MAGAZINE 50 Viaje a México 1ª Parte Texto y fotos: Rosa Tovar Nº 99 NOVIEMBRE 2009 CF CF Nº 99 NOVIEMBRE 2009 MAGAZINE El pasado mes de agosto, compartí con periodistas, fotógrafos, cocineros, estudiosos de la gastronomía y especialistas en la enseñanza de escuelas de hostelería de diversos lugares del mundo un viaje fabuloso a través de los aromas y los sabores de México. La organización del tour respondía a una idea original de la especialista en cocina mexicana Patricia Quintana, que no necesita muchas presentaciones. Propietaria del restaurante Izote de México DF, la Sra. Quintana es estudiosa de las tradiciones de su país y autora de numerosos libros sobre estos temas y otros más espirituales. En el fondo de la idea de la Sra. Quintana subyace el ánimo de establecer un tipo de turismo en el pais que imbrinque tres aspectos fundamentales de esta industria que por lo general en esta región se atienden por separado, en un intento muy serio y muy bien estudiado que resulta novedoso en esta zona del mundo. Por un lado, los intereses culturales de un sector de la población visitante, que con el patrimonio inacabable y aún sin terminar de descubrir quedarán más que satisfechos; por otro la gastronomía y su visión desde una vertiente cultural, cada vez más actual, sin olvidar sus orígenes tradicionales y con el atractivo añadido del disfrute de los productos de la agricultura y la ganadería ecológica, en pleno desarrollo en este momento en el país; por último, la oferta cada vez más atractiva de una industria turística sostenible y respetuosa con el medio ambiente y la cultura de los pueblos a los que se visita, que despierta día a día mayor interés. 51 MAGAZINE Este Tour a través de los Aromas y de los Sabores de México, al que yo añadiría los Colores de este país increíble, recorrió parte de los estados de Hidalgo, Veracruz, Puebla, Oaxaca y Chiapas. Por desgracia no pude asistir a todas las jornadas del Tour, pero sí a las suficientes para llevarme el recuerdo imborrable de sus paisajes, de su patrimonio cultural inmenso, de la amabilidad y corrección en el trato de sus gentes y de la delicia de su comida. Entre las maravillas que encierra la gastronomía mexicana hay algo a lo que soy aficionada incondicional creo que desde siempre. Los picantes de los chiles, frescos o secos, que encierran además aromas frutales, balsámicos, licorosos, a madera o, en el caso de los secos, al humo de los hornos de leña. En la lengua náhuatl existían, existen palabras para indicar el poder de pungencia de los chiles, desde el picante a secas, cococ, al muy picante, cocopatic, y hasta el picantísimo, al que corresponde el término cocopalitic. Variedades de chiles mexicanos picantes 52 Las variedades habanero y la manzano, conocida ésta última también como ciruelo o perón en México y como rocoto en Perú, pertenecen a los géneros Capsicum chinense y Capsicum pubescens respectivamente. Es ejemplo de la variedad C. baccatum el chile cristal, mucho menos habitual en México que las anteriores. El origen de todos estos chiles se encuentra en Sudamérica y, debido a su extremo picor en general, se reservan para los platos y salsas más picantes. Los chiles picosos que se consumen con más asiduidad en México, con alguna excepción, pertenecen al género Capsicum annuum , todos ellos o la inmensa mayoría oriundos del región mesoamericana y presentan diversos grados de potencia picante. Será interesante hacer un repaso de los chiles más conocidos en la cocina mexicana, a sabiendas de que algunos otros quedarán fuera de esta relación. Piquín, diente de tlacuache, chiltecpín, gachupín, que se considera el ancestro silvestre del C. annuum, es muy picante y con tamaños que van de 1 a 1,5 cm de longitud. Se consume en gran cantidad como condimento, fresco en su época de producción y seco en otros momentos del año. Mirasol o guajillo. Su primer nombre viene de que los frutos crecen hacia arriba, mirando al sol, en lugar de Nº 99 NOVIEMBRE 2009 CF CF Nº 99 NOVIEMBRE 2009 MAGAZINE caer hacia la tierra. Presenta una pungencia media, se recoge rojo y adquiere una tonalidad roja oscura cuando se seca. Chile de árbol. La planta que da estos chiles no es un árbol, pues pertenece al género C. annuum, pero sí es de mayor altura que las demás, de ahí