Compromiso con el legado del P. Hurtado El gigante chino Antuco y

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Compromiso con el legado del P. Hurtado
Señor Director:
Sin duda que el 23 de octubre pasará a ser recordado a contar de este año, como un día donde aconteció uno de los hitos de gran
relevancia para todo el pueblo de Chile. Porque ese día en la Plaza de San Pedro, frente a los miles de fieles que allí se congreguen,
veremos por televisión junto a la inmensa mayoría de fieles a través del mundo, cuando el Papa Benedicto XVI proclame como
nuevo santo de la Iglesia, al padre jesuita chileno Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952). Y nuestra alegría será inmensa, no cabe
ninguna duda, más aun para el mundo católico, y en especial para todos quienes se nutren de su espiritualidad, muy ignaciana por
lo demás.
Tal vez el Padre Alberto Hurtado estaría más “contento” (eso tampoco es certeza) con que sólo algunos de esos miles de chilenos
que pretenden gastar millones en ir a Roma para verlo elevado al sitial más alto, pudieran también vivir siendo parte de su legado en
Chile. Ya sea haciéndose socios del Hogar de Cristo, con un aporte mínimo o que alguno se comprometiese con una obra social
donde pueda servir a otros, regalando tan sólo su tiempo, o con otros aportes similares, más que gastando dinero que a veces no se
posee, para sentirse parte del espíritu y legado del Padre Hurtado, y después muy tranquilo poder decir “yo estuve en la Plaza San
Pedro el 23 de octubre del 2005” y orgullosamente mostrar a los amigos y conocidos todas las fotografías que seguramente ese día se
sacarán por miles.
Gastón Rivera C.
Antuco y nuestra
responsabilidad
El gigante chino
Señor Director:
En los días finales de mayo sufrimos los chilenos una inmensa tragedia. Cuarenta y cuatro jóvenes compatriotas fueron arrastrados a la muerte en las cercanías de Antuco. Estaban
prestando un servicio al país. Se preparaban para su defensa.
Lo que ahonda el dolor es saber que la mayoría de estos adolescentes eran pobres, hijos de campesinos, jóvenes ilusionados
con cambiar de vida.
Estamos a la espera de que la justicia determine las culpas y
las causas y aplique las sanciones. Sin embargo, es nuestra responsabilidad sensibilizar a autoridades, instituciones y a sectores sociales en el respeto por los más pobres y vulnerables de
nuestro país. Pareciera que todavía los pobres tuvieran menos
valor, fueran “carne de cañón”, no merecieran mejores ropas
para marchar por el frío cordillerano ni casas que soporten la
lluvia ni escuelas con adecuados pupitres o techos, ni sueldos
que les permitan alimentar dignamente a sus hijos. Mientras
no dupliquemos nuestro respeto por el pobre, no veo cómo
podremos celebrar la canonización del P. Hurtado.
F. Schmidt L.
Ramiro Pérez V.
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5
MENSAJEjulio
agosto
281 MENSAJE
20042005
Estimado P. Director:
Agradezco el artículo “América Latina y el mejor compañero”, publicado en la edición de julio. Junto con el editorial
del mismo número, nos ayuda a reforzar la vocación latinoamericana de Chile que incluye también el esfuerzo de seguir
siendo el mejor alumno pero en las categorías de justicia,
equidad, honestidad, eficiencia, desarrollo.
Esta carta, sin embargo, es para expresarle mi extrañeza
—que incluye una petición— porque la revista Mensaje no
ha publicado nada de ese gigante que nos tiene el precio del
cobre por los cielos, y que parece ser hoy uno de los motores
de la economía mundial. Me refiero a China y todo el liderazgo
que está ejerciendo en Asia, sus problemas con Japón y sus
alianzas con otro gigante, India. Sin duda el tablero mundial
empieza a configurarse de distinta manera por los temores o
atracciones que significa el desarrollo chino. Tan preocupante como para que se lograra un acuerdo nuclear entre EE.UU.
e India. Un buen servicio sería ayudarnos a entender algo de
las complejidades del régimen chino y, por supuesto, su significado para nuestro continente.
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