OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO 69 vyvy' El Plan Nacional para el Desarrollo de la MicroempreSa (PNDM) de Colombia Un análisis desde la perspectiva de su desarrollo institucional Jaime Ramírez-Guerrero RECE IVED 2 0 t1I lnt6rncLt Labour ILO BIL Bh 45236 OFICINA REGIONAL DE LA OIT PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE Copyright © Organización internacional del Trabajo 1998 Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la protección de los derechos de propiedad intelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor No obstante, ciertos extractos breves de estas publicaciones pueden reproducirse sin autorización, a condición de que se mencione la fuente. Para obtener los derechos de reproducción o de traducción hay que formular las correspondientes solicitudes a la Oficina de Publicaciones (Derechos de autor y licencias), Oficina internacional del Trabajo, CJ-I-1211 Ginebra 22, Suiza, solicitudes que serán bien acogidas. ISBN 92-2-311049-1 ISSN 1 020-3974 Primera edición 1998 Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, ' lajbrma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras. La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione. Las referencias afirmas o a procesos o productos comerciales no implican aprobación alguna por la Oficina Internacional del Trabajo, y el hecho de que no se mnencionenflrmnas o procesos o productos comerciales no implica desaprobación alguna. Las publicaciones de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe pueden obtenerse en calle Las Flores 295, San Isidro, Lima 27, Perú, o solicitándolas al Apartado Postal 3638, Lima 1, teléfono (51-1) 2212565, fax (51-1) 421-5292. Cuidado de edición: César Franco C, Asistente de edición: Zoila Castro Diseño de carátula: Carlos Bravo Impreso en el Perú por Visual Service SRL PROLOGO En América Latina, el interés por el sector informal surgió en los años 70, coincidiendo con la identificación del problema del empleo cori el acelerado creci- miento del número de trabajadores que no encontraban trabajo en la industria formal características ni en el Estado y habían formado empresas de pequeña escala, cuyas diferían sensiblemente de las establecidas legalniente. Con niveles de productividad e ingresos cuantitativa y cualitativamente inferiores a los alcanzados por las empresas modernas, las unidades económicas así formadas estuvieron signadas por los esca- sos recursos en capital con que contaban dichos trabajadores. El subempleo y la pobreza asociada a este tipo de actividades, constituyó entonces, más que el desempleo, la manifestación más importante del problema del empleo. En vísperas del segundo milenio, la larga experiencia acumulada ha vuelto más complejas las características de estas unidades y el panorama económico, político y social en el que actúa el sector informal es distinto al de las décadas anteriores por los procesos de «juste y estabilización económica que viven los países. Según diversos analistas, complementaria y simultáneamente a las medidas de promoción en los campos del crédito, la asistencia técnica, la información, etc., el acento hoy en día debe estar puesto en la creación de un marco institucional promotor que busque articular las diferentes dimensiones propias a este sectom; a.fin de facilitar su desarrollo. Fue bajo estas premisas que la OiT con el financiamiento del PNUD, inició desde fines de 1995 el Proyecto «Integración del sector informal urbano al proceso de modernización», tomando como casos cinco países en América Latina y El Caribe: Brasil, Colombia, Chile, Jamaica y Perú. El oljetivo trazado fue analizar los marcos regulatorios en las áreas laboral, tributaria y de comercio ambulatorio, y plantear propuestas de política que permitan facilitar el acceso a la formalidad del sector informal urbano, como un medio para alcanzar su desarrollo. Este proyecto fue coordinado por Eliana Chávez, Emilio Klein y el susrito. Los estudios de caso realizados permiten formular las siguientes conclusiones generales, las que son desarrolladas en detalle en las diferentes publicaciones resultantes del proyecto. La informacióii recogida en los diversos países corfirnia que en la actualidad)' si miramos sólo la perspectiva legal, las normas contenidas en los marcos regulatotradicionales formales de nos vigentes, construidas bajo los modelos de empresas la realidad de este regulares o grandes dimensiones, distan mucho de aproximarse a sector empresarial. imiliares, les A las empresas de menor tamaño, que corresponden a empresas lo que deben recibir es prácticamente imposible cumplir las normas existentes, por un tratamiento especial. Para la mayoría de las otras, su cumplimiento supone costos difíciles de asumir dada su reducida productividad y debilidad frente al mercado. La legislación, por otro lado, se percibe como abundante; los trámites engorrosos y el tiempo que toma cumplirlos demasiado largo. A todo ello se suma la desinthrmcición, los continuos cambios en las normas, el exceso de burocracia y la fiscalización que se ejerce, considerada principalmente punitiva y la cual contribuye aun más a la permanencia de relaciones informales de trabajo. El tema de discusión es, entonces, encontrar la posibilidad de viabilizar la integración de este sector al proceso cíe modernización mediante un marco institucional de reglas claras y estables, procedimientas ágiles y co3'tos que correspondan a sus posibilidades reales. Paralelamente, crear en los empresarios la necesidad de cumplir con la ley porque por intermedio de ella podrían constituirse en sujetos empresariales con derechos y obligaciones, los cuales, a su vez, pueden generarles beneficios y constituir una herramienta para su propio desarrollo. Orientaciones de este tipo llevarán a una visión dfe rente de la Jrmalización e incentivarán su cumplimiento. El diseño de un marco institucional al servicio de este tipo de unidades productivas no deberá significar el desarrollo de regímenes duales, sino, más bien, la creación de un marco normativo con reglas ciaras, simples, predecihies y coherentes que promuevan la competencia, bajos costos de transacción, merccidos especializados, el aprovechamiento de la división del trabajo y la incorporación de tecnologías adecuadas. El cumplimiento de los marcos normativos, desde la perspectiva de los derechos más que de las obligaciones, puede dotar a los microempresarios de una herramienta para emplear mejor sus recursos yfacilitar su acceso al mercado. De esta manera, la percepción negativa que tienen los irformales sobre la legislación y sus etctos se irá transjbrmando en otra que valorice la legislación como un instrumento para su desarrollo. Las áreas de intervención prioritarias para modificar los marcos regulatorios son la laboral, tributaria y la que se refiere al comercio ambulatorio. En relación a los aspectos laborales se recomienda, como principio general, que no debería frivorecerse el establecimiento de regímenes laborales diftrenciados para los trabajadores de las microenipresas. En tal sentido, debería garantizarse el alcance universal de las normas laborales básicas y el respeto al principio de igualdad ante la ley. A fin de reducir progresivamente el impacto de los costos que significa para los microempresarios la incorporación a lajrmalidad, modificando los procesos administrativos, hoy difíciles y engorrosos, se propone la creación de un Sistema Unico de Inspecciones, que permita verificar el grado de cumplimiento de las obligaciones legales por parte de las mnicroempresas. Este sistema deberá integrar los sistemas de fiscalización y control de la administración del tribajo, los organismos de seguridad social, la administración tributaria y los municipios, y tendrá una orientación principalmente promotora y no persecutoria o sancionadora. Otro mecanismo que podría introducirse con el mismo objetivo se refiere al reconocimiento de la relación laboral. En el Perú, por ejemplo, el 90 por ciento de los contratos de trabajo en las actividades informales no son escritos, requisito éste indispensable para poder tener accéso a las leyes de promoción del empleo. Existe, sin embargo, un contrato verbal por acuerdo de partes que podría reconocerse como alternativa sin tener que forzar lafigurajurídica a la existente, mediante la anotación del ingreso del trabajador en el libro mensual del empleador, o bien con la presencia de testigos que avalen la relación de trabajo o el cumplimiento de horario, o con la presentación de recibos depago de salarios. Ello permitiría «formalizar» la relación laboral, primer paso para incorporarse a relaciones reguladas. Sobre la legislación tributaria se propone que el esfuerzo de las instancias gubernamentales se concentre fundamentalmente en la simplificación de los procedimientos administrativos vigentes, de tal manera que los contribuyentes puedan cumplir con zcilidad y a bajo costo sus obligaciones tributarias, así como el inejoramiento del sistema tributario, que permita transitar a la microempresa hacia un estadio de mayor desarrollo. En relación al comercio ambulatorio, la estrategia a aplicar consistirá en conciliar el respeto del espacio público y el derecho de los vendedores a realizar un trabajo estable que les genere ingresos. De esta manera se promoverán acciones que apunten a la re ubicación del comercio ambulatorio en espacios comerciales que no atropellen los derechos de los ciudadanos ni atenten contra la conservación de los centros históricos. Las sugerencias planteadas a partir del análisis comparativo de los países seleccionados llevan a una visión diferente de la formalización como instrumento para facilitar la incorporación de los informales en el proceso de modernización. La extensión de la formalización se justifica, no desde la perspectiva de los sectores organizados sino de los benficios que la formalidad significa para el desarrollo de las actividades y sus trabajadores. Como se ha señalado anteriormente, estas conclusiones y sugerencias son desarrolladas en detalle en las diferentes publicaciones resultantes del proyecto. En el caso de la presente publicación se desarrolla el tema referido al marco institucional, entendido este como el conjunto de normas escritas fbrma les, así como los códigos de conducta no escritas pero que complementan las normas Jbrmales. En este caso, el tema institucional es abordado a través del análisis de un caso concreto: el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa (PNDM) de Colombia. El autor, Jaime Ramírez, pone especial énfasis en cómo el marco institucional del PNDM fue evolucionando en el tiempo, recreándose, flexibilizándose y enriqueciéndose a lo largo de su desarrollo. Es visto, por lo tanto, como un instrumento moderno de integración de iniciativas y recursos del Estado y de la sociedad civil que facilita la convocatoria de nuevos actores sociales y abre nuevas oportunidades para el desarrollo del sector informal y la microempresa. Corno señala el autor; el PNDM logró un resultado muy importante: institucionalizar la política de apoyo a la microempresa a través de su consagración definitiva como componente clave de las políticas de desarrollo gubernamental, de la integración de su componente financiero en el sistema nacional, y de la consolidación del esquema de ejecución con junta Estado-Sociedad Civil mediante la creación de una institución especializada, de alto perfil político, con claridad de funciones y de organización, así como con capacidad administrativa ágil y autónoma. En el balance realizado a lo largo del estudio, se puede concluir que el PNDMes una experiencia innovadora en la medida que ha permitido recoger un conjunto de iniciativas que surgían de variados sectores y actores e incorporarlas en un proceso coordinado en el que participaron diversos entes del sector público yprivadopreocupados por el tema. Asimismo, ha permitido integrar la política hacia la microempresa en el marco de la política gubernamental y canalizar importantes recursos nacionales e internacionales. El esfuerzo de movilización de recursos humanos y económicos en todo el territorio nacional y la participación activa de los empresarios en las difrentes regiones constituye también uno de los logros más significativos de esta iniciativa. Las debilidades observadas giran en torno a la ausencia de criterios claros para el diseño de instrumentos operativos y de control en el manejo de la política de subsidios, con la dificultad de romper con el esquema paternalista de promoción al sector y la elaboración, por consiguiente, de una estrategia de largo plazo, obstáculos que se van superando lentamente. Estos, entre otros, son los retos que en el futuro tendrá que qfrontar el equipo que lidera esta iniciativa. La experiencia descrita, como se verá con la lectura del documento, constituirá un instrumento de reftrencia para los países que hoy se encuentran comprometidos al diseño de una nueva institucionalidad de promoción al sector de la microemnpresa para el caso de Colombia, representa un importante instrwnento de evaluación de lo realizado y de proyección hacia el futuro. Víctor E. Tokrnan Subdirector General de la OIT Lima, Abril de 1998 INDICE Páginas A. El cambio en las relaciones entre el Estado y la sociedad civil en América Latina B. Antecedentes. Marco socioeconómicO e institucional El empleo y la pequeña producción: temas de interés nacional El contexto institucional: desde el sector público, experiencia en programas integrados de desarrollo; desde el sector privado, ONG dispuestas a compartir con el Estado tareas de cesarrol10 social Un foco de iniciativas desde el sector público: el Servicio Nacional de Aprendizaje Sena Un foco de iniciativas desde el sector privado: el Programa de Microenipresas de la Fundación Carvajal. Un foco de iniciativas desde el sector académico: los encuentros de investigadores de la microempresa C. Creación y configuración inicial del PNDM Las estrategias de intervención La estructura institucional La población objetivo 2 4 5 5 6 8 10 1 1 12 12 13 Evolución histórica del PNDM 1984-1 994 Fase de consolidación 1984-1988 Fase de expansión y diversificación 1988 - 1990 Fase de mnaduracióny crisis: 1991 - 1994 13 E. Análisis del PNDM a través de sus conponentes programáticos La capacitación empresarial El crédito El apoyo a la comercialización El desarrollo productivo 20 20 25 29 32 E Balance del PNDM en el período 1984-1994 Coberturas cuantitativas Un balance cualitativo Deterioro del esquema institucional 38 39. D. G. El nuevo modelo institucional del Plan Nacional para la nzicroempresa: 1994-1996 Elfinanciamiento El Pro gramna Nacional de Servicios Tecnológicos La omanización institucional Perspectivas H. Conclusiones y recomendaciones 14 16 19 40 41 43 43 43 44 45 46 en estudios responsables) sobre diversos aspectos de la evolución del PNDM, es necesario dejar en claro que este trabajo no pretende presentar una evaluación del mismo, sino abrir una línea de anéilsis hasta ahora poco elaborada: la de su desarrollo institucional. Hoy la microempreSa tiene una generalizada presencia en las formulaciones de política de desarrollo social y en las estrategias internacionales de generación de empleo y de lucha contra la pobreza. En muchos pafses se adelantan políticas y programas de apoyo a la microempresa con diverso enfoque conceptual y operativo, dirigidos a distintos grupos objetivo, organizados mediante variados arreglos institucionales, y con diferentes alcances y resultados. Sin embar- La primera parte del documento presenta algunas reflexiones, a manera de marco conceptual, sobre la cuestión de los cambios en las relaciones entre la sociedad civil y el Estado en los procesos sociales, y sobre el tema de la sostenibilidad de los arreglos institucionales que se generan en esa nueva go, son pocos los casos en los que esta estrategia ha logrado un arraigo social, una consolidación institucional, una diversificación operativa y, a la vez, una continuidad temporal y programática tan significativas como en el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa (PNDM) de Colombia. El PNDM es un interesante caso de integración de iniciativas y recursos del Estado y de la sociedad civil, en un esfuerzo continuado y creativo que, si bien probablemente no puede reclamar impactos dramáticos sobre la pobreza o el empleo nacionales, ha ganado un amplio reconocimiento social y ha tenido importantes efectos directos e indirectos sobre la conceptualización y la operación de programas de des arrollo social en Colombia, especialmente en lo atinente a sus arreglos institucionales, que reflejan un nuevo marco de relaciones entre la sociedad civil y el Estado y que han facilitado la convocatoria y la participación de nuevos y variados actores sociales. Esta última temática será el foco de análisis del presente trabajo, apoyándose en una breve reseña de los antecedentes, la evolución y los resultados del PNDM. La reseña hará énfasis en la manera como el marco institucional del PNDM fue evolucionando en el tiempo, ajustándose, diversificándose y relación, así como sobre el irrenunciable papel del Estado en definir los marcos políticos para la acción de estos nuevos esquemas institucionales. A continuación se presenta un somero análisis del contexto socioeconómico e institucional en el que surgió el PNDM y de algunos antecedentes, como la existencia de una sensibilidad social a los temas del empleo y la pequeña producción; de la experiencia en el sector gubernamental con programas interinstitucionales y participativos de desarrollo en los que se había hecho un aprendizaje de acción concertada de múltiples actores, incluyendo a organizaciones de la sociedad civil; y finalmente se presentan tres focos de iniciativa sobre el tema de la microempresa, que pos- teriormente tendrían papeles claves en el PNDM: el Servicio Nacional de Aprendizaje - Sena, desde el sector público, la Fundación Carvajal, desde el sector privado, y los Encuentros de Investigadores de la Microempresa, desde el sector académico. Más adelante se reseñan el proceso de creación y la configuración inicial del PNDM, y la evolución del mismo en el período 19841994, o sea desde su formalización como programa gubernamental hasta el momento en que cierra su ciclo la estructura institucional diseñada originalmente para ejecutarlo, tratando de caracterizar su proceso de consolidación, diversificación y crisis. Posterior- enriqueciéndose a lo largo de su devenir. Aunque será inevitable emitir opiniones valorativas (fundamentadas siempre que sea posible sobre evidencias empíricas o apoyadas 1 mente se analizan los componentes más importantes del PNDM, haciendo hincapié en las implicaciones de su evolución sobre el marco institucional. Se pasa luego a realizar un balance de la evolución y la crisis del esquema institucional original, llegando hasta las formulaciones de política que darán paso a la nueva estructura que a su vez abre un nuevo ciclo, como una estrategia de desarrollo madura y socialmente autosostenida, pero también enfrentada a un camino lleno de dificultades impuestas por la necesidad de adecuarse a los profundos cambios que los nuevos mode- ción de la consecuente e importante reestructuración que se está produciendo en las economías de los países que la conforman. Se constata igualmente que hoy, con las naturales diferencias entre realidades nacionales, prevalece en la región una estrategia de desarrollo que asigna al mercado un importante papel en la asignación de los recursos, con la correspondiente modificación del dimensionamiento y del papel del Estado, tanto en la naturaleza de sus intervenciones como en su relación con el mercado y con los diferentes agentes económicos y sociales. También se señala que este proceso, con el trasfondo de un amplio consenso social en torno a la necesidad de consolidar un los de desarrollo, la apertura al comercio internacional y la reestructuración productiva de nuestras economías están generando en la composición y en las posibilidades de las microempresas y por lo tanto- en las políticas dirigidas hacia ellas. sistema polftico de democracia participativa, corre parejo con cambios fundamentales en la relación del Estado con la sociedad civil, entendida esta última como el conjunto de las intervenciones individuales y colectivas de los ciudadanos en las esferas económica, social y polftica de las naciones. Así, el cambio en el papel del Estado y el mayor protagonismo de la sociedad civil, son dos caras de una misma moneda. La sociedad civil en los países latinoamericanos muestra hoy un importante gra- Finalmente, se extraen algunas conclusiones y recomendaciones dirigidas a aportar elementos de juicio a quienes trabajan en la formulación de políticas y progra- mas de apoyo a la microempresa en otras realidades nacionales. A. El cambio en las realaciones entre el do de autonomía, de pujanza y de diversidad, y sus intervenciones revelan un rico potencial de contribución al desarrollo económico y social así como a la consolidacjón de los procesos de maduración y democrati- Estados y la Sociedad Civil en América Latina, nuevos actores, nuevos arreglos institucionales. La cuestión de la sostenibilidad. zación política. Se han diversificado los actores vinculados a la asignación de los recursos sociales y a la prevención o tratamiento de las crisis económicas y sociales. Además del mercado, del Estado y de la empresa (los tres actores clásicos en la tradicional economía pública), han surgido nuevos actores identificados y estudiados por las corrientes de la economía institucional del lado del sector público. Es- Es ya un lugar común en la literatura y en los foros sobre desarrollo económico y social en América Latina, el señalamiento de los profundos cambios que la región ha experimentado en su modelo de desarrollo des- de la crisis de la década de los ochenta; la explicación de los mismos a partir del agotamiento del modelo de desarrollo preexistente y de la necesidad de enfrentar el desafío planteado por los cambios en el entorno económico internacional; así como la constata- tos actores llegaron con nuevas reglas de configuración y comportamiento y traen con2 con el sector empresarial pueden también reducirse a espejismos de participación o a sigo nuevas respuestas a las crisis y retos de la economía moderna, aportando su capacidad de distribuir los riesgos de la innovación económica, social, política y tecnológica, de estimular la expresión de preferencias individuales y de vincularlas a la producción de beneficios de alcance general.' La tradicional dicotomía entre lo público y lo privado, vistos como ámbitos completamente separados de las relaciones so- euforias temporales si no logran consolidarse a través de procesos de fortalecimiento institucional que les conduzcan a niveles de sostenibilidad que aseguren su proyección autónoma en el tiempo. La sostenibilidad de proyectos y programas sociales es un tema de gran complejidad. Si inicialmente se entendía la sostenibilidad exclusivamente desde la perspectiva de la obtención de una determinada tasa de retorno de las inversiones realizadas, más recientemente se le reconoce como un fenómeno multidimensional que involucra los aspectos lógístico-administrativo, económico, comunitario, distributivo, institucional y ambiental.2 El presente trabajo analiza el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa concentrándose en la perspectiva de su sostenibilidad institucional, entendida como el grado de estabilidad y