Corona fúnebre, á la memoria del exmo señor D. Antonio Canovas

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SL L.INOI
UNIVERS1TY OF
S
ILLINOIS Al URBANA-CHAMPAIGN
PRODUCTION NOTE
University of Illinois at
Urbana-Champaign Library
Brittle Books Project, 2010.
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LOS ESFA1OLFi DE LA P
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LA PLATA
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Book
Volume
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Published prior to 1923.
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by the University of Illinois at Urbana-Champaign.
It was made in compliance with copyright law.
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University of Illinois at Urbana-Champaign
by
Northern Micrographics
Brookhaven Bindery
La Crosse, Wisconsin
2010
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REPÚBLICA ARGENTINA
COMISIÓN PROTECTORA
DE
BIBLIOTECAS POPULARES
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LOS ESPAÑOLES DE LA PLATA
LA PLATA
Talleres-Solá, Sesé y Ca. 9 y 47
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PRIMERA PARTE
I"e'r1::
Antes de la manifestación
SUMARIO-La
noticia
en el Club Espailol-Circular-Efectos
inmediatos-La
Comisión-En el periodismo-En la Cámara de Diputados-El telégrama-Carta de condolencia.
El día 8 de Agosto á las 6 y media de la noche,
el Señor José M. Niño, Director de La Mañana, diario
que se publica en esta Ciudad, avisó por teléfono al
Club Español, el atentado de que había sido víctima en
España, el Presidente del Consejo de Ministros, Señor
Cánovas del Castillo, lo que mas tarde fué confirmado
por el Club Español de Buenos Aires.
La noticia produjo la mas dolorosa impresión, y
algunos sócios reclamaron de la Comisión Directiva
una demostración inmediata de protesta y condolencia.
El presidente fué llamado al local de la sociedad, y
después de haberse cerciorado de la verdad de lo ocurrido, resolvió dirijir al comercio y á la colectividad española la circular que, impresa esa misma noche, fué
abundantemente repartida y que dice así:
-8-
CLUB ESPAÑOL
Ágosto 9 de 1897.
LA PLATA
Calle 51 Núm. 466
04foj
epoñofe4 7eiidenjel en
a
JYata.
El Club Español, en homenaje d la memoria del
ilustre hombre de estado, señor Cdnovas del Castillo,
bcrbaramente asesznado en Santa Agueda, el día de
ayer, como señal de duelo y Érotestando contra el crí
menz que priva d nuestra Édtria de uno de sus mas
distinguidos h dos, se dirziged los eslañoles residentes
en La Plata y los invita:
lO A mantener durante el dí de hoy, cerradas
las casas de comercio; y
20 A concurrir al Club Español d las ¿ j. m. de
este día, c fin de suscribiruna nota de pésame y protesta que serd remitida España.
C. TROYTEIRO,
Presidente.
MAQUEL
ID. SALGADO,
Secretario.
La circular produjo un sentimiento único y unánime en todos los españoles residentes en- La Plata.
Ni una sola casa de comercio dejó sus puertas abiertas, y nuestra ciudad presentó el día 9 de Agosto un
aspecto de duelo, que si acreditó el sentimiento español
-9hizo tambien evidente la importancia comercial de nuestra colectividad en esta plaza.
A las tres de la tarde del mismo día se reunieron
en los salones del Club Español, los residentes cuyos nombres aparecen al pié de la carta dirijida á la
señora viuda de Cánovas del Castillo, y debe hacerse
constar que el número de los reunidos era muy respetable, y que no faltaba allí nada de lo espectable
y digno de la colectividad española.
En esta reunión se acordó darle al sentimiento español la solemnidad pública que reclamaba un suceso que,
al arrebatarle á España la vida de uno de sus mas ilustres hijos, arrancaba al mismo tiempo un grito de
dolor y una protesta contra la "bdrbara razón del asesinato. Al efecto se nombró una comisión compuesta
de los señores: Constantino Troyteiro, presidente del
Club Español-Antonio Vilar, presidente de la Asociación Patriótica--Juan Domingo, presidente de la Sociedad Española de S. M. - y Manuel D. Salgado,
presidente de la Union Española de S. M. y á los señores
Joaquin Sesé, Isidro Solá Sanz, y Francisco Alconada,
dandosele la presidencia de esta comisión al señor cónsul de España, Don Enrique Rodriguez Galvan.
Se acordó dirigir á la señora viuda de Cánovas del
Castillo una carta de condolencia, que oportunamente
seria redactada por la Comisión nombrada, y un telegrama á su Magestad la Reina de España, debiendo
este ser redactado y firmado, á nombre de los españoles residentes en La Plata, por el señor Cónsul.
Para todos estos acuerdos, los señores concurrentes
-
IO
-
dieron sus firmas en el acto, las que originales se
conservan en la Secretaría del Club Español y son las
que aparecen al pié de la carta dirigida á la señora
viuda.
La Comisión nombrada por los españoles reunidos
el dia 9 de Agosto en los salones del Club, se constituyó en sesión permanente y acordó todo 10 necesario para que el día 15 del mismo mes, se realizase
una solemne demostración de duelo y de protesta por
la muerte del Exmo. Señor Don Antonio Cánovas del
Costillo.
En la prensa y en la Cámara de Diputados de la
Provincia, el doloroso suceso y la impresión que el
produjo en todos los animos, se refleja en las siguientes trascripciones:
Con la inesperada muerte de Cánovas del Castillo,
pierde España uno de sus mas esclarecidos hijos y la
causa monárquica su mas firme columna.
En medio de las dificultades y contratiempos porque pasa hoy la política externa é interior de la madre pátria, el ilustre presidente del Consejo de ministros, aparecia como un piloto enérgico y experimentado, que llamaba sobre su acción la atención del
mundo entero.
-
II
-
Era poderoso por el carácter, por la fuerza intelectual, por la experiencia, y daban razón de su popularidad los eminentes servicios prestados á su país siempre que fué requerido para el Gobierno, al que se
le llamó siempre en los momentos difíciles.
Caido á los golpes de un asesino, la noticia de su
muerte ha consternado á todos aquellos que rinden
justicia al mérito y á las grandes cualidades del espíritu.
LA COLECTIVIDAD
ESPAÑOLA DE
LA
PLATA
Los presidentes de las sociedades españolas, bajo
la presidencia del cónsul de España en La Plata, señor Rodriguez Galvan, se reunieron ayer á las 3 de
la tarde en los salones del Club, respondiendo así á
la invitación dirigida por este centro social.
Asistieron tambien residentes españoles de todas las
clases sociales en número de 300 más ó menos.
Explicó el objeto de la reunión el presidente del
Club, señor Troyteiro, que no era otro, que resolver
la forma de realizar una manifestación de duelo adhiriendo al que experimenta el mundo entero con la
muerte de Cánovas del Castillo.
Fué unánime la aprobación de los asistentes á la
iniciativa del Club, resolviéndose realizarla en la siguiente forma:
to Reunirse todos los españoles residentes en el local del Club el 15 del corriente á la I p. m. para
de allí marchar en corporación al Teatro Argentino,
donde se celebrará un funeral civil.
-
I2
-
En este acto harán uso de la palabra los oradores
que oportunamente se designarán.
20 Dirigir un telegrama de pésame á la Reina Regente y á la señora viuda de Cánovas del Castillo,
manifestando la condolencia de los españoles residentes
en La Plata, por la sensible pérdida que llora la España entera.
30 Designar una comision compuesta de los presidentes de las sociedades españolas y los señores Sesé,
Solá y Alconada bajo la presidencia del señor cónsul
español, encargada de llevar á cabo la realizacion de los
actos que enunciamos mas arriba.
El télegrama está suscrito ya por mas de 300 firmas.
Al funeral serán invitados los poderes públicos de la
Provincia, los miembros del foro y de la prensa, presidentes de las sociedades nacionales y extrangeras y
familias de nuestra sociedad.
Ayer han permanecido cerradas en señal de duelo
tadas las casas de comercio españolas de esta ciudad.
El Dia del i0 de Agosto.
-
I3
-
Otra víctima ilustre que cae bajo el plomo homicida de la secta anarquista, anatematizada por el mun do civilizado.
De cerca se siguen los crímenes realizados y los
atentados fracasados de esos hombres malvados, que
buscan la regeneración social y política por medio de
la violencia y el asesinato. No hay una alma honrada que no proteste enérgicamente contra tales desbordes de las malas pasiones y que no sienta la
necesidad de imperiosas y ejemplares medidas de re-
presión.
La muerte alevosa del ilustre hombre de estado español ha repercutido dolorosamente en todas partes y
en las clases conservadoras de todas las nacionalidades. Ese sentimiento ha sido doblemente intenso enla colectividad española, tan numerosa en nuestro país
y tan amante de sus glorias patrias.
Era Cánovas del Castillo evidentemente una eminencia de España y un estadista de fama universal.
Como todos los hombres públicos vinculados durante
épocas enteras á la política de su país, pudo levantar alguna resistencia y tener opositores y aun ene.
migos, pero todos reconccian en Cánovas del Castillo
una personalidad superior, una inteligencia fecunda, un
luchador. Encarnaba el sentimiento de la nacionalidad
española porque Cánovas del Castillo en España, era
como Thiers en Francia; como Bismarck en Alemania,
-
14
-
como Gladstone en Inglaterra; como el triunviro en
Italia; como Mitre en la Argentina.
Hacer la biografía de este hombre extraordinario
no entra en los límites del diario. Su actuación desde 1845 hasta el presente, por mas de medio siglo,
es tan grande, compleja y prolongada, que se necesitaria el libro para reseñarla. Ha sido periodista, filósofo, literato, orador, parlamentarista, ministro de estado reiteradas veces, gobernador civil, revolucionario,
constitucionalista, etc., etc. Ha figurado con justo título entre los primeros oradores políticos de España
y en la oposición como en el gobierno ha intervenido
en las discusiones de mayor interés y fué siempre un
adversario temible en las lides de la palabra.
Había nacido en Málaga el 8 de Febrero de 1828.
Era caballero del Toisón de Oro, de la Legión de
Honor francesa, de las Aguilas prusianas, de la Corona, de los Santos de Italia y de las órdenes más
preclaras de Rusia, Turquia y Portugal.
Ante la desaparición trágica de este hombre ilustre,
el sentimiento público ha de sentirse sacudido en todas las latitudes de la tierra y la protesta contra el
bárbaro crímeníi y el asesino no tardará en traducirse
en imponentes manifestaciones de duelo por la víctima
y de condenación contra el matador.
Unimos nuestra voz para deplorar la inmensa pérdida que agobia en estos momentos á la noble España.
-
LA
NOTICIA
'5
EN
-
LA
PLATA
La primera noticia que llegó á esta capital del trágico suseso, fué un telégrama dirigido á las 5.30 p. m.
á La Mañana, de su servicio telegráfico europeo.
La dirección
de
este diario se apresuró á transmi-
tir telefónicamente la infausta nueva al cónsul de España y al club Español, que no
tenian
conocimiento
de ella. El señor cónsul español tuvo ayer temprano
la fineza de acusar recibo del aviso, por medio de la
siguiente tarjeta:
«Enrique Rodriguez Galván, cónsul de
España en
La Plata, saluda atentamente al señor director de La
Mañana y le agradece la galantería del aviso telefónico por el que se sirvió comunicar la desgracia acaecida á España, por el asesinato cometido en la ilustre
persona del eminente patricio y Presidente del Consejo
de Ministros, el excelentísimo señor Antonio Cánovas
del Castillo.-S c. 9 de Agosto de 1897».
