La generalización que realizan los economistas agrarios de las

Anuncio
Revista Alter-nativa Nº 2, segundo semestre de 2014
LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y SUS DIMENSIONES. REFLEJOS EN EL
CHACO SEMIÁRIDO SALTEÑO
Miriam Adriana Barbera
Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Salta.
Resumen
Las dimensiones que marcan la crisis actual del modo de producción capitalista
son básicamente de orden social (despojo, pobreza, migración, etc.) y de orden
ambiental o ecológico con consecuencias directas e indirectas sobre la
biodiversidad. En el Chaco semiárido salteño, la expansión capitalista sobre
formas no plenamente capitalistas provoca la pérdida del monte con efectos
negativos para las especies, incluyendo la especie humana, que experimenta
limitaciones en el acceso a la naturaleza y despojo de sus medios de
producción. Es el caso de los puestos criollos, subsumidos a las reglas del
capitalismo dominante. Una manifestación de la desposesión en tierras del
Chaco Semiárido es la cadena de desplazamientos, donde el último eslabón es
el puestero pobre arrinconado en los sitios más pobres e inhóspitos. Se
confirma una tendencia a la disolución de los puestos criollos, por pérdida o
desposesión de medios de producción (tierra, animales, o traslado hacia áreas
muy degradadas), o por venta de trabajo con migración hacia otras zonas. La
migración es un fenómeno crítico, un componente social de la crisis global que
atravesamos.
24
Palabras clave
Capitalismo; crisis; campesinos criollos; Chaco semiárido; desposesión
The crisis of capitalism and its dimensions. Reflections in the arid Chaco
of Salta
Summary
The dimensions that define the current crisis of the capitalist mode of production
are basically social order (dispossession, poverty, migration, etc.) and
environmental or ecological with direct and indirect impact on biodiversity. In the
arid Chaco of Salta, capitalist expansion on forms not fully capitalist: the place
creole, subsumed to the rules of capitalism dominant, causes the loss of mount
with negative effects for the species, including humans, who are experiencing
limitations in the access to the nature and stripped them of their means of
production. A manifestation of the dispossession of the land area of the arid
Chaco is the chain of displacement, where the last link is the prettier poor sites
tucked away in the most poor and inhospitable. It confirms a trend to the
dissolution of the place peasants creole, due to the loss, or dispossession of
means of production (land, animals, or transfer to highly degraded areas), or by
the sale of work with a migration to other areas. Migration is a critical
phenomenon, a social component of the global crisis that we are facing.
Palabras clave
Capitalism, crisis, creole peasants, arid Chaco, dispossession
Introducción
La Zona Agro socioeconómica Homogénea (ZAH) identificada como Chaco
semiárido con ganadería y forestales (Bravo et al., 1998; Instituto Nacional de
Tecnología
Agropecuaria,
2005)
en
el
Noroeste Argentino
(NOA)1,
corresponde a una extensa llanura, que en la provincia de Salta ocupa el sector
oriental. Se extiende por la totalidad del departamento Rivadavia y
parcialmente por los departamentos Anta (66% del área departamental), San
Martín (38% de la superficie), Orán (24% de su porción espacial) y Metán
(aproximadamente 9% de la superficie del departamento), abarcando
aproximadamente 4.784.400 hectáreas y una población de 26.140 personas, el
25
2,4% del total provincial (Barbera y Chávez, 2011) (figura 1). Las actividades
que allí predominan son la ganadería, la extracción forestal para postes, leña y
carbón; por las escasas precipitaciones y gran evaporación, no es posible la
agricultura a secano (Píccolo, 2008). Al interior de ese territorio, en el semiárido
salteño, coexisten en el espacio rural empresas capitalistas con otras formas
que no lo son plenamente, tal “[…] como en todo capitalismo deformado propio
de países dependientes” (Murmis, 1974:9-10)2.
Figura 1: . Z.A.H. Chaco Semiárido con ganadería y
forestales
Es posible diferenciar en este sub territorio, por una parte, a los empresarios
ganaderos que explotan grandes superficies (aún superiores 5.000 ha), que
contratan mano de obra en cantidad escasa (tanto permanente, como
temporaria) y, por otra parte, a los “puesteros criollos” (Camardelli, 2003;
Colina, Barbera, Yudi y Pais, 2012). Éstos últimos son pequeños productores,
que trabajan superficies de tierra con límites sin definir, ocupan tierras fiscales
26
y también privadas, y utilizan mano de obra predominantemente familiar. Ellos
habitan y crían sus animales en los denominados puestos, a los qué podríamos
definir como unidades de producción campesina que se encuentran insertas en
el sistema capitalista general (Llambí, 1981). Reproduciendo las palabras de
Armando Bartra podemos afirmar que los puesteros del Chaco se encuentran
“[…] situados en los nudos flojos de las ataduras con que nos aprisiona el
mercantilismo absoluto”, se encuentran en las periferias, en las “orillas
fangosas”, para ir a su encuentro debemos llegar a “[…] las rendijas, a los
rincones, a los territorios apartados del bramido urbano-fabril, del barullo
librecambista. Y uno de estos reductos de humanidad profunda aun discernible
a simple vista, es la porción campesina -a veces indígena- del mundo rural”
(Bartra, 2010a:166). Sobre los puestos y los puesteros criollos avanza el
negocio capitalista ganadero o agronegocio provocando importantes conflictos
originados, precisamente, en la expulsión de estas posesiones campesinas
(Colina, Barbera, Yudi y Pais, 2012).
El artículo que presentamos busca exponer algunas consecuencias del actual
avance capitalista en la zona agro-socioeconómica homogénea (ZAH) del
Chaco semiárido con ganadería y forestales (Bravo, 1998; INTA, 2005) (en
adelante, Chaco semiárido salteño) y las situaciones críticas que esto genera.
Se analizan, en una primera parte, los aspectos sociales de la crisis capitalista
desde datos estadísticos (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC),
1988, 1991, 2001, 2002 y 2008), bibliográficos y entrevistas. Se utilizan como
indicadores importantes para la confirmación del avance capitalista, las
variables censales números de explotaciones agropecuarias (EAP) con límites
definidos y superficie con forrajeras perennes. A continuación, se indaga en los
desencadenantes de los distintos aspectos de la crisis dentro de un marco
teórico marxista. Para el cierre del artículo hemos reservado el aspecto
ecológico de la crisis, que a nivel general es la consecuencia más visibilizada
en nuestros días a través de las llamadas organizaciones ambientalistas y el
giro eco territorial del lenguaje común que, entre otras cuestiones, da cuenta
de la defensa del territorio junto al discurso ambiental (Svampa, 2012).
Intentamos, siguiendo a Marx (1973) que a partir la metodología dialéctica
planteó las crisis del capitalismo como proceso globales complejos ya a fines
27
del siglo XIX, dejar en claro que la separación de los diferentes aspectos
obedece solo a los fines prácticos de la presentación del estudio. En las
palabras finales de la segunda edición alemana de El Capital, en 1873, afirma,
“El movimiento contradictorio de la sociedad capitalista se hace sentir […] de la
manera más evidente, por las vicisitudes de la industria moderna en su ciclo
periódico, cuyo punto culminante es la crisis general.” (Marx, 1973 [libro
primero]:24)
El
patrón
de
desarrollo
contemporáneo.
