COMO PREVENIR LAS
ULCERAS POR PRESION
¿QUE SON Y PORQUE APARECEN?
También llamadas llagas, escaras o picaduras, son
heridas producidas en pacientes que normalmente tienen la
movilidad reducida y por ello se mantienen mucho tiempo en
la misma posición, sentados o acostados.
Estas heridas aparecen casi siempre en salientes
óseas (rabadilla, caderas, tobillos, talones, orejas,
rodillas,…) que están en contacto entre ellas mismas o
contra una superficie dura (silla de ruedas, colchón,
butacón); también pueden producirse por el rozamiento con
dicha superficie al movilizar al paciente en la cama arrastrándolo o cuando se resbala él solo.
¿CÓMO SON?
En una zona ósea sobre la que el paciente ha estado
apoyado mucho tiempo suele aparecer un enrojecimiento que no
se va cuando se aprieta sobre él y que no desaparece después de
cambiar de postura. También puede aparecer como un
amoratamiento. Es en este momento cuando debemos pedir ayuda
a la enfermera del centro de salud.
De ahí, si no se trata la causa y se ponen los medios
adecuados, puede pasar a una pérdida de la piel y del tejido más
profundo según pasa el tiempo, e incluso aparición de tejido
muerto.
¿PUEDE PADECERLA CUALQUIER PERSONA?
Postura que hay que evitar
Este tipo de heridas se da sobre todo en
personas con algunos de los siguientes factores de
riesgo:
Personas inmovilizadas ya sea sentadas o
acostadas, y cuanto más inmóviles están más
posibilidades de tenerlas
Pacientes con incontinencia que no controlan la
orina o las heces
Personas mayores
Pacientes que tienen disminución de la conciencia y no se mueven solos
Fumadores, bebedores o con otros hábitos tóxicos
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Pacientes que no tienen sensación de dolor (por algunas enfermedades), con fiebre,
infecciones agudas,
Pacientes con enfermedades metabólicas como la diabetes o problemas cardíacos,
respiratorios o renales,
Personas con falta de higiene e hidratación de la piel,
Situaciones de mala temperatura ambiental,
Personas mal alimentadas y que beben poco agua.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITARLAS?
Favorecer la movilización por el propio paciente si su estado lo
permite; dando paseos, poniéndose unos minutos de pie cada
media hora, cambio de postura por sí solo o haciendo pulsiones
si está sentado y animándole a ello
Cambiar de postura al paciente cada 2 horas cuando él mismo no puede hacerlo, rotando la
posición de un lado, del otro lado, sin superar los 30º y boca arriba, ayudándonos de
cojines y almohadones para mantenerle de forma correcta (la enfermera puede orientar
en la forma mejor de hacerlo), y sin dejarle caer directamente en la zona donde tenga una
úlcera. Si hay que incorporarle la cama no hacerlo en más de 30º. Evitar el roce entre
salientes óseas con almohadones.
Para movilizar al paciente en la cama y evitar el rozamiento por la misma, utilizar una
entremetida (sábana doblada en cuatro que se pone debajo del paciente, desde los
hombros hasta los muslos)
Evitar el peso directo de la ropa de cama sobre la punta de los dedos de los pies sin
remeterlas o con algún dispositivo que las levante.
Proteger al paciente con material adecuado (también a través del asesoramiento de la
enfermera) con taloneras de velcro, apósitos, borreguitos, también en las esquinas y
salientes del mobiliario de uso habitual …
Uso de dispositivos de prevención especiales como colchones y cojines antiescaras (si pasa
mucho tiempo sentado), diseñados especialmente para esta tarea, NO UTILIZAR
FLOTADORES DE PLAYA.
Utilización de cremas protectoras en zonas húmedas, e hidratantes en el resto de la piel,
así como aceites especiales para la prevención de úlceras en zonas ya enrojecidas y sin
dar masajes.
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No utilizar alcohol ni colonias para friegas porque resecan la piel.
Usar jabones neutros para el lavado y secando luego muy bien pero sin frotar.
Evitar las arrugas en la ropa de cama y en el vestido del paciente (que deben ser de
algodón), así como el calor y abrigo excesivo o escaso.
Procurar una alimentación acorde con las necesidades del enfermo, siempre equilibrada y
variada, con el aporte adecuado de productos lácteos, carnes, pescados y huevos (clara,
rica en proteinas), y un aporte adecuado de agua de un litro y medio o dos al día.
Observación diaria (normalmente se aprovecha la hora del baño) de todas las zonas de
riesgo antes mencionadas y zonas húmedas o excesivamente secas para poder tratar de
forma precoz la aparición de alguna lesión.
¿CÓMO PODEMOS TRATARLAS UNA VEZ QUE HAN APARECIDO?
A pesar de todos nuestros esfuerzos para prevenirlas con los consejos dados
anteriormente, podemos sospechar de cualquier enrojecimiento que no se vuelve blanco con la
presión del dedo o desaparece tras el cambio de postura.
En este caso, hay que avisar a la enfermera del centro de salud quien nos dirá la forma de
prevenir que no aparezcan más y de evitar el desarrollo de la lesión que ya haya aparecido,
insistiendo en los cambios posturales, la alimentación y el cuidado de la piel y nos indicará el
uso de algún aceite o apósito y la forma de curarla si está al alcance de la persona cuidadora o
lo hará la misma enfermera, así como la frecuencia de las curas. Hay que tener en cuenta que
cuanto más avanzada esté la úlcera más difícil será su curación.
¿SE CURARÁ LA ÚLCERA?
Cómo bien hemos dicho antes, tanto la aparición como el desarrollo y curación posterior
de estas heridas dependen de varios factores por lo cual es posible que cuidándolos todos y
poniendo los medios necesarios éstas se curen, pero también hemos hablado de otros factores
que no están en nuestras manos como las enfermedades que padezca el paciente y que pueden
determinar que una herida tarde más o menos tiempo en curarse.
¿CÓMO AVISAMOS A LA ENFERMERA DEL CENTRO DE SALUD?
Dirigiéndonos al centro de salud en su horario de consulta o bien por teléfono al numero
959 650 716 dejando un aviso para la enfermera de su zona
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