Luis Mera Naveiras MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 11 El arte alemán del próximo siglo será heroico, fuertemente romántico, práctico y privado de sentimentalismo; será nacional con gran pathos; será servidor de los intereses comunes —o no será—. Joseph Goebbels Menos información y edición en partituras y en discografía tiene la música. Más la llamada Música degenerada, los músicos del olvido que, como magia blanca o magia negra, fueron silenciados por el poder desde el principio del fin de la derrota alemana. Estamos en el alba de su conocimiento para los melómanos, que no supimos de los temores, las muertes y las esperanzas de los compositores perseguidos por el nazismo que lucharon con dificultad (a algunos les arrebataron la vida) contra las fuerzas adversas de la creación y sin embargo consiguieron realizar su admirable obra compositiva dentro o fuera de los campos de concentración. Mostrar esa búsqueda de lo inesperado y asombroso es la pretensión de este artículo que es sólo un indicio y no la totalidad. Así se abre un espacio dual entre reflexión y divulgación, aproximándonos a cuatro temas —el abanico podría ser más amplio— que nos conducen a la música y a la vida y a ese filtro donde posa el arte con mayores o menores dosis de verdad o de mentiras; y en el caso de la cultura musical nacional-socialista existen realidades diferentes a cada paso. Se trata pues de caminar sobre: s MÚSICA Y MÚSICOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN s COMPOSITORES EN EL EXILIO s MÚSICOS EN LA “EMIGRACIÓN INTERIOR” s ALGUNOS MÚSICOS Y COMPOSITORES EN EL III REICH Es posible que la exposición no deje satisfechos ni al lector ni al autor. Pienso también que no es posible la síntesis satisfactoria y es quimérica la preocupación por lo completo y siempre quedará mucho por decir. Querría, al menos, ser claro en esta exposición, que es selectiva en cuanto a contenidos por el espacio que me corresponde utilizar, y por ello adelanto el esquema que voy a seguir y los objetivos, optando más por la preeminencia de la información y las citas que por los juicios. No me centraré pues en la aportación del compositor al tratamiento estético o rítmico, aunque si caminaré de la mano de una u otra obra elegida de los compositores para hacer una aproximación al estado de su “pensamiento musical”. Con ello se intenta: primero que sean los testimonios y los datos, aunque F A arte e arquitectura Este es momento para el recuerdo. La memoria y la historia vuelven a los 65 años del fin de la II Guerra Mundial y el suicidio de Hitler que, como alargada sombra (él prometió un “Reich de los mil años”) está presente entre los hombres y las mujeres de mi generación. Tanto es así que no es difícil constatar la existencia de un revival nazi-hitleriano en la cinematografía y en el mundo editorial. Sólo, como un breve apunte, la película “El hundimiento de Berna Eichinger” que en su momento de estreno el Daily Mail se preguntó ¿Perdona Alemania al Führer? Otro vector hitleriano está en “Mi Führer” de Dani Levy o en “El noveno día” de Volker Schlöndorff. Más amplio es el mercado editorial resumido en: Queríamos matar a Hitler (Ariel), Los libros del gran dictador (Destino) o el último que acaba de publicar la historiadora Heike Görtemaker: Eva Braun. Vida con Hitler. MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 12 no amenaza, a tal o cual orden político, sino al núcleo mismo del proceso político…” (2) F A arte e arquitectura Edición de DVD de Arthaus Musik. Alemania. 2007. incompletos, los que hablen por si mismos, segundo, que sirvan de estimulo inquietante para la conciencia y encarar el futuro sin repeticiones cíclicas y frustrantes, tercero conocer o ampliar datos y saberes sobre los años difíciles, pero determinantes musicalmente en Europa y en España. ya que nos pondríamos en peligro; pues tal como dice Damón, en ningún sitio se cambian las reglas de la música sin que cambien también las principales leyes del Estado, y yo igualmente estoy convencido de ello. Es ahí donde los guardianes deben montar su guardia” (1). Estamos en ese binomio de música y política enunciado por Platón en República: Esa misma línea de pensamiento la desarrolla el musicólogo y pianista español Carles Santos cuando afirma que: “Pues debemos cuidarnos de introducir un nuevo estilo de música, “La música es subversión: no revolución, subversión. No atañe, Así lo entendieron los dirigentes nacionalsocialistas, en especial el ministro de Cultura y Propaganda Goebbels, como se constata en un documento más que estimable sobre la relación-utilización de la Orquesta Filarmónica de Berlín por el gobierno nazi, obra del director Enrique Sánchez Lansch: “The Reichsorchester. The Berlin Philharmonic and the Third Reich”, un film sobre la vinculación mantenida en los años de dominio del nazismo. En 1933 llega al poder Hitler y la Filarmónica de Berlín (agrupación cooperativa autónoma) se encuentra al borde de la quiebra. En octubre de 1933, Goebbels, Ministro de Cultura Popular y Propaganda se compromete con los miembros de la orquesta a la adquisición del 100 % de las acciones y los intérpretes-propietarios pasaron a ser funcionarios públicos y embajadores culturales del gobierno alemán. Había nacido la Orquesta del Reich y fueron los años oscuros de la Filarmónica de Berlín, donde inicialmente hicieron música al unísono los instrumentistas perseguidos ideológicamente y los nazis convencidos. En ese magma de sentimientos todos participan en las “tournées de la Wehrmacht”, en los conciertos organizados para los congresos del partido nazi, en los cumpleaños del Führer y en los discursos de Hitler y Goebbels. La orquesta participó en las ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín (1936) y en la Exposición Universal de París (1937). Sin duda un activo valioso para el objetivo de propaganda cultural de Goebbels. La capacidad sonora de la maquinaria de la guerra influyó notablemente en los que tuvieron que soportarla y de forma especial, que es el tema que hoy nos ocupa, los Luis Mera Naveiras La Segunda Guerra Mundial es la reiteración de la barbarie que vuelve y asola nuevamente el corazón de los hombres en Europa. Al gran sentido de la libertad le ponen límites, una ley opresora recorre el viejo continente y se incendia al unísono la llama de la rebelión con formas de resistencias varias. Este espacio ha dejado huella musical y tardó en reaparecer haciéndose ostensible a lo largo de los años y hoy ya se la conoce, más cuando en tanta aparición existe belleza y compromiso ético. Comenzaré con los compositores “escondidos” que abrieron espacios sobre los silencios incolmables de la vida y la música. Son los músicos alemanes estigmatizados, los condenados, los marcados, los malditos, los creadores de la música degenerada de la exposición de Düsseldorff en 1938. Contra la memoria de ese infierno terrenal del Tercer Reich surgieron múltiples obras musicales compuestas por autores víctimas de la vesania racista y política. Mal vivían y respiraban en los campos de concentración, inmersos en multiformes sufrimientos físicos y psíquicos, una trayectoria asfixiante que resiste, que les hace no quedar en silencio y seguir creando música desde el silencio sonoro de sus entrañas. MÚSICA Y MÚSICOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN