Transcripción Entrevista ¿Cuáles son los cambios institucionales que habría que hacer en Chile para poder mejorar la calidad de la educación preescolar? Responde: Marta Edwards, Directora del Centro de Estudios de Desarrollo y Estimulación Psicosocial (CEDEP) Fecha: Diciembre de 2009 Antes de contestar me parece súper importante aclarar o acotar el concepto de educación preescolar, porque ésta incluye desde los 0 hasta los 6 años y es muy distinto lo que se entrega y son muy diferentes las instituciones; hay muchas cosas distintas en el tema de educación preescolar. Partiendo por la edad, hay mucha diversidad en la calidad existente. Hay algunas instituciones y algunos jardines infantiles de muy buena calidad y hay otros que dejan mucho que desear. Entonces contestando tu pregunta de los cambios institucionales, lo primero que yo haría, es que creo que los prekínder y kínder, vale decir los que atienden a los niños de 4 a 6 -que ahora con la nueva ley el prekínder va a ser también universal- pienso que esos dos niveles de educación preescolar debieran estar dentro del Ministerio de Educación (Mineduc) y de la institucionalidad de las escuelas. Ahora la calidad de los prekínder y kínder es muy diversa, tan diversa cómo es la calidad de las escuelas y el Mineduc, en su división de educación preescolar, ha hecho hartos esfuerzos por mejorarla. Este año les pusieron textos escolares, hace unos años salieron las bases curriculares, la unidad de currículum hizo programas, es decir, ha habido un esfuerzo grande por mejorar la calidad de los prekínderes y kínderes desde el Ministerio, pero todavía tienen esa doble militancia como educación preescolar a parte y yo siento que esos dos debieran quedar metidos dentro del Ministerio de Educación. Ahora vámonos a los chiquititos (de 0 a 4 o de 0 a 3), existe Junji e Integra, dos instituciones que tienen los mecanismos para cautelar la educación que entregan. Ambas se miran a sí mismas, se evalúan, tienen equipos supervisores, se preocupan de cautelar que la calidad de su educación sea buena. Sin embargo, después nos queda una tierra de nadie bastante gigantesca que son los jardines infantiles y salas cunas particulares, de las cuales hay de dos tipos. Un tema son las particulares a las que van distintas personas que llevan a sus niños y otro son las que sirven a empresas para que cumplan con la ley, respecto de las salas cunas cuando tienen más de 20 trabajadoras que son mujeres. Esas en que las personas no tienen mucha libertad de elegir porque es a la que te mandan, a esas nadie las mira, nadie las supervisa, nadie les hace nada. Teóricamente la Junji fiscaliza esto, pero como teóricamente la Junji es un organismo ejecutor, no tiene suficiente personal, ni suficiente capacidad para fiscalizar eso. Entonces, yo creo que debería haber algún mecanismo que se dedique a la fiscalización independiente de la Junji, que es un muy buen organismo ejecutor y que trata de fiscalizar. En ese campo se hicieron hartos esfuerzos y hubo un grupo grande de gente que trató de hacer las reglas para poder acreditarse como jardín infantil, esto lo dirigió la Junji y de hecho lo está probando con ella misma y lo que salga de esta acreditación en la que están metidas varias instituciones enfocadas en eso, yo creo que ese método que ya está avanzado debiera tener alguna institucionalidad, la que sería mejor que estuviera fuera de la Junji, ahora si está dentro de la Junji también sería bueno siempre que tuviera personal y la posibilidad de ejecución independiente. Pienso que si comienza este organismo acreditador habría que comenzar por los jardines particulares que cumplen con la ley de salas cunas para las empresas, que no partan fiscalizando Integra o Junji -salvo Junji que lo está haciendo para probar el sistema- ya que ellas tienen la forma de cautelar, tampoco que comiencen con los jardines que atienden a personas de nivel medio alto, que de alguna manera tienen más destrezas para averiguar quién es bueno, quién es malo y tienen más libertad de elegir. En el caso de los jardines para las empresas algunos están fiscalizados y son de excelente calidad y otros no lo están y nadie sabe qué es lo que son. Responde: Loreto Amunátegui, Directora Ejecutiva de la Fundación Integra Fecha: Diciembre de 2009 En primer lugar, yo diría que estamos en un período de cambios institucionales en el marco de la LGE. También en la institucionalización de la política pública que pasa a ser una política de Estado a través del Chile Crece Contigo, en el caso de la prestación que se vuelve un derecho y no es un asistencialismo el poder acceder a las salas cunas y jardines infantiles que ofrece el Estado, en este caso Junji e Integra. En ese contexto yo creo que las dos nuevas institucionalidades deberían partir luego, me refiero a la Superintendencia y a la Agencia de Calidad, eso va a modificar los roles que tiene cada una de las instituciones, es decir, que Junji no va a seguir siendo juez y parte –como dicen- sino que va a cumplir el rol de prestación de servicio. Lo interesante –que puede ser un poco complejo al comienzo- es que nosotros como educación preescolar estamos nombrados dentro de la LGE, pero no como obligatorias, sin embargo, sí esa institucionalidad nos va a obligar a acreditar calidad en la prestación para poder dar el servicio de educación preescolar. Al respecto hay mucha gente que ha dicho por qué no se unen Junji e Integra. Desde mi punto de vista no tienen necesidad de unirse, además sería ingobernable. En Integra ya somos 13.200 personas, Junji creo que está cerca de los 9.000 o un poco más, no hay un servicio público dependiente del Estado de 20 mil personas. Por otra parte, existiendo justamente esta posibilidad de que tengamos que acreditarnos para poder realmente competir en el mercado de la Educación Preescolar, no importa el ámbito de la focalización y de estar a una cuadra de otro jardín y que preste también educación preescolar, porque va a depender de cómo hemos avanzado en