La
diversidad
de
las
explotaciones agropecuarias y el aspecto social de la crisis
La economía agraria neoliberal y dominante, a menudo, plantea una falsa
homogeneidad entre las explotaciones agropecuarias al proponer categorías
generales para los estudios que sobre ellas se realizan. Se suele asumir a la
totalidad de las explotaciones como empresas plenamente capitalistas y se
recurre, para su análisis, a variables macroeconómicas: la diferenciación sólo
es planteada a nivel del volumen de los negocios. Según nuestro punto de
vista, este enfoque no responde a la realidad y se encuentra enmarcado en la
lógica economicista dominante desde la territorialidad de los grandes agentes
económicos y el Estado versus la lógica territorialista de los agentes de menor
peso (Svampa, 2012). Los puesteros criollos del Chaco, en tanto campesinos,
no muestran relaciones de producción estrictamente capitalistas,
son
subestimados, subsumidos, a las reglas de juego capitalista dominante, ya que
el capital subordina y, muchas veces, desintegra a estas formas (Murmis, 1994;
Azcuy Ameghino, 2004). Como resultado, la visión económica hegemónica
hace invisible la diversidad, la existencia de unidades productivas campesinas
y las relaciones de producción no estrictamente capitalistas y, como
consecuencia también, el desalojo, la desposesión y la pobreza que el modelo
del agronegocio provoca sobre ellas.
En tanto, la observación a nivel de las explotaciones campesinas manifiesta
especificidades que resultan diferenciales. Comercializan los productos en
mercados locales, negocian (dentro de sus posibilidades) los precios de su
mercancía, piensan en función de costos / beneficios y, a la vez, son su forma
de producción familiar, sus capacidades y su cultura del trabajo en el ámbito
natural lo que los distingue (Bartra, 2010a). Los puesteros del Chaco, buscan
28
maximizar sus ingresos globales (venta de animales, autoconsumo, trabajo
extrapredial, remesas, etc.) procurando, al menos, mantener sus niveles de
consumo y reponer sus medios de producción (Bravo y Chía, 1998). Sostiene
Trinchero (1997) que a principios del siglo pasado, las actividades ganaderas
tradicionales de los criollos chaqueños mostraban ciertas expectativas de
capitalización pero luego, el proceso fue involucionando.
Observando el cuadro 1, que presenta información sobre el número de
explotaciones agropecuarias (EAP) relevado para la totalidad de la provincia de
Salta en los tres últimos censos nacionales agropecuarios (CNA):1988, 2002 y
2008 (INDEC 1988,2002 y 2008), advertimos un incremento de las EAP totales
entre los dos primeros censos y una disminución entre el segundo y el último.
Por una parte, las EAP con límites definidos sufren un incremento porcentual
entre los censos 1988 y 2002 (11 %) que prácticamente se mantiene entre los
censos 2002 y 2008 (10%). Por otra parte, entre el censo de 1988 y el censo
de 2008 las EAP sin límites definidos se redujeron en Salta en casi un 28%.
Cuadro 1. Evolución de las EAP salteñas (totales, con límites y sin límites
definidos) entre los censos 1.988 y 2.008
CNA1988
EAP
EAP
EAP
C/
s/
Total límites límites
definid definid
Nº 9.226
%
100
CNA2002
EAP
total
2.557
6.669
10.297
28
72
100
CNA20083
EAP
EAP
EAP
C/
S/
Total límites límites
definid definid
EAP c/
límites
definid
EAP s/
límites
definid
5.575
4.722
9.645
6.155
3.490
46
100
66
34
54
VARIACIÓN (02-08) % VARIACIÓN (88-08) %
EAP EAP/Si
EAP EAP/Si
EAP
C/
n
EAP
C/
n
Total límites límites Total límites límites
definid definid
definid definid
+4,85
+21,55 -27,68
-6,3 +10,4
-26,1
Fuente: INDEC
Observando los porcentajes sobre el total de EAP de las explotaciones con y
sin límites definidos, vemos que en treinta años, prácticamente, se invierte la
proporción (28% y 72% para 1988 y 66% y 34% para 2008). Luego, si
29
asumimos, siguiendo a Manzanal (1997)4, a todas las EAP sin límites definidos
como explotaciones campesinas pobres, donde el trabajo es aportado por el
productor y su familia, podríamos afirmar que las explotaciones campesinas en
el agro salteño sufrieron un proceso de disminución en los últimos 30 años.
Entre los dos últimos censos es destacable también, un proceso de
reconcentración de la superficie, ya que según los datos preliminares del
CNA2008 la superficie que abarcan las EAP con límites definidos (4.946.103
ha) aumentó entre 2002 y 2008 en 15,8%, mientras que el número de EAP con
límites definidos en la provincia aumentó en el mismo período en un 10,4%. En
un trabajo realizado en base al Censo Nacional Agropecuario 2002 (CNA2002)
Barbera y Chávez (2011) concluyeron que, desde el punto de vista de la
relación de las variables trabajo permanente familiar y trabajo permanente no
familiar5, el 95% de las EAP en el Chaco Semiárido son de tipo familiar. En el
cuadro 2 puede observarse la distribución de las EAP según sus límites y su
organización de la producción.
Cuadro 2. Distinciones de EAP empresariales y familiares en el Chaco
semiárido salteño CNA2002
Nº EAP
Nº EAP EAP
fliares.
empres.
Con límites definidos
984
984
-----------
Sin límites definidos
400
326
74
1384
1310
74
TOTAL
Fuente: Barbera y Chávez (2011)
Según las mismas autoras el 90% de las explotaciones con límites definidos
realizaba
ganadería
no
especializada.6
Los
establecimientos
bovinos
empresariales especializados7 se localizaban en el semiárido anteño y
metanenese. Rivadavia ubicado en su totalidad en la ZAH del Chaco semiárido
salteño, donde se encontraban en el año 2002 el 51% del total de EAP, e´51%
del total de EAP con límites sin definir, el 50% de las EAP con límites definidos
y tan solo el 16% de las EAP empresariales (CNA2002; Barbera y Chávez,
2011).
Observemos ahora, en el cuadro 3, lo que sucede particularmente en el
departamento en relación a la evolución del número de EAP.
30
Cuadro 3. Evolución del número de EAP del departamento Rivadavia (totales,
con límites y sin límites definidos) entre los censos 1.988 y 2.008
Censo 1988
EAP
EAP/Sin
EAP
C/
límites
Total límites
definid
definid
Censo 2002
EAP
EAP/Sin
EAP
C/
límites
Total límites
definid
definid
Censo 2008
EAP/S
EAP C/
EAP
in
límites
Total
límites
definid
definid
Nº
632
31
601
704
206
498
816
286
530
%
100
5
95
100
29
71
100
35
65
Fuente: INDEC
En los treinta años que median entre el primero y el último censo, las EAP con
límites sin definir (familiares) disminuyeron, con respecto a las EAP totales
registradas en cada censo, 30 puntos porcentuales, con el consiguiente
incremento en 30 puntos porcentuales de las EAP con límites definidos. En la
misma línea de razonamiento podríamos aseverar que en Rivadavia, siguiendo
la tendencia provincial, se contrajo el número de las EAP campesinas.
Por una parte, los planteos productivos ganaderos implican el desmonte e
implantación de pasturas megatérmicas, principalmente de Gatton panic como
forraje perenne, desplazando a la ganadería de monte de los campesinos
puesteros que generalmente no son poseedores legales de las tierras (Colina
et al., 2012).
Por otra parte y relacionado a la producción empresarial,
observemos las solicitudes de desmontes realizadas entre 2004 y 2007 para
emprendimientos ganaderos y mixtos (agricultura y ganadería) en Rivadavia,
(cuadro 4). las 140.230,30 hectáreas solicitadas y, sobre todo, las 23.347 con
permisos expedidos para realizar actividades ganaderas, entre 2004 y 2005 (no
disponemos de información más actualizada), nos están demostrando el avance
empresarial hacia este departamento del Chaco semiárido.
