Medicamentos veterinarios: aspectos diferenciales Sonia Rubio Langre; Manuel San Andrés Larrea1 RESUMEN Se denomina Medicamento de Uso Veterinario a toda sustancia o combinación de sustancias que se presente como poseedora de propiedades curativas o preventivas con respecto a las enfermedades animales o que pueda administrarse al animal con el fin de restablecer, corregir o modificar sus funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico veterinario. También se consideraran “medicamentos veterinarios” las “premezclas para piensos medicamentosos” elaboradas para ser incorporadas a un pienso”. Posiblemente sea en el apartado de seguridad donde se presentan las mayores diferencias con los medicamentos de uso humano, ya que los medicamentos de uso veterinario conllevan una especial atención a los posibles residuos que de los mismos queden en los alimentos procedentes de animales tratados. Otro punto sobre el que se hace especial mención de seguridad es para las personas que manejan las premezclas, dado la alta concentración del medicamento en las mismas y los riesgos en su manipulación (inhalación, ingestión, contacto… según diferentes escenarios). Finalmente, el tercer punto en el apartado de seguridad hace referencia al impacto medioambiental de los residuos de medicamentos. Los Medicamentos Veterinarios o también denominados Medicamentos de Uso Veterinario, tienen su base legal en la Ley 29/2006 de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios; en dicha ley, en su artículo 1 apartado 3, cita que “Regula también la Ley los criterios y exigencias generales aplicables a los medicamentos veterinarios y, en particular, a los especiales, como las fórmulas magistrales, y los relativos a los elaborados industrialmente incluidas las premezclas para piensos medicamentosos”. Posteriormente en su artículo 7. Medicamentos legalmente reconocidos, específica que: 1. Solo serán Medicamentos los que se enumeran a continuación: a) Los medicamentos de uso humano y de uso veterinario elaborados industrialmente o en cuya fabricación intervenga un proceso industrial. b) Las fórmulas magistrales. c) Los preparados oficinales. d) Los medicamentos especiales previstos en esta Ley A continuación en su artículo 8, apartado b, pasa a definir lo que se entiende por Medicamento de Uso Veterinario: “toda sustancia o combinación de sustancias que se presente como poseedora de propiedades curativas o preventivas con respecto a las enfermedades animales o que pueda administrarse al animal con el fin de restablecer, corregir o modificar sus funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, 1 Departamento de Toxicología y Farmacología; Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid. inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico veterinario. También se consideraran “medicamentos veterinarios” las “premezclas para piensos medicamentosos” elaboradas para ser incorporadas a un pienso”. Esta misma definición se incorpora en el RD 1246/2008 por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y farmacovigilancia de los medicamentos veterinarios fabricados industrialmente, y la de medicamento veterinario genérico, como “el medicamento que tenga la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos y la misma forma farmacéutica, y cuya bioequivalencia con el medicamento de referencia haya sido demostrada por estudios adecuados de biodisponibilidad” Es importante destacar que el concepto de medicamento veterinario se extiende a las premezclas que se utilizan para la elaboración de piensos medicamentosos, por lo tanto, un pienso de estas características debe estar sujeto a las mismas condiciones de prescripción, dispensación… que cualquier otro medicamento. En este RD1246/2008 define Premezcla, como todo medicamento veterinario preparado de antemano con vistas a la fabricación ulterior de piensos medicamentosos, y Piensos Medicamentosos, como “toda mezcla de premezcla medicamentosa y de piensos preparada previamente a su comercialización como tal pienso medicamentoso y destinada a ser administrada a los animales sin transformación, en razón de las propiedades curativas, preventivas o de otras propiedades del medicamento”. También define Medicamento Veterinario Inmunológico, como “un medicamento veterinario administrado a los animales con objeto de inducir una inmunidad