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LOCKE, John (1964): Two treatises of government (ed. de Peter Laslett), Cambrigde, Cambridge University Press. MAINE, Sir Henry J.S. ( 1 9 7 9 ) : El derecho antiguo, México, Extemporáneos (publicado originalmente en 1861). MALINOWSKI, Bronislaw ( 1 9 7 3 ) : Argonautas del Pacífico occidental, Barcelona, Península (publicado por primera vez en 1922). — ( 1 9 6 3 ) : Crime and custom in savage society, Londres, Routledge & Kegan Paul (publicado por primera vez en 1926). MORGAN, Lewis Henry ( 2 0 0 0 ) : Ancient Society, New Brunswick, Transaction Publishers (publicado por primera vez en 1877). RADCLIFFE-BROWN, A.R. ( 1 9 7 2 ) : Estructura y función en la sociedad primitiva, Barcelona, Península (publicado originalmente en 1952). Introducción Las sociedades contemporáneas occidentales son sociedades s u m a m e n t e complejas: de esta c o m p l e j i d a d surge la dificultad p a r a su análisis. T a n t o sociólogos c o m o antropólogos sociales estarían de acuerdo. Desde siempre los antropólogos sabían que las sociedades que o r i g i n a l m e n t e estudiaban e r a n sociedades más simples que las suyas de procedencia y p o r ello se prestaban a u n análisis holístico — e l hecho social t o t a l de M a r c e l Mauss (1971). A u n q u e los sistemas de parentesco y m a t r i m o n i o de las sociedades simples aparecían c o n u n a e n o r m e complejidad comparados con los de las sociedades occidentales contemporáneas, n o p o r ello dejaban de insistir en las estructuras elementales del parentesco de las p r i m e r a s y del pasaje a las est r u c t u r a s complejas de las segundas (modelos mecánicos vs. modelos estadísticos). ~Por más paradójico que parezca, es precisamente el hecho de estudiar sociedades c o n estructuras simples l o que más nos puede ayudar para entender las sociedades complejas. E n las p r i m e r a s podemos estudiar procesos sociales en cierta f o r m a nítidos que n o es posible o es e x t r e m a d a m e n t e difícil detectarlos en las segundas. Así, p o r ejemplo, las estructuras del parentesco, los mecanismos básicos del p o d e r o los procesos de ident i d a d social se ven con más c l a r i d a d en esas sociedades. A u n q u e estos mecanismos elementales se e n c u e n t r a n en las estructuras complejas, n o son, s i n embargo, fácilmente perceptibles a me- 68 69 nos que p r e v i a m e n t e se h a y a n estudiado en las estructuras simples. E l proceso inverso también se da: el estudio de las estructuras complejas nos a y u d a n a entender estructuras más simples, pues l a f o r m a cristalizada de u n a institución nos advierte de l a existencia de formas e m b r i o n a r i a s de t a l f o r m a que, si no viéramos las p r i m e r a s , posiblemente n o caeríamos e n la cuenta de la realidad de las segundas. Desde este contexto, deseo i n t r o d u c i r la antropología a l m u n do del derecho: de las n o r m a s sociales, de los derechos, de las obligaciones, de las sanciones. Pero sería ingenuo introducirnos al Rececho, si n o nos introdujéramos a l m i s m o t i e m p o a l m u n d o del poder y |fl p n l f t i m E l derecho y el poder, s i n embargo, n o se hacen inteligibles sin adentrarnos en el m u n d o de l a cultura. T r e s p r o b l e m a s particulares — a u t o r i d a d , legalidad, .lepitimiIdad— que p r e o c u p a n a los ciudadanos y a los estudiosos del perecho y de la política, merecen destacarse. Así, pues, desarrollaremos e n el presente t r a b a j o c u a t r o temas: p r i m e r o veremos la distinción entre n a t u r a l e z a y cultura; en segundo lugar, t r a t a r e m o s de l a c u l t u r a ; en tercero, abordaremos el p o d e r y la política; p o r último, h a r e m o s u n a incursión en el c o n t e n i d o de los conceptos de a u t o r i d a d , legalidad y legitimidad. I. Naturaleza y cultura Quizá sea sorpresivo p a r a los n o antropólogos que l a reflexión p r i m a r i a y fundadora de l a antropología sea l a de l a aparición m i s m a del derecho, del u n i v e r s o de las reglas. E n efecto, si quisiéramos investigar qué d i s t i n g u e a la c u l t u r a (de alguna u otra f o r m a l a m a t e r i a f u n d a m e n t a l de l a antropología) de la naturaleza, encontraríamos que l a naturaleza n o i m p o n e reglas, sino actúa espontáneamente; l a c u l t u r a , p o r el c o n t r a r i o , i m p o ne reglas sobre l o que n o es necesario, sobre l o que puede ser de otra manera: l a c u l t u r a es l a irrupción de lo a r b i t r a r i o en la naturaleza. Reflexionando sobre el universo de las reglas con Lévi-Strauss (1949) podríamos d e c i r c o n toda p r o p i e d a d que la "cultura c o m i e n z a cuando t e r m i n a l a naturaleza. De aquí que u n tema pivote de la jejlexión, antropológica sea el de la^prolijb> ción del incesto, pues es l a única regla verdaderamente univer70 sal que se han dado todas las culturas. Las otras reglas son particulares. Ahora bien, la prohibición del incesto es paradójica pues proviene simultáneamente de la naturaleza (universalidad) y de la cultura (es una regla con sanciones severas, incluso de carácter místico, para los infractores en todas las culturas): la aparición de la prohibición del incesto no es la cultura, pero sí el tránsito de la naturaleza a la cultura. H a y u n ^conjuijto de fenómenos estrechamente relaciona^ dos con la prohibición del incesto: exogamia, organizaciones dualistas, matrirnonio^pfererencial entre primos cruzados aos yy prohibición entre primos paralelos, terminologías del parentes;ntes- * i co. T o d o este conjunto de fenómenos se explica si y sóloi si_se/ concibe que la estructura del parentesco es una estructura ira de / inte^cambj^matrimonial: es la base de la sociabilidad misma en sentido fueríéT ~~ " " V o y hacer hincapié entre el matrimonio preferencial entre; primos cruzados y la prohibición entre paralelos. Es muy K /frecuente que las sociedades de estructuras simples reputen la y J descendencia por una sola vía, patrilineal o majrfineal. Los pri• mos cruzados SOTTUJOS ctéTieTnianoscIe diferente sexo (hermano y hermana); los paralelos, hijos de hermanos del mismo sexo (hermano y hermano, hermana y hermana). A h o r a bien, ¿porl qué se permite el matrimonio entre primos cruzados y se prohí- \ \ $ be entre paralelos? Obviamente que nojexiste ninguna razón V, biológico-genética^ conteni^ dc^cuJturaT^dütren^ con atención caerá unoSn-TaTi ' " C u e n t a q u e T ^ ~ p l i i n o s cruzados pertenecen a dos grupos de < descendencia mientras los paralelos son del mismo grupo. Aquí s entra la mente humana haciendo separaciones que no existen < en la naturaleza y después cerrando l a separación mediante el don sintético más valioso para una sociedad: el intercambio de mujere£ " " t p i + W W — H a g o notar, al mismo tiempo, que l a identidad del grupo no tiene contenido cultural diferente: son miembros de l a misma cultura. E n t e n d e m o s entonces que el me£anismo.^lernen-^ t^l ^eJaijJgn^cLad no se_si£u g_ ne ce^ari«'ftáfit^ne^rd4*ér^ad ciflttfraine es^gyj^gjpr la acción arbitraria de la mente humana de s e p a r ^ y j ^ i ^ g g ^ i r (cultura)jo^ue^l^ijiaturalezario djjgjrj^rmAndré L e r o i - G o u r h a n ( 1 9 7 1 : 29) en su libro E l gesto y la pa71 \ \ j i ' \ ) í j J 1 labra nos rescata u n texto de G r e g o r i o de N i s a de s u Tratado de la Creación del Hombre, escrito e n el 379 de n u e s t r a era, donde establece e l vínculo entre e l útil — l a m a n o — y l a f a c u l t a d s i m bolizante — l a boca—: Así, gracias a esta organización, es como el espíritu tal como un músico, produce en nosotros el lenguaje y llegamos a ser capaces de hablar. Este privilegio no lo tendríamos, sin duda, jamás, si nuestros labios tuvieran que asegurar, para las necesidades del cuerpo, la tarea pesada y penosa de la nutrición. Pero las manos se encargaron de esta tarea y liberaron la boca para el servicio de la palabra. ' Sintetizando el a r g u m e n t o d e l l i b r o de L e r o i - G o u r h a n (op. cit.) hago n o t a r que l a (Meigr^da^decisrva de l a especie h u m a n a respecto a otras esjDgc¿es^tnimales esta e n la^éuádrupfó liberación o extensión humanasria~experiencia i n m e d i a t a p o r el símbolo, l a m e m o r i a i n d i v i d u a l p o r l a del g r u p o social, l a m a n o p o r el útil, el cerebro p o r l a máquina electrónica. Podríamos, quizá, añadir u n a ((¡uínTupJ?! los i n d i v i d u o s y las unidades domésticas p o r l a organización s o c i a l . 1 2 Su a r g u m e n t o , s i n embargo, es más complejo pues trata de m o s t r a r n o s el soporte biológico de l a evolución de l a especie h u m a n a y que tenemos que tener e n cuenta c u a n d o nos aventuramos a disertar sobre l a c u l t u r a . L e r o i - G o u r h a n se hace a sí m i s m o l a p r e g u n t a explícita sobre los criterios c o m u n e s a la totalidad de los hombres y sus antepasados p a r a dejar de forjar fantasías sobre l a evolución h u m a n a s i n n i n g u n a base científica o c o n u n a base científica equivocada. Se responde, y p r u e b a su argumentación a l o largo del l i b r o que he estado citando, e n estos términos {op. cit.: 23-26): 1. E n u n a teoría d e l c o n o c i m i e n t o m á s r a d i c a ] q u e s u p e r e t a n t o a l realismo inge- n u o c o m o a l crítico, postularía q u e s e d a u n a l i b e r a c i ó n o extensión d e l p e n s a m i e n t o — l o v e r d a d e r a m e n t e r e a l d e l a « r e a l i d a d » — p o r e l s í m b o l o acústico o gráfico o r e p r e - El primero y el más importante de todos [los criterios] es la posición vertical [...] Otros dos criterios son corolarios del primero: la posesión de cara corta y manos libres durante la locomoción. La libertad de la mano implica casi obligatoriamente una actividad técnica diferente de la de los monos, y su libertad durante la locomoción, unida a una cara corta y sin caninos ofensivos, impone la utilización de órganos artificiales que son los útiles. Posición de pie, cara corta, manos libres durante la locomoción y posesión de útiles son verdaderamente los criterios fundamentales de la humanidad. Esta enumeración deja completamente de lado las características de los monos, delineando al hombre de modo irreconciliable con las formas de transición en las cuales se habían complacido los teóricos antes de 1950. Las condiciones humanas de posición vertical desembocan en las consecuencias del desarrollo neuropsíquico que hacen del desarrollo del cerebro humano algo más que u n aumento de volumen. La relación entre la cara y la mano permanece tan estrecha en el desarrollo cerebral como en el pasado: el útil para la mano y el lenguaje para la cara son dos polos del mismo dispositivo. T e r m i n o c o n u n a bellísima cita del m i s m o a u t o r {op. cit.: 261): Si, u n día, las máquinas electrónicas escribieran piezas de teatro perfectas y pintaran cuadros inimitables, podríamos planteamos serias preocupaciones. Si llegaran a amar, la suerte de la especie zoológica estaría liquidada. C o n c l u y o este apartado. P o r u n a parte, l a aparición de l a c u l t u r a se d a c o n l a aparición de l a regla o quizá c o n m a y o r fuerza^podriamos_decir q u e c u l t u r a y regla s o n j a m i s m a cosa. E l derecho. Dor*taríto,~esra i n s c r i t o e n l a c u l t u r a Q'TÍ^PK'T'" j c u l t u r a . Por l a otra, l a especie h u m a n a se d i s t i n g u e de las otrasl especies animales p o r l a quíntuple liberación o extensión de la experiencia i n m e d i a t a p o r los signos y símbolos, l a m e m o r i a i n d i v i d u a l p o r l a de l a sociedad, l a m a n o p o r e l i n s t r u m e n t o , el cerebro p o r l a c o m p u t a d o r a , los i n d i v i d u o s y las unidades domésticas p o r l a organización social. p s sentación m a t e r i a l m e n t a l y p o r e l s í m b o l o o b j e t o e x t r a m e n t a l « n a t u r a l » o c r e a d o p o r el h o m b r e . L a «realidad» extramental, e n este contexto, n o e s más q u e u n símbolo del p e n s a m i e n t o , y l o s símbolos q u e t r a t a m o s d e a n a l i z a r l o s antropólogos y semiólogos s o n símbolos d e símbolos. 