fortaleza que adquieren tanto las instituciones gubernamentales como las organizaciones sociales encargadas de implementar la estrategia. Naturalmente, el desarrollo institucional está íntimamente ligado a las otras dimensiones de la sostenibilidad, y a su vez la sostenibilidad de las instituciones está determinada por su legitimidad social, por su sostenibilidad financiera, por su profesionalismo metodológico-operativo, por la funciona]idad de su organización y por la capacidad de su administración. ciales; cada uno de ellos con sus propias reglas de gestión, con ordenamientos jurídicos particulares, con criterios económicos distintos, con desarrollos organizativos pe- culiares, está dando paso a un campo creciente de intersección e interacción, en el que ambos sectores comparten crecientemente criterios comunes de eficiencia y corresponsabilidad en la asignación de los recursos, para lo cual surgen arreglos de relaciones hori- zontales mediante los cuales varios actores públicos y privados complementan sus ventajas comparativas a través de la figura de redes, cadenas o asociaciones. En tal contexto, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) se muestran como una de las principales categorías de este nuevo tipo de actores sociales, y encuentran, además de sus tradicionales funciones asistencialista y contestataria, un nuevo papel dentro del organigrama social: servir de puentes entre los demás actores por razón de sus ventajas comparativas en la identificación, la organización, la supervisión y la evaluación de los actores dispersos de la sociedad civil, articularlos con el Estado y con la empresa y, en fin, servir de laboratorio de construcción social, generando nuevos arreglos institucionales de múltiples actores, muy arraigados en lo local y que en- Es muy interesante ver cómo en el PNDM las organizaciones de la sociedad civil convergen hacia formas de organización y de intervención cada vez más profesionales, y hacia procesos de fortalecimiento institucional cada vez más exigentes y realistas, dentro de procesos de interacción e influencia mutua, estimulados por su participación conjunta en la ejecución de políticas y programas de desarrollo concertados con el Estado y respaldados por la cooperación internacional. frentan sus tareas de desarrollo con altos niveles de flexibilidad y creatividad. Pero, tanto estos nuevos actores como los innovativos arreglos institucionales que se generan por su interacción con el Estado y 3 Naturalmente, no todo lo que se reseñará es exitoso ni todo lo exitoso es el producto de una planificación previa. De hecho, acerca de la manera como el Estado colombiano ha jugado esos papeles, y cuáles son las fortalezas y debilidades que ha demostrado en el proceso. Ahora bien, con frecuencia se leen o escuchan presentaciones de este proceso de cambio en las relaciones entre el Estado y la una característica muy interesante del PNDM es que su ejecución no estuvo precedida de un diseño detallado, sino que fue el resultado de la confluencia de lúcidas percepciones políticas y tecnocráticas que recogieron procesos e iniciativas espontáneamente generadas en la sociedad y crearon una sencilla e innovadora estructura institucional que tuvo la capacidad para ir aprendiendo en la práctica, a través la mayor parte de las veces de sociedad civil, en las que subyace más o menos explícitamente la idea de que el mismo es un desarrollo subsecuente al cambio en el modelo de desarrollo económico, y supuestamente desencadenado por las ideologías que se han dado en denominar como procesos de ensayo y error. En consecuencia, hay "caídos en el camino", enfoques e instituciones que no lograron consolidarse o cuyos resultados son muy cuestionables, pero también hay experiencias muy exitosas que neolibera.les. No es el objetivo de este documento plantear un debate sobre este tema, pero el autor sí desea expresar su opinión de que la rica vitalidad que hoy se percibe en la sociedad civil latinoamericana, así como el nue- surgieron como iniciativas espontáneas, a veces casi clandestinas. El proceso no ha estado exento de conflicto. Si una de sus características claves es vo marco de relaciones entre la sociedad civil y el Estado, no es el resultado inmedia- to y mecánico de la reciente adopción de nuevas políticas de mercado. Es cierto que la participación de diversos actores sociales, muchos de ellos con intereses sociales, económicos o institucionales contradictorios, era natural que se generaran tensiones muchas veces agudas. Pero lo interesante ellas eran en gran medida indispensables, y también es cierto que ellas crean un ambiente propicio al cambio sociopolítico, pero este cambio -como todo cambio social- venía gestándose en un proceso de larga dura- del caso es la manera como esos actores han logrado administrar sus conflictos internos ción desde las décadas pasadas, como lo sin poner en peligro el consenso sobre la demuestra el caso del PNDM. legitimidad de la estrategia, ni la estabilidad del sistema institucional, manifestando un alto grado de madurez sociopolítica, del tipo B. Antecedentes del Plan Nacional para el desarrollo de la microempresa: Marco SocioEconómico, Institucional y Cultural que se formula como condición necesaria para los procesos de modernización institucional requeridos para el desarrollo de América Latina. También será interesante examinar en Las características del desarrollo industrial colombiano desde la postguerra condujeron a la configuración de un sector productivo fuertemente monopolizado y concentrado, lo que trajo como consecuencia una incapacidad estructural para absorber la oferta de mano de obra que crecía aceleradamente por la doble presión de la explosión demográfica la experiencia del PNDM el papel que ha jugado el Estado, renunciando en gran parte a su tradicional función de ejecutor directo y asumiendo otros roles: convocatoria, coordinación, canalización de recursos, orientación de política. Buscaremos, en el análisis de la experiencia, extraer algunas conclusiones 4 de microempresa, se puso un gran interés en las posibilidades de modernización de la pequeña unidad productiva tradicional. y la descomposición de la economía tradicional campesina. Si bien hasta la década de los cincuenta Colombia no experimentaba problemas serios de desempleo abierto, a partir de los años sesenta el desempleo y el subempleo se dispararon. Ello explica que la mayoría de los debates sobre el desarrollo colombiano desde la década de los sesenta estuvieran centrados en el problema del empleo. 1. 2. El empleo y la pequeña producción: temas de interés nacional El contexto institucional: desde el sector público, experiencia en programas integrados de desarrollo; desde el sector privado, ONG dispuestas a compartir con el Estado tareas de desarrollo social Como expresión de este interés, durante la década de los sesenta fueron creadas varias instituciones gubernamentales dirigidas a la promoción de la pequeña producción, tales como "Artesanías de Colombia" y La Organización Internacional del Trabajo (OIT) jugó un importante papel en este debate. Los análisis del PREALC y el informe "Hacia el pleno empleo"3 indicaban que -de no retenerse en el campo a la población rural mediante fuertes cambios en el modelo la "Corporación Financiera Popular". A su vez, al Servicio Nacional de Aprendizaje Sena, se le asignaron nuevas responsabilidades en ese terreno. El Plan de Desarrollo 1974-1978 "Para cerrar la brecha" creó un "Programa de Integración y Participación Comunitaria - IPC", equivalente urbano de los programas de Desarrollo Rural Integrado que hacían parte fundamental del mismo. Los planes de desarrollo subsiguientes "Plan de Integración Nacional 1978-1982" y Cambio con equidad 1982-1986" incorporaron por primera vez el concepto de Sector Informal Urbano, difundido desde la OIT.5 Dos características centrales de las estrategias de desarrollo que sustentaban planes tales como los de "Desarrollo Rural Integrado - DRI" e "Integración y Participación Comunitaria -IPC" eran, precisamente, el enfoque interinstitucional y la participación comunitaria. Su ejecución dio lugar a una rica gama de experiencias de interacción entre instituciones estatales y entre ellas y los nuevos actores que surgían al interior o al lado de la comunidad. Mientras tanto en Colombia, como en otros países latinoamericanos, afloraba un importante y variado número de ONU. Su trabajo es reconocido por la comunidad en de desarrollo- se llegaría a altas tasas de desempleo y de subempleo urbanos en los años setenta y ochenta. Si bien el efecto de la urbanización y de la modernización social sobre el crecimiento de la población, así como la orientación exportadora que asumió parte de la industria colombiana a finales de la década de los setenta -entre otros factoresimpidieron que se concretaran esas proyecciones, el hecho es que desde los años sesenta el tema del empleo sensibilizó fuertemente la conciencia nacional. En esa época cobraron relieve en la opinión pública colombiana dos soluciones ante la amenaza del desempleo, con frecuencia excesivamente simplificadas: la reducción del crecimiento demográfico a través del control de la natalidad, y la promoción de las industrias intensivas en mano de obra.4 Puesto que el primer tema generaba un gran rechazo en los sectores sociales ligados a la Iglesia Católica, las políticas oficiales de desarrollo pusieron en primera línea de atención a la pequeña y mediana empresa así como a las artesanías tradicionales. Si bien todavía no se hablaba de sector informal ni 5 general, es tomado en consideración dentro de desarrollos institucionales que articulan los ámbitos del Estado y de la sociedad civil; y ha ganado el respeto del Gobierno y de la cooperación internacional. El desarrollo de las ONG es un fenómeno cuantitativamente importante. Un es- gran mayoría de estas últimas operan mediante unos códigos de ética de la intervención social que tratan de mantener una clara delimitación entre el ámbito de su trabajo social y los intereses de los grupos económicos que las respaldan. Este contexto ha permitido el surgi- tudio realizado a mediados de la década pasada6 identificó 5.346 ONG, definidas miento de una tecnocracia especializada en la gestión y operación de programas sociales, que se mueve con cierta libertad entre distintos tipos de ONG e instituciones del Estado, contribuyendo así al intercambio cultural y técnico entre estas instancias. En este favorable contexto, surgieron varias iniciativas públicas y privadas dirigidas al apoyo de la pequeña unidad de producción. Tres de ellas, que lograron importantes niveles de consolidación y difusión, son esenciales como antecedentes del Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa. A continuación se hará una breve resefla de las mismas. como instituciones privadas de servicio so- cial, sin ánimo de lucro. De ellas, fueron encuestadas 1.371 organizaciones, que re- portaron contar con cerca de 30.000 empleados de tiempo completo, 20.000 de tiem- po parcial y más de 100.000 voluntarios. También reportaron una cobertura acumulada de 10.2 millones de personas. La realidad de las ONG colombianas es muy heterogénea en términos de objetivos, sector de actividad, organización, capacidad económica y operativa, raigambre social y fuentes de financiamiento. En ella coexisten desde Fundaciones creadas por empresas o grupos empresariales, cuya misión no cuestiona fundamentalmente el statu quo, hasta el tipo de ONG de naturaleza crítico- 3. contestataria que surgió tan generalizadamen- te en América Latina durante las década de los sesenta. Sin embargo, entre ellas se ha dado un Un foco de iniciativas desde el sector público: el Servicio Nacional de Aprendizaje Sena Una institución que asumió seriamente el reto del apoyo a la pequeña y mediana empresa fue el Sena, la institución oficial de formación profesional, estructurada sobre el modelo institucional tripartito empresa - gobierno - trabajadores, propio de la OIT. Esta entidad contaba con un Programa de Asesoría a las Empresas, inicialmente dirigido a crear las condiciones en las empresas (sobre todo en las grandes) para que asumieran su función coformadora en los procesos de ca- proceso paulatino de acercamiento e intercambio por encima de divergencias entre sus filosófías y misiones institucionales, generándose mecanismos pragmáticos para la asociación gremial entrecruzada con grupos de afinidad funcional, que les permite compartir roles entre ellas y con el Estado en la ejecu- ción de programas de desarrollo social. En este proceso, no exento de tensiones y en el que no se sacrifican posiciones de principio, se han generado ciertas sinergias de gran interés. Muchas de las ONG contestatarjas pacitación de mano de obra, pero que reorientó paulatinamente su acción hacia la pequeña y mediana empresa (PYME) con un nfoque integral de asesoría focalizado en la capacitación del empresario, aunque orienta- han aprendido a valorar la cultura de eficiencia y el espíritu empresarial de las fundacio- do al diagnóstico y atención de todas las nes de origen empresarial, mientras que la áreas funcionales de la empresa. 6 mas gubernamentales tales como el de Desarrollo Rural Integrado (DRI), dirigido a desa- El Programa de Asesoría a las Empresas tuvo una amplia penetración en el sector empresarial, al beneficiarse de la simpatía generalizada con que gozaba el Sena, y obtuvo un efecto importante al difundir en el ámbito de las PYME los criterios y técnicas rrollar empresarialmente a la pequeña unidad de producción campesina y el programa de Integración de Servicios y Participación de la Comunidad, IPC, para las zonas marginales urbanas; de otra parte, dos categorías teóricas : la del Sector Informal Urbano, re- de la administración moderna, no sólo a través de su acción directa sobre las empresas sino especialmente por la formación de un cuerpo profesional de asesores que estaba en estrecha relación con los centros académicos y con los desarrollos prácticos mas avanzados de las disciplinas de la administración de empresas en el país. Igualmente, su articulación con los servicios de la Corporación Financiera Popular (CFP), entidad entonces gubernamental que tenía la responsabilidad del financiamiento a las PYME, contribuía a explorar enfoques integrales de promoción de la pequeña empresa, adecuados a sus características. Pero el Sena fue mucho más allá, y de manera más directa, en su acercamiento hacia las pequeñas unidades de producción que más adelante serían caracterizadas como microempresas. En efecto, esta institución, desde finales de la década de los sesenta hasta los años ochenta, orientó - como varias de sus instituciones congéneres en América Latina - una parte sustancial de su acción desde los sectores modernos a los sectores informales de la economía.7 Este proceso, fuertemente impulsado desde la política gubernamental por medio de los Planes de desarrollo antes mencionados, operó a través de sus Programas de Promoción Profesional Popular (PPP) Urbanos y Rurales (en ciertas épocas conocidos como Programas Móviles Urbanos y Rurales (PMU-R). cibida y alimentada a través de la OIT y especialmente del PREALC, y la de la "eco- nomía popular", aportada por las ONU de orientación crítico-contestaria que se habían desarrollado en Colombia, provenientes de la escuela de la educación popular, tan generalizada en América Latina desde la década de los sesenta. A través de su participación en el Programa IPC, y concretamente en la tarea de operar los componentes de "producción y empleo de los Centros de Desarrollo Vecinal - CDV, creados en sectores populares urbanos, el Sena fue reorientando paulatinamente la focalización inicial de sus programas de Promoción Profesional Popular - PPPU, inicialmente concentrada en la población desempleada, para asignar una gran preponderancia a la atención de las pequeñas unidades de producción informal. El Sena diferenció así una estrategia "incorporativa", dirigida a la capacitación de trabajadores informales para su vinculación al empleo formal, y una "promocional" dirigida al mejoramiento de las condiciones de productividad de las unidades productivas informales 8 Estos programas, denominados de desarrollo socio-empresarial, giraban prioritariamente alrededor de la capacitación, la organización de asociaciones para la comercialización y los servicios, y la canalización de solicitudes de financiamiento. Desde la experiencia del desarrollo rural integrado, el Sena transfirió al campo de la microempresa urbana dos ideas básicas: de una parte, la necesidad de conceptualizar el fenómeno de la unidad de producción ur- El Sena recibió tres influencias que marcaron profundamente su enfoque conceptual ante el tema de las pequeñas unidades de producción informal urbana: de una parte, la experiencia de su participación en progra7 bana haciendo uso de enfoques analíticos acuñó una tipología de unidades de producción informales tomando como criterio diferenciador el grado de acumulación logrado por ellas en su desempeño económico. En el terreno metodológico produjo un cuerpo de instrumentos de promoción de empresas asociativas, incluyendo dentro de este concepto a las asociaciones de microempresas individuales para comercialización, acopio, etc., que cubría aspectos organizativos, administrativos y financieros.9 comprensivos que la explicaran no sólo en sí misma sino en su relación con otros sectores de la economía, a la manera de las utilizadas por los teóricos de la economía campesina; de otra parte, la percepción de que el apoyo a la microempresa no podría ser una estrategia de atenciones individualizadas sino que debería darse en el contexto de estrategias integrales, que incluyeran la promoción de formas cooperativas de organización gremial y económica, incluyendo las cooperativas de pequeños productores. La experiencia del proyecto PMUR marcó honda huella no sólo en el Sena sino en muchos ámbitos de investigación y promoción social en Colombia, por haber resaltado la importancia de estrategias integrales que abordaran el desarrollo de la microempresa no sólo desde la perspectiva del desarrollo empresarial individual, sino tomando en cuenta el marco más general de relaciones sociales y de estructura económica que determinaba limites y potencialidades a las estrategias de desarrollo propuestas para este sector. De allí surgieron las primeras propuestas sobre focalización sectorial de los programas, sobre diferenciación de niveles de desarrollo de las microempresas, sobre procesos de organización gremial, sobre mecanismos de apoyo a la comercialización, todas ellas orgánicamente ligadas a partir de un diagnóstico socioeconómico. Esta última orientación era reforzada por la influencia de ONG que caracterizaban a la pequeña producción informal urbana como una "economía popular", expresión de la capacidad de subsistencia de sectores populares de la población excluidos estructuralmente de la economía moderna, y cuyo desarrollo pasaba necesariamente por la promoción de formas asociativas de organiza- ción productiva, capaces de lograr escalas competitivas y de acceder a factores como el capital y la tecnología, convirtiéndose así en elementos de un "tercer sector" o "sector solidario" de la economía. Ambas tradiciones, la del Desarrollo Rural Integrado y la de la Economía Popular, coincidían en el enfoque de las empresas asociativas o cooperativas. Este fue, precisamente, la temática abordada por un proyecto Sena de cooperación internacional con el Gobierno de Holanda, el Proyecto PMUR - Formas Asociativas. Su objetivo era diseñar y probar una metodología para la pro- 4. Un foco de iniciativas desde el sector privado: el Prograina de Microempresas de la Fundación Carvajal moción y asesoría de empresas asociativas de producción y de servicios, para fortale- En la década de los setenta la empresa de artes gráficas Carvajal y Cía., de Cali, se encontraba en pleno proceso de expansión cer con ello las acciones orientadas a la atención de la población vinculada a los sectores informales de la economía. hacia convertirse en uno de los más importantes grupos empresariales colombianos en el El proyecto PMUR funcionó entre 1977 y 1981, y produjo un marco conceptual que elaboraba la teoría del sector informal criticando sus interpretaciones dualistas y que sector editorial y de las comunicaciones: el denominado Grupo Carvajal. Dicha empresa familiar estaba impregnada por dos fuertes 8 espíritu individual de iniciativa privada (de allí el acuñamiento -o la adopcióndel término microempresa); su expresa justificación como estrategia de intervención social con objetivos de generación de empleo; y una definición pragmática del grupo meta: la microempresa informal, pero de relativo potencial de desarrollo, con clara orientación hacia la microempresa productiva de bienes o servicios. Esto último no sorprende si se tiene en cuenta el carácter cor- rasgos culturales: un profundo sentido cristiano de responsabilidad social, y una acendrada convicción modernizadora, rasgo este último compartido con otros grupos de la elite empresarial del Valle del Cauca, que había creado en la Universidad del Valle (Cali) uno de los centros más activos del país en la formación de cuadros administrativos. No es aventurado especular que estos sectores estaban sensibilizados a la temática del desempleo, y sin duda ellos estaban cercanamente vinculados a los programas de desarrollo empresarial tales como el del Sena, antes mencionado. La familia Carvajal creó una Fundación que inicialmente se orientó a la prestación de servicios sociales a poblaciones marginadas en áreas de salud y educación. Pero a principios de la década de los setenta uno de sus patriarcas, Don Jaime Carvajal, influenciado por experiencias conocidas en otros países, especialmente en Brasil, decidió orientar una parte sustancial de los recursos de la Fundación hacia la temática de la microempresa. Así, la Fundación Carvajal creó el Programa DES AP-MICROS, donde, inicialmente con el apoyo de "Acción Internacional" (una ONG norteamericana que ahora es conocida generalizadamente como AlTEC), y apoyándose posteriormente en recursos aportados por el Programa de Pequeños Proyectos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se sistematizó un enfoque conceptual de intervención social, una metodología operativa y una estructura institucional que son hoy generalmente conocidos como el "Modelo Carvajal" de promoción de la microempreSa. Mucha atención se ha prestado, justificadamente, a las características operativas de su metodología, pero también son muy relevantes los aspectos conceptuales e institucionales del modelo. Los rasgos claves del modelo Carvajal son: En su enfoque conceptual, su orientación ideológica hacia la promoción del porativo del grupo industrial creador de la Fundación. En su metodología, el asignar un papel central a la capacitación gerencial del microempresario, dando un papel complementario y subsecuente a la asesoría, y un claro papel subsidiario al crédito. Esta relación se expresa en el proceso metodológico, por el cual sólo los microempreSarios que culminaran exitosamente un proceso de capacitación y asesoría pedagógicamente activo y estructurado temáticamente en la secuencia: contabilidad - costos - mercadeo - proyectos de inversión, podrían acceder a los servicios de crédito, siempre que el último módulo indicara que su unidad productiva efectivamente requería de financiamiento externo y que podría generar los ingresos para amortizarlo adecuadamente. Por otra parte, el crédito estaría orientado fundamentalmente a la financiación de los activos fijos necesarios para el crecimiento intensivo de la empresa. En cuanto a su base institucional, el modelo Carvajal debería ser ejecutado por fundaciones privadas cercanas al sector empresarial, pero sólidamente profesionalizadas, tanto en la eficiencia de su administración interna como en la sistematización de sus procesos operativos. 