Revista Alter-nativa Nº 2, segundo semestre de 2014 LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y SUS DIMENSIONES. REFLEJOS EN EL CHACO SEMIÁRIDO SALTEÑO Miriam Adriana Barbera Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Salta. Resumen Las dimensiones que marcan la crisis actual del modo de producción capitalista son básicamente de orden social (despojo, pobreza, migración, etc.) y de orden ambiental o ecológico con consecuencias directas e indirectas sobre la biodiversidad. En el Chaco semiárido salteño, la expansión capitalista sobre formas no plenamente capitalistas provoca la pérdida del monte con efectos negativos para las especies, incluyendo la especie humana, que experimenta limitaciones en el acceso a la naturaleza y despojo de sus medios de producción. Es el caso de los puestos criollos, subsumidos a las reglas del capitalismo dominante. Una manifestación de la desposesión en tierras del Chaco Semiárido es la cadena de desplazamientos, donde el último eslabón es el puestero pobre arrinconado en los sitios más pobres e inhóspitos. Se confirma una tendencia a la disolución de los puestos criollos, por pérdida o desposesión de medios de producción (tierra, animales, o traslado hacia áreas muy degradadas), o por venta de trabajo con migración hacia otras zonas. La migración es un fenómeno crítico, un componente social de la crisis global que atravesamos. 24 Palabras clave Capitalismo; crisis; campesinos criollos; Chaco semiárido; desposesión The crisis of capitalism and its dimensions. Reflections in the arid Chaco of Salta Summary The dimensions that define the current crisis of the capitalist mode of production are basically social order (dispossession, poverty, migration, etc.) and environmental or ecological with direct and indirect impact on biodiversity. In the arid Chaco of Salta, capitalist expansion on forms not fully capitalist: the place creole, subsumed to the rules of capitalism dominant, causes the loss of mount with negative effects for the species, including humans, who are experiencing limitations in the access to the nature and stripped them of their means of production. A manifestation of the dispossession of the land area of the arid Chaco is the chain of displacement, where the last link is the prettier poor sites tucked away in the most poor and inhospitable. It confirms a trend to the dissolution of the place peasants creole, due to the loss, or dispossession of means of production (land, animals, or transfer to highly degraded areas), or by the sale of work with a migration to other areas. Migration is a critical phenomenon, a social component of the global crisis that we are facing. Palabras clave Capitalism, crisis, creole peasants, arid Chaco, dispossession Introducción La Zona Agro socioeconómica Homogénea (ZAH) identificada como Chaco semiárido con ganadería y forestales (Bravo et al., 1998; Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, 2005) en el Noroeste Argentino (NOA)1, corresponde a una extensa llanura, que en la provincia de Salta ocupa el sector oriental. Se extiende por la totalidad del departamento Rivadavia y parcialmente por los departamentos Anta (66% del área departamental), San Martín (38% de la superficie), Orán (24% de su porción espacial) y Metán (aproximadamente 9% de la superficie del departamento), abarcando aproximadamente 4.784.400 hectáreas y una población de 26.140 personas, el 25 2,4% del total provincial (Barbera y Chávez, 2011) (figura 1). Las actividades que allí predominan son la ganadería, la extracción forestal para postes, leña y carbón; por las escasas precipitaciones y gran evaporación, no es posible la agricultura a secano (Píccolo, 2008). Al interior de ese territorio, en el semiárido salteño, coexisten en el espacio rural empresas capitalistas con otras formas que no lo son plenamente, tal “[…] como en todo capitalismo deformado propio de países dependientes” (Murmis, 1974:9-10)2. Figura 1: . Z.A.H. Chaco Semiárido con ganadería y forestales Es posible diferenciar en este sub territorio, por una parte, a los empresarios ganaderos que explotan grandes superficies (aún superiores 5.000 ha), que contratan mano de obra en cantidad escasa (tanto permanente, como temporaria) y, por otra parte, a los “puesteros criollos” (Camardelli, 2003; Colina, Barbera, Yudi y Pais, 2012). Éstos últimos son pequeños productores, que trabajan superficies de tierra con límites sin definir, ocupan tierras fiscales 26 y también privadas, y utilizan mano de obra predominantemente familiar. Ellos habitan y crían sus animales en los denominados puestos, a los qué podríamos definir como unidades de producción campesina que se encuentran insertas en el sistema capitalista general (Llambí, 1981). Reproduciendo las palabras de Armando Bartra podemos afirmar que los puesteros del Chaco se encuentran “[…] situados en los nudos flojos de las ataduras con que nos aprisiona el mercantilismo absoluto”, se encuentran en las periferias, en las “orillas fangosas”, para ir a su encuentro debemos llegar a “[…] las rendijas, a los rincones, a los territorios apartados del bramido urbano-fabril, del barullo librecambista. Y uno de estos reductos de humanidad profunda aun discernible a simple vista, es la porción campesina -a veces indígena- del mundo rural” (Bartra, 2010a:166). Sobre los puestos y los puesteros criollos avanza el negocio capitalista ganadero o agronegocio provocando importantes conflictos originados, precisamente, en la expulsión de estas posesiones campesinas (Colina, Barbera, Yudi y Pais, 2012). El artículo que presentamos busca exponer algunas consecuencias del actual avance capitalista en la zona agro-socioeconómica homogénea (ZAH) del Chaco semiárido con ganadería y forestales (Bravo, 1998; INTA, 2005) (en adelante, Chaco semiárido salteño) y las situaciones críticas que esto genera. Se analizan, en una primera parte, los aspectos sociales de la crisis capitalista desde datos estadísticos (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), 1988, 1991, 2001, 2002 y 2008), bibliográficos y entrevistas. Se utilizan como indicadores importantes para la confirmación del avance capitalista, las variables censales números de explotaciones agropecuarias (EAP) con límites definidos y superficie con forrajeras perennes. A continuación, se indaga en los desencadenantes de los distintos aspectos de la crisis dentro de un marco teórico marxista. Para el cierre del artículo hemos reservado el aspecto ecológico de la crisis, que a nivel general es la consecuencia más visibilizada en nuestros días a través de las llamadas organizaciones