muerte y Los tres cabellos del abuelo Omnisciente con la Orquesta y Coros del Teatro Nacional de Praga. Rudolf Karel (1880-1945). Alumno de composición de Dvorák. Profesor de composición y orquestación en el Conservatorio de Praga desde 1923 hasta que, en 1941, fue destituido por los nazis. En 1932 concluye su ópera La comadre Muerte y el Noneto en tres movimientos —tal vez lo más importante de su producción camerística—. La Gestapo lo detiene en 1943 y es internado en la prisión de Pankrác. Los estudiosos afirman que allí escribió sus composiciones sobre trozos de papel higiénico que el mismo pautaba y logró sacar seis obras antes de ser transferido al campo de Terezín, donde murió de tifus. Su alumno Zbynek Vostrák reconstruyó su esbozada ópera Los tres cabellos del abuelo Omnisciente. La discográfica Supraphon grabó una versión reducida de La comadre Cuarteto Rosé (1882-1939). Los Rosé forman una amplia familia de músicos vieneses de gran relevancia en los siglos XIX y XX. Eduard Rosé, violonchelista y su hermano Arnold Rosé fueron los legendarios fundadores del mítico cuarteto. Arnold con diecisiete años fue primer violín de la orquesta de la Ópera de la Corte de Viena y de la Filarmónica de Viena. Estrenaron obras de Brahms, Schoenberg y Weber. Todos los miembros de la familia fueron víctimas del terror nazi. Eduard fue recluido en Theresienstadt en 1942 y falleció en el campo de concentración el 24 de enero de 1943. Alma Rosé, hija de Arnold y segunda violinista del cuarteto es trasladada a AuschwitzBirkenau, el campo de mujeres, El cuarteto Rosé. Óleo sobre lienzo de Max Oppenheimer, 1924. 13 F A arte e arquitectura músicos. El grito, la canción, la voz de alerta, el mutismo impuesto, el ruido de sables, la bomba Atómica, la queja de los niños, el murmullo de los que no se callan, el silencio del miedo, quedan en el recuerdo pentagrámico de la “gran sinfonía del dolor”. Sentidas creaciones radicadas en la condición de la propia inteligencia y la libertad. De una inteligencia sensible y solidaria capaz de plasmarse en formas simbólicas y abstractas, acudiendo a la fuente de la tragedia, y recubriéndolas de un halo épico y sagrado sobre la libertad y el hombre. MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 14 en un tren con 1.000 presos judíos más. Muere en el campo de concentración en 1944. Los otros miembros de la familia se exilian y Arnold, muy mayor, llega a Londres donde refunda el Cuarteto Rosé que no logra el éxito precedente y vende su violín Stradivarius. F A arte e arquitectura Erwin Schulhoff (1894-1942). Compositor checo de origen alemán, brillante pianista, compositor de raíz judía y militante comunista. Con la atmósfera del nazismo y el antijudaísmo que se respiraba en Europa central es encarcelado y deportado al campo de concentración (de trabajo decían los nazis) bávaro de Würzburg, donde esbozó al piano su Sinfonía nº 7 “Heróica” (1941) y aún gran parte de la Octava, líneas maestras de la tensión corpórea que encarna los años de ser y constituirse en realidad firme (3). Proyecto humanista que finaliza con su agónica muerte a causa de la tisis contraída en el campo de concentración. Su obra es un permanente arrebato a la libertad que despega ya con su finalizada Sexta Sinfonía “De la libertad” (1940-1941), dominada por el frenesí acuciante de la supervivencia y la opresión del nazismo. Mención especial merece su Sinfonía nº 4 creada para numerosa plantilla orquestal y coro mixto. Finaliza la obra con un canto del poema Die Sklaven (Los esclavos) a modo de exultante clamor masivo y popular de la autoría del poeta Adalbert von Chamisso. La discográfica Supraphon editó las sinfonías nº 4 y 6 y un grupo de canciones a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga y el coro mixto Kühn, dirigidos por Vadimir Válek, y la editora BIS grabó su música de cámara con Sonatas para violín y piano, para violín solo, violín y chelo y piano y chelo. Viktor Ullmann (1898-1944). Alumno dilecto de Arnold Schoenberg y director asistente de Zemlinksy en el Nuevo Teatro de Praga antes de convertirse en director de la Ópera de Aussig. Obtuvo su primer triunfo internacional como compositor en el Festival Musical de Ginebra con las SchönbergVariationen para piano, cesando su actividad musical en 1924 para convertirse en el responsable de una librería antroposófica en Stuttgart. Escapa del furor antijudío hitleriano y se refugia en Praga donde retoma su actividad musical en colaboración con el compositor Alois; allí Ullmann es detenido con su esposa y son enviados al “ghetto privilegiado” de Theresienstadt, que no era un abrupto campo de concentración para lograr la “solución final” sino que era un espacio complementario y de tránsito hacia Auschwitz y también más cínicamente el escaparate de “bienestar del ghetto” que los nazis mostraban como FreizeitGestaltung (Administración del ocio) de los judíos recluidos. Durante los dos años que permaneció prisionero dejó su voz y su acento creativo realizando múltiples actividades en aquella sombra prisionera y componiendo una parte importante de lo que sería su catálogo musical. Obras escritas sobre el reverso de las listas de los confinados preparadas por los dirigentes de las SS que él convierte en papel pautado. Escribe en Theresienstadt su ópera Der Kaiser von Atlantis, (El Emperador de la Atlántida) un alegato crítico con el autoritarismo que llegó a ser representada en el propio campo y que reúne características del coral luterano, el himno nacional y ritmos de jazz. La perfecta muestra de “arte degenerado” para los jerarcas nazis. Sus canciones El humo y su día y Canciones de consuelo (1943), entre tantos otros lieder recogen el acento de honda tristeza, de callada melancolía que traspasa los versos de sus poetas preferidos: Rilke y Hölderlin entre otros. En nuestra memoria musical está Víktor Ullmann con su raíz poética y literaria de lenguaje puramente español en Don Quijote baila el fandango, estrenada por la ORTVE dirigida por Gerd Albrecht. (4). En 1944 él y su mujer son embarcados para el campo de exterminio de Auschwitz y todos sus manuscritos musicales quedaron en Tezerín. Su obra poco divulgada puede escucharse en la discografía Orfeo, son los lieder con voces de barítono, soprano, mezzosoprano y piano y la Orquesta de Radio Baviera y en Supraphon una colección de sus canciones para voz y piano. Pavel Haas (1899-1944). Compositor checo, fue alumno de Janácek entre 1921 y 1923. Se casó con So a Jakobson, ex esposa del lingüista ruso Roman Jakobson (5) xitoso compositor de música orquestal, de cámara y cinematográfica. Son relevantes sus oratorios y especialmente su ópera en tres actos con libreto propio El charlatán, estrenada en Brno con gran éxito en 1938, así como el Quinteto para viento (1929), y el ciclo de tres canciones El elegido (1927) para tenor con acompañamiento de flauta, violín, trompa y piano sobre poemas de Jira Wolker. En la formación camerística están sus Tres cuartetos de cuerda (19201938) y su Sinfonía (1940-1941) obra inacabada y reconstruida por Zdenek Zouhar en 1994. En 1941 es deportado al campo de Terezín. Allí escribió otros cinco títulos de brillante y maduro estilo, recuperado y grabado uno, las Cuatro canciones sobre poemas chinos, obra realizada a petición del bajo Karel Berman —cantante