tratamiento de la hiperplasia glandular quistica

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TRATAMIENTO DE LA HIPERPLASIA GLANDULAR QUISTICA
.. JosLIN y su esc uela , quienes se inclinan a la
ción de que el r etardo del crecimiento en estos
・ セー@ ¡caes sencillamente debido a la deficiente nutrínJOOS
•
.
.
. , de Jos m1smos,
por f a 1ta d e un tratamiento
tncJon'nico y dietéttco
· a d ecua d o. E n una revlSlon
· · ' de esl
. su!
cuestiones p o r R YNEARSON- HILDEBRAND J. se tn
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· ·a que se observa an casos e enantsmo ta et1co
S!OU
•
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J ,
más frecuenCia que a ora en a epoca en que se
con dictas con pocas ca1onas
' y con dfi.
daban
e Ctente provisión de vitaminas. Estos 。オセッウ@
se muest ran muy
escépticos en cuanto a la postbthdad de que en los
niños diabéticos haya- un trastorno del balance endocrino, aseg urando que lo único evidente es que
les falta insulina y que probablem ente las demás alteraciones son secundarias. Contra esto rearguye Jr.MÉNEZ DfAZ que el cuadro completo de infantilismo diabético con hepatomegalía es de observación
excepcional y en cambio son muy numerosos los niños diabéticos que reciben un tratamiento in adecuado, aparte de que queda ría con ello sin explicar
la inestabilidad insulínica. El razonamiento empleado por JOSLIN de que un tratamiento correcto h ace
desaparecer la h epatomegalia y corrige el infan tilismo, similar por otra parte al de RYNEARSON y Hn.DEBRAND cuando sostienen qu e hasta el presente na die ha dem ostrado que haya un tratamiento endocrino de la diabetes superior al de la administración
de insulina, son un poco capciosos, ya que sí bien
es cierto que con la insulina corregimos el trastorno
fundamental de la diabetes no por ello h emos adelantado gran cosa en el conocimiento de los m ecanismos porque se produce esta enfermedad, como ha
sido puesto de rel ieve de fuente bien autorizada por
numerosos clínicos en los últimos años. Por otra
parte tenemos casos como los de GIBSON y FOWLER.
citados por el propio WILDER, en los cuales la diabetes fué bien tratad a ya desde un principio. También estos au tores suponen que el enanismo en sus
casos es debido a una insuficiencia hipofisaria. En el
nuestro se o btuvo la desaparición de la hepatomegalia después de administrar durante dos meses páncreas crudo, fundándonos en los trabajos de la es·
」セ・ャ。@
de DRAGSTEDT sobre la substancia lipocaica.
sQセ@
embargo, al mismo tiempo se llevó un control
CUJdad_oso de la diabetes, por lo que no nos es posible as1gnar a la primera la mejoría obtenida.
En resctmen se comunica un caso de diabetes in fantil con hepatomegalia y se discute la intervención
de_ facto:es hipofisarios en su gé nesis. Con el trataュjセョエッ@
msulínico y dietético adecuado se· ha conseguido que el niño continúe su crecimiento y desapaセ ・ コセ。@
la hepatom egalía. No es posible atribuir este
ultJmo efecto a la administración exclusiva de páncreas crudo, por haber sido hecho al mismo tiempo
un tratamiento riguroso d e su diabetes.
「j」セN@
BIBLIOGRAFíA
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ITE, P. -Areh. in t. Med., 68, 39, 1939.
F
235
ZUSAMMENFASSUNG
Mitgeteilt wírd ein Fall von kíndlichem Diabetes mit H .:patomegalie, und es wird der Einfiuss
von hケセッーィウ・ヲ。ォエイョ@
auf die Genese besprochen. M1ttels emer Insulínbehandlung und eíner
en_tsprechenden Diat íst es aber doch gelungen, das
kQセ、@
am w。」ィセ・ョ@
zu beha_lten und die Hepato megalie zum Schwtnden zu bnngen. L etzteres ist nicht
allein auf die ausschliessliche Verabreichung von
イ_ィ
・ セ@
pセョォイ・。ウ@
zurückzuführen, da g leíchzeítig
eme ngurose Behandlung des D iabetes durchgeführt
wurde.
