P arece contradictorio, pero si comparamos el estado actual de la música clásica en España con un edificio recién construido, resultaría sencillo concluir que estamos ante una construcción de cimientos sólidos pero, inexplicablemente, inestable. Un gran edificio con alguna que otra grieta en su estructura que, si bien no supone amenaza para el presente, de no subsanarse podría serlo en el futuro. Los cimientos de ese edificio musical –continúo con el símil– se levantaron poco a poco, con mucho esfuerzo y entusiasmo, a lo largo de los últimos veinticinco años, en paralelo a la construcción de ese otro gran edificio que es nuestro sistema democrático. Y son resis- SÓLIDOS CIMIENTOS PARA UN EDIFICIO INESTABLE tentes gracias a que ha surgido una red de auditorios y salas de conciertos envidiable y envidiada –el de Tenerife, proyectado por Santiago Calatrava, y el Baluarte de Pamplona son los dos últimos ejemplos a sumar a una larga lista–, a la proliferación de orquestas por toda nuestra geografía –más de treinta– y de festivales, varios ya con más de medio siglo de historia, a la existencia de una afición cada día más numerosa, preparada y exigente, y gracias también a una enseñanza de la música que, aunque susceptible de mejoras, ha ganado en cantidad y calidad, y a la que debemos en gran medida un nivel artístico en nuestros intérpretes como nunca hasta ahora. Pero algo falla en ese edificio. Algo falla si son todavía poquísimos los españoles que acuden al menos una vez al año a un concierto de música clásica o a una CARLOS MÍNGUEZ PRIETO representación de ópera, o si nuestras orquestas dedi- Jefe de la Sección de Espectáculos de la Agencia EFE can sólo un dieciséis por ciento de su repertorio a la música española, según datos recientes de la Fundación Autor. Algo no acaba de funcionar en ese edificio recién estrenado, bien porque los materiales con los que se construyó no tenían la calidad exigida, bien porque hubo fallos de diseño, bien porque el trabajo se hizo con prisas y sin la planificación necesaria... El edificio que creíamos modélico, y lo es en muchos aspectos, habitable y moderno, al mismo tiempo es inestable. El año pasado, 2003 –objeto de análisis en esta exhaustiva memoria sobre consumo cultural a la que nos tiene acostumbrados la SGAE–, que comenzó con sonidos de tambores de guerra y concluyó con la vergüenza de miles de víctimas inocentes en Irak, ha vuel- 98 to a dar síntomas de esa debilidad estructural en el edi- que ha cumplido veinte años, los mismos que el Centro ficio de nuestra música clásica. Enumerarlos todos resul- para la Difusión de la Música Contemporánea. taría prolijo y aburrido, de ahí que me limite a recordar En 2003, el de la despedida silenciosa de los esce- en estas líneas los que, a mi juicio, llamaron más la narios de la gran señora del piano que ha sido y es Ali- atención, y completar la información con aquellos cia de Larrocha –deja tras de sí una carrera de más de hechos más relevantes de una actualidad musical sin setenta años de coherencia artística y honradez musi- grandes sobresaltos. cal–, volvió a ser evidente la extrema debilidad del El pasado fue un año de bronca en algunas orques- soporte económico de un entramado musical excesiva- tas. Un año de huelgas, paros, cambios artísticos y mente dependiente del erario público, y sin que el gerenciales polémicos, plantes... Ejemplos hay muchos, mundo de la empresa, la gran empresa, se decida a pero especialmente “desafinados” son los de la Real intervenir con ganas y continuidad. El Estado y el resto Orquesta Sinfónica de Sevilla, al borde de la quiebra de Administraciones públicas se han mantenido como económica y artística, y el de la Filarmónica de Málaga. los grandes promotores y productores de conciertos Y uno por encima de todos: la Orquesta Nacional de que siempre han sido, tentados por el “mucho ruido y España, de historia más que convulsa en las últimas pocas nueces” de los grandes espectáculos mediáticos décadas. para grandes figuras mediáticas. Frente a ello es de Una Orquesta Nacional de España que el Ministerio resaltar el encomiable trabajo de entidades como la de Cultura quiere sin funcionarios, algo a lo que sus Fundación Caja Madrid y su decidido apoyo a iniciativas músicos se resisten con uñas y dientes, más preocupa- como la Semana de Música Religiosa de Cuenca o el dos por su cartera o por mantener antiguos privilegios Ciclo de Lied del madrileño Teatro de La Zarzuela. La que por tener contento a su público (más paciente que falta de apoyos públicos y privados