y compositor por fortuna superviviente del campo— que plasman a través de acordes disonantes, los vulnerados sentimientos de los pobladores del gueto que las acogieron Luis Mera Naveiras entusiasmados en su estreno, el 22 de junio de 1944, menos de cuatro meses antes de la partida de su autor al encuentro con las cámaras de gas de Auschwitz. En la crítica, Ullmann las calificó de “... actuales y plenas de vida”. Su discografía camerística está en varios CD múltiples de Supraphon con el Quinteto de Viento de la Academia de Praga, el Cuarteto Panocha, Miembros de la Orquesta Checa y diversos solistas dirigidos por Vladimir Válek. El silencio discográfico se recupera con la edición de Koch del Scherzo Triste, op.5, Suite de la ópera El charlatán y la Sinfonía (inacabada) a cargo de la Orquesta Filarmónica de Brno dirigida por Israel Yinon. Hans Krása (1899-1944). Nació en Praga de madre judía y habla alemana, se le considera compositor alemán. Fue alumno de Zemlinsky y repetidor en el Nuevo Teatro Alemán y trabajó en el “Neues Deutsches Theater” de Praga. En los años 20 del pasado siglo estudió en Francia con Albert Roussel. Su espacio creativo pendula entre lo orquestal y lo teatral. Música de escena, música para el teatro: “el teatro que se hace por el público, es arte dramático; el teatro que se hace para el público, no es arte dramático”. Cartel de la ópera para niños, Brundibár de Hans Krása. 1944. visitas internacionales que llegaban a supervisar el remodelado “campo de acogida”, entre otras, la Cruz Roja. Una vez finalizado el “paripé” propagandístico, los alemanes desplazaron 18.000 prisioneros (entre ellos los compositores Krása y Hass, junto con los niños que cantaron Brundibár) hacia el ignominioso Auschwitz donde entornó los ojos ante la muerte. Era el 17 de octubre de 1944. Finalizaba así, en plena madurez, una de las personalidades creativas más importantes de su tiempo. En los dos años que estuvo en Terezín compuso obras para ser estrenadas en los conciertos del campo. La crítica señala como lo más F A como agudamente nos dice José Bergamín en El lenguaje de la máscara. En 1920 estrena Grottesques, cuatro canciones para barítono y orquesta, en 1923 estrena su primera Sinfonía para pequeña orquesta en EE.UU. En 1938 escribió la ópera infantil Brundibár, ópera que no llegó a ser representada al producirse el ataque alemán a Polonia. Es detenido y encerrado en el campo de concentración de Theresienstadt en 1942 y en ese espacio satánico de las SS, en esa frontera de la muerte, ofrece la visión admirable de Brundibár con múltiples representaciones para los presos y para las MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 16 relevante las Tres canciones (1943) para barítono, clarinete, viola y violonchelo. Hoy puede escucharse su música de cámara a través del CD del Cuarteto Kocian, música de elevado interés artístico y una rareza discográfica y la ópera Brundibár, recientemente grabada por Naxos y representada en el Teatro Real dentro de su “Proyecto Pedagógico”. F A arte e arquitectura Oliver Messiaen (1908-1992). El compositor francés escribe el Cuarteto para el fin de los tiempos en el campo de concentración de Görlitz en Silesia. Él mismo cuenta esta trágica aventura en una entrevista realizada por José Luis Pérez de Arteaga para RNE el 13 de mayo de 1989, emisión no emitida y recuperada por el autor de la revista Diverdi: “Fui movilizado en 1939 y como tenía mala vista, bastantes dioptrías, se me dijo que yo no era apto para empuñar un arma, lo cual agradezco, y se me destinó a los servicios médicos auxiliares. Nos hicieron prisioneros los alemanes y nos internaron en Görlitz, un lugar muy frío, aún más en cuanto llegó el invierno, lleno de nieve, y en donde apenas había nada que comer: nos daban el café de la mañana, con un trozo de pan, y a la tarde otro café, y a mediodía un tazón de sopa, y eso era todo… Y allí escribí mi Cuarteto para el fin del tiempo, en muy malas circunstancias… me ayudó mucho el contacto con los otros músicos que había en el campo, que eran el violonchelista Etienne Pasquier, el clarinetista Henri Akoka y el violinista Jean Le Boulaire, y al ser yo pianista escribí para los cuatro que podíamos tocar la obra. Yo escribí la obra sin piano, imaginando sonidos y armonías en mi cabeza, pero luego no he cambiado ni una nota de la obra. Para tocar nos dejaron instrumentos en pésimo estado, y la estrenamos poco antes de que nos dejaran libres. De hecho, el concierto lo organizamos los mismos prisioneros, cuando se anunció que nos iban a repatriar a Francia”. La composición es de factura compleja y requiere un gran esfuerzo interpretativo por su tímbrica inusual en sus ocho movimientos, una pequeña obra difícilmente superable convertida en una de las obras más grabadas en el siglo XX. La voz y la música viva de Messiaen, la del “escándalo de la sangre” se ofrece también en Et expecto resurrectionem mortuorum, encargada por André Malraux como conmemoración de las victimas de las dos Guerras Mundiales. La obra escrita para orquesta de maderas, metales y percusión metálica, canta la muerte y se escucha en la voz de la madera, aquella voz tímida y altiva de los hombres y mujeres muertos y escarnecidos por la violencia bélica. Fue estrenada de forma semiprivada en Sainte-Chapelle (11 de mayo Programa del Cuarteto para el fin de los tiempos, estrenado en el campo de concentración de Görlitz. Luis Mera Naveiras Gideon Klein (1919-1945). Compositor y pianista checo de familia judía. Recibió clases de composición de Alois Hába y de los grandes compositores checos: Hass Krása y Ullmann. Relacionado e inseparablemente unido a sus maestros, finalizan todos en el monstruoso laberinto de la muerte de los campos de concentración alemanes. Antes de ser recluido, desentraña su pensamiento musical y hace su música que hoy es historia verdadera de su pueblo. Los nazis le imposibilitaron desempeñar cualquier actividad pública y él temerariamente se camufló bajo seudónimos para sentirse vivo y ser hombre de verdad —y por y para la verdad—, para no sentirse excluido de la vida social y poder proseguir su exitosa trayectoria de concertista de piano, no obstante predestinada a truncarse. En 1941 es detenido y enviado al campo de concentración de Tezerín. En cautividad desarrolló una intensa actividad musical, logró instalar un viejo piano que él reconstruyó y afinó, ofreciendo un concierto con sonatas de Beethoven. Creó una orquesta de cámara y dirigió en el mismo campo una escenificación de la ópera La novia vendida de Smetana. (6) Es notorio el valor de su trabajo de investigación según afirman los musicólogos Tomislav Volek y Milan Slavicky tras la documentación hallada en una maleta en 1990 por Eduard Herzog con obras dodecafónicas y música orquestal con sustancias folclóricas moravas. Es deportado a Auschwitz y posteriormente a Fürstengrube en octubre de 1944, a las pocas fechas de finalizar su Trío de cuerdas. Se desconoce el proceso de su muerte, no se sabe si en 1945 Klein abondonó Furstengrube (era una mina de trabajos forzados) junto con 1.000 presos en la llamada “marcha de la muerte” en pos de la libertad (la mayoría murió en el trayecto) o bien se quedó con los enfermos más débiles que fueron fusilados por una unidad de las SS. Sus obras de cámara se encuentran grabadas con