GRACIAS POR LA VIDA Testimonio de discapacidad y esperanza Carlos Lecuona de Prat «Boti» Soledad Martínez Saravia GRACIAS POR LA VIDA Testimonio de discapacidad y esperanza Pen Club Internacional - Centro Salta Universidad Católica de Salta Editorial Biblioteca de Textos Universitarios Salta- Argentina 2009 Martínez Saravia de Lecuona, Soledad Gracias por la vida / Soledad Martínez Saravia de Lecuona y Carlos Lecuona de Prat. 1a ed. - Salta : Biblioteca de Textos Universitarios, 2009. 162 p. : il. ; 22x16 cm. ISBN 978-950-851-102-7 1. Superación Personal. I. Lecuona de Prat, Carlos II. Título CDD 158.1 Fecha de catalogación: 26/10/2009 BIBLIOTECA DE TEXTOS UNIVERSITARIOS Dirigida por Íride Rossi de Fiori C OLECCIÓN : Sección General: Serie Testimonios Procesamiento, diseño de edición y composición del texto: Soledad Martínez Saravia. Cuidado de la edición: Helena Fiori. Rosanna Caramella de Gamarra. Pintura de tapa: Paisaje. Acuarela de Mariano Cornejo. (Regalo del pintor a su sobrino, Boti, para su nacimiento). Diseño de Tapa: Magdalena Paz Posse Este libro no puede ser reproducido total o parcialmente, sin autorización expresa del editor. © 2009, por EDITORIAL BIBLIOTECA DE TEXTOS UNIVERSITARIOS Domicilio editorial: Pellegrini 790, A4402FYP Salta – Argentina Tel./Fax: (54–387)4230654 Depósito Ley 11.723 ISBN: 978-950-851-102-7 Impreso en Mundo Gráfico S.A. Salta- Argentina. A Soledad, Agustín y Rosario mis hijos, mis hermanos; que nos acompañaron en nuestra trayectoria, que fueron y son lo más importante en nuestra vida. Al Padre Pablo Javier Pol, quien fue el motor que hizo que nos animáramos a salir a la calle. LA VIDA ES UN DON Esta es una vista previa. El número total de páginas que se va a mostrar es limitado. La vida es un don Palabras preliminares Para los que sufren y tienen fe en Dios, para los que no la tienen, para los que dudan, para los que lo aceptan, para los que lo aman, ésta es nuestra experiencia. Mi hijo nació con Mielomeningocele. Durante una de las tantas operaciones a las que ha sido sometido, en una charla con él, surgió la idea de escribir un libro contando nuestras vivencias. Pensamos que de esta forma podríamos ayudar a otros a transitar el difícil camino que se recorre cuando se presenta una discapacidad o una enfermedad. Lo narrado, aquí no es producto de la imaginación; es un testimonio de vida. Cada palabra tiene como objetivo acercarse a quienes de alguna manera atraviesan situaciones similares a la nuestra. Yo escribiría desde su nacimiento; y Boti narraría su vida, sus sentimientos y percepciones a partir de sus 8 años. Desde allí, yo tomaría sus palabras y las pondría por escrito y en adelante intercalaríamos estas voces para dar un panorama más completo de nuestra realidad. Esta es una vista previa. El número total de páginas que se va a mostrar es limitado. 9 Gracias por la vida Emprendimos entonces un trabajo arduo, a veces disentimos y discutimos pero finalmente llegamos a acuerdos. Creímos que el texto se enriquecería si ambos poníamos nuestras vivencias desde el lugar en que nos había tocado vivirlas, aunque a veces los puntos de vista no coincidieran. Después de largas charlas nos abocamos a la tarea. La experiencia acumulada por años: las alegrías y las tristezas, los errores cometidos y los aciertos son válidos por sí mismos, pero adquieren mayor sentido si pueden dar una luz, por pequeña que sea, a quienes sufren; si pueden convertirse en un momento de catarsis para otros. Si logramos que quienes lean estas palabras, sea médico o paciente, papá o mamá, amigo o familiar adquiera una nueva perspectiva, o comprenda aunque sea en una pequeñísima medida lo que nos hemos propuesto transmitir, habremos cumplido con nuestra misión. La vida de una familia se modifica cuando nace un niño discapacitado. Las prioridades cambian, los valores también. Muchas cosas pierden significación, otras se imponen con una fuerza enorme. Cada situación deja huellas, algunas débiles, otras imborrables, que si aprendemos a mirar positivamente, fortalecen el espíritu. Sí sabemos, y de esto estamos convencidos, de que el dolor puede fructificar en amor y en plenitud espiritual; aunque muchas veces nos parezca que la oscuridad nos abruma y las fuerzas se acaban. No hemos elegido este dolor pero es lo que nos ha tocado. Solamente aceptándolo y mirándolo como a un amigo siempre presente, se puede convivir con él. El sufrimiento nos fortalece 10 La vida es un don y nos hace madurar si logramos integrarlo como a una parte de nuestra jornada… En ocasiones, la rebeldía y la negación quieren imponerse en nuestro corazón y en nuestra mente pero lo que logramos es chocar contra un muro, nos golpeamos y salimos con tremendos magullones pero el muro no desaparece. Está ahí: quieto, estático, omnipresente y es por eso que necesitamos ayuda, que debemos aceptar con humildad. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de caer en un abismo muy difícil de remontar. Creemos que nuestra historia puede compararse a un campeonato de saltos hípicos. El jinete debe saltar una valla, que está ahí y es su desafío, y tiene opciones: puede retroceder o esquivarla pero entonces no ganará la prueba; solamente si toma impulso y la vence saldrá victorioso. Y así, nosotros, como en un concurso hípico, si no afrontamos la valla jamás triunfaremos… Pero si lo logramos la satisfacción será grande y podremos continuar con los retos, que se nos imponen, paso a paso, sin retroceder jamás. Muchas veces tropezamos, nos sentimos cansados, abrumados, hartos de pelear, pero de alguna manera salimos adelante. No es fácil pero aquí estamos, luchando y de pie, tratando de ayudar a quien podamos con nuestra experiencia, con nuestro valor por momentos pequeño, a veces poderoso y otras, casi inexistente. Porque creemos que si lo hacemos, nuestro dolor no habrá sido en vano. Cuando comenzamos a relatar nuestra historia yo, como mamá, tenía claro que quería escribir un relato sin Dios. 11 Gracias por la vida Esperaba que sirviera a todos, a los que creen y a aquéllos que no tienen fe. Boti no estaba convencido de esto, ya que posee una fe que no lo abandona, así es que después de mucho conversar decidimos escribir un capítulo en donde pondríamos los momentos en que nos habíamos sentido cerca de Dios. Por mi parte yo atravesaba una etapa en la que la desolación me abrumaba y el enojo por las dificultades de mi hijo me hacía renegar de Él. ¿De qué me hablan? ¿Dónde está Dios? ¿En el dolor? ¿En el sufrimiento? ¿Por qué si existe y nos ama, como dicen, ha dado a mi hijo esta enfermedad que no le da respiro? Estaba enceguecida, colmada, abrumada. No soportaba verlo, sufrir y luchar y luchar y luchar… Recuerdo mis palabras furiosas: ¿De qué Dios me hablan? Yo no lo encuentro en ninguna parte. Sin embargo, en medio de esta oscuridad necesitaba buscar la luz, la explicación, y sin darme cuenta, la palabra escrita, que siempre me fascinó, me sirvió como un instrumento para alcanzar la paz. Escribir significó recordar distintos episodios de nuestra vida, traerlos al presente, objetivarlos, tratar de contarlos con verdad, hablar de nuestros temores y angustias; también de nuestras alegrías, triunfos, compensaciones. Descubrí entonces que había olvidado situaciones que mi mente había bloqueado, sobre todo aquéllas más angustiosas. Escribir era indagar muy dentro de nuestra alma, y poner en el papel palabras antes nunca dichas. Era desnudar nuestro interior, con todo lo que esto implicaba: hacerse cargo de errores y aciertos, virtudes y miserias. 12 La vida es un don En fin, para mí no fue una tarea fácil, muchas veces debí dejar el papel, no sabía cómo poner en palabras lo que ni siquiera había querido mencionar en voz alta. Sin embargo seguí. Si podía hacer algo por mi hijo, y por los que como él sufrían, así lo haría y estas páginas se convirtieron en mi objetivo principal. En un desafío. Y así, casi forzada por las circunstancias, escribí, taché, borré y un día me di cuenta de que no podía dejar de hablar de Dios. No había querido hablar de Él, no. Pero, Él, a quien yo había negado tantas veces en los últimos tiempos, se me impuso y me desbordó. No fue un acto de la voluntad. Comencé a analizar mis escritos y tuve la certeza de que estaba en mí y conmigo y mi familia aunque me enojara y lo negara una y mil veces. Entonces mi razón tuvo que aceptar y humildemente decir: — Sí… Dios mío, Tú, nos has sostenido en esta lucha. Soledad Martínez Saravia de Lecuona 13 La vida es un don Para Boti con amor Hace 28 años, en 1980, Dios me regaló un hijo especial. Yo no sabía todo lo que me esperaba, todo lo que gozaría, todo lo que sufriría, y lo amé. No es posible describir con palabras lo que sentí. Sólo sé que el amor me fue llenando de a poco y un día colmó hasta la última fibra de mi ser. Entonces supe que ese sentimiento, nunca más se apartaría de mí y que estaría intacto para derramarse a todos los hijos que vendrían. Y así fue, y así los quise a todos con un amor absoluto, único; a veces generoso pero también egoísta, a veces obsesivo, a veces, las más, tierno, y otras, por qué no decirlo, doloroso. Dicen que amor y sufrimiento van juntos, y por lo menos, en mi experiencia, muchas veces así lo fue. ¿Cómo no sufrir cuando se ama tanto y se ve sufrir? ¿Cómo no sufrir cuando uno ve a un hijo en una lucha constante, intensa e inacabable? Sin embargo ese dolor con sus diversas caras, nos ha dado angustia y también coraje, nos ha quitado el sueño, pero nos ha impulsado a vivir, 15 Gracias por la vida nos ha llenado de rabia, y nos ha regalado la alegría, nos ha pedido la vida, pero la ha cargado de sentido. Ya no lo combato, no lo rechazo: es parte de nuestro camino. Boti a los ocho meses. 16 La vida es un don Un poquito de historia Escribir la historia de Boti es también escribir la historia de mi familia. Su nacimiento nos marcó a todos, a cada uno de una manera diferente, pero sin lugar a dudas, para siempre. Cuando vino a nuestra existencia, yo tenía sólo 22 años, era una niña mimada, que no sabía demasiado del sufrimiento. En casa reinaba un clima de verdadero amor, nada nos faltaba y pese a la diabetes bastante agresiva de mi madre, mi infancia y mi juventud fueron muy felices. Mi papá, fuerte pilar de nuestra familia, era un hombre protector y muy alegre; mi madre, una mujer lindísima, inteligente y bondadosa se dedicó a mi hermana Tere y a mí. Ambas nos sentíamos contenidas, queridas, y sobre todo muy protegidas ante las adversidades. ¿Cómo imaginar entonces los designios de Dios? Después de cinco largos e interrumpidos años de noviazgo (en esa época nos tomábamos los compromisos muy a pecho), Carlos, con apenas 21 años y yo, que tenía entonces 20, decidimos casarnos. Carlos comenzó a trabajar en el campo con mi papá, mientras yo estudiaba letras, soñaba con ser licenciada y por supuesto ejercer mi profesión. Nos queríamos mucho y pese a las diferencias que teníamos en nuestra forma de ser y de sentir, queríamos estar juntos, vivir en Salta, en donde habíamos nacido; en lo posible en el campo; tener perros, caballos, y sobre todo, niños. 17 Gracias por la vida La página 18 no forma parte de esta vista previa. 18 La vida es un don ¡Qué palabra tan cortita para albergar ese don! Los hijos son y han sido el sentido de mi existencia. Muchas veces he cometido errores pero la certeza de haber hecho todo por y con amor, me ha librado de culpas y reproches. Los amé y los amo mucho. También he sido feliz trabajando, estudiando, leyendo, escribiendo. Ellos me han completado, no han coartado ni mi libertad intelectual ni espiritual. He renunciado sin dudas, a diferentes cosas, y fue porque creí que así debía hacerlo. Han sido opciones libres, no impuestas desde afuera. Es por eso que de nada me arrepiento. Mis hijos son lo mejor que me ha pasado en la vida. Así es que preparamos un lindísimo ajuar para el bebé y lo esperamos con absoluta confianza. Jamás en mi mente ingenua de entonces imaginé que podía tener un chiquito enfermo. Mi embarazo fue absolutamente normal, es más, creo que muy bueno. No tuve malestares de ningún tipo, me sentía bien y feliz. Quizás si hubiera tenido otro niño antes, me hubiera dado cuenta de que el bebé tenía poco movimiento, pero esto pude constatarlo sólo después de haber concebido a mi segunda hijita, que saltaba como una langosta. 19 Gracias por la vida La página 20 no forma parte de esta vista previa. La espina bífida, o «columna separada», es un desorden que ocurre en el embrión durante el primer mes de embarazo y sucede cuando la columna vertebral no se cierra completamente. Entre los defectos de nacimiento que causan discapacidad permanente, la espina bífida es el que ocurre con mayor frecuencia. La causa de la espina bífida no se conoce con certeza. 1 20 La vida es un don Nunca podré olvidar el día del nacimiento de Boti. Era un 20 de noviembre, hacía un calor de infierno. Recuerdo hasta la — ¿Y eso? — Un tipo de Espina bífida — ¿Espina bífida? ¡Ah! Sí. Cuentan que el neonatólogo se declaró incompetente y pidió que buscaran a alguien que conociera del tema. ¡Jamás dejaré de agradecer este acto de humildad! ¡Qué importante es reconocer nuestros límites! Se requiere de grandeza para dar un paso al costado y dejar intervenir a los que más saben. Mientras todos corrían en búsqueda de los profesionales idóneos, yo me enteraba de que algo pasaba. En los primeros momentos nadie se animó a decirme una palabra. Recuerdo que pregunté por mi bebé y el silencio fue la respuesta; entonces cerré los ojos y esperé lo peor. Tomó en ese instante mi mano con el mayor cariño, una doctora, Estela Pozzo, quien, me transmitió una gran fuerza a través de una mirada cargada de afecto. Desde ese día me Sin embargo los científicos creen que esta anomalía es causada por una combinación de factores genéticos y ambientales. Hay diferentes tipos de espina bífida: Espina Bífida Oculta, Meningocele y Mielomeningocele: Este trastorno ocurre cuando la capa protectora de la médula espinal y los nervios de la médula espinal salen por la parte que está abierta en la columna vertebral. Éste es el tipo más grave de espina bífida y causa daño a los nervios, al igual que discapacidades más severas. Fuente: www.spinabifidassociation.org. Consulta:12/06/2009. 