Dos horas después de este eviso, otro colega local
dió cuenta del suceso en un pequeño boletin, que tuvo
escasa circulación por la hora poco
propicia
en que
salió y ser ya más ó menos conocida la noticia.
La tertulia
habitual del club
español,
donde
tam-
bién habia ido nuestro aviso, se convirtió en tertulia
de duelo. El asesinato alevoso del ilustre hombre público produjo en todos los espíritus
el mismo
senti-
miento de estupor primero y de condolencia después.
El vil asesinato fué enérgicamente condenado.
-- I6-
PRIMERA
MANIFESTACIÓN
DE DUELO
La primera manifestación de duelo por la gran desgracia que enluta á España, fué dada ayer por el comercio español de esta capital.
Siguiendo el ejemplo de la Capital Federal, las casas
españolas de negocio cerraron sus puertas durante el
dia y la noche.
Otras manifestaciones de condolencia no se harán
esperar, adhiriendo la colectividad española al sentimiento de profunda pena que esta desgracia provoca.
EN EL CLUB
ESPAÑOL
Los presidentes de las sociedades españolas, bajo
la presidencia del cónsul de España en La Plata, señor Rodriguez Galván, se reunieron ayer á las 3 de
la tarde en los salones del club, respondiendo así á
la invitación dirigida por este centro social.
Asistieron también residentes españoles de todas las
clases sociales, en número de 300 más ó menos.
Explicó el objeto de la reunión el presidente del
club, señor Troyteiro, el cual no era otro que resolver la forma de realizar una manifestación de duelo,
adhiriendo al que experimenta el mundo entero con
la muerte de Cánovas del Castillo.
Fué unánime la aprobación de los asistentes á la
iniciativa del club, resolviendo que se realizara en la
siguiente forma:
Reunirse todos los españoles residentes en el lo-
1o
-
I7
--
cal del club, el dia 15 del corriente á la I p. m.,
para de allí marchar en corporación al teatro Argentino, donde se celebrará un funeral civil.
En este acto harán uso de la palabra los oradores
que oportunamente se designarán.
20 Dirigir un telégrama de pésame á la reina regente y á la señora viuda de Cánovas del Castillo,
manifestándole la condolencia de los españoles residentes en La Plata, por la sensible pérdida que llora
la España entera.
30
Designar una comisión compuesta de los
presi-
dentes de las sociedades españolas, y los señores Sesé,
Solá y Alconada, bajo la presidencia del señor cónsul
español, encargada de llevar á cabo la realización de
los actos que enunciamos más arriba.
Al funeral serán invitados los poderes públicos de
la provincia, los miembros del foro y de la prensa,
presidentes de las sociedades nacionales y extranjeras
y familias de nuestra sociedad.
La Mañana, del
io de Agosto.
En el Club Español se reunieron ayer alrededor de
300 miembros de la colonia, para resolver la forma
de realizar una manifestación de duelo con motivo de
la muerte del esclarecido ciudadano.
-
18
-
Se designó una comisión especial, compuesta de los
señores presidentes de todas las sociedades españolas,
del cónsul de esa nación entre nosotros y de los señores Sesé, Alconada y Solá, para que redactáran un
proyecto de manifestación.
Hecho el proyecto, se leyó á la asamblea reunida.
Es este:
La Liga Patriótica y sociedades de socorro, se
reunirán en sus respectivos locales y se dirigirán al
Club Español.
20 Todos los españoles concurrentes á esta reunión
invitan á los compatriotas residentes en La Plata para concurrir al Club Español el domingo 15 del actual, á la I p. m.
3 o Reunidas las sociedades y los invitados en el
Club, á las 2 p. m. saldrán en procesión cívica pasando al consulado.
Queda encargada de la confección del programa de
este acto de condolencia, la comisión especial nombrada más arriba.
La comisión se reunirá estos días en el Club Español, para adoptar todas aquellas medidas tendentes
al mejor éxito de los trabajos iniciados.
io
El Mercurio del
io
de Agosto.
-
19
-
Tuvo lugar anoche en el Club Español la reunión
de residentes de esa colectividad para dejar resuelto
el programa de la manifestación de duelo, que tendrá
lugar el domingo en el teatro Argentino en homenage
á la memoria del malogrado estadista señor Cánovas
del Castillo.
Se nombró en comisión, á fin de correr con lo relativo al fúneral cívico en el teatro, á los señores Manuel
D. Salgado, Vicente R. Jordan y Juan Domingo.
El acto se abrirá en la forma siguiente:
z0 Himno nacional.
20 Marcha fúnebre.
Apertura del acto por el señor cónsul de España, don Enrique Rodriguez Galvan.
40 Oración fúnebre por el doctor Julian de Vasgas.
50 Discurso pronunciado por el doctor Juan Angel
Martinez.
6 0 Cerrará el acto el doctor Luis Ricardo Fors.
30
Se resolvió también que todos los residentes españoles en La Plata concurran á las 2 p. m. del domiogo I5, al Club Español, para de allí marchar en
precesión fúnebre hasta el teatro Argentino, á cuyo
efecto se invitará por medio de carteles.
El Dia, del 12 de Agosto.
-
20
--
La ceremonia que proyecta para mañana la colectividad española, á la memoria del ilustre Cánovas del
Castillo, promete asumir grandes proporciones.
Ella tendrá lugar, como está resuelto, en el teatro
Argentino, con sujeción al programa que hemos publicado.
A la demostración de los españoles se adherirán
también los argentinos, vinculados por las simpatias y
las consideraciones merecidas.
Asistirán además á la demostración diversas sociedades extranjeras, llevadas por el sentimiento de protesta solidaria contra el crimen alevoso.
La Mañana, del 14 de Agosto.
Con motivo de la demostración de duelo que esta
tarde se hará á la memoria de Cánovas del Castillo
en nuestro teatro Argentino, la compañia Podestá-Scotti,
ha resuelto no dar en la tarde la función que es de
regla realizar los domingos a esa hora, asociándose
así al sentimiento que hoy congregará á los españoles de La Plata.
Muy digno de encomio el proceder de la compañia nombrada, que no quiere servir de distracción al
público que puede concurrir á aquel acto.
El Mercurio del 15 de Agosto.
-
21
-
La colectividad española residente en La Plata y
los hombres de todas las nacionalidades que honradamente anatematizan el crimen alevoso, están invitados á congregarse hoy en el teatro Argentino para
hacer justicia á la memoria del ex-primer Ministro de
España, señor Antonio Cánovas del Cartillo.
Ese acto ha de alcanzar toda la importancia que
merece como manifestación de respetuosa admiración
hacia los grandes servicios de la ilustre víctima y protesta colectiva.
El asesinato de Cánovas del Castillo no ha traido
solamente duelo á España. Su sentimiento por la pérdida del preclaro hombre de estado es compartido por
todos los pueblos civilizados de la tierra, y la Argentina, particularmente, participa de ese duelo.
Renovando nuestra adhesión á la ceremonia que celebra hoy la colectividad española de La Plata, reproducimos el programa al cual se ajustará:
lO Himno nacional.
20 Marcha fúnebre.
30 Apertura del acto por el cónsul de España, don
Enrique Rodriguez Galvan.
40 Oración fúinebre, por el Dr. Julián de Vargas.
5° Discurso pronunciado por el Dr. Juan Angel
Martinez.
6° Cerrará el acto el Dr. Luis Ricardo Fors.
Los residentes españoles en La Plata deberán con-
-
22
-
currir á las 2 p. m. al Club Español, para de allí
marchar en procesión fúnebre hasta el teatro Argentino.
La Mañana del
15 de Agosto.
La colectividad española residente en La Plata celebrará hoy en el teatro Argentino, la anunciada ceremonia á la memoria del ilustre Cánovas del Castillo.
La doble demostración de duelo por la víctima y
de protesta contra el crimen, se realizará con arreglo
al siguiente programa:
lO Himno argentino.
20 Chopin: célebre marcha fúnebre.
3 ° Apertura del acto por el señor 'cónsul de España
D. Enrique Rodriguez Galvan.
4 ° Grossi: Pensiero elegiaco.
Oración fúnebre por el Dr. Julián de Vargas.
60 Mendelssohn: marcha fúnebre.
70 Discurso pronunciado por el Dr. Juan Angel Martines.
8 ° Coop: Pensiero lúgubre.
90 Petrella: fone marcha fúnebre.
lo. cerrará el acto el Dr. Luis Ricardo Fors.
La ceremonia de hoy cuenta con la adhesión unánime de la población y especialmente los argentinos
harán acto de presencia en ella en crecido número.
50
-
23
«Al abrirse, la sesión de la Cámara de Diputados,
dijo el Sr. Sempé:
La nación noble y generosa, de las gloriosas tradiciones, la que no se sabe cuando es más digna de
admiración y de respecto, si cuando se cubre ufana
con los lauros inmarcesibles de las innumerables victorias de su larga epopeya, ó cuando se iergue viril
y denodada en medio de sus mas crueles infortunios,
dispuesta al sacrificio y á la abnegación que reclama
su legendario patriotismo; España, en una palabra,
acaba de recibir una vez más, con la traidora muerte
de uno de sus hijos predilectos, un rudo golpe-como
si el destino quisiera poner á prueba, por milésima
vez, el temple de ese pueblo tan trabajado, por los
contrastes y tan digno, sin embargo, de ser feliz.
Los ecos lastimeros de la muerte alevosa de Cánovas del Castillo, debian necesariamente repercutir
de un modo simpático, como han repercutido, en el
corazón de nuestro país, que compartiera siempre los
dias de gloria como ha sabido también hacer suyos
los de infortunio de la madre patria.
Es inspirado en estos sentimientos, de que también
han de participar mis honorables colegas, que me he
decidido á formular la moción que formulo para que
la honorable Cámara se ponga de pié en homenaje á
la memoria de ese preclaro estadista, en homenaje de
simpatía á España por la pérdida que en estos mo-
--
24
-
mentos lamenta y como un acto, además de solemne
protesta contra estos vandálicos atentados que horrorizan á la humanidad».
La Cámara se puso de pié.
A S.
M.. la Reina Regente.
San Sebastián.
SEÑORA:
Los españoles residentes en La Plata presentan á
V. M., por mi intermedio, sus sentimientos de condo-
lencia.
A. L. R. P. de V. M.
CÓNSUL DE ESPAÑA.
A la Exma. Señora 9oaquina Osma de Cdnovas del
Castillo.
La Plata, 9 de Agosto de 1897.
SEÑORA :
Mientras que vos llorais á vuestro amado esposo,
llora España á su ilustre hijo y lloramos los españomoles al eminente hombre de estado, que, en
-
25
-
mentos solemnes para nuestra patria, altivo y sereno,
atraia sobre si la mirada y la admiración de todos los
grandes estadistas del mundo.
No cayó en defensa de su credo-político, ni pudo su
sangre generosa derramarse en holocausto solamente
de su adorada España. No. Combatiendo el anarquismo, rindió su preciosa vida en honor de la humanidad. A la grandeza de su alma correspondió la grandeza de la causa de su muerte.
Digna es, Señora, su memoria de la eternidad que
tiene asegurada y digna tambien de vuestro justísimo
dolor. Quiera el cielo concederos la fé, único lenititivo de quien, como vos, llora y ama y se consuela, seguro de que el ser amado goza ya de mejor vida
y nos espera en un mundo mas perfecto.
Nosotros, Señora, os rogamos que acepteis lo único que podemos ofreceros: nuestro profundo sentimiento y los votos que hacemos porque Dios conserve
vuestra preciosa existencia. Dignaos aceptar tambien
el respeto con que nos suscribimos de tan ilustre Señora S. S.
