Conductas adictivas EDITORIAL Sumario - Lunes 17 de Noviembre de 2003. Volumen 3 - Número 03 Editorial Originales Casos clínicos TABAQUISMO Y ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD Cartas al director Agenda Novedades Autores: Torrecilla M, Plaza D Medline Buscador Núm anteriores Correspondencia: Miguel Torrecilla García, Dolores Plaza Martín. Centro de Salud San Juan C/ Valencia 32 37005 Salamanca [email protected] Cuando se pregunta ¿qué es el tabaquismo?, todavía es frecuente escuchar que un hábito, una costumbre; pero pocas veces se dice que una drogadicción y menos que una enfermedad. Actualmente el tabaquismo está catalogado como una drogodependencia cumpliendo los criterios del DSM IV para considerarlo como tal (1). [subir] ATENCIÓN PRIMARIA El concepto de Atención Primaria de Salud implica una forma concreta de entender la medicina: una asistencia integral e integrada, permanente y continuada, activa, accesible, comunitaria y participativa, programable y evaluable, basada en el equipo, y en la actividad docente e investigadora 2. Es integral e integrada ya que se abordan los problemas que afectan al individuo desde una perspectiva biopsicosocial y en las distintas facetas de la prevención, tratamiento y rehabilitación. Es permanente y continuada pues se atiende al individuo en los distintos ámbitos y situaciones (urgencias, en el centro de salud, en el domicilio), realizándose un seguimiento del proceso patológico que no acaba con la simple prescripción terapéutica o derivación al segundo nivel asistencial. Buena parte de la actividad que se realiza en la consulta de Atención Primaria está orientada a la promoción, prevención y a la educación para la salud y para ello es importante tener una actitud activa ante los problemas, es decir, no esperar a que nos demanden soluciones para los problemas, sino ponerlos de manifiesto en cuanto se perciba la necesidad, así como trabajar con la comunidad con programas de educación para la salud y no sólo con los individuos que acuden a la consulta. [subir] EL ABORDAJE DEL TABAQUISMO EN ATENCIÓN PRIMARIA El abordaje del tabaquismo queda perfectamente encuadrado en las características asistenciales anteriormente mencionadas. En ocasiones es una necesidad sentida y demandada, pero en la mayoría de los casos es la actitud activa del profesional sanitario de atención primaria la que pone de manifiesto el problema de salud y constituye el inicio de su abordaje, prioritario en los países desarrollados ya que es el que más muertes evitables provoca 3. El tratamiento del tabaquismo Conductas adictivas incluye no sólo una prescripción terapéutica concreta, farmacológica o no, sino abarcar los distintos aspectos del fumador, tanto los propios como los sociolaborales ya que el tabaquismo está interrelacionado e imbricado en los distintos ámbitos y situaciones del individuo que fuma y que se tendrán que abordar de la forma más conveniente para afrontar el problema desde una perspectiva global. El tabaquismo es un problema de salud de tal magnitud que no puede obviarse. Afecta a más del 34% de la población española 4 y por tanto, con toda seguridad, más de un tercio de las personas que acuden a una consulta de Atención Primaria presentarán este problema, motivo por el que consultarán en ocasiones, mientras que en otras, lo harán por problemas relacionados con el tabaquismo o por otras necesidades de salud distintas, aunque el tabaquismo esté ahí presente. Si a lo anteriormente comentado se añade que el 75% de los españoles acudirá a su equipo de salud al menos una vez al año 5, hace que la cobertura que Atención Primaria tiene frente a este problema, y por tanto la posibilidad de intervenir, sea única. Atención Primaria ofrece el marco idóneo para el abordaje inicial del paciente fumador y las posibilidades terapéuticas que permite son aquellas actualmente disponibles y científicamente validadas para el abordaje de la adicción nicotínica, que van desde el consejo médico e intervención mínima, como opciones no farmacológicas, hasta la Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN) y el bupropión como opciones terapéuticas farmacológicas, además del apoyo médico que se considere oportuno en