activa o pasiva, o de diagnosticar el estado de inmunidad”. Según esta ley, no se consideran medicamentos veterinarios, aquellos que contengan isótopos radiactivos, los aditivos regulados, los medicamentos destinados a pruebas de investigación y desarrollo clínico y las autovacunas. A diferencia de la Ley 29/2006 las fórmulas magistrales (medicamentos preparados en farmacia de acuerdo con una prescripción veterinaria destinada a un animal determinado o a un grupo reducido de animales), y los preparados oficinales (los medicamentos preparados en farmacia de acuerdo con las indicaciones de una farmacopea y destinados a ser entregados directamente al usuario final) al no ser fabricados de manera industrial quedan fuera del ámbito del RD 1246/2008. Al igual que sucede en los medicamentos de uso humano, es la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), quien otorga la autorización de comercialización (artículo 10: Garantías exigibles para la autorización de medicamentos de la ley 29/2006), siempre y cuando cumpla una serie de condiciones, que básicamente se refieren a la calidad, seguridad y eficacia, además de su correcta identificación y suministro de información precisa. Siendo la propia AEMPS quien “procederá de oficio a la incorporación al Registro de Medicamentos de las autorizaciones otorgadas por la Comisión Europea, conforme al Reglamento (CE) n.o 726/2004/CE” (Artículo 25. Autorización y registro). Posiblemente sea en el apartado de seguridad donde se presentan las mayores diferencias con los medicamentos de uso humano, ya que en su artículo 28, Garantías de seguridad, apartado 3, hace referencia a las particularidades: “Los medicamentos de uso veterinario serán objeto de estudios y ensayos complementarios que permitan garantizar su seguridad, en los que se tendrá en cuenta: a) Que cuando se administran a animales productores de alimentos destinados al consumo humano debe conocerse el tiempo de espera adecuado para eliminar los riesgos para las personas que se deriven de los residuos o metabolitos de aquellos. b) Las repercusiones sobre las personas que los manejan, principalmente para los productos destinados a la mezcla con los piensos. c) Las influencias sobre el medio ambiente, cuando puedan dar lugar a una acción residual a través de los productos de desecho. d) Tratándose de productos biológicos y de las vacunas en particular, las repercusiones epizoóticas. Como puede apreciarse, la seguridad de los medicamentos veterinarios conlleva una especial atención a los posibles residuos que de los mismos queden en los alimentos procedentes de animales tratados. Para evitar esta posible presencia se establece un Tiempo de Espera que es una herramienta fundamental para asegurar que los alimentos de origen animal sean alimentos seguros, libres de contaminación de residuos de todo tipo de medicamentos veterinarios y se define como el plazo o tiempo que debe transcurrir desde la última aplicación del medicamento, en condiciones normales de uso y según lo dispuesto en este R.D., hasta la obtención de productos alimenticios de dicho animal (su sacrificio para obtención de carne y vísceras, o antes de considerar apto para su consumo los alimentos que produce como leche, miel, huevos … ), para que el animal metabolice el medicamento de tal forma que los niveles de residuos en todos los productos alimenticios derivados del animal tratado (carne, vísceras, leche, huevos, miel, etc.) se encuentran por debajo de unos límites seguros para el consumidor (LMRs)”. El Límite Máximo de Residuos es la “cantidad máxima de la sustancia activa y metabolitos del medicamento (residuo marcador), que puede alcanzarse en los tejidos del animal de forma que sean inocuos para el consumidor”. Una vez fijado el LMR por la Comisión Europea, cada medicamento debe justificar ante la autoridad competente su Tiempo de Espera. El valor de los LMR está recogido en el Reglamento (UE) nº 37/2010 (que deroga el conocido Reglamento (CEE) nº 2377/90 del Consejo), relativo a las sustancias farmacológicamente activas y su clasificación por lo que se refiere a los límites máximos de residuos en los productos alimenticios de origen animal. En este reglamento se dividen y clasifican dichas sustancias farmacológicamente en dos cuadros: Cuadro 1, Sustancias autorizadas y Cuadro 2, Sustancias prohibidas (Figura 1). En este segundo cuadro figuran todas aquellos sustancias que no pueden usarse en animales productores de alimentos ya que al carecer de LMR, no admiten ningún nivel de residuos (Tolerancia Cero) y esto, con los técnicas actuales de detección de productos químicos, es incompatible con su uso. Figura 1.