Leon Mateo Diaz, José Bibiloni, Miguel Serra, Cecicilio Cava, Fulgencio Garcia, M. Garcia Durán,
Francisco Artola, C. Troyteiro, Francisco Alconada, Antonio Vilar, Juan Domingo, Rufino Bugallo, Enrique Alvarez, Ysidro Solá Sans, Joaquin
Sesé, Estéban Molla Catalán, Felipe Lujan, Claudio Portell, Lorenzo F. Arce, Manuel Bustelo, Jaan
G. Jáuregui, Rafael Toja, L. Mateos Amador, B.
Ridecós, Higinio Morant, Miguel Serra, Martin
Garcia, Pedro Marti, Francisco Mellan, Domingo
Echavarri, José Pascuet, Tomás Sanchez, Manuel
L. Gonzalez, José M. Gonzalez, Tomás M. Dominguez, Domingo Moreno, José Perez Larios, Pedro
-
26
-
Obanos, Eduardo Guzman, Prudencio Fernandez,
Fernando Rebullida, José Serra, Fructuoso Garate,
Adrian Hernando, Leopoldo Serra, Victor Marn,
Victor Graell, Joaquin Muguerza, Antonio Surecla
Manuel Lopez, Francisco Gonstueta, Daniel Nocales, Manuel Vazqnez, David Lapido, José Antonio
Tejo, Joaquin Gauclier, Francisco 1 Marti, Francisco Aengual, Joaquín Baranda, fulian de Vargas, Hipólito Fernandez, P. Qricchio, Gabriel PeBenardino
rez, M. D. Salgado, Emilio
Cicuyano Lopez, Jorge Lopez de Vergara, Angel
Blanco, Dionisio Vidal, Jesús Vazquez, José Anyé,
Cele,
Juan Anyé, José
D. Campoamor.
clonio Hcrray, Juan Gutierrez, Jacinta B. de BazJosé Pulido, Juan Reyscas, Dámaso Rozas, José
Beomes. Eduardo Villar Gabriel Resuos, Joaquin
SalvaSen lofeu, RafaelaIHerrán, José
dor Moure, Ventura Formosa, Pedro Remon, Ricardo Rodriguez, Francisco Manrique, Antonio Gutierrez, Antonio Rodríguez, Constantino Campoamor, Miguel Daponte, Manuel Portillo, Antonio
Caso, Enrique Poza, José Roca, Manuel del Valle,
Fernando Vilá, Antonio Fondevila, Francisco
Alustiza, Miguel A. Fondevila, Justo Alustiza, Tomás Z. Ramírez, Felipe Alurtiza, Manuel Diez,
Antonio Garcia Bua, Constantino Girberd, Sí-
Gonzalez,
Fernandez,
Tabelazeo,
mon
Baraldes, Cárlos Villar, Francisco Roig,
Vicente Rojas, Manuel Rojas, Ignacio Montoya del
Villar, Emilio Casabella, Domingo Gaticas, Manuel Ruybal, Cándido Herce, Arturo Freire Santos;
Francisco Grávalos, Angel Egea, José Martinez,
Eduardo Equiza, José Esparza, Bartolome
Díaz,
Echeverria, Saturnino Faronda. Antonio Santo, Pio iribarren,Diego García,
Manuel Doto, Anastasio
Marcelino Perez, Martin Ojer, Castor Araujo, Félix Morano, Joaquín Corrales,José Araujo, Antonio
Barniz, Pablo Corrales, Francíco Martínez, Felipe
Alonso, Juan Treserras, Pedro Magariño, Joaquín
Papio, M. Mar"tínez Allol, Candido Barnils. José
Rodríguez, José Blanco, Francisco Velazquez, Angel B. Oria, Tibucrcio García, EsJ.teban Solsona, Pedro Tigen, Francisco Borrelí, Pedro Pagés, Cárlos
Carusi, Vicente Moraleda, Marcelino Albíez, Francisco Gonzalez, José Baques, Pedro Magarífto, V.
Pardo, M. Molins, G. Juan, Pedro Babero, José
-
27
-
Fandiño, Angel Gonzalez, Perfecto Espiñeiro, A be
lardo Gonzalez, Ricardo Alvarez, Antonio Cordido
JoaquinEspaña, FranciscoBorja, Agustin de Martin> Alejandro F. Borja, José Eyras y Caro, Severo
Gonzalez Rivas, Ignacio Elizondo, Francisco Suyal,
A. Fabregat, Leandro]Junell, Eduardo Baraldis,
oaquin Daufi, Gerónimo Suarez, Manuel Lopez,
Manuel Gonzalez, Uárlos Padin, Leonardo Berrosa,
Norberto Herrero, B. Balaguer, Antonio Jimenez,
Antonio Carrara, Miguel Robira, Juan Araujo,
Vicente Urleaga, José A. Berasaluse, Faustino Ro driguez, Laureano Rey, Adolfo Souto, Alfredo Gonzalez, Basilio Latierro, Anastasio Oluvarrieta, Antonio Orduna, Pedro Odriosola, Francisco
Antonio Bentoro, Esteban Gutierrez, J. F. Moragues,
Ranon Jouch, Pedro.M. de Moraguez, Manuel Rey,
Juan González Triay, José Gonzalez, Diego Romero, Francisco Urrutia, Enrique Ferrandin,Francisco Roca, José Perez, Telesforo Alustiza, Luis
Herrais, Ferm¡n Vergara, José Cornide, Manuel
Castiñeyra, Baltasar 5. Lopez, José Albelo, A. Villarino, B. Maqueira, Ezequiel Ruiz, Ignacio Arsillara, G. del Castillo> José F. Rodriguez, Jitan
Oliver, Dominqo Lo pez, Ramon Arca, Damnian Pamer, Ramon Sabaté, Alberto Basco y Bilbao, Juan
Basco y Bilbao, Francisco Morales, Eugenio Puente
Francisco Abad, Pedro Balbeco, Tomás fragui,
Gerónimo Carol, Miguel Echar¡ Domingo Maruñon,
Mariano Aran, J. A. Victorero, C. Gomez, Antonio
Sureda (hijo), J. Garcia, Arturo R~oig, M. A. Alvarez, J. Roig, Ramon Fernandez, F. Gonzalez Refojo, J. Granado, Bernardo Parra, Leon Richard,
Ramon Martinez, José Fernandez, Miguel Barbará,
Manuel Calvo, Jose Alsina, José Balíbé, José
tiumella, Pedro Bartolomé Garcia, E. Valencia,
Urteaga,
Francisco
Vicent, E.
Ves y Losada, José Delonfeu,
Francisco Sastre, Manuel Ribeira, Miguel Perelló.
SEGUNDA PARTE
Manifestación de duelo
SUMARIO-En el Club Español-En el Consulado-En el Argentino-Dicurso
del señor Consul de España-Oración fúnebre por el doctor Julian de
Vargas-Discurso del doctor Juan Angel Martinez-Clausura por el doctor Luis Ricardo Fors.
A las tres de la tarde del día quince de Agosto,
formóse en el Club Español la columna de duelo; componiase de unas mil cien á mil doscientas personas,
entre las que había argentinos y de otras nacionalidades. La manifestación se dirigió al Consulado de España, y allí se le incorporaron, con el señor Cónsul,
varios miembros del cuerpo consular y algunos señores argentinos y españoles.
La comitiva se dirigió al Argentino, y su entrada
en el teatro se hizo notable por el órden admirable
con que se realizó su dispersión, ocupándose las localidades sin que se produjera incidente ni aglomeración alguna.
Cuando la manifestación entró al teatro, había en
este mas de mil quinientas personas, entre las que po-
dian contarse muchas y distinguidas familias y caballeros de todas nacionalidades. Se vió que la sociedad
platense concurría en masa al acto de condolencia que
realizaban los españoles.
Después de la comitiva, se di6 entrada franca y
el espacioso recinto quedó, en pocos momentos, ocupado en toda. su capacidad. -Tres mil personas.
El palco excénico, enlutado y adornado con banderas
que enlazadas por gasas negras formaban pabellones de
distintas nacionalidades, ostentaba en el centro el retrato
del ilustre repúblico, objeto de la solemne manifestación
de duelo. Este retrato, debido al lapiz del señor Bernardo
Parra, había sido expresamente hecho para el acto y es
hoy, por la voluntad de su autor, propiedad del Club Español, en cuyos salones se conserva.
El excenario fué ocupado por la comisión organizadora
presidida por el señor Cónsul de España, al que acompañaban los señores cónsules de Italia, Francia, Portugal y
Brasil. Estaban tambien en el palco excénico, algunos
señores argentinos, españoles y de otras nacionalidades.
A las dos y cuarenta se inició el acto con el Himno
Nacional, que la concurrencia oyó de pié. Los fúnebres
acordes de la orquesta, la selecta y numerosa concurrencia y la palabra sentida y elocuente de los oradores,
todo concurrió á darle á la manifestación la imponente
solemnidad de su objeto.
Discurso del Sr. Cónsul de España
(VERSIÓN
TAQUIGRÁFICA)
SEÑORAS:
SEÑORES:
La patria española está de duelo: uno de sus más
preclaros hijos, el ilustre estadista, el gran patriota
Antonio Cánovas del Castillo, ha muerto asesinado alevosamente.
De todos los ámbitos de la tierra, de todos los países
civilizados, de todas partes donde se agitan corazones
honrados, se ha dejado oír un grito unánime de protesta contra semejante crimen.
Esta gran manifestación de los habitantes de «La
Plata» , demuestra palpablemente el profundo sentimiento
que este hecho provoca.
Yo, en nombre de mi Soberano, en nombre del pueblo
español, doy las gracias á la concurrencia.
Los oradores nombrados por la comisión van á hacer uso de la palabra.
(Aplausos).
Discurso del Dr. Julian de Vargas
(VERSIÓN TAQUIGRÁGICA)
SEÑORES:
El acto que aqui nos congrega tiene tanto de duelo
como de apoteosis. Un eminente estadista, un sabio
ilustre, un hombre de gran corazón y gran carácter,
ha caido en la lucha cuando precisamente más necesitaba España su palabra, su voluntad y su acción.
España sufre y llora como madre amantísima; pero
aunque la ahogue la pena, su esfuerzo no decae, ni
se debilita su ardor guerrero. Crespones de duelo enlutan la gloriosa bandera; pero la lanza invencible hace
vibrar los rayos del sol, y los valientes colores de la
grana y el oro se agitan y estremecen de coraje al
luchar bravamente contra los huracanes.
España sufre y llora; pero lucha; no se desespera.
Ve que un preclaro hijo ha pasado á la región serena de la inmortalidad, y mitiga su pena al sentirle á
su lado en la historia, como le vió á su lado en el
combate.
España sufre y llora; pero no porque le falte un
campeón, sino porque la traición nos lo ha arrebatado. Sufre y llora, porque tantas calamidades se conjuran contra sus hijos; no sufre porque un caudillo
falte. ¡ En 20 siglos de grandeza, cada momento ha
visto nacer un héroe y brotar la palma de un mártir !
Pero es que en Cánovas del Castillo lloramos la
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muerte de tantos que como él, han caído en los récios combates de estos últimos tiempos. Lloramos al
oscuro soldado, á quien bala traidora corta la vida en
la espesa manigua; lloramos al guerrillero á quien un
clima mortífero enclavó en el lecho del hospital; lloramos la angustia de la madre que muere de pena al
ver embarcarse su hijo para dar su vida por la patria; lloramos la perfidia de los que, debiendo á Es.
paña vida, posición y nombre vuelven sus armas contra
ella; lloramos también la infamia de los mercaderes
políticos que pretenden comerciar con la angustia de
una madre tan grande y tan gloriosa.-(Aplausos).