On fait connaitre un cas de diabete enfantine
avec de I'hépatom égalie et on discute l'intervention
de _facteurs hypophysaires dans sa génese. Avec le
traitement insulinique et dietétique adéquat, on est
parvenu obten ir que la croíssance de 1' enfant contínue et que I'hépatomégalie disparaisse. I! est impossible d ' attribuer ce dernier effet a un e adminístration exclusive de pancréas cru, un traitcment ri goureux de sa diabere aya nt été fai t en meme temps.
a
EL TRATAMIENTO DE LA HIPERPLASIA
GLANDULAR QUfSTICA CON CHOQUES
DE FOLICULINA
F. UCIEDA LOSADA
(León)
La hiperplasía glandular quística, como se sabe
por los fundamentales trabajos de SCHRODER depende de la persistencia de uno o va rios folículos y
la acción continuada y p ersistente del exceso de hormo na folicul ar, JÍroduce, entre otras alteracio nes patológicas sobre el aparato genital femenino, el síndrome de la metropatía h emorrágica, que se manífiesta en la mucosa uterina por una marcada hiperproliferación. Esta mucosa, a la que le falta el influjo del cuerpo lúteo para su transformación· sufre
una serie de necrosis parciales- p roba blemente por
trastornos vasculares, - dando o rigen a hemorragias de distinta intensidad.
El cuadro histológico (según N OVACK- citado
p or SCHRODER) está caracterizado por un cndometrio anormalmente grueso, a menudo mucho más
grueso qu e en el más alto grado de secreción del
proceso funcional normal. Las glándulas son de formas irregulares; se encuentran los canales gland ulares unos junto a otros, alargados, serpenteados, incurvados y raramente deformados. La denominación de tal imagen como un trozo de "queso suizo"
es muy adecuada. El estroma es desigual. cambiante:
en alguna parte rico en células y en otras con entramado hueco. Las células son fusiformes. Los epitelios glandulares aparecen apretadoo unos contra otros
tanto que se presenta con frecuencia una poliestratíficación. Las células aisladas tienen marcado ca-
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23b
REVISTA CLINICA ESPA!VOLA
rácter proliferativo y nunca se observan ウゥセョッ@
de
secreción, como no se presentan metamorfosis.
SCHRODER distingue tres fases o estadios, que tiene en cuenta para el tratamiento, y que describe así:
Primer estadio, fase de amenorrea, caracterizado por
la hiperplasia glandular quística del endometrio y
"bienestar clínico", sin ninguna hemorragia. El
diagnóstico, sólo es posible en este momento mediante el legrado de prueba , que naturalmente no
se efectuará nunca más que cuando hayan precedido
fases semejantes que permitan excluir un embarazo.
Segundo estadio: de necrosis y hemorragia de ella
derivada. La necrosis es parcial y superficial, alrededor de pequeños vasos, se limita primero a los territot íos que bordean el orificio interno y aumenta luego hasta constituir una superficie irregular cruenta. La diferencia con la necrosis producida
en la menstruación consiste en que en ésta es destruída la mucosa hasta la basal en pocas h oras, apoyando esta destrucción masas de leucocitos, mientras que en aquélla la destrucción y eliminación son
más lentas pudiendo transcurrir sin leucocitosis.
Tercer estadio: la curación de la herida después
de la necrosis. Si se legra en este período se encuentra una cavidad vacía con algunos colgajos necróticos. Salvo ligeras variantes, este cuadro es análogo
a las tres fases de RUNGE.
H asta hace bien poco el tratamiento de la H. G. O.
consistía principalmente en legrados repetidos y
"a fondo", en cauterizaciones de la mucosa, en mutilaciones más o menos extensas del aparato genital
interno, y en la castración; sin olvidar todos aquellos medicamentos que influyen más o menos en la
con tractilidad del útero. La castración se recomienda aún -entre otros por SCHRODER- en la mujer
premenopáusica y se desaconseja en mujeres en plena madurez sexual, pues no solamente pueden ser
muy graves los trastornos de tipo ovarioprivo que
se produzcan, sino que es preciso rehuir conden ar
a la mujer a una d efinitiva esterilidad. También emplea este autor la radiación intracavitaria a dosis no
castración, con objeto- dice- de conseguir eliminar el endometrio.
No es aconsejable el aplastamiento del folículo,
porque puede producirse una hemorragia de graves
con secuencias.
La intensidad de la met rorragia varía mucho de
unas enfermas a otras y el mayor o m enor grado de
anemia - tan desigual a veces en relación con la
cantidad de sangre perdida - insinúa SCHRODER
pueda ser debido a una acción que ejerce el exceso de
fol iculina sobre los órganos hematopoyéticos. Como
se desprende del estado actual del tema que nos ocupa, la transfusión ideal en los casos en que sea necesaria, debe de hacerse con sangre de embarazada,
pues de esta manera no solamente se repone más,
sino que se actúa directamente sobre el folículo persistente por medio de las hormonas luteínicas de las
que t an rica parece ser la sangre de gestante. Lo que
no está ya tan claro es el mes de gestación en que
conviene se encu entre la dadora.