21 Gracias por la vida acompañó en todos mis partos porque sólo verla me daba una enorme paz. Luego, ya en la habitación, un médico neurólogo, Oscar Girotto me explicó de qué se trataba. Con mi inexperiencia de joven madre, sumada a la anestesia y al estupor no entendí nada. Escuché algo así como «daño neurológico» e «hidrocefalia» y me di cuenta, casi entre sueños, de que algo muy grave había sucedido. Mi familia llamó a un sacerdote amigo, Monseñor Raúl Casado, que bautizó a Boti de urgencia, en una sala de terapia intensiva de la maternidad, en presencia de mis padres, mi hermana Tere, que es su madrina, y mi suegra. No había en ese lugar las condiciones necesarias para hacer la operación que era indispensable para la supervivencia del bebé, así fue que me lo mostraron rápidamente, a través del vidrio de una incubadora portátil, y partieron a otro sanatorio. La primera operación. ¿Un milagro? En ese momento comenzó, aunque todavía no lo sabíamos, un largo peregrinar por clínicas, hospitales y sanatorios que aún no ha terminado. No puedo imaginar siquiera la aflicción de Carlos, de mis padres, de mi suegra. Carlos, con sus 23 años, un adolescente todavía, tuvo que correr de un lado a otro, para darme fuerzas, para acompañar al pequeño, en medio de un gran desconcierto y sin lugar a dudas una gran desolación. Mientras tanto, Boti se sometía, a no más de dos horas de nacido, a su primera operación. 22 La vida es un don La página 23 no forma parte de esta vista previa. Aproximadamente el 70 al 90 % de los niños con mielomeningocele desarrolla hidrocefalia. En aquellos casos en que el líquido cerebroespinal que amortigua y protege el cerebro y la médula espinal no puede drenarse en forma normal, se almacena en el cerebro y en su entorno y agranda la cabeza. Si no se trata, la hidrocefalia puede producir lesiones en el cerebro y retraso mental. Por lo general los médicos tratan la hidrocefalia mediante la colocación quirúrgica de un tubo llamado shunt que drena el exceso de líquido. El shunt pasa por debajo de la piel y penetra en el pecho o el abdomen y el líquido circula sin causar daño por el cuerpo del niño. Fuente: http://www.nacersano.org. Consulta: 8/06/2009. 2 23 Gracias por la vida La página 24 no forma parte de esta vista previa. 24 La vida es un don (sólo como para empezar), las vendas correspondientes y la válvula cefalorraquídea puesta, la que le duraría hasta sus 16 años. Aprendiendo a ser mamá En la maternidad yo trataba de entender qué había pasado. Mis padres y mi hermana me acompañaban pero todo era como una gran nebulosa. No puedo tener un recuerdo claro de esos días. Lo que sí aparece en mi mente con gran nitidez es el día en que me llevaron a ver a mi hijito al lugar en donde se hallaba. Yo estaba recién operada y no me sentía bien, pero Boti debía mamar, y por eso fue que me sentaron en una silla dura, me aislaron de los demás y me dejaron sola para que lo amamantara. Me sentía absolutamente desconcertada, asustada, emocionada. Me embargaron mil sentimientos extraños y desconocidos para mí. Me dieron, entonces un niñito precioso, pero que se veía muy frágil, vendado por todas partes: cabeza, cuerpito y pies. Lo puse a mi pecho y los dolores comenzaron a punzarme en forma que jamás olvidaré. Me cargué de angustia, quería salir corriendo pero no podía, yo amaba a ese bebé. Y así me quedé. Gritos mudos atravesaban mi garganta, un nudo me cerraba el corazón y lágrimas inexplicables corrían por mi cara. Nadie tuvo una palabra de consuelo para mí, nadie me dijo nada. Yo debía estar contenta, la operación había sido un éxito y el bebé se recuperaba con rapidez. 25 Gracias por la vida ¿Será posible que en los hospitales y sanatorios los profesionales idóneos asesoren y presten auxilio a mujeres que como yo pasan situaciones como ésta? ¿El golpe de tener un niño enfermo no merece un paliativo? ¿No es posible dar algo de apoyo a quienes lo reciben? ¿No eran comprensibles estos sentimientos tan humanos? Todo hubiera sido más fácil si alguien hubiera estado a mi lado para darme una palabra de aliento, para asistirme en mis necesidades o para brindarme, por lo menos una silla más blanda, que aliviara los malestares ocasionados por la primera succión. En ese momento yo ya no existía para nadie, solo existía el bebé. De ese hecho, del que me acuerdo con horror, por los sentimientos encontrados que se despertaron en mí, sólo saqué como resultado, una negación tremenda a amamantar, que me acompañó hasta el tercero de mis hijos y que pude vencer por el profundo amor que les tuve y que sólo se disipó con la última de mis hijas, a quien irónicamente no pude dar de mamar. Mi cuerpo se negó a ello. Pasaron los días, después de darme el alta, visité a Boti, varios días, para alzarlo, alimentarlo, hablarlo. El shock del primer momento había pasado y me aboqué con todas las fuerzas de mi alma joven a ese pequeño, que ya se vislumbraba fuerte y vivaz. Boti creció sano y aunque esto parezca una contradicción, su desarrollo fue casi normal. 26 La vida es un don La página 27 no forma parte de esta vista previa. Las dolencias que están relacionadas con la espina bífida requieren atención especial para identificarlas y tratarlas. Ya que los daños neurológicos y los problemas para moverse son variados, puede ser difícil identificar algunos de los trastornos secundarios. Los niños y jóvenes con espina bífida deben recibir una atención concentrada en su desarrollo psicológico y social. Algunos de las trastornos relacionados con la espina bífida son impedimentos de movimiento, complicaciones de los intestinos y la vejiga, alergia al látex, obesidad, úlceras en la piel, desórdenes gastrointestinales, discapacidades de aprendizaje, depresión, tendinitis y problemas sociales y sexuales. Las personas con espina bífida necesitan aprender a moverse y pueden llegar a ser más independientes con la ayuda de muletas, soportes o sillas de ruedas. También hay nuevas técnicas para que los niños se vuelvan más independientes en su control de los intestinos y la vejiga. Las discapacidades físicas tales como la espina bífida pueden afectar profundamente el desarrollo emocional y social de un niño. Es importante que los profesionales de la salud, los profesores y los padres entiendan las capacidades y limitacio3 27 Gracias por la vida La página 28 no forma parte de esta vista previa. 28 La vida es un don me, una imagen de la Virgen dolorosa y el Santo Patrono del pueblo. En ese lugar vivimos los dos primeros años después de nuestro matrimonio. También allí, el párroco de la Merced, el Padre Araujo hizo para Boti una nueva y sencilla ceremonia de bautismo para completar la que habían realizado de urgencia en la terapia intensiva de la maternidad. En ésta estuvimos todos; su padrino: mi papá que no quiso dejar el lugar que había tomado Su Bautismo, con sus abuelos, su madrina y su mamá. forzado por las circunstancias en la clínica, mi hermana, su madrina; sus abuelas, sus primos y nosotros. Esa finca se convirtió años más tarde, en el sitio más preciado del mundo para mi hijo y en ella pasamos el verano del 81. En ese momento fue nuestro refugio para Carlos y para mí. Allí nos sentíamos bien, amparados y seguros, mis padres nos acompañaban y sostenían. Fue, nuestro primer veraneo con nuestro bebé, lo conocíamos día a día, lo cuidábamos, lo amábamos. Al terminar las vacaciones y aunque Carlos, trabajaba en San Agustín debimos trasladarnos a la casa de mis padres, que se encontraba en la ciudad de Salta. Teníamos que cuidar Boti de posibles infecciones, yo necesitaba apoyo, estaríamos más cerca de los médicos y todo sería más fácil. Pese a todas las agresiones recibidas, mi hijo era saludable, un poco cabezón, sonriente y tranquilo, sólo se despertaba cada cuatro horas, 29 Gracias por la vida La página 30 no forma parte de esta vista previa. Algunos recién nacidos presentan los pies doblados hacia delante y arriba, de tal manera que el pie llega a tocar la parte anterior e inferior de la pierna (pie talo) y a veces el pie también está desviado hacia afuera (pie talovalgo). 4 30 La vida es un don cronológico a los hechos. A partir de los 3 meses comenzó su rehabilitación motora: fisioterapia, masajes en unos pies demasiado pequeños, mal formados4 y con poca sensibilidad y mucho movimiento para sus piernitas, que no tenían la fuerza deseada. También a los tres meses, fue el primer viaje a Buenos Aires. Todos los que tenemos un niño con problemas sabemos que: «Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires» Y allí fuimos Boti y yo, acompañados por mi mamá, con destino a un hospital de niños, que nos habían recomendado. El objetivo era conseguir un urólogo especialista en esta enfermedad porque al decir de los médicos de mi provincia «El talón de Aquiles de estos chicos son los En su din-don, con botas ortopédicas. riñones». Buenos Aires me causó al llegar, sentimientos encontrados. Por un lado, significaba la esperanza y la ciencia; por el otro, la soledad, el desarraigo de los seres queridos, la despersonalización. Enorme en sus dimensiones se convirtió en una ciudad enemiga, la visión de sus luces se apagó para siempre y se convirtió en un lugar oscuro y gris. Me había gustado Buenos Aires, cuando como adolescente caminaba por sus calles, con la sonrisa en la cara, las ganas de vivir en el corazón, y un poco de dinero para gozar de teatros, librerías, cines y cafés que en ese momento me apasionaban. Hoy no puedo 31 Gracias por la vida alejar de mí la sensación de desamparo que los últimos años han dejado en mí. En la gran ciudad tocamos puertas y hablamos con muchos médicos que nos habían recomendado. En esa época, año 1981, no había centros especializados en MMC5, como los que hay hoy, por eso y finalmente y después de mucho andar, llegamos al Hospital Gutiérrez, donde nos habían dicho que se encontraba en el mejor urólogo infantil. Al llegar el desconcierto y la angustia que ya me acompañaban se acrecentaron al enfrentarme, por primera vez, tan de cerca con el dolor humano. Una enorme cantidad de niños con complicaciones, algunas tan terribles que hacían palidecer las nuestras, desfilaban ante mis ojos asustados. Una sola mirada a esos largos y fríos pasillos, repletos de padres, abuelos y chicos, me dio la medida exacta de nuestra realidad. Durísima, frente a la de algunos, se convertía en insignificante frente a la dimensión de la de otros. Existen, hoy, distintos hospitales de Argentina con centros especializados que atienden a los niños con EB en forma multidisciplinaria e integral; también Asociaciones que pueden brindar orientación y asesoramiento, la de mayor difusión es APEBI. http://www.apebi.org.ar. Sin embargo la experiencia en adultos es bastante escasa, según datos consultados «Hace unos 30 años, el 90% de los niños afectados de un mielomeningocele morían de una meningitis, hidrocefalia, complicaciones de la parálisis o de su aparato urinario. Aproximadamente el 4% sobrevivían inválidos permanentes en la silla de ruedas y el 2% podían llevar una vida independiente después de múltiples intervenciones. La naturaleza y evolución normal se habían encargado de eliminar todos los casos graves. http://www.ameb.es (Asociación Madrileña de Espina Bífida).Consulta:15/ 08/2009. 5 32 La vida es un don La página 33 no forma parte de esta vista previa. 33 Gracias por la vida La página 34 no forma parte de esta vista previa. Los estudios urodinámicos se realizan para valorar de forma objetiva el funcionamiento del esfínter y de la vejiga tanto en la fase de llenado como en la de vaciado vesical. Se suelen realizar a pacientes con problemas miccionales, tales como la incontinencia de orina, enfermedades neuro-lógicas y como estudio preoperatorio de pacientes que van a ser intervenidas de prolapso uterino o corrección de cístocele. El examen consiste en la medición de la presión del esfínter y del interior de la vejiga durante la fase de llenado y vaciado vesical, mediante la colocación de unos catéteres de pequeño calibre a través de la uretra. La presión así registrada se traduce en forma de gráficas cuya interpretación permite valorar el funcionamiento de la vejiga y esfínter y detectar posibles alteraciones. www.clinicasanfelipe.com/servicios/urodinamia.ph .Consulta: 22/09/2009. 6 34 La vida es un don El desarrollo de Boti continuó dentro de una relativa nor malidad y salvo algunos controles y fisioterapia, siguió creciendo, durmiendo, comiendo, llorando lo necesario y sonriendo mucho, agradecido a la vida y al amor que recibía. Los médicos, nos aconsejaron entonces hacer unos estudios genéticos, y allá fuimos7. Un especialista con cara de pocos amigos, del cual solamente recuerdo un espeso bigote, nos hizo algunas preguntas, tomó unos apuntes y salimos del consultorio. Fue éste mis- Aún no se conocen bien las causas de la espina bífida. Aunque los científicos creen que algunos factores genéticos y ambientales pueden interactuar para crear éste y otros defectos del tubo neural, el 95 por ciento de los bebés con espina bífida y otros defectos del tubo neural nace de padres sin antecedentes familiares de estos trastornos. Cualquier pareja puede tener un bebé con espina bífida. Por lo general, las que han tenido un bebé con espina bífida, tienen una probabilidad de aproximadamente del 4 por ciento de tener otro bebé afectado. En aquellas con dos hijos afectados la probabilidad es de aproximadamente el 10 por ciento. De la misma manera, cuando uno de los padres tiene espina bífida, existe una probabilidad del 4 por ciento de que transmita el trastorno al bebé. Las parejas que han tenido un bebé afectado o que tienen antecedentes familiares de defectos del tubo neural deben consultar a un asesor en genética acerca de los riesgos para su futuro bebé. Las mujeres con ciertos problemas de salud también tienen un riesgo mayor de tener un bebé con espina bífida. Este grupo incluye, por ejemplo, mujeres obesas, mujeres con diabetes mal controlada y mujeres que se tratan con ciertos medicamentos anticonvulsivos. Estas mujeres deben consultar a su médico antes de quedar embarazadas para tomar las medidas necesarias para reducir su riesgo de tener un bebé con espina bífida. Fuente: http://www.nacersano.org/centro. Consulta: 7/07/2009. 7 35 Gracias por la vida mo (del que no me acuerdo el nombre, no en balde la memoria es selectiva), quien por primera vez nos habló de Boti, como de un niño minusválido. No dije nada pero me enfurecí: — ¿Discapacitado, mi hijo? Ese tipo está loco. Él se equivocó en otras cosas, pero en eso, a no poco de andar, tuve que darle la razón. Creo que recién entiendo que aceptar la discapacidad de un hijo lleva un tiempo, no se admite, así como así. Es un proceso que va madurando dentro de uno, hasta que finalmente se lo asume y se lo reconoce. Es por eso importante, según mi experiencia, tratar con cuidado a los padres de un enfermo. No se puede negar la realidad pero no se debe ser brutal. La aceptación llega cuando tiene que llegar, no se puede imponerla como a los latigazos ¡Por supuesto, que habrá excepciones! Mientras festejábamos el cuarto mes del nacimiento de Boti, yo me enteré de que estaba nuevamente embarazada8. De acuerdo con estudios recientes, si todas las mujeres en edad fértil consumieran 400 microgramos (mcg), que también se dice 0,4 miligramos (mg), de ácido fólico antes de quedar embarazadas y durante el primer trimestre del embarazo, se podría reducir hasta en un 70 por ciento la probabilidad de que se presente la espina bífida... La SBA recomienda que las mujeres tomen un complejo multivitamínico que contenga 400 mcg de ácido fólico cada día durante sus años reproductivos. Adicionalmente, las muje8 36 La vida es un don La página 37 no forma parte de esta vista previa. 