9 Fue esta última característica -en el con- 5. texto de la sensibilidad social al tema del empleo antes mencionado, y del prestigio del grupo Carvajal- la que permitió que el modelo fuera prontamente adoptado por el Banco Interamericano de Desarrollo-BID, y replicado rápidamente por varias fundaciones con análogo origen empresarial en otras ciudades del país, en un proceso por el cual la Fundación Carvajal actuaba como extensionista y el Banco como cofinanciador a través de su línea de "Pequeños Proyectos". Los aportes más significativos del modelo Carvajal a las estrategias de apoyo a la Un foco de iniciativas desde el sector académico: los encuentros de investigadores de la microempresa Un aspecto de gran importancia en el desarrollo del movimiento colombiano de apoyo a la microempresa, incluyendo el PNDM, fue la iniciativa de los "Encuentros de Investigadores de la Microempresa". Aunque ellos inicialmente se concibieron como foros académicos, tal como su nombre lo indica, en la práctica se convirtieron en foros abiertos donde confluían investigadores, funcionarios de instituciones públicas y privadas, y aún organizaciones de microempresanos, y en donde circulaban y se debatían acercamientos teóricos, modelos operativos, análisis de experiencias, etc. El primer encuentro fue convocado en 1984 en Cali con el tema "Empleo y microe- microempresa fueron: en primer lugar, la capacidad de sistematizar una metodología y de estandarizar sus procesos, lo que facili- tó su difusión y masificación así como la introducción de procedimientos modernos de administración basados en la información, tales como el control de costos; en segundo lugar, y no por ello menos importante, una óptica de pragmatismo empresarial que complementaba y enriquecía -aun con tensiones inevitables- los enfoques ge- mpresas". En 1985 se desarrolló el tema "Tecnología y microempresas". En octubre de 1986 se realizó el tercer encuentro bajo el tema "Mercados y microempresas". En noviembre de 1987 se celebró en Bogotá el neralmente más teóricos, aunque no necesariamente equivocados, de otros acercamientos a las temáticas de la microempresa y del sector informal. cuarto encuentro "Alternativas para el marco legal de la microempresa" y en 1989 se efectuó un nuevo encuentro en Cali para evaluar y proyectar los diversos programas impulsados por las entidades de apoyo. En estos encuentros se presentaban trabajos teóricos y empíricos por parte de investigadores especializados, así como experiencias más o menos sistematizadas por parte de funcionarios de las instituciones operadoras de programas de apoyo a la microempresa, estableciéndose un rico diálogo que enriquecía ambas perspectivas, cre'mndose grupos de trabajo que en la práctica se constituían en mesas de consultoría y sistematización para los programas operativos. Una muestra de la importancia que se asignó al frente de investigación socioeconómica en el PNDM, fue la inclusión -por iniciativa de los investigadores, decididamente La consolidación del modelo Carva- jal tuvo otro efecto de gran importancia: demostró a los sectores empresariales del país que disponían de un instrumento muy interesante para orientar sus actividades filantrópicas en el terreno propio de su cultura empresarial y en donde disponían no sólo de recursos financieros sino -sobre todo- de un importante y útil bagaje de información y de tecnologías de comercio, de capacitación y de financiamiento. Fue así el germerf de un muy variado y rico florecimiento de iniciativas fundacionales de origen empresarial que -por lo menos en esa época- eran casi inéditas en otros países de América Latina. lo nuado, han dejado un legado importante en la cultura de interacción entre investigadores y operadores de este tema en Colombia. Centros académicos y de investigación muy importantes continúan adelantando estudios sobre la temática del sector infor- apoyada por los operadores del Plan- en el sistema de Encuesta de Hogares del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) de un módulo para medir el sector informal, a partir de la etapa 44 (junio de 1984) y para ser aplicado cada dos años. Este módulo continúa aplicándose y se ha convertido en una fuente empírica fundamental para los estudios sobre el empleo en Colombia. mal y la microempresa, muchos de ellos con el carácter de consultorías al PNDM o a las entidades ejecutoras, consolidándose así una línea de investigación de gran vitalidad en Colombia. Si bien los Encuentros de Investigadores de la Microempresa no se han conti- UN CONTEXTO POLIIXCO-1.NSI,TI UCIONAL FAVORABLE Hacia finales de fa década de los: setenta e contaba en Colombia con varios factores favorables que confluyerOn nla osterior craci:6n del Plan Nacional para el. Desarrollo de la Microempresa: Una especial sensibilidad nacional al tema del empleo y de la promoción de la pequea unidad productiva; una istituciona1idd pública con prestigio, una capacidad operativa disponible y gran experiencia en la atención a las pequeñas unidades de producción Una cultura y una :institucionalidad fundacional privadas, profesionalizadas, orientadas a la intervención social como promoción del desarróllo (diferente de los enfoques asisten:cialístas tradicionales) y también seriamente interesadas en la microempresa, Centros académicos y de investigación, interesados en la temitica general de los sectores informales del enipleo y de :l:a pequea producción desde variadas perspectivas teóricas:, pero siempre con cercanos lazos a ONG. independientes o Fundaciones empresariales que ofrecían: espacio para la observación y la validación empíricas de sus análisis. Un rasgo que facilitó el establecimiento de relaciones sinérgicas entre los factores anteriormente mencionados consistióefl el pragmatismo y el relativamente bajo nivel de ideologización con que se abordan los procesos de intervención social entre la comunidad tecnocrática de servicios al desarrollo en Coiom:bia. Es:terasgo es facilitado por la cercanía entre el stado y las ONG, que permite rn flujo permanente de intercambio de funcionarios y técnicos entre ambas, instancias. de ajuste estructural adoptada por el gobierno para controlar la crisis. Una de las medidas gubernamentales de compensación ante la cuestión del empleo fue la creación de un Plan Nacional de Desarrollo de la Microempresa, aprovechan-do dos factores básicos: de una parte, el prestigio y la difusión alcanzados por el "modelo Carvajal" así como sus desarrollos institucionales y metodológicos; de la otra, la existencia de una amplia capacidad operativa dis- C. Creación y Configuración inicial del PNDM1° Durante la administración del Presidente Belisario Betancur (1982-1986) se produ- jo una crisis macroeconómica inducida por el problema de la deuda externa, que entre otras incidencias, condujo a una elevación del nivel de desempleo, fenómeno que -con su correspondiente incidencia en los niveles de pobreza- se agudizó a raíz de la estrategia 11 ponible en el Sena, la institución oficial de tes de ONO actuando como ejecutoras de algunos componentes de programas de desarrollo social, así como de la presencia de entidades gremiales representativas de sectores sociales. Pero, en este caso, se asignó formalmente a las organizaciones de la sociedad civil un papel activo y protagónico, no sólo en la ejecución, sino en la coordinación de un programa gubernamental de desarrollo. Tan novedoso era el mecanismo, que el Gobierno tuvo que encontrar para la coordinación general del PNDM a una entidad del sector público que ofreciera a la vez garantías de legitimidad técnica y de "neutralidad" ante posibles conflictos entre ejecutores estatales y privados (si las fundaciones del "modelo Carvajal" aceptaban con cierta renuencia la formación profesional, que como consecuencia de una crisis de pertinencia en sus relaciones con el sector moderno de la economía se había venido volcando a la atención del sector informal, aprovechando su alto prestigio social y desarrollando para esa población novedosos enfoques metodológicos tales como la formación a distancia. En marzo de 1984, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) aprobó y lanzó el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa. El modelo inicial del PNDM, que se mantuvo hasta 1988, fue el siguiente: Estrategias de intervención presencia del Sena y de la Corporación Financiera Popular, rechazaban enfáticamente lá posibilidad de que el PNDM fuera coordinado desde la Presidencia de la República o Tomadas directamente del modelo Carvajal, el PNDM asumió como estrategias centrales de intervención a la formación empresarial, la asesoría y el crédito. En la práctica, los dos componentes básicos del PNDM en desde un ministerio, donde temían que estaría mucho más propenso a condicionamientos políticos). En consecuencia se eligió al Departamento Nacional de Planeación (DNP), una de las más respetadas instancias del Gobierno por su tradición de rigor técnico y pocas concesiones a los intereses políticos inmediatos, aun reconociendo que una función de intervención directa en la gestión de un programa de desarrollo no era la más apropiada para la naturaleza de esta institución. A partir de los anteriores criterios, la estructura institucional del PNDM se definió así: su arranque fueron la capacitación' y el crédito, puesto que la asesoría era más un seguimiento a la capacitación que un componente independiente y por razones de costos, especialmente, se reducía a una cuantas visitas rápidas realizadas por estudiantes de ciencias administrativas, y orientadas fundamentalmente a hacer el seguimiento a la aplicación de los conocimientos adquiridos por el microempresario en la capacitación. Como producto de las concertación con el Sena y con sectores académicos pero sin contar con una adecuada instrumentación, se plantearon algunas estrategias complementa-rias: comercialización, asistencia técnica, marco legal y organización gremial. - Entidad Coordinadora: El DNP, a tra- vés de la División de Empleo de su Unidad de Desarrollo Social. El DNP, además, tenía la función de Secretaría Técnica del Consejo Nacional Evaluador del Plan. Consejo Nacional Evaluador: Confor- Estructura institucional mado por delegados de las entidades públicas y privadas ejecutoras del Plan. Se definió como la instancia encargada de hacer el seguimiento y la evaluación de Este es el frente donde la creación del PNDM produjo una de las innovaciones más significativas: en efecto, existían anteceden12 de crédito (colocaciones, tasas de interés, cartera morosa, etc. Una de aprobación de nuevos ejecutores, y finalmente, una de seguimiento y evaluación. todas las estrategias; igualmente, se encargaba de desarrollar nuevos programas, aprobar la vinculación de nuevas fundaciones u ONG como ejecutoras del Plan'2 y, en general, de velar por la 3. orientación y ejecución del PNDM. A pesar de que en el Consejo Nacional Evaluador tenían asiento algunas entidades gubernamentales muy importantes y poderosas, era notoria la preponderancia de las fundaciones ejecutoras, la gran mayoría de las cuales, a su vez, eran exponentes del "modelo Carva- Población objetivo El PNDM en su primera etapa dirige claramente su acción hacia al segmento más desarrollado del sector, no a las microempre- sas de subsistencia: "El Plan Nacional de Desarrollo de la microempresa deberá privilegiar aquéllas que por sus condiciones internas y su articulación con el resto de la economía jueguen un papel importante en el desarrollo del país y ofrezcan mayores posibilidades de crecimiento". Es claro que en esta formulación, que es muy selectiva, consecuentemente con análisis teóricos que hacían hincapié en la heterogeneidad y estratificación interna de las microempresas, y que de hecho también es consecuente con el enfoque pragmático del "modelo Carvajal", hay una cierta contradicción jal"3. Puesto que el DNP, en su función de Secretaría Técnica del Consejo, debía guardar un cuidadoso equilibrio, de hecho las Fundaciones tomaron el control del Consejo, asumiendo una actitud de guardianes de la ortodo- xia del modelo de intervención, que veían amenazado por las entidades gu- bernamentales, especialmente por el Sena, no sólo debido a sus orientación teórica sino al hecho de que esta enti- con el contexto de objetivos políticos del dad estaba obligada, por razones de Estado, a masificar el programa. Esta situación generó desde el origen del PNDM una tensión entre las Fundaciones del modelo Carvajal y el Sena que tendría consecuencias posteriores, especialmente en el ámbito del componente de formación empresarial, y que además sería una de las causas originales de ciertos procesos de asociación gremial de los ejecutores del Plan, a los que nos referiremos más adelante. Comités de Trabajo Para atender ágilmente los distintos aspectos del plan, se crearon cuatro comisiones del Consejo PNDM, que se referían a problemas masivos de empleo y pobreza. Esta tensión de expectativas tendrá, como veremos, un desarrollo muy interesante en la definición de poblaciones meta a lo largo de la vida del Plan. D. Evoluación del PNDM, 1984-1 994 En esta sección se presenta una reseña de la evolución histórica del PNDM desde su creación en el año 1984 hasta 1994, cuando cambia fundamentalmente su naturaleza ins titucional, con la creación de la Corporación Mixta para el Desarrollo de la Microempresa y otras medidas que se comentarán más adelante. Estos cambios surgieron como respuesta a la necesidad de reconocer el agotamiento del modelo inicial del PNDM, pero también Nacional Evaluador. Una técnica, encargada de unificar criterios metodológicos tanto en los procesos como en los instrumentos, especialmente los de capacitación. Una Financiera, encargada de hacer el seguimiento a la estrategia 13 pueden ser considerados como una constata- lidad de fuentes de crédito para los microempre-sarios. Esto no eraunproblemamuy grande para las Fundaciones del "modelo Carvajal", las cuales -como ya se ha dicho- asignaban un papel subsidiario a este recurso y, por otra parte, contaban con los recursos aportados por el BID a través de la línea de "Pequeños Proyectos, los que eran manejados generalmente a través de mandatos de fiducia en intermediarios financieros, que involucraban mecanismos de protección de cartera contra los mismos fondos y que, en consecuencia, fluían con relativa facilidad, al liberarse a los bancos del riesgo de cartera. Sin embargo, los montos disponibles eran limitados, y, dado que al privilegiarse la inversión en capital fijo se requerían plazos medios (uno a tres años), las rotaciones eran muy bajas, lo que limitaba seriamente la cobertura del crédito. En el sector estatal, la línea de financiamiento abierta por la Corporación Financiera Popular trope- ción del cumplimiento de sus objetivos, al haber logrado madurar la estrategia de tal manera que ella requería ya un modelo institucional permanente para su continuación y desarrollo. 1. Fase de consolidacjón: 1984-1988 En este período el PNDM se consolidó institucionalmente alrededor de la estrategia de intervención correspondiente al "modelo Carvajal", esencialmente alrededor de la concepción de la formación y la asesoría empresarial como pre-requisitos para el crédito, así como de la unificación de los materiales didácticos (cartillas, videos) y de las guías para los capacitadores y asesores. Esta estrategia sería conocida más adelante como la "meto- dología individual", por estar focalizada (como se ha descrito anterior-mente) en el fortalecimiento selectivo de microempresas zaba con los mismos problemas y con una total inadecuación de sus instrumentos, que relativamente consolidadas. Simultáneamente, el Sena puso en prác- eran los mismos de sus líneas convencionales de crédito a las empresas formales. Ello condujo a la necesidad de buscar tica un ambicioso programa de formación abierta y a distancia, haciendo uso de técnicas de autoformación individual y grupal, con distribución de materiales por correspon-dencia y uso de los instructores de los PPPU como tutores. Este sistema, después de arduos debates, no fue reconocido como acción oficial del PNDM pues, especialmente las fundaciones del "modelo Carvajal", cuestionaban sus evidentes debilidades en seguimiento y evaluación de aprendizajes, su laxitud en la certificación y el uso político de la masificación de su cobertura. De hecho, el Sena descontinuó su aplicación pocos años después, aunque es necesario reconocer que tenía una gran aceptación popular y que se convirtió en un importante instrumento para la movilización de procesos de organización de microem-presanos en muchas regiones del país. Uno de los problemas más sentidos en la fase inicial del PNDM era la no disponibi- recursos internacionales en el ámbito de la cooperación financiera multilateral. Naturalmente, dados los exitosos antecedentes de su línea de "Pequeños Proyectos", el Banco In- teramericano de Desarrollo (BID), resultó una fuente muy bien dispuesta. Con el BID se gestionó el primer programa global de crédito para microempresas en la historia del Banco, el denominado "Microglobal" BID 800/SF-CO (en adelante nos referiremos a éste como la línea BID 800). El valor total del empréstito fue de 10 millones de dólares, 7 millones de crédito y 3 millones de contrapartida aportados por la Nación en cabeza del Banco de la Reptíblica. Esta línea de crédito sería intermediada por entidades bancarias, las cuales colocarían el crédito a tasas subsidiadas y redescontarían sus colocaciones en el Banco de la República. 14 cativa ampliación y çrofi4ndización regional de la base institucional del PNDM. Una de las disposiciones de esta línea de financiamiento, que más tarde crearía serios problemas, fue destinar una parte de la tasa de interés pagada por los microempresarios por el crédito, para remunerar a las Fundaciones encargadas de la capacitación y la asesoría. Esta disposición de he- En el terreno de la organización gremial, un desarrollo muy interesante en este período fue la creación de la Confederación Nacional de Microempres arios-Conarnic Esta línea de acción fue impulsada especialmente por el Sena, el Unicef'4 y por la línea de ONG más comprometida con el componente de organización gremial. El papel del cho actuaba como un subsidio a la oferta, y provocó varios efectos: una cierta laxitud en la fijación de tarifas que deberían cancelar los microempresariOS una presión para lograr altas metas de colocación por parte de las ONG, que veían incrementados sus ingresos en la medida que se colocaran más créditos; y -ante la renuencia de los intermediarios financieros, los cuales corrían con el riesgo crediticio- se forzó la utilización de mecanismos de garantías pobremente diseñados. La puesta en marcha de esta línea de crédito se demoró mucho, y sólo se iniciaría al final del periodo (1988), pues su negociación coincidió con el final del período del gobierno Betancur y principios del gobierno Barco, siendo interferida por las consecuentes sensibilidades políticas. En cualquier caso, como se verá más adelante, su Sena en esta iniciativa correspondía a la ideo- logía predominante en ese momento en la institución, como se ha mencionado anteriormente, y su gran capacidad operativa y financiera permitió que se creara rápidamente una red de organizaciones regionales y un orga- nismo de segundo grado -Conamic- que en adelante jugaría un papel significativo en varias coyunturas de definición de políticas dentro del PNDM, pero que ha adolecido crónicamente de debilidades en su base organizativa, pues surgió de un proceso inducido externamente y desde la cúpula. Coberturas y alcances institucionales»5 En este período se vincularon al PNDM en calidad de ejecutores diez ONG más, hasta completar veinte, las que aunadas a cuatro organismos gubernamentales: el Sena, la Corporación Financiera Popular (CFP), el Fondo cobertura fue muy baja inicialmente y su expansión muy lenta. Peor aún, se produjeron altas tasas de morosidad, en gran medida determinadas por la presión de las Fundaciones para acelerar la colocación. En el ampo de asistencia para la comercialización se adelantaron algunas experiencias iniciales como la creación de "puntos de venta" para microempresarios. Estas iniciativas no lograron mayores resultados, pero debe resaltarse que a ellas se vincularon algunas empresas privadas, organizaciones promotoras del desarrollo regional y entidades locales de interés cívico y empresarial, tales como las Cámaras de Comercio, las cuales se constituían en nuevos actores de gran importancia en el tema del apoyo a la microempresa, generándose así una signifi- Nacional de Garantías (FNG) y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) daban cobertura nacional al Programa, y una amplia capacidad de ejecución. El componente de capacitación alcanzó a 5.468 personas en 1984 y a 6.885 durante 1985. Para 1987 se habían capacitado 42.000 microempresariOs (27.000 por las ONG y 15.000 por el Sena), se había asesorado a 33.000 de ellos y se habían otorgado 8.500 créditos por un monto acumulado en el período de aproximadamente 5 millones de dólares. La cartera vigente a finales de 1987 era equivalente a 1.7 millones de dólares. Téngase en cuenta que estas cifras de cobertura de créditos reúnen varias rotaciones de 15 los fondos de "Pequeños Proyectos" finan- de una empresa, en una perspectiva de generación de nuevos empleos, amlb ciados privadamente por el BID a las ONG, y que no se acumularán posteriormente en las coberturas de crédito financiadas con líneas generadas a través de préstamos del BID a la nación y sus contrapartidas. 