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Monografía
Formación en Neurosicoeducación
Alumna: Nora Durante Blanco
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected]
MSN: [email protected]
Neurosicoeducación para la Desesperanza Aprendida
La Neurosicoeducación consiste en la integración de las neurociencias con
otras ciencias afines, para producir una unificación del conocimiento que
contribuya a que todas las personas puedan alcanzar una mejor comprensión
de la conducta humana. Busca que el pensamiento científico sea una
herramienta de aporte a la Unidad Cuerpo Cerebro Mente para interpretar y
conocer el propio mundo interior y el ajeno, que aumente el nivel de salud
mental de todas las personas, contribuyendo a fomentar las capacidades,
propiciando lo que es mejor en cada individuo, elevando su potencial como ser
humano.
Nuestra UCCM (Unidad Cuerpo Cerebro Mente) es la misma de hace miles de
años atrás, preparada para sobrevivir en la sabana africana, donde reaccionar
era garantía de estar vivo, en cambio reflexionar y pensar podía resultar en ser
el alimento de un depredador.
En el cerebro distinguimos una zona que es la principal determinante de
nuestras características mas humanas: los lóbulos prefrontales que están
ubicados en los polos anteriores de cada hemisferio cerebral.
La UCCM, para asegurar la supervivencia, necesita conocer, a través de los
sentidos, y controlar, a través de las conductas, el mundo exterior. Los
estímulos externos estimulan “combos” preparados de respuestas neuronales.
Las emociones surgen de programas cerebrales heredados de especies
ancestrales. Los sistemas emocionales son instrumentos evolutivos que
promueven la coherencia psico-conductual, que durante la evolución fueron
efectivos en dar respuestas a nuestras necesidades primarias y en pasar la
información genética a las generaciones futuras.
Los sistemas emocionales funcionan como una enorme “batería” que energiza
y guía al organismo en sus interacciones con el medio ambiente. Así, siguiendo
a Panksepp podemos definir a una Emoción como un proceso psiconeuronal
innato que controla el vigor y el patrón de acción del intercambio conductual
con otros seres vivientes y objetos de importancia para la supervivencia. La
respuesta emocional frente a una interacción dada dependerá de si ésta
promueve o no la supervivencia. Las funciones afectivas además de codificar
la información nueva pueden recuperarla a posteriori posibilitando que esta
información sea generalizada para nuevos eventos en el futuro de manera
eficiente y veloz. ¡Por lo tanto los procesos emocionales NO son estáticos! Sus
circuitos se modifican y cambian con el desarrollo y la experiencia.
Los sistemas emocionales ofrecen soluciones a problemas como: ¿Cómo
obtengo comida? ¿Cómo permanezco intacto? ¿Cómo aseguro mis contactos
sociales? Estas preguntas acerca de la supervivencia se contestaron durante la
evolución mediante la aparición de los sistemas emocionales.
Los criterios neurobiológicos que definen a un “sistema emocional” son
los siguientes:
Son circuitos genéticamente predeterminados para responder en forma
incondicionada ante estímulos ambientales desafiantes. O sea que responden
ante cierto tipo de estímulos ambientales en forma “instintiva” sin requerir de un
aprendizaje previo. Organizan respuestas motoras y cambios autonómicos y
hormonales que han probado ser adaptativos (o sea que aumentan la
posibilidad de supervivencia y reproducción). Modifican el umbral de
excitabilidad de los sistemas sensoriales. Un ejemplo de esta característica de
los sistemas emocionales es la disminución del dolor ante estímulos con
respuestas emocionales agudas (analgesia por estrés) y el aumento del dolor
ante estímulos con respuestas emocionales crónicas. Los sistemas
emocionales pueden aprender mediante un reflejo condicionado pavloviano a
dar respuestas ante estímulos ambientales ante los cuales dichos sistemas no
estaban instintivamente preparados para responder. Tienen conexiones
neuronales recíprocas con las áreas cognitivas a través de las cuales los
sistemas emocionales y cognitivos pueden controlarse mutuamente.