ambientalistas y el giro eco territorial del lenguaje común que, entre otras cuestiones, da cuenta de la defensa del territorio junto al discurso ambiental (Svampa, 2012). Intentamos, siguiendo a Marx (1973) que a partir la metodología dialéctica planteó las crisis del capitalismo como proceso globales complejos ya a fines 27 del siglo XIX, dejar en claro que la separación de los diferentes aspectos obedece solo a los fines prácticos de la presentación del estudio. En las palabras finales de la segunda edición alemana de El Capital, en 1873, afirma, “El movimiento contradictorio de la sociedad capitalista se hace sentir […] de la manera más evidente, por las vicisitudes de la industria moderna en su ciclo periódico, cuyo punto culminante es la crisis general.” (Marx, 1973 [libro primero]:24) El patrón de desarrollo contemporáneo. La diversidad de las explotaciones agropecuarias y el aspecto social de la crisis La economía agraria neoliberal y dominante, a menudo, plantea una falsa homogeneidad entre las explotaciones agropecuarias al proponer categorías generales para los estudios que sobre ellas se realizan. Se suele asumir a la totalidad de las explotaciones como empresas plenamente capitalistas y se recurre, para su análisis, a variables macroeconómicas: la diferenciación sólo es planteada a nivel del volumen de los negocios. Según nuestro punto de vista, este enfoque no responde a la realidad y se encuentra enmarcado en la lógica economicista dominante desde la territorialidad de los grandes agentes económicos y el Estado versus la lógica territorialista de los agentes de menor peso (Svampa, 2012). Los puesteros criollos del Chaco, en tanto campesinos, no muestran relaciones de producción estrictamente capitalistas, son subestimados, subsumidos, a las reglas de juego capitalista dominante, ya que el capital subordina y, muchas veces, desintegra a estas formas (Murmis, 1994; Azcuy Ameghino, 2004). Como resultado, la visión económica hegemónica hace invisible la diversidad, la existencia de unidades productivas campesinas y las relaciones de producción no estrictamente capitalistas y, como consecuencia también, el desalojo, la desposesión y la pobreza que el modelo del agronegocio provoca sobre ellas. En tanto, la observación a nivel de las explotaciones campesinas manifiesta especificidades que resultan diferenciales. Comercializan los productos en mercados locales, negocian (dentro de sus posibilidades) los precios de su mercancía, piensan en función de costos / beneficios y, a la vez, son su forma de producción familiar, sus capacidades y su cultura del trabajo en el ámbito natural lo que los distingue (Bartra, 2010a). Los puesteros del Chaco, buscan 28 maximizar sus ingresos globales (venta de animales, autoconsumo, trabajo extrapredial, remesas, etc.) procurando, al menos, mantener sus niveles de consumo y reponer sus medios de producción (Bravo y Chía, 1998). Sostiene Trinchero (1997) que a principios del siglo pasado, las actividades ganaderas tradicionales de los criollos chaqueños mostraban ciertas expectativas de capitalización pero luego, el proceso fue involucionando. Observando el cuadro 1, que presenta información sobre el número de explotaciones agropecuarias (EAP) relevado para la totalidad de la provincia de Salta en los tres últimos censos nacionales agropecuarios (CNA):1988, 2002 y 2008 (INDEC 1988,2002 y 2008), advertimos un incremento de las EAP totales entre los dos primeros censos y una disminución entre el segundo y el último. Por una parte, las EAP con límites definidos sufren un incremento porcentual entre los censos 1988 y 2002 (11 %) que prácticamente se mantiene entre los censos 2002 y 2008 (10%). Por otra parte, entre el censo de 1988 y el censo de 2008 las EAP sin límites definidos se redujeron en Salta en casi un 28%. Cuadro 1. Evolución de las EAP salteñas (totales, con límites y sin límites definidos) entre los censos 1.988 y 2.008 CNA1988 EAP EAP EAP C/ s/ Total límites límites definid definid Nº 9.226 % 100 CNA2002 EAP total 2.557 6.669 10.297 28 72 100 CNA20083 EAP EAP EAP C/ S/ Total límites límites definid definid EAP c/ límites definid EAP s/ límites definid 5.575 4.722 9.645 6.155 3.490 46 100 66 34 54 VARIACIÓN (02-08) % VARIACIÓN (88-08) % EAP EAP/Si EAP EAP/Si EAP C/ n EAP C/ n Total límites límites Total límites límites definid definid definid definid +4,85 +21,55 -27,68 -6,3 +10,4 -26,1 Fuente: INDEC Observando los porcentajes sobre el total de EAP de las explotaciones con y sin límites definidos, vemos que en treinta años, prácticamente, se invierte la proporción (28% y 72% para 1988 y 66% y 34% para 2008). Luego, si 29 asumimos, siguiendo a Manzanal (1997)4, a todas las EAP sin límites definidos como explotaciones campesinas pobres, donde el trabajo es aportado por el productor y su familia, podríamos afirmar que las explotaciones campesinas en el agro salteño sufrieron un proceso de disminución en los últimos 30 años. Entre los dos últimos censos es destacable también, un proceso de reconcentración de la superficie, ya que según los datos preliminares del CNA2008 la superficie que abarcan las EAP con límites definidos (4.946.103 ha) aumentó entre 2002 y 2008 en 15,8%, mientras que el número de EAP con límites definidos en la provincia aumentó en el mismo período en un 10,4%. En un trabajo realizado en base al Censo Nacional Agropecuario 2002 (CNA2002) Barbera y Chávez (2011) concluyeron que, desde el punto de vista de la relación de las variables trabajo permanente familiar y trabajo permanente no familiar5, el 95% de las EAP en el Chaco Semiárido son de tipo familiar. En el cuadro 2 puede observarse la distribución de las EAP según sus límites y su organización de la producción. Cuadro 2. Distinciones de EAP empresariales y familiares en el Chaco semiárido salteño CNA2002 Nº EAP Nº EAP EAP fliares. empres. Con límites definidos 984 984 ----------- Sin límites definidos 400 326 74 1384 1310 74 TOTAL Fuente: Barbera y Chávez (2011) Según las mismas autoras el 90% de las explotaciones con límites definidos realizaba ganadería no especializada.6 Los establecimientos bovinos empresariales especializados7 se localizaban en el semiárido anteño y metanenese. Rivadavia ubicado en su totalidad en la ZAH del Chaco semiárido salteño, donde se encontraban en el año 2002 el 51% del total de EAP, e´51% del total de EAP con límites sin definir, el 50% de las EAP con límites definidos y tan solo el 16% de las EAP empresariales (CNA2002; Barbera y Chávez, 2011). Observemos ahora, en el cuadro 3, lo que sucede particularmente en el departamento en relación a la evolución del