E n los casos de aborto habitual, como protección
del huevo, KNNER emplea con gran éxito suero de
embarazada de los tres primeros m eses (ro c. c. en
los días correspondient es al período). Y este autor,
80 agosto 19¡2
y EHRHARDT y WINCKLER. utilizan en el trat
miento de la H. G. Q. suero y sangre de emba/zada, entre el octavo y décimo m es de la ァ・ウエ。」ゥ￳セM
Con esta terapéutica se trata, pues, de proteger ai
cuerpo amarillo en el aborto habitual y de procura
en los H. G. Q. la formación de un cuerpo ャエ・セ@
para transformar la mucosa hiperproliferada.
Efectivamente: el empleo de sangre o suero de
embarazada a エ←イセゥョ\[^@
o en los últimos meses, puede tener dos exphcacwnes: una, que según KNNER
existe en estos últimos meses en la sangre de la gestante gran cantidad de hormona luteinizante que
influiría sobre el folículo persistente transformándolo en cuerpo lúteo. Otra, que el exceso de foliculina en esta época del embarazo pudiera influir sobre
el lóbulo anterior de la hipófisis provocando una
descarga de hormona gonadotropa. En cambio por
esta misma razón, del exceso de hormona folicular
circulante, pondría en peligro un huevo en trance
de ser expulsado al aumentar las contracciones por
la acción sensibilizantc de la folicul ina sobre el útero grávido.
El legrado, que debe ser siempre suave y sin alcanzar la basal para evita r cicatrices que pudieran dar
origen a placentaciones acretas. es imprescindible.
no solamente com o medio terapéutico- qu izás solamente en el tercer estadio de SCIIRODER,- sino
como elemento indiscutible de diagnóstico, pues aunque clínicamente se sospeche el síndrome que nos
ocupa, no hay que olvidar que en todo caso este
trastorno ronda o aparece en la menopausia, en un
tanto por ciento muy elevado. y cuando toda hemorragia plantea un grave problema qu>' es impro?scin·
dible resolver con toda ュセエゥ」オャッウ、。N@
En la actualidad, estando reconocido por todos,
de acuerdo y firmes en el origen de este síndrome, en
la alteración del equilibrio hormonal , se impuso lzgicamente el tratamiento en el sentido de regular
esta desviación. A tal fin se impuso y aun subsiste.
la terapéutica de substitución, representada por la
hormona luteínica . Esta manera de proceder llevada
a la práctica por casi todos los ginecólogos, se puede
conseguir, o bien administrando Proluton a distintas dosis, o por medio de suero o sangre de ges·
tante. D e entre los autores por mí consultados el
único que no cree en el empleo del Proluton como
terapia eficaz es RUNGE.
Más lógico parece el intento de conseguir la rup·
tura del o de los folículos persistentes influyendo
sobre o a través de la hipófisis, pues al fin y al cabo
parece ser esta la vectora en la regulación hormonal.
Con este objeto ha sido empleado el Prolan y Pre·
loban por SCHRODER y RUNGE entre otros. KNNER
ha ensayado el Prolan con resultado n egativo.
D e todas formas parece probable que lo mismo
la terapéutica sustitutiva que esta última o ・ウエゥュセᆳ
lante, obran sobre el mismo objetivo, la hipófistl
activando la producción de hormonas gonadotropas
y no directamente sobre el ovario. Sin embargo.
HILL y PARKES han demostrado en animales hipo·
fisectomizados, que inyectándoles orina de embara·
zada se produce la misma reacción positiva que en
animales normales, lo que demuestra que no. so·
lamente actúan por m edio de la hipófisis, sino dtrec·
tamente sobre el ovario. Lo mismo sucedería con el
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TRATAMIENTO DE LA HIPERPLASIA GLANDULAR QU!STICA
1 por algunos, como RUNGE, de la hormona
elllP eol'na Este mismo ha implantado lóbulo antemascu 1 .
.
. de hipófisis de ternera en los rectos sm resul- cantt'd a d
nor
atribuye este f racaso a 1a pequena
ta do, Y
injertada.
Las razones que nos .indujeron al empleo de la
foliculina en grandes d?sts en la H. G. Q. fueron de
una parte las sugerencias que hace CLAUBER en su
monografía y la falta total de Proluton en el merado por aquella época, estimulándonos a seguir los
セ・ウオャエ。、ッ@
favorables obtenidos.
