Domingo 27 Tiempo Ordinario Ciclo C Octubre 6 de 2013 Lucas 17

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Domingo 27 Tiempo Ordinario Ciclo C
Octubre 6 de 2013
”Señor: Auméntanos la fe”
Lucas 17, 5
¡Santo y divino Espíritu!
Ya no quiero vivir más para mí;
deseo consagrar mi vida
a complacerte y a amarte por entero.
Te suplico me concedas el don de la oración.
Ven Tú mismo a mi corazón,
a enseñarme a orar
siguiendo tu inspiración.
Dame fortaleza para ser constante,
y superar el cansancio y la sequedad
San Alfonso María de Ligorio
(Fragmento1)
Lucas 17, 5-10
El poder de la fe
5
Los apóstoles pidieron al Señor:
— Danos más fe.
6
El Señor les contestó:
— Si ustedes tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este
árbol: “Arráncate de aquí y plántate en el mar”, y les haría caso.
7
»Si uno de ustedes tiene un criado que regresa del campo después de haber estado arando o cuidando el
ganado, ¿acaso le dice: “Pasa y siéntate a comer”? 8No, sino que le dice: “Prepárame la cena, y disponte a
atenderme mientras yo como y bebo. Después podrás tú comer y beber.” 9Y tampoco le da las gracias al
criado por haber hecho lo que le mandó. 10Así también ustedes, cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios
les manda, deberán decir: “Somos servidores inútiles, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra
obligación.”
1
http://www.oracionesyplegarias.com/espiritu-santo/peticiones-al-espiritu-santo-1.htm
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P. Daniel Kerber
Algunas preguntas para ayudarte en la lectura atenta…
¿Para qué piden los apóstoles al Señor que les aumente la fe? ¿Qué ejemplo da Jesús a sus discípulos sobre
el poder de la fe? ¿Cuál debe ser la actitud de los discípulos?
Algunas consideraciones para una lectura provechosa…
De camino a Jerusalén, Jesús viene enseñando a través de parábolas (Lc 15-16). El domingo pasado con la
parábola del rico y el pobre Lázaro, enseña a sus discípulos a cuidarse de ser ambiciosos y acumular
riquezas. Luego sigue insistiendo en la exigencia del Reino y en hacernos responsables y perdonarnos unos a
otros (Lc 17,1-4).El pasaje de hoy tiene dos partes: en la primera (vv. 5-6) los apóstoles piden a Jesús crecer
en la fe. En la segunda (vv.7-10) les enseña a ser servidores.
Ante las exigencias que muestran las parábolas del capítulo 16: el mayordomo astuto (vv.1-14) y la del rico
y el pobre Lázaro (vv.19-31), y el mandato de perdonar “¡hasta siete veces por día!” (17,4), no es
sorprendente que los apóstoles le pidan a Jesús: “Auméntanos la fe”. Los discípulos son conscientes de la
exigencia del seguimiento a Jesús, de la fragilidad que tienen (ver 12,28) y le piden ayuda.
La respuesta de Jesús se parece a un reproche: “si tuvieran fe como un grano de mostaza, podrían decirle a
ese árbol: «Arráncate de aquí y plántate en el mar», y les haría caso” Era proverbial la pequeñez del grano de
mostaza. La comparación que hace Jesús, naturalmente no hay que tomarla en forma literal. No es que la fe
permita “hacer magia” no se refiere a eso, sino a la confianza radical en Aquel que llama y envía (“apóstoles”
(v.5) quiere decir literalmente “enviados”).
En la segunda parte Jesús enseña a través de una parábola a no creerse merecedores de premios o de
alabanzas (cosa que sucedía mucho con los fariseos).El planteamiento se hace por medio de tres preguntas
que tienen una respuesta implícita (vv. 7.8.9). La situación supone la cultura de esclavitud de la época, en
que el esclavo no esperaba el agradecimiento o reconocimiento de su patrón, (la sensibilidad de hoy es muy
distinta frente a esta situación) sino que hacía lo que tenía que hacer.
El centro al que apunta Jesús es el desinterés por la recompensa al obrar e invita a la gratuidad del servicio,
porque como dijo él mismo “Yo estoy entre ustedes como el que sirve” (Lc 22,27). Ahora tomemos como
base de nuestra meditación las palabras del Papa Francisco pronunciadas en la Homilía de la Santa Misa
celebrada en la Basílica del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, en la Jornada Mundial de la Juventud
Rio 2013:
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“Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, en nuestra gente, nuestras comunidades. Pero, por
más grandes que parezcan, Dios nunca deja que nos hundamos. Ante el desaliento que podría haber
en la vida, en quien trabaja en la evangelización o en aquellos que se esfuerzan por vivir la fe como
padres y madres de familia, quisiera decirles con fuerza: Tengan siempre en el corazón esta certeza:
Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la
apaguemos en nuestro corazón. El «dragón», el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte.
El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza”2.
Ahora preguntémonos:
¿Es tu fe de convicción o de tradición? ¿Crees en el poder de la fe? ¿cuáles son las motivaciones o los
intereses por los que se “sirve” al Señor? ¿Hay un interés de recompensa o de mérito? ¿O simplemente
estamos alegres de tener a tan buen patrón?
Consciente que la fe es un don de Dios, debo pedirla y prepararme para recibirla, pero proveerla es asunto
de Dios. Elevemos nuestra súplica al Padre con la oración que San Clemente María Hofbauer rezaba y la
recomendaba:
Oh Jesús Redentor, autor y consumador de nuestra fe,
te suplicamos desde lo profundo de nuestro corazón arrepentido y humillado
no permita que se extinga la hermosa luz de nuestra fe.
Oh Jesús, autor y consumador de nuestra fe,
consérvanos dentro de la nave de Pedro, fieles a su sucesor,
para que se construya la unidad de la Iglesia,
se promueva su santidad y se extienda en bien de todos los pueblos.
Concédenos la paz y la unidad.
Confórtanos y consérvanos en tu santo servicio,
para que por Ti y en Ti vivamos siempre.
Amén.
San Clemente3
El Señor nos invita a tener fe, a sentir que nos encontramos en sus manos y allí estamos seguros por eso
decimos:
Creo Señor pero aumenta mi fe
2
http://www.vatican.va/holy_father/francesco/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130724_gmg-omeliaaparecida_sp.html
3
Tomado de Espiritualidad Redentorista, vol. 4, p. 293
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Al acercarme a la Sagrada Escritura para poder acrecentar la fe de la que Jesús nos habla.
¿Cómo puedo compartir mi experiencia de fe con mis amigos?, ¿La fe en Jesús me motiva a servir? ¿Qué
respondo cuando cuestionan mi fe? ¿Qué cosas puedo hacer por los demás esta semana sin esperar
nada a cambio?
“Es propio de la fe
hacernos humildes en los sucesos felices
y tranquilos en las adversidades”.
Santa Clara.
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