PROSTATITIS López Larrayoz I., García Cores F

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PROSTATITIS
López Larrayoz I., García Cores F., Pereira Sanz S., Manrique Olmedo B.,
Escribano Romo G., Panadero Carlavilla FJ.
INTRODUCCIÓN
El término prostatitis engloba a un conjunto de enfermedades que producen
una inflamación de la glándula prostática, de origen infeccioso o desconocido.
Afecta a varones de todas las edades, hasta un 9% de los adultos entre 18-50
años y su frecuencia aumenta con la edad. Los síndromes prostáticos son la
causa del 25% de las consultas ambulatorias de varones por síntomas
genitourinarios. Es la tercera causa más frecuente de problemas urológicos en
hombres mayores de 50 años. El 50% de los varones tiene, al menos, un
episodio de prostatitis en su vida.
En los últimos años se ha visto un aumento de la afectación prostática de
etiología tuberculosa en pacientes que presentan enfermedad diseminada,
especialmente en países subdesarrollados y en relación con infección por el
VIH. También en regiones con alta tasa de ETS (enfermedades de trasmisión
sexual) y prostitución existe una gran prevalencia de prostatitis aguda
bacteriana.
El NIH (National Institute of Health) considera que el impacto de las prostatitis
(especialmente la crónica no bacteriana) en la calidad de vida de los paciente se
asemeja al de un IAM, la angina de pecho o la enfermedad de Crohn. Es causa
de frustración en el medico e insatisfacción en el paciente, debido a que los
síntomas para distinguir entre los diferentes tipos de síndromes protáticos
crónicos son similares, no existe un método diagnostico fiable, y los
tratamientos empleados poco efectivos.
CLASIFICACIÓN
Hasta 1995 se utilizaba la siguiente clasificación de los síndromes protáticos:
- Prostatitis aguda bacteriana
- Prostatitis crónica bacteriana
- Prostatitis crónica no bacteriana
- Prostatodinia
En los dos primeros grupos era posible detectar una infección mediante cultivos
de la secreción prostática. El tercer grupo lo componían aquellos enfermos que
presentaban una próstata inflamada, sin etiología infecciosa, al menos
demostrable. Y la prostatodinia era una especie de enfermedad poco definida,
donde existía un cuadro clínico compatible con una prostatitis sin encontrarse
datos que apoyasen su origen infeccioso o inflamatorio.
Entre 1995 y 1998 se alcanza un consenso en el NIH que clasifica a las prostatitis
en cuatro categorías:
Prostatitis aguda bacteriana (PAB): 1% al 5% de las prostatitis. Es una
inflamación aguda prostática secundaria a una infección por
patógenos urinarios.
- Prostatitis crónica bacteriana(PCB): 5 % al 10% de las prostatitis.
Infección crónica o recurrente durante al menos 6 meses.
- Prostatitis crónica no bacteriana / síndrome pélvico doloroso crónico
(PCNB): es la más común , hasta un 85% de las prostatitis. Es un
cuadro caracterizado por molestias pélvicas durante al menos 6 meses
con cultivos de orina y secreción prostática negativos. Se subdivide
en:
o Inflamatoria: se detectan leucocitos en la secreción prostática
o No inflamatoria: sin leucocitos.
- Prostatitis inflamatoria asintomática (PIA): se diagnostica mediante un
estudio anatomopatológico durante la evaluación de otros problemas
genitourinarios responsables de un 6% de las protatitis.
-
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
- Anamnesis. Es muy importante en las PAB, pero poco orientativa en
los síndromes crónicos debido a la ausencia de síntomas claves para
cada uno. En este grupo una herramienta útil es el NIH Chronic
Prostatitis Symptom Index, que permite valorar la gravedad de los
síntomas y la afectación de la calidad de vida de los pacientes.
- Tacto rectal: También muy útil y casi diagnóstico en las protatitis
agudas, aporta poca información en las crónicas. Sin embargo,
siempre debe realizarse para descartar otras patologías.
- Uroanalisis elemental. Permite detectar leucocituria y bacteriuria.
Especialmente útil en prostatitis agudas.