Cumplen con estas características, y por lo tanto son definidos como sistemas
emocionales, los siguientes circuitos neuronales:
Sistema de Búsqueda: Aumenta las posibilidades de supervivencia del
organismo al hacer que esté muy interesado en interactuar con el medio
ambiente en la búsqueda de incentivos y recursos como comida, agua, sexo,
calor y contacto social. Los motiva cuando están a punto de encontrar lo que
están buscando y les permite anticipar cosas que necesitan para la
supervivencia. Facilita el aprendizaje y en los seres humanos genera y sostiene
todo tipo de curiosidad. El circuito neuronal más estudiado en relación con este
sistema emocional es la vía mesocortical dopaminérgica. Desde el núcleo
Accumbens esta vía se proyecta fundamentalmente a la Corteza Prefrontal.
Prácticamente todas las drogas adictivas, ilegales y legales, (Cocaína,
Anfetaminas, Alcohol, Nicotina, Heroína, etc.) activan este circuito. Esta es la
explicación del “atractivo psíquico” de estas sustancias.
Sistema de Agresividad: Activado por la frustración o por coartar la libertad
del organismo, aumenta la energía psíquica. Por lo tanto este sistema energiza
las conductas cuando el organismo es irritado o restringido cumpliendo
funciones de defensa del organismo y de su territorio al generar miedo en el
oponente.
Sistema de Miedo: Reduce las posibilidades de ser destruido o de sufrir dolor.
Cuando es activado puede generar respuestas de escape o de congelamiento,
según si el estímulo generador de la respuesta es evitable o no. La
estimulación crónica del sistema de miedo en los seres humanos genera
ansiedad.
Sistema de Pánico: Para comprender la importancia de este circuito neuronal
debemos recordar que los mamíferos somos los organismo con mayor
dependencia social del árbol filogenético. Este sistema emocional indica la
pérdida del apoyo social y la sensación de soledad mediante llamados de
separación como lo es el llanto en los seres humanos. La evolución ha provisto
a los mamíferos de un sistema de seguridad que apoya las funciones de los
circuitos relacionados con el instinto maternal estimulando a que la madre
cuide a su cría y que la cría sienta necesidad de su cuidado. El sustrato
anatómico de los sistemas de agresividad, miedo y pánico estaría relacionado
con las conexiones Amigdalino – Hipotalámicas.
Las emociones que provocan estímulos irrelevantes pueden afectar la
confianza
Si bien la mayoría de las personas consideran que sus tomas de decisiones
dependen de la racionalidad, la realidad es que cuando se profundiza en su
estudio, se puede observar que las mismas se encuentran más relacionadas
con las emociones.
Investigaciones de la Universidad de Pennsylvania muestran como la confianza
algo tan importante en las relaciones humanas, puede verse afectada por
información irrelevante. Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de
realizar una serie de pruebas. En una de ellas se les pedía a los participantes
que nombraran a un compañero de trabajo y después debían redactar una
situación en donde habían pasado por estado de enojo, tristeza o alegría, cada
persona redactaba solo un tipo de incidente según la emoción que se le
asignaba. A esta parte de la investigación se la denomino fase de inducción
emocional. Luego de este paso debían hacer una evaluación del compañero.
Los resultados presentaron que aquellos individuos que tenían un estado
emocional de felicidad eran mucho más confiados que los tristes, y que los
tristes eran más confiados que los enojados. En cinco estudios llevados a
cabo por los profesionales los resultados fueron similares, quienes expresaron
que circunstancias fortuitas como una multa de transito o discutir con la
pareja, influyen sobre los juicios que hacemos sobre alguien.
Una serie de sucesos irrelevantes pueden influir en el estado emocional,
estímulos sencillos como una corta historia, una noticia, un tema musical, un
chiste, hablar de deporte o incluso un pequeño debate, puede llevar a una
persona a sentirse feliz, triste, molesto, etc., y con ello a cambiar sus juicios
sobre las personas o grupos.
En los distintos ámbitos de relaciones sociales, siempre se tiene presente
espacios para conversaciones de temas triviales que se saben contribuyen a
que las personas se distiendan, considerar que el contenido de estas
conversaciones deben ser evaluados para cambiar su rumbo, si es necesario,
o elegir los temas de conversación que otorguen un estado emocional
adecuado puede ser una de las actividades propuesta por un
Neurosicoeducador.