diversos compositores checos en Supraphon, interpretadas por el Quinteto de Viento de la Academia de Praga, el Cuarteto Panocha y la Orquesta y Coros de la Filarmónica Checa dirigida por Vladimir Válek. En 1953 finaliza su obra más reconocida internacionalmente, su Sonata para piano, situada según la crítica entre las grandes sonatas del siglo XX. Como acontecimiento teatral está su vinculación con la célebre compañía La Linterna Mágica con la que viaja por el mundo logrando un amplio reconocimiento. De esa etapa son sus Canciones de Trovadores, la Historia de las flautas y su música cinematográfica para la película “Iluminación” del director Ivan Passer. Existe discografía editada por Supraphon con las obras citadas. Stepan Lucky (1919). Compositor y pianista eslovaco implicado en la resistencia contra la dominación nazi en el alzamiento de 1944, donde resultó herido de gravedad en la mano derecha, lo que le imposibilitó desarrollar la carrera de pianista. Superviviente del “reino del silencio”, de los tenebrosos campos de exterminio de Auschwitz y Buchenwald, regresó con el dolorido sentir, con el padecimiento impresionante de estar fuera de la vida y a la vez revivido entre las cenizas de sus compañeros desaparecidos en 1944. Reanudó sus estudios de composición con el maestro Hába, ejerció de crítico musical y fue responsable musical de la televisión checa al fundarse en 1954. Su obra camerística más singular es el Divertimento para quinteto de viento de 1974. Zuzana Rúzicková (1929). Clavecinista. Con doce años fue internada en el campo de Theresienstadt y posteriormente a los campos de exterminio de Auschwitz y Bergen-Belsen. Su familia fue cremada. Tras la liberación se convirtió en una clavicembalista internacionalmente reconocida. “Tenía la sensación de que, sin la música, mi vida carecía completamente de sentido”, explicaba Zuzana al recordar su liberación en 1945. En 1951 se integra en la docencia en la Academia Musical de Praga y graba las obras completas para clavicémbalo de Juan Sebastián Bach. Oldrich F. Korte (1926). Compositor checo superviviente de los campos de exterminio nazi. Tras su liberación y con veintiún años compone la Sinfonietta que fue estrenada por la Orquesta Filarmónica Checa dirigida por Vaclav Neumann, sin gran éxito de público y crítica. El musicólogo Mel Smith-Windows pone el acento en que la obra “imita demasiado a Martinu… y una fría violencia que contagia toda la partitura”. COMPOSITORES EN EL EXILIO Arnold Schoenberg (1874-1951). El compositor vienés fue de los más polémicos a lo largo del siglo XX por su música y por su contradictoria personalidad: “judío convertido al catolicismo y nuevamente retornado a su religión primigenia. Socialista convertido en monárquico (apoyaba la restauración de la casa de los Habsburgos), compositor de música pro-bélica en la Primera Guerra Mundial con la marcha La brigada de acero y antibélico en la Segunda”, según Glenn Gould, o un anarquista de sangre azul 17 F A arte e arquitectura de 1965), y luego públicamente en la Catedral de Chartres, el domingo 20 de junio de 1965, en la gran misa, con la presencia del propio presidente de la República Charles de Gaulle, dirigiendo la orquesta Serge Bando. MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 18 (vienesa) como lo definió Constant Lambert. El crítico musical Hans Heinz Stuckenschmidt exhortaba en 1927 al artista a salir de su torre de marfil y sobre el compositor dejó escrito: “Con este aislamiento completo, Schoenberg sencillamente evitó las cuestiones importantes de su época. Cuando se hizo necesario reflexionar sobre la fraternidad, desapareció en su soledad mayestática, sacrificó una parte de su poder sobre el mundo de lo absoluto a favor de un círculo restringido y, con un incomprensible despliegue de fuerzas, elevó el principio de l’art pour l’art hasta convertirlo en una excéntrica autocracia del genio”. F A arte e arquitectura Antes de la llegada al poder de los nazis, Schoenberg redacta en 1931 una proclama en la que afirma su apego a la cultura germánica (¿profesión de fe?), una posición un tanto ingenua que no le valió para evitar la persecución nazi y la pérdida de su cargo oficial en 1933 al ser considerado doblemente indeseable por su condición de judío y compositor atonal. En su manifiesto de 1931 en defensa del nacionalismo musical germánico Schoenberg afirmaba: “Hasta ahora nadie se ha dado cuenta de que mi música, nacida en suelo alemán, virgen de toda influencia extranjera, es el vivo ejemplo de un arte que puede oponerse con pleno éxito a las aspiraciones hegemónicas latinas y eslavas, pues es un arte esencialmente nacido de las tradiciones alemanas”. El compositor emigra a EE.UU., vive en Los Ángeles donde impartió la docencia y creó obra: Concierto para violín, el cuarto Cuarteto, la Oda a Napoleón, el Trío de cuerdas y Un superviviente en Varsovia. Esta breve obra para coro masculino, orquesta y narrador, está inspirada en testimonios de sobrevivientes del gueto Paul Dessau. de Varsovia. Fue estrenada en 1947 en EE.UU. Paul Dessau (1894-1979). Compositor y director de orquesta alemán. La sinrazón y la barbarie pre-nazi le lleva al exilio en París donde estudiará dodecafonismo con René Leibowitz. Su madre ya anciana se había quedado en Hamburgo, fue trasladada al campo de concentración de Theresienstadt y asesinada por los nazis. Alejándose un poco más de la barbarie alemana se traslada a EE.UU. donde vive diez años y conoce a Brecht, con él que inicia una potente colaboración con El alma buena de Se-Chuan, estrenada por Mitropoulos. Sus últimos años vive en la República Democrática Alemana a la que regresa en 1948 y se convierte en su etapa artística más fructífera colaborando nuevamente con el dramaturgo alemán que influye en su arte escénico a través de la famosa técnica brechtiana del “distanciamiento” “traducido musicalmente por Dessau con su personalísima idiosincrasia, mayormente en la ópera” escribe el compositor Ramón Barce. (7) Un ejemplo entre los muchos que se podrían traer a este artículo es su cumbre operística Einstein donde el oyente es llamado por la música a valorar simbólicamente con imaginación las sombras y las luces discursivas mostradas en el escenario. Sea una muestra el acto primero, cuando los nazis asaltan la casa de Luis Mera Naveiras Cartel para la última fiesta de los miembros de la Bauhaus. 