37 Gracias por la vida La página 38 no forma parte de esta vista previa. Hoy se hacen innumerables campañas para que las mujeres consuman ácido fólico, pero en la época en que Boti nació la influencia de éste sobre este tipo de malformaciones no se conocía. Este descubrimiento se hizo en el año 1981, un año después del nacimiento de Boti. (Nota de la autora). 9 38 La vida es un don una cuestión de amar y de creer que con amor se puede transformar el mundo y se puede hacer feliz a quien se ama. ¡Hemos amado tanto y de todas maneras, no importa cómo, ni por qué! Con esfuerzo y sin descanso Boti siguió progresando. Unos días después de su nacimiento le habían enyesado sus piernitas para enderezarlas y cuando tuvo los 4 ó 5 meses comenzó a dormir con unos aparatos que se las abrían y le protegían las caderas de posibles luxaciones A los 11 meses ya gateaba, hasta con los aparatos puestos. Con la Papi y la Mamama, sus abuelas. Caminar… Humm, no se sabía. Y seguimos andando con fisioterapia, urocultivos, aparatos y yesos, música y alegría. ¡Cómo olvidarnos de Lucrecia Torres, su primera fisioterapeuta, quien con una paciencia enorme cantaba canciones mientras trabajaba los músculos de sus miembros inferiores! Todavía suenan en mis oídos las letras infantiles, no siempre bien entonadas con las que acompañábamos sus ejercicios. 39 Gracias por la vida Los juegos eran parte importante de esta terapia, no siempre agradable, tediosa pero fundamental para su desarrollo motriz. — Con mis piecitos camino, camino. ¡Con mis piecitos camino, yo! Una y otra vez, minuto a minuto, día a día, una semana tras otra, meses y años de fisioterapia constante, en manos de profesionales cálidos, experimentados, atentos. Durante los primeros meses de su vida, lo atendió un traumatólogo infantil, hasta que finalmente llegamos a Ernesto Lovaglio quien es hasta hoy su médico de confianza. Mucho camino haríamos a su lado, porque como dice la poesía de Machado: «Caminante no hay camino se hace camino al andar» Y en éste, largo y lleno de dudas e inquietudes, Ernesto fue amigo, médico y padre. Se ocupó tanto, se ocupa y preocupa tanto. Creo que después de su papá es el hombre a quien más quiere mi hijo y que más influyó en él. Fue duro y tierno con él, le enseñó a ser fuerte, pero siempre estuvo su mano o su palabra amiga para alentarlo en los momentos más difíciles. Por su recomendación vimos en Buenos Aires a otro médico traumatólogo, «el loco Henry», le decían. Tendría alrededor de unos 60 años. Era de contextura fuerte, pelo ralo y blanco, siempre en desorden, ojos penetrantes, detrás de unos pequeños anteojos y hablar medio trabado. Este hombre de trato rudo encerraba en ese cuerpo enorme, un gran conocimiento científico y una gran sabiduría. Sus consejos, que seguí casi al pie de la letra, me ayudaron mucho en el transcurso de nuestro largo camino. 40 La vida es un don La página 41 no forma parte de esta vista previa. 41 Gracias por la vida La página 42 no forma parte de esta vista previa. 42 La vida es un don Un día realizábamos uno de nuestros habituales paseos a caballo, cuando el suyo comenzó a correr rápidamente y él no podía frenarlo, yo, para no perder la costumbre empecé a gritar, pero sabía que si comenzaba a galopar a su lado el peligro sería mayor. Carlos, con toda la prudencia del caso trató de acercarse, cuando de pronto vimos aterrados como Boti empezaba a girar para bajarse. ¡Eso era terrible, con su escaso equilibrio y su pequeño tamaño, si se bajaba sin soltar las riendas lo más probable es que sufriera un golpe espantoso! Sin embargo ante nuestros ojos atónitos, vimos cómo Boti ponía los pies en tierra, y quedaba parado, tomado de las crines, mientras el caballo permanecía quieto en ese mismo instante, sin que la fuerza de gravedad lo impulsara hacia adelante. Su papá bajó de su animal y subió a Boti al suyo. Con el corazón latiendo agitadamente, percibimos que acabábamos de presenciar un hecho absolutamente extraño. Nunca nos dejamos vencer por el temor; creo que él nunca supo lo que sentíamos. Simplemente pensamos que era un riesgo que debíamos correr por su bien, por su independencia, por la alegría que le brindaban esos nobles animales, por el amor que él les daba. De hecho, comenzó a caminar recién con cuatro años cumplidos, pero montaba solito desde los dos. Creo sinceramente que los caballos tuvieron una gran influencia en su desarrollo tanto físico como espiritual. No sé demasiado cuáles fueron específicamente las capacidades motoras que le permitie- 43 Gracias por la vida ron incrementar o desarrollar, pero sí tengo la certeza absoluta de que fortalecieron su autoestima y su seguridad, le ocasionan una gran alegría y le proporcionaron y le proporcionan hoy el espacio de libertad, que sus piernas no le dieron. Los caballos10 fueron y son su pasión. Sobre ellos se siente libre y es feliz. Le permiten un contacto directo con el campo, le brindan armonía y lo liberan. En ellos ha recorrido y aún recorre grandes distancias, Y por ellos recibió su primer premio en la niñez, al jinete más joven de una cabalgata. «…los jóvenes incluidos en la actividad ecuestre logran mejorar la calidad de vida, de sus destrezas motoras, desarrollo del propio cuerpo (tales como el manejo de postura y equilibrio, la posición de las manos y los pies y el mejoramiento del esquema corporal).«…el vínculo con el caballo incentiva en los pacientes su capacidad de ser más protectores y cuidadores, brindándoles seguridad y confianza en sí mismos y afianzamiento de su personalidad» Dr. Germán Felke, Lic. Marcela Aldazabal, Lic. Silvia Perrone. Ponencia del 1er Congreso Argentino de Equino terapia. «Equino terapia, enfoque clínico, psicológico y social». Organizabdo por Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para discapacitados. AA.A.E.P.A.D. 2005. 10 44 La vida es un don La página 45 no forma parte de esta vista previa. 45 Gracias por la vida La página 46 no forma parte de esta vista previa. 46 La vida es un don La vieja casa de San Agustín se llenaba en los veranos con el vaivén de una familia completa, padres, tíos, abuelos, primos, el trajín de unos, la alegría otros: la vida se hacía paréntesis por las vacaciones estivales. Escuchar los ruidos cotidianos, los tractores de las cosechas, los pájaros a la mañana y el canto de las chicharras en los atardeceres blanquiazules y rosados; los perfumes y fragancias tan nuestros como la vida misma; el olor a tabaco seco, a pasto húmedo en los días de lluvia, el perfume penetrante del jazmín blanco en las galerías en las noches de luna llena, disfrutar de los colores del verano, de los perros amigos, y de cabalgatas bajo el sol. Todo eso conformaba un pedacito de mundo que apaciguaba los ánimos, bendecía nuestras almas de padres jóvenes y enamorados. La familia crecía y la unión en la ternura y en la felicidad, pero también en el dolor, nos fortalecía. Boti se hizo cantor Pasado el verano, volvimos a Salta. Carlos trabajaba en en el campo y yo en colegios y en la Universidad Católica. Todavía vivíamos en casa de mis padres, que nos ayudaban y alentaban en nuestra tarea. En el año 82, cuando en una Argentina enfervorizada por la guerra se escuchaba a toda hora y en todo lugar la Marcha de las Malvinas, Boti la cantaba, con todas sus fuerzas, como el mejor, sin equivocaciones de principio a fin. ¡Era emocionante escucharlo, parecía entender lo que significaba! Todavía no caminaba, pero hablaba perfectamente, adquiría vocabulario y parecía un adulto. En ese momento no 47 Gracias por la vida me admiraba, estaba acostumbrada a su desenvoltura y su facilidad para hablar. Sólo después, cuando tuve mis otros niños, me di cuenta de que su desenvolvimiento lingüístico había sido excepcional. Nos explicaban los médicos que al tener dificultades en las competencias motoras había desarrollado esa capacidad perfectamente. Y sí que hablaba, era como un lorito. También en esa época había comenzado a ponerse de pie, si lo teníamos de la mano o se agarraba de un corralito. A los tres años comenzó a ir al jardín, no caminaba todavía pero era muy desenvuelto y se hacía querer por todos. Sosi, que era una beba, de apenas dos añitos también lo acompañaba, ¡Les encantaba la escuela! Finalmente sus piecitos dijeron sí Después de casi dos años viviendo en casa de mis padres, nos trasladamos a Ciudad del Milagro. Es éste un barrio alejado del centro de Salta, en esa época, tranquilo y alegre, allí teníamos un departamento, en el tercer piso, sin ascensor, sencillo, no muy grande pero luminoso, no había demasiados ambientes, por lo tanto mi trabajo y los juegos de los niños se superponían en forma constante (de esta época viene mi capacidad de abstraerme de lo que me rodea para poder pensar, leer, escribir, trabajar). Esperaba ya mi tercer bebé, trabajaba en el Liceo Naval para Señoritas, que quedaba muy cerca de casa y además en el Colegio Belgrano, un colegio de varones en pleno centro de Salta. sean médicos, psicólogos, sacerdotes o amigos 48 La vida es un don La página 49 no forma parte de esta vista previa. 49 Gracias por la vida La página 50 no forma parte de esta vista previa. 50 La vida es un don pueden extendernos una mano y darnos el impulso que nos falta para agradecer el día a día y lograr finalmente, sin culpas, ser felices. Sacudirnos la culpa, desprendernos de ella es lo mejor que podemos hacer por nuestra familia y por nosotros mismos. Mientras tanto, y a pesar de nuestros tironeos internos, la vida continuaba con sus avatares normales. La marcha de Boti se fue afirmando, irregular, dificultosa pero constante. En casa caminaba poco, se hacía levantar por todos, pero en la escuela era voluntarioso y no quería quedarse atrás, así es como un día caminó siete cuadras de un solo tirón durante un paseo que hizo con su señorita y compañeros. Otro, en que había quedado sentado solo en medio del patio de su jardín comenzó a gritar entre risas. — ¡Auxilio, auxilio, que no me puedo parar! Contaba la señorita que un malón de niños corrió en su ayuda y le dieron apoyo para que pudiera ponerse de pie. De esta forma tomó siempre sus limitaciones, como algo natural a él, sin culpas, sin complejos. Esas cosas nos sostenían, nos daban esperanzas, nos llenaban de gozo. Ya eran tres Y nació Agustín, un pequeño buscado y muy amado. El embarazo fue complicado y estuve a punto de perder el bebé, sin 51 Gracias por la vida embargo el miedo había pasado y pude gozar de esta nueva etapa. La tercera cesárea consecutiva limitaría el número de los integrantes de la familia, pero no impidió que, por primera vez, disfrutara de ese nacimiento. Me hicieron la operación despierta, sólo con anestesia local. La ternura que sentí al verlo, y cuando lo colocaron en mi pecho fue una de las experiencias más hermosas que viví. Agustín era un bebé chiquito, negrito, y muy pero muy movedizo. Caminó a los nueve meses y parecía una pelotita saltarina, siempre en movimiento, de hecho muy pronto le pusimos Pelotín, apodo que decidimos sacarle, porque no nos pareció demasiado apropiado para su niñez y adolescencia, por las connotaciones que podrían darle: No paraba nunca, reía, lloraba con un ímpetu increíble. Se hacía sentir. Las canciones infantiles nos acompañaban en forma permanente, y pese a ser una gran desentonada, cantaba a voz en cuello, canciones de María Elena Walsh, Cantaniño…. Tengo un hermanito chiquitito, chiquito... Se parece mucho a una bolita, chiquita que se pierde de tanto jugar, ¡hay que buscar!. Pero como es inquieta y saltarina, muy linda, aparece por cualquier lugar…. Y ya eran tres en casa y a pesar del trabajo, de los momentos difíciles, de infaltables peleas, ¡qué bueno era verlos crecer! Nuestra familia era un regalo. Así lo sentía, así lo vivía. 52 La vida es un don La página 53 no forma parte de esta vista previa. 53 Gracias por la vida La página 54 no forma parte de esta vista previa. 54 La vida es un don usando pañales. Eso le generaba grandes angustias, aunque creo que más nos angustiábamos nosotros. ¿Qué pensarían los demás? ¿Los chicos se burlarían? ¿Lo discriminarían? ¿Cómo hacer para ocultarlo? Cuando llegó el final de su salita de cinco años, Boti había comenzado a hacerse receloso, empezaba a esconderse y a temer. La intervención inteligente y oportuna de la señorita. Clelia, su maestra, dio en la tecla. A fin de año nos llamó y nos dijo: — Boti no grafica la figura humana. Es porque no se acepta. En su primer acto escolar Aunque ella nos trató con sumo cariño, sus palabras sonaron duras para unos papás orgullosos del desempeño de su hijo y ¿por qué no decirlo?, de su labor con él. De nuevo, la rebelión. — ¡¿Mi hijo no se acepta?! No, no es posible. Si es tan alegre, tan feliz… Sin embargo ya habíamos tenido algunos avisos. Así que muy a mi pesar, tuve que reconocer lo que me decía y fui a una sicóloga, sabia profe-sional, sincera y muy acertada. Hablamos de todo su desarrollo y sobre todo del tema tabú: ¡los pañales! Entonces me dijo: — Si usted y su familia ocultan los pañales avergonzados, ¿cómo creen que lo vive él? 55 Gracias por la vida — ¿........? — Con vergüenza, como si él fuera culpable de algo mal hecho. Él es un niño, lo va a asumir con facilidad, son ustedes. los que deben cambiar. — ¿Nosotros? — Por supuesto; ustedes. — Y entonces ¿qué hacemos? Sus compañeros se van a burlar, él va a sufrir. En la Escuela parroquial de la Merced, con la Srta. Clelia Aráoz, en Salita de 5. — Si para él eso es lo natural, los demás lo aceptarán, los chicos no tienen prejuicios; somos los mayores quienes los tenemos. ¡Qué increíble me pareció no haber visto una solución tan obvia! Estaba tan cerca que fácilmente podía atraparla con mis manos. 56 La vida es un don La página 57 no forma parte de esta vista previa. 57 Gracias por la vida La página 58 no forma parte de esta vista previa. 