2. pliación del producto y -finalmente- mejoramiento del ingreso y el bienestar de sus propietarios y trabajadores. En esta modalidad el crédito es un complemento, eventual, y cuando éste es identificado como necesidad, la Fundación capacitadora presenta al microempresario ante un intermediario financiero para Fase de expansión y diversificación 1988-1990 Por esta época se produjeron algunos la respectiva tramitación, aunque lo acompaña en este proceso a través de las llamadas "asesorías pre y post crédito", que también tienen una función de apoyo al recaudo de cartera del in- importantes ajustes en la política del PNDM, esencialmente dirigidos a diversificar las estrategias de intervención y a buscar una ma- yor coherencia entre ellas y los objetivos generales del plan. De un lado, se empezó a cuestionar el papel de la inicroempresa como medio de creación masiva de nuevo empleo, y se colocó mayor énfasis en la necesidad de estabilizar y mejorar las condiciones del empleo ya existente en el sector informal, especialmente en sus estratos de subsistencia, así como en la conveniencia de mejorar las condiciones de inserción competitiva en los mercados nacionales para aquellas microempresas pertenecientes a los estratos más desarrollados del sector, por medio de un enfoque más integral que -además de la formación empresarial y el crédito- incorporara acciones y recursos en terrenos tales como el apoyo a la comercialización. termediario financiero. La metodología de grupos solidarios, para microempresas de subsistencia, constituidas generalmente por trabajadores independientes que vinculan a su círculo familiar en su actividad y que por eso son también llamados en el contexto del PNDM "famiempresarios". La metodología tiene como objetivo pri- mordial canalizar capital de trabajo a estas precarias unidades de negocio, pre- dominantemente en los sectores de comercio y servicios personales, para sus- tituir su dependencia del financiador informal con sus tasas usureras, y, por consiguiente, estabilizar su negocio, mejorar sus ingresos y facilitar así su supervivencia. Opera mediante la creación de pequeños grupos que se avalan mutua y solidariamente y su característica básica es reproducir hasta donde es posible los mecanismos flexibles del crédito informal. La capacitación y la asesoría son funciones secundarias y servidoras de la función de crédito, en el sentido de que se concentran en generar los mecanismos de asociación y respaldar los mecanismos de administración de la cartera. En esta metodología el crédito es otorgado por la misma Pero también la escasa cobertura del PNDM comenzó a ser vista con preocupación, y se formularon estrategias diferencia- das para distintos tipos de microempresa, con lo que de hecho empezó a perder predominancia el "modelo Carvajal". Estos desarrollos se concretaron en la adopción de tres "metodologías", a saber: La metodología de atención a las microempresas individuales, mante-niendo el "modelo Carvajal", selectiva para empresas de potencial desarrollable. Ella tiene como objetivo básico ofrecer capacitación y asesoría para el desarro16 sector público y el privado, siguió siendo ONG organizadora, que de hecho tiende a convertirse en "ONG financiera". La metodología asociativa ¡cooperativa, que busca soluciones grupales a los problemas de la microempreSa, especialmente aquellos considerados como sus limitaciones estructurales para lograr niveles de competitividad en los válida para darle continuidad al desarrollo de la política a nivel nacional. Se desarrolló una estrategia intensiva de ampliación de la cobertura del Plan, buscando un crecimiento de los programas con la vinculación de otras entidades; y se deci- dió crear un sistema de información que facilitara la planeación y el seguimiento, reconociéndose que había serias dificulta- mercados modernos como son la comercialización en escala y la incorporación de tecnología en la producción. No ha logrado un desarrollo significativo en la práctica, pues su aplicación confronta el exigente reto socio-cultural de construir organizaciones empresariales eficientes a partir de grupos de personas que -por naturaleza empresa- des en este terreno. La línea BID 800 inició operaciones y si bien hubo un rápido incremento en los niveles de colocación, dada la gran cantidad de solicitudes que esperaban respuesta, afloraron nuevamente las dificultades de acceso a los intermediarios financieros, pues el diseño de la línea de crédito, a pesar del gran rial- tienen un intenso sentido de la individualidad. Se han explorado va- atractivo de su tasa subsidiada de interés, ignoró en gran medida las experiencias pioneras de los "pequeños proyectos" y replicó las tradicionales exigencias formales y de garantías, lo que de hecho reducía significativamente la demanda efectiva. Se intentó responder a este cuello de botella mediante el mecanismo de los Fondos de Garantías. La primera expectativa se colocó sobre el Fondo Nacional de Garantías rias estrategias de intervención en este terreno, sobre todo por el Sena y algunas ONG, generalmente en forma de asociaciones gremiales o cooperativas que desarrollan proyectos económicos como servicio a sus asociados, tales como fondos rotatorios de crédito, centros de servicios tecnológicos, etc. (FNG), entidad gubernamental que en la prác- Esta diferenciación no sólo fue el producto de una reflexión teórica o diagnóstica, sino también de la presión de nuevos actores surgidos dentro de las entidades ejecutoras: de una parte las ONG afiliadas a los modelos de grupos solidarios de crédito difundidos por algunas entidades internacionales, señaladamente entre ellas AlTEC, y de otra, las ONG del sector cooperativo, aliadas con las provenientes de la "economía popular". Cabe resaltar que los cambios de enfoque propiciaban un ambiente de amplia discusión y arduos debates entre los representantes de los diversos sectores público y privado representados en el PNDM. A pesar de las discrepancias la fórmula de coordinación del esfuerzo combinado entre entidades del tica no respondió adecuadamente, pues su sistema de otorgar garantías individuales, que tenían que ser analizadas una a una, exigiendo la misma documentación y repitiendo la evaluación que ya había hecho el intermediario financiero, además de su operación cen- tralizada, hacía operativamente imposible atender una demanda tan atomizada como la de las microempreSas. Entraron entonces a operar dos pequeños fondos privados: Fomentar, creado por el sector financiero cooperativo y algunas ONG, y Fundescol, promovido por entida- des internacionales y algunos empresarios locales. Sus coberturas fueron muy pequeñas, pues Fomentar tenía una muy reducida 17 capacidad operativa (aparte de que -según lo demostró su evolución posterior- tomaba riesgos más allá de lo aconsejable para su base financiera); Fundescol, por su parte, estaba más orientado a la pequeña y mediana empresa, y su atención a las microempresas era marginal. A partir de las iniciativas espontáneas surgidas en la fase anterior, se reconoció al tema de la comercialización la categoría de componente estable del PNDM, a la misma altura que la formación empresarial y el crédito, y se puso en marcha una estrategia de apoyo a la comercialización, con el montaje de cuatro empresas comercializadoras, dos programas de mercadeo y la creación de tres servicios de información comercial para microempresarios por otras tantas Cámaras de Comercio de diferentes ciudades, continuando así una movilización de instituciones privadas de desarrollo en el nivel local que ha sido una de las características más interesantes del Plan. El Sena disminuyó su apoyo a la organización gremial de los microempresa-rios y otras entidades estatales y privadas más especializadas, comprometidas con movimientos sociales-, asumen este frente de acción del PNDM. Sin embargo, empiezan a aparecer evidentes los efectos del enfoque inducido y voluntarista con que se había iniciado este proceso, expresados esencialmente en las actitudes burocráticas y clientelistas en que incurren la mayor parte de las organizaciones creadas, que tienden a reducirse a unas cúpulas directivas sin que exista un desarrollo orgánico y participativo de la membresía; en su dependencia de las entidades promotoras y su correspondiente falta de iniciativa autónoma; y en la confusión entre sus objetivos gremial-reivindicativos y los de servicio a los asociados. ra aparece con fuerza una presión sobre el desarrollo tecnológico de las microelnpresas. Esta presión surge desde varias vertientes. Por una parte, de la estrategia de comercialización, que al pretender mejorar las condiciones de articulación de las microempresas con los segmentos dinámicos de la economía mediante estrategias de agregación de oferta y de subcontratación, revela sus debilidades en terrenos tales como el diseño, la calidad, la oportunidad, la productividad, etc., no compensadas por las ventajas competitivas de la microempresa: bajo costo de capital, flexibilidad, pequeño tamaño, informalidad. Por otra parte, y cada vez más agudamente sentida, de los ajustes en el modelo global de desarrollo, especialmente por la vía de la apertura de la economía a los mercados internacionales, que afectaba directa e intensamente a los nichos tradicionales de producción microempresarial. Se desarrolla entonces una intensa actividad de investigación y de experimentación alrededor de la figura de los Centros de Desarrollo Productivo, con fuerte apoyo de la cooperación internacional. Coberturas y alcances institucionales. El número de ONG participantes se ele- vó a 45, también se amplió el número de entidades gubernamentales, hasta ocho, e ingresaron nuevos actores como son las Cámaras de Comercio de nueve ciudades. Las universidades continuaban cercanas al proceso, y dos de ellas ingresaron formalmente al PNDM con funciones de asesoría y seguimiento. El número de intermediarios financieros ascendió a seis. En el período 1989-90 se capacitó a más de 25.000 microempresarios, se asesoró a 21.600 microempresas y se otorgaron 3.750 créditos, por un monto total cercano a los 10 millones de dólares. Durante 1990 se presentó un deterioro en el ritmo de desembolsos ocasionado por el agotamiento de la primera línea de crédito y la demora en la negociación de nuevos recursos. Por otra parte, de la misma manera que el tema del apoyo a la comercialización surgió espontáneamente en la primera fase, aho18 3. acceso de las ONG que administraban la me- Fase de maduración y crisis: 1991-1994 todología de Grupos Solidarios a los recursos del BID. Como se verá más adelante, esta ampliación generó una teidencia a expandir radicalmente la cobertura del programa con base en una oferta de micro-préstamos para capital de trabajo concentrada en la población de trabajadores independientes de actividades de comercio y servicios, la que, independientemente de sus méritos intrínsecos, significaba, de hecho, un abandono de las expectativas de creación de empleo que sustentaron originalmente el PNDM. En 1991 se redefinió de manera muy profunda la política del PNDM, en consonancia con los profundos cambios en el modelo de desarrollo, que obligaban a pensar en alternativas para articular eficientemente la microempresa en un nuevo contexto de reestructuración industrial y de apertura al comercio internacional. Se insistió, no por primera vez pero con mayor urgencia, en la necesidad de un tratamiento más integral, no desarticulado, al apoyo de las microempresas. Se propone un mayor énfasis al desarrollo tecnológico y productivo, con vistas a elevar su competitividad, incluyendo dentro de esta estrategia el ataque a los problemas de diseño, de calidad de las materias primas y de la mano de obra, a la ineficiencia de los procesos productivos, al atraso en las formas de comercialización, etc. Esta redefinición se reflejó en la nueva formulación del objetivo general del PNDN: "aumentar la productividad de las microempresas, para lograr una mayor competitivi- En comercialización y mercadeo se plantea fortalecer las comercializadoras exis- tentes e impulsar la experiencia de los Programas de Mercadeo en diez ciudades del país en donde no existieran comercializadoras, bajo una concepción de atención integral, en donde se abarquen componentes claves para lograr aumentos importantes en la productividad: apoyo al proceso productivo, créditos de fácil acceso, apoyo a la gestión administrativa, impulso a la organización sec- torial de los empresarios, y desarrollo de promotoras comerciales regionales. El Programa de Formación Empres arial presentó una seria crisis. De una parte, era cada vez más evidente el desinterés de los microempresarios por una capacitación que se había convertido en una oferta estan- dad de los productos, mejorar su acceso al crédito, optimizar sus canales de comercialización e insertar las pequeñas unidades en nuevos mercados y, como fruto de ello, mejorar los ingresos y el nivel de vida de sus darizada, y a la que sólo asistía la gran propietarios y trabajadores". En conse-cuencia, el principal programa propuesto fue la creación de Centros de Desarrollo Productivo (CDP), para afianzar el desarrollo tecnológico de las microempresas. Se negoció una segundo préstamo con el BID, por valor de 20 millones de dólares, para ampliar la capacidad del componente de crédito (la línea BID 848), alcanzándose una disponibilidad total de 35.5 millones de dólares, incluyendo los recursos que aún rotaban de líneas anteriores. mayoría de ellos simplemente como mecanismo de acceso al crédito. De la otra, porque se eliminó la modalidad de subsidio a la oferta de capacitación vía un diferencial en el margen de intermediación del crédito, que se había convertido en un deformador de la relación capacitación-crédito y en una fuente de recursos relativamente fáciles para muchas ONG. A cambio, se definió un subsidio directo a la capacitación y asesoría impartidas, aún ligado al acceso al crédito pero más controlado, que exigía un costeo cuidadoso y una alta eficiencia en la admi- En la negociación de esta línea de financianiientO se autorizó por primera vez el 19 nistración para resultar rentable a las entidades ejecutoras. El monto de este subsidio cobertura, los que eran los candidatos ob- vios, se resistieron a poner en funcionamiento bajo su responsabilidad estos proyectos. Las ONO los consideraron muy riesgosos, de alto costo e improductivos desde el punto de vista de la recuperación del capital invertido, entre otras consideraciones. Coberturas y alcance institucional. En se definió en un valor equivalente a 260 dólares, incrementable cada año de acuerdo con el Indice de Precios al Consumidor. Puesto que -como se ha mencionado- el crédito se estaba orientado cada vez más a grupos solidarios, sin exigencias de capacitación, el esquema tradicional de formación empresarial empezó a languidecer. Algunas ONG empezaron a diversificar su oferta de cursos para responder mejor a las expectativas de los microempresarios, y a venderlos con base en criterios de mercado. En 1993 se reestructuró la política crediticia. Sobre el supuesto de que ya el sistema bancario habría "aprendido" a atender las demandas de crédito del sector de microempresas más desarrolladas, se decidió orientar los recursos BID hacia las microem-presas más pobres, lo que de hecho significaba concentrarlo en la metodología de grupos solidarios. Para facilitar ese proceso, se eliminó el requisito de la capacitación previa al crédito, se reconoció la figura de las "ONG financie- este período continúa el crecimiento de la base institucional del PNDM. Se alcanza la cifra de 105 entidades de las cuales 51 ejecutaban programas de formación empresarial, que contaban - además de sus sedes centrales- con 92 agencias regionales. Además, ya se habían vinculado 25 entidades de apoyo: quince cámaras de comercio, nueve intermediarios financieros y cinco comercializadoras. El Programa cubría 97 muni- cipios en 25 departamentos del país, y se colocaron recursos de crédito equivalentes a 26.5 millones de dólares, que beneficiaron a 36.000 microempresarios. E. Análisis del PNDM mediante sus Gomponentes Prograináticos ras" y se fortaleció el Fondo Nacional de Garantías, que empezó a otorgar garantías globales a las ONO financieras para apalancar su acceso a recursos bancarios, especialmente para orientar a grupos solidarios. 1. La capacitación empresarial Estrategias de intervención. La fun- Se abrió, paso así a una política de ción de capacitación empresarial tuvo un papel central en el PNDM desde sus orígenes, lo que se explica por dos razones fundatnentales: la importancia que ella tiene en el modelo Carvajal y el papel protagónico que tuvo el Sena -entidad de capacitación- en el proceso de conformación del Plan. Es el componente probablemente más elaborado y de permanencia y continuidad dentro del mismo. A continuación se analiza esquemáticamente su evolución, sus resultados y los nuevos enfoques que hoy se discuten. En la primera etapa del PNDM, la comprendida entre 1974 y 1978, los siguientes rasgos fundamentales definen el enfoque de la masificación del crédito, pero esta vez orien- tado prioritariamente a las microempresas de subsistencia bajo la forma de capital de trabajo de alta rotación. De hecho, esto significaba un abandono de la política de creación de empleo, cualquiera que hubiera sido su validez. Pero se continuó jugando con la ambigüedad de relacionar el incremento en la cobertura de crédito con una generación neta de empleo. La implementación de los Centros de Desarrollo Productivo tropezó con muchos obstáculos. El Sena y las ONO con mayor capacidad económica y operativa y mayor 20 microempresario individual y que prestaba poca atención a los aspectos de su relación formación empresarial, que -como se ha mencionado- era tomado del modelo Carvajal: La formación gerencial del microempresano como prerequisito para el crédito. La determinación de los contenidos de la capacitación a partir de la "simplificación" de textos convencionales de teoría administrativa. La organización modular de los contenidos de la capacitación, conformando un itinerario secuencial básico: contabilidad, costos, mercadeo, proyectos de inversión. Un enfoque pedagógico activo, por el cual cada curso estaba orientado a aplicar inmediatamente los conocimientos con el entorno. Pero, no debe pasarse por alto que otro rasgo importante del modelo Carvajal es la focalización en microempresas de un mayor desarrollo relativo y que demostraran haberse sostenido tres años en actividad, lo que es consistente con el diseño anterior, puesto que son ellas las que -por lo menos teóricamente- están en capacidad de absor- ber ese tipo de intervención, pues ya han sobrevivido a los avatares del mercado. En 1988, dentro de una política dirigida esencialmente a ampliar la cobrtura del PNDM (la que dependía fundamentalmente del componente de formación gerencial, pues la cobertura del crédito estaba muy rezagada), pero también a incluir estrategias de intervención que valoraban la dimensión asociativa del desarrollo de la microempresa, se amplió el abanico de metodologías incluyendo, además de la atención a la microempresa individual, las de Grupos Solidarios y Grupos Asociativos. La metodología de Grupos Solidarios se fundamenta en respaldar la colocación de microcréditos mediante la garantía solidaria de los miembros de un pequeño grupo, seleccionado con base en relaciones de vecindad, compadrazgo o cualquier otro elemento ho- adquiridos en el mejoramiento de los sistemas administrativos de la propia microempresa: desarrollar la contabili- dad, analizar los costos y la rentabilidad, mejorar las técnicas de ventas y, finalmente, mediante el módulo de proyectos de inversión, llegar a la formulación de la solicitud de crédito, si es que el resultado de los anteriores cursos conducía a identificar esta necesidad y demostraba que la microempresa podría asumir ese compromiso. La complementación de la capacitación con una función de asesoría, que en la práctica se reducía a un número muy limitado (generalmente tres) de visitas de seguimiento después de cada curso, orientadas esencialmente a apoyar y a mogeneizador que cree compromisos mutuos como mecanismo de control social. Está orientada fundamental-mente a trabajadores independientes o microempresarioS, quienes esencialmente requieren pequeñas dosis de capital de trabajo para alimentar su negocio y para escapar de los onerosos mecanismos del crédito usurario informal. verificar la aplicación práctica de los co- nocimientos adquiridos. Es importante señalar que, una vez que la microempresa accedía al crédito, esta asesoría adquiría una importante función como mecanismo de seguimiento y control de cartera para las instituciones financieras. En sentido estricto la metodología de grupos solidarios es un mecanismo de crédito, dirigido a mejorar las condiciones de subsistencia del trabajador informal por cuenta propia, y no una estrategia de desarrollo empresarial; por ello, el componente capacita- Todo ello era expresión de una estrate- gia de intervención orientada al fortalecimiento interno de la unidad productiva del dor en la misma se reduce esencialmente a 21 una instrucción sobre los mecanismos de acceso y de administración del crédito. Es claro que la lógica gerencial incorporada en la metodología individual no tiene aquí cabida, ni jal definió que los microempresarios deberían pagar un estipendio por el acceso a la capacitación, aunque este no cubriera todos los costos y tuviera sobre todo un valor simbólico: "lo que no cuesta no se aprecia". Pero esta política no era generalizada y contrastaba con la oferta del Sena, que -por ser entidad estatal- no cobraba sus servicios, y con las de algunas ONG del modelo asis- siquiera con una "supersimplificación" de los contenidos administrativos. Por otra parte, su población meta tiende a ser de menor nivel cultural que el microempresario relativamente más desarrollado y las precarias condiciones de su vida cotidiana restringen radi- tencialista, las que los financiaban totalmente con recursos de donación, sobre todo provenientes de la cooperación internacional privada. Ello generaba la protesta de las fundaciones del modelo Carvajal, las que se quejaban de "competencia desleal" en el mercado y trataban de compensar su posición desventajosa mediante la oferta de un mejor acceso a recursos de crédito, derivada de los convenios que habían Suscrito con entidades financieras para que les manejaran las líneas obtenidas de los "Pequeños Proyectos". Este, sin duda, era un interesante factor competitivo, ante la muy escasa y lenta oferta de crédito en las entidades financieras estatales con las que contaba el Sena. A partir de 1988, la entrada en opera- calmente las condiciones materiales de la capacitación. Sin embargo, a la instrucción sobre el acceso y uso del sistema de grupos solidarios se le reconoció como "formación empresarial", lo que -aparte de problemas conceptuales- es una de las razones que dificulta el análisis de informes estadísticos de cobertura del PNDM. El enfoque de grupos asociativos, orientado a la formación de cooperativas y otras formas asociativas de autogestión empresarial conformadas por microempresarios, fue impulsado desde el Sena (recuérdese el antecedente del Proyecto PMUR - Formas Aso- ciativas) y desde el sector cooperativo colombiano, especial-mente a través de algunas fundaciones creadas por organizaciones financieras del mismo. En términos de coberturas cuantitativas no tuvo mucho desarrollo, aunque sí ha sido significativo como estrategia de intervención ligada a los com- ción de la línea BID-800, permitió encontrar un mecanismo de financiación para la capacitación y la asesoría. De la tasa efectiva pagada por el microempresario usuario del crédito, después de descontar el margen ponentes de comercialización y de organización gremial dentro del Plan. de remuneración a la entidad financiera, una parte era destinada por el PNDM a pagar a las Fundaciones ejecutoras sus servicios de capacitación y asesoría, en lo que de hecho era un subsidio a la oferta. Este mecanismo jugó un importante papel en la consolida- El financiamiento de la formación empresarial. Un importante aspecto de la organización institucional del PNDM es el referente al financiamiento de la formación empresarial. Hasta 1988, desde las primeras experiencias de las fundaciones privadas y en los primeros años del PNDM, la formación empresarial se financió fundamentalmente con recursos propios de las ONG y de la Cooperación Técnica del BID a través de la modalidad de "Pequeños Proyectos". Pero también desde el principio el modelo Carva- ción institucional del conjunto de Fundaciones que participaban en el PNDM, pues les aseguró una fuente estable de ingreso, que sumada a los ingresos por pagos directos de los usuarios y a otras fuentes de financiamiento, les permitió sustentar su planeación financiera y su desarrollo metodológico y organizacional. 