1925. Obra de Wolfgang Tümpel. F A arte e arquitectura 19 MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 20 F A arte e arquitectura El festival de Música de Cámara de Baden-Baden (septiembre de 1929). De izquierda a derecha: Hanns Eisler, Paul Hindemith y Bertolt Brecht. Einstein y destruyen su biblioteca; en ese espacio incorpora el coral de Bach Vom Himmel Hoch en simbiosis con la música rabiosa de la orquesta. Señala Fritz Hennenberg que así simboliza Dessau “la supervivencia del trabajo espiritual pese a la irrupción de la barbarie”. En ese género nítido e inmaculado de la música imbricada con los ciudadanos están las sencillas y populares canciones escritas para Madre Coraje, Puntila y El círculo de tiza caucasiano, llenos de pureza y de fervor, donde se proyectan las realidades puras de la construcción del alba. Su última discografía está en Orfeo con 36 Lieder. Hanns Eisler (1898-1962). Compositor alemán nacido en Leipzig, coetáneo y colaborador de Bertolt Brecht, discípulo predilecto de Arnold Schonberg. En 1927 reside en Berlín y realiza trabajos musicales y publicitarios a favor Durante la guerra civil española, Eisler compuso el himno del 5º regimiento, con letra de José Herrera Petere. del movimiento obrero. Pone toda su creación al servicio de sus ideas y al triunfo de la revolución socialista en Alemania. El genocidio perpetrado por el Tercer Reich no apuntó sólo contra los judíos, también fueron los gitanos, los homosexuales y los partidos políticos de izquierda, mayormente socialistas y comunistas. Esta locura represiva lleva a Eisler al exilio: Viena, París, Londres, Praga, Dinamarca, Moscú y EE.UU. (1935-1936) y de nuevo Europa. Regresa a Nueva York en 1938 como profesor en la New School for Social Research, siendo expulsado por la política del mcarthysmo regresa a Viena instalándose en Berlín en 1950. La vida intelectual de Eisler se desenvuelve íntimamente ligada al compositor Paul Dessau y el ya citado Bertolt Brecht. Su compromiso con la política y la causa de los obreros, no le impide elevar su discurso de música y política a nivel científico e ideológico, alejándose de prescripciones metafísicas y siendo un modelo “para todos aquellos que fanfarronean insistentemente que la música no debe de tener nada que ver con la política” —afirma el estudioso Eckhard Eisler—, con su música política, entendida como creación musical en el sentido de compromiso crítico-social y humanista se convierte así en uno de los compositores fundamentales de esa tendencia básica e innovadora del siglo XX que llevó a definirle como el “Karl Marx de la Música”. En 1961, en una entrevista decía que: “era un honor para él que se le clasificase como músico político”, entendiendo esta afirmación como algo solidamente construido en la formación del artista. Después de 1945 con la nueva política emanada de USA, esos postulados Luis Mera Naveiras 21 estaban asociados al mayor fracaso social y artístico. Sin embargo, en la República Democrática de Alemania y durante los años de la crisis mundial (1957) Eisler impulsó más las colaboraciones con autores que tenían gran influencia sobre el pueblo trabajador: Erich Weinert, Walter Mehring, Franz Jung o Robert Gilbert. Algunas de sus obras son La canción del sello, escrita por Gilbert bajo el seudónimo de David Weber, o La boda roja de Erich Weinert y Schweijk en la Segunda Guerra Mundial y Vida de Galileo (con Brecht). Singulares obras son la Sinfonía alemana o (Sinfonía anti-Hitler) como el mismo la subtituló, el Réquiem a Lenin con textos de Brecht y las Catorces maneras de describir la lluvia (1940). El yo creativo de Eisler es amplísimo y descubre a un compositor sujeto al profundo conocimiento literario, afirma Albrecht Dümling: El catálogo completo de su obra está realizado por Eberhardt Klemm en Berlín en 1973, mientras en nuestro país se editaron entre otros un CD con sus Cantatas de cámara y Canciones en CPO; una serie de Liederr en la casa Orfeo y el Libro de canciones de Hollywood d en la discográfica Koch. Kurt Weill (1900-1950). Nació en Dessau (Alemania), hijo de un cantante de sinagoga. Estudió en la Hochschule de Música de Berlín y fue pianista en los cafés berlineses. En 1921 estudia con Ferruccio Busoni —antidogmático creador que apela a la libertad expresiva— produciendo un fuerte cambio estilístico y de concepción en Weill. En 1927 se encuentra con Bertolt El momento cumbre de la música de Kurt Weill hay que situarlo en los años que van de 1925 a 1933. Utilizando materiales de las melodías de consumo y formas y modos populares como la balada, estableciendo una orquestación rítmica y sincopada, transformó el sentido de la música teatral y del teatro musical. F A arte e arquitectura “leía con entusiasmo a Shakespeare, Sterne, Fielding, Thackeray, Stevenson, Joyce y Waugh, pero igualmente leía a los grandes escritores rusos como Tolstoi, Dostoievski, Chejov, Maiakovski, Babel y Fadeiev”. MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) Emigra a EE.UU con su esposa Lotte Lenya, interprete excepcional de su obra. En el difícil exilio su creación musical estuvo sometida al mercado cinematográfico de Broadway, creando música para la comedia y la pantalla sin mayor interés, pero que va a tener en el gran público reconocimiento y exaltación —a partir de ese momento toda su música anterior es recuperada—, donde la Ópera de tres peniques se convierte en un éxito masivo y el Metropolitan de Nueva York repone en 1979 la aclamada Mahagonny interpretada por Billie Holliday cantando “Speak low” y Ella Fitzgerald “Mac the Knife”. André Prévin que grabó e interpretó su música afirma: “Aunque sólo hubiera escrito la melodía Moritat von Mackie Messer (Maky el Navaja, la emblemática canción de la Ópera de tres peniques), Kurt Weill sería uno de los más grandes compositores de nuestro siglo”. F A arte e arquitectura Edición en dos CD de la Scottish Oper Orchestra & Chorus, dirigida por John Mauceri. Alemania, 1991. Brecht y comienza el período más fructífero e intenso de su creación. Estrena La ópera de perra gorda, adaptación de Brecht de una baladoper inglesa del siglo XVIII, escrita por John Gay y titulada The Beggars Ópera (La ópera para mendigos). En 1930 estrena en Leipzig Ascenso y caida de la ciudad de Mahagonny con gran escándalo entre el público operístico. Predispuesto a rescatar la sensibilidad de la ciudadanía, escribe en 1930 la ópera escolar Die jaseger (El que dice que sí), con texto de Brecht. Representaba el esqueleto de un nuevo proyecto Gemeinschaftsmusik o (música para aficionados), el propio compositor manifestó que estaba escrita “en forma tal que todas las partes (coro, orquesta y solistas) pudieran ser interpretadas por colegiales…” Además, el compositor constataba la aparición de un nuevo público, no sólo el procedente de las escuelas, sino también de la clase obrera.(8). El incendio del Reichstag (28 de febrero de 1938) abre el nuevo espacio político en Alemania, aniquilando el nazismo todas las organizaciones democráticas. Weill está en Paris en el Théâtre des Champs Elysées donde le estrenan su última obra realizada en colaboración con Bertolt Brecht: Los siete pecados capitales del pequeño burgués. En 1986 aparece en España el disco “Lost in Stara-The music of Kurt Weill” en Polygram, interpretada por músicos de hoy: Swing, Lou Reed, Tom Waits o Carla Bley. Luego llegan otras grabaciones, con Los siete pecados y El que dice sí (Der Jasager) de 1930 en edición de ADD; el Concierto de violín y orquesta de viento en Orfeo y hace un par de años Canciones de amor y guerra, paz y exilio con obras también de Eisler, Schultze y otros en DDD. Berthold Goldschmidt (1903-1996). Compositor y director de orquesta alemán. Se exilió en Inglaterra en 1935 gracias a la afición musical de la hija de un oficial de la Gestapo que le facilitó la salida de Alemania, no así a su familia, de la cual perecieron veinticinco parientes en los campos de concentración. Entre su amplia obra, por otra parte muy fragmentada en el tiempo, Luis Mera Naveiras Berthold Goldschmidt. destaca la hermosa Passacaglia de 1925 estrenada por Erich Kleiber. Con Crónica crea el compositor una perturbadora obra de inspiración antifascista escrita para el ballet del también exiliado Kurt Joos —para el