- Prueba de Meares Stamey: es una herramienta diagnóstica efectiva que
permite distinguir una infección de la próstata de una urinaria. Sin
embargo su uso se ve limitado por la incomodidad que causa al
paciente, la mala aceptación por parte de los médicos y los pacientes,
y su coste. El test se realiza de la siguiente forma: se recogen cuatro
muestras. La primera corresponde a los 10 ml de orina al inicio de la
micción (muestra uretral). La segunda a 10 ml tras haber vaciado 200
ml de la vejiga (muestra vesical). Después se realiza un masaje
prostático y se recogen las secreciones de la glándula en un tercer
tubo. Y por último se recogen los siguientes 10 ml de orina (muestra
prostática). Una prueba simplificada con dos frascos (pre y post
masaje) ha sido propuesta pero aún no está validada.
- Cultivo de orina y de secreciones prostáticas: Permite conocer el patógeno
causante de la infección y realizar un antibiograma. Útil para
distinguir entre las prostatitis crónicas bacterianas y las no
bacterianas.
- PSA (Antígeno Prostático Específico): no es útil para el diagnóstico.
Cualquier proceso inflamatorio o tumoral puede elevarlo.
-
-
Ecografía abdominal / transuretral: eficaz para detectar abscesos
prostáticos y cálculos, en el resto de los síndromes prostáticos es poco
fiable, debido a que su interpretación es subjetiva.
TAC: útil si se sospecha absceso o neoplasia subyacente. No permite
distinguir entre los distintos tipos de prostatitis crónica.
PAAF: si se sospecha absceso o tumoración subyacente.
Cistoscopia: para descartar cáncer vesical en las PCNB, ya que los
síntomas son similares.
Estudios urodinámicos: en el síndrome de dolor pélvico crónico.
PROSTATITIS AGUDAS BACTERIANAS
Es una inflamación aguda de la glándula prostática secundaria a una infección
por patógenos urinarios. Se asocia frecuentemente con infecciones del tracto
urinario inferior y, ocasionalmente, a epididimitis y uretritis. Causa del 1% al
5% de las prostatitis.
Etiología:
- Bacterias gram –: Hasta en un 80 %. El más frecuente es el E. Coli.
También pueden encontrarse Proteus spp, Klebsiella spp y Pseudomona
spp.
- Bacteria gram +: como Enterococos y Staphylococo aureus
- Anaerobios: Como Bacterides spp.
- Patógenos de ETS: como la Neisseria gonorrea y Chlamydia trachomatis.
En varones menores de 35 años con relaciones sexuales de riesgo.
Fisiopatología
El acceso de los gérmenes a la glándula prostática puede deberse a una
infección ascendente desde la uretra, por reflujo de orina infectada en los
ductus prostáticos, por diseminación desde el recto, directa o vía linfática, por
diseminación desde una epididimitis o tras la utilización de sondas vesicales.
Cuadro clínico
Importante malestar general con fiebre y escalofríos, síndrome miccional, dolor
en región lumbar, en periné y genitales, eyaculación dolorosa. Ocasionalmente
artralgias y mialgias. En el tacto rectal, la glándula está inflamada, caliente y
dolorosa. Pueden aparecer adenopatías inguinales.
Diagnóstico
Los síntomas y la exploración clínica, especialmente el tacto rectal,(que suele ser
extraordinariamente doloroso, además de permitirnos el hallazgo de una
próstata aumentada de tamaño, muy sensible y con aumento de su
temperatura. En el caso de sospecha clínica de prostatitis aguda, debemos ser
cautelosos a la hora de realizar un tacto rectal, ya que el masaje prostático
violento, puede favorecer la suelta de émbolos sépticos al torrente circulatorio,
aumentando el riesgo de sepsis), hacen sospechar el diagnóstico. Se confirma
mediante un uroanalisis donde se detecta piuria y bacteriuria, y urocultivo
positivo. Se realizaran hemocultivos cuando haya una importante afectación del
estado general.
Tratamiento
Medidas generales: Hidratación, reposo y analgesia.
Terapia antibiótica empírica: Tras recoger urocultivo. La inflamación de la
glándula facilita la penetración del antibiótico. La elección entre tratamiento
oral o intravenoso depende del estado general del paciente.