58 La vida es un don de la vida. A veces un transporte escolar llevaba una multitud de amiguitos al campo en donde con pelopincho y pelota llenábamos el día. Mientras sus compañeros jugaban al fútbol Boti, los dirigía o iba al arco o mandaba en los juegos. El caballo, siempre su amigo, estaba muy presente en su trajín cotidiano. Horas y horas sobre el lomo de esos animales lo ponían a la misma altura de otros chicos, y aún con ventaja sobre ellos. Pocos eran tan gauchos, pocos manejaban las riendas como él y tenían tanto coraje. Supongo que a caballo se sentía importante y todopoderoso, a caballo, era un rey. Su marcha se había desarrollado bastante, caminaba, corría a su manera, le costaba mantenerse quieto en equilibrio, pero con algún esfuerzo lo lograba. Usaba botas ortopédicas con distintos realces en las que su papá pasaba horas, tratando de equilibrar sus pequeños pies, ideando tacos, talones y demás. Inventó unos pedales especiales para que Boti pudiera andar en bicicleta, y lo logró. ¡Cuántas prácticas y cuánta alegría cuando lo consiguió! Una conquista, un motivo más para agradecer y sonreír. Por razones obvias, su bicicleta tenía rueditas, y en ella se paseaba feliz por la vereda, en compañía de Sosi y sus primos mayores. Un día entró corriendo a casa y muy decidido contó: — Mamá, perdóname, pero dije una mala palabra. — ¿Por qué hijito? — Un chiquito se rió de las rueditas de mi bici. — ¿Y qué le dijiste? — Mirá bo…… en lugar de burlarte, agradecé que vos no tenés ningún problema. ¡Cómo no sentir una inmensa ternura y una gran admiración! 59 Gracias por la vida La familia siguió creciendo Y nació Rosario, la hermanita tan deseada por Sosi y por todos nosotros. Agustín, Sosi y Rosario en sus brazos y Boti — Tatito Dios, que «me nazca una hermanita» —decía Sosi cuando rezaba por las noches—. Quiero una hermanita para poder jugar… 60 La vida es un don La página 61 no forma parte de esta vista previa. 61 Gracias por la vida La página 62 no forma parte de esta vista previa. 62 La vida es un don Al regresar, el panorama era desolador. Boti tenía fiebre y dolor por eso los médicos, habían abierto una pequeña ventana en el yeso para ver la herida y se miraban angustiados mientras hacían conjeturas… ¡Había una terrible infección! Por su apariencia y olor parecía gangrena.Gan-gre-na. Más específicamente gangrena gaseosa ¡la más peligrosa! Gangrena. Para mí era ésa, una enfermedad medieval, La gangrena gaseosa, es causada con mayor frecuencia por una bacteria llamada Clostridium perfringens… Bajo condiciones de poco oxígeno (anaerobios), el clostridio produce toxinas que causan muerte tisular y síntomas conexos. El sitio de infección se inflama, presentándose una hinchazón del tejido de color rojo pálido a pardusco y muy dolorosa. Si se presiona en el tejido hinchado con los dedos de la mano, se puede sentir gas como una sensación crepitante. Los bordes del área infectada se expanden tan rápidamente que los cambios son visibles durante unos cuantos minutos. El tejido comprometido es completamente destruido. Los síntomas abarcan entre otros: aire bajo la piel, ampollas llenas de líquido rojo pardo, drenaje de los tejidos, líquido sanguinolento o rojo pardo y de olor fétido, aumento de la frecuencia cardíaca, fiebre de moderada a alta, dolor moderado o severo alrededor de una lesión cutánea, piel de color pálido que luego se vuelve negruzca y cambia a un color rojo oscuro o púrpura. Los síntomas generalmente comienzan de manera súbita y empeoran rápidamente. Si la afección no se trata, la persona puede desarrollar un síndrome similar al shock con presión arterial baja (hipotensión), insuficiencia renal, coma y finalmente la muerte. La persona necesitará someterse rápidamente a una cirugía para extirpar el tejido muerto, dañado e infectado (desbridamiento) y es posible que se tenga que practicar la amputación de un brazo o una pierna para controlar la diseminación de la infección.La gangrena gaseosa es progresiva y a menudo mortal. Fuentes: http://es.wikipedia.org http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish. Consulta: 19/07/2009 11 . 63 Gracias por la vida inexistente en el siglo XX. Había leído sobre ella aterrantes descripciones literarias, cuyas imágenes se agolparon en mi mente enloquecida. Apuros, corridas, llantos, desesperación. — Mi hijo tenía gangrena11… Parecía una pesadilla. Era un mal sueño del que seguramente pronto despertaría… Pero no. Estaba ahí. Una bacteria peligrosísima con su temible poder estaba instalada en el cuerpo de mi adorable pequeño de 8 años. Boti podía morirse. Boti tenía que luchar contra una infección horrible ¿Podría? Todo era confuso e incierto. Había que tomar urgentes decisiones, ser más rápidos que la bacteria que podía en pocas horas acabar con él. Los médicos lo llevaron al quirófano, nuevamente lo durmieron, pero esta vez para evitar que la infección se propagara limpiaron y extrajeron los tejidos y músculos infectados. Debían intentar salvarle la vida y si era posible también la pierna. A pesar de esta limpieza quirúrgica, en uno de los momentos más duros de nuestra existencia, la fiebre subió a 40° en pocos minutos; Boti temblaba como una hoja con escalofríos terribles, se sacudía en espasmos de fiebre, la temperatura volaba y su cuerpo ardía. En ese instante, la bacteria corría por el torrente sanguíneo y ponía a Boti al borde de la muerte. Cuando la temperatura bajó y él se sintió mejor, nos encontró sonriendo y en calma, le dijimos que no era nada, que todo pasaría, que era solo una pequeña complicación pero estábamos muy lejos de sentir la tranquilidad que queríamos aparentar, ¡qué difícil era dibujar una sonrisa cuando el alma la 64 La vida es un don La página 65 no forma parte de esta vista previa. 65 Gracias por la vida La página 66 no forma parte de esta vista previa. 66 La vida es un don presión, a poner inyecciones, a hacer curaciones, y tantas otras cosas. Además de mamá, me convertí en eficiente enfermera. Observábamos el color de sus pies, de sus deditos amoratados. Durante la primera semana los médicos hicieron limpiezas diarias del tejido infectado; después cada dos días. De esta forma lograron desterrar la infección. Al principio le dieron anestesia total para hacer este procedimiento, pero luego le dijeron que sería mejor hacérselo despierto. Así es que resistió las curaciones sin quejarse, durante días que parecían no pasar jamás. Pensamos que iba a perder la pierna, después creímos que perdería el pie. Cuando finalmente, perdió sólo el dedo mayor, nos sentimos felices. Yo no me atrevía a entrar a ver las heridas y el médico tampoco me lo permitía. El día en que las vi sin vendajes, la impresión fue enorme. La pierna estaba destrozada, en carne viva y… ¡para qué describirla! Los días en el sanatorio transcurrieron con muchísimas visitas, amigos, parientes, vecinos, conocidos. El armario de Boti se llenó de juguetes, caramelos y chocolates. Muchas personas nos acompañaron con inteligencia y cariño. Todos solidarios, todos amables, algunos, hasta imprudentes. No puedo olvidar el amor que recibimos. Creo que nunca pude devolver el bien que nos hicieron los que en ese momento estuvieron a nuestro lado. En este mundo tan lleno de indiferencia, nos sentimos tan acompañados, tan queridos. Fue realmente maravilloso. Los compañeros de la escuela mandaban cartas alentado67 Gracias por la vida ras, plenas de ingenuo afecto, lo visitaban y rezaban por él. Dos amigos incondicionales, unos años más grandes, pasaban horas a su lado, proporcionándole distracción y amistad, me refiero a Panchito Freytes y Dieguito Saravia. Las señoritas, sus maestras, tampoco faltaron, siempre estuvieron presentes con palabras cargadas de esperanza. Cuando estuvo mejor le dieron las tareas y me guiaban para poder enseñarle. Lo recuperaron con paciencia y Boti no perdió el año. Todavía recuerdo la clara y perfecta letra de la señorita Elsita Montaldi, maestra inolvidable. Hubo también cosas que, aunque toleré y hasta agradecí porque sé de la buena intención con que se hicieron, me producían un enorme rechazo. Había quienes se acercaban para decirnos con lágrimas en los ojos cómo podíamos soportar el horror que nos había tocado. Entonces debíamos pasar de ser consolados a consolar. Estaban también quienes venían en el preciso momento en que habíamos logrado conciliar un poco de sueño después de largas horas de insomnio. ¡Eran bienvenidos! Pero sin querer... ¡cómo molestaban! Me fastidiaba la milagrería y que me quisieran exigir promesas y plegarias. No toleraba que con un gran rosario rezaran a voz en cuello y se acercaran a Boti como si estuviera por morir. No podía decir nada, porque mucha gente querida creía que esta fe, así entendida, podía operar milagros, pero a mí me dañaban enormemente. Carlos y yo rezábamos y nos sentíamos con Dios. Pero esas plegarias colectivas en el cuarto de un niño de 8 años ¡me desagradaban tanto! Parecía un velorio. Si era la voluntad de Dios que Boti saliera adelante, no 68 La vida es un don La página 69 no forma parte de esta vista previa. 69 Gracias por la vida La página 70 no forma parte de esta vista previa. 70 La vida es un don porque en esos momentos Yo te llevaba en mis brazos». Finalmente y tres meses después de hecha la operación, Boti fue dado de alta, teníamos que ir al sanatorio a curaciones, una o dos veces por semana, allí lo atendían con cariño y preocupación. Aquí también aprendimos la lección de la paciencia, horas de espera, con lecturas, conversaciones, amigos. No fue fácil pero el dolor y la lucha fueron buenos maestros. Hola. Soy Boti y quiero contarles mi historia Me toca tomar la palabra. Me llamo Carlos Lecuona de Prat, pero para todos los que me conocen soy Boti. Mi apodo, un tanto extraño por cierto, proviene de los primeros momentos de mi existencia, cuando a través de una ecografía que hicieron a mi madre detectaron que yo tenía el tamaño de un botón. Desde ese momento me dieron ese sobrenombre, pero con el correr de los días después de mi nacimiento, mi abuela materna, la Papi, a quien llamábamos cariñosamente de esta forma, me rebautizó como Boti. Es así como me gusta que me digan. Soy hijo de Carlos y Soledad, quien lleva la escritura del libro, tengo 28 años y he nacido con Mielomeningocele. Mi nacimiento, como mi madre contó, fue una experiencia difícil. ¡Imaginen esperar un bebé y que naciera yo, cabezón, chueco, simpático y parchado por todas partes. Y como si fuera poco ¡a la hora de almorzar! Sé que se asustaron conmigo, bueno…era lógico ¿no creen? Desde entonces, ¡uff, les di trabajo pero sin duda y a pesar de todo nos queremos y somos felices! 71 Gracias por la vida Tengo tres hermanos más: Sosi, la que me sigue ha sido mi amiga y compinche desde que éramos chicos, discutimos mucho, pero sé que cuento incondicionalmente con ella. En la actualidad es psicóloga y espero que quiera integrarse a mis proyectos futuros. Se ha casado con Arturo, que se convirtió pronto en otro hermano. Este año ha nacido su primer bebé, Beni, que es un sol y, por supuesto, y aunque mis hermanos se ofendan, es mi ahijado y la alegría de toda la familia. Después vino Agustín. Desde chiquitos fuimos muy distintos, sé lo mucho que vale, tiene un enorme corazón y una gran sensibilidad (por algo es el artista de la familia). Creo que el mejor momento (para los dos) fue cuando tuvimos un cuarto para cada uno… yo soy de lo más formal y me despierto ante el menor ruido, él es informal, movedizo, ruidoso y ¡cantor! A él le fascina el rock, Pink Floyd, Queen y los Beatles, y a mí el folklore, los Chalchaleros, el Chaqueño Palavecino y mis amigos los Huayra; él se viste con ropa extraña, yo no salgo de las camisas y los vaqueros. Sin embargo, pese a nuestra gran diversidad, sabemos que nos tenemos mutuamente y siento que me quiere como soy, como yo a él. Muchas veces nos hemos peleado, pero también nos bancamos a muerte el uno al otro. Quiere ser compositor y cantante, creo que tiene talento, y que le va a ir muy bien. Rosario es la menor, su nombre viene de una promesa que mi mamá hizo a la Virgen del Rosario de San Nicolás, porque cuando yo era pequeño siempre íbamos a ese Santuario, a rezar por mi salud y la de toda mi familia. Le llevo seis años y para mí siempre va a ser la más chica, creo que no asumo que ya ha cumplido veintitrés. A veces no la trato tan bien, porque soy su hermano mayor y quiero cuidarla. Por supuesto que la quiero mucho y admiro su gran corazón. 72 La vida es un don La página 73 no forma parte de esta vista previa. 73 Gracias por la vida La página 74 no forma parte de esta vista previa. 74 La vida es un don rápido para que yo sufriera menos. A esta actitud, yo, la llamo valentía. Recién hoy, 20 años después, visualizo con claridad lo que vivió toda mi familia ante esa situación. Recuerdo bien las palabras de mis padres alentándome y diciéndome que tuviera paciencia, que fuera fuerte, que todo pasaría, que podía llegar a buen puerto. Tenían razón. Con esas palabras lograron, por ejemplo, que me despertara solo cada cuatro horas para llamar a las enfermeras para que me pusieran un antibiótico (penicilina) tan doloroso cuando se inyecta por vena que todavía, cuando me acuerdo de esto, se me ponen los pelos de punta. Yo entendía, a pesar de mi corta edad, que ese remedio que me quemaba las venas, me ayudaría a mi recuperación y por lo tanto sabía que debía ponérmelo. Recuerdo también a un sacerdote que vino a darme la unción de los enfermos; el pobre no pudo disimular su aflicción, y entonces yo, le dije: — Oiga padre, no me ponga esa cara, San Pedro tiene mucho que esperar; yo quiero quedarme aquí muchos años más. Evidentemente, si bien yo no sabía claramente mi pronóstico, me daba cuenta de la gravedad de mi situación, pero ya desde esa época me reía (cuando podía) ¿No creen que es mejor que gritar y llorar en los momentos tristes? Esta forma me hacía un poco más liviana, mi complicada aunque cortita existencia. Tal como les explicara mi madre, para salvar mi pierna era necesario realizar una limpieza diaria de la zona infectada, a lo que mi doctor, Ernesto Lovaglio, denominaba «toilette quirúrgica». Después de varios días de haber hecho este pro75 Gracias por la vida cedimiento con anestesia general, él me preguntó con total naturalidad, si me bancaba la curación despierto. Ese momento fue trascendente ya que cambió la mirada sobre mi vida, por unas palabras que habrían de modif icar para siempre mi concepción sobre las cosas. Con una gran sonrisa af irmó: — Más anestesia te va a dejar un poco más tonto de lo que ya sos ¿qué te parece si hacemos las curaciones despierto? — Estás loco— le contesté, pero a poco de mi primera af irmación estaba ya convencido de la necesidad de curar sin anestesia. Esas curaciones eran una tortura, a veces me daban a morder un pañuelo para que no gritara. La pierna era una llaga viva, se veían los huesos, la tibia y el peroné estaban absolutamente al descubierto, el talón era un hueco de aproximadamente 12 cm y el dedo que luego perdí estaba cada vez más negro, hasta que se convirtió en una piedra (espectacular) de ese color. Esta experiencia me fortaleció mucho, pero también dejó en mi alma y en mi cuerpo profundas cicatrices. Ernesto hacía un gran esfuerzo para lograr distraerme y hacerme reír a pesar de lo difícil del momento y las presiones que debió sentir. Le debo mucho a esa forma, al parecer rígida, que tenía como objetivo que yo aprendiera a defenderme, a luchar y a que no me sintiera víctima de la enfermedad. Un día me dijo: — ¿Sabés cuál es el sentimiento que más rápido se genera en una persona? El de pobrecito. Si yo te digo pobrecito ahora, en un rato te la creés y en unos días tu realidad te va a parecer peor. 76 La vida es un don La página 77 no forma parte de esta vista previa. 