31
Cuadro 4: Departamento Rivadavia. Permisos y solicitudes de desmontes
2004-2007
HabilitaDesmonción/
te
picada
TOTAL
aprov.
año
Ganade-ría mixto
deslinde
ha
ha
ha
2004(*)
300,00
100,00
///
1.496,00
2005(*)
23.047,00
///
///
25.090,00
2006
1.095,00
///
9,60
41.892,00
2007
115.788,30
///
///
119.591,30
TOTAL
140.230,30
100,00
9,60
188.069,30
Fuente: Dirección de RRNN y Medio Ambiente, Salta
Apoyándonos en lo expresado en los párrafos anteriores y observando los
datos del cuadro 5, que nos presenta la evolución del número y de la superficie
total de las EAP con límites definidos, relacionada con la implantación de
pasturas
perennes
como
indicador
relevante,
quedaría
virtualmente
demostrado el avance de la actividad de negocios pecuarios en el
Departamento Rivadavia de la provincia de Salta por sobre las explotaciones y
actividades de los puesteros criollos. Podría, quizás, inferirse que el incremento
del número de EAP con límites definidos entre los censos 1988 y 2002 (que
responde a casi siete veces) y la variación de la superficie registrada para la
totalidad de EAP con límites definidos que indica 2,3 veces más en el período
refleja el arribo del negocio ganadero. Para el período 2002-2008 siguen
aumentándose ambas variables, aunque a un ritmo menor (39% y 66%
respectivamente). Lo anterior es reforzado por el incremento de la superficie
total implantada con forrajeras que en términos relativos se extiende veinte
veces entre el CNA1988 y el CNA2002 y dos veces y media entre CNA2002 y
CNA2008, aunque, en términos absolutos se muestre aún pequeña. Es de
destacar la variable crecimiento de la superficie forrajera promedio implantada
por cada EAP, que en el período analizado evoluciona desde 0,6 hectáreas
hasta 183 hectáreas y aporta información relevante que adquiere, todavía, más
importancia a la luz de la superficie solicitada con tal fin (cuadro 4).
32
Cuadro 5. Departamento Rivadavia. Evolución del número de EAP con límites
definidos y de la superficie con pasturas perennes entre los CNA 1988, 2002 y
2008.
CNA
1988
. DEPARTAMENTO RIVADAVIA
Nº EAP c.l.d.
Sup.
Total
EAPc.l.d. (ha)
Superficie
implantada
total (ha)
Sup.
implantada c/
forrajes
perennes (ha)
Sup. forrajera
promedio/
EAP
Fuente: INDEC
CNA 2002
% var.
88/02
CNA
20088
%
var.
02/08
286
39
31
206
66,23
95.791,8
222.813,5
232
369.343,5
66
25,1
427,5
1.703
1.036.2
242
20
405,5
2.027
1.036,2
255
0,6
1,97
328
3,62
183
En el actual escenario del avance capitalista a nivel general, puede confirmarse
una tendencia a la disolución de las unidades campesinas (representadas en el
Chaco semiárido por los puestos criollos) por pérdida o desposesión de medios
de producción (tierra, animales, o traslado hacia áreas muy degradadas), o por
venta de trabajo con migración a otras zonas. La migración es un fenómeno
crítico, una de las dimensiones de la crisis global que atravesamos. No sólo
son
críticas
las
consecuencias
demográficas
que
se
producen:
el
despoblamiento y los asentamientos de desocupados o sub ocupados
cercanos a los centros más densamente poblados y grandes ciudades, sino por
las consecuencias a nivel humano: la desazón y el desamparo provocados por
los desalojos9 y la disgregación de las familias (Bartra, 2010b).
En el cuadro 6 se exhibe la evolución demográfica para el departamento
Rivadavia a través de la información de los censos nacionales de población
1991, 2001 y 2010. Allí se percibe una disminución importante de la población
rural en la medida en que avanza temporalmente el frente de desmonte que, en
este departamento, ocurre pasados los primeros años del siglo XXI y trae
consigo, como en la mayoría de los casos, el desalojo. Se registra una merma
33
de 14,8 puntos porcentuales en relación a la participación de la población rural
dispersa en el total de la población departamental. La población rural agrupada
ha crecido
entre los dos primeros censos, cuando aún la avanzada del
desmonte no se manifestaba sobre la ZAH del Chaco Semiárido (o lo hacía
incipientemente) y disminuye drásticamente entre 2001 y 2010 en términos
relativos y absolutos. Con respecto a la población urbana, ha crecido tanto en
la primera década como en la segunda. En el primer tramo, en términos
porcentuales con respecto al total del departamento casi dos puntos y 17
puntos entre 2001 y 2010, multiplicándose dos veces y media en tan sólo
nueve años y casi cuatro veces en los diecinueve años distantes entre los
primeros y los últimos datos. Claramente ha existido migración debido a la
expulsión en el ámbito rural, la búsqueda de trabajo en otros mercados donde,
probablemente, la injusticia también se manifieste y los jornales sean bajos, ya
que el trabajo que realizan es indiferenciado o no calificado (Bartra, 2010a). Ya
que el nuevo modelo que se acerca no incluye a estos sujetos como
trabajadores. Es así que un técnico agropecuario entrevistado nos confirma: “ si
se habla de desarrollo local, todo este modelo va a contramano, porque es
expulsivo, no inclusivo”. Resulta elocuente una frase publicada en un diario
provincial en 2013 en referencia a los desmontes: “La realidad sin embargo es
inocultable y se sostiene que los desalojos de aquellos que quedaron sin tierras
generaron su emigración del lugar, cerrando las escuelas por falta de alumnos.
A ello se suma que el cerramiento de las fincas achicó las superficies de uso de
pastoreo"10.
Cuadro 6. Población rural y urbana en Rivadavia Censo población 1991, 2001
y 2010
Rural o
Urbano
Urbano (mayor
o = a 2000hab)
Rural agrupada
(- de2000hab)
Rural dispersa
TOTAL
Fuente: INDEC.
Censo
1991
%
Censo
2001
2.467
11,8
3.678
4.367
20,8
7.807
14.158
67,4
15.885
20.992
100
27.370
Censo
2010
%
13,4
9.222
30,4
28,5
5.155
17
15.980
52,6
100 30.357
100
%
58,0
34
Sin embargo, aún ante esta realidad regional, se sigue apelando al discurso
del desarrollo que, de la mano de la modernidad, promete un futuro de derrame
que permitirá el disfrute de los placeres que hoy gozan los países centrales.
Aunque, como lo destaca Armando Bartra esta es una “[…] Promesa ahora aun
más difícil de cumplir, pues en los tiempos que corren habría que emprender el
vuelo con alimentos y petróleo caros, mientras que los que despegaron antes lo
hicieron con energía y alimentos baratos” (Bartra, 2010b:113). Es así que se
apela a un patrón de desarrollo agropecuario visto a nivel general como un
generador de riqueza indiscutible para las economías latinoamericanas en la
etapa de la globalización económica que, además,
constituye “un cambio
decisivo, en tanto la agricultura pasa de ser un problema a ser la solución”
(Murmis, 1994:104). Contrariando esta visión desde la hegemonía
de la
agricultura que extracta Murmis, y trasladándonos nuevamente a la región del
Chaco salteño, pero esta vez a la ZAH del umbral al Chaco (Bravo et al., 1998),
vemos que la aplicación directa del modelo agrícola pampeano provoca
desajustes y rápida degradación de los suelos. Con todo, dado el bajo precio
de la tierra en ese momento y la creciente expansión de los mercados, la
degradación no significó un problema grave para los capitalistas en avance. A
medida que las primeras tierras se agotaron, adquirieron nuevas superficies (a
bajos precios) que fueron desmontando y poniendo en producción (Reboratti,
1989; 2010). La agricultura desplazó hacia las regiones áridas del Chaco
salteño a la ganadería empresarial, que se fue corriendo cada vez más al este
y, como acabamos de observar estadísticamente, trasladando hasta allí la
expulsión de los campesinos.
