Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. , REVISTA CLINICA ESPANOLA ¡lf/lf¡l Director: C. JIMENEZ DIAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO Redacción y Administración: Antonio Maura, 13. Madrid. Teléfono 21829. Editorial Científico-Médica. 31 DE ENERO DE 1946 NUM. 2 TOMO XX REVISIONES DE CONJUNTO LINFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA (Estudio cmatonwclínico apoyado en tres observaciones de enfermedad de Hodgkin, con Zocalización ósea) P. F ARRERAS V ALENTÍ Profesor Auxiliar de la Cátedra de Patologia Médica (PROF. A. PEDRO PONS), en la Facultad de Medicina de Barcelona SUMARIO: I. Intmducción.- 11. Ormcepto del lg. maligno. 111. & Cuál es la frecuenci<r. aproximada de las distintas localizaciones extraganglionares del linfogranulomaf- IV. Historia dellg. ósBo.- V. EstadíSticas: A) Sobre la frecuencia del lg. 6800 maligno en general; B) Edad, sexo y momento de aparición de la localización ósea en el C'ltrs0 de Z!t anfermedad general; C) & Otmles son los httesos particular y preferentement6 afectados p or el lg. maligno de Hodgkin?-VI . Etiología y patogenia dellg. m!tligno óseo.- VII. Anatomía e histología patológicas.-VIII. Sintomatología y diagnóstico generales: a) Síntomas clínicos; b) Síntomas ?'oentgénkos; e) Síntomas hematológicos.-I X. Sintomatologw especial de las principales localizaciones óseas del linfogramuoma maligno: 1, Lg. verteb1·al; 2, Lg. pelviana; 3, Lg. li.Sternal; 4, Lg. del fémur,· 5, Lg, costal,· 6, Lg. craneal.- X . Pronóstico del lg. óseo.-XI. Tratamiento.XII. Bibliografía. • l. INTRODUCCIÓN El hueso, pieza esencial del esqueleto, posee una estructura compleja, en la que dos de sus componentes fundamentales descuellan: el tejido óseo, elemento capital para las funcione¡:; de apoyo y sostén, y el tejido medular hematopoyético, de importancia decisiva para la renovación celular sanguínea. De estirpe mesenquimatosa ambos, a pesar de sus íntimas relaciones genéticas e histotopográficas, el tejido óseo y el hematopoyético condúcense comúnmente ante los múltiples agentes lesivos que con tanta fre- cuencia les perturban, enfermando aisladamente. Ni la profunda intrincación anatómica de ambos sistemas hísticos, ni su comunidad embriológica, bastan para determinar en todo caso de agresión a uno de ellos la aparentemente obligada simbiosis patológica. Lo habitual es comnrobar en clínica cómo las diversas hemopatías mielógenas (poliglobulias, anemias, leucemia, aplasias) casi nunca evolucionan con alteraciones apreciables del t ejido óseo vecino, y, · viceversa, que las enfermedades primitivamente óseas (afección de Paget, raquitismo, osteoporosis senil, etc.), excepcionalmente motivan alteraciones hematológicas profundas. Sin embargo, es asimismo una realidad indudable que, en ocasiones, no del todo raras, se consigue comprobar, cómo de una parte, determinadas enfermedades óseas llegan a ocasionar profundas alteraciones hemáticas, y, de otra, cómo ciertas afecciones hemocitopoyéticas me,dulares decalcifican o marmorizan al esqueleto, surgiendo entonces la simbwsis patológica osteo--medular, la patología bisistemática, la doble enfermedad-ósea y sanguínea-del esqueleto, la osteodishemia. De modo análogo a como un mismo agente puede dañar mancomunadamente a la fracción exocrina y a la endocrina del páncreas, o a la cortical y a la medular de las cápsulas suprarrenales, o al lóbulo posterior hipofisario y al diencéfalo, al pericardio y al miocardio, por el mero hecho de la vecindad, y determinar, en consecuencia, enfermedades de estructura compleja, el órgano osteoblástico y el hemocitoblástico, de ser alterados conjuntamente, asimismo engendran síndromes complejos. Nuestro objeto no es hoy el de describirlos aquí en su totalidad. Sólo nos interesa dar cuenta de su existencia para poder relacionar con ellos las localizaciones óseas de una enfermedad genuinamente nacida del t ejido reticular hemo- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. .. REVISTA CLINICA ESPA"G'OLA 96 citopoyético, cual es el linfogranuloma maligno de Hodgkin. . La patología ッウエ・セュ、オャ。イ@ :onjugada ha s1do estudiada en estos últunos anos por MARKOFF, BOCHUT, GUICHARD y colaboradores, MOZER, WEISSENBACH y LrEVRE, APITZ, PEHU y POLICARD, a cuyos trabajos remitimos. Fundamentalmente conviene distinguir dos grupos de osteomie"lopatías: a) las enfermedades óseas consecutivas a perturbación primitiva de la medula Ost eopatias miel6genas u os- ・ョイッセ@ sanguinoformadora (osteopatías mielógenas, en el sentido de MAR.KOFF) que セイッー・ュウ@ llamar en sentido más amplio osteod'LSh:emw,s, y, b) las enfermedades de aspecto ァ・ョオュ。セエ@ ィセュッN@ pático, pero dependi,entes 、セ@ alteracwnes ?seas primitivas (hemopatms ッウエ・ァョ。セI@ ..Atendiendo al actual estado de nuestros conocumentos, cree. mos posible clasificar, dentro de uno u otro de estos grupos, a las siguientes enfermedades os. teohemáticas: Alteraciones esqueléticas de las anemias hemoUticas (displasias óseas mielógenas de G1i.n.sslen) . . . . . . . a) !!1 l Ictericia hemoUtica congénita. Enfermedad de Cooley. Anemia drepan?citica. . Anemia mfanbl perniciosüorme de Fanconi. Alteraciones esqueléticas de las leucemias ... . ............ . Cloroma. Mielosi.9 leucémlcas descalcificante3 (HEUCK). MielOSJs osteomalácica de Bouchut, Levrat, Guichard. Mielo.sis leucémicas osteoe8clerosantes. Alteraciones esqueléticas de las mie· ·· lomatosi.9 tumorales ··· ·· ··· · · Enfermedad de Kahler. Mielomatosis <lecalciflcante de Weisenbach y Lievre. teodishemias (FARRERAS) ..... ·· .. ... セ@ Enfermedad de Gaucher. Enfermedad de Hand-SchtillerChi.9tian. Altenclones esqueléticas de las gra- \ Enfermedad de Nleman-Pick. nulomatoolo .. . ...... ............ ····· Enfermedad <le Bcsnlcr-Schaumann Boeck. Enfermedad de Hodgkln. ¡ b} Hemop atias 01te6gen.<t6 .. . .. . Anemia osteoesclerótica de Albers-Schonberg; enfermedad marmórea del nifto. Anemia de la osteopetrosis, de Karschner; enfermedad marmórea de los adultos; enfermedad de Heuck-Assmann. セ オ 」ッ・ イゥエッ「ャ。ウ ッNウゥ@ de las osteopetrosis. Osteoporosis y osteoesclerosis son las lesiones elementales más frecuentemente halladas en el hueso de estos enfermos. Las anomalías hemáticas son, en cambio, más diversas, variando entre las reacciones leucémicas las eritroblastósicas, las anemias granuloc'itopenias y las aplasias. MARKOFF ha comprobado que la osteoporosis se observa sobre todo cuando la punción esternal y la histología medulares revelan una hiperplasia medular, mientras que la osteoesclerosis se aprecia más a menudo cuando la medula es hipoplásica. La función endostal osteoclásica, conducente a la osteoporosis y atrofia ósea, estaría exagerada en las hemopatías con hiperplasia medular, mientras que en las hipoplasias existiría un predominio de la función osteoblástica, y, por tanto, de la osteoesclerosis marmorizante. Ulteriores investigaciones deberán precisar más las interesantísimas relaciones patológicas que en el seno del esqueleto guardan la medula ósea hemocitoblástica, de una parte, y el tejido osteoblástico, de otra. Si hemos comenzado el estudio de la lg. maligna ósea con estas disquisiciones sobre la patología osteohemática, es porque creemos que las localizaciones óseas de la enfermedad de Hodgkin-afección fundamentalmente perteneciente a la patología del sistema reticular-hemo· citopoyético-requieren, en ciertos casos, ser incluídas, desde el punto de vista nosológico, entre las osteopatías mielógenas. Il. CoNCEPTO DEL LG. MALIGNO La enfermedad de Hodgkin-Paltauf-Sternberg es una inflamación proliferante granulomatosa específica, predominantemente desarrollada a partir del sistema reticular, y localizada en los ganglios linfáticos, bazo y medula ósea, des· encadenada por un agente todavía desconocid?, evoluciona fatalmente, en el plazo de uno-se1s años, tras localizarse sobre todo en ganglios lin· fáticos, hígado, bazo, esqueleto y pulmón. s.u concepto es esencialmente de tipo histopatologico, y lo debemos a estudios verificados por PALTAUF y STERNBERG en 1897, quienes la separaron de las llamadas seudoleucemias. Su evolución y caracteres clínicos fueron establecidos mucho antes por HODGKIN, discípulo de ADmsoN, quien en su comunicación presentada a la So· ciedad Médico Quirúrgica de Londres en enero Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ToMO XX N ú MERO 2 LINFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA de 1832 consignó como datos característicos de la afección su marcha febril, sus tumefacciones ganglionares múltiples y término invariablemente fatal de la misma. Aún hoy en día muchos prácticos sólo identifican a la enfermedad de Hodgkin cuando aparece como síndrome exclusivamente ganglionar, olvidando la abundantísima casuística que sobre sus formas extraganglionares ha venido siendo comunicada, sobre todo durante los últimos veinticinco años. Ape. nas existe órgano o parte del organismo cuya afección linfogranulomatosa no haya sido mencionada (RATKOCZY). Ello es posible, porque la enfermedad puede desarrollarse en cualquier punto donde existan elementos reticulares mesenquimatosos dispuestos a proliferar en sentido sternbergriano, bajo el impulso de su agente, hoy por hoy, para nosotros tan desconocido como maligno. Ill. ¿CuÁL ES LA FRECUENCIA APROXIMADA DE LAS DISTINTAS LOCALIZACIONES EXTRAGANGLIONARES DEL LINFOGRANULOMA? Los órganos más apetecidos por la enfermedad, prescindiendo del sistema ganglionar, que es el más corrientemer¡te afectado, son de mayor a menor: el bazo, el hígado, el esqueleto, el pulmón y pleura, el canal digestivo y la piel. Según los autores, las estadísticas varían en sus valores numéricos, cabiendo establecer, del análisis de la literatura, la siguiente gradación: Bazo .. ... .......... . .. Higado . . . . . . . . . . . . . . . Esqueleto .. ....... ... Pleura y Pulmón. 70 50 34 30 % (STERNBERG, BUDAY, etc.) % (media de varios autores). % (según UEHELINGER) . % (VERSt), 25 % (PEDRO PONS- FARRERAS). Canal digestivo..... 21 % (STERNBERG). Piel .. .. . . .. . .. .. .. .. . . 