Por distintas causas no n os fué fa.ctible conocer,
'<11 comienzo de nuestros ensayos, nmguno de los
trabajos que reseñamos. Muy posterior a su publicación y casualmente, leímos la nota clínica del
doctor CLAVERO, que nos proporcionaba la satis,
facción de ver emprendida esta misma orientación
con resultados también favorables y que, como a
nosotros, parece ser CALUBER el que le proporcionó
e1 primer estímulo. Plenamente de acuerdo con él
nos complace reseñar, entre la escasa bibliografía
consultada por nosotros, toda ella extranjera, el
nombre de un compatriota.
La primera insinuación la encontramos en ZoNDEK. cuando al hablar del tratamiento de las hemorragias-· aunque no se refiere concretamente a la
H. G. Q. -dice que en semejantes casos ha empleado foliculina, observando con frecuencia éxitos
donde fracasaron otros recursos. Aconseja altas dosis por vía oral y vía intravenosa. Claro es que estas
dosis por él propuestas son muy exiguas comparadas con las usadas por nosotros. I gnoramos, dice
después, el efecto terapéutico de la hormona en estos
casos.
CLAUBER ya perfila mucho más esta cuestión,
afianzándolas con experimentos animales. Al hJblar de las alteraciones histológicas que produce en
la hipófisis de aquéllos, la administración a dosis
excesivas de hormona folicular, dice que las cantidades muy elevadas de esta hormona parecen estimular la actividad del lóbulo anterior, por cuanto
se .producen cuerpos lúteos en los ovarios de los
ammales así tratados. Y también que al administrar
"bruscamente" una gran dosis de folículina después
de su acción depresiva y pasajera sobre el lóbulo
anterior y, por consiguiente, sobre el ovario, se
establece una hiperfunción, es decir, una gran producción de cuerpos lúteos en el ovario, al suprimirse
bruscamente esta acción de la hormona folicular sobre el lóbulo anterior.
Este mismo autor, HOLWEG y DHORN, comuni」。セ@
アセ・
N@ administrando grandes dosis de foliculina
se セョィQN「・@
la hipófisis la producción de la hormona
fohcuhzante y si cesa entonces, la hipófisis elimina
randes cantidades de dicha hormona, la cual proablemente permite la ovulación.
S eョセNイ
・@ los autores por nosotros consultados, sólo
CHRODER y CLAVERO emplean la foliculina en el
tQt .
.
. amtento del síndrome que nos ocupa; aunque Sl
bten el primero la dosifica según el estadio en que
se .encuentra la enferma Así da en el primero cien
セ Q Q@ unidades; en el ウ・ァセョ、ッ@
so.ooo unidades dianamente hasta el cese de la hemorragia y en el
tercero r .ooo unidades diarias. RUNGE no ha obte-
237
nido resultados favorables con el empleo de la foliculina, pero cree en su fundamento.
Nosotros hemos tratado en total once casos, cuclínicas exponemos a continuación,
yas Nィセウエッイゥ。@
admmtstrando la foliculina por vía parenteral, a
pesar de los buenos resultados aducidos por SCHAFT
con su método de inyección directa en el cuello
uterino; claro está que lo que este autor se refiere
es a otra clase de trastornos en que está indicada
la hormona folicular. En seis de ellas h emos comprobado el diagnóstico con examen histopatológico;
en las otras cinco no nos fué posible, dos por motivos sociales y tres vírgenes a las que no se pudo
legrar. Todos los dictámenes han sido emitidos por
el doctor V ARALA GIL, de Santiago.
l. (25-7-40). R. F., soltera, sin antecedentes Menarquia
a los 13 años, tipo 5/28, nulípara. Desde hace un año tiene
metrorragia casi constantemente y con grandes coágulos; en
las pausas mucho flujo blanco; pinchazos en el vientre que no
sabe precisar. Tipo asténico. En la exploración encontramos:
un útero en anteflexión muy marcada y aumentado de volumen; cuello dilatado para el paso del índice. Legrado bajo
anestesia general de toda la cavidad, extrayendo una mucosa
fuertemente engrosada. El dictamen es de hiperplasia glandular
quística de la mucosa. Deja de sangrar y está amenorreica tres
meses. Vuelve de nuevo el período y se le altera después de
cuatro meses de normalidad. Cuando la vemos sangra desde
hace veinte días. Se le inyectan so.ooo u. dos días consecutivos,
dejando de sangrar hasta hace quince días, que nos escribe que
se le inicia alguna alteración. Propusimos en la segunda vez
un nuevo legrado, que no aceptó. En resumen, ha estado normalizado su período un año seguido, después de la administración de 1 oo.ooo u de foliculina.
n.