- Clasificación de las sustancias farmacológicamente activas y valor de los LMR, según el Reglamento (UE) nº 37/2010. El otro punto sobre el que se hace especial mención de seguridad es para las personas que manejan las premezclas, dado la alta concentración del medicamento en las mismas y los riesgos en su manipulación (inhalación, ingestión, contacto… según diferentes escenarios), por eso y dada la complejidad de este tema se hizo necesaria su regulación mediante el Real Decreto 1002/2012, por el que se establecen medidas de aplicación de la normativa comunitaria en materia de comercialización y utilización de piensos, que modifica el Real Decreto 1409/2009. Por otro lado, se debe realizar una caracterización cuantitativa del riesgo (márgenes de exposición MOE, en el peor escenario posible) para el usuario según las TGD (Technical Guidance Document). No obstante el titular de autorización de comercialización (laboratorio o industria farmacéutica) debe indicar claramente, tanto en el expediente de solicitud, como en prospecto, cartonaje, etc., las medidas que se deben tomar por parte de las personas que manipulen estas premezclas o piensos medicamentosos, de cara a evitar o reducir los riesgos asociados a dicha manipulación. El tercer punto en el apartado de seguridad hace referencia al impacto medioambiental de los residuos de medicamentos que puedan llegar al mismo a través de los purines de las granjas y su utilización en enmiendas agrícolas (como abonos) o a través de las excretas directas del ganado en cría en extensivo o semi extensivo. En este sentido, todos los medicamentos (incluidos los genéricos que hayan demostrado bioequivalencia) que vayan a ser autorizados para su comercialización, deben presentar la documentación que justifique su inocuidad para el medio ambiente o en su defecto, las medidas protectoras que se deben aplicar para minimizar o mitigar el riesgo de exposición, según las guías VICH (Veterinary International Conference on Harmonization): VICH GL6 (Ecotoxicity Phase I) VICH GL 38 (Ecotoxicity Phase II) y EMEA/CVMP/ERA/418282/2005 Revised guideline on Environmental Impact Assessment for Veterinary Medicinal products, in support of the VICH guidelines GL6 and GL 38 ) y la TGD (Technical Guidance Document on Risk Assessment, Commission Directive 93/67/EEC on Risk Assessment for new notified substances. Commission Regulation (EC) No 1488/94 on Risk Assessment for existing substances, Directive 98/8/EC of the European Parliament and of the Council concerning the placing of biocidal products on the market. Part I and Part II). En ellas, a través de un árbol de decisión, se establece el riesgo que suponen los residuos de medicamentos para el medioambiente, basándose en el cálculo de PEC (Predicted Environmental Concentration). Mediante una serie de preguntas y respuestas se establecen dos niveles (Tier A y Tier B, o fase 1 y fase 2) y se calcula la cantidad de sustancia activa o metabolito activo que puede llegar al medio ambiente. Este cálculo se realiza para el estiércol, suelo y aguas (superficiales y profundas o subterraneas) tanto para animales en explotaciones intensivas, como extensivas; los valores obtenidos en la primera fase deben ser inferiores a 100 µg/kg para el suelo (PEC suelo > 100 µg/kg) o de 1 µg/l para aguas (PEC agua > 1 µg/l). Si superan estos valores se pasaría a una evaluación de nivel 2 o fase 2, en el que la caracterización del riesgo (RQ)2 se lleva a cabo mediante estudios sobre microorganismos del suelo, inhibición del crecimiento de plantas, inmovilización de daphnias, toxicidad en peces, algas etc. Tanto en la fase 1, como en la fase 2, los valores calculados se pueden “refinar” (guías EMEA/CVMP/ERA/418282/2005-Rev.1 y EMA/CVMP/ERA/430327/2009) obteniendo los PEC refinados o PECref o RQref (es necesario calcular también los PNECref), en los que se hace una valoración más cercana a la realidad, incorporando la degradación o pérdidas que sufren los medicamentos en el organismo por metabolismo y excreción o en el medioambiente en función de sus características físico-químicas, a lo largo del tiempo. 