Es por ello que en el ámbito laboral, espacios de integración en donde las
personas puedan disfrutar de momentos compartidos de placer, hacen a la
consolidación de equipos y al desarrollo de la confianza entre quienes lo
componen (juegos que no despierten la competencia, comidas, espacio de
juegos y charlas, ronda de chistes, etc.). También antes y durante algunas
reuniones, es necesario utilizar estímulos que lleven a estados emocionales
adecuados para lograr el compromiso de las personas.
Otros trabajos de este investigador permitieron sumar a los anteriores una
observación muy interesante, luego de ver fragmentos de películas los estados
emocionales que las mismas producían influían en los juicios, pero cuando las
personas eran conscientes de su estado emocional, el mismo no interfería de
igual modo ante el grado de confianza.
En neurosicoeducación utilizamos la sigla UCCM MA (unidad cuerpo cerebro
mente - medio ambiente) para representarnos y poder comprender la influencia
que el contexto tiene en cada uno de nosotros.
En reuniones de equipo en donde necesitamos que todos los miembros se
sientan seguros, integrados, confiados, parte de la organización, etc. estímulos
que generen seguridad y placer deben formar parte de las mismas para que
nuestro cerebro goce de un estado emocional a favor de los objetivos,
confianza en los otros y bienestar del grupo.
El Modelo Cognitivo de la depresión
La depresión es uno de los flagelos de la vida moderna. Afecta 15 de cada 100
personas, de las cuales 10 son mujeres y 5 hombres. Puede padecerla desde
un bebé hasta un abuelo, la gente joven en edad productiva es quien sufre con
mayor frecuencia sus síntomas. La edad promedio de inicio es de 27 años.
Algunos sostienen que se trata de una epidemia silenciosa, ya que más de la
mitad de la población experimentará algún episodio depresivo a lo largo de su
vida, el cual requerirá ayuda profesional.
El modelo de la terapia cognitiva plantea que en la depresión se ponen en
funcionamiento “esquemas mentales” (conjuntos de significados
idiosincrásicos con los cuales la persona va dando sentido a lo que va
viviendo). Estos esquemas se van formando teniendo en cuenta la cultura y la
educación que recibe la persona a lo largo de su vida.
La depresión tiene dos fuentes de origen: psicológica y la física. En el primer
caso surge a raíz de la ruptura de una relación, por pérdidas materiales o
espirituales. En el segundo caso, hay personas que presentan un cambio en la
química cerebral, es decir, un neurotransmisor disminuye sus funciones y esto
es lo que la provoca. La primera se llama Depresión reactiva, y la segunda
Depresión endógena.
La depresión es un estado emocional de abatimiento, tristeza, sentimientos de
indignidad y de culpa. La persona se siente desesperanzada, desanimada,
apesadumbrada, incapaz de disfrutar de las cosas que la rodean. Pierde el
interés por el entorno y le resulta difícil concentrarse. En ocasiones el estado
de ánimo predominante es la irritabilidad.
Síntomas de un cuadro depresivo:
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Sensación de tristeza o vacío
Ansiedad
Insomnio o sueño excesivo
Irritabilidad
Aumento o disminución de peso
Aumento o disminución de actividad física
Pérdida de interés o placer al realizar actividades cotidianas
Fatiga
Sentimiento de culpa
Baja autoestima
Dificultad para concentrarse
Ataques de llanto
Pensamientos frecuentes de muerte
Para saber como funciona nuestro cerebro y como decodifica información
(“interpreta” los estímulos que recibe) podemos ver este video:
Los Enigmas del cerebro: Emoción
Link del video:
http://www.youtube.com/watch?v=cm0lgK_PHuk
En la depresión, autores como Beck hablan de una triada cognitiva compuesta
por:
1) Visión negativa de si mismo
2) Del entorno
3) Del futuro
La persona que presenta depresión tiene un concepto de si mismo
desvalorizado, despreciado. Resalta sus aspectos despreciados, siendo difícil
ver aspectos positivos de su persona, resalta aspectos negativos de su medio
ambiente, incluyendo las personas que los rodean, siendo el estado emocional
de pesimismo, ya que creen que en su futuro nada cambiara, seguirá
padeciendo desgracias y sufrimientos. Dentro de la triada cognitiva, este
pesimismo se conoce con el nombre de Desesperanza aprendida.