(1 2-4-41). Nos llaman para ver a una niña de 13
años. Su menarquia ha sido en febrero de este año, deslizándose sus reglas con las siguientes anormalidades: el primer mes
le dura veinte días muy abundante, cesa del todo, dice, para
comenzar de nuevo con enorme intensidad hasta constituir una
verdadera metrorragia con lipotimias; sigue sangrando hasta el
momento en que la vemos por primera vez. Ha sido tratada con
toda clase de medicamentos por el médico de cabecera (calcio,
cornezuelo, coaguleno, etc.). A la exploración rectal no se encuentra anormalidad alguna. Se le pone Proluton de 5 mgs. en
inyección diaria y solamente una caja, única que se encuentra
en el comercio. En vista que sólo mejora muy ligeramente, se
le inyectan 5 o.ooo u. de Proginon B, oleoso, repitien_do la
dosis al siguiente día, cediendo de tal forma la hemorrag1a que
a los tres días le inyectamos 1 oo.ooo u. Desde entonces no
volvió a sangrar, siendo hasta la fecha sus reglas con un ritmo
de 6-7/28 y de intensidad normal.
III. (23 -4-41). T. G., de 51 años, viuda, menarquia a
los quince años, tipo 3/28. Catorce partos normales con dos
puerperios febriles. La vemos por primera vez el 24-IX-40,
dando a la exploración los datos siguientes: útero duro algo
grande; parametrios y anexos bien; en cuello er?sión no st'Specbosa; desgarro perineal de セi@ grad?. Desde JUniO- :,ntes
perfectamente reglada -ha .tem?o. peno?os de un mes. de duración y a veces de extraordmana mtens1dad. No aqueja dolores espontáneos en bajo-vientre. Se le propone un ャセァイ。Nッ@
セ・@
prueba, que no acepta. En Qセ@ fecha que encabeza est.a ィAウエッイセ。@
clínica, vuelve porque ha temdo una gran metr?rrag1a despues
de una amenorrea de dos meses. Se legra, obtemendo una mucosa bastante engrosada, siendo el dictamen de H. G. Q. A los
seis días comienza a sangra r con cierta intensidad, inyectándole
1 oo.ooo u en una sola vez, q ue le p rodu jo un estddo--;- poco
duradero- de intranquilidad y desasosiego, pero cede .a sangre en absoluto a las pocas horas. Hemos tenido ocasión de
verla dos veces y sigue amenorreica.
IV. (25-5-41). C. A .. de JO años. casada Menarquia a
。ャNオュ_イセョエッ@
los 13 años tipo 7/30. ':Jn parto ョッイュ。セ⦅」@
patológico porque la mujer que la atend10 tracc10no del co.rdón antes del desprendimiento; puerperio ligeramente febnl.
Desde su parto, hace ocho meses. sangra dos veces al mes c.on
duración a veces de 15 días. En la actualidad, lactando, Y b1en
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REVISTA CL!NICA ESPAROLA
por esta circunstancia o por su gran adiposis no se consigue
por ninguna de las dos vías precisar tamaño de útero. Resto
de aparato genital normal. No acepta el legrado que le proponemos. Se le inyectan en vista de su historia el ínica 1 o o. ooo
u de foliculina, cediendo a las pocas horas para reaparecer li geramente manchas a los diez días. que desaparecen definitivamente con otras 50.ooo u. Posteriormente nos comunica su
marido que sigue bien, habiéndose normalizado su período.
Luego no hemos vuelto a tener noticias por no vivir en la
provincia.
V. (16-5-41). Nos llaman en consulta para ver una joven
de 25 años, soltera y nulípara. Menarquia a los 14 años, tipo
5, 6/2 7. Al principio eran sus reglas cada 1 5 ó 20 días y de
ocho de duración En exploración rectal útero hipoplásic:> dP.
1 grado. En abril pasado a continuación de su período comen7ó con una hemorragia que duró hasta la fecha - 2 2
días. - Fué tratada por su médico con calcio, hidrastyis, etc.
Se le ponen 1oo.ooo u de foliculina, que le producen jaquecas. vómitos y escalofríos. sin que la sangre ceda casi n.;J.:¡; se
repite la misma dosis a los dos días, con el mismo イ・セオャエ。Nッ@
Cedió con unos inyectables de Cebión, normalizándose :;u período. En la actualidad está fmbarazada.