2 El RQ debe ser menor de 1 (RQ<1) Una vez autorizado el medicamento para su comercialización, hay tres puntos fundamentales que también quedan recogidos y regulados por este Real Decreto; son la comercialización y dispensación, el control post autorización y la prescripción. El proceso de comercialización de estos medicamentos, también contempla algunas diferencias frente a los de medicamentos de uso humano. En el artículo 38 del RD 1246/2008, se establece que será el Gobierno quien desarrollará la normativa de carácter básico relativa a la distribución y dispensación de medicamentos veterinarios y que dicha dispensación se hará a través de las oficinas de farmacia legalmente establecidas, pero a diferencia de los medicamentos de uso humano, también se podrá realizar a través de “Los establecimientos comerciales detallistas autorizados y de las entidades o agrupaciones ganaderas autorizadas (para el uso exclusivo de sus miembros)”, en ambos casos deben contar con un “servicio farmacéutico responsable de la custodia, conservación y dispensación de estos medicamentos”. Además de estas autorizaciones de comercialización “normales”, la AEMPS puede autorizar comercializaciones de medicamentos en condiciones especiales o excepcionales (artículos 25 y 28), durante un tiempo determinado (habitualmente un año y revisable) siempre supeditado a que el laboratorio solicitante de esta autorización presente “procedimientos específicos en particular con respecto a la seguridad del medicamento veterinario” y con el compromiso de notificar a las autoridades cualquier incidente relacionado con el uso de dicho medicamento así como las medidas que deben adoptarse; también se incluye la comercialización excepcional de medicamentos autorizados en otro Estado Miembro de la UE, con un informe previo emitido por el Ministerio correspondiente (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) y bajo determinadas condiciones. En el embalaje además de los símbolos y leyendas que deben figurar en el ángulo superior (Dispensación con receta veterinaria psicotropos ; estupefacientes , ; con receta de ; condiciones especiales de conservación: conservación en el frigorífico , conservación en congelación ; caducidad inferior a 5 años ) «USO VETERINARIO» y AV cuando tenga que ser Administración exclusiva por el veterinario. El control posautorización, se mantendrá a través de los servicios de Farmacovigilancia, dependiente de la AEMPS, tal y como describe el artículo 57 del RD que “velara por el mantenimiento de las garantías de seguridad de los medicamentos veterinarios, tanto para los animales como para las personas o el medio ambiente”. La Farmacovigilancia Veterinaria es por tanto, la actividad de salud pública, sanidad animal y de protección del medio ambiente que tiene por objetivo la identificación, cuantificación, evaluación, prevención y minimización de los riesgos derivados del uso de los medicamentos veterinarios, una vez comercializados. Por lo tanto, está orientada inevitablemente a la toma de decisiones que permitan mantener en el mercado los medicamentos veterinarios con una relación beneficio-riesgo adecuada, o bien suspender o restringir su uso cuando esto no sea posible. La farmacovigilancia es una actividad de responsabilidad compartida entre todos los agentes que utilizan el medicamento veterinario: el titular de la autorización de comercialización, las autoridades sanitarias y los profesionales sanitarios. Cualquiera de ellos tiene obligación de notificar mediante la “tarjeta verde” (ver Figura 2) las supuestas reacciones adversas individuales a medicamentos veterinarios. De esta forma, se lograra disponer y compartir la máxima información sobre los medicamentos, para identificar lo más rápidamente posible los efectos adversos en general, y las reacciones adversas graves o inesperadas (no conocidas hasta la fecha) en particular, desde el momento de su autorización y durante toda la vida del mismo, para así poder prevenirlas o reducir su frecuencia y gravedad. Por otro lado se consigue, mediante este sistema de retroalimentación, indicar en las fichas técnicas la frecuencia de aparición de estas reacciones adversas, para que los datos sean lo más ajustados a la realidad, teniendo en cuenta que se debe indicar