La acumulación es por una parte un proceso puramente económico
desarrollado entre los capitalistas y los asalariados, pero a la vez existe otro
aspecto de la acumulación que sucede entre el capital y las formas no
completamente capitalistas, que se convierte en apropiación y expulsión
forzosa de poblaciones campesinas (Harvey, 2005). Los derechos de posesión
individual de los puesteros criollos y los comunitarios, de los habitantes
originarios, son alterados con el apoyo del estado11 por derechos de posesión
exclusiva de la naturaleza por parte de capitalistas y terratenientes, así como lo
expresa Harvey: “el estado con su monopolio de la violencia y sus definiciones
de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos”
35
(Harvey, 2005:113). Aquí residiría para Bartra (2010) una contrafinalidad
resultante del avance del agronegocio, la de los efectos sociales y su impacto
sobre la estructura agraria. Es necesario señalar el criterio de contrafinalidad,
que para Bartra está integrado por los “[…] saldos indeseables y no calculados
resultantes de la acumulación desconcertada de acciones que perseguían otro
fin” (Bartra, 2010: 98)12.
En el Chaco semiárido, en éste último avance capitalista ganadero, se ha
concentrado la propiedad y, en general, la posesión de la tierra. El proceso no
presenta visos de reversibilidad. El ambiente se modifica sustancialmente, ya
que el desmonte implica pérdida de humedad y fertilidad para los suelos,
pérdida de biodiversidad y pérdida de naturaleza para el campesino que es
irreversiblemente separado de los elementos para la sobrevivencia (Reboratti,
1989; 2010).
El modelo de la gran empresa se exacerbó en el NOA, e impulsó una
estructura agraria fuertemente polarizada, empresas con grandes extensiones
y mucha inversión de capital, por una parte, y campesinos ganaderos muy
pobres, por otra. Esta polarización y el desplazamiento originaron conflictos
sociales potenciados principalmente por tres factores: la existencia de tierras
fiscales, la tenencia precaria de la tierra por parte de los campesinos e indios y
la existencia de grandes superficies de monte, marginalmente aptas para la
agricultura (Reboratti, 2010).
Acumulación
por desposesión
y contrafinalidad,
¿dos
conceptos
enfrentados? Los ajustes del capitalismo contra las crisis económicas y
el despojo forjado en tierras del Chaco semiárido salteño
Las grandes crisis cíclicas de origen económico que atraviesa el capitalismo
relacionadas a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia desencadenan,
a la vez, procesos de desocupación, desplazamiento, y, finalmente el
empobrecimiento de grandes masas poblacionales. Tal como lo describiera
Marx (1973), desembocan en subconsumo13 o sobreacumulación14 según se
perciba15; esto, a la vez, crea problemas de sobreproducción de mercancías:
“Lo grave es que durante estas crisis recurrentes el capital destruye
masivamente su capacidad productiva, tanto en forma de medios de
producción cuyo empleo ya no le deja utilidades, como de fuerza de trabajo
36
presuntamente redundante. Y así, un sistema incapaz de satisfacer las
necesidades básicas de la mayoría de la población, deshace periódicamente su
propia capacidad productiva. ¿Puede haber una mayor irracionalidad que
destruir los bienes “sobrantes” y la capacidad de producirlos, en medio de
cientos de millones de pobres?” (Bartra, 2010b:99).
Para Harvey, la incapacidad del capitalismo de acumular a un ritmo
sustentable, “ha sido acompañada
por crecientes intentos de acumular
mediante la desposesión” (Harvey, 2005:100). El autor destaca en la
conceptualización de este término, el carácter dual de la acumulación
capitalista puesto en evidencia por Rosa Luxemburgo, “por una parte, los sitios
donde se produce la acumulación de la plusvalía, donde el proceso se presenta
como puramente económico; por otro, los lugares en que el capitalismo se
relaciona con “las formas de producción no capitalistas […] aparecen sin
disimulo, la violencia, el engaño, la opresión y la rapiña. Por esto cuesta trabajo
descubrir las leyes severas del proceso económico en esta confusión de actos
políticos de violencia, y en esta lucha de fuerzas” (Luxemburg, s/f: 224). Para
Harvey, Marx relega este último aspecto a una etapa originaria del capitalismo,
mientras él lo observa como un proceso en curso, “evidente en toda la
geografía histórica de la acumulación”, por lo tanto observa “desacertado”
confinarlo a los orígenes del capitalismo; luego, sustituye el término primitivo u
originario de Marx e instaura el de “acumulación por desposesión” para
referirse a una acumulación originaria permanente. Harvey, como Rosa
Luxemburgo, destaca la acumulación de capital y su contracara: la pobreza, el
desalojo, la violencia, la destrucción de la naturaleza como parte del mismo
proceso. Entonces, es preciso advertir que la idea de la contrafinalidad nos
resulta ingenua.
Harvey atribuye la persistencia del capitalismo, sobrellevando una y otra crisis,
a los ajustes que realiza en el espacio y el tiempo. Para el autor las crisis del
capital son provocadas por el descenso de la tasa de ganancia y se manifiestan
en excedentes de capital y trabajo. Como modo de resistencia a la debacle, los
excedentes son orientados bien al gasto social, que constituye un diferimiento
temporal de ganancias puesto de manifiesto, por ejemplo, en proyectos de gran
escala16 o por desplazamientos espaciales: nuevos mercados, nuevas
37
mercancías con búsqueda e investigación de posibilidades de recursos en
lugares diferentes; también se practican combinaciones de ambas alternativas.
Los desplazamientos espaciales se logran a través de la penetración de las
relaciones sociales capitalistas en sociedades donde aún esta relación no es
dominante (Harvey, 2005).
Ahora, en primer lugar, observemos cómo en la zona de la actual expansión
capitalista de la frontera agropecuaria del Chaco salteño, las empresas
multinacionales y sus socios locales, a través del desplazamiento espacial
buscan la apropiación y mercantilización de la naturaleza como forma de
absorción de su capital excedente con inversiones inmobiliarias que ellas
mismas denominan reservas de tierras: El negocio de Cresud es lograr el
máximo mejoramiento de la tierra productiva en el largo plazo, agregando valor
a las tierras de Argentina. Cresud incrementa su portafolio de campos,
mediante la adquisición de grandes superficies de tierras con alto potencial de
apreciación. La Empresa propone transformar las tierras adquiridas de
improductivas a ganaderas, para luego transformarlas de ganaderas a
agrícolas, aplicando tecnología de última generación para mejorar los
rendimientos, generando de este modo una mayor apreciación”17. En el
departamento salteño Rivadavia la empresa Cresud tiene en propiedad desde
el año 1995 la finca Los Pozos de 248.588 hectáreas declaradas, con
utilización ganadera, forestal y reserva de tierras18.
En segundo lugar, indicamos los aplazamientos temporales de las ganancias
que también se encuentran representados en la región de estudio a través de
la Integración de las Infraestructuras Regionales Sudamericanas (IIRSA),
surgida de la articulación entre doce gobiernos sudamericanos en el año 2000.