fue la causa de la el santo Job) o por mejorar un nivel artístico unánime- desaparición de los ciclos sinfónicos que otra funda- mente en entredicho. La llegada de Josep Pons, un ción, Promúsica, programó durante años, con valentía y director joven, de prestigio, inquieto, trabajador, con sin atender a razones puramente mercantiles, en muchas y brillantes ideas, excelente programador, al Madrid, Barcelona, Bilbao y otras importantes capitales podio titular de la ONE no ha logrado poner paz en de provincia. donde casi siempre hubo bronca –que se lo pregunten La crisis mundial en la industria discográfica, que ha a López Cobos–, a pesar del buen recibimiento dispen- provocado multimillonarias pérdidas económicas, en sado al músico barcelonés dentro y fuera de la Orques- gran medida por la piratería, un cáncer que si en algún ta. Un nombramiento que ponía fin a un paréntesis de país se ha extendido con rapidez e intensidad ha sido en nueve años sin director titular. el nuestro, se tradujo también aquí en un descenso alar- Si muchos pensaron que con la llegada de Pons los mante en la venta de discos –no hubo semana sin des- “viejos vicios” de la ONE pasarían a ser cosa del pasa- pidos en las compañías– y en el número de grabaciones. do, los plantes más recientes –el nuevo Gobierno socia- Simultáneamente se produjo un incremento de la ofer- lista tiene ahí, en Cultura, un duro hueso que roer– han ta de DVDs. demostrado que no es así. “Corren el peligro de que el Aunque la proyección internacional de nuestra público llegue a la conclusión de que es una orquesta música sigue siendo una asignatura pendiente, el año prescindible”, decía a las claras un editorial de la revis- pasado se dieron pasos que, aunque escasos, contribu- ta Scherzo. yeron a debilitar ese muro que nos mantiene todavía Tras 18 años de vida, la Orquesta de Cambra del aislados. Así, en agosto, Cristóbal Halffter se convirtió Teatre Lliure de Barcelona fue disuelta. Aunque no todo en el primer compositor español que estrena en el pres- fueron calamidades en el parque de nuestras orquestas. tigioso Festival de Salzburgo. Adagio en forma de ron- Ahí está la joven, y llena de proyectos, Sinfónica de dó es el título de su obra, un encargo del Festival, ins- Extremadura, o la Joven Orquesta Nacional de España, pirada en los atentados del 11-S en Nueva York y 99 Washington, y que fue interpretada por la Filarmónica cantera son de elogiar sus programas de ópera en fami- de Viena dirigida por Semyon Bychkov. lia o para los más pequeños y, en materia pedagógica, España, y más concretamente el Festival de Canarias, que tuvo como invitados destacados a dos grandes En el Teatro Real la llegada anticipada de Jesús de la dirección de orquesta, Riccardo Chailly y Ricardo López Cobos a la dirección musical completó el “triun- Muti, fue el lugar escogido por el compositor alemán virato” que dirige el coliseo de la madrileña Plaza de Karlheinz Stockhausen, ese músico que cumplidos los 75 Oriente, con Inés Argüelles en la gerencia, empeñada se mantiene provocador, original y coherente, para el en hacer cuadrar las cuentas, y Emilio Sagi, volcado des- estreno mundial de Sonntag (Domingo), quinta y última de la dirección artística en conseguir que forme parte escena de su ciclo operístico Licht (Luz), en el que comen- del circuito mundial de grandes teatros de ópera. zó a trabajar en 1977 y que dura más de treinta horas. El Real vivió momentos memorables, como el mano La zarzuela, tan popular pero con tan escasa pre- a mano entre Plácido Domingo y la soprano alemana sencia en los teatros –sólo en Madrid es posible encon- Waltraud Meier, una de las mejores voces wagnerianas trar una temporada estable–, en los catálogos de las del momento, en una “Walkiria” excepcional con la fir- discográficas y en las agendas de nuestras grandes ma escénica de Willy Decker; o Las bodas de Fígaro voces, las mismas que no dudan en alabar sus excelen- mozartianas, que contaron con Antoni Ros Marbá en el cias, viajó al extranjero, algo realmente insólito. En foso y Barbara Bonney en el reparto. También un Milán, en la Scala, la zarzuela vivió una noche de Holandés errante ejecutado con maestría por Daniel esplendor con una Luisa Fernanda, de Moreno Torroba, Barenboim y sus huestes berlinesas, que vinieron a en la que cantó Plácido Domingo y que tuvo a Emilio Madrid por cuarto verano consecutivo y último, ya que Sagi en la dirección artística. Sagi dirigió también el su elevado “caché” hace difícil su contratación, en esa montaje de La Generala, de