1 PARA NOVEDAD… LOS CLÁSICOS Reflexiones acerca de las “innovaciones” analíticas y la función del analista Lic. Luz María Abatángelo de Stürzenbaum - A.P.A. Dra. Laura Ruth Yaser – A.P.A. Introducción: En la actualidad, se observa un progresivo incremento de publicaciones que procuran dar cuenta de innovaciones técnicas e intentan justificar determinadas conductas que no siempre resultan claras en su conceptualización. Es cierto que el psicoanálisis se desarrolló desde la práctica, pero es necesaria la conceptualización posterior para no quedar en el mero empirismo. En función de esto, nos proponemos reavivar conceptos fundamentales de la praxis, vinculados al resguardo de la regla de abstinencia. El psicoanálisis como proceso se sustenta en un modelo. A su vez, todo modelo se basa en una teoría, determinando la ética analítica, tema que preocupó y ocupó a Freud, quien no sólo se refirió al origen de la moral en la humanidad y en cada sujeto, sino que además enunció puntualizaciones orientadas a evitar que los psicoanalistas incurrieran en transgresiones éticas, teniendo presente que la proximidad afectiva y la transferencia, constituyen tanto una herramienta como un posible riesgo para el desarrollo de errores técnicos. El analista, para mantenerse en salvaguarda debe conocer teoría y técnica, y sostener su análisis o autoanálisis. El encuadre y la abstinencia: La asociación libre y la atención parejamente flotante, viabilizadas y garantizadas por la abstinencia, constituyen las tres reglas fundamentales del encuadre. El paciente aporta sus relatos, sueños, gestos, actos fallidos, acciones motoras y sensaciones con su modalidad singular, a su ritmo e intensidad, y sin ser responsable por el sostenimiento del encuadre. Esta responsabilidad corresponde íntegramente al analista, quien debe mantener su posicionamiento, su aptitud para el autoanálisis y con ello, la capacidad para interpretar la transferencia. Justamente, se observa que el material de sesión que no llega a ser procesado por éste, incluyendo algunas de sus propias vivencias frente al paciente, 2 puede ocasionar un cierto disconfort que invierte el flujo psíquico usualmente retrógrado de la sesión, pudiendo desencadenarse una actuación. Algunos autores plantean que el enactment, sería un intento abrupto por parte del analista de quebrar la estasis que se presenta en un no proceso o un “no sueño” (Cassorla: 2010). Ferro (1999) por su parte, expresa que si bien podría señalarse una inadecuada función alfa del paciente, en contrapartida, el analista se encuentra impedido para metabolizar los elementos beta, de manera que el acting de un paciente atestigua la disfunción del campo, y por lo tanto, del funcionamiento mental del analista. Cesio (1999) observa que en el ámbito de la sesión el analista realiza “acciones” como pensar, interpretar, articular vocalmente, pero que la actuación de su parte, corresponde a un fracaso en el mantenimiento del encuadre, saliendo de la “realidad psíquica” e irrumpiendo como una acción “real”, expresión del incesto o el parricidio. Entendemos que en todo análisis existen intervenciones no psicoanalíticas (ocuparse de un niño con fiebre o un paciente que en sesión padece un infarto) que no constituyen una actuación porque existe reflexión al respecto y son motivadas por la ética personal del analista, que le impone ante todo el resguardo de la persona del paciente. Esto no exime de una posterior interpretación. Otros ejemplos, como las demandas emanadas de una transferencia erotizada, implican una forma de resistencia que impone al analista un esfuerzo para lograr su interpretación o una adecuada construcción. Es un tipo de resistencia que tiende a invadir el límite de la privacidad de la persona del analista que pertenece más al campo de la acción que de la palabra. Roudinesco señala que el concepto de agieren alude a un mecanismo asociado a la rememoración, repetición y reelaboración; por el cual un sujeto actúa pulsiones, fantasías y deseos inconscientes. El paciente actúa aquello que no puede recordar. Repite, no solo en la transferencia sino en sus otras relaciones actuales, cediendo a una reiteración automática que reemplaza al recuerdo. Pero muy diferente es la violación del encuadre establecido por el propio analista, quebrantando la regla de abstinencia, dando satisfacción a las demandas libidinales del paciente, ya sean manifestaciones sexuales directas o