22 pos de prestatarios y a la asesoría en un Pero el subsidio también tuvo algunos efectos cuestionables: provocó una proliferación de la oferta, justificada en el esquema de que ella era prerequisito para el cré- medio de seguimiento de cartera. En el período de 1991 a 1994, ante las crecientes evidencias'6 de que se estaban presentando desviaciones en la oferta de capacitación, pero también en aplicación de una política de precios de mercado en sus ofertas de financiamiento, el BU) se rehusó a continuar contribuyendo al financiamiento de la capacitación. El gobierno, a pesar de que también reconocía las desviaciones presentadas, pero ante las intensas presiones de las ONO (para esa época ellas habían consolidado sus organizaciones gremiales), decidió simplemente cambiar la modalidad de financiamiento a las actividades de acompañamiento. En el nuevo esquema la fuente de fi- dito, sin que se contara con instrumentos para evaluar la calidad, la pertinencia ni la efectividad de este servicio. Igualmente, provocó una presión de las ONG sobre los intermediarios financieros para que incremen- taran su tasa de colocaciones de crédito, puesto que del volumen efectivo de préstamos colocados dependía el monto del subsidio recuperado por ellas. Muchos microempresarios tomaban los cursos con la exclusiva motivación de obtener el formulario de solicitud de crédito (recuérdese que en ese momento las líneas de crédito del PNDM contaban con un subsidio en la tasa de interés), en una actitud de cierto cinismo que degradaba el enfoque y la función originalmente prevista para la capacitación. Otro fenómeno discutible, relacionado nanciamiento del subsidio no sería el diferencial de intereses del crédito BID, sino que se fijó una suma fija por curso, la que sería incrementada anualmente con base en el incremento de la inflación. Como mecanismo de control de calidad, se introdujo una proviSión por la cual el pago de este subsidio a las ONG se disminuiría o se suspendería, dependiendo del estado y calidad de la cartera de los empresarios asesorados por cada entidad, según la información que reportaran los intermediarios financieros. con el tema del subsidio a la oferta de capaci- tación, sucedió con el grupo de ONG que utilizaban la metodología de grupos solidarios, las que orientaron el contenido de la capacitación casi exclusivamente bajo una visión de tecnología crediticia, convirtiéndola en un instrumento de organización de gru- 23 FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LA FOUMACION EMPRESARIAL La experiencia del PNDM rnuestra:.que el componente de fomiación empresarial fue inicialmente una de sus fortalezasmás. importantes,. pero que paulatinamente fue perdiendo su identidad y su importancia relativa, y çonvirtíndose en un factor de tensiones entre distintos grupos de ejecutores y entre todos ellos y la coordinación del plan. Las fortalezas iniciales fueron: Su clara focalización en el microempresario relativamente desarrollado,, o sea con potencialidad de hacer el: tránsito hacia una pequeña empresa moderna. Una gran coherencia çon la estrategia decrecimiento iiitensivo y de fortalecimiento interno de la microempresa. Un sistema operativo y un diseño' didáctico bastante estructurados, que facilitaban procesos de multiplicación de cobertura y diversificación manteniendo la unidad técnica, así como permitiendo ejercer ui Contról sobre sus costos, Sus debilidades iniciales estaban en: Un sesgo hacia el façtor "capacidad empresarial y administrativa" y correspondientemente, un. relativo descuido sobre los, aspectos de contexto que deteriinan las posibilidades de desarrollo de la mi:croempres.a, especialmente el de la relación con el mercado y el del acceso. al sistema de poder politico. El sesgo academicjsta de sus contenidos y materiales, que los hacía perder pertinen'cia y adecuación ante los microempresarjos con mayores desventajas educativas. La excesiva simplificación del paradigma capacitación corno "prerequisito al crédi- to", que,conju.ntamente con. el prob lema del: academicismo,, llevó a una deformación fatal: muchos microempresarjos lo tomaron simplemente como un requisito formal, lo que en la práctica deformaba el paradigma. El esquema del subsidio a la oferta, especialmente peligroso al haberlo ligado a las colocaciones de crédito generadas a través del la formación, creó serias deformaciones en la aplicación práctica de la estrategia y en el arreglo institucional. 24 A lo largo de la evolución del PNDM, surgieron algunos problemas adicionales: La diversificacIón de estrategias de atención a distintos grupos de población objetivo no estuvo acompañada de un esfuerzo suficientemente riguroso en la definición de papel que la capacitación debería cumplir en cada caso, ni en el diseño operativotdidáctico ni en la diferenciación de sistemas de información y remuneración. Fsto creó. una gran confusión en la administración global del componente. Aunque se intentó hacer más "accountabie" el papel de las Fundaciones ccn respecto a la capacitación ofrecida, revisando el sistema de retribución a partir de un análisis de costos reales, y atándolo a exigencias mínima de desempeño en función de una relación máim a de capacitados contra beneficiarios de crédito, así como con un sistema de castigos determinado por los indicadores de cartera en los intermediarios financieros, no se fue suficientemente riguroso en la aplicación de las sanciones. Estos problemas frieron oscureciendo paulatinamente el panorama de la capacitación dentro del PNDM, incluso haciéndole perder relevancia a. algunos desarrollos muy interesantes que se generaron, bien sea por iniciativa de la coordinación del Plan, bien por interés espontáneo de algunos sectores de ONG , y que en su conjunto çonsti:tuyen una rica yeta de experiencia y conocimiento, demostrativo de la vitalidad del movimiento generado alrededor de la microempresa. 2. liada, vista como germen de una pequeña El crédito empresa moderna. Ello no es sorprendente si tenemos en cuenta la filosofía del "modelo Carvajal" y la de la política cepalina de desarrollo industrial predominante aún en el Estado en esa época. También refleja una estrategia de intervención basada en el principio de que la única manera de consolidar este tipo de microempresa sería mediante la formación de capital propio, para lo cual el crédito subsidiado actuaría a manera de "capital semilla". Esta filosofía era consistente con el objetivo de creación de empleo, pues estaba dirigida al crecimiento intensivo de las microernpresas, el que en una primera etapa por lo menos requeriría de mano de obra adicional para operar los equipos y la tecnología incorporada mediante el nuevo capital disponible. En los antecedentes del PNDM, las fundaciones habían operado líneas de crédito propias, fueran ellas financiadas con recursos de donación u obtenidas de créditos de "pequeños proyectos" del BID. El Sena, por su parte, complementaba su acción de capacitación con el financiamiento proveniente de la Corporación Financiera Popular. Todas estas líneas tenían dos cosas en común: una, la idea de que deberían ser subsidiadas con relación a las tasas de mercado, y otra, la orientación prioritaria hacia la financiación de activos fijos. Estas dos características reflejan una clara orientación hacia la microempresa industrial o de servicios relativamente desarro25 Con base en estos principios fue diseliado el componente de crédito en la primera fase del PNDM. El arreglo institucional para la ejecución del componente se definió así: las líneas de crédito serían operadas por intermediarios financieros formales, mientras que la capacitación -prerequisito obligatorio- sería operada por las Fundaciones. Este esquema buscaba especializar roles y clarificar res- En la segunda etapa del PNDM se introdujeron algunos correctivos a los problemas antes señalados, con éxito sólo parcial. Con respecto al fenómeno de exclusión de los microempres arios más pobres, se introdujo la línea de crédito para grupos solidarios, que es intensiva en capital de trabajo, opera montos pequeños y simplifica significativamente los requisitos formales. Este fue un avance muy importante en aumentar las coberturas del Programa y de profundizar el alcance en los niveles de pobreza de sus usuarios. Con la introducción de la metodología de grupos solidarios se empezó a romper la rigidez del esquema de la capacitación como prerequisito al crédito, pues éste -como se comentó arriba - requería más de un aprestamiento grupal y un seguimiento del crédito que de una capacitación previa en sentido estricto. Pero implicó también un importante cambio en el arreglo institucional, pues se reconoció que esta modalidad de crédito no podía ser operada por intermediarios financieros formales, y llevó a reconocer a algunas ONG como intermediarios especializa- ponsabilidades, pues se señalaba que las ONG no contaban con la cultura organizacional, la tecnología ni la infraestructura necesarias para operar adecuadamente líneas de crédito. Pero, como lo ha señalado Hugo López17, el esquema era contradictorio con otra expectativa del PNDM, que era la de alcanzar a los sectores más pobres y marginales de los microempresarios pues, de una parte, pocos intermediarios financieros que aceptaron operar las líneas de crédito del PNDM (la gran mayoría no se sentía atraída a este sector de clientela) y, de la otra, las condiciones formales -información, documentación, garantías, etc.- de hecho restringían fuertemente el acceso a las mismas. Adicionalmente, se presentó un serio problema en el campo que aparentemente estaba resuelto por la definición de roles. De hecho, los intermediarios financieros delegaron en las Fundaciones y en el Sena las tareas de evaluación de solicitudes de crédito y de seguimiento de cartera, lo que -agudizado por la presión de las ONG para aumentar la colocación para acceder a su remuneración y por la presencia de algunos Fondos de Garantía ligadas a las mismas, que entregaban avales con gran laxitud- llevó a que se difuminara la responsabilidad por el riesgo crediticio. El resultado final fue un muy bajo ritmo de colocación, un rezago también muy grande de la colocación de crédito con respecto al número de microempresarios capa- dos. ¿Cuáles?... aquéllas que demostraran dis- poner de la fortaleza institucional, la tecnología y la experiencia necesarias. El tema del reconocimiento de Fundaciones especializadas en la operación de crédito para grupos solidarios tuvo también implicaciones interesantes en el marco institucional desde el punto de vista de la organización de los actores de la sociedad civil en el PNDM. Ya hemos comentado cómo algunas Fundaciones más cercanas al modelo Carvajal habían decidido crear una asociación gremial, con el objetivo de promover su filosofía, hacer "lobbying" ante los entes estatales y apoyarse mutuamente en el desarrollo metodológico. Es natural que estas Fundaciones vieran con cierto recelo la filosofía de los grupos solidarios, pues rom- citados y -finalmente- unas altas tasas de morosidad. 26 maciones del subsidio a la capacitación pues las Fundaciones hicieron uso de su capacidad de presión para evitar que se les aplicaran los castigos previstos en función del desempeño del crédito, y finalmente el grado de morosidad continuó muy alto en la cartera de los intermediarios financieros. Igualmente, el desempeño de los fondos de garantía continuaba siendo inquietante, pues empezaban a aparecer altos índices de siniestralidad que eran reflejo del "riesgo moral" incurrido en la expedición de avales. Por otra parte, tanto las políticas macroeconómicas del país como las de la ban- pía aspectos fundamentales de su modelo. Por otra parte, sentían que estas nuevas instituciones, con sus volúmenes de cobertura mucho más grandes, eran unos nuevos "com- petidores desleales" en la pugna por acceder a los recursos del PNDM. Como reacción, las nuevas fundaciones especializadas en la metodología de grupos solidarios crearon su propia organización gremial: la Asociación de Grupos Solidarios. Otros correctivos introducidos en el componente de crédito en ese momento fueron la reducción de los subsidios en la tasa de interés y la flexibilización de las condiciones del crédito. Con respecto a la tasa de interés, ésta se acercó más a la de mercado, aunque permaneciendo aún significativamente por debajo de ella. En cuanto a las condiciones, se aumentaron los plazos y los montos, se extendió la aplicación de la línea al sector comercial y se amplió la participación relativa del capital de trabajo posible ca multilateral, presionaban por llevar el componente de crédito a un nivel de autosostenibilidad financiera e institucional a través de una liberación de las tasas de interés y de una transferencia definitiva de la oferta a las entidades financieras especializadas. Como demostración de que ello era posible, se señalaba el éxito de las ONG dentro de cada operación. Se hizo un esfuerzo por ampliar también la gama de in- financieras que operaban sistemas de "grupos solidarios", al lograr una operación de termediarios financieros, incluyendo, como se ha mencionado, a algunas ONG "financieras", estimulando la participación de los fondos de garantía en el alivio del riesgo asumido por los bancos, y aumentando de hecho el margen de intermediación para estos últimos, al correrse hacia arriba la tasa (superiores de hecho a las del promedio del mercado, pero presentadas como justificables en comparación con las tasas de usura pagadas en el mercado informal) al concentrarse en líneas de capital de trabajo de pequeños volúmenes y alta rotación. crédito rentable con altas tasas de interés También señalaban los efectos deforma- máxima de colocación permitida, aunque dores de los subsidios y de los sistemas de garantías, y proponían su total eliminación. sin alcanzar aún los niveles comerciales. Sin embargo, los resultados no fueron totalmente satisfactorios: persistió la concentración del crédito individual en los grupos de microempreSaS más desarrolladas, y en ese sentido la deformación del subsidio; en la práctica tampoco se corrigieron las defor- Finalmente, insistían en que se rompieran definitivamente los lazos financieros entre los sistemas de crédito y capacitación, permitiendo que cada uno de ellos gestionara su propio mercado y sus propias remuneraciones. 27 EL CREDITO: CAMBIO EN EL PARADIGMA Detrás de la revisión del componente de crédito que aparentemente se reducía a la sostenibilidad financiera del sistema, realmente se escondía e problema de los objetivos y la naturaleza del PNDM. En su origen el PNDM surgió sobre un paradigma de "crecimiento intensivo' de la microempresa relativamente desarrollada, con su expectativa de generación de empleo. Este enfoque había justificado el esquemacapacitacióncrédjto, y también había generado las línea prograrnáticas de comercialización y desarrollo: tecnológico, y se había sostenido a pesar de una creciente confusIón entre objetivos de empleo y objetivos de ingreso en las sucesivas formulaciones de política a lo largo de los años. Ahora el paradigma se veía: amenazado por tres flancos: Uno de contexto macroeconómico:, pues el intenso proceso de reestructuración indus trial generado por la apertura económica estaba demoliendo al sector manufacturero tradicionalmente más importante del sector microempresarial, reduciéndolo en su volumen relativo y sobre todo en su potencial como usuario confiable de crédito. Uno financiero, pues los resultados de las iínéas de rédito diseñadas para este mercado, a pesar de sus tasas. subsidiadas., eran preocupantes dadas sus relativamente bajas coberturas y sus altas tasas de morosidad. Esto, aunado al fracaso de los sistemas de garantías ensayados, no permitía pensar que en algún momento se lograra la mcta estratégica: la sostenibilidad financiera del sistema de crédito, requisito indispensable para interesar al sistema bancario en incluir a las microempresas dentro de sus segmentos de mercado estratégico. - Uno político, por sus bajas coberturas y por su concentración en sectores de microempresa relativamente desarrollados, mientras que su competencia, el crédito dirigido a sectores informales de subsistencia, con sus altascoherturas y atractivos niveles de rentabilidad financiera, se convertía en mecanismo muy atractivo para diseñadores de políticas de compensación social, que se focalizaban en los sectores de mayor pobreza. Ahora se veía venir con fuerza, presionado más por el problema de la sostenibilidad financiera que por una decisión política expresa, un cambio de paradigma: la población objetivo prioritaria no sería ya la rnicroempresa desarrollada, sino la de subsistencia. Ya el otjetivo no es formulado en términos de creación de empleo y desarrollo empresarial, sino de mejoramiento de ingresos y alivio a la pobreza. A este nuevo modelo, corresponde una diferente función del crédito: de financiar activos fijos a financiar capital de trabajo, de montos relativamente altos y plazos medios de amortización a las ventajas del corto plazo, con montos menores y mayor atomización del riesgo. Y además se cuenta con la ventaja de que se dispone de una metodología probada, y financierarnente atractiva, que además asegura, por sus altas tasas de interés y rápida rotación del capital, niveles de rentabilidad atractivos a los intermediarios financieros que aprendan a manejarla profesionalmente. En síntesis, prevalece un nuevo paradigma, conSistente con el nuevo modelo de crédito. 28 3. En la línea de los mecanismos de comercialización, las primeras iniciativas estuvieron dirigidas a la creación de pmtos de Apoyo a la comercialización En las primeras etapas del PNDM poca atención se dio al tema de la comercialización, a pesar de que los diagnósticos del sector mostraban que las microempresas confrontaban serios problemas en la adquisición de insumos y en la comercialización de sus productos, por la excesiva atomización con que se presentaban ante el mercado. Esto se explica por la estrategia de desarrollo predominante en ese momento, que se concentraba en el fortalecimiento interno de las microempresas mediante la formación empresarial y el crédito. venta, o almacenes especializados en la venta directa al consumidor final de productos de microempresariOS, generalmente promovidos por las ONG, por instituciones guberna- mentales de desarrollo o por las mismas asociaciones de microempresarios. En general los puntos de venta han fracasado por la gran ingenuidad empresarial con que se abordaron, expresada en la carencia de un enfoque profesional de mercadeo que los llevaba a acumular stocks muy heterogéneos en línea y calidad, así como por el excesivo paternalismo que les impedía mantener políticas de calidad, oportunidad y precio frente a los productores y que congelaba el generalmente escaso capital de trabajo al pagarles al contado, contra una muy lenta rotación de inventarios. En la misma línea de acción, y tratando de superar los problemas de escala, de profesionalismo y de financiamiento que habían afectado a los puntos de venta, así como en la perspectiva de darle estabilidad institucional al componente de comercialización, surgió la iniciativa de crear comercializadoras de productos de la microempresa. Estas fueron concebidas como instituciones sin ánimo de lucro, cuyos promotores y administradores generalmente eran ONG, asociaciones de microempresarios, gobiernos y cámaras de comercio locales, y que deberían actuar como empresas comercializadoras con la capacidad técnica y financiera para identificar demandas agregadas en los mercados modernos, negociar contratos de abastecimiento, lograr economías de escala en la adquisición de insumos, organizar la producción de los microempresarios y administrar la recuperación de cartera, compartiendo los márgenes de comercialización de manera equitativa con los productores. La asistencia en comercialización se restringió a la inclusión de un módulo de mercadeo y ventas dentro de la formación empresarial, y a una vaga expectativa de que los procesos de organización gremial adelantados por el Sena generaran organizaciones capaces de asumir colectivamente los problemas de la comercialización. Pero a medida que el PNDM fue avanzando en diversidad y complejidad, el tema de la comercialización adquirió mayor relevancia y fueron surgiendo diversas iniciati- vas, de las que paulatinamente -y en un proceso de prueba y error- se decantarían líneas políticas y programáticaS asumidas progresivamente por los organismos de dirección y coordinación del Plan en una especie de crecimiento aluvial que en el balance final presenta una gran riqueza de iniciativas y experiencias, pero que no configuran un sistema coherente y cuyos resultados agregados son cuestionables. A posteriori, es posible identificar tres grandes líneas de acción en este frente: la que ataca la comercialización en sí misma, buscando crear mecanismos de venta, y de agregación de la producción; la que ataca el tema de la información y la intermediación de mercado, y la que busca incorporar varios mecanismos en una estrategia integral. 