que también escribió el compositor español, exiliado republicano y amigo de Goldschmidt, Roberto Gerhard—. En Madrid en 1995 se estrenó La Ciaccona sinfónica de Goldschmidt compuesta en 1936 recién llegado a Inglaterra y expresa el alivio de haber dejado la Alemania nazi. Sobre sus cuartetos indica él mismo en 1995 que “ahonda en la profunda oscuridad, la emoción se expresa con angustia”. En 1997 la cantante alemana Ute Lemper graba para Decca una serie de canciones del compositor alemán, donde la mayoría de los temas bromean sobre la sexualidad, se ríen de los prejuicios burgueses de entonces como es la canción Wenn die beste freudin (Cuando una amiga Karl-Amadeus Hartmann. MÚSICOS EN LA “EMIGRACIÓN INTERIOR” Esta expresión acuñada por el escritor Lion Feuchtwanger, indica la posición de los intelectuales que mantuvieron una actitud de rechazo silencioso y con tomas de posición abiertas o veladamente críticas con el sistema. Entre tantos músicos conocidos y desconocidos (se calcula según las fuentes entre 5.000 y 10.000) están: Karl-Amadeus Hartmann y Hans Werner Henze. Ambos escriben una importante obra musical aislados en la traumática experiencia de la Alemania en guerra y en actividad de genocidio con sus ciudadanos disidentes. Y creo que este hecho explica una de las grandes motivaciones de Hartmann para la libre creación de nuevas propuestas estéticas. Al igual que Henze, el sinfonista más importante de la mitad del pasado siglo que la guerra y la posguerra lo condicionaron profundamente ya de por vida. Con ellos vamos al reino del “silencio interior” para comprenderlos, para “ver” la verdad y la honestidad del exilio interior. 23 Karl-Amadeus Hartmann (19261963). El compositor responde a la inicial barbarie represiva con su obra Simplicius Simplicissimus lejos de todo simulacro y de espectáculo baladí, pretendía re-memorar —en su sentido más etimológico— en la sociedad la memoria democrática y lo hace recuperando y mostrando un personaje de la novela picaresca de Grimmelshauser (1622-1676) con una mordaz crítica contra la F A arte e arquitectura se va) que, cantada por Margo Lion —soprano francesa y esposa del compositor Marcellus Schiffer— y Marlene Dietrich, se convirtió en himno oficioso del movimiento lesbiano alemán. Lo mismo que la canción Mir ist heut so nach Tamerlan (Me es hoy tan próximo), un tema que se burla de las mujeres insatisfechas por el comportamiento sexual puritano de sus maridos y en el que se ridiculiza a una derecha que reclama a un Führer para que acabe con tanto libertinaje. La discográfica británica Decca inició en 1992 la colección Música Degenerada, que se ha convertido en una revelación histórica al descubrir a las nuevas generaciones la obra de los compositores perseguidos por Hitler, entre los que se encuentra Goldshmidt. MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 24 momentos expresivamente líricos. La inmanencia planteada lo lleva a la utilización de melodías tradicionales judías como indicativo de su posición contra la persecución de los judíos. Con motivo de la invasión de Polonia en 1939 escribe el Concerto fúnebre para violín y orquesta que se estrenó en 1940 en Sankt Gallen. Sus últimas composiciones de la guerra son la Sonata para piano con el programático título (27 de abril de 1945). El significado de esa fecha está escrito y es un lema que precede a la partitura: F A arte e arquitectura “El 27 y 28 de abril de 1945, un torrente humano de “detenidos preventivos” de Dachau pasó arrastrándose por La historia que nunca se dijo y actuaciones gloriosaas. Grandes delante nuestro; era directores del III Reich. un torrente interminable, interminable violencia, la guerra, la explotación su miseria e interminable su suy la opresión social. Él mismo se frimiento”. manifestó: “Cuando la época es muy revuelta y se han estremecido sus cimientos, el artista no puede quedarse aparte, y menos aún si se trata de un artista con talento que siente más sutilmente. Debido a ello será político aunque no lo quiera. Lo uno trae consigo lo otro”. Engarzado en esa posición ética actúa el joven Simplicius, intentando provocar una actitud lúcida y vigilante. La tragedia, no está tanto en la línea vocal (muy recitativa), sino en la hondura musical con Eran los presos del campo de concentración de Dachau que un día antes de la liberación americana, las SS obligaron a los prisioneros a emprender la “marcha de la muerte” con el fin de alejarlos de las fuerzas aliadas. En 1995, su amigo y compositor Hans W. Henze transcribió para orquesta sinfónica la obra pianística que recoge tres canciones sin texto del movimiento obrero revolucionario: Hermanos hacia el sol, hacia la libertad, La Internacional y Partisanos del Amur. Hans Werner Henze (1926). El compositor nacido en GüterslohWestfalia es un derrotado enmarcado en el trágico destino alemán. En lo intelectual y en lo personal. Coge su destierro postbélico en 1953 alejándose de la sociedad alemana por su intolerancia con su opción de homosexual y de militante de izquierdas. En lo estético por el rechazo de la elite compositiva y de la Escuela de Darmstadt en la que no son “inocentes” los dirigentes culturales de EE.UU. y la CIA. De Henze está todo dicho en sus memorias publicadas en 2005. Me gustaría remarcar sobre lo leído la idea de forjar, de construir un pasado y la noción de colectividad. Henze es, sin embargo, muy consciente de que está formulando esta reconstrucción del pasado desde el yo, puesto que él pretende explicar su verdad y en ningún momento esconde este subjetivismo, tan propio en su Sinfonía nº 6 (sobre textos de revolucionarios cubanos) o su Sinfonía nº 9 (1997) para coro mixto y orquesta, una mirada a los acontecimientos de la Alemania hitleriana que él padeció. Este prestigioso compositor marxista —que honró a Ho Chi Minh y Che Guevara— y militó en el Partido Comunista de Italia, pertenece al grupo de esos hombres de la izquierda con moral elevada y por tanto, poseedores de unos valores éticos de referencia. En el año 2005 la ONE le dedica un ciclo de Cámara y Polifonía y el Teatro Real una reducida muestra camerística. La discografía editada es varia y amplia destacando las Sinfonías, El Cimarrón en Wergo, conciertos de violín en MDG, piano, de cámara, voz… , toda una muestra para un compositor vivo, dueño de la palabra y la escritura musical en el siglo XX. Luis Mera Naveiras Hasta ahora se tejió la música con hilos de sangre y de dolor. Surgen ahora unas notas sobre otros músicos y sus “circunstancias”, en el decir del filósofo Ortega y Gasset. Porque lo que importa para quien esto escribe, lo que importa siempre es la verdad, la libertad y la música, donde surgieron silencios, asunciones y apoyos al nuevo gobierno hitleriano. Entre ellos nombres famosos que perduraron a lo largo del siglo XX, también personajes inesperados muy vinculados con la política del III Reich. Se podría decir que no hay inocentes ni tontos, indudablemente están también los que eludieron la tragedia desde el interior de sí misma. Unos tuvieron su estilo, su voz solidaria con los colegas músicos de generación y agrupaciones orquestales, otros todo lo contrario. Se intenta registrar lo fundamental de forma breve, porque es “otro exponente del conflicto bélico”, planteándolo como un camino o ruta para encontrarnos a nosotros