la frecuencia de aparición de las mismas. La frecuencia de las reacciones adversas debe entenderse como se indica: Muy frecuentemente (más de un animal por cada 10). Frecuentemente (más de 1 pero menos de 10 animales por cada 100). Infrecuentemente (más de 1 pero menos de 10 animales por cada 1000). En raras ocasiones (más de 1 pero menos de 10 animales por cada 10.000). En muy raras ocasiones (menos de 1 animal por cada 10.000). Figura 2. Tarjeta verde o tarjeta de notificación de sospecha de reacciones adversas de los medicamentos veterinarios. Por último la prescripción, está regulada en los artículos 23 y 24 del RD 1246/2008, donde se dice que “corresponde a la AEMPS establecer las condiciones de prescripción y dispensación”, estableciendo dos categorías en los medicamentos veterinarios, los sujetos a prescripción y que deben ser administrados exclusivamente por el veterinario o bien bajo su control y supervisión y aquellos que no la necesiten. Mediante la prescripción y consiguiente dispensación se pretende proteger la salud en su más amplio sentido (salud humana, animal y medioambiental). Por ello la mayoría de los medicamentos veterinarios requieren que, para poder ser utilizados, hayan sido previamente prescritos y dispensados por un profesional que se encargue de garantizar esa protección. Como hemos mencionado anteriormente la diferencia fundamental con la prescripción en medicamentos de uso humano, se refiere a aquella que tiene lugar para animales productores de alimentos, que además tiene unas connotaciones especiales de cara a la salud pública y protección medioambiental. La prescripción es un proceso clínico individualizado y dinámico mediante el cual el veterinario legalmente capacitado para ello, receta al paciente un medicamento, para su dispensación por el farmacéutico (o a través de los cauces establecidos por ley). Esta actuación se hace sobre una receta que es un documento legal, y supone una gran responsabilidad para el profesional y como tal, no está exenta de consecuencias legales. La receta puede ser editada por el propio veterinario, o por los colegios oficiales, con formatos estandarizados o incluso adoptar un formato electrónico (en estos momentos se está adaptando, de forma piloto, en varias comunidades autónomas www.prescrivet.net), alcanzando validez solo después de ser firmada por el facultativo (firma electrónica en el caso de la receta electrónica; Directiva 2001/82/UE). También será necesario cumplimentar una receta cuando el medicamento provenga del botiquín del veterinario, debiendo además quedar consignado dicho tratamiento en un registro específico o en la ficha clínica del paciente durante un período de cinco años. Como hemos comentado previamente, los medicamentos sujetos a prescripción veterinaria son la mayoría de los autorizados, ya que se exigirá prescripción veterinaria para la dispensación de todos aquellos medicamentos veterinarios sometidos a tal exigencia en su autorización de comercialización… aquellos cuyo suministro o utilización están sujetos a restricciones oficiales (por convenios internacionales)… y las restricciones derivadas de la legislación comunitaria o nacional. Además se exigirá receta para los medicamentos veterinarios destinados a animales productores de alimentos, salvo que reúnan todos los requisitos descritos en el apartado 2º b del artículo 24 del Real Decret al que venimos haciendo mención. Previamente, en la Ley 29/2006 se establecía el requisito de la prescripción facultativa para determinados medicamentos. Más concretamente, se exigirá prescripción veterinaria para dispensar al público los siguientes medicamentos veterinarios: Los medicamentos respecto de los que los veterinarios deban adoptar precauciones especiales con objeto de evitar riesgos innecesarios a las especies a las que se destinan, a la persona que administre dichos medicamentos a los animales y al medio ambiente. Los destinados a tratamientos o procesos patológicos que requieran un diagnóstico preciso previo, o de cuyo uso puedan derivarse consecuencias que dificulten o interfieran las acciones diagnósticas o terapéuticas posteriores. Los medicamentos que incorporen sustancias estupefacientes y psicotrópicas. Los medicamentos veterinarios destinados a animales productores de alimentos Los medicamentos utilizados en los supuestos de