subrogados. Para sostener el análisis y evitar las actuaciones es fundamental mantener en la conciencia que la es- 3 tructura incestuosa está siempre presente, y que el deseo, como propuesta psíquica, procura ser complacido. La función analítica consiste en que la investidura de la representación permanezca en el espacio de la fantasía inconsciente, para llevarla al campo del pensamiento y la elaboración sin ser llevada a la acción. Inexorablemente, existe algún aspecto que queda insuficientemente tramitado, pudiendo transformarse en motor del análisis o, en caso de resultar excesivo, en la motivación para su clausura: aquello que no se expresa en palabras se transforma en repetición de la escena de la sexualidad infantil. La habilidad del analista respecto de la escucha, el sostenimiento del encuadre, el trabajo sobre la contratransferencia, la interpretación y el cuidado del tempo devenida de la capacidad para captar el contenido inconsciente de estas acciones permitirá la consecución del tratamiento y la posibilidad de cura. La regla de abstinencia es elemento princeps de la técnica y por lo tanto de la ética. Invención-Tradición: La literatura psicoanalítica de nuestro tiempo, además de evidenciar una babelización conceptual (ya que se alude a diversas situaciones con igual apelativo, pero también aparecen distintos apelativos para situaciones análogas) está mostrando una remarcable tendencia a presentar las dificultades técnicas como recurso. Aún teniendo en cuenta que este uso fue lo que singularizó a Freud, puede notarse que lo que transforma una dificultad del análisis en recurso técnico, es la posibilidad de desarrollar una conceptualización que permita profundizar los desarrollos y evitar la perpetuación del error. En divergencia con esto, algunos de los casos que se encuentran en la literatura, parecen relatos de situaciones en las cuales algún analista “se sale de sus casillas”, y posteriormente debe remontar la situación. Es cierto que en muchas oportunidades se plantea que, de este modo, se hizo consciente algún contenido que se encontraba reprimido; pero de allí a recomendar como estrategia un incremento de la espontaneidad de acción por parte del analista, existen diferencias. En el futbol, un jugador puede arriesgarse y recibir una tarjeta amarilla como sanción. La reiteración de esta práctica le acarreará una tarjeta roja, y con ello, la ex- 4 pulsión del juego. De análoga manera, en un tratamiento psicoanalítico, el elemento de “sorpresa” y “riesgo” parece estar sobrevalorado, sobre todo si se considera que puede afectar la continuidad del proceso. Nuestro propósito, más que plantear críticas, es sostener la vigencia de un modelo basado en un ideal, aún a conciencia de que el modelo es un mapa conceptual que permite trabajar, pero no se corresponde uno a uno con el territorio de la práctica. Todo proceso, inevitablemente, sufre sus avatares1. En el psicoanálisis se sale al ruedo: el paciente puede no asociar y manifestarse por medio de acciones motoras, actuaciones, letargo, resonancias en el cuerpo; el analista, por su parte, puede realizar intervenciones no psicoanalíticas, padecer también letargo, síntomas sómaticos, malestares, o al igual que su paciente, síntomas de actualneurosis. El adecuado manejo técnico del analista sería el factor favorecedor para la consecución del proceso, agregando que cuando aludimos a la técnica (del griego: tekhné o teks, que significa transferir la realidad natural a través de un artificio; destreza para ejercer un oficio) planteamos que se deben seguir ciertas reglas. Definimos la técnica como un conjunto de procedimientos y recursos para psicoanalizar. Y pensamos que ciertos casos presentados como innovaciones técnicas, en realidad corresponden a dificultades en su aplicación. Por ejemplo, pensamos que podríamos revisar el historial relatado por Margaret Little (1957) en el cual, a una paciente que la mantenía frustrada le espeta que le importa un bledo lo que tenga para decir acerca de la decoración de su consultorio. Este caso es mencionado por Lacan y varios de sus seguidores como un ejemplo del “fracaso” de la práctica contratransferencialista. Podríamos plantear una discrepancia: este caso evidencia un insuficiente análisis de la contratransferencia, no la ineficacia de su aplicación. (Lacan: 1963) Lo que parece estar ocurriendo, es una actuación motivada por la neurosis de contratransferencia. La paciente hacía sentir a la analista que no era escuchada, y que cualquier cosa que dijera le importaba un bledo. De manera que esto fue lo que la anaAvatar, en sánscrito refiere a la transmutación o reencarnaciones de dios, presentándose como humano o animal. Sería un cambio, fase o vicisitud producida a lo largo de un proceso. Puede interpretarse como relativo a las sucesivas transferencias y cambios de sentido. 