- Quinolonas: son eficaces frente a la mayor parte de los patógenos
urinarios y alcanzan altas concentraciones en la próstata. Pueden
administrarse vía oral o intravenosa. Los más utilizados son el
ciprofloxacino 500 mg /12 horas, el ofloxacino 400 mg /12 horas y el
norfloxacino 400 mg /12 horas.
- Trimetoprim / sulfametoxazol: Terapia de elección en pacientes con alergia
o intolerancia a las quinolonas. También alcanza altas concentraciones en
las secreciones protáticas (tres veces más que en el suero) y es eficaz
contra los patógenos urinarios. Se administra vía oral, en dosis de 160 /
800 mg /12 horas.
- Eritromicina y azitromicina: eficaces frente a gram +. Alcanzan altas
concentraciones en la glándula protática. Sólo se utilizan si el
antibiograma realizado en el urocultivo muestra bacterias sensibles.
- Ampicilina y cefaloesporinas de amplio espectro (como la cefuroxima)
combinadas con aminoglucósidos (gentamicina) en el tratamiento
intravenoso. Una pauta posible sería: Ampicilina 2 g / 6 horas IV más
gentamicina 5 mg / Kg IV cada 8 horas.
No hay ningún ensayo clínico sobre la duración del tratamiento. La opinión de
los expertos recomienda 4 semanas de tratamiento para prevenir la aparición de
prostatitis crónica bacterianas. También algunos especialistas avalan la
utilización de α-bloqueantes (por ejemplo, la terazosina o la doxizosina) como
tratamiento coadyuvante en las prostatitis agudas, pero no hay evidencia sobre
su efectividad.
No es necesario tratar a la pareja sexual si el patógeno responsable de la
infección es urinario.
Si no existe respuesta a la antibioterapia o ésta es incompleta debemos descartar
la presencia de un absceso prostático mediante la realización de una ecografía
transuretral o una TAC.
La mayor parte de las prostatitis agudas bacterianas curan sin complicaciones.
Una vez desaparecida la infección debe realizarse un estudio urológico para
descartar una patología estructural subyacente.
Complicaciones
- Retención urinaria aguda: No se debe sondar al paciente por el riesgo de
producir una bacteriemia. Se realiza un drenaje vesical mediante punción
suprapúbica.
- Absceso prostático: Es infrecuente. Ocurre fundamentalmente en
pacientes inmunocomprometidos, diabéticos, portadores crónicos de
sondas vesicales y pacientes sometidos a técnicas de instrumentación
urológica. El 70 % son producidos por E. coli. Debe sospecharse tras una
respuesta parcial a la antibioterapia o un empeoramiento tras una
mejoría inicial, o ante la presencia de una masa prostática fluctuante en el
tacto rectal. Una vez confirmada su existencia mediante técnicas de
imagen debe comenzarse tratamiento antibiótico que cubra también
infecciones por anaerobios, como la clindamicina en dosis de 600-900 mg
/ 8 horas IV. Normalmente el tratamiento médico no es muy eficaz, y si
no hay mejoría en una semana, debe realizarse un drenaje quirúrgico por
vía transuretral o perineal. La resección prostática transuretral es otra
opción. Las recurrencias son raras.
- Pielonefritis
- Septicemia
- Prostatitis crónica bacteriana.
PROSTATITIS CRÓNICA BACTERIANA
Es una infección crónica o recurrente de la glándula prostática que persiste
durante al menos 6 meses. Generalmente causada por un mismo patógeno, que
se mantiene activo en la secreción prostática. Se caracteriza por presentar
cultivos positivos de la secreción prostática y urocultivos negativos. Representa
del 5 % al 10% de las prostatitis.
Etiología
Los patógenos son los mismos que en las protatitis agudas, siendo el más
frecuente el E. Coli y los gram + como el Staphilococus aureus, Streptococo faecalis y
el Enterococo.
Clínica
El síntoma predominante es el dolor, localizado en región perineal, genitales,
lumbar bajo o hipogastrio, acompañado ocasionalmente de disuria y
eyaculación dolorosa. En el tacto rectal la próstata puede estar normal o ser
dolorosa la palpación.
Diagnóstico
Deben descartarse otras infecciones urogenitales.
- Urocultivo ( en ocasiones positivo para patógenos urinarios ).