cada caso. Las únicas limitaciones al tratamiento del tabaquismo son las de conocer el uso de las distintas opciones terapéuticas, correcta prescripción y seguimiento adecuado, como en el resto de las patologías que habitualmente se abordan en Atención Primaria. [subir] PREVENCIÓN Un aspecto importante en cualquier enfermedad es la prevención. En el abordaje del tabaquismo no podría ser de otra forma y se podría hablar de una prevención primaria, secundaria y terciaria 6. En cada una de ellas, el papel de Atención Primaria, aunque distinto y con peculiaridades propias, es crucial. Prevención primaria Se podría definir la Prevención Primaria como aquella que intenta disminuir la prevalencia de tabaquismo promoviendo que la población no se inicie en el consumo de tabaco; es decir, la que previene la enfermedad evitando el contacto con el agente que la produce. Quizás en unos años, aunque por el momento poco probable, la forma de realizar este tipo de prevención sea similar a la prevención de enfermedades infecciosas mediante la administración de vacunas, aunque las que actualmente están en estudio tienen otros mecanismos y finalidad 7, distinta a la de evitar el “contagio”. Hoy por hoy el pilar fundamental de la prevención primaria del tabaquismo es la educación para la salud. En ella la colaboración y coordinación de los profesionales sanitarios con los de la educación adquiere un papel importante para así llegar mejor a ese grupo poblacional al que las empresas tabaqueras, con sus mensajes promocionales y publicitarios, intenta captar: los jóvenes. La edad de inicio en el consumo de tabaco se sitúa sobre los 13,2 años 8; es precisamente a estos jóvenes, o incluso antes, donde deben ir orientados los programas de prevención primaria. La labor de Atención Primaria es colaborar en los programas educativos, asesorando en los temas relacionados con nuestra profesión o en los que se nos pida ayuda. Un papel primordial en la prevención primaria del tabaquismo, y a veces no conscientes del mismo, lo tienen los profesionales de pediatría, ya que por prestar asistencia a niños y jóvenes comprendidos en las edades a las que se están haciendo referencia, los mensajes bien elaborados y dirigidos pueden contribuir a evitar el consumo de tabaco o al menos retrasarlo, sin olvidar el papel que pueden realizar hacia los padres y su papel ejemplarizante que deben o deberían jugar. Tanto los pediatras como los profesionales de enfermería que trabajan en este área están acostumbrados a incorporar en su quehacer habitual las actividades propias de educación para la salud, en sus múltiples aspectos: alimentación, prevención de accidentes, higiene personal, y cada vez con más frecuencia la prevención de hábitos tóxicos. Pues bien, hay que seguir trabajando para que la prevención del tabaquismo entre los niños y jóvenes sea asumida por este grupo de profesionales sanitarios y que el consumo de tabaco se considere, más que un hábito que puede adquirirse, como Conductas adictivas una enfermedad que puede evitarse. Prevención secundaria Adoptar las medidas para evitar la evolución de una enfermedad cuando se ha tenido contacto con el agente etiológico de la misma, sería lo que se entiende como prevención secundaria. Por tanto, evitar que las personas, sobre todo jóvenes, que han probado el tabaco se hagan adictas al mismo es el objetivo de la prevención secundaria del tabaquismo. Los jóvenes, desde que prueban el tabaco hasta que se hacen consumidores habituales pasan por una fase de experimentación sobre la que estarían centradas las actividades de la prevención secundaria. La información es pieza clave en la misma, aunque las características propias de la edad (rebeldía, la no percepción del riesgo, la presión del grupo de iguales, etc) es un handicap a tener en cuenta y que origina la adaptación de los mensajes a ofrecer. Los programas de alternativas de ocio saludable, como los emprendidos por la mayoría de municipios preocupados por la salud de su población tienen mucho que decir en este campo. Conseguir que en los mismos se aborden el problema del tabaquismo y no sólo “el botellón” es una labor de todos, entre los que se incluyen los profesionales de Atención