La persona con desesperanza aprendida presenta pensamientos automáticos
(corto plazo) que adoptan la forma de frases tales como “son inútil” “no valgo”
“soy tonta” etc. En este caso la emoción predominante es la tristeza.
Los afectos depresivos surgen de una percepción de daño y pérdida en el
dominio personal, generalmente a partir de errores cognitivos que hacen que la
persona sienta tristeza y pena. Presenta maneras distorsionadas de procesar la
información que recibe.
En estos casos el trabajo con la autoobservación resultan indispensables,
como también conocer como funciona nuestra UCCM y el sentido de
trascendencia.
A partir de los estudios de NSE sabemos que los seres humanos tenemos una
habilidad única de procesar la información (circuitos a corto/largo plazo)
podemos combinarla, transformarla, relacionarla y llegar a una síntesis e ideas
nuevas. Esta habilidad tan exquisitamente humana puede aprenderse con
neurosicoeducacion, al aprender como funciona nuestra UCCM.
Las emociones dolorosas, producen dolor físico y con este una
disminución importante de las capacidades cognitivas y ejecutivas.
DESESPERANZA APRENDIDA
Los ambientes laborales por ejemplo, son percibidos por los cerebros de
quienes lo conforman como un sistema social que garantiza o no la
supervivencia, vista desde lo más primitivo de nuestro ser. El dolor que produce
un ambiente laboral estresante e inseguro, produce serias disminuciones en la
productividad, creatividad, compromiso y capacidad de acción de las personas.
Investigaciones en el campo de las neurociencias, demuestran como el dolor
emocional es procesado en el cerebro por la misma área que procesa el dolor
físico: la corteza cingular anterior, que se encuentra en la corteza prefrontal, la
zona en donde se producen funciones más evolucionadas y humanas.
El profesor David Alexander director del Centro de Investigación de Trauma de
Aberdeen, se dedica a ayudar a los sobrevivientes de catástrofes. En todos los
casos relata que las víctimas, expresan su dolor emocional con frases como, se
me parte el corazón, me duele el estomago, me siento desgarrado, entre otras,
demostrando el vínculo que existe entre el dolor físico y emocional.
Existen varios neurocientíficos, que en la actualidad investigan la relación entre
el dolor emocional y físico, entre ellos la Dra. Naomi Eisenberger, y el Prof.
Matthew Lieberman, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Eisenberger, desarrollo un videojuego que puede hacer que los participantes se
sientan excluidos, para poder explorar ese momento y monitorear sus cerebros.
Durante la investigación, las imágenes tomadas de los voluntarios cuando se
sentían excluidos, presentaron que el dolor por ser rechazados socialmente se
procesaba del mismo modo en el cerebro que el dolor físico y en la misma
zona, en la corteza cingulada anterior. Para poder comprender los motivos por
los cuales esto sucede, debemos tener presente lo importante que ha sido para
los homo sapiens, formar parte de grupos y gracias a ello sobrevivir a los
peligros que significó el mundo natural. Por ello en Neurosicoeducación
presentamos al instinto gregario como fundamental para poder sobrevivir ya
que solos, no podíamos enfrentar a enemigos que nos superaban en fuerza
física y este instinto, sigue actuando y siendo sumamente importante en la
actualidad y en nuestra conducta social. La importancia del apego social y
sentir dolor físico, si éste no se produce, nos aseguró el mantenernos en
contacto con los otros, afirma Eisenberger.
Ser desterrado era uno de los peores castigos de otras épocas y en la
actualidad, cualquier situación que nos haga sentir fuera de un grupo nos
produce un gran dolor, funciona como una alarma para que nos ocupemos de
solucionar esta situación. Pero a veces el dolor emocional puede volverse
crónico, dejando de lado su propósito original, de corto plazo: mantenernos
dentro de un grupo, lograr apego con los seres queridos, formar parte de un
equipo de trabajo. El grado de confianza o desconfianza que un individuo
siente con respecto a los otros y una serie de sucesos irrelevantes pueden
influir en el estado emocional.
Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE.UU.), descubrieron
qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando perdemos la capacidad de
autocontrol, que es lo que sienten muchas personas con depresión.
El autocontrol es un recurso finito, debido al alto consumo que significa para el
cerebro. Por ello si durante el día tenemos muchas situaciones que exigen su
aplicación, es común que nos cueste e incluso no logremos actuar calmos en
circunstancias que lo requieran.
Esta nueva investigación realizada en la Universidad de Iowa y publicada en la
revista Journal of Consumer Psychology, fue liderada por Hedgcock y sus
colaboradores, quienes se ocuparon de escanear a través de resonancia
magnética funcional, los cerebros de un cierto número de voluntarios mientras
realizaban tareas de autocontrol.
Los científicos pudieron observar la activación de dos zonas de la corteza
prefrontal (el área más evolucionada de nuestro cerebro), una de ellas es la
corteza cingular anterior que enciende una especie de alarma cuando distingue
una situación en la que se requiere autocontrol y es como si dijera: "Atención,
hay varias respuestas para esta situación y algunas pueden no ser muy
buenas". Esta área siempre se activa independientemente de la decisión que
se tome. La otra área, que según expresan los científicos es la verdadera
"llave" del autocontrol, es la corteza prefrontal dorsolateral que nos permite
decidir y evaluar; es la que dice: "Tengo muchas ganas de hacer cosas no
convenientes, pero debo superar este impulso y actuar más inteligentemente".
El estudio demostró que cuando estamos cansados o sumergidos en mucha
exigencia, está zona tiene menos actividad y esto es sinónimo de menor
capacidad de control. Para los investigadores la capacidad de autocontrol
debería ser comparada con una piscina que se puede vaciar por el uso y
volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos
de "tentaciones o conflictos que lo desgastan".
Los resultados de este trabajo pueden aplicarse a desarrollar programas más
acordes para adicciones o afecciones que afectan el dominio personal. Desde
la visión de la Neurosicoeducación, esta investigación también es muy
importante para tener presente por todos, ya que al estar cada día más
demandados por distintas actividades e incluso por nuestras propias exigencias
o las del medio ambiente, llegamos a un punto en donde nuestra capacidad de
autocontrol y autoconfianza se ve disminuida y sin desearlo terminamos por
ejemplo comiendo más de lo debido o discutiendo sin sentido.
Todos por experiencia personal sabemos que cuando estamos bañados por
una intensa emoción nuestro modo de ver el mundo cambia y es común
escuchar que vemos al mismo según nuestras propias gafas. Un grupo de
investigadores liderados por Taylor Schmitz y Adam Anderson de la
Universidad de Toronto, se propusieron ir más allá y descubrir que sucede en
nuestro cerebro, más precisamente en la corteza visual. Para su trabajo los
científicos reclutaron a 14 voluntarios con visión normal, a quienes les
presentaron imágenes para producirles distintos estados de ánimo (bueno,
neutral y negativo) y otras en donde se veían rostros en el centro rodeados en
algunos casos de casas y otros de árboles, en estos últimos debían determinar
el género de la persona que estaba en la fotografía.
Luego de haber realizado numerosas pruebas y de escanear los cerebros de
los participantes con equipos de resonancia magnética funcional, se observo
una fuerte relación entre los estados emocionales y la percepción de los
participantes, lo que permitió evidenciar cómo el estado de ánimo cambia la
forma en que el sistema visual filtra las experiencias.
El buen humor y una actitud positiva aumentan la percepción de datos en la
corteza visual y con ello la capacidad de tener una apreciación global (visión
periférica), mientras que el mal humor reduce la capacidad de atención y
llevaba a una visión túnel.
Para los investigadores este estudio permite comprender los motivos por los
cuales en situaciones de miedo o tristeza centramos nuestra atención en un
foco en detrimento de la visión más amplia. Un ejemplo clásico es cuando
alguien es agredido por una persona con un cuchillo o pistola y no puede
recordar el rostro del atacante, debido a que toda la atención estaba centrada
en el arma. La papel de este tipo de cambio atencional de amplio a reducido,
se produce debido a que la principal función de nuestra UCCM (unidad cuerpo
cerebro mente) es la supervivencia y centrar nuestros sentidos en el punto
amenazante y eliminar todo lo superfluo que lo rodea es fundamental para
mantenerse vivo. Algo que debe tenerse presente cuando se trabaja con
maquinarias peligrosas que exigen una visión y atención más centrada, aquí
hay que cuidar que el buen ánimo no juegue en contra, ya que puede ser una
distracción. Este trabajo nos permite comprender la importancia de las
emociones constructivas y los contextos no amenazantes para nuestra UCCM.