- Cultivo de la secreción protática tras masaje de la glándula recogido según
el método de Meares-Stamey. Para que sea válido deben cumplirse unos
requisitos: No haber tomado antibióticos en el mes previo, no haber
tenido una eyaculación en los dos días previos, vejiga llena pero no
distendida, y ausencia de uretritis o infección del tracto urinario. Para
asignar a un microorganismo como el causante de la protatitis debe
crecer al menos 10 veces más en el cultivo de la secreción prostática que
en el de orina. Puede administrarse nitrofurantoína 50 mg/ 6 horas, ya
que no penetra en la próstata y elimina los patógenos urinarios, y realizar
posteriormente el cultivo. La presencia de más de 10 PMN/ campo en la
muestra se considera diagnóstica de inflamación crónica.
- Técnicas de imagen: no permiten distinguir los distintos tipos de
prostatitis crónica
- PSA.: no es útil.
Tratamiento
Analgesia: con paracetamol o AINES.
Antibioterapia: No existen ensayos clínicos randomizados sobre el uso de
antibióticos en las prostatitis crónicas bacterianas. La duración del tratamiento
va desde un mínimo de cuatro semanas a un máximo de doce. Los más
utilizados son:
- Quinolonas como terapia de primera elección. Ciprofloxacino 500 mg/12
horas durante 6-12 semanas.
- Doxiciclina 100 mg / 12 horas.
- TMP-SMZ 160 / 800 mg / 12 horas
- Ampicilina 250 mg / 6 horas.
Bloqueantes α-1 adrenérgicos: un pequeño ensayo con 64 pacientes, sugiere que la
asociación de fármacos bloqueantes α-1 adrenérgicos a la antibioterapia mejora
los síntomas y disminuye las recurrencias. Pero la mala metodología del estudio
y su bajo número de pacientes impiden la confianza en sus resultados.
Tratamiento quirúrgico. Se ha postulado que la presencia de cálculos prostáticos
podría favorecer las infecciones recurrentes, y que su extirpación sería una
alternativa terapéutica. Sin embargo, los cálculos de la glándula prostática son
muy frecuentes y la indicación quirúrgica no ha sido estudiada adecuadamente.
Por lo que la prostatectomía transuretral podría ser un tratamiento adecuado
para un grupo muy seleccionado de pacientes.
PROSTATITIS CRÓNICAS NO BACTERIANAS
Malestar o dolor en región pélvica con síntomas miccionales y sexuales
variables, durante al menos 6 meses (aunque en la practica el diagnóstico se
hace antes). Los cultivos de orina y de la secreción prostática son negativos. Es
la más común, hasta un 85% de las protatitis. Se clasifica en dos categorías:
PCNB inflamatoria y PCNB no inflamatoria. Algunos expertos opinan que
podrían ser distintas expresiones de la misma enfermedad. Se distinguen
mediante la presencia o no de leucocitos en el análisis de la secreción prostática,
el semen o la orina tras el masaje prostático. El NIH considera que el impacto de
las prostatitis crónicas no bacterianas en la calidad de vida de los pacientes se
asemeja, como ya mencionamos al inicio de esta revisión, al de padecer un IAM,
la angina de pecho o la enfermedad de Crohn.
Etiología
Es desconocida. Se han propuesto varias teorías: Infecciones recurrentes por
patógenos no identificados; reacción autoinmune frente a un antígeno del tracto
urinario; irritación química de los ductus prostáticos por reflujo urinario o
exceso de ácido úrico; quiste y cálculos prostáticos; disfunción de los músculos
pélvicos; o alteración del sistema nervioso simpático pélvico.
Aunque no se encuentran bacterias en los cultivos de estos pacientes, algunos
responden a tratamiento antibiótico (esto no prueba la etiología bacteriana
porque los estudios realizados no son correctos metodológicamente, y algunos
antibióticos tiene también un efecto antiinflamatorio). Se ha implicado a
Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticum y Mycoplasma hominis por ser
patógenos que no se detectan en los cultivos habituales, ya que precisan
medios especiales. Se ha detectado también ARN ribosomal bacteriano
mediante técnica de PCR, que permitiría predecir que pacientes tendrían buena
respuesta al tratamiento antibiótico. Sin embargo, los estudios realizados, no
han encontrado una clara relación entre estos patógenos y las PCNB.
