2 nivel revolucion francesa

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Guía II nivel
Descripción Pedagógica
Unidad
Núcleos temáticos de la
clase
Objetivos
Siglo XIX
Revolución Francesa
Conocer las principales características de la Edad Contemporánea
Revolución Francesa.
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de
violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, numerosas otras
naciones de Europa enfrentando a partidarios y opositores del sistema denominado del Antiguo
Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789
y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799. Si bien la organización política
de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 71 años después de que la
Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la
revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la
burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política
dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá
de sus estertores, en la medida que le derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.
Causas de la Revolución
En términos generales fueron varios los factores que influyeron en la Revolución: a un
régimen monárquico sucumbiendo a su propia rigidez en un mundo cambiante se unió el
surgimiento de una clase burguesa que cobraba cada vez mayor relevancia económica y el
descontento de las clases más bajas, junto con la expansión de las nuevas ideas liberales que
surgieron en esta época y que se ubican bajo la firma. De manera más detallada las causas
puntuales de la Revolución incluyen el auge de la burguesía, con un poder económico cada vez
más grande y fundamental en la economía de la época. El odio contra el absolutismo
monárquico se alimentaba con el resentimiento contra el sistema feudal por parte de la
emergente clase burguesa y de las clases populares. Desde el punto de vista político, fueron
fundamentales ideas tales como las expuestas por Voltaire, Rousseau o Montesquieu (como por
ejemplo, los conceptos de libertad política, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una
sociedad dividida, o las nuevas teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado).
Todo ello fue rompiendo el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen y ayudaron a su
derrumbe. Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del estado fue exacerbada
por un sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos
privilegiados, nobleza y clero, no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la
sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado y el descenso de los beneficios para los
terratenientes y los campesinos, y una escasez de alimentos en los meses precedentes a la
Revolución. Con el tiempo se agudizaron las tensiones, tanto sociales como políticas, que se
desataron cuando se produjo una gran crisis económica a consecuencia de dos hechos
puntuales: la colaboración interesada de Francia con la causa de la independencia
estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit fiscal) y la disminución de los precios
agrícolas. El conjunto muestra un resentimiento generalizado dirigido hacia los privilegios de los
nobles y el dominio de la vida pública por parte de una ambiciosa clase profesional, en el
contexto de la Independencia de los Estados Unidos, proceso revolucionario que abrió los
horizontes de cambio político a los franceses.
Los Estados Generales de 1789
Los Estados Generales estaban formados por los representantes de cada estamento. Estos
estaban separados a la hora de deliberar y tenían sólo un voto por estamento. La convocatoria
fue un motivo de preocupación para la oposición, por cuanto existía la creencia de que no era
otra cosa que un intento, por parte de la monarquía, de manipular la asamblea a su antojo. La
cuestión que se planteaba era importante. Estaba en juego la idea de Soberanía Nacional, es
decir, admitir que el conjunto de los diputados de los Estados Generales representaba la
voluntad de la nación. El tercer impacto de los Estados Generales fue de gran tumulto político,
particularmente por la determinación del sistema de votación. El Parlamento de París propuso
que se mantuviera el sistema de votación que se había usado en 1614, si bien los magistrados
no estaban muy seguros acerca de cuál había sido en realidad tal sistema. Sí se sabía, en
cambio, que en dicha asamblea habían estado representados (con el mismo número de
miembros) la nobleza (Primer Estado), el clero (Segundo Estado) y la burguesía (Tercer Estado).
Inmediatamente, un grupo de liberales parisinos denominado «Comité de los Treinta»,
compuesto principalmente por gente de la nobleza, comenzó a protestar y agitar, reclamando
que se duplicara el número de asambleístas con derecho a voto del Tercer Estado (es decir, los
«Comunes»). El gobierno aceptó esta propuesta, pero dejó a la Asamblea la labor de determinar
el derecho de voto. Este cabo suelto creó gran tumulto. El rey y una parte de la nobleza no
aceptaron la situación. Los miembros del Tercer Estamento se autoproclamaron Asamblea
Nacional, y se comprometieron a escribir una Constitución. Sectores de la aristocracia confiaban
en que estos Estados Generales pudieran servir para recuperar parte del poder perdido, pero el
contexto social ya no era el mismo que en 1614. Ahora existía una élite burguesa que tenía una
serie de reivindicaciones e intereses que chocarían frontalmente con los de la nobleza (y también
con los del pueblo, cosa que se demostraría en los años siguientes).