77 Gracias por la vida La página 78 no forma parte de esta vista previa. 78 La vida es un don Como consecuencia de esta historia Boti quedó sí con el pie más derecho, con un dedo menos y con una lastimadura en el talón que le trajo de ahí en adelante más de una complicación. Toda la familia se resintió con esta etapa. Nunca olvidaré a mi pequeño Agustín que en ese momento tenía cuatro años, el día en que Boti volvió a casa enyesado pero finalmente a salvo, se abrazó primero a mí y luego a su hermano realmente feliz. Se lo veía conmovido a pesar de su corta edad. Recuerdo que me dijo: — Mamá, ¿por qué si el Tatito Dios es bueno, Boti sufre tanto? No sé qué le contesté, sólo sé que se me apretó un nudo en el alma, que todavía es difícil de desatar. ¿Cómo se le explica a un niño, lo que uno no puede entender? lo que aceptamos después de largas reflexiones, muchas plegarias y cuando logramos comprender al fin, que del sufrimiento puede fructificar la vida… Pero eso vino, por lo menos en mi caso, mucho después. Rosario con apenas dos añitos era todavía muy pequeña, no tenía conciencia de lo que pasaba. Era muy alegre y tranquila, era la mimada, de la familia. Sin embargo como todo niño, demandaba de nuestros cuidados y atención. En cuanto a mi querida Sosi, sí comprendía perfectamente lo que ocurría, trataba de no dar trabajo, era responsable y buena alumna. No nos quería molestar y se comportaba con una gran madurez.La señorita Lucrecia Arias la atendió y le brindó un cariño que ha quedado grabado en su corazón y hoy es parte de su historia. A los pocos días de que Boti regresara a casa, el 15 de septiembre, fiesta del Señor y la Virgen del Milagro, Sosi lloró toda la noche, le dolía el estómago. A las cuatro de la mañana 79 Gracias por la vida la vestí y partimos al Sanatorio. Después de revisaciones y análisis determinaron que había que operar. Se le había declarado una apendicitis y la intervención era urgente. Creo que fue una somatización de lo que vivía. Tratamos de que su armario se llenara también de juguetes, que se sintiera querida y mimada. Una linda Barbie trenzas, con la que soñaba, la puso en en su imaginación de niña a la altura de su hermano. Cuando Soledad regresó del sanatorio, nuestra casa se transformó en un hospital, cada uno en su cuarto, los dos operados, los dos convalecientes. ¡Qué difícil fue para mis hijos crecer con la enfermedad de Boti, tan dura y constante; con ese dolor no elegido, no buscado pero siempre presente! Cada uno reaccionó como pudo. Y en todos quedaron huellas indelebles. Y otra vez, la culpa de tener un hermano que sufre cuando ellos son sanos, los obliga a crecer demasiado rápido... Cuando descubren el primer «otro» y ese otro es un hermano enfermo, se hacen conscientes del dolor y del sufrimiento. Son muy chicos todavía pero entienden que en el mundo hay mucho dolor y ese dolor es mucho más dificil de «significar» que el dolor propio... Porque al dolor propio puede darséle sentido, atarlo a cada uno de los hechos de su propia vida, y entenderlo... En cambio, el dolor ajeno es inexplicable... 80 La vida es un don La página 81 no forma parte de esta vista previa. 81 Gracias por la vida La página 82 no forma parte de esta vista previa. 82 La vida es un don comunes en los adolescentes comencé a llorar y tuve que retirarme del curso. Vino entonces la directora y me preguntó qué había pasado, y qué sanción quería para los chicos. Le contesté (lo tenía muy claro) que no era culpa de ellos sino de mi estado nervioso. Allí fue que decidí acudir al médico para evitar que mis circunstancias familiares trascendieran también a mi ámbito laboral. Éste me dio entonces un medicamento, que me ayudó a cambiar mi ánimo, y aunque parezca mentira, comencé a mirar lo inevitable con mayor optimismo. No podía impedir la operación pero debía asumirla positivamente si no quería sucumbir y arrastrar en ese abismo a Boti y a mis otros hijos. ¿Era acaso posible que Boti tuviera que darme fuerzas a mí, que se suponía que era la madre fuerte? En ésta, no hubo complicaciones. Sí, varios días de internación, una asepsia muy cuidadosa y antibióticos preventivos. Después de esta intervención decidí usar una silla de ruedas, mi pie izquierdo estaba lastimado y el pie derecho enyesado. Y aunque todos nos resistimos bastante (ahora después de tanto andar me cuesta un poco explicar el por qué, supongo que porque marcaba aún más las diferencias) fue una solución para mis movimientos y además me enseñó lo que signif icaba andar en silla de ruedas en un mundo que no está preparado para eso. La pierna estuvo enyesada un mes, y f inalmente después de idas y vueltas, me sacaron el yeso. Yo estaba feliz pero, al día siguiente fui a ver con mi papá los caballos a la casa de Ernesto, mi doctor. 83 Gracias por la vida Cuando íbamos caminando hacia el corral, me tropecé y… me quebré la pierna operada. Lloré de dolor, pero no me quedaba más remedio que resignarme y seguir… Sí. Parecía un chiste de mal gusto, pero no. No lo era. Corrí a verlos, llegué al sanatorio, recuerdo la cara de Carlos cuando me contó lo que había pasado, estaba pálido y asustado, Boti lloraba; había que enyesar nuevamente. La aceptación de mi hijo ante este episodio nos ayudó a superarlo también a nosotros. Aproximadamente después de un mes de yeso, se lo sacaron; extremamos los cuidados y seguimos andando. Con la escuela, los amigos, el campo, los caballos, los perros… La gangrena había dejado sus secuelas, después de cicatrizar las heridas; me quedó un enorme callo, que como una cuña se me incrustaba en el talón, por lo que cada tanto había que limarlo para evitar lesiones y magullones. Al principio éstos eran esporádicos pero al ir creciendo, el peso de mi cuerpo sobre un pie pequeñito y maltrecho comenzó a producir lastimaduras e infecciones que alteraban mis tareas habituales, debía pasar largas etapas en sillas de ruedas con el consiguiente trastorno que signif icaba. Todo esto no modificaba la fuerza que le ponía a su existencia: Amaba vivir y muchas veces nos lo hizo sentir. Era alegre y lleno de amigos…Todos lo querían en la escuela y en la casa y en el campo. . 84 Mis amigos me hicieron gamba La página 85 no forma parte de esta vista previa. 85 Gracias por la vida La página 86 no forma parte de esta vista previa. 86 Mis amigos me hicieron gamba dos pescaditos. Agustín, el más arriesgado, se divertía con arena y Carlos y yo juntos y de vez en cuando, nos escapábamos solos para disfrutar de un buen espectáculo o de una buena comida. Era el momento de olvidar nuestras contrariedades y de tratar de dar a nuestros chicos y a nosotros mismos el regalo de unas pequeñas vacaciones. Luego, los veranos familiares en el campo, con abuelos, tíos, primos, amigos, perros y caballos. La casa llena, un trajín enorme pero pleno de gozo. Los amigos y los primos de ambos lados, se sucedían uno tras otro. Nunca estábamos solos. Recuerdo con nostalgia las horas a caballo, pileta pelopincho, y juegos diferentes. Las chicas, Sosi, Rosario,Teresita, junto a sus primas, María Podestá y Pinito bailaban y cantaban al ritmo de las canciones de moda en el momento, de Xuxa, Flavia y Cantaniño. Hacían demostraciones de sus habilidades, acrobacias y esquemas de baile. Agustín se divertía pescando en la represa o en el río con los amigos del pueblo, e imitaba a diferentes cantantes mientras se perfilaba ya en él su pasión por la música y el canto. Boti tomaba el tiempo, con su gran reloj cronómetro, a sus hermanos y primos mientras los mandaba a traerle sus cosas, (buen sistema para hacerse obedecer), o desaparecía por horas a caballo, en compañía de Nelson, su primo, de Rubén Kutty, su mejor amigo en San Agustín o de Edmundo Molina, quien le enseñó las más diversas actividades relacionadas con el mundo del campo. Diferentes hechos que hoy nos hacen sonreír, nos ponían con el corazón en la mano, como el día en que no encontramos 87 Gracias por la vida a Agustín, que dormía abrazado plácidamente a su perra cocker debajo de nuestros pies en la mesa del comedor, o cuando Rosario en su afán de cocinar conmigo casi derrama el dulce Con Zamba, su primera perra y sus cachorros. de leche caliente sobre sus cinco años. Historias de duendes en los atardeceres y carreras hasta la capilla desafiando al cura sin cabeza, miedo para irse a dormir y correteadas con los primos a la noche. Para Boti el campo era una fiesta. Se levantaba temprano y salía a montar por horas. Con el tiempo empezó también una pasión que hasta hoy lo llena y lo libera: los perros. Siempre hubo perros en casa, de los de raza y los que recogíamos, algunos pulgositos, que llegaban desde quién sabe dónde y se quedaban para siempre. Esos animales, nos han la actualidad me gusta asesorar a quienes me lo piden, ya sea para 88 - Mis amigos me hicieron gamba La página 89 no forma parte de esta vista previa. 89 Gracias por la vida La página 90 no forma parte de esta vista previa. lo fraterno cuando uno de los hermanos tiene discapacidad» Blanca Nuñez. Colaboradoares: Luis Rodríguez-Silvia lanciano.Revista Española sobre Discapacidad Intelectual «Siglo Cero». De la confederación española de las personas con discapacidad intelectual. Vol 36(4),n°216,2005, pags 5074.http://www.discapacidadyfamilia.com. Consulta:24/10/2009. 90 Mis amigos me hicieron gamba Con la Mamama, su abuela y sus primos del lado paterno. Con la Papi, su abuela, su tía Tere y sus primos del lado materno. 91 Mis amigos me hicieron gamba Las páginas 92 - 102 no forma parte de esta vista previa. 101 Gracias por la vida 102 Mis amigos me hicieron gamba tosa ya que mi cuerpo creció y el poco equilibirio que tenía se hizo aún menor; es por eso que empecé a usar bastón en los periodos en los que podía caminar y en otros; la silla de ruedas fue mi medio de transporte. Largas etapas en ella hicieron que alcanzara a manejarla con destreza. Mis compañeros a veces la usaban en los recreos, mientras yo permanecía en mi banco y más de uno tuvo que recibir un reto por ese motivo. ¡Pero cómo me hacían reír! Me movía con velocidad, jugaba con los chicos, andaba «haciendo willie», es decir en dos ruedas, por los pasillos y muchas veces, creo que mi pobre madre temía por los golpes que me podía dar. Sin embargo esto nunca pasó. Cuenta siempre una anécdota de sus miedos, supongo que tampoco para ella las cosas eran fáciles. Una mañana, durante un recreo, mientras se encontraba en una reunión con un grupo de profesores, me vio pasar como a una flecha en dos ruedas. Se paró para decirme que tuviera cuidado, cuando sintió en su brazo la mano cariñosa de Lucy, una compañera y amiga que le decía: — Pará, dejalo hacer. Acordate que aquí no es tu hijo. Entonces mi madre, bastante asustada me dejó continuar con mi rápida carrera. La silla de ruedas me enseñó a mirar la sociedad desde una perspectiva diferente, lo que me ayudó a entender a quienes se mueven siempre de esa forma y los impedimentos que se les presentan. Creo que sería muy importante que los familiares, amigos, y los gobernantes, que se ocupan de este tema en particular, se sentaran aunque fuera por un día en 103 Gracias por la vida una de ellas. Es cierto que generan una independencia relativa a quienes la utilizamos, pero estamos en una situación de desventaja frente a un mundo hecho para personas que caminan. Nuestra ciudad no está preparada para nosotros, no hay rampas suf icientes, ni puertas adecuadas, ni solidaridad de otros. Que nos digan pobrecitos no nos ayuda, pero sí que nos integren a través de accesos fáciles y de una mano extendida en el momento oportuno. Durante esos años, mis estudios se desarrollaron dentro de una relativa normalidad, mis profesores estaban atentos a mis necesidades, eran flexibles con mis ausencias y mis salidas. De esa forma fueron pasando los cursos y llegué a 4° año. Con algunas excepciones, generalmente quienes tienen espina bífida e hidrocefalia con sistema de derivación necesitarán la derivación de por vida. Los problemas más comunes con las desviaciones es que se pueden tapar u obstruir, romper o partir y esto hace que la derivación no funcione bien. Como un 40 por ciento de las derivaciones tiene problemas de funcionamiento el primer año de haber sido introducidas y deben ser remplazadas (o revisadas), el 60 por ciento necesita revisión a los 5 años, y entre el 80 y 85 por ciento a los 10 años. Aproximadamente el 20 por ciento requiere revisiones varias veces durante la vida.Las señales de que la derivación no está funcionando correctamente en la persona con espina bífida son variadas y pueden ser confusas tanto para las familias como para los proveedores de atención médica. Los síntomas más comunes son dolores de cabeza, con o sin náuseas y/o vómitos... un cambio significativo en el rendimiento escolar e intelectual o en la personalidad.. «Hidrocefalia y las derivaciones en la persona con espina bífida».Colaborador de esta hoja informativa:Mark S. Dias, Neurocirujano-Pediatra.www.spinabifidaassociation.org. Consulta: 25/10/2009. 15 104 Mis amigos me hicieron gamba La página 105 no forma parte de esta vista previa. 105 Gracias por la vida En ese período estaba como directora Laura Leonarduzzi. Un párrafo para esta mujer, que dio a Boti todo el amor, la comprensión, la ternura y el afecto de los que fue capaz. No tuvo inconvenientes en hacer concesiones necesarias para que su paso por el colegio fuera acogedor y llevadero. No era fácil para él permanecer ocho horas, en clases. No hizo preguntas inútiles y le brindó el apoyo que necesitaba, le dio protagonismo en las cosas que pudo, y superó todas las barreras, por su profunda convicción de Boti podría salir adelante. Sin palabras, mi agradecimiento eterno. El colegio nos ayudó mucho en la educación de ese hijo que se ha convertido en un hombre fuerte que va luchando con entereza frente a las dificultades de su vida. Al finalizar su secundario, recibió el premio «Fundación Santa María, por su compromiso con el colegio, por su respeto a los valores que allí se enseñaban, por su compañerismo. ¡Todo un orgullo para la familia! Un cambio de válvula Tal como Boti dijo, nos enojábamos por lo que atribuíamos a características propias de su edad y si bien yo pensaba que, que él fuera un poco vago no era demasiado importante; creíamos que debíamos exigirlo para que no sintiera lástima de sí mismo, y se endureciera para enfrentar los obstáculos que se le presentaran en su camino. Temor, pánico a las infecciones y a una nueva operación, ahora en la cabeza, nos golpearon otra vez; pero desde hacía ya mucho, sabíamos que la única posibilidad de supervivencia 106 Mis amigos me hicieron gamba Las páginas 107 - 108 no forman parte de esta vista previa. 