1 5 lista dijo a su paciente. En última instancia, en lugar de interpretar lo que estaba ocurriendo, le dio a la paciente “de su propia medicina”. En general aceptamos que cuando un paciente realiza una actuación es para no pensar, pero es importante reconocer que también constituye una manera de comunicar al analista el no adecuado pensar suyo. El analista posiblemente piensa que realizó buenas interpretaciones, pero esto se contradice con la falta de modificación del estado afectivo del paciente. Según el relato de M. Little, su paciente era refractaria a sus interpretaciones transferenciales. La analista parecía no notar su obstinación en la modalidad en que éstas eran verbalizadas, posiblemente influida por sus teorías implícitas. Esta situación representaría una inadecuación en la capacidad de empatía2. Pensamos que el denominado enactment es, desde nuestro punto de vista, una actuación de la neurosis de contratransferencia del analista, exacerbada por su dificultad para ir interpretando cierto clima de estancamiento o no proceso del análisis. El “me importa un bledo” alude y elude la toma de conciencia de una inadecuación técnica consistente en una cierta estereotipia interpretativa. Más que plantear una posición judicativa o superyoica, quisiéramos enfatizar que la situación analítica transcurre entre los límites determinados por la capacidad, expertise y empatía del analista. Como dijera Freud (1912): “cualquier represión no solucionada en el médico corresponde (…) a un «punto ciego» en su percepción analítica”. Bolognini,(2004) recopila conceptos de Berger, Spazàl y Racker acerca de la empatía. Enuncia que es un estado emotivo vivido por el terapeuta en contacto con el paciente como sujeto, en tanto que la contratransferencia es el estado emotivo vivido en contacto con el objeto del mundo interno del paciente. Lo que se denomina empatía sería el sector no conflictivo, correspondería a lo que Racker denomina identificación concordante (con el yo y el ello del analizado). Lo que habitualmente se conoce como contratransferencia corresponde con la identificación complementaria (con los objetos internos) y la neurosis de contratransferencia, que suele resultar conflictiva. 2 6 Bibliografía: BOLOGNINI, S.: (2004)”La empatía psicoanalítica”, Edit. Lumen, Buenos Aires CASSORLA, R.M.S (2005) “Del Baluarte al “Enactment”: El “No-Sueño” en el Teatro del Análisis” en: Revista de Psicoanálisis - Tomo LXVII Marzo-Junio 2010 Nº 1-2, Asociación Psicoanalítica Argentina CESIO, F.: (1999) “Acción, actuación y violencia” en: “La peste de Tebas” Nº 13 año 3 Buenos Aires FERRO, A.: (1999) “El psicoanálisis como literatura y como terapia”. Lumen, Bs. As. FREUD, S.: (1912) “Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico” Tomo XII Obras Completas de Sigmund Freud, 1º reimpresión 1988 Amorrortu Editores Buenos Aires ------------ (1919a) “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica” Tomo XVII - Obras Completas de Sigmund Freud, 1º reimpresión 1988 Amorrortu Edit. Bs. As. LACAN, J.: (1963) Seminario 10: La angustia. Clase 10: 30/01/1963. “El Seminario” Libro X, Paidós, Buenos Aires, (edic. 2006) LITTLE, M.: (1957) “R- The analyst’s total response to his patient’s needs”. International Journal of Psichoanalysis 38:240-254 RACKER, H.: (1958) “Estudios sobre técnica Psicoanalítica” Ed. Paidós, México 1990 ROUDINESCO, E. y PLON, M: (1997) Diccionario de Psicoanálisis - Paidós (edic. 2008) PARA NOVIDADE… OS CLÁSSICOS Reflexões a respeito das “inovações” analíticas e a função do analista Lic. Luz María Abatángelo de Stürzenbaum - A.P.A. Dra. Laura Ruth Yaser – A.P.A. Introdução: 7 Na atualidade, observa-se um progressivo incremento de publicações que tentam dar conta de inovações técnicas e procuram justificar determinadas condutas cuja explicação teórica não sempre resulta clara. É verdadeiro que a psicanálise se desenvolveu desde a prática, mas é necessária a especulação posterior para não ficar no mero empirismo. Em função disto, nos propomos reavivar conceitos