VI. (10-6-4 1). A. P. , de 46 años, casada. Menarquia
a los 14 años, tipo 8/3 o. Siete partos normales, un aborto de
tres meses; puerperios febriles todos. El último- el aborto hace tres años, estando sangrando 4 meses seguidos. Después
amenorreica un año. Al siguiente aparece de nuevo. pero con
mucha irregularidad alguna amenorrea con d uración e intensidad variables. Ahora hace un mes sangra constantemente;
dolores en el vientre y fiebre, según ella. La están tratando con
diatermia. Exploración: útero grande, pero movible, anexos
y parametrios bien, sin que se observe ningún resto inflamatorio: sangra en el momento de explorarla. Legrado con el
que apenas se extrae nada de mucosa. El informe anatomopatológico es de que no se puede hacer un diagnóstico exacto,
porque casi la totalidad del producto es sangre. A los seis días
comienza a manchar, aunque poco; se le da un preparado de
cornezuelo que no hace ceder. In yección de 1 oo.ooo u de foliculina, que también le producen un cuadro parecido de malestar sin la intensidad de las anteriores enferm as y tardando en
desaparecer la sangre 8 días. Hemos tenido recientes noticias 、 セ@
que sigue amenorreica desde entonces.
VII. (4-8 -1 94 1). E. P ., de 14 años. Menarquia a los
trece años; tipo irregular cada quince días. Ahora es una sola
regla , pero de 1 2-15 días de duración y de tal intensidad que
empapa, con reposo en cama, 8 y 1 o paños diarios. No ウセ@
deja explorar. Se le inyectan 1oo.ooo unidades de foliculina,
cediendo en absoluto seguido de una amenorrea de un mes. La
regla siguiente es aún abundante, pero no tanto en intensidad
y duración como antes- septiembre. - No considerándolo aún
normal, se le inyectan unos días antes de su regla 50.000 unidades en los meses de octubre, noviembre y diciembre, tornando
desde en ton ces el período un ri trno de 6 l3 2. 34 , de intensidad
normal y hace su vida ordi naria.
VIII. Mediados agosto 1941. Somos llamados para ver a
una señora de 43 años, casada. Menarquia a los 15 años. Tipo
6 / 28. Cinco partos normales con puerperios apiréticos. Hace
unos meses su regla es de un ritmo 4 /2 4. Desde hace veinte
días sangra con bastante intensidad, expulsando gran cantidad
de coágulos. Es tratada con toda clase de medicamentos, sin
resultado. No se deja explorar y rechaza el legrado. Se le inyectan 1 oo.ooo unidades de foliculina, que le producen náuseas y vómitos. pero desapa rece la hemorragia a las pocas horas
para no volver hasta el mes en forma de regla, aunque más
abundante. Desde esa fecha sus períodos son como antes, normales.
IX. (4 - 1o- 1941). M. G., de 44 años, casada. Menarquia
a los doce años. Tipo 8/26. Seis partos normales y seis abortos; el último de éstos hace ocho meses. Desde hace 18 días
coincidiendo con un período, sangra los ocho primeros con
normalidad, luego con gran abundancia, hasta la fecha. útero
de tamaño y posición normales; en anexos, nada anormal, cuell o cerrado. Legrado de toda la cavidad. consiguiendo de cara
anterior restos de mucosa. El dictamen es de H. G. Q. y de la
túnica propia. Se le inyectan 50.000 unidades antes del alta
por manchar ligeramente. Desde entonces normalidad en su
período.
30 agosto 1942
X. (27-10-1941). J . C .. de 47 \セ￱ッウL@
casada. Palud·
y flebitis. Menarquia a los 14 años. Tipo 6.7/ 22 . Tres ISDlo
d o El
norrnhales y uャセ@
a bo rto, ?pera.•
d d'1a _2 de septiembrepartos
tuvo
una ernorrag1a a 」ッセエュオ。QPN@
e1 penodo. En octubre ha
estJdo sangrando 1 8 d1as y ccd1o con 5 o.ooo unidades de f
liculina, que le administró su médico de cabecera. En la actolidad sangra de nuevo algo. Útero algo grande; resto de aua.
rato ァセョゥエ。ャN@
bien. Legrado con extracción de una ュオ」セ
。ᆳ
engrosada. Dictamen de I l. G. Q. Al siguiente día 1oo.oosa
unidades de fol iculi na. Posteriormente ha tenido su regla ョッイセ@
mal hasta la fecha.