El proyecto responde a la necesidad de la unidad geoeconómica, abierta al
comercio internacional. Esta estrategia prevé la realización de obras de
infraestructura en los sectores de transporte y energía. El Noroeste Argentino
forma parte del Eje de Capricornio de la integración, y entre sus objetivos se
encuentra favorecer la salida de producción del NOA, el sur de Bolivia y
Paraguay hacia el Pacífico, así como conectar el NOA argentino y norte de
Chile con la hidrovía Paraguay-Paraná. Siendo que la competitividad de la
producción de soja depende en gran medida de los costos de transporte, los
38
proyectos en el NOA focalizan tanto en la recuperación de la red ferroviaria,
como en la construcción de carreteras. A la par, las empresas multinacionales,
en otras partes del mundo, amplían los mercados de consumo de carne y otros
alimentos que se obtienen a base de los granos logrados en estas tierras. Esto
no queda aquí, las rentas de los espacios granarios, son controladas por los
mismos oligopolios multinacionales19 a través de la producción y venta de
semillas, fertilizantes y productos químicos a base de petróleo.
Una manifestación de la desposesión en tierras del Chaco Semiárido se hace
visible en la cadena de desplazamientos causados: en el umbral al Chaco, los
campesinos ganaderos extensivos fueron desplazados por la agricultura, de
mayor rentabilidad; luego, los desplazados al área del Chaco Semiárido:
“campesinos ganaderos ricos” y los de perfil empresarial, corrieron a los
sistemas familiares menos capitalizados y éstos a los productores de
subsistencia, principalmente a los que no eran propietarios de la tierra. Los
desalojados, paulatinamente fueron ocupando los espacios que los demás no
estaban dispuestos a ocupar20 (Camardelli, 2003). La pobreza generada y la
destrucción de la naturaleza no aparecen como contrafinalidad, sino como
parte integrante y necesaria del proceso general. El despojo en los nuevos
espacios, forma parte del mismo proyecto de acumulación de los centros del
capitalismo; crea oportunidades para los poderes oligopólicos con visibles
consecuencias sociales, ecológicas, políticas y económicas.
Mercantilización de tierra y trabajo, ¿el origen de las crisis del capital?
Los flagelos que marcan las contradicciones obligadas del modo de producción
y acumulación capitalista son: “desorden climático, escasez de petróleo (diría
de naturaleza en general), hambruna (pobreza), éxodo (migración) y depresión
económica”. Polanyi en su obra La gran transformación señala que las crisis se
relacionan con el tratamiento que el capital da a: hombres, naturaleza y dinero.
Vuelve mercancías a tres componentes de la producción que no lo son (Bartra
2010a:20)21. También Harvey (2005), en su concepción de “nuevo imperialismo
y acumulación por despojo o desposesión”, se refiere a la apropiación por parte
del capitalista de algo, que aún en las circunstancias en la que se encuentra,
no es mercancía para transformarlo en ésta. Karl Marx, mucho tiempo antes,
explicó la diferencia entre valor de uso y mercancía. La mercancía se obtiene
39
por la combinación de materia (originalmente naturaleza) con el trabajo. Todo
aquello que se obtiene a partir del trabajo puede convertirse en ella, pero, ni la
tierra ni el trabajo son mercancías en sí mismas, por más que el capitalismo
trate falsamente de alterarlos (Marx, 1973 [libro primero].
El capital, provisto de los avances tecnológicos necesarios, expande los
mercados buscando salir de eternas crisis de excedente de capital y trabajo.
Busca invertir su capital sobrante para ampliar su tasa de ganancia con la
obtención de plusvalía en nuevos escenarios donde colocarlas y necesita
ampliar, también,
su
espacio en búsqueda de
recursos productivos
(naturaleza). Con tal objetivo intenta limpiar su camino de todo aquello que lo
obstaculice. Un entrevistado en las cercanías de J. V. González (Anta) utilizó
un lenguaje muy claro refiriéndose a este proceso de expansión y
avasallamiento capitalista: […] Nosotros tuvimos que vender los animales
porque la finca Los Pozos cercó […] y desmontaron todo. Se nos achicó el
campo, no tenemos pasto. A nosotros nos prohibían que cortáramos un palo.
Entre el gobierno y las empresas nos prohibían todo, ahora ellos desmontan” 22.
Pero, ¿dónde se encuentra el origen de la tendencia decreciente de la tasa de
ganancia, que Marx propone como motivo de las crisis? Sucede que, la rama
agropecuaria de la producción, aún en los países con más desarrollo
tecnológico,
tiene
una
composición
orgánica
del
capital
(capital
constante/capital variable [CC/CV]) de inferior expresión numérica debido al
mayor volumen de capital variable (salarios) en relación al constante,
comparada con la industrial. Las innovaciones tecnológicas en los procesos
productivos provocan siempre un incremento relativo de la parte constante del
capital (equipos e insumos) aumentando la productividad del trabajo.
Matemáticamente, podría comprenderse el planteo de la siguiente manera: la
tasa de ganancia es igual a la relación: plusvalía ∕ capital invertido; siendo el
capital invertido igual a la suma del CC + CV, entonces la tasa de ganancia =
plusvalía ∕ CC + CV. A la vez, la tasa de plusvalía = (plusvalía/CV). Al aumentar
la tasa de plusvalía como consecuencia del incremento cada vez superior de la
productividad del trabajo (descenso relativo del capital variable [salarios]), por
la tendencia al aumento del capital constante (innovación tecnológica) arrastra
al descenso a la tasa de ganancia23. (Marx [Libro primero], 1973). Entonces, en
40
términos marxistas, el origen del descenso de la tasa de ganancia se encuentra
en las innovaciones tecnológicas que tienden a aumentar la productividad del
trabajo.
En el territorio Chaqueño, al capital le interesa la tierra con monte y sin laboreo
por su fertilidad potencial, y sus posibilidades de valorización y no la
transformación del campesino en “trabajador libre”, como ocurriera en la
acumulación originaria. Busca monopolizar y/o valorizar las superficies que el
puestero utiliza en búsqueda de su reproducción simple. El propósito es
valorizar la escasez de superficie con posibilidades de determinadas
producciones, luego vendrá el desmonte, la inversión y las ganancias que el
proceso productivo genere. En otros casos, el avance es meramente
especulativo. La rueda sigue girando y la apropiación y el despojo se suceden
una y otra vez. Las rentas son directamente proporcionales a la escasez de los
elementos naturales. El capitalismo se vuelve cada vez más especulativo sobre
la naturaleza, más rentista y, al contrario de como lo pensaban los economistas
clásicos, más lejano de la industria. Finalmente, debido a la mercantilización de
lo natural, se vuelve violenta la relación entre la sociedad y la naturaleza
(Bartra, 2010ª)
Como resultado de la expansión y la industrialización de la producción
agropecuaria con su modernidad tecnológica y su incremento de la
productividad del trabajo, deja afuera de su esquema a gran número de
trabajadores que ven amenazada su reproducción vital. Barsky y Dávila (2008)
rebaten la crítica sobre la generación de desempleo argumentando que, por
una parte, es real que la agricultura extensiva moderna se realiza con gran
inversión tecnológica que baja fuertemente la mano de obra ocupada por
hectárea, pero por otra parte, aseguran los investigadores, las características
del empleo rural han cambiado profundamente y los encadenamientos
laborales han impactado en diversos servicios de los pueblos y ciudades
(producción, venta o arreglo de maquinaria y vehículos agropecuarios,
distribución y venta de insumos, tareas vinculadas con la comercialización
agropecuaria, servicios técnico-profesionales, etc.). Sin embargo, Colina et al.
