IMPERIALISMO Y PRIMERA GUERRA MUNDIAL INTRODUCCIÓN

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IMPERIALISMO Y PRIMERA GUERRA MUNDIAL
INTRODUCCIÓN:
La expansión europea por el resto del mundo,
iniciada desde finales de la Edad Media, crea un tipo
de colonialismo durante los tiempos modernos, que
desde comienzos del siglo XIX experimenta una
profunda transformación como consecuencia de la
proyección en el mundo colonial del proceso
económico europeo y la revolución industrial,
produciéndose a lo largo de dicho siglo un
replanteamiento de la acción expansiva y de la
política colonial, con intervenciones y ocupaciones
en función de las nuevas necesidades e intereses
del capitalismo industrial (Guillaume; Fieldhouse).
Exponentes de tal política expansiva europea son,
en esta parte central del siglo XIX, la penetración
europea en Asia, y en especial en China, y el
colonialismo económico y político en África.
Desde el último tercio del siglo XIX, con el
desarrollo del capitalismo monopolista y la
expansión económica, consecuencia de la segunda
revolución industrial europea, llegan a su plenitud el
colonialismo y el imperialismo occidentales en su
dominio político y explotación económica del resto
del mundo, realizándose, por las grandes potencias
industriales, la política de repartos coloniales y la
construcción de los grandes imperios, que
completan el reparto del mundo entre los poderosos
estados europeos. Sólo Japón conseguirá quedar
libre de la acción colonial europea, y vivirá su propio
proceso
revolucionario
de
transformación
y
modernización, sobre todo desde la época Meiji
(1868), que generará su propia expansión
imperialista en Asia Oriental.
CAUSAS
DE
EUROPEA:
LA
EXPANSIÓN
COLONIAL
El tema de las causas del colonialismo europeo es
una de las cuestiones que más diversas opiniones y
teorías
han
provocado
entre
los
políticos,
pensadores, críticos e investigadores que lo han
tratado, constituyendo un punto auténticamente
polémico. En un intento de síntesis, los autores
hablan más de una causa concreta, de un conjunto
o grupo de causas que, actuando de forma diversa,
pero conjuntamente, se encuentran en los
complejos orígenes del hecho colonial:
Las causas económicas se encuentran en la propia
índole y carácter del proceso económico capitalista,
tanto por las necesidades que éste tiene para su
mantenimiento y desarrollo, como por los intereses
que pone en funcionamiento y los beneficios que
produce. Están en relación, por tanto, con el
desarrollo del capitalismo y de su sistema
económico, como son el interés de los grupos
financieros por las inversiones de los capitales
acumulados, la explotación de los recursos de las
colonias para la obtención de materias primas
indispensables para la producción de la industria
europea, el aprovechamiento y la explotación de
una mano de obra indígena barata y casi servil, la
intensificación y el control del comercio y los
intercambios y asegurar el consumo de productos
industriales con los potenciales y enormes mercados
coloniales, con lo que se obtienen el beneficio y el
enriquecimiento de las potencias colonialistas que
así mantienen su alto nivel de vida y su situación de
bienestar y desarrollo, a costa de la explotación de
las colonias que permanecen en su situación de
subdesarrollo y dependencia; aparece así la
colonización como el imperialismo económico
consecuencia de la política industrial que tiene su
más completa formulación teórica en Lenin.
Las causas políticas y nacionales, en orden al deseo
de las potencias europeas de ejercer e imponer su
poder y prestigio militar y político en la política
internacional,
a
manifestar
y
extender
mundialmente su orgullo y nacionalismo, y también
a controlar y poseer bases y territorios de valor
estratégico. Este nacionalismo imperialista se
manifiesta en Inglaterra a través de la política de
Disraeli y Chamberlain; en Francia, por J. Ferry, y
en Alemania se inicia en época de Bismarck.
