MÓDULOS MULTICHIP (MCM) El rápido avance en la tecnología de producción de circuitos integrados VLSI junto con los nuevos conceptos aparecidos de la arquitectura de sistemas, ofrece nuevos retos y oportunidades para los Tecnólogos en MCM. El desarrollo moderno de la tecnología electrónica muestra que los módulos multichip captan la mayor parte del ensamblaje en la electrónica, el cual hasta hace poco se basaba en las placas de circuitos impresos (PCB). La siguiente figura muestra el módulo multichip POWER5 MCM con cuatro procesadores y cuatro módulos 36M con caché L3 externa sobre un sustrato cerámico. Módulo multichip POWER5 MCM La tecnología MCM permite ubicar los chips con más robustez, así como de utilizar chips con menor volumen y peso que los elementos alojados individualmente en placas de circuito impreso. La siguiente figura ilustra el microprocesador Motorola 68040 y cuatro SRAM en el mismo paquete. Módulo multichip con microprocesador Motorola 68040 y cuatro SRAM A día de hoy los MCM juegan un papel significativo en la implementación de sistemas electrónicos. A diferencia de los PC, que por lo general contienen un único chip procesador, los supercomputadores requieren de varios chips para formar su CPU. La tecnología MCM permite colocar estos chips muy cerca uno del otro, incrementando así la miniaturización del sistema en comparación con otro montado en un circuito impreso realizado a partir de circuitos integrados individualizados, también permiten el aumento de su frecuencia operativa. Debido a la posibilidad de reducir sustancialmente el tamaño y el peso del bloque electrónico con una mayor fiabilidad, los MCM han encontrado un amplio rango de aplicación no sólo en las técnicas informáticas, sino también en la tecnología aeroespacial y la aviación, en equipos de automoción, equipamiento médico y en una gran variedad de dispositivos de comunicación y electrodomésticos. ¿Cuál es la diferencia entre los MCM y los circuitos híbridos predecesores? La diferencia básica es la densidad de integración de los componentes. Algunos autores definen los chips múltiples como artículos, en los que más del 50% de la superficie del sustrato es ocupada por chips de circuitos integrados monolíticos y otros elementos activos. De acuerdo con el tipo de sustrato y sus tecnologías de producción, los módulos multichip se dividen en tres grupos: a) Los que están formados por una estructura de múltiples capas conductoras y dieléctricas, aplicado por tecnología de capa delgada sobre un sustrato cerámico o semiconductor (MCM-D); b) los formados por una estructura de múltiples capas, aplicadas por una tecnología de lámina gruesa en un sustrato cerámico (MCM-C); c) Una estructura multicapa laminada, aplicado a material orgánico similar a un placa de circuito impreso (PWB), pero con menor tamaño de los buses conductores y del espacio entre ellos así como con los componentes más compactados (MCM-L). Cada uno de estos grupos tiene su lugar en la jerarquía tecnológica y su método de implementación. El MCM-L es el desarrollo de las tecnologías convencionales para la obtención de circuitos impresos. Sin embargo, con el fin de obtener un menor tamaño topológico de los buses conductores, de los terminales de contacto y de cara a obtener una mayor precisión en la colocación de los componentes, se utilizan nuevos materiales y procesos tecnológicos mejorados (por ejemplo, el proceso fotolitográfico). El montaje de los componentes también se diferencia del método estándar de montaje de circuitos impresos – en este caso se utiliza el montaje superficial, montaje flip-chip y/o el ajuste por cableado de los chips no alojados en el circuito integral monolítico (clip-on- board - COB). La estructura MCM-L asegura la menor densidad de integración en comparación con las otras dos variantes, pero a la vez es la más simple y barata de las tres. La estructura MCM-C está basada en una tecnología de lámina gruesa para circuitos integrales híbridos. El típico MCM-C contiene numerosos chips no alojados unidos mediante cableado al chip monolítico sobre un sustrato cerámico. Como sustrato se utiliza cada vez más LTCC (cerámicas de baja temperatura de sinterizado). El tercer grupo de módulos multichip MCM-D se basa en la tecnología de capa fina. En este caso se aplican las capas conductoras, resistivas y dieléctricas por evaporación al vacío o pulverización catódica y la topología se forma por fotolitografía. La estructura de capas se deposita en cerámica pulida, metal, vidrio o sustratos semiconductores. Se utilizan muy a menudo sustratos de silicio debido a sus buenos parámetros tecnológicos, y por la no menos importante compatibilidad de su