número de EAP. 30 Cuadro 3. Evolución del número de EAP del departamento Rivadavia (totales, con límites y sin límites definidos) entre los censos 1.988 y 2.008 Censo 1988 EAP EAP/Sin EAP C/ límites Total límites definid definid Censo 2002 EAP EAP/Sin EAP C/ límites Total límites definid definid Censo 2008 EAP/S EAP C/ EAP in límites Total límites definid definid Nº 632 31 601 704 206 498 816 286 530 % 100 5 95 100 29 71 100 35 65 Fuente: INDEC En los treinta años que median entre el primero y el último censo, las EAP con límites sin definir (familiares) disminuyeron, con respecto a las EAP totales registradas en cada censo, 30 puntos porcentuales, con el consiguiente incremento en 30 puntos porcentuales de las EAP con límites definidos. En la misma línea de razonamiento podríamos aseverar que en Rivadavia, siguiendo la tendencia provincial, se contrajo el número de las EAP campesinas. Por una parte, los planteos productivos ganaderos implican el desmonte e implantación de pasturas megatérmicas, principalmente de Gatton panic como forraje perenne, desplazando a la ganadería de monte de los campesinos puesteros que generalmente no son poseedores legales de las tierras (Colina et al., 2012). Por otra parte y relacionado a la producción empresarial, observemos las solicitudes de desmontes realizadas entre 2004 y 2007 para emprendimientos ganaderos y mixtos (agricultura y ganadería) en Rivadavia, (cuadro 4). las 140.230,30 hectáreas solicitadas y, sobre todo, las 23.347 con permisos expedidos para realizar actividades ganaderas, entre 2004 y 2005 (no disponemos de información más actualizada), nos están demostrando el avance empresarial hacia este departamento del Chaco semiárido. 31 Cuadro 4: Departamento Rivadavia. Permisos y solicitudes de desmontes 2004-2007 HabilitaDesmonción/ te picada TOTAL aprov. año Ganade-ría mixto deslinde ha ha ha 2004(*) 300,00 100,00 /// 1.496,00 2005(*) 23.047,00 /// /// 25.090,00 2006 1.095,00 /// 9,60 41.892,00 2007 115.788,30 /// /// 119.591,30 TOTAL 140.230,30 100,00 9,60 188.069,30 Fuente: Dirección de RRNN y Medio Ambiente, Salta Apoyándonos en lo expresado en los párrafos anteriores y observando los datos del cuadro 5, que nos presenta la evolución del número y de la superficie total de las EAP con límites definidos, relacionada con la implantación de pasturas perennes como indicador relevante, quedaría virtualmente demostrado el avance de la actividad de negocios pecuarios en el Departamento Rivadavia de la provincia de Salta por sobre las explotaciones y actividades de los puesteros criollos. Podría, quizás, inferirse que el incremento del número de EAP con límites definidos entre los censos 1988 y 2002 (que responde a casi siete veces) y la variación de la superficie registrada para la totalidad de EAP con límites definidos que indica 2,3 veces más en el período refleja el arribo del negocio ganadero. Para el período 2002-2008 siguen aumentándose ambas variables, aunque a un ritmo menor (39% y 66% respectivamente). Lo anterior es reforzado por el incremento de la superficie total implantada con forrajeras que en términos relativos se extiende veinte veces entre el CNA1988 y el CNA2002 y dos veces y media entre CNA2002 y CNA2008, aunque, en términos absolutos se muestre aún pequeña. Es de destacar la variable crecimiento de la superficie forrajera promedio implantada por cada EAP, que en el período analizado evoluciona desde 0,6 hectáreas hasta 183 hectáreas y aporta información relevante que adquiere, todavía, más importancia a la luz de la superficie solicitada con tal fin (cuadro 4). 32 Cuadro 5. Departamento Rivadavia. Evolución del número de EAP con límites definidos y de la superficie con pasturas perennes entre los CNA 1988, 2002 y 2008. CNA 1988 . DEPARTAMENTO RIVADAVIA Nº EAP c.l.d. Sup. Total EAPc.l.d. (ha) Superficie implantada total (ha) Sup. implantada c/ forrajes perennes (ha) Sup. forrajera promedio/ EAP Fuente: INDEC CNA 2002 % var. 88/02 CNA 20088 % var. 02/08 286 39 31 206 66,23 95.791,8 222.813,5 232 369.343,5 66 25,1 427,5 1.703 1.036.2 242 20 405,5 2.027 1.036,2 255 0,6 1,97 328 3,62 183 En el actual escenario del avance capitalista a nivel general, puede confirmarse una tendencia a la disolución de las unidades campesinas (representadas en el Chaco semiárido por los puestos criollos) por pérdida o desposesión de medios de producción (tierra, animales, o traslado hacia áreas muy degradadas), o por venta de trabajo con migración a otras zonas. La migración es un fenómeno crítico, una de las dimensiones de la crisis global que atravesamos. No sólo son críticas las consecuencias demográficas que se producen: el despoblamiento y los asentamientos de desocupados o sub ocupados cercanos a los centros más densamente poblados y grandes ciudades, sino por las consecuencias a nivel humano: la desazón y el desamparo provocados por los desalojos9 y la disgregación de las familias (Bartra, 2010b). En el cuadro 6 se exhibe la evolución demográfica para el departamento Rivadavia a través de la información de los censos nacionales de población 1991, 2001 y 2010. Allí se percibe una disminución importante de la población rural en la medida en que avanza temporalmente el frente de desmonte que, en este departamento, ocurre pasados los primeros años del siglo XXI y trae consigo, como en la mayoría de los casos, el desalojo. Se registra una merma 33 de 14,8 puntos porcentuales en relación a la participación de la población rural dispersa en el total de la población departamental. La población rural agrupada ha crecido entre los dos primeros censos, cuando aún la avanzada del desmonte no se manifestaba sobre la ZAH del Chaco Semiárido (o lo hacía incipientemente) y disminuye drásticamente entre 2001 y 2010 en términos relativos y absolutos. Con respecto a la población urbana, ha crecido tanto en la primera década como en la segunda. En el primer tramo, en términos porcentuales con respecto al total del departamento casi dos puntos y 17 puntos entre 2001 y 2010, multiplicándose dos veces y media en tan sólo nueve años y casi cuatro veces en los diecinueve años distantes entre los primeros y los últimos datos. Claramente ha existido migración debido a la expulsión en el ámbito rural, la búsqueda de trabajo en otros mercados donde, probablemente, la injusticia también se manifieste y los jornales sean bajos, ya que el trabajo que realizan es indiferenciado o no calificado (Bartra, 2010a). Ya que el nuevo modelo que se acerca no incluye a estos sujetos como trabajadores. Es así que un técnico agropecuario entrevistado nos confirma: “ si se habla de desarrollo local, todo este