1Error profundo, sin embargo, el de los que crean
que al morir Cánovas se llevó consigo la clave de los
Error inmenso el de los que juzéxitos españolesl
guen que un hombre por preclaro que sea tiene en
¡Error crimisí el secreto de la vitalidad española!
nal el de los que entiendan humillar á España porque
le falten en el gobierno el invencible caracter y la robusta inteligencia de Cánovas del Castillo! ¡ Error
crasísimo, el de los que piensen que en la marcha triunfal
española, basta cortar una cuerda para que se rompa
la armonía !-(Grandes aplausos).
Un hijo del pueblo ha caído bajo la bala traidora
de un cobarde asesino; ha muerto un gran caracter;
se ha roto una energía de gigante, guiada por una
colosal inteligencia, y todo puesto al servicio de la
patria.
Porque todo eso era el muerto ilustre, cuya augusta
sombra vaga en este recinto é inspira nuestro acto de
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duelo. Era una viva encarnación del pueblo español.
Por su Dios, por su Patria, por su Rey y por la libertad, salió de las últimas filas y llegó á donde no
alcanzan muchos vástagos de regia estirpe nacidos.
El genio le abrió camino en lucha con la fortuna. Cuarenta años le costó alcanzar un asiento en el Parlamento
español, y llegó allá con una merecida reputación adquirida en las lides de la inteligencia y en las filas
de la libertad.
Llevó á la prensa el saber adquirido en las aulas
donde se aprende la ciencia del derecho. No quizo
vestir la toga para interpretar leyes en los tribunales,
porque había nacido para dictarlas en los Congresos.
Cuando la aurora de la libertad, lució definitivamente para España, abrió su alma á los efluvios del
progreso, y fué campeón decidido de los nuevos ideales. Cuando los excesos de masas inconscientes, pusieron ennpeligro la la
libertad y la patria, él firme en
el punto á donde había llegado, ni retrocedió pusilánime, ni desertó cobarde, ni se dejó arrastrar por el
torrente, ni se asustó con el fragor de la catarata revolucionaria. Labraba diques para encauzar en lo porvenir los excesos del pueblo y remediar en lo posible
los males del pasado. Pensó que aquellas fuerzas,
que desatadas eran el ciclón, dirigidas eran el progreso. Surgió entonces de su pensamiento y de su
palabra, el partido Conservador, y él fué su caudillo
y su apóstol para bien de España que no puede olvidar el mérito de tan patriótica tarea. (Aplausos.)
Organizada la monarquía, surgieron los conflictos di-
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plomáticos apenas terminadas las guerras civiles. Pensó
acaso un Emperador envanecido con éxitos militares
que era factible desgarrar el regio manto de España
y zurcirle con retazos de un éxotico uniforme, y entonces tuvo Cánovas para ese Emperador todas las energías, que el pueblo español ha tenido siempre para
todos los cesarismos. Si una gran república; imaginó
echar astuta garra sobre un joyel preciado de la corona española, Cánovas opuso á la astucia la lealtad,
y á los alardes insolentes, la serena tranquilidad del
que, firme en sus principios, no se distrae con gestos
de histriones ni con argucias de mercaderes de recoba.
Si en astucia fué necesario luchar con la diplomacia,
mostróse tan astuto guerrillero, como resuelto general, para oponerse á un imperio asistido por un ejército de grandes capitanes.
Y en medio de vida tan agitada, aun le quedaba
tiempo para llevar el concurso de su actividad y brillar
en Academias y Ateneos. Brillaba en la Real Academia de la Historia, llevando á ella la erudición que
produjo la Historia de la Decadencia de España bajo
los Austrias; brillaba en la Real Academia de la Lengua, llevando á ella su competencia filológica para formar
el Diccionario Etimológico y el de Autoridades; brillaba
en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas,
estudiando las causas del malestar social contemporáneo y los medios de convertir en evolución, la revolución social que amenaza; brillaba en la Real Academia
de Jurisprudencia, alentando los esfuerzos de los legisladores del porvenir; tenía en el Ateneo la brillante
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iniciativa que exige aquel foco del saber contemporáneo; concurría y luchaba en el Parlamento; mantenía
correspondencia numerosa; estaba al corriente de todo
descubrimiento; no se publicaba libro serio, que él no
conociera; celebraba conferencias con príncipes y menestrales, con burócratas y con diplomáticos, con prelados y con generales; informaba en los consejos de la
corona; consagraba contemplación mental á los dos
grandes tribunos Castelar y Martos, sus predilectos
amigos (el último le precedió en la tumba); cautivaba
con su cortesía á cuanto personaje distinguido visitaba
la Corte; rendía culto á las intimas espansiones del
hogar; y aun le sobraba tiempo para cultivar las no
muy despiertas inspiraciones poéticas de su alma. (Estruendosos aplausos.)
Con tan portentosa actividad y con su vuelo de águila,
pudo remontarse desde las últimas filas del pueblo,
pasando por todos los grados de la burguesía, hasta
ceñir á su cuello el Toisón de oro, que lo emparentaba con los monarcas más poderosos de la tierra.
Orgullo de Espaáa por tan extraordinario mérito,
debió haber sido aun mas orgullo y blasón de las cla¡Y ha habido un
ses populares que le enjendraron
desgraciado, que ha cortado esa vida diciéndose vengador de clases desheredadas! ¡Qué sarcasmo! ¡Y
un exaltado gritador, que en su vida ha producido mas
que un crimen y muchas mentiras, ha podado ese árbol frondoso que había dado tan sabrosos frutos! ¡A
nombre de los menesterosos se ha asesinado á quien
tanto bien había hecho á tantos menesterosos! ¡Un
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hombre sin patria ha cercenado una vida que tanta
gloria representaba para una patria tan gloriosal ¡Uno
que se llama obrero, ha interrumpido para siempre la
labor proficua de un hijo del trabajo!
¡Maldito sea el fanatismo que tantas veces ha in
terrumpido la labor civilizadora! ¡Maldito sea el fanatismo, tanto el que á título de revolución derrama
torrentes de sangre, como el que á nombre de la religión enciende destructoras hogueras! ¡Maldito sea el
fanatismo siempre ocupado en labrar mazmorras, inventar torturas y soñar destrucciones!
sea el
fanatismo, torpe engendro de la ignorancia y del orgullo! IMaldito sea el fanatismo siempre dividiendo á
los hombres cuando la humanidad solo desea formar
en paz una sola familia! ¡Maldito sea el fanatismo,
enemigo de sus propias obras, pues cuando quiere
herir glorifica, y cuando quiere matar inmortaliza á sus
victimas!-(Grandes aplausos.)
¡Maldito
El fanatismo convirtió en tronos de déspotas orientales, las poéticas tiendas de los patriarcas; el fanatismo de raza inventó la esclavitud; el fanatismo de escuela llevó á la cruz á Jesus; el fanatismo de secta,
dict6 la acusación de Melito contra Sócrates; el fanatismo musulman suscitó del desierto nubes de hordas
africanas que destruyeron los tesoros de la antigüedad;
el fanatismo de clase, inventó el feudalismo; el fanatismo inquisitorial ahuyentó la cohorte intelectual de la
Provenza; el fanatismo bíblico procesó á Galileo, y se
sentó en el Consejo de Salamanca contra Colón; el
fanatismo religioso encendió las hogueras del Quema-
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dero de la Cruz, y las de la Plaza de Zurich, que consumieron á Miguel Servet; el fanatismo de gremio persiguió á Fulton; el fanatismo demagógico llevó al cadalso á
los girondinos, y la revolución á manos del Imperio; el
fanatismo absolutista estorbó la continuación de la obra
civilizadora de España en América; otro fanatismo ensalza á Tropmam y á Tremblié, deifica á Salvador y
á Santos Caserio y hiere á Carnot y á Cánovas del
Castillo.-(Aplausos.)
Y no es que me arranque estos anatemas la ira de
Los ideales de mi
haber perdido un correligionario.
partido están muy lejos de los de la doctrina conservadora; pero reconozco en Cánovas un hombre profundamente liberal y le admiro, sacrificando los íntimos
anhelos de su alma á las que él creía conveniencias
históricas de la patria.
De la patria sí, que á todos nos ilumina, españoles
y argentinos corno hijos suyos con su excelso cariño.
¡Te veo madre España muy de lejos; pero te adoro
muy de cerca, donde se adora á las madres en el misterio ardiente del amor puro, inefable y primero! ¡Te
admiramos madre España, defendiendo á la humanidad
contra la barbarie africana, y descubriendo y conquistando mundos para la civilización y la libertad! ¡Te
adoramos madre España, luchando bravamente por la
independencia contra los más grandes imperios, y abriendo tu mente, tu corazón y tus brazos á toda idea gran.
de, noble y redentora ! ¡Te adoramos, arrogante matrona, rechazando á cañonazos ofertas de viles mercaderes,
y contestando con tus bayonetas las cobardes imposi-
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ciones de enemigos que no te conocen! ¡Te adoramos
madre nuestra, enviando tus hijos al martirio y á la
gloria, sin pensar en cuanto valen, sin averiguar cuanto cuestan! ¡Te adoramos llena de una hidalguía homérica en estos tiempos de mercantilismo y de intrigas!
¡Te adoramos, llena de magnánima grandeza para con los
traidores, que caen al querer desgarrar tu manto! ¡Te
idolatramos cuando al frente de nuestra raza, hoy que
las guerras son negocios, demuestras que no se han
agotado ni los entusiasmos ni los laureles que te inmortalizaron en Sagunto, en Numancia, Covadonga, en las
Navas, Otumba, Garellano, Pavía, San Quintín, en
Gerona, en Bailen y en Zaragoza! ¡Te admiramos
llena de hermósura con tu corona de muros diamantinos, vestida con el rojo de la aurora y defendida
con la coraza de oro puro del heroísmo, mina que nunca se agota! ¡Queremos para tí que un día en el concurso de las naciones, puedas decir arrogante: recorrí
el mundo como sol conquistador y le llené de luz y de
gloria; enseñé á mis hijos como se ama y se conquista la independencia; nunca mi decoro fué profanado;
cuando alguien quiso imponérseme por la fuerza, hice
morder el polvo á mis enemigos y después les di la libertad!- (Estruendososaplausos.)
Eso anhelamos para tí en esta bendita tierra que se
gloria en ser hija tuya. Eso quería para ti el ilustre
D. Antonio Cánovas del Castillo que en tus brazos y
por ti, ha rendido su último suspiro.
¡Bienaventurados los que mueren como él!
He dicho.-(Grandes aplausos.)
iDiscsO dOeIl Doetor Jilan
(VERSIÓN
A.Martioz
TAQUIGRÁFICA)
SEÑORAS :
SEÑORES :
Recojo las últimas palabras del distinguido colega
y amigo que me ha precedido, y empiezo por declarar
que, efectivamente, los dolores y las alegrías de la España, son dolores y alegrías de la patria arjentina.
Esa misma sangre generosa circula en nuestras venas.
Yo lo he dicho y lo repito ahora con orgullo, que
me siento grande, que siento algo que me eleva por
sobre la generalidad, cuando recuerdo que algo de
español llevo en mis venas, cuando reconozco que desciendo de aquella raza heróica que se puede decir,
es la que nunca fué vencida, que no ha producido
jamás cobardes, y de cuyo diccionario debian borrarse
las palabras deslealtad y miedo.--(Alausos.)