Las causas ideológicas y morales, por el hecho de
que cada país, con conciencia de los valores
históricos que representa, expresa su voluntad de
extenderlos sobre la base de su superior misión
civilizadora respecto a las otras sociedades
consideradas inferiores y a las que hay que civilizar
según el modelo europeo, e incluso por su peculiar
interpretación del darwinismo, se defiende la
superioridad del hombre y de la civilización
occidental sobre las restantes, postura que, al ser
exaltada por sus defensores, alcanza niveles de
idealismo y misticismo deformadores de la realidad;
expresión de este talante es Kipling cuando expone
que esta acción civilizadora es la pesada carga que
tiene el hombre blanco.
Las causas sociales, por la misión civilizadora que
tiene el individuo y la sociedad europeas sobre los
pueblos inferiores, y que se manifiesta a través de
variados aspectos y actividades: la evangelización y
cristianización de las poblaciones indígenas, la
acción educativa, cultural y de mejora de las
condiciones sanitarias, las actuaciones personales
movidas por el espíritu de aventura o por cualquier
otro tipo de interés, la apetencia de encontrar
puesto de empleo ventajosos por parte de los
individuos
de
las
metrópolis
que
desean
establecerse en nuevas tierras y la curiosidad
intelectual y el interés científico con la realización de
empresas de todo tipo de descubrimientos y
exploraciones geográficas, como las patrocinadas
por la Real Sociedad Geográfica de Londres.
FACTORES
EUROPEA:
DE
LA
EXPANSIÓN
COLONIAL
Las transformaciones de todo tipo que se producen
en las sociedades occidentales, constituyen las
nuevas realidades y condiciones indispensables para
la expansión europea y la consolidación del
colonialismo, siendo los factores principales:
Los factores demográfico- sociales, por el
crecimiento de la población europea durante esta
época, que constituye un elemento esencial, ya que
al producirse esta expansión demográfica, el
excedente de la población emigra hacia las colonias
para establecerse como colonos y crear nuevos
centros de población europea; de esta forma se
encuentran
estrechamente
relacionados
los
fenómenos sociales de presión demográfica,
superpoblación, emigración y poblamiento de las
colonias: durante el siglo XIX y comienzos del XX, la
población europea pasa de 190 millones de
habitantes en 1815 a 450 millones en 1914, de los
que emigraron más de 50 millones.
Los factores técnicos, con los progresos materiales y
avances técnicos que facilitaron y contribuyeron
igualmente de manera decisiva a la intensificación
de
la
expansión
colonial,
como
son
las
transformaciones de la navegación marítima con los
adelantos de la construcción naval y la fabricación
de buques, así como la utilización creciente del
vapor, con la disposición de navíos cada vez más
capaces y más rápidos, y la modernización de los
puertos,
unido
a
los
progresos
en
el
aprovechamiento de la energía, en el dominio de la
producción y de los medios militares y en el
armamento, lo que lleva, en definitiva, a la
superioridad técnica de Europa por su gran
desarrollo industrial sobre los pueblos de los otros
continentes.
Los factores financieros, por la concentración y
capacidad económica de las sociedades y compañías
por acciones, que transforman las condiciones
financieras que contribuyen a la expansión
económica, así como los sistemas de créditos, la
abundancia y disponibilidad de capitales y su
inversión, y las organizaciones bancarias europeas
con alcance internacional.
Los factores de la política internacional, por el
cambio que impone en la política mundial, al darse
un nuevo estilo en las relaciones, unido a la presión
de los nacionalismos, la democratización de las
instituciones de gobierno, el acceso a la vida política
de nuevos grupos sociales y la difusión de los
medios de información, con los crecientes recursos
del poder político, las rivalidades internacionales e
imperiales y los intentos de acuerdos y repartos
coloniales.
LA ADMINISTRACIÓN COLONIAL:
Los territorios coloniales integrados en los Imperios
creados por las potencias europeas han quedado
sometidos, desde su conquista e incorporación, al
sistema administrativo impuesto, para su gobierno,
por la potencia colonial.