9 ',{; (RATKOCZY). bólo nos interesa destacar aquí lo notable de la frecuencia de la linfogranulomatosis ósea, que, atendiendo a dicho cuadro, ocupa el tercer lugar entre las princjpales localizaciones extraganglionares de la enfermedad. La descripción clínica, patológif'a y terapéutica general de la enfermedad extraósea, el lector puede hallarla en otro trabajo por nosotros publicado, en reciente monografía (•) . IV. HISTORIA DEL LG. ÓSEO Es muy reciente. Hasta estos últimos veinticinco años apenas si eran conocidas las localizaciones esqueléticas de la enfermedad de Hodgkin. La primera observación corresponde a KURT .ZIEGLER, famoso anatomopatólogo de Jena, qmen en 1912 se limitó a indicar la exis(*) A. PEDRO-PONS. P. FARRERAS valentiNMゥョヲッセ@ granulomatosis maligna. Ed. Uson. Barcelona, 1945, (Estudio monográfico de la enfermedad total con abun- dante bibliografía). ' 97 tencia de una forma osteoperióstica de la enfermedad. La primera descripción de conjunto fué realizada en 1921 por AzKANAZY, director de la Escuela de Anatomía Patológica de Ginebra, autor que ha dedicado atención preferente a los estudios anatomopatológicos osteomedulares. Con su discípulo BALETTE aprovechó un caso de lg. vertebral que evolucionó con una paraplejía compresiva, para llamar la atención sobre las localizaciones óseas del granuloma hodgkiniano. BECLERE reveló por primera vez, en 1924, la posibilidad de llegar en vida al roentgendiagnóstico de las mismas. Durante el período 1925-27, los autores franceses LOUSTE, THIBAUT, VALLIERE, VIALLEX, LORTAT-JACOB, BELOT, N AHN y KlMPEL, analizaron el aspecto óseo de la enfermedad de Hodgkin-sobre todo desde el punto de vista clínicoradiológico--, recopilando KlMPEL en su tesis los conocimientos por ellos adquiridos. En América, DRESSER reunía en 1927 cuatro casos observados en el Hospital General de Massachussets, a los que más tarde, con SPENCER, sumó 16 más en 1931, y 46 en 1936. En Alemania merecen especial atención los trabajos fundamentales de UEHELINGER. Este autor publicó en el volumen 288 de los "Virchow's Archiv" del año 1933 el estudio más acabado que sobre la materia se ha efectuado. Su trabajo es reiteradamente citado en todos los estudios que sobre la materia han sido publicados desde 1933. BEITZKE, KREMSER, IiABERLER, TETZNER, STERNBERG, STAUDTNER, etc., son otros autores alemanes que asimismo han contribuído al conociiniento de la materia con valiosas aportaciones. El estudio de las relaciones del lg. con las perturbaciones sanguíneas empezó en 1926 con los trabajos de KARSHNER. Ulteriormente, KRUMBHAAR (1934) y SAMEK-ARcm (1934) han insistido sobre la afectación de la medula ósea en el curso de la enfermedad, así como su posible traducción en forma de anemias, leucopenias y diatesis hemorrágica por inhibición de la hemocitopoyesis (panhemocitopenias). El caso de menor edad, prescindiendo del feto infectado displacentariamente de pセiesl ᆳ WINKELBAVER pertenece a un niño de tres años y medio, observado por ECKARDT, y el de mayor edad, a un anciano de sesenta y ocho años, citado por DRESSER. La variante lesional osteopetrosa del lg. óseo fué descrita por primera vez porHULTEN en1927. Durante los últimos diez años el perfeccionamiento progresivo del diagnóstico general de la enfermedad, mediante detenidos estudios roentgenológicos, punciones ganglionares y óseas, exploraciones necroscópicas más cuidadosas del sistema esquelético, ha incrementado notablemente nuestros conocimientos sobre el lg. óseo maligno, mereciendo especial mención en este sentido los trabajos de RATKOCZY, HEILMEYER, CIONINI, HELLNER, GESCHICKTER y COOPELAND, MARCHAL, MALLET y FRESSINAUD, STAUDTNER. En la bibliografía médica española, no hemos hallado, en cambio, níngún caso de lg. óseo, ha- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. REVISTA OLINI CA ESPAJJ"OLA 98 biendo sido éste uno de los motivos que nos ha impulsado a redactar estas líneas, aprovechando la oportunidad de haber podido observar durante los últimos tres años, en la Clínica Médica Universitaria del Prof. A. PEDRO-PONS, de Barcelona, tres casos de lg. maligno óseo. o • V. ESTADÍSTICAS .. A) SOBRE LA FRECUENCIA DEL LG. ÓSEO MALIGNO EN GENERAL.-La frecuencia con que el sistema esquelético sería afectado por el lg. maligno, difiere considerablemente en los valores numéricos consignados en las estadísticas de los distintos autores. Para BURNAM, por ejemplo, entre 100 linfogranulomatosos, sólo uno mostraría lesiones óseas. TETZNER sostiene, en cambio, que de 100 enfermos con lg., más de 85 conllevan lesiones óseas. Entre estos dós valores extremos de frecuencia pueden hallarse en la siguiente tabla toda la serie de valores intermedios consignados por los demás autores que se han ocupado de la materia: AUTOR TEZNER ........ . A SKANAZY .... .. hotMlbrセ ᄋ@ ..... . ZIEGLER ........ . UEIIELINGER .... . RATKOCZY .... .. B UDAY .. ..... .. .. VOONIIOEVA ... . BARRON ......... . HEILMEYER ... . CRA VER-COOPELAND ......... . MARCIIAL, MALLET, FRESSINAUD ......... . BALDRIDGE AWE ......... . KIMPEL, BELOT. PEDRO - PONS FARRERAS .. : GRUDZINSKY ... DRESSER y SPENCER ... .. GOLDMAN ...... .. STERNBERG ... .. DRESSER BURMAN ........ Núm. de hodgkiPorcenta· nianos observa- Casos con jede locadosconosinalte- altera- !lzaclones Afio raciones óseas clón ósea óseas 1932 87,5% 60-80 r:t 47,3% 40,0 'lo 34,0% 24,1% 24,0% 23,8% 20,8% 16,0 % 1921 1927 1933 1937 1930 1925 1926 1942 15,7 % 1936 15,0 % 1942 6 13,0 % 12,1% 1930 1931 3 12,0 % 11,1 % 1944 1928 66 7 1936 52 95 174 3 4 10,6 o/r 6,6 % 5,8 % 4,2% 1,1 % 8 7 19 9 50 12 50 21 24 17 12 172 27 46 33 25 3 5 5 4 1 2 1936 1926 1926 La. disparidad con que las cifras de la tabla anteriOr ーイセエ・ョ、@ expresar cuantitativamente !a frecuencia procentual de las localizaciones oseas de.l .1&'. maligno, depende, sobre todo, a nuestro JUICIO, de las siguientes razones: primeイセL@ de la ュ・エゥ」オャッセ。、@ con アセ ・@ se haya procedido a la explorac10n necroscopica del esqueleto; ウ ・ ァセ、。L N@ que sean tenidas en cuenta o no las m: tastasiS セ・_オャ。イ ・ウ@ microscópicas, además de la::s macroscopiCas muy ostensibles; t ercera, 31 enero 1946 de que incluyan o no en la estadística los casos rüentgénicamente diagnosticados; cuarta, de que, como efectúan algunos americanos, no se distinga bien entre el concepto que los europeos mantenemos de enfermedad de Hodgkin y se engloben bajo el nombre común de "Hodgkin's disease", al linfosarcoma y reticulosarcoma· quinta, que sea poco importante el total de en: fermos a base de los cuales se haya establecido como hemos hecho nosotros, la cifra procentua1: Respecto al primer punto de vista, se com. prenderá que la exploración necroscópica total del sistema esquelético, a menudo no pueda ve. rificarse. En Francia, por ejemplo, la legisla. ción la prohibe. Referente a la segunda causa de error, precisa tener en cuenta que algunos autores (según BEITZKE) sólo conceptúan como metástasis óseas linfogranulomatosas aquellas que son macroscópicamente visibles y con des· trucción del tejido óseo compacto, prescindiendo de los frecuentes focos únicamente intramedu· lares. De proceder a una detenida exploración microscópica sistemática del esqueleto-tarea laboriosísima, prácticamente imposible, por lo engorrosa-, hallaríase, según SYl\rMERS y As· KANAZY, en todos los linfogranulomatosos focos hodgkinianos óseos, con tanta frecuencia como se descubren en los ganglios (SYMMERS) y en bazo (AsKANAZY). No cabe duda de que median· te la simple investigación macroscópica de los huesos seccionados pasan desapercibidos nume· rosos focos óseos linfogranulomatosos. Es to· davía mucho menor la cifra procentual de las localizaciones óseas paliadas en el lg., si al elaborar las estadísticas sólo son tenidos en cuenta ャッセ@ casos roentgénicamente diagnosticados. Se. gun SCHINZ, de 100 casos de lg. óseo sólo 76 eran visibles a R. X. A nuestro juicio, creemos que son muchos más los que pasan desapercibí· dos de apelar sólo a este método exploratorio, sobre todo de no disponer de servicios roentgendiagnósticos competentes. De 25 casos observados en nuestra clínica, 3 (es decir, 12 por 100) evidenciaron lesiones óseas indudables. Si se extrae el valor medio de localizaciones óseas observadas en los 844 ca· sos consignados en la tabla anterior (recopila· 、ッセ@ ,de la literatura), cabe deducir que la afee· tac10n procentual linfogranulomatosa del sistema esqueléticb oscila alrededor de un 25 por 100. Esta cifra la juzgamos, desde el punto de vista del diagnóstico microscópico fino, como inferior a la realidad. Estamos persuadidos, con SYM· MER.s, asセzyL@ UEHELINGER, etc., de que laS proliferaciOnes asentadas en la medula ósea sólo descubribles-pero existentes-mediante su es· tudio histológico, supera el 50 por 100. B) EDAD, SEXO Y MOMENTO DE APAIUCIÓN DE LA LOCALIZACIÓN ÓSEA EN EL CURSO DE LA ENFER· MEDAD GENERAL: Edad.-A pesar de que la en· fermedad de Hodgkin no es del todo rara en la ed!l'd infantil, sus localizaciones óseas suelen ser mas frecuentes en los adultos que en los niños. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Conócense, sin embargo, casos de niños muy pequeños (ECKARDT) y aun fetos diaplacentariamente infectados (PRIESEL-WINKELBUER). En la estadística de CRAVER y CooPELANDJ que ·comprende 172 casos, la edad de los invadidos osciló entre los dieciséis y cincuenta y siete años. El caso de mayor edad es uno de DRESSER, que contaba sesenta y ocho años. La enfermedad ósea aparece sobre todo de los veinticinS!o セ@ lo_s cuarenta y cinco años de edad, esto es, comcldiendo-lógicamente--con la edad en la que la incidencia de la afección es mayor. Dos de nuestras pacientes conta.ban veintiuno y otra treinta y cuatro. El sexo de nuestras tres pacientes era el femenino. DRESSER, en cambio, halló doble número de varones en su material. No creemos existen diferencias sexuales. El momento de aparición de las localizaciones óseas es casi siempre cuando la enfermedad, tras la etapa ganglionar, se ha generalizado, cursa con fiebre elevada y esplenomegalia, iniciándose la depauperación. Suele ocurrir hacia el segundo año de enfermedad. Tal aconteció en dos de nuestras enfermas. En la otra, la sintomatología ósea apareció tardíamente: a los cinco años de establecida la primera adenopatía. En un caso de ROBINSON aparecieron los focos óseos mucho más tarde: a los once años y medio de iniciado el tratamiento roentgen de sus adenopatías. La instauración de una lg. ósea primitiva (sin etapa ganglionar premonitoria), es un hecho rarísimamente observado. Muchos autores no la admiten (UEHELINGER, BEITZKE). Sólo muy pocos (DRESSER, MANN y MATHIAS, MORRISON, HERSCHER) refieren observaciones en las que la enfermedad linfogranulomatosa empezó aparentemente afectando al hueso. 