Primaria. Prevención terciaria Dentro de las actividades de la Prevención Terciaria estarían aquellas orientadas a evitar que una enfermedad ya desarrollada tenga consecuencias para la salud o, al menos, conseguir que éstas sean las menores posibles; es decir, que los fumadores, por el hecho de fumar, no lleguen a presentar las manifestaciones derivadas del consumo de tabaco y en definitiva puedan morir por él. Hacer prevención terciaria es hacer tratamiento del tabaquismo en sus diversas modalidades terapéuticas. En este sentido la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) tiene entre sus objetivos prioritarios que el abordaje del tabaquismo sea una realidad en la consultas de Atención Primaria y por eso desde hace unos años se están desarrollando distintas campañas de sensibilización que tienen su máxima expresión en la Semana Sin Humo, última semana de mayo, que coincide con el día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo). En ella los lemas y actividades que se programan y realizan van orientados tanto a la población general, para concienciarla de la necesidad y conveniencia de abandonar el consumo de tabaco, como a los profesionales sanitarios, para que incluyan en su actividad profesional el abordaje del tabaquismo. El impacto, tanto mediático como en los propios profesionales sanitarios, que han tenido las distintas Semanas Sin Humo celebradas pone de manifiesto la trascendencia de las mismas 9,10 y la necesidad de seguir celebrándolas. [subir] MODALIDADES DE INTERVENCIÓN El tratamiento del tabaquismo que desde Atención Primaria se puede ofertar incluye el consejo médico, intervención mínima, la reducción progresiva de nicotina y alquitrán, y el tratamiento farmacológico con TSN o bupropión además de poder utilizar la medicación de apoyo que se considere oportuna en cada caso. El consejo médico debe abordar la información sobre las ventajas de dejar de fumar y los inconvenientes del consumo de tabaco. Ha de ser personalizado, aprovechando el motivo de consulta o situación personal del individuo, firme y breve (de 3 a 5 minutos, aunque se ha visto que una intervención de 10 minutos, si fuera posible por las características de cada consulta, sería más eficaz)11. Cuando este consejo se acompaña de la entrega de material de apoyo por escrito y se realiza en todas las consultas que realizase el sujeto, se estaría hablando de Intervención Mínima Sistematizada. La reducción progresiva de nicotina y alquitrán consiste en ir reduciendo semanalmente la cantidad de nicotina consumida, bien reduciendo el número de cigarrillos o consumiendo otra marca con menor contenido nicotínico. A esto se añaden un conjunto de normas o consejos de cambio conductual, con el objetivo de dejar de fumar “del todo” en un periodo de tiempo concreto que se fija en las primeras sesiones, sesiones que pueden realizarse de forma individual o grupal. La TSN consiste en la administración de nicotina por una vía distinta a la del cigarrillo y en una concentración diferente para que evite o disminuya las manifestaciones propias del síndrome de Conductas adictivas abstinencia a la nicotina, pero que no produzca una adicción a la misma 12. Existen protocolos de tratamiento consensuados que facilitan su prescripción y seguimiento 13, 14, 15, 16. Las formas de aplicación de la TSN, que actualmente están comercializadas en España, son las de los parches trandérmicos, chicles y comprimidos para chupar de nicotina y el spray nasal. El bupropión es el primer fármaco no nicotínico que presenta la indicación concreta del tratamiento de la adicción nicotínica. Actúa en el Sistema Nervioso Central en el locus coeruleus y núcleo accumbens, modificando los niveles de noradrenalina y dopamina 17, evitando las manifestaciones propias de la falta de aporte nicotínico. El correcto conocimiento de las indicaciones y contraindicaciones de los distintos tratamientos para dejar de fumar favorecerán la correcta prescripción y control de los mismos y el éxito terapéutico de nuestra intervención. [subir] PERSPECTIVAS La falta de formación académica en el tratamiento del tabaquismo es, en parte, la responsable de la falta de concienciación sobre este problema de salud, que hasta