2. A d a m s , 1 9 7 5 . 72 73 II. L a cultura E l c a m p o a m p l i o en q u e se presenta l a discusión es el de l a relación entre c u l t u r a y c o m p o r t a m i e n t o : ¿es pertinente_conceb i r el coirmortainierrt^^ de t a l m o d o qüe~si n o i n c l u i m o s el p r i m e r o e n l a segunda n o d a m o s cuenta cabal de u n solo fenómeno indivisible? ¿Es pertinente, p o r el contrario, separar el u n o de l a o t r a s i n p o s t u l a r necesariamente que n o exista relación entre ambos? ¿Qué t i p o d e relación, e n todo caso, postularíamos entre ellos: de oposición, de c o n c o m i tancia, de c o m p l e m e n t a r i e d a d , de m u t u a causalidad, de causal i d a d unidireccional? ¿Bastaría l a relación de sólo esos dos térm i n o s o requeriríamos de u n tercero c o m o el de dispositivos habituales? Comencemos p o r establecer q u e el c a m p o es problemático. Si hiciéramos u n a arqueología de las obras escritas e n ciencias sociales q u e se p r o d u j e r o n e n México entre 1970 y 1985, nos sorprenderíamos de las pocas alusiones que se hacían sobre l a c u l t u r a c o m o u n elemento explicativo de los fenómenos sociales q u e estaban analizando. P o r e l c o n t r a r i o , a p a r t i r de l a últim a fecha y hasta el presente l a preocupación p o r l a «cultura» se está h a c i e n d o parte de n u e s t r a c u l t u r a m e x i c a n a . Ante los c o m p o r t a m i e n t o s negativos d e l o s mexicanos —juzgados así p o r extranjeros y p o r los sectores «modernos» o «posmodernos» de n u e s t r a sociedad—, h a y q u e a r m a r l a g r a n cruzada nacional: c u l t u r a política, c u l t u r a científica, c u l t u r a tecnológica, c u l t u r a ecológica, c u l t u r a de l a p r o d u c t i v i d a d , c u l t u r a de la evaluación, c u l t u r a de l a c o m p e t i t i v i d a d , más las q u e s<e acum u l e n este f i n de semana. r^arec¿er^_ejitojJces, q u e j a r a u n b u e n número de intelectuales o p a r a legiones de comunícólogos l a r e l a d t o e n t r e j : u l t u r j j . ^ _ c o m de causalidad u m H i r e c c i o n a l : si_s£ c a m b i a . Ja. c u l t u r a se camBTá^el c o m portalfiíentOj y apliqúese a l c a m p o específico que ~se Tjuiera: político, científico, tecnológico, etc. E n ocasiones, l a palabra «cultura» se sustituye p o r l a de «actitud» y se prosigue c o n el m i s m o r a z o n a m i e n t o : c a m b i e m o s la a c t i t u d y c a m b i a r e m o s e l c o m p o r t a m i e n t o . E l p u n t o está en que se establece s i n más que la modificación de u n proceso i n t r a m e n t a l traerá consigo u n c a m b i o en el c o m p o r t a m i e n t o . L o que es evidente es q u e se d a n c a m b i o s i n t r a m e n t a l e s y que 74 posiblemente estos c a m b i o s p r o d u z c a n otros c a m b i o s i n t r a mentales, p e r o n o es evidente que los cambios intramentales p r o d u z c a n cambios extramentales, pues el efecto p r o d u c i d o p o r u n c a m b i o i n t r a m e n t a l se recibe en l a m i s m a facultad que l o elicitó. Elemental: se trata de acciones i n m a n e n t e s , n o de acciones transeúntes. Los p a r t i d a r i o s de l a conexión mecánica entre " c u l t u r a j ¿ c q m p q r ^ m i e n t o " se TaT^'eri.megras" p a r a i S p l i e a c la "desviación social. ~~ Pero, p o r otra parte, también es cierto que existen comport a m i e n t o s diversos y culturas diversas que nos hacen sospechar de l a existencia, a l menos, de algún t i p o de relación entre a m bos fenómenos. E n suma, seamos m i n i m a l i s t a s : hay alguna relación entre c u l t u r a y c o m p o r t a m i e n t o . Regresaré más adelante sobre esta distinción, pues antes tengo que precisar l o que estoy entendiendo p o r cultura. L a p r e g u n t a obvia q u e surge es sobre qué se entiende p o r cultura. N o pretendo rehacer el r e c o r r i d o histórico-turístico p o r todos los lugares — s a n t u a r i o s sagrados— en q u e se encuentran las diversas concepciones escritas de l a c u l t u r a p o r los antropó-^ logos comenzando p o r l a de T y l o r en 1 8 7 1 . M e adhiero a u n a definición reciente — m e r a o s a m e n t a — propuesta p o r Acker-^ m a n (1987: 1) para llenarla de carne, músculos, órganos vitales: «la m a t r i z , t a n t o consciente c o m o inconsciente q u e d a significad o a l c o m p o r t a m i e n t o y l a creencia social». Las unidades mínimas de l a c u l t u r a s o n los signos y símbov los interrelacionados entre sí de t a l m a n e r a q u e f o r m a n u n conj u n t o , p e r o n o necesariamente u n a estructura: n i el m i s m o Lévi-Strauss l o sostendría. Explícitamente nos dice: « N o todo está estructurado, y n o h a y necesariamente e s t r u c t u r a e n todas partes». Éstos tienen en común que representan u n a cosa diferente a ellos mismos y a m b o s suponen u n a elección h u m a n a para crearlos, pero n o necesariamente consciente: A está p o r B, pero n o es B ; A está p o r B , p e r o A n o es causa eficiente de B. C o n L e a c h (1976: 9-16) establecería: A está p o r B , pues a l exist i r u n a relación intrínseca p r e v i a entre ellos, pertenecen al mism o contexto c u l t u r a l — s i g n o (eminentemente metonímico)—; 3 4 3. J . S . K a h n , 1 9 7 6 . Consúltese t a m b i é n e l t e x t o d e G . G i m é n e z M o n t i e l , 1 9 8 7 . 4 . E n R a y m o n d B e l l o u r , Le Livre des autres, 1 9 7 8 : 4 0 6 , París, c i t a d o p o r Hénaff, 1 9 9 1 : 17. 75 A está p o r B , p e r o al n o existir u n a relación intrínseca previa, pertenecen a dos contextos culturales diferentes —símbolo (eminentemente metafórico). Los signos y símbolos t r a n s m i t e n conocimientos e i n f o r m a ción sobre algo: quizá sea l o más patente; pero los m i s m o s signos y símbolos p o r t a n valoraciones: j u i c i o s sobre l o b u e n o y lo malo, l o debido y l o i n d e b i d o , l o correcto y l o incorrecto, lo deseable y l o indeseable, etc.; los m i s m o s suscitan sentimientos y emociones: odios, amores, temores, gozos, etc.; expresan i l u siones y utopías: deseos, veleidades, anhelos, etc. E n esta reflexión quizá nos pueda i l u m i n a r V i c t o r T u r n e r (1967) cuando trata de las cualidades de los símbolos d o m i n a n tes del ritual. Habría que señalar q u e T u r n e r emplea el término «orectic» (p. 54) y habría que r e c o r d a r también q u e fue estudioso de las letras clásicas antes de estudiar la antropología. Por ello emplea el término e n t r e c o m i l l a d o de «orectic»: esta palabra la t o m a del griego opetjic, que según e l d i c c i o n a r i o griego-inglés de O x f o r d (1953) connota t o d a l a clase de appetency, connation, e incluye eiu9u(xia (deseo c o n pasión), 9u|ioq (deseo, apetito, i n t duración) y PovA-noic, ( v o l u n t a d deliberada). L o s símbolos doI minantes, nos dice Turner, poaeend©s»polos, u n o n o r m a t i v o y { oífo «oréctico»: e l símbolo l o g r a sintetizar los dos elementos de I t a l m a n e r a q u e se haga deseable ( c o n e7ti9unicc) l o n o r r n a t i v o | social (lo oneroso). Destaco lajs j l u s j o n e s y_utopías, pues Esteban K r o t z , en varios artículos sobre l a c u l t u r a p o f f i i c a (1984; 1985; 1986; 1997), nos h a hecho ver l a i m p o r t a n c i a de l a «cuarta dimensión» para rescatar el factor subjetivo de los actores sociales. « Pero n o bastaría la sola dimensión del contenido p a r a carac' terizar la c u l t u r a : es preciso añadir que ese^cojnjunto de_signos y \ símbolos se c o m p a r t e c o n otros. N o debería postularse q u e los / significados que se"atfTEiiyañ a los signos y símbolos sean iguales en cada persona que los recibe, sino sólo que sean equivalentes: de jacto es l o único q u e p o d e m o s saber (Adams, 1975: 105-107). Quizá convenga detenerse e n este p u n t o p a r a aclarar con más precisión l o que e n t i e n d o p o r «compartir». H e d i c h o j más arriba q u e los signos y símbolos, e n cuanto a s u contenido, se refieren a: 1) conocimientos e información, 2) valoraciones, 3) emociones y sentimientos, 4 ) ilusiones y utopías. A h o r a bien, u n a cosa es c o m p a r t i r e n el sentido de aprobar, consentir, acep- Í 76 tar, sentir, experimentar, y o t r a en el sentido de conocer, interpretar, saber, entender, c o m p r e n d e r . C o m o antropólogos creemos poder, y quizá algunas veces l o logramos, entender otras culturas, interpretarlas, traducirlas, pero n o necesariamente post u l a m o s que asumimos c o m o nuestro s u m u n d o de creencias, sus afirmaciones de verdad o falsedad sobre l a «realidad», que nos adherimos a su m u n d o valorativo, menos aún que podamos experimentar sus m i s m a s vivencias emocionales, afectivas y sentimentales, o que sus ilusiones y utopías sean las nuestras. Los que c o m p a r t e n u n a c u l t u r a en el p r i m e r sentido, p o r el c o n t r a r i o , l a «viven», l a «experimentan», l a «sienten», aunque n o necesariamente l a c o m p r e n d a n . H a g o hincapié e n que u n a c u l t u r a debe compartirse p a r a q u e sea t a l : los nonce symbols en términos de Leach {op. cit.: 12-15) los descartaría d e l concepto de c u l t u r a a menos que p o r repeticiones habituales lleguen a ser standardised symbols. N o estoy de acuerdo e n q u e se c o n c i b a eljDroceso de c o m - ] p a r t i r sigilos'_y_símbolos cornetín m e r c a d o d o n d e se producen,| c i r c u l a n , negocian y c o n s u m e n ^significados c o m o s i f u e r a n ' 1 c o n s u m i b l e s . Por u n a p a r t e , el i n t e r c a m b i o d e significados j c o m p a r a d o c o n el i n t e r c a m b i o de bienes es u n i n t e r c a m b i o m e r a m e n t e metafórico: n o se d a u n a analogía intrínseca entre ellos. E n u n i n t e r c a m b i o e s t r i c t o u n agente cede a o t r o el cont r o l d e l b i e n que i n t e r c a m b i a de t a l m o d o q u e el c o n t r o l sobre e l objeto pasa de unas m a n o s a otras. E n u n i n t e r c a m b i o simbólico, el p r i m e r agente n o pierde e l c o n t r o l sobre el su puesto objeto q u e el s e g u n d o agente recibe. JSÍJ/Q., p o r ejem pío, le c o m u n i c o u n a i d e a a o t r a persona, n o significa q u e y o „ _p_ierda rñTpropíá idéaT sTgo*teniendo m i proJ5ía idea, y * p u e d q ser qúeTá o t r a persona a d q u i e r a , a u n q u e n o s i e m p r e estoy seguro, l a comprensión de l a idea que traté de c o m u n i c a r l e : sólo p o r el c o m p o r t a m i e n t o m a n i f i e s t o del escucha, sabré si h u b o o n o u n a comprensión a l m e n o s a p r o x i m a d a de l o que traté de trasmitir. N o p o n g o en d u d a q u e las metáforas s o n útiles c o m o fuentes de inspiración p a r a generar u n pensamiento, p e r