0) ¿CuÁLES SON LOS. HUESOS PARTICULAR Y PREFERENTEMENTE AFECTADOS POR EL LG. DE HoDGKIN?-Sin duda alguna, la columna vertebral y la pelvis en primer lugar; luego , el ester. nón, el fémur, las costillas, el cráneo, la escápula y la clavícula. Los huesos planos son mucho más apetecidos que los largos. En nuestras tres enfermas se afectó la columna vertebral en una; la pelvis-concretamente el sacro-en otra, y el esternón, en otra. Lo corriente es hallar varias piezas afectadas. UEHELINGER sumó los focos óseos hallados en cien autopsias de lg., importando su distribución en los distintos huesos el siguiente número : Columna vertebral..... Fémur .... .. .. .. .. .. .. .. .. . Esternón .. .. .. . .. .. .. . .. . P elvis .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. Costillas .. .. .. . .. .. .. .. .. . Cráneo ... .. .. .. . . .. .. .. .. . Escápula ............ ...... 99 LINF'OGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA TOMO XX NÚMERO 2 65 20 18 13 7 5 5 Clavicula .. .. .. .. .. . .. .. .. Húmero . .. .. . . .. .. .. . .. .. . Tibia . . .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. Peroné ... .. .. .. .. .. .. .. . .. Maxilar . .. .. . .. . . ... .. . .. . Metatarso .. .. . .. .. .. .. .. . 5 3 1 1 1 1 En SUS 66 casos, DRESSER y SPENCER hallaron 120 lesiones óseas, repartidas en la siguiente forma: Colum. vertebral.. 24. % Pelvis ............. .. 23 % Fémur ............. .. 15 % Cráneo ............ .. 9,1% Costillas ... .. .... . . 9,1% Esternón .......... .. 7,5 % Clav!cula .......... . Tibia ... ........... .. Húmero . .. ........ . Escápula ..... . ... . Radio ............. .. Maxilar ... ....... .. 33 % 3.3 % 3,3 % 2,5 % 0,8 % 0,18% WEGENER ordena de modo parecido los huesos más afectados. Primero, columna vertebral; segundo, fémur; tercero, esternon; cuarto, calota craneal; quinto, pelvis. A continuación referiremos la razón de la preferente afectación de la columna vertebral, pelvis y otros huesos planos. VI. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA DEL LG. MALIGNO ÓSEO La causa íntima de la enfermedad sigue ignorándose, y no debemos ocuparnos aquí de ello. Remitimos a la monografía general de la enfermedad recientemente publicada con nuestro maestro PROF. A. PEDRO PONS. Concretándonos a la patogenia de las lesiones óseas, debe ser rechazada-desde un principio-la opinión de KIMPEL, para quien serían preferente asienfo de la enfermedad aquellos huesos previamente irradiados. Esta idea cae por su base, pues la mayoría de los focos óseos se establecen en zonas del esqueleto que jamás fueron influenciadas por los R. X., verbigracia, las vértebras lumbares. Los microtraumatismos tampoco poseerían influencia ostensible. En cambio, poseen importancia decisiva en la patogenia de las localizaciones óseas del lg. los siguientes mecanismos de producción lesiona!: primero, la proliferación autóctona o granulomatosa primitiva del hueso; segundo, la invasión metastática del mismo por vía hematógena, previa siembra de la medula roja hematopoyética, y tercero, la invasión desde los paquetes ganglionares próximos al esqueleto, por simple crecimiento "per continuitatem". a) La proliferación protopática) autóctOM) o nacimiento óseo in situ del granuloma sternbergiano, a partir del tejido reticular de la medula ósea es una forma de comienzo posible, pero muy poco frecuente. El agente, desconocido, de la enfermedad, de forma análoga a como provoca proliferaciones bodgkinianas a nivel del reticuloendotelto esplénico, hepático, gástrico o cutáneo (sin siembra predecesora a partir de ganglios afectos), puede determinarlas a nivel del medular óseo. En tales casos, la infiltración específica aparece en los huesos de modo primitivo. Así ocurrió en un caso de HERSCHER, en el que el granuloma apareció primeramente en los huesos del cráneo, sin que en la autopsia pudiera ser hallado ningún ganglio linfático afecto. Aunque este modo de comienzo es sumamente raro y discutido por muchos autores (UEHELINGER, BEITZKE, STERNBERG), a juicio de otros es posible e indudable (HERSCHER, HAMMER, Y AMASHAKI, KRUMBHAAR). Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ,. • . ᄋセ@ 100 REVISTA OLINIOA ESPA"DOLA • b) Sin embargo, ellinfogranuloma casi siempre se origina previa siembra hematógena de '.a medula ósea. El virus o las células de Sternberg, partiendo de focos ganglionares próximos o lejanos, siguiendo la vía hemática o la linfática, alcanzan la medula ósea y, colonizando en ella, engendran la granulomatosis ósea. El tejido óseo se afecta, pues, por lo regular, desde la medula hacia la cortical del hueso, esto es, centrífugamente del centro a la periferia del hueso. Trátase, por tanto, de una osteopatía mielógena en el sentido de MARKOFF. Dada esta patogenia vascular y mielógena de la mayoría de las siembras óseas, se comprende que enferman de modo predilecto aquellas partes del esqueleto que estén mejor vascularizadas y más provistas de medula ósea roja, esto es, los huesos cortos y planos, especialmente las vértebras y pelvis, esternón y las epífisis de los huesos largos. En el niño, habida cuenta de la vascularización superior y mayor contenido en medula ósea, de su sistema esquelético, todos los huesos están más expuestos a ser invadidos. La medula ósea amarilla o grasa, casi nunca es afectada; de ahí lo excepcional que es observar lesiones óseas en las diáfisis de los huesos largos. La patogenia de los focos de la lg. ósea es, pues, muy similar a la de las neoplasias óseas metastásicas. Los focos hematógenos aparecen primeramente en la medula ósea ocupando una situación central, para más tarde, desde ésta, propagarse en crecimiento agresivo hacia la sustancia esponjosa vecina y luego a la compacta periférica del hueso. En el periostio también pueden implantarse focos hematógenos. La propagación hematógena ocasiona a veces siembras masivas de la medula ósea roja, que en el estudio histológico se comprueban, pero que pasan desapercibidas en el necroscópico, y aún más en los roentgenogramas. Trátase de un número elevado de infiltrados microscópicos situados primordialmente en las vértebras, los L@ esternón y epífisis humeral huesos ー・ャカゥセョッウ y femoral superiores principalmente, esto es, en los huesos que, en el adulto, son más ricos en medula ósea roja. Es por esto que sería más justo denominar a esta forma ósea mielógena del granuloma maligno, linjogranulomatosis de la medula ósea. Cuando la siembra es muy amplia y afecta difusamente a gran parte de la medula ósea, pueden surgir signos de insuficiencia medular hemocitopoyética Coligo o panhemocitopenias) con granulocitopenia, eritro y plaquetopenias en la sangre periférica, y el grave cuadro clínico seudosepticémico, análogo al de otras hemopatías tipo leucosis aguda. Según UEHELINGER, los huesos más frecuentemente afectados por vía hematógena serían de mayor a menor: la columna vertebral, cabeza femoral superior, esternón, costillas, calota craneal, húmero, 1/2 inferior del fémur metartasi.anos y maxilar inferior. En general: cabe conclUir que la afectación hematógena del sistema esquelético, a partir de las diseminado- 81 enero 11146 nes ocurridas en la medula ósea roja, constitu. ye en más del ?O por 1.00 de los casos, el, me. canismo dellg. oseo maligno. Los focos lg. oseos hematógenos, en tanto no han crecido lo suf¡. ciente para determinar corrosiones en la com. pacta, con frecuencia sólo se 、セウオ「ョュ@ al pro. ceder al estudio anatomopatologiCo del hueso. ya que su densidad r6entgénica, muy semejan. te a la del hueso esponjoso, elude su demostra. ción al proceder a su estudio roentgénico. e) La invasión del hueso por continuidad} a partir de grupos ganglionares próximos al es. queleto} es otro de los mecanismos patogénicos del lg. óseo. Es menos frecuente que el anterior. UEHELINGER lo observó en 24 por 100 de sus casos. El tejido del granuloma, partiendo de los ganglios mediastínicos o de los presacros, previa perforación de la cápsula ganglionar, y adoptando un crecimiento arrosivo, invadiría por propagación inmediata, primero, al perios. tio, y luego, al hueso. Cuando la cortical del hueso vecino carece de intersticios porosos, el tejido sternbergiano sólo consigue alcanzar la medula ósea tras perforación de la misma. En cambio, cuando no es densa y contiene abun· dante.s poros (caso del esternón, vértebras y cos· tillas), el proceso de granulación penetrando a través de los. mismos puede alcanzar el inte. rior de la esponjosa ósea v extenderse por ella remedando incluso a las diseminaciones hema· tógenas, debido a que puede ocurrir la penetra· ción, sin apenas destruir la tabla externa del hueso. Sin embargo, las adherencias entre el ganglio y el hueso siempre suelen facilitar la distinción. Los huesos con más frecuencia invadidos por contigüidad desde los ganglios linfáticos veci· nales son: 1.0 Las vértebras lumbares y dorsa· les (a partir de los ganglios lumbares, o peripan· creáticos o mediastínicos posteriores). 2.0 Los huesos pelvianos (desde los ganglios inguinales, ilíacos y sacros). 3.0 El esternón (desde los gan· glios mediastínicos anteriores). 4.