modelo va a contramano, porque es expulsivo, no inclusivo”. Resulta elocuente una frase publicada en un diario provincial en 2013 en referencia a los desmontes: “La realidad sin embargo es inocultable y se sostiene que los desalojos de aquellos que quedaron sin tierras generaron su emigración del lugar, cerrando las escuelas por falta de alumnos. A ello se suma que el cerramiento de las fincas achicó las superficies de uso de pastoreo"10. Cuadro 6. Población rural y urbana en Rivadavia Censo población 1991, 2001 y 2010 Rural o Urbano Urbano (mayor o = a 2000hab) Rural agrupada (- de2000hab) Rural dispersa TOTAL Fuente: INDEC. Censo 1991 % Censo 2001 2.467 11,8 3.678 4.367 20,8 7.807 14.158 67,4 15.885 20.992 100 27.370 Censo 2010 % 13,4 9.222 30,4 28,5 5.155 17 15.980 52,6 100 30.357 100 % 58,0 34 Sin embargo, aún ante esta realidad regional, se sigue apelando al discurso del desarrollo que, de la mano de la modernidad, promete un futuro de derrame que permitirá el disfrute de los placeres que hoy gozan los países centrales. Aunque, como lo destaca Armando Bartra esta es una “[…] Promesa ahora aun más difícil de cumplir, pues en los tiempos que corren habría que emprender el vuelo con alimentos y petróleo caros, mientras que los que despegaron antes lo hicieron con energía y alimentos baratos” (Bartra, 2010b:113). Es así que se apela a un patrón de desarrollo agropecuario visto a nivel general como un generador de riqueza indiscutible para las economías latinoamericanas en la etapa de la globalización económica que, además, constituye “un cambio decisivo, en tanto la agricultura pasa de ser un problema a ser la solución” (Murmis, 1994:104). Contrariando esta visión desde la hegemonía de la agricultura que extracta Murmis, y trasladándonos nuevamente a la región del Chaco salteño, pero esta vez a la ZAH del umbral al Chaco (Bravo et al., 1998), vemos que la aplicación directa del modelo agrícola pampeano provoca desajustes y rápida degradación de los suelos. Con todo, dado el bajo precio de la tierra en ese momento y la creciente expansión de los mercados, la degradación no significó un problema grave para los capitalistas en avance. A medida que las primeras tierras se agotaron, adquirieron nuevas superficies (a bajos precios) que fueron desmontando y poniendo en producción (Reboratti, 1989; 2010). La agricultura desplazó hacia las regiones áridas del Chaco salteño a la ganadería empresarial, que se fue corriendo cada vez más al este y, como acabamos de observar estadísticamente, trasladando hasta allí la expulsión de los campesinos. La acumulación es por una parte un proceso puramente económico desarrollado entre los capitalistas y los asalariados, pero a la vez existe otro aspecto de la acumulación que sucede entre el capital y las formas no completamente capitalistas, que se convierte en apropiación y expulsión forzosa de poblaciones campesinas (Harvey, 2005). Los derechos de posesión individual de los puesteros criollos y los comunitarios, de los habitantes originarios, son alterados con el apoyo del estado11 por derechos de posesión exclusiva de la naturaleza por parte de capitalistas y terratenientes, así como lo expresa Harvey: “el estado con su monopolio de la violencia y sus definiciones de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos” 35 (Harvey, 2005:113). Aquí residiría para Bartra (2010) una contrafinalidad resultante del avance del agronegocio, la de los efectos sociales y su impacto sobre la estructura agraria. Es necesario señalar el criterio de contrafinalidad, que para Bartra está integrado por los “[…] saldos indeseables y no calculados resultantes de la acumulación desconcertada de acciones que perseguían otro fin” (Bartra, 2010: 98)12. En el Chaco semiárido, en éste último avance capitalista ganadero, se ha concentrado la propiedad y, en general, la posesión de la tierra. El proceso no presenta visos de reversibilidad. El ambiente se modifica sustancialmente, ya que el desmonte implica pérdida de humedad y fertilidad para los suelos, pérdida de biodiversidad y pérdida de naturaleza para el campesino que es irreversiblemente separado de los elementos para la sobrevivencia (Reboratti, 1989; 2010). El modelo de la gran empresa se exacerbó en el NOA, e impulsó una estructura agraria fuertemente polarizada, empresas con grandes extensiones y mucha inversión de capital, por una parte, y campesinos ganaderos muy pobres, por otra. Esta polarización y el desplazamiento originaron conflictos sociales potenciados principalmente por tres factores: la existencia de tierras fiscales, la tenencia precaria de la tierra por parte de los campesinos e indios y la existencia de grandes superficies de monte, marginalmente aptas para la agricultura (Reboratti, 2010). Acumulación por desposesión y contrafinalidad, ¿dos conceptos enfrentados? Los ajustes del capitalismo contra las crisis económicas y el despojo forjado en tierras del Chaco semiárido salteño Las grandes crisis cíclicas de origen económico que atraviesa el capitalismo relacionadas a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia desencadenan, a la vez, procesos de desocupación, desplazamiento, y, finalmente el empobrecimiento de grandes masas poblacionales. Tal como lo describiera Marx (1973), desembocan en subconsumo13 o sobreacumulación14 según se perciba15; esto, a la vez, crea problemas de sobreproducción de mercancías: “Lo grave es que durante estas crisis recurrentes el capital destruye masivamente su capacidad productiva, tanto en forma de medios de producción cuyo empleo ya no le deja utilidades, como de fuerza de trabajo 36 presuntamente redundante. Y así, un sistema incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de la población, deshace periódicamente su propia capacidad productiva. ¿Puede haber una mayor irracionalidad que destruir los bienes “sobrantes” y la capacidad de producirlos, en medio de cientos de millones de pobres?” (Bartra, 2010b:99). Para Harvey, la incapacidad del capitalismo de acumular a un ritmo sustentable, “ha sido acompañada por crecientes intentos de acumular mediante la desposesión” (Harvey, 2005:100). El autor destaca en la conceptualización de este término, el carácter dual de la acumulación capitalista puesto en evidencia por Rosa Luxemburgo, “por una parte, los sitios donde se produce la acumulación de la plusvalía, donde el proceso se presenta como puramente económico; por otro, los lugares en que el capitalismo se relaciona con “las formas de producción no capitalistas […] aparecen sin disimulo, la violencia, el engaño, la opresión y la rapiña. Por esto cuesta trabajo descubrir