o n o para c o n t i n u a r l o : t o d a metáfora, p o r su p r o p i a naturaleza, al final de cuentas claudica. Es b o n i t o , aunque t r i l l a d o , c o m p a r a r a u n a m u j e r c o n u n a bella flor. Pero n o podré t r a t a r a la p r i m e r a c o m o si fuera u n vegetal: c o r t a r l a , ponerla e n u n florero y s u m i - rastrarle u n p o c o de agua p a r a q u e sobreviva u n o s cuantos días e n plena lozanía. E n el fondo, l o q u e está e n j u e g o es. que los p a r t i d a r i o s del i n t e r c a m b i o de signos y símbolos n o t i e n e n la m e n o r ideare lo "' q u e es eTprócésodel conocimienté^umano: creen q u e el entend i m i e n t o esuna..sjn^l$4Kitaxj^.pa£va que puede ser determinada intrínsecamente p o r u n objeto extejpo. Ñ o se d a n cuenta / que el e n t e n d i m i e n t o es esencialmente constructivo q u e es excitado sólo externamente: aquí cabe l a distinción que h i c i m o s / m á s a r r i b a entre acciones i n m a n e n t e s y transeúntes. L a teoría • del social exchang^^^tsx B l a u ( 1 9 6 4 ) c o m o l a r e m o z a d a de BourTJleu_(l990: 143) sobre el m e r c a d o de los bienes simbólicos —habiius lingüístico + m e r c a d o lingüístico = expresión lingüística, d i s c u r s o — es u n a simple cdri¥tmcción_metafórica que n o r e s M e u n razonamientoílgtffosor " ~"l' -~> ¿QúSsentido puede tenerT p o r ejemplo, negociar significados? Supongamos que a u n a p a l a b r a dada le añado u n nuevo significado o r i g i n a l que antes los usuarios del español n o le daban. Si se acepta p o r m u c h o s el nuevo significado, éste se ad\ juntará a la lista de significados q u e y a poseía la p a l a b r a s i n que nadie se p o n g a a negociar el n u e v o significado. Éste simplemente, si se acepta, pasa a f o r m a r p a r t e del acervo previo; s i n o se acepta, n o ingresa al léxico. H a y q u e anotar, e n t o d o caso, que los antiguos significados n o necesariamente q u e d a n cancelados. Esto sucede c o n t i n u a m e n t e e n todas las lenguas. U n o se lleva la sorpresa constante q u e nuevos significados se le v a n d a n d o a las m i s m a s palabras q u e u n o está u t i l i z a n d o : simplemente caemos e n l a cuenta q u e l a p a l a b r a y a tiene u n nuevo significado s i n q u e esto nos i m p i d a a seguir u t i l i z a n d o l a pala5 x Í b r a c o n u n significado previo. V e o difícil cómo se podría m a n tener l a p o l i s e m i a de los signos y símbolos, cuya c u a l i d a d esencial nos l a h i z o ver T u r n e r (op. cit.: 27-30), c o n l a negociación de significados de B o u r d i e u . L o ^ u £ ^ p o d r í a _ s u c e ¿ g r es que en el r u b r o de l o s valores, n o de l o ^ f f l j f i c a j j n s _ u n j j u e y o valor d^^pIace^*otro: de nueva cuenta esto es perfectamente entendióle s i n hacer i n t e r v e n i r verduleras n i carretoneros que presurosos acudan a l m e r c a d o a vender sus valores c o m o si fueran 5. Consúltese u n a exposición y crítica a l a u t o r e n V á r e l a , 1 9 8 4 : 2 2 - 2 4 ; 3 0 - 3 5 . mercancías perecederas, y se p r e p a r e n p a r a e n t r a r a l a p u j a del regateo. E l p a n o r a m a es más c o m p l i c a d o , pues se p u e d e c o m p a r t i r (en l a segunda acepción d e l término) u n r u b r o de los c u a t r o a n t e r i o r m e n t e expuestos s i n hacer suyos los demás. Más aún, los r u b r o s n o s o n necesariamente u n i t a r i o s s i n o múltiples de t a l m o d o q u e se pueden aceptar «paquetes», p e r o difícilmente l a totalidad. Pongo u n ejemplo p a r a a c l a r a r l o q u e q u i e r o decir. Supongamos q u e m i lengua m a t e r n a sea el español — c o n j u n t o de signos y símbolos que soy capaz de i n t e r p r e t a r ( n o i m p l i c o que conozca t o d a l a lengua española)—; supongamos, además, que aprenda a leer o t r a u otras lenguas extranjeras — c o n j u n t o de signos y símbolos—; s u p o n g a m o s que soy físico, q u e m i c a m p o de especialización sea l a física d e l estado sólido y que p o r m i dedicación estoy a l día e n t o d o l o q u e se refiere a m i especialidad; supongamos que m e he dedicado e n f o r m a t a n intensa a m i c a m p o de estudio q u e e n l a práctica n o sé n a d a de otros campos c o m o l a filosofía, l a l i t e r a t u r a , la música, l a biología, l a economía, etc. ¿Qué c o m p a r t o , entonces, c o n otros colegas físicos mexicanos y extranjeros? Quizá sólo u n a p a r t e —física del estado sólido— de los c o n o c i m i e n t o s q u e poseen los q u e sí h a n i n c u r s i o n a d o e n otros c a m p o s d i s c i p l i n a r i o s a u n q u e n o necesariamente c o m o expertos. Más aún: el c o m p a r t i r c o n otros colegas físicos u n a parte d e l m u n d o de sus c o n o c i m i e n t o s e información, n o i m p l i c a q u e c o m p a r t a n i e n l a p r i m e r a n i e n l a seg u n d a acepción d e l término sus m u n d o s de valores, de sentimientos, de utopías. Respecto, entonces, a l p r i m e r r u b r o — c o n o c i m i e n t o s e i n formación— tenemos, p o r u n a parte, q u e es i n m e n s a m e n t e a m p l i o e n n u e s t r o m u n d o contemporáneo y , p o r l a otra, inmensam e n t e r e s t r i n g i d o p a r a cada i n d i v i d u o . S i n o s contentáramos c o n u n a definición de c u l t u r a q u e sólo t o m a r a e n cuenta el fact o r c o n o c i m i e n t o s e información sería s u m a m e n t e difícil disting u i r e n t r e u n a c u l t u r a y o t r a , a menos q u e estuvieran en polos culturales m u y alejados. L a p r e m i s a de l a ciencia m o d e r n a es s u u b i c u i d a d : está e n todas partes, n o tiene barreras nacionales o culturales; su pretensión es ser apatrida, c o s m o p o l i t a , universal; reconocible y aceptable p o r c u a l q u i e r p e r s o n a que siga las reglas d e l «método científico» s i n i m p o r t a r las distinciones ya consagradas e n las democracias m o d e r n a s de sexo, raza y religión, más las nuevas de extravagancia, desfachatez, m a l gusto, cursilería y s e n t i m e n t a l i s m o ramplón. Es más, los r u b r o s 2) valores, 3) s e n t i m i e n t o s y emociones y 4) ideales y utopías también p u e d e n considerarse c o m o «conocimientos e información» y ser t r a t a d o s c o m o c o m p a r t i r e n l a segunda acepción del término. Así, e n u n a interlocución verbal decimos «entiendo que estés enojado», pero s i n q u e signifique que u n o también l o esté: s i m p l e m e n t e estamos recabando i n formación. Plantearía, entonces, que c u a n d o queremos caracterizar u n a cultura c o m o diferente de o t r a l o significativo n o está t a n t o en el m u n d o c o m p a r t i d o según la segunda acepción del término, sino según l a p r i m e r a : aprobar, consentir, aceptar, sentir, experimentar. Aquí es donde buscaría «la m a t r i z t a n t o consciente c o m o inconsciente» de A c k e r m a n . Si hablo de m a t r i z , quiero explicitar que ésta l a concibo c o m o l a combinación p a r t i c u l a r que de los c u a t r o r u b r o s anteriores cada c u l t u r a c o n f o r m a e n u n c o n j u n t o integrado. También a c l a r o que n o entiendo l o que podría significar u n a c u l t u r a f r a g m e n t a d a : l o que sí p u e d o entender es que los m i e m b r o s de u n a u n i d a d operante estén fragmentados. S i n i siquiera c o m p a r t i e r a n los m i e m b r o s de u n conj u n t o los significados e n l a segunda acepción del término, n o compartirían l a m i s m a cultura. D i c h a m a t r i z l a conceptualizo c o n Lévi-Strauss (1962; 1973) c o m o u n «enrejillado» (grille) que anunció en El pensamiento salvaje o los «esquemas» que aplicó e n s u análisis estructural de « L a gesta de Asdiwal», pero n o m e quedaría c o n t a n sólo el elemento cognitivo, sino trataría q u e e l enrejillado c o m p r e n d i e r a los valores, los sentimientos, las utopías. L a f o r m a p a r t i c u l a r que esa m a t r i z conjuga los c u a t r o elementos anteriores incide e n l a orientación de l a percepción y e n l a modelación de las pasiones. N o es lejana l a concepción que m e hago de l a c u l t u r a a l a del estilo étnico de L e r o i - G o u r h a n q u i e n l o define « c o m o l a m a n e r a p e c u l i a r a u n a colectividad de a s u m i r y m a r c a r las formas, los valores y los ritmos» (op. cit.: 274). Por último, p a r a r o m p e r el círculo i n f e r n a l de « y o i n t e r p r e t o l o que tú interpretas l o q u e y o i n t e r p r e t o que él i n t e r p r e t a l o que y o interpreto» de l a thick description de Geertz (1973: 3-30), hago hincapié e n q u e los signos y símbolos se refieren a algo 80 energético que está fuera de m i s procesos i n t r a m e n t a l e s c o m o b i e n l o señala A d a m s (op. cit: 105-107) e n e l m i s m o pasaje que cité a n t e r i o r m e n t e . E n las últimas décadas l a l i t e r a t u r a antropológica h a insistido, c o n razón, en que l a c u l t u r a n o es u n t o d o estático, sino que está e n c o n t i n u o c a m b i o y transformación. Dejémoslo asentado. A m i m o d o de ver, el p r o b l e m a n o está e n explicar el camb i o c u l t u r a l , sino s u p e r m a n e n c i a . S i atiende u n o a l a base de sustentación de los signos y símbolos — l a s m e m o r i a s i n d i v i duales fincadas en los sistemas nerviosos de cada p o r t a d o r de ellos, a u n q u e c o m p a r t i d o s p o r los m i e m b r o s de u n a sociedad— encontramos que es s u m a m e n t e frágil. L o q u e es difícil de explicar, entonces, es cómo es posible que se m a n t e n g a y qué es l o que a cada sociedad p a r t i c u l a r le interesa consciente o inconscientemente preservar. Aquí habría q u e r e c o r d a r a Leroi-Gourh a n sobre l a segunda liberación o extensión de l a especie h u m a n a (cfr. supra). R e t o m e m o s l a chstinción, a h o r a sí, entre c u l t u r a y c o m p o r * . tamientQ. S i l a c u l t u r a e s " u n c o n j u n t o de signos y símbolos) el I c o m p o r t a m i e n t o en sí es u n a acción, sea ésta u n m o v i m i e n t o \ del cuerpo, u n a elocución verbal, u n a acción ritual: u n a m a n i - | festación exterior perceptible p o r otros actores sociales. Esto n o ) invalida q u e también pueda manifestarse c o m o signos y símbolos. Los signos y símbolos se alojan e n el sistema nervioso de cada persona y sólo los podemos conocer c u a n d o de alguna m a n e r a nos los hacen c o m p a r t i r , al menos e n l a segunda acepción d e l término. E l c o m p o r t a m i e n t o , e n c a m b i o , es un_acjp capaz de p o r t a r s i g ^ é c a d p , es u n posible significante, pero n o es el d i g n i f i c a d o m i s m o . ¿Todo c o m p o r t a m i e n t o es el resúí^So de l a cultura? N o necesariamente. Algunas veces sí, otras no: a priori, n o sabríamos decirlo. N o habría que o l v i d a r que — s o b r a d e c i r l o — a u n q u e l a cul-"^ t u r a de alguna m a n e r a p u e d a i n f l u i r e n el c o m p o r t a m i e n t o , n o L toda l a c u l t u r a i m p u l s a a l a acción: p u e d o entender, valorar, J sentir u n p o e m a s i n q u e m e lleve a t o m a r u n a decisión conduct u a l ; p u e d o tener u n c o n j u n t o de creencias míticas s i n qvie necesariamente i m p l i q u e de m i parte u n c o m p o r t a m i e n t o determinado. Se h a puesto, p o r último, t a n t o énfasis e n los estudios