Imaginemos un espacio en un ámbito educativo o laboral, en donde
necesitemos un buen nivel atencional del cerebro para poder aprender,
reflexionar o llevar adelante una tarea que exige el manejo de variables y toda
nuestra inteligencia y en donde los individuos no gocen de un estado de ánimo
adecuado. Indudablemente no lograremos cumplir con los objetivos, por ello
parte de nuestra tarea cotidiana como docentes, capacitadores, líderes,
gerentes, supervisores y como seres humanos, debe ser la de generar
contextos prefrontalizados. El cerebro es el órgano más activo del cuerpo,
consume el 20 % de la energía total, que éste produce en estado de reposo.
Siempre está hambriento. Segundo a segundo, minuto a minuto y hora tras
hora, devora vorazmente proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y
minerales. Lo que sucede, es que los necesita imperiosamente para cumplir
con sus tareas de aprender, reaccionar, emocionarse, sentir y recordar. Por tal
motivo es necesario “nutrirlo” con buena alimentación y educación adecuada.
En el cerebro hay dos aminoácidos:
La Tirosina: es utilizada por el cerebro, para elaborar dos neurotransmisores
de gran importancia, como son la DOPAMINA y la ADRENALINA. Estos dos
emisarios químicos tienen como misión fundamental, el mantener el estado de
alerta y control, además de acelerar los tiempos de reacción.
El Triptófano: otro aminoácido, es utilizado para la formación de la
SEROTONINA, un neurotransmisor que tiene la función opuesta, o sea
obstaculizar la concentración, provocar somnolencia y limitar la capacidad de
control.
Si ponemos como ejemplo en una fiesta: La Tirosina será la encargada de
animar la fiesta y el Triptófano en cambio sería el que da las doce campanadas
indicando su finalización.
Nuestra UCCM (Unidad cuerpo cerebro mente) posee sistemas atencionales
inconscientes y conscientes. Conocer y desarrollar el segundo, contribuye a
que podamos fijar nuestra atención en los aspectos de la vida que hacen a
nuestro bienestar y crecimiento como mejores seres humanos. Nuestra
UCCM, evalúa los estímulos que le llegan del mundo exterior (medio ambiente)
y del mundo interior, cumpliendo de este modo con su principal función:
garantizarnos la supervivencia. Los cerebros más primitivos instintivo y
emocional son los primeros en realizar esta evaluación. Si este complejo
formado por el cerebro instintivo y emocional determina que la información
recibida es relevante, se activa un mecanismo de intrusión que tiene como
finalidad dirigir toda la atención al estímulo con el fin de asegurar que el mismo
sea resuelto. Los estímulos activan dos fuerzas que modelan la actividad
cerebral que son el placer y el dolor, y según sean los niveles de activación
será el grado de respuesta y compromiso instintivo emocional que la persona
alcance. Las áreas comprometidas en este nivel de evaluación son el colículo
superior, amígdala, hipotálamo y circuito de recompensa.
El primer nivel de evaluación puede llevar a acciones sin necesidad de que la
información llegue a las áreas conscientes como son los lóbulos prefrontales.
Deseo, huída, lucha, sumisión, inhibición de acción son algunas de las
respuestas.
Las redes instintivas + emocionales (CI + CE) ven a cada uno de nuestros
problemas o estímulos de placer (comida, juego, sexo, etc.) como situaciones a
resolver en este instante, como si un león nos estuviera por comer, o ésta fuera
nuestra única oportunidad de alimentarnos, y para ellos es fundamental
garantizar nuestra supervivencia en el aquí y ahora.