las leyes severas del proceso económico en esta confusión de actos políticos de violencia, y en esta lucha de fuerzas” (Luxemburg, s/f: 224). Para Harvey, Marx relega este último aspecto a una etapa originaria del capitalismo, mientras él lo observa como un proceso en curso, “evidente en toda la geografía histórica de la acumulación”, por lo tanto observa “desacertado” confinarlo a los orígenes del capitalismo; luego, sustituye el término primitivo u originario de Marx e instaura el de “acumulación por desposesión” para referirse a una acumulación originaria permanente. Harvey, como Rosa Luxemburgo, destaca la acumulación de capital y su contracara: la pobreza, el desalojo, la violencia, la destrucción de la naturaleza como parte del mismo proceso. Entonces, es preciso advertir que la idea de la contrafinalidad nos resulta ingenua. Harvey atribuye la persistencia del capitalismo, sobrellevando una y otra crisis, a los ajustes que realiza en el espacio y el tiempo. Para el autor las crisis del capital son provocadas por el descenso de la tasa de ganancia y se manifiestan en excedentes de capital y trabajo. Como modo de resistencia a la debacle, los excedentes son orientados bien al gasto social, que constituye un diferimiento temporal de ganancias puesto de manifiesto, por ejemplo, en proyectos de gran escala16 o por desplazamientos espaciales: nuevos mercados, nuevas 37 mercancías con búsqueda e investigación de posibilidades de recursos en lugares diferentes; también se practican combinaciones de ambas alternativas. Los desplazamientos espaciales se logran a través de la penetración de las relaciones sociales capitalistas en sociedades donde aún esta relación no es dominante (Harvey, 2005). Ahora, en primer lugar, observemos cómo en la zona de la actual expansión capitalista de la frontera agropecuaria del Chaco salteño, las empresas multinacionales y sus socios locales, a través del desplazamiento espacial buscan la apropiación y mercantilización de la naturaleza como forma de absorción de su capital excedente con inversiones inmobiliarias que ellas mismas denominan reservas de tierras: El negocio de Cresud es lograr el máximo mejoramiento de la tierra productiva en el largo plazo, agregando valor a las tierras de Argentina. Cresud incrementa su portafolio de campos, mediante la adquisición de grandes superficies de tierras con alto potencial de apreciación. La Empresa propone transformar las tierras adquiridas de improductivas a ganaderas, para luego transformarlas de ganaderas a agrícolas, aplicando tecnología de última generación para mejorar los rendimientos, generando de este modo una mayor apreciación”17. En el departamento salteño Rivadavia la empresa Cresud tiene en propiedad desde el año 1995 la finca Los Pozos de 248.588 hectáreas declaradas, con utilización ganadera, forestal y reserva de tierras18. En segundo lugar, indicamos los aplazamientos temporales de las ganancias que también se encuentran representados en la región de estudio a través de la Integración de las Infraestructuras Regionales Sudamericanas (IIRSA), surgida de la articulación entre doce gobiernos sudamericanos en el año 2000. El proyecto responde a la necesidad de la unidad geoeconómica, abierta al comercio internacional. Esta estrategia prevé la realización de obras de infraestructura en los sectores de transporte y energía. El Noroeste Argentino forma parte del Eje de Capricornio de la integración, y entre sus objetivos se encuentra favorecer la salida de producción del NOA, el sur de Bolivia y Paraguay hacia el Pacífico, así como conectar el NOA argentino y norte de Chile con la hidrovía Paraguay-Paraná. Siendo que la competitividad de la producción de soja depende en gran medida de los costos de transporte, los 38 proyectos en el NOA focalizan tanto en la recuperación de la red ferroviaria, como en la construcción de carreteras. A la par, las empresas multinacionales, en otras partes del mundo, amplían los mercados de consumo de carne y otros alimentos que se obtienen a base de los granos logrados en estas tierras. Esto no queda aquí, las rentas de los espacios granarios, son controladas por los mismos oligopolios multinacionales19 a través de la producción y venta de semillas, fertilizantes y productos químicos a base de petróleo. Una manifestación de la desposesión en tierras del Chaco Semiárido se hace visible en la cadena de desplazamientos causados: en el umbral al Chaco, los campesinos ganaderos extensivos fueron desplazados por la agricultura, de mayor rentabilidad; luego, los desplazados al área del Chaco Semiárido: “campesinos ganaderos ricos” y los de perfil empresarial, corrieron a los sistemas familiares menos capitalizados y éstos a los productores de subsistencia, principalmente a los que no eran propietarios de la tierra. Los desalojados, paulatinamente fueron ocupando los espacios que los demás no estaban dispuestos a ocupar20 (Camardelli, 2003). La pobreza generada y la destrucción de la naturaleza no aparecen como contrafinalidad, sino como parte integrante y necesaria del proceso general. El despojo en los nuevos espacios, forma parte del mismo proyecto de acumulación de los centros del capitalismo; crea oportunidades para los poderes oligopólicos con visibles consecuencias sociales, ecológicas, políticas y económicas. Mercantilización de tierra y trabajo, ¿el origen de las crisis del capital? Los flagelos que marcan las contradicciones obligadas del modo de producción y acumulación capitalista son: “desorden climático, escasez de petróleo (diría de naturaleza en general), hambruna (pobreza), éxodo (migración) y depresión económica”. Polanyi en su obra La gran transformación señala que las crisis se relacionan con el tratamiento que el capital da a: hombres, naturaleza y dinero. Vuelve mercancías a tres componentes de la producción que no lo son (Bartra 2010a:20)21. También Harvey (2005), en su concepción de “nuevo imperialismo y acumulación por despojo o desposesión”, se refiere a la apropiación por parte del capitalista de algo, que aún en las circunstancias en la que se encuentra, no es mercancía para transformarlo en ésta. Karl Marx, mucho tiempo antes, explicó la diferencia entre valor de uso y mercancía. La mercancía se obtiene 39 por la combinación de materia (originalmente naturaleza) con el trabajo. Todo aquello que se obtiene a partir del trabajo puede convertirse en ella, pero, ni la tierra ni el trabajo son mercancías en sí mismas, por más que el capitalismo trate falsamente de alterarlos (Marx, 1973 [libro primero]. El capital, provisto de los avances tecnológicos necesarios, expande los