29 La estrategia de desarrollo más o menos explícita tras de esta propuesta era la de ampliar los mercados de la microempresa penetrando los circuitos de la economía for- precisamente eran las fallas que se deberían evitar según el discurso teórico que las sustentó. En gran medida, estas tendencias son reflejo de su conformación institucional, en la que predominan las ONG y otras organizaciones de interés social, con grandes vacíos de espíritu empresarial y de experiencia comercial. mal mediante la copia de los sistemas de subcontratación y maquila existentes, pero en condiciones que generaran un margen razonable para el productor. Pero en la práctica De hecho, la única comercializadora pronto se constató que la comercialización de los productos de la microempresa no era que ha logrado alcanzar un nivel de sostenibilidad aceptable es una en cuyos organismos de dirección existe una importante presencia de empresarios muy ligados al sector de los grandes almacenes de cadena, quienes aportan un espíritu pragmático, orientación comercial y oportunidades de negocios. sólo cuestión de identificar nuevos mercados sino de responder adecuadamente a las exigencias de los mismos, tanto mayores cuanto más modernos. Y para ello los microempresanos informales presentaban serias limitaciones: especificaciones heterogéneas, calidad desigual, indeterminación de costos, incumplimiento en la entrega oportuna de los A pesar de esas dificultades es justo reconocer que la experiencia de las comercializadoras aportó aprendizajes muy interesantes en tres campos por lo menos: el primero, la necesidad de ser muy realistas en la misión y la especialización institucionales, lo que en el terreno comercial es especialmente crítico; el segundo, la necesidad de integrar el esfuerzo de comercialización en estrategias focalizadas sectorial y/o regionalmente en grupos muy específicos de población a los que converjan articuladamente los demás componentes del sistema de apoyo a la microempresa (crédito, formación, asistencia técnica, apoyo a la comercialización); productos, carencias de capital de trabajo, bajos niveles tecnológicos, etc. Y las comercializadoras cayeron en el error de tratar de responder simultánea y autónomamente a todos estos problemas, lo que las llevó a diversificar su acción a los terrenos de la asistencia técnica, el financiamiento, etc., asumiendo costos que las hacían poco sostenibles financieramente y consumiendo o inmovilizando su capital de trabajo en operaciones de financiamiento a los productores. Esta tendencia también es nacida de otro problema estructural del modelo: su casi total desarticulación -en la práctica- de estrategias integrales que concentren la acción de los diversos componentes del PNDM (crédito, formación, etc.) en conjuntos sectoriales o regionales de microempresarios. En general, las comercializadoras de la inicroempresa no han logrado su consolida- y tercero, la necesidad de sustentar la estrategia de comercialización en un sólido esfuer- zo de asistencia técnica a la producción, lo que más adelante daría nacimiento al componente de desarrollo tecnológico del PNDM. Lamentablemente, cuando estos aprendizajes estaban madurando y por lo tanto se abría la posibilidad de introducir ajustes en la estrategia de las comercializadoras, se presentó una verdadera catástrofe externa para el sector de la microempresa tradicional: la apertura de la economía al comercio internacional, que afecta especialmente a los secto- ción comercial ni institucional. Casi todas ellas confrontan serios problemas de sostenibilidad financiera, derivados esencialmente de la con- tradicción entre una misión eminentemente comercial con un enfoque de gestión que resultó muy paternalista, poco profesional e ingenuamente teorizante, a pesar de que ésas res en donde se concentra la mayoría de la microempresa informal de tipo manufacture30 los problemas que presentaban las comercializadoras de productos de la microempresa, el PNDM decidió adoptar esta línea de acción como eje de su estrategia de apoyo a la comercialización y en 1990 suscribió un convenio con la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio y con el Ministerio de Desarrollo Económico para la sistematización y expansión del modelo. La estrategia de intervención implícita en el modelo SICME no pretende asumir de manera directa -como en el caso de las comercializadoras- la solución de los problemas de mercado de los microempresarios sino poner a su disposición instrumentos de información y canales de comercialización que cada uno utilizará según su grado de ro: textiles y confecciones, calzado y marroquinería. En estos mismos sectores se había concentrado la acción de la comercializadoras, no sólo como respuesta a la concentración de oferta, sino también porque son aquéllos en donde se manejan los grandes volúmenes que justifican este tipo de operaciones Otra iniciativa temprana en el terreno de la comercialización, enfocada con mayor realismo de mercado, fue la de los Sistemas de Información Comercial Microempres aria1, SICME. Esencialmente orientados a intermediar información sobre oferta y demanda de productos y servicios de las microempresas, los SICME se ubican en estrategias que buscan promover un mayor acercamiento de las micro y pequeñas empresas con los sectores más desarrollados de la economía. Su principal labor se concentra en la promoción de contactos comerciales, base para ejecutar negociaciones entre microempresaS manufactureras y de servicios, empresas compradoras de bienes finales producidos por pequeñas unidades económicas y proveedores de insumos y materias primas. El portafolio de servicios de los SICME contempla los siguientes servicios básicos: Bases de datos sistematizada de oferentes y demandantes de materias primas, bienes finales y maquinarias. Promoción comercial a través de eventos comerciales especializados, misiones comerciales, ruedas de negocios, ferias locales e internacionales, vitrinas permanentes de productos. Capacitación para la comercialización, por medio de foros, talleres, conferencias y jornadas técnicas. Divulgación e información, por medio de boletines, plegables, periódicos, etc. interés y conveniencia. Esta línea de acción ha logrado importantes resultados, tanto en su cobertura y sus logros cuantitativos, como sobre todo en la movilización de una interesante y variada gama de actores, especialmente en el nivel local. A mediados de 1996 estaban en funcio- namiento 25 programas SICME y en proceso de montaje catorce más, para un total de 39 en otras tantas Cámaras de Comercio de igual número de ciudades del país, cada uno de los cuales ha asumido características propias dependiendo del grado de desarrollo local, de la tradición económica y empresarial de la región, de la particular conformación institucional que los respalda, etc. En cifras redondas se habían afiliado al sistema SICME aproximadamente unas 17.000 unidades económicas: 11.000 oferentes, 4.000 demandantes y 2.000 proveedores. Se registraban 26.000 consultas por parte de 11.000 clientes de demanda potencial, y se habían producido 64.385 boletines, 11.187 ejemplares de directorios especializados y 46.050 plegables de promoción. Se habían Después de algunas experiencias pioneras, promovidas por las Cámaras de Comercio de Cali y Bogotá a partir de 1987 y 1988, y ante la preocupación existente por realizado $11.100 millones en ventas realizadas en 243 eventos, los cuales le habían permitido a 3.430 microempresas participantes 31 el contacto con cerca de 17.000 clientes. En 610 eventos de capacitación relacionados con el mercadeo, habían participado 17.298 micro-empresarios. Enjulio de 1993 se creó el Comité Na- lógica, desarrollo conceptual y operativo, homologación de contenidos, metodologías e indicadores de impacto, identificación de una imagen institucional, manuales Operativos, capacitación de funcionarios, etc. Con ese cional SICME, conformado esencialmente por las Cámaras de Comercio que tengan en funcionamiento el Programa. Este Comité desarrolla actividades como: transferencia tedno- instrumento se puede considerar lograda la etapa de maduración institucional de la estrategia, pues ella ha alcanzado un importante nivel de autosostenjbj]jdad y autonomía. LECCIONES DE LA cOMERCIÁLIZACION La experiencia del componente de comercialización arroja tres grandes lecciones: La necesidad de un enfoqiae integral en el apoyo a la mi:croempresa. Es claro que el enfoque inicial, concentrado en ci fortaiecimjeutó interno, era ínsuficiente.Y también es claro que no bastó sólo con adicionarle esfuerzos en el área de coniercialización, sin incorporar también un componente de desarrollo tecnológico a la producción. Los mecanismos de apoyo a la comercialización sólo funcionan cuando se adecuan a las prácticas del mercado, y no deben paer n ci voluntarismo, por nobles que sean sus propósitos. Esta es la lección negativaenseñada porel fracaso de las empresas comerciali.zadoras sin ánimo de lucro, manejadas con el corazón, insuficienten ente dotadas y sin contactos comer ciales en el mundo real. Y es la lección pósitiva de los sistemas de información comercial, que focalizan su acción en ampliar el panorama de contactos comerciales de los microempresanos, en romper las asimetrías de información, y luego dejar en manos de los actores comerci ales el desarrolio de sus negocios. No quiere decir estoque un modelo sea malo y otro bueno per se. Pero sí es una llamada al realismo, La constatación de que los mercados tradicionales de la microempresa informal han cambiado radicalmente con la apertura económica y que ello exige también repensar radicalmente las estrategias de apoyo a la comercialización, así como -probablemente- la focalizació:n de su pobiacíón objetiv, Las: nuevas condiciones exigen unos productores competitivos, tecnológicamente desarrollados y conectados a cadenas productivas dinámicas. Ya la agregación horizóntal tiene poo sentido, y habrá que ser muy selectivo en la identificación de los microempresarios que presenten potencial para integrarse competitivamente, así como en las ramas de actividad y líneas de producción que lo permiten. 4. El desarrollo productivo de la formación empírica de sus empresarios y trabajadores, como una de las debilidades que deberían ser atendidas en una estrategia integral de desarrollo, en las etapas iniciales del PNDM este tema fue escasamente considerado. Como se ha mencio- A pesar de que desde los primeros análisis teóricos sobre la microempresa se resaltaba su incipiente capacidad tecnológica, derivada de la escasez de capital fijo y 32 desertores del sistema educativo en busca de su primer empleo hasta microempresarios experimentados interesados en mejorar sus co- nado repetidamente la hegemonía del "modelo Carvajal" con su énfasis en la formación empresarial opacaba otras dimensio- nocimientos tecnológicos, hay dos antecedentes especialmente pertinentes por cuanto nes del des arrollo microempreS aria1. Sin embargo, para ser justo, es necesario reconocer que implícitamente este modelo contenía una política tecnológica al concentrar su oferta de crédito en líneas destinadas a capital fijo, que esencialmente sería utilizado en la adquisición de nuevas herramientas y maquinarias, y al establecer unos estaban dirigidos, no a la persona del empresario o trabajador de la microempresa, sino a la unidad productiva en sí. El primero de ellos fue la metodología de análisis de procesos productivos informales puesta en práctica por los Programas Móviles corno punto de partida para llegar a criterios de selectividad para el acceso al crédi- la definición de contenidos y de diseños curriculares apropiados a las necesidades de este sector, que no eran satisfechas por to: sólo serían beneficiarios de este aquellas microempresas relativamente más desarrolladas y que contaran con una gerencia capacitada. La innovación tecnológica se haría por la vía del mercado de proveedores, modalidad los programas y materiales de capacitación diseñados para el sector moderno de la economía, entonces aún compenetrado con el modelo fabril, de alta división y especialización del trabajo. La metodología de análisis de procesos también buscaba identificar y caracterizar un continuo de avance tecnológico en las microempresas, que permitiría desarrollar estrategias pedagógicas de acompañamiento al trabajador o microempresario en su movimiento gradual a lo largo de ese continuo. El otro supuesto era que el análisis no debería reducirse a la función de producción exclusivamente, puesto que por naturaleza la actividad del microempresario integra la producción con la comercialización y la administración, aspectos estos que deberían estar correspondientemente integrados en el diseño formativo. Independientemente de la validez de los anteriores supuestos, el hecho es que el Sena realizó una amplia gama de análisis de procesos productivos integrales en sectores de la producción informal, lo que le permitió familiarizarse con los perfiles tecnológicos de las microempresas. El otro antecedente importante fue la participación del Sena en el Programa IPC de la Presidencia de la República, dirigido, que por otra parte era la adoptada por la generalidad de la industria colombiana. La meta del Plan se dirige a incrementar la productividad y la rentabilidad, crear nuevos puestos de trabajo y mejorar el bienestar general de los ocupados en estas actividades. Los instrumentos de acción para lograr el objetivo se centran en la formación, que incluye la capacitación, la asistencia técnica y el crédito. En cualquier caso, la primera formulación programática del PNDM menciona el campo de la formación técnica y el desarrollo tecnológico como uno de los frentes de trabajo para el desarrollo de la microempresa, pero no define líneas concretas de acción, de manera que por descarte se asume que el Sena, la entidad tradicionalmente responsable de la capacitación técnica y que contaba con algunos antecedentes de atención al sector informal en el terreno de la asistencia técnica, sería la entidad responsable de este componente. Si bien el Sena tenía una larga experiencia de relación con el componente técnico-productivo de la microempresa a través de sus programas de capacitación dirigidos a sector informal, en los que se encontraba una gran variedad de asistentes, desde jóvenes 33 como se ha dicho, a poblaciones marginales urbanas dentro de una estrategia de servicios integrados que contenía el modelo de "Bancos de Maquinaria", consistentes en talleres de capacitación-producción, en donde se prestan diversos servicios tecnológicos a los microempresarios del sector, incluyendo el alquiler de equipos para la ejecución de tareas especializadas que mejoren el nivel de calidad y/o que permitan ampliar el volumen de producción de estas unidades informales. En el IPC correspondió al Sena administrar los "Bancos de Maquinaria", y si bien es cierto que en la práctica estas instalaciones devinieron paulatinamente en unos talleres más de capacitación por el efecto combinado de rígidas normas de control administrativo y de la inercia de la tradición capacitadora, no hay duda de que esta experiencia tuvo un importante papel en colocar al Sena ante la unidad productiva como cliente, más que ante el microempresario o el trabajador. A pesar de estos antecedentes, el gran cada vez era más urgente complementarias con servicios de desarrollo tecnológico que permitieran solucionar los problemas de calidad y productividad de las microempresas. En ese contexto, surgió inicialmente la idea de los Centros de Desarrollo Productivo - CDP. La evolución y puesta en práctica de este concepto fue un proceso ilustrativo del tipo de interacción entre sectores público, privado y académico al interior del PNDM, así como de la manera adaptativa y espontánea cómo se construían nuevas estrategias y sus soportes institucionales. En la formulación de política del PNDM para el período 1988-90 se aborda por primera vez el tema de la tecnología en la microempresa como un componente del Plan, con los siguientes objetivos: (a) desarrollar tecnológicamente la microempresa para elevar la productividad del trabajo aplicado en ella, y (b) brindar apoyo especial al desarrollo de microempresas productoras de bienes de capital que tengan la capacidad de sustituir importaciones y contribuir así al fortalecimiento y a la autonomía tecnológica de la industria nacional. peso de la acción del Sena sobre el sector informal urbano seguía concentrado en la oferta masiva de cursos de capacitación, mecanismo completamente inadecuado para satisfacer la función de asistencia técnica a las microempresas que le era demandada desde el PNDM. Con mucha frecuencia se escuchaban en el Consejo Evaluador del Plan las quejas de las ONO que solicitaban apoyo del SENA para atender necesidades de asesoría o consultoría para el mejoramiento tecnoló- Nótese la influencia de una concepción industrialista de la microempresa, muy consonante con el paradigma original, pero que ya no era consecuentemente observado en el manejo de los componentes de crédito y formación empresarial, que cada vez más miraban hacia la microempresa de subsistencia, y de hecho hacia los sectores comercial y de servicios. En desarrollo de esta política, el Consejo Evaluador del Plan decidió crear un Comité de Desarrollo Tecnológico que asuma la responsabilidad de desarrollar líneas de acción en este terreno, conformado por el Sena como entidad coordinadora, el Consejo Colombiano de Investigación Científica y Tecnológica (Colciencias), el Ministerio de Desarrollo Económico, la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confe- gico en las microempresas, y que recibían respuesta -con gran voluntad política pero con total inadecuación técnica- bajo la forma de cursos convencionales y estandarizados de capacitación cuyos contenidos e infraestructura tecnológica, las más de las veces, no correspondían a las necesidades ni a circunstancias de los microempresarios. Por otra parte, como ha sido reseñado, la evolución de las primeras experiencias de apoyo a la comercialización indicaban que 34 de actividad, su cobertura sería regional y la dotación se haría con recursos de la Nación y de Cooperación Técnica Internacional. Su nivel tecnológico sería ligeramente superior al encontrado en las empresas más des arrolladas del sector microempresarial. cámaras), la Confederación Nacional de Microempresarios (Conamic) y dos ONO. Esta conformación institucional mueslira la gran diversificación y ampliación de los actores públicos y privados vinculados al PNDM, así como la presencia del Ministerio de Desarrollo Económico y de Colciencias indican que ya se estaba empezando a considerar a la microempresa como parte de una política industrial, en un contexto de política macroeconómica que ya era afectado por los primeros vientos de la apertura internacional y la reestructuración produc-tiva de la economía. Pero, de otra parte, la experiencia del Comité también señala los peligros de una excesiva "saturación" institucional, que conducía a introducir prácticas tradicionalmente Llama la atención en esta propuesta que extiende el concepto de desarrollo tecno- lógico más allá del área de producción y plantea una estrategia de servicios integrales para todas las áreas de gestión de la microempresa, incluyendo la organización gremial, lo que parecería demasiado ambicioso y probablemente poco práctico. A partir de las recomendaciones del estudio, y tomando en cuenta otras investigaciones y líneas de política orientadas hacia el mejoramiento de la competitividad de la producción nacional, el PNDM ajusta su política de desarrollo tecnológico y la formula ahora de manera más amplia como una estrategia para elevar la productividad y mejorar la competitividad de la microempresa. Así se men- burocráticas: el Comité sólo se reunió una vez. Sin embargo, la semilla estaba sembrada, y continuó un intenso proceso de investigación y diseño, acompañado en paralelo por algunas experiencias espontáneas que intentaban -sin mucho éxito- desarrollar diversas formas de asociación entre Sena y ONG para aprovechar la infraestructura técnica y hu- cionan en el PNDM 1991-1994 y luego se vinculan como elemento vital para el logro de los objetivos previstos en el Plan de Desarro- mana del primero y encontrar salida al problema de su rigidez administrativa. En 1990 se presentan los resultados de un estudio exploratorio contratado por el PNDM sobre la problemática tecnológica de la microempresa. La consultoría sugiere una llo de laMicroempresa para 1994-i998. En este contexto, los Centros de Desarrollo Tecnológico son definidos -un poco menos ambiciosamente- como "entidades autónomas que actúan como agente organizador de servicios técnicos y tecnológicos para apoyar a las pequeñas unidades económicas en el mejoramiento de sus procesos y productos, facilitando el acceso a información técnica, comercial y financiera, la capacitación y actualización del recursos humano, los procesos de integración intra e inter-sectonales y el acceso a maquinaria de mayor nivel tecnológico"9. Por otra parte, es cada vez más claro, según los resultados de las experiencias preliminares, que los Centros deben gozar de gran autonomía administrativa, lo que se lograría mediante un régimen de administra- estrategia de asociación sectorial de microempresarios para abordar conjuntamente los problemas de mercadeo y de desarrollo tecnológico, y como mecanismo de apoyo institucional propone la creación de centros especializados de formación integral y de desarrollo tecnológico para el sector micro-empresarial'8 Los centros se definen como dedicados a la atención integral del sector microempresarial, mediante acciones de capacitación, asesoría y asistencia técnica y al desarrollo tecnológico del mismo a través de la captación, adaptación, divulgación y transferencia de tecnología. Serían especializados por rama 35 ción privada. Pero esta expectativa se enfren- Hasta ahí, muy bien. Pero su desarrollo en la práctica resultó muy complejo, pues se preveía que esta entidad aportaría los espacios físicos, parte de los equipamientos y los instructores, mientras que la administración de todo el paquete, incluyendo estos aportes y los provenientes de otras fuentes sería hecha por el mismo CDP. Esto generaba unas zonas grises muy difíciles de manejar para una institución pública sometida a controles fiscales, y que, por otro lado, -dado su tamaño- tiene unos sistemas operativos y administrativos estandarizados. Por otra parte, existía un punto crítico en la conformación legal de las Corporaciones que administrarían los CDP y que llevarían su representación legal, y era la necesidad imperiosa de evitar que en la composición de aportes predominara el sector públi- ta con el problema de los altos niveles de inversión que ellos demandan, difícilmente obtenibles del sector de las ONG o del mismo sector microempresarial. Por ello, se decidió buscar recursos del BID, entidad con la que se acordó un Convenio de Cooperación en Diciembre de 1990, anexo al Contrato de Préstamo 848, para el Programa Global de Crédito a las microempresas. El proyecto tiene como objetivo fortalecer la capacidad institucional de las entidades que participen en el Programa Global de Crédito a la microempresa, mediante la realización de un programa de financiación de Centros de Desarrollo Productivo -CDP creados con el fin de contribuir a elevar la productividad y competitividad de las microempresas. Se prevé en el proyecto financiar cinco centros para las áreas de confecciones, productos de madera, cuero y metalmecáni- co, pues en ese momento -por razones del ordenamiento legal colombiano- perderían el carácter de entidad privada y en consecuencia la flexibilidad administrativa que precisamente se estaba persiguiendo. Ahora bien, si el Sena estaba aportando la mayor parte de los recursos, ¿cómo evitar esta dificultad?. El arreglo institucional acordado para ca. El aporte del BID es de un millón de dólares no reembolsables, que deben generar una contrapartida nacional equivalente (a través de aportes de presupuesto nacional, del Sena y de las ONG vinculadas). El convenio de cooperación define de manera muy concreta las funciones que cumplirán los CDP: diseño y desarrollo de nuevos productos, información y orientación tecnológica, capacitación y asistencia técnica, y alquiler de equipos. Con esta formulación se recupera la especialización de los Centros y se mantiene su separación de los componentes de formación empresarial, comercialización y organización gremial El modelo institucional definido para los CDP sería el de corporaciones civiles sin ánimo de lucro, cuyos socios serían las entidades privadas y públicas que participaban la ejecución del proyecto CDP es también bastante complejo, por el alto número de actores involucrados (el DNP como responsable del PNDM, el Sena, el BID, las ONO, la Organización Iberoamericana de Educación, que actuaría como administradora fidu- ciaria, los microempresarios clientes y los mismos CDP), así como por la proliferación de instancias de coordinación, decisión y control. Esto llevó a que la ejecución del convenio sufriera serios retrasos durante los cuatro años previstos (1992-1995). Dos fueron los factores críticos para de la estrategia, buscando por esa vía un estas dificultades: uno, la actitud vacilante nivel de autonomía administrativa y operativa que permitiera superar los problemas de las experiencias previamente intentadas con el Sena. del SENA ante ciertas ambigüedades del modelo, específicamente en lo que tiene que ver coti la delimitación de responsabilidades administrativas y técnicas entre el mismo Sena 36 manifestaba reacio a una política de cobro de servicios, dado que ninguno de sus otros servicios es cobrado a los usuarios. Como consecuencia de estas dificultades sólo dos de los CDP previstos lograron iniciar operaciones -de manera muy parcialen el periodo programado, y mientras tanto cundió un sentimiento de escepticismo generalizado sobre la viabilidad de este modelo institucional. Mientras tanto se estaban presentando cambios fundamentales en el diseño institucional global del PNDM, sobre los que se hablará en la siguiente sección, introduciéndose así un factor adicional de incertidumbre que paralizaba la ejecución del proyecto. El resultado final es que el modelo de y el CDP, además de las circunstancias que en ese momento estaba viviendo la institución, presionada por el Gobierno y por sectores empresariales a una reestructuración legal muy profunda, que en algunas propuestas llegaba hasta la práctica privatización, y que, introducían serios elementos de incertidumbre sobre su futuro. El segundo factor crítico fueron las dudas de las ONG para asumir responsabilidades de largo plazo con el Proyecto, dado que no había claridad sobre su sostenibiidad financiera en el futuro. En efecto, es conocido que la operación de sistemas de servicios tecnológicos es costosa, y que aun si la inversión y la operación iniciales estaba asegurada por los aportes del Sena y del BID, no se contaba con la certeza de que ellos continuaran, mientras que había también dudas sobre la capacidad de los microempresarios para pagar tarifas remunerativas. Más aún, sobre este último punto, el Sena se CDP no ha logrado aún ser probado en la práctica, lo que deja también sin validar a estrategia de desarrollo productivo que los sustenta, precisamente en el momento en que parecería ser más necesaria. 