(2012) afirman que el esquema actual de utilización del suelo en Anta (el
departamento salteño en el que se ha iniciado el corrimiento territorial
41
agropecuario) provoca que el número de asalariados sea muy escaso. Los
sistemas agropecuarios con mayor número de empleados son aquellos que
incorporan fuertemente la actividad ganadera, pero aún allí, la demanda directa
de mano de obra es pobre. Los autores demuestran la tendencia decreciente
para el empleo en los departamentos San Martín, Rivadavia y Anta y concluyen
que, a pesar de las grandes transformaciones productivas, la cantidad de
empleados en el sector privado no ha variado, aunque la población activa ha
crecido un 29%; que el trabajo por cuenta propia disminuyó en todos los
departamentos; que se observa un desplazamiento de los antiguos pobladores
reflejado en la drástica disminución de los trabajadores familiares y, finalmente,
alertan sobre el ascenso de la desocupación cercana al 6% en 1991 hasta el
30% en el año 2001.
La crisis ecológica
Marx sostiene en El Capital (1973, [libro primero]) que la riqueza capitalista
tiene dos fuentes, la naturaleza y el hombre. Según se analizó anteriormente, el
modo de producción capitalista necesitó convertir a ambos en mercancía para
realizar sus objetivos. Harvey (2005) señala, entre los mecanismos más
notorios en ésta última etapa de concentración y centralización capitalista, la
degradación ambiental provocada por los modos intensivos en capital de la
producción agraria. Esta dualidad capitalista es particularmente observable en
la situación crítica del avance agropecuario sobre el frágil ambiente del Chaco
semiárido, que hasta hace poco tiempo resultaba marginal y sin atractivo para
la producción. Paradójicamente, la tasa de ganancia decreciente, impulsa a los
capitalistas a la captación de nuevos mercados para lo cual amplían la
exploración y explotación de la naturaleza a través de tecnologías de alta
productividad del trabajo. Allí se observan la injusticia y la catástrofe natural.
No puede soslayarse que la expansión de la frontera agrícola-ganadera en la
provincia de Salta tiene consecuencias directas e indirectas sobre la
biodiversidad. La principal amenaza es la pérdida total de hábitat. La drástica
modificación de la cobertura del suelo tiene derivaciones negativas para
numerosas especies, incluyendo a los seres humanos por limitaciones de
acceso y disminuciones en la calidad de los recursos naturales.
42
En los primeros tramos de este artículo mostramos el aspecto social de la
crisis, dónde se confirma una tendencia a la disolución de los puestos
campesinos criollos, por desposesión de medios de producción (tierra,
animales) con migración hacia áreas muy degradadas o a los centros urbanos
en búsqueda de la supervivencia. La migración es un fenómeno crítico, un
componente social de la crisis global que atravesamos. Los datos sobre
migración rural entre 1991 y 2010 aportados en párrafos anteriores
corresponden a un contexto, en algunos departamentos del Chaco salteño, de
triplicación de la superficie incorporada a la actividad agropecuaria del capital o
la pérdida de medio millón de hectáreas de bosque en el período. Ya Polanyi
(citado por Bartra, 2010b:111), en los años cuarenta del pasado siglo,
aseguraba que si el mercado fuese el único regulador de la vida de los seres
humanos, de la naturaleza y de la moneda, terminaría con la “demolición de la
sociedad”.
También pusimos en evidencia que la voracidad capitalista por la ganancia
continúa derribando fronteras de naturaleza y diversidad y, en función de ello,
despojando a sus poseedores del derecho a la vida a través de aplazamientos
espaciales y temporales de dividendos. Esta es la función de las reservas de
tierras y especulación, por una parte, y los proyectos de gran escala, como la
IIRSA, que amplían el horizonte para la reproducción del capital a través de la
producción agropecuaria y de otro tipo, por otra parte.
Hasta aquí una reseña de las crisis provocadas por la avidez de los capitalistas
por la ganancia: conflictividad social de la producción a escala pequeña y
ambiental en un área de importante extensión en el Chaco salteño. Un técnico
de terreno en esa zona nos decía:
“El modelo propuesto es excluyente, seguramente desde otro lado se
puede decir que se genera un montón de riqueza que no se traduce en
un desarrollo zonal […] Se advierte una concentración de la tierra cada
vez mayor y en zonas como ésta con una gran diversidad social y con
todos los problemas que hay, es fuerte. Se habla de desarrollo local,
todo este modelo va a contramano porque es expulsivo, no es inclusivo”
43
Por último, le daremos la palabra a los propios afectados para, en sus dichos,
realizar el cierre de nuestro artículo.
“… hoy en día hay un señor para el lado de Los Blancos, que lo han
dejado sin nada, y ¿dónde lleva sus animales? […] los desalojaron
porque ellos van a ocupar esas tierras. Hasta ahora no sabemos que le
van a poner…Si van a poner ganadería, y si ponen ganadería, ¿para
qué ponen desmontes tan grandes? Yo veo peladares para allá, para lo
que es Dragones, lo que es esa parte. Uds. vienen viajando, ven
semejantes peladares, ¿cuántas personas mano de obra ven trabajando
ahí? Un día párense, a ver cuántas manos de obra trabajan. No, no
trabajan, no hay una mano de obra trabajando, sin embargo el
Chaqueño acá, da trabajo […] Ahora mismo, la gente que está reunida
acá, es porque hay un desmonte acá. Una aprovechamiento forestal, o
sea, te disfrazan las cosas, y te dejan pelado el monte, pero que, ¿quién
le da la autorización? ¿A quiénes les dan la autorización? A alguien que
no ha vivido nunca en esa zona, que a lo mejor ni viva. Antes nadie les
daba bolilla a esas tierras, no tenían valor, nadie las quería, nadie nada,
nadie, no les importaba si había gente viviendo, no había gente viviendo,
no llegaban las asistencias jamás […] Se creó la ruta y levanto el bum,
ahora todo el mundo quiere venir, gente que ni conoce, los extranjeros
que ni saben lo que es este lugar, son dueños de acá […] Si, si hay.
Turcos, españoles, si, si hay inversiones extranjeras, si hay personas
que dicen ser dueños de las fincas, y que se yo, pero hoy recién
aparecieron, no sé antes ¿dónde estaban?, porque antes… y no
reconocen los derechos de los poseedores, digamos, porque el derecho
de los poseedores tienen que reconocerlo primero que nada. […] Y esta
gente que esta acá, esta porque les quieren desmontar la tierra. Y le
dieron permiso, al dueño catastral, digamos, el dueño catastral lo
arrendó, y el que está arrendando para hacer el desmonte está sacando,
ni siquiera el dueño catastral, obviamente que el dueño catastral está
cobrando. Pero no han pensado primero en la gente, que está ahí
también, o sea, le pasan por encima, como si no tendríamos valor”.
44
Bibliografía
AZCUY AMEGHINO, Eduardo, (2004), “Los caminos clásicos del desarrollo
histórico en el campo” En: Trincheras en la historia. Historiografía, marxismo y
debates. Imago Mundi, Buenos Aires.
AZCUY AMEGHINO, Eduardo, (2006), “Producción familiar, producción
capitalista
y
descampesinización:
aspectos
teóricos
y
problemas
interpretativos”. Jornadas La Argentina rural del siglo XX: fuentes, problemas y
métodos. Ediciones UNQ.
BARBERA, Miriam y CHÁVEZ D. (2011). Zona agroecológica homogénea del
Chaco semiárido: sistemas de producción. Ediciones INTA. Salta. 68p.
http://eprints.natura.unsa.edu.ar/7/1/Barbera,_Miriam__Sistemas_de_produccion_del_c
haco_semiarido.pdf
BARSKY, Osvaldo; M. Dávila, (2008), La Rebelión del campo. Historia del
conflicto agrario argentino. Buenos Aires, Sudamericana.
BARTRA, Armando, (s/f) “A la mera hora. México y sus campesinos en gozne
de los tiempos”.
BARTRA, Armando, (2010a), Tomarse la libertad. La dialéctica en cuestión.
Editorial Itaca. México.
BARTRA, Armando, (2010b) “Tiempos turbulentos”. Argumentos. UAM-X.