antropológicos sobre l a determinación o i n f l u e n c i a u n i d i r e c c i o n a l i - dad de l a c u l t u r a sobre el c o m p o r t a m i e n t o que se h a dejado de lado el proceso inverso: l a i n f l u e n c i a o modificación q u e sufre la c u l t u r a p o r el c o m p o r t a m i e n t o . Nuestros actos nos siguen fue el título de u n a novela de u n escritor francés. Algunos actos que alguna vez consideramos q u e serían reprobables, llegan a justificarse u n a vez cometidos. L a h i s t o r i a d e l derecho positivo de u n a sociedad d e t e r m i n a d a nos l o podría c o m p r o b a r . Asimism o nos ilustraría l a transformación de las costumbres, p o r ejemplo, q u e exigían años atrás u n t r a t o f o r m a l y respetuoso hacia personas desconocidas o m a y o r e s e n edad o e n d i g n i d a d . I L a relación e n t r e c u l t u r a y cornport^rp'pnta n o e s . l l I Ü d J I g ' ' / nal, sino bidireccional. rr v Existe, sin"3uda, u n a relación entre c u l t u r a , t a n t o e n l a p r i m e r a c o m o e n l a segunda acepción d e l término, c o n dispositivos habituales. Pero p a r a que tenga i n f l u e n c i a l a c u l t u r a en los dispositivos habituales deben darse condiciones materiales determinadas e n los recipientes de l a c u l t u r a : veo difícil que cambiemos c o m p o r t a m i e n t o s dietéticos de los que sólo t i e n e n para c o m e r tortillas, chile y frijoles c o n predicarles — c u l t u r a — recetarios de l a haute cuisine frangaise, o de predicar el ejercicio de la democracia en u n sistema t o t a l i t a r i o . | J \Jn caso especial de c o m p o r t a m i e n t o lo c o n s t i t u y e n los há1 bitos. V o y a j o l c a ^ p F e ñ e l t e x t o d i s p c ^ i j i v g s ^ h ^ i t u a l e s p a r a referirme a comportamientos^_Jratóumes,*^ó^astía!es', pues el interés d e j j j n a l i s t a social n o está e n los actos únicos y esporádi)t~ cos_sino en los c o m p o r t a m i e n t o s de alguna m a n e r a pautados. Creo ganar m a y o r rigor c o n el nuevo término. „.$ Trataré de a c l a r a r c o n u n e j e m p l o l a distinción entre c u l t u r< j* 5p» ¿ « «. ¿ irts ^ r a y dispositivos habituales. T o m o c o m o hecho l a ejecución m u s i c a l de u n a ópera o de u n a sinfonía. E n escena se encuent r a n el d i r e c t o r de l a orquesta, l o s músicos y los cantores c o n sus respectivos i n s t r u m e n t o s y p a r t i t u r a s musicales. Supongam o s que la o b r a m u s i c a l e n ejecución es a m p l i a m e n t e c o n o c i da p o r u n público q u e es capaz d e o p i n a r si l a ejecución corresponde a l título de l a ópera o d e l a sinfonía a n u n c i a d a y n o a o t r a y s i l a ejecución es a l m e n o s correcta. S u p o n g a m o s t a m b i e n que entre e l público se e n c u e n t r a n algunas personas que, s i n ser ellas m i s m a s i n s t r u m e n t i s t a s o cantores, s o n p r o f u n d a s conocedoras d e l a h i s t o r i a de l a música clásica o c c i d e n t a l o de l a o b r a q u e se toca, t a n t o o más q u e algunos de los músicos o cantores. Supongamos, además, q u e de e n t r e las personas del público conocedoras de l a música, h a y algunas dotadas de g r a n s e n s i b i l i d a d m u s i c a l q u e p u e d e n gozar i n t e n s a m e n t e de l a audición m u s i c a l y hacer j u i c i o s valorativos sobre l a ejecución de l a o b r a q u e están oyendo, t a n t o o más q u e los m i s m o s músicos y cantores. Podríamos, así, hacer u n a y m e r a , c > parn -irSn entre los ejecutantes de l a o b r a m u s i c a l y elpúblico que sólo escucha, f üntreTos p r i m e r o s y algunos de los segundos podríamos encon- jj t r a r u n a s i m i l i t u d e n tres r u b r o s : 1) acervo de conocimientos musicales; 2) disposiciones emotivas p a r a gustar y sentir la m 3 7 sica; 3) capacidad panTerniür valoraciones correctas sobre lo que es bülínoo" maló"~eTTrnÜ^ distingue radicalmente es l a jTabjlidadLfii^el u s o de los i n s t r u m e n t o s o en las modulaciones de la voz de los p r i m e r o s y de que carecen los segundos, es decir, l a existencia de u n a competencia e n los p r i meros que i m p l i c a u n c o m p o r t a m i e n t o h a b i t u a l , n o casual, para ejecutar a l menos esa o b r a m u s i c a l . Iría más allá: se^ neces^an de necesidad los, hábitps.f Desde la filosofía, argumentaría que el^sel^tmiano^requiere de hábitos c o m o disposiciones permanentes para l a operación, pues n o siempre está en acto. Desde_la_ajitropología, argumentaría que -., el c o m p o r t a m i e n t o h u m a n o sería casHrnnpsjble, pues a cada £ pasoTeñdHámos"^ue e c h a r ^ ^ a f S a f ' u n c o n j u n t o jcomplejo y j complicad^dejojgeraciones consdentes e inconscientes, de ac- < tos reflejos, y siempre estaríamos sujetos a múltiples titubeos y | errores. Podríamos adentrarnos en el m u n d o de los hábitos, desde l a filosofía, p o r ejemplo, c o n l a Summa Theologica de santo Tomás de A q u i n o . Q u i e r o aclarar que el concepto de hábito q u e estoy empleando á i í Í 9 í § - d s i i i ^ í i ' ¿ - á S . . 5 9 i i ^ (1977): s i él h a b l a e n singular, y o l o hago en p l u r a l . M e parece i m p o s i b l e sostener que se f o r m e u n habitus s i n g u l a r c o m p u e s t o p o r u n c o n j u n t o de hábitos diferentes. A c u d o a l Artículo I V de l a Quaestio LIV de santo Tomás. L a p r e g u n t a explícita q u e se hace e n el artículo es si u n r rn f 4 7 r 6 nario eu T o m o e l c o n c e p t o d e h a b i t o e n e l s e n t i d o aristotélico d e l a tfy<; y q u e e l de la Real Academia de la Lengua Española Diccio- define a c e r t a d a m e n t e c o m o «costum- b r e a d q u i r i d a p o r l a repetición d e a c t o s d e l a m i s m a e s p e c i e » . 7 . Quaestiones X L I X , L , L I , L I I , L U I , L I V de la P r i m a Secundae. 83 hábito s i n g u l a r se constituya de m u c h o s hábitos, y s u respuesta es negativa, pues: 8 [...] el hábito, al ser una cualidad, es una forma simple. Pero ningún ente simple se constituye de muchos. Luego u n hábito singular no se constituye de muchos hábitos. 9 E n el c u e r p o d e l artículo santo Tomás desarrolla c o n a m p l i t u d su pensamiento. E l error de B o u r d i e u radica, m e parece, entre otros, c o m o c o n s u aberrante habitus de clase Opera u n i d a d or¿erante de identidad), e n c o n f u n d i r u n ejercicio de simpIeTelaboración de'opgracibnes intramentales c o n realidades extramentales: unifica e n l a m e n t e — h a b i t u s — u n a realidad extramental p l u r a l —hábitos. Desde l a antropología tendríamos q u e p r o f u n d i z a r bajo l a guía de L e r o i - G o u r h a n (op. cit.: 215-231) sobre los hábitos y c o m p o r t a m i e n t o s . É l distingue cadenas operatorias q u e se refieren unas a l c o m p o r t a m i e n t o automático, otras al m a q u i n a l y otras más alj ¿ c i d o . De las p r i m e r a s ^ l i g a d a s a l a naturaleza jDiológifca, p o c o se h a interesado l a antropología; l o h a hecho sobre las prácticas nacidas del a m b i e n t e colectivo: prácticas elementales y cotidianas —«habitus c o r p o r a l , prácticas de a l i m e n tación o de higiene, gestos profesionales, c o m p o r t a m i e n t o de relación c o n los próximos»—; prácticas periódicas o excepcionales —«repetición estacional de los actos agrícolas, el desarrol l o de u n a fiesta, la construcción de u n edificio, l a conducción de u n a pesca o de u n a cacería colectiva». Habría que considerar, p o r último, q u e el c o m p o r t a m i e n t o habitual podría ser parte de l a m i s m a c u l t u r a e n c u a n t o q u e el receptor de los signos y símbolos a s u vez emite otros signos y símbolos c o m o respuesta a l p r i m e r e m i s o r : las m u t u a s respuestas de emisores y receptores — c o m p o r t a m i e n t o s habituales: signos verbales, gestos, reacciones emotivas, etc.— s i s o n equivalentes a sus expectativas están e n el m i s m o c a m p o c u l t u r a l ; e n caso c o n t r a r i o , n o . Veo, entonces, el c o m p o r t a m i e n t o h a b i t u a l también c o m o u n i n d i c a d o r de l a c u l t u r a e n común. 8. Utrumunus habitus ex mullís habitibus E n c u e n t r o e n l a o b r a de N o r b e r t E l i a s u n a reflexión sosten i d a sobre procesos de larga duración q u e m e h a a y u d a d o a clarificar m i s p r o p i a s ideas. E n efecto, nos hace ver, p o r ejemp l o , e n El proceso de la civilización, l a transformación de las sociedades occidentales d e l siglo xin a l siglo xviii — d e l a socied a d de guerreros a l estado a b s o l u t i s t a — supone u n c o n j u n t o de procesos simultáneos s i n hacer i n t e r v e n i r p r i m a r i a m e n t e a l a cultura: 1 0 No es posible entender por separado la lenta desposesión del primer Estado, la pacificación del segundo y el ascenso paulatino del tercero, como tampoco es posible aislar el desarrollo del comercio de esta época de la constitución de monopolios fuertes de la violencia y de cortes poderosas. Se trata de piezas de u n proceso general de diferenciación y prolongación creciente de todas las cadenas de acción que han tenido una importancia decisiva hasta hoy en la totalidad de la historia occidental. A lo largo de ésta, como se ha mostrado desde diversas perspectivas, se transforman las funciones de la nobleza y, en correspondencia continua con ellas, se transforman también las funciones de la burguesía y la morfología de los órganos centrales. Simultáneamente a este cambio paulatino del conjunto de las funciones e instituciones sociales se produce (primeramente en las capas superiores de la nobleza y de la burguesía) un cambio del autocontrol psíquico hacia una previsión mayor y una regulación más estricta de los impulsos momentáneos de carácter instintivo [p. 498]. 11 [...] la estructura de las funciones psíquicas, los modos habituales de orientar el comportamiento, están relacionados con la estructura de las funciones sociales, con el cambio en las relaciones interhumanas [1987: 525]. E n otras obras vuelve, c o n mayores matices, a plantear l a mism a tesis: Las unidades sociales a las que llamamos naciones se distinguen unas de otras en gran medida en función de su forma de organizar su economía afectiva, esto es, según los esquemas por medio de los cuales se modela la vida afectiva del individuo a través de constituatur 10. N o r b e r t E l i a s , 1 9 8 2 , 1 9 8 7 , 1 9 9 9 . 11. í d e m , 1 9 8 7 . 84 85 una tradición que se ha hecho institucional, así como a través de la situación actual [1982: 81]. Un factor central^para una ar£oximación a los problemas humanos y, por~táñto7también al pl 5^fntt~de~Tá^civilización es la investigación de las restricciones a que se encuentran sujetas las : "pef^ó^&r¥c^K^a¡sw^^7í grosso modo cuatro tipos de ellas. Las restricciones a que se ven expuestas las personas debido a las peculiaridades de su fisiología [...] a) Aquellas cuyo origen se encuentra en eventos naturales de índole no humana, esto es, sobre todo, la búsqueda de alimento y~3e~ protección de las inclemencias del tiempo, por nombrar sólo algunas. b) Las_que_seocasionan entre, sí los seres humanos en la convivencia [...] [Restricciones heterónpmasl. c) [Restricciones autónomas]: ^^'2;jf5y°s inrüwluqlp» [las] que [...] nos referimos ron u n concepto como «autocontrol» [...] 