mercados buscando salir de eternas crisis de excedente de capital y trabajo. Busca invertir su capital sobrante para ampliar su tasa de ganancia con la obtención de plusvalía en nuevos escenarios donde colocarlas y necesita ampliar, también, su espacio en búsqueda de recursos productivos (naturaleza). Con tal objetivo intenta limpiar su camino de todo aquello que lo obstaculice. Un entrevistado en las cercanías de J. V. González (Anta) utilizó un lenguaje muy claro refiriéndose a este proceso de expansión y avasallamiento capitalista: […] Nosotros tuvimos que vender los animales porque la finca Los Pozos cercó […] y desmontaron todo. Se nos achicó el campo, no tenemos pasto. A nosotros nos prohibían que cortáramos un palo. Entre el gobierno y las empresas nos prohibían todo, ahora ellos desmontan” 22. Pero, ¿dónde se encuentra el origen de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que Marx propone como motivo de las crisis? Sucede que, la rama agropecuaria de la producción, aún en los países con más desarrollo tecnológico, tiene una composición orgánica del capital (capital constante/capital variable [CC/CV]) de inferior expresión numérica debido al mayor volumen de capital variable (salarios) en relación al constante, comparada con la industrial. Las innovaciones tecnológicas en los procesos productivos provocan siempre un incremento relativo de la parte constante del capital (equipos e insumos) aumentando la productividad del trabajo. Matemáticamente, podría comprenderse el planteo de la siguiente manera: la tasa de ganancia es igual a la relación: plusvalía ∕ capital invertido; siendo el capital invertido igual a la suma del CC + CV, entonces la tasa de ganancia = plusvalía ∕ CC + CV. A la vez, la tasa de plusvalía = (plusvalía/CV). Al aumentar la tasa de plusvalía como consecuencia del incremento cada vez superior de la productividad del trabajo (descenso relativo del capital variable [salarios]), por la tendencia al aumento del capital constante (innovación tecnológica) arrastra al descenso a la tasa de ganancia23. (Marx [Libro primero], 1973). Entonces, en 40 términos marxistas, el origen del descenso de la tasa de ganancia se encuentra en las innovaciones tecnológicas que tienden a aumentar la productividad del trabajo. En el territorio Chaqueño, al capital le interesa la tierra con monte y sin laboreo por su fertilidad potencial, y sus posibilidades de valorización y no la transformación del campesino en “trabajador libre”, como ocurriera en la acumulación originaria. Busca monopolizar y/o valorizar las superficies que el puestero utiliza en búsqueda de su reproducción simple. El propósito es valorizar la escasez de superficie con posibilidades de determinadas producciones, luego vendrá el desmonte, la inversión y las ganancias que el proceso productivo genere. En otros casos, el avance es meramente especulativo. La rueda sigue girando y la apropiación y el despojo se suceden una y otra vez. Las rentas son directamente proporcionales a la escasez de los elementos naturales. El capitalismo se vuelve cada vez más especulativo sobre la naturaleza, más rentista y, al contrario de como lo pensaban los economistas clásicos, más lejano de la industria. Finalmente, debido a la mercantilización de lo natural, se vuelve violenta la relación entre la sociedad y la naturaleza (Bartra, 2010ª) Como resultado de la expansión y la industrialización de la producción agropecuaria con su modernidad tecnológica y su incremento de la productividad del trabajo, deja afuera de su esquema a gran número de trabajadores que ven amenazada su reproducción vital. Barsky y Dávila (2008) rebaten la crítica sobre la generación de desempleo argumentando que, por una parte, es real que la agricultura extensiva moderna se realiza con gran inversión tecnológica que baja fuertemente la mano de obra ocupada por hectárea, pero por otra parte, aseguran los investigadores, las características del empleo rural han cambiado profundamente y los encadenamientos laborales han impactado en diversos servicios de los pueblos y ciudades (producción, venta o arreglo de maquinaria y vehículos agropecuarios, distribución y venta de insumos, tareas vinculadas con la comercialización agropecuaria, servicios técnico-profesionales, etc.). Sin embargo, Colina et al. (2012) afirman que el esquema actual de utilización del suelo en Anta (el departamento salteño en el que se ha iniciado el corrimiento territorial 41 agropecuario) provoca que el número de asalariados sea muy escaso. Los sistemas agropecuarios con mayor número de empleados son aquellos que incorporan fuertemente la actividad ganadera, pero aún allí, la demanda directa de mano de obra es pobre. Los autores demuestran la tendencia decreciente para el empleo en los departamentos San Martín, Rivadavia y Anta y concluyen que, a pesar de las grandes transformaciones productivas, la cantidad de empleados en el sector privado no ha variado, aunque la población activa ha crecido un 29%; que el trabajo por cuenta propia disminuyó en todos los departamentos; que se observa un desplazamiento de los antiguos pobladores reflejado en la drástica disminución de los trabajadores familiares y, finalmente, alertan sobre el ascenso de la desocupación cercana al 6% en 1991 hasta el 30% en el año 2001. La crisis ecológica Marx sostiene en El Capital (1973, [libro primero]) que la riqueza capitalista tiene dos fuentes, la naturaleza y el hombre. Según se analizó anteriormente, el modo de producción capitalista necesitó convertir a ambos en mercancía para realizar sus objetivos. Harvey (2005) señala, entre los mecanismos más notorios en ésta última etapa de concentración y centralización capitalista, la degradación ambiental provocada por los modos intensivos en capital de la producción agraria. Esta dualidad capitalista es particularmente observable en la situación crítica del avance agropecuario sobre el frágil ambiente del Chaco semiárido, que hasta hace poco tiempo resultaba marginal y sin atractivo para la producción. Paradójicamente, la tasa de ganancia decreciente, impulsa a los capitalistas a la captación de nuevos mercados para lo cual amplían la exploración y explotación de la naturaleza a través de tecnologías de alta productividad del trabajo. Allí se observan la injusticia y la catástrofe natural. No puede soslayarse que la expansión de la frontera agrícola-ganadera en la provincia de Salta tiene consecuencias directas e indirectas sobre la biodiversidad. La principal amenaza es la pérdida total de hábitat. La drástica modificación de la cobertura del suelo tiene derivaciones negativas para numerosas especies, incluyendo a los seres humanos por limitaciones de acceso y disminuciones en la calidad de los recursos naturales. 