El pecado del desierto Dr. Ruben Murillo

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EL PECADO DEL DESIERTO
Juan 4:35-38
INTRODUCCIÓN: Tengo un buen amigo que ha
ido a Tierra Santa en muchas ocasiones y siempre
ha pedido el mismo guía. Estas dos personas que
menciono llegaron a ser amigos y antes de regresar
a América mi amigo predicador siempre le dejaba
una buena propina, además de llevarle pequeños
regalos cada vez que iba a Jerusalén. Entre un viaje
y otro se escribían mutuamente. Una vez, después
de haberle testificado varias veces, mi amigo
predicador le dijo al beduino guía: “Simplemente no
puedo dejar de testificarte, quisiera que fueras
salvo, quisiera que tuvieras lo mismo que Dios me
ha dado, “No sé si me entiendes” El beduino le
contesto: “Ya entiendo, no quieres cometer el
pecado del desierto”
El hermano no estaba familiarizado con esa frase,
así que su amigo el beduino se lo explicó
diciéndole: “ Que el peor pecado que un beduino
puede cometer en el desierto, es saber donde hay
agua y rehusar decirlo a los demás que están
sedientos”
“El pecado del desierto” es uno de los más grandes
pecados que la Iglesia esta cometiendo en estos
días.
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Vivimos en un ambiente de sed espiritual,
resequedad del alma. Un ambiente de
desesperación, depresión, violencia y necesidad y
aún y cuando sabemos dónde está el “Agua de
Vida” rehusamos decirlo a los demás. Para ser
honestos, se lo hemos dicho solo a algunos cuantos,
como si fuera secreto de estado. “Respondió Jesús y
le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el
que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te
daría agua viva. 11La mujer le dijo: Señor, no tienes
con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde,
pues, tienes el agua viva? 12¿Acaso eres tú mayor
que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del
cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
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Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere
de esta agua, volverá a tener sed; 14mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed
jamás; si no que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.”
Juan 4:10-14
En ninguna manera encontramos que Cristo quisiera
esconder “El agua de vida”, de hecho, ¡La ofrece!
En ningún momento vemos a Jesús escondiendo Su
amor.
Jesús usa el agua del pozo de Jacob como una
metáfora para presentarse a sí mismo como el agua
de vida, una agua diferente, eterna, y asegura que
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todo aquel que beba de esa agua, nunca jamás
volverá a tener sed.
En ningún momento vemos que Jesús se deleite en
ver a las almas sedientas.
De hecho, en alguna ocasión lo vemos levantar la
voz, a media calle, en medio del bullicio del
mercado, mientras cientos de personas están con sus
gargantas secas y sus labios agrietados, un día de
sol, tierra y calor, el Maestro se detiene y clama a
voz en cuello: En el último y gran día de la fiesta,
Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: “Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree
en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva. 39Esto dijo del Espíritu
que habían de recibir los que creyesen en él; pues
aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús
no había sido aún glorificado.” Juan 7: 37-39
Cristo se ofrece como un regalo. Jesús nunca fue un
objeto deseado por el mundo, aun así El se ofreció
como el agua de vida. Invitó a todo aquel que
tuviese sed a venir a Él.
El no ponernos de pie como Jesús y proclamar a las
naciones que Jesús es el agua de vida ¡Es un
pecado!
Juan 4:35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro
meses para que llegue la siega? He aquí os digo:
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Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya
están blancos para la siega”
1.-VEAMOS A LAS MULTITUDES.
Eso es un buen comienzo, porque hay quienes ni
siquiera se atreven a ver. ¿Quiénes son esos?
Aquellas Iglesias que ni siquiera tienen
Conferencias Misioneras, aquellos cristianos que ni
siquiera vienen a los cultos de la Conferencia
Misionera.
“Alzad vuestros ojos y mirad” Los discípulos
habían estado en la ciudad de SICAR Pueblo de
Samaria ubicado cerca del pozo de Jacob, donde
Jesús conversó con la mujer Samaritana Juan 4.5
Quedaba en la ruta principal entre Jerusalén y
Galilea, la cual atravesaba a Samaria.
