HOY se conmemora a San Cayetano: una historia

Anuncio
HOY se conmemora a San Cayetano: una historia que pocos conocen
Miércoles 07 de Agosto de 2013 00:01
El santo del Pan y el Trabajo fue conde de Thierne, cura y abogado. Nació en Vicenza, Italia,
en el año 1480. En la Argentina tiene tantos devotos como la Virgen de Luján, la patrona del
país. En nuestra ciudad sus fieles devotos se reúnen en la Capilla salesiana puesta bajo su
advocación en Barrio El Frutillar.-
Este martes 7 la comunidad católica celebrará a su santo del Pan y el Trabajo, Cayetano,
conde de Thiene, cura y abogado, benefactor de los pobres, protector de los enfermos y
dispensador de paz, nacido en Vicenza, Italia, en 1480.
En la Argentina, Cayetano reúne casi tantos devotos como la Virgen de Luján, patrona del país:
cientos de miles de promesantes esperan a la intemperie, en pleno invierno, poder acceder el 7
de agosto a su santuario y pedir o agradecer su gracia. En menor medida la escena se repite
los 7 de cada mes, en memoria del día de su muerte, acaecida el 7 de agosto de 1547. Su
templo se encuentra en Liniers, en terrenos que María Mercedes Córdova donó en 1830 a las
Hermanas del Divino Salvador. Nuestro anterior Obispo Fernando Maletti fue rector del mismo
antes de hacerse cargo y ser nombrado titular de la Diócesis.Se cuenta que la beata María Antonia de la Paz y Figueroa, fundadora de esa congregación en
Córdoba, llegó a pie a la Capital Federal para iniciar en Liniers su labor religiosa, que entre sus
obras incluyó la construcción de una capilla dedicada a san Cayetano como segundo patrono. En 1875 otra más amplia la reemplazó, y en 1900, una tercera, que dio origen a la actual
parroquia, porque a la cada vez más grande felifresía local se sumaban los fieles que traía el
flamante tren del oeste desde otros lugares.
El nuevo templo, situado sobre la calle Cuzco, tenía un san Cayetano sin el niño Jesús en sus
brazos, pero más tarde fue reemplazado por otro, que sí lo tenía. En 1913 se lo declaró
Parroquia de San Cayetano y en 1937 se lo volvió a ampliar. De estirpe nobiliaria y con fuertes
dotes intelectuales, Gaetano de Thiene -tal su nombre- estudió filosofía y teología, se doctoró
en Derecho Civil y Eclesiástico, se ordenó sacerdote y donó sus bienes a la Congregación de
los Teatinos.
"Pasó su vida haciendo el bien", dicen sus biógrafos; combatió la pobreza, la injusticia y la
corrupción; fundó un banco para los pobres; levantó hospitales para enfermos incurables y
1/5
HOY se conmemora a San Cayetano: una historia que pocos conocen
Miércoles 07 de Agosto de 2013 00:01
ayudó a restablecer la paz entre Roma y Venecia, y luego entre España y Nápoles. Su lema
fue: " Nada para sí, todo para el prójimo". El 12 de abril de 1671 el Papa lo santificó junto con
Rosa de Lima y Luis Beltrán -ambos difusores del Evangelio en Latinoamérica- Francisco de
Borja y Felipe Benicio.
Su condición de patrono del Pan y el Trabajo emergió a posteriori, a consecuencia de la crisis
mundial de 1929, que aquí desembocó en la revolución del '30 y se prolongó hasta el '40.
Pobreza, inflación y desocupación, fueron el signo de la época. Frente a este panorama, el
padre Domingo Falgioni, a cargo del templo entre 1928 y 1938, se propuso reavivar la fe y la
esperanza en Dios, mediante la intercesión de san Cayetano: realizó una campaña
evangelizadora a través del diario católico El Pueblo e imprimió por primera vez la estampa del
santo con espigas.
La devoción creció de manera inusitada y pronto proliferaron casas y negocios en torno a la
parroquia, dando forma al barrio de Liniers, que bien podría haberse llamado San Cayetano.
Los 7 de cada mes, trabajadores y artistas concurrían a la parroquia a darle las gracias al
santo; el violinista Pedro Napolitano, concertino de la orquesta del Teatro Colón, cumplía cada
7 de agosto en acompañar con el violín la misa de once.
Pero, ¿conoció sor María de la Paz y Figueroa la obra del santo, entonces ignorada en
América? ¿Por qué lo eligió patrono? Posiblemente, fueron los misioneros jesuitas españoles
quienes le hablaron de aquel noble que abrazó la causa de los pobres y que tuvo dos veces
una destacada actuación diplomática en la guerra. La primera vez, siendo conde, fue nombrado
por el Papa Julio II en un importante puesto en la Cancillería de los Estados Pontificios, desde
donde logró evitar la guerra entre Venecia y Roma. Ganó con esto enorme prestigio, pero lo
abandonó todo: " Uniré mi propia vida a la Cruz de Cristo. Seré sacerdote", dijo.