acreditación de calidad y todo lo que tiene que ver con fiscalización lo va a tener la Superintendencia. Yo siento que va por ahí el tema. Ahora en el caso de esta institución que es privada y que ha dependido siempre –a pesar de tener fondos públicos- de la señora de los presidentes de los gabinetes, creo que eso ya es parte de la historia y debiera avanzar hacia una dependencia del Ministerio de Educación, porque nosotros entregamos un servicio de educación y no de guardería, independientemente de la prestación obligatoria que tenemos en el ámbito social porque trabajamos con el primer y segundo quintil. Por el momento estamos insertos en el Chile Crece Contigo que no tiene vuelta a tras, pero nosotros debiéramos depender del Ministerio de Educación con una cierta autonomía y además con un ámbito importante que es la descentralización. Ya hay una propuesta y yo he pedido estudios al respecto. Podría ser una institucionalidad nueva en que hubiese un consejo nacional y que velara por las políticas que se están implementando y por la desconcentración administrativa en las regiones, justamente para que los programas se ajusten y sean más pertinentes a las realidades locales y también por el lado de la gobernabilidad al que yo me refería anteriormente. Ahora para sintetizar, lo que falta realmente en la educación preescolar es definir quién diseña la política pública preescolar, quién la fiscaliza, quién asegura la calidad y quién opera, en este caso quién presta el servicio. Yo creo que una institución como Integra debe ser prestador de servicio, independiente de que estamos constantemente poniendo a disposición instrumentos, estudios y evaluaciones de nuestro propio quehacer. Está la coordinación con otras instituciones y también con los privados, por ejemplo, existe un Vitamina que está entrando fuertemente y que llegado el momento -si están acreditados- van a ser parte de la competencia del mercado. No obstante, la distinción que tenemos nosotros es que estamos focalizados en el 40% más pobre y en ese segmento de los 800 mil niños aproximadamente según la encuesta CASEN que había en 2006, nosotros como institución estamos atendiendo al 33% y esos niños corresponden a familias vulnerables de primer y segundo quintil, por tanto, si hay una apertura al tercer quintil en el próximo gobierno tendremos que ver si somos capaces de absorberla. Responde: Susana Carey, Directora Ejecutiva de Comunidad Mujer Fecha: Diciembre de 2009 Yo creo que ha habido importantes avances en Chile en todo lo que es educación y cuidado infantil, especialmente de niños menores de cuatro años. Pero hay una realidad y es que hoy en el país todo lo que son las tareas de cuidado de hijos, de discapacitados y de adultos mayores recaen principalmente en manos de mujeres. Eso lo vemos en la legislación laboral que refleja y refuerza el asumir esta realidad en donde el hombre es proveedor y la mujer tiene las tareas de cuidadora y esto genera una doble y hasta una triple jornada laboral de todas las mujeres. Entonces la extensión y la adaptación de todas las redes de jardines infantiles y salas cunas y todas las redes de cuidado de hijos y no me voy a limitar solamente a 4 años sino que a todas las otras instancias, que permitan a las mujeres una mejor inserción laboral o que puedan trabajar tranquilas, son tremendamente beneficiosas e importantes. Hoy existen profundas desigualdades en las posibilidades de las mujeres para acceder a un trabajo. Son justamente las mujeres más pobres quienes tienen más necesidades de generar ingresos, de sostener un hogar y enfrentan las mayores dificultades para ingresar al mercado laboral. Por ejemplo, en la encuesta Casen del año 2006 si miramos en el quintil de menores ingresos todos los hijos de menos de cuatro años de los hogares más pobres, están comandados por una mujer, o sea, el 40% de estos hogares están a cargo de una mujer y son hogares monoparentales. Entonces, estamos viendo a madres que necesitan urgentemente trabajar y necesitan dejar a sus hijos en un cuidado confiable que a ellas les permita salir a trabajar. Hoy hemos visto en nuestros estudios que las mujeres quieren entrar a trabajar y no pueden hacerlo. De las mujeres inactivas de la región metropolitana hay un 70% que declara que necesita y le gustaría trabajar y no puede hacerlo y la principal razón es que no tiene quién le cuide a sus hijos de manera confiable. Le preguntamos también ¿quién le gustaría que le cuidara sus hijos? Generalmente la primera alternativa es un pariente porque eso refleja el nivel de confianza que necesita para que alguien le pueda cuidar a sus hijos o dejarlos en manos de alguien. Otras mujeres piden mayor y mejor cobertura de parte de las instituciones, en concreto, manifiestan que necesitan mucho mejor cantidad, cantidad garantizada y una mejor adaptación en ubicación y horarios de las instituciones de cuidado, hay horarios de turno, hay jardines que cierran a veces en los meses de vacaciones, entonces es necesario que tanto la ubicación como los horarios y sobre todo la calidad -una calidad que brinde confianza-. Nosotros, también dentro de estos mismos estudios, les preguntamos a las mujeres que habían mandado a sus hijos a jardines infantiles y salas cuna cómo había sido su evaluación de la calidad que ofrecían y, en general, era muy buena tanto de las instituciones privadas como de las públicas. Eso fue muy interesante, hay una labor de difusión sobre la confianza que pueden ofrecer estas instituciones y sobre la mejora que sí se puede realizar sobre las existentes también. De este modo, creo que es muy importante considerar estas instituciones como fundamentales para el desarrollo de los niños, pero también fundamentales para permitir el acceso y la participación de las mujeres en el mercado laboral y eso también va a ser un factor determinante en la reducción de la pobreza en Chile. Hay estudios que en general los ingresos de las mujeres los destinan 100% a la familia y a la educación de los hijos.