La España no necesita apolojistas; es demasiado
conocida en el mundo su accion; es demasiado grande en. todos los momentos de su vida, ya sea en las
cumbres del progreso, ya sea luchando brazo á brazo
con las grandes dificultades de su vida azarosa y áveces turbulenta; ya sea resolviendo importantes problemas, ya sea oponiendo á las acechanzas de sus
enemigos esa enerjía indomable que la caracteriza, para mostrar al mundo que de ella puede decirse bien
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alto y probarlo con los hechos, que como pueblo puede
alguna vez quebrarse pero jamás doblarse. (Aplausos.)
Si hay en los arjentinos algo de viril se lo debemos
á la España; si el pueblo arjentino nació á la vida
de la civilización, lo debe así mismo á la España; y
á una reina, á una mujer especialmente, que muy
superior á las mujeres espartanas, inmortalizadas en
la historia, ofreció sus joyas y dió lo que mas quería
para armar la espedición que debía descubrir el nuevo mundo, para que este continente desconocido y
misterioso, hasta entónces, se sentara un día, en el
banquete de los pueblos libres.
Hecha esta declaración necesaria, justa, lejítima, que
la sentía, que- necesitaba hacerla, que esperaba una
oportunidad para manifestarla, porque la consideraba
como un deber mio, como hijo de la nación arjentina, hija á su vez de la nación española, de esa patria
noble, generosa y grande, os pido un momento de
atención, porque después de hablar al sentimiento,
después de dejar que el corazón se desahogue, es
necesario tambien hablar á la razón; es necesario tambien recojernos y meditar un instante, para pensar en
los graves problemas planteados en el mundo, para pensar en las descomposiciones que se operan en él, y que
dan por resultado escenas vergonzosas y sangrientas,
como los asesinatos" que se están cometiendo, y que
son una verdadera afrenta para la humanidad.
La humanidad se encuentrá trabajada en este momento por una crisis extraordinaria y sin precedente
en su vida intelectual y moral.
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Una falta de orientación, un saber imperfecto, un dilettantismo filosófico y científico, se han apoderado del
espíritu de las muchedumbres, produciendo hondas perturbaciones en sus sentimientos y aspiraciones, y lanzándolas por la senda del fanatismo para caer fatalmente
en el crímen.-(Ajplausos.)
Los graves problemas que interesan á la vida y al progreso de las sociedades humanas, los estudia la ciencia,
y ella encontrará un día, las soluciones ansiadas; pero
no será seguramente entre los espasmos de furor y de
ódio de los pobres sugestionados, ni empleando como
elementos el puñal y la dinamita.
La libertad del pensamiento, el exámen libre, todas
esas aspiraciones que son inherentes á los espíritus superiores, son grandes elementos ó factores de la civiliza.
ción. Pero es necesario que se reserven, como privilegio,
á las inteligencias superiores que son las destinadas á
conducir la humanidad hácia las grandes alturas de la civilización. El saber imperfecto, esas nociones imperfectas
que la difusión de los conocimientos lleva ála generalidad,
producen los extravíos, los falsos conceptos, los espejismos pérfidos y las concepciones mas estravagantes, que
envenenan el espíritu de los séres inferiores, desnaturalizando las grandes ideas y convirtiéndolas en causas de
trastorno y de desórden.
Así se explica como aparecen todos esos arrebatos
coléricos de pasión malsana; estos estremecimientos de
furor que pretenden confundirse con aspiracioues conscientes y que concluyen por embriagar la mente enfer.
miza de los débiles, para convertirlos en instrumentos de
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destrucción, lanzándolos en el camino del crimen, como
un torrente devastador y ciego.-(Grandesaplausos.)
En los dominios de la ciencia, en las alturas del pensamiento, no se incuban estos fanatismos brutales; y
los verdaderos filósofos, los verdaderos apóstoles de la
ciencia, se distinguen por su tolerancia hasta para con
el error mismo.
Los apóstoles convencidos y sinceros de un credo,
doctrina ó teoría, luchan lealmente á la luz del sol, y jamás aceptan complicidades con el asesino cobarde y alevoso, que acecha la víctima y la hiere cuando está desprevenida para no errar el golpe.
Si la humanidad ha de llegar un día á ser redimida, lo
será por la ciencia y por el trabajo honrado; pero jamás
el puñal y la dinamita serán instrumentos de progreso, ni
fórmulas de igualdad, ó de solidaridad humana, ni símbolos de regeneración-(Aplausos.)
La historia nos enseña que las mismas ideas redentoras han servido á veces de pretestos para cometer
grandes iniquidades: en nombre del cristianismo se encienden las hogueras de la Inquisición; la Revolución
Francesa engendra el Terror y después la monarquía
despótica; la idea socialista, nacida en el cerebro de
Prudhon como un ensueño de mejoramiento y de verdadera igualdad social, se convierte por la exageración, en
sectas movidas por el fanatismo, que explotan las mediocridades con el propósito de surgir de entre los escombros del derrumbamiento social, alumbrados por el resplandor siniestro de la anarquía.
Es necesario decirlo y repetirlo bien alto: los esplo-
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tadores, los ignorantes y los neuróticos, causan igualmente el mismo mal á las sociedades humanas, de un
modo inconsciente; como las grandes calamidades, como los huracanes, ó como los terremotos. La ciencia
estudiará estos fenómenos pacientemente, investigará sus
causas, y seguramente hallará un día la solución en una
fórmula que haga prácticas la fraternidad y la solidaridad humanas, la libertad bien entendida y compatible
con la naturaleza y la condición del hombre.
Comprenderá también esa fórmula, una organización
social, racional y científica, de tal manera que la sociedad realice su evolución de acuerdo con las leyes de la
naturaleza, asignando al pensador, al hombre de gobierno y al obrero, el rol que les corresponde respectivamente en la elaboración de este fenómeno complejo que
se llama la vida social, segun el esfuerzo que cada uno
aporta, para determinar los beneficios á que tiene derecho,
en esta vida de mútua dependencia.
Asi la evolución social eliminará las violencias y podrá llegar, siquiera aproximadamente,á realizar estos grandes ideales: libertad ánte Dios, libertad ante la ley y
libertad ánte el trabajo. Asi se realizará, también, la
sentencia de la Escritura, de que la vida del hombre es
eterna batalla, y las palabras sentimentales de Lammenais, la libertad es el pan que ganan los hombres y los
pueblos con el sudor de su frente.-(Aflausos.)
La libertad bien entendida no consiste en el esterminio, no consiste en odiar ó proscribir á los que no piensan como nosotros; la libertad bien entendida consiste en respetar las creencias y salvar siempre la dignidad
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de los hombres en cualquiera de las circunstancias en
que se encuentren. Lo que ha pasado en España con la
muerte del eminente estadista señor Antonio Cánovas
del Castillo, es un fenómeno que viene á revelar una
vez mas, que la barbarie podrá hacer víctimas, que la intolerancia y el fanatismo podrán atentar contra el órden
social; pero que las sociedades se salvarán á despecho
de todo; y si la España pierde uno de sus hombres
mas ilustres, uno de sus hombres mas preclaros, lumbrera de la ciencia y del saber; del suelo de esa misma
España y de cada gota de sangre del mártir, brotarán
nuevos héroes, brotarán otros hijos ilustres en las diversas ramas del saber humano, y la España se mostrará al
mundo, mucho mas grande todavía, porque estará redimida por el dolor y el sacrificio.-(Grandes aflausos).
Si desde las orillas del Plata pudiera llegar el éco de
nuestra simpatía, los hombres de la España, los que viven allá como acá, sentirían que vibran en nuestro sér,
los mismos dolores y las mismas aspiraciones; y que acaso en un momento dado los hijos de esta tierra estarían
dispuestos á mezclar su sangre con la de los hijos de España, para ayudarla en sus desgracias, á fin de salvar
las dificultades con que Iucha, y para que como siempre
pueda presentarse ante el mundo, desafiando serena las
borrascas, sin doblegar jamás, ánte nada ni ante nadie,
su cerviz altiva y soberana.
He dicho.-(Grandesyprolo 'gados aflausos.
Discurso del Dr. Luis R.Fors
(VERSIÓN TAQUIGRÁAFICA)
SEÑORAS:
SEÑORES CÓNSULES:
SEÑORES TODOS:
Pocas veces podrá
un hombre presentarse en peo-
res condiciones que yo, ante un público como este.
Todas las
circunstancias me
son
desfavorables
en
este momento: he de luchar contra mis escasas fuerzas
y contra la impresión grandiosa del acto que estamos
celebrando; pero sobre todo, contra el grátísimo efecto
causado en vuestro
espíritu por los oradores que me
han precedido en el uso de la palabra
Tras esa oración
fúnebre pronunciada por mi ilus-
trado amigo, el doctor Julian de Vargas; tras esas frases de una elocuencia escultural, que parecen cinceladas por mano de un verdadero artista de la palabra;
tras esa peroración magistral del profundo pensador y
cariñoso amigo mio, el doctor Juan Angel Martinez,
henchida de vigorosa argumentación, que á guisa de
maza férrea forjada por la robusta inteligencia del profesor de filosofía general en nuestra jóven universidad
de La Plata, ha empleado para condenar, desmenuzar y
destruir las aberraciones criminales de la sociedad; tras
todo esto, señoras y señores; después de tantas impresio-
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nes y bellezas, es difícil de toda dificultad, es á mi juicio
imposible en absoluto, que mi pobre palabra pueda conseguir el mas pequeño efecto sobre vosotros. Y
esta imposibilidad se aumenta, si se considera que, al
tomar participación en este acto, debo luchar contra mi
propia historia, contra mis anteriores hechos, y contra
mis predicaciones de siempre.
Al venir aquí á rendir homenaje á la ilustre víctima
que acaba de caer bajo el puñal de un fanático, he de
olvidar al hombre defensor de una monarquía borbónica, que ha combatido, encarcelado y desterrado á los
hombres de mi credo federal y republicano; y por un
deber de hidalguía, por una ley de patriotismo, innatos
ambos en nuestra raza, debo olvidar al adversario; y ante
su tumba, abierta por una mano miserable, la humanidad
y la justicia me obligan á inclinar la frente y á reconocer y proclamar los talentos extraordinarios y las
virtudes de la víctima. (Aplausos.)
Es imposible borrar de mi memoria, que allá, en los
tiempos ya muy lejanos de mi juventud, el hombre
esclarecido que hoy lloramos, no solemente fué mi
amigo cariñoso, si que también mi maestro profundísimo.-Yo recuerdo que en aquellos inolvidables debates
del Ateneo de Madrid, verdaderos torneos de la inteligencia, y en aquellas severas sesiones y trabajos de
la Real Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación, D. Antonio Cánovas del Castillo, era nuestro
oráculo, era nuestro guia, era el que iluminaba nuestras
inteligencias, era el que encaminaba nuestras inexpertas
iniciativas; era, en suma, el maestro sabio, casi el Dios
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de aquello que se había dado en llamar Parnasillode
la ciencia.
La gratitud, pues, de una parte, y de otra la religión del recuerdo, me han impuesto el deber de olvidar al político, cuando se me ha pedido mi concurso
en el
rosa
tico,
-(A
acto solemne que realizamos, aceptando esta honmanifestación para honrar á la víctima de un fanáy para declararme su admirador más estusiasta.
laisos.)