su nombre. El fruto, una baya, de unos 6-7 cm y 1 cm de ancho es verde, pasa a rojo cuando está maduro y a rojo oscuro cuando está seco, la forma más habitual en la que se consume. Es muy picante y sirve como condimento de salsas y otros preparados. Serrano o chile verde. Se denomina chile verde sin más porque en México el 90 % de la producción se consume fresco y verde en salsas y otros platos. El fruto es alargado (7-8 cm) y curvo, de color que va del verde pálido hasta el verde tirando a oscuro. Su picor es medio alto. Jalapeño o xalapeño, chipotle. El jalapeño, bastante picante, se denomina chipotle cuando está seco. Su tamaño varía entre los 4-6 cm de longitud a los 8-9 cm. Se consumen los más pequeños frescos, cuando aún están verdes, en rajas en platos con queso y frijoles, por ejemplo. Cuando adquieren coloración rojiza se dejan secar los de mayor tamaño. Rehidratados, los chiles chipotles, con sus aromas a resina y a madera, se rellenan y se guisan con salsas diversas. Poblano, ancho o mulato. Se llama poblano cuando se consume fresco, verde, en general relleno o en rajas. Alcanza los 10-12 cm de longitud. Oriundo de la región de Puebla, se llama también ancho y mulato cuando está seco. Al madurar adquiere colores de café tostado. Es de una pungencia mediana, aromas de verdura fresca cuando está verde y se utiliza seco en casi todos los moles del país. Pasilla o chilaca. Pasilla cuando está seco, de color francamente oscuro, tiene aromas a uvas pasas muy definitdos, de ahí su nombre. Se llama chilaca cuando es fresco, con tonalidades que van del rojo muy oscuro al casi negro y aromas afrutados. De picor medio alto puede llegar a medir más de 20 cm de largo pero no supera los 2,5 cm de ancho. Además, también en México se utilizan otros chiles de las regiones costeras o del sur del país como los chilhuacles amarillo, rojo y negro, de especies y formas distintas pese a que comparten nombre, el cascabel o chilcostle, el pasilla negro de Oaxaca, el chile negro, 53 MAGAZINE perteneciente al género C. chinense y que se llama así por ser casi negro, el chile tabasco, del género C. frutescens, el catarina, el pajarito, el bolita, otros habaneros y algunos más de consumo muy local. Nº 99 NOVIEMBRE 2009 CF con la cebolla, chile serrano o jalapeño y se termina con epazote, una de las hierbas clásicas de la cocina mesoamericana, y especias. Unas rajitas de cebolla fresca, un poco de nata y algo de queso fresco terminan el plato. Los chiles y el maíz 54 Los chiles aparecen casi siempre asociados al maíz en la cocina mexicana desde tiempos ancestrales, y así sigue siendo en nuestros días. Es un tema que merece ser tratado en particular. Sazonan con su picor salsas, chileatoles, sopas, elotes con queso, enchiladas, gorditas, bocoles, empanaditas y tamales en todas sus formas. Las tortillas espesan todas las salsas y moles. Lo primero que encontrará el comensal al sentarse en la mesa del restaurante de casi todo el país mexicano será un cestillo con tortillas de maíz asadas en el comal y tres salseras diminutas con salsa de tomatillo (tomate verde) y chile verde, salsa de jitomate (tomate rojo) con chile rojo y salsa de chile de árbol, para los más gustosos del picante. Es un aperitivo delicioso, la combinación más elemental de maíz con chile picoso. Estas salsas, si no se quieren hacer en casa, se pueden comprar recién elaboradas en casi todos los mercados. Los chilaquiles son el desayuno más increíble y sabroso que se pueda imaginar, y no sólo para enderezar una noche de excesos etílicos, como manda la tradición del país. Unos trozos o triángulos de tortilla fritos se sirven fríos pero aún crujientes en una salsa de tomatillo (tomate verde) o de jitomate (tomate rojo). Los he probado en este viaje en salsa de jitomate en Papantla (Veracruz) y en salsa de tomatillo en Puebla y en México DF. Para la salsa se asan en el comal o plancha los tomatillos o los jitomates junto Los chileatoles consisten en granos de elote (maíz tierno) cocidos en un caldo o en agua y sazonados con chile. Los hay en variedades para todos los gustos, más o menos refinados, pero en la propia calle se pueden degustar algunos muy sabrosos de verdad. El cliente recibe un vasito con su ración de chileatole caliente con su caldo, sazonado con