- (P) Registro Nacional de IC 1 año (R) CMBD. Ingresados ------ (R): Retrospectivo; IC: Insuficiencia Cardíaca; (P): Prospectivo; EO: Estudios Observacionales; CMBD: Conjunto Mínimo Básico de Datos Tabla 7. Estudios revisados S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 21 Resultados En el estudio de Horwich¹⁹ et al, se analizaron 1.203 pacientes con IC grave y de etiología múltiple. Se clasificaron a los pacientes en categorías de Índice de Masa Corporal (IMC) definidas como: bajo peso ˂20; peso normal 20,7 - 27,7; Sobrepeso 27,8 – 31; Obesidad >31 Demostraron que en los pacientes con IC el sobrepeso o la obesidad (IMC > 27,8) no aumentaban el riesgo de mortalidad, sino que se asociaba a una tendencia a mejorar la supervivencia a 5 años Curtis²⁰ et al, también utiliza la clasificación del IMC y analizan a 7.767 individuos con IC estable. Comprueban que el aumento del IMC se asocia con riesgos de mortalidad más bajos, demostrando que los pacientes con Sobrepeso y Obesidad, tuvieron menos riesgo de mortalidad en comparación con aquellos con un peso saludable. Así, observan que los pacientes con IMC < 18,5 son los que presentan peor supervivencia, mientras que entre los que tienen IMC > 30 hay mejor supervivencia. Gustafsson²¹ et al, en 4.700 pacientes con IC tanto sistólica como diastólica, observan que a medida que aumenta el valor del IMC en los cuatro grupos de estudio definidos según este parámetro (peso insuficiente, IMC < 18,5; peso normal, IMC 18,5-24,9; sobrepeso, IMC 2529,9, y obesidad, IMC > 30), aumenta también la probabilidad de supervivencia. Se observa que en pacientes con función ventricular conservada la supervivencia es mayor en los pacientes con sobrepeso u obesos que en los de bajo peso, pero cuando existe disfunción ventricular la curva de mortalidad presenta una morfología en U, es decir, con mayor mortalidad en los pesos extremos. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 22 Oreopoulos, en un metaanálisis²² de nueve estudios observacionales que suman más de 28.000 pacientes con IC, y un seguimiento medio de 2.7 años. se demuestra que el IMC correspondiente al sobrepeso (IMC 2529,9) y el correspondiente a la obesidad (IMC > 30) se asocian a una disminución del riesgo de mortalidad del 16 y el 33% (ajustado respecto al riesgo), respectivamente, en comparación con el IMC normal (20-24,9). Figura 3 Figura 3. Diferencias entre los resultados ajustados o no ajustados, en el riesgo de mortalidad y el IMC en pacientes con IC Señalan la heterogenidad de los estudios y la precaución necesaria al interpretar los resultados, dada la naturaleza observacional de los 9 estudios, que identifica una asociación entre mortalidad y obesidad, no necesariamente causal. En el estudio de Trullas²³ et al se realiza una análisis del Registro Nacional de Insuficiencia Cardiaca (RICA), de los pacientes admitidos de forma consecutiva por IC en servicios de Medicina Interna de hospitales españoles (entre marzo de 2008 y septiembre de 2009).Se clasificaron los pacientes según las categorías de IMC de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se incluyen 712 pacientes. Se registra una fracción de eyección media del 50,2%, (normal > 55%), y es mayor para categorías S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 23 más altas de IMC. Los valores del péptido natriurético tipo B (BNP), que es un marcador del pronóstico de la IC, fueron menores en los grupos con mayor IMC (p < 0,05). La mortalidad global al año fue del 13,9% y significativamente menor con el aumento del IMC: en sujeto con normopeso 20,4%, en sobrepeso 14,7% y en aquellos con obesidad 8,5% (p < 0,01). En el análisis multivariante el sobrepeso se asoció de forma independiente y significativa a un aumento en la mortalidad respecto a la obesidad: riesgo relativo (RR) 3,05 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%] 1,24-7,54). El trabajo de Zapatero²⁴ et al. es el estudio clínico más