37 LOS CENTROS DE DESARROLLO PRODUCTjVO: MAS PREGUNTAS QtE. EXPERJENCJA,S Es claro que dentro de un enfoque integral de desarrollo de la microempresa, el mejoramiento tecnológico juega un papel clave. especialmente en condiciones exigentes de competitividad. Pero da la impresión de que la estrategiade Centros de Desarrollo Productivo, - CDP, no ha logrado estructurar de manera suficientemente clara la función ni la operación de estos ínstrrmentos, y por ello puede estar lanzndose a un camino con escasas posibilidades de alcanzar la necesaria sostenibilidad insti:tuçional, y premunida de la peligrosa actitud voluntarista que estUvo tras el intento. fallido de las comercializadoras de la microempresa. Los servicios tecnológicos son costosos, especialmente si se desea crear una infraestruc- tura propia, y tanto más en la actual situación de incertidumbre acerca del impacto de la apertura económica sobre la microempresa tradicional, que puede reducir significativamente el mercado para estos servicios, precisamente en las ramas de actividad para las que han sido diseflados, y en otras podría no existir una concentración suficiente de demanda para justificar la inversión. Estas consideraciones pueden explicar la vacilación de muchas ONG para asumir responsabilidades de gestión de CD?, actitud que precisamente muestra el grado de conciencia al que ellas han llegado acerca del tema de los costos y la sostenibilidad de las instituciones, después de su experiencia en las úreas de formación empresarial y de comercialización. ¿Qué garantiza que los CDP, después de la euforia y la inversión iniciales, van a ser capaces de mantener el ritmo de inversión necesario para evitar el atraso tecnológico?; ¿Cuál es el mecanismo de conexión con el sector empresarial que va a garantizar que ellos sí mantengan el sentido de pertinencia, adecuación y oportunidad en la respuesta? ¿No se corre el peligro de reproducir en microescala al mismo Sena, cuyas deficiencias se pretenden superar, sin contar con los recursos de esta institución? Por otra parte, ¿cuál es el futuro político de la estrategia de CD?, en un contexto institucional en el que el crecimiento intensivo de la niicroempresa ha dejado de ser el paradigma de el paradigma de desarrollo del PNDM, a cambio de la microempresa de subsistencia, que no es precisamente Ja clientela para servicios de desarrollo tecnológico del tipo previsto para estas instituciones?, E Balance del PNDM en el período permitido mantener una política gubernamental de apoyo a la microempresa a lo largo de varias administraciones y planes de desarrollo, que había permitido canalizar importantes recursos hacia el sector, que había logrado atender una variedad de poblaciones co- 1984 -1994 En 1994 el PNDM era una importante y compleja realidad en el panorama colombiano de servicios al desarrollo, que había 38 capacitación. En este caso se trata de coberturas anuales y no acumuladas, y no intenta realizar una estimación de esta última. Por supuesto, hay que ser doblemente cautelosos con estas cifras de cobertura. De una parte, se están contrastando las cifras contra un universo de demanda potencial y no de demanda efectiva. De la otra, estamos hablando exclusivamente de la cobertura reportada por los intermediarios financieros que aplican las líneas de crédito oficiales del Plan, y es seguro que los volúmenes de colocación del sector bancario en el sector de microempresas son mucho mayores. Si se deseara tener una estimación del volumen total de crédito que fluye al sector microempresarial desde el sistema bancario, habría que tener en cuenta a la llamada banca de consumo masivo (como diferente de la banca corporativa, que se especializa en atender las necesidades financieras de medianas y grandes empresas y grupos económicos). Este tipo de instituciones financieras atiende necesidades de crédito de muchos mi- rrespondientes a distintas manifestaciones de la microempresa, que había logrado una importante acumulación de experiencia y conocimiento, y que había vinculado a una gran variedad de actores sociales, logrando que el concepto de microempresa dejara de ser un tecnicismo y convirtiéndolo en un paradigma de desarrollo reconocido generalizadamente por la sociedad colombiana. 1. Coberturas cuantitativas En el terreno del análisis de coberturas cuantitativas, a pesar de las inconsistencias de la información disponible, y de que no se ha realizado una verdadera evaluación del PNDM, hay suficientes evidencias para reconocer que los resultados son bastante modestos. A continuación nos limitamos a resu- mir algunas conclusiones de H. López al respecto: 20 Con respecto a las coberturas de la capacitación, y si se incluyen las cifras de trabajadores por cuenta propia cubiertos por los programas de grupos solidarios (como son efectivamente incluidos en los informes oficiales del PNDM), durante el período 1988-93 el Plan habría logrado capacitar al 9.8% de los microempresariOs de las diez ciudades más importantes del país (entendidos como microempresarios los y las jefes de unidades microempresarialeS de uno a diez trabajadores). En cuanto a las coberturas de crédito, las dificultades de medición son mayores por la enorme dispersión de los montos reportados, desde cifras en el orden de los 10.000 dólares en operaciones a microempresas individuales relativamente desarrolladas, hasta cifras en el orden de los 50 dólares en el caso de créditos recibidos por cada miembro de un grupo solidario. Con todo, la misma fuente estima que las cobertura en el año de 1992 alcanzó a un 1.7% del mismo universo considerado en la estimación de la cobertura de la croempresarios o trabaj adores por cuenta propia quienes se presentan como personas naturales y toman préstamos bajo la modalidad de crédito de consumo, pues no cuentan con los requisitos formales para presentarse como unidades empresariales. También es muy frecuente el uso de tarjetas de crédito personales para financiar gastos corrientes en sus negocios. Por otra parte, cuando las líneas especiales para la microempresa están limitadas en sus tasas de interés, y a pesar de que por la vía del redescuento se les asegure un margen razonable, los bancos prefieren colocar préstamos de sus líneas de recursos propios, que -al estar liberalizado el mercado financiero- les permite obtener una mayor rentabilidad, sin tener que cargar con la siempre incómoda obligación de registro y reporte. De hecho, y a pesar de sus renuencias a entrar en contacto con los sectores informales, en Colombia es posible registrar una im39 portante apertura del sector bancario no corporativo a los sistemas de crédito masivos como estrategia de ampliación de operacio- mulo de participar en el PNDM produjo dos nes y al eniprendedor como segmento de y diversificación, pues muchas organizaciones empresariales y de otros sectores de la sociedad civil, en ocasiones asociados con gobiernos regionales, crearon fundaciones para participar en el Plan aportando no sólo recursos sino sentido de pertenencia y elementos de pertinencia con relación a las condiciones especificas de los sectores de población o de las regiones involucradas en cada caso. Mencionemos el caso de las instituciones financieras del sector cooperativo, que crearon varias fundaciones, con propósitos que iban desde el simple cálculo económico de ganar para el sector la remuneración por servicios prestados de capacitación que iba atada a su propio papel como intermediarios de crédito, hasta la consideración más estratégica de apalancar desde el PNDM sus propósitos de consolidar un "tercer sector" o "sector solidario" de la economía. Pero también hubo unos interesantes procesos de "colonización" hacia otros ámbitos institucionales y del desarrollo, con gran potencial sinérgico. Uno especialmente inte- importantes impactos en el sector de las ONG. De una parte, estimuló su proliferación mercado. Este fenómeno, que empezó especialmente en la banca cooperativá y social, ahora se ha extendido a los sectores puramente comerciales, en gran medida impulsa- dos por la presión competitiva que les ha generado la apertura del sector financiero a la banca internacional, pero sin duda también en alguna medida influidos por la experiencia y el prestigio del PNDM, al cual han estado varios de ellos vinculados directamente como operadores de crédito o indirectamente a través de sus Fundaciones. 2. Balance cualitativo Diez años después de su creación, el PNDM había logrado una expansión nacional y una profunda penetración en el tejido social e institucional del país. Más que las cifras de cobertura, que aunque importantes en términos absolutos no son significativas con relación a la magnitud de la población objetivo y que presentan inconsistencias que hacen difícil su agregación, lo verdaderamente significativo es el impacto cualitativo, al haber logrado mantener el interés del Gobierno, de las organizaciones de la sociedad civil, del sector empresarial, de las comunidad académica y de los organismos internacionales en una es trategia sostenida de apoyo a la microempreSa, incluida como componente importante en los planes generales de desarrollo económico y social a lo largo de todo el período. A través del PNDM se habían canalizado importantes recursos a distintos grupos de población vinculados a microempresas de diversos niveles de desarrollo. La investiga- resante es el fenómeno por el cual varias instituciones de educación superior, tecnológicas y universitarias, se vincularon al PNDM -ya no como investigadoras- sino en búsqueda de espacios de práctica y servicio comuni- tario para sus alumnos de las escuelas de administración, finanzas, etc. Más adelante, esta concepción un poco restringida de la articulación Universidad-PNDM, incorporó la más amplia de promoción del espíritu empresarial y de las iniciativas de creación de empresas como salida de inserción productiva para sus egresados. En este último terreno la relación se en- ción y la experiencia habían generado una significativa acumulación de conocimiento, riqueció con la presencia de otros actores como expresado en el desarrollo conceptual y en la innovación metodológica. También el estí- etc., y contribuyó a la creación de una línea de desarrollo empresarial paralela y cercanamen- las asociaciones gremiales de empresarios, 40 3. te imbricada con el PNDM: la del movimiento de apoyo a los nuevos emprendedores, personas no necesariamente provenientes del sector informal que están interesados en la creación de micro y pequeñas empresas modernas Deterioro del esquema institucional Si bien el esquema institucional adoptado en 1984 para el PNDM fue en su momento una interesante innovación y funcionó muy bien durante varios años, era evidente que requería de ajustes importantes pues diez años después el Plan era muy diferente cuantitativa y cualitativamente. El esquema, que y competitivas en sectores dinámicos del mercado. Aquí, una vez más, coincidieron iniciativas pi5blicas y privadas, como son el Programa Fase del Sena y el grupo de ONG denominadas "Fundaempresa", apoyadas por importantes grupos empresariales e instituciones de desarrollo local. Estos programas han desarrollado sus propios diseños y materiales didácticos, sus sistemas de asesoría y acompañamiento, para lo cual se han beneficiado de la experiencia y los materiales producidos dentro del PNDM. Igualmente, tienen acceso a las líneas de crédito del Plan. Adicionalmente, téngase en cuenta que la posibilidad de participar en el PNDM representaba un serio reto organizacional para las fundaciones y ello dio lugar a importantes esfuerzos dirigidos al fortalecimiento mstitu-cional de ONG en los que han jugado un papel fundamental los acuerdos bilaterales de cooperación horizontal o de "tutoría" desde las entidades más desarrolladas a las más débiles, así como la acción de las organizaciones gremiales del sector , con un muy activo papel de la cooperación interna-cional. Estos procesos de fortalecimiento insti- gozó de gran flexibilidad y capacidad de adaptación, había sufrido muchos cambios sobre la marcha, mientras que el proceso de diversificación funcional, metodológica, y regional del Plan, así como la ampliación de la gama de sus actores institucionales condujo a una proliferación de instancias de coordinación creadas ad hoc, que en el agregado hicieron perder agilidad y transparencia a los procesos de coordinación y torna de decisiones. Por otra parte, la misma proliferación y diversificación de entidades ejecutoras, así como las tensiones entre concepciones y metodologías, llevaron a un acelerado proceso de fragmentación institucional. Recuérdese que en la fase de puesta en marcha del PNDM había una tensión bipolar: de una parte el "modelo Carvajal" y de la otra el modelo Sena. Esta tensión fue relativamente fácil de manejar por el DNP como instancia coordinadora, con el resultado de que en la práctica predominó el primer modelo, y las fundaciones que lo aplicaban monopolizaron el acceso a -y el control de- los recursos de subsidio para la capacitación, así como de las decisiones políticas sobre la asignación de los recursos de crédito. Puesto que el Sena, institución estatal poderosa y bien dotada de tucional han sido paralelos y mutuamente reforzados con los sucedido en otras áreas de especialización de ONG como son el sector salud, el educativo, el ambiental, etc. De esta manera, se puede afirmar que el PNDM ha jugado un papel fundamental en el surgimiento y en el fortalecimiento institucional de un importante movimiento colombiano de organizaciones de la sociedad civil recursos, no estaba interesada en esa .puj a, dejo el campo sin demasiado conflicto. Pero más adelante, cuando aparecieron otros enfoques metodológicos y otras ONG, portadoras de los mismos y que estaban interesadas en compartir el poder y el acceso a los recursos, la situación se hizo más compleja, al punto que cada gru- dispuestas y capacitadas para actuar como agentes activos de desarrollo, asumiendo progresivamente responsabi-lidades públicas en nuevas formas de concertación y contratación con el Estado. 41 po vio necesario crear asociaciones gre- ponentes que seguían siendo los fundamentales en el PNDM: la formación empresarial y el crédito. Bien fuera por las leccio- miales especializadas que, aparte de reales y muy útiles funciones de intercambio de experiencias y de sistematización metodológica, en la práctica tenían la función pri- nes de la experiencia, o por las presiones de la política macroeconómica, era evidente que tres rasgos institucionales claves del esquema original ya no tenían viabilidad: mordial de actuar como instrumentos de "lobbying" en la lucha por los recursos, no sólo al interior del Estadio sino aún con la cooperación internacional. Mientras tanto, a medida que se ampliaba la presencia de organizaciones regionales en el Plan, entraba en juego con fuerza creciente la alianza de ONO de un mismo origen geográfico el "matrimonio" capacitación-crédito, el crédito subsidiado y el subsidio automático a la oferta de capacitación. Sin entrar nuevamente en detalles, registremos que ese esquema había perdido sostenibilidad económica. Finalmente, recuérdese que también se había producido un paulatino, mas o me- para pugnar por sus intereses conjuntos, muchas veces por encima de afinidades metodológicas. Al interior del mismo Estado, la presencia de mtiltiples instituciones ejecutoras que dependían de diversos Ministerios, y el nos subrepticio y no formalizado pero no por eso menos real, proceso de modificación del paradigma de desarrollo del PNDM: desde el crecimiento intensivo de la microe- atractivo político cada vez mayor del PNDM, hizo que se empezaran a registrar tensiones con la entidad coordinadora, el DNP. Esta, a su vez, empezaba a sentir el desgaste producido por una coordinación ejecutiva cada vez más compleja y política, dentro de una mpresa relativamente más desarrollada, como estrategia de generación de empleo, al mejoramiento de ingresos de la unidad de subsistencia, como estrategia de paliación de la pobreza. ¿ Correcto?, ¿necesario?, ¿ conveniente? No es del alcance de este trabajo el responder a estas preguntas. Pero sí es pertinente registrar que tamaño cambio no parece haber sido el producto de una decisión política deliberada, ni técnicamente preparada, ni transparen- organización cuya misión es de planificación y evaluación, no de ejecución, y cuya tradición es eminentemente técnica y no política. Lo que había sido su fortaleza en el esquema original del PNDM, se había convertido en una debilidad. Con todo esto, se generó una profunda fragmentación institucional y una aguda debilidad de la función coordinadora dentro del PNDM. Ambos fenómenos llevaban a temente consultada, sino, más bien, de la confluencia de intereses institucionales, de políticas macroeconómicas y de influencias internacionales. El PNDM había perdido orientación política. largos y desgastadores procesos de negocia- No necesariamente por compartir el análisis que se acaba de presentar, pero sí sobre la base de una seria preocupación por los problemas de debilidad en la coordinación y de fragmentación institucional, y en el contexto de los procesos de reorganización y modernización del Estado, el DNP empezó desde 1993 a estudiar posibles cambios en el esquema institucional ción, a una pérdida de eficiencia y a una pérdida de capacidad de orientación estraté- gica por parte del Estado. En Síntesis, el PNDM estaba en peligro de perder su sostenibilidad institucional. En el capítulo anterior se han comentado los problemas estructurales que confrontaba el esquema institucional en su nivel operativo, especialmente en los com- del PNDM21. 42 G. El Nuevo Modelo Institucional del Plan Nacional para la Microempresa den redescontar directamente en el IFI, especialmente permitiendo la participación de las Como consecuencia de estos análisis, a partir del año 1994 , y en el marco del cambio de gobierno del Presidente Samper, el PNDM (que en adelante es llamado el Plan Nacional para la Microempresa) sufrió im- ONG financieras. La tasa y el margen de redescuento son fijados por el IFI ateniéndose a criterios de cooperativas de ahorro y crédito y de las mercado para hacer atractiva la línea a los intermediarios financieros, quienes a su vez fijarmn libremente la tasa de interés al usuario y el margen de intermediación financiera. portantes cambios en su estructura institucional y programática, pero parece continuar prisionero del dilema político entre objetivos de empleo e ingresos, pues pretende crear 350.000 nuevos empleos directos en este sector (a la vez que también espera elevar su productividad y competitividad), mientras que le inyecta un importante volumen de recursos de crédito bajo condiciones de mercado, lo que con seguridad conducirá la oferta hacia el mercado de los trabajadores independientes de subsistencia. En cualquier caso, los cambios institucionales están enmarcados en tres grandes estrategias: 1. Todos los programas de crédito a la microempresa que se adelantan por entidades del Gobierno Central y que no hacían parte del PNDM, se incorporarán al Finurbano para dar unidad y transparencia al mercado de financiamiento del sector. Complementariamente se decidió recapitalizar el Fondo Nacional de Garantías y crear un Sistema Nacional de Garantías con la promoción de Fondos Regionales a los que aporten como accionistas sectores empresariales y entidades de desarrollo local, así como el mismo FNA. Estos Fondos Regionales compartirán el riesgo con los usuarios del crédito, el FMA y los intermediarios financieros, buscando de esa manera a la vez Financiamiento agilidad, rentabilidad y control del "moral hazard". Igualmente, los Fondos Nacional y La puesta en marcha de un sistema integral de crédito a través de la creación de un fondo de redescuento (Finurbano) en el Instituto de Fomento Industrial - IFI, el que recoge las disponibilidades de las líneas BID que antes eran redescontadas directamente por el Banco de la República y las adiciona con recursos del presupuesto nacional. La capacidad presupuestada para el período 1994-98 es equivalente a 600 millones de dólares, provenientes de una nueva línea BID y de la colocación de las dos líneas anteriores. El IFI es el gran banco gubernamental de segundo piso, financiador de la estrategia de desarrollo industrial del país. La nueva estrategia busca darle vida propia, autónoma y permanente a un sistema financiero de apoyo a la microempresa, mediante el incremento de las entidades intermediarias que pue- regionales otorgarán garantías globales y cupos automáticos a los intermediarios finan- cieros, dentro de ciertos limites y bajo la obligación de cumplir determinadas normas de control de la siniestralidad. 