42 En los primeros tramos de este artículo mostramos el aspecto social de la crisis, dónde se confirma una tendencia a la disolución de los puestos campesinos criollos, por desposesión de medios de producción (tierra, animales) con migración hacia áreas muy degradadas o a los centros urbanos en búsqueda de la supervivencia. La migración es un fenómeno crítico, un componente social de la crisis global que atravesamos. Los datos sobre migración rural entre 1991 y 2010 aportados en párrafos anteriores corresponden a un contexto, en algunos departamentos del Chaco salteño, de triplicación de la superficie incorporada a la actividad agropecuaria del capital o la pérdida de medio millón de hectáreas de bosque en el período. Ya Polanyi (citado por Bartra, 2010b:111), en los años cuarenta del pasado siglo, aseguraba que si el mercado fuese el único regulador de la vida de los seres humanos, de la naturaleza y de la moneda, terminaría con la “demolición de la sociedad”. También pusimos en evidencia que la voracidad capitalista por la ganancia continúa derribando fronteras de naturaleza y diversidad y, en función de ello, despojando a sus poseedores del derecho a la vida a través de aplazamientos espaciales y temporales de dividendos. Esta es la función de las reservas de tierras y especulación, por una parte, y los proyectos de gran escala, como la IIRSA, que amplían el horizonte para la reproducción del capital a través de la producción agropecuaria y de otro tipo, por otra parte. Hasta aquí una reseña de las crisis provocadas por la avidez de los capitalistas por la ganancia: conflictividad social de la producción a escala pequeña y ambiental en un área de importante extensión en el Chaco salteño. Un técnico de terreno en esa zona nos decía: “El modelo propuesto es excluyente, seguramente desde otro lado se puede decir que se genera un montón de riqueza que no se traduce en un desarrollo zonal […] Se advierte una concentración de la tierra cada vez mayor y en zonas como ésta con una gran diversidad social y con todos los problemas que hay, es fuerte. Se habla de desarrollo local, todo este modelo va a contramano porque es expulsivo, no es inclusivo” 43 Por último, le daremos la palabra a los propios afectados para, en sus dichos, realizar el cierre de nuestro artículo. “… hoy en día hay un señor para el lado de Los Blancos, que lo han dejado sin nada, y ¿dónde lleva sus animales? […] los desalojaron porque ellos van a ocupar esas tierras. Hasta ahora no sabemos que le van a poner…Si van a poner ganadería, y si ponen ganadería, ¿para qué ponen desmontes tan grandes? Yo veo peladares para allá, para lo que es Dragones, lo que es esa parte. Uds. vienen viajando, ven semejantes peladares, ¿cuántas personas mano de obra ven trabajando ahí? Un día párense, a ver cuántas manos de obra trabajan. No, no trabajan, no hay una mano de obra trabajando, sin embargo el Chaqueño acá, da trabajo […] Ahora mismo, la gente que está reunida acá, es porque hay un desmonte acá. Una aprovechamiento forestal, o sea, te disfrazan las cosas, y te dejan pelado el monte, pero que, ¿quién le da la autorización? ¿A quiénes les dan la autorización? A alguien que no ha vivido nunca en esa zona, que a lo mejor ni viva. Antes nadie les daba bolilla a esas tierras, no tenían valor, nadie las quería, nadie nada, nadie, no les importaba si había gente viviendo, no había gente viviendo, no llegaban las asistencias jamás […] Se creó la ruta y levanto el bum, ahora todo el mundo quiere venir, gente que ni conoce, los extranjeros que ni saben lo que es este lugar, son dueños de acá […] Si, si hay. Turcos, españoles, si, si hay inversiones extranjeras, si hay personas que dicen ser dueños de las fincas, y que se yo, pero hoy recién aparecieron, no sé antes ¿dónde estaban?, porque antes… y no reconocen los derechos de los poseedores, digamos, porque el derecho de los poseedores tienen que reconocerlo primero que nada. […] Y esta gente que esta acá, esta porque les quieren desmontar la tierra. Y le dieron permiso, al dueño catastral, digamos, el dueño catastral lo arrendó, y el que está arrendando para hacer el desmonte está sacando, ni siquiera el dueño catastral, obviamente que el dueño catastral está cobrando. Pero no han pensado primero en la gente, que está ahí también, o sea, le pasan por encima, como si no tendríamos valor”. 44 Bibliografía AZCUY AMEGHINO, Eduardo, (2004), “Los caminos clásicos del desarrollo histórico en el campo” En: Trincheras en la historia. Historiografía, marxismo y debates. Imago Mundi, Buenos Aires. AZCUY AMEGHINO, Eduardo, (2006), “Producción familiar, producción capitalista y descampesinización: aspectos teóricos y problemas interpretativos”. Jornadas La Argentina rural del siglo XX: fuentes, problemas y métodos. Ediciones UNQ. BARBERA, Miriam y CHÁVEZ D. (2011). Zona agroecológica homogénea del Chaco semiárido: sistemas de producción. Ediciones INTA. 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En algunos casos, ello permitió alcanzar una mejor cobertura, pero en otros fue la expresión de causas que determinaron resultados inferiores o muy inferiores a los que cabía esperar en esas jurisdicciones. […]”. 4 Manzanal (1997), en su estudio sobre la ocupación en el agro salteño, sostiene que la indefinición de límites en una EAP es un indicador de la pobreza de los habitantes y que, tal situación provoca inestabilidad en la obtención de resultados físicos y económicos. 5 Son consideradas empresariales aquellas EAP con una relación mayor que 1:2. 48 6 Aquel dónde la actividad ganadera bovina se realiza “a monte”, sin pasturas implantadas y las distintas categorías animales comparten todos los espacios. No existe un manejo particular. 7 Sistemas ganaderos bovinos que realizan actividades específicas de cría, recría, invernada separadamente o combinadas en una misma EAP, con las particularidades que puedan adquirir en cuanto al sistema alimentario de los animales. 8 Los datos del CNA 2008, no se han publicado completos. De la información que contamos, solo podemos deducir el dato adjudicado a la variable “forrajeras perennes”, pues, está bajo el título de “otros”. Descartándose: cereales, oleaginosas, industriales, frutales y forestales en cuyas columnas, para el departamento Rivadavia, el dato es “0,0”. 