amplio de su clase realizado en España en pacientes con IC y diagnóstico de obesidad o de desnutrición. Se empleó el sistema de codificación establecido por la Clasificación Internacional de Enfermedades, 9 Revisión, Modificación Clínica (CIE-9-MC), 5ª edición. Se analizaron los datos del Conjunto Mínimo Básico de Datos de los pacientes con diagnóstico de Insuficiencia Cardiaca dados de alta por todos los servicios de medicina interna del país en los años 2006-2008. Se identificó a los pacientes con diagnóstico de obesidad y/o desnutrición y se comparó la tasa de mortalidad y reingresos de los pacientes con desnutrición u obesidad con los que no las tenían. Se analizaron 370.983 ingresos por Insuficiencia Cardíaca; 41.127 (11%) tenían registrado un diagnóstico de obesidad y 4.105 (1,1%), de desnutrición. La mortalidad total fue del 12,9% y el riesgo de reingreso, del 16,4%. Los pacientes obesos presentaron menos riesgo de muerte durante el ingreso (RR = 0,65; intervalo de confianza del 95% [IC 95%], 0,62-0,68) y de reingreso a los 30 días (RR = 0,81; IC 95%, 0,78-0,83) que los no obesos. Los pacientes con desnutrición tenían más riesgo de fallecer (RR = 1,83; IC95%, 1,69-1,97) o reingresar (RR = 1,39; IC95% 1,29-1,51) S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 24 Los datos confirman la mayor mortalidad asociada a los pacientes definidos como desnutridos, mientras que un diagnóstico de obesidad reduce la mortalidad y el riesgo de reingreso hospitalario. No usan el IMC para clasificar a los pacientes, solo el diagnóstico de obesidad en el informe de alta. Resumimos en la tabla 8 los resultados de los estudios revisados. Primer autor Año Nº Pacientes Horwich19 TB 2001 1203 Curtis20 JP 2005 7767 Resultados ( Mortalidad) Mortalidad ajustada a 5 años SP: RR 0.88 (0.80 - 0.96 ) O: RR 0.81 (0.72 - 0.92) Gustafsson21 F 2005 4700 SP: RR 0.90 (0.83 - 0.97 ) O: RR 0.77 (0.70 - 0.86) FVI: RR 1.21 (1.01 - 1.45) Oreopoulos22 A 2008 28000 SP: RR 0.84 (0.79 - 0.90 ) O: RR 0.67 (0.62-0.73) Trullas23 JC 2011 712 Mortalidad (p<0.01) NP: 20.4% SP: 14.7% O: 8.5% BNP en SP - O Zapatero24 A 2012 41127 O: RR 0.65 (0.62 – 0.68) O % Rg: RR 0.81(0.78 – 0.83) (R): Retrospectivo; IC: Insuficiencia Cardíaca; (P): Prospectivo; SP: Sobrepeso; O: Obesidad; RR: Riesgo Relativo [95% IC (Intervalo de confianza)]; FVI: Función Ventricular Izquierda; NP: Normopeso; BNP: Péptido Natriurético Cerebral; % Rg: % Reingresos a 30 días Tabla 8. Resultados de los estudios revisados S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 25 Discusión Los estudios demuestran que los pacientes obesos o con sobrepeso e IC presentan menos riesgo de mortalidad ajustada que los pacientes con IC y niveles normales de IMC. Esta “paradoja de la obesidad” se observa a pesar de que se ha demostrado que la obesidad es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica¹⁵. Otras poblaciones con enfermedades crónicas presentan también menos mortalidad con elevados IMC²⁵. Se ha demostrado menor mortalidad en los pacientes con síndrome coronario agudo²⁶ y en revascularización coronaria²⁷, en pacientes sometido a hemodiálisis²⁸, en pacientes postquirúrgicos²⁹, en pacientes con síndrome de distress respiratorio postoperatorio³⁰ y en pacientes oncológicos³¹. Además del IMC, valores elevados del perímetro de cintura o ambos, presentan también mejor supervivencia en pacientes con IC³². Por otro lado, los pacientes en los extremos del mortalidad. En especial los pacientes con bajo grupos con pérdida ponderal no intencionada, riesgo de mortalidad, asociado a malnutrición avanzada. peso, presentan mayor peso, que incluirían a que registran elevado y caquexia²⁴ en la IC Esta forma en “u” de la curva de supervivencia, se confirma también en los pacientes con ECV. En la Figura 3 se muestra que el punto de máxima supervivencia o “nadir” cardiovascular en relación al IMC, en los pacientes sin ECV previa, se sitúa en los 22.5-25 kg/m2. La paradoja se produce en los pacientes con ECV establecida³³ en los que el nadir se desplaza a la derecha, hacia los niveles de sobrepeso y obesidad. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 26 ECV Mortalid ad Sin ECV Con ECV Bajo Peso Peso N SobreP Obesidad Obesidad II Figura 4. Paradoja de la Obesidad en Enfermedad Cardiovascular Se plantean diversas teorías para explicar la paradoja de la obesidad. En los estudios los pacientes obesos presentan más comorbilidad, son más jóvenes y hay menos fumadores³⁴. Es posible que estos pacientes hayan sido valorados y tratados más precozmente y este sea un factor que influya en la supervivencia. Oreopoulos²² et al. describen también en el grupo de obesos, mayor fracción de eyección, mayor presión arterial sistólica y más uso de beta-bloqueantes. Por tanto, existen una serie de factores de riesgo, favorables y desfavorables que se asocian al paciente obeso con IC. En concreto, la mayor incidencia de hipertensión sistólica se ha relacionado con un mejor pronóstico en la IC, quizás porque permite una terapia más agresiva con beta-bloqueantes e inhibidores de la angiotensina, y ambos fármacos se asocian a mayor supervivencia en la IC. Un estudio que relaciona la supervivencia de los obesos con el origen³⁵ de la IC, según sea secundaria a isquemia coronaria o no, encuentran que la supervivencia es mayor en los obesos con IC de origen no isquémico, frente a los pacientes con normopeso. No obstante, no hay diferencias cuando la IC es de origen isquémico. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 27 La IC Crónica y la reagudización provocan un estado catabólico. Los pacientes obesos tendrían una mayor reserva metabólica y por tanto mayor tolerancia al stress metabólico que los individuos con IC y bajo peso. El perfil neuroendocrino y el nivel de citoquinas pueden tener un papel modulador en la progresión de la IC. El factor de Necrosis Tumoral (TNFalfa) está elevado en la IC y contribuye a la lesión miocárdica. El tejido adiposo produce receptores TNF-alfa y puede jugar un papel protector al neutralizar los efectos biológicos deletéreos del TNF-alfa²². Niveles elevados de péptidos natriuréticos, (tipo B (BNP) y el N-terminal proBNP), se asocian con una mayor gravedad de la IC y un peor pronóstico. Los pacientes obesos con IC tienen niveles más bajos de péptidos natriuréticos que los pacientes con IMC normal³⁶. El estado pro-inflamatorio crónico que caracteriza a los pacientes obesos, con aumento de Proteína C reactiva (PCR), citoquinas (Factor de necrosis tumoral, TNF-alfa, interleuquinas 1 y 6) y alteración del equilibrio de las adipocinas (leptina y adiponectina), paradójicamente, puede explicar la mejor respuesta al estrés de la IC descompensada de estos pacientes. Ello, junto con la mayor reserva metabólica que tienen, puede explicar el descenso en la mortalidad y el número de reingresos de los pacientes obesos con IC encontrado en el estudio de Zapatero²⁴ et al. Por contra, los pacientes desnutridos son mucho más vulnerables al estrés catabólico por carecer de una reserva metabólica adecuada³⁵. Por ello sería importante plantear estrategias de cribado de desnutrición en pacientes con IC, que posibiliten el inicio de soporte nutricional precoz para intentar corregir este factor de riesgo³⁷. Sin embargo no está aclarado el papel de las estrategias de pérdida de peso en los obesos con IC, con respecto al impacto en la supervivencia. La paradoja de la obesidad se ha confirmado también en los pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2, (DM2), en los que se han realizado algunos estudios sobre el impacto de las estrategias de pérdida de peso. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 28 Un estudio de Chin-Hsiao Tseng³⁸ et al. sobre la mortalidad asociada a la DM2, en 89.056 pacientes taiwaneses entrevistados entre 1995 y 1998, mostró un 33% de menor riesgo de mortalidad en el grupo de pacientes con DM2 y IMC > 30 Kg / m2, comparado con los pacientes con peso normal [0.67 (95% IC, 0.62 – 0.72)]. Estos datos se corroboran en un estudio americano sobre la incidencia de la DM2³⁹, en el que siguieron a 2625 pacientes, registrándose un incremento de la mortalidad en el grupo con peso normal al compararlo con los pacientes con DM2 y sobrepeso u obesidad, (2.08, 95% IC, 1.52 2.85). Estos resultados se mantenían inalterados después de agrupar a los pacientes según edad, sexo, raza y factores de riesgo cardiovascular. El Instituto de la Salud americano (National Institutes of Healt) financió el estudio Look AHEAD⁴⁰, que demostró que un programa de dieta intensiva junto a un plan de ejercicio físico, que produjo una reducción de peso, no disminuyó la incidencia de eventos cardiovasculares, como el infarto de miocardio o el accidente vascular cerebral, en pacientes con DM2. Por otro lado, el ensayo PROactive⁴¹, demostró una asociación inversa entre el IMC y la mortalidad general y cardiovascular, en 5202 pacientes con DM2 y ECV establecida. En este estudio, la pérdida de peso se asoció con un incremento de la mortalidad, mientras que la ganancia de peso no modificó la mortalidad basal. En los estudios que comparan la pérdida de peso con la ganancia, hay que tener en cuenta que la pérdida no intencionada de peso puede deberse a una enfermedad, y ser la causa del incremento de la mortalidad. No obstante, la observación de la paradoja de la obesidad en series muy grandes de pacientes, y corroborada en estudios muy diversos, apoya la asociación de mayor supervivencia y obesidad. Por ello, se han generado numerosas líneas de investigación para intentar comprender los diversos mecanismos que la producen. Está demostrado que en individuos sanos y jóvenes, la disminución de peso unida a un estilo de vida cardio-saludable, disminuye la incidencia de S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 29 ECV, DM y mortalidad¹⁵. Pero las implicaciones clínicas de la paradoja de la obesidad no están claras. El papel de la pérdida de peso en pacientes mayores con DM y ECV no está establecido, sobre todo en el grupo de pacientes con sobrepeso u obesidad clase I⁴². El envejecimiento y las enfermedades crónicas, suponen una pérdida de masa muscular, una desnutrición y una disminución de la capacidad física. Estos hechos pueden estar atenuados en los individuos con mayores depósitos grasos. La obesidad significaría una ventaja en el envejecimiento y en las enfermedades asociadas, al reducir el impacto de las reacciones oxidativas al estrés y de la respuesta frente a la inflamación y los eventos cardiovasculares⁴³. No obstante, los mecanismos protectores potencialmente asociados a la obesidad son de momento especulativos, sin que conozcamos todavía en profundidad el origen de la protección de la adiposidad. La capacidad para el ejercicio físico, medida en “equivalentes metabólicos” (MET), es otro factor que puede modificar la supervivencia. Un estudio sobre 4183 pacientes hipertensos del Centro Médico de Veteranos de Washington⁴⁴, clasificados según el IMC y la capacidad de ejercicio físico en Equivalentes Metabólicos (MET), y seguidos durante 7 años, demostró que la elevada capacidad de ejercicio físico se asoció a menor mortalidad fuera cual fuera el IMC. La mortalidad fue menor en pacientes con sobrepeso y obesos con buena capacidad funcional, comparados con el grupo de peso normal pero baja capacidad para el ejercicio físico. Estos datos han sido corroborados en los estudios de McAuley⁴⁵ PA et al. y Goel⁴⁶ K et al., que confirman el papel del ejercicio físico en la disminución de la mortalidad independientemente del IMC. En este contexto, es importante diferenciar un marcador de riesgo de un factor de riesgo⁴⁷. Es decir, que aunque la obesidad es un factor de riesgo de IC, en estos pacientes con IC ya establecida, el aumento de IMC mejora la evolución, y la obesidad pasa de ser de un factor de riesgo a un marcador de riesgo favorable, al menos en el corto plazo. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 30 Un reciente estudio de Hamer⁴⁸ M at al. aporta nuevos datos sobre la “paradoja de la obesidad.” En él se concluye que la población obesa sin alteraciones metabólicas, descritos como “obesos metabólicamente sanos”, no presentan un aumento de riesgo de muerte cardiovascular o de otras causas, en un seguimiento medio de 7 años. Se trata de un estudio prospectivo sobre una población de 22203 pacientes. Se registran un 24% de pacientes obesos y de ellos un 22% se definen como “obesos metabólicamente sanos”, es decir que carecen o solo presentan una de las siguientes anormalidades metabólicas: Hipertensión arterial, (TA >130/85 mm Hg o uso de antihipertensivos); HDL-Colesterol, (<1.03 mmol/l en hombres y < 1.30 mmol/l en mujeres); Diabetes; Circunferencia abdominal, (>102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres); o alto grado de signos inflamatorios, ( PCR > 3 mg/l). Por otro lado los pacientes obesos y no obesos con alteraciones metabólicas presentaban mayor riesgo de mortalidad, (RR 1.64, 95% IC 1.17 – 2.30 y RR 1.59, 95% IC 1.30 – 1.94 respectivamente). El grupo de pacientes obesos con patología metabólica tenía mayor riesgo de mortalidad que los obesos sanos metabólicamente, (RR 1.72, 95% IC 1.23-2.41). Describir adecuadamente el fenotipo metabólico de los pacientes, más allá del grado de adiposidad con el IMC, nos aportaría más información sobre los grupos de alto riesgo cardiovascular, sobre los que extremar los controles, el seguimiento y las medidas dietéticas y terapéuticas. Un estudio de 140 pacientes con IC⁴⁹ aporta más información sobre el uso del IMC como clasificador del grado de obesidad. En este estudio se midió la composición corporal con absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). De este modo, se clasificó a los pacientes según su proporción de masa magra y contenido graso corporal. Los pacientes con mayor masa magra y menor grasa corporal tenían mejores factores pronósticos de supervivencia, como por ejemplo, menores niveles de péptidos natriuréticos. Por contraste, los pacientes con mayor contenido graso, presentaban niveles elevados de péptidos natriuréticos, de PCR y menor capacidad de ejercicio. Los autores plantean que el IMC no es un buen S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 31 indicador de la composición corporal y por ello tampoco de la supervivencia de los pacientes con IC. Estos hallazgos, han sido corroborados en el estudio de Romero-Corral⁵⁰ A et al. Se han evaluado 6171 individuos con una media de seguimiento de 8 años. Definen un grupo de pacientes como “Obesos con Peso Normal” (OPN), que presentan IMC normal y alto contenido de grasa corporal. Este grupo de pacientes presentan una elevada prevalencia de disfunción metabólica y de factores de riesgo cardiovascular. Cuando se realizan medidas directas de composición corporal, como la DEXA, se observa que el IMC infraestima⁵¹ el contenido graso, por lo que muchos pacientes obesos no se clasifican como tales. En cambio, la medida del perímetro de cintura sobreestima la prevalencia de obesidad, sobre todo en mujeres. Las medidas directas de la composición corporal con DEXA, con espectroscopia casi infrarroja o impedancia bioeléctrica⁵², son las más precisas. Su uso en los estudios sobre la paradoja de la obesidad, podrían aportar información sobre la relación entre la proporción de grasa corporal y la mortalidad en la IC. No obstante dada su complejidad, no son aplicables todavía a la práctica clínica diaria. Se desconoce la variación del riesgo de mortalidad en la IC en relación a la pérdida o ganancia de peso a lo largo de los años. Todos los datos extraídos de los resultados de la cirugía bariátrica, apoyan el concepto de que la disminución de peso en obesos mórbidos disminuye la morbilidad y la mortalidad cardiovascular⁵³ El estudio de