Vives, que viajó a Viena, a obsesión de los políticos por el “déficit cero”. la Volksoper, la gran casa de la opereta vienesa, a comienzos de año. 100 sus talleres con jóvenes cantantes. Y de entre todos los acontecimientos vividos en el Real, el estreno mundial de la primera versión escénica El madrileño Teatro de La Zarzuela recibió la buena del Merlín de Isaac Albéniz, la primera ópera de una tri- noticia del regreso a su dirección artística de José Anto- logía sobre la leyenda del Rey Arturo, con libreto del que nio Campos, con quien este templo del género lírico fuera mecenas del compositor catalán, el banquero lon- español ya había vivido en los años ochenta una de sus dinense metido a poeta Money-Coutts. En el foso, al etapas más brillantes, y dio al cineasta Jaime Chávarri frente de la Sinfónica de Madrid, estuvo quien durante una oportunidad como director de escena, con uno de todos estos años ha trabajado, con paciencia y minucio- los títulos más populares del repertorio, La rosa del aza- so afán de arqueólogo, en la recuperación de la obra líri- frán, del maestro Jacinto Guerrero. ca de Albéniz: el director de orquesta José de Eusebio. La actividad operística continuó en 2003 el ritmo Una huelga injustificada, que apenas duró veinti- ascendente de años anteriores. Cada año son más las cuatro horas, deslució la inauguración de la séptima ciudades, aparte de Madrid y Barcelona, que disfrutan temporada de ópera del Real, que días antes había teni- de una temporada más o menos estable de ópera o los do que soportar los caprichos de diva de la soprano festivales de verano que en sus programaciones –Gra- rumana, y una de las grandes del “star system” operís- nada, Peralada, Santander, Quincena Donostiarra...– tico, Angela Gheorghiu, la primera “megaestrella” que ofrecen ópera. Pero sigue siendo un espectáculo caro deja plantado al Teatro. Ella argumentó que se iba por para el común de los mortales, muchas veces elitista, al no ofender a Verdi y porque La Traviata con la que iba que sólo a cuentagotas pueden acceder nuevos públi- a debutar en Madrid le parecía “subida de tono”. La cos, tarea en la que, sin embargo, siguen empeñados realidad demostró que el montaje de Pier Luigi Pizzi era los dos grandes teatros de ópera españoles: el Real elegante y respetuoso con la obra, como lo son todos madrileño y el Liceo barcelonés. En su afán por hacer los trabajos del director de escena italiano. Y hubo más de uno que, malévolo, dejó caer que la Gheorghiu dio participación de los actores Aitana Sánchez-Gijón y el “la espantá” tras escuchar en un ensayo a la soprano argentino Darío Grandinetti–, en el de Peralada –Robert del segundo reparto, la francesa Norah Amsellem. Wilson presentó su espectáculo para la Trienal del Ruhr El Liceo anunció un cambio en la dirección musical La tentación de San Antonio, con música y letra de Ber- –Sebastian Weigle, asistente de Barenboim, sustituirá a nice Johnson sobre un texto de Flaubert– y en la Quin- Bertrand de Billy– y su director general, Josep Caminal, cena Musical Donostiarra, con un Juan Diego Flórez –el pidió más dinero a las Administraciones, con el firme tenor peruano se afianza como una de las mejores voces propósito de incrementar el número de funciones y del momento– en un recital belcantista de arrebato. abonados y, ante todo, mejorar la calidad de sus conjuntos estables, coro y orquesta. Fue el año del adiós definitivo al tenor y barítono alicantino Pedro Terol y al compositor y músico catalán Hubo mucha y buena ópera en Madrid y Barcelona. Joaquín Homs, que fallecieron ya nonagenarios, y el del Mucha y buena música lírica en el año en el que la reconocimiento a dos músicos jóvenes y andaluces, de ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera), un gran talento: el barítono malagueño Carlos Álvarez y el ejemplo de buen hacer, cumplió medio siglo de vida. compositor gaditano José María Sánchez Verdú, gana- Pero también en La Coruña, en Sevilla y Jerez, en Bilbao dores ambos del Premio Nacional de Música. –una espléndida Alcina de Haendel en el Euskalduna Vivimos un 2003 de luces y sombras en lo musical, con dirección musical de Christophe Rousset y sus un año que comenzó con la amenaza de una nueva Ley Talents Lyriques– y Santander..., en el Festival de Grana- de Propiedad Intelectual, elaborada sin consenso y en da –Juana de Arco en la hoguera, oratorio dramático de secreto, al margen del mundo de la creación, iniciativa Arthur Honegger sobre un poema de Paul Claudel y la que, afortunadamente, no prosperó. 101