La segunda vez, fue en 1547, cuando el pueblo de Nápoles se rebeló contra el virrey español y
la gente se enfrentó a las tropas de Carlos V en las calles y las plazas. El cura Cayetano, que
había rogado un acuerdo, enfermó gravemente y, sin dejar de rezar, murió a las cinco de la
tarde del 7 de agosto de 1547. Pero esa misma noche, sorpresivamente, los embajadores del
emperador acordaron una paz justa, milagro que el pueblo de Nápoles le atribuyó a Cayetano.
Decíamos que Cayetano nació en Vicenza en 1480, en una casa ubicada sobre la actual calle
San Marcos 667, en el seno de una familia de notables. Su padre, el conde Gaspar de Thiene
era general de los ejércitos venecianos y su madre María Porto, una dama ejemplar que puso
un celo especial en el cuidado de sus tres hijos. Cuando Cayetano tenía dos años, el conde de
Thiene marchó a la guerra pereciendo en combate en el reino de Nápoles.
Infancia piadosa
2/5
HOY se conmemora a San Cayetano: una historia que pocos conocen
Miércoles 07 de Agosto de 2013 00:01
Cuando Cayetano nació, su madre lo consagró a la Santísima Virgen María, hecho que habría
de marcarlo para el resto de su vida. Desde muy pequeño, su amor por Nuestro Señor
Jesucristo lo llevó a amar a la Iglesia y el sacerdocio. Uno de sus pasatiempos principales era ir
a rezar y al regresar de misa, armar pequeños altares para repetir en ellos el sagrado ritual de
la consagración.
Así fue que creció, devoto y piadoso, apreciado por su bondad y caridad. Y fueron esas
cualidades las que lo llevaron a edificar la iglesia de Rampazzo, pequeña población cercana a
Vicenza, que sostuvo con la herencia de su progenitor.
Funcionario papal y sacerdote
En 1504, Cayetano viajó a Padua para estudiar en su célebre universidad, Teología, Derecho
Civil y Derecho Canónico. Obtenidos sus doctorados, se trasladó a Roma donde el Papa Julio
II manifestó su deseo de conocerlo. Presa de viva emoción, Cayetano se presentó ante el
Pontífice y fue tal la buena impresión que causó que aquel lo designó protonotario apostólico y
secretario privado, hecho que lo obligó a vivir el Vaticano. Poco después, experimentó en su
interior la necesidad de abrazar el sacerdocio y llevar adelante una vida austera y santa. Fue
así que en 1526 recibió las sagradas órdenes e inició su ministerio visitando enfermos,
dementes y apestados, socorriendo a los menesterosos que pululaban por las calles y
asistiendo a los hospitales.
Abogado de los humildes
Muerto Julio II, su protector, Cayetano regresó a su ciudad, donde asistó a los indigentes de la
misma manera que lo había hecho en la Ciudad Eterna. Viajó luego a Venecia para alojarse en
un hospital donde su labor con los enfermos fue agotadora. En vista de ello, el director
espiritual del nosocomio, un religioso de la orden de los Predicadores, le aconsejó regresar a
Roma por considerar que se trataba de un campo ideal para el tipo de apostolado que estaba
llevando.
Nueva congregación
De regreso en la Ciudad Eterna, el piadoso joven decidió constituir una orden de clérigos
regulares con la idea de combatir la degradación y el relajo que estaba padeciendo gran parte
de la grey católica. Por esa razón, tomó contacto con Gian Pietro Carafa, obispo de Chieri y
futuro Papa Paulo IV, quien se entusiasmó tanto con la iniciativa y con el buen nombre del que
gozaba su interlocutor que se unió a él, poniendo a su disposición toda su autoridad.
El 24 de junio de 1524 nacen con la aprobación papal los Clérigos Regulares Teantinos a
quienes se unen desde el primer momento el caballero Bonifacio de Colle, notable de Milán y
Pablo Couliglieri, de la noble familia de los Gisleri.
El obispo Carafa fue elegido primer superior, reteniendo el cargo de obispo por expresa
disposición del Santo Padre. El petitorio de aprobación elevado a consideración del Pontífice
decía, en uno de sus apartados: “Queremos ser pobres, no poseeremos rentas, ni tierras, ni
beneficios eclesiásticos. Tendremos prohibido pedir limosnas o participar en negocios.
3/5
HOY se conmemora a San Cayetano: una historia que pocos conocen
Miércoles 07 de Agosto de 2013 00:01
Viviremos del Altar y del Evangelio. Solo aceptaremos las donaciones espontáneas del pueblo.