° Costillas (desde los ganglios subpleurales y del ángulo posterior costovertebral). Columna vertebral, pelvis, esternón y costillas, son los huesos más predilectamente afectados por crecimiento in· filtrativo "per continuitatem" (DRESSER). La columna vertebral, la pelvis y el esternón son las piezas del esqueleto que más habitualmente enferman, porque concurren en ellas las dos con· diciones más favorables para su afectación: a) su proximidad a grupos ganglionares frecuen· temente afectos (mecanismo de la continuidad); b) su riqueza en medula ósea roja excelentemen· te irrigada (posibilitadora de las siembras hema· tógenas). Ambas formas de propagación pueden hallarse simultáneamente en muchas columnas y pelvis, a pesar de que UEHELINGER sostenga que en general los dos mecanismos de propaga· ción tienden a excluirse. En la columna vertebral de la figura 1, la patogenia de las lesiones reconoció, sin duda, esta duplicidad. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XX NID.BRO 2 VII. LINFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA ANATOMÍA E HISTOLOGÍA PATOLÓGICAS El aspecto macroscópico de las lesiones depende, en gran parte, del mecanismo a través del cual se han engendrado. Las formas ィ・ュ。エァョセMウゥオ、@ en las epífisis. y huesos planos-son multinodulares e intramedulares, se propagan desde la medula central intraesponjosa a la compacta periférica, creciendo, por tanto, del centro hacia fuera. La compacta está aquí generalmente alterada, y el periostio menos. Los nódulos intramedulares, con frecuencia no se distinguen a simple vista. Hace falta examinar la medula al microscopio. Otras veces se aprecian del tamaño de una cereza o guisante o grano de mijo, destacando por su color amarillo grisáceo (fig. 1), que contrasta sobre el vinoso de la medula roja. Su aspecto recuerda mucho el de las mestástasis cancerosas, con las cuales se solían confundir al principio. En general son, sin embargo, menos agresivas. Los nódulos intramedulares aparecen en la sección del hueso, adoptando formas muy variadas. Generalmente son redondeados u ovales o de límites cartográficos, y casi siempre aparecen como manchas infiltrativas confluentes o insulares (fig. 2), que recuerdan en gran manera las metástasis carcinosas y menos a la lipoidogranulomatosis ósea. Las formas lg. nacidas por inva- 101 siones óseas nacidas por continuidad, es menos moteado que el hematógeno. El periostio y la compacta aparecen corroídos, y las lesiones intra esponjosas adoptan mayor extensión, debido al crecimiento infiltrativo avasallador, aquí más patente, siendo el color del tejido proliferante pálido-amarillo-grisáceo, análogo al de las metástasis hematógenas. ASKANAZY distingue cuatro variedades anatómicas macroscópicas: 1." la infiltrativa difusa, que confiere color pálido amarillento, homogéneo, a la superficie de sección de la antigua medula ósea roja, invadida; 2." la focal, constituida por zonas parcelares de infiltración circunscrita a menudo gelatiniforme; 3." las diseminadas de focos confluentes con transformación esclerosa y a veces necrótica de los mismos; 4." las formas combinadas. La formación de cavidades en el seno del tejido granulomatoso proliferante, mencionada por AsKANAZY, así como sión desde ganglios afectos contiguos, cuya masa granulomatosa por crecimiento y aposición se adhiere al hueso englobándole no rara vez, como ocurre con las vértebras, suelen mostrar notable destrucción perióstica y de la compacta, ocurriendo aquí la propagación de las lesiones de la periferia al centro del hueso. Las apófisis transversas y cuerpos vertebrales, los extremos costales, el esternón y la pelvis, a menudo muestran junto a sí paquetes ganglionares que, en su crecimiento infiltrativo, centrífugo, profundizaron en el hueso (fig. 3). El foco óseo así fraguado, al principio es poco extenso, dado el crecimiento unicéntrico inicial; pero a medida que la ・ョヲイュセ。、@ avanza pueden surgir, 、N・ウセ@ el セイ・@ foco nacido por conb.nu!dad, Infiltrados hijos en las proximidades del primero. Así ocurrió probablemente en uno de nuestros casos, cuya sección vertebral denotó en la セ@ y .XI v. D. un foco nacido por contmmdad desde el ganglio prevertebral afecto, y, por encima del mismo, en la IX v. D., nódulos múltiples nacidos hematógenamente (fig. 1). ' El aspecto macroscópico de las le- Flg. l.-Sección longitudinal de una columna vertebral llnfogranulomatosa. Desaparición por osteollsls de la. XI v. dorsal. Nódulos gra nulomatQsos inflltratlvos amarlllogrlsáceos en la esponjosa de las vértebras vecinas. La Invasión ocurrió por contigüidad desde los ganglios paravertet>rales y por v!a hematógena. Los discos lntervertebrales apenas se afectaron, al revés de lo que ocurre en el mal de Pott. (Observación personal. Fotogra.f!a en colores .Agfa.) Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ,. . 102 REVISTA CLINICA ESPANOLA la génesis de secuestros y ヲイ。」エオセ@ o de abscesos osifluentes son caracteres casi ョオセ」。L@ hallados en materia de linfogranulomatosis osea. Tanto en las lesiones hematógenas, 」ッセ@ en las nacidas por contigüidad, la エイ。セオャ」キ@ de la esponjosa queda borrada por el teJido. de oranulación y los osteoclastos. El hueso pierde su . セ@ .. .. 31 en ero 194¡ te de Sternberg. Estas ーイッ」・、■。セ@ 、ゥイ・」エ。ュセョN@ te de las reticulares de la medula osea. Al pnn. cipio suele existir {UEHELINGER, MARESCH) pre. dominio de las plasmáticas. MoNTGOMERY y A&. • KANAZY han insistido acerca de la ヲZセ」オ・ョエ@ eo. sinofilia intramedular, que la puncwn esterna¡ suele confirmar. Así lo comprobamos en un ca&¡ nuestro (fig. 4). El tejido de granulación inva. de la sustancia ósea, 、・ウゥョエセァイ。ッ@ .su estruc. tura laminillar como corroyendola (fig. 5). Los granulomas イ・セャ。ョ@ con frecuencia distribución peritelial. . El tejido · linfogranulomatoso expenmenta asimismo en el hueso tendencia a la esclerosis y cicatrización, pero en mucho menor grado 9u; en el resto del organismo. No se forma aqm e. tejido cicatricial tan bien ヲ。ウ」ゥセ、ッ@ que ウセ・ᄋ@ le hallarse y confiere a los ganghos su ・ウセ」Q。@ dureza, sino un tejido escleroso, laxo, de fibra:: delgadas, que イッ、・セ@ エ・ョセュ@ al de granulh· ción. La radioterapia faCihta, sm duda, la esclerosis. En casos raros, los tejidos cicatriciale< marginales pueden contener células grandes rt dondeadas, de aspecto espumoso, a las que por colorearse de tono rojo naranja con el sudan. LETTERER aproxima a las xantomatosas de la enfermedad de Hand-Schuller-Christian. Segú¡ MAYER estas células constituirían elementos P' xicos, que fijarían los lipoidcs. desintegrados po el tejido granulomatoso prohferante. La degt Flg. 2.- Linfogranulomatosis ósea. Eplflsls femoral superior con granulomatosls multlfocal h ematógena. Obsérvese cómo el aspecto nodular múltiple remeda el de las formaclones neoplásicas metastátlcas (según BEITZKE). estructura alveolar, y la medula hematopoyética que rellenaba huecos de la esponjosa es. desplazada. De ser muy extensa la invasión ósea, el desplazamiento medular ("markverdrangung") puede repercutir sobre la hematocitopoyesis y surgir en la periferia sanguínea anemias con granulocitopenia y diátesis hemorrágica, por ocupación de la medula ósea. El sistema laminar es corroído por el tejido de granulación hodgkiniano. Si la proliferación alcanza la compacta, el hueso tórnase maleable, pierde resistencia, pudiendo ser seccionado con el cuchillo, como ocurrió con la columna de uno de nuestros casos. Las fracturas son excepcionales. Las lesiones óseas específicas del lg. maligno deben ser investigadas con el microscopio) y son las mismas que las halladas en otras localizaciones. Descúbrese una hiperplasia de las células reticulares (sobre todo en las fases de comienzo del granuloma), y la infiltración granulomatosa propia del tejido sternbergriano, integrada por las conocidas células ーャ。ウュ£エゥ」セL@ linfocitos, fibroblastos, leucocitos polinucleares, neutrofilos y eosinofilos, y alguna célula gigan- Fig S -Linfogranulomatosis ósea pelviana. Mazacote gell· gliona.i- superpuesto al lllaco d t:recho, lnfilt:ativo del セZ@ vecino Corte transversal del cmturón p elviano a la a · de la cavidad cotlloldea (según BEITZKE). neración hialina, tan frecuente en las adenopa· tías lg., no se observa en los focos óseos. セ@ procesos necróticos tampoco alcanzan extensiOD importante. Alrededor de los focos lg. obsérvase una reacción congestiva, en la que si bien toda· vía se conserva el sistema óseo laminillar, Y! faltan, generalmente, las células hemocitopoye- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XX NúM!IR02 103 LINFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA ticas (eritroblastos, mieloblastos, mielocitos, etcétera). Lesiones óseas ゥョ・ウー」■ヲセNMeャ@ tejido óseo laminillar propiamente dicho, reacciona frente a la invasión lg., desarrollando las alteraciones en él habituales y en gran parte independientes del tipo del agente que las despierta. Los. parénquimas sólo poseen unas cuantas formas de reaccionar, cualquiera que sea el agente que les dañe, y en el hueso son éstas fundamentalmente cuatro: la osteoporosis, la osteolisis, la osteoesclerosis y las periostitis produotivas. Unas veces domina la osteolisis, otras la osteoplasia esclerosante y no rara vez combinaciones de ellas. Lo mismo sucede con las metástasis cancerosas. El periostio puede proliferar y elaborar nueva sustancia ósea, cuando en su vecindad existen focos granulomatosos que le irritan: セQ@ セオ ・ ᆳ so puede adquirir entonces una superficie Irregular nodulada y de mayor densidad. También pueden ocurrir proliferaciones óseas a partir del endostio, apareciendo constituidas por opo- tenderse a la compacta, que se torna pobre en cal y mucho más delgada. La periostitis hipertrófica tóxica (acropaquia, u osteoartropatía hipertrófica néumica de P. Marie), es otra de las manifestaciones óseas inespecíficas que ha sido observada en el curso Flg. 5. Linfogranulomatosls ósea. El tejido de granulación hodgkiniana Hー。イセ・@ alta del preparado) invade la sustancia ósea de la parte inferior , corroyéndola. (Tomada de BEITZKE.) del lg. En un caso de HOEGLER, portador de las clásicas dilataciones digitales, el espesamiento periostal regresó tras radioterapia de la localización mf'diastínka, apuntando esta conducta su probable génesis tóxica a distancia. VIII. Fig. 4.