La Asamblea Nacional
Cuando finalmente los Estados Generales de Francia se reunieron en Versalles, el 5 de mayo de
1789 y se originaron las disputas respecto al tema de las votaciones, los miembros del Tercer
Estado debieron verificar sus propias credenciales, comenzando a hacerlo el 28 de mayo y
finalizando el 17 de junio, cuando los miembros del Tercer Estado se declararon como únicos
integrantes de la Asamblea Nacional: ésta no representaría a las clases pudientes sino al pueblo
en sí. La primera medida de la Asamblea fue votar la «Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano». Si bien invitaron a los miembros del Primer y Segundo Estado a participar en
esta asamblea, dejaron en claro sus intenciones de proceder incluso sin esta participación. La
monarquía, opuesta a la Asamblea, cerró las salas donde ésta se estaba reuniendo. Los
asambleístas se mudaron a un edificio cercano, donde la aristocracia acostumbraba a jugar el
juego de la pelota, conocido como Jeu de paume. Allí es donde procedieron con lo que se
conoce como el «Juramento del Juego de la pelota» el 20 de junio de 1789, prometiendo no
separarse hasta tanto dieran a Francia una nueva constitución. La mayoría de los representantes
del clero se unieron a la Asamblea, al igual que 47 miembros de la nobleza. Ya el 27 de junio, los
representantes de la monarquía se dieron por vencidos. También por esa fecha grandes
contingentes de tropas militares comenzaron a llegar a París y Versalles. Los mensajes de apoyo
a la Asamblea llovieron desde París y otras ciudades. El 9 de julio la Asamblea se nombró a sí
misma «Asamblea Nacional Constituyente».
La Convención
El poder legislativo de la nueva República estuvo a cargo de la Convención, mientras que el
poder ejecutivo recayó sobre el Comité de Salvación Nacional. En el Manifiesto de Brunswick,
los Ejércitos Imperiales y de Prusia amenazaron con invadir Francia si la población se resistía al
restablecimiento de la monarquía. Esto ocasionó que Luis XVI fuera visto como conspirador con
los enemigos de Francia. El 17 de enero de 1793, la Convención condenó al rey a muerte por
una pequeña mayoría, acusándolo de «conspiración contra la libertad pública y la seguridad
general del Estado». El 21 de enero el rey fue ejecutado, lo cual encendió nuevamente la mecha
de la guerra con otros países europeos. La reina Maria Antonieta, nacida en Austria y hermana
del Emperador, fue ejecutada el 16 de octubre del mismo año, iniciándose así una revolución en
Austria para sustituir a la reina. Esto provocó la ruptura de toda relación entre ambos países
ACTIVIDAD EVALUADA TERCEROS MEDIOS.
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y REVOLUCIÓN FRANCESA.
Aunque la industrialización va a producir enormes transformaciones en la sociedad
británica como el crecimiento de la llamada clase burguesa, o el éxodo rural producto de la
revolución agraria, sin embargo quizá los dos fenómenos sociales más dignos de estudio sean el
espectacular crecimiento demográfico y el nacimiento de una nueva y masiva clase trabajadora
formada por los obreros de las nuevas industrias. La industrialización va a provocar un
crecimiento de la población sin precedentes en la historia de la humanidad conocido como la
Revolución Demográfica. Los cambios en la industria, la agricultura y los transportes produjeron
un aumento espectacular de la riqueza (que se traduce fundamentalmente en una mejor
alimentación) que se reflejó en un crecimiento notable de la población que servirá para
multiplicar los habitantes de Europa en muy pocos años e incluso para poblar con emigrantes
otros continentes. La disminución de algunas de las más temibles epidemias que habían azotado
Europa durante siglos, ciertas mejoras sanitarias e higiénicas ( como el descubrimiento de la
primera vacuna por el doctor Edward Jenner en 1796 que protegía contra la viruela) y, sobre
todo, una mejor alimentación con el fin de las crisis de subsistencia, están entre las causas de
ese crecimiento demográfico. Este aumento de la población fuerte y sostenido explica el enorme
crecimiento de las ciudades británicas a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Los niveles de vida durante la Revolución Industrial.