Las PCNB no inflamatorias se han relacionado con una disfunción del sistema
simpático o de los músculos pélvicos. Estudios urodinámicos llevados a cabo en
estos pacientes han detectado un patrón de flujo urinario disfuncional,
relajación incompleta de cuello vesical y descordinación del esfínter detrusor.
También existe una entidad llamada mialgia tensional del suelo pélvico, que
se diagnostica clínicamente por la presencia de dolor sordo en el área rectal que
empeora al sentarse o tumbarse. Los síntomas pueden durar horas o días. Su
prevalencia en la población general es de 6,6%, afecta más a mujeres y se
incrementa a partir de los 40 años. Se produce por una contracción de los
músculos del suelo pélvico secundaria al stress psicológico y la ansiedad.
Además, los pacientes con PCNB presentan alta puntuación en los tests
utilizados para diagnosticar trastornos de somatización, hipocondriasis, y
depresión, por lo que parece que los factores psicológicos podrían tener un
papel en la etiología de estas prostatitis.
Clínica
Aparecen una gran variedad de síntomas como dolor perineal o en genitales,
dolor lumbar o abdominal bajo, eyaculación dolorosa o disuria. La próstata es
normal en la exploración física.
Diagnóstico
- Historia clínica. Utilización del NIH Chronic Prostatitis Symptom Index,
que consta de varias preguntas que permiten valorar la calidad de
vida de los pacientes y la gravedad de la enfermedad.
- Cultivo de orina y secreción prostática según el método de MearesStamey. Son negativos.
- Leucocitos en el semen, secreción prostática u orina tras masaje
prostático para distinguir las PCNB inflamatorias de las no
inflamatorias, además de la presencia de grupos de PMN y vesículas
de lípidos en los macrófagos.
- PSA : no se utiliza. No permite distinguir una prostatitis de un
adenocarcinoma de próstata porque está elevado en ambos casos.
- Técnicas de imagen: no permiten distinguir entre los tipos de prostatitis
crónica. Permitirían descartar un cáncer vesical que puede cursar con
los mismos síntomas
Tratamiento
No hay ningún tratamiento efectivo para las PCNB al desconocerse su etiología.
Las recomendaciones terapéuticas no están basadas en estudios controlados y
metodológicamente correctos. Como en las anteriores debe controlarse el dolor
con analgésicos y advertir al paciente que se trata de tratamientos a largo plazo.
Antibioterapia. A pesar de que los cultivo son negativos, los especialistas
recomiendan hacer un tratamiento con antibióticos durante 28 días (los mismos
que en la prostatitis crónicas bacterianas). Sólo hay un estudio realizado con
pocos enfermos, que compara un antibiótico, minociclina frente a placebo, y no
presenta resultados significativos.
Bloqueantes α-1 adrenérgicos.
- Terazosina: dosis de 2 a 10 mg / día durante 28 días, aumentando
gradualmente la dosis.
- Alfusozin: Se utilizó en un estudio con dosis de 2 a 5 mg /8 horas
durante 42 días, en pacientes con anomalías urodinámicas confirmadas,
demostrando eficacia. Sin embargo, en otro estudio frente a placebo no
se encontró diferencias entre ambos grupos.
- Fenoxibenzamina / difenoxibenzamina: parece producir una mejora
sintomática, en dos ensayos clínicos realizados, aunque presenta el
inconveniente de
producir hipotensión ortoestática como efecto
secundario.
Inhibidores de la α-1 reductasa: El finasteride parece mejorar los síntomas del dolor
pélvico crónico. Se desconoce su mecanismo de acción.
Antinflamatorios:
- AINES: no está recomendado su uso como tratamiento de base.
- Cernilton (extracto de polen). Sólo hay un pequeño estudio en el que
parece que produce un disminución significativa de los síntomas con
muy buena tolerancia. Dosis: Una tableta cada 8 horas durante 6 meses.
- Seaprose S: parece ser eficaz en un pequeño estudio, especialmente en
combinación con la termoterapia. Sin efectos secundarios.
- Pentosan polisulfato: Utilizado habitualmente para tratar las cistitis
intersticiales. No ha demostrado mejoría clínica y sí muchos efectos
adversos.