107 Gracias por la vida Lista visitas, que llevaba Soledad (Año 1996). 108 Mis amigos me hicieron gamba Ese año perdí el curso, no fue posible, pese mis intentos, remontar la cuesta, me convertí entonces en compañero de Sosi. Sumé amigos a los amigos. No fue una tragedia, sólo un episodio más. El mejor amigo: su papá Llegados a esta etapa es muy importante destacar la presencia constante, exigente y fortalecedora de su papá. Muchos dirán que es lo normal, que todo padre está presente, pero yo sé con la experiencia de tantos años en contacto con discapacitados, que eso no es así. Algunos hombres y (también mujeres) tienden a esquivar el dolor, entonces aparece el abandono. Hay madres o padres que luchan solos, y abuelos 109 Gracias por la vida La página 110 no forma parte de esta vista previa. 110 Mis amigos me hicieron gamba oiría mis excusas. Yo simplemente le contesté que tampoco se las daría. Desde esa vez nunca más volví a la facultad, decidí no estudiar más y comencé a trabajar. No voy echarle toda la culpa a la Institución y a las personas que me pusieron tantas trabas, de que yo tomara esta resolución, pero sí sé que fueron elementos de peso. Y ya en ese momento, empecé a darme cuenta de que mi adultez sería quizás, más difícil que mi niñez. Comencé a trabajar en una farmacia que teníamos en ese momento, estaba en la caja, era un trabajo sencillo y que me permitía cierta libertad de acción y en el que no debía moverme demasiado y agredir mis pies. La educación escolar de estos chicos no es fácil, si bien muchos de ellos han desarrollado normalmente sus capacidades intelectuales algunos aspectos les cuestan más que a empeño educativo que los del CI general o de desempeño. Cuanto más alto es el nivel en que se encuentra afectada la médula espinal, mayor es la posibilidad de que las habilidades académicas y de inteligencia sean más bajas. Además, la hidrocefalia más grave está asociada a puntajes de inteligencia más bajos. Además de la inteligencia, hay otras habilidades que influyen en el desempeño académico y escolar. Los niños que tienen espina bífida/hidrocefalia a menudo tienen también problemas con la memoria, la comprensión, la atención, la impulsividad, las secuencias, la organización y el razonamiento. Estas áreas pueden ser un problema incluso cuando el niño o adolescente tiene una inteligencia promedio o superior. Fuente: El Aprendizaje en los Niños con Espina Bífida por Donald J. Lollar, Ed.D.Pag www.sbaa.org. E-Mail: [email protected]. Consulta: 8/07/2009. 115 Gracias por la vida otros niños de su misma edad. Para Boti la matemática y las ciencias duras eran difíciles, no más que para muchos otros, pero le costaban bastante. Lamentablemente, cuando él cursó su primaria y secundaria no había todavía la abundante bibliografía que sobre el aprendizaje escolar en los niños con mielo, hay en la actualidad15. Creo que la prevención es muy importante, ya que si tenemos en cuenta la multiplicidad de dimensiones, que abarca la problemática de la E. B desde la primera infancia, podemos paliar algunos posibles desfasajes en su aprendizaje. Pensemos solo por un momento, en lo dura que es la vida diaria para un chico con mielo, en las ausencias continuas a clases, en la necesidad de ir madurando su realidad, de reconocer sus límites y aceptarlos. Todo esto se potencia y se hace muy complejo y enojoso sobre todo en la adolescencia. Por eso si lo analizamos medianamente nos daremos cuenta cuán importante es el apoyo de especialistas. Es necesario prepararlos y prepararse. En el año 2000 una nueva operación se presentó había que cambiar el esfínter urinario, ya que su durabilidad es de cinco a siete años. Esta vez la operación se realizó en Buenos Aires. ¿Será que con las únicas estadísticas que coincido son con las de la duración de los aparatitos que me dan vida pero que necesitan services y reparaciones demasiado frecuentes? Éste, no se equivoquen, no es un tema menor. No hubo mayores dif icultades y aunque el funcionamiento de mi vejiga demoró un poco en volver a la normalidad, después 116 Mis amigos me hicieron gamba Las páginas 117 - 118 no forman parte de esta vista previa. 117 Gracias por la vida 118 Mis amigos me hicieron gamba Yo me he sentido siempre cerca de Jesús y la Virgen, y en la época de la que voy a hablar iba a visitar siempre a la Virgen del Cerro, cuya advocación es la «Inmaculada Madre del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús». Sé que muchas personas dudan, pero la paz que hay allí, se transmite como una bendición y genera en mí una gran tranquilidad espiritual y me hace sentir aún más cerca de Dios y mis hermanos. En la última infección de la que habló mi madre, una f iebre terrible me obligó a permanecer internado nueve días, con sueros y antibióticos. Ya de alta, cinco días después, un miércoles 23 de julio empezó nuevamente una f iebre de 39° y un olor intenso en la herida. Rápidamente fuimos a ver al doctor Lucio Cornejo, Pipo, para los amigos, que estudió la forma de hacer un nuevo tratamiento, pues le asombraba que después de tantos días con potentes antibióticos la infección se reiterara con esa virulencia. Me dijo entonces, que suspendiera la medicación oral preventiva que estaba tomando, que fuera a casa, y que al día siguiente me internaría, para hacer un nuevo cultivo y colocar otros antibióticos de mayor ef icacia. Como las venas de mis brazos no soportaban más agresiones me colocarían una vía central. Yo (aunque les parezca tonto) tengo terror a las agujas y a ese tipo de cosas, así que estaba bastante molesto y triste. Esa tarde hablé a María Silvia Valdez, una servidora de la Virgen,y le pedí que por favor me ayudara, ya que yo me encontraba muy mal; ella me contestó que no me preocupara porque se juntaría con su grupo de oración y pondrían mi salud como intención. cuestionamientos sobre toda, durante la niñez de los chi119 Gracias por la vida La página 120 no forma parte de esta vista previa. 120 Mis amigos me hicieron gamba cos, muy importante en nuestra familia. En las manos de la Virgen y su Hijo, he puesto a cada uno de ellos, apenas nacieron y muchas veces después en su adolescencia y en su adultez, les he pedido que los protegiera, los ayudaran a vivir en libertad y los iluminaran ante las distintas decisiones que deberían tomar. Hoy, aunque cada uno ha tomado distintos caminos, confío en que Jesús y su Madre los tienen bajo su amparo. A pesar de la fe, continúa la lucha Después de superada esta infección, continuaron las complicaciones con la herida del talón y es por eso que visitamos finalmente a un médico, en Buenos Aires, que debía dar un diagnóstico para que pudiéramos tomar la decisión de si se debía amputar o no. Fuimos los tres: Carlos, Boti y yo. Particularmente me parecía un despropósito; para mí era aumentar una carencia más. Sin embargo Boti no lo veía así. Para él significaba una liberación. Carlos quedó feliz con el médico, yo simplemente lo odié. Lo vi tan frío, tan duro, tan omnipotente. Una anécdota de esa visita me hace sonreír. Frente a mis preguntas innumerables sobre las posibles consecuencias de la amputación, Boti dijo entre risas: — Entiéndala, doctor, es mi madre. Y con eso quería decir tantas cosas. Alguien me contó que Julio César decía que frente a un médico nadie es rey… Por eso tienen ese poder enorme que a veces (no siempre) los hace tan soberbios. 121 Gracias por la vida No dudaba yo de la calidad técnica del médico en cuestión, pero sí dudé y dudo todavía hoy de su calidad humana. Así fue que Boti se preparó para la amputación. Y sí, será mejor amputar Un tiempo antes de que ésta se realizara Ernesto, mi traumatólogo, me dijo que teníamos que hacer algunos intentos para salvar la pierna pero que creía que la amputación sería la solución f inal ya que podría generar una mejoría def initiva. En esto tenía razón, y si bien las molestias y dolores sólo cambiaron de lugar, aunque les parezca mentira y crean que es poco, eso modif icó mi estado anímico y de salud. En Salta mis médicos se preocuparon mucho por mí, contrariamente con lo que luego pasó en Buenos Aires, tratando de buscar una salida menos drástica para mi salud. Aquí en mi ciudad, me hicieron muchas evaluaciones y estudios. Y si bien no fue posible evitar la amputación, el interés que ellos pusieron, me dio conf ianza y alivio y merece mi mayor agradecimiento. Sostengo que, aunque sea doloroso, incómodo y poco feliz uno debe hacer todo aquello que crea que puede generar aunque sea una pequeña mejora. La fe ayuda mucho en estas decisiones. Este párrafo va dedicado a toda mi familia que me acompaña constantemente en este desafío. Sé que sufren mucho cuando estoy mal y no puedo lograr mis objetivos, pero ellos deben saber también que les agradezco mucho su apoyo y su paciencia y que les prometo que mientras el Señor me dé fuerzas voy a estar bien. 122 Mis amigos me hicieron gamba Las páginas 123 - 124 no forman parte de esta vista previa. 123 Gracias por la vida 124 Mis amigos me hicieron gamba pero eso no implica que no lo intente, en la medida de lo posible. Boti habló en el recital, nos emocionó enormemente, por sus palabras optimistas y agradecidas a Dios, al Barba como a él le gusta llamarlo, a sus amigos y a todos los que colaboraron con él. Cantaron: Querencia Agustina Vidal y Ricardo Solá Los Ceibales Los del Portezuelo Los Huayra. Toneladas de generosidad No sólo sus amigos ayudaron. Los nuestros, no se quedaron atrás. Gente que casi no conocíamos o con las que solamente habíamos tenido un trato cordial se jugaron todos en la cooperación y la entrega desinteresada. Quiero nombrar especialmente a Carlitos Díaz Cánepa y Mercedes López, quienes donaron un caballo y organizaron una rifa. ¡Y cómo se movieron para recaudar los fondos! No voy a olvidarme nunca de un gesto que me hizo llorar. Estaba trabajando en una computadora en el Colegio Santa María cuando vino la mamá de otro niño con mielo, la Chavo Isasmendi, una mujer adorable y valiente, quien además está al frente de la Fundación Alegría que se ocupa también de chicos con distintas carencias y me entregó un sobre con dinero 125 Gracias por la vida para la operación. Amigos anónimos y familiares se habían juntado y nos lo mandaban, en un gesto inesperado. Todo este esfuerzo no sólo significó ayudar a solventar la operación sino que también alcanzó para cubrir el 50% del auto automático para mi hijo. Siempre pensé que la generosidad de todos había sido excesiva. ¿Merecíamos tanto? Boti es para muchos un ejemplo de lucha y constancia, pero son incontables los seres humanos que sufren, ¿por qué nosotros? Así como una vez me había preguntado por qué debíamos sufrir tantas cosas, ahora me preguntaba si éramos merecedores de tanto amor. Dios no nos abandonaba y, como una lluvia liberadora, miles de personas nos reconfortaban el espíritu en esos momentos difíciles. Por eso sé claramente que nunca podremos agradecer todo el bien que nos hicieron, pero espero tengamos las fuerzas y la grandeza para devolver, de alguna forma, todo lo que nos dieron. Ante mi pregunta de por qué eran tan buenos, un sacerdote amigo, el Padre Pablo, me dijo que era necesario ser humildes para dejarse ayudar. Después de pensar en sus palabras una y otra vez me convencí de que tiene razón. Aceptar ayuda puede ser también un gesto de humildad y qué importante es saber agradecer a los que se preocupan y ocupan de los demás. Lo sé quizás, nunca podamos devolver el dinero, pero sí queremos dar a otros el amor que nos regalaron a manos llenas. Para que se derrame en obras y fructifique en nuevos amores y nuevas entregas. 126 Mis amigos me hicieron gamba Las páginas 127 - 128 no forman parte de esta vista previa. 127 Gracias por la vida 128 Mis amigos me hicieron gamba Pero pasaban los minutos y las horas y de Boti… nada. Otra vez al quirófano, y la misma voz impersonal me decía: —Señora, debemos esperar a que lo busquen del piso, averigüe por qué no vienen. Así comenzó un ir y venir por oficinas de administración en donde nadie me daba explicaciones. Carlos, que al principio se había mantenido al margen de mis angustias, reaccionó. Se levantó de su tranquilidad y dio unos cuantos gritos y finalmente vimos aparecer a nuestro querido Boti, totalmente despierto. —Hace ya casi dos horas que espero que me suban. ¡Por suerte estaba ya a nuestro lado! La ansiedad que tuvimos era grande. Imaginen ustedes, lo que significaba saber que lo habían amputado y que estaba solo en una fría sala de postoperaciones, con otros enfermos, Boti tan sensible a las infecciones. Era imposible no temer. Estos días de hospital fueron muy angustiosos, la percepción de la realidad era totalmente distinta para mí que para Boti y Carlos. Boti sentía la amputación como una liberación, Carlos también estaba convencido de que era lo mejor. Yo siempre dudé, tuve mucho miedo de las consecuencias de este hecho, pero mi hijo era ya un hombre y había que respetar sus decisiones. Yo sólo podía rezar y estar a su lado. ¿No será importante un poco de amor? La cirugía fue bastante agresiva pero más por lo que signi129 Gracias por la vida f icaba que por la intervención en sí que fue bastante simple: sólo cortar y pegar. Se realizó en Buenos Aires porque el Loco, como le decimos cariñosamente a mi traumatólogo de toda la vida, no quería que el trabajo lo hicieran dos personas. Él podía amputar pero el equipamiento, por cuestiones de tecnología, era conveniente que se fabricara en Buenos Aires. La gran experiencia técnica que logran los médicos por la gran cantidad de casos que atienden, no les da sin embargo, más corazón. Por el contrario, creo que muchas veces, y por la familiaridad por ese tipo de prácticas, se convierten en seres fríos, indiferentes; supongo que sin quererlo, son casi diría, crueles. El trato se vuelve impersonal y despojado de sensibilidad. Puedo dar varios ejemplos de este trato inhumano del que ya les habló mi madre y que a veces duele tanto. El médico, que me atendía, acostumbrado sin dudas, ya que es su especialidad a este tipo de intervenciones cometió, según mi humilde entender, un gran error, que fue creer que lo que era absolutamente normal para él, debía serlo para mi familia. Fue por eso que no salió a explicar a mis padres que esperaban, muy nerviosos a que les contaran cómo había salido todo. De pronto lo vieron ya cambiado, listo para irse por lo que salieron rápidamente ellos a buscarlo para preguntarle cómo había resultado la operación. Él les manifestó entonces que todo estaba bien, y se fue sin mayores explicaciones. Al día siguiente entró al cuarto a ver cómo había pasado la primera noche y estuvo no más de dos minutos con nosotros. De nuevo dejó a mis padres y mis hermanos con un montón de preguntas sin responder, a pesar de que en ese mismo instante se le entregaba un sobre con el pago, por haber sido él la total 130 Gracias por la vida La página 144 no forma parte de esta vista previa. 