XI. ( 19-12-194 1). G.P .. de 34 años, casada. Menarquia
a los 15 años. Tipo 4·5 / 23. Un parto no rmal con puerperio
apirético. Como antecedente digno de mención. el de que en
su puerperio estuvo sangrando treinta días, a pesar de la toma
de un preparado de cornezuelo de centeno. Aborto de dos
meses el 24-1 o-1 941. Toma un preparado de cornezuelo y se
llega casi a la t ransformación de sus loquios, que vuelven de
nuevo a hacerse sangui nolentos. Sangrando constantemente,
aunque con poca intensidad. está hasta la fecha que encabeza
esta historia clínica. En este intermedio es exp!Qrada, encont rando un útero hipoplásico y descartando por tanto una
endometritis post-abortum. Toma toda clase de medicamentos
sin resul tado apreciable. Le inyectarnos 50.000 unidades de
foliculina, que hacen ceder, pero pasa ¡erarnentc. la sangre, repitiendo más tarde la dosis. con igual resultado, aunque es lo
único que le ha hecho más efecto. El legrado nos da pequeñas
ca ntidades de mucosa con dictamen de H. G. Q. Ha tenido
después una regla un poco más abundante que las otras y al
mes justo. Desde entonces normalinda en sus períodos.
Harem os, por último, a lgunas observ aciones. Uno
de los casos, el núme ro V, aunque clínicamente par ecía una metropatría, n os demostró e l e rror en アオ セ@
estába mos al n orma lizarse con vitamina
y no
ceder con fol ic ulina. En el caso XI, tenemos cast
l a seguridad de que s i empleamos doble dosis en
una sola tom a se cons igue la corrección, pues el
legrado nos demostró, n o só lo el tipo de mucosa
hiperplásica, sino que, además , estaba en el tercer
estadio de S CHRODER. En el caso VI, aunque el
dictamen era poco preciso, sin embargo cedió al
tratamiento. Y . por último, el número I. es de los
recidivantes, cosa frecuente y resaltada por todos los
autores. H asta la f echa es el ún ico caso que al cabo
de un año de n orm alizada su regla vuel ve otra
vez a presentar t rastornos. Es posibl e qu e, si se la
hubiera tratado inm ed iatamente después del legrado, como a l as d emás, h ubiéramos conseguido un
r esulta do completamente favorabl e, p e ro entonce.<
no utilizábamos aún este tratamiento.
e
RESUMEN
I. o
El pro! u tón, única tera péu t i ca sustitutiva
emplea d a por n osotros, siempre fué ineficaz. Todos
los casos diagnosticados histológicamente, antes del
empleo d e l a foliculi na y tratados con hormona
luteínica fu eron por fin castrados. D e las o t ras formas d e terapia citadas, no t en emos experiencia.
0
2.
Esta terapéutica que hemos expu esto de la
H. G. Q. es s iempre activa, cualquiera que sea la
fase d e hiperproliferación en que se encuentre la
mucosa. únicamente h emos observado que cuando
el tratami ento es inmedia t o al legrado no 。 ー。イ
・セ@
la hemorragi a de tipo de regla a que hace referencta
SCHRODER, ya que la mucosa en lugar de eliminarse
por la acción de la h o rm o na a l os pocos días de
administrada ésta, l a extraem os con el legrado ..
3- 0
Si los resulta·dos por n osotros obtentdos
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ANEMIA DEL MIXEDEMA
oyados en los experimentos de los autores citatangible, es indudable que
habrá consegutdo dar un gran paso en el tratase icnto de un síndrome que hasta hace bien poco
;oducía una respetable cantidad de mujeres mutiladas 0 castradas ..Esto que,. como セ・」■。ュッウ@
antes,
no tendría gran tn;portanCla, tratandose de prernenopáusicas, se agtganta en las niñas y mujeres
en plena madurez sexual.
jos llegan a ser r.ealidad
BIBLIOGRAFíA
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nuevo tratamiento de
109 metrorragias Npセイ@
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SCIIAFT. E. - Zbl. Gyniik., 14, abril. 1939.
ャセイアオ・@
Als einzige Ersatztherapie verwandten wir
immer nur proluton, das stets Erfolg hatte. Alle
vor dem Gebrauch von Follikulin histologisch un t<rsuchten Falle, die mit Luteinhormon behandelt
wurden musster zum Schluss kastriert werden. über
die anderen erwahnten Therapieformen besitzen
wir keine Erfahrung.
. 2.
Die von uns mitgeteilte Behandlung der zys·
オウセNィ・ョ@
Drüsenhyperplasie ist stets von Erfolg gekront, ganz gletch um welche Proliferationsphase
der s」ィャセゥュ。オエ@
es sich handelt. Wir haben einz'ig
und allem_ beobachten konnen, dass die von Schro、セイ@
beschnebene Regelblutung nicht auftritt, wenn
dte Behandlung gleich nach der Curettage beginnt.
セョ@
die Schleimhaut, welche durch den Hormonemfluss ausgestossen werden müsste sich, wird mit
der Curette bereits ·entfernt.