9 Alfredo Riera, presidente de la Asociación de Pequeños Productores del Chaco Salteño, integrante del Foro Nacional de Agricultura Familiar, fue una de las voces campesinas que se hizo oír ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuando fueron convocados para hablar del desmonte en el año 2009. Fue desalojado judicialmente del predio que ocupa junto a su familia en setiembre de 2010. Hace dos años, Riera y su familia fueron sobreseídos de una denuncia penal que le hicieran por usurpación. “La orden de desalojo destila un aroma revanchista muy conocido por los sectores vulnerados del país. Pero no se trata solo de un espíritu de venganza, sino de amedrentar, de quebrar moralmente a los demás campesinos para que no reclamen aquello que les pertenece por derecho: vivir y trabajar la tierra en la que nacieron ellos, sus padres y sus abuelos”. Argentina Centro de Medios Independientes ((i)). http://argentina.indymedia.org 7/9/2010. 10 Nuevo Diario de Salta, Jueves 28/11/2013 - 22:52. http://www.nuevodiariodesalta.com.ar/noticias/111/avanzan-desmontes-en-zonas-habitadaspese-las-leye.html 11 La sanción de la Ley Nacional de Bosques (26.331), a fines de 2007, fue un avance importantísimo en materia ambiental constituyendo, en su momento, una herramienta esencial para abordar una solución para la emergencia forestal en el país. La normativa estableció una moratoria para autorizaciones de desmontes hasta que cada provincia realizara el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN). La provincia de Salta establece el OTBN a través de la Ley Nº 7543 a fines de 2008. Sin embargo, durante el año 2007, en plena discusión parlamentaria por la Ley de Bosques, y evitando la moratoria que la norma establece, el gobierno de la provincia de Salta autorizó, en una clara actitud especulativa, el desmonte de más de 400.000 hectáreas, quintuplicando los permisos otorgados el año anterior. Actualmente, y auxiliado por los decretos 2211/10 y 3136/11, el Poder Ejecutivo salteño realiza re categorizaciones prediales que modifican, a partir de la solicitud del titular de la finca, la zonificación establecida en el OTBN. Así, se autorizan grandes desmontes en bosques nativos donde está expresamente prohibido hacerlo. Un ejemplo, es la autorización a un pedido de desmonte de más de 7000 hectáreas para ganadería intensiva en la finca La Peregrina 49 (departamento Rivadavia) en una zona boscosa del Chaco seco que curiosamente cambia de categoría de manera inadvertida convirtiéndose en zona permitida. http://www.greenpeace.org/argentina/es/noticias/Salta-reconocio-que-viola-la-Ley-de-Bosquesa-pedido-de-los-terratenientes/ 12 Por otra parte, Harvey (2005), al defender el concepto de acumulación por desposesión, discute la indeseabilidad o externalidad de estos procesos con respecto al desarrollo del sistema capitalista, más adelante se harán consideraciones al respecto. 13 Dice Bartra (2010b:101): “Marx quien sentó las bases de la teoría de las crisis económicas, al establecer que: “la cuota general de plusvalía tiene necesariamente que traducirse en una cuota general de ganancia decreciente (pues) la masa de trabajo vivo empleada disminuye constantemente en proporción la masa de trabajo materializado”. Esta disminución relativa del capital variable (asalariados) en la composición del capital reduce “[….] el consumo de la gran masa de la sociedad a un mínimo”. 14 Harvey, 2005. 15 Marx desarrolla la ley tendencial de la caída de la tasa de rentabilidad del capital que adjudica al incremento cada vez superior de la productividad del trabajo, provocada por la tendencia al aumento del capital constante [instrumentos de producción y materias primas (tecnología)] a expensas del capital variable (salarios), o sea, una participación cada vez menor del salario en la composición del capital (Marx, 1973). 16 Ribeiro (1987) y Verdum (2007) definen los proyectos a gran escala (PGE) como “formas de producción vinculadas al sistema económico caracterizado por la producción y reproducción ampliada del capital”, orientados a la integración de los pueblos en un sistema de alcance mundial y a la actualización de prácticas de ocupación y exploración del territorio para regiones marginales, con el objeto de incorporarlas a procesos productivos capitalistas. Verdum (op. cit.) menciona además la convergencia de intereses entre los gobiernos y los sectores privados y, al igual que Ribeiro (1987), opina que los PGE sólo favorecen a sectores concentrados de la economía en detrimento de las poblaciones locales que reciben los impactos negativos, la mano de obra mal remunerada sometida a pésimas condiciones laborales y a la desestructuración familiar, etc.; aumentándose de esta manera la brecha de ingresos entre distintos sectores y regiones. 17 Revisar http://www.cresud.com.ar/cresud/index_eni.htm 18 Información disponible en la página web de la empresa 19 La Organización Mundial del Comercio creada en 1994 tiene entre sus fines, la intensificación de la dominación corporativa agroquímica de la producción agroalimentaria mundial involucrada en obtención de alimentos por medio de ingeniería genética por seis conglomerados Monsanto, Novartis, AgroEvo, Dupont, Zeneca y Dow (McMichel, 1999). 50 20 Estos desplazamientos, constituyen territorio de conflictualidad que emerge bajo la forma de innumerables conflictos por las tierras (Fernandes, 2008). 22 En el año 2007, Greenpeace publica bajo el título “Emergencia forestal” un listado de audiencias públicas convocadas para habilitaciones de tierras (Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos) ocurridas en ese año. Allí se encuentran los siguientes datos sobre finca Los Pozos 4.977 hectáreas para ganadería en Finca “Los Pozos”, departamento Rivadavia. Audiencia pública realizada el 16 de agosto. 3.728 hectáreas para ganadería en Finca “Los Pozos”, llamada por sus dueños “La Bellaquita”, departamento Rivadavia. Audiencia pública realizada el 26 de abril. La finca Los Pozos es propiedad de Cresud S.A. que, según datos propios, obtenidos a partir de relevamientos de catastros, posee en propiedad en el departamento Rivadavia 200.249,37 hectáreas. 23 “A medida que disminuye en forma gradual el capital variable respecto al constante, se eleva cada vez más la composición orgánica del conjunto del capital, y la consecuencia inmediata de esta tendencia consiste en que la tasa de plusvalía se traduce en una tasa general de ganancia en continuo descenso, en tanto que el grado de explotación del trabajo se mantiene sin modificaciones o inclusive aumenta […] la tendencia progresiva a la disminución de la tasa general de ganancia es nada más que una manera, propia del modo de producción capitalista, de expresar el progreso de la productividad social del trabajo” ( Marx, tomo III:234-235). 51