Los pozos de agua, son excavaciones que se hacen
hasta encontrar una vena de agua. Para aquellos que
viven de la ganadería, el pastoreo o la agricultura,
un pozo siempre es de bendición. Hay gente que
depende de agua de pozo para vivir.
La Biblia nos dice que Isaac y sus descendientes
vivieron en una tierra desértica al sur de Palestina y
dependían del agua de pozo para sobrevivir, por
esta razón los enemigos de Isaac cegaron los pozos
que había perforado Abraham. ¡Una gran maldad!
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¡Así es la maldad de aquellos que esconden las
bendiciones del vital líquido espiritual!
Escarbar un pozo para encontrar agua es un gran
trabajo. ¡También la Obra Misionera!
Encontrar agua es una alegría, ¿Te acuerdas cuando
fuiste salvo?
Cristo es el agua de vida, pero las almas no van a
venir a El, por lo tanto debemos de sacar el agua,
acarrearla, y llevarla a donde se encuentran ellas, y
eso conlleva un gran esfuerzo.
“Alzad vuestros ojos y mirad” Los discípulos
habían estado en la ciudad de Sicar, pero por las
palabras de Jesús, aparentemente ellos no habían
testificado a ninguna persona. Pero ahora, por el
testimonio de una sola persona (la mujer
Samaritana) las multitudes vienen a Jesús.
Los discípulos ya habían perdido una gran
oportunidad y Jesús no quiere que vuelvan a perder
otra.
¿Por qué perdieron esa gran oportunidad los
discípulos?

Los discípulos estaban más preocupados en
sus propias necesidades que en las de los
demás.
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Llegaron a la ciudad, pero solamente una cosa
llevaban en mente. ¡Comprar pan! ¡Tenían
hambre! No pusieron atención en las demás
personas, no miraron otras necesidades, estaban
tan enajenados en las suyas que simplemente no
miraron a los demás.
Fácilmente podemos perder las bendiciones que
Dios nos quiere dar a través de esta Conferencia
Misionera si nos portamos como los discípulos.
¿Acaso creen que el Señor no tenía hambre?
¿Acaso creen que se le “resbalaban” los
problemas?
¿Ven la diferencia entre su actitud y la de sus
discípulos?
¿Cuántos de los que estamos aquí tenemos
deudas financieras? Olvidémonos por un
momento que tenemos esas deudas, ¿Qué estoy
diciendo? ¡Que pongamos interés en las
necesidades de los demás y que Dios se va a
encargar de nuestras necesidades!

Los discípulos hasta cierto
punto eran prejuiciosos.
Una de las cosas que seguramente nunca paso
por la mente de los discípulos era preocuparse
por los Samaritanos. Nunca imaginaron que a
Dios le interesaban personas como los
Samaritanos.
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Los Samaritanos era una rasa distinta, eran
diferentes, tenían una religión diferente, y su
cultura también era diferente. Estaban en la ciudad
con el único propósito de comprar comida, de otra
manera ni siquiera se hubiesen acercado a ella.
Por si alguno no lo sabe, hay un lugar que se llama
Xochicuatla, un lugar donde la comida es a base de
arroz blanco y frijoles negros, donde los “San
Chilos” reinan.
Hay otro llamado Tlacuilola, donde en alguna
ocasión gente que se dejó influenciar por Satanás
nos dio oposición. Pero también allí hay gente que
ha aceptado el evangelio de forma maravillosa.
Luego como seguramente ya les mencione en
alguna ocasión afuera de la ciudad de Monterrey
hay unas “Marraneras” en Villa de García, N. L.
Donde mi hijo Rubén Jr. Y el hermano Mauricio
Nieto han establecido una hermosa Iglesia y si bien
es cierto que esa área “Apesta” también es cierto
que algunas de las 300 familias que allí viven han
venido a los pies de Cristo y el olor de sus vidas es
ahora de hermosa fragancia que ha llegado hasta la
misma presencia de Dios.
Los discípulos andaban buscando una tienda, no
personas.
Antes de ese avivamiento en Samaria, Jesús miró a
una persona. La mujer Samaritana.
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1.
De la misma manera que en aquella
ocasión, aun habiendo miles a su alrededor miró a
un “Chaparrito” arriba de un árbol. Zaqueo. Lucas
19:1-10
2.