El segundo nivel de evaluación del cerebro comprende a la corteza, lo que
permite activar las fuerzas placer-dolor más elevadas arrojando una evaluación
más completa y compleja que la de los cerebros primitivos. Este segundo
circuito neuronal más largo y por ello siempre más lento, es muy importante
pues de él depende la posibilidad de modelar la respuesta inicial, descartar la
intrusión, observar nuestro modo de pensar sobre el estímulo e interpretar la
situación de un modo más humano. Para que este segundo estado tenga éxito
es fundamental haber logrado el manejo de la atención en forma consciente,
para poder auto-observarnos. Aquí es donde podemos ver los pensamientos
que despiertan nuestros instintos y emociones, y de la calidad de estos
pensamientos será la posibilidad de modelar las respuestas y alcanzar las
condiciones más elevadas de nuestra UCCM.
Una de las herramientas propuesta por la Neurosicoeducación es el desarrollo
de la capacidad de manejar de manera consciente nuestra atención.
Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos más reconocidos dice que la
mejor manera de salir de las emociones limitantes es fijarnos y desarrollar las
positivas. Entonces podemos decir que existe el sistema atencional
inconsciente y un sistema atencional consciente, este segundo nos permite
saber que estamos por ejemplo enojados, pero no significa que podamos
cambiar o modelar la emoción, las respuestas, ni que podamos ajustar los
pensamientos que se despiertan. Cuando hablamos de pensamientos los
podemos representar como redes neuronales muy fuertes que se presentan
ante determinados estímulos.
Aquí es donde en Neurosicoeducación aplicamos el mecanismo de desvío de
atención ó desatención voluntaria. Si debiéramos estudiar un tema
especifico, el cerebro tendría que considerar algunos estímulos del medio
ambiente como irrelevantes y solo atender a los necesarios para el aprendizaje.
Si usamos el desvío de atención voluntario o consciente, daremos un enorme
paso hacia la autogestión de las respuestas instintivas-emocionales.
Para aplicar este mecanismo, podemos utilizar la respiración, que si bien es
una función automática del sistema nervioso, puede ser manejada
voluntariamente. En situaciones de estrés ésta posee un ritmo rápido y
elevado, en estados de relajación es más lenta, profunda y llena hasta el
abdomen. Con el solo hecho de aplicar una respiración relajada, el cuerpo le
informa a nuestro cerebro que las cosas están bien y los NT
(neurotransmisores) cambian llevando a la UCCM a un estado de bienestar.
Otro modo, es llevar la atención a recuerdos agradables, hacer un relato
descriptivo de cómo llegar a un lugar o como es una habitación de nuestra
casa, repetir una canción, leer un poema o un propio escrito con lo que se
desea ser en la vida o sueños a alcanzar, o mejor aún leer un artículo que se
transforme en un medio enriquecido para nuestro cerebro, que no solo desvíe
la atención, sino que además enriquezca nuestros pensamientos. En ambos
casos lograremos neurosicoentrenar la atención consciente y activar el de
desatención hacia los pensamientos inadecuados, de esta manera las
neuronas que los conectan se van debilitando.
Posner uno de los mayores investigadores en el campo de la atención, dice
que la atención ejecutiva debe entrenarse. Cuanto más se aplica esta
respuesta de frenado y desvío de la atención gracias al uso y activación del
área orbito frontal, nuestra vida alcanza más momentos de relajación y
logramos modelar muchos pensamientos distorsionados o inadecuados. Por
supuesto este es solo un paso en nuestra transformación y autogestión, el
siguiente es dirigir la atención (auto-observación y monitoreo de conducta) a
nuestro crecimiento como mejores seres humanos, creando en nuestros
cerebros, bancos de memoria (Neurosicoeducación) que generen y sostengan
pensamientos que nos lleven a cumplir con ese objetivo.
Para finalizar y como síntesis de lo que tenemos que lograr como
Neurosicoeducadores podemos compartir este video “El cerebro Feliz”. Un
intérprete que ha podido combatir y eliminar la ignorancia invisible, tendrá mas
posibilidades de ver correctamente las realidades de la vida, para crearse un
camino con menos problemas que le faciliten el tener una vida Feliz.
El Cerebro Feliz
Link del video:
http://www.youtube.com/watch?v=wcTMuuWAIWU&feature=player_embedded
#!
Nora Durante Blanco
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