prescripción excepcional por vacío terapéutico, incluidos los preparados oficinales, fórmulas magistrales y autovacunas. Los medicamentos inmunológicos. los gases medicinales. Los medicamentos veterinarios nuevos que contengan un principio activo cuya utilización en los medicamentos veterinarios lleve menos de cinco años autorizada. Por su parte el Real Decreto 1132/2010 establece que la receta constará, al menos, de una parte original destinada al centro dispensador y dos copias, una para el propietario o responsable de los animales y otra que retendrá el veterinario que efectúa la prescripción. La receta veterinaria deberá incluir la siguiente información: Sobre el prescriptor: nombre y dos apellidos, dirección completa, nº de colegiado y provincia de colegiación. Denominación del medicamento perfectamente legible, especificando la forma farmacéutica, el correspondiente formato del mismo (si existen varios) y el número de ejemplares que se dispensarán o se administrarán. La cantidad prescrita se limitará al mínimo necesario para el tratamiento de que se trate. Firma del prescriptor y fecha de la prescripción. Asimismo, cuando la receta se expida para medicamentos con destino a animales productores de alimentos para consumo humano, deberán constar los siguientes datos adicionales: Código de identificación de la explotación y especie animal a la que se destina el medicamento, en el caso de que en la misma explotación haya varias especies. El tiempo de espera fijado. Número de receta. En la receta, o en documento aparte, en el caso de medicamentos con destino a animales productores de alimentos para consumo humano, deberán constar los siguientes datos: dosis, vía de administración y duración del tratamiento. En la orden para la elaboración de una fórmula magistral o de un preparado o fórmula oficinal, el veterinario tendrá que precisar, además de la información antes citada: – La composición cuantitativa y cualitativa. – Proceso morboso que se pretende tratar y especie animal a la que se destina. – Cantidad que se debe elaborar. Existe además de este tipo de prescripción “normal” o convencional, un sistema excepcional también denominado prescripción en cascada, o prescripción excepcional por vacío terapéutico. Se utiliza cuando no hay medicamentos veterinarios autorizados en España para una enfermedad en esa especie animal, con la finalidad de evitar sufrimientos inaceptables… La base legal europea de la "Prescripción en Cascada" se encuentra en el artículo 10 de la Directiva 2001/82/CE, modificada por la Directiva 2004/28/CE donde se desdobla ese artículo en dos (el nuevo art. 10 que regula la prescripción en cascada en especies animales no productoras de alimentos de consumo humano, y el art. 11 para el caso de las sí productoras de alimentos de consumo humano). En España se regula por el mencionado Real Decreto 1132/2010 donde en sus artículos 81 y 82 se traspone la normativa europea y desarrollan respectivamente la prescripción en cascada (aquí denominada “prescripción excepcional por vacío terapéutico”) para las especies no productoras de alimentos de consumo humano y para las sí productoras; en la receta figurará, además, la leyenda “PRESCRIPCIÓN EXCEPCIONAL”. Por otro lado, existe normativa autonómica en algunas Comunidades Autónomas que debe ser conocida por los clínicos. Los pasos que se establecen para tratar al animal o animales afectados, cuando no existan medicamentos veterinarios autorizados para una enfermedad, en una especie animal no productora de alimentos, incluidas las domésticas (y équidos no destinados a consumo humano) y que debe seguir el veterinario, bajo su responsabilidad personal directa, son: 1.- Recetar un medicamento veterinario con similar efecto terapéutico al deseado, autorizado para su uso en otra especie o para tratar otra enfermedad en la misma especie, por la AEMPS o por la Comisión Europea (Reglamento (CE) n.º 726/2004) 2.- Si el medicamento anterior no está disponible, se utilizara un medicamento de uso humano autorizado por la AEMPS o la Comisión Europea (Reglamento (CE) n.º 726/2004) o bien un medicamento veterinario, con similar efecto terapéutico, autorizado en otro Estado Miembro de conformidad con la normativa comunitaria europea para su uso en la misma especie o en otras especies para la enfermedad de que se trate u otra enfermedad. En este caso, el veterinario debe comunicarlo a la comunidad autónoma correspondiente y la autoridad competente deberá autorizarle o prohibirle su uso por motivos de sanidad animal o de salud pública en el plazo máximo de cinco días. 3.