Tal vez he admitido con demasiada ligereza é impremeditación el cargo honrosísimo de poner fin á esta
solemnidad y de despediros en este día, tras la impresi6n
sentida al calor de las bellísimas palabras que dos inspirados oradores acaban de dirijiros; pero no me arrepiento ni de esa ligereza ni de esa impremeditación,
porque esto me ha dado tema y pié para hacer las
declaraciones que he hecho, y para poder dejar consignado de una manera solemne, que cuando se trata de
actos de justicia y de equidad, nuestra raza ha de estar en todas partes confundida en un solo latido del
corazón, y en una vibración única del alma, como sucede en este instante, en que los españoles no nos
encontramos solos, sino confundidos por sentimientos é ideales nobles y grandiosos, con todos los elementos de labor, de civilización y de cultura, que, á
través de un mar inmenso, han venido á sentar los
fundamentos de la riqueza y de la felicidad de una
grande y generosa nación del nuevo mundo, bajo la
bandera seductora de la libertad, del cariño y de la
fraternidad humana.-(Aplausosprolongados.)
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Ante semejantes actos, yo, el último de todos vosotros, me permito, en nombre de la dignísima comisión y de las sociedades que han iniciado y organizado
esta manifestación esplédida, yo me permito repito,
agradeceros profundamente el concurso brillante que
habeis venido á prestar á esta solemnidad inolvidable;
y, especialmente, doy las gracias á las bellas damas y
señoritas que adornan este recinto, como para justificar la máxima de que no puede haber explosión de
grandes y humanitarios sentimientos, sin que tome
parte en ellos la más hermosa, necesaria y seductora
parte de la humanidad.-(Alausos).
SEÑORAS :
Vosotras todas que constituis algo como el grato
perfume de la vida, vosotras sin las cuales fuera páramo y desierto insoportable la existencia, verdaderas
perlas inapreciables engarzadas por la Providencia entre
los más ricos dones que el hombre puede disfrutar
sobre la tierra, flores esquisitas en el jardin de la
humanidad, no olvideis jamás vuestro deber de concurrir á estas solemnidades y asambleas, en donde se
trata de preconizar los sentimientos más nobles y más
benéficos de la naturaleza humana, y de vilipendiar y
condenar todos los extravios y aberraciones de nuestra imperfecta sociedad, donde quiera que se manifiesten, ya sea en las brillantes esferas de arriba, ó
ya en las clases desheredadas de abajo. Es necesario de todo punto que la mujer sea el factor delicado y benéfico que nos acompañe cuando tratemos
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de dar salida y manifestación grandiosa á los sentimientos generosos; es necesario que venga á caldear nuestras almas, á inspirar nuestro cerebro, y á
conmover las fibras más recónditas y delicadas de nuestros corazones; y que de la comunión con nuestros
sentimientos en estas horas de generosas y grandes
expansiones, lleven al hogar tesoros de amor y de
energía, para que sus hijos vengan más tarde á secundar la obra de verdad y de purificación social, que,
proclamamos como principio único y redentor de la
humanidad.--(Grandes y prolongados ajlausos).
Yo recibo con gusto esos aplausos, nó porque vengan á mi, sino porque con ellos os aplaudis vosotros
mismos.
Estas demostraciones prueban que he logrado ponerme al unísono de vuestros corazones, y que entre
vuestro espíritu y el mío, existe una misteriosa corriente que nos confunde en un mismo ardiente y generoso ideal, y en una misma nobleza de sentimientos.(Aplausos).-Se ha establecido entre nosotros una corriente de simpática solidaridad, que facilita en gran manera la tarea dificilísima que se me ha confiado; y al
felicitarme y felicitaros por ello, me hace esperar que
sereis benévolos conmigo, si aprovecho esta comunión
de ideas y sentimientos para entrar en otro órden de
consideraciones.
Entiendo que defraudaría la confianza de los orga.
nizadores de esta solemne manifestación, si no hiciera
constar que el fin capital de mis palabras, al clausurar la asamblea, no consiste solo en agradeceros vues-
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tro concurso. Lo que en este instante me obliga á
seguir molestando vuestra atención, es la necesidad de
declarar y demostrar que la caida del grande hombre
español, contituye una pérdida inmensa para la principal base de nuestras relaciones con América.
La historia toda de nuestra tierra nos manifiesta que
hemos atravesado horas de verdadera decadencia, que
hemos cruzado períodos de crisis peligrosa en que la
civilización y el genio hispanos parecían condenados á
eclipsarse para siempre. No diré que en los momentos actuales la nación española se halle amenazada por
tales peligros; pero sí debo decir y declarar, que la
pérdida de un hombre como Cánovas del Castillo, es
la pérdida de un factor poderoso de la cultura española que debe á todo trance prevalecer en la civilización hispano-americana.
La caida del varón ilustre que acaba de morir,
implica una partida de resta en el gran tesoro del
prestigio intelectual y moral de nuestra patria. Descollaba entre la pléyades de escritores, oradores, poetas
é historiadores que constituían la verdadera forma, la
iniciativa, el carácter típico de nuestra cultura nacional, y alcanzó puesto prominente entre los obreros
de las investigaciones filosóficas é históricas; elementos,
todos éstos, que son necesarios para que un pueblo
brille y se imponga en la conciencia de las demás
naciones, y sobre todo, indispensables para influir y
vencer en el desenvolvimiento de la cultura y civilización
hispano-americanas, precisamente en este momento de
verdadera dislocación y perversión del gusto literario,
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y de exageración y delirio en la especulación científica:
precisamente en estas horas en que el sentimiento estérico se pervierte por las extravagancias y amaneramientos de los decadentes, de los excéntricos, de los
realistas burdos y del naturalismo de lo vulgar y repugnante, para concluir muy pronto con la delicadeza
del sentimiento y con las reglas del buen gusto.
Por eso hemos de llorar cuando caen titanes de la
fuerza de Cáanovas del Castillo; por eso hemos de estar
de luto americanos y españoles, cuando cae un factor
tan poderoso de la cultura humana en ambos continentes.-
(Aplausos).
SEÑORES :
En toda nuestra historia existen elementos para atestiguar, por modo irrefutable, que España ha tenido
fuerzas propias en todos tiempos para imponerse y
hacerse apreciar debidamente de las demás naciones.
Yo no pretendo hacer ahora una disquisición histórica que podría fatigaros, pero es oportuno recordar á grandes rasgos, que siempre ha contado España
con factores y elementos propios para marchar, sinó
delante,-al lado por o10menos de los primeros pueblos de la tierra.
Ya en las épocas remotas de los cartagineses y romanos, España pudo presentar á la faz de las naciones, caracteres, iniciativas y talentos como los simbolizados por Séneca, Silio Itático, Columela, y el mismo
Sartorio, demostración palpable y elocuente de que, ya
en aquellos siglos atrasados, España podía competir
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-
en vitalidad y cultura al lado de la misma civilizadora
Roma.
Vino la época godo, sembrando nuestro patrio suelo
con admirables testimonios de una estética precoz, revelada en maravillas de piedra, en catedrales sobérbias que parecen levantadas y talladas por la mano
de los génios; en torres atrevidas y afiligranadas como
por el cincél de los ádgeles. Fué en aquella época que
aparecen los admirables códices trazados y coloridos
como por obra de las hadas de las mil y una noches
orientales. Fué entonces, cuando se celebraron los solemnes é inolvidables concilios de Toledo, mientras la
mayoría de los pueblos de Europa se agitaba y luchaba en las convulsiones de la barbárie. Es cierto
que revestían aquellas asambleas un carácter teocrático, pero también es cierto que concurrían además á
ellas, los elementos escojidos de las demás clases de
la sociedad española, no por capricho de sus monarcas, sinó por el derecho propio, por los fueros y por
la voluntad de todos los factores que constituían la
nación en aquellos remotos siglos.
Vino después un día en que se produjo, de pronto,
un hecho casi milagroso. Sin poderlo prever nadie,
una raza desconocida desembarca en Andalucía y en
menos tiempo que el necesario para ensillar un caballo,
recorre y conquista toda nuestra España, no para asolarla y convertirla á sablazos en ovación al profeta,
sinó para instruirla y fertilizarla. El pueblo árabe no
era en aquella época solamente un pueblo guerrero;
era también un publo artista, sabio, inventor, indus-
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-
trial, y agricultor; y sucedió entonces, que su arte y
su saber se difundiera y se hiciera carne en el pueblo
español. Llevó á España-después de la hecatombe del
Guadalete y como dón de glorioso advenimiento,-el
génio antiguo de la Grecia, su filosofía, con sabios
como Averroes, su literatura, su geometría, la medicina, la brújula, la platería, el arte de la irrigación, y
todas aquellas artes imponderables cuya condensación
se halla en la maravillosa arquitectura hadárica que
ha admirado y admira siempre á los artistas de todas las edades y cuyos muestras se exhiben en edificios tan estraordinarios como la mezquita de Córdoba
con su bosque de columnas sorprendentes, como los
alcáceres de Sevilla, y como la afiligranada Alhambra
de Granada, el mas maravilloso é imcomparable capricho estético que ha realizado la mano de los hombres.
Trajo también aquella raza esa mágica y deliciosa
poesía de los sonidos que se llama la música; y todavía, en nuestros tiempos conservamos de los árabes la
guitarra,que,-al desprenderse de su mano,--ha venido á
las nuestras, y, -á través de doce siglos,-nos ha traido
sus inefables armonías, ora como ardientes esplosiones
del corazón en las tempestades del alma, ora como
notas quejumbrosas de amor en los deliquios de los
enamorados. ¿Quién ignora de vosotros lo que representa y vale la guitarra en las soledades de la
pampa, cuando bajo el ombú la pulsa el pária de vuestros campos? ¿Y quién no sabe lo que anima y consuela la guitarra para el soldado español, en las nostalgias del cuartel ó en los intérvalos de las campañas
en que se lucha y muere? -- (Aplausos
prolongados).
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--
No es posible recordar esa época de nuestra historia sin recordar la semilla civilizadora sembrada en
nuestra patria. La raza mora no pudo ser mas tolerante. Comprendía que debajo de la bóveda celeste,
en ese gran panteón del universo, había espacio para
todos los dioses, para todas las religiones, y dejaba
á Jesus entronizarse pacíficamente al lado de Mahoma.
Entonces la mezquita funcionaba al lado de la Catedral; entónces la campana convocaba para la oración á todos los fieles de la Biblia, al mismo tiempo
que el muezin llamaba desde lo alto de los minaretes
á los creyentes del Coran; y la mujer, en todo esto,
-como en todas las grandes y benéficas palingenesias
de las naciones,-era la que servía de lazo de fusión
entre ambas razas y de garantía de paz entre ambas
religiones. De tal aproximamiento y de tal fusión,
surjió una raza mixta formada con sangre de héroes y
de caballeros, de soldados y de artistas, forjada con
todas las enerjías del patriota y con todas las delica
dezas del amor y de la cortesía. Esta es la sangre
que hemos trasmitido á los americanos, y por esta
sangre han logrado hacerse dignos de los pueblos
libres y cultos del siglo que alcanzamos.-(Aplausos).
Empezó tras de los árabes el período de la reconquista, época sublime en que se consolida el carácter
indómito é independiente de los españoles, y que ha
venido á demostrar aquella máxima incontestable de
que,-en España,-lo moderno es el despotismo y la
imposición, y que lo antiguo es la democracia y la libertad.--(Aplausos).
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En aquellos tiempos en que apenas podían presentirse en otras naciones los elementos de la vida libre
de los pueblos, teniamos ya asegurada en España la
autonomía de las cortes democráticas desde i1 88 con
las de Nájera, Carrión, Benavente y tantas otras, mientras
que el pueblo inglés,--que tanto se enorgullece por su
célebre Carta de Juan Sin Tierra,-todavía pasó un si-
glo para saber lo que era la libertad á medias, otorgada por el favor de un soberano que poco después
arrojaba á los piés de un papa esas mismas concesiones.