fundamentais da práxis, vinculados ao resguardo da regra de abstinência. A psicanálise como processo sustenta-se num modelo. A sua vez, todo o modelo baseia-se numa teoria, determinando a ética analítica. Este assunto preocupou e ocupou a Freud, quem não só se referiu à origem da moral na humanidade e na cada sujeito, senão que ademais deixou indicações explícitas dirigidas a evitar que os psicoanalistas incorressem em faltas éticas. Deve ter-se em conta que a proximidade afetiva e a transferência, constituem tanto uma ferramenta como um possível risco para o desenvolvimento de erros técnicos. O analista, para manter-se em salvaguarda deve conhecer teoria e técnica, e sustentar-se em sua análise ou autoanalises. O enquadre e a abstinência: A associação livre e a atenção uniformemente flutuante, viabilizadas e garantedás pela abstinência constituem as três regras fundamentais do enquadre. O paciente contribui com seus relatos, sonhos, gestos, atos frustrados, ações motoras e sensações com sua modalidade singular, a seu ritmo e intensidade, e sem ser responsável pelo sustento do enquadre. Esta responsabilidade corresponde integralmente ao analista, quem deve manter seu posicionamento, sua aptidão pra o suo autoanálise, e com isso, a capacidade para interpretar a transferência. Justamente, observa-se que o material de sessão que não chega a ser processado por este, incluindo algumas de suas próprias vivências em frente ao paciente, pode ocasionar um verdadeiro desconforte que reverte o fluxo psíquico usualmente retrógrado da sessão, podendo se desencadear uma atuação. Alguns autores propõem que o enactment seria uma tentativa abrupta por parte do analista de bater a estancamento apresentado num “não processo” ou um “não sonho” (Cassorla: 2010). Ferro(1999) por sua parte, expressa que assim como poderia se assinalar uma inadequada função alfa do paciente, em contrapartida o analista se encon- 8 tra impedido para metabolizar os elementos beta, de maneira que o acting de um paciente testifica a disfunção do campo, e portanto, do funcionamento mental do analista. Cesio (1999) adverte que no âmbito da sessão o analista realiza “ações” assim como pensar, interpretar, articular vocalmente, mais a atuação de sua parte, corresponde a um falho na manutenção do enquadre, saindo da “realidade *psíquica” e irrompendo como uma ação “real”, expressão do incesto ou o parricídio. Entendemos que em toda análise existem intervenções não psicoanalíticas (se ocupar, por exemplo, de um menino com febre ou um paciente que em sessão padece um infarto). Estas intervenções não constituem uma atuação porque existe reflexão ao respeito e são motivadas pela ética pessoal do analista, que lhe impõe antes de tudo o resguardo da pessoa do paciente. Isto não exime de uma posterior interpretação. Outros exemplos, como as demandas emanadas de uma transferência erotizada, envolvem uma forma de resistência que impõe ao analista um esforço extra para conseguir sua interpretação ou uma adequada construção. É um tipo de resistência que tende a invadir o limite da privacidade da pessoa do analista que pertence mais ao campo da ação que da palavra. Roudinesco assinala que o conceito de agieren alude a um mecanismo associado à recordação, repetição e retrabalho; pelo qual um sujeito atua pulsões, fantasias e desejos inconscientes. O paciente atua aquilo que não pode recordar. Repete, não só na transferência senão em suas outras relações atuais, cedendo a uma recorrência automática que substitui à lembrança. Mas muito diferente é a violação do enquadre estabelecido pelo próprio analista, quebrantando a regra de abstinência, dando satisfação às demandas próprias da libido do paciente, já sejam manifestações sexuais diretas ou sub-rogadas. Para sustentar a análise e evitar as atuações é fundamental manter nela consciência que a estrutura incestuosa está sempre presente, e que o desejo, como proposta psíquica, tenta ser comprazido. A função analítica consiste em que a investidura da representação permaneça em o espaço da fantasia inconsciente, para levá-la ao campo do pensamento e a elaboração sem ser atuada. Inexoravelmente, existe algum aspecto que fica insuficientemente tramitado, podendo transformar-se em motor da análise ou, em caso de resultar excessivo, em a mo- 9 tivação para sua clausura: aquilo que não se expressa em palavras se transforma em repetição da cena da sexualidade infantil. A habilidade de