hace poco existía entre los profesionales sanitarios. Actualmente las distintas sociedades científicas, y entre ellas la semFYC, conscientes de esta situación, están desarrollando distintos programas educativos con la celebración de cursos y talleres específicos, que de una forma inicial permita afrontar con responsabilidad y profesionalidad la posible demanda del paciente fumador que pida ayuda para liberarse de su adicción nicotínica. Con el objetivo de unificar unos criterios docentes el GAT (Grupo de Abordaje del Tabaquismo de la semFYC) ha elaborado un curso de Formación de Formadores y que a su vez sirva de base para abordar en los distintos cursos y talleres los distintos aspectos relacionados con el problema del tabaquismo. Pero también hay que ser realistas. La situación actual en Atención Primaria, aunque no en todas las Gerencias, sí en la mayoría, es que la atención al paciente fumador es fruto de iniciativas individuales y para que esta situación deje de ser así y pase a ser un problema asumido por la mayoría de los profesionales sanitarios es importante e imprescindible la implicación de las distintas gerencias de salud con el apoyo necesario y, por qué no decirlo, la exigencia de que la enfermedad del tabaquismo sea tratada por quienes tienen que hacerlo, los profesionales sanitarios. La inclusión de la atención al paciente fumador dentro de las actividades evaluables en las distintas carteras de servicio contribuiría en gran medida al tratamiento del tabaquismo y evitar ciertas situaciones, incómodas por no decir negligentes, como la de los individuos que en un futuro desarrollen a causa de su consumo tabáquico problemas de salud invalidantes o enfermedades terminales, y que puedan recriminar a sus profesionales sanitarios que en su momento no se les ofreció la ayuda necesaria para dejar de fumar. [subir] BIBLIOGRAFÍA 1.- Grupo de trabajo para el DSM-IV-AP. Algoritmo del consumo problemático de sustancias. En: DSM-IV. Atención Primaria. Barcelona: Masson; 1997. p. 91-102. 2.- Martín Zurro A, Cano Pérez JF. Atención Primaria de Salud. En: Martín Zurro A, Cano Pérez JF (Eds). Atención Primaria. Conceptos, organización y práctica clínica. 4ª Ed. Madrid: Harcout Brace; 1999. p. 3-15. 3.- Banegas JR, González Enríquez J. Impacto sanitario y mortalidad atribuible al consumo de tabaco. En: Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (Ed). Libro Blanco sobre el tabaquismo en España. Barcelona: Glosa S.L; 1998. p. 111-124. 4.- Encuesta Nacional de Salud 2001. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2003. Conductas adictivas 5.- Cabezas C. Guía para ayudar a la gente a dejar de fumar. En: Guías de educación sanitaria y promoción de la salud del PAPPS. Barcelona: PAPPS-SEMFYC 2000. p. 43-62. 6.- Barrueco Ferrero M, Hernández Mezquita MA, Torrecilla García M. Prevención del tabaquismo. En: Solano Reina S, Jiménez Ruiz CA. Manual de tabaquismo (2ª Ed). Barcelona: Masson, S.A; 2002. p. 141-155. 7.- Fagertröm KO. Vaccines for the treatment of tobacco dependence. Prev Tab 2002; 4: 195-196. 8.- Observatorio Español sobre Drogas. Informe nº 4. Madrid: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas; 2001. 9.- Clemente L. De cara a la III Semana Sin Humo. Aten Primaria 2002; 29: 461-462. 10.- Solbes A, Amador FJ, Cabezas C, Córdoba R. La Semana sin humo en sus dos primeras ediciones. Jano 2003; 63: 28-35. 11.- Torrecilla García M, Plaza Martín D, Ruano García R. Consejo médico e intervención mínima sistematizada. En: Barrueco Ferrero M, Hernández Mezquita M, Torrecilla García M (Eds). Manual de Prevención y tratamiento del tabaquismo. Madrid: ERGON; 2003. p. 141-164. 12.- Jiménez Ruiz CA, Fagerstróm KO. Terapia sustitutiva con nicotina. Utilización de los parches y los chicles de nicotina. En: Jiménez Ruiz CA, Fagertröm KO (Eds). Manual práctico de la terapia sustitutiva con nicotina en el tratamiento del tabaquismo. Barcelona: Novartis; 2000. p. 91-100. 13.- Torrecilla García M, Domínguez Grandal F, Torres Lana A, Cabezas Peña C, Jiménez Ruiz CA, Barrueco Ferrero M et al. Recomendaciones en el abordaje diagnóstico y terapéutico del fumador. Documento de consenso. 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