Si falta comida nos alimentaremos de pan mientras tengamos. No poseeremos nada, no
seremos dueños de nada. Confiaremos totalmente en Dios y en su providencia. La riqueza no
le da al Clero ni paz, ni libertad para el apostolado. Vestiremos como los sacerdotes de las
zonas donde vivamos, nuestro traje será simple...no viviremos ni en conventos ni en
monasterios...Nos dedicaremos al estudio de la Biblia, a la liturgia, a ayudar a los presos, a los
pobres y a los enfermos...Tendremos en cada grupo un sacerdote superior...dependeremos
directamente del Papa. Nuestro ideal será seguir el ejemplo de los primeros apóstoles, es
decir, vivir de acuerdo a la palabra de Cristo”.
El saqueo de Roma
Aprobada la orden, los religiosos juraron en la Basílica de San Pedro y a poco la fama de sus
virtudes hizo aumentar el número de aspirantes obligando a buscar un lugar espacioso donde
poder alojarse. Les fue concedida una amplia casa en el monte Pincio, desde donde
comenzaron a irradiar su apostolado, siempre socorriendo a los menesterosos, los enfermos y
los desposeídos. Sin embargo, sobrevinieron tiempos de guerra y zozobra cuando el 6 de
mayo de 1527 el ejército español, reforzado por tropas alemanas e italianas, se lanzó en
número aproximado de 40.000 efectivos sobre la antigua capital del mundo, asesinando,
saqueando y arrasando todo a su paso. Fueron tres días de terror en los que pereció mucha
gente y se cometieron todo tipo de desmanes, incluido el robo de obras de arte en el Vaticano.
Durante el saqueo, Cayetano y los suyos , que no superaban el número de doce, fueron
apresados, conducidos a prisión y flagelados. Sus captores pidieron rescate por ellos pero al
comprobar que se trataba de una orden con votos de pobreza, los liberaron.
Primer milagro
Sin bienes ni protección de ninguna índole, los religiosos se alejaron de Roma en dirección a
Venecia y allí aguardaron hasta 1530, cuando el superiorato de Carafa finalizó, siendo
sucedido por el mismo Cayetano. Su labor durante la epidemia que asoló la Serenísima fue
encomiable. Cuando Carafa asumió por segunda vez, envió al fundador primero a Verona y
luego a Nápoles, donde se registró su primer milagro. Una vez allí, se acercó hasta él el conde
Oppido para obsequiarle una casa donde su orden pudiese morar pero el futuro santo se negó
a aceptarla.
Ocurrió entonces que una noche, visitando un hospital de la ciudad, llegó hasta la cama de una
enferma de gangrena a la que estaban a punto de amputarle una pierna. Al verlo, la joven le
rogó que rezase por ella pero Cayetano, alzando la mano le dijo suavemente que se aprestase
a sufrir dolores porque le iba a quitar las vendas. Así lo hizo y una vez frente a la herida, la
besó, trazó sobre ella la señal de la cruz y volvió a cubrirla. Cuando al día siguiente los
médicos procedieron a operar comprobaron, con vivo asombro, que la muchacha estaba
completamente curada.
Nuevos prodigios
En esos años Cayetano inauguró una casa para alejar a las prostitutas de las calles y
4/5
HOY se conmemora a San Cayetano: una historia que pocos conocen
Miércoles 07 de Agosto de 2013 00:01
devolverlas a una vida honesta y poco después dio forma a los bancos populares o Montes
Píos, aprobados por el Papa poco antes del Concilio de Letrán. En sus ratos libres, se dedicó a
visitar a los enfermos, en especial los más pobres y repugnantes. Un día, los religiosos de la
orden no tenían que comer por haber dado todo a los menesterosos. Cayetano, que se hallaba
orando en el altar, se acercó al sagrario y dando unos golpes en la puerta dijo: “Jesús amado,
te recuerdo que hoy no hay nada para comer”. Minutos después, llegaron unas mulas con gran
cantidad de provisiones.
Hacia el reino celestial
En 1547 Cayetano cayó gravemente enfermo, por lo que el médico que lo atendía ordenó
colocarlo sobre un colchón de lana. “Mi Salvador murió sobre una tosca cruz -exclamóPermítanme a mí, que soy un pobre pecador, morir sobre unas tablas”. Y así aconteció. El 7 de
agosto de 1545 falleció a los 66 años de edad, extenuado por el trabajo y la fatiga. Su cuerpo
fue enterrado en la iglesia de San Pablo de Nápoles y casi enseguida, comenzaron a obrarse
milagros por su intercesión por lo que en 1629 fue beatificado y en 1671 canonizado.
Hoy se lo evoca como Santo Patrono del Trabajo y abogado de los más humildes.
Humorísticamente, se lo señala como el único abogado, el único de su profesión existente en el
cielo.-
5/5
Descargar