Ningún historiador niega que la Revolución Industrial elevara a la larga los niveles de
vida de los trabajadores. La población obrera y campesina de los países que se industrializaron
consumía más a fines del siglo XIX que en el siglo XVIII. Tenía una mayor esperanza de vida y
también había logrado una mejor educación y sanidad. Sin embargo, un tema muy debatido por
los historiadores es si esa elevación del bienestar se dio o no durante las primeras décadas de la
Revolución Industrial. Dos tendencias han surgido en relación con este tema: la «pesimista» y la
«optimista». Los historiadores pesimistas sostienen que los trabajadores disminuyeron su nivel
de vida durante los primeros tiempos de la Revolución Industrial. Afirman que los salarios
bajaron. Que las condiciones de trabajo en las fábricas eran más penosas que en los talleres
artesanales o en el campo. Que en las fábricas trabajaban 14 o 15 horas diarias mujeres y niños
de corta edad. Que las ciudades eran insalubres y la población de los barrios obreros vivía
hacinada en sus hogares. La escuela pesimista sostiene, pues, que el aumento de la renta
nacional durante las primeras décadas de la industrialización benefició exclusivamente a los
capitalistas y a las clases medias. La mayor riqueza se había concentrado de este modo en
manos de una minoría de la población. La tendencia optimista mantiene puntos de vista
contrarios. Admitiendo que el nivel de vida de los trabajadores era muy bajo, algunos
historiadores piensan que los salarios subieron. Que las condiciones de trabajo en las fábricas
eran similares a las que antes existían en los talleres y hogares campesinos, donde también
hombres, mujeres y niños trabajaban muchas horas. Que la mortalidad disminuyó en las
ciudades pese a su insalubridad, lo que demostraría que la vida en el campo antes de la
Revolución Industrial no era precisamente bucólica. La escuela optimista sostiene, pues que el
aumento de la renta nacional durante las primeras décadas de la industrialización benefició a
capitalistas y clases medias más que a trabajadores, pero que éstos también elevaron algo su
nivel de vida. El debate entre pesimistas y optimistas no ha concluido, porque es muy difícil
medir el nivel de vida durante los inicios de la Revolución Industrial. La primera dificultad
procede de la escasa información todavía disponible sobre la evolución de los salarios reales (...)
Otras dificultades provienen de la escasa información existente sobre los precios o sobre los
niveles de desempleo. Tampoco se sabe lo suficiente sobre las condiciones de trabajo en
talleres artesanales y en hogares campesinos anteriores a la Revolución Industrial. No se puede,
por tanto, emitir un juicio definitivo sobre si esas condiciones fueron peores o similares en las
fábricas. Aumentara o disminuyera el nivel de vida, lo cierto es que los trabajadores que vivieron
la primera fase de la Revolución Industrial participaron muy escasamente del aumento de la
riqueza. Sobre ellos recayó la peor parte de la industrialización: salarios de subsistencia,
condiciones de trabajo a menudo inhumanas, mayor que otras clases sociales y ruptura de sus
modos de vida tradicionales. Nada de esto puede negarse. Pero también es cierto que las
clases trabajadoras de los países que se industrializaron lograron a la larga un nivel de vida muy
superior al de las sociedades preindustriales. Este acceso a un mayor bienestar no fue sólo
resultado del aumento de la productividad y de la riqueza, sino de una mejor distribución de la
renta gracias a las conquistas sociales de los trabajadores.
Antonio Escudero, La Revolución Industrial, Editorial Anaya, Madrid 1988,
páginas 102 a 105
Revolución Francesa.
El final del siglo XVIII fue una época de trastornos en muchas partes de hemisferio
occidental, trastornos que se pueden atribuir, directa o indirectamente, al fermento de las ideas
conocidas como la Ilustración. Estas ideas, reflejo de las necesidades y tensiones de una
sociedad cambiante se basan en el nuevo conocimiento científico del siglo XVII, que engendró
una nueva fe en la razón y en el progreso. por un lado, esto llevó a un rechazo de la autoridad y
a una afirmación de los Derechos del Hombre, expresados en la famosa declaración de
Rousseau de que el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado. Por otro lado, las
nuevas ideas fueron una inspiración para los monarcas, que, al terminar el siglo XVII, empezaron
a concentrar el poder en sus propias manos y a gobernar mediante agentes burocráticos
nombrados por ellos. Sin embargo, estas actividades centralizadoras encontraron resistencia en
todos aquellos que tenían intereses creados en el Antiguo régimen, Iglesias, gremios y
corporaciones y, sobre todo, la aristocracia. Sus líderes recurrieron a las teorías de Montesquieu
y Burke para demostrar que la sociedad era una forma orgánica y que sus agrupaciones
tradicionales no sólo conferían derechos inalienables a sus miembros sino que producían un
equilibrio de poder que resguarda los individuos de la tiranía. Esto junto al deseo de autonomía
de las provincias dio origen al descontento. Quedó muy claro entonces que el fermento no se
detendría ahí.