'Estas difieren de las naturales insanovás poro^eyBSÉÍÓglcamente, lo único que tenemos es u n potencial de restricción autónomo. Si este potencia] no se actualiza por medio del aprendizaje, se mantiene sólo como algo latente. Tanto el grado como la forma de su activación dependen de la sociedad en que u n individuo crece, transformándose, además de manera específica en el curso de la evolución humana [1999: 43-44]. a A m a n e r a de conclusión de l o q u e he tratado de expresar, quiero p r o p o n e r c o m o ejemplo u n análisis somero de la i n s t i t u ción castrense, de u n a u n i d a d operante especializada p a r a m a tar. Los soldados h a n a d q u i r i d o a través de l a repetición const a n t e de acciones de l a m i s m a especie u n c o n j u n t o de^hábitos corporales, eméticos, t a n e x t r e m a d a m e n t e especializados que los~civiles n o p o d e m o s i m i t a r y repetir. Estos jiábiiQsJjan a r r a i | gado e n e l l o s ^ r ^ ^ O T ^ d _ s m i p l e h e c h o de que c o m p r e n d a n o j e n t i e n d a n l o que sus entrenadores les h a n inculcado o p o r J q u e los hayan hecho parte de su m u n d o valorativo, sino p o r q u e | ellos mismosJos_hajri ejercitado u n a y o t r a vez hasta volverse J automáticos. Pero n o basta c o n l a fonmación, de.hábitos i n d i v i duales, sino que éstos tendrán que realizarse c o n subordinación a superiores y e n coordinación c o n o t r o s semejantes, es decir, actuarán e n u n a organización social, e n u n a u n i d a d operante < autoorganizativa centralizada (advierto: organización social n o > es l o m i s m o que cultura). A h o r a b i e n , p a r a c o n f o r m a r estos grupos sus m i e m b r o s tendrán q u e i n t e r i o r i z a r —aquí sí entra l a c u l t u r a — d e t e r m i n a d o s p r i n c i p i o s , s i n d u d a reforzados p o r severas sanciones ante el i n c u m p l i m i e n t o : obediencia i n c o n d i c i o n a l a u n s u p e r i o r p a r a c u m p l i r m a n d e l o que m a n d e , e l i m i n a ción de c u a l q u i e r p r i n c i p i o ético o m o r a l , de t a l m o d o q u e s i n m a y o r reflexión también se vuelve u n hábito automático. i n . P o d e r y política A u n q u e todos estaríamos de acuerdo que el derecho tiene relación —intrínseca o extrínseca— c o n el poder y l a política, n o es fácil q u e todos estemos e n t e n d i e n d o l o m i s m o p o r poder o política: s o n términos t a n c o m u n e s e n el lenguaje c o t i d i a n o que n o nos t o m a m o s l a molestia p o r definirlos. Suponemos que todos los q u e c o m p a r t e n nuestra c u l t u r a , al menos e n l a segund a acepción d e l término, e n t i e n d e n l o q u e queremos c o m u n i car. Pero si somos sinceros c o n nosotros m i s m o s , caeríamos e n la cuenta q u e de n i n g u n a m a n e r a p o d e m o s definirlos c o n rigor. L a antropología, c o m o ciencia, n o h a escapado a este p r o blema de usar términos s i n definición precisa. Quisiera, a vuelo de pájaro, hacer u n r e c o r r i d o sobre l a antropología política desde los años cuarenta. Dos l i b r o s h i c i e r o n época e n 1940: el p r i - 1 m e r o fue u n a monografía sobre los nuer, u n p u e b l o nilóticotj (Evans-Pritchard, 1940), y el segundo sobre el p r i m e r i n t e n t o de j sistematización de las investigaciones de l a antropología políti- V ca africanista ( M e y e r Fortes y Evans-Pritchard, 1940). Destacamos únicamente que l a invéHigaciSn " e m ^ ^ a ^ n c o r i i r ó sociedades e n q u e n o había f o r r n a s ^ s t n ^ t m ^ d a s _ d e _ g o b i e r n o c o n autonflades q u e i m p u s i e r a n e l o r d e n . E n palabras de EvansP r i t c h a r d los n u e r eran u n a ord,ered anapehy: anarquía, porque n o había jefes; o r d e n , p o r q u e fa*gente "conocía m u y b i e n cuáles e r a n sus derechos. Obligó a los africanistas a p r o p o n e r u n a d i - i cotomía precaria: sociedades c o n Estado y sociedades s i n Esta¿| dcu~I^ preocupación f u n d a m e n t a l e n ese t i e m p o e r a n los siste- ' mas políticos, p e r o p a r a p o d e r i d e n t i f i c a r las instituciones políticas, los análisis debían p a r t i r de las funciones: eLsisíema político de c u a l q u i e r sociedad t i e n e l a función de regular el uso <¿e_ i a fuerza. ^ 87 \ ' S- i - i». - • a) Una delimitación de lo político que no vincula este último ni a las únicas socieda^sJOamadas históricas n i a la existencia de u n aparato estatal. b) Una aclaración de los procesos de JbjTnactón_y_Jransformación de los sistemas políticos al amparo de una investigación paTáTéla a l a del Historiador; si se evita generalmente la confusión de lo «primitivo» y de lo «primero», el examen de los testimonios que nos remontan a la época de los comienzos (de «la verdadera juventud del mundo», según la fórmula de Rousseau), o que dan cuenta de las transiciones, sigue siendo privilegio de unos pocos. c) Un estudio comparajüvo, aprehendiendo las diferentes expresiones'cle la realidad política, no ya dentro de los límites de una historia particular — l a de Europa—, sino en toda su extensión histórica y geográfica. E n este sentido, la antropología política quiere ser una antropología en todo el sentido del término. De este modo contribuye a reducir el «provincionalismo» de los politicólogos denunciado por R. Aron, y a construir «la historia mundial del pensamiento político» deseada por C.N. Parkinson [1969: 10-11(1967: 9)]. L a investigación de c a m p o sobre sistemas políticos se siguió realizando e n África y e n otros continentes e n los s i g u i e n tes años c o n nuevos aires teóricos (Leach, 1954; G l u c k m a n , 1965), pero n o f u e s i n o hasta m e d i a d o s de los s e s e n t a ^ w a r t z , Tj^ne£X.Tuden, 1994 [1966]) e n q u e se vuelve a p u b l i c a r o t r a o b r a sistemática sobre l a antropología política, y que i n a u g u r a l o que h a solido l l a m a r s e c o m o escuela de M a n c h e s t e r o procesualista. Conviene destacar q u e h a y u n i n t e n t o p o r d e f i n i r l a «política»: ! E1 estudio de la política, entonces, es el estudio de los procesos implicados en la determinación e instrumentación de las metas púhlicas-X en el logro diferenciado y el uso del poder por los miembros del grupo respecto de estas metas [p. 105]. H a y que a d v e r t i r que el centro de los análisis se desplaza de las instituciones y funciones a los procesos: las instituciones o las estructuras políticas y a n o s o n u n elemento d e f i n i c i o n a l de l o político. T u r n e r crea y afina conceptos: ^ a m p a (1974: 127128) y aremfpoHtTcos (1974: 133). E l p r i m e r o l o define c o m o : \ v A h o r a b i e n , v o y a exponer e n grandes líneas l a teoría del p o d e r social desarrollada p o r R i c h a r d N . A d a m s (1983 [1975]; 1978; 1988; 1995), pues es l a más seria y c o m p l e t a q u e y o conozca desde el c a m p o de l a antropología, y que se destaca p o r el rigor conceptual que emplea. Los p r i n c i p i o s básicos de s u teoría s o n la segunda ley^ de la termodinámica,~eT p r i n c i p i o de Ia~selección h a t u r a l . ' l a ley de L o t k a que conjuga los dos anteriores y algunos p r i n c i p i o s de l a física soSre sistemas abiertos alejados dei e q u i l i b r i o . Parte de uñTHecEo qué~püedé"establécerse o b i e n c o m o u n a apücacion de ía rey"de L o t k a o b i e n de u n a constatación empíricajjlaespecie 1 nTrnTcíIiá", Vs decir, el c o n j u n t o s e m i a r t i c u l a d o de sociedades, n o todas y cada u n a de ellas, h a estado y está e n u n proceso contjbJ ,nuodeexoan^ój^J¡ " * AQ/ís&'t'v La totalidad de relaciones [respecto a valores, significados y recursos] entre actores orientados [1) en competencia por premios y/o recursos escasos, 2) con u n interés compartido en salvaguardar una distribución particular de recursos y*3) con la voluntad de mantener o d e r r u i r . o r r i f U ) nftG?j¿ particular] hacia los mismos premios o valores [no sólo sobre derechos sino también sobre símbolos de victoria o superioridad, como títulos, cargos y rango]. [Trad. R.V.] vri E l segundo l o conceptualiza así: \ \ \ Una arena es u n marco —institucionalizado o n o — que manitestamente funciona como u n escenario para una interacción antagónica dirigida a llegar a una decisión públicamente reconoc í a . lTrad\R.V.] tropoíogfe%tó¿^^ ° r 88 P U S O ° b j e t Í V O S y m e t a s d e l a a n R e l a c i o n e m o s las partes. L a segunda ley de l a termodinám i c a establece l a existencia de procesos u n i d i r e c c i o n a l e s e irreversibles e n t o d a conversión de energía: l a producción de entropía, i . e., p a r t e de l a energía c o n t e n i d a e n u n a e s t r u c t u r a o r i g i n a l se dispersa y es i r r e c u p e r a b l e . E l p r i n c i p i o de l a selección n a t u r a l p r o p o n e que d a d a l a a m p l i a v a r i e d a d de especies en expansión q u e tienen q u e s o b r e v i v i r e n ambienjes^igual- " ^ C k t !^ U ^ . m e n t e variados, las formas de v i d a m e n o s aptas p a r a sobreviv i r tendrán m e n o s p r o b a b i l i d a d e s d e hacerlo. L a l e y de L o t k a , al relacionar l o s dos p r i n c i p i o s anteriores, dice q u e los sistemas que c a p t a n más energía y e n t a n t o ésta se e n c u e n t r e e n d i s p o n i b i l i d a d tendrán u n a ventaja selectiva n a t u r a l sobre los demás y a expensas de ellos. L o s p r i n c i p i o s de l a física d e est r u c t u r a s lejos d e l e q u i l i b r i o n o s e x p l i c a n e l s u r g i m i e n t o de estructuras más complejas a p a r t i r de estructuras más simples: las estructuras disipativas s o n u n a v a r i e d a d de e s t r u c t u r a s de i n s u m o - p r o d u c t o que n o s o l a m e n t e p r o d u c e n entropía sino que su m i s m o m a n t e n i m i e n t o r e q u i e r e de u n ingreso y conversión constantes de energía a través de u n m e c a n i s m o autoorganizativo. U n a u m e n t o energético s i g n i f i c a t i v o ocasiona que el sistema entre e n u n a fase d e oscilaciones y p e r t u r b a c i o nes hasta que e n u n m o m e n t o d a d o hace s u r g i r u n a nueva estructura d i s i p a t i v a . Este proceso es estocástico, i . e., indeterminístico m i e n t r a s se operan las fluctuaciones y determinístico cuando l a nueva e s t r u c t u r a se estabiliza. C o n base e n l o a n t e r i o r A d a m s a r g u y e que las sociedades h u m a n a s , bajo v a r i o s respectos, p u e d e n considerarse c o m o sistemas abiertos y estructuras d i s i p a t i v a s lejos d e l e q u i l i b r i o termodinámico c u y o m a n t e n i m i e n t o y conservación requier e n de u n c i e r t o n i v e l de e n t r a d a y conversión constante de flujos energéticos a través de u n m e c a n i s m o a u t o o r g a n i z a t i v o . U n i n c r e m e n t o s i g n i f i c a t i v o de estos flujos energéticos e n el sistema causará u n proceso estocástico de oscilaciones hasta l a aparición de u n a nueva e s t r u c t u r a más compleja. Estas est r u c t u r a s d i s i p a t i v a s — l a s sociedades h u m a n a s — están sujetas a la segunda l e y de l a termodinámica al a c t u a r c o m o m e canismos c o n t i n u o s de conversión energética e n entropía: más aún, son e s t r u c t u r a s altamente c o n s u m i d o r a s y d e r r o c h a d o ras de energía. L a expansión de l a especie h u m a n a se h a efectuado siguiendo l a ley de L o t k a : las sociedades q u e h a n sido capaces de captar más energía e n s u sistema h a n sobrevivido