- A falta de los medicamentos citados anteriormente el veterinario podrá prescribir fórmulas magistrales, preparados oficinales o autovacunas de uso veterinario. 4.- Por último, si la prescripción excepcional requiriera un medicamento de uso exclusivamente hospitalario, autorizado como medicamento de uso humano, solo podrá realizarse por el veterinario y para el uso o administración directamente por él mismo de dicho medicamento, siempre bajo las adecuadas condiciones y requisitos de uso expresamente previstos en la autorización de comercialización, modificando sus contenidos en lo necesario, para su aplicación a los animales, y siempre que disponga de los medios exigidos para aplicar el citado medicamento. En estos supuestos, la autoridad competente establecerá el procedimiento y los controles necesarios para el suministro de este tipo de medicamentos. En todo caso, el veterinario conservará un registro detallado de los medicamentos de uso exclusivamente hospitalario prescritos, suministrados y aplicados al animal, que estará a disposición de la autoridad competente durante un periodo de cinco años. En el caso de especies productoras de alimentos, el artículo 82 establece los mismos supuestos, pero añade una serie de condiciones; en primer lugar establece si el medicamento debe ser aplicado en exclusiva por el veterinario o simplemente bajo su responsabilidad directa (según que las sustancias farmacológicamente activas del medicamento estén incluidas en los supuestos contemplados en las letras a), b) o c) del artículo 14.2 del Reglamento (CE) n.º 470/2009, del Parlamento Europeo por el que se establecen procedimientos comunitarios para la fijación de los límites de residuos de las sustancias farmacológicamente activas en los alimentos de origen animal, de acuerdo con la clasificación del Reglamento (UE) n.º 37/2010). En estas especies, además el veterinario debe fijar un tiempo de espera adecuado, que será para esa especie, al menos, el previsto en la autorización (para otra especies, u otra indicación), salvo que se modifique la posología o vía de administración en cuyo caso se deberá prever esta circunstancia y modificar ese tiempo de espera previsto. Cuando el medicamento en cuestión no indique tiempo de espera para esa especie, el veterinario establecerá uno, que en ningún caso podrá ser inferior al establecido por la Comisión Europea para esa especie, o en su defecto los de 7 días para huevos y leche, 28 días para carne (aves y mamíferos) incluidos la grasa y los menudillos y 500º (grados) para la carne de pescado (aquí se calculan los días/grados en función de la temperatura del agua en la que se encuentran los peces, ya que su capacidad metabólica depende, entre otros factores, de la temperatura exterior). También establece que el veterinario deberá llevar un registro, que mantendrá a disposición de las autoridades durante al menos 5 años, con toda la información, que incluye: a) fecha de examen de animales, b) código de identificación de los mismos (según RD 479/2004, o el otorgado por la Comunidad Autónoma) o en su defecto se consignará el nombre, dos apellidos, o razón social, y domicilio del propietario o responsable de los animales, c) número de animales tratados y su identificación, individual o por lotes, d) diagnóstico, e) medicamentos prescritos, f) vía y dosis administradas, g) duración del tratamiento y h) los tiempos de espera correspondientes. Nos hemos referido hasta aquí a los medicamentos denominados farmacológicos, quedando el grupo de los denominados biológicos o inmunológicos, constituidos fundamentalmente por las vacunas. Estos medicamentos tienen los mismos requisitos que los farmacológicos, pero en determinadas circunstancias, como puede ser una situación epizoótica grave, se pueden adoptar una serie de medidas en la autorización del uso de vacunas, que permitan atajar esa emergencia. Para estas contingencias, el RD 1246/2008, en su artículo 29 prevé que “en caso de epizootias graves, y no existiendo un medicamento adecuado y autorizado en España, la AEMPS podrá autorizar provisionalmente, previa importación en su