144 Mis amigos me hicieron gamba tuación. Mi rehabilitación en manos de mis tesoneras y pacientes f isioterapeutas de años, Tere Ellero,Vicky Orcesse y Verónica Cornejo, como habrán de suponer no había f inalizado, y tenía que seguir intentando mejorar la marcha y evitando que se hicieran lastimaduras en los lugares en que la piel hacía contacto con la prótesis. Durante un año, luché para que ésta se adaptara a mi pierna y a mi forma de caminar; sin embargo y a pesar de mis esfuerzos y de extremar cuidados, las lesiones fueron muchas, no me daban respiro, hasta que poco a poco y después de adecuar los apoyos en varias oportunidades, conseguí sentirme bien, casi normal. Por otra parte, empecé a caminar con dos muletas, hasta entonces solo usaba una, esto no es lo óptimo pero de todas formas, hoy en día es lo mejor para mí. Andar a caballo me costó bastante porque había perdido en gran medida mi equilibrio; recién ahí me enteré que al cortar algunos músculos, otros se resienten y retraen; en f in, fue un nuevo desafío. ¡Pero, de ninguna manera iba a dejar de montar! Apenas unos días después de haber regresado de Buenos Aires, fue el Concurso de Caballos Peruanos y yo resolví montar sin la pierna… ¡Estaba cansado de que me miraran y me dieran condolencias, es por eso que decidí cortar por lo sano y mostrarme en público de esa forma! Cuando pasé al lado de mi amigo José, gritó:- —¡Qué bien que te queda la pierna, rengo de m…! ¡Pobre José, una señora casi lo mata a golpes y unos días después tuve que llamar a su mamá para decirle que no se enojara con él, ya que de esta forma me ayuda aceptar mi realidad con un poco de alegría. Sin embargo, no dudo en decirlo, para mí el saldo es positivo, 145 Gracias por la vida estoy convencido de que la amputación ha sido para bien. Ya no tengo infecciones recurrentes en los pies las que me impiden moverme; las incomodidades han cedido bastante y, f inalmente, con algunos bemoles la adaptación de la prótesis a mi cuerpo se ha dado. Después de ese largo año y de un intensivo trabajo por acomodarme a mi nueva estructura física, comencé a trabajar en el Registro Civil. Por supuesto continué juntándome con mis amigos de siempre, con mis salidas a la Casona del Molino, donde hice más amigos, y donde me tratan con afecto y atención. En ese lugar nos juntamos a cantar, desde hace tiempo, a divertirnos. Los changos toman fernet, yo sólo gaseosas, porque, aunque no me crean, no tomo ni un trago de alcohol, pero, obviamente, sí me como unas buenas empanadas. Allí se han hecho acreedores de algunos retos de sus dueños. Un día por ejemplo, yo me había sacado la prótesis, para descansar de la presión que ejercía en ese momento sobre mi pierna, cuando uno de ellos la puso de florero con servilletas y cubiertos en el centro de una enorme mesa. Todos se mataban de risa, incluido yo, pero el dueño, nos dijo que la bajáramos porque muchos nos miraban boquiabiertos y con los ojos enormes. Y sí… no es tan común ver un rengo sin pierna y objeto de burla (aunque aceptada) por sus amigos. ¡Los problemas no terminaron! Vivir sin tropiezos es difícil para mi hijo. Las complicaciones de su salud son constantes, por lo que no siempre puede hacer sus tareas con la responsabilidad que lo caracteriza. 146 Mis amigos me hicieron gamba La página 147 no forma parte de esta vista previa. 147 Gracias por la vida La página 148 no forma parte de esta vista previa. 148 Mis amigos me hicieron gamba Llegué a la Capital y fui directamente a ver al médico; fui solo, ya que he resuelto que tengo que ser fuerte y hacerme cargo de lo que me toca; no es que no necesite compañía, pero es hora de ser dueño de mi cuerpo y de mis decisiones. Sin embargo tengo la suerte de contar con amigos y familiares que se preocupan por mí, especialmente mi tía María del Pino que siempre está dispuesta a llevarme a distintos lugares, acompañarme a estudios y hasta a malcriarme con algunos regalos, y mi tía Flopy a quien visito todos los lunes y quien convoca a otros primos para que nos veamos en esa gran ciudad y yo no me sienta tan solo. En esta primera visita,el especialista fue bastante cordial, me pidió estudios para corroborar los datos que venían desde Salta y cuando tuvo los resultados me dijo que me iba a derivar a otro médico de adultos que era, según él, la persona adecuada para operarme y, como teóricamente el médico es el que sabe y uno debe conf iar en ellos, así se hizo. En el momento en que pasé a sus manos sentí nuevamente y de la forma más evidente, la mayor transformación de «Boti» a «número de cuenta o de af iliado», porque así es como me trataron. Tengo mis serias dudas de que alguno de ellos alguna vez haya dicho mi nombre. Hay varias anécdotas que pueden dar testimonio de lo que digo; por eso pido a todos los médicos, de la especialidad que sea, que deben tener sí o sí en cuenta que los pacientes no somos una vejiga, una pierna, una cabeza, una columna; somos un todo, y para nosotros — especialmente para quienes no tenemos la suerte de poder esquivarlos— es de vital importancia que se nos trate como a seres humanos con senti149 Gracias por la vida mientos, alegrías y tristezas, y se nos cuide por lo que somos y no por la enfermedad que tenemos. Todo paciente sufre por lo que le toca, no tiene cómo eludirlo, pero… ¡por favor, traten de evitarles todo aquello que les provoque un dolor innecesario! ¿Es acaso, tan difícil? Dios ¿te has olvidado de nosotros? Llegué a Buenos Aires, como ya conté, un día antes de la operación, y allí me atacó nuevamente esa horrible sensación de soledad en un mundo inmenso y agresivo. Cuando llegamos al hospital, y tal como había ocurrido para la amputación no había cuarto para mi hijo. El turno, estaba dado, por lo tanto a la hora indicada, nos llamaron a quirófano. Tuvimos que entrar a una sala pre quirúrgica y allí en medio de una gran angustia, un enfermero de bata verde y voz sin inflexiones le dijo que se quitara la prótesis y la ropa, lo pusieron en una camilla y lo llevaron al quirófano. Cuando mi hijo entró allí, me di cuenta de que tenía tantas cosas que no podría llevarlas en mis manos. Pedí entonces a una señorita que se encontraba en ese lugar, en un escritorio, que por favor me guardase por un tiempo la prótesis y las muletas, hasta tanto encontrara un lugar para ponerlas. Por supuesto, que su respuesta fue un no rotundo, todavía no me explico el porqué. Un enfermero con corazón, me dio una bolsa transparente y allí puse la pierna ortopédica, y así comencé a caminar por el enorme edificio con la prótesis, las muletas, el bolso y mi cartera. ¡Si parecía un equeco! 150 Mis amigos me hicieron gamba La página 151 no forma parte de esta vista previa. 151 Gracias por la vida La página 152 no forma parte de esta vista previa. 152 Mis amigos me hicieron gamba persona ¡cuánto más lo serán en horas de enfermedad! Un día, cuando uno de los estudiantes me revisaba se dio con un gran trozo de tela adhesiva pegada al lado de la herida, que por supuesto no era hipoalergénica, y me producía ampollas en la piel. Por este motivo, no tuvo mejor idea que tirar de la tela con toda su fuerza. ¡No les voy a contar lo que pensé, porque no sería apropiado para menores! Unos segundos después se retiró sin decir nada y luego llegó una enfermera con un pote de crema diciéndome que la mandaba el médico para que me curara la herida que me había sumado. Cuando —les doy el dato —, con un poco de alcohol y suavidad, la tela adhesiva sale sin ocasionar ninguna molestia. Esto que parece trivial, no lo es. Después de tantos años de operaciones, curaciones, infecciones, las agujas y las telas adhesivas me producen pavor... No es, seguramente lo peor, pero sí es, sin lugar a dudas, evitable: por eso cuando tiran de una tela adhesiva sin cuidado, no da rabia tanto el tirón de la piel, como saber que lo hacen porque no les importa. Estuve varios días internado hasta que nos fuimos al hotel a esperar la evolución de la primera etapa de la operación. El hotel, que me asignó la obra social, es sencillo y familiar, sin pretensiones, pero limpio y cómodo, y se encuentra ubicado a pocas cuadras del hospital, lo que me resulta muy conveniente, dadas las circunstancias. Pasé una semana bastante de perros, con algo de f iebre permanente y muy molesto, pero no podía hacer nada ya que el médico me había dicho que si no tenía más de 39° era normal, así que no lo hablara. ¿Alguien quiere probar conmigo, si es normal? Afortunadamente, cuando mi madre se había dispues153 Gracias por la vida to ya a contravenir las disposiciones del médico, la f iebre cedió y todos nos tranquilizamos. Cuando me dieron el alta provisoria viajé a Salta por más o menos un mes. Los disgustos empezaron cuando volví a Buenos Aires, esta vez solo, el urólogo de adultos que me había operado me revisó y empezó a realizar un serie de cambios en el tratamiento,que yo había seguido desde siempre, para controlar la vejiga. Estos cambios hicieron que pasara los 8 días más pesados que mi memoria actual tenga registrados, pero él era el médico y había que obedecer. Después de estos días y cuando la situación no daba para más, ya que mi vejiga estaba absolutamente descontrolada (supongo yo que como consecuencia de la operación y porque me habían suspendido la medicación que tomaba desde que era un niñito); el 2 de abril del 2006 — y pongo la fecha porque el feriado supongo que habrá sido parte del problema— me animé y llamé al especialista en mielo de niños, que también había participado en la operación y que me había derivado al urólogo de adultos. Me trató muy mal, me preguntó para qué lo llamaba y por qué no iba a la guardia del hospital. Yo le pregunté si realmente creía que en la guardia iban a darme una solución. ¿Qué podían saber en la guardia? Me dijo, entonces, que su compañero, sabía lo que hacía y que yo estaba equivocado, que las cosas se habían hecho bien, que la medicación no tenía nada que ver y que bla-bla-bla. ¡Claro, él no estaba en mi cuerpo! A pesar de su enojo, me dio el nombre de una médica a la que debía ver y él mismo le dio 154 Mis amigos me hicieron gamba La página 155 no forma parte de esta vista previa. 155 Gracias por la vida La página 156 no forma parte de esta vista previa. 156 Mis amigos me hicieron gamba sobre mielomeningocele en adultos, y eso obviamente no es su culpa, porque antes los que como yo nacían con esta dolencia morían. Sé perfectamente que no son malos profesionales pero lo que sí me preocupa y mucho es que no sean capaces de reconocer sus errores, porque sólo haciéndolo pueden enmendarlos. Me hicieron perder mucho tiempo por un orgullo tonto y dañino. «Ellos en su mundo», pero el que ha sufrido, el damnif icado he sido yo. Muchas veces nos hemos preguntado el porqué de las cosas ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué a él? Son preguntas que jamás tendrán respuesta. Es difícil saber qué quiere Dios de nosotros. Como mamá he querido cambiar su lugar por el mío, le he pedido al Señor, que le diera una chance de hacer una vida más normal… ¿Dónde está el sentido, me he preguntado? He buscado las señales que seguramente, aunque a veces cueste verlas, se ponen ante nosotros. A menudo no he podido entender pero hay momentos, en los que siento que se abre una luz ante mí; y esto sucede cuando miro a Boti y lo veo como un ejemplo de lucha y de tesón. 157 Gracias por la vida En uno de sus viajes lo hablé por teléfono para preguntarle por su salud y sobre todo por su estado de ánimo. — ¿Cómo estás, hijo? — Más o menos— contestó —, un poco mejor que antes. Ya puedo volver a Salta. — ¡Qué suerte! Y ¿que te han dicho los médicos? —Bueno, en realidad no saben bien qué hacer. Quizás prueben un nuevo medicamento o quizás rehagan el conducto y vuelvan a operar. — Ah! — Mientras él me decía esto yo sentía que de nuevo se me agolpaba la sangre en la cara y que se me aceleraban las pulsaciones) -— ¿Y…? — Bueno, mamá, estoy contento. Por lo menos sé que hay una solución para mí. Boti no baja los brazos nunca. ¡Vamos adelante todavía! ¿No es acaso esto una lección de fortaleza espiritual de ganas de vivir? ¿Acaso no es un ejemplo para otros, para muchos que teniéndolo todo no encuentran respuestas a sus porqués? Creo como mamá, que esa entereza es su fin, su sentido, su don. Pero siempre vuelve a amanecer Por eso después de la tristeza siempre hay una semilla que renace en nuestro corazón. Yo por mi parte acudí a un psicólogo para que me ayudara, me sentía muy pero muy vieja, cansada ¿qué hacer?, ¿cómo salir de la depresión? 158 Mis amigos me hicieron gamba La página 159 no forma parte de esta vista previa. 159 Gracias por la vida La página 160 no forma parte de esta vista previa. 160 Mis amigos me hicieron gamba Supe que es importante disfrutar con los que amamos las oportunidades que se nos van presentando, sin quejarnos por nimiedades y dando a cada cosa el peso que corresponde. Sentí, por primera vez, que la vida es un soplo, y me di cuenta de que la perdemos en tanta pelea inútil, tantas necesidades creadas, tanta ambición innecesaria. En fin, fue toda una lección. No quiero decir con estas palabras que el camino sea fácil de cumplir, pero hoy y no siempre lo estuve, estoy convencida de que es así. También en esos momentos, sentí la calidez de mi Salta, y de nuestros médicos, especialmente de nuestro siempre querido doctor Ernesto y la paciencia y profesionalidad de mis chicos, como me gusta llamar a mis fisioterapeutas, Mauricio Bautista y Facundo Sarmiento. Esto que parece no ir a cuento en esta historia, da la pauta de que hay personas, jóvenes y mayores que hacen de su profesión un acto de amor y esto vale, para mí, más que mil diplomaturas, que son indispensables pero no lo único que se necesita, para ejercer una profesión que está al «servicio» de los demás. Cuando la noche se cierra, parece que las tinieblas nos cubrirán para siempre. Pero de pronto, intermitentes y rutilantes aparecen las estrellas y brillan iluminando nuestro largo caminar. Por eso sabemos que si no nos dejamos avasallar, Si no nos dejamos vencer, si compartimos con otros, las penas, las alegrías, si nos prestamos el hombro, 161 Gracias por la vida si con tristezas y aflicción, errores y aciertos, miramos a nuestros hermanos, y les tendemos una mano; llegaremos al final de ese camino y habrá una luz que nos llenará de gozo y un Dios en quien podremos reposar nuestro corazón peregrino. Mi lucha, una luz En este último tiempo mi vida no ha mejorado, he pensado mucho y ya que por motivos ajenos a nuestra voluntad, tal como contó mi madre anteriormente, interrumpimos la escritura, la retomamos hoy con nuevos impulsos, nuevas ideas pero siempre con el mismo objetivo: Ayudar. En lo laboral, mi situación ha cambiado, trabajar en donde hoy estoy, me permite estar en contacto con las necesidades de quienes como yo tienen una vida difícil. Y hemos podido generar con un grupo de gente fantástica ideas que, espero, poco a poco irán dando sus frutos. La imposibilidad de cumplir horarios sigue existiendo pero, cuando presenté mis proyectos y mi curriculum ya planteé esta cuestión por lo tanto estoy un poco más tranquilo al respecto. Mis complicaciones urológicas continúan, son complejas y bastante difíciles de sobrellevar, infecciones recurrentes urinarias e intestinales no me dan tregua… Conversando en Salta, con mis urólogos, Adofo Torino y 162 Mis amigos me hicieron gamba La página 163 no forma parte de esta vista previa. 