-Eoslnofilla medular hallada en un caso de enfermedad de Hodgkin. siciones laminillares que, situándose alrededor de los focos lg., parecen estar encaminadas a limitar el crecimiento de éstas. Estas reacciones osteoblásticas constructivas, intrincándose con la desintegración que por sí mismo ocasiona el tejido de granulación, o merced a los osteoclastos, confieren al hueso un aspecto mixto hipertrófico-atrófico, por otra parte bastante frecuentemente hallado en patología óse.a. En casos raros, al dominar la osteoplasia endostal--osteoesclerosante-de la esponjosa, se llega a la eburneüicación (HULTEN), al hueso de marfil. Más frecuentemente es, sin embargo, la rarefacción y decalcificación (osteoporosis) de las trabéculas óseas. Esta puede ser llevada a cabo directamente por el tejido de granulación proliferante, o indirectamente despertando la actividad de los osteoclastos. Es probable que el primer mecanismo sea el más importante, habida cuenta de la rareza con que se descubren osteoclastos en el tejido lg. óseo. La resorción puede alcanzar zonas notables de la esponjosa y ex- SINTOMATOLOGÍA Y RALES DIAGNÓSTICO GENE- a) SíNTOMAS cr..ímcos.-A excepción de las rarísimas formas primitivamente localizadas en el sistema óseo, el lg. del esqueleto suele coexis- Flg, 6.-Giba llnfogranulomatosa l:leudopottica. tir con buena parte de la sintomatología general corriente de la enfermedad. Las llamativas adenopatías cervico-mediastínicas, axilares o inguinales, con su histología típica, la fiebre de tendencia ondulante, la astenia con pérdida de peso y anorexia, el prurito, la palidez y la es- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 104 rセvist@ A OLINIOA ESPA-GOLA. plenomegalia, son los síntomas ァ・ョイ。ャセ@ más de frecuentemente hallados junto a los ーセッQPウ@ la localización esquelética, siendo precisamente ellos los que permiten presumir la naturaleza hodgkiniana del proceso. Muchas veces sólo existe el cuadro ァ・セ。ャ@ de la enfermedad, y no se 。ーイ・」ゥセ@ rasg? chmco alguno que permita suponer la existencia de las VHI IX X XI XJ! 31 enero QYセ@ las vértebras prodúcense hundimientos da la esponjosa. . 1 h b'd 2. Las fracturas セQ_M ・ク」セキ セ。@ es, セ@ I a cuenta de la localizacwn epifisana predilecta del proceso lg. . .. 3 De no surgir fenomenos de compres10n, 、・ーセョゥエウ@ de que la p:oliferación セァN@ irrite 。セ ᆳ gún tronco nervioso vecmal, 1as al[Jw,s ウッセ@ asimismo raras. El lg. óseo, ーイ・、セュオ。ョエ@ mtramedular, por afectar poco al perwst10, s!lele ser escasamente doloroso. Generalmente, solo despierta dolores sordos tipo malestar ? ー・ウN。セコL@ que recuerda los que aparecen en las msuficiencias funcionales. La percusión de la .zona dolorosa no siempre exacerba las molestias. Sólo cuando la masa hodgkiniana distiende al raíz. o periostio o engloba y comprime a オセ。@ セュᆳ tronco nervioso, aparece la 」ッイ・ウーセョ、Qエ@ tomatología dolorosa. Con frecuencia es de bpo neurálgico. En una de nuest!as enf_;rmas, . セャ@ primer síntoma de su lg. pelviana f';le セョ。@ セᆳ tica plexular, sintomática de una ュヲゥャエイセioョ@ ósea que, conmenzada entre el.sacro y el Ihaco (figs. 9 y セoIN@ La derecho, llegó a ser ー。ャ「セ@ de las compresión de troncos nervwsos, セ、N・。ウ@ que alalgias, puede causar incluso par alGALsNセ@ Flg. 7. -Llnfogranulomatosis vertebral maligna. ROentgenograma de perfil. Cifosis dors olumbar de tipo angular con vértice a nivel de la XI v. dorsal, de la que sólo quedan ves tiglos correspondientes a la plataforma s uperior. Los discos y plataformas correspondientes a la vértebras vecinas han quedado respetados. La X v. dorsal muestra en su borde anterior usuración profunda. La IX v. dorsal exhibe notables alteraciones estructurales reticulares, rarefaclentes. localizaciones óseas hematógenas, que_ sólo la autopsia revela, y mucho más raramente el estudio roentgenológico sistemático de los huesos. Entre los síntomas clínicos propios de las localizaciones esqueléticas, destacan los siguientes: 1. Deformaciones óseas.-Aunque no con la frecuencia de la tuberculosis y sífilis, cuando la proliferación hodgkiniana destruye la compacta, surgen deformaciones que ,en el esternón se traducen en forma de abultamientos pequeños y hasta seudoaneurismáticos en la columna vertebral por gibas seudopotticas (tal observamos en uno de nuestros casos, reproducido en la figura 6), en las costillas y clavícula por dilataciones fusiformes, en el cráneo por protuberaciones nodulares y, en la pelvis, por abultamientos palpables en región ilíaca o glútea, como pudimos comprobar en otro de nuestros casos. En Fig. 8.- Linfogranulomatosis vertebral maligna. La misma. de la figura anterior, en proyección anteroposterlor. Puede comprobarse la destrucción de la XI v. dorsal, cuya ausen· cía se adivina por la existencia de los arcos costales co· rrespondientoes. canzan grado parapléjico cuando a partir de las vértebras o tejido epidural es la. medula espinal la oprimida. BELOT, NAHAN y KlMPEL observa· ron una parálisis del plexo braquial, con amio· trofia secundaria, en un caso de lg. vertebral cervical. Los dolores vértebra-radiculares, no siempre tienen traducción roentgénica, en primer lugar, Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XX NID.o:RO 2 LINFOGRANULOMATOSIS ,MALIGNA porque con frecuencia dependen de una granulomatosis del espacio celular epidural, más que de la misma sustancia ósea, y, en segundo, porque aun cuando dependiera de ésta, aproximadamente 25 por 100 de las veces son invisibles a R. X. por su escaso contraste con el tejido óseo que los rodean. Las rocalizaciones esqueléticas suelen modificar en sentido maligno algunos de los síntomas corrientes de la enfermedad, hasta entonces mejor tolerados. Afirmase que los hodgkinianos con localizaciones óseas evolucionan con notable empeoramiento del estado general, mayor grado y pertinacia de la fiebre, e intensificación rápida de la anemia. Ello no siempre es cierto, porque, como hemos podido observar en una de nuestTas enfermas, la localización ósea, de no ser muy extensa, claro está, puede ser conllevada varios semestres sin gran detrimento. b) SÍNTOMAS RoENTGÉNicos.-Debido a sus desfavorables condiciones de absorción para con los rayos roentgen, las lesiones del lg. óseo osセ@ A JOS josa. El hueso puede aparecer entonces hipodenso y difuminado. Otras veces el retículo de la esponjosa se aprecia muy bien, adoptando una eRtructura apanalada de mallas anchas, con aclaramientos redondeados o de contornos irregulares, confluentes o separados, y suminis- Fig. 10.-Linfogranulomatosls ósea sacra e illaca. En un segundo examen, practicado el 13-X-44 (un afio d espués) . aparecen grandes lagunas claras confluentes de aspecto geográ.flco, donde sólo estaban iniciadas en la anterior radiograf!a. Dichas imá.genes se extienden a las aletas sacras e invaden la articulación sacroi!laca y porción yuxtaarticular del coxal derecho. Fig. 9.-Linfogranulomatosls ósea sacra. En este primer examen, セイ。」エャ、ッ@ en 6-X-43, obsérvase una hlpodensldad osteoporótica del sacro en relación con las partes óseas veセゥョ。ウN@ En el interior de la sombra sacra se observan varias 1má.genes claras, precisas, no gaseosas, confundibles con neumatosls Intestinal. La. radiografia siguiente Identificó su naturaleza osteolltlca. a menudo no se aprecian-ni siquiera en las radiografías de las piezas necrópsicas-. Por otra par!e! de obseryarse, nada ofrecen que sea especifico y permita su diagnóstico etiológico. Generalmente se aprecia una hiperclaridad osteode la trabeculación esponporótica, con ー←イ、セ。@ trando una imagen cuya estructura es muy parecida a la que se describe en las tumorosis óseas metastáticas rarefacientes (obsérvese la vértebra IX de la figura 7) . Otras veces aprécianse grandes geodas osteolíticas, en forma de lagunas claras (figs. 10 y 11), que limitadas por un halo más denso, recuerdan también los focos de las metástasis tumorales osteolíticas de los carcinoma.:; prostáticos. Manchas deshilachadas más opacas a los R. X., alternan bastantes veces con los mencionados síntomas de rarefacción ósea. Es excepcional apreciar sombras marmóreas dependientes de osteoesclerosis masivas de densidad pétrea (caso de HULTEN). Los engrosamientos periósticos en ocasiones se descubren junto a los focos óseos. Las deformaciones vertebrales (cuneiformes, en vértebra de pez, etc.) serán descritas al estudiar la espondilitis granulomatosa en particular. La usuración de la compacta existe, sobre todo, en la.s formas establecidas por invasión desde las adenopatías yuxtaóseas. El diagnóstico roentgenológico del lg. óseo Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 106 REVISTA CLINICA ESPA'DOJ.¡A no e."! posible efectuarlo, si no 」ッ・クゥウエセョ@ las a?enopatías, la fiebre y la ・ウーャョッュァ。セL@ que ,m.duzcan a practicar la 「ゥッーウセN@ ganghonar, umca medida confirmad9ra 、・」セウゥv。N@ lセ@ セオ_・イ」ᆳ losis, la sífilis, los tumores o.seos pr1m.1tlvos ? metastásicos, las mielomatos1s, los quiStes hidatídicos las lipoidosis, el cloroma, etc., puesíntomas roentgénicos análogos. den ッヲイ・セ@ . .. A O .. . .. Fig. 11.- Linfogranuloma del mango esternal. Obsérvese su prominencia en el campo pulmonar y la heterogeneidad de la estructura ósea, con los aclaramientos propios de la osteollsis. C) SÍNTOMAS HEMATOLÓGICOS.-En virtud de la patogenia mielógena de buen número éie las osteopatías hodg:Kinianas, no es de extrañar que puedan observarse anomalías sanguíneas centrales y periféricas. La punción de la medula ósea, excepcionalmente permite caer sobre alguno de los minúsculos focos de lg. óseo que con frecuencia existen en el ・セエイョN@ De lograrlo, podría conseguirse el diagnóstico histológico "intra vitam", del proceso. Sin embargo, las repetidas investigaciones en este sentido (WEINER, KAZNELSON, MARKOFF, SCHULTEN, liENNING) han demostrado cuán difícil es lograr su demostración. ROHR y HEGGLIN, KLlMA y FLEISCHHACKER refieren haber hallado en el producto de la punción esternal, células gigantes de núcleo multilobulado y protoplasma azulado, parecidas a los rpegacariocitos, que conceptúan como elementos de Sternberg nacidos en el tejido medular óseo. Su encuentro 31 enero 1946 es difícil. El mielograma 、・ャセN@ ・ヲセ ャセ ・ョセエ イ。