Strandberg⁵⁴ TE et al. sobre la evolución del peso a lo largo de la vida de 1114 hombres, mostró que el sobrepeso y el elevado riesgo cardiovascular en las edades medias de la vida, con una subsecuente pérdida de peso, se relacionaba con los peores factores pronósticos al final de la vida. La paradoja de la obesidad se ha confirmado recientemente en la población general. Flegal⁵⁵ KM et al., realizan la mayor revisión sistemática realizada hasta ahora del riesgo de mortalidad para las personas con S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 32 sobrepeso y obesidad en relación al peso normal. Se analizan 97 estudios, 2.88 millones de individuos y 270000 muertes. Los resultados se presentan en la tabla 9. Clasificación IC Sobrepeso (IMC 25 - < 30) Obesidad (IMC > 30) Obesidad 1 (IMC 30 - < 35) Obesidad 2 - 3 (IMC > 35) RR de Mortalidad comparado con Peso Normal ( IMC 18.5 - < 25) 0.94 (95% IC, 0.90 – 0.97) 1.21 (95% IC, 1.12 – 1.31) 0.97 (95% IC, 0.90 – 1.04) 1.34 (95% IC, 1.21 – 1.47) Tabla 9. Mortalidad Ajustada y Obesidad en la población general Se observa que en relación al normopeso, la obesidad (en todos los grados) y los grados 2 y 3, se asocian a mayor mortalidad por todas las causas. No obstante, en el grado 1 de obesidad no hay diferencias de mortalidad con pacientes en normopeso y el sobrepeso presenta menor mortalidad. Por ello la asociación de mortalidad y obesidad se da solo en los grados elevados (2 y 3). Los estudios revisados presentan una serie de limitaciones: En su gran mayoría son estudios retrospectivos, observacionales y por tanto no se puede demostrar una relación causal entre los resultados y la obesidad, solo se puede evidenciar una asociación entre disminución de la mortalidad y aumento del IMC, lo cual nos obliga a ser cautos en la interpretación de los resultados. Muchos de los estudios se fundamentan en bases de datos administrativas²¹, ²³, ²⁴, por lo que se pierde mucha información clínica detallada. En general se produce una infranotificación20 de la obesidad o S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 33 de la IC, y no se aporta información sobre los grados o la severidad de ambas patologías. Tampoco se registran otros datos de interés como el tiempo de evolución, las comorbilidades o los tratamientos asociados. Estos datos podrían influir en el riesgo de mortalidad. Además, se observan tiempos de seguimiento muy diferentes entre los distintos estudios, y este es un factor evolutivo muy importante en el pronóstico. La revisión de Chrysant⁵⁶ SG et al., alerta sobre el posible mensaje equivocado de que la obesidad no es un factor de riesgo cardiovascular dados los numerosos factores de confusión en los estudios. Los pacientes obesos suelen ser más jóvenes y estar más medicados y controlados. En los grupos de pacientes con bajo peso se suelen registrar pacientes más mayores, fumadores, con cáncer y enfermedades asociadas. En el meta-análisis de Oreopoulos²² A. et al., se evidencia una moderada heterogeneidad en la definición de resultados, con diferencias interestudios en los patrones de práctica clínica, en la selección de pacientes, en los tiempos de seguimiento y en las terapias concomitantes. Por otro lado, un trabajo realizado por el laboratorio de Investigación Metabólica y el Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra⁵⁷, investiga cual es el porcentaje de error del IMC. Para ello realizan un estudio con 6.000 pacientes y observan que 1/3 de los que habían sido clasificados como personas delgadas con dicha formula, son en realidad obesas. El método utilizado para comprobar este error fue la plestimografía por desplazamiento de aire. Con un equipo denominado BOP-POD (cuyo funcionamiento se basa en la medición del volumen corporal a través del desplazamiento de aire que se produce en un cuerpo en una cámara especial) midieron la composición corporal. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 34 Llegando a la conclusión de que un 29% de las personas, que según el IMC se sitúan en el rango de normalidad, ofrecen realmente un porcentaje de grasa corporal propio de una persona obesa y que un 80% de las personas con sobrepeso, son obesas. Por tanto este estudio afirma que la medición con el método del IMC ofrece una altísima tasa de error en el diagnóstico de personas obesas. En un futuro la investigación de la “paradoja de la obesidad” deberá mirar más allá del IMC para definir el pronóstico de los pacientes con IC. Necesitamos conocer otros indicadores de disfunción metabólica que definan adecuadamente a los pacientes de riesgo. No sabemos el impacto que tiene la pérdida voluntaria de peso en la supervivencia de los pacientes obesos con IC. Los estudios deberían incluir resultados adicionales como el estado funcional o la calidad de vida. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 35 Conclusiones Se ha demostrado una menor mortalidad de los pacientes obesos o con sobrepeso e IC en comparación con pacientes con normopeso. Los pacientes con IC bajo peso y desnutrición son los que presentan peor pronóstico. Se especula con un efecto protector de la obesidad frente a las situaciones de estrés metabólico, como la descompensación de la IC. El IMC no es buen indicador pronóstico en la IC. Los pacientes con mayor masa magra y menor grasa corporal tienen mejores factores pronósticos de supervivencia, independientemente de su IMC. Los pacientes obesos y no obesos con alteraciones metabólicas presentan mayor riesgo de mortalidad que los pacientes sin disfunción metabólica, sean obesos o no. Por tanto, la clasificación de los pacientes según el fenotipo metabólico, más allá del grado de adiposidad con el IMC, nos aportaría más información sobre los grupos de alto riesgo cardiovascular, sobre los que extremar los controles, el seguimiento y las medidas dietéticas y terapéuticas. Hacen falta grandes estudios prospectivos para confirmar la “paradoja de la obesidad” e investigar los potenciales mecanismos⁵⁸ por los que la obesidad mejora la supervivencia en la IC. S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 36 Bibliografía 1. Antonio J Pasca, Julio C. Montero, Laura A. Pasca. Insf Card 2012; (vol 7) 2: 67-70 2. Temas de Salud. Obesidad y Sobrepeso. Centro de Prensa. Información general. Nota descriptiva Nº 311. Marzo 2011. Disponible en http:// www.who.int/en 3. Berghofer A, Pischon, ReinholdT, Apovian Cm, Sharma Am, Willich Sn. Obesity prevalence from a European perspective: a systematic Review. BMC Publ Health 2008; 8 200-10 4. 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Obesity and heart failure prognosis: paradox or reverse epidemiology? Eur Heart J. 2005 Jan;26(1):5-7 S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 43 Resumen de Figuras y Tablas Figura 1. Tasas de sobrepeso en algunos países de la OCDE. Tendencias pasadas y proyecciones. Página 8 Tabla 1. Definición de Obesidad según el porcentaje de grasa corporal. Página 9 Tabla 2. Valores de riesgo elevado cardiovascular según la distribución de grasa corporal. Página 11 Tabla 3. Definición de Obesidad según la OMS. Página 12 Tabla 4.Definición de obesidad según la Sociedad Española para el estudio de la obesidad (SEEDO 2000). Página 12 Tabla 5. Niveles de Evidencia AHRQ. Página 17 Tabla 6. Grados de Recomendación AHRQ. Página 18 Figura 2. Diagrama de flujo de la selección de los estudios clínicos. Página 19 Tabla 7. Estudios revisados. Página 20 Figura 3. Diferencias entre los resultados ajustados o no ajustados, en el riesgo de mortalidad y el IMC en pacientes con IC. Página 22 Tabla 8. Resultados de los estudios revisados. Página 24 Figura 4. Paradoja de la Obesidad en Enfermedad Cardiovascular. Página 26 Tabla 9. Mortalidad Ajustada y Obesidad en la población general. Página 32 S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013 44 S. Esteve Máster en Medicina Cosmética y del Envejecimiento - 2013