Nadie puso atención a aquel hombre que
estaba postrado en su lecho a un lado del estanque
de Bethesda, ¡Pero Jesús lo vio! Juan 5:1-9
3.
Nadie ponía atención a un hombre llamado
Mateo que estaba sentado al banco de los tributos,
pero Jesús no solo se fijo en él, también le llamó.
Mateo 9:9
4.
Miles se arremolinaban alrededor de Jesús,
una mujer estaba enferma de flujo de sangre, pero
aun así, nadie la vio, nadie le puso atención, ¡Solo
Jesús! Lucas 8:43-48
Es imposible ver almas salvas en el Campo
Misionero si no estamos dispuestos a ayudar al
misionero.
2.- DEBEMOS DE APROVECHAR EL
MOMENTO.
Todo tiene su tiempo. Así dice la Biblia.
La oportunidad que te ofrece Dios en este día,
quizás el año que viene no la podrás tener.
El 19 de Febrero en la noche, les llamé a algunos
de mis hermanos que no estaban presentes en mi
casa en ese momento y les dije: “Si quieres ver por
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ultima vez a papá, (aquí en esta tierra) necesitas
venir, el estará con nosotros, solo unas cuantas
horas, no muchas”.
Las almas están pereciendo, necesitan a Cristo, la
condición espiritual de ellas es crítica, si no les
llevamos el evangelio hoy, puede que la semana
que viene sea demasiado tarde.
“No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para
que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad
vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega.”
Un hombre me dijo hace unas semanas que perdió
más de la mitad de su cosecha, porque se tardó un
poco más de lo debido y mientras sus hermanos
levantaron una muy buena cosecha, tan grande como
para vender una parte y guardar la otra parte para
alimentar a la familia, el solo levantó lo suficiente
para los suyos. Tenían que comer, pero ¡Nada de
efectivo!
“Alzad vuestros ojos y mirad” ¡Los Samaritanos se
estaban dejando venir a escuchar el evangelio! Los
Samaritanos estaban blancos para la siega, listos
para la cosecha.
Jesús hizo a un lado Su hambre, Su necesidad, Su
cansancio, las almas estaban a punto de perecer y
clamaban por la salvación de sus almas y ¡Eso era lo
más importante!
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“Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo
aceptable; he aquí ahora el día
de salvación.
2ª Corintios 6:2
CONCLUSIÓN: Debemos de compartir el
mensaje a través de nuestra Promesa de Fe para la
Obra Misionera. Si lo hacemos fielmente,
entonces, y hasta entonces veremos multitudes
viniendo a los pies de Cristo: “Muchos de los
samaritanos de aquella ciudad creyeron en él” Los
muchos creyeron por el testimonio de la mujer, los
muchos de hoy creerán por el mensaje de los
misioneros y nuestras oraciones y apoyo misionero
para ellos.
La Iglesia que no busca a los perdidos ¡Está
perdida!
¡Es un pecado el esconder el agua! Especialmente
cuando tú y yo somos algunos de los privilegiados
de tenerla.
De los seis mil millones de habitantes del planeta tú
y yo somos una parte de aquellos que poseemos el
54% del agua dulce disponible en ríos, lagos y
acuíferos subterráneos. ¿Pero y que del 46%
restante?
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Se dice que una persona que vive en esos
paises que no están desarrollados usa para
lavar, beber y cocinar durante todo el día la
misma cantidad de agua que personas como
tú y yo usamos cada vez que descargamos la
cisterna del inodoro.
Si el agua física es escasa, el “Agua Viva” es aun
más escasa, si la falta del vital liquido está enviando
personas a la tumba, la falta del “Agua de Vida”
está enviando almas al infierno.
¿Has encontrado el Agua de Vida? ¡Compártela!
¡No cometas el pecado del desierto!
¿No tienes el agua de Vida aun? ¿Tienes sed de
Dios? Cristo Jesus dijo: “Respondió Jesús y le dijo:
Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener
sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no
tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré
será en él una fuente de agua que salte para vida
eterna.” Juan 4:13-14
¿Quién vendrá en sumisión y disposición para
compartir esa Agua de Vida a través de la Promesa
de Fe para Misiones?
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