、ャ@ nada tiene de característico. :f:a eosmo 1 la Cl a a por muchos autores la pud1mos comprobar en un caso (fig. 4) · ·¡, · d E el cuadro hemático pen erwo, cuan o la ゥョヲャセイ。」@ medular ósea es muy. difusa (eyen. tualidad excepcional), puede motivar la triada sintomática de la insuficiencia hemocitopoyéti. ca esto es: la eritrocitopenia, con granulocito y 'trombocitopenia (casos de samekMセchiL@ MARCHAL y 」ッャ。「イ、N・セI@ En general, ウッャセ@ se comprueba una anemm h1pocroma de 2-3 mlllo. nes y una leucocitosis menor que en las lg. sin afectación ósea. UEHELINGER Y ECKARDT hacen constar que en el lg. óseo la leucopenia sería como en las lg. de forma abdominal, un dato bastante corriente. En nuestros casos, no lo com. probamos, y BAAR observó inclu_so una セ・。」ゥョ@ leucemoide. Debe averiguarse Sl el paciente ha sido roentgenterapizado セ・@ antemano, ーオ・セ@ esta terapéutica actúa favoreciendo la leucopema. セ@ linfopenia y la eosinofilia, junto con la anemia. son los datos, a nuestro juicio, más constantes. Las repercusiones ウ。ョァオ■セ・@ de la, enferme. dad de Hodgkin de forma osea no solo son .de orden citológico, sino humoral. cオセョ、ッ@ las lesiO· nes son decalcificantes, se apreg1a a veces un balance cálcico negativo, con hipercalcemia (MAR CHAL, MALLET, FRESSINAUD). El espectro proteico clcl ーャ。セュ@ hemático SI desequilibra. Las globulinas aumentan, en de· trimento de la fracción serínica, que puede lle· gar a desaparecer. Ello motiva aceleraciones ex· traordinarias en la V. S. G., que en un caso propio alcanzaba los 100 mm. en la primera ho· ra. La aparición de la proteína de Bence-Jones, comprobada en un caso por GALLOWAY, demues· tra que esta paraproteína no es patrimonio セクᄋ@ elusivo del mieloplasmocitoma de KAHLER, smo que puede también surgir en otras osteopatías mielógenas. La amiloidosis observada en las fa· ses terminales de la granulomatosis ósea, asi· mismo debe ser relacionada con la · disproteine· mia de estos hodgkinianos. · IX. SIJ\'TTOMATOLOGÍA ESPECIAL DE LAS PRINCI· P ALES LOCALIZACIONES ÓSEAS DEL LINFOGRANU· LOMA MALIGNO 1.0 Lg. vertebral.-Es la localización hodg· kiniana esquelética, más importante. Las vérte· bras constituyen el segmento óseo que tanto por vía hematógena como por contigüidad (bien ウ・セ@ desde los grandes paquetes ganglionares cervi· cales, mediastínicos o abdominales, prevertebra· les o desde los pequeños ganglios situados en el ángulo formado por las apófisis エイ。ョウカ・セ@ y el cuerpo de las vértebras), que suele ser mas comúnmente afectada (25-60 por 100 de los ca· sos de lg. ósea, son vertebrales). Enumeraremo.s algunos de sus detalles, por ser ésta la ャッ」セᄋ@ zación más importante, no sólo por su mencto· nada frecuencia, sino por la facilidad con que Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XX NúMERO 2 L/NFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA ocasiona síntomas neurálgicos (radiculalgias, herpes zona, paraplejías 」ッセーイ・ウゥカ⦅。IL@ creando dificultades diagnóstico-diferenciales de no poca monta. Las vértebras más invadidas son las dorsales y lumbares, siéndolo el número máximo de veces la segunda lumbar (UEHELINGER). Las cervicales lo son mucho más raramente. Los cuerpos son más lesionados desde los arcos Y apófisis vertebrales, comenzando generalmente su lesión desde los ganglios prevertebrales de la línea media hacia atrás. Las cervicales son, en cambio más frecuentemente abordadas por su cara lateral, habida cuenta de la situación laterocervical de los paquetes ganglionares. En un caso de LousTE THIEBAT y colaboradores, las apófisis transversas fueron destruídas. La invasión vertebral hematógena sería aquí menos frecuente que la establecida por contigüidad (UEHELINGER) , derrotándolo así las frecuentes destrucciones de la compacta y las adherencias del foco destructivo, con las adenopatías prevertebrales. Cuando la invasión es hematógena, los focos suelen ser múltiples, más limitados a la medula del cuerpo vertebral, con menor afectación de la compacta, y no se aprecian la yuxtaposición de los ganglios afectados. En un caso de SYMMERS, casi toda la columna estaba difusamente invadida por el tejido de granulación. A veces existen ganglios adheridos al raquis, sin invasión alguna de las vértebras. Los síntoma-s clínicos pueden faltar del todo y ser únicamente descubierta la localización vertebral al verificar un estudio roentgénico sistemático del esqueleto, o bien en la necropsis. Las formas latentes son frecuentes. La afección comienza a veces con síntomas vagos: dorsalgias incriminadas, por los no avisados, al decaimiento propio de la enfermedad, dolores a la percusión de las apófisis espinosas, sensaciones de rigidez con contractura apreciable de los grupos musculares paravertebrales y menos veces deformaciones. Ante este cuadro, lo corriente es diagnosticar mal de Pott, sobre todo si las adenopatías periféricas son discretas y la fiebre fomenta la idea bacilar. Las deformaciones de tipo cifótico u escoliótico han sido observadas en 15 por 100 de los casos, según UEHELINGER. En una de nuestras pacientes fué indudable (figs. 6 y 7). Algunos autores afirman que la cifosis lg. es más roma que la tuberculosa, cuya inflexión suele ser más aguda, apoyando tal aseveración en que en esta última los discos son afectados y, en cambio, en ellg. no. Sin embargo, cuando la destrucción del cuerpo vertebral empieza por su parte anterior y es considerable, aunque los discos queden preservados, el lg. puede ocasionar gibas de inflexión tan aguda como las potticas. Así lo compro.bamos en la enferma de la figura 6, cuya histona resumimos a continuación. Las fracturas son excepcionales (casos únicos de LEMIERRE, AUGIER, PAIAREAU). La destrucción vertebral no 107 ocasiona nunca abscesos osifluentes ni secuestros de no combinarse la afección ósea lg. con la tuberculosa (un caso mixto de UEHELINGER). Obsenxwión 1.•- J. A., veintiún aftos, casada. Ingresa en el servicio del Prof. A. PEDRO PONS el 5 de marzo de 1942. Su afección empieza cuando contaba quince afíos, con la aparición de un abultamiento del tamafío de una nuez en región laterocervical derecha, que, por fistulizar, fué calificado de escrofuloso. Tratada con radioterapia, hierro y calcio, desapareció a los tres meses de iniciado. Quedó cicatriz. Un afío más tarde recidiva la adenopatía algo por encima de la anterior, y esta vez sin fistulizar; persistió desde los dieciséis a los veintiún afíos. A los dieciocho aftas, aparición de nuevas adenopatías en axila izquierda. Conllevó tales abultamientos del tamafío de una nuez con poca alteración del estado general. Sólo notaba algunos días sensación de fiebre, a veces pruritos y temporadas de astenia Motivó su ingreso la aparición de una raquialgia dorsal sorda, que, exacerbándose con los movimientos, hizo presumir, de momento, un mal de Pott. Sobre todo, teniendo en cuenta el mencionado antecedente ganglionar. Poco a poco se le fué estableciendo una giba francamente ostensible (fig. 6). La exploración reveló adenopatías múltiples en cuello y axila izquierda, cicatrices de ulceraciones en región laterocervical derecha, alguna.'3 de bordes proliferantes. Cifosis dorsal manifiesta, cuyo punto culminante correspondia a la octava vértebra dorsal. Radioscopia tórax; adenopatía mediastinica tumoral izquierda con pleuresía derecha. Normalidad del sistema nervioso y del abdomen. Practicada radiografía vertebral, comprobóse desaparición total de la sustancia esponjosa de la 11 v. D., que quedó reducida al adosamiento de las dos plataformas de la compacta. Usuración profunda del borde anterior de la 10 v. D. y rarefacción con anomalías estructurales en la trabeculación de la 9 v. D. (figs. 7 y 8). Examen hemático: anemia de 2,8 millones, con 8.200 leucocitos, 84 N. 2 E. 9 L. 4 M. 1 Met N. Este cuadro adenopático cervico-mediastinico con fiebre irregular, la pleuresia y la giba de aspecto pottico, inducia a catalogar como tuberculosa a la paciente. Con esta sospecha, verificóse biopsia de uno de los ganglios y también de la piel ulcerada, descubriéndose con sorpresa el abigarramiento celular propio del tejido linfogranulomatoso, con las Upicas células de Sternberg. El curso evolutivo letal confirmó la naturaleza hodgkiniana del cuadro. Durante su permanencia en la clinica, que duró seis meses, la paciente se consumió con rapidez. Perdió 20 kilogramos en nueve meses. Su fiebre se hizo continua, oscilando alrededor de los SXMセL@ la adenopatía mediastinica aumentó. La pleuresía, cuyo liquido poseia· abundantes células ehdoteliales sospechosas de ser sternbergrianas, y 37 grs. de albúmina por mil, debió ser evacuada tres veces por agobiar al corazón. El dla 18-IX-42 falleció la paciente, con el cuadro consuntivo e insuficiencia circulatoria. Al practicar la necropsia, comprobóse multiplicidad de infartos ganglionares en cuello y mediastino. Pleuresia derecha. Ausencia de lesiones pulmonares tuberculosas. Higado adiposo y de peso anormal. Bazo agrandado (230 grs., con lesiones granulomatosas hodgkinianas). La sección longitudinal de la columna vertebral) en su fracción deformada descubrió: desaparición de la XI D., con adosamiento a su nivel de pequefíos ganglios prevertebrales infartados, moteado amarillo-grisáceo nodular, como granos de arroz y otros como lentejas en la esponjosa de las vértebras vecinas (fig. 1). La radiografia de la pieza reveló con mayor detalle esta.<:! anomalias estructurales (figs. 7 y 8). El estudio histológico de la pieza ósea no pudo verificarse. Sin embargo, la difusión de las lesiones sternbergrianas en el sistema ganglionar, histológicamente comprobadas, la conservación de los discos vertebrales, la presencia de los Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 108 REVISTA OLINIOA ESPA"DOLA tipicos focos amarillo-grisáceos de la ・ウーッョェセANイゥ。