escuta do analista, seu sustento do enquadre, o trabalho sobre a contratransferencia, a interpretação e o cuidado do tempo emanada da sua capacidade para captar o conteúdo inconsciente destas ações permitirá a consecução do tratamento e a possibilidade de cura. A regra de abstinência é o elemento principal da técnica e, portanto da ética. Invenção-Tradição: A literatura psicoanalítica de nosso tempo, além de evidenciar uma babelização conceitual (já que se alude a diversas situações com igual apelativo, mas também aparecem diferentes apelativos para situações análogas) está mostrando uma notória tendência a apresentar as dificuldades técnicas como recurso. Ainda tendo conta que este uso foi singular em Freud; pode ser notado que aquilo que transforma uma dificuldade da análise em recurso técnico, é a possibilidade de desenvolver uma teorização para permitir aprofundar os desenvolvimentos e evitar a perpetuação do erro. Em divergência com isto, alguns dos casos que se encontram em a literatura, parecem relatos de situações em as quais algum analista perde a paciência, e posteriormente deve remontar a situação. É verdadeiro que em muitas oportunidades se propõe que, deste modo, se fiz consciente algum conteúdo que se encontrava reprimido; mas de ali a recomendar como estratégia um incremento da espontaneidade de ação por parte do analista, existem diferenças. Em o futebol, um jogador pode ser arriscado e receber um cartão amarelo como sanção. A reiteração desta prática lhe acarretará um cartão vermelho, e com isso, a expulsa do jogo. De análoga maneira, em um tratamento *psicoanalítico, o elemento de “surpresa” e “risco” parece estar sobrevalorado, sobretudo ao considerar que pode afetar a continuidade do processo. Nosso propósito, mais que propor críticas, é sustentar a vigência de um modelo baseado em um ideal, ainda tendo consciência de que o modelo é um mapa conceitual que permite trabalhar, mais não se corresponde um a um com o território da prática. 10 Todo processo, inevitavelmente, sofre seus avatares3. Em psicanálise sai-se ao rodo: o paciente pode não associar e se manifestar por médio de ações motoras, atuações, letargo, ressonâncias em o corpo; o analista, por sua parte, pode realizar intervenções não psicoanalíticas, padecer também letargo, sintomas somáticos, malestares, ou ao igual que seu paciente, sintomas de actualneurosis. O adequado manejo técnico do analista seria o fator favorecedor para a consecução do processo, agregando que quando aludimos à técnica (do grego: tekhné ou teks, que significa transferir a realidade natural através de um artifício; ou destreza para exercer um oficio) propomos que devem ser seguido certas regras. Definimos a técnica como um conjunto de procedimentos e recursos para psicoanalisar. E pensamos que certos casos apresentados como inovações técnicas, em realidade correspondem a dificuldades em sua aplicação. Por exemplo, pensamos que poderíamos revisar o caso de Margaret Little (1957) em o qual, a uma paciente que la mantinha frustrada lhe disse que não se importa o que tenha pra dizer a respeito da decoração do seu consultório. Este caso é mencionado por Lacan e vários de seus seguidores como um exemplo do “falho” da prática contratransferencialista. Poderíamos propor uma discrepância: este caso evidência uma insuficiente análise da contratransferência, não a ineficácia de sua aplicação. (Lacan: 1963) O que parece estar ocorrendo, é uma atuação motivada pela neurose de contratransferência. A paciente fazia sentir à La analista que não era escutada, e que qualquer coisa que dissesse não importa. De maneira que isto foi o que a analista disse a seu paciente. Em última instância, em lugar de interpretar o que estava ocorrendo, lhe deu à paciente “de sua própria medicina”. Em general aceitamos que quando um paciente realiza uma atuação é para não pensar, mas é importante reconhecer que também constitui uma maneira de comunicar ao analista o não adequado pensar seu. É possível que o analista pense que realizou 3 Avatar, em sânscrito refere às transmutações ou reencarnações de deus, apresentando-se como humano ou animal. Seria uma mudança, fase ou vicissitude produzida ao longo de um processo. Pode ser interpretado como relativo às sucessivas transferências e mudanças de sentido. 