En general, hay un primer momento, que suele
corresponder a los siglos modernos, en que se
encarga de tal control administrativo a una
“Compañía” de comercio y navegación de variado
carácter: esta Compañía solía ser una institución
económica, de tipo paraestatal, que tenía una
completa organización, con el establecimiento de
factorías comerciales y soberanía sobre el territorio,
y disponibilidad de buques y ejército, siendo sus
funcionarios y directores las autoridades de la
administración colonial; posteriormente, ya en
época contemporánea, esta administración pasa a
ser ejercida por los órganos de gobierno
establecidos
por
el
Estado
y
gobiernos
metropolitanos, a través de sus funcionarios civiles
y militares.
En líneas generales, las metrópolis latinas (Francia,
España, Portugal) han practicado un tipo de
administración directa, y la asimilación con una
estructura centralizada, mientras que Gran Bretaña
se ha caracterizado por el tipo de administración
indirecta, el fomento de las instituciones indígenas,
la autonomía y la asociación.
En
cualquier
caso,
según
el
modelo
de
administración política, los territorios dependientes
se clasifican en varias categorías, con diferentes
instituciones
de
gobierno,
siendo
las
más
importantes:
Las colonias propiamente dichas, que no tienen
gobierno
indígena
propio
y
dependen
directamente
de
la
administración
metropolitana a través de sus funcionarios e
instituciones,
y
que
son
principalmente
resultado del derecho de ocupación.
• Los
protectorados, en los que, teóricamente,
subsiste y actúa un gobierno indígena, que es
respetado por la administración metropolitana,
que, a su vez, crea e impone un gobierno
paralelo, y dominante en la práctica, que da
protección al país y lo representa en el exterior,
y es el resultado de un pacto.
• Los
territorios
metropolitanos,
cuando
jurídicamente son igualados a la metrópoli y se
les considera totalmente integrados y formando
parte de ella a todos los efectos, constituyendo
los departamentos o provincias de ultramar.
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA:
•
Durante la época contemporánea las colonias
tienden a clasificarse, según su papel económico, en
dos categorías:
•
•
Las colonias de poblamiento, con mayoritaria y
abundante población de origen europeo que,
tras emigrar, tiende a establecerse de forma
permanente dando origen a núcleos sociales de
tipo occidental, que se impone sobre la escasa
o minoritaria población indígena; modelo de
este tipo es la conocización británica que da
lugar a sus llamados Dominios.
Las colonias de explotación, en las que, bajo
fuertes
estructuras
económicas
y
administrativas metropolitanas, se produce la
explotación de sus recursos naturales, bajo el
control de empresas occidentales, que realizan
inversiones y obtienen inmediatos beneficios; la
mayoritaria población indígena queda sometida
ante una minoritaria población europea de
funcionarios y militares que, en general, está
de paso y no tiende a establecerse como
colonos.
ÁREAS GEOGRÁFICAS DE EXPANSIÓN E
IMPERIOS COLONIALES:
Después de la independencia de América, y durante
todo el siglo XIX, la expansión colonial europea se
intensificó por todos los océanos y continentes,
produciéndose la penetración y ocupación de la
totalidad de los territorios interiores de tales
continentes, especialmente de Asia y África, y
llegándose a finales de siglo a los repartos
coloniales entre las potencias, que mantendrán su
hegemonía sobre las áreas coloniales hasta después
de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el siglo XIX, cuando los territorios
coloniales alcanzan su mayor extensión y plenitud,
pueden distinguirse varios tipos de Imperios
coloniales:
•
•
Los viejos Imperios, que sobreviven de épocas
anteriores,
aunque
disminuidos
en
su
extensión, y que son los de España, con
pequeñas colonias dispersas, y Portugal, con
posesiones en África y Asia; también mantienen
sus
Imperios:
Holanda
(Indonesia)
y
Dinamarca.