. 3· Wenn die von uns erhaltenen Resultate, die
UQ セ@
auf die Erfahrungen der genannten Autoren
stutzen, verwirklichen, so sind wir in der Behand.
ャセョァ@
セゥョ・ウ@
Syndroms, das bis vor kurzem eine betイ。セィエャゥ」・@
Anzahi von Frauen mutilierte oder kasァセ・イエL@
.. einen . guten Schritt vorwarts gekommen.
. 5 wurde bet Frauen die kurz vor dem Klimakteョセュ@
stehen kaum von Bedeutung sein, wie wir beイ・セ@
。セ、・オエョ
N@ doch handelt es sich um einen unセ」@ atz aren Erfolg bei Madchen und Frauen in voler Sexual reife.
RBSUMÉ
t 1 : Le Proluton est la seule thérapeutique subs.
anttve
ét>
. que
. nous avons emp1oye, et qut. a toujours
: meff¡cace. Tous les cas diagnostiqués histologIquement a t' .
. .
tra't•
· n eneurs a, 1'emp101. de la foltculme
et
a エ・セ@ avec de l'hormone lutéinique, furent chatrés
セᄋ@ Des autres sortes de thérapie deja citées.
s n en avons aucune expérience.
。カッセ@
Cette thérapeutique de la H. G. que nous
la
exp?sé, est toujours active, quelle que soit
ve la ase d hyperprolifération daos laquelle se trou muqueuse. Nous avons seulement observé que,
no:
ph
le セイ。ゥエ・ュョ@
est immédiat a la rugination.
de type de regle a laquelle fait allusion
_e イッセ[@
n N。ーセイエ@
pas, puisque la muqueuse, au
lteu d. etre eltmtnee sous l'effet de l'hormone quelques JOurs apres son administration, c'cst nous qui
1 extrayons par la rugination.
3 · Si les résultats que nous avons obtenus nous
「。セョエ@
セオ@
les expériences des auteurs deja cités venatent a etre une réalité tangible, on sera parvenu
saos aucun. doute, a monter d'un grand ←」ィ・ャセ@
daos .le エイ。 エ ・ュセエ@
_d'un syndrome qui presque de
nos JOUrs prodUtsatt une quantité considérable de
ou , 」ィ。エセ←・ウN@
Ceci qui, selon nos
femmes ュNオセゥャ←・ウ@
paroles イ・セ、ョエウ@
n auratt pas une grande importance s agtssant de pré-ménopausiques, s' accroí't
dans une proportion gigantesque chez des jeunes
fili es et des femmes en pleine maturité sexuelle.
セ@ ィセッイ。ァᄀ[@
ZUSAMMENFASSUNG
I.
239
EL EFECTO DE LA HORMONA DEL
TIROIDES EN LA ANEMIA DEL MIXEDEMA
J.
/)¡1]
PARRA LÁZARO
Instituto de Investigaciones Médicas. Director: DOCTOR
c.
JJMÉNEZ DfAZ
La secreción interna de la glándula tiroides es
uno de los factores necesarios para la formación y
mantenimiento del estado normal de la sangre. La
evidencia de su papel en la hematopoyesis está comprobada por hechos clínicos y experimentales que
pueden resumirse en los grupos siguientes:
1. 0
El mixedema con cuadro clínico bien definido, y los cuadros de hipotiroidismo evidente se
acompañan de una anemia, que dentro de ciertos
caracteres varia bies tiene un tipo casi constan te con
un número de glóbulos rojos que oscila desde una
cifra discretamente baja hasta una mediana intensidad sin que nunca el descenso del número de hematíes llegue a grados de anemia alarmantes. La
concentración de hemoglobina está disminuída y el
valor globular suele ser el normal ligeramente bajo.
La morfología globular es variable, pero predominan do la anisocitosis.
2. 0
Los animales tiroidectomizados desarrollan
rápidamente una anemia que semeja en sus características la anemia del mixedema.
3. 0 El tratamiento adecuado con extracto de
tiroides o con tiroxina exclusivamente, sin necesidad de complementar con ningún otro factor hemopoyético, cura la anemia del mixedema en la clínica humana y del animal tireoprivo. E incluso
en ciertos casos de anemia hipocrómica idiopátio
y en algunos casos de anemia perniciosa en enfermos que presentaban estigmas de hipotiroidismo y
que no respondían completamente al tratamiento
establecido se ha conseguido dar un impulso definitivo a su terapéutica con la administración del extracto tiro ides.
El mecanismo por el que la tiroxina actúa como
factor de mantenimiento de la normalidad hemática no está bien definido. En términos generales se
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