y l o h a n hecho a expensas de las q u e h a n c a p t a d o menos. A n t e el p r i n c i p i o de l a selección n a t u r a l , l a especie h u m a n a h a reaccionad o c o n l a sobrerreproducción y e l d e s a r r o l l o de l a tecnología. A u n q u e existieron sociedades p a r t i c u l a r e s que se e x t i n g u i e r o n a l n o poder o n o q u e r e r s o b r e r r e p r o d u c i r s e o a l ser incapaces 90 de m e j o r a r s u tecnología, otras sí l o h i c i e r o n y se e x p a n d i e r o n generalmente a costa de las p r i m e r a s : p o d e m o s entender así cómo opera el p r i n c i p i o de l a selección n a t u r a l e n e l proceso expansivo de l a especie h u m a n a . E s t a expansión h a t e n i d o dos fases. L a p r i m e r a fue l a expansión h o r i z o n t a l , i . e., l a r e p r o ducción de estructuras disipativas semejantes e n s u n i v e l de complejidad a todo lo largo y ancho del m u n d o sin incremento per capita d e c o n t r o l energético. L a segunda fue y continúa siendo l a expansión vertical, i . e., e l s u r g i m i e n t o sucesivo de estructuras disipativas más complejas c o n base e n el increm e n t o per capita d e l p r o c e s a m i e n t o de energía e n sus sistemas. Pero l a expansión vertical n o sólo s i g n i f i c a q u e l a n u e v a estruct u r a d i s i p a t i v a procese m a y o r energía sino también q u e el cost o energético de producción, es decir, l a energía necesaria p a r a operar l o s trigger mechanisms d e l sistema, crezca desproporc i o n a d a m e n t e respecto a l a producción t o t a l : podría c o n s t i t u i r u n m e c a n i s m o homeostático q u e llevaría al sistema a u n estad o de c r e c i m i e n t o constante c u a n d o el costo energético fuera igual al t o t a l de los i n s u m o s d e l sistema. E n este proceso de expansión v e r t i c a l se da, c o m o consecuencia d i r e c t a de l a ley de L o t k a y d e l p r i n c i p i o de l a selección n a t u r a l , u n a concentración de controles energéticos e n los niveles superiores d e l sistem a : l a concentración de controles significa, a s u vez, centralización del poder. L a base, p o r t a n t o , de l a supervivencia de l a especie h u m a n a está e n s u c a p a c i d a d de c o n t r o l a r s u m e d i o energético y reorganizarse a sí m i s m a e n nuevas estructuraciones de sus relaciones de poder. A p a r t i r de este contexto a m p l i o se podrá entender l a concepción de A d a m s sobre el p o d e r social que l o define c o m o «la ' capacidad p a r a l o g r a r que a l g u i e n hagS l o q u e nosotros queremos m e d i a n t e nuestro c o n t r o l de los procesos energéticos que le interesan» (1983: 140). D i s t i n g u e entre c o n t r o l y poder: el p r i m e r o es u n acto físico, energético que se ejerce sobre cosas; el segundo es u n a relación sociopsicológica entre personas o unidades operantes, capaces de r a z o n a r y d e c i d i r p o r sí m i s m a s el curso de acción más conveniente e n u n a situación concreta y definida. E n f a t i z a r esta distinción t i e n e i m p o r t a n c i a n o sólo para d i s t i n g u i r dos clases de seres t o t a l m e n t e diferentes — o b j e t o s y p e r s o n a s — s i n o también p o r q u e , a u n q u e el p o d e r se basa e n 91 el c o n t r o l de u n objeto energético, e l h o m b r e p u e d e y d e hec h o efectúa u n a separación e n t r e c o n t r o l y poder. E s decir, l a capacidad d e l h o m b r e de r e t e n e r e l c o n t r o l sobre u n objeto físico p e r o t r a n s f e r i r a o t r o e l d e r e c h o de t o m a r u n a decisión es u n elemento c r u c i a l p a r a e n t e n d e r l a v a r i e d a d y c o m p l e j i d a d de e s t r u c t u r a s de p o d e r q u e s u r g e n e n las sociedades h u manas. Podemos, p o r t a n t o , d i s t i n g u i r dos t i p o s de ejercicio de poder a l fijarnos e n l a base de éste: p o d e r independiente y j j o d e r dependiente. E l p r i m e r o se d a c u a n d o permanece t a n t o el cont r o l ¿ornóla t o m a de decisiones e n las m i s m a s m a n o s ; e l segundo, cuando existe u n a separación entre el c o n t r o l y l a t o m a de decisiones. Este último tiene tres variedades: 1) Poder otorgado cuando u n o cede a o t r o u n derecho (norm a l m e n t e se completa e n u n a transferencia recíproca de derechos); 1. Las unidades fragmentadas (unidades agregadas y de i d e n t i d a d ) e n las q u e los m i e m b r o s q u e las c o m p o n e n ejercen poderes independientes p o r separado. 2. Las unidades coordinadas d o n d e ya existe, además de los poderes independientes de l o s m i e m b r o s , u n p o d e r dependiente: p o d e r otorgado recíproco p e r o q u e n o i n v o l u cra centralización de poder. Esta vinidad, c o m o las anteriores, n o f o r m a estrictamente u n a e s t r u c t u r a disipativa pues carece d e l elemento a u t o o r g a i ^ a t i v o . 3. Las unidades centralizadas confóuatrc)subtipos p r i n c i p a Tés: He^consenso, de mayoría, c o r p o r a d a y a d m i n i s t r a d a . T i e n e n e n común l a presencia d e u ñ centro de decisiones colectivas y a sea u n a persona o u n subgrupo; se diferenc i a n p o r el t i p o de poder q u e poseen: 1) JU, c e n t r o de decisiones e n las unidades d e consenso 2) poder asignado cuando varios transfieren a u n o el derecho a t o m a r decisiones; cuentaMjnKSrrJéñf^^ 3) poo^erdelegado cuando u n o transfiere a varios ese de"récho. estructura disipativa pero padece d e u n a d e b i l i d a d crónica a l Adams elabora dos modelos p a r a c a p t u r a r el d i n a m i s m o de cualquier t i p o d e organización social que a l m i s m o t i e m p o logre situarlas e n u n proceso de evolución más a m p l i o . E l p r i m e r modelo es de las unidades operantes que las define c o m o «a u n agregado de sereVriurñ^nt5s'que~Tbmparten u n a preocupacTón adj^taüvjTcomün~coi\ respecto" aÍ~medio ambienté» 0 9 7 0 0 ^ ^ — E l m i s m o A d a m s nos explica l a u t i l i d a d del concepto: El concepto de unidades operantes fue concebido así para tratar de entender mejor la dinámica principal y las dimensiones estructurales de la emergencia de la solidaridad, para pasar posteriormente a la creciente centralización del poder al interior de las organizaciones sociales [1995: 54]. Podemos d i s t i n g u i r tres tipos p r i n c i p a l e s de unidades operantes: Telian transferi- d o los mieTnbros de l a u n i d a d . TieneTas características de u n a carecer de u n m e c a n i s m o q u e l e p e r m i t a l a c o n t i n u i d a d permanente d e centralización: c u a l q u i e r a dejos m i e m b r o s de l a u n i d a d puede r e t i r a r el podérasígnado que venía t r a n s f i r i e n d o a l centró; 2) el e e n t r o de decisiones d e u n a u n i d a d de mayoría cuenta, adbmá^cíelpoder a s i g n a d o ^ c o n ^ c i ^ t o j ^ g d ^ J n d e ^ e n ^ e n t e que proviene de l a mayoría d e los m i e m b r o s a l e j e r c e r j ^ r a ó r i sóbrelos m i e m b r o s ' r e c a l c i t r a n t e s a Tas decisiones centrales, o de u n a fuente externa. Estas unidades jsiguen siendo frágiles a l contar el c e n t r o p r i n c i p a l m e n t e c o n poder depéndieñfeXasignad o o delegado) q u e le p u e d e ser r e t i r a d o a v o l u n t a d de los miembros que l o transfirieron; 3) e n las unidades corporadas e l c e n t r o cuenta c o n t a l cant i d a d de p o d e r q u e tjéj^'que delegarlojjarajpocTer ejercerlo: esta delegación, sin emBargo, n ^ n u ^ h c E i n e c e s a r i a m e n t e q u e el centro p i e r d a el poder que transfiere; 4 ) p o r último, e n las unidades a d m i n i s t r a d a s el centro cuenta c o n p o d e r independiente o delggac|p p e r o d e n t r o de est r u c t u r a s corporadas más grandes, y se caracterizan p o r una organización a d m i n i s t r a t i v a o b u r o c r a c i a . 92 * Habría que aclarar que e n esta tipología la secuencia es vista c o m o u n proceso a c u m u l a t i v o q u e supone que u n a u n i d a d más compleja conserve las raractejrferifas de fas n n t e p o r e j ^ e ^ ^ n t o erTTáTúnídaaes adiTÍInistradas. Es decir, u n a u n i d a d corporada, además de tener l a capacidad de delegar poder, conserva el p o der de las unidades de mayoría, de consenso, de coordinación, de i d e n t i d a d y agregadas; l a u n i d a d de mayoría, el p o d e r de las de consenso, de coordinación, de i d e n t i d a d y agregadas. Así sucesivamente c o n las demás. Por el c o n t r a r i o , en las unidades adminisjradas es variable el poder de las unidades de consenso, de coordinación jd£iH(i^í sólo son constantes el de las de mayoría y corporadas. Adams m i s m o elabora u n a gráfica de las diversas unidades operantes. H a g o n o t a r que esta tipología es exhaustiva (véase gráfica 1, adjunta). E l segundo m o d e l o es de los vehículos de supervivencia y tratajde e^raminar^cóm^una organización social se reproduce a sí m i s n i a . Él interés p r i n c i p a l estriba e n poder esclarecer los mecanismos próximos de la generación y expansión de estructuras complejas. Define al vehículo de supervivencia como... t >, ) •» ( [...]_unconjunto de relaciones sociales construido y mantenido colectivamente por seres humanos individuales —como exten^siones de sus propíaS capacidades psicológicas y conductuales de ••* adaptación— a través del constreñimiento, canalización y-activación del comportamiento de «¿tros para que efectúen lo que es favorabTeTpára Ta propia supervivencia del conjunto [1988: 180], L a dinámica que intentó c a p t u r a r c o n el segundo modelo, Y v í * ^ -• ¿ * jí /- j <Ü3 « • [...] no era la de una simple respuesta organizacional de u n grupo sóaaTa"T¡3S' estímulos del medio ambiente, sjno la de cómo la dinámica fundamental de las respuestas de fot seres humanos ÜMájcgduales conduce a"Ta formación de organizaciones sociales, modelo de vemíulos de supervivencia permite al analista ubicaree entre los miembros de la sociedad, para experimentar indirectamente sus problemas de autoorganización y tener su perspectiva de totalidades sociales más y más grandes dentro de las cuales operan. [...] En contraste con los modelos de evolución más clásicos que querían esbozar amplias transformaciones desde las primeras etapas hasla las últimas de la historia de la hu95 94 manidad, estos modelos han sido diseñados para describir casos empíricos históricos y actuales e instancias de la historia humana, y así delinear las perspectivas de los actores junto con las relaciones sociales al interior de las cuales se desempeñan [1995: 55-56]. Si analizamos los vehículos e n u n a visión global de u n a sociedad en todos los niveles de integración sociocultural, podrem o s distinguir: 1) Los vehículos de superjáy^ciajarjrnarios (que s o n necesarios para la perpetuación de l a población): a) u n a u n i d a d doméstica, b) u n a c o m u n i d a d (banda), c) u n a i n t e r c o m u n i d a d (tribu). Esta última esTma uniaacToperante coordinada y es la organización social máxima de cooperación de l a sociedad humana; 2) sobre estos vehículos p r i m a r i o s surgen otros vehículos más complejos"qüleTlamaí^^ uñidadeToperantes centralizadas: los lídereso£>¿g tiren, IaVjeTaturas, los reinos, los «estados». Aquí se i n c l u y e n n o sólo las organizaciones políticas y administrativas, sino también aquellas dedicadas a l a religión, educación, negocios, finanzas. S o n políticos en el sent i d o a m p l i o