Los grandes Imperios, inglés y francés, que fueron
renovados y reconstituidos durante el XIX,
llegando a ser los más ricos y extensos. El
•
•
Imperio británico es el más importante, con
posesiones en todos los continentes: América
(Canadá), Asia (India y otros territorios
próximos), Oceanía (Australia, Nueva Zelanda)
y África (El Cairo- El Cabo). El Imperio francés
también se extendía por todo el mundo,
principalmente en Asia (Indochina), África
(Maghreb, occidental y ecuatorial), América y
Oceanía.
Los nuevos Imperios, formados por las nuevas
potencias europeas con afanes expansivos:
Bélgica, con el Congo, Alemania, con diversos
territorios africanos, e Italia, con aisladas
regiones, también africanas.
El
tradicional
Imperio
ruso,
de
carácter
continental, extendido por Asia Central, y los
más recientes Imperios, resultado de la
expansión de EEUU por el área americana y
Japón por Asia oriental.
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
La primera guerra mundial (1914 - 1918) tuvo por
principal escenario el continente europeo. Fue una
conflagración de tipo político, económico y militar,
en la que las naciones de Europa combatieron en
dos bandos: las Potencias Centrales (signo 1), que
comprendían Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y
Turquía, y las Potencias Aliadas (signo 4), cuyos
miembros principales fueron, en Europa, Gran
Bretaña, Francia, Rusia e Italia, además de
Portugal, Bélgica, Serbia y Rumania. Permanecieron
neutrales: España, Holanda, Suiza, Dinamarca,
Suecia y Noruega.
Las victorias alcanzadas por sus ejércitos, llevaron a
las Potencias Centrales, en 1917, a los frentes que
se indican con el signo 5, ocupando buena parte de
Bélgica, el Nordeste de Francia, una porción del
Nordeste de Italia, Servia y gran parte de Rumania,
además de Polonia y Lituania (signo 2). Las únicas
pérdidas territoriales las experimentó Turquía en
Palestina, Mesopotamia y Armenia (signo 3).
A pesar de tales éxitos, los ejércitos ailados se
revelaron más poderosos. Después de vencer el
bloqueo submarino (señalado con el signo 6), de la
salida de Rusia de la guerra y de recibir el apoyo de
los Estados Unidos, se impusieron a Alemania y sus
aliados, quienes pidieron la paz en 1918. Esto
condujo a la firma de los tratados de Versalles,
Sèvres, Trianón, Neuilly y otros que regularon la
suerte de las potencias vencidas.
Comprueba lo que sabes...
1. Define los siguientes conceptos: colonialismo,
imperialismo,
Triple
Alianza,
Triple
Entente,
Sociedad de Naciones.
2. Desarrolla las causas del colonialismo.
3. Explica los distintos tipos de colonias según el
tipo de administración colonial.
4. Señala las principales causas de la I Guerra
Mundial.
5. Explica las diferentes fases de la I Guerra
Mundial.
6. Contesta a las siguientes preguntas:
•
•
•
¿Qué se consiguió en la Conferencia de Berlín?
¿Cuáles fueron los dos principales imperios
coloniales? ¿Dónde se localizaban?
¿Qué fueron las guerras del opio? ¿Qué
consiguieron?
• ¿Qué acontecimiento provocó el estallido de la
Primera Guerra Mundial?
• ¿Cómo
enfocaron
los
estadounidenses
la
organización de la paz? ¿Y las potencias
vencedoras europeas?
• ¿Cuál fue el tratado de paz más importante tras la
Primera Guerra Mundial? ¿Qué condiciones
impuso a Alemania?
¿Qué nuevos estados se crearon en Europa tras la I
Guerra Mundial? ¿Qué imperios se desintegraron?
¿Qué estados aumentaron sus territorios? 
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