mismos con las grandezas y las miserias humanas de El mundo está bien hecho (10). Buscar, inquirir, encontrar es el recorrido realizado, tan amplio es que requiere sintetizarlo y elijo unas figuras singulares que pasaron por la desnazificación musical, un ejercicio jurídico-político más de forma que de fondo. Sea un ejemplo Werner Egk que ejerció la dirección de la Ópera Estatal de Berlín y de la sección de compositores del Reich entre 1936 y 1941 y alabadas sus obras por Hitler en 1938. Una vez restaurada la democracia prosiguió su carrera ocupando cargos relevantes, igual que Friedrich Bluma —autor en 1938 de una obra sobre música y raza y editor de la enciclopedia Die Musik in Geschichte und Gegenwart (MGG)—, llegando a conquistar el rango de autoridades musicológicas y sus títulos fueron de referencia en las bibliotecas de las universidades. Semejante actitud tuvieron con Karl Böhm a quien una vez reconstruido el teatro de la Ópera del Estado en Viena nombran director musical, o con Hebert von Karajan, que pudo desarrollar una impresionante carrera musical. Richard Strauss (1864-1949). Compositor y director de orquesta. Cuando Hitler es nombrado canciller, Strauss, que cuenta entonces 69 años, es el compositor más célebre del país. Desde esta situación aceptó la propuesta de Goebbels de presidir la Cámara de Música del Reich, el puesto de mayor rango musical de la Cancillería del Reich, Furtwägler era el Primer Vicepresidente. En 1933 y 1934 dirigió Parsifal después de que Arturo Toscanini, ciudadano honorario de Bayreuth, declinara participar en el festival como protesta por la discriminación de los judíos en Alemania. En esta misma etapa le dedicó una canción a Joseph Goebbels, en marzo de 1935 interpretó ante Hitler su Himno para los Juegos Olímpicos de Berlín, y pocas semanas después regaló el manuscrito de su última ópera Arabelle, a Hermann Göering. En 1935 Strauss envía a la Cancillería del Reich en Berlín este texto dirigido a Hitler: “En expresión de mi más cálido agradecimiento por la hora preciosa, verdaderamente entusiasmante, que me dedicó ayer, me permito transmitirle mis más sinceros deseos de felicidad, y los de mi familia, en el día de su cumpleaños, así como reiterarle mi esperanza de que se conserve usted en perfecta salud por el bien del pueblo y el arte alemanes”. Strauss estrena La mujer silenciosa en 1935 con libreto del judío Stefan Zweig (que se suicidó para no seguir viviendo un mundo sin valores) y es inmediatamente destituido de todos sus cargos en la política musical del Reich. Hans Werner Henze. Antón Webern (1883-1945). Compositor vienés de origen aristocrático. En 1933 cae en la lista negra de los nazis que lo etiquetan como hombre de izquierdas y a su música de “bolchevique”. Cesa en sus cargos docentes y se centra en 25 F A arte e arquitectura ALGUNOS MÚSICOS Y COMPOSITORES EN EL III REICH “Éramos todos nazis: Furtwängler, Böhm, yo…” Hebert von Karajan MÚSICA Y POLÍTICA EN EL HOLOCAUSTO NAZI, (1933-1945) 26 la composición. En abril de 1944 es movilizado y destinado a la policía antiaérea. Desolado por la muerte de su hijo en el frente yugoslavo en 1945, deserta del ejército y huye de la Viena masacrada por las bombas y se refugia en Mittersill, en los Alpes austriacos. El 15 de diciembre es muerto por un soldado americano de las fuerzas de ocupación que acaban de instalarse en el pueblo. Forma parte de la trinidad representativa de la Escuela de Viena con Schoenberg y Berg. El mismo definía su arte musical como “…la presentación de un pensamiento en la forma más clara y sencilla, o lo que es igual, de la manera más comprensible”. De su escasa discografía resaltan las Variaciones Op. 27 interpretadas por Mauricio Pollini y los álbumes de DG con Karajan y el Cuarteto La Salle. F A arte e arquitectura Wilheim Furtwängler (1886- 1954). Hijo de ilustre familia alemana y referencia histórica de la interpretación musical. Antes de cumplir 40 años, ya había sucedido a Richard Strauss como director de los conciertos sinfónicos de la ópera de Berlín (1920), y a los legendarios Arthur Nikisch y Félix Weingartner al frente de la Filarmónica de Berlín (1922) y de la de Viena (1924). Compartió la dirección del festival de Bayreuth con Toscanini, rompiendo sus relaciones con la subida de Hitler al poder y protestar el director italiano por la situación de los músicos judíos. Furtwängler “nadando y guardando la ropa” le escribe a Goebbels en estos términos: “Si la lucha contra los judíos está dirigida principalmente contra los artistas destructivos y privados de raíces, que buscan las exhibiciones decadentes y virtuosismos estériles, entonces es justo (…) pero cuando este ataque está dirigido también contra los verdaderos artistas, esto no es lo mejor para nuestra cultura musical”. (11) La carta fue publicada por el ministro de Propaganda en la que prometía “el más caluroso apoyo” para “los verdaderos artistas”, mientras tanto, el ingenuo compositor no alcanzaba a ver como lo utilizaba el jerarca nazi. Surge otro enfrentamiento con Furtwängler al defender este a Hindemit y programarlo con la orquesta, un posicionamiento público del director que lo lleva al enfrentamiento personal con Hitler. 27 Inauguración de la Cámara de Cultura del Reich en la sede de la Filarmónica de Berlín dirigida por Wilheim Furtwängler, el 15 de noviembre de 1933. “Está totalmente con nosotros. Reconoce los grandes logros. Pero tiene pequeñas exigencias, sobre todo con respecto a la crítica y a Hindemit. Por lo demás está en nuestras filas”. El compositor exiliado alemán Hanns Eisler le acusó de “(…) hacer presentable el régimen sanguinario de Hitler (…) se había hecho cómplice de homicidios, incendios, rapiñas, robos, fraudes, torturas a los indefensos y, sobre todo, de haber silenciado la verdad”. Carl Orff (1895-1982). Compositor alemán muy conocido por su famosa cantata Carmina Burana estrenada en 1937 en Frankfurt, obra de gran éxito a lo largo de la contienda bélica. La obra adapta un estilo “nuevo”, buscando el efecto inmediato en el oyente. Esta estética se alinea con el llamado vitalismo, corriente que gozó de las simpatías del régimen nazi. El compositor muniqués se ilumina en la “verdad revelada” por Hitler y gira en torno al gobierno, lo que le reportó buenos y amplios beneficios y encargos ideológicamente comprometidos como la versión “aria” del Sueño de una noche de verano (Mendelssohn estaba proscrito, el monumento de bronce y granito levantado en Leipzig fue desmontado en 1936), y sigue componiendo cuando Alemania ya estaba perdiendo la guerra (1944), ofreciendo una Oda al Cumpleaños del Führer, r momentos en que otros compositores oportunistas como Richard Strauss empezaban a crear una prudente distancia con el poder, recuerda Claudio Uriarte, entre otras importantes novedades. A nivel pedagógico creó el método Orff de enseñanza musical. Finalizada la guerra pasó por el proceso de desnazificación junto con Egk, Böhm y la soprano Elisabeth Schwarzkopf, a la par que un grupo de menor relieve. Esta desnazificación musical está considerada como la más lenitiva y tímida de las realizadas después de la gran guerra. Hebert von Karajan (1908-1989) Muy pocos desconocen el personaje totalizador de Karajan. Imagino que menos saben de su afiliación al partido nazi con el “carnet nº 1.607.525, según los