Era más probable que ocurriera una rebelión en las regiones en que la aristocracia podía
contar con el apoyo de los campesinos; pero en Europa Oriental estos últimos aún eran ciervos,
y era poco probable que se revelaran para apoyar a los terratenientes que eran sus opresores
directos. Sin embargo, a los campesinos también les desagradaban las innovaciones y a veces
luchaban tenazmente por conservar su forma de vida tradicional.
Las revoluciones aparecieron por primera vez en gran escala en las colonias inglesas de
América. Recurriendo a la filosofía de Locke sobre el derecho natural, los colonizadores se
negaron a pagar un impuesto establecido por el parlamento en Londres, en el que no estaban
representados. Para 1775 la disputa había llegado a una guerra declarada. Los hombres
moderados que habrían mantenido la antigua estructura de la sociedad fueron sustituidos por
otros con objetivos más democráticos y la guerra por la independencia nacional ganó apoyo en
todos los estratos sociales. El ejemplo norteamericano fue una inspiración para los rebeldes de
los países bajos, así como en Francia, cuyas tropas habían peleado en el lado norteamericano
en la guerra.
La Revolución Francesa se encuadra dentro del ciclo de transformaciones políticas y
económicas que marcaron el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea.
La independencia de EEUU y el desarrollo de la Revolución Industrial, iniciada en la Gran
Bretaña, son los otros dos grandes procesos que señalan esta transición histórica.
Las transformaciones producidas por la Revolución Francesa.
Una consecuencia directa de la Revolución fue la abolición de la monarquía absoluta en
Francia. Asimismo, este proceso puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero. La
servidumbre, los derechos feudales y los diezmos fueron eliminados; las propiedades se
disgregaron y se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de impuestos. Gracias
a la redistribución de la riqueza y de la propiedad de la tierra, Francia pasó a ser el país europeo
con mayor proporción de pequeños propietarios independientes. Otras de las transformaciones
sociales y económicas iniciadas durante este periodo fueron la supresión de la pena de prisión
por deudas, la introducción del sistema métrico y la abolición del carácter prevaleciente de la
primogenitura en la herencia de la propiedad territorial. La Revolución también desempeñó un
importante papel en el campo de la religión. Los principios de la libertad de culto y la libertad de
expresión tal y como fueron enunciados en la Declaración de Derechos del hombre y del
ciudadano, pese a no aplicarse en todo momento en el periodo revolucionario, condujeron a la
concesión de la libertad de conciencia y de derechos civiles para los protestantes y los judíos. La
Revolución inició el camino hacia la separación de la Iglesia y el Estado.
ACTIVIDAD:
Luego de finalizar la lectura de los fragmentos relacionados con la Revolución industrial y
Revolución Francesa responda las siguientes preguntas:
1.- Según el fragmento del texto Los niveles de vida durante la Revolución Industrial, señale en
que consisten la visión optimista y pesimista que se originan a cerca de la revolución Industrial.
2.- ¿Cuáles son las dificultades que se presentan para medir el nivel de vida de los trabajadores
en la primera etapa de la revolución Industrial?
3.- ¿Cuáles son las causas del crecimiento demográfico que se produjo durante la revolución
industrial?
4.- De acuerdo al Fragmento “Las transformaciones producidas por la Revolución Francesa”
indique cuales son las consecuencias directas de la revolución.
5.- ¿Cuales son los antecedentes que permiten el surgimiento de la revolución Francesa?
6.- ¿Cuáles son los dos grandes procesos que señalan la transición histórica hacia la revolución
Francesa?
Criterio
Indicadores
Forma
1. Efectúa un
Trabajo sistemático
durante el desarrollo
de toda la actividad.
2. Las respuestas se
presentan de manera
clara y responden a lo
preguntado.
Puntaje Real
5 puntos
5 puntos
5 puntos
3. Presenta letra
legible y buena
ortografía.
4. Trabaja en silencio
y presenta respeto
frente a sus
compañeros.
5 puntos.
5. Respeta el plazo y
la hora de entrega del
trabajo final.
5 puntos
1. Identifica las
consecuencias que
trae la revolución
industrial
10 puntos
2. Reconoce el
contexto social que se
presenta durante la
revolución industrial.
10 puntos.
3. Identifica los
antecedentes que
permiten el surgimiento
de la revolución
Francesa.
10 puntos
Fondo.
Puntaje Final
Puntaje Obtenido.
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