del término: su misión es r e g u l a r el c o m p o r t a m i e n t o de los i n d i v i d u o s . Se sustentan a l i g u a l q u e los vehículos de supervivencia en ingresos energéticos, pero, a l ser su objetivo p r i m o r d i a l regulador, c o n s u m e n u n a c a n t i d a d desproporcionada de energía más e n l a regulación m i s m a que "én el trabajo productivo; 3) a medida q u e la sociedad se hace más compleja, s u r g e n . a) nuevos vehículos secundarios de supervivencia y ejes y b) agencias especializadas y firmas. Expongo brevemente este último p u n t o . L a expjmsión de la sociedad a travésjde l a emergencia de los vehículos políticos canfop^iajAnfl. ettqjctuiajgjL^rQjjjca q u e se basa en i n d i v i d u o s u organizaciones previas: a este c r e c i m i e n t o jerárquico l o va_a l l a m a r «estructuras coaxiales». Caaa^eTfawriSra coaxial es, así, u n c o n j u n t o d e vehículos de supervivencia^.pi"iinarios y pplíticos-JLas estructuras coaxiales son las más grandes macroestructuras de la organización social h u m a n a , p o r ejemplo, los esta96 dos-naciones. Podemos id^ntífícar^ estas estructuras coaxiales p o r a) l a p r e s e n c i a de múltiples niveles de organización de los ', vehículos de supervivencia y 5 ) p o r l a autonomía de l a estructu- ^ r a en u n c a m p o c o o r d i n a d o de estructuras similares. A h o r a b i e n , u n a estructura coaxial dada puedeJlegar^a nov satisfacer y a los intereses "Básicos.de l o s vehículos de supervi- ^ <•> véñqáT'E'sibs, p a r a ^ o n t r a r r e s t a r l o s intereses divergentes de l a ^ <y estructura coaxial existente, t i e n e n dbs alternativas: q_salirse de i -<C l a estructura coaxial o crear u n a nueva _para enfrentarse a l a j * " anterior o p a r a r ^ m p h r z a r l a . A s u vez, l a e s t r u c t u r a coaxial d o m i n a n t e crea agencias especializadas c u y a _finalidad j i c j es e n sí l a pjxiduccjón, sino, l a regulación de los i n d i v i d u o s o de los vehículos de supervivencia: son las burocracias de las organizaciones gubernamentales, políticas, empresariales, religiosas. S o n p a r t e de u n a u n i d a d corporada que reciben poder delegado. O t r a figura es l a firma que c o m b i n a características de los vehículos de supervivencia y de las agencias. Para fines de ilustración, reproduzco cuatro figuras (adjuntas) tomadas de Etnias en evolución social (pp. 161, 163,166, 168). Se i n t r o d u c e n en l a teoría dos conceptos analíticos q u e t o mados c o n j u n t a m e n t e p r o p o r c i o n a n el m a r c o p r i n c i p a l para analizar las estructuras de p o d e r q u e f o r m a n las unidades operantes : d o m i n i o s y niveles. ET concepto de d o m i n i o s se refiere s i m p l e m e n t e a las relaciones subordinante-subordinado. S u u t i l i d a d descansa e n que p e r m i t e i d e n t i f i c a r y diferenciar a los actores y unidades operantes en términos de sus áreas relativas de c o n t r o l y del alcance relativo de s u poder: Existen dos tipos de dominio de particular importancia en el desarrollo de estructuras de poder: dominios unitarios y múltiples. Se diferencian en cuanto al número de líneas de poder que relacionan al miembro de u n nivel inferior con los niveles superiores [1978: 108], E l ^ n c ^ j t o ^ j i i v e l _ s e refiere_aJas_relaciones de coordinacicdi.eiilxs.dxs„uijjd.ades operantes. E l a u m e n t o de d o m i n i o s nos i n d i c a diferenciación o división de poder; el a u m e n t o de niveles, concentración del m i s m o . 97 RGURA.1. Vehículos de supervivencia primarios FIGURA 2. Esquema de estructuras coaxiales Vehículos políticos Otras bandas o comunidades Otras unidades domésticas Vehículos primarlos Otros seres humanos ooooo Individuos Otras células ^ U * / 5 . 199-315]) sobre l a evolución del poder. 1) Distingue c u a t r o variedades d e evolución especificarme pueden a s u m i r las u n i d a d e s operantes: a) Ptístina^se refiere a l a expansión de u n a u n i d a d e n el contexto de otras unidades semejantes e n e l m i s m o n i v e l de integración, es decir, n o se expande a l i n t e r i o r de u n d o m i n i o s u p e r i o r q u e l a contenga s i n o que l o hace desde oooooooooo u n n i v e l máximo: la confrontación última a que puede llegar será c o n otras q u e estén a l m i s m o n i v e l . b) Surgente: se trata de u n a u n i d a d e n expansión al i n t e r i o r "de uñ"Hominio m a y o r y que necesariamente, de seguir expandiéndose, llegará a u n a confrontación c o n l a u n i d a d s u p e r i o r que detenta el máximo poder. Si e n l a confrontación resulta que las dos unidades t i e n e n u n poder equivalente, entrarán e n coordinación p e r o e n u n nivel de integración m e n o r . c) Integrativa: si u n a de las unidades posee y ejerce u n pod e r m a y o r , subordinará a l a o t r a : ésta, p o r t a n t o , o entrará e n u n nivel de integración inferior, es decir, s i n desaparecer c o m o u n i d a d se reubicará e n posición s u b o r d i n a d a d e n t r o del d o m i n i o superior. 98 99 FIGURA 3. Creación de las agencias FIGURA 4. Formación de las estructuras coaxiales secundarias Inter-nación í • Estado Agencia internacional Oficina nacional de gobierno A-' Oficina provincial <wl oobiemo nacional Provincia Conglomerado Oficina nacional de la Agencia internacional 4 v av** Oficina provincial » t Oficina local da provincia Comunidad Firma Oficina de la comunidad Oficina regional Oficina local Unidad doméstica Estructura coaxial básica E s t r u c t u r a coaxial secundaria í Ser humano Estructura» coaxiales Agencias d) Desintegrativa: o s i m p l e m e n t e desaparecerá c o m o t a l . Estos procesos de evolución específica n o se refieren únicam e n t e a l n i v e l de integración n a c i o n a l o i n t e r n a c i o n a l s i n o se r e p r o d u c e n e n los niveles locales, regionales y estatales entre diversas unidades p e r o d e n t r o de u n d o m i n i o s u p e r i o r (a excepción, c l a r o está, de l a evolución prístina) q u e las s u b o r d i n a : se tratará, p o r t a n t o , d e procesos c o n c i e r t o grado de autonomía que les será d a d a p o r l a u n i d a d s u p e r i o r que posee y ejerce el máximo p o d e r e n el d o m i n i o . 2) Se p r o p o n e u n a secuencia de c r e c i m i e n t o q u e a s u m e n las umd¿des_<2perantes e n expansión e n c u a l q u i e r a ae~Ias variaciones de evolución específica e n que se e n c u e n t r e n . Siendo coherente c o n él m i s m o , d i s t i n g u e tres fases e n ese c r e c i m i e n t o e n función d e l ejercicio de p o d e r que d e t e n t a n : independierTte, dependiente (otorgado, asignado, delegado) y l a c o m b i n a ción de a m b o s . Las fases s o n : i d ^ n t ^ f i r a H ^ - P O T O ! i " i ó p - r tralización. Según l a fase e n q u e se encuentre l a u n i d a d en cuestión será caracterizada c o m o u n i d a d de i d e n t i d a d , u n i d a d c o o r d i n a d a , u n i d a d c e n t r a l i z a d a (de consenso, de mayoría, corporada). a r p r i 100 101 •V:. ¡fe Unidades integractónl coordinadas social Unidades semicentralizadas Unidades centralizadas ' PRONIVELES Unidad doméstica Bandas familiares relacionadas Coordinación a través del parentesco, la interdependencia ' económica, etc. Unidades Domésti c a s Cultura de uso del fuego Uso de herramientas Omnívoros Aprendizaje social MundiaJ Individual (Coordinación interplanetaria) (Mundo) Coordinación de individuos a través de la afinidad, la consanguinidad, la proximidad. la especialización de la edad, el sexo, etc. Individuos Internacional Naciones Unidas Consejo de Seguridad Bloques Organizaciones regionales, mercados comunes Nacional Estado o reino Corte Mundial Liga de las Naciones Naciones Unidas _ Capitalismo Mundial Socialismo Mundial Naciones Estados Nacionales en desarrollo Movimientos de liberación Cruzadas Religiones mundiales Alianzas \ ' Reinos, ciudades-Estados Jefaturas en expansión { « m o s segmentarios Primeros Estados feudales Provincia o jefatura Consideraciones Alianzas Jefaturas G r a n Hombre Local o banda 102 Consideraciones de tribus Linajes segmentarios 3) L a centralización de u n a u n i d a d la coloca, e n el nuevo n i vel de "integración qug_alcanzó, e n coordinación c o n unidades semejantes. Esta secuencia es vista, p o r tanto, c o m o u n m o v i m i e n to incesante: u n a u n i d a d se c e n t r a l i z a i n t e r n a m e n t e a l a vez que se c o o r d i n a externamente, previa identificación, c o n otras u n i dades e n el nuevo nivel de integración. E n la m e d i d a en que sigan a u m e n t a n d o los ingresos energéticos e n el sistema, l a u n i dad pasará a u n nivel más alto de centralización q u e l a pondrá de nuevo e n coordinación externa c o n otras u n i d a d e s c o n semejante n i v e l de centralización. 4) Esta secuencia, s i n e m b a r g o , t o m a e n c u e n t a etapas transitorias,Tes decir, e x p e r i m e n t a fluctuaciones y oscilaciones de Tas estructuras disipativas t a n t o horizontales o de coordinación (fusión, fisión) c o m o verticales o de centralización (integración, desintegración). A d a m s elabora u n a gráfica sobre el m o d e l o de l a evolución del poder q u e r e p r o d u z c o {Energía y estructura, p . 236) a c o n t i nuación (véase gráfica 2, a d j u n t a ) . T e r m i n o c o n u n a cita de Adams especialmente clara y precisa: Bandas La supervivencia depende del control; la supervivencia diferencialhadependido del control difergpcial, y eljsjerciclb del poder es la extensión del control mediante Ja manipulación de la psi103 poder social; sin embargo, esa base sólo puede operar si es culturalmente reconocida por otros actores. Es posible que el reconocimiento no afecte el control, pero afectará la capacidad para usar ese control e influir sobre los demás [1983: 28-29 (1975:12-13)]. quis humana. Parte del proceso gracias al cual la especie humana logró extenderse por todo el globo y aumentar constantemente su control sobre los recursos energéticos, fue el aumento del uso del poder. Donde hay más formas de energía bajo control, existen más bases para el ejercicio del poder, hay más decisiones que tomar. Cuando hablamos del incremento de poder en una sociedad, nos referimos al incremento de las bases de poder, y por tanto al incremento de oportunidades para ejercer el poder. Es así como el crecimiento del poder en el sistema humano es u n producto directo del incremento del control en el sistema. E l i n cremento del control es un producto directo de la supervivencia exitosa de la especie, y ésta no es más que una manifestación del funcionamiento de la segunda ley de la termodinámica que da lugar al surgimiento de estructuras disipativas de organización humana y tecnológica cada vez más complejas, que a su vez dependen de la expansión del flujo de energía en el sistema [1978: 59]. Conviene aclarar c o n A d a m s (1995) q u e l a evolución social es diferente a la herencia c u l t u r a l : [...] hay una gran diferencia entre herencia cultural y evolución social. I^_jjierencia culturaüTse refiere~a1a variación e n l ? tiempo (energética yespacio temporal) de formas y_sígnificados reproducidos [...] pero [...] que no son autorreproducidos [...] En \ cambio, la «evolución social» se refiere a la variación en el tiem- V po dejforrnas de relaaonFñ~óf^nizac5míes sociales autorregro- ' i T E l sistema c u l t u r a l n o es u n a e s t r u c t u r a d i s i p a t i v a a diferenj cia de los sistemas sociales q u e sí l o s o n . *g \ Él p u n t o c e n t r a l está e n q u e p a r a ejercer el p o d e r se tiene JjP ) que c o m p a r t i r u n a c u l t u r a : de o t r a m a n e r a sólo se podría ejer_ ^ j cér el" c o n t r o l . También a n o t o q u e e n l a definición de c o n t r o l aparece c o m o concepto clave el de tecnología. E n t e n d i d a en u n sentido a m p l i o ésta «se refiere a u n c o n j u n t o de conocimientos, ..