caso, la utilización de medicamentos inmunológicos veterinarios sin autorización de comercialización, previo informe preceptivo y requerimiento del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, tras haber informado a la Comisión Europea acerca de las condiciones detalladas de utilización.” También la AEMPS puede autorizar, previo informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, la importación y utilización de vacunas autorizadas en terceros países, para animales que se importen o exporten hacia ese país y esté por ello sujeto a disposiciones sanitarias específicas obligatorias. En este caso, el Ministerio adoptara las medidas necesarias para el control de esa vacuna. En la página web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (www.aemps.gob.es) se puede consultar en el Centro de Información online de Medicamentos de la AEMPS (CIMA) para medicamentos de uso veterinario y humano autorizados en España y acceder a su ficha técnica. Así como en la página de la Agencia Europea de Medicamentos (http://www.ema.europa.eu/ema/), puede consultarse sobre aquellos autorizados en la Unión Europea. Como hemos visto, la autorización y posterior utilización de los medicamentos veterinarios, cuenta con todas las garantías legales para poder llevar a cabo un uso racional y adecuado de los mismos, de cara a garantizar la salud pública entendida como una sola salud, según la OMS, One Word One health, pero para que esto pueda ser posible y no se quede en una mera declaración de intenciones, es necesario que los diferentes profesionales de la sanidad trabajemos juntos, aportando nuestros conocimientos y formación desde un concepto ético, completando los diferentes aspectos implicados en este proceso, para que se consiga dar a la sociedad el servicio que nos demanda con responsabilidad y competencia. Referencias bibliográficas Real Decreto 109/1995, de 27 de enero, sobre medicamentos veterinarios. BOE núm. 53, de 3 de marzo de 1995. Ley 28/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios. BOE núm. 178, de 27 de julio de 2006. Real Decreto 1246/2008, de 18 de julio, por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y farmacovigilancia de los medicamentos veterinarios fabricados industrialmente. BOE núm. 193, de 11 de agosto de 2008. Real Decreto 1409/2009, de 4 de septiembre, por el que se regula la elaboración, comercialización, uso y control de los piensos medicamentosos. BOE núm. 226, de 18 de septiembre de 2009. Real Decreto 1002/2012, por el que se establecen medidas de aplicación de la normativa comunitaria en materia de comercialización y utilización de piensos que modifica el Real Decreto 1409/2009 Real Decreto 1132/2010, de 10 de septiembre, por el que se modifica el Real decreto 109/1995.de 27 de enero, sobre medicamentos veterinarios. BOE núm. 233, de 25 de septiembre de 2010. Reglamento (UE) N o 37/2010 DE LA COMISIÓN de 22 de diciembre de 2009, relativo a las sustancias farmacológicamente activas y su clasificación por lo que se refiere a los límites máximos de residuos en los productos alimenticios de origen animal solo hay dos categorías VICH GL6 Ecotoxicity Phase I. Environmental Impact Assessment (EIAs) for veterinary medicinal products (VMPs) Phase I, June 2000. Implemented in July 2001 VICH GL38 (Ecotoxicity Phase II). Environmental Impact Assessment (EIAs) for Veterinary Medicinal Products (VMPs). Phase II October 2004, Implemented in October 2005 EMEA/CVMP/ERA/418282/2005 Revised guideline on Environmental Impact Assessment for Veterinary Medicinal products, in support of the VICH guidelines GL6 and GL 38 ) TGD (Technical Guidance Document on Risk Assessment (Commission Directive 93/67/EEC on Risk Assessment for new notified substances. Commission Regulation (EC) No 1488/94 on Risk Assessment for existing substances Directive 98/8/EC of the European Parliament and of the Council concerning the placing of biocidal products on the market. Part I and Part II). EMA/CVMP/ERA/430327/2009 Guideline on determining the fate of veterinary medicinal products in manure. Committee for medicinal products for veterinary use (CVMP) NOTA: Acceso al texto completo vía AEMPS Portada Legislación (España): Reales decretos y órdenes que regulan los medicamentos veterinarios http://www.aemps.gob.es/legislacion/espana/medicamentosVeterinarios/medVeterinarios.htm