coeficiente de dilatación con el de los chips enlazados, de los dieléctricos o de las capas de poliamida aplicadas. Características comparativas de los tres tipos de MCM. Parámetro Tamaño Bus/intervalo (µm) Tamaños de las aperturas de contacto entre dos niveles metalizados (µm) Permisos topológicos (µm) Número de capas Grosor de las láminas dieléctricas (µm) Permisividad Posibilidad de realización de capas resistivas/capacitivas MCM-L 125/125 250 MCM-C (LTCC) 100/125 200 MCM-D 20/20 20 12 10 110 3,5±4,5 No 25 30 100 5,2±7,8 Sí 5 5 1±10 2,9 Sí Con el fin de tener un MCM funcional, los siguientes criterios deben ser satisfechos: a) La distancia entre dos chips en un MCM debe ser mínima, con el fin de reducir al mínimo los retrasos en la propagación de la señal. La pequeña distancia entre los chips requiere un sustrato con alta densidad de buses de conexión para responder a las especificaciones de input-output de cada chip sin problemas relacionado con el tamaño de la capa. Debido a su pequeño tamaño los conductores deben ser fabricados con metales altamente conductores, a fin de evitar un inadmisible aumento de la resistencia de los buses conductores. Además, las rutas de acceso deben ser diseñadas adecuadamente de modo que la velocidad de respuesta y el ruido se optimicen. b) El MCM tiene que asegurarse de medios de control de calor con el fin de limitar la temperatura de transición de los chips semiconductores a 85ºC. El control de temperatura se realiza típicamente por transferencia de calor a través del sustrato, cuando los chips han sido montados en configuración “hacia arriba” (“to the top”) Si lo han sido de forma inversa (“hacia abajo”), como se muestra en la figura 2.30, a continuación, la transferencia de calor se puede realizar ya sea a través de los terminales (bolas de soldadura), o a través del uso de puntas de transferencia de calor para eliminar el exceso de temperatura en aplicaciones de alta potencia. c) El MCM debe proporcionar conexiones de entrada y salida fiables hacia el siguiente nivel ensamblado del sistema. Normalmente esto toma la forma de una interfaz con un PCB, aunque la interfaz con los elementos externos del sistema es posible. El número de entradas y salidas del módulo se reduce considerablemente con respecto al número de entradas y salidas de los circuitos integrados individuales. Si el MCM no reduce el número total de entradas y salidas, entonces es necesario examinar de nuevo todo el diseño (la división del circuito en sub-circuitos) o deberán ser revisados los requisitos generales del MCM. El método de cálculo del número de entradas y salidas del módulo basado en los chips que lo constituyen y, en consecuencia, de las entradas y salidas de éstos, es llamado regla de Rent. d) El MCM tiene que asegurar la protección del sistema de los problemas ambientales. Se requieren técnicas para el aislamiento y el sellado de los módulos, o por lo menos que la cobertura o encapsulamiento de los chips y de sus conexiones internas estén garantizadas. La necesidad del uso de los MCM se produce cuando el diseñador de un circuito integrado, utilizando la tecnología disponible, no es capaz de obtener la funcionalidad suficiente utilizando un único chip. Con el rápido avance de la tecnología de integración sería posible la creación de todo un sistema que funcionara en un único chip de gran tamaño. Esta integración a nivel de un cristal (integración a gran escala de obleas - WSI) proporciona posibilidades de retorno a las técnicas con un solo chip alojado, pero hasta que esto se convierta en una realidad práctica para una empresa determinada, los conjuntos multichip seguirán constituyendo una necesidad. Los MCM serán utilizados prácticamente siempre circuitos particulares, así para como satisfacer para requisitos requerimientos especiales de de sistemas multifuncionales. Existen tres métodos básicos para la implementación de sistemas en la actual microelectrónica: - Integración a nivel de un cristal, con un sistema en un único chip – sistema en chip (SOC); - Módulos multichip, formados por varios chips en un sustrato común sistema en un paquete (SOP); - Chips individualmente alojados, montados sobre un circuito impreso. Cabe señalar que si un sistema electrónico complejo, que podría ser colocado en un MCM, es integrado en un único chip, el chip alcanzará un gran tamaño. Sin embargo el tamaño general de todo el dispositivo será muy pequeño. Esto conduce a unos requisitos tecnológicos muy complicados y por lo tanto muy costosos. Debido a que los MCM utilizan chips más simples (y la mayor parte de ellos pueden ser reparados), su realización es más barata y sencilla para el desarrollador.