Termoterapia prostática trasuretral: En dosis incrementadas gradualmente según
los síntomas. El calor local podría acelerar la resolución de la inflamación
prostática o alterar la conducción de las fibras nerviosas del dolor. Existen cinco
ensayos clínicos con esta técnica, que parecen demostrar una mejoría de los
síntomas con efectos secundarios transitorios. Los estudios tienen muestras
pequeñas, el seguimiento es de corta duración y los tests utilizados para valorar
la sintomatología no están validados por lo que no se tiene evidencia de que el
tratamiento sea eficaz.
Bioflavonoides: Un ensayo con pocos pacientes encontró mejoría de los síntomas
tras un mes de tratamiento, utilizando quercetin 500 mg /12 horas / 28 días.
Alopurinol: Uso basado en la teoría de que el reflujo de urato en los ductus
prostáticos sería el causante de la clínica. Pocos datos sobre su eficacia.
PPC (preparado de aminoácidos): ha sido comparado en un estudio con el
extracto de polen. Los resultados son difíciles de interpretar.
Control del estrés: Mediante técnicas de relajación de la musculatura pélvica, y
ansiolíticos en pacientes muy seleccionados.
PROSTATITIS INFLAMATORIA ASINTOMÁTICA
Inflamación crónica de la próstata que se diagnostica mediante un estudio
anatomopatológico durante la evaluación de otros problemas genitourinarios.
Corresponde a un 6% de las prostatitis. Debe evitarse cualquier tratamiento
hasta que aparezcan síntomas.
Prostatitis granulomatosas: Explican el 3% de los casos de prostatitis y se
diagnostican mediante el estudio anatomopatológico de una biopsia prostática
realizada tras la palpación de una próstata, firme, nodular, y focalmente
indurada para descartar un adenocarcinoma de la glándula. EL 78% son
inflamaciones inespecíficas (posible proceso autoinmune, como la enfermedad
de Wegener) y un 18 % tiene causa infecciosa ( hongos, virus y micobacterias ),
entre las que se encuentra la prostatitis tuberculosa.
Prostatitis tuberculosa
Causada por la diseminación hematógena de Mycobacterium tuberculosis. Puede
ser causa de infertilidad masculina y fístulas urinarias por la formación de una
caverna que drena al periné. Debe sospecharse en pacientes con síntomas
urinarios y dolor perineal, y antecedentes de tuberculosis; en infertilidad
masculina; ante hematuria terminal con urocultivos negativos y si aparecen
fístulas perineales. En el tacto rectal la próstata está dura e irregular.
En pacientes con SIDA y antecedentes de TBC debe descartarse un absceso
tuberculoso de próstata ante un cuadro de fiebre, malestar general y dolor en
periné. En la exploración física se palpará una masa caliente, fluctuante en la
glándula.
Diagnóstico.
- Uroanálisis: hematuria con piuria estéril.
- Cultivo para mycobacterias. Sensibilidad del 52%, tarda de 10 días a 8
semanas. Presencia de bacilos ácido alcohol resistentes en semen y orina.
- Estudios de PCR para identificar genoma de M. tuberculosis,
sensibilidad del 95% y especificidad del 98% con resultados en 48 horas.
- Ecografía si se sospecha absceso.
- Urografía para descartar tuberculosis renal simultanea.
- TAC: muestra una glándula irregular sugestiva de neoplasia.
- Cistoureterografía para delimitar el trayecto de una fístula vesicoperineal.
- Biopsia para confirmar el diagnóstico.
- Mantux y Radiografía de tórax.
Tratamiento.
Similar al de otros procesos tuberculosos.
Cirugía en caso de obstrucción urinaria pero después de comenzar el
tratamiento antibiótico para disminuir el riesgo de diseminación.
Utilización de métodos barrera para evitar el contagio, ya que el semen es
portador de bacilos tuberculosos.
CONCLUSIONES
1.- La prostatitis es una enfermedad bastante frecuente. Afecta a un 9% de los
adultos entre 18-50 años y su tasa aumenta con la edad. Los síndromes
prostáticos son la causa del 25% de las consultas ambulatorias de varones por
síntomas genitourinarios. Es el tercer diagnóstico urológico en hombres
mayores de 50 años.