Hemos tenido, pues, en nuestra historia, todos los
elementos necesarios, desde la ciencia hasta la política, para asegurar y practicar todos los adelantos y
progresos de las naciones mas cultas é influyentes. Y
después de aquellos ocho siglos de lucha perenne,
vino la casa de Austria, vino la série de Felipes,
cuyos reinados, después de Felipe II, se citan como
época de nuestra decadencia y que, sinembargo, constituyen el período de la mejor cultura española. Fué
entónces cuando llegaron á su mas espléndido apogeo
nuestro teatro, nuestra poesía y nuestra novela, formando el siglo de oro de nuestra historia literaria; los Lope
de Vega, los Calderon, Moreto, Alarcon, los Quevedo, los Rojas y Tirso de Molina y el gran Cervantes,
-verdaderos
fenix y príncipes del injenio, -asombraron al mundo entero y dejaron semilla para todas las
literaturas que hoy se manifiestan y pugnan en la
tierra.
Pues bien, señores, cuando nosotros hemos tenido
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tales elementos, cuando en la vida nuestra existen tales fermentaciones de cultura, tales demostraciones de
vitalidad, tales iniciativas en todos los impulsos del
espíritu ¿debemos dejar el campo á nuestros detractores y enemigos?
Es imposible: debemos y queremos luchar en el
campo de las influencias de raza, pero en el campo sereno de la paz, de la ciencia y de las letras. Y para
esto necesitamos al soldado de la inteligencia; para
esto necesitamos al titan de la lucha, para esto, son
necesarios muchos Cánovas del Castillo.--(Aplausos).
Por esto, señores, es verdaderamente consolador para
nosotros españoles, el espectáculo que se nos ofrece
en esta Asamblea. Los dignos representantes del cuerpo
consular en La Plata, y la presencia de tantos y tan
selectos elementos americanos, nos prueban que no
estamos solos para llorar la pérdida que acaba de
sufrir la patria hispana, ni para condenar el crimen
que la ha enlutado. Levantémonos, pues, unánimes
y movidos por idéntico resorte de indignación y de
anatema, para reprobar la escuela, el sistema y el procedimiento que ha herido ayer á una nación y hoy á
otra, y que herirá tal vez mañana á otra más, en sus
hijos más preclaros.
Poco tiempo hace, todos los hombres de corazón y
de ideas sanas se congregabau para derramar nna lágrima sobre la tumba del malogrado Carnot, el presidente modelo de la gloriosa nación francesa. Muy recientemente, todos los pueblos civilizados han estado á
punto de llorar uno de los grandes caractéres de la casa
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de Saboya, si se hubiera consumado el infame atentado
contra el Rey de Italia por mano del insensato Acciarito. Hoy nos toca á nosotros la pérdida y el dolor;
mañana ... . quién sabe que hombre público 6 testa coronada van á caer bajo el puñal del asesino!
Es necesario qne ante tales circunstancias y peligros,
reconozcamos desde el primero hasta el último de nosotros, que no son los autores de esos actos la causa inicial de tales monstruosidades. Hay algo en la sociedad
que es razón eficiente de estos hechos. Hay una causa
que no se trata de remediar: que ni gobfernos, ni particulares se ocupan en destruir.
Sería estúpido y ridículo que después de un asesinato,
se rompiera el puñal y se enterraran, como castigo, los
trozos del acero en la tierra. El puñal no es el culpable,
es el asesino, porque tiene conciencia propia, porque sabe lo que hace. Pero al propio tiempo, nadie podrá negar
que ese asesino político, va impulsado por un fanatismo,
por una manera equivocada de ver los acontecimientos
y apreciar las cosas sociales; y como ha dicho muy
bien, hace pocos momentos mi dignísimo amigo el doctor Julian de Vargas, el fanatismo es lo más funesto para
las naciones; es el que animó al asesino á empuñar el
arma homicida contra Carnot y Cánovas del Castillo, y
contra tantas otras víctimas esclarecidas.
Es necesario que las sociedades se ocupen del origen
psíquico de esos fenómenos que con tanta frecuencia conmueven é indignan al mundo. En cuanto á mí, cuando estudio y medito sobre tal fenómeno, no hallo esos elementos perniciosos sino en la falta de educación moral
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que debemos,-y no damos,-á los pueblos. Ni los gobiernos, ni los fabricantes de métodos y sistemas educadores, se ocupan para nada de la enseñanza moral: se entretienen en los detalles y las formas; los prog.amas se
ocupan de enseñar la música, los idiomas, las matemáticas; pera nadie enseña á la juventud á ser padres ni
madres de familia.-(Grandes aplausos).
Es inútil, señores, que en la escuela, en los primeros
años, se intente ilustrar la inteligencia, sino se forma y
no se modela el corazón para todas las delicadezas del
sentimiento humano.
El hombre que no tiene quien le estimule y encauce
esas vibraciones misteriosas del alma que lo lleven á lo
bello y á lo bueno, ese hombre, señores, ha de llegar fatalmente al mal; porque se alzan continuamente ante sus
ojos malos ejemplos sociales; porque tiene momentos de
pena al luchar por la existencia; porque es víctima tal vez
de irritantes desigualdades de clase; porque presencia
casos continuos de iniquidad y de injusticia humana;
porque aprende en los anales de la historia, que los elementos más poderosos y respetados de las sociedades
humanas, han dado el ejemplo de estos delitos que ahora condenamos.
Acordaos, señores, de que el asesinato político que
emplean el pária social y el fanático anarquista, ha sido
empleado también por manos mucho más elevadas y por
instituciones mucho más obligadas á ser modelos de
mansedumbre y de virtud.
El asesinato político ha sido un modo por medio del
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cual lograron ciertas instituciones y poderes avasalladores é intolerantes, exterminar á sus enemigos.
Recordad que Enrique IV, aquel rey que soñaba con
la idea de que cada uno de sus súbditos pudiera poner todos los días una gallina en el puchero, cayó herido de
muerte por el puñíal del clérigo Ravaillac. Recordad que
después de la batalla de Fornac el príncipe de Condé,
pavor de los papistas, cayó herido por el villano Montesquieu. Recordad que el almirante de Francia, Gaspar
de Coligny, fué víctima del gitano Beme, antes de que sonara la hora de las matanzas de la noche horrible de
San Bartolomé. Recordad que si todos estos delitos se
han cometido por obra de poderes é instituciones elevadísimas, no por esto dejan de ser crímenes, porque el
delito es delito tanto arriba como abajo, sean quienes fueren sus autores: el crimen es crimen en todas partes,
cualquiera sea la mano que lo ejecuta-(Aftausos).
Cuando al niño se le enseñe á apreciar las cosas y los
hombres con este criterio y por esta medida moral, entonces será cuando principiará desde la escuela á tener
norma fija para su conducta: entonces se verá que la moral no es acomodaticia, y que no transije con el mal ni
la iniquidad, sea de donde sea, y venga de donde venga.
Cuantos pensamos de tal manera, estamos en el deber de unirnos para anatematizar el anarquismo que hoy
se vale de la forma más grosera y odiosa del crimen; y me
creo intérprete de los sentimientos de esta Asamblea,
haciéndolo de este modo.
Yo me permito, pues, en nombre de esas damas y
hermosas señoritas que nos han honrado con su presen-
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cia, declarar que el anarquismo es el elemento más seguro para destruir los sagrados lazos de la familia, para
acabar con el bienestar de la sociedad, y con los más
grandes y bellos sentimientos humanos-(Grandesalausos) .
Yo me permito, en nombre del cuerpo consular que
se halla aquí presente, declarar que el anarquismo es
la forma más segura para herir de muerte á todos los
intereses legítimos de la sociedad, el comercio, la industria, la agricultura y todas las fuentes de bienestar y de
riqueza.--(Ap lausos).
En nombre de todas estas comisiones que se han
distinguido en la preparación y realización de este acto
grandioso, condeno y declaro indigno é infame el anarquismo, porque es la manera de destruir todos los elementos de fraternidad y de vinculación entre los pueblos.
-(Aplausos).
En nombre de todos los nobles y esforzados hijos de
esta hospitalaria tierra argentina, que me escuchan, declaro que el anarquismo es la infamia más grande que
puede venir á manchar la vida de la República.-(Grandes aplausos).
En nombre de los obreros, modestos factores del progreso y de la riqueza pública, declaro que las predicaciones y los procedimientos del anarquismo, son la manera
eficaz para que el trabajo honrado no produzca sus beneficiosos frutos, y para que las clases trabajadoras se aniquilen y lleguen á la miseria, por la desconfianza y la
hostilidad de todas las demás clases sociales-(Aplausos).
Finalmente, declaro en nombre de cuantos hom-
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bres honrados hay en la tierra, que
el anarquismo
es la única manera rápida y segura de destruir á la humanidad, embruteciendo
al ser humano, y convirtiendo
la tierra en pavorosa caverna de fieras, en donde nos
acechemos y devoremos unos á otros, en vez de amarnos y protegernos fraternalmente.--(Grandesaplausos).
Y ahora, señores, acompañadme en mi última palabra
y seguidme en mi voto mas ferviente:
iManes de Cánovas! ¡Ilustres espíritus de todos aquellos
que habeis caído bajo. el puñal del asesino, no descanseis en paz! ¡Velad por nosotrosí ¡Haced que raudales de
felicidad y de prosperidad caigan y se derramen sobre
la República Argentina y sobre nuestra querida España! ¡Haced, manes ilustres, si es verdad que hay otra
vida; si es cierto que después de esta existencia carnal
existe un más allá de paz y de mejoramiento, haced que
estos dos pueblos hermanos se abracen por todos los
siglos de los siglos, para que así como un dia fué España el foco de la gloría y la civilización del mundo, pueda
esta misma España alcanzar nuevos días de ventura y
prosperidad, mientras su hija esforzada y predilecta, la
gloriosa República Argentina, sea el poder inconmovible y el foco de radiante luz que encauce y presida
los rumbos de la civilización americana.-(Prolongados
y esIrezitosos aplausos).
TERCERA PARTE
Después del acto
StMARIo-Comentarios de la prensa-Resoluciones del Club Español-Diploma
de sócios honorarios otorgado al doctor Juan Angel Martinez y señor
diputado Pedro T. Sempé.
Imponente á la par que hermosa resultó la ceremonia celebrada ayer por la colectividad española de
esta capital en homenaje á la memoria de Cánavas
del Castillo, y á la cual se asoció el elemento nacional y de otros paises, concurriendo espontáneamente
al acto.
La gran sala del teatro Argentino estaba totalmente llena de concurrencia y, entre ella, numerosas familias daban mayor realce á la ceremonia.
Poco despues de las 2 p. m. llegó al teatro la
columna formada frente al Club Español, ocupando el
proscenio, severamente arreglado.
En apropiados términos abrió el acto el cónsul
señor Rodriquez Galvan, despues de haberse escuchado de pié, por la concurrencia, el Himno Argentino.
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Alternándose con números de la orquesta, que ejecutaba marchas y melodias fúnebres, hicieron uso de
la palabra los doctores Julian de Vargas, Juan Angel Martinez y Luis Ricardo Fors, quienes, en elocuentes y brillantes conceptos, hicieron la apologia de
la ilustre victima del anarquismo.
A las 4 próximamente términó el acto, habiendo
sido aplaudidos con entusiasmo los oradores.