Nueva Época. Año 23. Nº 63. Mayo-agosto 2010. México
BRAVO, Gonzalo, G. Dorado Y E. Chía, (1995), Funcionamiento de la
explotación agraria análisis de la diversidad. En: Investigación con enfoque de
sistemas en la agricultura y el desarrollo rural, RIMISP. pp. 49-60.
BRAVO, Gonzalo, S. Salas, G. Sempronii, M. Vicini, H. Fernández, A. Lipshitz,
A. Bianchi, J. Volante, y A. Píccolo, (1998). Zonas Agroeconómicas y Sistemas
de Producción Predominantes, Región NOA, INTA, Salta. 24 p.
CAMARDELLI, María C., (2003), “Estrategias reproductivas y sustentabilidad
de sistemas ganaderos criollos del Chaco Salteño. El caso de los puesteros
del lote fiscal Nº 20. Departamento de Rivadavia. Provincia de Salta”. Tesis de
Maestría en Desarrollo rural en zonas áridas y semiáridas.
45
CAPOMA, (2009). La Soja Mata, y Chaya Comunicación, Expansión de los
agronegocios en el Noroeste argentino. Deforestación legalizada y resistencia
de las comunidades. Informe. www.chayar.com.ar
COLINA, S.; M. Barbera; A. Pais; J. Yudi. (2012). “Análisis de los impactos de
la expansión de la frontera agraria en la región del Chaco Salteño (Noroeste
Argentino)”. Realidad Económica Nº 270. IADE, Buenos Aires, 105-130
FERNANDES, Bernardo M., (2008). “Questão agrária: conflitualidade e
desenvolvimento territorial”. A. M. Buainain (Organiz.). Luta pela terra, reforma
agrária e gestão de conflitos no Brasil. 173-224.Campinas. Editora da Unicamp.
GREENPEACE Argentina. (2013). Salta: el festival de los desmontes no se
detiene. Informe.
http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2013/bosques/Info
rme-Salta-2013-FINAL.pdf
HARVEY, D., (2005) “El nuevo imperialismo; acumulación por desposesión”.
Socialist Register 2004. Buenos Aires. CLACSO. pp. 99-129.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (INDEC). Censo
Nacional Agropecuario 1988. Argentina.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (INDEC). Censo
Nacional de Población y Vivienda 1991. Argentina
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (INDEC). Censo
Nacional de Población y Vivienda 2001. Argentina
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (INDEC). Censo
Nacional Agropecuario 2002. Argentina.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (INDEC). Censo
Nacional Agropecuario 2008. Argentina.
INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA (INTA), (2005),
Mapa de Zonas Agro-socioeconómicas Homogéneas de Salta y Jujuy.
Laboratorio de teledetección y SIG.. Recuperado el 26 de julio de 2013 de:
http://inta.gob.ar/documentos/mapa-zonas-agrosocioeconomicas-homogeneasde-salta-y-jujuy/
46
LUXEMBURG Rosa (s/f) La acumulación del capital. Sedov. Cotejado con la
edición en papel: La acumulación del Capital (1913), de 1968. Edicions
Internationals Germinal http://grupgerminal.org/?q=node/450
MCMICHEL, Philip, (1999). “Política alimentaria global”. Cuadernos Agrarios.
Nº 17-18. México
MANZANAL, Mabel, (1997), “La ocupación en el agro familiar salteño (En el
marco limitante del ajuste económico y de las políticas sociales para pobres
rurales)”. Realidad Económica Nº 145, IADE. pp. 105-122.
MARX, Karl, (1973), “El Capital”. En K. Marx; F. Engels, Obras Escogidas.
Editorial Ciencias del Hombre. Buenos Aires. Libro primero, pp. 55-96, 155-163,
174-186, 689-692; libro tercero, pp. 197-219, 637-644, 768-783, 797-811.
MURMIS, Miguel, (1974). Tipos de capitalismo y estructura de clases. Buenos
Aires, La Rosa Blindada. pp. 9-31
MURMIS, Miguel, (1994). “Incluidos y excluidos en la reestructuración del agro
latinoamericano”. Debate Agrario, 18(101), 33.
PÍCCOLO, Alejandra; M. Giorgetti; D. Chávez, (2008). Zonas Agroeconómicas
Homogéneas Salta – Jujuy. Estudios socioeconómicos de la sustentabilidad de
los sistemas de producción. 7. Buenos Aires. Ediciones INTA.
RIBEIRO, Gustavo, (1987), “¿Cuanto más grande mejor? Proyectos de Gran
Escala: una forma de producción vinculada a la expansión de los sistemas
económicos”, en Desarrollo Económico, v.27, Nº 105. Buenos Aires
REBORATTI, Carlos, (1989), “¿Pampeanización del NOA o la adaptación al
ecosistema local?” En: Manzanal, Mabel, (1996). El desarrollo rural en el
noroeste
argentino.
Antología.
Proyecto
desarrollo
agroforestal
en
comunidades del noroeste argentino. pp. 161-169.
REBORATTI, Carlos. (2010). “Un mar de soja: la nueva agricultura en
Argentina y sus consecuencias”. Revista de geografía Norte Grande, (45), 6376.
Recuperado
en
21
de
septiembre
de
2014,
de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S071834022010000100005&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-34022010000100005
47
RIBEIRO, Gustavo Lins, (1987) “¿Cuánto más grande mejor? Proyectos de
Gran Escala: una forma de producción vinculada a la expansión de los
sistemas económicos”. Desarrollo Económico, v. 27, Nº 105. Buenos Aires.
SVAMPA, Maristella, (2012), Consenso de los Commodities, Giro Ecoterritorial
y Pensamiento Crítico en América Latina. Revista del Observatorio Social de
América Latina [Año XIII Nº 32]. CLACSO. Buenos Aires.
TRINCHERO, Héctor, (1997), “Relaciones interétnicas y usufructo del
ambiente:una historia social y ambiental del Chaco central”. En: De Hombres y
tierras una Historia Ambiental del Noroeste Argentino. Salta; Proyecto
Desarrollo Agroforestal Comunidades Rurales del Noroeste Argentino. pp. 125136
VERDUM, Ricardo, (2007). “Obras de infra-estrutura no contexto da integração
Sul-Americana”.
En:
Ricardo
Verdum,
organizador
Integração,
usinas
hidroelétricas e impactos Socioambientais. Brasília: INESC.
Notas
1
La [gran] región Chaqueña de Argentina comprende una superficie de 609.745 km², lo que
representa el 21.93% del territorio nacional argentino; se extiende por las provincias de Chaco,
Formosa, Santiago del Estero, este de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán y La Rioja, norte de
San Luis, Córdoba y Santa Fe y noroeste de Corrientes. La heterogeneidad interna de la
misma crea la necesidad de definir subregiones ecológicas.
2
Pueden localizarse monopolios como casi exclusivas unidades capitalistas en coexistencia
con unidades precapitalistas o no plenamente capitalistas (Murmis, 1974).
3
Se hace la salvedad que este censo fue publicado sólo parcialmente. Se han divulgado datos
generales en el sitio oficial www.indec.gov.ar, allí mismo se aclara: “[…] el operativo censal se
desarrolló en un lapso más amplio que el previsto originalmente. En algunos casos, ello
permitió alcanzar una mejor cobertura, pero en otros fue la expresión de causas que
determinaron resultados inferiores o muy inferiores a los que cabía esperar en esas
jurisdicciones. […]”.
4
Manzanal (1997), en su estudio sobre la ocupación en el agro salteño, sostiene que la
indefinición de límites en una EAP es un indicador de la pobreza de los habitantes y que, tal
situación provoca inestabilidad en la obtención de resultados físicos y económicos.