2.- La prostatitis crónica abacteriana no inflamatoria es la forma más
frecuente de prostatitis.
3.- Excepto en un cuadro de prostatitis aguda, los síntomas de los diferentes
tipos de prostatitis son parecidos y no permiten un diagnóstico clínico.
4.- La clasificación de los síndromes prostáticos del NIH es una herramienta
útil para la valoración y diagnóstico de los pacientes.
5.- La etiología de las PCNB es desconocida.
6.- No hay un test diagnóstico validado para las PCNB.
7.- El NIH Chronic Prostatitis Symptom Index ayuda a valorar la gravedad de
los síntomas y la afectación de la calidad de vida de los pacientes con PCNB.
El impacto clínico de estos síndromes en un paciente es similar al de un IAM,
una angina de pecho o la enfermedad de Crohn.
8.- El tratamiento de elección en las prostatitis bacterianas agudas y crónicas
son antibióticos del tipo quinolonas o trimetoprim durante al menos 28 días.
9.- Los ensayos sobre el tratamiento de las PCNB son pocos, con muestras
pequeñas y metodológicamente incorrectos. No existe evidencia sobre el uso
sistemático de antibióticos y bloqueantes α -1 adrenérgicos, tratamiento
recomendado por los especialistas. La termoterapia parece haber demostrados
resultados positivos en algunos ensayos, pero son necesarias valoraciones
futuras sobre su eficacia.
BIBLIOGRAFÍA
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superficial de las prostatitis. Para una consulta rápida. Información no actualizada sobre el
diagnóstico y tratamiento.
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www.tripdatabase.com/redirect.cfm?id=152288&criteria=prostatitis.
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www.prodigy.nhs.uk/guidance.asp?gt=Prostatitis
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Revisión sistemática de la evidencia científica de todos los estudios publicados sobre
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vol 13, nº 10. Resumen bastante claro de las prostatitis, con poca información sobre el
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TIPOS
FRECUENCIA
Prostatitis aguda
bacteriana
1-5 %
Prostatitis
crónica
bacteriana
5-10%
Prostatitis
crónica no
bacteriana
- Inflamatoria
85%
-No inflamatoria
Prostatitis
inflamatoria
asintomática
-Prostatitis
granulomatosas
ETIOLOGIA
CLINICA
Bacteriana. En el MEG,
dolor Cultivo de orina y
80% E. Coli
perineal, síntomas secreción
urinarios, fiebre.
prostática
positivos
Bacteriana
Dolor perineal,
Urocultivo
eyaculación
negativo. Cultivo
dolorosa
secreción
prostática positivo
Desconocida
Cultivos de orina
y secreción
prostática
negativos
Dolor
perineal,
en
Posible
Leucocitos en
genitales,
implicación de
semne y orina
eyaculación
C. Trachomatis,
dolorosa,
disuria.
U. Urealyticum y
M. hominis
Disfunción del
Ausencia de
sistemana
leucocitos.
nerviosos
Alteraciones en el
simpático o
estudio
músculos suelo
urodinámico
pélvico.
6%
3%
DIAGNOSTICO
78%inflamación
inespecífica.18%
causa infecciosa
Asintomática
TABLA 1: Clasificación de las Prostatitis según el NIH.
Hallazgo casual en
un estudio
anatomopatológic
o por otro
problema
genitourológico
MEDICAMENTO
Analgésicos
Quinolonas
Ciprofloxacino
Ofloxacino
Norfloxacino
Tripetoprim / sulfametoxazol
Cefaloesporinas (cefuroxima)
Ampicilina + gentamicina
Tratamiento hospitalario
α -bloqueantes: terazosina.
Tratamiento coadyudante
TABLA 2: Tratamiento de la PAB
DOSIS
Paracetamol 650 mg / 6 horas
Diclofenaco 50 mg / 8 horas
Ibuprofeno 600 mg / 8-12 horas
500 mg/ 12 horas 28 días
400 mg / 12 horas 28 días
400 mg / 12 horas 28 días
160 / 800 mg / 12 horas 28 días
500 mg / 12 horas 28 días.
Ampicilina 2 g / 6 horas IV +
gentamicina 5 mg / kg / 8 horas
IV
2 – 10 mg / día 28 días
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