@ de las siembras hematógenas lg., la contigwdad de ganglios infartados hodgkinianos que u saron los cuerpos vertebrales X y XI subyacentes, la falta de caseum osüluente y de lesiones tuberculosas en pulmón, asi como el t érmino consuntivo subagudo de la enfermedad, tras una latencia de cuatro a.ftos, son datos que bastan para admitir sin más la etiologia lg. de esta espondilopatia. .. Los síntomas roentgénicos, aunque no son característicos, son suficientes para que su observación permita en algo más de la mitad de los casos precisar la importancia y extensión de las lesiones. El número de vértebras afectadas es generalmente de dos, tres o cuatro, y a veces más. De 36 casos de lg. ósea vertebral de UEHELINGER, sólo en 8 la afección fué uniespondílica; generalmente es poliespondilica. Cuando la lesión sólo afecta a la esponjosa, la forma de la vértebra no suele alterarse. Si las condiciones son favorables, la radiografía ya puede descubrir entonces una estructura con trabeculación anómala, alguna oquedad osteolítica o aclaramientos osteoporóticos o borrosidades hiperdensas osteoblásticas. Si la lesión es lenta y afecta difusamente a la esponjosa y compacta del cuerpo vertebral, éste va achatándose y, comprimido por la presión de los discos vecinos, como en el mieloma, quedando reducido a una franja constituída por el adosamiento de las plataformas superior e inferior de la compacta (fig. 8). Si el eje central de la vértebra es el que claudica, por ser el mayor y más rápidamente lesionado, la vértebra húndese en su centro, pudiendo protuberar en su interior los núcleos pulposos de los discos vecinos y originarse la vértebra de pez. Cuando es la parte anterior la más rápidamente desintegrada por la proliferación ganglionar prevertebral, surge la vértebra cuneiforme, forma la más a menudo observada. Las cavidades osteolíticas intraesponjosas se aprecian poco. Lo frecuente es observar un moteado areolar caracterizado por la alternancia de partes claras y líneas más densas (fig. 7). Si la compacta es lesionada en forma de usuración cavitaria desde los ganglios prevertebrales, es lógico se produzca la inflexión cifótica de la columna, como en el caso propio (fig. 6). La eburneificación de las vértebras lg. ha sido observada por HULTEN, IiABERLER, F'LEISCHNER, GRUDZINSKY, HAHHAR y FLEISCHMER. Es una lesión mucho más frecuente que su opuesta la osteolítica. Afecta sólo a una o a lo sumo 、セウ@ vértebras. En cambio, las lesiones osteolíticas u osteoporóticas se extienden generalmente a varias vértebras (5,6 y hasta 8 y 12). La vértebra hiperdensa osteoesclerótica se descubre con mayor frecuencia en los casos irradiados (HJi:ISNER), como si las antiguas lesiones osteoporóticas destructivas cicatrizaran con abundante producción de tejido conjuntivo que vuelve a calcificarse. セョ@ el caso de LousTE y colaboradores, las vertebras recobraron la intensidad normal e incluso las apófisis transversas invisi- 31 enero 194( bles ("osteolizadas") antes de la roentgentera. pia. tomaron a ser カゥウセ「ャ・ N@ Osteoporosis y セウN@ teoesclerosis a menudo mtrmcanse entre s1 (ver. tebras marmóreas), lo mismo que las anomalías de la compacta (usuraciones) y de 13: esponjosa Los discos vertel>r ales y el espaciO que ocu. pan al revés de lo que ocurre en la espondilitis エオ「セイ」ャッウ。L@ permanecen indemnes, como en las neoplasias. Sólo en escasísimos casos se han vis. to afectados (ASKANAZY, MAYR, RYMANN). EJ periostio puede proliferar inespecíficamente, y de efectuarlo al contactar con la duramadre, su protuberación intrarraquídea puede motivar compresiones medulares. Complicaciones del lg. vertebral. - Prescin. diendo de las fracturas, que son muy raras, las más importantes son: 1.0 Las radiculalgias ). plexalgias compresivas algiógenas. 2.0 El her¡>Q .zona, por propagación de la inflamación lg. ver. tebral al ganglio raquídeo vecinal correspon· diente; y 3.0 Las paraplegias medulo-compresivas. Con frecuencia estos síndromes neurológicos. más que dependientes de la osteítis lg propiamenté dicha provienen de la proliferaciót hodgkiniana del tejido celulo-grasoso epidural que, invadido por los agujeros de conjunción. llega a formar anillos opresores de la misma medula, motivando la paraplegia, sin que la ra· diografía descuera a nivel del supuesto foco ver· tebral compresivo, deformación ósea alguna (epiduritis lg.). El herpes zona, que a veces se observa en los sujetos con lg. maligno, no siem pre depende de infiltraciones específicas osteógenas o epidurales, pues, como en las leucosis, el herpes zona aparece también con especial predilección en los hodgkinianos como afección neurovírica asociada (sintropia). El diagnóstico diferencial de la espondilitis granulomatosa debe efectuarse sobre todo con la espondilitis tuberculosa, sífilis vertebral, con los carcinomas metastásicos vertebrales, el mieloma múltiple y los tumores primitivos. Las es· pondilitis granulomatosas primitivas (sin adenopatías periféricas ni mediastínicas que permi· tan sospechar la afección hodgkiniana), son de diagnóstico dificilísimo. 2. Lg. pelviana. - Después de la columna vertebral, los huesos del cinturón pelviano son los más afectados (23 por 100 de casos, ウ・セ@ DRESSER). El pubis, el isquion, la región coti· lóidea y la sacra media, son las partes óseas más excepcionalmente lesionadas, siéndolo preferentemente, en cambio, las próximas a la eres· ta del ilíaco, la línea innominada y cercanías de la articulación sacroilíaca, zonas que precisa· mente son las más contiguas a los ganglios de la pelvis. Poseemos una observación en la que las lesiones sacras fueron las dominantes. No creemos, como de modo tajante afirma RAT· Koczy, que la invasión de los huesos ー・ャカゥ。ョセ@ acontezca siempre por crecimiento desde la con· tigüidad, a partir de los ganglios afectos de la pelvis. Las diseminaciones hematógenas ta!ll· bién pueden motivar la localización pelviana. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ToMo XX NCMJIIRO 2 efectuándolo en forma de múltiples focos redondeados más o menos bien delimitados, y a veces con abultamientos intrapelvianos y reacción perióstica de espesamiento, sin infarto ganglionar vecinal. Síntomas clínicos.-Pueden faltar del todo. Otras veces los dolores sordos en región sacroilíaca o las mialgias glúteas secundarias a la deficiencia estática y !imitadoras de ciertos movimientos (levantarse de las sillas, cambiar de decúbito), o las crisis ciáticas, referibles a la invasión del plexo-lumbosacro desde los ganglios o desde el mismo hueso, constituyen los síntomas que pueden hacernos sospechar dicha localización. En una paciente nuestra con lesiones en las proximidades de la articulación sacroilíaca, el primer signo fué una ciática plexular rebelde. En esta misma paciente, la simple inspección denotaba un mayor abultamiento de la región glútea superior, en comparación con la homónima, abultamiento también apreciable a la palpación profunda y reveladora de una infiltración en forma de masa dura del tamaño de una mandarina mal delimitable, que probablemente obedecía a la infiltración osteoperióstica del 1/3 superior del ilíaco. Cuando el infarto ganglionar presacro es considerable, puede lograrse su palpación por tacto rectal o vaginal. La percusión de la zona infiltrada suele s.e r dolorosa, sobre todo si el periostio es afectado. La articulación sacroilíaca casi nunca es invadida, en armonía con la extraordinaria impunidad que en general denota el s4;tema articular, frente a la infección lg. Sólo PHALER y O'BOYLE comprobaron la invasión de la articulación íleosacra con sus ligamentos, en un caso en el que los huesos vecinos estaban asimismo afectados. Síntomas roentgénicos.-EI proceso, generalmente ofrece el carácter de los defectos óseos !acunares de forma redondeada u ovoide, loealizándose sobre todo en las aletas del ilíaco y menos en las del sacro (figs. 9 y 10); tienden a confluir, destruyendo a veces grandes extensiones óseas. Entre las lagunas, pueden quedar segmentos o zonas óseas normales o incluso más densas y correspondientes ·a reacciones óseas productivas, que algunas veces enmarcan las lagunas. Así lo observamos en el siguiente caso propio. $.•- Mujer de treinta y cuatro a.fíos, que _htstorla patológica predecesora, en junio de 1940 tmcta de modo Insidioso proceso febril con temperaturas de 37,5-38,5•, que duraron por espacio de unos treinta dias, quedando luego amenorreica, con astenia y anor_cxia, hasta_ septiembre del mismo afio. Fué diagno:9ttcada de f1ebre tifOidea. Durante el afio 1941 y ーョュセイ@ ウ・ュセエイ@ de 1942, prosiguió con temporadas de astema febncular, anorexia y amenorreas transitorias. En verano de 1942 aparece ciática derecha, que, rebelde a l<?s エイ。ュャ・セッウ@ sintomáticos, le obligó a dejar su profes1ón de modista. A finales de 1942 continuándole su ciática, nota pequefio abultamiento 'ganglionar en región cervical Izquierda, que, en pocos dia.s, adquiere el tama.fío de una castafl.a. r・bセー。イ」ョ@ entonces las temperaturas de 37,5-38,5•, acentuándose la astenia. セオ@ . oセ・イカ。」