chile verde y acompañado de una salsa, que puede ser hasta mayonesa. Es una cena deliciosa para terminar un paseo por los monumentos de la ciudad, como yo pude hacer en Puebla en compañía de Patricia Quintana y Montse Estruch, pues en sus alrededores siempre encontrará el turista algún puesto de tenderos-cocineros que ofrecen sus productos y su amabilidad. En México se hacen sopas con tortillas del cereal, no sólo con el grano. El caldo puede ser de carne o de marisco o pescado. En la región de Tuxpan se hacen de camarón con tortilla, su punto de picantito y se sazonan con canela, clavo, comino y cilantro en grano. Las sopas de frijoles también llevan tortilla y sus chiles correspondientes y son muy sabrosas y delicadas, pues la comida mexicana suele ser muy poco grasa. Los elotes, mazorcas de maíz tierno, sazonados con queso y chile, otra vez la combinación del picor con los lácteos, son muchas veces la cena rápida para terminar una fiesta o un domingo en los que no se quiere trabajar en la cocina. El tendero ofrecerá MAGAZINE CF Nº 99 NOVIEMBRE 2009 al cliente un elote pinchado en un palo, como un polo, recién cocido y caliente, untado de mayonesa y forrado de queso y bien de chile seco rojo picado, quizá guajillo, piquín o serrano, según gustos. Es comida rápida pero no comida basura, sin duda. Las gorditas consisten en una pella de masa de maíz moldeada en forma alargada, rellena con un recado bien condimentado y con chile y fritas. Se llaman bocoles cuando no se rellenan y la masa se aplasta hasta un grosor de _ centímetro. Se cuecen sobre el comal o plancha. Están sabrosas con una salsa de tomatillo y chile verde y unas migas de queso fresco por encima. Entre las enchiladas, tortillas de maíz cocidas en comal y rellenas, más sabrosas que he probado en este viaje se encuentra la de mole negro y pato con la que me regalaron en el restaurante Izote, de la chef Patricia Quintana, en México DF. Las enchiladas de maíz morado son espectaculares y deliciosas recién cocidas en el comal. Los chiles acompañan los rellenos de la mayor parte de los tamales de México y, en realidad, de toda América. Los tamales son como bocadillos de masa de maíz que encierran un relleno y se cuecen envueltos en hojas de maíz o de plátano. Se rellenan de todo lo imaginable. En la laguna de Tuxpan, el recado es de ostiones sazonados con chile verde, chile ancho hervido, semillas de chile ancho y cilantro y un poco de epazote fresco. Lo probé con Patricia Quintana en el restaurante intalado en una palapa sobre la laguna de Mimí Ninfa Noemí Ramos Carrasco. En Atlixco hacen un sencillo tamal de cominos y un poco de chile ancho cocido, un sabroso desayuno. Uno de los ejemplos de tamal más espectaculares en México es el zacahuil o zacahuile, que en lengua náhuatl significa taltuza (roedor comestible) en canasta. La Huasteca es una región centrada en la mitad norte del estado de Veracruz y que se extiende también sobre parte de los estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tamaulipas y San Luis Potosí. El zacahuil es uno de los platos ceremoniales imprescindibles, junto al mole y al pan, en los altares de ofrendas del Día de Muertos de los huastecos y se sirve también en bodas y fiestas de muchos invitados. Consiste en un tamal enorme de hasta dos metros de longitud y más de medio metro de anchura de masa de maíz martajada, es decir, no molida del todo, como en casi todo el continente. Hoy se rellena con un guiso deshilado de carne de cerdo, de cabrito, de venado, de vaca o de pollo y hasta de marisco o pescado, bien sazonado y bien picante con diversos chiles, cebollas, jitomates y otros ingredientes y hierbas. El tamal con su relleno, como me explicó Patricia Quintana, se envuelve en hojas de plátano grandes, se ata con una especie de juncos, hoy sustituidos por alambres, formando como una cesta, una canasta, y se cuece sobre una madera durante toda una noche y parte de la mañana en hornos a baja temperatura, de tierra y con piedras calentadas en el fondo al estilo tradicional o muchas veces hoy en día en hornos panaderos de barro. Además de impresionante es delicioso. Lo probé con recado de puerco o cerdo en el malecón del río Tuxpan, junto a otros manjares picosos o dulces, todos sabrosos y ricos. www.rosatovar.net 55