archivos del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) que fueron recogidos por la fuerzas de ocupación y facsimilados en 1982” (12) Su ambición le condujo a ser el más joven director de Música del Reich y con este brillante inicio se dedicó a eclipsar a Furtwängler de la mano de Goering, mientras Goebbels protegía la anodina personalidad del veterano y gran director alemán que pierde la dirección de la Filarmónica de Berlín a favor del joven Karajan. Finalizada la guerra Karajan estuvo perseguido por sus vinculaciones con la Alemania hitleriana, presentado por Goebbels como un símbolo de la raza aria, dirigió los conciertos institucionales y fue embajador de Alemania en los países amigos y ocupados. Poco antes de finalizar la F A arte e arquitectura Presionado por éste Furtwängler abandona en diciembre de 1934 la dirección de la Filarmónica y de la Ópera Estatal de Berlín. Coexistió pacíficamente con el nacional-socialismo, se sirvieron desvergonzadamente de él con fines propagandísticos dirigiendo la orquesta en las grandes ceremonias del partido y en los países ocupados, acompañado siempre por un cortejo de las SS. “Ha prestado grandes servicios en el extranjero”, anotaba satisfecho Goebbels. A finales de 1936, Goebbels, reconciliado con Furtwängler se expresó de esta manera tan entusiasta a propósito de la renovada fidelidad política del director: F A arte e arquitectura Cartel de la gira por Japón en 1957. guerra huye a Italia donde es descubierto —era el músico más perseguido de los que se encontraban en las listas negras—, y con dificultades logra recomponer su actividad musical en Viena después de pasar por el proceso de desnazificación. Él, áspero y sabio como la pasión, preciso y secretista, vuelve a Alemania y con absoluta autocracia domina Bayreuth y la Filarmónica de Berlín, mientras que sus giras por EE.UU. eran denunciadas y fue excluido del Metropolitan junto a la gran soprano nazi Elisabeth Schwarzkopf. Las hemerotecas recogen también su ostentosa vida de hombre rico con jet y yate privado y “sus magnificas obras de arte: Picasso o Renoir” (13). David Cairns, crítico británico, dice de Karajan. “Belleza sin forma, sonido sin significado, poder sin razón, razón sin alma (…) Se dice que un día las máquinas compondrán sinfonías. Por ahora, se limitan a tocarlas” (14) Norbert Schultze (1911-2002). Compositor alemán especialmente vinculado con el nazismo y tal vez él más incardinado en el sistema. Finalizada la guerra vivió sus últimos años en Mallorca. Él reconoce en una entrevista realizada por Stefan Scheuermann (15) que ingenuamente le “besó el culo al diablo”, aunque matiza que no lo supo hasta 1945. Su educación de carácter muy prusiano —su abuelo era rector de la Universidad de Colonia y le molestaba que se nombrase a tantos judíos para cargos importantes. Me decían que en la Ópera de Colonia todos eran judíos y que no me darían trabajo— le llevó no sólo al respeto a la autoridad, sino a no cuestionar su ejercicio. Nosotros no sabíamos nada, la generación de hoy sí conoce el Holocausto. Afirma que vio como se llevaban a los judíos, algunos amigos suyos, pero ¿de qué hubiera servido defenderlos? De su amplio catálogo se puede destacar la exitosa canción de Lili Marleen, letra que expresaba la añoranza de los soldados por la patria y por la amada. La canción fue grabada en disco por Lale Andersen, detenida más tarde por la Gestapo, acusada de mantener contactos con disidentes políticos en Suiza. Otras obras creadas por Schultze son el Führer manda elegida directamente por el ministro de Propaganda Goebbels: “Hoy me da vergüenza, no quiero que me lo recuerden. A Goebbels apenas lo miré, sólo vi a mi ministro e interiormente me cuadré. Él era jovial, cortés, amable. No me trató como a un súbdito (…)”. Compuso la música para las películas: Feuertaufe sobre la invasión de Polonia; Bomben auf Engeland sobre la batalla de Inglaterra y escribió la marcha Panzer rollen in Afrika vor (Los tanques avanzan sobre África) a petición del mariscal Rommel y ¡Führer, befiehl, wir foljen dir! (Führer, a tus ordenes, te seguimos) encargada por Goebbels con motivo de la proclamación de “la guerra total”. Un “Da capo” como reafirmación de las intenciones de este artículo que no son otras que intentar sacar del hermetismo, “abrir las puertas al campo” (Antonio Machado), a una parte de los artistas que sintieron, entendieron y ejercieron la mejor tradición humanística, más aun cuando los vientos de la muerte asolaban Europa. Estos compositores y tantos otros que sufrieron la persecución nazi tuvieron que soportar la total indiferencia hacia su obra cuando, en los años cincuenta y sesenta, los dirigentes de las vanguardias y posvanguardias musicales intentaron expulsarles de la historia de la música siguiendo los dictados estéticos marcados por Pierre Boulez y Stockhausen emanados desde los EE.UU. como apunta la historiadora Frances Stonor en su investigación La CIA y la guerra fría cultural. Muchas frustraciones, amarguras, muchos desánimos y silencios rodearon la vida de estos artistas. Otros no menos relevantes no salen a la luz por razones de espacio. Pero para tanto silencio también está la información de El País de 21-08-2010 con un reportaje sobre “El sonido del Holocausto” cuya entradilla dice: “La orquesta formada por 16 violines pertenecientes a judíos víctimas del nazismo sale de Norbert Schultze en su casa de Mallorca. Luis Mera Naveiras Israel en una gira europea” y una de las etapas de la gira será en Madrid en enero de 2011. El proyecto, bautizado como “Los violines de la esperanza” reune a los mejores instrumentistas de su género entre los que se encuentra el israelí Shlomo Mintz, un músico del testimonio, del dolor y la nostalgia. El violinista Mintz tocó recientemente ante el barracón donde mal moría Alma Rosé (del Cuarteto Rosé) en Auschwitz. Finalizo ya casi afirmando que el pensamiento musical “degenerado” subsiste aunque penosamente, obviamente con otras formas y otras estéticas, representado por las escasas inteligencias críticas que todavía existen y que no se han integrado en las mesnadas del Sistema, aunque escépticos afirmen que al hombre y a la mujer de hoy ya nada le apasiona. Es esta una alocada carrera de unos y otros. Quizás con los tiempos que corren no resulte demasiado aventurado suponer que los tiempos mientan, porque tampoco es excesivo pensar que tanta “pasiva” indiferencia junta sea una puesta en escena del propio poder más que una pirueta de los hombres y mujeres de la cultura, en verdad tantas veces preocupados por reivindicar la redondez de sus propios ombligos. Por más que le pese a alguno, el tránsito a una nueva época está abierto, llámese siglo, milenio, o lo que se quiera. Como única baza pienso que es necesario apostar por ese futuro humanista. Por ese logos y esa praxis de pensamiento y acción que genera la totalidad de lo que existe. Porque —lo apuntó Pascal— sólo el hombre supera infinitamente al hombre. Es esta la prograsión. Mintz toca ante el barracón de Alma Rosé en Auschwitz. Foto: Lucille Reyboz. FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA The Reichsorchester. The Berin Philharmonía and the Third Reich. Enrique Sánchez Lansch, Eikon Media, Berlín, 2007. Messiaen par lui-même. 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