2. El Programa Nacional de Servicios Tecnológicos Este programa apoyará a las microempresas con un conjunto de servicios que debe asegurar una perspectiva de integralidad. Estará a cargo de una corporación mixta y des arrollará los siguientes programas: Servicio de Formación Empresarial: Con una meta de cubrir a 500.000 microempresarios de los niveles más po43 bres en el período. La corporación mix- 3. ta contratará su ejecución con ONO, financiando hasta el 50% de los costos de capacitación, asesoría y creación de empresas. Para ello cuenta con el equivalente de 67 millones de dólares provenientes del presupuesto nacional, y otro tanto esperado como contrapartida de las entidades ejecutoras. Servicio de formación técnica, a cargo del Sena, para los microempresarios y los trabajadores de la microempresa. Organización institacional Se eliminó la coordinación del PNDM que estaba en cabeza del Departamento Nacional de Planeación, y se creó un ente jurídico especializado sin ánimo de lucro y de naturaleza mixta, por tener participación de aportes del Gobierno y del sector privado: la "Corporación Mixta para el Desarrollo de la Microempresa", a la que luego se le dio imagen corporativa bajo la denominación de "Microempresa y Compañía". Esta entidad tiene la responsabilidad Centros de Desarrollo Productivo: CDP. Tiene la meta de reestructurar o crear 40 CDP en el período, mediante concertación entre ONG y Sena, para llegar a atender 28.000 usuarios por año, con una inversión total de 35 millones de dólares, de los cuales la nación aportará 27.000 de dólares. Apoyo a la comercialización: Se espera fortalecer las cinco comercializadoras existentes y promover 26 agencias promotoras de comercialización, con la participación del Ministerio de Desarrollo Económico, las ONO, las cámaras de comercio, los gremios em- de administrar el Programa de Servicios Tecnológicos y de coordinar con el IFI la ejecución del Finurbano. Su función es promoto- ra y coordinadora, y no ejecutará directamenw sino que las contratará con entidades públicas y con ONG, y asumirá las funciones de seguimiento y evaluación. Asimismo, la Corporación Mixta concertará el desarrollo de la estrategia de apoyo a la microempresa en el nivel regional con los Comités Regionales de Apoyo a la Microempiesa (Corern). En la Corporación Mixta están asociados, a través del pago de un aporte mínimo fijado estatutariamente, varias entidades guberna-mentales, asociaciones gremiales de ONO, ONO independientes, intermediarios financieros y la Asociación Nacional de Microempresanios (Conamic). Su máximo órgano de dirección es la Asamblea de Asociados, la que elige una Junta Directiva en la que estatutariamente tienen asiento paritario los entes gubernamentales y privados, y que también estatutariamente es presidida por el Ministro de Desarrollo Económico, cartera a la que está ahora asignado el Plan Nacional para la Microempresa. De esta manera se ha tratado de conciliar el carácter mixto y de instancia de concertación entre presariales y los Gobiernos locales. Su meta es atender a 48.000 microempresas anuales y la inversión prevista es equivalente a 18 millones de dólares, con unos quince provenientes del presupuesto nacional. Servicios de información: Conjuntamente, las cámaras de comercio y los CDP establecerán sistemas de infor- mación comercial y de orientación tecnológica para los microempresanos. Con una mcta de 63.000 usuarios atendidos en cuatro años, cuenta con aportes del presupuesto nacional por 5.5 millones de dólares para una inversión total esperada de 6.7 millones de dólares. Estado y sociedad civil, con la necesaria conducción política por parte del Estado. 44 política de apoyo a las microempresas y deslegitimar socialmente el arreglo institucional. Este peligro es especialmente sensible en el actual contexto de cambio ma- Perspectivas 4. No está dentro del alcance de este documento el intentar un balance de los primeros resultados del nuevo arreglo institucional. De hecho este empezó a operar en 1995, y se conoce que ha habido una elevación dramática de los niveles de ejecución tanto 'en el programa Finurbano como en el de servicios tecnológicos, pero aún es demasiado pronto para decantar su significación. Es posible registrar, sin embargo, algunas reflexiones: Evidentemente la nueva configuración institucional significa que el antiguo PNDM logró un resultado muy importante: institucionalizar la política de apoyo a la microempresa, a través de su consagración definitiva como componente clave de las políticas de desarrollo gubernamental, y con alto perfil político, de la integración de su componente financiero en el sistema financiero nacional, y de la consolidación del esquema de ejecución conjunta Estado - Sociedad Civil mediante la creación de una institución especializada, de alto perfil político, res- croeconómico y de reestructuración pro- ductiva, con sus agudos impactos sociales y con sus demoledores efectos sobre amplios sectores de la microempresa tradicional, que están cambiando fundamentalmente los supuestos y paradigmas con que se trabajó durante los doce años pasados. En estas circunstancias se impone un muy cuidadoso esfuerzo de investigación y análisis, para decantar políticas y programas claros, pertinentes y adecuados a las nuevas condiciones socioeconómicaS. De no atederse adecuadamente este frente, se puede caer en la expansión más o menos mecánica y efectista de líneas de acción diseñadas para otro contexto. Por otra parte, habrá que hacer un cuidadoso seguimiento a los procesos de negociación y poder al interior de la Corporación Mixta, así corno al terna de su representatividad. No es sorprendente que en las primeras etapas de su conformación y de definición de sus organismos y equipos de dirección se hubiera presentado un intenso cabildeo entre diferentes sectores públicos y privados, del que resultó un arreglo razonablemente equilibrado y representativo (lo cual dice mucho de la cultura generada en este terreno por los mecanismos de concertación del anterior PNDM), pero que podría tender a hacerse rígido y ex- ponsable de funciones claves en el Plan, con claridad de funciones y de - - organización así como con capacidad administrativa ágil y autónoma. Es de esperar que la próxima fase de desarrollo de la política de apoyo a la microempresa bajo esta nueva estructura institucional, incremente sustancialmente las coberturas de acción, así como la eficiencia y agilidad en la asignación de los recursos. Pero también corre el peligro de que su más alto perfil político, así como la cluyente en beneficio de los sectores ahora representados y de sus respectivos paradigmas y metodologías, limitando la flexibilidad de adaptación y la disposición al cambio que son indispensables en el seguimiento de una estrategia de intervención social en el largo plazo. creciente importancia de los recursos con que opera, la hagan susceptible a presiones y manipulaciones que pueden corroer el prestigio logrado por la 45 No es auspicioso el hecho de que el tivo, en gran medida mediante aprendizajes por prueba y error. El análisis se ha concentrado en la pers- nuevo arreglo institucional surja en el contexto de una política oficial de desarrollo de la microempresa que reproduce la ambigüedad entre una lógica de empleo y desarrollo empresarial y otra de ingreso y lucha contra la pobreza. El discurso oficial parece querer hacer un compromiso entre objetivos técnicos y políticos, y esto puede conducir a que pectiva de su estructura institucional, por considerar que ella es probablemente el más significativo aporte que esta experiencia hace a los estudiosos y operadores del desarrollo, y por cuanto ella es expresión del fenómeno de cambio en las relaciones entre la sociedad civil y el Estado, que es una de las más la pugna por los recursos entre distintos actores involucrados se degrade, provocando tensiones que podrían poner en peligro la legitimidad del nuevo esquema. No hay duda acerca de la creciente re- importantes variables de la evolución de los países de la región en nuestra época. En ese terreno, el análisis presentado en este trabajo permite concluir que el Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa de Colombia es una experiencia innovadora y exitosa, por cuanto tuvo la capaci- levancia que adquieren los nuevos arreglos institucionales con intensa participación de la sociedad civil en el ciclo de políticas públicas de desarrollo. El Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa de Colombia ha sido una demostración práctica evidente de sus potencialidades y sinergias. Pero nada puede reemplazar a una política bien defini- dad de recoger un conjunto de iniciativas espontáneas que surgían desde diferentes sectores sociales; de incorporarlas en un proce- so participativo y creativo de desarrollo; de integrarla en una política gubernamental; de canalizar importantes recursos nacionales públicos y privados- e internacionales; de diversificar las estrategias de intervención; de ampliar la gama de actores sociales involucrados; de proyectar su acción en prácticamente todo el territorio nacional, movilizando fuerzas regionales vinculadas a procesos de descentralización y de fecundar otras estrategias de desarrollo con el ejemplo de su esquema institucional. Todo esto a la vez lograba acuñar en el imaginario colectivo el arquetipo de la microempresa como una realidad significativa, respetable y preñada de potencial de desarrollo económico y social. Naturalmente, también el esquema institucional del PNDM ha tenido fallas y debilidades. Las principales de ellas han sido: la falta de claridad en su función corno estrategia de desarrollo, o de diferenciación expresa de estrategias específicas y adecuadamente instrumentadas para distintos sectores de la microempresa; cierto tinte paternalista en el manejo de los procesos de organización gre- da, y en ello el Estado sigue teniendo la responsabilidad fundamental. H. Consultarjo y recomendaciones En este trabajo no se ha intentado realizar una evaluación del Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa desde el punto de vista de sus resultados cuantitativos (que en cualquier caso son significativos en términos absolutos aunque modestos en relación a la magnitud del fenómeno que abordaba) ni desde la medición de su impacto, que es muy difícil de establecer dadas las debilidades de información disponi- ble sobre sus resultados y por el hecho de que el plan no fue el producto de un diseño ex-ante, que hubiera permitido definir una línea de base y los sistemas de seguimiento y evaluación convencionales, sino que fue en gran medida una construcción espontánea, que se desarrolló en un proceso adapta46 biana, de cualquier estrategia de desarrollo. Este aspecto de la experiencia también puede iluminar muchas discusiones acerca dela función del Estado en el desarrollo, y acerca de cuál es el tipo de fortaleza que requiere para ello. El caso del PNDM demuestra que la legitimidad política y la fortaleza técnica son más importantes que el volumen de los recursos o que el tamaño del aparato estatal. mial; una tendencia a la falta de realismo, o dicho de otra manera- a un exagerado voluntarismo en la instrumentación de ciertas estrategias como las de comercialización y desarrollo productivo; la ausencia de criterios claros y de control en el manejo de los subsidios; la progresiva debilidad de la función de coordinación ante el proceso de fragmentación y de cabildeo de los ejecutores, etc. Pero el balance entre logros y debilidades es claramente favorable al PNDM, cuya estructura institucional tuvo también la capacidad de realizar un análisis autocrítico sobre sus propias debilidades y de reconocer cuándo era necesario crear las condiciones para dar el salto a una nueva estructura con vocación de permanencia y claramente integrada en la trama institucional estatal, a la vez que manteniendo los altos niveles de participación y compromiso della sociedad civil que han sido la característica distintiva del Plan. En ese balance es necesario hacer un reconocimiento al papel del Departamento Nacional de Planeación como entidad coordinadora del PNDM. Asumiendo una función que no le era propia, logró convocar a prácticamente a toda la sociedad colombiana al movimiento de apoyo a la microempresa; jugó con seriedad y éxito un delicado papel de concertador (y a veces de árbitro) entre instituciones y actores sociales con frecuencia de intereses contrapuestos y en ocasiones portadores de verdadero poder económico y político; y mantuvo un sentido de rigor profesional y de ética de la intervención social que garantizaron la imagen siempre brillante del PNDM. Paulatinamente su éxito se volvió contra el mismo, y la gran ampliación de la gama ¿Qué podría aprender la comunidad internacional de servicios al desarrollo sobre la experiencia del PNDM? A continuación nos atrevemos a presentar algunas recomendaciones: Es importante contar -como punto de partida- con un contexto político favorable, no sólo en la voluntad política del Estado, que puede ser transitoria al vaivén de las sucesivas administraciones gubernamentales, sino con un alto nivel de sensibilidad social ante los temas del empleo, la pobreza y el desa- rrollo empresarial, que son las ideasfuerza que movilizan las, políticas de apoyo a la microempresa. Encaso de que esa sensibilidad no exista en niveles suficientes, la política debería incluir den- tro de sus estrategias un esfuerzo de comunicación y promoción bien con- cebido y seriamente ejecutado. Es crucial la existencia de organizaciones de la sociedad civil, especialmente de ONG, con capacidad técnica, opera- tiva y administrativa para actuar solventemente como ejecutores y partícipes en desarrollo de la política. Cualquiera que sea el nivel de las institucio- nes existentes, pero especialmente si ellas son relativamente débiles, es ne- y el número de actores hizo cada vez más cesario incluir también dentro de la política estrategias de fortalecimiento mstitucional dirigidas a este fin. Es indispensable la estrecha vinculación del sector empresarial privado. De difícil la coordinación, pero sin el DNP desempeñando ese rol difícilmente se habría logrado el aglutinamientO de tantos actores sociales ni la validación de la estrategia hasta convertirla en un componente, natural y universalmente aceptado por la sociedad colom- una parte, es ese sector el único que 47 puede aportar las conexiones con el miento y adaptación de las instituciones existentes. Debe propugnarse por una clara especialización en los ejecutores, con nítida delimitación de funciones y responsa bilidades. En general, es inconveniente la coexistencia intrainstitucional de paquetes tales como capacitación-crédito, asesoría-crédito, crédito-garantías, mercado, la transferencia tecnológica, la cultura empresarial, que son insumos esenciales en una política de apo- yo a la microempresa. De la otra, es también una de las pocas fuentes de recursos para contribuir a la sostenibilidad de las organizaciones de las ONG. Hay que evitar, en consecuencia y sin necesariamente caer en la ingenuidad, prevenciones nacidas de estereotipos ideológicos sobre las relaciones entre el sector empresarial formal y el informal, o sobre las motivaciones ocultas tras la filantropía empresarial. El caldo de cultivo más apropiado para generar relaciones sinérgicas entre actores públicos y privados es la localidad o la región. Por ello, las organizaciones de promoción del desarrollo lo- comercialización-crédito. Cada ejecutor debe ser perfectamente "accountable" por el desempeño en su servicio y por el uso de los recursos a su disposición. Sin perjuicio de la diversificación de estrategias de intervención, cada una de ellas debe estar tan perfectamente instrumentada y normalizada como sea posible, por supuesto después de los indispensables procesos de experimen- tación y ajuste. Esto es indispensable para los sistemas de información, seguimiento y control, pero sobre todo porque facilita la multiplicación de los programas, el entrenamiento de técnicos y el fortalecimiento institucional. cal y regional, las agremiaciones de empresarios en su nivel local, los gobiernos locales, deben estar estrechamente vinculados a la estrategia de apoyo a la microempresa. Deben evitarse posiciones paternalistas, tanto hacia la población objetivo como entre el Estado y las organizaciones del la sociedad civil. La cuestión de los subsidios, en consecuencia, debe ser manejada con absoluta claridad de funciones, limites y gradualidades. Debe asegurarse también la trasparencia en la asigna- Los mecanismos de multiplicación, entrenamiento y fortalecimiento institucional funcionan mucho mejor cuando están a cargo de entidades reconoci- das como pares con mayor experiencia y fortaleza institucional por las entidades y personas receptoras. Es de gran importancia que el diseño, la ejecución y el seguimiento de políticas y programas estén cercanamente acompañados por la comunidad universitaria y ción, la equidad en la distribución, la existenciade adecuados mecanismos de con- trol y la capacidad de sanción efectiva para su desviación. Excepto para la coordinación debe evitarse la creación de instituciones especializadas, salvo que se demuestre a la saciedad que no hay alternativa y que hay garantía para su sostenibilidad en el largo plazo. Todo el énfasis del desarrollo institucional debería estar colocado en el aprovechamiento, mejora- los centros de investigación, con una doble función: la primera, y más obvia (aunque no por ello menos importante) es el acompañamiento investigativo y evaluativo requerido para fundamentar las definiciones y ajustes de las políticas y diseños programáticos. La segunda, porque son una fuente de transferencia de tecnología hacia el sector microem48 presarial, que a su vez puede devolver a la Universidad los aportes de espíritu empresarial y de contacto con la realidad, tan anhelados por la primera. Todas las recomendaciones anteriores pierden sentido si no se cuenta con el soporte de una política pública de desarrollo para la microempresa que reúna atributos de claridad, consistencia interna, realismo en su co- nuevos arreglos institucionales para el desarrollo. En el caso de las políticas de apoyo a la microempresa, esa decisión puede ser la diferencia entre un programa más -perdido entre la maraña institucional del Estado y sujeto a los vaivenes y a las modas de la política gubernamental y de la cooperación internacional- o un verdadero propósito nacional para hacer de la microempresa un factor activo de desarrollo económico y social. herencia con el marco socioeconómiCO y político, diversificación de estrategias para diversos grupos objetivo y para diferentes im- Notas Rojas, Fernando, Economía Póblica Contemporánea. Escuela Superior de Administración Púhi ica. Bogotá, 1996 2 Khan, MA. et al., Sustainability of social sector projects. EDlWorking Papers, World Bank, Washington D.C., 1992 OIT, Hacia el pleno empleo. Ginebra, 1970 Bejarano, J.A., "Industrialización y política económica 1950-1976". En: Melo, 1.0. (coordinador): Colombia Hoy. Perspectivas hacia el siglo XXI Tercer Mundo Editores. Bogotá, 1995. Lopez, Hugo: El empleo informal en Colombia: Un balance de los cambios acaecidos entre los ochenta y los noventa. Estudio realizado para el Departamento Nacional de Plancación. Medellín, Enero de ¡996. Policopiado. 6 Vargas, H., Toro, J., Rodríguez, M., Acerca de la naturaleza y evolución de las ONG en Colombia. Fundación Social-Cidesal. Bogotá, Septiembre de 1991. Policopiado. ' Sobre este fenómeno, véase: - Ramírez Guerrero, 1.: Programas de formación profesional para el sector informal urbano en Colombia y Venezuela. Cinterfor, Montevideo, 1988. - Cintefor/OIT: La formación profesional en el umbral de los 90. Montevideo, 1990 8 Ramírez Guerrero, 1.: Opciones estratégicas para la formación profesional en el sector informal urbano. Montevideo, Cinterfor/OIT, 198 1 Sena: Los niveles informales en la estructura socioeconórnica colombiana. Colección PMUR, 1981 O fuentes básicas para esta sección, así como para la siguiente, son los Documentos que periódicamente eran producidos por el Departamento Nacional de Planeación en su calidad de Secretaría Técnica del Conse,jo Nacional de Política Económica y Social - Conpes: En ese Consejo se definen las grandes orientaciones políticas y prograniáticas de la acción de desarrollo el Gobierno, y los documentos en men- pactos esperados, etc. La formulación de tal política requiere del apoyo de la investigación científica pero también del aporte de la experiencia de múltiples actores sociales. La convocatoria de esos actores para ese fin, y posteriormente para su ejecución y seguimiento, es una responsabilidad fundamental del Estado. Por otra parte, todas las potencialidades que presenta la sociedad civil para participar en nuevos arreglos institucionales pueden ser desaprove-chadas si ella no responde a la convocatoria del Estado. En el nuevo marco de relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil muchas cosas han cambiado y muchos límites se han difuminado. Pero nada puede sustituir al primero en su capacidad de convocatoria, su acceso a recursos y su responsabilidad de orientación. Para ello, requiere de legitimidad política y capacidad técnica. Por su parte, es responsabilidad de las organizaciones de la sociedad civil evitar el peligro de que sus nuevos roles de ejecución en programas de desarrollo, con la experiencia del acceso a los recursos y al poder que ella trae aparejada, termine por hacerle perder su autonomía y su capacidad crítica, cooptadas por nuevas formas de corporativismo. Ambas partes deben estar alertas a estos peligros y conscientes de sus responsabilidades, pero ello no debe ser óbice para que se comprometan en la aventura conjunta de los 49 ción, que recogen esas decisiones para cada sector institucional o programa de desarrollo, son denomi- unidades utilizadas en ellas. En esta sección se utilizan como fuentes básicas los siguientes documentos (aunque las cifras específicas mencionadas son el producto de cálculos del autor): Departamento Nacional de Planeación - PNDM, Elementos para el disefio de una nueva línea de crédito. Bogotá, Diciembre de 1992 Departamento Nacional de Planeación, Reorientación de la política crediticia del PNDM. Doc. Conpes 2675, Bogotá, octubre de 1993. López, Hugo, El empleo informal urbano en Colombia: un balance de los cambios acaecidos entre los ochenta y los noventa. Estudio realizado para el DNP y Fonade. Medellín Enero de 1996. Arboleda, Uberneli: Evolución de las políticas de apoyo a la microempresa. Documento no publicado, cedido gentilmente al autoi 6 Al respecto, véase: Marulanda, Beatriz: Plan Nacional para el desarrollo de la Microempresa: elementos para el Diseño de una nueva línea de crédito. DNP, Bogotá, 1992 IPC. Misión preparatoria para un Microglohal III en Colombia. BID, Bogotá, 1993. López, Hugo, Op cit. 18 Chaves, J. y Franco, J.: Los centros de desarrollo productivo en el PNDM. DNP, Bogotá, 1995. Guacaneme, Fresia M., "Centros de Desarrollo Productivo, CDP, Evolución y desarrollo de la estrategia", DNP-UDE. Santa Fe de Bogotá, junio de 1996. 20 López,H.: op. Cit., pp. 71-81 21 Caro, Blanca Lilia, Redefinición del esquema institucional de coordinación del PNDM. Bogotá, nados "Documentos Conpes". Para el caso del PNDM, entonces, se trata de los "Documentos Conpes de Política para la Microempresa", que siempre contienen una reseña de los avances logrados en la estrategia, un análisis de logros y dificultades, y una formulación de orientaciones futuras. En adelante, al referirnos a este componente, se hablará indistintamente de "Capacitación" y de "Formación Empresarial", pues siempre lá capacitación en el mismo tuvo la connotación de formación empresarial. Cuando se habla de capacitación técnica en el contexto del PNDM, ella estará más ligada a la acción del Sena dentro del cual luego se consolidaría como componente de Desarrollo Tecnológico. 12 En adelante se hablará indistintamente de "Fundaciones" o de "ONG" al referirnos a las entidades privadas sin ánimo de lucro que actúan como ejecutoras de uno o varios componentes del PNDM; aunque en estricto sentido legal la primera acepción tiene una significación más restringida que la segunda. 13 Diez fundaciones fueron reconocidas inicialmente como ejecutoras en el PNDM, y todas ellas tenían asiento en el Consejo Nacional Evaluador. 14 Unicef tuvo un importante papel de apoyo al componente de organización, dentro de su estrategia de promover el mejoramiento de empleo e ingresos en las comunidades donde habitan menores en situación de pobreza. 15 La información sobre coberturas cuantitativas del PNDM es bastante difícil de establecer con preciSión por la heterogeneidad de las fuentes y d las DNP, 1993. 50