La Prensa, Agosto 16.
Resultó imponente la manifestación de duelo que
organizaron ayer los españoles de La Plata, en homenaje del ilustre repúblico Antonio Cánovas del Castillo.
A las 2 p- m. se reuniron los miembros del Club
Español y sociedades españolas en el local de aquel
centro. Formaron una columna no menor de 500 personas que en el mayor orden se dirigió al local del
consulado español, donde los esperaba ei cónsul de
España accompañiado de los miembros del cuerpo consular y otros distinguidos caballeros de la colectividad
española.
Una vez que esta comitiva se hubo incorporado á
la columna, los manifestantes se dirigieron al Teatro
Argentino, donde había ya numerosa concurrencia.
El teatro estaba elegantemente adornado. En el
proscenio se destacaba un artístico retrato de Cano-
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vas, hecho á lápiz por el pintor Parra. Completaban
el aspecto imponente que presentaba la sala, cortinas
y crespones negros y pabellones formados con bande
ras argentinas y españolas, enlutadas tambien.
En una gran mesa colocada en el centro del proscenio tomaron asiento el cónsul de España Sr. Rodriquez Galván, y á su derecha los representantes de
Portugal, Italia, Holanda, Brasil, y los doctores Juan
Angel Martínez, Julian de Vargas, Luis R. Fors y el
Sr. Constantino Troyteiro, presidente del Club Español
de La Plata.
Abrió el acto la orquesta, ejecutando el Himno
Argentino que mereció ovaciones de aplauso.
El Señor cónsul de España hizo después uso de la
palabra explicando el objeto de la ceremonia. Las
breves palabras del señor cónsul fueron muy aplaudidas.
La orquesta ejecutó en seguida la marcha funebre de Chopin.
El Dr. Julián de Vargas hizo en un elocuente discurso la apologia de Cánovas del Castillo, censurando el fanatismo anarquista y declarando que los rudos
golpes que sufre la madre patria no la abaten ni la
amenguan y que los españoles todos adherian de corazón al duelo que esperimenta hoy con la muerte de
uno de sus hijos más esclarecidos.
El Dr. Juan Angel Martinez pronunció un brillante
discurso, que fué sin duda la pieza oratoria de la
tarde.
Como argentino, adhirió en nombre de sus compatriotas al duelo que esperimentaban los españioles y
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8o
-
censuró enérgicamente el atentado criminal que había
hecho desaparecer del escenario de la vida al ilustre
repúblico Antonio Cánovas del Castillo.
El Dr. Martinez mereció con razón, ser interrumpido con salvas de aplausos por la numerosa concurrencia que llenaba al teatro.
Clausuró el acto con una apologia de Cánovas del
Castillo y una' brillante descripción histórica sobre las
diversas épocas .porque ha atravesado la España, el
Dr. Luis Ricardo Fors.
Terminó su discurso condenando enérgicamente el
atentado criminal, á nombre de las sociedades reunidas que representaba.
Una salva de aplausos saludó al orador que, francamente, estuvo oportuno.
Reasumiendo: los españoles de La Plara han celebrado una manifestación de duelo, digna de la memoria de Cánovas' del Castillo y demostrativa del
aprecio que gozan entre nosotros.
El Comercio, del 16 de Agosto.
Grandiosa fué la manifestación que organizó el do-
mingo la colectividad española, con motivo del funeral cívico efectuado
en
homenage
á la
memoria
del
malogrado hombre público don Antonio Cánovas del
Castillo.
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El gran teatro Argentino ofrecia un aspecto imponente.
Mas de tres mil personas, de todas las clases sociales llenaban la espaciosa sala á la hora en que dió
comienzo la ceremonia con el himno nacional y la marcha
real española, ejecutados por la orquesta, dirigida por
el maestro Serpentini.
En seguida dijo las palabras de apertura el señor
Rodriguez Galvan, cónsul de España.
Siguió una marcha apropiada, y luego el señor Julian de Vargas pronunció una elocuente oración fúnebre que arrancó nutridos aplausos á la concurrencia.
Despues de otro trozo musical ejecutado por la
orquesta, el doctor Juan Angel Martinez hizo uso de
la palabra.
Su discurso, que la falta de espacio nos impide
publicar, fué una soberbia pieza literaria y filosófica.
Despues de un exordio dirigido al corazón, como
él dijo, en el que tuvo parajes felicísimos que conmovieron al auditorio, especialmente al referirse á la
confraternidad hispano-argentina, el doctor Martinez
abordó el asunto bajo el punto de vista filosófico político, con un acópio de doctrina y de una elucuencia
y claridad de conceptos admirable.
Fué justamente aplaudido. La nota mas alta de la
tarde la dió sin embargo el doctor Luis Ricardo Fors,
designado por la comisión para cerrar el acto.
Con frase galana y elocuencia nada comun, con naturalidad admirable y vigorosa entonación, el doctor
Fors recordó primero al malogrado estadista en los
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comienzos de su carrera. Hizo entonces algo así como
una profesión de fé, recordando que él, el orador, fué
un dia desterrado, como republicano por el mismo Cánovas, pero declarando que ante la tumba de este desaparecía el político y solo quedaba el español.
Hizo luego á grandes rasgos una reseña retrospectiva
de las diferentes épocas y civilizaciones que han pasado
por la madre pátria. Tuvo períodos felicísimos.
Agradeció su presencia á la mujer, con palabras
elocuentes y se hizo aplaudir demostrando que los
progresos de la ciencia deficientemente encaminados,
perfeccionaban los conocimientos del hombre en la literatura, en las matemáticas, en la filosofía, pero que
no había quien enseñara á los hombres á ser buenos
padres de familia.
Concluido el brillante discurso del doctor Fors, terminó el acto y la enorme concurrencia se diseminó
llevando el convencimiento de haber rendido honroso
tributo á la memoria del esclarecido estadista y de que
los argentinos compartían sus sentimientos.
El Dia, del 7 de Agosto.
Digna de la colectividad española de La Plata, que
la realizaba, y, proporciones guardadas, de la ilustre
víctima que la motivaba, ha sido la manifestación de
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83-
duelo á la par que de protesta, que tuvo lugar el
domingo en el teatro Argentino.
A las 2 p. m. se reunían en el local de club Español no menos de 500 residentes españoles, pertenecientes á diversas sociedades, los sócios del centro
nombrado, los cónsules de Portugal y Brasil y varios
caballeros argentinos.
Poco después quedaba organizada la columna, que
encabezada por los miembros de la comisión, recorrió
el trayecto que media entre el club y el consulado
español.
En el consulado esperaba á los manifestantes el
representante de España, señor Rodriguez Galván, quien
acompañado de algunos caballeros se incorporó á la
columna, que se dirigió al teatro Argentino.
El aristocrático coliseo presentaba un aspecto Imponente. El proscenio había sido adornado con severidad y buen gusto; en el centro se veía un precioso
retrato á lápiz de Cánovas del Castillo, obra del pintor Parra; desde el techo, y á ambos lados del proscenio, descendían cortinas de luto, y de trecho en trecho
se veían pabellones formados con banderas argentinas y
españolas enlutados.
Todas las aposentadurias del teatro estaban ocupadas por caballeros y señoras.
En el centro del proscenio se habían colocado numerosas sillas, en las que tomaron asiento el cónsul
español Sr. Rodriguez Galván, cónsules de Italia, del
Brasil, de Holanda y de Portugal, el Dr. Juan A. Martinez y los miembros de la comisión.
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La orquesta ejecutó el himno argentino, que fué
escuchado de pié por la concurrencia, y en seguida
hizo uso de la palabra el Sr. Rodriguez Galván, expresando el objeto de la ceremonia.
Le siguió el doctor Julian de Vargas, que expresó
la adhesión de los españoles en La Plata al duelo que
experimenta España con la muerte de Cánovas, del
que hizo una brillante apología.
La concurrencia saludó con salvas de aplausos el
discurso del doctor Vargas.
La orquesta ejecutó después la marcha fúnebre de
Mendelssohn.
El doctor Juan Angel Martinez manifestó en un elocuente discurso su adhesión á la ceremonia en nombre
de los argentinos é hizo votos porque las desgracias
que aflijen á la madre patria retemplen el corazón de
sus buenos hijos, para quienes los argentinos tenemos deudas de confraternidad que no olvidaremos
nunca.
La concurrencia interrumpió repetidas veces al orador, aplaudiéndolo frenéticamente y dando vivas á Esdaña y á la República Argentina.
Después que la orquesta hizo oir los acordes de la
marcha de Yone, pronunció el discurso de clausura el
Dr. Ricardo Fors. Agradeció á la concurrencia la
asistencia al acto é hizo una brillante descripción histórica de las diversas épocas que ha atravesado España, de sus progresos y de sus hombres, terminando en una protesta enérgica contra el atentado que
había arrebatado la vida de Cánovas del Castillo.
Al desfilar la concurrencia que llenaba el teatro,
pudimos ver entre otras á las familias de los doctores
Juan Angel Martinez, Aurrecoechea, Fors, Vargas, Cía,
señores B. Rodrigo, Troyteiro, Graells, Solá, Ves Lozada, Sesé, Salgado, Ridecós, Parodi, Muguerza, Serra,
van Gelderen, Sempé, Uzal, Aedo, Ramirez, Domingo,
Vilar, Amoreti, Lapido, Arias, Hernando, Marin, Morales, Garate, Mendizábal, Arau, Gonzalez, Fernandez, etc.
La Mañana, del 17 de Agosto
Muy satisfecha debe estar la colectividad española
por el éxito que alcanzó la manilestación de duelo que
tuvo lugar en el Argentino, por la muerte del esclarecido estadista Cánovas del Castillo.
El teatro fué chico para contener la concurrencia.
El escenario fué severamente adornado, resaltando
en el centro, entre cortinados negros, un hermoso retrato del extinto.
El acto fué presidido por el cónsul español, que se
vió rodeado por todo el cuerpo consular.
Abierto el acto por el presidente, hicieron uso de la
palabra los señores Julián de Vargas, doctor Juan A.
Martinez y doctor don Luis R. Fors. Estos discursos,
notables trabajos literarios, fueron oidos con marcada
atención.
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La parte musical fué imponente. Tocó oir a la concurrencia las tres mas célebres marchas fúnebres, tres
obras maestras de música sentimental que hacen brotar lágrimas.
Con satisfacción hemos visto que á este acto imponente se ha asociado en una escala notable, la sociedad argentina.
l Mercurio del 17 de Agosto.
La Comisión Organizadora, con fecha 21 de Agosto,
acordó dar por terminado su objeto, con las siguientes
resoluciones:
1 a Que se les dieran las gracias, por el importante
concurso prestado, á los doctores de Vargas, Martinez y Fors, debiendo en tal sentido dirigirse á estos
señores una nota suscrita por el señor Cónsul de España.
2 a Que se publicase bajo el título de Corona Fnebre, todo lo relativo á la manifestación de duelo realizada en La Plata por la muerte del ilustre español
señor Cánovas del Castillo, encomendándosele la dirección de este trabajo al señor Constantino Troyteiro.
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;7 -
La Comisión Directiva del Club Español, respondienldo al sentimiento hispano argentino espresado en
los discursos de los señores doctor Martinez y
tado
Dipu-
Sempé,
acordó convocar á asamblea general, para
proponer como socios honorarios á los referidos señores.
La asamblea tuvo lugar el día 5 de Setiembre, y
en ella y por aclamación se resolvió que la Junta Directiva otorgase diploma de sócios honorarios del Club
Español á los dichos señores Sempé y Martinez.
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2010
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