^ habilidades y materiales (aparatos) necesario p a r a m o d i f i c a r el «r o r d e n (es decir, las relaciones espacio-tiempo) de algún c o n j u n j t o de formas de energía o p a r a l o g r a r u n a conversión de ener^ gía» (1983: 31). L a tecnología, entonces, se relaciona c o n l a c u l - y, — t u r a p o r dos vías. Por u n a parte, l a tecnología es u n p r o d u c t o de v_ u n a c u l t u r a d e t e r m i n a d a ; p o r l a o t r a , u n a tecnología n o se pue/ de c o m p a r t i r c o n otros m i e n t r a s n o se c o m p a r t a c o m o cultura: j£ *» mientras n o se c o m p a r t a n los significados y valoraciones de u n T «'•J artefacto d e t e r m i n a d o , n o podrá esperarse que el empleo que ^ » hagan de él otros usuarios sea i g u a l o semejante a l de los p r i ^ meros. U n ejemplo clásico e n l a l i t e r a t u r a (Adams, 1995: 46) es *• , el diferente empleo que le d i o Occidente a l a pólvora a l q u e se utilizaba e n C h i n a o al uso q u e podría dársele a u n potente f m o t o r de avión p a r a l u s t r a r zapatos: las m i s m a s f o r m a s simbó* licas pueden t e n e r u n significado y u n a valoración diferentes e n _ - " dos contextos culturales diversos. S i es cierto q u e e l c o n t r o l n o y * Q es el poder, también l o será q u e t a m p o c o l a tecnología sea el Jf* q£ poder. Pero si a s i m i s m o es c i e r t o q u e el c o n t r o l es l a base del 1 A h o r a bien, hago n o t a r que en la definición de A d a m s del p o d e r social aparece c o m o elemento d e f i n i c i o n a l la cultura. Rep i t o l a definición q u e d i más a r r i b a : «la capacidad p a r a l o g r a r que alguien haga l o q u e nosotros q u e r e m o s mediante nuestro c o n t r o l de los procesos energéticos q u e l e interesan». Al examinar el poder social^...] no nos interesa tanjoja tasade flujo ó de conversión de energla^ómo éT canffóí que u n actor, una parte, o una~OílEEíroperante ejftíeSs5bre algún conjunto de fcjmas o flujos de energía y, más específicamente, sobre algún conjunto de formas o flujos de energía que forme parte del amolente significativo de otro actor. Lo importante para distinguir este concepto [...] es el hecho de que las formas y los flujos de energía deben ser pertinentes para algún sistema de valor y significado, es decir, deben ser culturalmente reconocidos. Ahora bien, la energía_es jmportante, —en efecto crucial— para^eTTiómKre^hdepen^ de que lo reconozca en fprr^"cülKfaI_Q,£q; pero no puede utilizarla como base del poder social si no la reconoce así. E l término ambiente se refiere al aspecto material, físico, o de forma y flujo de la energía del habitáculo social y físico del hombre. Por ejemplo, no sólo forman parte del ambiente la topografía, el clima, los recursos naturales, etc., sino que otros seres humanos, las ondas sonoras (el habla), el comportamiento de los demás, etc., también son formas o flujos de energía y también forman parte del ambiente. Es el control del ambiente por parte del actor lo que constituye la base del t A 104 * •> » A . «v * . . V*-. . IV i VA» . poder, también l o será que l a tecnología sea l a base d e l poder. Resumiendo: p a r a ejercer el p o d e r se requiere l a c u l t u r a ; para ejercer el c o n t r o l , l a tecnología. der 2_ el control hacia sus mecanismos o medios para hacerlo. [...] Decir que una política está autorizada, sólo significa que está apoyada por el poder o el control. [...] Lalegjiimidad, con la que a veces se asocia o confunde la autoridRcff'tiene una base m u y diferente. [...] la legitimidad es una potencialidad cultural acerca de una autoridad, una ley, u n acto, o lo que sea, para que se conforme con «los principios, recqnocidos o las reglas o normas aceptadas». Así pues, una cosa es legítima cuando la gente conviene en que es de algún modo correcta, apropiada, o como debe ser. Las fuentes de la creencia en la legitimidad son variadas, pero en todo caso muy diferentes de las fuentes de la autoridad. E n lo referente a la autoridad, preguntamos: ¿cuál es la base de la autoridad?; ¿cuál es la verdadera habilidad, o poder, o control que se encuentra detrás de la asignación de autoridad? En cambio, en lo referente a la legitimidad preguntamos por el quién: ¿entre quiénes existe acuerdo acerca de que la autoridad es legal o legítima? [1983: 47-48 (1975: 30-31)]. E x p l i c a d a l a n a t u r a l e z a d e l poder, p o d e m o s d a r u n a d e f m i ción de l a política congruente c o n el m a r c o teórico precedente, j .Definiría c o m o pjpÜtjca a toda acción —física o simbólica— > q u e jproduce u n efecto — m a n t e n i m i e n t o , fortalecimiento, altej ración^Trarísfórmación p a r c i a l o r a d i c a l — s o J a . .estructura de • p o d e r de u n a u n i d a d operante o l a aparición de u n a nueva u n i )f scTad" operante e n c u a l q u i e r niveí de integración social —local, , j provincial,'" n a c i o n a l , I n t e r n a c i o n a l , m u n d i a l — , excluidas, los ^ pmtnniyftles ( ^ ^ r f t i p g y i i n i H ^ g s dnméstirasV E l estudio de l a política, p o r t a n t o , i n c l u y e l a caracterización • de estructuras de p o d e r . l a determinación de acciones que i n f l u | y e n en ellas y l a identíricación~3é u n i d a d e s operantes o vehícu/ Tos de supervivencia q u e las p r o d u c e n . ~~ Concluyo este apartado. E l derecho está inserto e n las relaciones del^oder^.de.lajjolítica, ¿ues~eT qué controle este recurso significativo — e n nuestras sociedades complejas c o n t e m p o ráneas j u n t o c o n l a economía s i n d u d a u n o de los más significat i v o s — ejercerá sobre los m i e m b r o s de l a sociedad el poder. Si alguno, s i n embargo, n o se siente seguro s i n laJegitirr)jdad le pedimos que al menos l a defina c o n Swartz, T u r n e r y l u d e n ^ (1994: 105-116 [1966: 9-26]) ydistinga.seis .niveles diferentes: \ r La legitimidad deriva de valores que proceden del establecimiento de una conexión positiva entre la entidad o el proceso que tiene legitimidad y tales valores. Puede establecerse esta conexión de diferentes maneras [...], pero en todos los casos incluye a un conjunto de expectativas en las mentes de quienes aceptan la legitimidad. Estas expectativas están en función de que la entidad o el proceso legítimos, bajo determinadas circunstancias, satisfagan ciertas obligaciones que deben cumplir quienes ven esto como legítimo [...] La legitimidad es u n tipo de evaluación que imputa íina^mnrinr.taj^n^ra^e tipo esperado v deseado^ TV. Autoridad, l e g i t i m i d a d y l e g a l i d a d Resultará c l a r o , expuesta l a concepción de c u l t u r a , p o d e r y política, que los siguientes conceptos s o n de alguna m a n e r a residuales, es decir, s u t r a t a m i e n t o n o requeriría sino de u n a explicitación de los anteriores. Podríamos cómodamente prescind i r de ellos. A E n efecto, A d a m s discute los conceptos de a u t o r i d a d y de l e g i t i m i d a d , y los relaciona c o n los de p o d e r y c o n t r o l : Más adelante i n t r o d u c e n el término de p o d e r c o n s e n s u a d " « c o m o el aspecto dinájmcojjfi la l e g i t i m i d a d , u n a l e g i t i m i d a d q u e T a ^ c í ó r i l o c i a r p o n e a prueba» y que l o d i s t i n g u e n de la Aj igual que George Homans, me parece que la^iUorjdac| es u n término que deEe a p E j r H a a j ^ ^ i ' j ^ t ^ ^ ' d e p c < i e r T Forejérnpíó7uña"autoridad política es una per£oria~d¿ada~3e poder político; y una~autofTQ^"érrerártéJchino es unagersona que controla información y conocimiento acerca de ese tema. [...] E l uso del término autoridad para hacer referencia a una política e§..sóJo una ^ ^ ^ | , | ¡ ^ ¿ ¿ P t i r del individuo que ejerce el po-, t u H n J m t r c i a La obediencia basada en el poder consensual es motivada por la creencia [...] que en algún momento en el futuro el funcionario, la agencia, el gobierno, etc., a quienes obedecen los individuos, satisfarán sus expectativas de manera positiva [...] Sin embargo, a r 106 , !fc W fuerza y coerción L v . t . — tWf>A. » J l i a t l . J t 107 V» Vi si el poder consensual está presente como atributo del origen de las órdenes, la obediencia resultará de la creencia de que, tarde o temprano, en su operación general, el funcionario, la agencia o el gobierno cumplirán los resultados deseados o continuarán manteniendo algún estado de cosas deseado. Los 6 niveles que e x a m i n a n son: 1. C o m u n i d a d política: «el g r u p o más grande d e n t r o del cual p u e d e n arreglarse las diferencias y promoverse decisiones m e d i a n t e acciones pacíficas». 2. Régimen: se t r a t a de las «reglas d e l juego» c o n que hay que jugar. ¡Hasta los miles de m i l l o n e s de aficionados del juego más pedestre y, p o r l o m i s m o , más p o p u l a r e n el m u n d o entero — c o m o es e l fútbol— l o saben! N o s p r o p o r c i o n a únicamente el estándar de la legalidad y nos dejaría s i n saber si tales reglas se d e r i v a n de l a l e g i t i m i dad o de alguna o t r a fuente (la fuerza, p o r ejemplo). Es especialmente engañoso a p l i c a r e l concepto de l e g i t i m i dad al régimen: si hay algo especialmente refractario al análisis racionalista e i n d i v i d u a l i s t a de la teoría de juegos es justamente l o político, y a q u e l a p o s i b i l i d a d m i s m a de la teoría es que los actores sigan las m i s m a s reglas (véase Turner, 1974: 140-142). L o q u e « n o r m a » , s i n embargo, l o político n o s o n reglas sino las relaciones de poder. 3 . Gobierno: «series interconectadas de estatus, cuyos roles están relacionados básicamente c o n la t o m a e i n s t r u mentación de decisiones políticas». E l gobierno n o necesariamente existe en todas las sociedades. Véase l o que a p u n t a m o s a n t e r i o r m e n t e sobre l o s nuer. 4. Estatus político: «una posición cuyo papel es principalmente aqueTde t o m a r y/o instrumentar decisiones políticas». 5. F u n c i o n a r i o político: es s i m p l e m e n t e el ocupante de u n estatus político ' 6. DecisjólLpoJítica: «un p r o n u n c i a m i e n t o que tiene que ver c o n metas, asignaciones o acuerdos». E l p u n t o central estaría en que l a l e g i t i m i d a d o l a falta de l e g i t i m i d a d de u n n i v e l n o conlleva necesariamente l a l e g i t i m i dad o falta de l e g i t i m i d a d de los otros. 108 Conclusión E l derecha.sg funda en la c u l t u r a , e n el m u n d o de l o que puede ser de o t r a manera, en l o n o necesario. Seamos, p o r tanto, prudentes p a r a n o sacralizarlo: las n o r m a s q u e n o s damos pueden ser de o t r a manera, excepto l a prohibición d e l incesto. Y seamos todavía más prudentes a l ser conscientes de que el derecho es u n resultado, n o s i m p l e n i mecánico sino complejo y dialéctico, de las relaciones de poder. i\ Bibliografía c i t a d a ACKERMAN, Robert ( 1 9 8 7 ) : J.G. Frazer: His Life and Work, Cambridge, Cambridge University Press. 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