Casi la mitad de las inspecciones alimentarias en

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Casi la mitad de las inspecciones alimentarias en
China suspendieron en 2014
El 48,1 por ciento de las plantas de procesamiento de alimentos no alcanzaron
estándares aceptables de calidad
15 enero 2015
Casi la mitad de las inspecciones alimentarias realizadas en China dieron resultados negativos el año pasado, marcado
por un escándalo de venta de carne podrida que afectó a establecimientos de cadenas internacionales como McDonalds,
KFC o Burger King.
Según publica hoy el diario hongkonés ‘South China Morning Post’ (SCMP), de las 7.000 auditorías llevadas a cabo en
China en 2014 por la empresa especialista AsiaInspection, con sede en Hong Kong, el 48,1 por ciento de las plantas de
procesamiento de alimentos no alcanzaron estándares aceptables de calidad.
La compañía señala que la industria china de este sector va alrededor de quince años por detrás de otras fábricas no
alimentarias en cuanto a regulaciones y tecnología.
Entre las razones principales de los suspensos en las inspecciones se encuentran la falsificación de la fecha de
caducidad de los ingredientes, etiquetar de forma errónea y deliberada algunos productos, y la presencia de pesticidas,
antibióticos, metales, bacterias y virus en los alimentos.
“La industria alimentaria china es todavía inmadura”, dice al SCMP Mathieu Labasse, vicepresidente de AsiaInspection,
y agrega que se requiere un inmenso esfuerzo compartido entre las fábricas, las agencias gubernamentales, los
vendedores y los consumidores para que la producción en China logre estándares modernos.
A partir del pasado agosto, McDonalds, KFC, Burger King, Dicos y Carls Jr. fueron obligadas a informar del origen de los
ingredientes que usan en sus menús en Shanghái, después de que un escándalo de venta de carne podrida afectara a
sus establecimientos en China.
La industria alimentaria china es todavía inmadura.”
Mathieu Labasse
Vicepresidente de AsiaInspection
La administración de alimentación y fármacos de la ciudad oriental china emitió esta orden a raíz del descubrimiento de
que la firma local Husi había vendido remesas de carne podrida a algunos establecimientos de estas compañías.
La inseguridad alimentaria es un problema frecuente en la potencia asiática, donde irregularidades de este tipo se
acumulan mientras crece la preocupación de la sociedad, cansada de no encontrar alimentos seguros desde los más
básicos como la leche hasta ahora los de restaurantes extranjeros.
Precisamente, uno de los escándalos más sonados ocurrió en 2008, cuando seis bebés murieron y 300.000 sufrieron
intoxicaciones al consumir leche adulterada con melamina.
Aunque a partir de entonces las autoridades chinas aumentaron los controles sobre la industria láctea, años después se
reincidió en el delito.
En abril de 2011 la policía en la ciudad central de Chongqing interceptó 26.000 kilos de leche con melamina, procedente
de una compañía láctea de Mongolia Interior, destinada a la fabricación de helados, y que no llegó a la población.
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