ゥVョ@ 109 LtNFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA Practicada biopsia de dicho ganglio, en marzo de 1943, ee identifica como linfogranulomatosa. Ingresa en el Servicio del Prof. A. PEDRO PONS en septiembre de 1943 por su astenia, aparición de sudores y, sobre todo, por lo rebelde de su ciática derecha. Al explorarla, apreciamos: Nutrición deficiente. Palidez generalizada. Infarto ganglionar multinodular, formado por elementos duros, independientes, aunque agrupados y de tama.fío variable entre guisantes y nueces, localizados en cadena yugular izquierda, regi6n axilar homónima y ambas ingles. Tórax: adenopatia biliar izquierda. Abdomen sin anomalias. Looomoto1': marcha con claudicación de la pierna derecha. Abultamiento de la región glútea superior derecha que, Infiltrada, es dolorosa a la palpación, apreciándose en la profundidad una masa dura de limites poco definidos, y que ofrece la impresión de ser productiva perióstica. Valleix de la escotadura ciática derecha, + Lassegue y Bragard, + +. Sin zonas de anestesia. Exámenes de laboratorio: anemia de 2.460.000; leucocitos, 16.000 (49 seg. N., 40 bandas N., 1 met. N., 10 L.). Mantoux: negativo. Punción lumbar L. c. R. agua de roca Queckenstedt, sin bloqueo del espacio subaracnoideo. Pandy y Nonne negativo, 4 células por milimetro cúbico; 0,24 grs. de albúmina, 8, 12 por 100 Cl; 0,63 grs. por 100 de glucosa; r. de W., neg. +. + Practicada radiografía de la región sacroilíaca en 6-X-43, además de una hipodensidad osteoporótica del sacro, en relación con las partes óseas vecinas, se observó en el interior del mismo varias imágenes claras, precisas, sospechosas de ser osteolíticas (fig. 9), pero también confundibles con una neumatosis intestinal. Otras radiografías practicadas al cabo de un año justo (13-X-44), revelaron, sin embargo, la indudable naturaleza de las mismas al doocubrir las grandes lagunas claras 」ッョヲャセ・エウL@ que, extendidas sobre todo por el sacro, habían destruído casi por completo este hueso (fig. 10) e invadido las aletas del ilíaco próximas a las coyunturas sacro-coxal. Con reposo y radioterapia de las adenopatías cervicomediastínicas, y también, desde luego, de la región sacroilíaca derecha, esta paciente mejoró de su ciática, pero no de su astenia, fiebre y evolución consuntiva lenta. Actualmente se halla hospitalizada en la Clínica del Prof. GIBERT QuERALTó. Ha recidivado en su ciática y adenopatías, siendo su estado general mucho más precario. En resumen, trátase de un caso de lg. óseo pelviano, de tipo osteolítico, predominantemente localizado en el sacro, cuyo primer síntoma fué una ciática derecha rebelde a todos los tratamientos. Su evolución, ya bastante prolongada, pues desde que apareció la ciática hasta la fecha han transcurrido más de tres años. • 3. Lg. esternal.-KrMPEL lo halló nueve veces entre 33 observaciones de lg. óseo. Es el tercer hueso más afectado. Generalmente su infiltración ocurre por continuidad desde los ganglios mediastínicos anteriores. Se sitúa, sobre todo, en el mango esternal. Su crecimiento proliferativo granulomatoso tiende a separar ambas tablas del esterp.ón, sobre todo la externa, que abulta sobre el plano anterior del tórax. En ocasiones llega, incluso, a infiltrar gran parte del hueso (TERPLAN y MlTTELBACH) y a invadir y ulcerar la piel sobreyacente (HEILMEYER). Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 110 . . . .. Cuando la infección es hematógena, los focc•s suelen ser menos destructivos, y cabe la posibilidad de diagnosticarlos clínicamente de caer en alguno de ellos al practicar la punción esternal. A. R. X. se aprecia la desaparición del trabeculado areolar normal del esternón, con formación de imágenes !acunares seudocavitarias (LORTAT· JACOB). Así lo comprobamos en el siguiente caso, que debemos a la amabilidad del Dr. VILASECA, Jefe del Departamento de Roentgenología de la Clínica Médica del Prof. A. PEDRO PONS. Observación 3.•-S. G., veintiún afí.os. A loo dieciocho afí.os notó la aparición oo dos abultamientos en la región laterocervical izquierda, que, con poca afectación del estado general, han ido creciendo paulatinamente, hasta alcanzar, respectivamente, el tamafí.o de un garbanzo y una nuez. Durante los últimos tres meses ha registrado febriculas discontinuas. Practicada biopsia de uno de los abuliamientos fué identificado como ganglionar, y el estudio histológico reveló en él la exis· tencia de tejido sternbergriano, con células típicas. En 12-I-44, a los tres afí.os de aparecidos dichos abultamientos, se practica cura roentgen, con 1.900 r. sobre la región cervical. Desaparecen dichos ganglios, aumentando de peso. Nota, sin embargo, ligero prurito. En 4-IX-44 aparecen nuevos infartos ganglionares en lado derecho del cuello, axila derecha y regiones inguinales. Por radioscopia torácica se observa adenopatfa biliar lZquíerda del tamaño de una mandarina con disminu.-:ión de la aireación <le todo el hemitórÍnc; diafragma elevado por atelectasia. Junto con ello aumenta el prunto y adelgaza. Se le practica irradiación mediastinica con 3.000 r., reduciéndose la imagen tumoral a un tercio de sus dimensiones anteriores. Queda asténica y con fiebres intermitentes. En 25-IV-45 aparece abultamiento paulatinamente 」イ・ゥョセ@ 、セ@ la mitad derecha del esternón, poco dolo: roso, sm p1el ulcerada y de consistencia dura. Sospechando que la a?en?patia mediastinica se hubiera propagado por continmdad al esternón, se practica radiografía de la II_lita<l superior de este hueso, descubrién、セ@ en él les10nes de tipo osteolitico (fig. 11). Inmediatamente se le aplicaron 1.600 r sobre este nuevo foco, reduciendo moderadamente su tamaño externo pero no la estructura de sus lesiones. ' . 4. Lg. del fémur.-La epífisis femoral supees, ・ョエセ@ los huesos largos, el segmento óseo ュ。セ@ 。セ・エciッ@ por el lg. (15 por 100 de las locahzaclOnes oseas, según DRESSER). Su invasión ocurre sobre todo por vía hematógena. Acerca de セ。@ 、ゥセエイ「オ」スョ@ de los focos múltiples, nada meJ_or ッイQセョエ。@ al lector que la figura 2. De tamano varmble entre un guisante y hasta una nuez, so? redondeados, descubriéndose a veces por セオ@ .hgera estratificación concéntrica, que ウセ@ 」イ・Qュョセッ@ ocurrió desde el centro de la me、オャセL@ ha?1a la periferia. Cuando la compacta ・セ@ mvadida, puede ocasionar fracturas espontaneas (BEITZKE). 5. Lg. costal.-La invasión de las costillas o.curre sobre tod? en su tercio posterior, a partir de los ganghos mediastínicos y paravertebrales. Imp?rta. 。ーイッセゥュ、・ョエ@ un 10 por 100 de las ャセ」。ィコQPョ・ウ@ oseas. Por palp&-ción puede descubrirse el abultamiento exquisitamente doャッイセ@ セ・ャ@ punto costal infiltrado, cuya reacción perwsbca en esta localización no es, por otra parte, muy frecuente (SCHINZ). Otras veces イゥセ@ 31 enero 19« REVISTA OLINIOA ESPAflOLA nada se descubre, y sólo el estudio ri::ientgénico revela los huecos osteolíticos o deformaciones fusiformes costales, con o sin solución de con. tinuidad. La afectación pleural puede surgir de modo secundario al proceso costal. Lo contrario es menos frecuente. 6. Lg. craneal.-La calota es la parte más invadida. Los focos son casi exclusivamente de procedencia hematógena, radicando sobre todo en el diploe. Cuando la compacta está lesiona. da, prodúcense oquedades osteolíticas, con abuJ. · tamientos del pericráneo, que, con frecuencia ceden mediante la ri::ientgenterapia. Los defec: tos osteolíticos son ovales o redondos, y menos numerosos que en el mieloma, pero más exten. sos, remedando bastante el cráneo cartográfi. Hand-Schüller-Christian, y co de. セ。@ ・ョヲイュ、。セ@ tamb1en a las metastasis cancerosas. Epilepsia y otros accidentes nerviosos pueden producirse. Es llamativo que la invasión craneal con fre. cuencia se instaura sin despertar cefalalgias El esqueleto facial y la base craneal son menos veces lesionados. La afección de los ュ。クゥャイセ@ ha sido descrita por PRIESEL y WINKELBAVEB en su caso diaplacentariamente contaminado v por FRIEDRICH y DRESSER en sendos 」。ウセN@ セrumbachj@ discípulo de AzKANAZY, comprobó mcluso en una necropsia la infiltración local del esqueleto laríngeo (cit. BEITZKY). Las demás localizaciones óseas (humeral, es· capular, clavicular, tibial, etc.), carecen de un. sintomatología especial que merezca ser tenida en cuenta, razón por la cual renunciamos a enu· merarla (•). X. PRONÓSTICO DEL LG. ÓSEO Aunque fatalmente letal, cabe la posibilidad de que la enfermedad sea conllevada durante bastantes años. Una de nuestras enfermas lleva yセ@ cinco años sufriéndolo. En general, puede afirmarse que el "exitus" acontece--en igualdad de las demás condiciones extraóseas-tanto más pronto cuanto más precoz y difusa es la afectación del sistema esquelético, dentro de la enfermedad global. Las formas localizadas na· cidas desde la vecindad de ganglios afectos: con poca afectación de la hematopoyesis, se hacen llevaderas durante bastantes meses merced al concurso de la ri::ientgenterapia. Las ' formas hematógenas difusas o las medulocompresivas son. en cambio, mortales a más breve plazo. XI. TRATAMIENTO Una vez conocida la índole de la osteopatla. no deberá ser operada. Sólo cuando siendo bue· (*) Durante la impresión de. este trabajo hemos observado una cuarta enferma cuya localización ósea Jg. radicó en la clavicula derecha. El extremo esternal dt la misma セイ。@ doloroso a la presión, aparecia hinchadO· osteoporóbco y 」セョ@ defectos rarefacientes visibles en 11 radiograf1a. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOllO XX NúMI!lRO 2 111 LINFOGRANULOMATOSIS MALIGNA OSEA no el estado general surgiera una paraplegia compresiva unifocal, resistente a la roentgenterapia, cabe la laminectomía: paliativa, como efectuó JUDIN en un caso (cit. HELLNER). La roentgentera;pia es el método de elección, a pesar de que la sensibilidad en las lesiones óseas es menor que la de los ganglios. La técnica de su aplicación incumbe a los roentgenólogos. Baste decir que sus dosis de administración son por el estilo de las empleadas para tratar los tumores óseos (8-12 sesiones de 50-200 r. por sesión y foco : total, unos 2.500 r. por serie y foco). Los rayos roentgen destruyen bastante el tejido lg., esclerosándolo; determinando aumentos de la densidad ósea, calcificando de nuevo a las zonas osteoporizadas, que a menudo se tornan incluso hiperostósicas. Las fracciones óseas roentgen-esclerosadas dejan de presentar el tejido de granulación sternbergriano. Los casos de lg. esternal responden bastante bien. En nuestra observación segunda, la roentgenterapia sacroilíaca alivió la ciática, pero no pudo evitar la progresión de las lesiones óseas, y con ellas la recidiva tardía de la ciática. Durante la cura roentgen, precisa vigilar los elementos formes de la sangre, con el objeto de prevenir las reacciones hipocitémicas, habida cuenta del poder mielo-inhibídor de la misma, y minu.svalencia de la medula hematopoyética de estos pacientes. Las curas ortopédicas en los casos con inflexiones vertebrales o fracturas (inmovilizaciones), el reposo relativo y el tratamiento general roborante (antianémico, dietético, etc.) , además del sintomático, deberán ser tenidos en cuenta en la forma oportuna. BIBLIOGRAFIA ARNIYI'.-Acta Radiológica, 8, 3. 1927. A.sKANAZY y VALLm"I'E.-Rev. Med. de la Suisse romande, 456, 1921. 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