11 boas interpretações, mas isto se contradiz com a falta de modificação do estado afetivo do paciente. Segundo o relato de M. Little, seu paciente era refratária a suas interpretações transferênciais. A analista parecia não notar sua obstinação em a modalidade em que estas eram verbalizadas. Possivelmente ela estivesse influída por suas teorias implícitas. Esta situação representaria uma inadequação em a capacidade de empatia4. Pensamos que o denominado enactment é, desde nosso ponto de vista, uma atuação da neurose de contratransferência do analista, exacerbada por sua dificuldade para ir interpretando certo clima de estancamento ou não processo da análise. O "não me importo em o mais mínimo” alude e ilude a tomada de consciência de uma inadequação técnica consistente em uma verdadeira estereotipia interpretativa. Mais que propor uma posição judicativa ou superyoica, quiséssemos enfatizar que a situação analítica decorre entre os limites determinados pela capacidade, expertise e empatia do analista. Como dissesse Freud (1912): “qualquer repressão não solucionada em o médico corresponde (…) a um «ponto cego» em sua percepção analítica”. Bibliografía: BOLOGNINI, S.: (2004)”La empatía psicoanalítica”, Edit. Lumen, Buenos Aires CASSORLA, R.M.S (2005) “Del Baluarte al “Enactment”: El “No-Sueño” en el Teatro del Análisis” en: Revista de Psicoanálisis - Tomo LXVII Marzo-Junio 2010 Nº 1-2, Asociación Psicoanalítica Argentina Bolognini,(2004) reúne conceitos de Berger, Spazàl e Racker a respeito da empatia. Enuncia que é um estado emotivo vivido pelo terapeuta em contato com o paciente como sujeito, enquanto a contratransferência é o estado emotivo vivido em contato com o objeto do mundo interno do paciente. O que se denomina empatia seria o setor não complicado, corresponderia ao que *Racker denomina identificação concordante (com o ego e o id do analisado). O que habitualmente se conhece como contratransferência corresponde com a identificação complementaria (com os objetos internos) e a neurose de contra transferência, que costuma resultar complexa. 4 12 CESIO, F.: (1999) “Acción, actuación y violencia” en: “La peste de Tebas” Nº 13 año 3 Buenos Aires FERRO, A.: (1999) “El psicoanálisis como literatura y como terapia”. Lumen, Bs. As. FREUD, S.: (1912) “Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico” Tomo XII Obras Completas de Sigmund Freud, 1º reimpresión 1988 Amorrortu Editores Buenos Aires ------------ (1919a) “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica” Tomo XVII - Obras Completas de Sigmund Freud, 1º reimpresión 1988 Amorrortu Edit. Bs. As. LACAN, J.: (1963) Seminario 10: La angustia. Clase 10: 30/01/1963. “El Seminario” Libro X, Paidós, Buenos Aires, (edic. 2006) LITTLE, M.: (1957) “R- The analyst’s total response to his patient’s needs”. International Journal of Psichoanalysis 38:240-254 RACKER, H.: (1958) “Estudios sobre técnica Psicoanalítica” Ed. Paidós, México 1990 ROUDINESCO, E. y PLON, M: (1997) Diccionario de Psicoanálisis - Paidós (edic. 2008) ABSTRACT Em o presente trabalho, propusemos-nos revisar os conceitos de atuação e enactment, com o objeto de resgatar a importância do conhecimento da técnica analítica como salvaguarda do processo. 13 Notamos que em os últimos anos se produziu um incremento notável em a publicação de materiais clínicos que ilustram o conceito de enactment, tentando o resgatar como recurso de saída em situações de estancamento em o trabalho da dupla analítica. Em contraposição, resgatamos o conceito de neurose de contratransferência enunciado por H. Racker, para argumentar que a situação de estancamento, pode e deve ser analisada e/ou supervisionada sem necessidade de quebrantar o enquadre, por parte do analista. En el presente trabajo, nos propusimos revisar los conceptos de actuación y enactment, con el objeto de rescatar la importancia del conocimiento de la técnica analítica como salvaguarda del proceso. Notamos que en los últimos años se produjo un incremento notable en la publicación de materiales clínicos que ilustran el concepto de enactment, procurando rescatarlo como recurso de salida en situaciones de estancamiento en el trabajo de la dupla analítica. En contraposición, rescatamos el concepto de neurosis de contratransferencia enunciado por H. Racker, para argumentar que la situación de estancamiento, puede y debe ser analizada y/o supervisada sin necesidad de quebrantar el encuadre, por parte del analista. Palabras clave: Neurosis de Contratransferencia – Empatía – Actuación Eje temático Teoría y/o práctica clínica Dni 12462116 Cp 1426 14