5
Son consideradas empresariales aquellas EAP con una relación mayor que 1:2.
48
6
Aquel dónde la actividad ganadera bovina se realiza “a monte”, sin pasturas implantadas y las
distintas categorías animales comparten todos los espacios. No existe un manejo particular.
7
Sistemas ganaderos bovinos que realizan actividades específicas de cría, recría, invernada
separadamente o combinadas en una misma EAP, con las particularidades que puedan
adquirir en cuanto al sistema alimentario de los animales.
8
Los datos del CNA 2008, no se han publicado completos. De la información que contamos,
solo podemos deducir el dato adjudicado a la variable “forrajeras perennes”, pues, está bajo el
título de “otros”. Descartándose: cereales, oleaginosas, industriales, frutales y forestales en
cuyas columnas, para el departamento Rivadavia, el dato es “0,0”.
9
Alfredo Riera, presidente de la Asociación de Pequeños Productores del Chaco Salteño,
integrante del Foro Nacional de Agricultura Familiar, fue una de las voces campesinas que se
hizo oír ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuando fueron convocados para hablar
del desmonte en el año 2009. Fue desalojado judicialmente del predio que ocupa junto a su
familia en setiembre de 2010. Hace dos años, Riera y su familia fueron sobreseídos de una
denuncia penal que le hicieran por usurpación. “La orden de desalojo destila un aroma
revanchista muy conocido por los sectores vulnerados del país. Pero no se trata solo de un
espíritu de venganza, sino de amedrentar, de quebrar moralmente a los demás campesinos
para que no reclamen aquello que les pertenece por derecho: vivir y trabajar la tierra en la que
nacieron ellos, sus padres y sus abuelos”. Argentina Centro de Medios Independientes ((i)).
http://argentina.indymedia.org 7/9/2010.
10
Nuevo Diario de Salta, Jueves 28/11/2013 - 22:52.
http://www.nuevodiariodesalta.com.ar/noticias/111/avanzan-desmontes-en-zonas-habitadaspese-las-leye.html
11
La sanción de la Ley Nacional de Bosques (26.331), a fines de 2007, fue un avance
importantísimo en materia ambiental constituyendo, en su momento, una herramienta esencial
para abordar una solución para la emergencia forestal en el país. La normativa estableció una
moratoria para autorizaciones de desmontes hasta que cada provincia realizara el
Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN). La provincia de Salta establece el
OTBN a través de la Ley Nº 7543 a fines de 2008. Sin embargo, durante el año 2007, en plena
discusión parlamentaria por la Ley de Bosques, y evitando la moratoria que la norma establece,
el gobierno de la provincia de Salta autorizó, en una clara actitud especulativa, el desmonte de
más de 400.000 hectáreas, quintuplicando los permisos otorgados el año anterior.
Actualmente, y auxiliado por los decretos 2211/10 y 3136/11, el Poder Ejecutivo salteño realiza
re categorizaciones prediales que modifican, a partir de la solicitud del titular de la finca, la
zonificación establecida en el OTBN. Así, se autorizan grandes desmontes en bosques nativos
donde está expresamente prohibido hacerlo. Un ejemplo, es la autorización a un pedido de
desmonte de más de 7000 hectáreas para ganadería intensiva en la finca La Peregrina
49
(departamento Rivadavia) en una zona boscosa del Chaco seco que curiosamente cambia de
categoría de manera inadvertida convirtiéndose en zona permitida.
http://www.greenpeace.org/argentina/es/noticias/Salta-reconocio-que-viola-la-Ley-de-Bosquesa-pedido-de-los-terratenientes/
12
Por otra parte, Harvey (2005), al defender el concepto de acumulación por desposesión,
discute la indeseabilidad o externalidad de estos procesos con respecto al desarrollo del
sistema capitalista, más adelante se harán consideraciones al respecto.
13
Dice Bartra (2010b:101): “Marx quien sentó las bases de la teoría de las crisis económicas, al
establecer que: “la cuota general de plusvalía tiene necesariamente que traducirse en una
cuota general de ganancia decreciente (pues) la masa de trabajo vivo empleada disminuye
constantemente en proporción la masa de trabajo materializado”. Esta disminución relativa del
capital variable (asalariados) en la composición del capital reduce “[….] el consumo de la gran
masa de la sociedad a un mínimo”.
14
Harvey, 2005.
15
Marx desarrolla la ley tendencial de la caída de la tasa de rentabilidad del capital que adjudica
al incremento cada vez superior de la productividad del trabajo, provocada por la tendencia al
aumento del capital constante [instrumentos de producción y materias primas (tecnología)] a
expensas del capital variable (salarios), o sea, una participación cada vez menor del salario en
la composición del capital (Marx, 1973).
16
Ribeiro (1987) y Verdum (2007) definen los proyectos a gran escala (PGE) como “formas de
producción vinculadas al sistema económico caracterizado por la producción y reproducción
ampliada del capital”, orientados a la integración de los pueblos en un sistema de alcance
mundial y a la
actualización de prácticas de ocupación y exploración del territorio para
regiones marginales, con el objeto de incorporarlas a procesos productivos capitalistas.
Verdum (op. cit.) menciona además la convergencia de intereses entre los gobiernos y los
sectores privados y, al igual que Ribeiro (1987), opina que los PGE sólo favorecen a sectores
concentrados de la economía en detrimento de las poblaciones locales que reciben los
impactos negativos, la mano de obra mal remunerada sometida a pésimas condiciones
laborales y a la desestructuración familiar, etc.; aumentándose de esta manera la brecha de
ingresos entre distintos sectores y regiones.
17
Revisar http://www.cresud.com.ar/cresud/index_eni.htm
18
Información disponible en la página web de la empresa
19
La Organización Mundial del Comercio creada en 1994 tiene entre sus fines, la
intensificación de la dominación corporativa agroquímica de la producción agroalimentaria
mundial involucrada en obtención de alimentos por medio de ingeniería genética por seis
conglomerados Monsanto, Novartis, AgroEvo, Dupont, Zeneca y Dow (McMichel, 1999).
50
20
Estos desplazamientos, constituyen territorio de conflictualidad que emerge bajo la forma de
innumerables conflictos por las tierras (Fernandes, 2008).
22
En el año 2007, Greenpeace publica bajo el título “Emergencia forestal” un
listado de
audiencias públicas convocadas para habilitaciones de tierras (Ley 26.331 de Presupuestos
Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos) ocurridas en ese año. Allí se
encuentran los siguientes datos sobre finca Los Pozos

4.977 hectáreas para ganadería en Finca “Los Pozos”, departamento Rivadavia. Audiencia
pública realizada el 16 de agosto.

3.728 hectáreas para ganadería en Finca “Los Pozos”, llamada por sus dueños “La
Bellaquita”, departamento Rivadavia. Audiencia pública realizada el 26 de abril.
La finca Los Pozos es propiedad de Cresud S.A. que, según datos propios, obtenidos a partir
de relevamientos de catastros, posee en propiedad en el departamento Rivadavia 200.249,37
hectáreas.
23
“A medida que disminuye en forma gradual el capital variable respecto al constante, se eleva
cada vez más la composición orgánica del conjunto del capital, y la consecuencia inmediata de
esta tendencia consiste en que la tasa de plusvalía se traduce en una tasa general de ganancia
en continuo descenso, en tanto que el grado de explotación del trabajo se mantiene sin
modificaciones o inclusive aumenta […] la tendencia progresiva a la disminución de la tasa
general de ganancia es nada más que una manera, propia del modo de producción capitalista,
de expresar el progreso de la productividad social del trabajo” ( Marx, tomo III:234-235).
51
Descargar