163 Gracias por la vida Porque nuestra mente puede muchas veces jugarnos malas pasadas. Sé, y lo pienso día a día, que mi salud es inestable, y no me da respiro, mi pasado ha sido bastante accidentado ¿cuántas 164 Mis amigos me hicieron gamba La página 165 no forma parte de esta vista previa. 165 Gracias por la vida 166 Maru Cabanillas, Juan Saravia, Agustín González, Clara Cornejo, Lucas Ávila, Lucía Gerineau, Santiago Mateo, Matías Sayús, Lucía Cornejo, Raúl Dávalos, Boti, Sandra Meléndez, Armando Lovaglio, Héctor Lovaglio, Carlota Erazzo, Felipe Usandivaras, Fernanda Orive, Matías Cánepa, Inés Costa, Teresita Sarmiento, Tomás Jándula, Matías Saravia, Chancho Morón, Matías Zavaleta, Ernesto Cataldi, Rafael Lore, Jorge Dávalos, Marcelo Piñero, Dolores Quiroga, Martín Isasmendi, Sebastián Mainoli, José Sarmiento y José Montaldi. . Mis amigos me hicieron gamba Testimonio de papá Trataré de ser breve, esperando que nuestra experiencia sirva para ayudar a encontrar la felicidad, a la que todos los seres humanos estamos destinados, a pesar de las dificultades con las que nos enfrenta la vida. En primer lugar quiero agradecer a Dios por haber puesto en mi camino a mi mujer y luego a mis cuatro hijos. En estos casi treinta años de lucha al lado de Boti, encontramos una gran cantidad de matrimonios que, en casos similares al nuestro, tomaron dos caminos diferentes. En algunos, la no aceptación del problema por parte de ambos cónyuges o de alguno de ellos, trajo aparejada la ruptura de la familia con las tristes consecuencias que esto acarrea para todos sus miembros. El otro camino, el que nosotros y tantos otros recorremos, es el de encontrar en nuestros hijos con múltiples inconvenientes, un sentido más profundo a nuestras vidas. Ya que a las contingencias de una familia común se suma el esfuerzo y el empeño que hay que poner, para que todos nuestros hijos salgan adelante, no sólo el que padece una minusvalía, sino también los otros, que también son, el sentido de la existencia humana, por lo menos para nosotros. Al ser una lucha compartida, con un objetivo común, nuestro matrimonio se convirtió en un vínculo indestructible que, a pesar de todas las vicisitudes que plantea la vida en pareja, se 167 Gracias por la vida La página 163 no forma parte de esta vista previa. 168 La vida es un don Agradecimientos Al Gobernador de la Provincia de Salta, Doctor Juan Manuel Urtubey y a su esposa Señora Ximena Saravia Toledo quienes nos ayudaron a concretar este sueño. A los que leyeron el libro antes de ser editado y que nos dieron una mirada objetiva, que nos permitió ampliar, cambiar y corregir algunos aspectos, que de otra forma jamás hubiéramos visto: A María Eugenia Chagra. A mis compañeras de trabajo: Prof. Superior Iride Rossi de Fiori, Lic Rosanna Caramella, Prof. Helena Fiori y Lic. Mariana Remaggi. A Sandra Mélendez, novia y amiga de Boti. A sus amigos Samy, José Montaldi, Juan Paraviccini, Baltazar Saravia y Cecilia Coria. A nuestro doctor Ernesto Lovaglio. Y a todos los que nos escucharon, nos alentaron y nos dieron el valor para hacer esta publicación. 169 Bibliografía Bibliografía General Actas del 1er Congreso Argentino de Equino terapia. Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para discapacitados. AA.A.E.P.A.D. 2005. Nivel introductorio.(Equinoterapia). A.A.A.E.P.A.D, (Asociación Arqentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados. Nuñez, Blanca, Rodríguez, Luis; Los hermanos de las personas con discapacidad.Vivencias y apoyos. Lugar Editorial. Buenos Aires. 2009. Artículos en Internet Baker,Liz. PT, Presidente del Comité Médico. «Consideraciones Médicas de la Equitación Terapéutica para la Espina Bífida». Reimpreso de Strides Magazine, julio de 1997 (Vol. 3, Nº 3). Liptak, Gregory S. MD. MPH. (Colaborador) «Enfoque de la Espina Bífida» Dias,Mark, S.Neurocirujano-Pediatra (Colaborador) «Hidrocefalia y las derivaciones en la persona con espina bífida». Liptak, Gregory S. MD. MPH (Colaborador ) «Depresión y ansiedad» 171 Gracias por la vida Lollar, Donald Ed.D. (Colaborador). «El Aprendizaje en los Niños con Espina Bífida». Serie de hojas informativas en www.spinabifidaassociation.org Ardela Díaz , A. Elvira Pardilla , D. Vallejo Díaz , R. Díez Pascual J.M. Gutiérrez Dueñas , F.J. Domínguez Vallejo.«Esfínter urinario artificial en la infancia»Boletín de Pediatría. http://www.erevistas.csic.es/ Mariela Andrea López, Tatiana Mónica Husulak, Susana Mabel Barreto.Dra. Lilian Mendez Gallino.«Actualización sobre Mielomeningocele» Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina . N° 124 .Febrero 2003: 14-26. http://www.med.unne.edu.ar/revista/revista124/ mielomeningo.htm Nuñez Blanca. « Vicisitudes de lo fraterno cuando uno de los hermanos tiene discapacidad». Periódico El Cisne. Septiembre de 2008. Año XIX. N°217. Nuñez Blanca. «La familia con un hijo discapacitado y sus conflictos vinculares. Hacia un lineamiento en prevención en Salud Mental familiar». Archivos de pediatría. Abril 2003 1001(2): 81-160. Nuñez, Blanca, «Un cambio de mirada: de la patología a las fortalezas de familias que tienen un hijo con discapacidad». A partir de nosotros. Revista de interés general publicada C.A.N.D.I. Año 12/N| 20 de noviembre de 2004. http://www.discapacidadyfamilia.com/pdf/ 172 Bibliografía «Tratamiento del pie en mielomeningocele».Revista de Ortopedia y Traumatología. http://www.encolombia.com/ortopedia2288trastornos4.htm Cirugia en niños con Espina Bífida para controlar la vejiga http://pequelia.es/ Páginas en Internet Espina bífida. Biblioteca de Salud, March of Dimes. http://www.nacersano.org/centro/9388_10471.asp Servicios de ayuda diagnósticca y terapéutica: Urodinamia. www.clinicasanfelipe.com/servicios/urodinamia.php http://es.wikipedia.org/wiki/Espina_b%C3%ADfida http://es.wikipedia.org /wiki/Gangrena http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish. Instituciones relacionadas http://www.apebi.org.ar/. Asociación para Padres de Espina Bífida e Hidrocefalia en Argentina. Posee distintas filiales en el país. http://www.ameb.es/ Asociación madrileña para Espina Bfida. España http://www.colegiopsicologos-murcia.org. Asociación de Psicológos de Murcia. España http://www.aaaepad.org. Asociación Arqentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados. 173 Gracias por la vida Centros de atención de Espina Bífida en el País www.hospitalposadas.gov.ar/asist/servicios/mmc.ht Hospital de niños Ricardo Gutiérrez- Buenos Aires Hospital Garraham. Buenos Aires. Hospital Italiano. Buenos Aires . 174 Ïndices . . Índice de capítulos Primera parte: La vida es un don .......................................... 5 Palabras preliminares .................................................................. 7 Para Boti con amor ................................................................... 13 Un poquito de historia ............................................................. 15 La primera operación. ¿Un milagro? .................................. 20 Aprendiendo a ser mamá ....................................................... 23 El futuro y un pronóstico incierto ........................................ 25 Buenos Aires y demás yerbas ................................................ 28 Porque a veces se acierta y otras veces se yerra ............. 32 Con esfuerzo y sin descanso .................................................. 37 Y la vida está llena de desafíos .............................................. 39 Sosi, la primera hermanita ...................................................... 43 Boti se hizo cantor ..................................................................... 45 Finalmente sus piecitos dijeron sí ......................................... 46 Ya eran tres .................................................................................. 49 La escuela: un lugar para aprender ..................................... 51 La familia siguió creciendo ..................................................... 58 Las cosas se complicaron ........................................................ 59 Hola. Soy Boti y quiero contarles mi historia .................... 69 Las huellas de la vida ................................................................ 75 Y hay que continuar la pelea ................................................. 79 Las vacaciones ............................................................................ 82 175 Gracias por la vida Segunda parte: Mis amigos me hicieron gamba .......... 91 Una vida mejor ........................................................................... 93 La secundaria: Exigencia, comprensión y más amigos .................................................................................. 95 Un cambio de válvula ............................................................ 102 El mejor amigo: su papá ........................................................ 105 Disney; un lugar para imitar................................................. 106 Nueva etapa: nuevas expectativas,otras dificultades .. 108 Demasiadas internaciones ................................................... 112 La Virgen a mi lado ................................................................. 114 A pesar de la fe, continúa la lucha..................................... 116 Y sí, será mejor amputar ........................................................ 114 Mis amigos me hicieron gamba ......................................... 118 Toneladas de generosidad ................................................... 120 ¿Y? Nos convertimos en número ....................................... 120 ¿No a será importante un poco de amor? ...................... 124 Nos ganó el dolor .................................................................... 130 Seguimos recibiendo afecto ................................................ 135 ¡Los problemas no terminaron! .......................................... 141 Dios ¿te has olvidado de nosotros? .................................. 145 Pero siempre vuelve a amanecer ....................................... 153 Un pequeño paréntesis ......................................................... 155 Mi lucha, una luz ...................................................................... 157 Testimonio de papá ................................................................ 165 Bibliografía ................................................................................. 170 Agradecimientos........................................................................... 1 176 7 Ïndices ‘Índice de Imágenes Boti bebé ........................................................................................................ 14 Bautismo...................................................... ................................................... 27 Con sus abuelas.. ......................................................................................... 37 A caballo desde chiquito ........................................................................... 40 Recibiendo un premio ................................................................................ 42 Con Sosi y sus primos ................................................................................. 44 En su primer acto escolar ................................................................................ En la Escuela parroquial de la Merced ................................................ 54 Con sus compañeros de 1er grado y Agustin .................................... 56 Agustín, Sosi y Rosario en sus brazos y Boti ........................................ 58 Boti, después de la gangrena en casa con Agustín .......................... 76 Con Rubén. .................................................................................................... 84 Con Zamba,su primer perra y sus cachorros....................................... 86 Con su familia materna .............................................................................. 89 Con su familia paterna ............................................................................... 89 El día de su colación con sus papás ....................................................... 90 El día de su colación con sus hermanos ............................................... 90 Con sus compañeros de 1er año . ......................................................... 95 Acompañado de su mamá, hermanos y su prima Titi ..................... 98 Recibiendo el premio «Fundación Santa María» .............................. 101 Con Juan y Axel .......................................................................................... 104 En Buenos Aires después de la amputación. ................................... .134 Boti en San Agustín con un potrillo, «Gaucho». ............................... 139 Boti sonriente .............................................................................................. 160 Boti con Guaypo y Benicio ...................................................................... 161 En Guaypo con sus perros ...................................................................... 161 En Guaypo, al aterdecer .......................................................................... 162 Con Rosario bajo el algarrobo ............................................................... 162 Con sus amigos 1 ....................................................................................... 163 177 A Gracias por la vida Con sus amigos 2 ...................................................................................... 163 Con sus amigos 3 ............................................................................. 164 178 Se terminó de imprimir en el año del Señor de 2009