Se demuestra la existencia de un nuevo tipo de enlace químico Cualquier estudiante de química, incluso al nivel más básico ofrecido por la ESO, sabe que toda la materia que forma parte del universo está constituida por átomos. Desde que Dalton a principios del siglo XIX demostró con bases científicas la existencia del átomo concebida filosóficamente por Demócrito y Leucipo en la Antigua Grecia, diversos modelos atómicos han sido propuestos hasta llegar al modelo actual basado en la Mecánica Cuántica. De forma general, los átomos están formados por un núcleo compuesto por protones (partículas con carga positiva) y neutrones (partículas neutras) donde una nube de electrones (partículas negativas) se mueve aleatoriamente dentro de unas regiones espaciales determinadas alrededor del núcleo. Los átomos se unen entre sí a través de enlaces químicos que pueden ser de tres tipos: enlace iónico, covalente y metálico. El enlace iónico es característico de los materiales cristalinos, donde los átomos se organizan en una red tridimensional que es estabilizada por una compensación de cargas eléctricas. El enlace covalente se origina mediante una compartición de electrones entre un grupo de dos o más átomos para formar una molécula. Al mismo tiempo, las moléculas interaccionan entre sí a partir de interacciones electrostáticas (conocidas como interacciones de Van der Waals) o mediante puentes de hidrógeno como ocurre en el caso del agua. El enlace metálico es característico de los elementos metálicos y se forma a partir de una nube electrónica que se mueve libremente a lo largo de una red tridimensional de núcleos confiriéndole las propiedades características de los metales como su conductividad eléctrica o su ductilidad y maleabilidad. La Separata. Septiembre de 2015. ISSN: 2444-7668 A finales de los años 80, un grupo de químicos que experimentaban en un acelerador nuclear de Vancouver estudiando una reacción química entre el bromo y el muonio (isótopo de He-4 donde un electrón ha sido sustituido por una partícula elemental llamada muón – con carga negativa como el electrón pero 200 veces más ligero) observaron que la reacción era más lenta a medida que aumentaba la temperatura. Esto contradice las leyes de la cinética química, que indican que la velocidad de una reacción aumenta con la temperatura. Para explicar este fenómeno, Donald Flemming de la Universidad de Columbia Británica, propuso la formación de un nuevo tipo de enlace químico al que denominó enlace químico vibracional, formando una nueva estructura intermedia en la que el átomo de muonio, mucho más ligero, se movería rápidamente entre dos átomos de bromo, más pesados. Flemming hizo una analogía con “una pelota de ping-pong rebotando entre dos bolas de boliche”. Sin embargo, no se ha confirmado la existencia de este nuevo tipo de enlace hasta hoy. En colaboración con un grupo de químicos teóricos de la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Saitama (Japón), Flemming repitió recientemente el experimento en el acelerador nuclear del Laboratorio Rutherford-Appleton (Inglaterra) y demostraron que en efecto el muonio y el bromo forman un nuevo tipo de enlace donde dos átomos de bromo permanecen casi estáticos y el muonio oscila entre ellos. La naturaleza vibracional del sistema disminuye la energía total de la estructura y por eso disminuye la velocidad de la reacción aunque la temperatura aumente. Los resultados fueron publicados el pasado mes de diciembre en Angewandte Chemie International Edition, una importante revista de la Sociedad Química Alemana. Este trabajo confirma que el enlace vibracional – aunque de vida efímera – debe ser añadido a los tres tipos de enlace químico conocidos. Referencias Flemming et al. “Fundamental change in the nature of chemical bonding by isotopic substitution” Angewandte Chemie International Edition Vol. 53, Num. 50, 2014, 13706-13709 La Separata. Septiembre de 2015. ISSN: 2444-7668 Luis F. Bobadilla es Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla. Tras haber trabajado en la Université de Caen Basse-Normandie y el Institut Català d’Investigació Química de Tarragona, actualmente trabaja en el Instituto de Tecnología Química, un centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia. Su línea actual de investigación se centra en la catálisis heterogénea aplicada a procesos petroquímicos. Es autor de 2 patentes, 2 capítulos en libros y 14 publicaciones científicas, además de haber participado en numerosos congresos nacionales e internacionales. La Separata. Septiembre de 2015. ISSN: 2444-7668